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  • Luis Adrin Mora Rodrguez*

    El pobre y la pobreza como exterioridad: la construccin de una alternativa poltica utpica para Amrica Latina desde la filosofa de Enrique Dussel

    Resumen: Este artculo se interroga sobre la filosofa de Enrique Dussel y su proyecto de liberacin. Argumenta la importancia de la categora de exterioridad a partir de la figura del pobre, en el pensamiento de Dussel, tanto en su primera etapa como en su anlisis de Marx. De esta forma, el artculo busca explicar la importancia de esta categora, su significado y evolucin, as como su articulacin con una propuesta poltica.

    Palabras clave: Dussel. Filosofa. Marx. Poltica. Utopa. Pobreza

    Abstract: This article is about the philosophy of Enrique Dussel and its project of liberation. It argues for the relevance of the category of exterioridad from the figure of poor in Dussel's thought, both in its early stage as in its analysis of Marx. In this way, the article aims to explain the importance of this category, its meaning and evolution, as well as its relation with a political proposal.

    Key words: Dussel. Philosophy. Marx. Politics. Utopia. Poverty

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  • Introduccin

    La realidad acadmica latinoamericana en el mbito de la filosofa ofrece pocas veces un espacio significativo a la produccin propia de nuestra regin. Esta produccin es aquella que plantea la filosofa como una disciplina fundamentalmente enraizada en la praxis, es decir, en la interrogacin crtica de su tiempo y su lugar. En ciertos casos, se evidencia la inexistencia total de cursos consagrados a pensadoras y pensadores de nuestro continente que hayan desarrollado plateamientos originales y necesarios para reflexionar acerca de nuestra particular realidad. Por lo tanto, no es de extraar que sean escasos tambin los espacios de dilogo entre la produccin terica europea o norteamericana y la produccin terica latinoamericana. De esta forma, el claustro universitario reproduce el pensar europeo y norteamericano, considerando, o que nuestra Amrica no aporta nada nuevo al panorama de las ideas, o que dicho aporte se limita a un comentario de los autores del Centro. Contra esta situacin, parece necesario hoy ms que nunca, reivindicar la originalidad de la produccin filosfica latinoamericana como fuente indispensable de conceptos e ideas nuevas para pensar la realidad y las contradicciones del mundo actual de una manera crtica. Siguiendo tal lnea, este artculo pretende explorar ciertos aspectos de la produccin terica de Enrique Dussel.

    El trabajo filosfico de Dussel ha consistido en la elaboracin paulatina y rigurosa de un sistema de pensamiento que, desde Amrica Latina, pueda proponer una verdadera crtica al pensamiento occidental. Para el pensador argentino radicado en Mxico, el pensar latinoamericano es un pensar distinto, pero no aislado, de lo que ha producido Europa en 25 siglos de filosofa. En qu subyace su originalidad? En el hecho de que el continente emerge en el pensamiento occidental como lo otro, es decir como una entidad distinta a lo que es Europa. Por lo tanto, es distinto nuestro pensar, cuando se busca reflexionar acerca de nuestra realidad colonial, dependiente y oprimida. La propuesta de Dussel se puede comprender como un posicionamiento geopoltico del saber1. Es desde esta perspectiva de diferenciacin y de dilogo que se analizar la construccin de categoras propias para explicar la realidad latinoamericana. La filosofa dusseliana provee una serie de elementos que fundan una crtica del pensamiento occidental y buscan crear espacios para un pensamiento otro2. Dicha crtica pretende reivindicar el lugar del mundo perifrico en la historia universal, aportando a la vez elementos nuevos que permitan una transformacin de la realidad latinoamericana y del mal llamado tercer mundo. Dentro de este marco, cabe destacar el acercamiento que Dussel desarrolla sobre el pobre, objeto pues de entendimiento y punto de partida de una crtica a lo que l denomina totalidad. Conocer y comprender lo que significa en la filosofa de Dussel la categora de pobreza, as como su concepcin del pobre, significa la determinacin de un espacio terico a partir del cual se elabora una deconstruccin, tanto de la tica como de la poltica. Pero se trata adems, de la delimitacin de

    1 Se hace aqu referencia a la nocin de geopoltica del conocimiento desarrollada por Walter Mignolo, 2003,

    Historias locales-diseos globales: colonialidad, conocimientos subalternos y pensamiento fronterizo. Madrid, Akal. Esta nocin busca ubicar la produccin de conocimiento y caracterizar su lugar en la hegemona de los saberes. La geopoltica del conocimiento subraya la diferenciacin que ha existido desde el siglo XVI entre la produccin terica de Europa y la produccin terica de las periferias. Se busca entonces reflexionar sobre estas distinciones y sus fundamentos con el fin de abrir espacios a nuevas formas de conocimientos que hasta ahora han sido silenciadas, o marginadas. 2 Esta categora es desarrollada igualmente por Mignolo, op. Cit.

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  • una poca histrica precisa. En efecto, todo el planteamiento filosfico de Enrique Dussel se crea y se desarrolla en el marco de los movimientos de descolonizacin en el mundo, a la vez que comienzan a surgir y crecer las luchas de insurrecin en el continente latinoamericano. Esta tentativa de responder a un sistema basado en la destruccin de la alteridad y la imposicin de un modelo nico comienza a encontrar realizaciones prcticas y propuestas tericas fundamentales. Hoy ms que nunca, dicho proceso de emancipacin parece necesario cuando los vientos de la modernidad neoliberal que prometi prosperidad, progreso y fraternidad, dejan a su paso la estela de 1200 nios pobres que mueren cada hora3. Esta historia crtica de la tica y la poltica es necesaria y resulta un requisito para la formulacin de cualquier alternativa de cambio en Amrica Latina y en el mundo perifrico en general. Resulta por lo tanto indispensable, observar la manera en que se construyen las categora de pobre y de pobreza, as como el empleo epistemolgico que de ellas se hace.

    Reflexiones en torno a la obra de Dussel

    Autoras y autores, tanto latinoamericanos como europeos y norteamericanos, han desarrollado trabajos especficos sobre la obra de Enrique Dussel. Estos trabajos han sido una fuente valiosa de inspiracin para esta investigacin. Fundamentalmente, se pueden citar obras que se interesan en diversos aspectos del pensamiento dusseliano: la tica, la poltica y, ms recientemente, su lectura de Marx. As por ejemplo, de las obras en castellano, se puede destacar el libro de Pedro Enrique Garca Ruz, Filosofa de la Liberacin, una aproximacin al pensamiento de Enrique Dussel (2003). Este libro, tal y como su ttulo lo indica, es una presentacin de la obra de Dussel. Se analizan as las diferentes etapas de formacin de su pensamiento. Esta obra constituye una buena introduccin a la reflexin dusseliana. Por otra parte, se puede citar la tesis de Mariano Moreno Villa Filosofa de la Liberacin y personalismo, defendida en la Universidad de Murcia en 1993i, donde el autor se interroga sobre la relacin entre la filosofa de Enrique Dussel y los autores personalistas como Paul Ricoeur o Xavier Zubir, con los cuales Dussel estuvo en contacto. Esta tesis profundiza en la construccin tica de la Filosofa de la Liberacin y otorga un panorama bastante amplio acerca de la crtica a la ontologa occidental que realiza Dussel. En el mbito estrictamente poltico, no existen obras enteramente dedicadas a esta faceta del pensamiento dusseliano. Sin embargo, es necesario destacar los aportes de autores como Gildardo Daz Novoa, cuya tesis Enrique Dussel en la Filosofa latinoamericana y frente a la filosofa eurocntrica., defendida en la Universidad de Valladolid, en el 2001, desarrolla de manera importante la lectura crtica que Dussel hace de Marx. Esta tesis es una referencia indispensable por su anlisis detallado de toda la obra de Dussel. Por otra parte, artculos como el de Domenico Jervolino (1998, 74-80) Per una Filosofia della Liberazione dal punto di vista cosmopolitico, dan una idea amplia de la lectura dusseliana a nivel mundial y subrayan caractersticas importantes desde mbito poltico. La temtica de la exterioridad como categora crtica para leer la realidad del mundo, es retomada detalladamente en la tesis de Patricia Yori La tica de la liberacin de Enrique Dussel, defendida en la Universidad de Cuyo, Mendoza, en el 2001. Esta autora propone adems una apertura interesante sobre el ejercicio de la funcin utpica (Yori, 2001: 138) donde aparece un

    3 Segn datos de las Naciones Unidas

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  • anlisis de las posibilidades polticas propuestas por Dussel en su libro tica de la Liberacin en la edad de la globalizacin y la exclusin (1998).

    Sin embargo, ninguno de estos autores trata de manera explcita la cuestin de la pobreza, mucho menos como punto de partida de un proyecto utpico liberador. Este trabajo pretende acercarse a la comprensin que Enrique Dussel tiene del fenmeno de la pobreza y sobre todo, tratar de establecer en qu medida dicha comprensin puede contener una propuesta poltica. La primera comprensin de la pobreza en los trabajos de Enrique Dussel aparece en una etapa temprana de su obra. En especfico, se puede afirmar que la imagen del pobre posee una fuerte carga religiosa, ligada, en los textos del autor, a la lectura y al trabajo sobre los escritos bblicos (Dussel, 1973). Es necesario observar la forma en que esta primera etapa se desarrolla y ocupa una parte importante en la construccin terica de Dussel, con el fin de entender la consecuente evolucin de su pensamiento. Siguiendo este camino, el estudio se interesar en el desarrollo de la categora de exterioridad en la obra de Dussel. Para comprender y analizar la construccin de esta categora filosfica y tica, se emprender un anlisis de la figura del pobre. Algunas de las preguntas centrales sern: Qu significa el pobre en la obra filosfica de Enrique Dussel? Cmo una filosofa, cuyo centro sea la pobreza, puede desarrollar un proyecto utpico liberador? Qu propuesta alternativa surge a travs de esta comprensin del fenmeno de la pobreza? Para determinar los puntos citados es necesario hacer un recorrido conceptual por las principales categoras que Dussel desarrolla a lo largo de su obra. Esta categorizacin va construyendo el esquema dentro del cual se puede leer el significado de la pobreza para el autor.

