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8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
1/52
A * j 7
.15?
na
ventana
abierta
al mundo
Octubre
1974
., (año. XXVII)
Precio :
2,40 francos franceses
C/fv,-
******** .*t*r W V /*V y/ y^ 7~
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
2/52
Foto ©
Giraudon,
París
Tesoros
del arte
mundial
@ ITALIA
saw*
La gracia f lorentina
La
Virgen de las rocas (a
la izquierda),
o bra m ae stra d el Quattrocento
italiano, hoy en el Museo del Louvre,
de
Paris, demuestra hasta
qué
punto
Leonardo de Vinci
dominaba
ya
cuando
la pintó en 1483, a la
edad
de 31 años, todos los
recursos
artísticos del Renacimiento. So n pocas las
obras en las que pueda
admirarse
como en
ésta
el ritmo
extraordinario
y
la perfección
de
las m anos que ocupan el
centro de l
cuadro (arr iba, un
detalle).
La exqu is ita grac ia prop ia de
la pintura florentina
con que están
representados los
personajes
(véase
también
la página 26)
concuerda
perfectamente co n el naturalismo de l p ais aje y la prec is ión botán ica de
la
vegetación. Unos
23
años más
tarde, hacia
1506,
por razones
que no
han p od id o a ve rig ua rs e, L eo na rd o p in tó una réplica del m ism o cuadro
e introdujo en
ella
numerosas modificaciones. En la nueva versión (que se
conserva en la National Gallery
de Londres)
desapareció, po r ejemplo, el
gesto de l á nge l qu e se ña la con
su
dedo al pequeño Juan Bautista, cambio
sobre
el
cual
Leonardo
no
nos ha dejado
explicación
alguna.
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
3/52
E l
Correo
OC T U B R E 1974 A Ñ O
XXVII
PUBLICADO
E N
15
IDIOMAS
Español
Arabe Hebreo
Inglés
Japonés
Persa
Francés
Italiano
Por tugués
Ruso
Hindi
Neerlandés
Alemán
Tamul
Turco
Publicación mensua l
de la
UNESCO
(Organización
de
las
Naciones
Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura)
Venta y dis tr ibuc ión
Unesco,
P la ce d e Fontenoy, 75700
París
Tarifa de
suscr ipción
anual : 24 f rancos
Los art ícu los y
fotograflas de
este n úm ero q ue llev an el
signo © (copyright) n o p ue de n ser reproducidos. Todos
los
demás
textos e i lustraciones pueden reproducirse,
siempre
que
se
mencione
su origen
de
la siguiente manera
:
D e
EL CORREO
DE
LA U NE SC O , y
se
agregue
su
fecha
de
publicación.
Al reproducirse
los
artículos y
las fotos
deberá
hacerse
constar el nombre
de l
autor.
En
lo que respecta a las
fotografías reproducibles, serán
facilitadas
por la Redacción
siempre que el director
de
otra publicación las
solicite
por
escrito.
Una vez utilizados estos mater ia les, deberán
enviarse a la Redacción tres ejemplares d el p e ri ód ico o revista
que
los
publique. Los artículos firmados expresan la opinión
de sus autores
y
no representan forzosamente el punto de
v is ta de la U ne sco o de la Redacción de la revis ta .
Redacción y Adminis trac ión
Unesco, Place de Fontenoy,
75700
París
Director
y J efe
de Redacción
Sandy Koffler
Subjefe de Redacción
René Caloz
Asistente
de l
Jefe
de
Redacción
O lga R ode l
Redac tores Principales
Español
: Francisco Fernández-Santos
Francés :
Jane
Albert Hesse
Inglés :
Ronald
Fenton
Ruso : Georgi Stetsenko
Alemán
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M erk li (Berna )
Arabe
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Monelm
El
Sawi (El Cairo)
Japonés : Kazuo Akao
(Tokio)
Italiano : M aria R emiddi (R om a)
Hindi :
Ramesh
Bakshi (Delhi)
Tamul : N.D.
Sundaravadivelu
(Madras)
Hebreo
:
Alexander Peü (Jerusalén)
Persa
: Fereydun Ardalan (Teherán)
Portugués
:
Benedicto
Silva (Rio
de Janeiro)
Neerlandés :
Paul Morren
(Amberes)
Turco : Mefra Telc i
(Estambul)
Redactores
Español :
Jorge Enrique Adoum
Francés : Philippe
Ouannès
Inglés : Roy Malkin
I lustración : Anne-Mar ie Mai llard
Documentación
: Christiane
Boucher
Composic ión gráfica
Rolf
Ibach
Robert Jacquemin
La
correspondencia deba dirigirse
al Director
de
la revista
Página
LEONARDO
REDESCUBIERTO
EN LOS DOS
C O D I C E S
DE MADRID
5 LA
E X T R A Ñ A
A V E N T U R A
D E LOS MANUSCRITOS
D E LEONARDO
por P a olo G a llu zz i
8
LO S
CODICES D E
MADRID
por
Anna M a ria B riz io
11 LA MAQUINA
Y
S U S
E L E M E N T O S
15 EL
T E A T R O
C I R C U L A R D E L E O N A R D O
16
L E O N A R D O ,
EL M Ú S I C O
por Emanuel Winternitz
19 SUPLEMENTO DE 16 PAGINAS
LEONARDO
D E
VINCI
CONTADO
A LOS NIÑOS
por Bruno Nardini
37
HISTORIA
D E
U N
C A B A L L O C O L O S A L
40 LEONARDO
Y
EL MUNDO
TUMULTUOSO D E L
RENACIMIENTO
por
Eugenio Garin
45
LA
GLORIA D E PINTAR
por Cario
Pedretti
2 T E S O R O S D EL AR TE
MUNDIAL
La gracia
florentina
(Italia)
í
*-
N U E S T R A P O R T A D A
He aquí uno
de
los
dibujos
má s
notables
entre los cientos qu e incluyen los dos
códices de Leonardo de
Vinci
des¬
cubiertos hace poco en la Biblioteca
Nacional
de
Madrid y que ahora se
p ublican p or prim era ve z
en
edición
facsimilar. El dibu jo representa
la
cabeza
y
el
cuello
de l
molde exterior de l colosal
caballo de bronce cuya realización
e m pre n dió L eo na rd o ( vé as e la historia
completa
en la
página
37). Como un
foco
de
luz
en las
tinieblas,
el
espíritu
de Leonardo se m ovía
constantemente
en inquieta búsqueda,
descubriendo
un
tema al
que c onsagraba
su pasión po r
un
t iempo para
p as ar r áp id am e nt e
a
o tro. R eple tos de notas breves y
de
r áp id os b oc eto s, e je cu ta do s
con
infa¬
lible prectsión,
los manuscritos
de
M a dr id a rr oja n
una
luz más viva que
nunca
sobre
la labor
de Leonardo en la
esfera
de
la
mecánica,
la ingeniería
militar,
la
geometría, la perspectiva,
la
óptica,
la
fu nd ic ió n y
otras
múltiples
materias.
Dibujo
©
1974
McGraw-Hill
B oo k C o. , Maiden¬
head, Inglaterra, y
Taurus
E d ic io n es , M a d ri d
V5»CHIVtV
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
4/52
Sobre
un autorretrato de
Leonardo,
qu e
pertenece
a la C o lecci ón Wi ndso r,
de Inglaterra, se ha imprimido aqui su
prop ia f irma . El
gran
arti sta solia
escr ib ir , d ibu ja r y pintar co n la mano
izquierda
y la
m a yo r p ar te
de
su s n ota s
están escritas de
derecha
a
izquierda
(escritura de espejo). Encima, la
misma firma invertida.
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
5/52
El presente número
de
El
Correo de la
Unesco
está
dedicado
a
la obra de
Leonardo
de
Vinci tal
c o mo
se nos
aparece en lo s do s g ru es os c ua de rno s
manuscr i tos de l
art ista
descubiertos
en Madr id en 1965. Los
C o d e x
Madrid I
y
Madrid II,
nombre con
que
hoy
son universalmente conocidos,
representan sin duda algu na uno '
de los principales hal lazgos del
siglo
XX
en materia de
manuscritos
antiguos.
P or acuerdo
con
el
gobierno español,
Taurus
Ediciones
de Madrid y
Mc Graw -H ill B ook
Company
de
Nueva York
va n a publicar este
otoño
un a edic ión facsimilar en
cinco
vo lúmenes de los dos có dices
leonardianos
(1).
La
labor
de preparación
ha estado a cargo de l gran especialista
itaKano en
L e on a rd o L a dis la o
Reti,
quien
llevó
a
cabo
Ja
transcripción
al
italiano m o de rn o, lo s
comentarios
y la traducción inglesa, contribuyendo
también a
la traducción
castel lana,
co n la colaboración de l arquitecto
y crítico
e sp añ ol F ern an do C hu ec a,
que
Ta ha completado
tras
la
muerte
de R eti, en
octubre
de
1973.
Van
a
publicarse además coediciones en
italiano, alemán, japonés
y neer landés.
En el prefacio a lo s C ód ic es
de
Madrid,
el
señor
Luis
Sánchez
Belda, Director General de Archivos
y Bibliotecas
d e E sp añ a, pone de
relieve « el
amplio espír itu
de
colaborac ión internacional
qu e
ha
presidido
la
edición
de los
manuscritos : financiada y d ir ig id a
por
un a empresa
norteamericana,
la reproducción de
las
láminas
se ha l levado a cabo
en
Suiza, el
fotomontaje
en Inglaterra, la impresión
en
España
y la encuademación en
Alemania».
