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uando el 2 de mar- zo NicolásII deci- de abdicar,Lenin se encuentla en Zurich más pre- ocupado por las actividades socia- -::) sutzas que por el curso de los . - ::-ainllentos que se sucedenen . , :: : En un abrir y cerrar de ojos, : --r - - ::cribir artículos y dar confe_ -:- - _, .::e relojeros helvéticos a in_ -:-.:- _ :::.: l:s inesperadas noticias : --.. ,,.: el fin del zarismo.A - - -: - _: :i: :.', :tento sólo le obsesio_ -r _-- _:_ -::.Rusia\-participar - -: - -- : - :: ::. : :3\. OIUCión que Se - :- -- _-.. . :i:: ::siasposibili_ ---:- :-__ : _ :-.-... rdequesin r . _, _: _ :---:i.: _J ieri impo_ : - : l:i-:-:- \. : :_,::j : SiCióna -,:... :. Jc lln .,-::.'a¡ re_ _telegrama desde el N{inisterio de AsuntosExteriores que confirma sus intenciones: "Su Majestad Imperial ha decidido esra mañana que losrevo- lucionarios rusos sean rransportaclos a través de Alemania y provisios de ma- terial de propaganda parapoder traba- 1ar en Rusia".Lenin podíapor fin re- gresar a casa y prender la llama de la revolución que ranto anhelaba. Peri*do inestable * Tias la abdica_ ción del Zar casi nadie en Rusia creía en un ¡etorno a la monarquía, y la gran ma¡,oría de políticos,militares v hom- bres de negocios del paísdaban por sentadoque el estadose convertiría en una república. Peroaunquecoin- cidían en la ideade fondo, lai cuesrio- nes formales resultarían una fuente de conflicto de difícil resolución. N,Iien- ¡ras loskadetes (miembros del partido Constitucional Demócrata)del recién rnstau¡ado gobiernoprovisional que_ rian mantener una administración unltaria v se oponían a cualquier sub_ Jir irión clelImperio. socialisras revo- A la izqda., el zarNicolás ll.Arriba, Kerenski sed¡rige a la Duma (parlamento) en j911. lucionarios y mencheviques estaban dispuesros a cederunt. in, asoiracio- nesnacionales de la población no rusa, paraevirar que los movimienrosse- paratistas (especialmente en Ucrania) acabaran descomponiendo el estado. La situación del gobiernoprovisio- nal careció de estabilidad desdeel pri- mer día. Los minisrros Iiberalesse desesperaban al comprender que sólo podían mantener el poder gracias al respaldo de los mencheviques v los socialistas revolucionarios. únicamen- te les cabíaesperar que, con el paso del tiempo. la siruación les permiiiera anularran desaveniclo marrimoniov gobernar sin la interferencia de Ios so- cialisras. Pero para elloerapreciso que ei POSDR bolchevique (separado de los mencheviques desde l9l2) rc causara problema alguno. Las aspi- raciones de Ios liberales no parecian ninguna utopía. Y es que.a pesar de la presión que ejercería Lenin sobreel 44 llliTrrRl\ \

Lenin comunismo

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uando el 2 de mar-zo Nicolás II deci-de abdicar, Leninse encuent la enZurich más pre-ocupado por lasact iv idades socia-

- : : ) sutzas que por el curso de los. - : : -a in l lentos que se suceden en. , : : : En un abr i r y cerrar de ojos,: - - r - - : :cr ib i r ar t ículos y dar confe_-:- - _, . : :e relojeros helvét icos a in_-:- . : - _ : : : . : l :s inesperadas not ic ias

: - - . . , , . : e l f in del zar ismo. A- - -: - _ : : i : :. ' , :tento sólo le obsesio_-r _-- _:_ - : : .Rusia\-part ic ipar

- - : - - - : - : : : : . : :3\ . OIUCión que Se- : - - - _- . . . : i : : : :s iasposibi l i_--- : - : -__ : _ : - . - . . . rdequesinr . _, _: _ : - - - : i . : _J ier i impo_

: - : l : i - : - : - \ . : :_, : : j : SiCióna-, : . . . : . Jc l ln

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_telegrama desde el N{ in ister io deAsuntos Exteriores que confirma susintenciones: "Su Majestad Imperialha decidido esra mañana que los revo-lucionar ios rusos sean rransportaclos através de Alemania y provis ios de ma-terial de propaganda para poder traba-1ar en Rusia". Lenin podía por fin re-gresar a casa y prender la l lama de larevolución que ranto anhelaba.

Peri*do inestable * Tias la abdica_ción del Zar casi nadie en Rusia creíaen un ¡etorno a la monarquía, y la granma¡,oría de políticos, militares v hom-bres de negocios del país daban porsentado que el estado se convertiríaen una repúbl ica. Pero aunque coin-cidían en la idea de fondo, la i cuesr io-nes formales resultarían una fuente deconflicto de difíci l resolución. N,Iien-¡ras los kadetes (miembros del partidoConstitucional Demócrata) del reciénrnstau¡ado gobierno provisional que_r ian mantener una administraciónunltaria v se oponían a cualquier sub_Jir i r ión c le l Imperio. social isras revo-

A la izqda., el zar Nicolás ll. Arriba, Kerenskise d¡rige a la Duma (parlamento) en j911.

lucionarios y mencheviques estabandispuesros a ceder unt. in, asoiracio-nes nacionales de la población no rusa,para evirar que los movimienros se-paratistas (especialmente en Ucrania)acabaran descomponiendo el estado.