    Enrique Dussel y Amrica Latina: Percepcin de una filosofa en construccin

    Las primeras reflexiones de Dussel en torno a la pobreza tienen una fuerte inspiracin bblica (Dussel, 1973: 144-149). La pobreza no representa una condicin de miseria, sino una condicin existencial que acerca a la experiencia religiosa. Esta experiencia es una experiencia de ruptura que busca ir ms all, es decir que busca abandonar concientemente la comodidad de una situacin dada y existir como dbil frente a la potencia y la voluntad de Dios (bid: 145). El pobre es entonces aqul que renuncia por su voluntad a lo material y dedica su vida a buscar a Dios. En el caso del cristianismo, la pobreza significa tambin ruptura. Esta ruptura se da en la vida de los apstoles que son mandados por Jess a predicar la Buena Nueva. (bid: 147). Entonces, en esta etapa de su obra, la pobreza para Dussel significa la libertad del cristiano. Dicha libertad se expresa ciertamente como una respuesta a la materialidad de una civilizacin marcada por el consumo, tiene por lo tanto una dimensin proftica. Sin embargo, como el mismo Dussel lo afirma4, la pobreza no es aqu negacin por parte del sistema ni posee un potencial de exterioridad. Es entonces en la reflexin sobre su propia experiencia de vida que Dussel va a elaborar una nueva comprensin de la pobreza. A lo largo de su filosofa, la articulacin entre teora y praxis, es una de las ms profundas interrogaciones que desarrolla. Por ello, se puede analizar la autopercepcin que el autor propone en la Revista Anthropos (1998, 13-36). Dicha autopercepcin es parcial, comprometida (Ibid.: 13), sin embargo, resulta interesante referirse a ella puesto que el autor toma posicin con respecto a su trabajo y a su trayectoria intelectual.

    4 Ver nota al artculo Pobreza y Civilizacin, en Dependencia y Liberacin, op. cit. p. 144

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  • En este texto se ve, desde un principio, como la "opcin por los pobres" marca la vida del futuro filsofo. Esa entrega social es ya latente en el personaje de su padre (mdico rural) y de su abuelo. Es sin embargo la madre de Dussel que representa la herencia del "espritu de compromiso social, poltico y crtico" (bid: 14). Las experiencias de la pobreza y del sufrimiento estn presentes desde el inicio de su vida, no tanto de manera personal, sino a travs de los otros sufrientes. Dussel nos cuenta que [...] las chozas de los campesinos, pauprrimos, [le] dieron desde siempre la experiencia del sufrimiento, de la miseria, de la dificultad del pueblo (Ibd.: 15). Esta experiencia de la otredad, aparece de nuevo de forma intensa durante su adolescencia, a travs por ejemplo, de la visita a los hospitales de nios deficientes mentales. Dussel narra como con sus compaeros "[devoraban] las obras de San Juan de la Cruz, Teresa de vila, San Bernardo, pero [integrando] [el] compromiso social, gremial, poltico (Ibd.:15). La experiencia de la pobreza y del sufrimiento ajeno es recordada como un primer acercamiento emprico al fenmeno de la desnudez material. Sin embargo, no es sino hasta que Dussel experimenta precisamente esa misma desnudez material, as como el trabajo manual y artesanal en Israel, que se genera una reflexin sobre el bien comn y la persona (en oposicin al individuo). Es decir, un primer acercamiento a las condiciones materiales de produccin y reproduccin de la pobreza desde la visin cristiana, considerando as que: [...] la persona sobrepasaba al bien comn, y ste deba subordinarse a aquella (Ibd.: 16). Dichas interrogaciones son parte de la base desde donde se construir la categora de exterioridad, a la cual se consagra ms adelante un espacio importante. Lo que interesa sealar en esta primera etapa, es que el trabajo terico dusseliano se encuentra ntimamente ligado a su vivir cotidiano. As, la experiencia de la pobreza de su provincia natal va a aparecer, de manera retrospectiva, como un primer acercamiento al sufrimiento y a las condiciones sociales que lo producen. De esta forma, el momento de juventud sienta las bases de una conciencia social que asimila el sufrimiento del otro dentro de una perspectiva comn. Cabe rescatar que el periodo de vida en Israel permite a Dussel comenzar a descubrir lo que para l son las races de Amrica Latina. Races que pretende encontrar en el pensamiento semita. Este pensamiento toma en cuenta la corporalidad, la persona viviente, el sufrimiento, la carnalidad del ser humano. Se trata entonces de ubicar junto a esta nueva perspectiva la tradicin filosfica occidental dentro de la cual Dussel haba sido formado en Argentina. El reconocimiento de estas dos tradiciones, y la tentativa de ubicarlas a partir de Amrica Latina, va a dar lugar a dos obras esenciales (y primeras) en el pensamiento dusseliano; obras que forman parte de lo que Daz Novoa llama primera tica (Daz Novoa, 2000). La primera, El Humanismo Helnico (1975) y la segunda El Humanismo Semita (1969). Esta divisin representa una profunda revolucin en la forma de leer la historia de la filosofa y de la tica. Lectura que forma parte integral de la propuesta dusseliana. Para comprender el surgimiento de una filosofa y su explicacin del mundo es necesario, segn Dussel, entender y conocer, primero, las estructuras intencionales a partir de las cuales dicha filosofa se crea. Es imperativo entonces detenerse y analizar la experiencia pre-filosfica, es decir el complejo orgnico de posturas concretas de determinado grupo ante su existencia (Dussel, 1975: X). As, en el Humanismo Helnico, la estructura intencional deriva de una ms antigua, la indoeuropea, en la cual Dussel identifica que existe:

    un dualismo a nivel antropolgico (divisin cuerpo y alma, materia y espritu, lo corporal como lo malo o negativo, y lo espiritual como bueno, divino o positivo) que tiende a una doctrina moral de la salvacin por la liberacin del cuerpo (...) (Ibid: XVIII).

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  • Dicha concepcin del mundo tiende a un monismo ontolgico, es decir que solamente existe de manera verdadera aquello que es de carcter divino o espiritual. De esta forma, Grecia aparece como el espacio filosfico donde dicha dualidad alma-cuerpo, repercute de manera total en una experiencia contemplativa que no busca transformar la realidad. Se trata de la tica de los hombres libres, nobles, mantenidos por una esclavitud sin posibilidades de emancipacin. (1998, : 17). Se debe destacar que esta tica se prolonga en la tradicin europea que se refiere especficamente a Grecia como su origen. De esta forma, se van a encontrar estos mismos rasgos, como por ejemplo, el dualismo alma-cuerpo, en el pensamiento eurocntrico. Basta pensar en el cogito cartesiano para ver ilustrada esta dinmica5. Por el contrario, el humanismo semita representa la existencia real, la reivindicacin de la carne, de la corporalidad. Se disuelve as esa dualidad cuerpo-alma y se afirma el cuerpo como constitutivo del sujeto. De esta forma, se puede pensar a partir de las necesidades y limitaciones del cuerpo. La esclavitud en el pensamiento semita no es una condicin aceptable, en concordancia con el orden social. Por el contrario, es una negacin de la corporalidad, una injusticia que merece reparacin y liberacin. A partir del humanismo semita y el rescate de ste en el pensamiento cristiano, Dussel analiza la posibilidad de una liberacin de los pobres. Es dentro de esta ltima perspectiva que se ubica la experiencia existencial latinoamericana. En 1966, con su tesis sobre El Episcopado Latinoamericano institucin misionera en defensa del indio: 1504-1620, Dussel plasma, esta vez desde Amrica Latina, lo que ser un paso importante para su comprensin de la pobreza. La "opcin por los pobres6" comienza entonces para Dussel, en la regin latinoamericana, desde la problemtica del indio:

    "Era como lo habamos descubierto en Nazaret, el comienzo de una historia escrita desde los pobres, desde el indio americano. l era el criterio de juicio sobre la labor de tal o cual agente histrico." (1998, n180:19)

    De esta forma, las primeras inquietudes de Dussel buscan rescatar la situacin concreta de las vctimas, su corporalidad, su dolor y sufrimiento. Sin embargo, an no se encuentra claramente definida la categorizacin que logra ubicar la realidad de la pobreza dentro de un marco explicativo ms amplio.

    Dussel y la ontologa europea

    En su recorrido acadmico, Dussel ha estudiado detenidamente la ontologa heideggeriana y la fenomenologa de Husserl. La propuesta de Husserl busca caracterizar el acercamiento fenomnico de la conciencia hacia el mundo. Por su parte, Heidegger llevar a cabo una de las ms importantes crticas a la filosofa occidental. Estas dos propuestas forman parte del bagaje esencial de toda

    5 Es importante referirse aqu a la interrogacin que llevan a cabo varios intelectuales latinoamericanos sobre la

    formacin de este pensamiento eurocntrico. La reflexin de Dussel se empata, en este sentido, con anlisis como los de Anbal Quijano en Colonialidad del poder, eurocentrismo y Amrica Latina, 2000, En: Edgardo Lander (ed.), La Colonialidad del saber: Eurocentrismo y Ciencias Sociales. Perspectivas Latinoamericanas. pp. 201-245. Caracas: Clacso.

    6 Dussel retoma aqu la expresin utilizada por Gustavo Gutirrez,1982, La Fuerza histrica de los pobres, Madrid,

    editorial Sigueme.

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  • formacin filosfica. Pero para Dussel, resultan sin embargo insuficientes para comprender y para abarcar la realidad de aquello que se encuentra ms-all del ser. Lo que Dussel ha establecido hasta este punto es la existencia de Amrica Latina, en su especificidad india, mestiza, asitica fuera de la historia mundial y por lo tanto, fuera del horizonte de comprensin de la filosofa occidental cuyo mximo representante es Hegel. Por lo pronto, Dussel no encuentra en esta tradicin filosfica cuyo centro es la ontologa (o el monismo del Ser), una apertura que permita pensar la situacin del continente latinoamericano. No ser hasta el descubrimiento de la filosofa de Lvinas que la construccin de categoras se ver enriquecida, y por lo tanto, se podr desarrollar de manera ms clara una comprensin verdadera de la exclusin, el desamparo y la explotacin sufrida por nuestra regin. Pero qu encuentra Dussel en Lvinas? Moreno Villa (bid) muestra algunas crticas fundamentales que Lvinas desarrolla contra toda la tradicin ontolgica, representada principalmente por Husserl y Heidegger. El filsofo francs reprocha a Husserl su concepcin de una conciencia definida por una intencionalidad que cosifica tanto al mundo, como a los otros sujetos. Esta crtica ya haba sido desarrollada por Heidegger o Max Scheler, pero Lvinas la profundiza. Para l, es inaceptable una comprensin del mundo y de los otros a partir, nicamente, de una subjetividad que define y constituye. Tanto las cosas como las personas escapan por s mismas a esa constitucin subjetiva. De igual manera, le parece evidente que la propuesta de Heidegger no logra vencer ese punto de partida que es el yo. La ontologa heideggeriana se abre al mundo existente, pero no as al otro, a aqul que es radicalmente diferente del yo (Ibd.: 49). Es decir que, no existe a partir de la concepcin del Da-sein7 heideggeriano un lugar para el Otro. No existe por lo tanto una posibilidad para fundar la tica. Lvinas propone entonces, no una ontologa que se interesa por el ser, como filosofa primera, sino una verdadera tica, donde el otro no sea algo puesto por mi conciencia o por mi ser en el mundo (Ibd.). Se puede ahora afirmar que el otro est ms all del ser, que trasciende el ser y se revela ante m por su rostro y su voz. El otro no es una cosa que se presenta de manera inmanente al mundo, ni tampoco una cosa que es constituda por mi subjetividad. El otro es otro frente a m. Esta comprensin de la otredad es la que permite hablar de justicia. La justicia se realiza en la medida que el yo reconoce la otredad del otro, no como un sujeto idntico, sino, precisamente, en su alteridad total, no limitada. Es a partir de all que se puede entender la categora de meta-fsica. No se trata de la comprensin escolstica (criticada por Kant) de aquello que se encuentra ms all de la comprensin humana, o del dominio del conocimiento. Se trata por el contrario, de la apertura posible que sobrepasa el mbito estricto de la ontologa. Ontologa que, segn Lvinas, niega la exterioridad y la trascendencia del otro, reducindolo a lo Mismo. Ms adelante se ver la forma en que Dussel retoma esta nocin de meta-fsica definindola claramente dentro de su reflexin filosfica. Entonces, al tratarse de una meta-fsica, inters trascendente por el otro que se encuentra ms all, Lvinas propone como horizonte de comprensin, una tica que define as:

