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 E- fi i l i1 i i i i i l1 i: TAREASDE LA JUVENTUDREVOLUCIONARIA42 CARTA PNIMERA La declaración de la Redaccióndel periódico Sfudient4s, publicada por vez primera, si no nos equivocamos, n el nú- mero 4 (28) de Osuobozhdeniey recibida también por Iskraí4, testimonia, a nuestro juicio, el considerable paso adelante que ha dado a Redacciónen susconcepciones es- de que se publicó el No 1 de Sfudient. El señorStruve no se equivocó ál "presurarse a manifestar su disconformidad con las opinionesexpuestasen la declaración: en efecto, es- tas opiniones discrepan adicalmente de la orientación opor- tunisia que con tanto celo y consecuencia igue el órganb liberal burgués. Al reconocer que "el sentimiento evolucio- nario no puede crear por sí solo a unificación ideológica de lo.s estudiantes" y que "para este fin es imprescindible un ideal socialista que se apoye en una u otra concepción ocia- lista del mundo" y, Pór añadidura, en tina concepción con- creta y cabal", la Redacción de Studient ha roto ya, en prin¡ cipio, con el indiferentismo ideológico el oportunismo eó- riio, planteando sobre una base justa el problema de los medios necesarios para radicalizat a los estudiantes. Es cierto que, desde el punto de vista hoy en boga de l "revolucionismo" vulgar, la unificación ideológica de los estudiantes no requieie, sino que excluye, una concepción cabal, significa Ia "tolerancia" frente a las ideas revolucio- narias de distinto géneroy presupone abstenerse e recono- cer decididamente un determinado conjunto de ideas; en una palabra, desde el punto de vista de estos sabios de la politiquería, la rrnificación ideológica presupónecierta va- 84 cuidad ideológica (encubierta más o menos hábilmente, cla- ro está,con las fórmulas trilladas de la amplitud de opinio- nes, a importancia de la unidad a toda costay sin demora, etc.,etc.).IIay un argumentobastanteespeeioso, a prime- ra vista muy convincenteen favor deesteplanteamientodel problema, al que se recurre siempre:señ4larel hecho,noto- iio e indiscutible, de que entre los estudianteshay y no puededejar de habergruposmuy diferentespor s_us-pinio- nes político-socialesy que, como consecueneia e ello, exigencia de una concepción del mundo concreta y cabal repelerá neludiblementea algunosde esosgrupos;por con- siguiente,mpedirá la unificación; por consiguiente, rigina- discordias,'envez de una labor unánime; por consiguien- te, debilitará la fuerza del ataque político general, y así hasta o infinito. Examinemos este razonamiento especioso.Tomemos, comoejemplo, a división de os estudiantes n grupos'hecha en el N" I de Súudienf.En esenúmero, a Redacciónno plan- teaba todavía la necesidad de una concepcióndel mundo cabal y concreta, debido a lo.cual sería difícil sospechar en ella parcialidad por la "estrechez"socialdemócrata. El ar- tículo de fondo del No 1 de Studfénf distingue cuatro grandes grupos entre los estudiantes actuales: 1) "una muchedum- bre indifere¡[s" - "personas que muestran la mayor indi- ferencia por eI movimiento estudiantil"; 2) "academistas" partidarios de estudiantiles sobre un terreno exclusivamente académico; 3) "enemigos de los movimientos estudiantile s en general: nacionalistas, antise- mitas, etc."; 4) "políticos" - partidarios de la lucha por de- rrocar el despotismo zarista. "Este grupo, a su vez, consta de dos elementog opuestos: a oposición política puramente burguesa de espíritu revolucionario y la creación de los últimos días (¿sólo de los últimos días? -N. Zenin): el proletariado intelectual revolucionario de espíritu socialis- ta". Si tenemos en cuenta que el último subgrupo se'divide a su vez,,como sabe odo el mundo, en estudiantes socialis- tas-revolucionarios y estudiantes socialdemócratas, esultd- que entre los estudiantes de nuestros días hay seis gru- pos políticos: reaccionarios, indiferentes, academistas, liberales, socialistas.revolucionarios socialdemócratas. Puede preguntarse: ¿no será casual ese agrupamiento?, ¿no será unativisión temporal de los estados de ánimo?

