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Libro: La comunidad minera en el norte de la Nueva España

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ÍNDICE

UNAS PALABRAS ....................................................................................................................................... 4

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................................ 5

I.- DATOS PRELIMINARES ................................................................................................................... 11

ESTABLECIMIENTOS MINEROS EN EL NUEVO MUNDO ............................................................ 11 REGIONES MINERAS DEL NORTE DE LA NUEVA ESPAÑA. ........................................................ 15 ESBOZO HISTÓRICO DEL DISTRITO MINERO DE PARRAL ....................................................... 19

II.- MINERÍA Y METALURGIA ............................................................................................................. 25

ORIGEN DE LAS TÉCNICAS MINERAS Y METALÚRGICAS DE LOS ESPAÑOLES. ............... 25 CARACTERÍSTICAS FÍSICAS DE LOS DEPÓSITOS MINERALES. .............................................. 26 MÉTODOS MINEROS .............................................................................................................................. 29 PROCESOS METALÚRGICOS Y EXPLOTACIÓN DE REACTIVOS ASOCIADOS ..................... 37 TRITURACIÓN DEL MINERAL ............................................................................................................ 37 PROCESOS DE FUNDICIÓN Y ASOCIACIÓN DE REACTIVOS ..................................................... 38 SEPARACIÓN DEL ORO DE LA PLATA .............................................................................................. 41 PROCESO DE AMALGAMACIÓN ........................................................................................................ 41 SUMINISTROS DE REACTIVOS ASOCIADOS CON LA AMALGAMACIÓN .............................. 44 ABASTECIMIENTO DE MADERA ........................................................................................................ 51

III. TRABAJO MINERO .......................................................................................................................... 57

SISTEMA DE TRABAJO .......................................................................................................................... 57 REPARTIMIENTO CONTRA TRABAJO LIBRE ................................................................................ 57 TRABAJADOR LIBRE EN LAS MINAS DE PARRAL ........................................................................ 59 TRABAJADOR ESCLAVO EN LAS MINAS ......................................................................................... 61 ENFERMEDADES OCUPACIONALES ................................................................................................. 63 MEZCLA DE RAZAS EN COMUNIDADES MINERAS ...................................................................... 65

IV. DESARROLLO DEL ABASTO DE MERCANCÍA Y AGRICULTURA ..................................... 67

DESARROLLO DEL ABASTO ................................................................................................................ 67 BASES FÍSICAS Y ECONÓMICAS ........................................................................................................ 67 SISTEMAS DE TIERRAS ASOCIADOS AL USO DE PASTOREO .................................................... 68 DISTRIBUCIÓN DE LOS RANCHOS DE ABASTO EN EL ÁREA DE PARRAL ............................ 71 SUPLEMENTOS DE PRODUCTOS ANIMALES A LAS MINAS ....................................................... 73 AGRICULTURA ........................................................................................................................................ 76

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BASES FÍSICAS DE LA AGRICULTURA EN EL NORTE ................................................................. 76 DISTRIBUCIÓN DE LA TIERRA CULTIVABLE EN EL ÁREA DE PARRAL ............................... 77 SISTEMAS DE TERRENO AGRÍCOLA EN EL ÁREA DE PARRAL ................................................ 78 COSECHA Y CULTIVO EN GRANJAS ESPAÑOLAS ........................................................................ 79 TRABAJO EN LAS GRANJAS ESPAÑOLAS ....................................................................................... 82 ABASTO DE PRODUCTOS GRANJEROS EN LAS MINAS ............................................................... 84

V. RELACIONES COMERCIALES CON EL EXTERIOR ................................................................. 87

IMPORTACIONES DE LA COMUNIDAD MINERA ........................................................................... 87 PRODUCTOS IMPORTADOS ................................................................................................................. 87 DISTRIBUCIÓN DE IMPORTACIONES .............................................................................................. 92 EXPORTACIONES DE ORO Y PLATA EN BARRAS ......................................................................... 94 SISTEMAS DE TRANSPORTE ............................................................................................................... 95 TIPOS DE TRANSPORTE ........................................................................................................................ 95 ORGANIZACIÓN DE LA TRANSPORTACIÓN .................................................................................. 97 SISTEMAS DE CAMINOS AL SERVICIO DEL DISTRITO DE PARRAL ....................................... 97

APÉNDICE ............................................................................................................................................... 101

BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................................... 106

I. DOCUMENTOS ORIGINALES ......................................................................................................... 106 II. MATERIALES IMPRESOS ............................................................................................................... 113

ABREVIACIONES .................................................................................................................................. 118

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UNAS PALABRAS La presente obra es una descripción de hechos y en los que se saca a la luz datos que el

polvo del tiempo se ha encargado de ir ocultando, más sin embargo, el maestro Zacarías Márquez, se ha encargado de rescatar, analizar y dar a conocer, ya que es parte de nuestros orígenes y en estas demostraciones nos aclara lo que es verdad y lo que creemos como leyenda.

