48

Lendo no Segrel

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Escolma de Citas dalgunhas das Lecturas dos Clubs do Segrel

Citation preview

Page 1: Lendo no Segrel
Page 2: Lendo no Segrel
Page 3: Lendo no Segrel

http://www.unesco.org

Page 4: Lendo no Segrel

―Marta dubidaba que houbese no mundo

unha muller tan feliz coma ela. […]

Héctor amábaa como ninguén a amara,

pensaba, se cadra con fervor de máis,

porque non lle gustaba que ela se rela-

cionase con ninguén, especialmente con

homes…‖

―Acabou por esquivar os compañeiros

de clase algúns dos cales chegaron a

estrañarse moito deste cambio. Como

por arte de maxia, a Marta que co-

ñecían, amable, simpática e aberta, en

pouco máis dun mes volvérase orgullo-

sa, taciturna e distante.‖

Page 5: Lendo no Segrel

―No fondo decidín facelo porque para

min, a amizade consiste precisamente

niso, na comprensión, no apoio, na to-

lerancia; que é, de verdade, o único

que espero de ti logo da miña difícil

confesión. E na sinceridade‖

―É insoportable vivir da nostalxia, das

lembranzas, vante envelenando sen que

te decates‖

Page 6: Lendo no Segrel

―E soubemos xa dende novos

que para emigrar cómpre ser

rico, os pobres paupérrimos,

os que viven na miseria máis

absoluta, eses non teñen

cartos para emigrar. Mesmo

para soñar fan falta cartos‖

Page 7: Lendo no Segrel

―Alí están as embaixadas, as insti-

tucións do novo gobernó iraquí e os

hoteis onde se aloxan os periodistas

e os contratistas occidentais. Uns

veñen contar as desgrazas e infor-

tunios deste país destruido; os ou-

tros, a facer negocios coa recons-

trucción, co petróleo, coas submi-

nistracións, coa miseria destas ci-

dades arruinadas.‖

Page 8: Lendo no Segrel

―Don Melchor ponía el capital y Cus-

todio se ocuparía de lo demás. No

hubo necesidad de ningún contrato o

acuerdo por escrito, ni firmar nada,

bastó con un apretón de manos‖

―El cargo de Jefe Local le había veni-

do caído del cielo después del asesi-

nato del último Jefe. Se había afilia-

do a la Falange porque un compañero

de facultad le aseguró que iba a pa-

sar una guerra en butaca.‖

Page 9: Lendo no Segrel

―Non vaias a pensar que che estou

dicindo que era meiga e facía as

súas maldades valéndose de are-

tes que non todos posúen, non,

era a dela unha maldade vulgar,

non usaba máis ferramentas que

as que ti ou eu poidamos ter: A

palabra‖

Page 10: Lendo no Segrel

―Polas noites, cando regresaba cansa

á súa casa, refuxiábase nos libros de

poemas que fora reunindo durante

aquela breve tempada, en especial

nos que chegaran a ela por medio das

tarxetas. Eran o refuxio secreto no

que se gorecía cada noite, un refuxio

de palabras para conxurar a tristeza

que ás veces medra en nós e nos

anega por dentro‖

Page 11: Lendo no Segrel

―Muchas de esas historias se contaban

en la escuela, cuando las maestras

trataban de que los niños no perdieran

la memoria colectiva‖

―A Bachir le avergonzaba no saber le-

er, pero solo cuando se encontraba con

amigos de su edad. […] curiosamente,

a pesar de ello, le complacía rodearse

de libros, que sabía que le abrían las

puertas de mundos distintos del suyo‖

Page 12: Lendo no Segrel

―No era la primera vez que llegaba a

la conclusión de que los padres, a

pesar de lo que dicen y presumen,

casi siempre están en la inopia con

respecto a sus hijos, sabía de com-

pañeros del instituto que se embo-

rrachaban los fines de semana, que

incluso coqueteaban con las drogas,

sin que sus padres sospechasen na-

da, y cuántos habían perdido ya la

virginidad mientras sus padres creían

que el sexo aún no les interesaba

nada. Y podía seguir y seguir…‖

Page 13: Lendo no Segrel

―Cogí el sándwich y -Grandes Esperan-

zas– y me metí en la cama con una ex-

trema sensación de lujo. Ahhh. Cama,

libro, gatito y sándwich. Realmente,

todo lo que una necesita en la vida‖

―- Cuánta ignorancia - murmuró, y los

ojos me escocieron al instante: ¿yo era

una chica ignorante? Pero continuó -:

Por favor, disculpa mi ignorancia, Cal-

purnia. Me pusiste al corriente del pri-

mitivo estado de tu educación pública,

y yo debería haber pensado que te

quedarías en la inopia en ciertos temas

de ciencia.‖

Page 14: Lendo no Segrel

―- ¿Pero por qué? - acertó a preguntar

su madre, que parecía disponer de un

tiempo muy limitado y quería aprove-

charlo para expresar las frases que

traía preparadas - .

¿No te hemos dado siempre todo lo que

necesitabas? ¿No nos hemos siempre

sacrificado…?

―- Tú no lo entiendes. Tú vives aquí so-

lo y nadie te empuja. Pero entras en

una banda así y no puedes pararte. Co-

ges ese camino y no puedes dejarlo.‖

Page 15: Lendo no Segrel

―Eran los tiempos buenos, cuando

apenas sabía lo que era el dolor, o la

tristeza, o el hambre, o lo peor de

todo: La soledad‖

―Habían sido los tiempos felices.

También eso lo había explicado Mua-

zena. Había hablado del paraíso, y

había dicho que la felicidad sólo está

allí donde sabemos que hemos esta-

do, una vez la hemos perdido‖

Page 16: Lendo no Segrel

―A memoria é unha equipaxe estraña:

Algunhas cousas quedan tan ao fondo

que non as das atopado nunca, mesmo

saber que as conservas, pero outras

quedan sempre de man, e semella que

non pasou un minuto dende que as gar-

daches‖

―E así, memoria a memoria, chegaría-

mos, nun rego de fantasmas, ao día en

que o home aprendeu a falar e a con-

tar historias arredor dun lume‖

Page 17: Lendo no Segrel

―Cuando podíamos, de noche en algu-

na jaima, escuchábamos la música

española en la radio, bailábamos y

nos reíamos: El río de mis recuerdos

se fundía con el mar de sus sueños

sin que ninguna de ellas sospechara

ya nada‖

―Rachid, la magia ni se discute ni se

cree‖

Page 18: Lendo no Segrel

―Mi padre habla a veces de una película,

o puede que sea una novela, en la que

salen hombres libro. Como yo el cuaderno

de Von Arx, cada uno de ellos se sabe

un libro de memoria. Es una película, o

una novela, sobre el futuro, en el que los

libros están prohibidos, y en el que los

bomberos se dedican a quemar los libros

que encuentran en sus registros. ^¿Será

posible que algo así llegue a suceder?‖

Page 19: Lendo no Segrel

―Se alegraba cuando, por no

saber contestar acabábamos

soltando como último recurso un

disparate, en lugar de perma-

necer obstinadamente callados.

Y aun se congratulaba más si la

respuesta suscitaba nuevas pre-

guntas que fueran más allá del

problema inicial. Tenía una con-

cepción original sobre el –error

correcto-‖

Page 20: Lendo no Segrel

―¡Se aprende más leyendo que estu-

diando!

¡Todo está en los libros!

¡La cultura es absorber la vida, aquí

dentro y ahí fuera, estar abiertos a

todo, no pasar de nada, tener curio-

sidad y por encima de todo leer y le-

er, para ser felices, aprender, en-

tender las cosas, hacer que el cere-

bro se engrase!

