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Secretariado “Ser Hermanos hoy” La Salle - Casa Generalicia - Roma, Italia 2009 Agradecimiento Muchas gracias a los traductores: HH. Constant De Wenckstern, Joaquín Martín Blasco y Jean-François Morlier, y al H. José A. Warletta, Secretario Coordinador de Comunicación. Leer la realidad a la luz de la Palabra Lectio Divina para los lasalianos Contenido 1. Presentación: H. Álvaro Rodríguez Echeverría, Superior General 2. Introducción 3. Oración bíblica: tema central en la vida de los cristianos 4. Oración bíblica en el Sínodo de los obispos de 2008 5. Oración bíblica: esencialmente lasaliana 6. Lectio divina: una aproximación para individuos y grupos 7. Otras lecturas

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Secretariado “Ser Hermanos hoy” La Salle - Casa Generalicia - Roma, Italia 2009

AgradecimientoMuchas gracias a los traductores: HH. Constant De Wenckstern, Joaquín Martín Blasco y Jean-François Morlier,y al H. José A. Warletta, Secretario Coordinador de Comunicación.

Leer la realidada la luz de la Palabra

Lectio Divina para los lasalianos

Contenido1. Presentación: H. Álvaro Rodríguez Echeverría, Superior General2. Introducción3. Oración bíblica: tema central en la vida de los cristianos4. Oración bíblica en el Sínodo de los obispos de 20085. Oración bíblica: esencialmente lasaliana6. Lectio divina: una aproximación para individuos y grupos7. Otras lecturas

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Presentación

Queridos Hermanos y miembros todos de la Familia Lasallista:

Con mucho gusto y viva esperanza les presento este material bíblico-lasallista de oración, preparadopor el Secretariado de Ser Hermanos Hoy, deseando que produzca abundantes frutos en la renova-ción espiritual y en el camino de conversión al que nos invita la Iglesia, una vez más en este tiempode Cuaresma.

Muchos son los motivos que deben impulsarnos a hacer de la Palabra de Dios un elemento inspi-rador de nuestras vidas. El Sínodo de la Palabra, tenido recientemente, el año paulino que estamosterminando, la iniciativa de la CLAR (Conferencia Latinoamericana de Religiosos/as) para ayudara que la Lectio Divina se convierta en algo familiar y cotidiano para todos los religiosos del conti-nente, y, sobre todo para nosotros, la centralidad que la Escritura tuvo en la vida de nuestro Fun-dador y que sigue teniendo en la espiritualidad y carisma que hemos heredado. No podemos deninguna manera olvidar sus palabras que nos invitan a hacer del Evangelio nuestra primera y prin-cipal Regla (Cf. Regla 6).

Palabra y Realidad fueron las coordenadas en las que él se movió y en las que debemos movernosnosotros. Se trata de leer la realidad a la luz de la Palabra. La Escritura es un dinamizador esencialde nuestra vida de Hermanos y de la vida de todo lasallista. Sueño que un día podamos tener nues-tra propia Lectio Divina al estilo lasallista, que a diferencia del modelo monástico que hoy utiliza-mos, nos haga ver con más claridad la relación entre palabra y vida y nos haga descubrir que lapalabra se encarna también en acontecimientos y personas y especialmente en los pobres; y que nopodemos contentarnos con ser contemplativos de la Palabra sino también proclamadores y testigosde la Palabra.

La Palabra de Dios, el misterio de Jesús contemplado en la oración, debe transformarse en palabravivida y actualizada. El Jesús ante los ojos y en el corazón de la escuela sulpiciana sólo tendrán au-tenticidad si terminan siendo Jesús en las manos. A esto el Fundador lo llama el "espíritu del mis-terio" y a esto nos invita permanentemente con su vida y en sus escritos. Contemplar la Palabra yactualizarla en la vida es uno de nuestros grandes desafíos. Orar con la Palabra es también anun-ciarla. La Palabra orada no es sólo para mí, sino que la tengo que compartir, la tengo que hacer vida.

Debemos acercarnos a la Sagrada Escritura, no como a un tratado, sino como a una historia, comoa una narración. La historia viva del amor de Dios por el hombre. Pero esta historia no la debemosleer como algo del pasado, la debemos leer como una historia que nos ayuda a entender donde es-tamos actualmente y hacia donde vamos mañana. Una historia que nos compromete y unifica nues-tra vida en “lo único necesario”.

Hacer vida la palabra es también compartirla. Hemos hablado mucho de misión compartida, perotal vez poco de Palabra compartida. Compartir la Palabra es dejarnos enriquecer mutuamente Her-manos y Seglares compartiendo en oración la Palabra remecida en el fondo de nuestros corazones.Vita Consecrata nos invita a promover del modo más acorde al propio carisma escuelas de oración, de es-piritualidad y de lectura orante de la Escritura, en la que Dios "habla a los hombres como amigos, trata conellos para invitarlos y recibirlos en su compañía" (V.C.94)

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Y no debemos olvidar que la oración bíblica nos debe finalmente centrar en la Persona de Jesús. Laescucha de los Evangelios, el más profundo y riguroso de los conocimientos de las palabras evangélicas soninsuficientes y engañosos sin la mirada fija en el personaje viviente, sin la contemplación directa del Señor.El valor irremplazable de los evangelios, la señal de su autenticidad es precisamente que impiden siempreseparar las palabras de la Palabra (Jacques Guillet).

Que, como María en la Visitación, seamos portadores de la Palabra viva que trae gozo y esperanzay que como Ella nos dejemos transformar por la luz de la Pascua.