Después de la caída de la Gran Tenochtitlán, los conquistadores, dentro de sus actividades de colonización, como son la agricultura, ganadería y los trabajos artesanales de aquellos entonces; organizan expediciones, que fueron motivadas por el vislumbramiento de los regalos que les ofrecieron los indígenas en sus relaciones desde Veracruz hasta la Capital Azteca y los que contenían oro y plata y por lo cual organizaron expediciones de exploración y conquista en todas direcciones; por lo que toca hacia el norte, con la esperanza de que fuera realidad la ilusión de encontrar ciudades enteras construidas de oro y plata y como dato fortalecido, aunado a los descubrimientos de yacimientos en los estados de Querétaro, San Luis Potosí, Zacatecas, Durango y con lo que se propicia que lleguen a suelo del que hoy es el estado de Chihuahua, lo anterior propicia que se disperse de que el territorio de la Nueva España era inmensamente rico en plata y que los montes, bosques y montañas ocultaban los preciados metales y sólo bastaba extraerlo para obtener fortunas fabulosas.

El profesor Robert C. West, presenta situaciones que se dieron con relación a las conductas y costumbres de los indígenas del centro y sur de la Nueva España y las diferencias con los habitantes del norte, también hace la descripción de la aplicaciones de técnicas y conocimientos geológicos, mineros y metalúrgicos y como estos se fueron desarrollando para superar las dificultades en explotación de los minerales.

En esta obra, se presenta la descripción de las costumbres de los tiempos de la Colonia, y en la que se dan a conocer datos interesantes que es un placer reencontrarnos.

Se destaca las relaciones comerciales con el exterior, mencionando en forma atinada que en muchos de los aspectos operaba como entidad autosuficiente, y generando además importaciones comerciales, en las que sobresalen los alimentos, las bebidas embriagantes, resaltando que no todo el vino consumido en las regiones mineras era español ya que se establecieron clérigos y labradores españoles pequeños viñedos y las que más tarde dan origen a las actividades vitivinícolas, entre otros destaca la mención de los tipos principales del transporte, la exportación de oro y plata, lo anterior redunda en los desarrollos de nuevos asentamientos poblacionales y derrames económicos inusitados en la Nueva España.

Para terminar se menciona una muy amplia bibliografía que sirve de sustento en los datos que se mencionan, por lo que considero un libro de importancia tanto desde el punto de vista de referencias históricas como la mención del proceso de desarrollo de la industria minera como economía básica en el desarrollo de la Nueva España.

Ing. Héctor Minor Velázquez

Catedrático y Jefe del Laboratorio de Mineralogía de la Universidad Autónoma de Chihuahua.

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INTRODUCCIÓN Siguiendo el interés que ha mostrado el señor gobernador Patricio Martínez García, en el

sentido de rescatar textos importantes para la historiografía de Chihuahua; que debido a lo antiguo de su publicación o por otros motivos han quedado fuera del alcance del lector común, hemos creído oportuno y hasta cierto punto necesario y como un homenaje póstumo al Profr. Robert Cooper West, que falleció el 14 de mayo del 2001; el rescate de su valioso libro: “El Distrito Minero de Parral” que con tanto cariño y dedicación realizó en el año de 1942.

La obra a la que nos referimos contiene una serie de méritos indiscutibles: Será Robert C. West el primer investigador profesional que utilice de manera metódica el valioso Archivo Colonial de Parral para hacer su trabajo. Esta investigación de West abrió un amplio horizonte a los investigadores de su generación, que voltearon hacia el acervo valiosísimo que empezaba a trabajar el profesor West.

La labor de West en Parral fue con el propósito de elaborar su tesis profesional para la Universidad de Cambridge en Inglaterra, y posteriormente será publicada en 1946 por la Universidad de Berkeley y la de Los Angeles, California. En síntesis, el libro es una amplia monografía sobre la región minera de Parral, Chihuahua, en la que el autor hace varios enfoques sociológicos, antropológico, ecológico, geológico y, por supuesto, enfatizando de manera muy particular las relaciones de trabajo de los mineros y la de la población indígena con el nuevo contorno. Quizá, la única laguna que no tocó el autor, fue la función de la iglesia en esta sociedad en ciernes, omisión lamentable pues en el Siglo XVII la Iglesia vivía una simbiosis ineludible con el estado español.

Sea como fuere, por su rigor científico y la fidelidad de sus datos, el trabajo de West ha pasado a ser una referencia imprescindible para los historiadores del norte de México,

El otro mérito de esta edición es que, por primera vez se realiza una traducción al español lo cual hace doblemente accesible este trabajo a los lectores chihuahuenses. Al revisar el texto hemos tenido que actualizar las notas de pie de página ante una bibliografía moderna, que ha avanzado considerablemente después de lo publicado por West, y requería de aclaraciones más amplias. Al cotejar los documentos que West usó del Archivo de Parral, encontramos bastantes errores de paleografía que, aunque no afectan al libro sí desconciertan al lector. Creímos necesario hacer las correcciones pertinentes en los nombres de personas, topónimos y algunas palabras mal transcritos. El lector encontrará en las notas correspondientes las aclaraciones referidas.

También es cierto que no fue West el primer autor norteamericano que se interesó por la Nueva Vizcaya y Hubert Howe Bancroft, en: “History of México”, publicada en San Francisco, en 1884-1889,en dos volúmenes; ya hace una introducción sintética de las características físicas de la región que con más detalle realizará posteriormente West. El trabajo de Berkeley dice:“En el este de los declives de la Sierra Madre, en Durango el pórfido cubre algunas veces, extensas capas de piedra dura, contrario a la región sur que se encuentra cerda de la capital (Durango) que tiene una capa más blanda debido a la mezcla de mica que posee, el cuarzo es el más común de los materiales no metálicos y su aparición en el altiplano sirve frecuentemente a aquellos buscadores de minas.