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i iii il1i:

TAREASDE LA JUVENTUDREVOLUCIONARIA42

CARTAPNIMERA

La declaraciónde la Redaccióndel periódico Sfudient4s,publicada por vez primera, si no nos equivocamos, n el nú-mero 4 (28) de Osuobozhdeniey recibida también porIskraí4, testimonia, a nuestro juicio, el considerable pasoadelanteque ha dado a Redacciónen sus concepciones es-de que se publicó el No 1 de Sfudient. El señor Struve no seequivocó ál

"presurarsea manifestar su disconformidad

con las opinionesexpuestasen la declaración:en efecto,es-

tas opinionesdiscrepan adicalmentede la orientaciónopor-tunisia que con tanto celo y consecuencia igue el órganbliberal burgués.Al reconocerque "el sentimiento evolucio-nario no puedecrear por sí solo a unificación ideológicadelo.sestudiantes"y que "para este fin es imprescindible unideal socialistaque se apoyeen una u otra concepción ocia-lista del mundo" y, Pór añadidura,en tina concepción con-cretay cabal", la Redacciónde Studientha roto ya, en prin¡cipio, con el indiferentismo ideológicoy el oportunismo eó-riio, planteando sobre una base justa el problema de losmedios necesariospara radicalizat a los estudiantes.

Es cierto que, desdeel punto de vista hoy en boga del

"revolucionismo" vulgar, la unificación ideológica de losestudiantesno requieie, sino que excluye, una concepcióncabal, significa Ia "tolerancia" frente a las ideas revolucio-narias de distinto género y presuponeabstenerse e recono-cer decididamenteun determinado conjunto de ideas; enuna palabra, desde el punto de vista de estossabios de lapolitiquería, la rrnificación ideológica presupóne cierta va-

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cuidad ideológica (encubierta más o menoshábilmente,cla-ro está,con las fórmulas trilladas de la amplitud de opinio-nes, a importancia de la unidad a toda costay sin demora,etc.,etc.). IIay un argumentobastanteespeeioso, a prime-ra vista muy convincenteen favor de esteplanteamientodelproblema, al que se recurre siempre: señ4larel hecho,noto-iio e indiscutible, de que entre los estudianteshay y nopuededejar de haber gruposmuy diferentespor s_us -pinio-nes político-socialesy que, como consecueneia e ello, la

exigenciade una concepción del mundo concreta y cabalrepelerá neludiblementea algunosde esosgrupos;por con-siguiente, mpedirá la unificación; por consiguiente, rigina-rá discordias,'envez de una labor unánime; por consiguien-te, debilitará la fuerza del ataque político general, y asíhasta o infinito.

Examinemos este razonamiento especioso. Tomemos,comoejemplo, a división de os estudiantes n grupos'hechaen el N" I de Súudienf.En esenúmero, a Redacciónno plan-teaba todavía la necesidad de una concepción del mundocabal y concreta, debido a lo.cual sería difícil sospecharenella parcialidad por la "estrechez" socialdemócrata.El ar-tículo de fondo del No1 de Studfénf distingue cuatro grandes

grupos entre los estudiantesactuales:1) "una muchedum-bre indifere¡[s" - "personasque muestran la mayor indi-ferencia por eI movimiento estudiantil"; 2) "academistas"- partidarios de los movimientos estudiantiles sobre unterreno exclusivamente académico; 3) "enemigos de losmovimientos estudiantiles en general: nacionalistas,antise-mitas, etc."; 4) "políticos" - partidarios de la lucha por de-rrocar el despotismozarista. "Este grupo, a su vez, constade dos elementogopuestos: a oposiciónpolítica puramenteburguesa de espíritu revolucionario y la creación de losúltimos días (¿sólode los últimos días? -N. Zenin): elproletariado intelectual revolucionario de espíritu socialis-ta". Si tenemosen cuenta que el último subgrupo se'divide

a su vez,,comosabe odo el mundo, en estudiantessocialis-tas-revolucionariosy estudiantessocialdemócratas, esultd-rá que entre los estudiantesde nuestros días hay seis gru-pos políticos: reaccionarios, indiferentes, academistas,liberales, socialistas.revolucionarios socialdemócratas.

Puedepreguntarse:¿no será casual ese agrupamiento?,¿no será unativisión temporal de los estadosde ánimo?

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Bastacon formular sin rodeosestapreguntapara recibir enel acto urla respuestanegativa de cuantos conozcan a cues-tión, por poco que sea.Pero es que, además,entre nuestrosestudiantes o podría haber otro agrupamiento,pues son laparte n¡ás sensiblede la intelectualidad,y la intelectualidadse lama precisamenteasí porque es a que refleja y expresade modo más consciente,decidido y exacto el desarrollodelos interesesde clas-e de los grupos políticos en toda lasociedad.Los estudiantesno serían hoy lo que son si suagrupamiento político no conespondiera al agrupamien-to político en toda la sociedad;u'correspondiera"no en elsentido de la proporcionalidad absoluta de los grupos estu-diantiles y socialespor su fuerza y sus efectivosntrméricos,sino en el sentido de la existencia necesaria e inevitable

cuando protesta de manera abierta y directa contra la au-tocracia desde una publicación editada libremente en elextranjero, no deja, empero, de sentirse ante todo ,,cultu-rista" y, a menudo, empieza a razonar como un esclavo,o, si queréis, a lo legal, a lo leal, como un fiel súbdito:véaseOsuoóozhdeníe.