A l
mismo
t iempo,
Taurus,
McGraw-Hi l l
y
los coeditores italiano,
francés,
alemán, holandés
y
japonés
publ ican también un
volumen
de más
de
300 páginas
y
con abundantís imas
ilustraciones
titulado El Leonardo
desconocido (2).
En las
páginas 16 y siguientes de este
número
se
incluye
una versión
abreviada
de
un o
de
su s capítulos.
La redacc ión de El
Correo
de la Unesco
desea expresar su agradecimiento
a
Taurus Ed ic iones,
McGraw-Hi l l
y
Giunt i-Barbera por la generosa
ayuda
que
no s han prestado para
hac er pos ib le e ste n úm e ro .
LA
EXTRAÑA
AVENTURA DE
LO S
MANUSCRITOS
DE LEONARDO
t *X URANTE
casi
tres siglos, los
\//\ innumerables testimonios que
y J
nos dejó Leonardo de sus
tra-
**^^
bajos científicos y técnicos
permanecieron
confundidos en
un
Impenetrable fárrago de papeles y
de
notas de
lectura, ta n caót icamente
organ izados y de
tan difícil interpre¬
tación qu e h asta
fines del
siglo XVIII
su
fama
de
artista
y
de
pintor
primó
n ota ble m en te s ob re
la
considerac ión
que
merecía c omo
filósofo
y hom bre
de ciencia. El deplorable sino
qu e
padecieron, después
de la muerte del
maestro
(1519), todos
sus manuscritos
impidió que la cultura
europea
se
beneficiara de las ideas y de las
audaces soluciones
qu e Leonardo
había expuesto.
Sabemos
qu e
dejó
por tes tamen to
todos su s manuscr i tos a su fiel
discí¬
pulo Francesco M elzi,
que
le
había
seguido
en su incesante peregrinar
hasta su mismo lecho
de muerte.
¿Cómo
se llegó
entonces
a la
actual
dispersión de los autógrafos
leonar¬
dianos,
otrora
reunidos?
F ra nc es co M e lz i conservó la pre¬
c io sa h er en c ia
en
su
casa de
Vaprlo
d'A dda. A l morir
en
1570, su hijo y
heredero, Oraz io
Melzi,
arrinconó en
un
granero
unas reliquias para él
des-
por
Paolo Galluzzi
provistas de Interés. L elio G av ard i,
preceptor
de la fam ilia Melzi y cola¬
b ora do r y amigo de l
célebre
impresor
veneciano
Aldo
M anuclo, pudo
así
apoderarse fácilmente de 13 cuadernos
de Leonardo y se los
llevó
a Flo¬
rencia
para
ofrecérselos a
Francisco
de Médicis con
la
esperanza de ob¬
tener un a
sum a de
dinero cons iderab le .
Pero el i nc reíb le parecer de u n c on se ¬
jero
de l
Duque fue: «Nada de esto
podría Interesar
a
Vuestra Excelencia.»
No
pudiendo
l levar a fel iz término
su
proyecto , y v iendo
que se
esfumaba
su
sueño de h ac er fo rtu na , G a va rd i
pidió
a
su amigo Ambroglo Mazzenta,
que
partía
a
Milán,
que
devolviera los
cuadernos
a
Orazio Melzi.
Pero
éste
tam poco quiso recibirlos y, como
puede
leerse
en las
memorias
de
M az ze nta , « se asombró de que
me
hubiera
to m ad o ta le s m o le stia s
y me
re ga ló lo s
libros».
Es
entonces
cuando
entra
en escena
Pompeo
Leoni, de Arezzo, que
iba a
desempeñar un papel decisivo en la
historia de los -manuscr i tos de Leo¬
nardo.
Escultor
en la
corte de
Felipe II.
de
España,
Leoni
mostró
gran
Interés
po r los manuscritos que conservaban
los herederos de F ra nc es co M e lz i y,
prometiendo protección y favores per-p
(1)
Lo s
Códices
de
Madrid
de
Leonardo de Vinel
(Codex Madrid
I
y Codex Madrid II), edición
en
cinco volúmenes, Taurus
Ediciones, Madrid,
y Mc-Graw-
Hill
Book
Co.,
Maidenhead.
Reino Unido. 1974. Precio:
300 dó lares aproximadamente .
(2) El Leonardo
desconocido,
Teurus
Ediciones,
M ad rid , y McGraw-Hill B oo k C o
. Nueva
York, Toron to .
Precio: 43 dó lares aproximadamente
PAOLO GALLUZZI es d irec tor de l
Museo y
de
la
Biblioteca
de Leonardo,
en
Vinel (Italia).
Actua lmente prepara un léxico de la termi¬
nología f il osófi ca y c ientí fi ca
de
Galileo
para
el
Consejo Nacional de Investigaciones
Cien¬
tíf icas de Italia. Es autor de
numerosos
estu¬
dios sobre
la
h is to ri a d e l pensamiento
cien¬
t íf ico i taliano durante los siglos XV I y
XVII.
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
6/52
w
sonales, consiguió que le cedieran
una
^ gran
parte
de
ellos. Asimismo, logró
obtener
10 de lo s
13
cuadernos
que Orazio Melzi había regalado a
Mazzenta.
Entre
1582 y 1590,
esto es
en
apenas
ocho
años,
la herencia
de
Leonardo
pasó
casi
totalmente a
manos
de un
nuevo
propietario.
Deseoso
de
presentar los docu¬
mentos
de un
modo
más
a tra ct iv o, y
aun s ie nd o p ers on a in co m pe te nte
en
la
materia,
Leoni
no vaciló en
des¬
membrar varios cuadernos para re -
agrupar sus páginas en forma de
g ra nde s v olúm ene s. Esta singular
«restauración»
modificó
básicamente
la disposición original de los escritos
de
Leonardo,
al borrar de golpe un
testimonio i naprec iab le sobre el orden
de composición,
la cronología y
el
número inicial de los cuadernos, y al
anticipar
ulteriores
pérdidas y dis¬
persiones.
Nada nos permite
creer
que Leoni
tuviera realmente la Intención, de¬
clarada
a
Orazio Me lz i, de ofrecer a
Felipe
II
los
manuscritos
de Leonardo.
A l p are ce r
sólo
le cedió
unos
pocos,
quedándose con los demás, ya
que
un
gran
número de
ellos
pasó
a manos
de su yerno y heredero Polldoro
Caichi,
quien
se ded icó ab iertamente
a
comerciar
co n ellos. Hacia 1622,
Caich i
vendió
al C onde G aleazzo
Arconati, de
Milán, el
gran
volumen
de las artes
secretas de
Leonardo,
compilado
por
Leoni, y que hoy cono¬
c e mo s
con el nombre
de
Codex
Atlan¬
ticus.
En 1636, Arconati
lo
donó, junto
co n otros manuscr itos leonard ianos ,
a
la
Biblioteca Ambros iana de Milán.
O tra p arte de los documentos que
poseía Leoni fueron a parar a Ingla¬
terra. Thomas How ard, C onde de
Arundel,
consiguió
adquirir
el segundo
gran volumen
compilado
por Leoni,
qu e contenía todos los manusc ri tos de
carácter artístico
y
que
hoy
conocemos
con e l
nombre
de Colección Windsor
po r haberse
conservado
en la
Royal
Windsor Library. Thomas Howard
adquirió
otro manuscrito, el actual
~ vV*
W'n
a-g-w) p,r
.»oí», *,.
»li«
.,->
D ibu jo tomado de l C ódice Madrid
I,
uno
de
lo s muchos en lo s que
Leonardo
e stu dió lo s elementos básicos de las
máquinas. Aquí
se trata
de
un dispositivo
pa ra la
transmisión
de
la fuerza y del
m o v im i en to m e dia nt e
tornil los
si n
fin y ru ed as, te ma a l cua l Leonardo
volvió constantemente.
Letras mayúsculas de la caligrafía
de
Leonardo,
escritas a su manera, es
decir de derecha a izquierda.
Se
trata
de ampliaciones tomadas de diferentes
páginas del C ód ice M ad rid
I.
Sin
embargo, su s manuscritos no siempre
tienen
la elegancia que se advierte
en
estas
reproducciones.
A
menudo
solia
hace r anot ac iones ráp idas en los
m árg en es de las p ág in as.
Estas mismas letras se han
empleado
en
forma invertida como inicial
de
los artículos
de l
pres en te número .
Máquina
excavadora para
la
construcción
de un
ca na l, se gú n
un
diseño qu e
figura
en e l C o de x A tla ntic us . En la
época
de
Leonardo,
el sector
del
río
Arno com prend ido ent re F lo rencia
y su desembocadura
en
el
Mediterráneo
no
era apto
para
la navegación
debido
a
su
cu rso s inuoso
y
a
su s
bruscos
cambios de nivel. Leonardo se
preocupó permanentemente po r
transformar el rio en un canal qu e
constituyera una gran v ia flu via l
entre
F lo renc ia y
el mar.
Dibuio © 1974
Giunt i -Barbera,
Florencia,
y Johnson Reprint Corporat ion,
Nueva
York
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
7/52
I
Códice Arundel
263,
qu e más
tarde
fu e d on ad o por uno de sus herederos
a
la Royal Society inglesa. Cabe fechar
las adquisiciones de Arundel
entre
1630 y 1640.
