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LOS PROTESTANTES CON MENOS DERECHOS QUE LOS PRESOS DE ETA Guillem Correa Caballé Actualidad Evangélica, 28 de febrero El año en el que se cumple el 75 aniversario de la represión franquista contra el protestantismo, la España Constitucional sigue discriminando a los pastores protestantes. En el año 2012, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH ) condenó a la España Constitucional a indemnizar al pastor Francisco Manzanas por haber sido discriminado. ¿La razón? No aplicarle el mismo trato que se había aplicado a los sacerdotes católicos que, por diversas razones, no habían podido cotizar para su jubilación bajo el franquismo. Hay que recordar que hasta 1999 los pastores no estuvimos autorizados a cotizar a la seguridad social, para pagarnos la jubilación, y aún con restricciones. Todo comenzó cuando, después de muchos años de reclamar igualdad de trato por la razón ya explicada, los abogados del pastor Manzanas decidieron llevar el asunto a los tribunales obteniendo una respuesta positiva en un juzgado de Barcelona en 2005 -el pastor Manzanas ya tenía 79 años-. Pese a que el juzgado dio la razón al demandante, la autoridad competente prefirió negar este derecho obligando entonces al afectado a llevar la situación hasta el alto tribunal europeo. El alto tribunal europeo consideró improcedente el trato dispensado a dicho pastor, sentenció a su favor e indujo al acuerdo entre las partes -que finalmente llegó casi un año más tarde-. Dilación que se produjo sin tener en cuenta que cuando se tiene 87 años, como es el caso de Francisco Manzanas, una semana es una eternidad. Cabría esperar que, si España aplicara su Constitución a los protestantes, no hubiera sido necesario recurrir a los tribunales o que sus sentencias se alineasen lo más favorablemente posible con la Comunidad Protestante. Pues no. Ni a los pastores que ejercieron su ministerio durante el franquismo, ni a mi generación que empezamos en los 70 ni a las dos siguientes: la de los años 80 e incluso la de los años 90, no se nos aplica la sentencia Manzanas. El camino que nos queda a los afectados, para disfrutar de nuestros derechos, es reclamar judicialmente y esperar que antes de que tengamos 87 años se nos aplique una resolución favorable. Si las comparaciones son odiosas, hay algunas que todavía hacen más daño. En noviembre del año pasado el Tribunal de Estrasburgo "tumbaba" la llamada "doctrina Parot". Como resultado de esta sentencia, el Gobierno dejó automáticamente en libertad a todos los terroristas etarras que se consideraba que estaban afectados por esta decisión. ¿Por qué se aplica este automatismo a los etarras condenados y no se aplica a los pastores protestantes el mismo automatismo? ¿Por qué tienen más derecho los etarras condenados que los pastores a los que se nos ha negado nuestros derechos civiles durante más de 20 años de democracia constitucional? ¿Por qué cuando llegue a mis 65 años, si quiero cobrar el 100% de mi jubilación, tendré que seguir trabajando porque no me quieren aplicar dicha sentencia? -cuando trabajo desde los 17 años para la Iglesia Protestante-. ¿Cómo defienden y aplican mis derechos los que se llenan cada día la boca con la Constitución? ¿Constitución? ¿Qué Constitución? No para mí ni para los míos. PAZ Karl Barth, Instantes El Señor les dio paz en todos sus confines (JOSUÉ 21.44) No se encuentra la paz con experimentos de todas clases, no se le puede dar caza con todo tipo de conocimiento de la vida y del arte de vivir, ni con todo tipo de psicología y astrología, ni con todo tipo de educación y autoeducación, con todos esos hermosos cachivaches que tanto nos gustan. Con todo eso, en efecto, cabe imaginar leve- mente lo que sería tener paz. Y todo eso ciertamente se puede y se debe utilizar también cuando se ha encontrado ya la paz: igual que los niños, cuando los han llevado a su lugar, pueden jugar y juegan con provecho y ventaja. Lo que no resulta posible es procurarse paz con todo eso. ¿Por qué no? Porque para sabernos protegidos en la inquietud -para tener paz, por tanto- sencillamente debemos saber acerca de Dios. Y saber acerca de Dios sólo es posible a través de Dios. La información acerca de Dios ha de llegarnos por Dios mismo. El perdón de nuestros pecados y la vida eterna nos han de ser otorgados por Dios mismo. Y la condescendencia de Dios es algo que nos ha de suceder. Dicho brevemente: la paz nos la ha de dar Jesús. Y esto es precisamente lo que él nos dice. Precisamente esto es lo que podemos oír de sus labios: “Yo os daré la paz”. Podemos oírlo de él mismo, que es la condescendencia de Dios. Lo que él da es precisamente paz. Y aquel a quien él le lo que tiene que dar, tiene la paz.