La situación del gobierno provisio-nal careció de estabilidad desde el pri-mer día. Los minisrros I iberales sedesesperaban al comprender que sólopodían mantener el poder gracias alrespaldo de los mencheviques v lossocialistas revolucionarios. únicamen-te les cabía esperar que, con el pasodel t iempo. la s i ruación les permi i ieraanular ran desavenic lo marr imonio vgobernar s in la interferencia de Ios so-cial isras. Pero para el lo era preciso queei POSDR bolchevique (separado delos mencheviques desde l9 l2) rccausara problema alguno. Las aspi-raciones de Ios l iberales no parecianninguna utopía. Y es que. a pesar de lapresión que ejercería Lenin sobre el

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Page 2: Lenin comunismo

La Cheka, o el terror policialEL ORIGEN Y ALCANCE DE LAS MISIONES DEL ANTECEDENTE DEL KGBConvencido de la necesrdadde contar con un órgano espe-cial que atajara las actividadescontrarrevolucionarias y de sa-botaje, a f¡nales de 19'17 elConsejo de Comisarios delPueblo creó, a propuesta deLenin, Ia llamada Comision Ex-traordinaria, o Cheka, encarga-da de eliminar toda oposicióna la Revolución de Octubre. Sepuso al mando de Felix Ed-mundovich Dzerzhinski, y s-oscura tarea serÍa pretendida-mente ambigua y no tendría lÍ-m¡tes. Dotada de amplÍsimospoderes, la antecesora de laNKVD y el KGB se dedicó a t¡-quidar por la vÍa rápida y sincomplejos a todo aquel quepusrera en entredicho los dic-támenes de Lenin, ya fueraajeno al partido bolcheviqueo perteneciente al mismo.

UQU|DAR EL PASADO. El 1óde jul¡o de 1918 Lenjn envió undestacamento de ta Cheka pa-ra cumptrr con uno de sus másocultos deseos y borrar unahuella más del pasado. Exil ia-dos en un confÍn remoto de losUrales, en Ekaterinburg, ef anti-guo zar y los suyos estaban so-met¡dos, desde la l legada alpoder de los bolcheviques, atodo tipo de prohibiciones yvejactones. Aquel día, la fam¡liareal y cuantos se habÍan que-dado a su lado serían asesina-dos. También los Romanov quese habían instalado en otrasciudades, como perm y Ala-paievsk, fueron ejecutados.Ninguno de los que se encon-traban af alcance de los bolche-viques escapó de la muerte. Entotal murieron unos cien miem-bros de la familia.

gobierno rras su regreso, las posibil i-dades de que su part ido accédiera alpoder eran escasas. Por dos motivosesencialmente: porque los bolchevi-ques eran minoría en el sóviet de Pe-trogrado y porque, tras la caída delZar,muchos de los compañeros de Leninse sint ieron tentados de aceotar elnuevo sisrema pol í t ico e incl lso departicipar en la dirección del país.

Sin embargo, el curso de los acon-tecimientos estaba a punto de cam-

El gcbierne prüv¡sionaldilapiciabe su eróe)lto, yLenin anrmaba a derrccarln

biar. El 3 de abril Lenin vuelve a Ru-sia atravesando Alemania en un rre npuesto a su disposición por el gobier-no de ese país. Pese a haber estadolejos de Rusia durante años y habermantenido un escaso contacto con-,tros bolcheviques, Lenin tejió de in-rrediato una estrategia para alcanzar

sus objetivos en el menor tiempo po-sible. Thn sólo un día después de suaclamada llegada presentaba a sus ca-maradas sus "Tesis de abril" en el oa-lacio de Táuride. Su posrulado princi-pal era una llamada a la reformulacióndel bolchevismo: pedía al partido queformara mayorías en los sóviets y otrasorganizaciones de masas y que luegose hiciera con las riendas del ooder.En otras palabras, esraba alentando alderrocamiento del gobierno provisio-

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sic ión al social ismo podría in ic iarseinmediatamente después de la supre-sión de la monarquía. pero , rn , r í , ufinales de mes, la VII Confe¡encia delpartido aprobó las ideas expuesras enlas "Tesis de abril". Lenin había con-seguido dar un paso más al contagiarla impaciencia a los suyos.

Mientras tanto, el gobierno pro-visional seguía dilapidando su crédi-to. La obsesión de Pavel Mi l iukovpr imero y más tarde de AlexanderKerenski de cumplir con las alianzasfirmadas y seguir participando en laguerra mundial chocaba de lleno conlas dos demandas básicas de la socie-dad: la pazy la reforma agraria. De-sencantado de su gobierno, el puebloempezará a alejarse de él a partir delverano y a buscar respuestas en otrasinstancias, sobre todo en los sór-iers.tal como había previsto Lenin.

ear¡'¡blos a ,a vista - Amenaza,l¡por su fuerte oposición al gobiernc.Lenin abandona poco después el paíiy se recluye en una dacha de \er-i--

ei-':

- -1

nal y al establecimiento de unnuevo orden socialista. Si lan-za entonces Ia consigna "¡Todoel poder para los sóviets!" esporque percibe que están ad-quir iendo una legi t imidad aexpensas del gobierno provi-

sional, y que esa legitimidad podríaser capitalizada por su partido. Perola sociedad todavía se siente más cer-cana al resto de los partidos socialis-tas, y espera que éstos respondan alas expectativas creadas.

Su audiencia quedó estupefacta alescuchar por vez primera que la tran-

DIr lLUi i ! :

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=DOSSIER

la. en el campo finlandés, de la queno saldrá hasta su regreso en el mesde occubre. Entretanto, la situaciónnril i tar de Rusia resultaba cada díamás desalentadora. Tias repeler la-,t 'ensir-a rusa ordenada por Kerenski: : e l sector sur del f renre or ienral ,, . mandos alemanes planearon ata-:.: ei sector norte de ese frente. Las- r j ic iones del e jérc i ro ruso eran:- ! :n3s. r ' e l ar .ance alemán se en-- . : - : : , con la resistencia más débi l: : r : - ¡ l in ic io de la guerra. En agos-: i . . .= rerdír Riga r los alemanes"- r : , : : j : . t3n sólo quinientos k i -

:s . : ; . lp i ra l rusa. El gobier-- . - . , . . . rn podía conf iar en-: : : : : l : : - i : l r r - la desmem--: : : : : . : : : r . L¿ guefra v la

Len¡n, disfrazado de maquinista, viajadesde Finlandia a petrogrado en 1917.

revolución comenzaban a estar estre-chamente relacionadas. Desde su re-fugio finlandés, Lenin vio en la cre-ciente debi l idad de Kerenski unaoportunidad magnífica. En septiem-bre, t ras escr ib i r a toda pr isa un trata-do titulado El Estado -v 1a ret,olución,en el que aborda "las enseñanzas delmarxismo sobre el Estado y las tareasdel prolerar iado en la revolución",insta a su partido a tomar el poder sinmás. Pero el Comité Central, reuni-do en su ausencia, rechaza la idea porconsiderar que el apoyo popular a unIevantamiento sería insuficiente in-cluso en su fortín de Petrosrado.

