Leon2007_Origenes-Humanos (1)

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  • Orgenes Humanos en los Andes del PerElmo Len CanalesPrimera edicin

    2007 Elmo Len Canales 2007 Universidad de San Martn de PorresEscuela Profesional de Turismo y HoteleraAvenida Toms Marsano 242 - Surquillo - Lima Telfono: (511) 513-6300

    ISBN: Depsito Legal N:

    Reservados todos los derechos. Queda prohibida, sin la autorizacin escrita de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas en la ley, la reproduccin total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos reprografa y el tratamiento informtico.

    Diseo de cartula: Virginia Castro Pozo Galarreta. Diseo y Diagramacin: Orlando Gonzales SamanezOficina de Diseo y Multimedia de la Facultad de Ciencias de la Comunicacin, Turismo y Psicologa de la Universidad de San Martn de Porres.

    Impresin:

  • Para las luces que iluminan mi vida:

    Nancy Chvez Cornejo y Adriano Len Chvez Con todo mi corazn

  • Agradecimientos i-vPresentacinIntroduccin A-HEstablecimiento de los lmites de tiempo y espacio 1-KLa prehistoria y el contexto americano

    Las ciencias fsicas y los estudios prehistricos 3 La medicin del tiempo: el radiocarbono 4 Lo que los trozos de hielo nos dicen 5 Costumbres remotas en el siglo XXI: la etnoarqueologa 7 El estudio de las herramientas de piedra del pasado 9

    El poblamiento de Amrica a la luz de las nuevas evidencias 13 El nor este de Asia antes del poblamiento de Amrica 13 El poblamiento por el Estrecho de Bering 14 La ruta nor-atlntica: una posible aventura marina de los solutrenses? 15 La ruta del litoral pacfico 17 El poblamiento andino 17

    Los primeros americanos 18 Yacimientos pre-Clovis de fines del Pleistoceno 18 La cultura Clovis 18 Los primeros sudamericanos 20 Los huesos humanos 20 La evidencia arqueolgica 20

    Indice

  • Reconstruccin del medioambiente

    El medioambiente entre el Pleistoceno Terminal y el Holoceno Medio en el Per 25 Los Andes 25 El origen de los Andes 27 Las lneas de nieve y las glaciaciones 29 Las glaciaciones: un fenmeno andino y global 29 Las glaciaciones en los Andes peruanos 30 El ltimo glacial mximo (LGM) y el Younger Dryas (YD) 33 Los efectos de la glaciacin en la Amazona 35 El paleoclima del Holoceno en los Andes Centrales 36 La temperatura en tierra y en mar en el Per durante el ltimo glacial 38 El Holoceno peruano a travs del istopo oxgeno 18 41 Episodio 1: 9,500-8,600 aos a. C., deshielo en proceso 42 Episodios 2-3-4: 8,600-6,900 aos a. C., preludio al Optimum Climaticum 43 El Optimum Climaticum: 6,900-4,000 aos a. C. 44 Episodio 6: 4,000-3,800 aos a. C.: el descenso abrupto de la temperatura 46 Episodio 7: 3,500-2,500 aos a. C.: el regreso del clima temperado 47 El Holoceno en zonas vecinas 47 El modelado de las costas en el pasado y el aumento del nivel del mar 48 La batimetra del NOAA: la forma del litoral alrededor de los 11,000-10,000 aos a. C. 49 La historia de los niveles del mar en la costa peruana 51

  • La vegetacin andina durante el Pleistoceno Terminal e Inicios del Holoceno 55 La fauna de la ltima glaciacin en los Andes 58 La Corriente Peruana y el fenmeno de El Nio (ENSO) en el pasado 61 El Nio: Desde cundo ocurre este fenmeno? 62 Las lomas: oasis de neblina en la costa peruana durante el Holoceno 66

    Los Grupos Humanos La costa e inicios de las estribaciones andinas 71 La cultura Las Vegas 71 El medio ambiente durante el Holoceno 71 Moradores de los manglares en la costa ecuatoriana 72 Las herramientas de piedra y de otros materiales de Las Vegas 73 Domesticadores de calabaza desde los 8,000 aos a. C. 74 Los primeros cementerios sudamericanos 75

    Los primeros pobladores de Piura 77 Los campamentos de Amotape 77 De cundo datan estas evidencias? 78 El complejo Siches: recolectores de moluscos del Holoceno Medio 79

    Puntas cola de pescado en el Per 80 Las puntas cola de pescado de Quebrada Santa Mara (La Libertad) 81 El abrigo rocoso de Laguna Negra en el valle alto del Chicama 82

  • El complejo Puente: Ayacucho 83 Las puntas cola de pescado de Quishqui Puncu, Callejn de Huaylas 84 La Quebrada Tasata: Arequipa 84 Los hallazgos sin contexto 85

    Los primeros habitantes de los valles de Zaa y Cajamarca: Nanchoc 86 El medio ambiente: zona de trnsito entre la costa, la sierra y la amazonia 86 El Palto y el yacimiento CA-09-55-2: los ms antiguos habitantes del valle de Zaa 87 El cementerio de Nanchoc de hace 8,000 aos 87 Viviendas de quincha del sexto milenio antes de Cristo 88 La veneracin a los difuntos durante el Holoceno Medio 88 Calabaza, quinua y man desde 6,000 aos antes de Cristo 88 Los canales de irrigacin ms antiguos 89 Canibalismo en Nanchoc en el octavo milenio a.C.? 90 La tecnologa y el uso de la piedra en Nanchoc 91

    La cultura Paijn de Pampa de los Fsiles- Quebrada de Cupisnique, La Libertad 92 El medio ambiente de la poca del Paijanense de Pampa del Fsiles-Cupisnique 93 En que tiempo vivieron los Paijanenses de Pampa del Fsiles-Cupisnique? 94 Las zonas habitadas por los Paijanenses de Pampa de los Fsiles 95 El posible origen del Paijanense de Pampa de los Fsiles 96

  • La tecnologa de la piedra durante el Paijanense 98 Las canteras: seleccionando rocas para tallar 98 Los talleres de puntas Paijn: un trabajo de alta precisin 99 Las puntas de tipo Paijn: la primera tecnologa de la costa peruana 102 Campamentos: lugares de habitacin de corta permanencia 103 Recursos alimenticios de los Paijanenses 105 Qu aspecto tena el poblador Paijanense? La antropologa fsica 107 Las tumbas Paijanenses de Pampa de los Fsiles-Cupisnique 108 El Paijanense en Zaa y Jequetepeque 110 El Paijanense del onceavo milenio antes de Cristo en Zaa 110 Los Paijanenses semi-sedentarios entre los 9,000 y 7,000 aos a. C. 111 La margen derecha del valle de Jequetepeque: Paijanense con cola de pescado en el onceavo milenio a. C. 111 La margen izquierda del valle de Jequetepeque: La quebrada de Talambo 113

    El Paijanense en otras regiones de La Libertad y suroeste de Cajamarca 115 El Paijanense del valle de Chicama 115 La Quebrada de Cuculicote y la quebrada La Calera 116 La Quebrada de Santa Mara: de la punta cola de pescado a la punta Paijanense 117 Los Paijanenses de la margen izquierda del ro Chicama 118 El Paijanense del valle medio del Chicama (Cajamarca) 119 El Paijanense del valle de Moche 120 El Paijanense del intervalle Moche-Vir 122

  • El Paijanense de la costa de Ancash 124 El Paijanense en la Inter-cuenca Chao-Santa 124 El Paijanense en el valle de Casma 124 Probable tiempo en que los Paijanenses se asentaron en Casma 125 Los campamentos-talleres con puntas de tipo Paijn 125 Los talleres especializados de grandes lascas y las canteras de cuarzo 126 El Holoceno Medio en Casma 127 Puntas de tipo Paijn en la puna? 128

    El Paijanense en el Holoceno Medio de Huarmey 129 El Volcn y Tres Piedras: canteras tipo Paijanenses en Huarmey 129 Pescadores-recolectores del Holoceno Medio en Huarmey 130

    Los primeros pobladores del Departamento de Lima 135 Las evidencias del Holoceno Medio en las Lomas de Lachay 135 Grupos del Holoceno Medio en las inmediaciones de las Lomas de Lachay 135 El Cerro Chivateros y las Lomas de Ancn 136 El Cerro Chivateros: cantera para la talla de preformas 138 Las Lomas de Ancn: campamentos del Holoceno Medio 141 Primeros moradores de las Lomas de Ancn 141 La Tablada de Lurn: grupos del Holoceno Medio en Lurn 142

    El Paijanense en Ica 146Paloma, valle de Chilca: El cementerio ms antiguo de Lima 147

  • La Quebrada Jaguay: pescadores de los 11,000 aos a. C. en Caman, Arequipa 152El Sitio Anillo (Ring) 154

    Los sitios de las lomas y el litoral al norte de Ilo, Moquegua Villa del Mar 156 Yara 156 Kilmetro 4 156 Quebrada Tacahuay, Tacna: cazadores de aves de la Costa Sur 158Quebrada de los Burros: pobladores del Holoceno Temprano en Tacna 162Chinchorro: las primeras momias en el mundo 166 Los Chinchorro y el medio ambiente del Holoceno Temprano y Medio 166 Antigedad de la cultura Chinchorro 167 Orgenes de la cultura Chinchorro 167 Los pobladores sedentarios del desierto 168 Tecnologa marina 168 El aspecto fsico de los Chinchorro 169 Las momias de hace 8,000 aos 169 Las alturas de los Andes Centrales La cueva del Guitarrero 174 La antigedad de la ocupacin humana en la cueva del Guitarrero 175 Precursores de la domesticacin de plantas 177 Las herramientas de piedra 179 Quishqui Puncu 182

  • La cueva de Huargo: presencia de grupos humanos en el Per alrededor de los 14.000 aos a. c.? 184Las cuevas de Lauricocha 185La cueva de Pachamachay 191Panalauca: cazadores de la Puna de Junn 197El abrigo de Telarmachay: una mirada al modo de vida en la Puna hace 9,000 aos 200 La vida domstica desde hace 10,000 aos en el abrigo de Telarmachay 201 La domesticacin de camlidos 203 Los artesanos del tallado de la piedra 204 Los anlisis de huellas de uso: la revolucin en ltico 207 Las puntas de proyectil: slo para cazar? 208 El fuego: el centro de las actividades 210 La pachamanca: una invencin culinaria en la Puna de Junn de 6.000 aos a. C. 211 El arte y las costumbres funerarias 211El abrigo de Uchkumachay 215Las ocupaciones humanas ms remotas del Peru, en Ayacucho 218 La cueva de Pikimachay 218 El complejo Pacaicasa: la evidencia de los peruanos ms antiguos? 219 El complejo Ayacucho: posibles primeros indicios humanos en el Per 220Los Abrigos rocosos de Sumbay en Arequipa 226 Asana: cazadores de guanacos en la sierra de Moquegua 227 Manantiales y bofedales como fuentes de recursos 227La cueva y el abrigo de Toquepala 229 El abrigo de Caru, Tacna 235

  • Conclusiones preliminares Medio ambiente en los Andes Centrales al arribo de los primeros habitantes 239 Las evidencias humanas ms remotas del Per 244 Los territorios ocupados y patrones de asentamiento 246 Tipos de vivienda y talleres lticos 248 La vida domstica dentro del campamento 249 Los alimentos y la cocina 250 La domesticacin de las plantas en los Andes Centrales 252 La domesticacin de los animales 253 El Paijanense 256 Las herramientas de piedra 258 Intercambio de materiales y conocimiento 262 Obras hidrulicas precoces del stimo milenio a. C. 263 Costumbres funerarias de los primeros habitantes de los Andes Centrales 263 Las enfermedades de los primeros pobladores de los Andes Centrales 265 Plantas estimulantes 266 Las caractersticas fsicas: Qu rasgos tenan? 266 El arte 266

    Eplogo 269 Bibliografa 273Glosario 299ndice de Ilustraciones 323 Crdito de las ilustraciones 327

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    PresentacinAgradecimiento

  • iPresentacinAgradecimiento

    AgradecimientosPor la brevedad de tiempo en el cual he

    trabajado en este libro, confieso que al principio pens que esta seccin podra constar de pocas lneas. Pero me equivoqu, pues durante el trabajo, he recibido el apoyo y ayuda de muchas personas, mayormente colegas y amistades, a quienes quedo reconocido por haberme brindado tanta generosidad. Debo ofrecerles disculpas por las molestias causadas al solicitar bibliografa, ilustraciones u alguna otra cosa. Si hay omisin de alguno de ellos, les ruego me dispensen, pues es difcil retener a todos en mi memoria.

