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EL simple recuento de las obras' lite
rarias publicadas en e! curso deun año induciría a creer que lasuma de ellas es el paso preli
minar para decidir del auge o del recesoen que se hallan las letras de nuestro país.Sin embargo, aunque el número de títulosde autores nacionales se ha 'sostenidoanualmente con nada pronunciadas fluctuaciones, esto no significa que su calidad-o las cualidades que nos hacen ponderar el trabajo de nuestros con.temporáneos- se refleja de manera invariabley con similiar sentido. La produccióndesigual en los diversos géneros, las altasy las bajas que un mismo autor sufreen dos de sus obras temporalmente contiguas, la desproporción entre lo que salede plumas noveles respecto de las de escritores de otras generaciones, la intención de un escritor que se afilia -no siempre con un propósito preconcebido- auna determinada corriente y otros supuestos no menos advertibles hacen queuna novela, un libro de poemas o unapieza teatral sean apreciados con medidasno de! todo justas. Por tanto, revisar elpanorama de un año de literatura, cuando lo inmediato supone una rémora queal crítico no le es fácil dejar de lado,obliga a esforzarse por abordar el asuntocon el menor cúmulo de prejuicios y conlos mayores ánimos a fin de aplicar adjetivos que se correspondan con los librosconsiderados.
La cuestión se agrava si observamospreviamente que 1954 no ha sido, encuanto a méritos, pródigo en las letrasy, por lo mismo, resulta doblemente embarazoso el espulgar con optimista fervor en la mayoría de los autores reseñados. Es evidente que sobre esa mayoría hay escritores que cumplen con acierto el propósito que su oficio persigue,pero a la vez no es descabellado presentir que, entre quienes a nuestro juiciohoy no han sobresalido, hay algunos quetarde o temprano serán algo más quelas informes fichas aptas para enriquecertal "mayoría".
Acaso los poetas fueron los que mayormente ayudaron a despejar la aridez ymonotonía predominantes en nuestra literatura. A sus sorpresas, la prosa apenasrespondió con libros menos logrados, ysu calidad no siempre fue igualada porla novela, el teatro '() la crítica. Losjóvenes, más inclinados al verso que atrasmitir ideas, duplicaron sus emocionesy dieron a las prensas una cantidad apreciable de volúmenes.
POESTA
El desenvolvimiento de la personalidadlírica de Jaime Torres Bodet, desde unadolescel1te sentimentalismo hasta unafirme sentimentalidad, ha cruzado poretapas en que las diferencias llegan enocasiones a establecerse radicalmente.~orres Bodet cantó la alegría melancóItca del campo y la tranquilidad c1r lacasa. y al contacto de las "nue\'as" escuelas poéticas descubrió temas donde lomecánico entrega su óbolo a la par queel mundo vegeta!. Su último libro, Front~rc:;" salta ahora por encima de su poS1C10n antecedente y. si bien continúaciertas melodias soslayadas en libros anteriores, ci fra sus características en lav.inc~la¿ión de las emociones a expenel:c~a.s en que lo juvenil dejó el paso,defll11tlvamente, a una despiadada revi-
~ sión de la vida interior. Sin llegar a
Alfo1'lSO Reyes
Las
LETRASMEXICANAS
en
1 954Por Alí CHUMACERO
ser un "testamento", Fronteras marca,o debe marcar, el límite de la investigación expresiva. Tras de ese volumen,pasados los 50 de la edad, el poeta cruzala última puerta, reconoce su patrimonioy se dispone a manejar lo que la vida
Jailllc Torrrs Hodel
UNIVERSIDAD DE MEneO
le ha dejado. "El doble exilio", "Eternidad", "En la aduana", "Poesía", "Civilización", "La puerta", "Mar", "En un::!tumba de América", "Clínica" -poemaselegidos aquí por razones temáticas-no son sólo las páginas que todo escritordesearía escribir sino los testimonios quecomprueban que un poema es, al mismotiempo que una "cosa", un mundo en elcual descansa la imaginación. Las tentativas, los ensayos, los intentos, el riesgo de las búsquedas, encuentran al finel campo en que han de ejercitarse. Esto,que se podría llamar "madurez", no essino el ascenso a la última confidencia.la respuesta perentoria que a sí mismo;tarde o temprano, ha de darse el poeta.
Caso diferente es el de Octavio Paz.S emillas para un hi1'll1lO -concebido yresuelto de manera cercana a los procedimientos gratos al surrealismo- significa en su obra, a la vez que una aventura, un desacato contra la regularidad y,en cierta forma, contra el camino quehacía presumir la parte final de su último libro. Pero a un lector atento noescapará que, desde IRa'Íz del hombre(1937), Octavio Paz ha cimentado elvigor de su trabajo en la eficacia dela imagen. Pocos como él consagran talpasión a la furia, a la alucinación de lossentidos, a la fe en la palabra como mediode interrumpir el reposo de las cosas.y la imagen, que en un principio fuemetáfora o símil, en Semillas para un himno se convierte en todo un universo enemistado con la pereza del diario transcurrir. La técnica aplicada a la poesíase desvirtúa y pasa a ser, así, el descubrimiento de la poesía. Lo que erapreocupación conscirnte por el buen cuidado clel verso, por el adorno oportuno.se transforma en un brusco clesplomeelel intelecto. La razón misHla se enciende, la earclura pierde el equilibrio y elpoema es, por convicción propia, un atentado contra la formi'.. Con tales armas.Octavio Paz irrumpe, sin dejar caer unsolo momento su privilegiado júbilo por labelleza, en otro estaclio de su poesía.
Lentamente, José Cárdenas Peña se·evade de un mundo anegado en lo sentimental hacia la aprehensión del símbolopoético. Relall/G- del olvido es, con mucho,una !11uestra que supera sus libros anteriores. Sobre todos, el poema que da nombreal volumen. Ahí el poeta deambula, eligeel árido camino de la· elegía de su propiopaso, la contemplaci<'Jn del tiempo quefluye inútilmente pero del que no sesiente ajeno y, en instantes, salva un pocoele belleza, que es decir un poco de consuelo.