Disfrazado de maauinista. Leninregresa a Perrogrado Con la firme in-tención de convencer a los suyos deque estaban en un error. En efecto, sereúne con el Comité Central y lograhacerle cambiar de opinión. La esen-cia del caÍácter de Lenin, su tremendacapacidad para concept:ualtzar y poneren marcha cada fase, vislumbraba porf in su mater ia l ización. y la semi l la dela revolución que ranto había soñadoestaba a punro de germinar.

g$ta¡la la revolueión * El 25 deoctubre amaneció tranquilo y bajo unclima templado. La noche anrerior,Lenin, d isfrazado y maqui l lado, sehabía atr incherado en el Inst i tutoSmolny de Petrogrado para pasar laen compañía de los miembros delcomité, pr incipalmente al lado deTiotski, principal esrrarega de la ope-ración que se estaba gestando. A lamañana siguiente, el gobierno provi-sional de Kerenski sería derrocado.Apoyados en el Comité Militar Revo-lucionario del sóviet de la ciudad, losbolcheviques tomaron el poder a tra-vés de varias acciones decisivas: ocu-paron las oficinas de correos y telé-grafos y las estaciones de tren, y lasguarnic iones del Ejérciro fueronpuestas bajo control rebelde. A fina-les del día el palacio de Invierno es-taba en manos de los insursentes.Moscú caería horas más rardeln ma-nos de Bujarin, que decide apoderar-se del Kreml in para dejar patenre sudominio de la ciudad.

En la noche del 26 toda Rusia es-taba en manos de los bolchevioues:la revolución se había consumado. Apropuesta de Lenin, el II Congreso delos sóviets ratificó el traspaso de la au-toridad a los mismos, y se formó ungobierno liderado por é1. Lenin recla-mó el cese inmediato de la Gran Gue-rra e hizo un llamamie nto a las clasesobreras de toda Europa para que insti-tuyeran sus propias adminisrracionessocialistas. En paralelo, se anunciabael primer paquere de reformas funda-mentales: se transferiría la tierra a loscampesinos, se implantaría el controlobrero en las fábricas v se concederíael derecho de au¡ocleterminación (in-

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El precio del poderLOS INTENTOS DE ACABAR CON LAVIDA DE LENIN

Acuclado por las criticas y ataca-do desde todos los frentes, Leninvio de cerca su propia muerte enmás de una ocasiÓn. La Primeravez que quisieron acabar con el lÍ-der revolucionario fue el 1 de ene-ro de 1918, en San Petersburgo.M¡entras se dirlgia en coche juntoal socialista suizo Platten y su her-mana al lnstituto Smolny, el ve-hículo fue acribil lado a balazos.Gracias a que Platten lo sujetócontra el fondo del coche, Leninconsiguió burlar las balas y salirindemne del atentado.

Unos meses más tarde, el 30 deagosto de 1918,Fanya Kaplan, unamil¡tante del Part¡do soc¡alista Re-

volucionario, se le aproximó cuan-do se encaminaba al coche trascelebrar un m¡tin en Moscú. Se di-rigió a é1, Lenin se volvió a respon-der y Kaplan le disparó tres t¡ros.Una bala le perforó un pulmon yotra se alojó en la base del cuello.Lenin fue transportado de inmedia-to al Kremlin y rehusó ser ingresa-do en un hospital, temrendo quepudieran esperarle allí para rema-tarle. Dos cirujanos acudieron asus apartamentos privados al dÍasiguiente, pero el herido dijo que lomejor era que dejasen las balas enpaz. l\4ilagrosamente, Lenin saldríade ésta, aunque su salud quedaríamaltrecha para siempre.

cluido el de secesión) a todos los pue-blos no rusos. Por otra parte, se ame-nazaba con aplicar duras represalias aquienes se opusieran a la toma del po-der. Lenin había alcanzado su obje-tivo, pero era consciente de que toda-vía quedaba retenerlo. Y pese al bañode sangre que se sucederá en los díasposteriores y la fuerte oposición desus adversari os, acabará consiguiéndo-lo, gracias a su determinación y a laincondicional e inestimable ayuda decolaboradores como Tiotski, Staliny Ordjonikidze, amigo del segundo.

En noviembre se celebran laselecciones a la Asamblea Constitu-yente, ya previstas por el caído go-

Contra sus tesis. Lenin

bierno provisional. El resultado (los

bolcheviques perdieron la votaciónante los socialistas revolucionarios,que obtuvieron el 40% de los votos)supone un serio revés para Lenin, pe-ro enseguida busca los argumentospara evitar el colapso. En diciembrepublica su "Tesis sobre la Asamblea

Constituyente" en el diario Prauda."El estadio parlamentario ya ha sidosuperado. La sociedad está perfecta-mente de acuerdo con el poder [...].Y la Rusia revolucionaria no puederetroceder; aceptar la Asamblea Cons-tituyente, emanación de una concien-cia social prerrevolucionar ia. cons-tituiría un retroceso histórico." Leninentraba en contradicción con sus te-sis previas, recogidas eneltexto Sobrelas i lus ianes cons tituc ionales. Ahorano estaba dispuesto a ceder.

Tias detener a los responsablesdel comité de defensa de la Asam-blea Constituyente, y pese a no con-tar con la adhesión social necesaria. el

5 de enero de 1918 los solda-dos prohíben la entrada al pa-Iacio de Táuride a los diputa-dos, que hasta el día anter iorhabían estado discutiendo elfuturo de la nación. Clavadoen la puerta. un papel anuncia

el decreto del gobierno por el cual sedecide la disolución de la Asamblea.EI texto aparece también en Prauda,mientras los periódicos que se haceneco de los debates sobre la Const i -tución son requisados y destruidos.De nada sirvieron ya los gritos de lascincuenta mil personas que salieron

a manifestarse a favor de la Asambleaal día siguiente, y que el gobierno re-pr imió matando a una veintena deellas. Lenin volvía a ganar.