    Antes de empezar a agradecer a mi tutor de siempre y a mis colegas que han contribuido con esta pequea obra, debo mencionar que tengo una deuda con la Facultad de Ciencias de la Comunicacin, Turismo y Psicologa de la Universidad San Martn de Porres. Es as que este

    proyecto no hubiera sido viable sin la mediacin de dos personas. A la primera, la conoc luego de leer una entrevista sobre su vida en el centerfold de un diario de Lima, Peru21. Me impresion su apoyo denodado a la ciencia y a la difusin de sta en un pas como el nuestro que necesita tanto de ello. Me refiero al Padre Johan Leuridan. Recuerdo que luego de buscarle y exponerle mi inters de trabajar y colaborar con la Universidad, respondi que vera qu hacer por m. sa fue la partida de nacimiento del libro que ahora presento.

    Unas semanas despus recib una llamada de la segunda persona a quien debo referirme. Se trata de Juan Carlos Paredes, a quien debo un especial reconocimiento, pues en este breve tiempo no slo ha sido el editor, sino que tambin, con el devenir de los meses, un buen amigo mo, con quien desarroll una especial empata, de manera recproca. Adems, me hizo sentir como si la Universidad San Martn de Porres fuera mi segunda casa durante el tiempo que he elaborado este trabajo. Ambos han hecho realidad que esta humilde pero esforzada obra vea la luz. Quedo profundamente reconocido con ellos.

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    PresentacinAgradecimiento

    De esta misma institucin es Sergio Zapata, el actual editor. Deseo expresarle, aqu tambin, mi gratitud por la paciencia que ha tenido con la entrega de mi trabajo final, debido a problemas de salud que vengo atravesando. Asimismo deseo agradecer a Guillermo Macchiavello y Orlando Gonzales del equipo de diagramacin pues han hecho un trabajo excelente y presto. Por cierto, la impresionante cartula se la debo al arte grfico de Virgina Castro Pozo G. Muchas gracias a todos.

    En lo concerniente a mi trabajo cientfico y asesora, en primer lugar, quiero agradecer a Duccio Bonavia por su apoyo permanente y desinteresado, no slo para con este libro, sino a lo largo de mi trayectoria de estudiante y profesional, y ms an ahora como colegas. De l he aprendido el rigor de la ciencia, la disciplina y la tica profesional que intento tambin plasmar en ste mi primer y, seguramente, imperfecto libro. Adems de las extensas jornadas que pasamos discutiendo temas de ciencia, he tenido libre acceso a su biblioteca de la cual he obtenido innumerable bibliografa, imprescindible para cualquier obra vinculada con la historia de los primeros habitantes del Per. Entre tanto intercambio de ideas surgi la amistad y camaradera de hace ya aos, que conservo como un bien preciado.

    A Dennis Stanford del Museo de Historia Natural del Smithsonian Institution, Washington D.C., le debo no slo la experiencia internacional en Paleoindio norteamericano, sino tambin el apoyo permanente en mis investigaciones, adems de las gestiones para el envo de gran cantidad de material bibliogrfico desde los Estados Unidos. Dennis tambin me ha cedido la autorizacin de dos ilustraciones. Vaya a l mi profundo reconocimiento.

    De igual modo quedo agradecido con Betty Meggers y Enrique Angulo del Departamento de Antropologa, siempre del mismo Smithsonian. Ambos se ocuparon del aspecto logstico y financiero del envo del material bibliogrfico antes mencionado.

    En este sentido, Ramiro Matos del American Indian Museum, de la misma institucin, ha apoyado mi stage en Washington D.C., durante el cual defin este proyecto y reun una base de datos que ha contribuido a la realizacin de este trabajo.

    Marta Camps, colega de la George Washington University, ha contribuido permanentemente con el envo de bibliografa especializada, sobre todo vinculada a paleoclimas sudamericanos y andinos. Marta ha estado siempre dispuesta a mantenerme al da en lo que a la prehistoria se refiere, pues en Per es difcil tener acceso a este tipo de literatura de mi especialidad. Quedo reconocido con ella, por tanta gentileza y su amistad.

    Carmen Eyzaguirre de la Biblioteca del Departamento de Antropologa del Smithsonian Institution, quien me ense a formar mi biblioteca virtual por medio del enlace digital con la Biblioteca del Congreso, en el mismo Washington D.C. Si no fuera por ella, no tendra tanto material bibliogrfico, el cual me ha servido de mucho para el trabajo que ahora expongo.

    Jess Briceo del Instituto Departamental de La Libertad, ha tenido la gentileza de enviarme una foto de sus importantes hallazgos en Quebrada de Santa Mara, La Libertad. Quedo entonces tambin reconocido con l.

    Tom Dillehay de Vanderbilt University, Tennessee, ha contribuido tambin con artculos de difcil acceso y otros materiales bibliogrficos.

    De manera similar, Danile Lavalle de la Universit Paris I, La Sorbonne ha tenido la gentileza de haberme cedido material grfico de sus propias investigaciones arqueolgicas en el abrigo de Telarmachay y Quebrada de los Burros para este libro. Que ella me permita usar estas lneas para confesar que mi inspiracin y pasin por la prehistoria se ha originado, en parte, debido a su investigacin cientfica en Telarmachay, una leccin bien aprendida y aplicada fuera de Francia y de la escuela del inmortal Andr Leroi-Gourhan. Mi profundo agradecimiento a ella.

    Michel Fontugne del Laboratorio de Radiocarbono de Gif-sur-Yvette, CNRS, Francia, ha colaborado amablemente con literatura cientfica de difcil acceso. Mi gratitud va tambin para l.

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    PresentacinAgradecimiento

    Greg Magaard y Kary Stackelbeck, dos colegas de la Universidad de Kentucky, me han proporcionado informacin reciente sobre los primeros grupos humanos de los valles de Jequetepeque y Zaa. A pesar de haberlos presionado por la premura del tiempo, ellos me han mandado sus contribuciones cientficas de inmediato, incluso sin haberlas publicado an, cedindome el privilegio de adelantar los resultados de sus trabajos de campo en el Norte peruano. Quedo reconocido con ambos.

    Anna Fahnster, del Instituto de Prehistoria de la Universidad de Bonn, Alemania, me ha enviado bibliografa para este libro, sin obligacin alguna, adems de agilizar trmites burocrticos universitarios de mi alma mater. Nikolai Grube, a la sazn, director del Instituto de Americanstica Antigua, en la misma Universidad, ha financiado el envo de este material. En el mismo instituto, Lisetta de Thomas ha despachado los envos prontamente. Muchas gracias a todos.

    Lutz Rheinhardt del Bundesanstalt fuer Geowissenschaften und Rohstoffe, Hannover, Alemania, ha contribuido tambin con mandarme bibliografa especializada en paleo-oceanografa de la costa peruana. Reciba l mi agradecimiento.

    Paula Reimer del Centre for Climate, the Environment & Chronology (14CHRONO), Queens University Belfast, Irlanda, ha sido siempre una colega muy amable y dispuesta a ayudarme y asesorarme en el tema de calibracin radiocarbnica, tan importante hoy en da. Si bien, en este libro ella no ha aportado directamente, su trabajo con las curvas dendrocronolgicas para efectos de la calibracin y sus asesoras en diversas investigaciones que he realizado, han sido y son an un leitmotiv para este proyecto. A pesar del poco tiempo disponible para elaborar secuencias, al menos la existencia de la curva del hemisferio sur y una evaluacin crtica de los fechados radiocarbnicos garantizan el dato bsico de fechas corregidas en aos de nuestro calendario que se publican en este libro.

    El personal de GoogleEarth en USA me ha concedido un permiso especial para publicar las 17 tomas digitales que eran necesarias en este libro para dar una idea al lector del entorno

    geogrfico, topografa y medio ambiente de varios de los yacimientos que se tratan aqu. Quedo reconocido con esta empresa y con su labor educativa internacional a pases en vas de desarrollo como el Per.

    Krzysztof Makowski de la Especialidad de Arqueologa de la Pontificia Universidad Catlica del Per ha tenido la gentileza de facilitarme literatura especializada de difcil acceso y me ha brindado comentarios importantes. Debo tambin agradecerle su apoyo desde mi poca de estudiante en la que me conoci como apasionado por el ltico y de all las inolvidables jornadas en Tablada de Lurn. Vaya a l tambin mi reconocimiento.

    Michel Orliac, investigador del CNRS del yacimiento de Pincevent, Seine-et-Marne, Francia, durante las excavaciones en las que tom parte en 1998, me ofreci interesantes comentarios sobre procesos de sedimentacin de lodo de fines del Pleistoceno, comparando Pincevent con Tablada de Lurn, de acuerdo al material grfico que le expuse. Le agradezco por estos datos.

    Ulrich Stodiek, en su momento, del Neandertal Museum en Mettmann (Duesseldorf) y una autoridad en lanzamiento y estudio de armas prehistricas, no slo me incentiv en el campo de los experimentos prehistricos, sino que me brind comentarios acerca de las pinturas rupestres andinas, en especial las de Toquepala. Se trata adems de un buen amigo; desde aqu mi agradecimiento para l.

    Carmen Arellano Hoffmann, directora actual del Museo de Arqueologa, Antropologa e Historia del Per, me ha concedido tiempo para las correcciones en el ltimo tramo de la redaccin y ulteriores investigaciones. Siendo mi actual jefe y adems colega, le agradezco esta deferencia.

    Juan Yataco Capcha del Museo de Arqueologa de la Universidad de San Marcos, me ha asistido en el anlisis de la pequea coleccin ltica del Complejo Ayacucho, el cual, posiblemente, es

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    PresentacinAgradecimiento

    el ms remoto del Per y cuyos resultados se presentan en este libro. Quedo reconocido con l y Rafael Vega Centeno, director del mismo Museo, por haberme cedido permiso.