La dirección de las vetas de metal se encuentra del noroeste hacia el sureste, siendo éste el caso de la más ricas, y esto se toma siempre en consideración cuando se hace una denuncia. El promedio del ancho de estas vetas es de un metro ochenta centímetros excepto por la Veta Grande de Zacatecas, que tiene de nueve a diez metros y con un máximo de veintidós metros. En algunos distritos, como Sonora y Chihuahua el metal se halla en la superficie, aunque en general

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esto es muy raro, en la época colonial por lo pesado de drenar y hacer este tipo de operaciones, no se buscó más profundamente en las zonas en que se encontraban las vetas.

Hay dos maneras en que aparece el metal argentino. Uno es en la superficie misma, en donde encontramos los metales en forma de óxidos, o combinados con hierro, cloro o bromo, y reciben el nombre de colorados. Y aquellos que se encuentran en gran profundidad y que retienen todas las características primitivas de las bases sulfúricas, y que se encuentran asociadas con piritas, galena o sulfuro de zinc. Predominando estos dos últimos por lo que el metal tiene un color oscuro, y que se han llamado metales negros o simplemente negros. Este tipo es el que tiene más producción de plata en el país. El promedio de riqueza de los metales ha sido valorado, y suele ocurrir que se encuentran frecuentemente grandes trozos de plata virgen, esto en realidad es muy raro, y nunca son tan grandes como aquellos que se han hallado en minas europeas. El promedio de la producción de plata quintada es de tres o cuatro onzas, de ahí que todo el metal que enviara la Nueva España se debía a esta inmensa producción metalúrgica. El oro se obtiene principalmente de lugares como Sonora y otras regiones al norte. En Oajaca (sic) también se encuentra en las rocas, pero su explotación no resulta muy redituable. Es raro encontrarlo en otras regiones, excepto en aquellas en donde hay metales argentinos, y en algunos casos en proporciones de dos onzas quintadas.”1 En vista de que en el libro de West no se explica muy claramente los métodos que se usaron en las minas norteñas en el Siglo XVII para el aprovechamiento de los metales; hemos creído de utilidad hacer una traducción compendiada de los mismos. “Los métodos aplicados por los españoles para sacar el metal, eran en extremo primitivos. Seguían las vetas y cavaban túneles y galerías, pero la construcción de éstas mostraba grandes defectos. Por ejemplo, raramente hacían galerías que se conectaran, entonces la ventilación se hacía imposible. También la ausencia de túneles de comunicación, multiplicaba la dificultad para transportar el metal. Como decía Humboldt, las minas eran similares a cuartos de habitaciones, pero sin puertas que los comunicaran, así para ir de un cuarto a otro había que rodear toda la casa.2

El arte de volar las rocas con pólvora no fue introducido en la minería sino hasta 1613, la roca tenía que ser quebrada con barrenos de fierro y con mazos. Todo el metal que se sacaba de la mina lo hacían los indígenas llamados tenateros, que eran las bestias de carga de las minas. En vez de escaleras, el socavón estaba provisto de una serie de vigas, de cerca de cuatro y medio metros de ancho, colocadas en pares y en una inclinación de cerca de 45 grados, provistas de cuñas y aperturas que servían de escalones. Sobre estas burdas estructuras trabajaban los tenateros, largas jornadas, cargados con pesados costales llenos de metales.3 Para sacar el agua de las minas, utilizaban grandes bolsas de cuero atadas por cuerdas que giran un engrane de un malacate atado a una mula que lo hacía mover. Algunas veces las mismas bolsas de cuero eran utilizadas para extraer el material.

El conocimiento que trajeron los españoles al Nuevo Mundo relativo al procedimiento de la extracción de los minerales, no fue muy extenso. Aunque conocían el primitivo tratamiento de la sal para metales argentinos, el proceso de fundición era el que generalmente se aplicaba antes de que se utilizara el método de amalgamación. Incluso los indígenas sabían como fundir metales; aunque desconocían el sistema de fuelles; esta fue una contribución de los europeos.4 Ya que los métodos de los españoles eran muy poco efectivos con metales de composición más 1 Bancroft, México, III, 585-586. 2 Humboldt, Political Essay, III, 235. 3 Ibid, III, 238-239:Bancroft, México, III, 597. 4 Para aumentar la intensidad del calor, diez o doce personas soplaban sobre el fuego a través de unos tubos de cobre de dos yardas de longitud.

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complicada, los españoles optaron por no utilizarlos. Cuando la Marcha realizó su visita a la Nueva Galicia en 1550, reportó que ahí había en los distintos distritos mineros, un gran número de trabajos de reducción, fundidoras y refinerías5. Esto evidencia el uso universal de la fundición en la extracción de la plata.

La separación del oro requería de un proceso más simple. Los aztecas conocían muy bien el método de lavar oro. Cavaban una zanja a lo largo de un arroyo, ahí arrojaban la tierra que llevaba oro, dejando correr el agua, la tierra se iba yendo y quedaba el oro. La prevalencia de oro entre los tesoros de los aztecas y de los incas, no indica que hubiera grandes cantidades de este metal; el oro era más común que la plata debido a que su extracción era más sencilla. “Hasta 1545 cuando el Cerro de Potosí (Perú) se comenzó a trabajar, tal pareció que en Europa se había recibido más oro que plata del nuevo continente. Cinco textos del botín que Cortés había recibido de la Gran Tenochtitlán, y los tesoros Caxamarca y Cuzco consistían principalmente en oro; y las minas de plata de Porco en Perú, y Taxco y Tlapujahua en México fueron muy escasamente trabajadas en la época de Cortés y de Pizarro. No es sino hasta 1545, cuando España se vio verdaderamente inundada por la plata del Perú.”6 Las propiedades de amalgamación del mercurio con el oro eran bien conocidas por los españoles, y de hecho el azogue ha sido utilizado para la extracción de oro desde la antigüedad.