De guerc en g{¡erra - El primeracto del gobierno de los bolcheviqueshabía sido publicar el Decrefo sobre lapaz. Sacar a Rusia de la guerra mun-dial era una de las obsesiones de Le-nin desde 7914y, fiel a su terquedad,no cejó hasta conseguirlo. En marzofirma el Tiatado de Brest-Litovsk conAlemania, por el cual se pacta un ar-misticio unilateral y la salida de Rusiadel conflicto . Esta paz negociada erala única opción para Lenin y su go-bierno revolucionar io, dado que elviejo ejército ruso. aunque reorgani-zado en enero bajo la denominaciónde Ejército Rojo, se encontraba en unlamentable estado de caos y falta dediscipl ina. Pero la jugada le saldrámuy cara: Rusia perdía ochocientosmil kilómetros cuadrados de territorio(Finlandia, Polonia, países bálticos r-Ucrania). y con ellos una pane impor-tante de su población, así como r-alio-sísimos recursos económicos.

Firmada la paz, Lenin creía obte-ner una tregua para afranzar su podery esperar a que la chispa rer-oluciona-

negaba la necesidad de unaasamblea constituvente

DICtEUERE:{. ' r . - o

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l [ r t ' r ¡ ! l f f t

..Comunismocle guerra?ADIOS AL COMERCIOY LA PROPIEDAD PRIVADA

La guerra civil rusa llevó al Consejo Econó-mico Supremo a idear una durísima politicaeconómica llevada a cabo por los bolchevi-ques. El comunismo de guerra, el nombreque adoptó, tenÍa el objetivo de mantenera las ciudades y abastecer al Ejército Rojode armamento y provisiones. Desde abrilde 1918, las empresas industr ia les y co-merciales se ven incapacitadas para reali-zar cualquier transacc¡ón. Poco despuésse prohíbe la transmision de bienes por he-rencia y la propiedad privada deja de exis-tir. El Estado pone entonces bajo su tutelatodos los componentes de la v¡da econó-mica mediante cuaLro medidas basicas:nacionalización de los nedios de produc-ción (salvo Ia tierra), nacionalización del co-mercio, planificación centralizada de laeconomía y supresión de la economÍa mo-netaria. Pero el comunismo de guerraregulaba también algunas actividades hu-manas: la jornada laboral se alarga hastalas diez u once horas, y los obreros ya noserán autorizados a dejar su empleo.

Unas estrictas medidas a nivel económi-co que respondian, siempre según Lenin,a la necesidad de salvar la revolución y re-srstir a la presión que ejercÍan los enemi-3:s de la n isma. En ese sentidq el apoyo-o -aiqoq anmn Fr2naie \ / Gr.h D/^+^ñ^uu¡ rrv I rur rutu y utot I Druld|d

: ' :a:.lsa del Ejérc¡to Blanco fue uno-= :: '-orivos por los oue los patronos:: a '=.- -c ion decidieron apretarel c in-:-- _. . aas ya toda su gente.

ria rusa incendiase Europa, atrayendoasí a su país el apoyo del proletariadooccidental. Pero lejos de resolver losproblemas, la paz inaugurará una eta-pa marcada por la apar ic ión de ele-mentos ant ibolcheviques dentro yfuera de Rusia (Churchil l declaró porentonces que la ideología bolcheviquedebía ser "estrangulada en su cuna"),que empezarán a organizarse para ac-tuar contra el nuevo régimen. La gue-rra civil estaba servida. Con ella, Le-nin no sólo descubriría el lado oscurodel poder, sino que también demos-traría el de su obstinada personalidad.

Los primeros en rebelarse contrala revolución bolchevique fueron loscosacos de la región del Don. Pocodespués, campesinos y grupos deobreros se añaden a la rebelión. movi-dos por el hambre y la desorganiza-ción. Pero Lenin y su brazo armado,dirigido por Tiotski, reaccionan conuna virulencia terrible. Se da la ordende reprimir sin piedad a los opositores.muchos de ellos fusilados sin escrúpu-los. La s i tuación en las c iudades setorna insostenible y la mancha de Iaguerra civil empieza también a e\ren-derse por sus cal les. El descontenro

El general Kornilov líder del Ejérc¡to Blancoen la guerra civil rusa, c 1918.

de la población toma dimensionesinesperadas y la tensión creciente noaugura nada bueno para un Lenin ata-cado por todos los frentes.

Por entonces Alemania se doble-ga y pide el armisticio a sus conten-dientes. Lenin, todavía convalecien-te de un atentado sufrido dos mesesatrás, recupera su entusiasmo y ve enla derrota de los alemanes la opor-tunidad de ampliar el eco de la revo-lución. "Por fin los proletarios de to-do el mundo van a comprobar quehemos tenido razón fundando todanuestra acción en el apoyo de la re-volución obrera mundial" , declaraconr encido. Pero los acontecimien-tos en -\lemania no se suceden comoél desea. A pr incipios de 1919, el re-c ién creado Part ido Comunista ale-mán es declarado ilegal y sus princi-pales líderes, Karl Liebknecht y RosaLuxemburg, detenidos y ejecutados.El año empezaba mal para sus inte-reses v terminaría peor. Sería, parael joven estado de los sóviets, sLt an-¡ttt-¡ ltorribilis. El derrumbe total de la

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economía, la guerra civil y la presiónextranjera ponen en la cuerda floja laautoridad de Lenin y su gobierno.

Pese a ello, pronto completa otrode sus objetivos: junto a otros líde-res bolcheviques se reúne con losmarxistas revolucionarios de todo elmundo pafa crear la III Internacio-nal, también conocida como Komin-tern. En ella se acuerda distanciarsedel movimiento socialista identif ica-do con la II Internacional, crít ico conLenin y sus métodos. A partir de es-

Lenin, defraudadc con e Isocia I isnro eLJ rcpee, Cecid ió¡ - r \ l ¡nnn*r . r - .UUI iUgI ILI CI )U CN SLJ OAiS

te momento serán conocidos comocomunistas. Pero la guerra c iv i l s i -gue asolando Rusia. Las dos fuerzaspr incipales (el Ejérci to Rojo, d i r i -g ido por Tiotski y formado por losbolcheviques y revolucionar ios enel poder, y el Ejército Blanco, com-puesto por conservadores y l iberalesfavorables a la monarquía y socialis-tas contrarios a la revolución bolche-

vique) están combatiendo sin cuar-tel, para desgracia de una poblaciónya suficientemente castigada.