En
el siglo
XVIII se
produjeron
n u ev o s « m o v im i en to s » de manuscritos
de Leonardo. Hacia 1715 Lord
Leicester
adquirió el códice que lleva
ho y su
nombre
y se lo
llevó a Inglaterra.
El
C ódic e Triv ulz iano
(famoso
po r la
larga l is ta
de palabras
reg is tradas por
Leonardo)
volvió
hacia 1750 a
la
Biblioteca Ambrosiana de la qu e había
sido
retirado,
después
de la primitiva
donación, p or A rc on ati. A
fines de
ese
siglo volv ieron
a
entrar
en
circulación
los códices q ue pa re cía n haber en¬
contrado
un
paradero
definitivo.
Napo¬
león
Bonaparte,
al entrar victorioso
en
Milán el
15
de mayo de 1796 y en
cumplimiento
de las
ó rd en es de l
Di¬
rectorio,
organizó un
saqueo siste¬
mático
de
obras
de
arte
y de
cultura.
El
Códice
Atlántico y
los
manuscritos
de
la Ambrosiana f iguran entre
las
obras
valiosas
que
fueron
enviadas a
París.
El
códice quedó depos itado
en
la
Biblioteca
Nacional
y los
otros
manus¬
cri tos
f ue ro n co nf ia d os al
Inst i tuto
de
Francia. U na vez
terminada
la
aventura
napoleónica,
los
gobiernos interesados
obtuvieron
la
rest i tución
de lo s
tesoros
que les habían
sido
arrebatados: el
C ód ic e A tlá nt ic o v olv ió a M ilá n p ero
el
Instituto
de Francia conservó lo s
otros manuscritos.
En el siglo XIX las bibliotecas
inglesas se enriquecieron co n nuevos
documentos de Leonardo.
En
1876
John
Forster donó
al
South
Kensington
Museum
(que
es hoy el Victoria and
Albert Museum) tres
cuadernos que
hoy
llevan el
nombre
de l
donador.
Paralelamente a este noble gesto
de generosidad hay un episodio des¬
concertante.
Gugl ie lmo L ib ri ,
bibliófilo,
erudito
y
SIGUE EN LA
PÄG.
50
Dibujos
©
1974
Gluntl -Barbera. F lorenc ia,
Johnson
Reprint Corporat ion,
Nueva York
Los dos dibujos de e sta p ág in a están
tomados del C odex Atlant icus,
manuscrito de
Leonardo
qu e acaba
de se r
magníficamente
restaurado po r
los
m on je s d el c on ve nto de Grottaferrata,
cerca
de Roma, y del
cual
se está
publicando actualmente
una
edición
en facsímil qu e constará de doce
volúmenes.
Arr iba, un a
máquina
co n quince husos para la fabricación
de cuerda.
Abajo,
u na m áq uin a p ara
excavar un
canal,
qu e levanta
la
tierra
y
la
deposita en las
orillas.
K
L
:a¿£\
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
8/52
LO S
CODICES
DE
Para Leonardo
el
dibujo
era una
especie
de
lenguaje
d e im ág en es
má s
inmediato y elocuente qu e el de las
palabras.
Este,
tomado
de l Códice Madrid I,
es uno
de
lo s m uch os que
realizó
para demostrar la impos ib i li dad del
movimiento perpetuo.
Como
se
señala
en
el
l ibro próximo
a
aparecer
El
L eo na rd o d es co no cid o, e l s ab io ita lia no
menospreciaba
a
qu ienes s os ten ían
la idea del movimiento
perpetuo,
comparándolos co n l os a lqu im istas qu e
t rataban
de convertir en oro
lo s
meta les
viles.
Dibujo
© 1974,
McGraw-Hill
Book Co., Maidenhead.
Reino Unido,
y
Taurus Ediciones, Madrid
.ir**
»
»
» I
¡:
' lí^.
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
9/52
MADRID
por
Anna
María Bríz io
Los
mil rostros
del genio
en
700 páginas
descubiertas
hace
poco
f\ ^^
L reciente
descubrimiento
fc
\ ""^
en
la
Biblioteca
Nacional
^1
' de Madrid de
dos
gruesos
manuscr i tos
de
Leonardo
de Vinci, co n
dibujos
y te xto s, a los que por largo
t iempo se
consideró
perd idos , permi te
abrir un nuevo y sorprendente capítu lo
en la historia de l pensamiento y
de
la
obra de
Leonardo, genio un iversa l po r
antonomasia.
Los códices de Madrid representan
un
conjunto
sin
par
en el
qu e Leonardo
consignó infin idad de no ta s y
de
pen¬
s am ie nto s, c om o lo s resultados de sus
investigaciones
y
experimentos
en
la
es fe ra del
arte, la mecánica, la geo¬
metría, la hidrología, la anatomía, la
meteorología
y
el
vuelo de las aves.
En
ellos
se
nos ofrece
un a
visión diná¬
m ica del
universo en
que las fuerzas
y
los
e lemen tos natura les
se
inter¬
fieren en un
perpetuo
movimiento
y
sin
cesar se transforman.
Lo s
dos
nuevos códices
de Madr id
han
incrementado
de golpe en unas
setecientas páginas el volumen' de los
manuscri tos leonardianos,
qu e suman
en
total cerca
de
seis
mil páginas.
Se
trata
además de
setecientas
páginas
de
la
máxima
importancia, que
aportan
e lem en tos a bs olu tam en te nuev os y
sobremanera
valiosos para aclarar
cuestiones muy controvertidas acerca
de Leonardo
y
que seguían
sin
resolver, ya que sólo se disponía
de
ANNA
.
M AR IA B RIZ IO es
presidenta
de l
Ent e R ac co lt a Vinclana
(centro
dedicado
a
reunir las
obras
de Le on ard o) que
tiene
su
sede en
Vine l, I ta l ia . Es miembro de l
Comité
de E stud ios s obre Leonardo y del Conse¡o
Superior de
Bellas
Artes
de la Academia
Nazlonale de l
Lincel y profesora
de
historia
de l arte de la Universidad de M ilán. Ha
dedicado
gran
cantidad
de estudios
a
Leo¬
nardo
de
Vinel.
.
elementos
fragmentarios e incom¬
pletos.
En conjunto, los
dos
códices
abar¬
can una quincena de
años,
desde 1491
a 1505, lo s más fecundos de la acti¬
v idad
de L e on ar do . S us características
no
so n
la s
mismas . El Madrid
I es un
códice excepciona lmente homogéneo
en su contenido y se
refiere
esencial¬
mente a la mecánica. El
Madr id
II, en
cambio, v er sa s ob re gran variedad de
temas,
en
gran
parte relac ionados
con
e l ar te .
Hay en él observaciones mu y finas
sobre los efectos cromát icos
y
atmos¬
féricos
que se refieren a la pintura, y
que de hecho utilizó
Leonardo
en su
Tratado
de la
pintura; un
fascículo
completo está dedicado a la fundición
de l
«gran caballo de
Milán» para el
monumento
ecuestre a
Francesco
Sforza (véanse las págs. 37 a 39).
Son
también
muc hos los dibujos arquitectó¬
nicos, r ela tiv os s ob re to d o a las forti¬
ficaciones.
Pero, tratándose
de
Leonardo,
la
distinción
entre
dibujos art ís ticos y
de
otra
índole
carece
de
sentido y
funda¬
mento,
ya que es totalmente ajena a
su s procesos mentales.
En
Leonardo,
la actividad artística
y
la científica
nacen
de
un mismo origen y retoñan
incesantemente la
un a
de la otra, de
modo que los resultados
de
aquélla
repercuten en la evolución
de ésta, y
recíprocamente. El dibujo es siempre
en él verdaderamente un
lenguaje,
dotado de
extraordinaria
fuerza crea¬
dora
y
de la misma claridad,
belleza
y
expresividad, cualquiera que pueda
se r su tema
y
contenido.
Es in te re sa nte señ ala r que los
etéreos
dibujos
d e m on ta ña s, a san¬
guina, tan n uevos
y
modernos
en su
modo
luminoso
e
Indefinido
de
repre
sentar el
paisaje,
fue ron r ea liz ados
durante una serie de operaciones de
levantamiento cartográfico en el valle
de l Arno; y que los
dibujos
de l
Códice
Madrid I
qu e representan
máquinas
poseen una precisión
y
una fuerza
de
expres ión ta les que, a la
vez
qu e la
Imagen
más evidente de l objeto, comu¬
nican
el sent ido d inámico de su fun¬
c ió n, c om o ocurre
también
co n los di¬
bujos de ana tomía que
Vinci
no s dejó.
D e
todos
lo s
c ó dic e s le o n ar di an o s
llegados hasta nosotros,
el
Madrid I
es
uno de
lo s m ás s is temát icos si
es que cabe emplear esta palabra
hablando
de Leonardo y
está casi
to ta lm e n te d ed ic ad o a la mecán ica .
Exteriormente
Incluso, es un o
de
los
mejor ordenados y presenta
el
aspecto
de
un be llo e jemplar, hasta
el
punto
d e q ue , en
muchas páginas, los
dibujos
e stá n ta n precisa y exactamente deli¬
neados
y sombreados y
el
texto
correspondiente tan impecablemente
paginado que cabe
pensar
que Leo¬
nardo lo
destinaba
a
la imprenta.