La explicación real del incremento tan notable de producción de plata que iba a España a mediados del Siglo XVI, no se debía únicamente a los descubrimientos de las ricas minas de Potosí, Guanajuato, Zacatecas y Durango, sino a la introducción de la Nueva España en 1556 del patio, o proceso de amalgamación amontonada. Aunque el crédito de la invención de este proceso ha sido atribuido a un minero de Pachuca, México, que respondía al nombre de Bartolomé de Medina, nativo de Sevilla, tal parece que Medina no descubrió el método, sino que lo aprendió en Europa de un compañero suyo, cuyo nombre es desconocido, y que era de origen alemán.7

El proceso de Medina se basaba en la propiedades del azogue para extraer la plata de un fino metal pulverizado y colectarlo en una forma de amalgama., el método se define como amalgamación fría o por crudo y de patio, los metales destinados a la amalgamación tienen que ser reducidos a un polvo muy fino que presente el mayor contacto posible co nel mercurio, el desperdicio metálico tiene que ser triturado con martillo, en trozos pequeños y después pasarlo por un triturador, llamado arrastre. El arrastre estaba hecho de cuatro bloques de piedra de granito adheridas a barras cruzadas de madera hechas para revolver en un círculo de más de un metro de circunferencia. Los lado y el fondo del molino estaban hechos también de granito. En los lugares en donde no se podían mover por la fuerza hidráulica, los arrastres se mantenían trabajando por medio de mulas que caminaban constantemente a un paso lento. Generalmente se ponían varios arrastres en hilera bajo una cascada. Si el metal era excepcionalmente fino, la amalgamación se llevaba a cabo en el arrastre.8

Cuando el metal se ha reducido a polvo metálico muy fino se mezcla completamente con agua. La pasta húmeda se lleva al cuarto de amalgamación, o patio (de ahí el nombre del proceso), que usualmente se preparaba con señalamientos. Ahí el complejo compuesto de materiales argentinos se hacía manuable con azogue para ser convertido en cloruro o muriato. Esto se acompañaba del proceso de amalgamación en frío o en crudo, que fue la aportación 5 Cf.pp. 52-53. 6 Humboldt, Political Essay, III-401-2. El tesoro del Perú se ha estimado en cerca de un millón de castellanos de oro, y cincuenta mil marcos de plata. El tesoro de Moctezuma se estima en la misma proporción de oro y de plata 7 C.H. Haring, Trade and Navigation Between Spain and the Indies, p. 158; Humboldt, Political Essay, III, 253-254. 8 Para ilustrar el sistema de arrastre, así como para una detallada descripción del proceso de patio, cf. H.G. Ward, México in 1827, London, 1827, II, 434-439.

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particular de Medina.9 Para facilitar la descomposición del mineral de plata, se aplicaba sobre la pulpa sal10 y magistral (sulfatos de hierro y de cobre) y después se extendía sobre el suelo del patio. El contacto de las distintas substancias daba como resultado la amalgamación de la plata. Este proceso era muy lento, se llevaba más de un mes, ya que el calor extremo era proporcionado por el sol, y llevaba buen tiempo que se uniera el azogue con la plata contenida en la pasta. Cuando el azoguero, u hombre encargado de la operación, consideraba que la amalgamación había cesado, la pasta se vaciaba en cubos de agua, y la tierra se le quitaba por medio del lavado, dejando la amalgama en el fondo. Luego se separaba el mercurio de la plata, la que se recobraba por medio de la destilación.

Las ventajas particulares del proceso de patio eran: 1) era simple y no requería de gran conocimiento técnico; 2) no requería de construcción de edificios, aunque sí se construirían cobertizos sobre los arrastres; 3) no se necesitaba combustible; 4) las máquinas trituradoras se construían de una manera fácil y a muy bajo costo, y se podían operar con una mula; y 5) el sistema era propicio para una región en donde el clima era seco y cálido, y en donde la utilización de las mulas, la mano de obra y el azogue eran más baratos que el combustible y el agua. Y aunque la pérdida del azogue era mucha, con la formación del calomel o cloruro mercurioso, que no se recuperaba, las tejas de metal que se producían eran de un alto grado, ya que la cualidad refractaria de los metales argentinos, es muy grande.

El nuevo método para extraer plata fue hallado tan bueno sobre el antiguo sistema, que su adopción en la Nueva España fue inmediata así como en el resto del mundo.11 En 1562, cinco años después de este descubrimiento, había en Zacatecas treinta y cinco beneficios de amalgamación. Es imposible establecer exactamente, cómo la influencia de este procedimiento incrementó la producción, ya que poco antes de la adopción de este sistema. Muchas minas fueron descubiertas. El promedio de utilidad minera en la nueva España entre 1544-1548, fue tres veces mayor de 1554-1548, la utilidad fue lo doble que en los cuatro años anteriores.12 Las minas más prolíficas ya habían sido descubiertas, y es un hecho que para 1560 la producción podría haber declinado en proporción al número de hombres que trabajaban en la minería, a no ser por el nuevo procedimiento de patio.