Es Correo lIocfurno el ~egumlo grupode poemas que ha publicado Jaime García Terrés. El hermano menor (1953)elenotó la cliversidad ele temas que tentaban a su imaginación. En Correo noctilma ya rlescubre imágenes CJue desborclan el calor. la pasió:l y el espíritu intranquilo del verclade1'O poeta. Nacla improvisado. García Terrés se aleja de lapoesía fácil que se con forma Con cantar1:1 "belleza" del mundo. y se apresta ahurgar por cuenta propia en el misterioque encubre el acontecer diario ele loshombres.
Todavía impreciso, sin apurar las múltiples influencias, el hispanomexicanoManuel Durán publicó la Ci:tdad asediada en que campea un espíritu afín a lassituaciones imprevistas y a las preferencias por formas líricas donde la libertad expresiva es paralela a un peculiarsentido de observación.
UNIVERSIDAD DE MEXICO
Tomás Díaz Bartleh reunió sus hastaahora más logrados poemas en Con displicencia de árbol. Canciones de ausenciase llama un bello libro de Luis Ríus. Porsu parte, José Pascual Buxó hizo Tie'/1ipo de soledad. Vicente Magdalena ensava certeramente la ironía en La se'manaociosa. Tufic Marón Rage comenzó conSombra en la sangre, acompañado debreves glosas del poeta español PedroGarfias. Versos y prosas poéticas sonlos Días santos de Héctor Azar. MaríaAmparo Dávila ratifica sus aptitudesen Perfil de soledades y M editacioncs ala orilla del sueño. Otro tanto hicieronConcha Mojica en Mirilla, Juana Meléndez de Espinosa en Rio sin orillas, yMaría Dolores Olivares en Revelac-ión.J osette Simó reaparece con un sentidolibro de Sonetos, y Margarita Michelenademuestra su personal sabor lírico enLa tristeza terrestre. De A. Silva Villalobos leímos Gajos de sombra, que esbozalaudables aciertos. Tres títulos -Ocultavoz, Anima Victrix, Sinfonía de la Revolución- juntó en un solo volumen Felipe Sánchez de la Fuente. Pleno de sentimiento y de sensibilidad, Othón LaraBarba imprimió su Blanco amor. Poemassociales forman el Haz de palomas de Horacio Espinosa Altamirano. Igualmentede protesta social es M adre del hombreele Hernán Laborde. i Tengo derecho allli muerte!, de Adolfo Anguiano Valadez, recoge versos revolucionarios. Salvador Cruz logra hermosos momentosen Imagen de tu voz y otros poemas.Crisanto Cuél1ar escribió un Canto lírico aFernando Ramírez de Agllilar, periodistadesaparecido no hace muchos años. Lospoemas provincianos de Aji tierra bajoel sol los escribió Tito Ortega. De JoséLuis González son Los tres caminos delslle1"io. Vicente Guerrero publicó Por laSerna infinita. Después de años de ausencia lírica. Fernando de la Llave retornacon Esclava de los .lucilOS. Arcadio N 0
guera editó Brújula de sueños. Teoríasavanzadas, en cuanto a la rima, aplicaJ osé Guillermo en Versos al revés de unha/ubre derecho. De Navidad, RamónGálvez regaló a sus amigos con Lal1i11a M oratín, y Herminio Ahumada conPax Animae. Este último también imprimió Sombra fiel. Más volúmenes depoesía: Visiones de Patmos, de SamuelAguilar Sarmiento; Rimas eróticas, der,uis Arvelais Pozos; Décimas a Dios(tercera edición), de Guadalupe Amor.
Angel María Garibay
JosJ Gaos
Tres antologías merecen recordarse: laque prolgó Julio C. Treviño, Artlología deMascarones; la que, bajo el signo de larevista Abside, presentó a Ocho poetasmexicanos; y la que del corrido nacionalpreparó Vicente T. Mendoz<l. La primera fue organizada con poemas de alumnos de la Facultad de Filosofía y Letrasde nuestra Universidad (entre otros, Jesús Arellano, Héctor Azar, Rosario Castellanos, Dolores Castro, Miguel Guardia,José P. Buxó, Margarita Paz Paredes,Luis Ríus, César Rodríguez Chicharro,Jaime Sabines, Tomás Segovia y Celedonio Serrano Martínez), y la segunda-aparecida con fecha 1955- con composiciones de Alejandro Avilés, RobertoCabral del Hoyo, Rosario Castellanos,Dolores Castro, Efrén Hernández, Honorato Ignacio Magaloni, Octavio N 0
varro y Javier Peñalosa. La última -Elcorrido mexicano- es una recopilaciónpresentada con gusto y con orden literano.
Entre los extranjeros radicados en México, el mejor libro fue U. Z. llama alespacio del colombiano Germán PardoCarcía.
NOVELA, CUENTO, RELATO,RECUERDOS
Li'. novela mexicana no se familiarizatodavía con el empleo de técnicas avanzadas, provenientes por lo común de lasliteraturas de lengua inglesa. El procedimiento que suele adoptarse es el tradicional, consistente en no hacer violencia contra el t;empo ni cortar escenasen n11 punto pi'.ra después, páginas adelante, \'olver sobre la acción. En La cruzdel Sureste, en cambio, Alberto Boni fazN uña se arriesga a relatar distintosargu111ento~ en varios planos, a interrumpir y a insertar capítulos, sin menoscabode la unidad de la historia. Bien planeada,bien escrita, esta novela clestaca entre lasproducidas durante e! año.