Letra 361, 9 de marzo de 2014

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El año en el que se cumple el 75 aniversario de la represión franquista contra el protestantismo, la España Constitucional sigue discriminando a los pastores

protestantes. En el año 2012, el Tribunal Europeo de

Derechos Humanos (TEDH ) condenó a la España Constitucional a indemnizar al pastor Francisco Manzanas por haber sido discriminado. ¿La razón? No aplicarle el mismo trato que se había aplicado a los sacerdotes católicos que, por diversas razones, no habían podido cotizar para su jubilación bajo el franquismo.

Hay que recordar que hasta 1999 los pastores no estuvimos autorizados a cotizar a la seguridad social, para pagarnos la jubilación, y aún con restricciones.

Todo comenzó cuando, después de muchos años de reclamar igualdad de trato por la razón ya explicada, los abogados del pastor Manzanas decidieron llevar el asunto a los tribunales obteniendo una respuesta positiva en un juzgado de Barcelona en 2005 -el pastor Manzanas ya tenía 79 años-.

Pese a que el juzgado dio la razón al demandante, la autoridad competente prefirió negar este derecho obligando entonces al afectado a llevar la situación hasta el alto tribunal europeo.

El alto tribunal europeo consideró improcedente el trato dispensado a dicho pastor, sentenció a su favor e indujo al acuerdo entre las partes -que finalmente llegó casi un año más tarde-. Dilación que se produjo sin tener en cuenta que cuando se tiene 87 años, como es el caso de

Francisco Manzanas, una semana es una eternidad.

Cabría esperar que, si España aplicara su Constitución a los protestantes, no hubiera sido necesario recurrir a los tribunales o que sus sentencias se alineasen lo más favorablemente posible con la Comunidad Protestante.

Pues no. Ni a los pastores que ejercieron su

ministerio durante el franquismo, ni a mi generación que empezamos en los 70 ni a las dos siguientes: la de los años 80 e incluso la de los años 90, no se nos aplica la sentencia Manzanas.

El camino que nos queda a los afectados, para disfrutar de nuestros derechos, es reclamar judicialmente y esperar que antes de que tengamos 87 años se nos aplique una resolución favorable.

Si las comparaciones son odiosas, hay algunas que todavía hacen más daño.

En noviembre del año pasado el Tribunal de Estrasburgo "tumbaba" la llamada "doctrina Parot". Como resultado de esta sentencia, el Gobierno dejó automáticamente en libertad a todos los terroristas etarras que se consideraba que estaban afectados por esta decisión.

¿Por qué se aplica este automatismo a los etarras condenados y no se aplica a los pastores protestantes el mismo automatismo?

¿Por qué tienen más derecho los etarras condenados que los pastores a los que se nos ha negado nuestros derechos civiles durante más de 20 años de democracia constitucional?

¿Por qué cuando llegue a mis 65 años, si quiero cobrar el 100% de mi jubilación, tendré que seguir trabajando porque no me quieren aplicar dicha sentencia? -cuando trabajo desde los 17 años para la Iglesia Protestante-.

¿Cómo defienden y aplican mis derechos los que se llenan cada día la boca con la Constitución?

¿Constitución? ¿Qué Constitución? No para mí ni para los míos.

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El Señor les dio paz en todos sus confines (JOSUÉ 21.44)

No se encuentra la paz con

experimentos de todas clases, no se

le puede dar caza con todo tipo de

conocimiento de la vida y del arte de

vivir, ni con todo tipo de psicología y

astrología, ni con todo tipo de

educación y autoeducación, con

todos esos hermosos cachivaches

que tanto nos gustan. Con todo eso, en efecto, cabe imaginar leve- mente lo que sería

tener paz.