La falta de un límite definido y claramente visible paratodos entre los "culturistas" y los liberales es peculiai, engeneral, de todo el agrupamiento político de la sociedad

rusa. Podría decírsenos, uizá, que la división en seis gru-pos a que nos hemos referido antes es inexacta, pues nocorrespondea la división en clasesde la sociedad üsa. Sinembargo, semejante objeción sería insostenible. La divi-sión en clasesconstituye, naturalmente, la base más pro-funda del agrupamiento político .y, en resumidascueñtas,determina siempre, sin duda, dicho agrupamiento. Peroesa base profunda sólo se revela a medida que avanza eldesarrollo histórico y aumenta el grado de conciencia delos partici¡iantes y artífices de este desarrollo. Ese ',resu-rrlen de cuentas" lo hace únicamente la lucha política: aveces,como resultado de un combate. argo y tenaz que semide por años y deceniosy que tan pronto se manifiesta

violentamente en distintas crisis políticas como se ernor-tigua y parece detenerseen el tiempo. No en vano en Ale-rTania,pongamospor caso,donde .a ucha política adquiereformas particularmente agudas y la clase avanzadf -eIproletariado- actúa con conciencia singular, existen to-davía partidos (y partidos poderosos)como el centro, quedisfraza su contenido clasista heterogéneo (y, en geneial,indudablemente antiproletario) con la unidad de conviccio-nes religiosas. Tanto menos puede sorprender que el origenclasista de los actuales grupos políticos en Rusia sea veladoen grado muy considerable por la falta de derechos políti-cos de todo el pueblo, por Ia dominación sobre él de unaburocracia . uiagnfficamente organizade, ideológicamente

cohesionada y tradicionalmente cerrada. Más bien habráque sorprenderse de que el desarrollo capitalista de Rusiaal estilo europeo,a pesar dil régimen político asiático.delpaís, haya impreso ya una huella tan fuerte en el agrupa-miento político de la sociedad.

La clase avanzada de todo país capitalista, el proleta-riado industrial, tra emprendido también en el nuestro la

entre los estudiantesde lqs mismos grupos que hay en lasociedad.Y precisamenteesos seis grupos -reaccionarios,indiferentes, culturistas, liberales, socialistas-revoluciona-rios ¡r socialdemócratas- son peculiares de toda la socie-dad rusa, con su desarrollo embrionario (relativamente)delos antagonismosde clase, con su virginidad política, consu embrutecimiento y opresión de grandesy grandísimasmasasde la población por el despotismopolicíaco.

En vezde "academistas" he puesto aquí "culturistas", es decir,partidarios del progreso legal sin lucha política, del pro-greso.sobre a base de la autocracia. Estos ".culturislas',existen en todos los sectoresde la sociedadrusa y, a se-mejanza de los "academistas" estudiantiles,se limitan pordoguier a un pequeño grupo de interesesprofesionales,almejoramiento de ciertas ramas de la economÍanacional ode la administración pública y local; en todas partes sealejan temerososde la política, no diferenciando(como nodiferencian los academistas)a los "políticos" de las distin-tas tendencias y denominando política a todo lo qué serefiere a... la forma de gobierno.El sectorde los I¡cultu-ristas" ha sido siempre, y sigue siendo hoy, la base ampliade nuestro liberalismo: en tiempos "de paz" (es decir, lra-ducido al "ruso", en tiemposde reacción poiítica) los con-ceptosde "culturista" y liberal se confunden casi por com-pleto, y hasta en los tiempos de guerra, en los tiempos deascenso del espíritu social, en los tiempos de crecienteembatecontra la autocracia, a diferencia entre estoseon-ceptos es, frecuentemente,vaga. El liberal ruso, incluso

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vía del mov.i-¡¡,ri-e_¡r"-t-.-r-r-!asiro, rgani zado, b aj o la direcciónde la socialdemocracia, ajo la bandera del programa queel proletariado consciente nternacional adoptó hace yamucho. La categoría de los indiferentes en polÍtica es enRusia, claro está, incomparablemente más numerosa queen cualquier país europeo;pero tampoco en nuestro paíspuede hablarse ya de la virginidad primitiva de esta cate-goría; la indiferencia de los obreros inconscientes y en

parte de los campesinos- es sustituida cada vez rnás amenudo con explosiones de efervescencia política y deprotesta activa, demostrando patentemente que esúa ndi-ferencia no tiene nada de común con la de los burguesesy pequeñosburgüeses ahítos. Esta últi ma clase, especial-mente nurrierosaen Rusia debido a que el desarrollo delcapitalismo es en ella todavía relativamente débil, empie-za ya, sin duda, de una parte, a suministrar también reac-cionarios conscientesy consecuentes; ero, de otra parte,y con frecuencia muchísimo mayor, se distingue aún dé-bilmente de la masa del "pueblo trabajador", gris y opri-mido, encontrandosus ideólogosen vastos sectores e losintelectuales raznochintsí4',que carecen en absoluto de

una concepción concreta del mundo y confunden de ma-nera inconsciente as ideas democráticasy los gérmenesdelas ideas socialistas.Precisamente esta ideologia es pecu.liar de la vieja intelectualidad usa, tanto del flanco derechode su parte liberal-populista como del flanco más izquier-dista: os "socialistas-revolucionarios".