A la vez que !a literatura, RamónRubín se interesa por describir en sustextos la vida primitiva de las comunibdes indígenas. J_a hrulna '0 vnelvecZlJf es un relato anovelado que pone demanifiesto, al correr de la acción, las normas sociales persistentes en los gruposhuicholes que habitan una vasta regióndel país. Escrita con efectividad, logracolmar sus propósitos.
Recuerdos de infi'.ncia ayudaron a Sergio Magaña a escribir !,-l molino de aire,su primera novela. BIen contado, apoyándose sobre todo en el diálogo, el argumento asocia la sencillez y los buenosmomentos. Alberto Quiroz, en El pro-
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fesor MentholáthulIl, recoge sus experiencias escolares y denuncia muchas delas aventuras en que tomó parte durantesu infancia. Con seurlónimo (Santos Caballero) y amenidad, Manuel Toussaintescribió Las aventuras de Pipiolo en elbosque de Cha.plll!e/,cc Patricia Cox editó el BatallólI de Sall Patricio, basada.en acontecimientos de la il1\'asión norteamericana que padecimos hace poco másde un siglo. Archibaldo Burns se iniciócan una bien desa rrollada novela corta,Fin. . .. , que anima :1 l'spnar ele él lamadu ración de un eseri tor. 01 ra novelacorta es Lilus Kilnts, de Elena Poniatowska, muy ,celebrada por la crítica.Una historia sucedida l'n el trópico de!Golfo de México publicó Manuel González Calzada con el título 42 qrados a lasombra,. Miguel Angel Cevallos, sin apartarse de sus reflexiones filosóficas, editó Un hombre perdido ell el universo.La Revolución mexicana dió motivo aotra novela, ¡Canchola era de a caballo!de José Valdovinos Garza. Novela breve,casi capítulo de memorias. es Pr·imavera1nuda del hispanomexicano Tomás Segavia. 1<rancisco L. Urquizo no olvidósus temas predilectos en Viva Madero.María Luisa Ocampo, además de publicarcon Salvador Ortiz Vielales una Guía,de bibliotecas en el Distrito Federal, aumenta su bibliografía con Ha 'muerto elDr. Benavides. Rodolfo Benavides recreó las memorias de un espíritu enRumbos humanos. Relatos novelescos hayen La barca de oro de Guillermo Heimpel. Se dió a conocer el Sarape blancode Ralph Bell, y Erasmo Ancira publicóChóquim c01n-a-mújie, el tumbador deestrellas. Hermosa es la edición de DoñaBárbara, del venezolano Rómulo Gallegos, editada en México en ocasión de los25 años del libro y de los 70 de su autor.La más notable novela de escritor español en México es Las buenas intencionesde Max Aub.
De Los días enmascarados de Carlos1<uentes se dijo y escribió más que de losotros libros en prosa. Aficionados y profesionales de las letras emitieron opiniones sobre este j oven escritor. Suscuentos fueron comentados con la mismapasión que si se tratara de :ma obr,ade didáctica literaria o de desatmos pohticos. Aunque todos concuerdan en "10bien escrito", los desidentes han exigido al autor el abandono. de lo ~ue es,por definición, la tendenCIa que el pre-
Juslino Terl1állr/r.:
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fiere: la de la fantasía, que se solaza enhermanar realidad e imaginación, condetrimento de la responsabilidad de!literato ante la sociedad. El que e! primer libro de un joven haya suscitadotanta curiosidad revela que se trata de unverdadero escritor. Para mí, la debilidadde L.os días enmascarados subsiste precisamente en eso que su título descubre.Frente a los hechos que relata, hay demasiada "inteligencia", apoyada en la precisión y en la abundancia de lugares pococomunes. Pero, a la vez, sus páginas comprueban la auténtica voluntad de quienhurga en el secreto literario de los acontecimientos que preocupan su pluma. Laclaridad de las influencias, imperiosas entodo autor reciente, dejará franco el paso al resuelto escritor que ya empieza aser Carlos Fuentes.
En El ardiente verano, Mauricio Magdalena recoge algunos cuentos escritosen otras· épocas, donde reelabora temasdel bajo mundo de nuestra sociedad, lomismo de la capital que de provincias.Magdalena los sabe contar con sabor literario. Acaso el último de ellos, ViernesSanto en 1xtapalapa, sea el que mayormente justi fique la publicación de El verano ardiente.
A la invención, Emmanuel Carballoagrega la ironía y, cuando es oportuno,cierto espíritu rebelde que presta elsingular tono de su Gran estorbo la esperanza. La brevedad de Las ratas y, otroscuentos, de Guadalupe Dueñas, no impide decir que la autora dispone del sentido orientador que la hace entrar diestramente en el tipo de relato que ha preferido. Verna Carleton de Millán publicópáginas de interés bajo e! título La nlUjer que quiso ser infiel. Los Cuentos deindios de Ramón Rubín se unieron porla semejanza de los temas ahí desarrollados. Nos sorprendió Ermilo Abreu Gómez con su San Francisco, escenas a lasque no es ajeno lo puramente lírico.Mientras Artemio de Valle Arizpe hacíala segunda edición de Por la vieja calzada de Tlacupan y publicaba sus Papelesalllarillos, Angel Bassols Batalla, parafinalizar el año, terminó con unos Relatos '/l/,exicanos. Con una advertencia deJosé Vasconcelos, se hizo la reedicióndelos Cuentos macabros de Alejandro Cuevas. Hondura psicológica hay en El fosode F. A. Marín. Genaro Alamilla A. hizopúblicas unas Carta·s a mi sobrino seminarista, .Maravillas de un colmenar esun cuento infantil de Blanca Lydia Treja.En Almas atorlllentadas, Marín RamosContreras concilió su novelas psicológicas. De Elías Kesselbrenner se dió aconocer la serie El pingo en el trópico.El peruano Manuel Mejía Valera juntócuentos, pensados con malicia, en La evasión. Finalmente, el español Ismael DiegoPér~z, después de redactar un Cantinflas,gema del hUl1wr y del absurdo, publicóNm'raciones y leyendas, y Max Aub nosdió textos de buen sabor lírico en Algunas prosas.