    Llamamos tica a una relacin entre dos trminos en los que el uno y el otro no estn unidos, ni por una sntesis del entendimiento, ni por una relacin sujeto-objeto, y en la que sin embargo, el uno tiene un peso o importa o es significante para el otro; una relacin en la que ambos estn unidos por una intriga que el saber no podra ni desvelar ni discernir. (Lvinas, 1967, 225, citado en Moreno Villa, Ibd.: 49)

    7 Da-sein: o estar all es la forma de comprensin de lo humano en Heidegger.

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  • Esta definicin tica ser un punto de partida para la propuesta liberadora de Enrique Dussel. ste comprende la crtica de la ontologa occidental, como una negacin continua de la alteridad, retomando de Lvinas la necesidad de fundar la tica a partir de la fragilidad, la desnudez, la pobreza del otro. Por eso, una tica que parte de la estima de s, de la autopercepcin del sujeto, de la afirmacin de lo Mismo, como lo hace la tica que se ha desarrollado desde los griegos, acaparando todo el espacio de la filosofa occidental, no puede valorar la situacin especfica de aqul que precisamente es negado como sujeto. Es decir, de aqul que, en la cotidianidad de su existencia ve negados, no slo sus derechos, sino simplemente, su posibilidad de vivir. Sin embargo, la crtica a la ontologa desarrollada por Lvinas aparece para Dussel, ante todo, como un diagnstico. Es decir, como un primer paso indispensable pero incompleto. La Filosofa de la Liberacin deber ampliar esa categora de otredad, cargndola si se quiere, de un contenido material. Dicha materialidad se fundamenta en el anlisis de la historia. Como veremos ms adelante, Dussel parece retomar las palabras de Walter Benjamin (2000) cuando ste afirma que la historia de la civilizacin es tambin la historia de la barbarie, y que precisamente la historia que nos debe interesar es aquella que nunca ha sido contada, la historia de las vctimas. El otro del que habla Dussel, no es otro abstracto, es otro en su corporalidad, con fro y hambre, es otro-mujer, es otro-nio. Pero esta historia que tenemos que descubrir no puede ser vista como una revancha o como una nueva historia positiva, que sin duda, creara nuevos oprimidos. Se trata de un posicionamiento crtico que permite desestructurar la jerarqua propia del relato oficial. Entonces la experiencia de la Filosofa de la Liberacin no consiste en pensar la experiencia particular de un sujeto en su existencia en el mundo, por el contrario, esta experiencia se fundamenta en descubrir el hecho masivo de la dominacin (Dussel, 1998: 20). Es decir, la forma en que una subjetividad se convierte en ama y seora de otra, buscando por lo tanto negarla y destruirla. La dominacin aparece como caracterstica de todo un sistema de comprensin del mundo y del ser humano, por lo tanto se manifiesta en diferentes planos: en el plano del capitalismo global (entre Centro y la Periferia), en el plano nacional ( entre la oligarqua y las clases oprimidas), el plano ertico (con la dominacin del hombre sobre la mujer) y en el plano pedaggico (donde el maestro domina al alumno) (Ibd). Entonces, la categora de Autruiii, (otra persona como Otro) expresa la experiencia originaria (Ibd.) a partir de la cual se explica el sufrimiento, la dominacin y la exclusin de todos aquellos que estn fuera del sistema. Pensar la irrupcin del Otro es el primer paso del mtodo analctico que Dussel va a desarrollar.

    El sistema y su exterioridad: bases para comprender Amrica Latina

    A travs de Lvinas, Dussel ha podido entender la insuficiencia de la ontologa. Pero sobre todo, ha podido determinar la dominacin que significa la comprensin del ser, tal y como se desarroll en toda la filosofa europea. Sin embargo, an en Lvinas quedan resabios de esa comprensin. El Otro de Lvinas sigue padeciendo de la abstraccin, de la indeterminacin material que se le poda reprochar al Dasein heideggeriano. La realidad latinoamericana est marcada por la violencia de la pobreza, por la crudeza de la explotacin y de la dominacin. Se necesitan por lo tanto, desde la filosofa, nuevas categoras que expliquen y sepan dar sentido a esta

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  • realidad. Para Dussel, el entendimiento del Otro debe darse como afirmacin de la exterioridad. Esta exterioridad es un ms all inmanente. Se trata de un ms all del sujeto del sistema. (Dussel, 1985a, 52). El Otro es un ente distinto a los dems, es una revelacin exterior, libre e incondicionada por mi sistema. Todas estas caractersticas son inteligibles cuando se aplican a una realidad concreta, Dussel afirma que [el] hambre del oprimido, del pobre es un fruto del sistema injusto. Como tal no tiene lugar en el sistema (Ibd.: 54, nfasis propio). Pero entonces, cmo se define y justifica ese sistema que excluye y mata?

    La construccin de nuevas categoras exige definiciones precisas que permitan ubicar el lugar desde donde se genera el discurso. La primera categora que resulta necesario analizar es la categora de totalidad. La totalidad es para Dussel, la totalidad de los entes que forman sentido, es decir el mundo. Afirma as que cuando nos referimos a totalidad sin otra indicacin, hablamos de mundo(Ibd.: 34). Los entes, por lo tanto, estn en un mundo, es decir que se encuentran dentro del horizonte cotidiano dentro del cual vivimos y nos movilizamos (Ibd). La totalidad o mundo est entonces ligada con la ontologa, la cual remite todos los entes a su lugar dentro de esta totalidad. De esta manera, el [mundo] es as la totalidad de los entes (...) que son por relacin al hombre y no slo reales, de suyo. (Ibd.:35, nfasis propio). La nocin de totalidad permite pensar lo que es el sistema. En efecto, dicha totalidad est compuesta por sistemas o subsistemas. Pero, la nocin central de sistema se aplica al propio mundo, es decir que ste es el sistema de sistemas o sistema fundamental (Ibd.: 38). La nocin de mundo es importante porque permite pensar espacialmente. Situar un espacio es situar al yo, al sujeto como centro. Para Dussel, esta espacialidad se opone a la temporalidad que la filosofa europea privilegia. Dicha filosofa comprende al hombre a partir de su proyecto futuro. Sin embargo, como construccin que define lo que el hombre es ontolgicamente, este proyecto lo que significa, en ltima instancia, es la posibilidad fundamental de lo mismo (bid.:36). En cambio, la propuesta de Dussel busca fijar su atencin en el pasado y en la espacialidad del mundo para detectar el origen, la arqueologa de la actual situacin latinoamericana. Es decir, se trata de un pensamiento ubicado desde un punto de enunciacin, un pensamiento que se constituye a partir de una geopoltica del conocimiento, pero que, sin embargo, no renuncia a una pretensin de universalidad. Ahora bien, esta universalidad no puede ser pensada como una proyeccin de lo idntico en toda situacin y en todo tiempo. Para comprender mejor esta teorizacin de la otredad, es necesario recurrir al anlisis histrico-filosfico que Dussel desarrolla. En efecto, para l lo que se conoce como modernidad comienza en el siglo XVI con el descubrimiento de Amrica. Aqu, la palabra descubrimiento tiene un sentido especfico, significa que los europeos van a llegar a un territorio que van a calificar de nuevo y lo van a integrar en su comprensin del mundo. Esta llegada incorpora a Amrica en la historia universal, pero como parte de la historia europea, es decir como aquello que se encuentra despus. El Nuevo Mundo es entonces el lugar del atraso, de lo pre-moderno, de lo brbaro en relacin con Europa como lugar de afirmacin de la modernidad. El descubrimiento de lo que ser llamado ms tarde Amrica es el inicio no slo de un proceso de colonizacin de territorios y de destruccin y dominacin de pueblos autctonos, es tambin una colonizacin del tiempo8. Esta colonizacin del tiempo va acompaada por de la afirmacin de la subjetividad moderna (Dussel, 1994), es decir, el momento de constitucin del yo pienso de Descartes, implica la afirmacin primera, en Amrica, de un yo conquisto, personificado, por ejemplo, en Hernn Corts (bid: 12-

    8 Sobre la nocin de colonizacin del tiempo, ver Mignolo, 2003, op. cit, pp 19-60

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  • 22). La colonizacin es imposicin de lo europeo y negacin de lo indgena.