En noviembre Trorski consisuerepeler las duras y reiteradas embls-tidas del Ejército Blanco. Es enron-ces cuando Lenin, embravecido Dorel éxito de sus fuerzas. decide qré .sel momento de extender la revolu-ción hacia el oeste, empezando porPolonia. Pero sus ansias expansionis-tas iban a frustrarse: los polacos, trasverse sorprendidos en un primer mo-

mento, conseguirán rechazaral ejército ruso y derrotarlo fi-nalmente a mediados de 1920.Durante ese período, los mé-todos represivos impuestos porLenin no sólo no cesaron. sinoque se endurecieron, con el

propósito de dar ejemplo a los que seIe oponían incluso desde su propiobando. Los desertores eran fusilados,y se situaba a comisarios polít icos ybolcheviques comprometidos en dis-tintos rangos del Ejército para asegu-rur la lealtad de los soldados.

Un país destreizad* * Al final dela guerra civil la Rusia de Lenin esra-

f r r r i - : IS t

De ¡zqda. a dcha. (sentados). los dirigentescomun¡stas Sokonikov Bujarin y Kamenev.

ba agotada y en la ruina. Por si fuerapoco, las repetidas sequías y la ham-bruna de l9Z7 encarecieron la facturade una conrienda que se había cobra-do alrededor de nueve mi l lones devidas. El llamado comunismo de gue-rra había mantenido a flote al gobier-no soviético, pero la economía decayósin remedio hasta estancarse. Tias ha-ber condenado la industr ia pr ivaday el comercio. el gobierno carecía aho-ra de instrumentos para satisfacer lasnecesidades de un pueblo devastado.Para entonces, además, Lenin se sen-tía defraudado al constatar cue Rusiaera la única que manrenía la l lama re-volucionaria, y decidió concenrrar susenergías en dotar a su país de los me-dios que le permit ieran sobrer- i r - i r .Como jefe del Esrado. s iente que esel momento de reconstruir la GranRusia y de terminar con las aurode-terminaciones de los pueblos no ru-sos, que habían sen'ido para desen-cadenar la revolución. pero que a.hcriamenazaban con poner en pelisr,:, :_soñado estado de los sór-ier:. r¡u

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a salud de Lenincomplicó la evolu-ción pol í t ica rusaen la primera mitadde los años veinte,mientras Rusia seconvertía en Unión

Soviética y el mundo seguía arónirolos acontecimientos. Ese débil estaclode salud impidió una consol idaciónrápida del proceso posrevolucionarioin ic iado en 1917. Fue el propio dir i -gente, indiscut ib le autor idad en elcaótico momento que se vivía en Mos-cú. quien, con un realismo poco fre-cuente en un régimen tan herméticocomo el que había impuesto, anunciópúbl icamente que estaba enfermo.Incluso dejó entender que no se trata-br de una dolencia pasajera. Lohizoel -10 de diciembre de 1920 en el VIIIC., ,¡ar.t,, de los sóviets.

"Esror- mur- enfermo. No puedodecir n:rda rnás". recuerdan algunoshisror iedores qLre di jo, más o menoscon esras palabras. anre un audi tor io

52 I I ISTORI. \ \ \ ' ID\

estupefacto e incrédulo. Ya hacía se-manas que se venía especulando so-bre su estado, pero nadie parecía con-ceder imponancia a los rumores. Laact iv idad que Lenin desarrol laba apesar de su del icada salud los des-mentía. Pero era cierto. Lenin. oueacababa de cumpl i r c incuenra años,estaba mal, seguía padeciendo las se-cuelas del atentado sufrido dos añosatrás, tenía una bala que no le habían

: ir i t i t i*r, l* l i i : . : i i : i i t ;L¡: I ir ' :i { l:; f-ill'rl ifl I i:: lllll :ili; I l:}ir:l¡- l i ia-i l j |¡1 i i . i l l f l*ft l , ; 1i: l_i:: . , : ! :

podido extraer alojada en el cuello ya sus frecuentes cefaleas se estabansumando complicaciones vascularesproducidas por el estrés.

Unas horas más rarde. s in esperar aconocer los efectos políticos de la re-velación, viajó a la localidad residen-cial de Gorki, a apenas 30 kilómetros

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Residencia de Lenin en la tocalidad deGorki, donde se retiró a descansar en .t920.

de la capital, donde tenía una casa dedescanso. Allí había disfrutado ya, enla convalecencia tras el atentado, deunas semanas de tranquil idad, la quenunca podría encontrar en el Kremlin,y de la benignidad de un microcl i -ma más suave y seco que el de Moscú.Los médicos, entre los que se encon-

traba su hermano Dimitri, in-tentaban tranquil izarle, lo queno era fácil. Aseguraban que surecuperación era posible, si re-

, nunciaba al ajetreo a que se ha-' l laba acostumbrado y acomo-

daba su vida y su trabajo a unritmo más lento y pausado.

Pero él era consciente. ouizás in-c luso más que sus médicoi (a lgunoviajó desde Alemania para trararle), deque sus males eran irreversibles. Noaceptó ninguna de las dos apreciacio-nes. ni la de que podía recuperarse nila de que debería modificar sus hábi-

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Dos cachorros en el ringLA LUCHA STALI N-TROTSKI

Stalin yTrotski nunca se entendie-ron bien. En los inicios la figura delsegundo era más relevante que ladel primero. Trotski tenía un nivelintelectual y cultural superior. Sta-ljn, más rudo y menos preparadqsuperaba a Trotski, sin embargq encapacidad para el manejo de losresortes de la política. Sus diferen-cias estallaron como guerra abier-ta a la muerte de Lenin en 1924.Tras sutiles argumentaciones ideo-lógicas, lo que subyacía era la lu-cha por la sucesión.

TROTSKISMO. Con el paso deltiempo, uno desde el poder aosoru-to y el otro desde el exilio, los oospatentaron sistemas identificadospor sus nombres, en una polémicaque durante décadas enfrentaría alos marxistas. El trotsk¡smo no tuvooportunidades para mostrar sus re-sultados. Su idea de la "revolución

DVIDIÓA LOS MARXISTAS

continua" partÍa de la exigenciade extender la revolución por elmundq y sus principios defendíanla democracia de base y la auto-gestión como fórmula de funciona-miento de las empresas. Tenía unmodelo para crit¡ca[ que era el queStal¡n había ¡mpuesto en la URSS,y muchas argumentaciones se lj-m¡taban a combatirlo desde unateoria probablemente utópica.