Otros libros de ficción, más o menoscercanos a la realidad, son La tierra sinDios de Concha Villarreal. Los alambrados, de Luis Córdoba, a quien inspi róla emigración de los campesinos mexicanos a los Estados Unidos. Juan Cercasd.e Juan Becerra González, Sola de MaríaJosé de Chopitea, y Sala de espera" amenas escenas nacidas de la práctica de laDftalmología, ciencia de que es profesio'nal Teódulo Manuel Agundis.
Alfonso Reyes hizo un pequeño volumen con el príncipio de sus memorias,
Ortal'io Pa.~
111(/.'1: AllV
Carlos Fuentes
UNIVERSIDAD DE MEXICO
un primer capítulo de evocación familiarque permite a su magnífica prosa reconstruir amorosamente los orígenes del escritm' en la provincia natal. Los recuerdosremotos, aquelIos que podrían parecercasi impersonales pues son comunes atodas las infancias, cobran en Reyes elrigor de la precisión y se alzan, comotodo lo que esa pluma toca, a la mayordignidad literaria. Parentalia se llamael libro, y es ya un prometedor esbozo delo que será una obra fundamental entrelas muchas que ha escrito el ilustre polígrafo.
Apareció la segunda edición de un hermoso libro, Un ni17ío en la. Revoluciónmexicana, de Andrés Iduarte. GuillermoContreras se refirió a Silvestre Revueltas, genio atormentado. José Juan Tablada en la intilllidad, de Nina Cabrera deTablada, nos da una imagen del creadordel jaikái en México. La biografía Gabriel Le,,¡,va 1,ozano la escribió ErnestoHiguera: Ermilo Abreu Gómez rememora afanes infantiles en el tomo ·inicialde su autooiografía titulado La del albasería . . " con prólogo del chileno Ricardo A. Latcham. Realidades y deseos quenada tienen que ver con la infancia conformaron el libro Guatemala, genio y fi.01lra, de Fedro Guillén. De José AntonioSaldívar F. son las semblanzas y anécdotas de Chapingo: Siete 'veranos entreparéntesis. El Lázaro Cárdenas de William C. Townsend, biografía de intenciones progresistas. fue traducido al español. Diego Córdoba ordenó un Miranda, soldado del infortunio, además depublicar anteriormente una Presencia :vpoem.as de Juana de Ibarbourou, y MateoHernández Barroso recordó anécdotas ehistoria de Madrid en El oso y el 11W
droíio.
TEATRO
Pocas obras de autores nacionales fueron llevadas a escena y menos aún seeditaron. De El solterón, de Xavier Villaurrutia -que no fueinduido en su Poesía j' teatro colllpletos-, se hizo una edición correcta. Rafael Solana publicó, Lasislas de oro. La consabida sapiencia literaria de Juan José Arreola renace enLa hora de todos, un acto no exento decrítica social. Las cosas simples es unaprometedora obra de Héctor Mendoza.Sergio Magaña reaparece, aprovechandoun tema de importancia nacional e histórica, escribió su Jt,foctezuma 11. Fueeditada en revista y puesta en escenala Escuela de cortesanos de vVilberto Cantón. Alfredo Pereña hizo una comedia entres actos: La escoba verde. De regreso ala literatura, esta vez con una obra teatral, Bernardo J. Gastélum publicó unapieza en tres actos: Castillos en el aire.El español SinduIfo ele la Fuente aprovechó los años que vivió en Madrid pararevivirros en El Ruedo de Calatrava.Una paráfrasis de Mácbcth o el asesinodel sueíio, anteriormente llevada a escena,nos dió en 195-1- el poeta León Felipe.Del teatro traducido, nada igualó a Ana"la Valor", del alenián Eertolt Brecht.
En 195-1- se lleva ron al cabo, nutridaIllente, los primeros concursos de autoresy de grupos teatrales elel Distrito Federal y ele provincias, bajo el patrociniodel Instituto Nacional de Bellas Artes.En el primcTo, la mejor obra fué De~
pués, '/lada de Carlos Ancira, y obtuvieron merecida mención Los mios deprueba de María Luisa Algarra y El juicio de AH redo Pacheco Buenrostro. En
I
UNIVERSIDAD DE MEXICO 11
tonio Peñalosa recogió la obra completadel autor en Frallcisco GOllzó/e.i:. BocalIegra, S/t vida 3' SI/. obra, y la precedióde un estudio que ordena los clatos conocidos y agn'ga los que habían permane-cido furtivamente en la tradición familiar del poeta. Además ele publicar sudiscurso ele entrada en la Academia Mexicana ele la Lengua. Al fonso MéndezPlancarte revaloró acuciosamente a Sal7'ado'r Díaz .11 iníll, poeta V a.rtífice. Conel titnlo ,Ilfollso J<eyes, ni.le~tro máximoescritor fue motivo de un e~tudio departe de Luis Garrido. Lo~ nlriados aspectos dl' la obra de ]{e)"('s son considerados ahí con juicio t' información.:\lgo de !l'oría literaria y de ensayo critico contiene la Tcoría dc la palabra ele.1 osé López Bermúdez. Nota~ bibliogril'ficas v obsl'1'vaciol1('~ relatil'i" a las Ietras r¿'lllle Manu('1 Conzftkz Calzaela enIlolllbres '\' libros. ].a tncera ~l'1'ie deen~ayos d~ Olidas cortas es <k I'~duardoI.uquín. Prt'parados pOI' Andrl's Henestrosa, aparecieron dos folkto~: Del 1170
