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LEYENDAS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
CD. MARIA CANDELARIA GOMEZ VELASCO
L A C A R R E T A D E S A N P A S C U A L En la Ciudad de Tuxtla Gutiérrez, desde tiempos lejanos, los
pobladores zoques han sostenido la creencia de que las
personas que se enferman, mientras no escuchen a media
noche el rechinido de una carreta, pueden estar seguras de
que sanarán del todo y continuarán disfrutando de la vida;
pero si por el contrario escuchan el rechinido de la carreta, el
enfermo morirá a los pocos minutos o segundos.
Se supone que el conductor de la carreta es el Santo
conocido como Pascual y de aquí que la leyenda se
denomine “ La Carreta de San Pascual”.
En Tuxtla existe un templo ortodoxo dedicado a la
veneración de San Pascual, pero se conoce como el templo
de San Pascualito, de quien se cree que sus restos se
encuentran en un ataúd, colocado atrás del altar y al que
conduce una escalera doble, es decir, por un lado se sube
y por otro se baja.
Es un santo tan milagroso, que frente
a su féretro se practican las conocidas
“limpias” con aguardiente de caña y
manojos de hojas de albahaca
Pero es cierto que los enfermos
zoques acuden a esta mágica terapia,
que cuentan con todos los medios más
inverosímiles y deshumanizados para
conquistar la salud perdida o
quebrantada; cierto es también que
creen en ella por sobre todas las
formas de la ciencia moderna. ¡San
Pascual quita el mal o da la muerte!
EL SOMBRERON
Los abuelos relataban su
aparición todavía con emoción,
contagiando a los jóvenes que
lo escuchábamos. Se aparecía
en épocas de lluvia y
relámpagos, una luz del fondo
de la oscuridad de la noche ,se
escuchaba un silbido en el aire
LA LEYENDA DEL TAXISTA
Un Silbido hondo y melancólico
seguido luego por la música de una
armónica bocal, cuyas notas se
fundían con todos los sonidos del
campo, cuando la noche esconde
las figuras y entenebrece. Era un
hombre que vestía con ropa de
cualquier clase, siempre portaba
morral, machete y un sombrero de
gran tamaño. Aparecía en lugares
despoblados.
A las personas siempre las
llevaba al lugar contrario del que
se dirigían. Y cuando consideraba
que los había perdido, entonces
se alejaba burlándose y haciendo
contracciones en el rostro, para
infundirles miedo, y hacerlos
saber que él era “ El Sombrerón ”
El lugar donde con más
frecuencia aparecía, era al Sur de
Tuxtla, por el hospital regional
LEYENDA DE "LA TISIGUA"
Los viejitos de los ranchos decían
historias de una mujer que se les
aparecía a los jóvenes que se
quedaban largas horas bañandose
en las pozas de río Sabinal.
había un jóven llamado Dionisio,
era hijo de Don Casimiro (Conocido
como tío Cashi,) esposo de doña
Micaela.
pasaron los años y a Dionisio le llegó la
mayoría de edad y una tarde se fué a
bañar al río Sabinal, desobedeciendo lo
que le decían los adultos "No te tardes
mucho en el río por que la Tisigua se
aparece", y pues no obedeció y se tardó
mucho, cuando de pronto oyó unos
aplausos (cada vez mas fuertes) y
después un silbido desgarrador, se
sumergió e instantáneamente surgió del
agua una mujer muy guapa "esta no se
me va" dijo, de pronto la mujer se
transporto instantáneamente hasta el
tronco de un sabino
intento atraparla y después de una larga
persecución entre la maleza, el agua, el lodo,
la mujer se volvió a meter al río y el se fue
detrás de ella, la mujer se volvió a
transportar hasta donde estaba el sombrero
de Dionisio, lo llenó de agua azufrada y se lo
puso en la cabeza a Dionisio. Al instante
quedo como deshubicado, tal y como se lo
dijeron sus mayores, como pudo llegó a su
casa donde lo empezaron a curar diciendo
esto: "señor de las Ampollas, curá a este
cristiano, señor de Esquipulas, dale la salud
a tu hijo Dionisio" y lo rameaba, lo bañaba de
aguardiente, y entre soplido y soplido seguía
pidiendo a toda la corte celestial que
Dionisio volviera a su estado natural. Que
recobrara su buena figura.
Y de nuevo volvía a decir: "Virgen de Copoya, salvá tu hijo, Virgen
de Olachea, que se componga este cristiano. Virgen de Candelaria,
hacé tu milagro. San Marcos, patrón de Tuxtla, cura a este bendito
muchacho.. San Agustín, patrón de Tapachula, que se componga este
niño... San Pedro de Tapana, curálo, Pasión verde de Clacotepec,
sanálo, San Sebastián de Chiapa, curálo, San Caralampio de Comitán
curálo, San Pascualito, sanálo". Y así no cesaba de pedir hasta lograr
que volviera a la normalidad aquel pobre muchacho.
Desde entonces se cree que al joven que se pase a disoras de la
noche cerca del río Sabinal se le aparecera la tisigua y lo dejará
deshubicado, tal y como le pasó a Dionisio.