Hermano Álvaro Rodríguez EcheverríaSuperior General

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Introducción

Queridos Hermanos y Lasalianos todos:

“¿Qué vas a hacer este año durante la Cuaresma?” Es una pregunta que a veces se hace medio enbroma. Con frecuencia la respuesta consiste en un compromiso para dejar de hacer algo.

Sea cual sea tu respuesta, te invitamos a realizar algo, en vez de dejar, o a hacer ambas cosas a lavez.

Quizás ya lo has estado haciendo durante años. O tal vez sea algo de lo que has oído hablar, peroque te sonaba como algo demasiado exótico o demasiado monástico: La Lectio Divina.

Para algunos de nosotros los términos latinos pueden resultar desconcertantes. Lectio Divina qui-zás nos suene a algo en lo que un Hermano o un Lasaliano atareados no puedan estar interesados,o no tengan tiempo para ello.

Inténtalo durante la Cuaresma. Tu manera normal de rezar puede ser, de hecho, la Lectio Divina, oalgo parecido, pero tú nunca la has llamado así. Es una forma de rezar con las Escrituras, de talmodo que escuchamos cuidadosamente, cada día, lo que Dios quiere decirnos, personal o comuni-tariamente, sobre nuestra vida y nuestro trabajo.

Hay muchas razones para intentarlo, o seguir practicándolo, o volver a hacerlo de nuevo, si ya lohabías probado anteriormente y lo abandonaste. Algunas de las razones quedan esbozadas conalgo más de detalle en las páginas de esta corta serie. Pero brevemente, digamos:

� Rezar con las Escrituras, o “rezar las Escrituras”, es fundamental para la vida cristiana de cual-quier persona. Es también esencial en la vida de muchos que no son cristianos, pero que rezancon las Escrituras.

� Es una manera de rezar profundamente Lasaliana.

� Es muy probable que en los próximos meses el Santo Padre recomiende vivamente la Lectio Di-vina para todos los miembros de la Iglesia.

� En las comunidades escolares y parroquiales esto requerirá guías muy humildes y sencillas.

Para aquellos que aún no lo conocen, es tan sencillo como sentarse tranquilamente, leer despacio,y escuchar cuidadosamente lo que Dios nos pide que hagamos.

Para la gente muy ocupada, esto podría ser una de las cosas más difícil de llevar a cabo esta Cua-resma. Por favor, inténtalo.

Secretariado Ser Hermanos HoyCasa Generalicia, Roma

24 de enero de 2009

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Oración bíblica: tema central en la vida de los cristianos

Ninguno de los puntos sobre la Biblia y sobre laoración que vamos a tratar a continuación resul-tará novedoso, pero pueden sernos útiles a lahora de recordar todo aquello que siempre hemosconsiderado importante. Pueden darnos algunaidea para dialogar con los demás, incluyendoaquellos con los que convivimos y trabajamos. Al-guna de las citas puede ayudarnos para la prepa-ración de las celebraciones religiosas en laComunidad o con el profesorado.

Las Sagradas Escrituras: Una palabrapoderosa de un Padre cariñoso

En los sagrados libros el Padre que está en loscielos se dirige con amor a sus hijos y habla conellos; y es tanta la eficacia que radica en la pa-labra de Dios, que es, en verdad, apoyo y vigorde la Iglesia, y fortaleza de la fe para sus hijos.(Vatican II, Dei Verbum, 21)

Oración: Una conversaciónque inicia Dios

La maravilla de la oración se re-vela precisamente allí, junto alpozo donde vamos a buscar nues-tra agua: allí Cristo va al encuen-tro de todo ser humano, es elprimero en buscarnos y el que nospide de beber. Jesús tiene sed, supetición llega desde las profundi-dades de Dios que nos desea. Laoración, sepámoslo o no, es el en-cuentro de la sed de Dios y de seddel hombre. Dios tiene sed de queel hombre tenga sed de El. (Cate-cismo de la Iglesia Católica, 2560)

Una palabra para nuestromundo

La tradición contempla el texto es-crito (de las Escrituras) como algo

vivo. Esta es una de las ideas más profundasque anima la lectio divina… Porque, para mu-chos de los grandes Padres, la inspiración noes algo que tuvo lugar en un momento dado yque actuó sobre los escritores sagrados, cuyoresultado fue los textos inspirados. Es una in-fluencia que sigue existiendo y está siemprepresente, y que actúa en el interior mismo deesos Libros, que son y permanecen inspirados.La presencia del Espíritu que una vez inspirólas Escrituras, asegura su perenne juventud…y continúa insuflando vida en su interior. (Ma-riano Magrassi, OSB, Praying the Bible: An In-troduction to Lectio Divina [tr. EdwardHagman; Collegeville: Liturgical Press, 1998],pp. 27-28.)

La oración es para la gente activaOración y acción son absolutamenteinseparables. Las palabras, los gemi-dos y las aspiraciones que componennuestra oración, tienen que tradu-cirse en la urdimbre y ajetreo denuestra vida cotidiana. (ChristopherHayden, Praying the Scriptures: APractical Introduction to Lectio Divina[London: St Pauls, 2001], p. 19)

“El comportamiento deDios en cuanto a mi

persona” (San J.B. de LaSalle)

Creemos que Dios tiene un plan paranuestras vidas. A veces nuestra tarea

puede consistir, no tanto en discernireste plan, sino en vivir con la con-

fianza de que es Dios quien nos con-duce. Incluso la apariencia de caos nosupone la negación del plan de Dios.Algunas veces en nuestras vidassomos capaces de discernir en re-