vimiellto literario eJl I\léxico de PedroSantaciJia, y d Allnl.1I1 futugráfico eleHilarión Fl'Ías y Soto. La prinlL'l'a y única edición anterior de la IT~('ña de Santacilia es eh: 1868; d Albullt fotográficoestá tomado cid periódico l.a Orquesta.asimismo del año 1868. L"onardo Pasque\ compiló, prologó y comentó lasdispersas Prosas de Salvador Diaz Mirón. Como tesis para recibir el grado demaestra en artes en español -en la Escuela de Verano de nuestra Universi·dad-, Carril' OdeH Muntz publicó, enreducida edición. Luis G. Urbiua, cronista. A la vez hizo una cuidadosa se·lección de las Crónicas crollláticas queese ilustre poeta mexicano entregaba periódicamente al diario El Universal, de1924 a 1930. En esta selección, CarrieOdell J\1untz incluye una crónica queUrbina escribió a propósito de Las ca··lles de México de Luis González Obregón. Es uno ele los pocos .textos en. queel autor habla de su Origen hUl11tlde,que no siempre gustaba de reconocer.Martín Luis Guzmán publicó su discurso de entrada en la Academia Mexicanade la lengua: A punte para ulta persoJlalidad. Salvador D'íaz Mirón 110 fue unasesino es un alegato de Gabriel Cházaro. Radiografía y disección de SalvadorDíaz Mirón lo escribió José Carrillo.Otr~ tesis -de maestra en letras- sonr.as heroínas de la novela 11/e-ricana del~'iglo XIX de Teresa Rulfo y de 1\osenzweig. Comprende desde los personajesde Fernánde,' de Lizardi hasta los deMariano Azuela. Jesús Za\'ala prologóy anotó ~oesía, teatro, (>1'0.1'0: epis:olm'iodesconoCIdos de Manuel Jase Othon. Sereeditó -en la Biblioteca del EstudianteCniversitario-. con introducción deFrancisco Monterde. Gra'/lde:::a l1/.exiwna y fragmentos del Siplo de Oro :v elfjernardo de I3ern::¡"c1o ele Balhuena. María Edmée Alvarez mostn') la lengua eS.haiiola o través de se/crtos autores 111exicanos. El problema (k f.l libro .\' ladifusión cultural en México fu" trata·do por Joaquín Almendro~ Jilllénez con~;uf¡ciente conocimiento de cau~a. CarlosBlanco Aguinaga preparó un porl11('1]orizado e inteligente estudio sohre [j 1/0
muna, teórico del lenguaje. En su Brevehistoria del 1II0dernisl1/o. editada C'11 México, el dominicano Max HenríquezLJreña se refiere con abundancia a losantecedentes y al florecimiento de es:!escuela literaria en nuC'stro país. Conlógica e información. d arg('lltino Enri·
HUEVA EDICiÓN: PO«
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MEXJCOPONDO DE CULTURA ECONONJCA
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BIBLIOGRAFIA
MEXICANADEL SIGLO XVI
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tal modo al autor del Fausto, que en finde cuentas conciben una imagen sospechosa de fidelidad a la persona y a suscostumbres. Como "Goethe era un poetade la experiencia inmediata", Reyes prefiere seguir sus pasos, en la vida y en laobra, y encontrar el justo medio en queel escritor de su tiempo es, paralelamente, el hombre afín a su época. Otros libros de Alfonso Reyes fueron las reediciones de El suicida y El cazador, yla aparición de la segunda serie de M~arginalia.
Con el segundo tomo de la Historiade la poesía náhuatl, Angel María Garibay K. -ingresado en 1954 en la Academia Mexicana de la Lengua- termina la publicación de esa extraordinariaobra. En algunos aspectos, es un librofundamental que viene a dar por terminada la latente discusión acerca de laexistencia o no existencia cle nuestra literatura precortesiana.
Con oportunidad del centenario ddHimno Nacional mexicano, Joaquín An-
el concurso de provincias, al que concurrió la mayoría de la Federación, resultaron premiados: Héctor González Morales, de Saltillo, Coah., por la direcciónde La muje1' legítima de Xavier Villaurrutia; Jorge VilJaseñor como autor, conUI/a mujer para la lluvia; como grupoteatral, el Círéulo Artístico Literario deMartínez de la Torre, Ver., dirigido porNemesio de la Torre, con la obra Bajola luz de las estrellas,. Lourdes Valdés,de SaltilJo, Coah., como la mejor primeraactriz (en la Sara de J,a mujer lrgítimadirigida por González Morales); Salvador Domínguez, del estado de Veracruz,como primer actor (en el Carlos de Dosboletos para México).
Luis G. Basurto y Carlos Solórzanoestrenaron obras. El primero, la piezateatral Toda una da1'l'lG, y el segundo Elhechicero. El Teatro Universitario obtuvo dos éxitos con Seis personajes enbusca de autor de Luigi Pirandello, vEdipo de Sófocles. Se repuso La carrt~d~ cristal de Francisco Monterde. El premIO que anualmente otorga el diario ElNacional, correspondiente a 1953. se entregó a Luisa Josefina Hernández. pOI'Botica Modelo que también fué llevadaa escena. Otros estrenos dignos de atención: La casa sin ventanas de Julio Guzmán, Luces del crucero de Blanca de Retana, La M oiiitos de Chouchette Torres,La ilustre cuna y Debiera haber obispasde Rafael Solana, Susana y los jóvenesde Jorge Ibargüengoitia, Frontera juntoal 'IIwr -escenificación de la novela conel mismo título- de José MancisidOl',El hacedor .de dioses -basado en uncuento de Francisco Rojas Gonzálezde Barbachano Ponce.
Es de notarse el empeño que una casaeditorial ha puesto en imprimir librosdidácticos relacionados con las artes teatrales. El estudiank no sólo confiará enlas lecciones del maestro sino que tendra la oportunidad de conocer directamente lo que se ha hecho o se hace en elextranjero. Finalmente, digamos que Armando de María y Campos. crítico deesta clase de actividades, editó La Virgenfrente a las candilejas o El teatro guadalupano, y sus crónicas periodísticas -de19-1-6 a 1950- en El teatro está sie111.preen enslS . ..