La rápida adopción del proceso de amalgamación hizo que la venta del mercurio fuera un negocio muy lucrativo. En 1559, la corona española, en parte por mantener las rentas públicas y en parte por elevar las cuentas de los ingresos de minería, declaró que la venta de azogue era monopolio de la corona. Los productores principales de mercurio eran, en España, las minas de 9 Medina estaba familiarizado con el uso de la sal, y sulfatos de hierro y cobre. En 1590 Alonso Barba inventó el proceso de calor, o beneficio de cazo y conocimiento. 10 Ya que la sal era esencial para el proceso de patio, los exploradores estaban buscando constantemente minas de sal. Las minas de Durango obtenían la mayor parte de la sal de la famosa Laguna del Piñón Blanco. Las minas al oeste de la Sierra Madre, obtenían su sal principalmente de las minas del mar del sur. 11 El proceso de amalgamación no fue introducido en el Perú sino hasta 1571, por el virrey Francisco de Toledo. En aquella época la plata era fundida. 12 C.ff. Haring “American Gold and Silver Production”, en the Quaterly Journal of Economics, XXIX, 447) proporciona la siguiente table del promedio anual de producción de plata en la Nueva España (considerado en Maravedís): Agosto 1524-noviembre 1531..........2,335,000 Noviembre 1531-julio 1539.......... 47,950,000 Agosto 1539-mayo 1544..............152,050,000 Junio 1544-diciembre 1549..........269,140,000 Enero 1550-marzo 1553..............405,100,000 Marzo 1553-agosto 1555............ 507,800,000 Agosto 1555-enero 1560.............467,475,000

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Almaden, arrendadas a los Függer (banqueros alemanes), y las minas de Idria, en los alpes Austriacos. Es inútil decir todo el beneficio que la corona obtenía del monopolio del azogue, por ejemplo, para 1569, en México se vendió azogue, comprado a los Függer a un doscientos cincuenta porciento más. El costo del transporte ciertamente no estaba incluido en el precio. Todo el mercurio que se enviaba a América pasaba por la Casa de la Contratación de Sevilla. En la ciudad de México se habían instituido un Tribunal de Azogues compuesto por varios empleados reales, que cobraban por la distribución del mercurio. Cuando en 1564, fueron descubiertas las minas de Huancavelica, en el Perú, no fue necesario depender de las minas austriacas, ya que los depósitos de Huancavelica eran tan productivos, que abastecían al Perú y a buena parte de la Nueva España. Vale la pena comentar que el gobierno español mostró una sorprendente ineficiencia en la administración y distribución del azogue. Fueron interminables las quejas de los mineros por faltarles mercurio, además se quejaban de que la producción de las minas no era suficiente debido al inadecuado procedimiento administrativo de provisión de mercurio.13

Otra queja muy común, para justificar la poca producción de metal, era la falta de mano de obra. Los españoles se quejaban frecuentemente de que morían de hambre porque los indígenas no querían trabajar; también se quejaban de que las minas tenían que ser abandonadas, o de que la producción era muy escasa, debido a la falta de indígenas. Esta situación se acentuó en el norte de la Nueva Vizcaya, ya que los indígenas de las llanuras eran nómadas, intratables y se rehusaban a vivir en comunidades bajo el sistema de encomiendas. Para remediar esta situación, los españoles llevaron a esclavos negros, que eran sedentarios, y más dóciles que los indios, que habían sido llevados al sur de México. A finales del Siglo XVI numerosas colonias de tlaxcaltecas y tarascos fueron llevadas a la frontera norte. Cuando la Marcha y otros visitadores hicieron sus viajes de investigación a la Nueva Galicia, reportaron que muchos negros trabajaban en las minas. Y en su testamento Francisco de Ibarra menciona a varios negros dentro de sus propiedades mineras.

El trabajo real en la mina lo hacían los indígenas que estaban bajo el régimen de la encomienda. A éstos se les dividía en grupos y se les requería que trabajaran en determinados horarios. El trabajo obligatorio en las minas y sin pago remuneratorio fue abolido en 1551. Esta ley, como otras leyes benevolentes por parte de la corona, fue generalmente desatendida; fue necesario en 1569 regular el trabajo de los indígenas más específicamente.14

Finalmente daremos algunos datos biográficos del Profr. Robert C. West, maestro emérito

de Geografía y Antropología del a Universidad de Louisiana en Estados Unidos. Nació en Enid, Oaklahoma el 30 de junio de 1913, fue hijo de Elva Cooper West y de George W. West Jr. Se graduó como bachiller y también en maestría en la Universidad de Los Angeles, California y obtuvo el doctorado en Geografía en la Universidad de Berkeley en California, siendo compañero del eminente Carl O. Sauer.

West fue un personaje altamente reconocido en la comunidad académica por sus libros que escribió relacionados con la geografía de México y Centroamérica. Según la opinión de William C. Davidson, actual Jefe del Departamento de Geografía y Antropología de esa Universidad, West fue un: “distinguido, dedicado y reservado estudioso que prefería el título de profesor por encima de cualquier otro”, Davidson dijo que para West la investigación y la enseñanza en la universidad eran “propuestas serias”.