    A partir de esta crtica se comprende que el mundo en el que nos desenvolvemos tiene como fundamento el proyecto como futuro: la expansin por la fuerza de la autoconciencia europea. Este proyecto, segn Dussel, no puede pensarse ms que como repeticin de lo mismo, es decir identidad. Se trata, en trmino histricos de la imposicin de lo europeo en el mbito de vida americano, imposicin que se acompaa de la afirmacin del sistema capitalista. De esta forma, el pensamiento de la identidad condiciona la comprensin del mundo puesto que lo idntico es, en este caso, la valorizacin del valor del capital (Ibd.:38). As, el sistema o la totalidad, es el mundo histrico actual, cuyo origen se ubica en el descubrimiento de Amrica. Sistema que se fundamenta en la valorizacin del capital. La modernidad es entonces afirmacin del ser, de lo idntico, por lo tanto, negacin del Otro. Concretamente dicha relacin se expresa en la dominacin fsica, geopoltica y econmica de Europa (y Estados Unidos) sobre el resto del planeta (la Periferia), dominacin cuya esencia profunda es la tendencia ilimitada a la valorizacin del capital. Esta categorizacin que realiza Dussel puede relacionarse con la perspectiva desarrollada por Immanuel Wallerstein (1999). La teora de los sistemas-mundo permite, en efecto, pensar los orgenes de la modernidad y analizar sus diferentes facetas y aspectos. As, Wallerstein explica la difusin y la imposicin de la economa capitalista europea a partir del siglo XVI. Dicho fenmeno tiene que entenderse en una perpectiva histrica de larga duracin (temps long) (Braudel, 1976, (1953)), lo cual permite entonces comprender sus diferentes ejes articuladores. Dichos ejes son, en primer lugar, un sistema econmico integrado a nivel mundial cuya lgica de explotacin y acumulacin se explica en el marco de una tensin entre Centro y Periferia. Se trata desde luego de la afirmacin y constitucin del capitalismo mundial. Es decir, una gran zona geogrfica dentro de la cual existe una divisin del trabajo y por lo tanto un intercambio significativo de bienes bsicos o esenciales, as como un flujo de capital y trabajo (Wallerstein, 2006: 40). En segundo trmino, un sistema poltico constituido por estados soberanos, independientes jurdicamente, pero interrelacionados a travs de un sistema interestatal. Es la constitucin de los Estados-nacin modernos. Y por ltimo, un sistema cultural o geocultura capaz de legitimar y otorgar una coherencia interna a esta totalidad. Dicha geocultura es lo que se denomina cultura occidental con todo su aparato ideolgico de justificacin. Dentro de este sistema-mundo marcado por la emergencia y consolidacin del capitalismo, ciertos espacios geogrficos cumplen un papel subordinado y dependiente. En efecto, se trata de aquellos que poseen una posicin subalterna dentro del sistema y funcionan como espacios de inversin y extraccin de capital. Esa posicin se refleja tambin en el reparto del poder mundial. Para Dussel, entonces, se trata precisamente de criticar este sistema-mundo a partir de sus insuficiencias ticas y polticas. La nocin de modernidad que articula y legitima dicho sistema aparece, a partir del anlisis de sus contenidos, como una idea mtica que esconde una prctica opresora del poder (Dussel, 1994). Sin embargo, aunque el acercamiento terico de Wallerstein se inscriba dentro de la misma lnea crtica dusseliana, se puede afirmar que aqul sigue posicionndose desde una perspectiva eurocntrica, puesto que no integra dentro de su anlisis la dimensin colonial que se articula dentro de dicho sistema. La originilidad de Dussel al respecto reside en que su propuesta se sita desde el lugar que ha sido dominado, explotado y negado por ese sistema. As, Dussel va a reflexionar sobre posibilidad de abrir esta totalidad a la alteridad, logrando por lo tanto superar el horizonte del capitalismo. Para esto, Dussel va a desarrollar un anlisis profundo de las categoras creadas por Marx.

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  • Conforme Dussel vaya acercndose al pensamiento de Marx, la categora de totalidad ir enriquecindose. En efecto, la lectura profunda de los Grundrisse permite a Dussel comprender diferentes acepciones de lo que significa la totalidad para Marx. Resulta importante, por lo tanto, estudiar los aspectos ms significativos de dicha lectura. En primer lugar, se puede afirmar, segn Dussel, que la categora de totalidad tiene para Marx, ante todo un valor metodolgico. El primer momento de este mtodo es el momento de la abstraccin (Dussel, 1985:51). La abstraccin permite fijar las diferentes determinaciones de lo que se busca pensar, lo cual constituye un primer movimiento del anlisis. Lo que Marx denomina entonces, totalidad concreta es lo constituido a partir de las determinaciones abstractas que han sido definidas en el primer movimiento. Esta totalidad concreta es a su vez una abstraccin (bid.:52). Sin embargo, se denomina o califica de concreta con respecto a las determinaciones que la componen puesto que en ella se alcanza la sntesis de stas. As, Marx afirma que [la] totalidad concreta, como totalidad del pensamiento, como un concreto del pensamiento, es in fact un producto del pensar (...) y del conceptuar (...) (bid, p. 53, citado por Dussel). De esta forma, las categoras ms simples, es decir aquellas determinaciones abstractas o conceptos construidos, pueden constituir categoras ms complejas. Por ejemplo, la categora trabajo puede constituir un supuesto de la categora dinero (bid, p.59). La totalidad concreta puede comprenderse as como esta articulacin de categoras. En segundo lugar, las categoras ms complejas o concretas (que Marx llama totalidad construida en general) permiten dar una explicacin de las categoras que componen la totalidad concreta explicada, es decir, la moderna sociedad burguesa. Se destacan entonces, diversos usos del trmino totalidad. Usos que son ante todo apuntes de mtodo y no usos polticos o epistemolgicos propiamente establecidos. Por lo tanto, se entiende que para Marx, la totalidad es un concepto de conceptos (Dussel, bid, p.345). La totalidad puede designar el sistema capitalista real, as como la totalidad burguesa como conocida. El capital es la totalidad en general, pero tambin en concreto como totalidad del sistema burgus histrico. As, el capital se considera fundamento, esencia del capitalismo, es decir, esencia donde se encuentra la identidad conceptual del mismo capitalismo. La nocin de totalidad pierde de cierta forma su caracterizacin negativa. La totalidad es una construccin abstracta que permite pensar y entender la complejidad de los fenmenos que aparecen, as como identificar el fundamento del sistema econmico, histrico y social actual.

    Una vez que han sido comprendidas y definidas estas categoras, se aprecia el surgimiento de la figura del pobre como ruptura especfica de ese sistema, como negacin propia de lo que el sistema afirma (libertad, democracia, capitalismo). Se trata de un ente que no es como los dems, que literalmente irrumpe en la cotidianidad de la vida. Un ente que no es algo sino alguien. (Dussel, 1985a:53) Alguien que claramente interpela con su hambre, su fro, su sufrimiento. Alguien que se recorta del sistema, alguien que nos revela la exterioridad (Ibd.). Ese se convierte entonces en el punto de partida y de negacin de la ontologa. Concretizar esa otredad, esa alteridad es derivar todas las dems exterioridades que corresponden en la historia, en el derecho, en la pedagoga, etctera. Se trata para Dussel de afirmar todos los aspectos de exterioridad al sistema. Aqu se comienza a vislumbrar de manera clara la posicin que ocupan el pobre y la pobreza dentro de la construccin terica propuesta por Dussel. El hecho de la desnudez material viene a recordar, de manera concreta, lo que se encuentra ms all de la totalidad. Viene, entonces a responsabilizarnos:

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  • El otro, el pobre en su extrema exterioridad del sistema, provoca a la justicia; es decir, llama (-voca) desde delante (pro-). [...] para el justo el otro es el orden utpico sin contradicciones; es el comienzo. (Ibd.: 56)

    La realidad de la pobreza es primeramente un llamado a la responsabilidad. Se puede leer aqu, todava, una fuerte influencia de Lvinas. El pobre, entendido como aqul que no tiene cabida dentro del sistema, como aqul que es condenado desde una totalidad que lo niega (el sistema capitalista de explotacin, por ejemplo), es el punto de partida de un llamado a la justicia y a la respuesta solidaria. Por lo tanto, tiene una dimensin tica. ticaiii en el sentido amplio y tradicional, es decir, reflejo o indicacin de lo que debemos hacer. La exterioridad es ante todo interpelacin de mi responsabilidad de justicia. A partir de ella se puede dibujar un horizonte utpico de ruptura. Pareciera entonces, que Dussel retoma la categora de Autrui a partir de Lvinas y la posiciona desde la realidad latinoamericana, partiendo del pobre como exterioridad. Esta construccin toma en cuenta el lugar histrico y poltico de Amrica Latina en la constitucin de la modernidad eurocentrada. As, la posicin tica, es decir la demanda de justicia, puede reforzarse a partir de ciertas consideraciones que el mismo Dussel desarrolla en torno a la fe. La apreciacin del pobre como exterioridad tendra ntima relacin con la fe, y no con la razn explicativa o instrumental.

    Ante lo que la razn nunca podr abarcar, el misterio del otro como otro, slo la fe puede adentrarse [...] Aceptar la palabra del otro porque l la revela sin otro motivo que porque l la pronuncia es la fe. (Ibd.: 59)

    Esta lectura de la fe tiene que abrirse ms all de un mbito meramente religioso. La fe de la que habla Dussel tiene que ver con otra categora que l mismo desarrolla, la de proximidad (bid.: 27). En la proximidad, se trata de partir de la experiencia semita, de la cual se habl anteriormente, es decir de un cara-a-cara que permita determinar al Otro como otro, diferente al yo cosificador de la modernidad. Esta proximidad es originaria en el sentido ms preciso del trmino, se origina en la cercana del mamar (Ibd.: 29) Por lo tanto, la fe a la cual Dussel hace referencia es aquella que conduce a reconocer la humanidad de toda persona en su existencia misma, sin condicionamientos y en su mxima desnudez.

    Se han trazado hasta aqu algunas lneas de significacin en torno a la pobreza y al pobre. Desde una concepcin primeramente religiosa y proftica, se ha visto la forma en que Dussel interpreta, a partir de la crtica a la ontologa occidental, la pobreza como una negacin frente al sistema. As se afirma un posicionamiento tico que busca responsabilizarnos frente a la alteridad. Pero la figura del pobre no se agota en esta comprensin tica, por lo tanto, es necesario recuperar las mltiples dimensiones de la cuestin.

    Quin es el pobre? Diferentes figuras, una misma cuestin

    A lo largo de este recorrido por el pensamiento de Enrique Dussel se ha ido mostrando la