    Alina Wong, ex compaera universitaria, ahora en la biblioteca del Instituto Francs de Estudios Andinos ha tenido la gentileza de ayudarme con la bsqueda pronta de material bibliogrfico. Quedo agradecido con ella.

    En el Departamento Acadmico de la Facultad de Ciencias de la Comunicacin, Turismo y Hotelera de la Universidad de San Martn de Porres, Nila Pretell Snchez y Cecilia Rojas Caldern han hecho que me sienta como en mi casa, con tanta amabilidad. Muchas gracias a ambas personas. Este reconocimiento se extiende tambin a Mara Paz Ramos y Mariana Macedo por haber hecho grandes esfuerzos porque esta obra sea publicada pronto y con eficiencia. De igual modo a Gonzalo Garca-Rosell de la Gerencia Comercial de Publicaciones. Muchsimas gracias a todo el equipo.

    Ernesto Lzaro del Instituto Nacional de Cultura, me ayud sin inters alguno en el campo, en la visita a los yacimientos precermicos de Lomas de Lachay, durante el 2001.

    Francisco Merino del Museo de Arqueologa, Antropologa e Historia del Per me ha ayudado con el prstamo de bibliografa. Estoy reconocido con su persona. En esta misma institucin debo agradecer Benjamn Guerrero por su cordial y siempre amigable asistencia en la biblioteca y a Hilda Vidal por haberme posibilitado un contacto con Pedro Rojas Ponce, ltimo discpulo vivo de Julio C. Tello, quien no slo me permiti publicar dos de sus maravillosas acuarelas de las pinturas rupestres de la cueva de Toquepala, sino que tambin me ha obsequiado bibliografa. La vitalidad y apertura de don Pedro a sus 95 aos me han dejado impresionado. Mi agradecimiento va a su persona.

    Si bien este libro peca de poca disquisicin antropolgica, en el sentido estricto de la palabra, las pocas que existen se las debo a mi querido y siempre recordado Fernando Silva Santisteban,

    quien hace algunos meses acaba de dejar esta vida. De Fernando siempre recib la mano abierta de colega, pero sobre todo de amigo, sin reparo alguno. Nunca le olvidar. La mejor forma de homenajearlo es seguir sus sabias enseanzas y hacer escuela de ellas. Y sta es una tarea que me he propuesto en el resto de mi vida acadmica, pues la gua de Fernando me seguir siempre.

    Algunas informaciones y base de formacin parciales se las debo a mi poca de estudiante y joven profesional, aqu, en mi pas. Por eso deseo aprovechar esta oportunidad para agradecer tambin a quienes apostaron por mi especializacin y me dieron cabida en puestos de trabajo, todos vinculados a la investigacin con material ltico. En este sentido, Jorge Silva de la Universidad Nacional de San Marcos me ofreci una ayudanta, temprano, durante mi poca de estudiante. Adems, me dio permanente apoyo, inclusive durante mi trabajo de bachiller. Julin Idilio Santillana de la misma casa de estudios y de la Universidad Catlica del Per, de igual manera supo darme cabida en lo que por esos aos se llamaba taller de arqueologa. Durante aquel tiempo de mi juventud tuve la feliz oportunidad de trabajar tambin en el Museo Nacional de Arqueologa, Antropologa e Historia del Per, en primer lugar por intermedio de Pedro Pablo Alayza con el cual hice no slo una buena relacin acadmica, sino tambin una amistad. Tambin debo expresar mi gratitud a Fernando Rosas Moscoso, a la sazn, director del Museo en un momento despus, y junto a l al finado Mario Benavides, subdirector del mismo Museo. Todos ellos, junto con el personal del Museo, se volvieron mis amigos y el Museo mi segundo hogar. Ahora he retornado y debo confesar que me siento contento con esta oportunidad.

    Ya despus de todo lo agradecido, debo conferir un agradecimiento algo tardo, puesto que ha encontrado su lugar tiempo despus de escrito y entregado el libro. Me refiero a Daniel Vidal Toche, quien realiz la correccin de estilo final, por su acucioso control y las bien recibidas lecciones de gramtica del espaol.

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    Acabo con un reconocimiento a mi entorno familiar, aunque confieso que por l deb de haber comenzado, pero son las ltimas lneas las que ms tardan en olvidarse. Mi esposa Nancy Chvez Cornejo ha sido mi soporte desde mi doctorado en Europa, mis pocas duras posteriores y durante el trabajo de este libro. No slo ahora, sino siempre le agradecer por las miles de veces en que me ausente a lo largo de nuestra vida juntos, por estar saturado de trabajo. Nunca podr acabar de reconocerle su entereza, fuerza y amor. Durante el trabajo de este libro me ha entregado el regalo ms preciado para cualquier ser humano: nuestro primer hijo, Adriano. Ambos son y sern la luz de mi vida, y han sido el empuje para ste, mi primer libro -seguramente lleno de imperfecciones, que asumo con total responsabilidad. Lo perfecto slo est en mi hogar, con mi familia.

    Lima, 31 de Mayo del 2007

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    PresentacinAgradecimientoProemio

    Proemio

    No cabe la menor duda que una de las pocas ms importantes para poder entender la historia del Per, es justamente la que es tratada en este libro, es decir desde el momento que el hombre ha pisado nuestro suelo hasta que se comienza a gestar la civilizacin. Porque es en estos tiempos que se experimenta la adaptacin del hombre a la compleja ecologa del territorio y sin ello no se hubiera podido llegar a la domesticacin de las plantas y la Civilizacin Andina no habra tenido la oportunidad de surgir para convertirse en una de las ms importantes del mundo, como sealara Arnold Toynbee. Y si bien es cierto que en la mayora de los manuales se ha tocado esta temtica, ello ha sido dentro del contexto general de la historia de los tiempos prehispnicos, pero ningn autor ha intentado hacerlo dedicndose exclusivamente a esta poca. En este sentido el libro de Elmo Len es original.

    Si bien es cierto que este texto ha sido escrito pensando en el gran pblico y en los estudiantes en general y por eso evidentemente se ha obviado la gran cantidad de citas bibliogrficas en las que la informacin se ha basado y dejando exclusivamente las indispensables, eso no quiere decir que el libro no pueda ser utilizado por los

    especialistas. Pues ellos podrn encontrar en l la informacin de conjunto sobre temas que a menudo son difciles de hallar en la amplia bibliografa que hoy cubre esta temtica. Pero el gran pblico y sobre todo los estudiantes descubrirn en este manual una informacin novedosa, que no est en ningn otro texto de esta naturaleza, y en este sentido su importancia es muy grande.

    Al mismo tiempo este libro, y no estoy seguro si el autor se ha dado cuenta de ello al escribirlo, se ha convertido en un desafo muy grande en su vida intelectual y una gran responsabilidad con respecto a la disciplina arqueolgica. Pues ahora la tarea que tiene por delante, y que no debera esperar mucho tiempo, es la de convertir este texto en un volumen especializado dedicado a sus colegas, con la detallada informacin bibliogrfica correspondiente. Entiendo perfectamente que para una persona que est al principio de su carrera este desafo puede parecer muy grande, y de hecho lo es. Pero conociendo al autor como yo lo conozco desde que se inici como estudiante, s que l puede enfrentar este reto.

    Una de las labores ms difciles para los especialistas, es conocer al detalle la forma en la que se deben manejar los fechados radiocarbnicos que nos permiten elaborar secuencias temporales dentro de las cuales encuadrar nuestros hallazgos y convertirlos en historia. Por otro lado, para el profano la simple mencin Carbono 14 resulta prcticamente

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    incomprensible. El autor no slo es en nuestro medio el nico que ha aprendido y sabe manejar esta metodologa que es compleja, sino que tiene el gran mrito de haberlo explicado en este texto en forma simple y clara, de modo que ella es ahora accesible al lector comn. Y esto que puede parecer algo de relativo valor, sin embargo es de fundamental importancia, pues nos demuestra que muchos hallazgos con la aplicacin de esta nueva tecnologa tienen una mayor antigedad de lo que se crea y refuerzan la importancia de nuestra historia.

    Como deca, este libro puede ser de inters tambin para los especialistas, pues contiene algunos detalles que antes slo se vislumbraron o sencillamente no han sido analizados por los arquelogos. Me referir slo a tres asuntos concretos. Cuando Edward Lanning public su seminal manual Peru before the Incas en el ya lejano 1967, ampli el esquema cronolgico de su maestro John Rowe para la historia del rea Andina Central, aadindole la clasificacin de los tiempos precermicos que l subdividi en seis perodos con determinaciones temporales concretas. A lo largo de cuarenta aos muchos hemos venido utilizando la periodificacin de Lanning con el convencimiento que ella era la mejor. Pero Elmo Len es el primero que ha comprobado que si se compara lo que fue en gran parte una intuicin de Lanning, pues en esos tiempos l no dispona ni de la informacin ni de la metodologa con las que contamos ahora, su secuencia no slo es correcta sino que es corroborada por las dataciones absolutas de las que disponemos hoy. Probablemente el autor, sin pensarlo, le ha rendido el mejor homenaje a este arquelogo que ha sido sin ninguna duda uno de los ms destacados peruanistas y uno de los que echaron las bases para el estudio de los tiempos precermicos.

    El segundo aporte es la constatacin que la definicin que hiciera Bennett en el ao 1948 del rea de Co-Tradicin Andina, concepto indispensable para entender la Cultura Andina como unidad, y que fuera hecho en una poca

    en la que no se contaba con la informacin que se tiene en la actualidad, tambin se confirma y demuestra la gran visin que tuvo este arquelogo norteamericano al que tanto le debe nuestra historia.

    Finalmente, me quiero referir a un hecho que puede pasar desapercibido, pero que sin embargo tiene una gran importancia. Es decir a los estudios que en la dcada de fines de los aos sesenta y principios de los setenta del siglo pasado llev a cabo el Proyecto Arqueolgico Botnico Ayacucho en la zona de Ayacucho. Se dijo que los hallazgos efectuados para lo que se denomin Complejo Pacaicasa eran los ms antiguos de los encontrados en el Per y que la presencia de artefactos lticos demostraba la convivencia del hombre con la fauna extinta. Si bien es cierto que el que escribe y algunos otros colegas pusimos en duda que los mencionados artefactos fueran tales, somos muy pocos los que pudimos analizarlos pero la verdad es que nadie hasta ahora ha publicado detalles para poder refutar los pretendidos instrumentos. En este libro esto se hace por primera vez y ello es de invalorable ayuda para los especialistas.