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trospectiva, cómo Dios actuó de una maneraoculta y sorprendente, pero en general, laúnica “experiencia” a nuestro alcance sobre elplan de Dios, está en una fe confiada. Quizás,y no debe sorprendernos, una de las garantíasmás afectuosas que encontramos en la Bibliasobre el plan de Dios para con su pueblo, datade un tiempo en que su confianza en Dioshabía sido sacudida por una amarga expe-riencia… Dios declaró a Jeremías que Él nohabía rechazado a su pueblo escogido, sinoque todavía estaba dispuesto a bendecirlo…“Que yo bien me sé los pensamientos quepienso sobre vosotros – oráculo del Señor –pensamientos de paz, y no de desgracia, dedaros un porvenir de esperanza. (Jer 29 – 11)”

A medida que avanza la vida, la oración setransforma cada vez más en nuestra total con-fianza para permitir que los planes de Dios arrai-guen en nuestras vidas. (Christopher Hayden,Praying the Scriptures, pp. 21-22)

Por qué la oración Bíblica?Un cristiano es, fundamentalmente, alguienque está convencido de la realidad de la afec-tuosa iniciativa de Dios, que ha alcanzado sumáxima expresión en Jesús. Él, o ella, no estanto alguien que hace cosas por Dios, sino al-guien que está convencido, como María, deque “el Todopoderoso ha hecho cosas grandesen mí” (Lc 1-49). Por lo tanto, la vivencia cris-tiana no es otra cosa que una respuesta alamor de dios en Cristo, y una disposición con-tinuamente abierta a su iniciativa. Cuandonos aproximamos a la Biblia, lo hacemos conla disposición y el deseo de responder a la pa-labra de Dios. Para el cristiano, Escritura yoración son las dos caras de la misma moneda,tan íntimamente relacionadas como la inicia-tiva de Dios y nuestra respuesta. (ChristopherHayden, Praying the Scriptures, pp. 23-24)

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Oración Bíblica en elSínodo de los obispos de 2008

Hace más de diez años, Mario Masini, profesorde exégesis bíblica en la Facultad Pontificia de Te-ología de el Marianum, Roma, presentó su libritosobre la lectio divina de la siguiente forma:

El descubrimiento de la lectio divina fue para-lelo al retorno del estudio de la Biblia por partede los fieles cristianos. Ambos acontecimientossiguen las recomendaciones del Concilio Vati-cano II, tal como se exponeen los documentos ma-gistrales de la Iglesia con-temporánea, en un“crescendo” que testificala gran importancia quese le da hoy en día a la lec-tio divina. (Mario Masini,Lectio Divina: An AncientPrayer that is Ever New[New York: St Pauls,1998], p. vii.)

Algunos de nosotros pue-den sorprenderse al oír ha-blar de este “re des cubri- miento”. Esto puede ser másevidente en algunas partes del mundo que enotras, y también este hecho es aplicable al mundoLasaliano. Pero el “crescendo” sólo puede ir amás: en los últimos meses, las referencias a la lec-tio divina se han multiplicado en los documentosrelacionados con el Sínodo de los Obispos de oc-tubre de 2008.

El Sínodo de los ObisposLa 12ª Asamblea General del Sínodo (del 5 al 26de octubre de 2008) tenía como tema “La Pala-bra de Dios en la Vida y en la Misión de la Igle-sia”. Esta fue la última de una serie de asambleas,unidas consciente y verbalmente con la 11ªAsamblea de octubre de 2005: “La Eucaristía:Fuente y Cumbre de la Vida y de la Misión de laIglesia”. Es costumbre del Santo Padre emitir una

Exhortación Apostólica post-sinodal, tal comohizo Benedicto XVI con Sacramentum Caritatis(febrero de 2007) después del Sínodo de 2005.

El Sínodo y la Lectio DivinaLos diferentes documentos relacionados con el12º Sínodo están disponibles en la página “web”del Vaticano (http://www.vatican.va/roman_curia /synod/index.htm). Aquí podríamos poner

de manifiesto algunos as-pectos del progresivo “cres-cendo”, haciendo notar queel primer texto para debateenviado a los Obispos (Line-amenta) incluye una docenade referencias a la lectio di-vina. Siguiendo las ideas deuna consulta a nivel mun-dial, el documento de tra-bajo de la Asamblea (Instru-mentum La boris) contiene eldoble de referencias, e in-cluye toda una sección (nº38) a este tema.

El Mensaje de los Obispos El mensaje de los Obispos al Pueblo de Dios al con-cluir su Asamblea (24 de octubre), se refiere a rezarcon los salmos en la Liturgia de la Horas. Dice así:‘la tradición ha introducido la práctica de la lectiodivina, lectura orante en el Espíritu Santo, capazde abrir al fiel no sólo el tesoro de la Palabra deDios, sino también de crear el encuentro conCristo, Palabra divina y viviente’. (nº 9).El Men-saje continúa dando una descripción muy útil delos elementos tradicionales de la lectio divina:

Ésta se abre con la lectura (lectio) del texto,que conduce a preguntarnos sobre el conoci-miento auténtico de su contenido práctico:¿qué dice el texto bíblico en sí? Sigue la medi-tación (meditatio) en la cual la pregunta es:

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¿qué nos dice el texto bí-blico? De esta manera sellega a la oración (oratio)que supone otra pregunta:¿qué le decimos al Señorcomo respuesta a su Pa-labra? Se concluye con lacontemplación (contem-platio) durante la cualasumimos como don deDios la misma miradapara juzgar la realidad, ynos preguntamos: ¿quéconversión de la mente, del corazón y de lavida nos pide el Señor? (nº 9)

PropuestasAl concluir el Sínodo, como es costumbre, losObispos votaron una lista de propuestas (enlatín) para ser presentadas al Papa. El Vaticanopublicó una traducción italiana de la lista (25 deoctubre). Hay siete referencias a la lectio divinaen seis de estas propuestas.