ESTALINISMO. En cuanto s¡ste-ma político-económico, el estalinis-mo contaba con menos teorÍa. Susdefensores argumentan que erael auténtico marxismo-leninismqaunque adaptado a las circunstan-cras. Su realidad era la colectiviza-ción de la economía, perq lejos deevolucionar bajo la autogestlón delos trabajadores, estaba dirigida ycontrolada por el Estado o, mejordicho, por el partido ún¡co.

tos de trabajo. Convencido de quetenía los días contados y de que eramucha la responsabilidad que se cer-nía sobre sus espaldas, en cuanto ad-virtió los primeros sínromas de mejo-ría regresó a Moscú. Reemprendió deinmediato la actividad frenética y ten-sa a que estaba habituado. Los esfuer-zos de su mujer por frenarle y alige-rarle de responsabilidades resultabaninúti les. Cada vez sufría más jaque-cas, la muerte de Inés Armand le ha-bía llenado de tristeza v al trabaio ha-bitual se sumaba la preocupación porel después de su muerte.

elima ele intrigas ** y es que su in-tuición y perspicacia empezaban aalertarle de los movimientos sisilososque ant ic ipaban en tu .ntotno lu fu-tura lucha por la sucesión. Creía quela persona más adecuada para asumirla jefatura del poder era Tiorski, co-misario (todavía no se había vuelto autllizar el término de ministro) delEjército, que había dado pruebas re-

petidas de capacidad de mando, or-gantzación y habilidad para negociarsoluciones difíciles, como la salida dela Gran Guerra o la creación del Eiér-cito Rojo. Había orros dirigentes en laposible lucha por la sucesión, comoBujarin, que lucía la aureola de haberencabezado el asalto del Kremlin enl9l7; Ordjonikidze, presidente de laComisión Cenral de Control del par-t ido; e l ideólogo Zinoviev. jefe delKomintern; Kameneq cuñado deTiotski, aunque ya mal avenido conél por entonces; y, sobre todo, el jo-ven y ambicioso Stalin, que parecíacada vez más omnipresente en los ór-ganos de decisión.

Stal in había s ido durante alsúnt iempo un protegido de Lenin. p l roya no le caía bien. Era tosco, bruscoen sus formas, intolerante en sus acti-tudes y con un afán de medrar des-mesurado, algo que le volvía antipáti-co e inquiemnce. En abril de I9Z?, enel IX Congreso del parrido (el últimoen el que part ic ipó Lenin y el que

Df-tS5¡1- a

concluyó con la creación de la URSS).Stalin consiguió encaramarse a la Se-cretaría General del Comité Centraldel Part ido Comunista de todas lasRusias, un cargo rimbombante, peroen esos momentos con pocas compe_tencias de coordinación. Sin embar-go, apenas un mes más tarde Leninsufrió un infarto que le obligó a per-manecer inact ivo var ias semanas r .que desató abiertamente las preocu-paciones por su fururo. Las inrr ieasinternas se desencadenaron, y Srain.que no cejaba en su empeño por ha-cer de su cargo el vértice del poder.se s i tuaría s iempre en el centrode lasmaniobras pol í t icas subterráneas.a menudo incluso conspiratorias.

Al margen de las luchas polít icasen que se debatía el nuevo régimen.todavía muy lejos de su consolidaciónel pueblo mostraba los primeros sínro-mas de un desencanto creciente- L¡revolución se había llevado por dekn-te a la monarquía carcomida de kn ¿¡res y había impuesto un sisremr éc

DI' , 1I i l * l ; : f Í - n

Page 9: Lenin comunismo

IDOSSIER

Lenin en Gorki, junto a sus médicog en unade sus últimas fotografias. Junio de 1923.

igualdad que. sin embargo, no propi-ciaba el desarrollo. Parala gente losproblemas cotidianos seguían siendoIos mismos o peores. A menudo se ha-bían agravado a causa de la crisis enque se hallaba la economía, las secue-las desastrosas de la guerra, los efectosde una sequía que estaba diezmandolas cosechas y, por supuesto, las pri-meras consecuencias del aislamientointernacional a que estaban siendosomeddos la experiencia comunista ysus declarados afanes de exoandirse.El descontento se había demostradova en algunas rebeliones graves y enot¡os muchos incidentes de menorimponancia. huelgas y manifestacio-nes de proresm en diferentes lugares.Eran poco pe l igrosos para la estabi-l idad del régimen de forma ais lada,pero reveladores del ánimo de la gen-te. sumida en la mise¡ ia y con fre-cuencia r-ícrima del hambre.

También esraban sursiendo ten-siones en algunas nacionaHdades con-

54 HISTORI-{ 1 ' \ ID.{

tra el centralismo de Moscú v las im-posic iones de I ruso como idioma

= único, particularmenre en Georgia,que Stal in, a pesar de ser georgiano.frenó en seco sin contemplacionesy sin dar la más mínima oportunidadal diálogo. Ante las reivindicacionesde las repúblicas Stalin acruaba conla fe del converso. Su teoría del "so-cialismo en un solo país" empezabaa establecer la gran diferencia estra-tégica con Tiotski, defensor de la te-sis contraria de la "revolución perma-nente". Aunque en el fondo, lo quede verdad se ocul taba tras aouel én-frentamienro dialécr ico era la carrerahacia la sucesión de Lenin.

f¡ aislamientO * El líder era cons-ciente del enfrentamiento y de losproblemas que podría acarrear. Enuna carta dirigida al XIII Congresoalertaba: "Estas cual idades de dosdestacados miembros del ComitéCentral [Tiotski y Stalin] pueden lle-var sin quererlo a la escisión, v si elpartido no toma medidas para impe-dir lo. la escis ión puede venir s in que

El dilemaI I .(le Ia momra

¿DEBE SEGUTR EXHtBtÉNDOSEEL CUERPO DE LENIN?