    Una de las grandes lagunas de nuestra arqueologa es que no existe entre nosotros una tradicin de estudios del hombre temprano como la que se da en otros pases. Tan es as que hay muy pocos estudios de arquelogos peruanos de yacimientos precermicos. Y uno de los instrumentos fundamentales para este tipo de investigaciones es el conocimiento de la tecnologa ltica que necesita un entrenamiento muy particular. En este sentido el aporte de Claude Chauchat es de gran importancia, pues l ha podido entrenar a un grupo de arquelogos trujillanos en esta especialidad. Elmo Len ha tenido la posibilidad de terminar sus estudios en Alemania, donde este tipo de instruccin tiene una tradicin muy antigua y muy slida y se ha convertido, hoy por hoy, como uno de los mejores especialistas peruanos en la materia. Se trata de una temtica difcil de explicar y sobre la que se generan siempre grandes dudas, pues es complicado hacerle entender al profano que una piedra vista por un ojo inexperto es sencillamente una ms como muchas otras, sin embargo para el arquelogo entrenado es como la pgina de un libro que puede ser leda e interpretada. Y justamente una de las contribuciones de este libro es que se le presenta al lector en forma sencilla,

  • ix

    PresentacinAgradecimientoProemio

    no slo la gran diversidad de artefactos que se pueden elaborar con la piedra, sino tambin la explicacin de la importancia de las funciones que estos han tenido para el hombre que pis por primera vez nuestro territorio.

    Entre los problemas que presentan los textos escolares peruanos, uno de los mayores es justamente la falta de la explicacin de cmo se produjo el poblamiento de Amrica. En ellos an se habla de teoras, mencionndose incluso algunas que se ha demostrado que no tienen sustento, como si se estuviera an trabajando con hiptesis que no han podido ser comprobadas por la arqueologa. El cuadro real es muy diferente, pues si bien es cierto que hay muchos detalles sobre los que falta informacin y otros sobre los que los especialistas estn discutiendo por no estar de acuerdo, en trminos generales sabemos perfectamente como se produjo el fenmeno. Elmo Len explica con claridad como se efectu este poblamiento y le entrega al lector una sntesis meticulosa, que incluye informacin que slo los especialistas manejan y que ser de gran ayuda sobre todo para los estudiantes en un medio como el nuestro que no cuenta con bibliotecas especializadas.

    La nica forma en la que se puede entender como se produjo el poblamiento de este continente, es sabiendo como ha sido a la llegada del hombre. El paisaje que nosotros vemos hoy no slo no es el que encontraron los primeros hombres cuando se asomaron a este territorio, sino que ste ha sido muy diferente. Tan diverso en muchos aspectos, que si lo pudiramos ver hoy probablemente no lo reconoceramos. El autor nos presenta un detallado anlisis de la geomorfologa, de la flora y la fauna de fines de la poca glacial y como ellos se fueron modificando paulatinamente en los tiempos post-glaciales hasta llegar a lo que son en la actualidad. Sin este detalle sera difcil entender la ecologa, es decir el estudio de la estructura y la funcin que ha tenido la naturaleza en relacin a los seres vivientes. Este es un aspecto que ser de inmensa ayuda para los estudiantes, pues no es un tema que se trate con detalle en nuestras universidades.

    Quiz uno de los mayores aportes de este libro, es que en l se ha analizado el fenmeno del hombre temprano in toto. Es decir no se le ha descrito desde una sola perspectiva sino desde un punto de vista antropolgico, como conjunto. Analizando no slo detalles, como ya se ha dicho, de su medio ambiente y su ecologa, sino tambin de su aspecto fsico, de su vida cotidiana, de su alimentacin, del tipo de viviendas que utiliz, de cuales fueron los grandes problemas con los que tuvo que enfrentarse para poder sobrevivir y asentarse en un medio difcil como el nuestro, con ecotonos tan distintos y variados.

    El libro de Elmo Len viene a llenar un vaco que exista en nuestro medio a nivel de divulgacin de una de las etapas fundamentales de nuestra historia, pero aclarando que se trata de una informacin seria y muy minuciosa, lo que no es comn en este tipo de textos. Esta iniciativa de la Universidad de San Martn de Porres de patrocinar publicaciones de esta naturaleza es digna de encomio, pues le ofrece por primera vez al gran pblico y a los estudiantes una base para acercarse y entender la etapa ms desconocida de nuestra historia. En este sentido este libro marca un hito en nuestros conocimientos.

    Duccio Bonavia

  • Presentacin

  • XII

    Presentacin

  • APresentacin

    Introduccin

    Si uno como peruano pregunta en Europa o los Estados Unidos de Amrica a alguien: qu es lo ms representativo del Per?, probablemente la mayora de respuestas sean Machu Picchu. Y es que slo de ver la topografa de este sitio famoso y lo colosal de sus muros de piedra, cualquiera quedara boquiabierto. Pues bien, el llegar a manejar tcnicas que pudiesen, literalmente, moldear piedras enormes, como por ejemplo de Sacsayhuaman, tiene una historia que se remonta a los albores de los primeros habitantes de los Andes Centrales; es decir, el Per.

    Es precisamente sta la poca a la cual consagro las pginas de este libro, pues si bien el Per es reconocido por su riqueza arqueolgica, sta procede de pueblos que la heredaron, a su vez, de los primeros ocupantes de las tierras

    andinas, los llamados precermicos. Aquel tiempo en que an no se conoca la tecnologa alfarera.

    Este libro trata, entonces, de los ms remotos habitantes de lo que hoy se conoce como Per, pero colateralmente aade informacin de pueblos hermanos que en aquella poca eran uno solo, y hoy en da estn absurdamente divididos por fronteras. Es la historia de los que colonizaron estas tierras y los primeros en decidir quedarse y echar races en esta parte del mundo tan complicada, topogrficamente hablando, pero tan rica a la vez.

    Es tambin la historia de nuestros orgenes ms prstinos, probablemente donde habra que preguntarse por nuestra idiosincrasia, la cual iba definindose a medida que estos primeros peruanos se establecan en este medio. Como se ver en el transcurso de estas pginas, una historia de diferencias que, al parecer, ya desde un inicio se basaba en las reas ocupadas y que, despus, terminara en las culturas y etnias posteriores, hasta nuestros das.

    Este libro examina gran cantidad de la evidencia dejada por estos primeros pobladores de los Andes, en funcin de presentarla no slo a la comunidad cientfica a modo de compendio, sino tambin al pblico interesado, ya sea

  • Presentacin

    nefito o amateur, pues he previsto un glosario al final del texto, en caso de ser necesaria la consulta, aunque en honor a la verdad, no he podido evitar tecnicismos y jergas de la especialidad de prehistoria. Pero, por sobre todo, este trabajo est diseado para los estudiantes universitarios no slo de arqueologa, sino de reas similares, como la historia, antropologa, etnologa, e incluso la biologa, geologa, y otras ciencias naturales que incorporan a la historia de los seres humanos en sus intereses. En parte trata de cubrir una necesidad que yo mismo me impuse an siendo estudiante universitario: una fuente de informacin a modo de compendio sobre los verdaderos y ms remotos orgenes del Per, en consonancia con un refrn que desde mi juventud ha bullido en m: Pueblo que no conoce su historia, no sabe adonde va. Y luego de terminar este libro caigo en la cuenta de qu gran verdad es sa.

    Es probable, adems, que el lector pueda sentir que, por momentos, tenga un sesgo europeo, y es que es difcil evitar dejar de lado la carga no slo acadmica que adquir en Europa durante el postgrado, pero pienso que esto equilibra mi punto de vista, pues all se contrapone mi origen peruano. De modo que se trata de una mixtura, ms que una visin unilateral.

    Esperamos sinceramente que el lector encuentre el dato que necesita, siempre y cuando la poca en que est interesado se halle entre los 14,000 y 4,000 aos antes de la era Cristiana. Dejo a los arquelogos de sociedades llamadas complejas la tarea posterior a la poca aqu tratada. S bien que no he cubierto con toda la informacin necesaria y, adems, que he cometido errores (es lo que presiento en esta etapa de mi vida, de principiante. Sin embargo espero que, el pblico y los colegas, sepan comprender). Este libro ha sido escrito en una poca de mi vida

    muy difcil, pero quin dijo que la vida es fcil, de hecho considero, aun con las fallas que tenga, que es un esfuerzo del que doy fe.

    Invito entonces al lector a adentrase en el mundo de los primeros habitantes andinos, conociendo sus modos de vida, sus esfuerzos por adaptarse a diversos medios y resistir a cambios climticos durante los miles de aos que se examinan, el mundo de sus creencias, etc. Una vez que los conozcamos y reconozcamos, podremos mirarnos a la cara, y tal vez tengamos ms argumentos para tratar de responder a la pregunta de dnde venimos?.

    Bien, antes de empezar la revisin de las evidencias, es imperativo hacer algunas aclaraciones al lector. Sintetizar 10,000 aos en un libro de esta naturaleza, resulta una tarea casi imposible. Las investigaciones arqueolgicas sobre los habitantes ms remotos de esta parte de los Andes, en el Per, han pasado por varios perodos, siendo el ms prolfico, probablemente, el de la dcada de 1970-1980, que luego se vio empaada por el fennemo del terrorismo de mediados y fines de los aos 80 del siglo pasado. Ms recientemente, hay una serie de trabajos de campo que han contribuido progresivamente con este fascinante episodio de los peruanos ms remotos. No obstante, en funcin de no excederme en esta revisin, se impone una serie de restricciones que deben ser compartidas con el lector.

    En adelante, debido a que la informacin vertida no pertenece a investigaciones, en su totalidad, realizadas por m, he credo conveniente emplear la primera persona del plural, en correspondencia a la naturaleza de compendio de esta publicacin, y al espritu de comunidad que nos alberga a todos los que indagamos en los intersticios de un pasado empolvado.

    Lmites cronolgicos

    Consideramos a 1991 como un ao clave, ya que en ste apareci una brillante sntesis del pasado prehispnico peruano, elaborada por

  • Presentacin

    Duccio Bonavia. Por ello, recomendamos a los lectores la parte precermica de ese libro, ya que contiene la visin cuajada y lcida de Bonavia, tan versado en este tema.

    Este texto est diseado ms bien a modo de compendio, donde se sintetizan y, parcialmente, examinan investigaciones, a veces de manera crtica, a veces no, sobre la vida de los primeros habitantes del Per, a saber, alrededor del perodo entre los 14,000 y 4,000 aos antes de Cristo (a.C.). Es decir, desde la glaciacin del Dryas II, previa a la ltima grande, llamada Younger Dryas (alrededor de los 11,000-10,000 aos a.C.) y el fin del Holoceno Medio (aproximadamente los 4,000 aos a.C.), justamente cuando se da el apogeo de la domesticacin de plantas y animales, en conjuncin con el eficiente aprovechamiento de recursos marinos, como prembulos al inicio de las primeras sociedades complejas que construyen edificios pblicos. Es por la imposicin de este lmite cronolgico que secuencias arqueolgicas como las de Ayacucho, Asana, o hasta del mismo valle de Huarmey han tenido que ser detenidas, abruptamente, alrededor de los 4,000 aos a.C., arriesgndonos a las potenciales crticas de los colegas por no haber incluido estas ltimas partes de tales secuencias que pertenecen ya al Precermico Tardo; y es que deseamos enfatizar que nuestro inters es examinar los restos materiales de las ocupaciones humanas ms antiguas en el Per, es decir, los Andes Centrales.

    Tambin pretendemos hacer una actualizacin y eventualmente dar algunos aportes interpretativos desde nuestra perspectiva de formacin prehistrica, sobre todo usando como base al medioambiente, del cual los primeros seres humanos en el mundo eran casi completamente dependientes y tratando de recrear situaciones sucedidas hace varios miles de aos atrs, por medio de la etnoarqueologa.