Page 21: Lendo no Segrel

―Fixen fronte con el, sen podelo evi-

tar racionalmente, lembro como me

sentía. Cando estamos seguros de

actuar con xustiza, por unha causa

nobre, ningún sacrificio é capaz de

ponernos medo‖

―Nunca o volvín ver, a vida, compren-

dino máis tarde, obriga diariamente a

elixir. Deses desencontros, de todo o

que perdemos, aliméntase a nos-

talxia‖

Page 22: Lendo no Segrel

http://www.unesco.org

Page 23: Lendo no Segrel

―Es la primera vez que conozco a al-

guien que busca a la gente y ve más allá

de las apariencias. […] Hemos renuncia-

do a conocer a la gente, nos limitamos

a conocernos a nosotros mismos sin re-

conocernos en esos espejos permanen-

tes. […] Yo suplico al destino que me dé

la oportunidad de ver más allá de mí

misma y de conocer a la gente.‖

―La facultad que tenemos de manipular-

nos a nosotros mismos para que no se

tambaleen lo más mínimo los cimientos

de nuestras creencias es un fenómeno

fascinante‖

Page 24: Lendo no Segrel

―Claro, dixo a raíña, pero instruir non é

ler. De feito é a antítese da lectura. A

instrucción é directa, concreta e perti-

nente. A lectura é descoidada, discur-

siva e permanentemente incitante. A

instrucción pecha un tema, a lectura

ábreo‖

―Ós libros non lles importaba quen os

estivese lendo ou se alguén os lía ou

non. Tódolos lectores eran iguais, ela

incluída. A lectura, pensou é unha man-

comunidade, as letras, unha república.

Page 25: Lendo no Segrel

―Y leía, […] leía para aprender a

ser mejor redactora, para conjurar

las dudas y el devenir lento de las

horas; para descargarme de mis

cuitas con amigos que non podían

traicionarme porque todos, excepto

Tomás, eran personajes de papel.

Leía porque, aunque no quería ad-

mitirlo, en el fondo, seguía estando

sola‖

Page 26: Lendo no Segrel

―Mamá Clara estudara Maxisterio na Coruña

e dera clase durante algún anos. Despois do

Golpe Militar, como os dous simpatizaban

coa República, prohibíronlles exercer de por

vida. Aínda debe de andar pola casa o ex-

pediente de depuración da avoa. Eu creo

que foi daquela cando se refuxiou tanto na

lectura. Lembras que andaba sempre cun li-

bro?

Era certo! A avoa vivía rodeada de libros,

pasaba o día enteiro a ler, mesmo mentres

cociñaba. Daquela parecíame natural, máis

agora comprendía que poucas mulleres así

debía haber na vila, se é que había algunha‖

Page 27: Lendo no Segrel

―En más de una ocasión José le había

confesado su pena porque las nuevas

generaciones de su tribu se estuvieran

relajando en el cumplimiento de las

tradiciones. La influencia española en

la educación y en la vida diaria de la

isla era la principal causante de ello,

pero José añadía que los propios jóve-

nes ya no escuchaban las palabras de

los ancianos como antaño y que, algún

día, habrían de lamentar el desconoci-

miento de muchas de sus costumbres‖

Page 28: Lendo no Segrel

―Muchos años después, fren-

te al pelotón de fusilamiento,

el coronel Aureliano Buendía

había de recordar aquella

tarde remota en que su pa-

dre lo llevó a conocer el hie-

lo‖

Page 29: Lendo no Segrel

―Si sigue todo recto por Broadway, en-

contrará la librería Strand. Si le so-

bran otros dos minutos, ¿Podría dar

una vuelta por las estanterías por mi?

Hace tanto tiempo que sueño con eso…

- ¿Quiere que le traiga algún libro

concreto?