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  • forma en que se construyen las diferentes categoras explicativas de su Filosofa de la Liberacin. Se ha podido identificar y definir la nocin de exterioridad como fundamento de la comprensin del Otro. A partir de esta comprensin ha surgido de forma clara la figura del pobre como manifestacin de esta exterioridad. Pero el pobre tal y como lo entiende Enrique Dussel se encuentra ligado a una serie de figuras. En efecto, cuando se habla de pobreza, se tiende a pensar en la situacin de desnudez material tan propagada en la era neoliberal. Esta pobreza como ausencia de recursos suficientes para reproducir la vida humana es tan slo una de las facetas de exterioridad que se pueden derivar a partir del pensamiento dusseliano. El pobre est presente tambin en otros momentos de la exterioridad. Al principio de este estudio se ha hecho referencia brevemente al pobre en su condicin de indio. El indio americano aparece como aqul cuya vida fue negada por la irrupcin violenta de la modernidad occidental en Amrica. Hoy en da, esta figura de pobreza sigue vigente, puesto que la afirmacin unvoca, unilateral del sistema contina negando la posibilidad de vida de las masas indgenas del continente. De igual manera, la figura del pobre puede ser entendida como una afirmacin de la femineidad. Al tomar en cuenta la exterioridad con respecto al sistema, se afirma la otredad en su dimensin ms profunda. La mujer, en toda la pluralidad de su ser, es reconocida en su sexualidad propia, ms all, precisamente del nico rol reproductivo que le asigna un sistema patriarcal, falocntrico que busca la perpetuacin de la dominacin. La mujer deja de ser entonces objeto sexual. De esta forma, la Filosofa de la Liberacin debe desarrollar una ertica de liberacin (Dussel, 1985a : 95). Como se puede apreciar, la figura del pobre retoma una a una las situaciones de exterioridad que deben afirmarse ante la tendencia negadora de la totalidad. El pobre es el pueblo frente a las lites burguesas dentro de un mbito nacional. En el mbito internacional, el pobre se convierte en el pas dominado frente a los pases dominantes. En este sentido, podemos afirmar que la diferenciacin de la figura del pobre permite responder precisamente a una de las crticas que han sido lanzadas a Dussel. En efecto, se ha acusado al autor argentino de no haber podido descentrar el sujeto ilustrado. Por ejemplo, Santiago Castro-Gmez (1996: 38) considera que Dussel reemplaza al sujeto eurocntrico y universal de la modernidad, por un sujeto otro, que seguira siendo motor principal de la historia. As, Dussel ubicara como centro un sujeto nuevo, pero absoluto. Esto le impedira por lo tanto, abrir el campo a una pluralidad de sujetos que no reclaman centralidad alguna, sino participacin en la vida pblica de una sociedad cada vez ms multipolar e interactiva. (Ibid: 38). Segn esta crtica, el pobre sera una instancia absoluta a partir de la cual se generara un nuevo discurso, que sin embargo, presentara las mismas pretensiones de centralidad, lo cual lo llevara, obligatoriamente a ocultar otros sujetos. Castro-Gmez califica esta propuesta de romntica ya que considera que en ella se refleja una visin distorsionada de Amrica Latina, visin que vehicula los mismos clichs exticos que los europeos manejan. Pero, tal y como lo vimos, la pobreza es mucho ms que una idealizacin de la condicin del pobre. Se trata de un concepto que permite pensar la exterioridad en sus diferentes formas. Dussel no ignora las problemticas de los pases perifricos, donde la riqueza y el xito material son vistos como horizontes a alcanzar. Entonces, resulta claro que la concepcin de la pobreza no puede ser una imagen mtica de una condicin de pureza esencial que sera un criterio para el cambio. El pensamiento de Dussel no muestra como equivalentes per se todas estas figuras. La pobreza tiene un sentido tico profundo, no como renuncia voluntaria a un mundo material, sino como denuncia de un sistema esencialmente injusto y desigual. As, nos proponemos rescatar a continuacin una de estas figuras, que permite analizar claramente la relacin totalidad-

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  • exterioridad.

    Desde Filosofa de la Liberacin cuya primera edicin aparece en 1977, se puede leer en Dussel, la imagen del pobre, como exterioridad, aplicada al trabajador asalariado. Este es un momento fundamental que se desarrollar plenamente conforme avance la lectura metdica de Marx, comenzada un ao antes. Pero resulta interesante destacar que el sistema capitalista como tal apareca desde entonces como totalidad vigente y opresora. Se ha producido entonces un viraje importante en el pensamiento dusseliano. Ms adelante se detallarn los momentos esenciales de tal viraje. Por ahora, bastar con sealar la forma en que la figura del pobre es asociada con la del trabajador o trabajadora asalariada.

    El trabajador que ofrece su corporalidad creadora de riqueza, su capacidad de trabajo, como el limosnero que implora los medios de subsistencia, es el otro (absolutamente contradictorio al capital) que pro-voca al justo intercambio-- pero que ser sin embargo engaado-- (Dussel, 1985a: 56)

    Dussel recupera aqu el pensamiento de Marx sobre la alienacin. En efecto, para Marx, la condicin del trabajador en el sistema capitalista es una condicin de enajenacin. Esta enajenacin tiene diferentes niveles. Se entiende primeramente como una alienacin con respecto al fruto de su trabajo. El producto creado por el trabajador se opone a ste como ser ajeno, como un poder independiente (Marx, 1987: 105). El trabajador pierde su dominio sobre los objetos que crea, y stos van desenvolvindose independientemente de l. As, el trabajador se enfrenta a un mundo de objetos en los cuales no se reconoce. La enajenacin se da tambin dentro de la produccin misma (bid.:108). El trabajador no se realiza en su trabajo. Su labor no es aplicacin y desarrollo libre de sus facultades y habilidades, al contrario, se expresa como malestar. De esta manera, la realizacin del trabajo es la desrealizacin del trabajador. El trabajador no se reconoce en el objeto que crea. El trabajo como produccin es tambin actividad alienante. Se convierte slo en un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. La produccin es enajenacin activa. As, el trabajador produce objetos en los cuales se le va la vida. Esa objetivacin del trabajo vivo, se transforma en destruccin de este mismo trabajo, se transforma en trabajo muerto. El trabajo como mercanca pierde su valor de manera proporcional al valor que produce (en los objetos). El mbito de la naturaleza no escapa a esta alienacin (bid: 109). En efecto, la naturaleza, que ofrece los medios de subsistencia para el ser humano de carne y hueso, deviene un medio para alcanzar el fin de la valorizacin del capital. La alienacin se presenta, de igual forma, en el contrato de trabajo. Dicho contrato, tiene la apariencia de un contrato voluntario, pero en realidad se escapa la libertad del trabajador que queda as sometido al proceso de valoracin del capital. El contrato de trabajo transforma la condicin de sujeto fsico en la de trabajador y mantiene as esta dependencia. El trabajador es por lo tanto vctima del sistema que le ofrece nicamente como salida la venta de su fuerza de trabajo, es decir, una futura alienacin como la que se acaba de explicar. Dussel subraya, principalmente, en dicho proceso, la negacin de la corporalidad viviente del trabajador, ya en su Filosofa de la Liberacin defina la alienacin siguiendo estrictamente a Marx:

    (....) Totalizar la exterioridad, sistematizar la alteridad, negar al otro como otro es la alienacin. Alienar es vender a alguien o algo; es hacerlo pasar a otro posesor o propietario. La alienacin de un pueblo o individuo singular es hacerle perder su ser al incorporarlo como momento, aspecto o instrumento del ser de otro. (1985a: 66)

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  • Esta interpretacin y lectura se aleja ya de la crtica que Dussel desarroll en su momento hacia el filsofo de Trveris, al cual lea dentro del horizonte ontolgico de la modernidad eurocntrica. Tal crtica consista en afirmar que Marx tomaba al trabajo como horizonte de la totalidad, siendo por lo tanto incapaz de abrirse a la alteridad. Como se observa, en 1977, Dussel haba ya identificado aspectos centrales que se desarrollaran en sus comentarios a los Grundrisse. Incluso, el tema del desempleo tiene su lugar en la comprensin de la exterioridad al sistema.

    Es igualmente transcendentalidad interior o esperanza de exterioridad cumplida, el hecho creciente de desempleo estructural [...] Poder trabajar ms y no poder hacerlo es situarse como sujeto ms all del sistema (bid: 61, nfasis original)

    Esta definicin del pobre a partir de la figura del trabajador como exterior al sistema, en este nivel de desarrollo de la obra dusseliana, no forma parte an de una econmica enteramente madura. Como se ha dicho, sta se construir en la lectura crtica de Marx. Lo que si est definido de forma explcita es la afirmacin de una meta-fsica de la alteridad. Esta metafsica no es una trascendencia que est ms all de la comprensin o del conocimiento. No se refiere tampoco a una experiencia de lo religioso. Se trata por el contrario de un [...] saber pensar el mundo desde la exterioridad alterativa del otro [...] (Ibd.: 22). Es decir, asumir la posicin a partir de la cual se puede entender la alteridad, vivirla y respetarla. Afirmar este posicionamiento meta-fsico es enfrentarse al sistema negando su validez en los diferentes campos de la experiencia humana, por ejemplo, en el campo econmico:

    Metafsica es saber pensar el trabajador no-objetivado todava en su producto o ya expulsado (pauper) como el ms all del ser del capital, como la posible -y ya real en el pueblo- asociacin de hombres libres (Ibd.: 22, nfasis original).

    Dentro de este campo, Dussel va a tratar de comprender la obra de Marx, descubriendo una posible continuidad con el desarrollo de la Filosofa de la Liberacin que precisaba desplegar una econmica firme como un momento esencial de su desarrollo. (Dussel, 1998: 24).

    En las primeras paginas de La produccin terica de Marx: Un comentario a los Grundrisse (1985b), Dussel reafirma su proyecto filosfico alrededor de las categoras de "pobre" y de "pobreza". Estas son en efecto categoras antropolgicas y metafsicas pensadas a partir de la realidad de Amrica Latina. Es a partir de ellas que se podr replantear un cuestionamiento tico. Sin embargo, la lectura que Dussel hace de Marx viene a enriquecer analticamente tales categoras. La hiptesis de fondo que Dussel maneja es que:

    "Marx desarrolla, no solo en los Grundrisse, sino tambin hasta el final de El Capital una ontologa del capitalismo desde una metafsica de la vida, la sensibilidad humana como necesidad, de la persona del trabajo como exterioridad" (bid: 18).

    Resulta entonces claro que para Dussel, la obra desarrollada por Marx en El Capital es precisamente una obra ticaiv, en el sentido de una crtica profunda a la totalidad representada por el sistema capitalista. Tal crtica pone como punto de partida la realidad de sufrimiento del trabajador como trabajo-vivo. En este caso, el pobre, categora que esta investigacin ha tratado de

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  • esquematizar, se puede entender nicamente en dicha relacin fundamental. Como se ver detenidamente ms adelante, la lectura de Marx enriquece el alcance, no ya tico, sino poltico del pobre, dentro de un proyecto de liberacin que comienza a dibujarse ms claramente.

    Pobreza y capitalismo

    Lo que Dussel afirma encontrar en Marx es un aporte tico. El trabajo tico de la filosofa de la liberacin se origina en la consideracin del cara-a-cara levinasiano como momento tico, momento de surgimiento de la tica, responsabilidad frente al Otro. Este cara-a-cara, Dussel va a leerlo tambin en Marx como punto original de su econmica. Se trata de la subsuncin de la instrumentalidad en una relacin prctica con el otro, dentro de una comunidad de productores y consumidores (Dussel, 1998: 26). Por lo tanto, el punto de partida es tico, es decir, de reconocimiento de la otredad, de la alteridad que es negada en la relacin capitalista de produccin. tico tiene aqu un sentido estricto:

    Entendemos por tica la crtica transcendental de las morales (o de la moral) desde el punto de vista [...] de la dignidad absoluta, transcendental, metafsica de la subjetividad del trabajador, de su corporalidad, como persona con libertad, con conciencia y espritu (ante festum) (como a priori tico absoluto o posicin transcendental) de toda institucionalidad, subsuncin o determinacin concreta en un tipo -sea el que fuere- de relacin de produccin histricamente situada. (Dussel, 1990, 431, nfasis original)

    En esta cita aparecen los elementos centrales que permiten a Dussel establecer una correlacin y una continuidad entre la propuesta de Marx y el desarrollo de la Filosofa de la Liberacin. Con el fin de profundizar este acercamiento se puede recurrir aqu a una nocin que Michel Lowy retoma de Weber, se trata del concepto de afinidad electiva (Lowy, 1999). La afinidad electiva es el hecho de que [s]obre la base de ciertas analogas, de ciertas afinidades, ciertas correspondencias, dos estructuras culturales, en ciertas condiciones histricas, pueden iniciar una relacin de atraccin, de eleccin, de seleccin mutua (bid.: 92). Dicha afinidad no debe entenderse como un proceso unvoco de influencia, sino como una interaccin dialctica dinmica que puede concluir incluso en la simbiosis o la fusin (bid). Lowy desarrolla esta perspectiva en el anlisis de la teologa de la liberacin y su confluencia con el marxismo. Aunque Dussel pueda ser situado como uno de los pensadores de esta corriente, su comprensin crtica del marxismo va a ir ms all. La opcin por los pobres tratar de sobrepasar la praxis religiosa, sin que sta, sea abiertamente desechada por Dussel. As, se puede afirmar que la afinidad electiva que el autor argentino encuentra entre el desarrollo de su propio pensamiento y la obra de Marx se va tejiendo a partir de una comprensin tica del texto marxista. Para entender este proceder resulta necesario analizar la construccin de las diferentes categoras del pensamiento dusseliano y su articulacin con las categoras marxistas. Poco a poco se podr ir viendo la convergencia que existe, segn Dussel, entre estas dos posturas tericas.