En
el c ód ic e fig ura n
dos
fechas
extremas:
1493
y
1497;
me
inclino
a
pensar qu e
en
conjunto se
acerca más
a
a qu élla q ue
a
ésta, debido
a
nume¬
rosos e lemen tos
qu e
existen también
en otros
ma n u s c ri to s l eo n a rd ia n o s
de
la primera
mitad
de ese decenio.
Se trata del decenio crucial de
la
act iv idad
de
Leonardo en Lombardía.
Durante
esos
diez
años
se dedica
cada
vez
más
insistentemente,
y
con
crec ien te ampli tud y resultados cada
ve z más fecundos,
a estudiar
la m ecá ¬
nica considerada en su dob le aspec to
teórico
y
práctico : de finición
de los
principios
y leyes de las «potencias»
(«potenz ie», como él las llama)
que
mueven
el
mundo:
peso,
fuerza, movi-
.
miento, impulso;
y
aplicación
de
|r
Dibujo de
un torno
o cabria para
levantar
grandes
pesos,
realizado
co n
una
prec is ión t al que
podría
suscitar
la envidia de
un
proyect is ta Industr ia l
de
nuest ros d ias .
A la
izquierda,
el aparato ensamblado;
a
la derecha,
su s
elementos
separados: ruedas, discos, ,.
engranajes.
C on e ste
torno
Leonardo
resolvió
de m ane ra
brillante el
problema
de convertir
e l movimiento
de
rotación
en un movimiento
alternativo
o de vaivén.
Dibujo
©
1974
Gluntl-Barbera, Florencia y
Johnson
Reprint
Corporation, Nueva York
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
10/52
M
Algunos de los má s b ello s d ib ujo s d e
Leonardo en
e l Códice
Madrid I
se refieren
a
la transmisión del movimiento
y
de
la fuerza po r medio
de
ruedas
dentadas,
tornil los
y
palancas.
El dibujo
de arriba
constituye
una prueba
más
del
tesón y el
ingenio
co n
qu e
Leonardo
se dedicó
a
diseñar
nuev os apara tos .
El
diagrama
de
la
derecha
ilustra su
concepción
de l
movimiento
natural
y
accidental. Para explicar
su
teoría utilizó
com o e jem pl o el
efecto
pendular
qu e
se
produce cuando
se
deja oscilar l ibremente
un
peso
suspendido
a
un a
cuerda.
W
ciertas
leyes a
la
construcción de
' ingenios mecánicos. Leonardo expresa
claramente
la
correlación
entre
lo s d os
aspectos o momentos:
«El libro de
la ciencia de las
má¬
quinas precede al libro
sobre
la
manera
de
aplicarlas»
y «La mecánica
es el paraíso de
las ciencias
mate¬
máticas ya que por ella se
llega
al
meol lo
de la matemát ica.»
La
parte más espectacular
de l ma¬
nuscrito, po r
la
belleza
de
unos
dibujos
que se
han
hecho
muy pronto
famosos,
es
la
dedicada
al
estudio
y
represen¬
tación de las máquinas, y más exacta¬
mente
de
los distintos elementos
qu e
integran la
parte más
compleja
de una
máquina: una especie de anatomía
mecánica,
en suma.
Ladislao
Reti,
qu e ha sido el primer
especialista
de Leonardo
en
examinar
lo s c ód ic es
de
Madrid y
que los
ha
estudiado con inteligencia
y
oasión
durante
años
de
in tens o t rabajo, ha
puesto de
relieve
y
ha
ilustrado la
suma de geniales
intuiciones
y solu¬
ciones
m e c án ic as d el
c ó dic e M a d rid
I,
entreveradas
a
menudo,
asombrosa¬
mente,
de
principios
y artefactos que
tan sólo
muchos
decenios, y au n
siglos, más tarde alcanzaron
una
for¬
mulación
rigurosa y tuvieron una
apli¬
ca ció n p re c isa .
Desde
el
primer
momento,
Reti
centró
su
atención, de entre la multi tud
de estudios mecánicos de l Códice
Madrid I,
en
d os te m as , sobresalientes
po r su
novedad
y por
la envergadura
e Importancia
de
su
desarrollo: el
mo¬
vimiento de
los
proyect iles y el
de l
péndulo.
Leonardo
distingue
entre «movi
miento
natural» y
«movimiento
acci¬
dental»,
analizando
las
características
y
las leyes de uno y
otro.
En su opi¬
nión, el movimiento natura l
es
el
que
se
deriva
de
la acción
de
la gravedad.
«Todo pes o des ea caer hacia
el
centro
de
la Tierra
po r
el
camino más
corto»,
escribe co n su típico modo de expre¬
sarse, que tiende a
personalizar
las
cosas
y
los
procesos
de la naturaleza.
«Mov imien to
acc identa l»
es el
cau¬
sado
po r
una
fuerza
que
él
llama
«potencia» y que se opone
al «deseo
del
objeto de reposar en el
centro
del
mundo,
y
es
un movimiento
violento».
En el fol io 14 7 recto
del
Madr id
I se
analizan
agudamente
el movimiento
natural
y
el accidental,
en sus
leyes y
en su comportamiento:
A(*=-
«... T om e mo s c om o
ejemplo
un peso
de
forma
redonda
suspendido a un a
cuerda y
al que llamaremos a. Leván¬
tese tan alto
como
el punto de sus¬
pensión de la cuerda qu e
lo
sostiene,
punto
al que
llamaremos
f...
Afirmo en .
efecto
que,
si
se deja
caer
es e peso,
r
Volantes
d e u na m áq uin a
provistos
de
una biela para regular
su velocidad.
Muchos
de
los
aparatos
mecánicos
diseñados
po r Leonardo
contienen errores, según
Lord R it ch ie -Ca lde r (véase
su
libro
Leonardo and
the
Age of
the Eye). El
mismo
autor recuerda
un
articulo
de
prensa
en el cual se observaba que un
tanque de g ue rra c on ce bid o p or
Leonardo
n o h ab ría podido
f unciona r po r
haber d ispues to
de
ta l modo el
cigüeñal que las
ruedas
delanteras
habrían
girado en un sentido y
las
traseras en
el opuesto. «No se trata de un
error
dice
Ritchie-Calder
sino
de
una
equivocac ión de li be rada, t íp ica de
la
burlona
costumbre de
Leonardo de
poner
pegas a los demás. ¿Lo hacia po r
simple
travesura
o
era una
m anera de
patentar su s Id ea s
a
fin de que nadie
aparte de él pudiera
llevarlas a
la
práctica?».
L uig i B old ettl, p ro fe so r
de una escuela
politécnica
de
Milán
e st ud ia n do l os t ra b ajo s técnicos
de
Leonardo,
ha
observado
q ue h ab ía
frecuentemente «algo»
qu e
im pe día e l
funcionamiento de la máquina
concebida
po r
e l s ab io :
una
rueda dentada
sobrante, un a biela ma l colocada
o
un
trinquete Innecesario. Pero, una ve z
descubierta la « tra mp a» , la máquina
podía func ionar perfec tamente.
Dibujos © 1974, M cG ra w-H ill B oo k C o..
Maiden¬
head.
Reino Unido, y Taurus E di cio n es , M a dr id
10
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N |
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
11/52
Composición gráfica
©
1974, McGraw-Hill B oo k C o., Maidenhead. Reino Unido,
y Taurus
Edic iones, Madrid
1. Tornillos
2. Clavijas
3 . R em ac he s
4.
Cojinetes
5*. G or rones, e jes, á rboles
6. Acoplamientos
7.
Cuerdas, correas, cadenas
8. Ruedas de fricción
9.
R ue da s d en ta da s
10 .
Volantes
11.
Palancas
y bielas
12 .
R uedas
de
dientes
encorvados
13.
Trinquetes
14 .
Frenos
15 . Mecan ismos
de
embrague
y
desembrague
16 .
Tubos
17. Cuerpos
y pistones
de bom ba
18 . Válvulas
19.
Resortes
20.
C od os y c orr ed era s
21 . Levas o a labes
22 . Poleas
La
máquina
y sus
elementos
En lo s C ó dic es de
Madr id
Leonardo
hace
por
p rim e ra v ez
en
la
historia de
la técnica un
análisis
sistemático d e l
func ionamiento y de
lo s e le m en to s d e
la s m áq uin as .
En un
c ap ítu lo d el libro
El
Leonardo desconocido Ladislao
Ret i
af i rma
su absoluta
convicción de
que con el Códice
Madr id I
Leonardo
intento escribir
un
verdadero t ra tado
sobre la
composición y
el
funcionamiento
de las
máquinas en
general. La importancia qu e Leonardo.
atribuía a l os e le m e nt os
mecán icos
aislándolos
del' aparato
de que
forman
parte d is tingue
al
genio i ta liano
de los
demás técnicos
de su
época
y
d e m uch os
posteriores a él.
Lo s especialistas
venían
sosteniendo que no
fue sino en el decenio de 1870
cuando se echaron
las bases
de
la
teoría
moderna
de
los
mecanismos, co n
la
publicación
de la
obra
d e F ra nz
Reuleaux
sobre la
cinemática
de l as m áqu inas.