    Desde la gran obra de Bonavia a la actualidad, han pasado ya 16 aos y hay varios trabajos de campo que se han llevado a cabo durante estos ltimos aos, sobre todo en la Costa Norte, con el tema del Paijanense en la zona limtrofe entre los actuales departamentos de La Libertad y Lambayeque, los trabajos del Proyecto Contisuyu en Moquegua, los posteriores en la Costa Sur, pero tambin en la Sierra Sur. Nosotros deseamos dar relevancia a dos trabajos donde se ha aplicado el mtodo de la etno-arqueologa, que han permitido aproximarse a la reconstruccin de las actividades de los peruanos ms antiguos, tanto en la sierra como en la costa. Por ello, hemos dedicado una buena cantidad de pginas a dos investigaciones que sobresalen por sus resultados que han dado vida a esta historia y ellas son las de los colegas franceses: Chauchat y Pelegrin, tanto en Paijn en la Costa Norte y las excavaciones y reconstrucciones llevadas a cabo por Danile Lavalle y su equipo en la Sierra Central del Per.

    Ello no implica que colegas, por ejemplo norteamericanos, hayan aportado significativamente a este perodo (tal es el caso de Dillehay en Lambayeque o Aldenderfer en Moquegua). Toda esta nueva informacin necesita ser incorporada en la previa ya existente para la mejor comprensin de los modos de vida de los primeros habitantes de los Andes Centrales.

    Seleccin de los yacimientos a evaluar

    Un tema complicado, concierne a la calidad de informacin de sitios que hemos seleccionado para este libro. En este sentido, hemos hecho nfasis en la introduccin de los yacimientos que nos han parecido ms significativos, basados sobre todo, en lo posible, en extensos y serios

  • Presentacin

    reportes de los trabajos de campo y laboratorio. Hay que indicar aqu, que lamentablemente slo una media docena cumplen con este requisito, pues los informes, en su mayora, son generales y parciales, lo que dificulta la tarea de incorporarlos a nuestra revisin. En este contexto, deseamos que no se nos malentienda, simplemente seleccionamos sitios documentados cientficamente en funcin de contar con fuentes ms seguras.

    Correcciones al radiocarbono

    Si bien este texto tiene carcter de compendio, consideramos que uno de nuestros modestos aportes es el de intentar brindar, a modo de ensayo preliminar, fechados de nuestro calendario a los eventos acontecidos en el pasado. Es decir, convertir los fechados radiocarbnicos en aos reales. Ello se debe a que casi siempre que se han publicado libros sobre arqueologa peruana, empero, no se ha enfatizado suficiente ni al arquelogo ni al lector interesado, que cuando se habla de cronologa del pasado (la cual casi exclusivamente se basa en fechados radiocarbnicos), ella debe estar sujeta a correcciones, que hoy en da se conocen como calibraciones radiocarbnicas (Taylor 1987).

    Y es que ya en 1958, el belga De Vries haba llamado la atencin a la comunidad cientfica acerca de las fluctuaciones (llamadas en ingls wiggles) de contenido de radiocarbono atmosfrico en el pasado (e incluso hoy en da mas que nunca por el calentamiento global), y de sus efectos cuando se fechaba una muestra por medio del radiocarbono.

    Resulta, entonces, que este contenido C14 tiene una historia muy larga en la tierra y lo peor para los arquelogos es que nunca fue constante. El resultado: los fechados radiocarbnicos no son calendarios y necesitan ser corregidos, i.e. calibrados. Los primeros indicios de que los resultados del radiocarbono necesitaban corregirse ya se desprendan del primer diagrama de calibracin donde se inclua el primer y famoso fechado C14 de la tumba del faran Zoser, publicado por Libby y sus colaboradores.

    Desde aquella poca no han cesado los esfuerzos de los fsicos y otros especialistas para corregir, o mejor dicho convertir, las fechas radiocarbnicas en reales para saber cundo sucedi un evento. Es as que despus de una bsqueda intensiva acerca del mtodo ms preciso para convertir los resultados radiocarbnicos, se encontr la valiosa y precisa informacin de registro de produccin radiocarbnica a travs del tiempo, nada menos que en los anillos de los rboles. De tal modo que los esfuerzos de los pioneros Douglass en los Estados Unidos y Huber en Europa en estudiar los anillos de los rboles (disciplina conocida como dendrocronologa) sirvieron de base para las futuras correcciones radiocarbnicas, puesto que se revel la alta sensibilidad que ellos mostraban a los cambios atmosfricos y con ello, la medicin real de radiocarbono a travs de la historia (Len Canales 2006).

    Las ltimas tres dcadas han sido usadas, primero, durante los aos 1970-1980, para disear tablas de correcciones y en segundo lugar, ms recientemente, para la preparacin de programas para microcomputadoras. En la actualidad, hay ms de media docena de ellos disponibles para aplicacin. Nosotros hemos visto ideal usar OxCal versin 3.10 del 2005 (Programa de Calibracin radiocarbnica de la Universidad de Oxford), probablemente el ms didctico y diseado internacionalmente de los existentes en el medio cientfico. ste, como la mayora de programas, se basa en la nueva dendrocurva (i.e. curva dendrocronolgica) IntCal04, recomendada por el Grupo Internacional de Radiocarbono, que agrupa a los expertos a nivel mundial. Y es que por primera vez, en la historia del radiocarbono, estamos en condiciones de ser ms precisos que nunca. De modo que, si bien sabemos que esta curva ser perfeccionada en un futuro prximo (sino antes de la salida de este libro de la imprenta), estamos entregando fechas ms reales y precisas que antes, dejando de lado la costumbre de los arquelogos de citar simplemente fechados radiocarbnicos, pues si se corrigen y publican, pronto estarn desactualizados.

  • Presentacin

    Adems, la novedad es que este programa presenta por vez primera una curva especficamente diseada para el hemisferio sur, que es donde se localizan los yacimientos arqueolgicos peruanos, haciendo as ms precisas las correcciones radiocarbnicas de esta parte del continente. Debido a que la dendrocurva del hemisferio sur (Shcal04) est limitada a 9,682 a.C., las fechas radiocarbnicas peruanas, que son ms antiguas que este fechado, han tenido que ser calibradas por la curva del hemisferio norte (IntCal04), la cual no es exacta para el hemisferio sur, pero es la mejor alternativa frente a colocar un simple fechado sin correccin. De modo que para fechados ms all de este lmite cronolgico hay que contar un grado menos de precisin hasta que en el futuro se prepare una curva del hemisferio sur que cubra el Pleistoceno Final. Esta tarea es para las futuras generaciones.

    Otra importante primicia, es que la curva de calibracin ya no slo se compone de la elaborada a base de anillos de rboles, sino que ha sido extendida por otro tipo de materiales orgnicos sensibles, primero usando anillos de rboles fsiles, lo que ha hecho a la propia dendrocurva remontar a los 14,000 aos radiocarbnicos (unos 14,700 aos a.C.), y luego usando corales y foraminferas de Barbados, que aparentemente tambin han sido altamente sensibles al registro radiocarbnico. Esto ha posibilitado calibraciones (que Van Andel llama, ya para la poca, correcciones) hasta cerca de 21,000 aos radiocarbnicos (unos 23,500 aos a.C.).

    Este avance nos ha permitido presentar por vez primera, hasta donde sabemos, todos los fechados radiocarbnicos convertidos en aos reales de nuestro calendario, por medio de lo cual estamos en condiciones de ubicar en el tiempo, de manera precisa, los eventos del pasado, y as, no slo poder compararlos o contrastarlos en cuanto a la historia precermica peruana, sino tambin relacionarlos con los eventos medioambientales pretritos, tales como, por ejemplo, climas y catstrofes, llmense

    El Nio, erupciones volcnicas, etc. De igual modo, explorar los efectos de la calibracin con respecto a los discutidos y apasionantes tpicos como los fechados radiocarbnicos ms antiguos del Per en relacin a los habitantes remotos de este pas.

    Adems, ya hace muchos aos, los expertos en medicin radiomtrica han reconocido que el contenido de radiocarbono en los organismos muertos, no slo dependa de la actividad radiocarbnica durante la poca de vida y muerte del organismo, es decir, de la historia cronolgica del radiocarbono, sino tambin de la zona donde ste resida. Por tanto, organismos que viven en las alturas contienen una cantidad diferenciada de radiocarbono que otros que, por ejemplo, reciben exposicin solar como en el ecuador, u otros que se hallan impedidos de ello por encontrarse bajo cubiertas de nubes (como en la caso de gran parte de la costa peruana, al menos desde el Holoceno). De igual modo, organismos que estn constituidos por carbonatos extra resultan en un problema llamado efecto reservorio. Pues bien, el programa actual permite reducir estos errores y valores extra de C14 en funcin de obtener un resultado ms preciso.

    Ciertamente hay que enfatizar que el radiocarbono es un utensilio del arquelogo o el prehistoriador, entre otros acadmicos, y no un fin, como bien lo ha apuntado el mismo Taylor, uno de los grandes expertos en C14.

    El tema de la calibracin radiocarbnica es importante y tal es as, que las revistas de arqueologa internacionales exigen, actualmente, el manejo de fechados radiocarbnicos en funcin de dilucidar eventos pasados sobre aos calendario y no simplemente radiocarbnicos. Su uso se impone frecuentemente en el hemisferio norte, mas no siendo tan usual en el sur. Por ejemplo, en el Mediterrneo se vienen descubriendo fechados en aos de nuestro calendario de varias de las secuencias de ocupacin humana, desde el Paleoltico hasta la edad del Bronce, que, en general, vienen impactando por la mayor antigedad calendario que no se haba sospechado antes.

  • Presentacin

    Unos colegas de la Universidad de Colonia han creado un software para calibracin radiocarbnica simultnea con informacin paleoclimtica, de modo que al ingresar el input C14, se obtiene simultneamente el clima de la poca en las inmediaciones del yacimiento en cuestin. Los ordenadores son, pues, ahora una necesidad para los prehistoriadores.

    La calibracin radiocarbnica afecta a todo fechado C14. Incluso hasta secuencias histricas y climticas pueden ser corregidas, tal como es el caso de la erupcin de un volcn como el Thera en la isla Santorini, durante la edad de Bronce o pasando por la historia Valsgaard, pre-vikinga, hasta secuencias del neoltico europeo. Y mas all, aun: el profesor Melaars de Cambridge, habiendo aplicado calibracin radiocarbnica, ha logrado probar que los primeros seres humanos en Europa, se difundieron mucho ms rpido de lo pensado anteriormente, en un lapso de menos de una dcada, antes de los 42,000 aos a.C. Estos primeros seres humanos se desplazaban ms rpido de lo pensado, y ello lo sabemos gracias a la calibracin radiocarbnica.