    La primera etapa del trabajo dusseliano exclua la referencia a Marx por considerarlo como parte de la ontologa occidental, es decir, por encontrar en su obra una explicacin que parta del trabajo como primera categora del sistema, excluyendo y negando al Otro. Sin embargo, la lectura metdica y precisa que Dussel hace de Marx a partir de sus manuscritos, arroja a la luz una

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  • perspectiva desconocida. Primero, en lo que respecta a la categora de exterioridad.

    La exterioridad en Marx

    La exterioridad en Marx es la exterioridad del trabajador frente al capital. Se explica sta en tres diferentes formas o figuras. La primera de esas figuras es la exterioridad por anterioridad histrica, se trata de aquella que corresponde al siervo de la gleba que no conoce todava la relacin asalariada (Dussel, 1985b: 338). Por lo tanto, es un momento histrico preciso, la Edad Media, donde an no se ha desarrollado la relacin capitalista moderna. En ese caso, el siervo pertenece todava a la tierra. La segunda corresponde a la exterioridad abstracta esencial entre el trabajo vivo y el capital ya establecido (Ibd.). Esta exterioridad se da en el plano terico, es decir que aparece mediante el anlisis de la economa poltica burguesa. En dicho anlisis se observa como el trabajador, como persona viva se opone al capital, como plusvalor. Ambos trminos (capital y trabajo) deben entenderse como complementarios y opuestos. Y por ltimo, la exterioridad entendida como alteridad, es decir como pobreza. El trabajador es el otro que el capital (Ibd.: 339), aquello frente a lo cual el capital se afirma y aumenta. En este aumento, el trabajador queda excluido de la relacin, se vuelve pobre, marginal. Existe pues una tensin entre los dos trminos antes vistos, tensin que se expresa en la historia como una lucha. De esta forma, se define lo que Dussel comprende como una metafsica del capital construida a partir de esas tres exterioridades. Un ms all del sistema histricamente situado, un ms all que corresponde a la propia naturaleza del trabajo vivo, y por ltimo, un ms all como trabajador desechado, desempleado, pobre. Entonces, partiendo de Lvinas, como se observ primeramente, Dussel afirma diferentes comprensiones de la exterioridad. Todas stas permiten sin embargo, entender el enfrentamiento esencial entre la vida y el capitalv, a la vez que son la apertura necesaria para superar la propuesta levinasiana. En efecto, para Dussel parece no haber reconciliacin ni responsabilidad posible. Es decir, nunca el capital (o el capitalista) va a responder por el trabajador, ya que no ve en l o en ella a una persona, a un rostro-Otro. Por el contrario, lo asume como posibilidad de ser, posibilidad de reproduccin de lo Mismo. Para el capitalista, el trabajador es asalariado o no-es. Y cuando no es, se convierte en pobre, es decir exterioridad al sistema fuera de la relacin salarial.

    Es desde esta mltiple exterioridad que el trabajo avanza ante, frente al capital [...] en una experiencia tan corta como abisal, abismal: el cara-a-cara del que como desnudez absoluta enfrenta a otro hombre poseedor de dinero. (Dussel, 1985b: 338)

    El trabajo vivo por lo tanto es exterior, trascendente al capital. A partir de esta oposicin fundamental se explica y comprende el discurso de Marx (Dussel, 1985b). As, se puede entender la situacin del pobre. El pobre es ahora persona libre, desnudez absoluta pero desnudez producida tambin por las condiciones de reproduccin del capital (Ibd.). Por lo tanto, antes del trabajo, antes de la alienacin que se produce en la relacin capitalista, el trabajador es una persona. Como persona se encuentra expuesto a la desnudez material, a una condicin de pobreza que lo empuja hacia la relacin asimtrica donde tiene que vender su fuerza de trabajo, nico bien que posee. Dussel describe la necesaria separacin que Marx establece entre capital y trabajo. Esta separacin radical se encuentra en la positividad de la realidad del no-ser del capital (no-capital) que se sita en la exterioridad, en el mbito transcendental del capital [...] (1985b:17). As,

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  • retomando el lxico hegeliano de Marx, Dussel muestra que el no-capital es el trabajador de carne y hueso, cuya exterioridad absoluta con respecto al capital se traduce en desnudez, pobreza y fragilidad. Por medio de su acercamiento a Marx, el filsofo argentino encuentra claramente la consideracin de esa negatividad que es el trabajo-vivo frente al capital. Se trata por lo tanto de la exterioridad, de la alteridad que en un principio desapareca subsumida en el trabajo. De esta forma, aparece que la corporalidad negada y el plusvalor son lo mismo, es decir negacin de vida como muerte del trabajo vivo y afirmacin como vida del capital por el trabajo muerto.(Dussel, 1985b: 17). En la produccin se niega la corporalidad del trabajado, se niega su vida. Esta negacin es condicin de posibilidad de la emergencia del plusvalor, es decir, del trabajo-objetivado, del trabajo muerto. Por eso, el sistema de produccin capitalista termina matando al trabajador, aniquilando su persona. As, el trabajador, aunque se venda como fuerza de trabajo, no deja de ser externo, al capital, no deja de ser Otro. Y esta otredad se expresa como pobreza. Nos dice Marx:

    En el concepto de trabajador libre est ya implcito que l mismo es pauper [...]. Si ocurre que el capitalista no necesita el plusvalor del obrero, ste no puede realizar su trabajo necesario, producir sus medios de subsistencia. Entonces... los obtendr slo por la limosna...Por lo tanto virtualiter [....] es un pauper. (Marx, 1972: 110, citado en Dussel, 1985b: 340, nfasis original)

    No basta entonces entrar dentro de la relacin salarial para formar parte del sistema. Por el contrario, la exterioridad del trabajador con respecto al capital se mantiene como posibilidad de pobreza. Esta relacin entre capital y trabajo vivo tiene que ser estudiada con detenimiento. Si las tesis liberales o neoliberales postulan al trabajo como fuente de riqueza, y al capital como fundamento del crecimiento y generacin de trabajo, el anlisis aqu presentado nos demuestra por el contrario, que en el seno de esa relacin lo que sucede es la prdida esencial del trabajo vivo, que se convierte en trabajo objetivado, es decir trabajo muerto. Es el inicio entonces, de la relacin de explotacin sobre la cual reposa todo el sistema. Aparece as la paradoja de los tericos liberales que reclaman la necesidad de que se establezca esta relacin para superar la pobreza o para acabar con la pobreza, en la promesa de un horizonte utpico de igualdad y libertad. La desregulacin del trabajo es postulada como fuente de riqueza absoluta, como dinmica del mercado competitivo (Hinkelammert, 1986). Sin embargo, en el momento de la alienacin del trabajo vivo se inicia por el contrario, el movimiento de empobrecimiento del trabajador. Este movimiento es consustancial al sistema. Se pierde por lo tanto la dimensin existencial y tica propuesta por Lvinas. Pero para entender mejor como eso sucede, es necesario tomar en cuesta la categora de totalidad.

    La totalidad en Marx

    Para Marx la totalidad es una categora, un concepto de conceptos. Puede darse tanto en el nivel concreto del sistema capitalista real, o puede ser la totalidad como concreto espiritual- o la totalidad burguesa como conocida-.[...] El capital como totalidad es tambin un concepto o categora con mltiples determinaciones. El capital es, como fundamento, la esencia del capitalismo, es decir, la esencia ltima donde se encuentra la identidad conceptual del mismo capitalismo (Dussel, 1985b: 345).

    Entonces, esta totalidad a la cual hay que criticar es el sistema capitalista, segn lo entiende

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  • Marx. Pero totalidad es tambin el fundamento del sistema, es decir, el capital como esencia. Para lograr esta crtica se necesita trascender al capital, ubicarse en la exterioridad, es decir, desde el pobre; aqul que es precisamente negado como tal, en su otredad. Vemos entonces que Dussel retoma aqu la comprensin de la totalidad tal y como la define Luckcs (1961:10). En efecto, sta se comprende como parte del mtodo marxista. La totalidad concreta es un conocimiento que surge a partir de las determinaciones simples, puras, naturales, es decir de los hechos en bruto. Dicho conocimiento es una reproduccin intelectual de la realidad (dem) que se construye a partir de la identificacin y la comprensin de las diferentes categoras. Sin embargo, esta construccin defendida por Luckcs frente a los embates epistemolgicos del mtodo burgus, basado en las ciencias naturales, sirve sobre todo para mostrar que el mtodo marxista es el nico que verdaderamente permite captar la realidad. Para Dussel en cambio, se trata de definir el lugar que ocupa la pobreza dentro de esta totalidad. As, el fenmeno del empobrecimiento puede entenderse como producto sistemtico de un modelo que lo crea y lo reproduce. El pobre no tiene aqu horizonte de salvacin ms que un horizonte ideolgico propuesto por el sistema mismo. A partir de all, se puede desmontar la farsa que representa el discurso dominante de lucha contra la pobreza o de crecimiento de la produccin y la competitividad.

    Es posible sealar ahora la forma en que se transforma el discurso dusseliano. La primera etapa que estaba bsicamente desarrollada en torno a la tica, parece ser aqu superada por una comprensin que toma en cuenta la econmica. Esta econmica se construye a partir de Marx. As, se puede establecer la forma en que el capital se enfrenta al trabajo vivo, provocando la reproduccin de la pobreza, poniendo en evidencia la fragilidad de aquellos y aquellas que venden su fuerza de trabajo. La categora de alteridad, como lo completamente otro, se puede utilizar para definir este enfrentamiento. Ella permite de igual manera comprender la alienacin.