Y ahora, ¿qué?El Santo Padre es libre, por supuesto, para tomarsu propia postura sobre cualquier documentopost-sinodal. Pero el énfasis puesto en los dife-rentes documentos del Sínodo sobre esta aproxi-mación a la oración bíblica, bien puede sugerirque el Papa quiere urgir un uso más extenso.Ciertamente el Santo Padre ya ha expuesto cla-ramente su punto de vista en su alocución alCongreso Internacional que conmemoraba el 40ºaniversario del Dei Verbum, el documento del Va-ticano II sobre la revelación:

En este marco, quisiera recordar y recomendarsobre todo la antigua tradición de la Lectio di-vina: la lectura asidua de la Sagrada Escrituraacompañada por la oración realizada en el co-loquio íntimo en el que, leyendo, se escucha aDios que habla y, orando, se le responde conconfiada apertura del corazón (cf. Dei Verbum,25). Estoy convencido de que, si esta prácticase promueve eficazmente, producirá en la Igle-sia una nueva primavera espiritual. Por eso, espreciso impulsar ulteriormente, como ele-mento fundamental de la pastoral bíblica, laLectio divina, también mediante la utilización

de métodos nuevos, adecua-dos a nuestro tiempo y pon-derados atentamente. Jamás

se debe olvidar que la pala-bra de Dios es lámpara paranuestros pasos y luz ennuestro sendero (cf. Sal119, 105). (Discurso delSanto Padre Benedicto XVIal Congreso Internacionalen el XL Aniversario de laConstitución Conciliar ‘DeiVerbum’, Viernes 16 de

septiembre de 2005)

El Sínodo y la Familia LasalianaEn su Carta Pastoral a los Hermanos en las Navidadesde 2008, el Hermano Superior General nos men-ciona dos veces el Sínodo como palabra de Dios.

Siguiendo sus reflexiones sobre dos de las Medi-taciones para el Tiempo de Retiro de San Juan Bau-tista de la Salle (MR 195 y 196), el H. Álvaroqueda impresionado por la manera en que elFundador nos invita a nosotros, que estamos lla-mados a ser colaboradores de Jesús, a leer elEvangelio, con el fin de que seamos guiados y for-mados por el ejemplo del mismo Jesús. Seme-jante lectura ‘nos hace recordar el papel centralque la Escritura debe tener en nuestras vidas deHermanos, particularmente el Evangelio, que enpalabras del Fundador debe ser nuestra primeraRegla.’ El H. Superior describe el Sínodo de 2008como ‘una invitación a recuperar esta mediaciónfundamental de nuestra búsqueda de Dios y dela escucha de su Voluntad (p. 15)’. Un poco másadelante, el H. Álvaro señala que ‘la metodologíaevangélica de Jesús nos debe llevar también a noseparar jamás Palabra y Vida (p. 17)’ El H. Supe-rior nos llama la atención sobre la sección “Co-munidades de Oración” del documento VidaInterior del último Capítulo General, y tambiéncita del documento de trabajo del Sínodo, lo si-guiente: ‘la Palabra de Dios debe ser leída te-niendo presente los eventos y los signos de lostiempos con los cuales Dios se manifiesta en lahistoria’ (#58).

(La Carta Pastoral a los Hermanos del Hermano Superior Ge-neral, así como los documentos del Capítulo General, pue-den descargarse de la página web del Instituto:http://www.lasalle.org/)

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Oración Bíblica:Esencialmente Lasaliana

San Juan Bautista de La SalleNi los Hermanos ni ningún Lasaliano necesitanser convencidos de que San Juan Bautista de LaSalle oró con las Escrituras. Su formación en elseminario de San Sulpicio hizo que adquirierauna gran veneración por las Sagradas Escrituras,algo evidente en la vida de Jean-Jacques Olier, elsacerdote que fundó el seminario y constituyó laSociedad que lo dirigió. Según un Sulpiciano dehoy en día, Fr. Olier entronizó las Escrituras ensu habitación, las veneraba cada vez que entrabao salía, leía el Antiguo y el Nuevo Testamento du-rante medía hora cada mañana y cada noche, yhabía diseñado unas tapas en las que se mostrabaque “él tenía tanta devoción por la Palabra comopor la Eucaristía”:

“Dichas tapas están confeccionadas en plata,por un lado representan la Palabra, simboli-zada por un libro adorado por un querubín;por el otro, una imagen de la Eucaristía, igual-mente adorada por los coros angélicos.

El método de oración de Olier tiene sus oríge-nes en las instrucciones para la gran oracióndel Deuteronomio, el Shema Israel. Él lo des-cribe de la siguiente manera: “Aquí propone-mos un método sencillo, que se ajusta alesquema del mismo Dios, expre-sado con anterioridad en laLey. Consiste en tener anuestro Señor ante nues-tros ojos, en nuestrocorazón y en nuestrasmanos. Esta es laforma que, por ordende Dios, se pedía a losjudíos para que cum-plieran la Ley. `Guar-daréis estas palabras envuestro corazón. Las ata-réis como un signo a vues-

tra mano y os las colocaréis y llevaréis entrelos ojos´” (Introducción a la vida y virtudes cris-tianas).” (David D. Thayer, S.S, ‘Fr Olier’s De-votion to the Scriptures’, Actualizada, Veranode 2008, p. 4; el subrayado es nuestro.)

Como bien sabemos, los propios escritos de LaSalle, particularmente las Meditaciones y la Intro-ducción al Método de Oración, son frecuentementeun tapiz de citas bíblicas y alusiones que aplicacon gran perspicacia a la vida y ministerio delmaestro.