Ahora
el
C ó dic e M a drid I
viene
a
probar
qu e
la
totalidad
de
lo s
22 e le m e n to s m e c án ic o s
enumerados po r R euleaux hab ían sido
es tud iados y
analizados po r
Leonardo, con
excepción
de los
re ma ch es , q ue excluyó
voluntariamente. Reproducimos
aqui una página de
El
Leonardo
desconocido
en
la
qu e
se
han
reunido
los
dibujos de L eo na rd o s ob re 4 4
dichos
elementos. I
|
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
12/52
todo el movimiento qu e realice de a
a
n (véase
el
dibujo
de
la
pág.
10) se
l lamará movimiento
natural
porque
se
m ueve para acercarse al centro de l
mundo. Una
vez llegado al lugar
deseado, es decir n, se p roduce o tr o
movimiento
al
qu e l lamaremos acci¬
den ta l po rque
va
contra su deseo.»
Y
Leonardo
f or m u la c la ra m e n te
la s
leyes de e sto s dos
movimientos:
«El
cual
mov im i en to (accidental) .. . será
s iempre meno r
qu e
el
natural»,
y
aun:
«El movimiento
natural,
cuanto más
se
acerca a su
fin (de a a
n, como
en
el
dibujo) más veloz se
torna;
el movi¬
miento accidental (de nam)
hace
lo
contrario.»
Y en el m ism o pasaje Leonardo
analiza de manera penetrante el
movi¬
miento
de
un proyecti l lanzado al
aire:
«Pero,
si
esos m ovim ientos
se
afectúan
hacia el cielo, como en el
arco
que
describe
una piedra,
el
movi-
miento accidental será entonces mayor
que
el
que l lamamos natural... (al
volver
hacia tie rra tra s
haber
alcanzado la
cima
de l
movimiento
ascendente) esa
piedra
no
sigue
ya
en
el
aire
la
forma
del arco
comenzado,
sino que,
en su
gran
deseo
de
volver
aba jo , t raza una
línea
mucho más curva
y más
corta
qu e la descrita al subir.»
lAdmirable
Leonardo Casi un siglo
después, Gali leo cons ide raba todavía
la
línea
trazada po r el
movimiento
de
los proyectiles en el aire com o una
parábola perfecta.
En cambio, la mi¬
rada
agudísima de Leonardo había
«visto»
la
trayectoria auténtica
de l
proyectil y
formulado
incluso su exacta
demostración gráfica en sus dibujos.
I-
tUi'fV» * i* '*"Í iff*
c
=
o
fíí
öS
©1
I Genera lmente se ha
atribuido la
' in ve nc ió n d el reloj
de
péndu lo ope rante
a Galileo, en 1582, y a H uygens a lgunos
años
má s tarde.
S in e m ba rg o,
en
el
C ód ic e M a drid
I a pa re ce n n ota s
y
dibujos q ue d em ue stra n q ue
Leonardo
tuvo la id ea , e nte ra m en te original,
de aplicar
mecanismos
pendulares a los
relojes,
anticipándose as i
a
Galileo
en
casi
un
siglo.
Lo s
dibujos
de Leonardo comprenden
algunos
relativos al escape
pendular
(m ec an is m o para
regular
el
movimiento
de las
ru ed as d el
reloj)
y
en
una
página (folio
157
verso ) d ibujó
el
mecanismo
completo
de un reloj
(a
la Izquierda)
con una pesa
sujeta
a
una
cuerda
enrol lada
en una rueda- tambor,
un a serle de r ue d as d e nt ad a s,
un
alabe y
un escape de abanico,
elementos
qu e reun idos forman un
mecanismo ideal.
Lo s
demás
dibujos
de
estas páginas ¡ lust ran las
investigaciones qu e d ur an te to da su vida
Leonardo
realizó en
m ate ria d e
instrumentos
para
medir el t iempo y
el
ingenio
qu e derrochó en la
invención de
mecanismos
má s perfeccionados para ese
propósito.
En
el
C ó d ic e M a d rid
I
se
encuentran
k
des cr it as todas
las pie zas de un
aparato
'
para medir el t iempo.
Sin
embargo,
Leonardo
no
dibujó
ni
describió
un reloj
completo , excepto el q ue a pa re ce
a
la
derecha,
en
el qu e
vemos
la estructura
general de
un mecanismo de relojería
provisto de pe sa s
y
de un
dispositivo de s onería. De
todos
modos,
faltan en él
muchas
piezas
Importantes.
x;
.US
*>*
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
13/52V
H
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
14/52
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~ $rm\
]^/W*HHÍ
Ü2P
Leonardo
ilustró
en estos
dibujos
(del
C ód ic e M a dr id I) el funcionamiento
de la s r ue da s d en ta da s y de los
piñones.
Las
n ota s, d e
arriba
abajo,
dicen
lo
siguiente: «Aquí la rueda
no
puede
mover el piñ ón pero el piñón
puede mover la
rueda». «Igual
que arriba».
«Nuevamente
igual
qu e arriba
pero
sólo
en
par te». «Aquí
el
p iñón move rá
la
rueda».
«Aquí se mueven
recíprocamente».
Dibuio
©
1974 McGraw-Hill Book
Co
,
Maidenhead
Remo Unido, y Taurus E d ic io ne s, M a dr id
^
En lo
que atañe al movimiento de l
.
péndulo,
tamb ién Leonardo .observó
acertadamente
que,
en sus
oscila¬
ciones, el arco d es crito p or
su
movi¬
miento ascendente
es más
b re ve q ue
el descendente, y
va siéndolo cada
ve z
más
al ir resu l tando m ás lentas
esas
oscilaciones. Señala asimismo el gran
s ab io que
cuanto
más pequeño es el
arco tanto m ás un i fo rmes t ienden a
se r
las oscilaciones de l péndulo.
Muy conocidos
son los
estudios
de
L eo na rd o s ob re el
empleo
de
meca¬
nismos
pendulares para mover s ie rras,
bombas y, sobre todo, molinos y
otros
ingenios semejantes. Pero ¿pensó
a lguna vez
en aplicarlos
a
los relojes?
La cuestión ha
sido p la nte ad a y dis¬
cutida muchas veces, pero quedaba
siempre
sin
r es olv er p or
falta
de
ele¬
mentos. En múltiples
páginas
de l
Códice Madrid I, Ladislao Reti en¬
contró
toda
un a
serie de
notas y
dibujos
de
Leonardo y los analizó
e Interpretó tan argumentadamente
para demostrar qu e se trata de
estu¬
d ios encaminados
a
conseguir la apli¬
cación
de
e so s m e ca nis m os
pendu¬
lares
al «tiempo de reloj» qu e
lo gró p or
fin
convencer de la certeza
de
su tesis al
pro fesor S ilv io Bedini,
uno de los especialistas que mejor
conocen
la
historia
de la relojería.
Ambos estudiosos escr ib ieron un capí¬
tulo
sobre el te m a p ara el
libro
El
Leo¬
n ardo d esco no cido , cap ítu lo
profusa¬
mente i lustrado con reproducciones de l
Códice Madrid I.
Leonardo se o cu pó s ie m pre
de
los
aparatos de relojer ía . A
ju zg ar p or
los
manuscritos de M ad rid , d em ue stra
conocer m uy b ie n e interesarse
mucho
po r los grandes re lo je s y
planetarios
existentes en
Lombardía,
so bre tod o
por el
reloj
de la torre de la abadía de
Chiaravalle,
cerca
de
Milán,
y el astra-
r ium de G io va nn i d e' D o nd i
en
la biblio¬
teca ducal del
Castillo Visconti de
Pavía, muchas p iezas de
cuyo
compli-
14
cado mecanismo dibuja
en
los códices
madrileños.
Pero
en lo tocante a su
orig'inalísima
idea, que anuncia los
estudios
de
Gali leo Ga li le i, de
aplicar
el péndulo
a
los aparatos de relojería, Bedini y
Reti
In d ica n co mo decis ivos lo s fol ios 9
recto, 61 verso y, por
encima
de todo,
el 157
verso de l Madrid I (1). En
el
pri¬
mero
hay
el dibujo de una rueda cata¬
lina un ida en un mis mo e je
a
un tambor
motor
de
cue rd a y
pesa;
en
el
61 verso
aparecen
dibujados
con
excepcional
precisión
y
exactitud do s tipos de
escape de péndulo, uno
con
rueda den¬
tada horizontal y
otro
co n rueda
dentada
vertical;
en
el
folio
157 está
representado
más someramente
un
aparato
completo de contrapesos de
cuerda enro llada en un tambor, engra¬
najes, le va s
de
s urc o s in us oid al
y
escape de volante;
tales piezas
reapa¬
recen
una y
o tra vez en
otros folios de l
Códice
Madrid
I, p ero s ola m en te en
ésta se hallan perfectamente montadas.
Leonardo no llega
a
dibujar
un
reloj
de
péndulo completo
ni
siquiera
en
este códice.
Parece
como
si
hubiera
estudiado las d is ti ntas par tes de un a
m áq uina para
c om p re nd er m e jo r
su
estructura y su funcionamiento,
y
no la
representación
de
máquinas montadas.
Pero,
en
el dibujo de l
folio
157 verso,
Bedini
y
Reti no
vacilan en
identificar
el
pr imer proyecto de
reloj
de péndulo,
casi un siglo antes
de
Galileo.