Y todo eso ciertamente se puede y se debe utilizar también cuando se ha

encontrado ya la paz: igual que los niños, cuando los han llevado a su lugar, pueden

jugar y juegan con provecho y ventaja. Lo que no resulta posible es procurarse paz con

todo eso. ¿Por qué no? Porque para sabernos protegidos en la inquietud -para tener

paz, por tanto- sencillamente debemos saber acerca de Dios. Y saber acerca de Dios

sólo es posible a través de Dios. La información acerca de Dios ha de llegarnos por Dios

mismo. El perdón de nuestros pecados y la vida eterna nos han de ser otorgados por

Dios mismo. Y la condescendencia de Dios es algo que nos ha de suceder. Dicho

brevemente: la paz nos la ha de dar Jesús.

Y esto es precisamente lo que él nos dice. Precisamente esto es lo que podemos

oír de sus labios: “Yo os daré la paz”. Podemos oírlo de él mismo, que es la

condescendencia de Dios. Lo que él da es precisamente paz. Y aquel a quien él le lo que

tiene que dar, tiene la paz.

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El cardenal Kurt Koch, Presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, ha repetido en una entrevista concedida recientemente al canal televisivo EWTN la tesis de que “no se puede celebrar positivamente la reforma protestante, ya que supuso una nueva división entre los cristianos, lo cual es trágico”.

El cardenal explicó que la expresión “evangélico” no debe limitarse al protestantismo, algo que ha sido una seña de identidad hasta ahora: “Por supuesto, todo católico quiere ser evangélico, en el sentido de que él no conoce otro fundamento que el Evangelio”, es el argumento de Koch (que olvida nombrar la Tradición y el Magisterio católicos). Y lo mismo ocurre con la expresión “ortodoxo”, añade para acabar de asumir para el catolicismo también el nombre de la Iglesia ortodoxa. Futuro del ecumenismo En la entrevista con Paul Badde, corresponsal en Roma de EWTN, el cardenal Koch habla de la evolución y las posibilidades futuras del diálogo ecuménico. El purpurado asegura que hay progreso en el diálogo con las Iglesias de Oriente y advierte de los nuevos desafíos del pentecostalismo, que es muy activo en Iberoamérica y África.

La entrevista también abordó el tema de la próxima reunión entre el Papa Francisco y el Patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, que tendrá lugar en mayo, en Israel. La primera reunión de este tipo tuvo lugar hace 50 años en 1964, cuando el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras se reunieron en Jerusalén y, poco después, se levantaron las excomuniones mutuas. (Protestante Digital, 6 de marzo)

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HHIIJJOO DDEE DDIIOOSS TTRRIIUUNNFFAA EENN TTAAQQUUIILLLLAA EENN EEEEUUUU

Este fin de semana se estrenó en Estados Unidos Son of God (Hijo de Dios), la versión cinematográfica salida de la miniserie La Biblia que triunfó en televisión el pasado año. El primer fin de semana ha sido satisfactorio para sus productores, teniendo en cuenta que han recaudado 25.6 millones de dólares,

colocándose como el segundo mejor estreno de la semana. La película se centra en la vida de Jesús y es la última superproducción basada en un

relato bíblico que ha llegado a la cartelera, pero no será la última en un año en el que se espera el estreno de Noé y Exodus. La película ha conseguido el respaldo del público, al menos durante su primera semana de exposición. Los espectadores parecen mayoritariamente conformes con un film que se acerca a la historia de Jesús siguiendo el relato de los evangelios. […]

Tampoco los medios evangélicos han recibido la película con mayor emoción. Christianity Today le otorgaba 2,5 sobre 4, expresando en la crítica que firma Kenneth Morefield que la película “no es una experiencia terrible pero tampoco es particularmente inspiradora ni entretenida”, enfatizando el problema que arrastra al ser una adaptación de un material para una serie y no haberse preparado inicialmente para su presentación en cines. (Protestante Digital, 4 de marzo)