La Salle y la Lectio Divina¿Utilizó nuestro Santo Fundador la lectio divina yanimó a los demás a usarla? Quizás la respuestasea la misma que valdría para algunos de nos-otros: lo hizo, pero hasta donde nosotros sabe-mos, no empleó ese término, al menos en susescritos. En el último capítulo del detallado aná-lisis que hace el H. Luis Varela sobre el lugar fun-damental que las Escrituras ocupan en laespiritualidad de La Salle, nos muestra

“…el conocimiento y compenetración delSanto con la Palabra revelada, cómo la poseíarealmente por su interior, y la usaba, no amodo de artificio literario, sino por necesidad

vital. La Salle cita la Escritura, porquesu vida entera descansa sobre la fe;y esta fe se apoya principalmenteen la Sagrada Escritura, siempreinterpretada por la Iglesia. De

ahí que la Escritura es con-sustancial a su obra. (LuisVarela Martínez, FSC, Bi-blia y Espiritualidad en SanJuan Bautista de La Salle[Colección «Sinite», 10;Tejares-Salamanca: Insti-

tuto Pontificio «San Pio X»,1966], p. 296)

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El H. Luis se refiere al método de oración interiordel Fundador como algo íntimamente relacio-nado con la lectio divina:

“Consciente de la función de la Pa-labra de Dios en cualquier espiri-tualidad, La Salle ofrece, comoespíritu peculiar a los Hermanos, laflor más pura que puede brotar de laentrega total a esta Palabra, en cuantotestimonio de Dios a los hombres: el‘espíritu de fe’. Así, sobre la Escritura,tomada en su aspecto más íntimo ydivino, a través del prisma de la fe, sefundamentará toda la espirituali-dad lasaliana. En consecuencia,La Salle dará a sus hijos un mé-todo de oración igualmente bí-blico en su esencia y en suexpresión, alimentado cons -tan temente en el hontanarde la ‘lectio divina’, y hará dela Escritura su ‘primera y prin-cipal regla’.” (p. 297)

La Biblia en la vida del Hermano y de todos los LasalianosEl prefacio de la actual Regla de los Hermanos esun texto completo del capítulo 2,‘Del Espíritu deEste Instituto’, de la Regla de 1718. Aquí esdonde ‘el espíritu de este Instituto’ queda iden-tificado como ‘el Espíritu de Fe, en primer lugar’,como señala el H. Luis Varela. También es aquídonde se nos dice que ‘los Hermanos de esta So-ciedad tendrán profundísimo respeto a la Sa-grada Escritura’.

La revisión de la ReglaEste espíritu de fe y un respeto profundo por lasEscrituras van, por lo tanto, unidos a la exigenciade la Regla actual: ‘…para entrar y vivir en el espí-ritu de su Instituto los Hermanos se nutren conti-nuamente de la Palabra de Dios, que estudian,meditan y comparten entre ellos’ (6). También de-clara que ‘la comunidad de los Hermanos es comu-nidad de oración. Los Hermanos rezan juntos;juntos escuchan y meditan la Palabra de Dios’ (50).

El hecho de que en los últimos años haya sido‘cada vez más clara la demanda de los Seglares acompartir la misión, el carisma y la espirituali-

dad lasaliana’ se entiende como una caracterís-tica del nuevo contexto que aumenta la necesi-dad de revisar nuestra Regla, en la que haymucho que otros Lasalianos encuentran esti-mulante. (Circular 459, pp. 4-5). Es significativo,por lo tanto, que bajo los ‘Aspectos a consideraren la revisión de la Regla’, el Consejo General en-cabece la lista con ‘El Evangelio nuestra primeray principal Regla’. Su comentario al respectoconcluye:

La nueva redacción deberá mantener siempreen primer plano la radicalidad de la vivencia del

Evangelio. Para ello, las orientaciones dela Regla actual siguen siendo muy vá-

lidas. Renovemos nuestro es-fuerzo en hallar en la

Sagrada Escritura la fuentey el alimento primordial de

nuestra oración. Leer, escu-char, estudiar, meditar y com-

partir juntos la Palabra será lamejor forma de predisponernos al

trabajo que se nos pide. (Circular459, p. 9)

El 44º Capítulo General y la LectioDivinaComo ya hicimos notar con anterioridad, en suCarta Pastoral de Navidad el Hermano Supe-rior General llama nuestra atención sobre lasección de Oración Interior, el primero de losdocumentos del Capítulo General de 2007,donde nos insta a que nuestra oración diaria,‘lectura orante de la Palabra de Dios’, sea untipo de lectura que nos lleve a descubrir, porun lado, la relación religiosa que hay entre lahistoria y la situación socioeconómica de nues-tros pueblos –encarnada en la vida sencilla dela gente con la que vivimos; y, por otro, las na-rraciones bíblicas. (Carta Pastoral, pp. 17-18;Circular 455, p. 13)

Esto es parte del ‘horizonte’ hacia el que mira-ban los delegados al Capítulo: ‘Hermanos espi-ritualmente significativos en comunidadesproféticas’ (p. 11). Cuando llega el momento deanimarnos a actuar con el fin de movernos haciaeste horizonte, proponen seis Líneas de Acción.De ellas, la segunda recomienda específicamentela Lectio Divina. Hace una llamada a la lectura de

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la Biblia que une ‘la exégesis de la realidad y dela comunidad, para discernir los signos de lostiempos (p. 15)’, y así nos recomienda `losmodos en que la Lectio Divina –el silencio, el do-minio de sí y la humildad– pueden alimentar yayudar a profundizar en la vida interior de cadaHermano.´ (Circular 455, p. 15)

La Oración Bíblica y la MisiónLasaliana

El primer documento para debate en el Sínodo,sobre la Palabra de Dios, contiene un corto frag-mento que muy bien podría haber sido escritopara los Lasalianos. Asegura que, en una lecturade las Escrituras con espíritu de oración, las per-sonas `encontrarán fuerza renovada en su tareade educación y de evangelización, especialmenteentre los pobres, los pequeños y los últimos´ (Li-neamenta, 27)

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Lectio Divina: una aproximaciónpara individuos y grupos

P. Christopher Hayden, en el libro anteriormentemencionado, nos dice algunas cosas útiles, tantosobre la terminología como sobre la aproximacióna la Lectio Divina.