- No. Solo el ambiente… Entre, vaya

hasta el fondo a la derecha, allí donde

están las biografías, mírelo todo con

atención y respire pensando en mí…‖

Page 30: Lendo no Segrel

―Los soldados de la UNE que lograron

salir vivos de Arán, murieron para

que nadie lo sepa. La historia con

mayúsculas de los documentos y los

manuales los ha barrido con la escoba

de los cadáveres incómodos, hasta

esconderlos debajo de la alfombra

que marca el sendero que condujo a

su patria hacia el futuro, y allí si-

guen, cubiertos de polvo, rebozados

en pelusas‖

Page 31: Lendo no Segrel

―En Madrid habría gente que creería

que en 1939 se había acabado la gue-

rra, pero en mi pueblo todo era dis-

tinto. En mi pueblo, los hombres se

echaban al monte para salvar la vida,

y la autoridad perseguía a las mujeres

[…] para ellas todo estaba prohibido,

todo era ilegal, todo era un delito y

la supervivencia de sus hijos un mila-

gro improbable, Así eran las cosas en

mi pueblo‖

Page 32: Lendo no Segrel

―Quería defender a mi hijo a toda

costa, ponerme de su parte, pero no

debía hacerlo con excesiva firmeza, y

menos aún con demasiada locuacidad;

no se trata de acorralar a nadie. Los

maestros y docentes te dejan hablar,

pero después se toman el desquite con

tu hijo. […] No es tan difícil exponer

mejores argumentos que los de los ma-

estros y docentes-, pero al final sería

el hijo el que pagase…‖

Page 33: Lendo no Segrel

―Los partidarios más acérrimos de la rebelión son los sacerdotes, que se di-cen intérpretes de la palabra de Dios, pero su misma condición de sacerdotes los hace de natural holgazanes, acomo-daticios y propensos a estar a bien con el poder.‖

―Puedes hacer uso de lo que te he con-tado, con prudencia y sin revelar la fuente de tus conocimientos. La verdad es que apenas escucho lo que me cuen-tan los hombres […] Los hombres no pagan para que yo les escuche, sino para escucharse a sí mismos en pre-sencia de un testigo paciente‖

Page 34: Lendo no Segrel

―La solidaridad femenina era, en ver-

dad, un tema muy delicado en el patio,

porque las mujeres rara vez se unían

contra los hombres. […] En realidad, mi

madre acusaba a aquellas que se aliaban

con los hombres de ser en buena medida

responsables del sufrimiento de las mu-

jeres. Son más peligrosas que los hom-

bres—explicaba-, porque físicamente

parecen iguales que nosotras, pero en

realidad son lobos disfrazados de ove-

jas, si existiera la solidaridad femeni-

na, no estaríamos inmovilizadas en esta

terraza‖

Page 35: Lendo no Segrel

―De haber continuado corriendo a aquel

ritmo, sin parar, habría llegado a Teneri-

fe sobre las aguas y, además de en el

periódico, me habrían sacado en la Biblia‖

―Yo me siento más Maruja, sin que ello

implique un cambio en mi orientación

sexual o algo por el estilo. Quiero decir

que lo poco que yo tenía de valor se lo

quedó ella con mi tarjeta caducada. Soy

un cuerpo vacío, un traje colgado de una

percha en una casa sin dueño. Quizá haya

llegado el momento de leer -El Quijote-‖

Page 36: Lendo no Segrel

―O que a min me gustaría ser e non

fun é cura. Pero non home, diso

nada. Eu, Elvira López, cura. Unha

cura nova, […] Decateime, eu, aos

meus setenta anos, unha ilusa, e

con iso invadiume un bo desacougo

porque souben que nunca podería

chegar a conseguilo, e non polos

setenta anos, senón por chamarme

Elvira, Elvira López‖

Page 37: Lendo no Segrel

―Me explicó que a leer se empieza

escuchando. Yo más bien habría pen-

sado que, precisamente leyendo. Pero

me dijo: -No, de ninguna manera,

Germain, no crea eso, para conseguir

que a los niños les guste la lectura,

hay que leerles en voz alta– y añadió

que si se hace eso, después se vuel-

ven dependientes como de una droga.

Cuando crecen, necesitan libros‖

Page 38: Lendo no Segrel

―Nadie les atendía ni se ocupaba de

ellos, y sólo traían comida muy de

cuando en cuando. Tenían tanta ham-

bre que se dedicaban a masticar hier-

ba seca y trocitos de paja. Nadie los

consolaba. La chica se preguntaba si

esos gendarmes no tendrían familia,

hijos a los que veían al volver a casa.