Pocas personas han s¡do tan idolatradastras su muerte como Lenin. La inmensamayorÍa de los comunistas del mundo lehan tenido siempre como ídolo, guía yejemplo permanente. para muchos adqui-ría la condición de un dios cuyo altar eravisitado a diario por miles de personas.Sus restos, embalsamados desde 1924,todavía permanecen en la plaza Roja deMoscú, en el mausoleo que se construyóexpresamente para exhibir su momia. Laúnica diferencia es que ahora el númerode personas que la visitan es mucho me-nor Durante décadas, la oportunidad devjs¡tarla propiciaba desplazamientos demiles de kilómetros, y en muchos casosse converua en un premio a la laboriosi-dad y a la fidel¡dad al partido.

Pese a conocer la escasa simpatía ouele profesaba Lenin, su sucesor fue fiel a

nadie lo espere". A finales del año Le-nin sufr ió un segundo infarto quele dejó paralizada la parte derechadel cuerpo, y e,nmanzo de 1923 un rer-cero aún más grave que los anterio-res. Aunque se recuperó a medias, te-nía ser ias di f icul tades para hablar,permanecía en una sil la de ruedas ysólo podía hacer llegar sus decisionesa los órganos del poder a través de es-cr i tos que dicraba a sus secrerar ias.Estos eran transmitidos a sus desti-natarios por su mujer, Nadia, cuya in-fluencia se había vuelto decisiva.

Los médicos insistían en que de-bía descansa¡ evitar disgustos y, por lotanto, alejarse de las preocupacionesque le generaba el cargo. Argumen-tando estas recomendaciones. Stalin.que seguía acaparando funciones des-de un puesto cadavez más decisorio,se arrogó, sin que se sepa bien cómo,la protección de la salud de Lenin vde rebore el conrrol esrricto de su acti-vidad. En su inrenro por alejarle delcentro de decisiones propuso que setrasladase al Cáucauso, a varios milesde kilómetros, donde podría descan-

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su memoria. Siempre cult¡vÓ (a me-nudo con todo 8énero de menti-ras, falsiflcación de documentos Ymontajes fotográficos) una ilusoriaimagen de la amistad que, segúnsu propaganda, les unía. En1941,ante el avance de las tropas ale-manas en territor¡o soviético, unade las primeras medidas de seguri-dad que ordenó fue Poner a salvola momia de Len¡n. Fue trasladadaen avión a Siberia e instalada ensecreto en la ciudad de Tiumén,donde permanec¡Ó 1.3ó0 dÍas.

DESEO INCUMPLIDO. Lenin na-bía expresado su voluntad de serenterrado en el cementerio de VÓl-kovskoye, en San Petersburgq jun-

to a su madre. Una voluntad queno ha sido atendida ni bajo el co-munismo ni desPués. A Pesar delos cambios, del fracaso de susideas y del paso del tiempq los 80-bernantes rusos se han limitadohasta ahora a expresar su convlc-ción de que asÍ deberia hacerse.Ninguno se ha atrevido a intentarlo.

sar mejor. Pero la distancia y las durascondic iones de semejante v ia je hi-

c ieron que la propuesta fuese des-cartada por los propios médicos y por

su mujer. El enfermo permaneció en

Gorki en un estado de constantes al-

t ibajos. Stal in le v is i tó en var ias oca-siones y se supone que siemPre es-

tuvo puntualmente informado de lo

que ocurría en su entorno. No en bal-de, su propia esposa era una de las

secretarias de confianza de Lenin.Stalin guardaba las formas ante

la autor idad de Lenin en la esferapública, pero a veces le traicionabasu temperamento. En cierta ocasiónmantuvo una violenta conversacióntelefónica con la esposa de Lenin Y,algo habitual en su carácter, estuvoagresivo, grosero y amer'azante. Ellacolgó el teléfono entre sollozos e in-

Formó del incidente a su marido, Yamuy grave. Lenin se mostró molestoy compungido, y desde ese momen-to incluyó en sus dictados múltiplescrít icas a quien había pasado de pro-

tegido a pr incipal adversar io, s i no

enemigo. "El camarada Stalin -dictóen el cue sería considerado su testa-mento-, l legado a la Secretaría Ge-

neral , ha concentrado en susmanos un poder inmenso, Yno estoy seguro de que siem-pre sepa uti l izarlo con la sufi-ciente prudencia."

Los dardos de Lenin contraStalin desde su lecho de muer-

te a veces eran crípticos y a veces fron-rales. Refiriéndose a é1. pero sin men-cionar su nombre, dejó la conocidafrase de "Este cocinero sólo preparaplatos cargados de pimienta, vene-nosos". Otras veces sus crít icas eranabiertas, como cuando afirmó: "En es-te asunto han ejercido una influenciafatal las prisas y los afanes administra-tivos de Stalin, así como su saña contrael desencanto del social-nacionalismo.De ordinario, la saña siempre ejerce

Dt- ' i : t f l t

en polít ica el peor papel". Stalin, queconocía esta forma de pensar de Le-nin, nunca le plantó cara. Más bien alcontrario, actuaba sin delatarse. Fuetejiendo en torno al líder una red quele limitaba el acceso a la información,controlaba sus escritos y conversa-ciones con otros dir igentes. e impe-día que sus apreciaciones o reflexio-nes l legasen al Politburó, al ComitéCentral del part ido, a l Congreso r ,

desde luego, a las calles.Lenin también tenía algunas re-

servas sobre Tiotski, aunque le consi-deraba el más indicado para asumirlas riendas de la recién creada UniónSoviética. "Personalmente quizá seael hombre más capaz del actual Co-mité Central -dejó constancia en su

testamento-, pero está demasiado en-

soberbecido y demasiado atraído por

el aspecto puramente adminisrrati-vo de los asuntos." Para salir al pa:ode la crisis que se anticipaba por la ri-validad entre Tiomki s Stalin. Leniosusir ió incrementar el número lsmiembros del Comité Cenrr¿l . Dcese modo. paniendo de una reDrül€*-

Stalin fue teiiendn e n tcrneal líe"ie r una red que limitabasu aces$O a la inforrnaelÓn

Page 11: Lenin comunismo

XDOSSIER

Crecer aa.oastonazosLAS REGLAS DEL ESTALINISMOE\ _A pRÁcrcR

: ::'-.--s"'lo estalinista, muy buen re-:: - -: q nsnirador deseneró en una

^, ,^ i^^1, , . ,Á , ,^^ F^l+^ +^+^l Á^- -= - . - qUC l l lL luyU ul lo lo lLo LULoI uc

-:s:€:c a los derechos numanos Y una:€ 3s mayores represiones de la historia.lejó un saldo de unos veinte millones de

-uertos, deportaciones en masa de grue-sos contingentes de poblacion, una per-secución implacable y arbitraria dediscrepantes y opositores y la creaciÓn delos terribles gulags, todo ello acompañadopor la falta de libertades, el control estric-to de los medios de comunicaciÓn y el ais-lamiento internacional.