He dicho "vieja" intelectuálidad rusa, porque en nues-tro país está surgiendo ya otra nueua, cuyo liberalismo seha depurado casi por completo (no sin ayuda del mar-xismo ruso, naturalmente) del populismo primitivo y delsocialismo vago. La formación de una verdadera intelec-tualidad liberal burguesa avanza en nuestro país a pasosde gigante, gracias principalmente a la participación eneste procesode personas an ágiles y sensiblesa toda co-rriente de moda del oportunismo como los señoresStruve,Berdiáev, Bulgákov y Cía. En lo que se refiere, por último,a los sectores iberales y reaccionarios de la sociedad usaque no pertenecena la intelectualidad, su nexo con los in-teresesde clase de unos u otros grupos de nuestra burgue-sía y de nuestrospropietarios agrarios está suficientemente

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claro para cuantos conozcan algo la actividad, por ejem-plo, de nuestroszemstvos,dumas, comités de la Bolsa, delas feriás,etc.

Hemos llegado, pues, a la conclusión indudable de queel agrupamiento político de nuestros estudiantes, ejos deser casual, es necesariae inevitablemente como lo hemosdibujado más arriba, de acuerdo con el N" 1 del periódicoSúudienf.Una vez establecidoestehecho, podemosya ana-lizar con facilidad la cuestión litigiosa de qué debe enten-derse, en suma, por "unificación ideológica de los estu-diantes", por su radicalización,etc. A primera vista, pareceextraordinariamente extraño incluso que una cuestión tansencilla haya podido resultar litigiosa. Si el agrupamientopolítico de los estudiantes corresponde al agrupamientopolítico de Ia sociedad, ¿no significará eso de por sí quepor "unificación ideológica" de los estudiantespuede en-tenderse únicamente una de estas dos cosas: o ganar elmayor número posible de estudiantespara un conjunto ple-namente definido de ideas político-sociales, conseguir elacercamiento más estrecho posible entre los estudiantesde un grupo político determinado y los representantesdeese grupo fuera de los medios estudiantiles?¿No está cla-ro de por sí que puede hablarse de radicalización de losestudiantessolamente desde el punto de vista de una con-cepción absolutamente concreta dgl contenido y del ca-rácter de esa radicalización? Para el socialdemócrata,. orejemplo, significa, primero, difundir las eonvicciones so-cialdemócratas entre los estudiantes y luchar contra lasoplniones eü€, aun llamándose "socialistas-revoluciona-rias", no tienen nada de común con el socialismo revolu-cionario, /; segundo, tratar de ampliar, hacer más. cons.ciente y más decidido todo movimiento democrático,comprendido también el académico,entre los estudiantes.

La forma en que se h:r embrollado una cuestión tansencilla y clara y se ha hecho de ella una cuestión iti-giosa constituye un episodio muy interegante y muy ca-racterístico. La disputa se entabló entre ReuolutsiónnagaRossíaaoNo' 13 y 17) e /sftra (Nos 1 y 35) con motivo dela "Carta Abierta" del Consejo de Coalició-n e las asocia-ciones de estufiantes coterráneosy las organizacioneses-

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Itudiantiles (publicada en el No lB de Reuolutsiónnaga Ro.tlío V en el N" 1 de Sfudfent). El consejo de Coalición deKíev consideró"estrecha" la decisión del II CongresodeEstudiantes de toda Rusia, celebradoen 1g02,de que lasorganizaciones'estudiantilesmantengan relaciones cbn loscomités del Partido Obrero Socialdemócratade Rusia; porcierto, el hecho,evidentea todas luces,de que una partede los estudiantesde algunas localidades simpatizán conel "partido de los sociálistas-revolucionarios"-ue encu-

bierto _especiosamente on el razonamiento, muy "im-parcial" y muy inconsistente, e que ,'los estudiantes, o-mo,tales, no pueden adherirse íntegramenteni al partidode los socialistas-revolucionarios i al partido de los so-cialdemócratas". sftrc señaló la inconsistenciade este ra-zonam,iento, Reuolutsiónnaga RossÍa, por supuesto, lodefendió contra viento y marea, acusandóde ,,falta de co-medirniento" y falta de madurez política a los iskristas, alos "fanáticos de las desunionesv las escisiones".