Por razones tipográficas y bibliográficas, fue un acontecimiento la reediciónde la Bibliografía mexicana del sigloXVI de Joaquín García Icazbalceta,notablemente enriquecida por Agustín Miliares Carla. La primera edición (1886)es, por su rareza y composición, una joyade nuestra bibliografía. Icazbalceta describió en eIJa 118 impresos, número queMillares Carla -aprovechando investigaciones propias y de otros estudiososhace ascender a 180. Además, MillaresCarla completa el enorme acervo de datos que acerca de la imprenta en Méxicoempezó a reunir Icazbalceta a partir delaño 1846. Con este volumen, el Fondode Cultura Económica celebró los primeros 20 años de su fundación y quisoasí rendir homenaje a la imprenta mexicana.
Ni crítica ni biografía escueta haceAlfonso Reyes en su Trayectoria de Goethe. No pres'enta tampoco un Goetheabstracto, ajeno al mundo de su tiempoy, de otra parte, sus propósitos tambiéndesdeñan esa tendencia que, por desquite, lleva a los críticos a "humanizar" de
BIBLIOGRAFIA, CRITICA
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que Anderson Imbert, en su Historia dela literatura lúSpanOCfI'l¡.ericalla, incluyelas letras mexicanas desde sus orígeneshasta los momentos actuales. Se impri··mió una segunda edición de un importante libro, Las corrientes literarias en laAm.érica hispánica, de Pedro HenríquezUreña. Otro volumen de Max Aub fueLa poesía rspaiiola contemporánea, redactada con juicios que no son los quecomúnmente se aceptan acerca de los poetas de las generaciones maduras en laPenínsula.
Entre los escasos libros dedicados alas artes plásticas, s'eñalaremos cuatro,que salvan ai rosamente esa especialidaddurante el año: Coatlicuc oe J ustinoFernández, La catedral }' las iglesias dePuebla de Manuel Toussaint, La arquitectura de M hico en el siglo XVI dePablo C. de Gante, y El grabado enmadera de Paul W csthehn. Este últimodedica dos capítulos a estudiar el grabado en México y las técnicas de estampado precortesiano.
Admirable por su información, por elorden como fue concebido y por la amenidad con que está escrito es el vastoestudio La música en la cultura. gricga,de Adolfo Salazar.
HISTORIA
Como es costumbre, la historia aportó numerosos títulos en tocios los órdenes. Sólo enumeraré los sobresalientes.Con prólogo y notas cle Manuel González Ramírez se juntaron los principalesPlanes políticos :v ot1'OS documentos dela Revolución mexicana. Un Anecdotariode la Revolución publicó Justino N. Palomares. Tiempos pasaoos recordó J.Andrés Lara en Prisioncro de callistas 'V cristcros. Nuevamente, Eulalia G'uzmán retorna al tema que ha colmado sus satisfacciones antropológicas ehistóricas al reunir Pntebas JI dictáme11.es.sobre la autenticidad dc los restos deCuauhtémoc. Un análisis de las ideas auese movían en torno a la Independen~iamexicana constituyen las Imágenes históricas de Hidalgo, de Juan HernándezLuna. Con el nombre general Figuras }'Episodios de la Historia de M hico, Alfonso Trueba 'Urbina escribió sobre muchos temas: Hernán Cortés, los jesuítas,Gastón de Raousset, etc. Pablo C. Moreno nos dió una Galería Heroica de M hica. Con prólogo de Guillermo Iban'a, J esús Romero Flores publicó México, historia de lino. gran ciudad. Leopoldo Lara Torres se arriesga a dar a conocerimportantes Documentos para la historiade la prrsccllóón religiosa f1t M hico. DeRamón Mencloza Meclina es Contorno dela historia dc Yucatán. Se imprimió unaedición cle A s·í fuc Iuárez, cle Pablo Prida Santacilia. Alfonso Caso hizo una Interpretación del Códice Gómez de Orozca. Apareció una interesante C,'óllica dela aventura de Rouset- Boulbon en Sonora, por Horacio Sobarzo. La importante Biblioteca Talisciense sólo editó unlibro, correspOJ;diente al número 12 de lacolección: Hidat.r¡o, el joven teólogo; Anales de la vida del Padrc de la Patria, cleAgustin Rivera. La historia, la sociologby la filosofía se clan la mano en La génesis de la conciencia libcral en México, deFrancisco López Cámara, que hace el análisis de las ideas corrientcs durante laépoca de nuestra Indepcndencia. DonM elchor Ocampo, reformador de M éxico es un documentado estudio de JoséC. Valadés. Hasta el año 1946 se extien-
de el Compendio de historia de. NIéxicode José Bravo Ugarte. El destmo y lahistoria de Luis Terrazas es el tema de, .. y México se refug·ió en el dcsiertode José Fuentes M~res.. .'
Más libros de hlstona y de CienCIasafines: Fray Juan José de la Cruz y Moya, Historia de la sa·nta JI apo~t~lica pro'¡;incia dc Predicadores de M eX1CO en laNueva España, con introducción de Gabriel Saldívar. Segunda edición de lasCrónicas de M'ichoacán -para la Biblioteca del Estudiante Universitario-, conestudio preliminar de Federico Gómez deOr02co. Segunda edición de las Relacioneshistóricas de Carlos Sigüenza y Góngora-también para la Biblioteca del Estudian-
Héctor Mendo:::a
El/lilio Obl'egón
(Fotografías de Ricardo Sala:::ar)
te Universitario-, con prólogo de Manuel Romero de Terreros. Pedro de AIvarado, Relación hecha. a H ernando C01'
tés, en que se refiere las guerras y batallaspara pacificar las provincias del antiguoreino de Goathemala. Se hizo una ediciónde la Historia antigua y de las culturasaborígenes de México, de Manuel Orozcoy Berra. La cultura y la historia prehispánicas d·e una región mexicana, La Mixteca, fueron excelentemente estudiadas porBarbro Dahlgren de Jordán. De JustoSierra O'Reillv, Marte R. Gómez prologó el Segundo libro del Diario de miviaje a· los Estados Unidos (La pretend'ida cesión de la península de Yucatán aun ,rJobierno extranjero). La organiza-
UNIVERSIDAD DE MEXICO
ción uremial en la Nueva' España, deb ,
1521 a 1861, cs estudiada con acoplOde documentos por Manuel Carrera Stampa en Los gremios mexicanos. Esta notable monografía está prologada por el sabio español Rafael Altamira.