En el
Madr id I
se estudian
otros
muchos
artefactos: muel les
de
relo¬
jería, resortes
para
obtener un
esfuerzo
cons tan te , eng rana jes
para
transmitir
el
mov imiento .. . As imismo,
se presta
gran a tenc ión al problema
de reducir
el
frotamiento,
d án do le s olu cio ne s
sobremanera Ingeniosas.
SIGU E
EN
LA PÄG.
36
(1) N
D.L.R. Según el
profesor
Joseph
Needham, el i nve nt o e sen c ia l en
materia
de
relojería, el
escape,
fue aplicado
ya en
1088
en un reloj ast ronómico
c on str uid o p or
un
estudioso chino,
Su Sung.
SIGU E EN
LA P ÁG . 36
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
15/52
El teatro circular
de
Leonardo
Las
fiestas
de
gran
esplendor que
Leonardo
organizaba co n
apasionado
interés le dieron
celebridad
en la
corte de
Ludovico
el Moro, en
M ilán (véase
la página
25),
y en
la
del rey de Francia,
en
c uy o h on or p re se ntó
un
espectáculo
mágico en Amboise. Y uniendo co mo unia
a su
ingenio
de «director de escena?
su
talento de ingeniero, es
natural
qu e
pensara en
un
teatro cuya concepción
arquitectónica
y
cuya
m a q u in a ri a f ue s en
absolutamente
originales.
De es a conjunción nace el t ea tro c ir cu la r
de Leonardo,
compuesto
po r
do s
partes
dotadas de
un movimiento
giratorio. La
¡dea le
fu e su ge rid a p or
la
lectura
de la Historia natural de P linio, qu ien
hac e m enc ión de un teatro de ese tipo
pero
no describe el proceso
mecánico
de su
funcionamiento.
El gran artista
encontró un a solución adecuada
empleando un sistema de cadenas
de bloques de madera.
P r es e nt am o s a b ajo
a la derecha
los diseños de l i ngeni oso s is tem a de
Leonardo,
descrito
en
el
C ó dic e M a drid I.
Abierto, el
teatro t iene
la
forma de do s
semicírculos
qu e
semejan un a X
de
brazos curvos
(No. 1)
y
en
los
qu e
toman
asiento
los
espectadores.
Una v ez lle no ,
se
procede a cerrarlo poniendo
en
m archa las dos cadenas, qu e
se
deslizan
un a
sobre
la
o tra (N o. 3) ; a mitad
de l
camino,
am bos semicírculos forman un
número 3 boca abajo (No.
2).
El
movimiento giratorio
continúa
hasta
que
lo s
bordes exteriores
se
unen en un
c írcu lo pe rf ec to (No. 4) .
Este i nv e nt o l e on a rd ia n o no
t iene
nada
de fantástico. Po r el
contrario,
es tan
preciso
y
concreto
qu e
James
E.
McCabe
ha
podido construir una
m aq ue ta d el
t eat ro s igu iendo
las
indicaciones
de l
propio
Leonardo, lo c ua l d e m ue s tr a
que el principio
mecánico
en que
se
basa e ra correcto. Ar riba a la
derecha,
modelos
de
las
d iversas posiciones de
las dos
partes
de l
teatro.
El mismo sistema
de
cadenas
se
aplica al
juguete
qu e
t iene
en
su s
manos
el
niño
(arriba a la derecha) en el cuadro
de
Bernardino Luini (1475-1532). Acaso
e sto v en ga a
demostrar qu e la idea de
la
cadena de bloques de madera
nació
de un s imple juguete
infantil,
al
igual
que la
invención de l
helicóptero
(véase la página
30).
4Í Estudio
de
las proporciones de l ojo
y d el p árp ad o. Dibujo
tomado de
un
manuscr i to qu e se conserva
en
la
Biblioteca
Real
de Tur in.
Biblioteca R eal de Turin
1 1
lllllil
lllllilL.
Fotos
0
tomadas de Leonardo
da
Vinci, obra
de
Florencia,
1974
v er so s a uto re s
editada
po r Giunt i -Barbera,
1974 McGraw-Hi
Maidenhead .
Remo
Un ido .
us Ediciones.
Madrid
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
16/52
LEONARDO,
EL
MÚSICO
por Emanuel Winternitz
Articulo
©
copyright.
Prohibida la reproducción.
\UNQUE Leonardo ha sido
siempre
celebrado
como
«el
genio un iversa l» , lo cierto es
qu e
sus ideas
y
actividades
musicales
han
recibido
muy poca
atención
seria,
y
no han
sido nunca
estudiadas en forma sistemática.
Es
sintomático que las clásicas
intensamente
sobre el concepto de
tiempo musical,
e
Inventó un
conside¬
rable
número de
Ingeniosos
instru¬
m entos m usicales,
perfeccionando
además algunos de los ya existentes.
Tenía
también
a lg un as id eas m uy ori¬
ginales
en
lo referente a
la
filosofía
de la música, íntimamente
ligadas a
su
E M AN U EL W IN TE R NIT Z
es
conservador del
d ep arta me nto d e In stru me nto s m us ic ale s d el
Metropolitan
Museum o f A rt de Nueva
York
y
profesor
de música de la City
University
de
la
misma
ciudad.
El
artículo
qu e
ofrece¬
m os
en estas
páginas
está
tomado
de
su
Im p or ta nte e stu dio s ob re L eo na rd o de Vinci
músico,
qu e
fo rm a p arte d el volumen El Leo¬
nardo
desconoc ido , dedicado en
particular a
los
códices de Madrid, y
qu e
aparecerá
próximamente p u bl ic a do p o r
Taurus
Ediciones,
de la capital
española.
obras de referencia
qu e existen
sobre
Leona rdo, Inc luso
las
que datan
de
n ue stro sig lo , no
suelan
mencionar
para
nada la música, o se contenten,
a lo
sumo,
con
citar
al respecto
algunas
observaciones de Vasari, el
autor
de las famosas Vidas
de
pintores.
Y, sin
embargo,
Leonardo
se
ocupó
a fondo
de ese
arte. Fué
in té rp re te y
maestro de música,
y
su gran interés
po r la acústica le llevó a efectuar
numerosos
experimentos
di rectamente
relacionados co n
la
m úsic a; m e ditó
filosofía de la pintura. Es
significativo
que en
el
Paragone, qu e constituye una
introducción a
su Tratado de la
pintura,
otorgara
a la música
la
más elevada
posición
entre
las
artes, después
de
la pintura.
Vasari cuenta
qu e
«después
de
con¬
vertirse Ludovico
Sforza
en
Duque
de
M ilán, Leonardo,
ya famoso, fue
enviado
a
tocar
ante él, ya
qu e
al
duque le agradaba
mucho
el sonido
de la lira; y Leonardo l levó un instru¬
mento,
construido
con sus propias
16
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
17/52
manos,
de plata
en
su
m ay or p arte
pero
con
forma de calavera
de
caballo
a lgo nuevo
y extraño , p ara q ue la
música ( l'a rmonia) tuv iese mayor sono¬
ridad;
con esta lira,
Leona rdo s uper ó
a
todos
los músicos
qu e se
d ie ron c it a
allí para tocar.
Además,
era el mejor
Improvisador de rimas de
su
época.»
A lg un os h is to ria do re s p os te rio re s
a la b ar on t amb ié n
su
d e str eza mu s ica l,
en especial
el
pintor mi lanés Giovann i
P ao lo L om az zo , q uie n,
en
su Trattato
dell'arte
della
pittura de 1584 y en
Idea
de l
tempio
della
pittura de 1590,
menciona a
«Leonardo
Vinci,
pintsr»
como uno de lo s m ás extraordinarios
maestros de la lira.
La lira a
qu e
hacen
referencia estas
fuentes
er a la
lira
da
braccio,
el más
noBle y
refinado instrumento polifónico
para- arco qu e existía en t iempo
de
Leonardo: un
violin de siete cuerdas.
Leo nardo realizó
investigaciones
sobre
el
origen
de l
sonido
(«¿Qué
es
el sonido
que
produce un g olpe ?» ) y
estudió
el impacto
sonoro
de l choque
ent re c ue rpos , desarrollando antiguas
ideas pitagóricas. Analizó el fenórrreno
de la
vibración
y la
resonancia,
tra¬
tando de
averiguar
cómo la percusión
de un cuerpo
hace que
éste
vibre y
comunique su oscilación al aire que lo
rodea,
a un líquido, a un sólido.
E stu dió ta m bié n la diferencia qu e
existe
entre la propagación
de
las
ondas sonoras
y
la de las ondas lumi¬
nosas, la reflexión
y
refracción de las
primeras
y
el fenómeno
del eco,
la
velocidad
de l sonido, los
factores
qu e determinan los diferentes
grados
de intensidad sonora,
tratando
de
descubrir las le yes que gobiernan el
desvanecimiento de l sonido al
variar
la distancia
entre
su fuente
y
el
oído.
En este s en tido , r es ulta muy reve¬
lador de su manera de enfocar la s
cosas
el qu e estableciera lo qu e
puede
denominarse un a «perspectiva de l
sonido», paralela
a
las leyes
de
la
perspectiva ó ptic a y
pictórica
qu e tanto
le
interesaron en tanto
qu e
pintor.