Despuésde cuanto hemos diciro, la absurdidad de se-mejante razonamiento es ya demasiado evidente. De loque se trata es de qué papel político desempeñan os estu-diantes. Y resulta que primero hay que cérrar los ojos

ante el hecho de gue los estudiantesno están aislados delresto de la sociedad y, por ello, reflejan siempre e inevi-tablemente odo el agrupamiento político.de ésta. Después,con los ojos cerrados,dedicarse a divagar sobre los estu-diantes como tales o sobre los estudiantesen general. Se'obtiene la conclusión. . de que son perjudiciales las de-sunionesy escisiones erivadasde a adhesióna esteo aguelpartido político. Está claro como la luz del día que parallevar hasta el fin estecurioso razonamierrtohabía que sal-t_ardel terreno político al terreno profesionálo docénte. YReuolutsiónnaya RossÍa da precisamente ese salto mortalen el artículo.Los estudiantes la reuolucidn (N" 17), in-vocando, en primer lugar, los intereses generales de los

estudiantes, a lucha estudiantil general, y, en segundo u-gar, los fines docentes de los estudiantes, a tarea de pre-pararlos para la futura actividad social, a tarea de formar-los como luchadores políticos conscientes.Estas dos invo-caciones son justísimas, pero no tienen nada que t¡er conla cuestión y lo. único que hacen es embrollaria. La cues-tión es la actividad política, la cual, por su propia esencia,

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está unida inseparablemente a la lucha de lo s partidos yrequiere de manera ineludible la elección de un partidodeterminado. ¿¿Cómo es posible eludir cle esta elección,argumentando que para toda actividad polÍtica es impres-cindible la más seria preparación científica, la "formación"de firmes convicciones, o que ninguna labor política puedelimitarse a los círculos de políticos de una tendencia de-terminada, sino que debe orientarse a sectores de la po-blación cada día más amplios, debe fundirse con los inte-

reses profesionales de cad'a sector, unir el movimiento pro-fesional con el político, elevar el primero hasta el nivel delsegundo?? ¡El solo hecho de que esos hombres tengan querecurrir a semejantes pretextos para defender su posiciónmuestra con toda evidencia hasta qué punto carecen ellosmismos de convicciones científicas concretas y de unalínea política firme! Cualquiera que sea el punto de vistadesde el que se enfoque la cuestión, veréis confirmada r¡nay otra vez la vieja verdad que predican los socialdemócra-tas desde hace mucho, combatiendo el equilibrismo de lossocialistas-revolucionarios -tanto en el aspecto teórico'científico como en el político-práctico- entre el marxismo,de un lado, el oportunismo "crítico" europeo occidental,

de otro, y el populismo pequeñoburgués ruso, de otro más*.En efecto, imaginaos unas relaciones políticas má s o

menos desarrolladas y mirad el planteamiento práctico denuestra "cuestión litigiosa". Supongamos que existen trespartidos: el clerical, el liberal y el socialdemócrata. Actúanen determinados lugares, po r ejemplo, entre algunos secto-res estudiantiles u obreros. Tratan de atraer a su lado almayor número posible de representantes rnás influyentesde unos y de otros. Y yo pregunto: ¿sería imaginable qu eal optar esos representantes po r un partido determinadose rebelasen contra ello dichos partidos, basándose en qu eexisten ciertos intereses generales docentes y profesionalesde todos los estudiantes y de tocla la clase obrera? Sería

lo mismo que poner en ducla la necesidad de la lucha delos partidos, invocanclo el arte de imprimir, ittil por igual

* No hace falta decir qu e la tesis relativa al carácter inconsecuentey contraáictorio del programa y la táctica de los socialistas-revolucio-narios requiere una éxplicación especialy circunstanciada.Esperamosanalizar elta cuestión con todó detallc en una de las cartas siguientes.

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para todos los partidos sin distinción. No hay un solo par_tido en los países civilizados que deje de éompren¿ei lainmensautilidad de as asociaciones oóentes prófesionalesorganizadas con la TayoT amplitrld y consiitencia posi_bles; pero cada uno de ellos sé esfueiza por que en esasasociaciones redomine prec.isamente u in?luencia.¿euiénignora que la invocaóión del sin partidismo de e"stásoaquellas instituciones es, de ordinaiio, sólo una frase hi_pócrita en boca de las clases dirigentes, interesadas enocultar que- as instituciones existeñtesestán impregnadasya , en el-99_ or 100_deos casos, el espíritu poiitió masconcreto? Y, sin embargo, nuestros señóressócialistas_re-volucionar.ios, en_el fondo, cantan ditirambos precisa_mente en honor del "sin partidismo". Tomad, comó ejem-pJo, esta emotiva perorata de Reuolutsíónnaga .Róssía(N " 17): "¿Qué táctica-miope es esa que consiite en queuna organizaciún revolucionaria desee sin falta ver 'enc_ualquiera tra organización independiente,no subordina_da a ella, luna competidora que áebe ser destruida, unacompe.ti.d-ora-auyos medios debe levarse obligatoriamentela división, la desunión, la desorganización?;Se dice esocon motivo del manifiesto de 1896 de la organización so_cialdemócrata de Moscú47, ue reprochaba a* os estudian-tes haherse encerradodurante loJ últimos años en el ám-bito estrecho de sus intereses universitarios, y a la queReuolutsiónnaga Rossía enseña que la existenóia de unaorganización estudiantil jamás impiae a quien ,,seha defi_nido pn el aspectopolítico" consagrarsujfuerzas a la cau-sa obrera.