FILOSOFIA, OTI-(OS LIBROS
Las ideas siguen siendo en Méxi~oasunto de profesores; cuando no empe.node impreparados. La falta de estudJ(:~s
sistemáticos da oportunidad de emitir Opiniones -en mesas redondas y conferencias- acerca de temas cuya discusión,se supone, debería fundal~~ntarse en ~o
nacimientos menos superfICIales. MarXIStas y existencialistas, que en nuestro paísno se han puesto de acuerdo en nada, .sonquienes mejor pasión ponen en poler~llzar
por medio de la prensa o en discutir enla tribuna, mientras los profesores se alejan a la grata compañía que les deparael aula universitaria. El existencialismo,que debería ser una actitud, se convierteentr·e nosotros en un sistema de fórmulasaplicables a cualquier cuestión de índolecultural, y las ideas de J ean-~aul Sar~rea que se ha acogido la mayona de la JUventud sostienen y dan pábulo a muchasde sus intervenciones públicas. Algo es,sin embargo, que hoy los jóvenes defiendan con ideas lo que, tarde o temprano.demostrarán con su obra literaria.
La Universidad, por supuesto, es elnúcleo casi único donde se cultiva la filosofía. 'Uno de sus profesores más illls-
d.. 1
tres, José Gaos, aban ona p.rovISI?l1a.-mente la cátedra para orga111zar ltbrosque mucho nos enseñan acerca de la situación de las ideas en nuestro país. Elaño 1954, publicó la Filosofía mexicanade nuestros días seri·e de ensayos en torno de libros y personalidades. de los. últimos lustros. Otro libro senctllo, onentador es el del norteamericano PatrickRom~nel1, La formación de la mentalidadmexicana (1910-1950). David N, Arcemedita Sobre lo existencial 'V otros iS1101.0s.De Luis Abad Carretero, -tuvimos Unafilosofía del instante, en que discute temas fundamentales de la época contemporánea. De Luis M. Altamirano, enotras tendencias, se editaron Panegíricosy sermones, y Antonio Gómez Rob1e.dodió a conocer su traducción de la Et~ca
nicomaquea de Aristóteles, a la que p~so
un amplio prólogo que es una maCIzaintroducción a algunas de las ideas aristotélicas. En esta sección de filosofía,cabrían también algunos libros reseñadosarriba. Por ejemplo: La génesis de laconciencia liberal en México de LópezCámara, y las Imágenes históricas deHidalgo de Hernández Luna. ,
Con datos desconocidos, FranCISCoCuevas Cancino abordó un tema de singular interés para Hi,:panoamérica enRoosevelt y la Buena Vecindad. Variosautores se juntaron (Arturo García Formentí, Mauricio Magdalena, SalvadorAzuela, Pedro de Alba, Miguel AlvarezAcosta, Luis Noyola Vázquez, AlejandroQui jano, Esteban Baca Calderón, etc.)en El Evangelio de la Patria. La industrialización de México atrajo a ManuelGermán Parra. Guillermo Ibarra publicóun discurso, Dos revoluciones: dos C01'IStituciones. Del ex Presidente de Guatemala Juan José A révalo se reimprimió t'nMéxico un acusador estudio, Guatemala,la Democracia y el Imperio, en que haceconsideraciones sobre la "mala vecindad",determinante en la caída del Gobiernoprogresista de su país. Temas parecidosson los de Auscultación hispanoamericanrr.
UNIVERSIDAD DE MEXICO "
del costarricense Vicente Sáenz. RómuloGallegos reunió en volumen un. grupo desus prosas dispersas, con. el tttulo, Unaposición en la vida. El, literato ~0~11l110Gallegos demuestra aqUl sus convl~~lOnes
y sus experiencias en la lucha polItlca.
NOTICIAS VARIAS
El año estuvo nutrido de conferenciassobre temas culturales. Jaime Torres Bodet disertó en El Colegio Nacional acercade Stendhal, Dostoievski y Pérez Galdós. La Universidad preparó un ciclo conel título general Los Grandes Temas deNuestro Tiempo. Tomaron parte, entreotros, José Gaos, Octavio Paz, Wenceslao Roces, Pablo González Casanova, Alberto Barajas, José Pascual del Roncal,Carlos GraeH ... La Universidad tambic:n. en el aula mayor de El Colegio de
(1';1'111' de la I'lÍ!I, 2)
111su1a1'oidad.
Circunstancias v hechos diversos.que no hemos sa'bido o no hemospodido conjurar, har..llevado a nuestra literatura a una sitüación de insularidad, de aislamiento' en el concierto universal de la cultura, incompatible con el desarrollo y lamadurez que ambicionamos. Enprimer lugar, debe mencionarse unacircunstancia puramente externa alas letras, y de orden político y económico, que ha contribuído a crearesta situación. Recibe el nombre de"barreras aduanales". las que sibien están encaminadas a protegeraspectos fundamentales de nuestraeconomía, redundan en perjuicio denuestra cultura. Salvo contadas excepciones, no podemos vend~r, sinriesgo de pérdida, nuestros hbros alos países extranjeros -que necesitan divisas disponibles de dólarespara poder pagarnos-, y sólo podemos comprar libros extranjerossi dejarnos salir nuestros pocos dólares y pagamos altos impuestos ycomisiones a los distribuidores y libreros. Con esto protegemos indudablemente nuestra propia industriaeditorial y de paso nuestra economíageneral. Pero el hecho es que, además de recibir el daño de estas coacciones externas, por propia iniciativa, cerramos aún más nuestromundo con un violento afán nacionalista, con un ciego orgullo que noslleva a proclamar, en todos los tonos y en todos los órdenes, la sup:emaCÍa de lo nuestro, y aun nos 111
duce a desestimar cualquier juicioexterno que contradiga nuestraexaltada patriotería.