DESARROLLO ACELERADO. COMO CON-trapartida, la economía planificada expe-rimentó en los primeros años delestalinismo una recuperaciÓn espectacu-lar. El desarrollo industrial y el crecimien-to de otros sectores fueron un hecho enIa práctica, no sólo en la propaganda delsistema. Pero a él contribuyÓ el retrasoexistente y la imposiciÓn de una terribledisciplina que se extendió a todos losámbitos de la sociedad, incluido el perso-nal, con una retrógrada aportaciÓn puri-tana a las costumbres,

Los dirigentes comunistas zinoviev yKamenev ejecutados por Stalin en '193ó.

tación más amplia, se establecería unjuego democrático más complicadopara las componendas.

Las relaciones entre Stalin y Tiots-ki "a mi modo de ver suponen más dela mitad del peligro de escisión", ex-Duso en uno de los documentos dicta-dos durante su enfermedad. Para evi-tar ese peligro insistía en aumentar lacomoosición del Comité a cincuentao incluso cien miembros. Batalló mu-cho para sacar adelante esta propues-ta, pero no lo consiguió. Aunque se-guía siendo el dirigente más respetadopor todos, su capacidad de decis iónhabía quedado mermada por la impo-sibil idad de hacerse oír y por el aisla-miento a que la larga mano de Stalin,alegando siempre las recomendacio-nes de los médicos, le mantenía so-metido. El 21 de enero de 1924 falle'ció en Gorki, donde había pasado losúltimos días de su vida, acompañadopor su mujer, su hermano y sus her-

manas María y Ana, que le cuidaronhasta el final. Causa ohcial de la muer-te, infarto cerebral consecuencia de la

arterioesclerosis que padecía.

*-alehe tótel * El agravamiento dela salud de Lenin había sido manteni-do en la mayor reserva y su muertepil ló por sorpresa a muchos dirigen-tes. No a Stal in, desde luego. Eraquien hablaba con los médicos Ytransmitía la información al Politburóy quien mejor alertado estaba del fa-

tal desenlace. Nada más anunciarse la

muerte, asumió la organización de los

funerales, donde él mismo intervinocon palabras muv sentidas Y firmesDromesas de fidelidad a la memoria,ios pr incipios r e l e jemplo que const i -tuían su legado revolucionario. Ante1a expectación internacional, inquietapor el rumbo que seguirían los acon-tecimientos. no tardaron en estallarlas luchas solapadas por la sucesiónen el seno del Pol i tburó ( integrado

por Kamener'. Scalin, Zinoviev, Aikov'Tiotski. Rikor-r-. como suplentes, Bu-

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jarin, Molotov, Kalinin y Kuibishev) y

muy pronto en todos los ámbitos delpoder revolucionario.

Los cargos oficiales que ocuPabaLenin, presidente del Consejo de Co-

misarios del Pueblo y del Consejo de

Trabajo y Defensa de la URSS, Pa-saron a manos de Rikov y Kamenev,ambos influyentes, pero ninguno con

la autoridad de que disfrutaba, incluso

limitadamente, su antecesor. Esa au-

La figura ele frotski, en otrostiernpos elaro sueesol cayüen un eJee lrve galüBantc

toridad estaba por decidir, y en la ba-

talla por alcanzarla se emplearon de

una forma u otra todas las cabezas visi-bles del régimen. Las tendencias poli

ticas, dentro siempre de los esquemasrevolucionarios, estaban encabezadaspor Tiotski en el ala más izquierdista;el ideólogo Bujarin en la más modera-da; v, curiosamente, Stalin (apoyado

por Zinoviev y Kamenev en una alian-za que seríabautizada como la troika)en una teórica posición de centro.

Los moderados, con menos in-

f luencia y disposic ión al enfrenta-miento (un grupo que además de Bu-jarin integraban líderes como Tomskiy Rikov), acabaron colocándose del

lado de la troika y dejando la batallareducida a dos contendientes en lasvísperas del XIV Congreso. LIna bata-

lla todavía limitada a dtscusto-nes ideológicas y estratégicas,zancadil las incruentas y alian-zas a menudo voláti les. Bn elCongreso, en 1925,las teoríasde la revolución permanentede Tiotski cayeron derrotadas'

La figura del que parecía predestina-

do a convertirse en el máximo líder

entró en un declive galopante. Tiots-ki dimitió como comisario del Ejér-cito, muy pronto se enfrentó a la ex-puls ión del part ido, más tarde a la

deportación y por último al exilio enMéxico, donde sería asesinado si-guiendo órdenes de Stalin.

I t r r - i . ! t , l

Pero antes aún se producirían in-

contables avatares pol í t icos en elambiente irrespirable de tensionesy enfrentamientos, acusaciones y sos-pechas que se vivía en el Kremlin' Latroika que encabezat:a Stalin se rom-pió, y tanto Zinoviev como Kamenevse aliaron con Tiotski en la que se lla-mó Oposición Unificada a Stalin. Pe-ro con poco éxito. Con el paso de los

años, los dos serían víctimas de laspurgas l levadas a cabo en el partidopor Stalin, acusados de haberse opues-to a las acciones revolucionarias de1917, expulsados, readmitidos tras re-

conocer sus errores, acusados de trai-ción e incluso de asesinato y finalmen-te ejecutados. Poco a poco Stalin, quenunca dejó de honrar en público la

imagen de un Lenin que le odiaba v

de aparecer en fotografías trucadas ccrmo el favorito para su sucesión. fue li-quidando a cuantos podían obsrecu-lizar su marcha hacia el poder absoluto.IJnavezen é1, implanmría un régirnende terror que dejaría un reguerr- ' ;cmillones de víctimas. nyv