Ved cuánto embrollo hay aquÍ. La competencia es po_sible (e ineludible) únicamente éntre una organización po_lítica y otra organización política, entre uáa aspiraciónpolítica y otra aspiración política. La competenciaes im_posible entre una sociedad de ayuda mutua y un círculorevolucionario, y al imputar a esteúltimo el deseode des_truir sin falta a la primera, ReuolutsiónnagaRossÍanodice más que tonterías.Pero si en esa-mismi so.ciedad eayuda mutua se manifiesta cierta aspiración política _porejemplo, no ayudar a los revolucionarios o

-retirarde- a

biblioteca los libros ilegales-, Ia competencia y la tuchaabierta será obligatoúa para todo ,,póHtico" hánrado. Sihay hombres que encierien los círcülos en los intereses

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universitarios estrechos (¡y esos hombres existen, sin du-da , y en 1896eran muchísimosmásl), la lucha entre ellosy quienes propugnan la ampliación, y no la reducción,.delos intereses será igualmente necesariay obligatoria. Masen la Carta Abierta del Consejode Kíev, que suscitó a po-lémica entre ,Reuolutsiónnaga?ossíae fsftra, no se tratabade optar entre las organiziciones estudiantiiesy tas tevo-Iucionarias, sino entre orgairizaciones evolucionarias deténdencias diferentes. Por tanto, han empezado a. optar

precisamentequienes "se han definido en el aspectopolí-tico", y nuestros "socialistas-revolucionarios"- iran deellos'/rac¡a afrcÍs con el pretexto de que Ia competenciaentre una organización revolucionaria y otra puramenteestudiantil es miope. .. ¡Demasiado incoherente, señores!_ f-.a parte reuolucionaria de los estudiantes empieza a

elegir entre dos partidos revolucionarios y se la obsequiacon esta moraleja: "esta influencia", es decir, la influen-cia de Ia parte socialista de los estudiahtessobre el resto,'jno_¡e ha conseguido mponiendo" "determinada" (es pre-f91¡ble-,.esde uego, la indeterminación...) .'etiqueta par-tidista" {etiqueta para unos, pero bandera paia otios),"violentando la conciencia de los camaradas estudiantes;'

(toda la prensa burguesade todos los paísesexplica siem-pre el crecimiento de la soeialdemocracia or la violenciade los cabecillas y de los incitadores sobre la concienciade los pacificos oamaradas. .) Es de suponer que todoestudiante honesto calificará como se merece esta acusa-ción a los socialistasde o'imponer" etiquetasy "violentarla conciencia". ¡Y esaspalabras faltas de carácter, de fir-meza y de principios se dicen en Rusia, donde son aún taninfinitamente débiles los conceptos de organización departido, firmeza y honor de partido, bandera de partido!

Nuestros "socialistas-revolucionarios" ponen comoejemplo a los estudiantes revolucionarios los anteriorescongresos estudiantiles, que proclamaban su "solidaridad

con el movimiento político general, haciendo abstracciónpor completo de las discordias fraccionales existentes enel campo revolucionario". ¿Qué es el movimiento "políticogeneral"? Es el movimiento socialista mas el movimientoliberal. Hacer abstracciónde esta diferencia significa co-locarse al lado del movimiento inmediato y más próximo,es decir, precisamentedel movimiento liberal. ¡Y a eso es

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a lo que llaman lo s "socialistas-revolucionarios"! ¡Gentesqu e se denominan partido especial llaman a permanecer almargen de la lucha de partidos! ¿No muestia eso que sc -mejante partido no está en condiciones de hacer pasar sumercancía politica bajo su propio pabellón y tiene que re-currir al contrabando? ¿No se deduce de ahí que ese parti-do carece de toda base prograrnática concieta prbpia?Ahora lo veremos.