    Estas correcciones no slo involucran a los Complejos precermicos, sino tambin a pocas posteriores. Para nadie que conozca del tema es un secreto que gran parte de la secuencia del Horizonte Temprano de la arqueologa peruana, resulta en el vaco, pues debido al famoso Plateau de Hallstatt, que es un lapso de tiempo aproximadamente entre los 800 y 400 aos a.C., durante el cual, la curva de calibracin radiocarbnica presenta una enorme anomala y por consiguiente ningn fechado radiocarbnico resulta ser exacto, sino que puede ser ambiguo entre las dos fechas. Basta echar una mirada a la curva y podremos observar fcilmente que este tipo de alteraciones cronolgicas alcanzan a ms de una docena y se distribuyen entre la poca denominada Blanco sobre Rojo (200 a.C.) hasta inclusive el Horizonte Tardo.

    Los fechados que son presentados en este libro, estn calibrados con precisin de escala anual. Los cdigos de los fechados radiocarbnicos no han sido incluidos en este libro, pero pueden ser consultados por ejemplo en el libro de Zilkowski (et al. 1994).

    Hay tambin que dejar en claro que, si bien todas las fechas en este libro estn calibradas -a no ser que se especifique fechados radiocarbnicos- esto se ha dado empleando un sigma de probabilidad que, aunque slo corresponde a un 68.2% de precisin, encierra los resultados en un lapso de tiempo estadsticamente ms reducido (Ziolkowski et al. 1994), y nos ha parecido conveniente usar este rango de aproximacin, en funcin de no especular con fechados demasiado antiguos, sobre todo si hay casos de desviaciones estndar demasiado amplias.

    Adems, cuando se ha hallado ms de un fechado perteneciente a una fase de ocupacin de un yacimiento, hemos tomado siempre los rangos de 68.2% para determinar el inicio y final de una secuencia en funcin de ser coherentes con todos los resultados cronolgicos que sern la base de la tabla en la preparacin a base de fechados corregidos, y fruto de ellos. Tambin es importante sealar que no hemos usado los modeladores de secuencia relativas que se hallan dentro del programa, pues no pretendemos alta precisin de secuencias. Sin embargo, hay que dejar constancia de que puede haber errores en nuestro procedimiento, porque es ms bien grueso y no fino. En todo caso, sera necesario proceder por modeladores de secuencias para todo el banco de fechados precermicos del rea andina, que deben de sobrepasar los trescientos y que sera tema interesante de un artculo cientfico.

    Para finalizar con el radiocarbono, deseamos dejar bien en claro que ste es slo un medio y no un fin, como ya lo ha sugerido Bonavia y otros autores. Si en nuestro cuadro, resultado de las correcciones radiocarbnicas, hemos optado por fijar los lmites de tiempo en base a la informacin isotpica, ello no implica que las fases o perodos puedan ser algo ms extensos. Esto ya escapa a nuestra posibilidad, pues trabajamos con lo que los autores publican y fechan. En

  • Presentacin

    esta lnea deseamos solicitar al lector, se remita a la fuente original si desea una consulta, pues somos plenamente conscientes que slo estamos haciendo precisiones, no periodificaciones.

    La lnea de la costa peruana a la llegada de los primeros habitantes

    Dejemos a un lado el tema radiomtrico. Ahora debemos tratar el del medioambiente del pasado. Es ampliamente conocido que durante la ltima glaciacin, hace unos 12,000 a 11,000 aos, el mar se hallaba unos 50 m. por debajo del nivel actual. Esto implic que hubiera ms extensin de tierra, es decir, de litoral. ste es exactamente el caso de la costa de lo que actualmente se conoce como el territorio peruano. Por consiguiente, los pobladores que se asentaron en el litoral tuvieron ms extensin de playa y, a su vez, las poblaciones costeras estaban ms distantes del mar.

    Por ello es que en este libro hemos trazado la lnea aproximada del litoral peruano entre los 11,000 y 9,000 aos a.C., que obviamente se relaciona con poblaciones que vivieron durante esa poca del Holoceno Temprano.

    Hay que sealar, sin embargo, que no existen lneas batimtricas modernas y completas a escala menor, para poder reconstruir con ms detalle cmo se delineaba el litoral durante el fenmeno eusttico marino y aproximarnos a una idea de cmo eran las lneas de playa durante esta poca.

    Hemos hallado una curva batimtrica de 50 m de profundidad a la que hemos considerado como estrictamente referencial, ya que no hemos tenido en cuenta otro tipo de fenmenos como la elevacin de terrazas, las transgresiones marinas, etc. De tal forma que esta profundidad es slo para darnos una idea aproximada de cmo pudo ser la de la poca. Para ello, nos hemos basado en las lneas de los mapas digitales de cartografa

    marina de Encarta2006 de Microsoft, que cuenta con el respaldo del NOAA (Nacional Oceanic and Atmospheric Administration-GEBCO). La importancia de conocer e identificar las lneas litorales de inicios de la glaciacin del Younger Dryas, es obvia en cuanto ellas constituan el marco ambiental que encontraron y al que tuvieron que adaptarse nuestros tempranos pobladores.

    Localizacin de los yacimientos arqueolgicos por GoogleEarth y fotos

    digitales

    A fin de que el lector pueda tener una idea de la situacin geogrfica de los yacimientos arqueolgicos a tratar, hemos hecho uso extensivo de fotos digitales tomadas en perspectiva por medio del programa recientemente creado (Junio 2005) Google Earth (4.0.2742) y actualizado en marzo del 2007, el cual dispone de altmetro y GPS, lo que nos ha permitido detectar la altitud exacta de los yacimientos abordados por medio del sistema de navegacin del programa.

    La fuente de informacin geo-espacial se basa en fotografa digital que garantiza la localizacin de los yacimientos a examinar. Su alta resolucin nos ha permitido penetrar en reas que ni siquiera pudiramos haber pisado debido a la dificultad del terreno, aunque hay que admitir que una visin in situ hubiera sido infinitamente ms enriquecedora, sobre todo en cuanto al medioambiente se refiere. Esto ha sido imposible, pues no hemos contado ni con el tiempo ni los recursos para semejante proyecto de fotografiar cada yacimiento en cuestin. Las fotos, tomadas generalmente en perspectiva para el efecto deseado y el entorno que deseamos contrastar (generalmente el Ocano Pacfico, ros, o los Andes), han sido grabadas en archivos jpg (Joint Photographic Experts Group) y luego editadas a formatos de 256 colores grises, para finalmente ser modificadas y adaptadas con datos que eran necesarios de anotar, sobre todo para la localizacin de los yacimientos y las caractersticas principales de sus entornos. Todas tienen el copyright de Google Earth 2005, que

  • Presentacin

    incluye a su vez las propiedades de imgenes de entidades como Image 2006 NASA, 2006 Europa Technologies, 2006 Discovery Network, 2006 National Geographic Society, Image DigitalGlobe y Image 2006 TerraMetrics, las cuales han sido elaboradas y editadas con fines exclusivamente cientficos y didcticos. Google Earth, gentilmente, nos ha permitido publicarlas en este libro.

    Para la parte tan importante de geomorfologa, que concierne al tipo de rocas y cambios geolgicos posibles que se han suscitado en los yacimientos y sus respectivos entornos, se han consultado los mapas geolgicos del INGEMMET, que cubren casi la totalidad del territorio peruano (versin digital 1998).

    Otros puntos relevantes

    En cuanto al tipo de citas bibliogrficas, obviamente hemos anotado autores y aos, pero nos hemos tomado la libertad de excluir nmeros de pginas dentro del marco de una obra general como sta, aunque pequemos de no ser tan precisos. La nica excepcin de citas de pginas puntuales ha sido hecha para el anlisis que el autor de este libro llev a cabo con la pequea coleccin del Complejo Ayacucho de la cueva de Pikimachay, depositada en el Museo de Arqueologa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en funcin de que el lector pueda comparar las piezas estudiadas y las que han sido publicadas por MacNeish (1979). El lector ver, adems, que slo para la parte paleoclimtica se ha citado las obras en cada prrafo, mientras que para la parte de la revisin de los yacimientos arqueolgicos, se ha visto la necesidad de mencionar los textos usados al inicio del examen de cada sitio.

    Este libro est dedicado al estudiante universitario de ciencias humanas, pero dentro de un enfoque interdisciplinario -que es el que he aprendido durante mis estudios de prehistoria. Sin embargo, esperamos sea tambin de acceso al pblico nefito en esta materia. Sera reconfortante que sea empleado por maestros de escuela, con el objetivo de actualizar la visin e historia de los peruanos ms antiguos. Sobre todo de darles una idea de la importancia de la interdisciplina cuando hablamos y tratamos de reconstruir la historia de nuestros ancestros ms remotos, de los cuales slo nos quedan huesos, carbn y piedras

    Bonavia, D. 1991. Peru, Hombre e Historia: De los Orgenes al Siglo XV. Ediciones Edubanco, Lima, Per

    Len Canales, E. 2006. Radiocarbono y Calibracin: Potencialidades para la Arqueologa Andina. Arqueologa y Sociedad 17: 67-89.

    Taylor, R. E. 1987. Radiocarbon Dating. An Archaeological Perspective. Academic Press. New York

    Zilkowski, M. S., M. F. Pazdur, A. Krzanowski, and A. Michczynski. 1994. Andes. Radiocarbon Database for Bolivia, Ecuador, and Peru. Andean Archaeological Mission of the Institute of Archaeology, Warsaw University & Gliwice Radiocarbon Laboratory of the Institute of Physics, Silesian Technical University. Warsawa Gliwice.

  • IPresentacin

    Establecimiento de los lmites temporales y espaciales

    Lmites temporales

    Este libro presenta una revisin general de los yacimientos entre el Pleistoceno Final y el Holoceno Medio de los Andes Centrales, i.e. del Per. Sin embargo, cuando se ha credo pertinente, se ha presentado un resumen un poco ms detallado debido a la relevancia de la informacin. Tal es el caso de los yacimientos que se hallan representados por vastos informes de excavacin y sobre todo que contienen datos importantes sobre los modos de vida de los ms antiguos habitantes del Per.

    Debido a la incipiente tecnologa de estos primeros grupos, un primer factor crucial a introducir es el medioambiente de la poca. Precisamente por ello hemos tomado como referencia principal a las divisiones de la historia climtica de la tierra, pues ellas marcan o influyen en los cambios medioambientales cualitativos de relevancia para con estos grupos. Es decir, creemos que la geochronology, como marco de referencia, define bien a los desarrollos culturales incipientes.

    Un segundo factor en la demarcacin de los lmites temporales es la cronologa en aos de nuestro calendario. Para mayor precisin hemos optado por fijar las referencias a base de fechados radiocarbnicos calibrados. Ellos sern menos precisos antes del dcimo milenio a.C., por falta de la dendrocurva respectiva, pero ms exactos para fechados del Holoceno, precisamente en vista de la existencia de la nueva curva de

    calibracin del hemisferio sur, que incluye al territorio peruano, donde obviamente se hallan yacimientos peruanos.

    De all que tenemos tres perodos, a saber:

    1. Pleistoceno Final (ca. 15,000-9,500 aos a.C.). Caracterizado por la presencia de al menos tres episodios paleoclimticos trascendentes; es decir, el avance Dryas II, el interglaciar Allerod y el Younger Dryas, literalmente, el ltimo avance pleistocnico. Este perodo coincide con el Precermico I de Lanning.