Los términosÉl sugiere, observando la terminología, que lostérminos en latín (a pesar del peligro de que sue-nen algo esotéricos) son, al menos, “neutrales”,mientras que en su traducción los términos co-rrespondientes pueden llevar una “carga” que po-dría despistarnos. Por lo tanto mantenemos lostérminos tradicionales.

Una aproximación: para guiarnos, nopara encadenarnos. En cuanto a la aproximación ala Lectio Divina, Fr. Hayden es-cribe que, aunque hay cuatro pa-sos en esta aproximación: lectio,meditatio, oratio, y con tem platio,él recomienda una actitud co-herente con su afirmación an-terior, sobre el hecho de queoración es “nuestra respuesta alDios que ya nos ha hablado pri-mero” (p.17)

“La Lectio Divina no pretende seruna especie de camisa de fuerza quenos imponga los detalles de cómotenemos que orar. La estamos pre-sentando paso a paso, pero esto noquiere decir que cualquier rato deoración con la Biblia tenga queestar tan bien ordenada. En lapráctica, con frecuencia estare-mos haciendo la Meditatio, re-flexionando sobre un texto,incluso mientras lo leemos. Al-gunas veces, el primer contactocon un versículo de la Escritura

nos conducirá directamente a la oración. In-cluso más, puede darse la extraña circuns-tancia de que, con sólo abrir la Biblia, nossintamos movidos a sentarnos plácidamenteen pura contemplación.”

“Cuando, sin esfuerzo alguno, se da en nues-tro interior un impulso en el momento denuestra oración bíblica, deberíamos seguirlo,y no intentar ansiosamente seguir los pasos,uno tras otro, de un modelo rígido. Sería útilconsiderar los diferentes pasos como compo-nentes de la Lectio Divina, y no como pasos es-trictos que ne ce sa riamente debemos seguiruno tras otro. Sin duda alguna el recorrido“normal” a seguir será progresivo – o esfuerzo

por progresar – por los diferentes pasosde la Lectio Divina, pero estos se nos

dan para guiarnos, no para encorse-tarnos.” (p.77)

Esto nos recuerda el comentario delHermano Donald Mouton sobre elMétodo de Oración de La Salle:

“Para La Salle, la oración interiorno es un sendero difícil de seguir,

sino un diálogo con el Dios viviente.Y el criterio último de oración no se

encuentra en el número de actos reali-zados, sino en la vida. Sabemos que laacción de Dios ha surtido efecto en nos-otros cuando salimos de la oración concelo renovado para cumplir nuestrosdeberes por amor a Dios.” (Explana-tion of the Method of Interior Prayerby John Baptist de La Salle [ed. Do-nald Mouton, FSC; Landover,Maryland: Christian Brothers Con-ference, 1995], p. 13).

El cómo…Lo que ahora sigue son sencillamente

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unas breves notas ilustrativas, especialmentepara aquellos que no estén familiarizados conesta aproximación a la oración. Las citas son deFr. Christpher Hayden. Para mas detalles, reco-mendamos insistentemente la lectura de su libro,o alguna de las muchas guías disponibles en di-ferentes idiomas. (Ver “Otras lecturas”)

1. LectioLectura del texto. Las lecturas deldía ofrecen una buena base paraempezar. El tener un conjuntode lecturas ya escogidas, nosayudará a evitar la elecciónde los pasajes que nos gus-tan porque nos resultan “re-confortantes”. A vecespuede ayudar la consulta dealgunas notas o comentarios,pero el objetivo aquí no estanto el estudio bíblico (quepuede ser un preludio útil), cuantouna comprensión clara y razonable delsignificado completo que tenía el texto para suoyentes originales.

2. MeditatioEscuchar para encontrar conexiones. “Desdeel contexto bíblico a nuestro contexto”. La Lectionos ha proporcionado información sobre estetexto, pero “la Palabra de Dios es palabra de vida,no simplemente palabra de conocimientos”.Ahora dejemos que toque nuestras vidas. En laLectio “nos esforzamos para dominar la palabra,pero lo hacemos sólo con el fin de que la palabrapueda dominarnos a nosotros”. En la Meditatiobuscamos puntos de contacto entre el plan deDios manifestado en la Biblia, y nuestras propiasvidas a medida que se van manifestando.” Estospuntos pueden ir confirmándose o pueden que-dar como un reto. Tengo que escuchar lo que Diosme está diciendo hoy.

3. Oratio“Una vez leída y comprendida la palabra de Dios,habiendo reflexionado sobre ella y habiendo vistocómo nos habla, es lógico que reaccionemos antelo que hemos visto.” La Oratio no es otra cosa quenuestra reacción ante la Palabra; ha llegado nues-tro turno para dirigirnos a Dios. Puede que sea

el arrepentimiento espontáneo, o un nuevo com-promiso, lo que haga que nos demos cuenta de lolejos que están nuestras vidas de los valores in-trínsecos de la Palabra. Quizás quedemos sor-prendidos por la mera bondad de Dios, y recemosdándole gracias, o podemos rezar por las necesi-dades de las personas que conocemos, o por losque salen en los noticiarios.