13 A.G.I., 67-1-18, Nueva Galicia al rey, Zacatecas, febrero de 1567. 14 Recopilación de leyes, II, Lib. VI, Tit, XV, Ley 19.

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“El creía que la educación y la enseñanza eran empresas importantes”, afirmó Davidson, destacando que todos quienes estudiaron con West sabían que para él la búsqueda de conocimientos no era cosa de tomarse a la ligera.

En 1955 recibió la beca Guggenheim y en 1980 premio como Latinoamericano Eminente. En 1988 se le otorga la Medalla Vouras de parte de la Sociedad Americana de Geografía. Publicó más de 90 trabajos sobre temas geográficos y 20 libros sobre temas similares.

Incorporado en la Universidad de Louisiana trabajó en la ciudad de México para el Instituto Smithsoniano como geógrafo cultural. Realizó amplias investigaciones de campo en Latinoamérica en más de 50 ocasiones e investigó extensamente en los archivos nacionales de México, Guatemala y España. En la Segunda Guerra Mundial, durante cuatro años fue cartógrafo en la Oficina de Servicios Especiales en Washington D.C., Africa del Norte, Italia, Francia e Inglaterra. West fue experto en muchos temas de geografía y antropología, incluyendo la agricultura aborigen, el uso del suelo y la minería en América Latina. Otros temas de interés para él fueron la geografía de las plantas, la etnogeografía, la vivienda rural y la historia de la Geografía. Fue también un destacado lingüista y dominaba el español, alemán, francés y portugués.

Esta misma Universidad de Louisiana lo honró en 1998 al colocar su nombre en un roble frente al edificio Geo-Ciencia Howe-Russell. Y en 1970 se le otorgó la jubilación dentro de la misma universidad.

A los 87 años de edad, este hombre que mostró tanto cariño a Parral en sus años de juventud falleció en Baton Rouge el 14 de mayo del 2001. Antes de morir, como último gesto de su calidad humana, donó su cuerpo a la escuela de medicina de la Universidad de Louisiana en la que pasó la mayor parte de su vida.

Damos las gracias a las personas que de alguna forma colaboraron para la publicación de este trabajo: capturista: Gloria J. Muñiz; datos biográficos del Profr. West al Doctor Pedro Castro y revisión de la traducción a Normando Perales.

Vaya, pues la publicación de este libro, como un modesto pero sincero homenaje al ilustre antropólogo que dedicó horas de estudio a Parral y Chihuahua.

Zacarías Márquez Terrazas.

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I.- DATOS PRELIMINARES

Una de las formas más significativas de establecimiento español en el nuevo mundo fue el Real de Minas, la comunidad minera organizada. Puesto que la explotación de los metales preciosos fue la fuerza principal de la colonización española, el Real de Minas15 adquirió el liderazgo y significación política y económica de Hispano América.

ESTABLECIMIENTOS MINEROS EN EL NUEVO MUNDO

Los españoles establecieron dos tipos principales de asentamientos mineros, cada uno con su peculiar estructura política y económica: 1) El campo minero efímero (rancho, ranchería)16, con una estructura económica rudimentaria, y 2) La comunidad minera permanente, o pueblo (real asiento de minas), caracterizado por una estructura compleja económica y social frecuentemente, por su crecimiento a grandes y opulentas ciudades. El tipo de asentamiento minero era mayormente determinado del depósito de mineral explotado. El campo minero era característicamente asociado con los placeres mineros17; el pueblo minero permanente con las minas en vetas. A menudo otros factores, tales como los sistemas de trabajo, y abastos de alimentos, la estructura económica modificada del pueblo minero a tal grado que las divisiones podían ser notadas.

El campo minero explotó oro en placeres de corrientes y en depósitos altamente mineralizados (a menudo lateríticos). Este tipo de minería no conducía a un asentamiento permanente. Las técnicas mineras eran simples; la fácilmente portable batea (tazón alargado de madera) era la pieza principal del equipo. En algunas áreas, sin embargo, la amalgamación con mercurio pudo haber sido usada para separar el oro de la grava fina y minerales extraños. El oro lavado era usualmente llevado a asentamientos permanentes (algunas veces llamado pueblo de