    2. Holoceno Temprano (ca. 9,500-7,000 aos a.C.). Perodo que comprende la desglaciacin y el inicio de la elevacin de las temperaturas en los Andes Centrales de acuerdo a la curva O18 de Thompson et al. (1995). Este perodo corresponde exactamente a los II-III de Lanning.

    3. Holoceno Medio (ca. 7,000-4,000 aos a.C.). Siempre de acuerdo a la curva isotpica del Huascarn, perodo en que se llega a un mximo de temperaturas en los Andes, justamente seguido por el pequeo avance sub-atlntico -ya caracterizado en varias partes del globo y que en los Andes antecede a la construccin de edificios pblicos e inicios de la complejidad social. Es importante mencionar que durante este perodo -que coincide, aproximadamente, con el IV Lanning- se van gestando logros tales como la domesticacin de plantas y animales.

  • Presentacin

    en las alturas. Las dos ltimas zonas de co-tradicin que plantea Bennett son la Sur entre Ica y Lomas, junto al Cuzco, y la del extremo sur, entre Lomas hasta Moquegua, incluyendo el rea circumlacustre.

    Una zona que Bennett excluye es Tacna, con lo cual estamos de acuerdo, pues al parecer se trata de un rea tambin transicional entre el desierto de Antofagasta y la zona andina central. Los hallazgos recientes de Quebrada de los Burros, que parecen sugerir algunos orgenes del Complejo Chinchorro, brindan ms soporte en cuanto a esta divisin tan tempranamente sugerida por Bennett.

    Hay que sealar, tambin, que nosotros no hemos hecho uso estricto de estas clasificaciones geogrficas en vista de los pocos yacimientos precermicos entre el Pleistoceno Final y el Holoceno Medio en los Andes Centrales. En el ndice se encontrar simplemente la separacin implcita de Costa Norte, Costa Central y Costa Sur, mientras que de igual manera, Sierra Norte, Central y Sur en los valles alto andinos, incluida la Puna de Junn, donde se han realizado una serie de investigaciones de este perodo.

    Antes de finalizar con los lmites espaciales, presentamos en la figura 1 los yacimientos que vamos a examinar a continuacin, incluida la curva batimtrica de 50 metros, que en algn momento despus de Younger Dryas, pudo haber sido la costa peruana que vieron los primeros habitantes de esta parte de los Andes Centrales.

    A continuacin ofrecemos un muy breve esbozo de algunas de las reas de estudio de la prehistoria que hemos considerado necesarias de introducir en este libro, ya que van a ser luego usadas a lo largo de la exposicin de los yacimientos a evaluar.

    Lmites espaciales

    Los yacimientos que van a ser expuestos y examinados pertenecen al rea Andina Central, es decir, gran parte de lo que actualmente se conoce como Per. No obstante, si tratamos de poblaciones prehispnicas, ms aun con las prstinas precermicas, es obvio que los lmites actuales no lo fueron en el pasado.

    Wendell C. Bennett fue probablemente el nico antroplogo que logr plantear con gran precisin reas de co-tradicin del Per prehispnico (1948) y tal como dice Bonavia (1991): su trabajo tiene ms de medio siglo, pero en sus lineamientos generales, es tan vigente cual si fuera moderno.

    Bennett se inspir en las definiciones de Ralph Linton y a partir de ello precis al menos cinco grupos de co-tradicin usando los valles como hitos, los cuales, a grosso modo, seguimos en este libro, bsicamente a nivel de valles con las consideraciones que ha hecho Rouse respecto del planteamiento del mismo Bennett (Rouse 1954), sobre todo en la necesidad de hacer ms flexibles los grupos. No vamos a definirlos nuevamente, pues el lector encontrar la informacin en el trabajo original (Bennett 1948).

    En efecto, el primer grupo se puede considerar bien al rea entre Lambayeque y Moche en la costa, y Cajamarca en la sierra. Bennett llam a esta rea Extremo Norte. Sin embargo, ello excluye a la zona de los departamentos actuales de Piura y Tumbes. De acuerdo al medioambiente y evidencia del inicio del Holoceno en esta zona, es posible postular que es intermediaria entre Lambayeque y la costa de Guayas. Es una suerte de zona de transicin con la costa tropical ecuatoriana.

    La zona norte comprende desde el ro Moche hasta el Rmac, incluyendo el Callejn de Huaylas, mientras que la zona Central, entre el Rmac e Ica, con la contraparte del Mantaro

  • Presentacin

  • La prehistoria yel contexto americano

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    Las ciencias fsicas y los estudios prehistricos

    Dos preguntas iniciales de fundamental importancia para el estudio de la poca precermica son: cundo sucedi un evento? Y luego cules fueron las condiciones ambientales en que sucedi tal acontecimiento? Los prehistoriadores, acostumbrados a tratar con muy pocas evidencias de las pocas ms remotas, tales como trozos de piedra, restos de hueso y fragmentos de carbn, tienen la obligacin, literalmente, de hacer hablar a estos vestigios. Ello sera imposible sin la ayuda de las mltiples ciencias que actualmente suelen estar anexadas o por lo menos trabajan en coordinacin con los departamentos o laboratorios de estudios arqueolgicos o prehistricos.

    Dentro de estas ciencias que auxilian a los estudios de la prehistoria se hallan dos de especial relevancia, las cuales van a ser empleadas en este

    libro: la radiometra y la paleoclimatologa. En el primer caso, a pesar que hay una serie de mtodos de medicin del tiempo en el pasado, vamos a incidir aqu en el radiocarbono en vista de su importancia en el rea Andina. En el segundo, se trata ms bien del estudio interdisciplinario de los climas del pasado, donde intervienen ciencias como la qumica, fsica, geo-arqueologa, paleo-oceanografa, que combinadas se conocen como multi proxi approach. De tales fuentes de informacin, cruciales para pocas tan remotas, podemos destacar a las siguientes: estudios isotpicos, geoqumicos (entre ellos, el oxgeno 18, que veremos ms abajo), dendrocronologa (o el llamado estudio de los anillos de los rboles), palinologa (que es el estudio del polen, restos que quedan de plantas para determinar flores y tipos de vegetacin en el pasado), varvas de lagos (que se usan de manera similar a la dendrocronologa, pero ms bien sobre sedimentos lacustres), anillos de formacin de corales (que tambin proporcionan informacin paleoclimtica), bio-cronologa (es decir, tipos de animales asociados a los restos que se encuentran y los cuales nos hablan, tambin, de climas del pasado) y la geomorfologa, la cual aporta con importantes observaciones sobre cmo se formaron las formas terrestres y cul fue su dinmica.

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    Sin nimo de profundizar en cada uno de estos campos, pues requeriran un libro aparte, vamos simplemente a dar algunos conceptos bsicos sobre dos temas clave vinculados con esta obra: el radiocarbono y paleoclimas.

    La medicin del tiempo: el radiocarbono

    En 1947, despus de la convergencia de una serie de eventos, Libby, Arnold y otros colaboradores descubren en la Universidad de Chicago el mtodo del radiocarbono (Taylor 1987). El principio, despus de tantos aos, sigue siendo el mismo. Rayos csmicos ingresan a la atmsfera y reaccionan en Nitrgeno 14. En este proceso se genera Carbono 14, que se diferencia de los dems carbonos simplemente porque es radioactivo. Pues bien, una vez en la biosfera, este C14 radioactivo se distribuye en toda la tierra, de modo que es consumido por medio del oxgeno y el dixido de carbono. Luego es incorporado en las plantas por medio de fotosntesis y ellas a su vez son comidas por animales y finalmente por seres humanos, de forma tal que siempre hay una proporcin balanceada del consumo de C14 del ser vivo con la atmsfera. Al momento de morir, entonces, el organismo deja de consumir C14.

    Tomemos el caso de un ser humano. Cuando ste muere, deja de consumir radiocarbono y empieza lo que los fsicos llaman reduccin (decay), que es simplemente la conversin de C14 en N14 dentro del organismo muerto. Es la cantidad proporcional de C14, entonces, la que es medida por el contador radioactivo. Una serie de experimentos llevaron a la conclusin de que la mitad de la partcula de C14 muere, es decir, cambia a N14, en unos 5,600 aos radiocarbnicos. Por tanto, mientras menos C14 se halle en la muestra, digamos en este ejemplo: un hueso, el momento de la muerte de esta persona es ms antiguo. Por eso hay muestras que tienen una muy pequea proporcin de C14 que datan de unos 40,000 aos, por ejemplo, en el caso de seres humanos de la poca llamada Paleoltico, mientras que hay una alta proporcin cuando la muestra viene de pocas ms recientes, como por ejemplo de una clsica momia peruana de Paracas. Si seguimos esta lgica, una momia Inca tendra menos proporcin C14.

    La posibilidad de que la radioactividad pueda proporcionarnos un conocimiento con precisin de cundo se dieron eventos en el pasado, ha sido considerada por muchos como una revolucin (Renfrew 1973). Desde un inicio, a pesar de ciertas imprecisiones, el mtodo del radiocarbono, bautizado as por el mismo Libby, prob su eficacia. Para ello se busc el mismo ncleo de la arqueologa internacional: Egipto. La primera prueba fue un fragmento de madera acacia de la tumba del Faran Zoser, que slo se diferenci en algunos pocos aos de la edad real histrica de la muerte del Faran. Dentro de este primer grupo de fechados, hay que mencionar a algunas muestras peruanas venidas de Huaca Prieta. Resulta paradjico que ya desde un inicio el Precermico haya sido puesto a la luz por medio de este mtodo, demostrando la antigedad milenaria de los seres humanos en el Per.

    Otro grupo de fechados importantes para la antigedad en el Per son los de la cueva de Lauricocha, que a pesar de que tambin se hicieron por el mtodo del carbn negro, descartado hoy en da, avalaban la presencia de seres humanos en las alturas andinas peruanas por los 7,000 aos a.C.

    Pero no todo fue perfecto. Pasaron pocos aos del descubrimiento del radiocarbono para que DeVries detectara una serie de problemas con el mtodo. Tanto arquelogos como fsicos haban asumido que la produccin de C14 haba sido constante a travs del tiempo. Esto era y es falso. La produccin de C14 haba sido inconstante por efectos de cambios del eje magntico terrestre y de la actividad solar, entre otros factores. Justamente en ello radica la importancia del descubrimiento de DeVries, pues si haba irregularidades de produccin de C14 durante el tiempo, los resultados que proporcionaban los contadores radioactivos eran simplemente radiocarbnicos y no con fechas de nuestro calendario, es decir, no reales. Este problema fue ms dramtico cuando se explor ciertos segmentos de tiempo

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    donde la produccin haba sido tan irregular que un mismo evento poda ser a la vez fechado en 400 u 800 aos a. C., es decir, un error de 400 aos reales. De hecho, este perodo de tiempo sigue impreciso hasta la actualidad, de modo que hay problemas, por ejemplo, para fechar gran parte del desarrollo de Chavn de Huntar. Otros baches temporales se hallan en muchos segmentos de tiempo, tanto para los recientes como para los antiguos.