4. ContemplatioLa “carga” que lleva este término

puede que haga que lo rechace-mos, como terreno exclusivode los monjes contemplati-vos de los monasterios o delos místicos. Este no es elcaso. Hemos intentado en-tender nuestro texto, per-

mitiéndole comprometernuestras vidas en el presente,

animándonos a dar una res-puesta al Dios que hace mucho

tiempo empezó una relación con nos-otros. ¿Qué más podemos hacer? Ese es el puntode la Contemplatio. No hay nada más que nosotrospodamos hacer, excepto “dejar que las cosas dis-curran tal cual, y permitir que Dios actúe”. Parala gente muy ocupada, esto puede parecer unadisciplina difícil y a veces aparentemente infruc-tuosa, pero es un preludio esencial para la ac-ción. Sencillamente “estamos dando a Dios unaoportunidad para trabajar con nosotros”. La Con-templatio, hasta donde supone un esfuerzo pornuestra parte, es nuestro consentimiento paraque Dios nos transforme.

La Lectio Divina y la vidaComo nos dice P. Hayden, “el compromiso devivir según la palabra de las Escrituras, podríaconsiderarse como un quinto elemento en el pro-ceso de la Lectio Divina, porque sin él todo esteproceso estaría radicalmente incompleto”.

“La Palabra de Dios es para nuestra transfor-mación, no para una mera información. Espara la vida y para vivirla. Asimismo, la LectioDivina no es una actividad solitaria. La Palabrade Dios no puede ser un simple entreteni-miento o algo que nos interesa de forma es-pecial, sino que debe transformar nuestras vi-das de una manera concreta y tangible. Lejos

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de establecer un circuito cerrado, un cómodotête-à-tête entre nosotros y Dios, rezar con lasEscrituras nos abre, de una forma nueva y exi-gente, a nuestro mundo.” (p. 106)

La Lectio Divina y vivir como unLasalianoHaríamos bien en reflexionar y hablar los unoscon los otros sobre este tema, sobre las conexio-nes que se dan entre esta aproximación a la ora-ción con las Escrituras, y lo fundamental de laoración interior de San Juan Bautista de La Salle.

Como punto de partida observamos lo que losHermanos Miguel Campos y Michel Sauvage per-cibieron, o sea, que dentro de su aparente com-plejidad, el método de La Salle abarca ‘‘la unidadde un movimiento que parte de la vida y conducea la vida. Dinamismo único en el que pueden seridentificados cuatro tiempos’ (p. 378):

1. En la trama concreta de nuestro caminar,percibir y asumir las tensiones y las fuerzasque dividen o unifican oración y ministerio.

2. A partir de los acontecimientos de lavida, reconocer y celebrar a un Dios Padreque nos llama para colaborar en su obra.

3. En Jesucristo encarnado entre nos-otros y viviendo entre nosotros por suEspíritu, contemplar las maravillas delHijo liberador-mediador que nosenvía a la juventud abandonadapara representarlo.

4. A partir de la confrontación entre lavida y el evangelio, acoger y actualizarla fuerza del Espíritu, que convierte loscorazones y renueva la faz de la tierra.

Miguel Campos, FSC y Michel Sauvage,FSC, Explicación del método de oración(de San Juan Bautista de La Salle): Pre-sentación del texto de 1739; Instru-mento de trabajo (tr. José BernardoAmuriza, FSC; Madrid: Ediciones S. Pio X,1993), pp. 378-428.

La Lectio Divina para grupos ycomunidadesEn sí misma, la Lectio Divina es unaforma personal de oración, pero, como

muchos sabemos, puede adaptarse perfecta-mente como una aproximación a la oración com-partida. Entonces se la denomina collatio, descritay recomendada en los Linamenta del Sínodo como“una experiencia compartida de Dios, prove-niente de la Palabra misma que escuchamos” (nº5). También se hace referencia a la misma, ani-mándonos a practicarla, en la larga sección que eldocumento dedica a la Lectio Divina (nº 38)

P. Christopher Hayden esboza una aproximación“que también la presenta [la Lectio Divina] comoideal para una oración compartida o en grupo” .(p.111)

De nuevo proporcionamos breves notas de los co-mentarios y sugerencias (pp.111-112), y reco-mendamos una lectura más completa. Losdistintos grupos tienen que desarrollar su pro-pio proceso.

Lectio“El solo hecho de que el texto sea leído en voz alta

por otra persona puede ayudarnos a oírlode forma distinta. El mero com-

promiso de estudiar un texto y en-tender su trasfondo y su significado,

puede hacer que disfrutemos más denuestro esfuerzo. Como alternativa,un componente del grupo puede llevara cabo el estudio de un pasaje en parti-cular, y luego hacer partícipe al grupo

de sus hallazgos.”

1. “Empezad con una oración, invo-cando al Espíritu Santo que es quien

ha inspirado las Escrituras, y quecontinúa trabajando por medio deellas”

2. Leed en voz alta el pasaje esco-gido dos o tres veces, si no es largo, y

que sean dos o tres lectores diferen-tes. Sería ideal que la gente hubierasabido con antelación el texto que seiba a usar.

3. Compartid cualquier hallazgo oidea valiosa. Puede ser muy útil hacersaber a la gente que no se sienta obli-

gada a hablar. Los participantes nodeberían sentirse como forzados adecir algo.

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Meditatio“Los beneficios de compartir son obvios, y, a veces,es asombroso descubrir cómo la Palabra habla deforma tan distinta a diferentes personas.”

4. Participa de lo que el texto le dice a cadamiembro del grupo en su vida actual.

Oratio“Un período de oración común puede ayudar acrecer a todos los que participan”.

5. Compartid intercesiones, peticiones y ala-banzas

Contemplatio“Los ratos concedidos para la contemplatio silen-ciosa, pueden mantenernos alerta ante la pre-sencia del Señor, que promete su acción especialsobre la gente que se reúne para orar: ̀ Donde doso más se reúnen en mi nombre, allí estoy yo enmedio de ellos´.