    La alienacin se da en efecto, cuando el asalariado en potencia, es decir, aqul que por mltiples razones ligadas al desarrollo capitalista, se ve alejado de su tierra, arrancado en su raz, tiene que venderse. Aunque se trate de trabajo vivo exterior al capital, ste se las arregla para subsumir, incluir, incorporar trabajo de manera permanente (Dussel, 1985b: 350). Es decir, que nunca, por s mismo, el trabajador va a liberarse de esa relacin. El trabajador deviene, por lo tanto, simple recurso para valorizar al trabajo objetivado [...], muerto simple recurso para impregnarlo de un soplo vivificante y perder en l su propia alma. (Marx, 1977: 422, citado en Dussel, 1985b: 342). As, no se considera ya el frente-a-frente que pone a un sujeto frente a la alteridad absoluta, llamndolo a responder por ella, (...) cuando el trabajador vende su capacidad de trabajo, cuando firma el contrato, cuando realiza el intercambio, deja de ser el otro que el capital, su contradiccin absoluta, la exterioridad total, para sumergirse en el capital, para ser incorporado, para fundarse en el ser del capital como una de sus mediaciones (la mediacin creadora por excelencia) (Dussel, 1985b: 351).

    La alienacin elimina entonces toda posibilidad de re-conocimiento. Por eso, Dussel comprende que las enseanzas de Lvinas son insuficientes para dar razn de la situacin latinoamericana particular, as como de la situacin perifrica en general. Esta alienacin del trabajo vivo en trabajo objetivado, no va a eliminar, sin embargo, la figura del pobre. El trabajador sigue siendo pobre, ya que su vida concreta se pierde en el trabajo objetivado. Su pobreza reside tanto en su condicin material de insuficiencia para reproducir la vida, como en su dominacin material, en su negacin como parte del capital. Sin embargo, el anlisis de Marx hace

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  • surgir otra dimensin de la figura del pobre. La pobreza es parte integral del sistema, como aquello que es negado y aquello sobre lo cual el mismo sistema no podr nunca responder. A partir de esa exclusin, de esa negacin es que se construye el proyecto utpico.

    Marx precursor de la Filosofa de la Liberacin?

    Dicha lectura de la obra de Marx no se desarrolla desde luego sin obstculos. Para algunos comentadores esta interpretacin del pensamiento marxista resulta bastante libre. Como se ha visto, el esfuerzo de Dussel por comprender la realidad latinoamericana y por formular una alternativa poltica y tica viable, lo hizo acercarse a la reflexin de Marx. Su anlisis detallado de dicha obra hace aparecer un espacio de dilogo posible con la Filosofa de la Liberacin. Pero es esta lectura de Marx correcta? Orlando Florian (1998) va a criticar esta perspectiva dusseliana. En efecto, para l, Dussel realiza una intepretacin idealista de Marx, ya que parte de la necesidad como punto de articulacin de la relacin sujeto-objeto. Por lo tanto, al poner al sujeto antes del objeto, el filsofo argentino cae precisamente en la crtica que Marx realiza a la economa burguesa. Es decir, la afirmacin ideal, abstracta de necesidades cortadas de la actividad productora. Dicha actividad es en Marx el punto fundamental para comprender el funcionamiento de la economa capitalista. Partir de la necesidad del sujeto es desconocer el sustento material de la actividad humana y tambin la relacin que se establece entre produccin y creacin de nuevas necesidades. De esta forma, Dussel estara haciendo una lectura bastante libre de la obra de Marx con el fin de apropiarse de su legado y acercarlo a la Filosofa de la Liberacin. Florian reprocha a Dussel el ubicarse desde el sujeto, ubicacin que pareciera ignorar la existencia de un objeto, y por lo tanto la relacin problemtica entre sujeto y objeto en la filosofa de Marx. Esta crtica se prolonga con respecto a las categoras de pobreza y de exterioridad. En efecto, como se ha visto en el presente artculo, Dussel sita estas categoras en el centro de la reflexin de Marx. Pero, para Florian esta pretendida centralidad no es tal. Dussel estara forzando el anlisis de Marx con el fin de acercarlo a su propia concepcin filosfica de liberacin. Por eso, al partir de una cita en donde el filsofo de Trveris afirma que el trabajor es un pauper9, Dussel asocia su comprensin del pobre y del cara-a-cara con la concepcin marxista del enfrentamiento entre capital y trabajo. Esta asociacin no se justificara por ninguno de los planteamientos de Marx en su obra cspide El Capital (bid:140). Entonces, se debe entender de manera clara que la referencia al pobre en Marx no representa la posibilidad de una articulacin poltica. Cuando Marx se refiere a la pobreza y a la marginalidad, se refiere al lumpenproletariado (bid). Esta pobreza no es externa al sistema, como lo afirma Dussel. Por ende, el pauperismo no puede ser un ncleo poltico, puesto que dicho ncleo lo cumple la clase obrera y en ningn caso lo pueden llenar las masas marginales (bid: 141). De esta forma, el carcter central que le otorga Dussel a la figura del pobre vendra a distorsionar la propuesta marxista, desplazando el rol histrico que le compete jugar a la clase obrera y a sus aliados naturales. Para comprender como se genera esta desviacin, Florian va a

    9 Ver supra Pobreza y capitalismo: En el concepto de trabajador libre est ya implcito que l mismo es pauper [...].

    Si ocurre que el capitalista no necesita el plusvalor del obrero, ste no puede realizar su trabajo necesario, producir sus medios de subsistencia. Entonces... los obtendr slo por la limosna...Por lo tanto virtualiter [....] es un pauper. (Marx, 1972: 110, citado en Dussel, 1985b: 340, nfasis original)

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  • analizar el uso que Dussel hace de la categora de trabajo vivo. Como se ha visto hasta este punto, dicha categora es central en la lectura dusseliana de Marx. El trabajo vivo es la oposicin esencial al capital, se trata simplemente de la corporalidad del trabajador, de su subjetividad, de su carcter de persona. Es a partir de esta categora que se crean todas las dems, segn la interpretacin de Dussel. En cambio, para Florian, una lectura correcta del Capital refuerza la idea de que la categora primera, ms simple, es la categora de mercanca. Si bien Marx interpreta al trabajo vivo en los Grundrisse, como categora primera, sta va a transformarse en el texto del Capital, en capacidad de trabajo. Dicha transformacin no es meramente casual, por el contrario, ella permite comprender la no-exterioridad del trabajador con respecto al sistema. En efecto, si la capacidad de trabajo, o fuerza de trabajo puede ser entendida como mercanca es nicamente porque la corporalidad del futuro trabajador o del trabajador en potencia est situada. Es decir, se entiende dentro del horizonte de la relacin capitalista. As, [al] comprar la fuerza de trabajo, el capitalista incorpora el trabajo del obrero, como fermento vivo, a los elementos muertos de creacin del producto propiedad suya tambin. (Marx, 1973, p. 147, citado en Florian, bid, p. 144). De esta manera, se observa la diferencia que introduce al interpretacin dusseliana de Marx. El trabajo vivo no se puede entender como una categora separada de la relacin capitalista, donde se subsume en fuerza de trabajo que ser vendida por el trabajador como mercanca. Por lo tanto, no hay tal exterioridad al sistema. Concluye pues Florian afirmando que en Dussel no hay una interpretacin nueva de Marx, sino una manipulacin que lo adentra en el aparato categorial de Dussel (bid: 145). Adems, el filsofo argentino termina desconociendo subliminalmente la labor de Lenin como uno de los ms fieles defensores del marxismo (bid). As, en vez de aportar una nueva luz sobre la obra de Marx, el anlisis de Dussel lo que logra es ganar en slidez dentro de su propio trabajo categorial, pero excluyendo elementos centrales del marxismo, como la comprensin materialista de la historia y la teora de la plusvala. Ante tan severas crticas, parece necesario profundizar algunos elementos.

    Marx ms all del marxismo

    La lectura que Dussel desarrolla de la obra de Marx tiene que entenderse en un esfuerzo por sobrepasar el marxismo ortodoxo. Dicho marxismo ha constituido una camisa de fuerza que oculta dimensiones nuevas del pensamiento de Marx y lo limita a una doxa cuyos exponentes calificados se convierten en figuras de autoridad. Retomando una a una las crticas de Florian se puede observar que este autor parece caer en esta trampa. En efecto, si bien se muestra de forma clara su entendimiento y conocimiento de la obra de Marx, su lectura de Dussel evidencia puntos dbiles. Por ejemplo, en lo que respecta a la supuesta idealizacin de Marx, Florian olvida que el trabajo terico de Dussel ha consistido en mostrar la insuficiencia de la propuesta husserliana y heideggeriana. As, la comprensin de la existencia no es, (ni puede ser) nicamente la percepcin del mundo. Por el contrario, la praxis es un elemento central del pensamiento dusseliano, como se mostr al principio de este trabajo. No hay una separacin radical entre la teora y la prctica en la obra de Dussel. Al referirse a la categora de necesidad, Dussel no est haciendo referencia a una necesidad abstracta, propia de todo individuo. Es decir, no se trata de una necesidad universal. Se trata de una necesidad situada, puesto que la obra dusseliana se refiere a una situacin concreta de dominacin y explotacin. En dicha situacin es que se da la necesidad. Si existe necesidad es porque hay deseo e insatisfaccin, y Dussel no cesa de afirmar que esta situacin es concreta, producto de relaciones histricas de dominacin. De ah, el inters que adquiere la categora de