Hemos llegado así a la organización de un pequeño universo privado que, para nuestra república delas letras y las artes, cuenta con suspropios mitos, con su propia tablade valores y de rangos, a los que no
México, ofn:ciú otra serie sobre la literatura fantástica en la Argentina, conJuan José Arreola, Enl111a Susana Speratti Piñero y Ana María Barrenechea. Conmoti YO de la sexta feria del libro, Alfonsol~eyes inició -hablando acerca de Juan]~uiz de Alarcún- otro ciclo de conferencias, que remató José Lnis Marlínez conun texto sobre Femández c!l; Lizardi.
En los diarios, ]~osa Castro y ElenaPoniatowska publicaron entrevistas conescritores, Grandes fiestas se ce!l;braronpor los 70 años de León Felipe y deRómulo Gallegos. La Nueva Revista do:F'ilología, Hispá1lica, qne publica El Colegio de México. recordó -con un número especial- la memoria de AmadoAlonso, que fuera director <le esa publicación. En su librería, Emilio Obl-egól~
organizó periódicamente cocteles en honor ele escritores, por distintos motivos:la aparición de un libro, un ingreso en
LEALTADA LA
TRADICIüNdudamos, incluso, en darles un alcance universal. Hemos renunciadopues, fatal y ~oluntariamente, a unacirculación universal, con sus riesgos y sus consecuencias, porque sentimos que es más cómodo ser nosotros nuestros propios jueces y porque nos bastamos a nosotros mismos. Pero ocurre, un día u otro, quede fuera nos llegan voces tan clisonantes como autorizadas, que descubren nuestro error y echan portierra nuestros queridos mitos. Yocurre también que los valores quehemos declarado universales sólo loson para nuestro cerrado universo,pues todos, fuera de nosotros, losignoran.
Padece ciertamente nuestro orgullo siempre que incursionamos fuera de nuestra corte; de ahí que meparezca tarea imprescindible e inmediata la de procurar tanto esaconfrontación de nuestras obras conlas de la comunidad universal a laque pertenecemos, como en generalel restablecimiento de una doble corriente, hacia fuera y hacia dentro,de nuestra cultura.
No es ésta la ocasión para analizar con detenimiento y profundidad la cuestión relativa a si es unhecho <') no que nuestra cultura, y enespecial la literatura, haya alcanzado ya una autonomía, una plenitudv una madurez. La impresión de;l1UChos, que comparto, es de que estamos justamente en el umbral deesa madurez. y con ello basta parael presente objeto. Pues bien: si esamadurez o principio de madurezexiste, una de las principales pruebas que su verificación nos exigees la de someter nuestras creacio--
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la Academia Mexicana de la Lengua, 'Ia\'isita al país de un escritor extranjero.dc. Finalmente, señalemos una películacinematográ fica, Raíces, que b,Lsa sustemas en cnentos tomados de El dioserode Francisco Rojas González.
Tal es el resumen, a muy grandes rasgos, de lo que se hizo t'n la cnltura mexicana durante 1954. Podría hablar de lasrevistas --casi t~das en manos júveniles-; de las discusiones a soto voce aque dieron motivo tanto los conceptosrevaloradores que Emmannel Carballoescribió en el diario Novedades como losartículos periodísticos y las conferenciasde Octavio Paz; de los comentarios a<;<I¡orados de UIlO y otro bandos: el quepostula un arte "al servicio de" y el quelucha por la "libertad" del artista. Porquede todo hubo. Pero el temor de agregar10 prolijo a lo somero de esla reseña 111('
induce ;\ pn'f',l'ir el punto final.
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nes a una circulación univcrsal. tanamplia y generosa como sea posihlc.Necesitamos esforzarnos porqucnuestras obras se prueben en el juicio del mundo, y no sólo en el nuestro, complaciente y prevenido; y correlativamente, es preciso que perdamos de una vez por todas el miedo a disolvernos -a disolver nue.stra nacionalidad cultural- si ace])tamos una robusta circulación tiniversal en nuestros intereses intelectuales y en nuestras propias COf}ciencias, que al fin, su madurez misma los llevará a asimilar los jugosque les sean provechosos y puedan·fecundarlos, y a expulsar los quefueren dañinos para su peculiar economía interna.
No es extraño a la furia nacionalista que padecemos el afán desnl~
dido, que periódicamente nos haaquejado, de extranjerizamos. Elcurso de nuestra historia cultur;tlindependiente, es un flujo. y reflujoentre el impulso nacionaJista y elextranjerizante o cosmopolita. Y elreciente impacto de la Revoluciónfué precisamente. en este aspect9.una profunda afirmación nacionalen contra de lo que nos era ajeno ypostizo. Nada más saludable que este volver siempre a nuestras propias fuentes y afirmarnos en nuestras propias raíces, a condición deque no per.damos, por ello. el sentido de la realidad que nos trascien~le
y a condición también de que no n,osarrastre a los extremos pernicios~)s
de un aislacionismo. Justament~.uno de los más seguros signos denuestra madurez será el perder deuna vez por todas el miedo o la insensata devoción por lo extranjero.La salud y la fortaleza de nuestracultura vendrá tanto de la profundidad de nuestras raíces como de laaltura y de la amplitud de la~ frondas, abiertas para todos los aIres delmundo.'