Lo s errores de los socialistas-revolucionarios er r su srazonamientos acerca de los estudiantes y la revolueión nopueden explicarse solamente por la falta de lógica que he-mos procurado demostrar antes. En cierto señtido,- puedeafirmarse lo contrario: la falta de lógica de sus ,izona-mientos dimana de su error fundamenial. Como ,,partido",han adoptado desde el primer momento una posición taninternamente contradictoria, tan resbaladiza qüe Ias perso-nas honradas de verdad y capaces de verdaá de perrsa"políticamente no podían sostenerse en ella sin vacilacio_ne s y caídas constantes. Ha y qu e tener siempre presenteque la socialdemocracia no explica el daño que cáusan al

socialismo los "socialistas-revolucionarios" tomando comobase los distintos errores de estos o aquellos escritores, deunos u otros dirigentes, sino que, al contrario, consideraque todos esos errores son resultado ineluctable de un pro-grama y una posición política falsos. En una cuestión- co-mo la estudiantil, esa falsedad se manifiesta con claridadsingular, haciéndose evidente la contradicción entre elpunto de vista democrdtico-burgués y las vestiduras de

. oropel del socialismo revolucionario. En efecto, observadcómo se desarrollan las ideas en el artículo programáticod9_

-R3uglutsiónnagaRossía.. ,,Los estudiantes y iá revolu-

ción". El autor coloca en prime¡ plano ,,el deiinterés y lapureza de las aspiraciones", "la fuerza de los motivos iáea.-

les" de "la juve.ntud". Busca la explicaclón de sus anhelospolíticos "innovadores" cabalmente en eso, y no en lascondiciones reales de la vida social en Rusiá, las cuales.de una parte, engendran una contradicción inconciliableentre la autocracia y sectores muy amplios y muy hetero-géneos de la población, y, de otra, dificultair extiaordina-riamente (pronto habrá que decir ya dificultaban) que el

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descontento político se manifieste de otro modo qu e no se a

a través de las universidades.El autor arrernete luego contra los inteutos de los so-

cialdemócratas de adoptar una posición consciente ante la

cliversidad de grupos políticos entre lo s estudiantes,de unir

¡.¡hs esLrechatñenie o1 grupos políticos homogéneos y de -

sunir lo que es heterogéneo políticamente. Y no es que el

autor critique lo equivocado de uno u otro de estos inten-

tos (sería absurdo áfirmar que estos intentos han sido afor-

tunados siempre y en todo). No , al autor le es ajena-porcompleto la ihea misma de qu e la diferencia de lo s inte-

resei de clase debe reflejarse también ineludiblemente en

el agrupamiento político; de que los estudiantes no pue-

den ionstituir uná excepción de toda la sociedad' a pes4r

de su desinterés, pureza, idealidad, etc'; de qu e la tarea

clel socialista no consiste en disimular esta diferencia, sino,

por el contrario, en explicarla a la masa más amplia po-

riUte y afianzarla en una organización política'-E-l .autor

enfocá las cosas desde el punto de vista idealista de l demó-

crata burgués, y no desde el punto de vista materialista,

de l socialdemócrata.Po r eso, no se avergüenza de lanzar y repetir el llama-

miento a los estucliantes revolucionarios aI "moviurientopolítico general." Para é1, el centro de gravedad se en-

cuentra lrecisamente en el movimiento político general,

es decir, democrático general, que ha de estar unido' Esta

unidad no deben romperla "los círculos puramente r-eYo-

lucionaiios", los cuales tienen que agruparse "paralela-mente a la brganización estucliantil general". Desde el

punto de vista de los intereses de este movimiento demo-

crático amplio y unido es criminal, naturalmente, "impo-

ner" etiquótas áe partido y violentar la conciencia cle los

camarad-as. Así précisamente opinaba la democracia bur-guesa ya en 1848a8,cuando los intentos de señalar la con-

iradicción existente entre los intereses de clase de la bur-

guesía y del proletariado provocaron- la condenación "ge-ñeral" áe "los fanáticos de la desunión y la escisión"' Así

opina también la novísima variedad de la democracia bur-giresa, los oportunistas y revisiorristas, los cuales dnsían un

lran partidó democrático único que marche pa-cíficamente

[or la vía de las feformas, por la vía de la colaboración de

"lu..r.Todos ellos ha n sido siempre' y no pueden dejar

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5/16/2018 LENIN, Vladimir Ilitch Ulyanov_Tareas de La Juventud Revolucionaria - slidepdf.com

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de serlo,_ -nemigos e las discordias ,,fraccionales" y par-tidarios del movimiento "político general"

Como veis, los razonamientos de los socialistas-revolu-cionarios,absurdosy contradictorioshasta el ridículo desdeel punto de vista del socialista, son absolütamentecom-prensibles y consecuentes esde el punto de vista demo-crático-burgués.Esto ocurre porque, en el fondo, el parti-do de los socialistas-revolucibnaiiosno es otra cosá queuna fracción de la democraciaburguesa,

una fracción pri-mordialmente intelectual por su composición, primordlal-mente peqtreñoburguesa or su punto de vista y eclécticapol s9 bandera política, que une el novísimo oportunismoy el viejo populismo de nuestrosabuelos.