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  • pobreza, la cual a los ojos de Florian constituira una categora demasiado abstracta para formar parte del corpus marxista. En Dussel, la pobreza es ms que una condicin material per se. En efecto, constituye tambin una opcin poltica como se ver ms adelante. Por ahora, bastar enfocarse en la crtica de Florian a la comprensin dusseliana del rol histrico de los pobres. Como se vi, esta misin de emancipacin es para Florian nicamente propia de la clase obrera, como vector revolucionario de la sociedad. La lectura de Dussel distorsionara dicha lnea marxista, proponiendo la posibilidad de una liberacin desde la exterioridad de la pobreza. Pero para Dussel, la exterioridad no es una condicin absoluta o esencial. Se trata de una situacin concreta de explotacin provocada por la negacin que el sistema efecta. Florian equivoca su lectura de dicha exterioridad comprendindola como algo completamente desligado del sistema (en este caso, del sistema capitalista). Por eso, contrapone el anlisis de la exterioridad en Dussel a la comprensin marxista del lumpenproletariado. Sin embargo, como se ha tratado de mostrar la categora de pobreza tiene una riqueza mucho mayor. El pobre es aqul que es negado por el sistema: el indio, por ejemplo, frente a un sistema bsicamente colonial en sus estructuras de poder; la mujer frente a una sociedad fundamentalemente machista y patriarcal; el nio frente a una educacin que busca reproducir la dominacin y el sometimiento. As, dicha comprensin viene por el contrario a enriquecer y situar desde una perspectiva latinoamericana y perifrica la crtica de Marx. En este sentido, tal y como lo afirma Anbal Quijano, el esquema clsico del materialismo histrico no es suficiente para comprender las relaciones sociales y de poder propias de la colonialidad que ha vivido Amrica Latina (Quijano, 2000). En efecto, en Amrica (...), el capitalismo ha existido slo como eje dominante de la articulacin conjunta de todas las formas histricamente conocidas de control y explotacin del trabajo, configurando as un nico patrn de poder, histrico-estructuralmente heterogneo, con relaciones discontinuas y conflictivas entre sus componentes. (bid, p. 240). Entonces, toda democratizacin verdadera, como acceso al poder de aquellos que han sido histricamente negados, oprimidos e invisibilizados, debe ocurrir como redistribucin del poder y descolonizacin de las relaciones sociales. Hasta que se de esta situacin, toda pretendida revolucin socialista es imposible, debido a la inexistencia de una sociedad capitalista homognea y por ende, la ausencia de una clase obrera mayoritaria. De esta forma, la lectura de Dussel vendra por el contrario a abrir el horizonte de posibilidades del marxismo, a partir de la comprensin y el anlisis de la situacin real de Amrica Latina. Se dibuja as una dimensin poltica que va ms all del esquema clsico del materialismo histrico tal y como se ha predicado en el continente americano. Si no existe una clase obrera organizada y numerosa que pueda cumplir a cabalidad la misin histrica que debera, es necesario articular otros escenarios de liberacin posible, donde aquellos que sufren y son explotados puedan a su vez devenir actores de su propia emancipacin.

    La dimensin utpica

    Una vez que se ha comprendido que el pobre no es solamente aqul por el cual se debe responder en un llamado tico, sino que resulta de factores concretos del sistema como constante negacin, entonces se subraya la dimensin fundamentalmente perversa de la totalidad. El pobre no se entiende nicamente como persona, sino que puede ahora verse como conjunto ordenado, portador de sentido, es decir como pueblo. El otro, el pobre, es pueblo antes que biografa singular

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  • (Dussel, 1985a: 56). La exterioridad del sistema se encarna en la figura del pobre. El pobre es por definicin exterior al sistema. Por lo tanto, Dussel trata de pensar a partir de esa exterioridad un sistema que sea sistema no excluyente, horizonte de comprensin del mundo que permita la incorporacin de las vctimas de la historia. Sin embargo, resulta evidente que el espacio tico no es suficiente para lograr la inclusin del Otro, de su exterioridad. Se necesita una construccin prctica poltica que siente las bases de lo que podra ser una afirmacin (no-sistemtica?) de la exterioridad. La pobreza, como condicin sistmica, es lo que permite comprender y criticar la totalidad. Por lo tanto, es desde ella que se logra pensar la utopa como proyecto.

    Desde el otro como otro, el pobre, libertad incondicionada por cuanto se desprecia su exterioridad como nada (como incultura, analfabetismo, barbarie) como lo nulo, es que surge en la historia lo nuevo (Dussel, 1985a: 58).

    La realidad de la pobreza como muestra constante del fracaso de un sistema que reproduce la muerte, puede ser pensada como un horizonte de lo poltico, punto de partida de una pretensin poltica de cambio revolucionario. Se trata de negar la negacin de la totalidad, es decir, de afirmar la exterioridad como realizacin posible de una situacin justa, para ello se necesitan mediaciones polticas organizadas que planteen de manera concreta nuevas alternativas (Dussel, 1985b, 336). El proyecto poltico parte del hambre del pueblo como realidad objetiva y concreta que denuncia y condena la injusticia (1990: 286). El trabajo de Dussel parte de la exterioridad del hambre y de la pobreza, y desde all, toma al mundo capitalista como objeto de pensamiento. Se puede entonces, como alteridad, proyectar la utopa futura a partir de la definicin de la pobreza y del pobre como exterioridad al sistema producto de la disminucin tendencial del trabajo necesario del capital (1985b: 367). Y no, como simple ausencia de trabajo, marginalidad con respecto a los circuitos de produccin y consumo. Se destaca tambin que esta comprensin de la exterioridad, no se limita al trabajador asalariado, se piensa con relacin a la corporalidad humana en general, como se ver a continuacin. De ah que su alcance vaya ms all de la categora de clase social definida nicamente a partir del proletariado. Dussel lo afirma claramente:

    Con la sola categora de totalidad el oprimido en el capital es slo clase explotada; pero si se constituye tambin la categora de exterioridad, el oprimido como persona, como hombre (no como asalariado), como trabajo vivo no-objetivado, puede ser pobre (singularmente) y pueblo (comunitariamente) (1988, 372, nfasis original).

    Entonces, la nocin de pueblo permite a Dussel incorporar y distinguir diferentes niveles de anlisis. En un primer acercamiento, el pueblo aparece como exterior y anterior al capital, por ejemplo, como masa empobrecida por la disolucin de sus modos de apropiacin antiguos (Dussel, 1985a: 86). Se trata de los aquellos que han perdido sus formas de subsistencia tradicionales. Este pueblo es igualmente exterior al capital cuando subsiste de forma paralela al sistema, de manera informal. El segundo acercamiento se ubica dentro de la dinmica de dependencia, la categora pueblo engloba a los pases perifricos como totalidades-parciales dependientes y dominadas e incluidas en un sistema injusto que las reprime (bid.). Dicha exterioridad no es solamente econmica sino tambin cultural, poltica e histrica. Aqu se incorpora el anlisis que Wallerstein desarrolla del sistema-mundo inspirndose de la teora de la dependencia latinoamericana.

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  • La tercera definicin de pueblo debe comprenderse al interior de dichos pases perifricos. Esta vez la nocin es ms precisa y definida, el pueblo se refiere a las clases oprimidas en general. Es decir a aquellos que son geopolticamente oprimidos por los que ocupan la centralidad de las capitales o regiones capitalistas privilegiadas dentro de los mismos pases dependientes. El pueblo lo conforman los campesinos, los indgenas, los peones del campo. Pero tambin la naciente clase obrera, as como la pequea burguesa revolucionaria, y (retomando la perspectiva de Maritegui) las etnias marginadas (bid. :87). Entonces, dentro de las naciones perifricas existen clases privilegiadas (grandes empresarios, oligarcas, representantes de las multinacionales, altos jerarcas militares), clases intermedias compuestas por empleados pblicos, pequeos empresarios y clases oprimidas, donde se encuentran los grupos marginados y explotados, aquellos que ni siquiera forman parte de la nacin en el sentido histrico-poltico, aquellos que nunca han sido tomados en cuenta y que son completamente excludos. Por eso, Dussel afirma que [l]a nacin perifrica como totalidad no es pueblo, sino que lo es por sus clases oprimidas, por aquellos que aveces ni son parte de la nacin (bid, nfasis propio). De esta forma, a partir de la nocin de pueblo puede pensarse un proyecto utpico de liberacin. Liberacin que se construye en la experiencia de la otredad:

    La nueva sociedad surgir desde las experiencias, desde los momentos, desde la cultura de la plena nada, desde el no-ser, desde el trabajo improductivo, desde el trabajo vivo y los pobres, desde la afirmacin de la exterioridad, y por orgnica conjugacin con la negacin de la negacin del capital (Dussel, 1985b: 368, nfasis original).

    Es entonces a partir de la afirmacin de aquellos que han sido negados por el sistema y que continan siendo excluidos y marginados, que se debe de emprender la dinmica de liberacin. Dicha dinmica abarca por lo tanto a sectores ms numerosos de la realidad latinoamericana, no trata de hacerlos entrar de manera artificial y eurocntrica en una perspectiva nica, donde un slo actor poseera la misin teleolgica de la emancipacin. La perspectiva a futuro aparece pues como la bsqueda de dinmicas de afirmacin que partan de las situaciones de negacin que el sistema produce, para, a partir de all, negar el sistema, es decir, desarticular su lgica. Y esto puede concretarse tanto a nivel individual, como a nivel comunitario.

    Reflexiones finales

    El pensamiento de Enrique Dussel forma parte hoy del legado intelectual latinoamericano. El presente estudio seala las lneas de desarrollo de ese pensamiento en torno a la figura esencial del pobre con el fin de mostrar una significativa evolucin. En primer lugar, la construccin de la figura del pobre se elabora como parte de un discurso religioso, donde la pobreza aparece como condicin existencial que permite acercarse a la divinidad. Sin embargo, esta perspectiva tiende a dejar de lado el aspecto histrico y por lo tanto, social que aparecer luego. Ms adelante, por lo tanto, el pobre es comprendido a partir de una dimensin tica, como parte de un discurso de responsabilidad para con el otro. Tal discurso utiliza la figura del pobre para mostrar la incapacidad que tiene la ontologa de comprender la cuestin humana en su fundamento corporal y material. El pobre es el Otro que resiste la cosificacin del sujeto pensante, es el Otro que no se agota en una proyeccin de ese sujeto. El pobre es sufrimiento y desnudez pura que fundamenta la justicia. De ah sus mltiples figuras: trabajador o trabajadora

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  • asalariados, niez explotada, minoras raciales, pueblos oprimidos, etctera. Pero este fundamento parece no bastar, por eso el pobre es tambin negatividad con respecto al capital. Esta negatividad abre espacios de interpretacin nuevos, espacios que permiten entender la totalidad del sistema capitalista, como totalidad aniquiladora. Totalidad que se reproduce en diferentes niveles, pero cuyo nivel esencial opone trabajo-vivo, es decir, vida humana, esfuerzo, dolor, al capital (trabajo-muerto). As se perfila un horizonte de liberacin posible. Horizonte que, a travs de experiencias que partan de la afirmacin de esta negatividad, logre superar al sistema, proponiendo alternativas de afirmacin de la vida. Una reflexin como la que se ha presentado logra ubicar los problemas actuales de nuestro continente; ubicarlos a partir de una definicin correcta de su esencia, en el sentido hegeliano (y marxista) de aquello que se encuentra debajo, en el nivel primordial, y que permite, mediante su anlisis, entender la realidad de lo que aparece. Esa es precisamente, la fuerza de la propuesta dusseliana, mostrar que el pobre y la pobreza, van ms all de responsabilidades individuales, y mucho ms all (puesto que son su mxima negacin) de un crecimiento econmico que pretendera acabar con ellos. Dicho crecimiento basado principalmente en valorizacin del capital no terminar jams con la pobreza, ya que su fundamento es la perpetuacin de la contradiccin, antes sealada, entre el trabajo vivo (la persona) y el trabajo muerto (el capital). Fijar por lo tanto, un entendimiento claro sobre la pobreza como fenmeno aparente de la contradiccin trabajo vivo-capital, es destruir el a