Además, com o músico se ocupó
naturalmente
de los
factores qu e
determinan el
tono musical,
y
llevó a
cabo experimentos co n vasijas
de
d iversas formas
y de
aperturas varia¬
b les. También fue de importancia mu¬
sical,
aunque
Leonardo no
pudiese
percibir
su s
implicaciones, otra de
su s
exper iencias: observó que,
al
golpear
un a mesa
con
un
marti l lo,
se formaban
en la superficie de aquélla
unos
mon-
toncitos de polvo; con esta obser¬
vac ión L eona rdo
se
adelantó en
tres
siglos al descubrimiento
po r
E. F. F. Chladni de las
figuras
geo¬
métricas de arena que se
producen
cuando se
hace vibrar
el borde de
un
plato con
un
arco de violin.
Las notas y los
dibujos
de instru¬
mentos
musicales
de
Leonardo
están ^
dispersos entre las muchas páginas r
I
r
Leonardo fue un m ús ic o d e excepcionales
dotes
para la in ve nc ió n y el
perfeccionamiento de instrumentos.
Profundamente interesado en la
construcción de
tambores,
no s
ha dejado
croquis
de
diversos
tipos
de
este
instrumento
destinados
a
ampliar su s
posibil idades m usicales y a facilitar su
manejo.
A
la
izquierda,
boceto
de un
tambor
militar mecánico, tomado de l Códice
Atlántico.
El eje
de las ruedas de la carreta
mueve
un a rueda dentada central q ue h ace
girar a su
ve z
otras ruedas dentadas,
las
cuales ponen en acc ión c inco
palillos
percutores
a cada
la do d el ta m bo r.
ce
o |
1%
5^
Tanto
en sus t raba jos ar tíst icos como
c ien tí fi cos , Leona rdo ded icó espec ia l
atención a l os estud ios ana tómicos . H e aqu i
como muest ra (arriba
a
la derecha) un
dibujo
de
la
laringe y
la
tráquea
(actualmente en la
Colección Windsor) .
Probablemente
se Inspiró
en este dibujo
para diseñar las
dos
flautas
que se
reproducen al centro, tomadas de l
Códice
Atlántico. Leonardo
escribió
que
la s f lautas
cambiaban
de tono «a
la m an era
de
la voz humana»,
y
es
cierto
que
existe
una
estrecha semejanza
entre la abertura
superior
de la laringe qu e aqui vemos
y
la de
un flautín o fístula.
m
©
17
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
18/52
k,
de
sus manuscri tos. Aunque gran
parte
de
estos escritos
y
dibujos resultan
poco
claros
si se estudian por sepa¬
rado, una comparación metódica de to¬
do s ellos demuestra que no
se
trata
de
meros artefactos cur iosos
para realizar
juegos
de
magia, sino que son la base
de un a tentativa
sistemática, por parte
de
Leonardo,
de
lo g ra r c ie rto s
obje¬
tivos fu nd am e nta le s, e ntre los
qu e
cabe destacar
por
su importancia los
s igu ientes : automat izar
ciertos
instru¬
mentos y simplificar su técnica de
e je cu ció n m ed ia nte n ue vo s tipos
de
te cla do ; a um e nta r la velocidad
de
in te rpre tac ión ; ampliar la e sc ala to na l
para hacer posible, po r ejemplo, tocar
m elodías con tambores; evitar el
rápido desvanecimiento de l sonido de
las c ue rdas pun teadas , dotando
a
los
ins trumentos de
un arco continuo;
enriquecer
instrumentos relat ivamente
simples, capacitándolos
para la
poli¬
fonía o para
tocar
una amplia gama
de t onos suces ivos;
e incluso
obtener
una po li fon ía mediante el control
po r
teclado de un Ins trumento de
cuerda.
Leonardo e sta ba m uy interesado
en
la
construcción de
tambores.
No
sólo
trató
de
hacer
más
fá c il to c ar lo s , s in o
que amplió además su s
posibilidades
musicales, po r ejemplo su escala tonal,
mucho
m ás allá
de
la s l imitaciones de
los Instrumentos
de
su época.
Leonardo in ten ta enriquecer la fun¬
ción
tradicional
de
lo s
tambores,
capa¬
citándolos
para
tocar
acordes
y
escalas.
Para ello,
ensaya dos
métodos
di ferentes. U no es combinar varios
tambores o
membranas, de
diferentes
tonos,
en un
so lo ins trumen to . El otro
consiste en
ingeniar
aparatos
mediante
los
cuales un a
s ola m em brana pueda
producir tonos de diferente intensidad
en ráp ida suces ión .
Este
objetivo se
alcanza de varios
modos :
bien me¬
diante la
introducción
en el
t ambor de
aguje ro s laterales, bien usando
pa -
El
má s complicado de l os ins trumentos
musicales
que
inventó
Leonardo fue
un
mecanismo
al
que
llamó
viola
organista:
un Ins trum ento de cuerd a con teclado
o
conjunto
de botones. Las cuerdas debían
vibrar gracias
a
un dispositivo mecánico,
y en
sus
apuntes
Leonardo
hizo diversos
c ro qu is s ob re
la
m anera de tocar
simul táneamente
var ias
cuerdas. La
solución má s
viable
y
perfeccionada
es
la
que muestra
el
esbozo de arr iba , tomado
del Manuscr i to H del Instituto d e F ra nc ia ,
y
qu e
consiste en un
instrumento de
teclado co n un hilo
de
cerda
que se
desl izaría
sobre
la s cuerdas
como
un
arco continuo.
Foto
©
Instituto de Fra n ci a, P ar ís
Este
boceto,
to ma do d el C ódice Madr id
II,
es una prueba má s
de l afán
que Leonardo
puso
en
ampliar
las posibilidades
musicales
d e ca da instrumento. Aquí se
trata
de una
campana qu e debe s on ar c om o c ua tro
campanas. Junto al croquis, el artista
escribió: «La
misma
campana parecerá
cuatro
c am panas. Teclas
de ó rg an o c on
un a campana
fija.
A l golpearla do s
mart il los, producirán
un
cambio
de
tonal idad,
como en un órgano.»
Dibujo
0 1974.
McGraw-Hill Book
Co.,
Mainden-
head,
Reino
Unido,
y
Taurus
Ediciones,
Madrid
lancas en tijera o aparatos de rosca
para
variar
la
tensión
de
la
membrana
mientras se toca, bien mediante p iezas
correderas que abren y c ie rr an un gran
agujero en la caja de resonancia
o, po r
últim o, m ed ian te
mecanismos qu e
separan
el parche de l
cuerpo
de l
tambor.
E ntre lo s múl tip les Inst rumentos mu¬
sicales que
id eó L eo na rd o,
el
más
complicado es, con mucho, la viola
organista. N ada m enos que seis
folios
diferentes de sus
cuadernos contienen
bocetos
de este
instrumento.
Los dibujos hacen referencia a una
misma
idea,
la
de
un instrumento
de
cuerda
co n
teclado, en el
qu e
se con¬
s igue mediante
un
dispositivo
mecá¬
nico qu e
vibren las
cuerdas.
Este
dispositivo
es una rueda, o un arco
de movimiento de
ida
y v ue lta , o un
hilo de cerda qu e
se
deslizaría
sobre
la s cuerdas c o m o un arco continuo.
Tal instrumento hubiera llenado
un
El dibujo de abajo (detalle de
una
página
d el C od ex
Arundel)
muestra
un
ingenioso
tambor cuya
importancia
primordial
radica
en
qu e
puede cambiar de tonalidad
mientras se lo toca. El mecanismo tensador,
en forma de
tijeras,
situado a ambos lados
de la tapadera
cuadrada,
permite al
tamborilero
tensar o
aflojar la
piel o parche
d e l i ns tr u m en to . El
resultado es un tambor
c uy o to no
puede alterarse
sin interrumpir
la
ejecución,
algo qu e
Occidente
no
conoció hasta fines
de l
siglo
XIX.
C od ex A ru nd el © Brit ish Museum,
Londres
18
vacío en la n um e ro sa s er le d e In stru ¬
mentos existentes
no
sólo en
la época
de L eon ard o, sin o incluso en la
nuestra,
pues aunaría las
posibilidades
polifónicas de l teclado con la tonalidad
de
las
cuerdas para a rco, y sería algo
as í como un órgano co n t imbre de
cuerda en lugar
de
timbre de viento,
dándole
además
la
posibilidad de pro¬
ducir c re sc en do s y d ecre sce nd os po r
pulsación
digital.
Aunque
se
ignora en qu é orden hizo
estos
bocetos
Leonardo, se
pueden
ordenar
lógicamente si suponemos que
fu e p as an do de las soluciones menos
factibles a
las
más prácticas.
En
real idad, pasa de un
instrumento
en
el
qu e el arco se mueve
en
ambos sen¬
tidos
sobre
la s
cuerdas
a
otro
inst ru¬
mento qu e
se
sirve
de una rueda de
fricción
y, finalmente, llega
a
diseñar
varias
versiones diferentes c uy o pun to
común es la existencia de
un
hilo
de
cerda giratorio
qu e hace vibrar las
cuerdas.
La solución más práctica,
y
al
pa¬
r ec e r de fin it iv a, está
en el Manus¬
crito H, donde encon tramos el boceto,
perfectamente coherente
y
factible, de
un
instrumento
de
teclado, co n
un
arco
continuo (archetto) f or mado po r un
hilo
de cerda qu e un
moto r acoplado a la
caja de resonancia hace girar, pasando
sobre las cu erd as g ra cia s a do s
pequeños rodillos. L eo na rd o d is eñ ó
también
un
mecanismo
qu e
permitía
que el músico,
pulsando
los
pequeños
botones salientes,
eligiese
las cuerdas
deseadas
y
las ten sase con tra
el
archetto.