    Frente a este problema se recurri a la dendrocronologa con resultados positivos. Resulta, entonces, que los fechados radiocarbnicos que son obtenidos de las muestras, deben ser comparados con los resultados radiocarbnicos obtenidos de una serie de grupos de rboles de diversas partes del mundo, que forman lo que se conoce como la curva de calibracin. Ello implica la necesidad de convertir los aos radiocarbnicos en aos de nuestro calendario o sidreos, que sencillamente expresan el tiempo real en el que sucedi el evento pasado. Valga la oportunidad de mencionar que la calibracin no slo es necesaria para el marco de tiempo del que se ocupa este libro, sino tambin para pocas posteriores, incluso inca y hasta nuestros tiempos modernos.

    La ltima curva de calibracin al momento de la redaccin de este libro ha sido publicada en el 2004 y puesta en uso desde el 2005 (Reimer et al. 2004, Blackwell et al. 2006). La ventaja de esta nueva curva es que permite calibrar, es decir, corregir los fechados, a nivel de precisin anual. Adems, presenta por vez primera una curva preparada especialmente para el hemisferio sur (MacCormac et al. 2004), que es donde se encuentra el rea Central Andina y, en general, el Per. En trminos temporales, la curva se ha extendido haciendo uso de fechados en corales, sedimentos y foraminferas de ciertas partes del mundo. Una de ella es la secuencia laminar que se ha encontrado en el valle de Cariaco, Venezuela, la cual permite, con bastante precisin, corregir fechas entre 14,000 y 40,000 aos (Hughen et al. 2004). De otro lado, es evidente que cambios climticos en la tierra, tales como avances glaciares, han incrementado la produccin de C14 atmosfrico, como consecuencia de trastornos geomagnticos. Lo mismo parece haber ocurrido incluso en la poca del Younger Dryas (tambin llamado Evento Heinrich 0) cuando hubo trastornos en

    la ventilacin marina, que al parecer generaron cambios en el C14. Es justamente por ello que este libro presenta fechados corregidos a aos reales de nuestro calendario.

    Lo que los trozos de hielo nos dicen

    El clima en el que nuestros antepasados ms remotos vivieron, ha estado en permanente variacin. El conocimiento sobre los climas y medioambiente a los que estos primeros grupos tuvieron que adaptarse es de fundamental importancia para entender una serie de evidencias que ellos nos han dejado.

    Uno de los puntos cruciales en el estudio del clima es el de determinar las temperaturas del pasado y sus posibles consecuencias. Ms an tratndose de pocas tan remotas, donde los seres humanos contaban, todava, con un incipiente desarrollo tecnolgico de adaptacin, lo que llevaba a permanentes desplazamientos y formas de adecuacin diversas.

    En Europa, los paleoantroplogos y prehistoriadores -quienes estudian las sociedades ms antiguas, desde hace 4 millones de aos hasta fines de la ltima glaciacin, hace unos 11,000 aos- por tradicin incluyen en sus trabajos anlisis geolgicos y paleo-ambientales, cuyo objetivo es determinar (con diversos grados de precisin) el tipo de clima de un perodo especfico. Este estudio, que gira en torno a los seres humanos y el medioambiente, se conoce como ciencias del Cuaternario.

    En los Estados Unidos, ya desde mediados del siglo pasado se iniciaban este tipo de estudios generados por la posibilidad de probar la coexistencia de cazadores y mamuts, debido a lo hallazgos de los supuestos cazadores Clovis en Nuevo Mxico. Uno de los grandes precursores es Antevs, quien se haba percatado de que las

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    puntas acanaladas Clovis, estaban asociadas al llamado Colluvium, justamente poca de transicin entre el Dryas III y el Inicio del Holoceno, lo que le llev a hablar de cazadores de la edad de hielo, de alguna forma similares con el Paleoltico de Europa, aunque con la diferencia temporal evidente.

    Es as que se hicieron una serie de esfuerzos por reconstruir los climas del pasado. La gran mayora de estudios se hacan sobre caractersticas fsicas y geomorfolgicas de paisajes geolgicos. Estudios de morrenas y de distribucin de niveles de nieve, por ejemplo, fueron cnones y, de hecho, lo siguen siendo aun hoy en da. De stos surgieron las llamadas pocas de glaciaciones y deglaciaciones. Incluso en el rea Andina las investigaciones sobre avances y retrocesos (interestadiales) en las inmediaciones de los glaciales de Lauricocha (cordillera de Raura y nevado Yerupaj) siguen siendo, an, pvot para hablar de paleoclimas andinos.

    A partir de la dcada de 1950 hubo una eclosin de estudios en funcin de la bsqueda de istopos en diferentes elementos qumicos que proporcionaran informacin paleoclimtica y ambiental de la tierra. Tan es as, que una serie de estudios interdisciplinarios asistidos ya electrnicamente (y hoy en da, digitalmente) surgieron al menos ya desde hace unos 40 aos. Proyectos como CLIMAP de los aos 70, incluso siguen hoy en da vigentes, siempre en actualizacin permanente.

    Es en este contexto que surgen los estudios de barras de hielo (ice cores), especficamente en Groenlandia (e.g. Grootes et al. 1993). Resulta que la acumulacin de hielo a travs del tiempo ha permitido almacenar burbujas de aire, las cuales contienen, cual refrigerador gigante, una gran cantidad de elementos qumicos radioactivos y no radioactivos que existieron en la tierra durante miles de aos. Elementos como hidrgeno, deuterio, entre otros, permiten estimar el tipo de clima y temperatura habida. Por ejemplo, se ha demostrado que niveles bajos de concentracin de metano y dixido de carbono, registrado en las capas de hielo, indican un clima ms fro, mientras que la elevacin de ambas concentraciones, climas ms temperados (Bradley 1985).

    No vamos a entrar en detalle del potencial de cada uno de estos elementos. Slo nos referiremos a uno, debido a su importancia en la determinacin de climas de la tierra en el pasado. Es el istopo oxgeno 18. El oxgeno est compuesto por 8 protones y 8 neutrones, lo que resulta en un peso atmico de O16. No obstante, una pequea cantidad de tomos de oxgeno presenta dos neutrones ms, lo que genera el O18, tambin conocido como oxgeno pesado. Pues bien, la proporcin entre O16 y O18 ha sido cambiante durante el tiempo. Los glaciales han retenido oxgeno pesado durante perodos de mayor temperatura. De ello se ha obtenido la tendencia que a menos proporcin de O18 (acompaado por menor proporcin de Deuterio), menor temperatura terrestre. En cambio, a ms proporcin de O18 en conchas marinas, menor temperatura de la superficie marina. Tal distribucin proporcional ha quedado registrada en los bloques de hielo de cualquier parte del mundo con presencia nival. Los bloques cilndricos de hielo son analizados por su estratigrafa, dando como resultado espectros cromatogrficos donde se presentan las proporciones de Deuterio-Hidrgeno comparado con O16-O18, estableciendo as, literalmente, un calendario climtico (http://www.ncdc.noaa.gov/paleo/paleo.html).

    Las perforaciones ms profundas han logrado dar a conocer el registro paleoclimtico, incluso a nivel de dcadas de al menos los ltimos 120,000 aos, en el hemisferio norte, mientras que en la Antrtica se ha llegado a reconstruir temperaturas desde hace aproximadamente 400,000 aos. Como resultado, proyectos como el GISP (Greenland Ice Sheet Project), los cuales han determinado estadios isotpicos para avances e interestadiales basados en la estratigrafa de Groenlandia, han devenido en una suerte de termmetro del pasado y a su vez, en la consulta necesaria para cualquier estudioso del clima del pasado, incluso, de pocas ms recientes para los

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    Andes, como para cualquier cultura preincaica, pues aunque ellas son posteriores al tema de este libro, tambin tuvieron que adaptarse a un entorno que lamentablemente se conoce muy poco.

    Pero, por qu cambia el clima? Por muchos factores. Entre los ms importantes estn cuatro: variaciones en las manchas solares, erupciones volcnicas, cambios en las corrientes ocenicas y, en menor medida, alteraciones del albedo. Las manchas solares son, probablemente, algunas de las responsables directas de los cambios climticos en la tierra. Se ha llegado a demostrar que a ms manchas solares, ms energa solar, mientras que, por el contrario, a menos, menor energa solar. Esta variacin es para los arquelogos de gran importancia, pues la irradiacin solar est en directa relacin con la produccin de C14 en la atmsfera terrestre, lo que a su vez puede modificar su contenido en los organismos vivos que lo consumen y, consiguientemente, los fechados radiocarbnicos.

    El contenido de C14 suele quedar registrado a gran nivel de detalle en los anillos de los rboles de ciertas partes del mundo. El registro es tan fino que se ha llegado a detectar posibles vinculaciones entre la baja productividad de insolacin con pequeos avances fros, incluso para pocas ms recientes como alrededor de los 1,400-1,300 aos a.C., 700 aos a.C., 400 aos a.C. y 700 aos AD, entre otros lapsos de tiempo. En este contexto, resulta curioso que estas bajas de temperatura, que en parte han sido comprobadas para nuestro hemisferio, se hallen vinculadas a perodos conocidos como Horizontes en los Andes, a excepcin del calentamiento global durante 1,460-1,560 AD, justamente coincidente con todo el desarrollo de la cultura Inca. Otro lapso que merece ms estudio, es desde el 600 al 1,150 AD, perodo en el cual Aber (2007) ha comprobado un abrupto calentamiento en el Per Prehispnico. Como se puede ver, hay un gran campo de exploracin entre clima y culturas, no slo para las pocas tempranas, sino tambin, ms recientes.

    Otros eventos que pueden contribuir con alterar la insolacin son las erupciones volcnicas y fumarolas, debido a las partculas

    de sulfuro que suelen generar nubes, a veces por aos, influyendo directamente sobre la irradiacin solar e incluso el contenido C14. Al respecto, no conocemos ningn trabajo para la poca que trata este libro, a pesar de que el rea andina presenta una considerable cantidad de territorios volcnicamente activos en Arequipa, Cajamarca, entre otras zonas. Una investigacin sobre los posibles efectos de este tipo de combustin volcnica en el C14 de los Andes Centrales sera interesante, en vista de que se ha demostrado que erupciones de reas de baja latitud, como la nuestra, pueden generar fumarolas de largo impacto, incluso modificar climas por varios aos.

    De igual forma un potencial enorme sobre cambios climticos en la tierra lo tienen las corrientes marinas. stas transcurren por diversas partes del mundo alternando la posicin de sus aguas superficiales, por las de profundidad. Cuando hay fro, el agua se hace ms densa, lo que a su vez permite descienda ms an. Luego, al retornar a la superficie, afecta directamente a la atmsfera, enfrindola. Aguas ventiladas explican la temperatura tan baja durante la ltima glaciacin. En otros casos, pueden liberar CO2 en la atmsfera, recalentndola y, a su vez, elevando las temperaturas.

    Finalmente, tenemos al albedo terrestre que es el grado de reflexin de la tierra con respecto a la irradiacin solar. Las pocas de glaciacin generan ms nieve, la que a su vez produce una suerte de efecto espejo, reduciendo la insolacin y bajando las temperaturas. Por el contrario, sucede tambin que el mar ms fro produce menos evaporacin y a su vez, menos cobertura de nubes, lo que lleva a una mayor irradiacin solar y la subida de temperatura. Es evidente que se necesita una investigacin sobre estos temas en el caso especfico de los Andes Centrales.

    Costumb