15 (Z.M.) Real de Minas.- Entre las muchas palabras de origen árabe, en el castellano, aún sin etimología, figura real “sitio donde está acampado un ejército”, en portugués arraial, que nada tiene que ver con rey. Se trata del árabe ar!"l, “gran conjunto de bestias, ejército”. Por eso en España se llama todavía “el real de la feria” el lugar donde se agrupa el ganado. El hecho de que en los campamentos se encontrara a veces el rey, motivó la etimología popular de real, recogida por los diccionarios. Pedro de Alcalá trae en su Vocabulario “real de gentes armadas, mahale”, o sea “mehala, cuerpo de ejército regular en Marruecos”. Ar!"l, es plural de ri!l, “pie, pata trasera de un animal “. Parece pues, que la acepción de ara!"l ‘manada de toros o vacas’ es anterior a la de ‘ejército’. La acepciones del portugués arraial son más amplias que en español, por ser lengua más arcaizante; puede decirse en esa lengua: “campos cheios de pacíficos arrayaes de gente”. Cfr. (Dicción, de Moraes); en México sólo quedó el real de minas, en franca alusión a la presencia de autoridades reales en un yacimiento mineral, o por extensión a donde hubiera algún destacamento de soldados. Cf.- Castro, Américo: La Realidad Histórica de España; (1954) Pag. 105. Hay dos casos curiosos en el norte de México: La Villa de San Felipe del Real de Chihuahua; y el de la Villa de Llerenas del real de Sombrerete; en los cuales el título de villa se supedita a un real de minas; en el caso de San Felipe del Real de Chihuahua, la alusión es a Santa Eulalia, mineral llamado primeramente Chihuahua. 16 (Z.M.) Ranchería.- Del italiano rancio; comida ordinaria de soldados de donde parece pasa a la marinería para denominar a un lugar en las embarcaciones para acomodar a los individuos; de aquí pasó a la acepción a un lugar fuera de poblado, donde se albergan diversas familias o personas. Su derivado: ranchería se aplica al conjunto de varios ranchos o chozas que forman como un lugar. Los misioneros dieron este nombre a ciertas áreas limitadas en que vivían los naturales, con construcciones o sin ellas. A fines del Siglo XVII y XVIII ya se toma rancho como sinónimo de pago o cortijo. 17 (Z.M.) Placeres mineros.- Eran arenales donde la corriente de las aguas depositan partículas de oro. Por extensión en la Nueva Vizcaya se le denominaba así a cualquier yacimiento muy rico en oro.

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fundición)18 para ser transformado en lingotes. De aquí que los lavadores de oro españoles no estaban confinados a un lugar por gastos para tiros y plantas de refinación como era el caso de las minas de vetas. Más adelante, los depósitos de placer eran rápidamente explotados, necesitando constantemente cambiar de lugar sus centros de operaciones. De nuevo, en la minería del placer el español empleaba ya fuera indígenas forzados o esclavos negros para la mano de obra, preferentemente a los trabajadores libres de las vecindades y villorrios, la fuerza de trabajo podía ser fácilmente trasladada por áreas muy amplias. El alimento para los mineros y sus trabajadores era a menudo enviado de áreas agrícolas distantes a los depósitos de placer; en algunas zonas (v. g. Española) los negros o indígenas fueron forzados a cultivar granos para su sostenimiento en campos adyacentes a los campos mineros.19

La primera actividad económica española en el Nuevo Mundo fue asociada con la explotación de placeres de oro en las islas del Caribe la Española, Cuba y Puerto Rico (1494-1520). Excepto por pueblos administrativos y de fundición, los establecimientos no fueron sino sólo asentamientos de placeres. Grandes grupos de indígenas arawakos20 en encomienda (en este caso virtualmente esclavos) fueron obligados a trabajar los depósitos. Alimento, siempre el gran problema de los campos mineros tempraneros, eran abastecidos de campos de mandioca cerca de los trabajos por trabajadores indígenas forzados. Dichas plantaciones se convirtieron en parte integral del campo minero en las islas. Antes de la casi completa aniquilación de los trabajadores indígenas en las islas por enfermedad o por trato brutal, los buscadores de tesoros españoles emigraron al continente para continuar la minería aurífera, explotando los depósitos caribeños de la costa de Panamá (Veragua y Chiriqui). En aquella región usaron esencialmente las mismas técnicas que fueron empleadas en las islas. Más adelante, aún antes de la caída de Tenochtitlán, la capital azteca, varias bandas de la tropa de Cortés habían llegado y habían comenzado la explotación de los placeres de oro de México del sur (principalmente aquellos en las cabeceras del Papaloapan y río Balsas en la alta Mixteca). En 1523-1524 las expediciones con rumbo sur del centro de México, descubrieron placeres de oro a lo largo de la costa caribeña de Honduras (Trujillo). De nuevo, campos de placer efímeros fueron la forma esencial de asentamientos, pero a menudo españoles mineros hacían sus cuarteles en aldeas indígenas para tener trabajadores para el lavado de oro.

Por la mitad del Siglo XVI la parte norte de Sudamérica empezó a atraer a los buscadores de oro españoles. En 1550 abrieron minas de placer cerca de San Felipe, en Venezuela. Durante las últimas décadas del Siglo XVI los españoles empezaron a explotar los depósitos de placer de oro al oeste de Colombia. Tres áreas: la Chocó (cuenca de los ríos Atrato y San Juan), Antioquía (cuenca media del Cauca), y Papoyán (cuenca alta del Cauca y Patia) fueron trabajados en los Siglos XVII y XVIII por españoles usando grandes clanes de esclavos negros. Como en otras áreas de explotación de placeres de oro, los asentamientos mineros fueron pequeños campos compuestos de barracas para los trabajadores; estos rancheros eran llevados arriba y abajo en los 18 (Z.M.) Pueblo de fundición, más comúnmente llamado Hacienda de Beneficio de Metales, a las que el autor suele aquí nombrar “patio”, por los patios interiores que tenían para amalgamar o fundir el metal. Debido a que se ubicaban junto a corrientes de agua que solían estar lejos de las minas, los operarios de estas haciendas y sus familias, daban origen a pequeñas comunidades o pueblos. 19 (Z.M.) Léase reales. 20 (Z.M.) Indígenas de América del Sur; aquí se refiere a los que se llevaron a trabajar en el río Apurimac, al noroeste de Cuzco en el Perú. Cf:M. Schmidt:”Die Aravaken” (Leipzig, 1917).