6. Tened un espacio de silencio.

7. Terminad la sesión con una oración bien co-nocida, como, por ejemplo, la Oración delSeñor.

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Otras lecturas

Las librerías religiosas nos pueden ayudar a encontrar títulos relacionados con la Lectio Divina. Lis-tas recopiladas por Ediciones Paulinas y los Media nos dan a entender que hay una gran cantidadde ellos en nuestro propio idioma.

Una búsqueda por Internet: “libros sobre la lectio divina” nos proporcionó diecinueve títulos sólode Amazon, cada uno con un comentario de diferentes autores.

Hay una extensa bibliografía sobre la Lectio Divina, con títulos en inglés, francés, español, italiano,alemán, etc. en http://www.osb.org/rb/rbbib/b2lect0.html (o en Google ‘lectio bibliography’).

Se invita a todos aquellos que hayan encontrado libros interesantes relacionados con la oración bí-blica, a que envíen esa información bibliográfica al Secretariado “Ser Hermanos Hoy”:[email protected], así podremos publicarla.

A continuación damos algunos títulos en inglés, tanto originales como traducciones, (incluyendoaquellos a los que hemos hecho referencia en este conjunto de artículos):

BIANCHI, Enzo, Praying the Word: An Introduction to Lectio Divina (tr. James W. Zona; Kalamazoo,Michigan: Cistercian Publications, 1998). El Hermano Enzo pertenece a la comunidad monás-tica ecuménica de Bose, Italia.

BINZ, Stephen J. , Conversing with God in Scripture: A Contemporary Approach to Lectio Divina, WordAmong Us Press, 2008.

GARGANO, Innocenzo, OSB, Holy Reading: An Introduction to Lectio Divina (tr. Walter Vitale; Nor-wich: Canterbury Press, 2007). El autor es un monje Camaldulense, maestro de novicios y Priordel monasterio de San Gregorio al Celio, Roma. Es también profesor de teología patrísticagriega y de hermenéutica patrística.

HAYDEN, Christopher, Praying the Scriptures: A Practical Introduction to Lectio Divina (London: StPauls, 2001). (Fr Hayden es un sacerdote que trabaja en una parroquia en Wexford, Irlanda. Haenseñado Sagradas Escrituras en St Peter´s Seminary, Wexford, y en St John´s Seminary, Wa-terford)

MAGRASSI, Mariano, OSB, Praying the Bible: An Introduction to Lectio Divina (tr. Edward Hagman;Collegeville: Liturgical Press, 1998) El Arzobispo Magrassi ha sido Abad del monasterio deSanta Maria della Scala, in Noci, y Arzobispo de Bari.

MASINI, Mario, Lectio Divina: An Ancient Prayer that is Ever New (New York: St Pauls, 1998). MarioMasini es profesor de exégesis bíblica en el Marianum, de la Facultad de Teología de la Pontifi-cia en Roma.

SCHULTZ, Karl A., Becoming Community: Biblical Meditations and Applications in Modern Life (HydePark, New York: New City Press, 2007. Karl A. Schulz es considerado como uno de los más im-portantes escritores y profesores del mundo sobre la lectio divina.

SCHULTZ, Karl A., How to Pray with the Bible: The Ancient Prayer form of Lectio Divina made simple(Huntington, Indiana: Our Sunday Visitor Publishing Division, 2007).

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Español

MESTERS, Carlos, Por detrás de las palabras. Cuenca. Edicay. 1988.

MESTER, Carlos, Hacer arder el corazón (Editorial Verbo Divino, 2008).

MARTÍN, Antonio M., OCSO, La scala claustralium de Guigo II el Cartujo. Experiencia y método de laLectio Divina (Ediciones Monte Casino, 1994)

Serie “Tu Palabra es vida”. Conferencia de Religiosos de Brasil. Revisión: La Casa de la Biblia. Edito-rial Verbo Divino. Estella (Navarra). 2002.

De Verbo Divino:

Serie: Tú tienes palabras de vida.Serie: Tu palabra es vida.Serie: Lectura popular de la Biblia.Serie: Guías de lectura.- Carlos Mesters.Serie: Lectio divina para cada día del año.Serie: Lectio divina para la vida cristiana.

http://www.discipulasdm.org/biblia/lectio_divina/lectio_indice.htm

http://lectionautas.com. Enlaces en ‘Aprendiendo Lectio Divina’ y ‘Lectio Divina Dominical’.

Francés

Libros

BIANCHI, Enzio, Ecouter la Parole, les enjeux de la Lectio divina; éditions Lessius.

BIANCHI, Enzio, Prier la Parole, une introduction à la Lectio divina ; Vie monastique n° 15 ; éditionsAbbaye de Bellefontaine.

DE DREUILLE, Christophe, P., Nourris-toi de la Parole, éditions Parole et Silence.

La collection «Lectio divina» ; éditions du Cerf (+ de 188 titres).

VERLINDE, Joseph-Marie, P., Initiation à la Lectio divina; éditions Parole et Silence.

Revistas

La vie spirituelle (Cerf) n° 740, septembre 2001 et n° 741, décembre 2001 : deux dossiers sur laLectio divina.

Documentaion catholique 2240 (21 janvier 2001)

Lettre apostolique Novo millennio ineute, 39-40, de Jean-Paul II.

Artículos

Dictionnaire de spiritualité (tome 9) Lectio divina et lecture spirituelle (J. Rousse)

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http://www.bible-service.net/site/173.html

http://jerusalem.cef.fr/index.php/fraternites/mediter-la-parole/la-lectio-divina