¿Cómo podían tratar a los niños de

esa manera?‖

Page 39: Lendo no Segrel

―Le hablé de cómo hasta aquel mo-

mento no había comprendido que aque-

lla era una historia de gente sola, de

ausencias y de pérdida, y que por esa

razón me había refugiado en ella has-

ta confundirla con mi propia vida, co-

mo quien escapa a través de las pági-

nas de una novela, porque aquellos a

quien necesita amar son solo sombras

que viven en el alma de un extraño‖

Page 40: Lendo no Segrel

―Yo podía comprender que se aver-

gonzase de no saber leer ni escri-

bir, y que hubiera preferido com-

portarse de una manera inexplicable

conmigo antes que permitir que la

desenmascarase, al fin y al cabo,

ya sabía por propia experiencia que

la vergüenza puede forzarlo a uno a

mostrarse esquivo, a ponerse a la

defensiva, a ocultar y desfigurar las

cosas, incluso a herir a los demás‖

Page 41: Lendo no Segrel

―Esto es lo que me encanta de la

lectura, en un libro encuentras un

detalle diminuto que te interesa, y

este detalle diminuto te lleva a

otro libro, y algo en este te lleva a

un tercer libro. Es matemáticamen-

te progresivo; sin final a la vista, y

sin ninguna otra razón que no sea

por puro placer‖

―Leer buenos libros te impide dis-

frutar de los malos‖

Page 42: Lendo no Segrel

―Si todos los profesores hubiesen sido

como el señor Morton y la señorita

Bernstone, Francie habría sabido lo que

era el cielo. Pero quizá fuese mejor que

no ocurriera así. Debe haber aguas tur-

bias y oscuras para que el sol tenga algo

que enmarque su deslumbrante gloria…‖

―En el cerebro de Katie surgió súbita-

mente la respuesta, tan sencilla que fue

como si un relámpago de asombro cruzara

su mente. ¡Educación! Eso era. Era la

educación lo que diferenciaba a las dos

mujeres. La educación los colocaría por

encima de la miseria y la inmundicia.‖

Page 43: Lendo no Segrel

―Estaba convencida de que aquel

hombre era excepcional, el único que

había conocido que era capaz de ves-

tirla con la mirada. Boris levantó la

cabeza y se volvió hacia la sirena.

Julie no pudo evitar estremecerse.

En la mirada que Boris posó en ella

había lo que nunca había tenido la

suerte de sentir. Respeto‖

―A veces hay que dar tiempo al tiem-

po para comprender qué querían en-

señarnos nuestros padres.‖

Page 44: Lendo no Segrel

―Na parede máis afastada da porta

aliñábanse varios estantes de ma-

deira ateigados de libros. Caldas

lembraba as palabras do seu paí

cando insistía en que podía coñecer

aos homes simplemente atendendo

ao que beben ou ao que len‖

Page 45: Lendo no Segrel

―O pai mirou ao seu irmán, cos ollos

sorrindo tras a máscara, e Caldas

contemplou fascinado como comeza-

ban a falar sen necesidade de pa-

labras, movendo os músculos do

rostro, comunicándose na linguaxe

que conservan os que teñen na in-

fancia un idioma común‖

Page 46: Lendo no Segrel

―Me temo que nada finaliza realmente

cuando llega el fin. Los recuerdos per-

manecen mientras son capaces de blandir

su espada y encontrar un punto blando

en la mente para hacer un tajo y pene-

trar en ella‖

―Las grandes cosas no son más que pe-

queñas coas en las que uno se fija‖

―Quiero palabras en mi entierro. Aunque

imagino que eso significa que necesitas

vida en tu vida‖

Page 47: Lendo no Segrel

―A los alemanes les encantaba que-

mar cosas, tiendas, sinagogas,

Reichstags, casas, objetos persona-

les, gente caída en desgracia, y, por

descontado, libros. Disfrutaban de

una buena hoguera de libros, lo que

proporcionaba a la gente interesada

la oportunidad de conseguir ciertas

publicaciones que, de otro modo, no

habría tenido‖

Page 48: Lendo no Segrel