La mejor refutación de la fraseología unificadora deld-emócrata urgués es'_lapropia marcha del desarrollo.po-lítico y de la lucha política. Y en Rusia, el crecimiento delverdadero movimiento ha conducido ya a esa refutación.Me refiero_a a separaciónde los ,,academistas"como gru-po especial de los estudiantes. En tanto no hubo luihaauténtica, los academistasno se diferenciaron de la ma.sa "estudjantil_general" y la "unidad" de toda la ,,parte

pensante" de los estudiantespareeía indestructible. peroen cuanto llegó la hora de los ñecftos, a discrepancia deloselementosheterogéneossehizoinevitable*.

El progreso del movimiento politico y del embate di-recto contra .la autocracia fue seguido nmediatamente deun progreso de la definición en el agrupamiento politico,a despechode todas las frases hueras sobre la unilicaciónde todos y cada uno. Es poco probable que haya una solapersona capa'zde dudar que. a separación de los acade_mistas

-y los políticos representa un gran paso adelante.Ahora_bien, ¿significa esta spparación-qoe os estudiántessocialdemócratas rompan" con los acaáemistas?A Reuo-lutsiónnagaRossÍq e pareceque sí (véase l N" 17,pág.B).

* De creer ciertas informaciones, en los últimos tiempos se mani-fiesta una disqrepancia, cada dfa más fuerte y mayor, entre los ele-mentos,hete_rogéneos-9eos estudiantes,a sabdr: la=separaciónde lossocialistasde-los polÍticos-¡euolucíonarios, ue no quióren ni oír ha-blar de l socialismo.Sedice que entre los estüdiantes'deportadosaSibe-ria se ha ¡evelado de forma-muy definida esta última t'endencia,Vere-mos si se confirman estasnoticias.

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Pero le parece eso únicamente como consecuenciadelembrollo que hemos descubiertomás arriba. EI deslinda-miento completo de las tendencias políticas no significaen modo alguno el "rompimiento" de las asociaciones ro-fesionalesy docentes.El socialdemócrataque se señale atarea de trabajar entre los estudiantesprocurará sin faltapenetrar personalmente, o a través de sus agentes,en elmayor número posible de círculos "puramente estudian-tiles" y autodidactas o más vastosposibles; procurará am-

pliar los horizontes de quienes reclaman sólo la libertadacadémica; procurará difundir precisamente el programasocialdemócrataentre los que buscan todavía un programa.

Resumamos.Cierta parte de los estudiantesquiere for-marse una concepción socialista del mundo concreta ycabal. El objetivo final de esta labor preparatoria no pue-de ser otro -para los estudiantes que desean participarde una manera práctica en el movimiento revolucionario-que la elección consciente y definitiva de una de las dostendenciasque han cristalizado actualmente en los mediosrevolucionarios. Quienes protestan contra esta elección enaras de la unificación ideológica de los estudiantes,de suradicalización en general,etc.,no hacenotra cosaque embo-

tar la conciencia socialista, propugnan de hecho sólo lavacuidad ideológica. El agrupamiento político de los estu-diantes ha de reflejar por fuerza el agrupamiento políticode toda la sociedad,y es deber de todo socialistaesforzarsepor conseguir el deslindamiento más consciente y conse-cuente posible de los grupos heterogéneos olíticamente.E[ llamamiento del partido de los socialistas-reyoluciona-rios a los estudiatr¡"r -"proclamar su solidaridad con elmovimiento político general y hacer abstracción por com-pleto de las discordias fraccionales existentesen el camporevoluciona¡i6"- no es otra cosa, por su esencia,que unllamamiento a uoluer atrás, a retroceder del punto devista socialistaal punto de vista democrático-burgués.ohay nada sorprendente en ello, pues el "partiilo de lossocialistas-revolucionarios" es solamente una fracción dela democracia burguesaen Rusia. El rompimiento del estu-diante socialdemócratacon los revolucionari os y los políti-cos de todas las demás tendenciasno significa de ningunamanera el rompimiento de las organizacionesestudiantilesgenerales educativas;antesq,lcontrario, sólomanteniendo

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el Dunto de vista de un programa plenamentedefinido sepuáa" y se debe aborar entre los más vastos sectoresestu-

áiantilés para ampliar los horizontes académicosy pro'

o"n., el iocialismó científico, es decir, el marxismo''-'F. S. En las cartas siguientes desearíahablar con los

leetores de S¿udient sobre la importancia del qarxi¡qtopara formarse una concepción cabal del mundo, las dife-

;;;;il á" principios y aé táctica entre el Partido Social-

áemócratay el

iartiáode los socialistas-revolucionarios,

fos-pro¡t"m". 'aó la organización estudiantil y la actitud¿e ós esdudi'antesnte a claseobre¡a en general'

Publicailo en "septiembte ile 1903 T' 7' pógs' 28-11'

en el núm. 2-3 de "Studient".Fí rmado:N.Lenín,