Sin embargo, no sabemos hasta qué
punto se acercó Leonardo a la
construcción de la
viola
organista, ni
si construyó m aquetas que
funcio¬
nasen. Actualmente, co n un motor
eléctrico, en lugar de uno a
base
de
pesas o muelles, su
construcción
sería
mucho m ás senci l la .
Por últim o, debem os estudiar do s
instrumentos qu e t ienen especia l inte¬
rés
debido a
qu e
su concepción parece
estar
d irec tamen te inspi rada
en
los
es tud ios anatómi cos de Leonardo; de
hecho, se trata de sendas aplicaciones
de mecanismos desc ub ie rtos po r
Leo¬
nardo en el cuerpo humano.
SIGUE EN LA PAG. 35
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
19/52
Bruno,
Nardini
ARDO
D
I
-V
I
contado
a
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
20/52
en la
hierba,
detrás
de
la
casa
de su
abuelo,
el pequeño
Leonardo seguía
con
la mirada
vuelo de un milano
que
daba vueltas
torno
a
la
torre del
castillo
de
Recostado junto
a
él,
su
tío
le
explicaba que para efec¬
ese
vuelo,
l lamado
de circun¬
el
ave
aprovechaba el
más
viento.
Pero
el
muchacho
se
dormido.
Era una
tarde
de
mayo, la
tierra
a heno y los grillos cantaban
entre
la hierba. Leonardo
un
sueño:
se
hallaba todavía
en
cuna que la
abuela
Luc ía hab ía
cado al prado alejándose después.
l
milano,
describiendo una espiral,
rápidamente del cielo y
sobre
él, pero no lo apresaba
sus
garras ni lo mordía con su
curvo, sino
que,
agitando
las
trataba
de
abrir le
la
boca con
cola bifurcada y, cuando lo hubo
golpeaba
la
cola sobre sus
y su lengua.
Leonardo
se despertó
gritando
de
y se
encontró
sentado
sobre
hierba
junto
a su t ío Francisco.
te pasa? preguntó éste.
milano... bulbució
el
mucha¬
aun
no
convencido de que estu¬
despier to Tío,
soñé
con
el
Muchos años después, en Milán,
se
hallaba estudiando
el
del
vuelo de
los pájaros,
escribiría que aquél era el
recuerdo de su infancia
y
que
ave rapaz era para él
como un
del destino.
¡Y qué misterioso y esplendente fue
destino
de Leonardo
Nació
en
Vinci, una aldea pobre de
scana, cerca
de
Florencia
y junto
río Amo. N o tuvo u na
madre
c o m o
d e m á s
niños s ino una
madrastra.
tuvo
un padre afectuoso
sino
un
uelo adusto .
Su
único
compañero
y
su maestro fue
su
tío Fran¬
diecisiete
años
mayor que él.
Leonardo nació
el
15 de
abril de
Había terminado
el
Medioevo,
NARDINI. edito r, fun dador del Centro
ernacional del
L ib ro , de F lo re nc ia , h a
escri to
un a
d i L eo na rd o destinada a lo s
jóvenes
e i lustrada
escenas de
la
pe lícu la d el m ism o títu lo
qu e
a to C a ste lla n i
re aliz ó p ara la te lev isión i ta l iana
Nardmi-Giunt i -Bemporad Marzocco, Flo¬
1974). Ha adaptado para los niños las
y
leyendas
qu e
se e n cu e nt ra n d ise m in a da s
lo s a pu nt es de
Leonardo,
publ icándolas en do s
o s: A n im a li
F a nt as ti ci ( Ed ic io n es
Nardini-Giuntí
Marzocco,
1974)
y Favole e Leggende,
p ró xim a m en te aparecerá
en
español, traducido
r María Teresa León y Rafael Alber t/ , co n el título
F áb ula s y l ey en da s de Leonardo de Vinci (Ed ic iones
t a, B a rc el on a . T am b ié n
es
autor de u na v id a de
l Ange l contada a los jóvenes.
Casa cerca
de
Vinci, aldea situada
en
la s
colinas toscanas, donde
nació Leonardo
el 15 de
abril
de
1452.
la época
de
las
casas
torreadas y
de
las
comunas
libres,
y
comenzaba
la
de las
signorias,
el gobierno.de
los
más
ricos
y
de
los más fuertes,
en
tanto que las
incómodas
torres
daban
paso
a la const rucc ión
de suntuosos
palacios.
Leonardo llegó a Florencia en un
birlocho, llevado po r su padre, Pedro
de Vinci, quien había decidido
trasla¬
darse definitivamente
a
la ciudad para
ejercer el
'
cargo
de notario
como
todos
sus antepasados.
Junto
al niño
iba también la
joven esposa
de Pedro,
de nombre Albiera, que hacía para
Leonardo la s veces de madre.
No
ha
llegado
hasta
nosotros
nin¬
gún
documento
o
testimonio
sobre
esa
primera
estancia
de
Leonardo en
Florencia. Lo único
que
sabemos es
que su padre
le envió a una
escuela
de
música
y de
gramática.
La
música
consistía
en
aprender
a tocar
la f lauta
y la gramática en aprender a escribir.
En 1465 murió mamá Albiera y
Pedro contrajo matrimonio con una
mujer l lamada Franc isca. Leonardo
tenía trece
años y ya sabía cuál sería
su carrera cuando fuera mayor. No
sería notario como
su
padre o el
abuelo
Antonio.
Sería
pintor.
Pedro
descubrió
po r
casualidad
esta secreta vocación
de su hijo.
Un
d ía
ent ró
en
la habitación
del
mu¬
chacho y
vio un m ontón
de papeles
enrollados. Eran dibujos.
No
son
malos dijo
a sí mismo en
reali¬
dad son más bien buenos. Sin pérdida
de tiempo se
puso
bajo el brazo el
rollo
de
papeles
y
fue
a
mostrárselos
a
Andrea di
Cione,
l lamado Del Ve¬
rrocchio.
maestro dijo He en¬
contrado estos dibujos de mi hijo.
¿Qué le
parecen?
Verrocchio los miró uno por uno,
con creciente interés, y finalmente
preguntó:
años
tiene
el muchacho?
Tráigamelo. Vendrá a vivir
conmigo y yo
haré de
él
un
gran
pintor.
Al
día siguiente, acompañado
de
su
padre, el joven
Leonardo
se dirigió
al taller
de
Verrocchio donde
entró
como aprendiz. No tuvo miedo ni
se
sintió
perdido.
A
decir
verdad, no se
encontró solo cara a cara con un
maestro
severo.
Un
grupo
de alumnos
lo acogió con ruidosas muestras de
simpatía. Eran
muchachos
de su
edad,
destinados ellos
también
a ser un
día
más
o
menos famosos. Los
mayo¬
res eran Sandro di
Mariano
Filipepi,
conocido m ás
tarde
como Sandro
Botticelli,
y Pedro Vannucci,
llamado
el
Perugino.
Entre
los más
jóvenes se
distinguían
Lorenzo
di
Credi,
Fran¬
cisco
Botticini y Francisco
di Simone.
8/20/2019 Leonardo Redescubierto Codice 1y2
21/52
Boceto para la Madonna con u n gato
d ib u ja d o p o r Leonardo durante
su
pr im era es tad ía en Florencia.
Florencia, la ciudad de las torres,
en
la é po ca d e
Leonardo.
Allí
vivió
hasta 1482,
fecha
de
su
part ida
a Milán, a la e da d d e 30 años.
En el inmenso
taller
lleno de
yesos
y
de
bloques
de mármol, con
mesas
en
las que se amontonaban
pinceles y
colo res, y
en
un
ambiente
de trabajo-
febril y
de
creación perma¬
nente,
Leonardo se sentía
feliz
junto
a sus compañeros. Realizaba
de buen
grado
las tareas más
humildes como
barrer el suelo,
lavar
los
platos, ma¬
chacar
las
tierras
de
color,
preparar
los colores, l impiar los pinceles,
ser¬
v ir de modelo para una
estatua de
David que esculpía el maestro.
Pero
sobre todo miraba, observaba,
imi¬
taba
para aprender pronto
y
bien.
Poco después
se le
asignó
la
tarea de
preparar
el estuco para los frescos,
luego la de trasladar al muro
los
dibujos realizados sobre
cartulinas y,
finalmente,
se le permitió tomar los
pinceles para
dar los últimos
toques
a las obras de
su maestro.
U n día
Verrocchio
encomendó
a
Leonardo que pintara
la
cabeza de
un
ángel en
un
gran cuadro que
re¬
presentaba
el
Bautismo de Jesús.
Una ve z terminada la
cabeza,
observó
el
maestro que el otro ángel, que él
mismo había pintado previamente, no
tenía comparación con el
de
su
joven
discípulo. Entonces, según algunos
de
sus
biógrafos, Verrocchio
quebró sus
pinceles como para
indicar que a
par¬
tir
de es e m o m e n to no
volvería
a
pintar.
A
ese
periodo corresponden
nume¬
rosos estudios
de Leonardo
sobre
la
figura
del caballo.
En
realidad,
Ve ¬
rrocchio
se