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cursos de las corrientes. El comercio de alimentos (maíz y plátano) fue cosechado localmente en parcelas de temporal; carne, harina de trigo, y otros artículos de lujo fueron importados de las tierras altas adyacentes (Tunja, Bogotá, Pasto, cuencas todas ellas).Otra área de placeres tempraneros de oro fue aquel junto a la montaña, o declives del este de los Andes, de Ecuador, etc. (1540-1590).

Las comunidades españolas mineras más permanentes fueron siempre asociadas con la explotación de vetas de plata y oro. En contraste con los trabajos en los placeres, un asentamiento permanente era necesario para la explotación de depósitos en vetas, debido a sus características físicas particulares. Una veta de acarreo de mineral o serie de vetas es usualmente localizado en un área pequeña y a menudo contiene mineral suficiente para asegurar la continuidad en las operaciones por un periodo considerable. Más adelante, la inversión de capital fue necesaria para excavar pozos profundos, maderamen, y construcción de molinos y plantas de refinación, todos los cuales impiden el movimiento frecuente de los locales de operación. Además, donde la minería del oro fue llevada al sudoeste del Ecuador en la última parte del Siglo XVI, encontramos el establecimiento del gran real de minas permanente, Zaruma. Sus minas fueron caracterizadas por pozos profundos, y mineral donde el oro era molido con un gran molino de mineral impulsado por agua. Las granjas de granos y los ranchos de abasto en las cuencas altas del centro del Ecuador, abastecían al real con comida y con bolsas para mineral. Un asentamiento similar de minas de oro, Cana, fue establecido al este de Panamá en la década de 1670. Nuevamente, las primeras décadas del Siglo XVII vieron la explotación de los ricos lodos del desierto al norte de Chile. Ahí, Coquimbo se convirtió en un pueblo minero permanente envuelto a su alrededor de grandes depósitos de plata. También en el centro administrativo y de abasto para el subyacente distrito de oro.

Un tipo más significativo de asentamiento minero permanente envuelto se creó alrededor de grandes depósitos de plata. Estos reales de minas fueron mejor desarrollados en dos regiones ampliamente separadas de las colonias españolas: la Nueva España (México) y el alto Perú (Bolivia). Conteniendo los depósitos más abundantes de plata, estas dos áreas dieron a España la mayor parte de la riqueza tomada del Nuevo Mundo durante el periodo colonial. En ambas partes los establecimientos mineros, usualmente centros administrativos locales o provinciales, estaban compuestos de una aglomeración de edificios y calles confluyendo o adyacentes a las minas y a las plantas de beneficio. La esfera económica del real, y usual jurisdicción política local, incluyendo los aledaños ranchos de abasto, granjas, sierras de pinos y monte, y depósitos de sal, todos establecidos o explotados para proveer a la población minera. Más adelante, a menudo en su jurisdicción estaban las fuentes de trabajadores nativos21: las rancherías nativas vecinas y sus congregaciones establecidas para aportar trabajadores mineros. Además, la esfera económica del real estableció líneas de comunicación a cualquier región distante que proveyera artículos necesarios para el mantenimiento de los mineros y sus trabajadores. El real de minas y sus tributarios fueron además una expresión de un complejo económico de variable extensión.

Aunque la estructura económica descrita anteriormente puede ser aplicada a la mayoría de los asentamientos de minas de plata en Hispanoamérica, había algunas diferencias esenciales entre las comunidades de la Nueva España y aquellas del Alto Perú. El área peruana, debido a su gran elevación, carecía de las bases naturales para el crecimiento de ranchos de abasto y granjas 21 (Z.M.) Comúnmente se les llamaba naboríos; a los indios libres que se empleaban en el servicio doméstico o en trabajos de campo. Es palabra de origen caribe.

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de cultivos en las cercanías de las minas, en contraste con la asociación mina–rancho en la Nueva España. El comercio de alimentos y artículos mineros era enviado a Potosí del distante valle de Yungas (v. g. Cochabambs), o de regiones agrícolas en la ladera oeste de los Andes (e. g. Arequipa). Mulas para trabajar en las minas eran llevadas del noroeste de Argentina, y de los pastizales de la Pampa venían también sacos y sebo.

Aún más notables eran los contrastes entre los asentamientos mineros de plata del norte de la Nueva España y aquellas de las partes sur y centro de ese virreinato. Las diferencias descansaban principalmente en las herramientas de trabajo y el carácter de la población aborigen. En la superficie de la meseta centro y sur de México, la “tierra de paz”, las comunidades mineras españolas fueron establecidas entre los aztecas, otomíes, tarascos, zapotecas, mixtecas y mixes, dóciles agricultores, grandemente acostumbrados a pagar tributos en especie o en trabajo a sus señores. Sin mucha dificultad los mineros españoles en los reales de Taxco, Sultepec, Temascaltepec, Pachuca y vecindades de Guadalajara, obtuvieron grupos de trabajo de pueblos indígenas vecinos o congregaciones por medio del sistema de repartimiento.22 Después de pequeñas luchas desarrolladas entre los trabajadores indígenas y los señores españoles (mineros), el real de minas del sur de México cuajó en una civil, no militar estructura social y política.

En notable contraste las grandes minas de plata de la meseta del norte de México estaban situadas en territorio Chichimeca23, la “tierra de guerras”, habitada por cazadores nómadas y recolectores y algunos casuales agricultores. De aquí, trabajador para las minas de Zacatecas, Sombrerete, Indé y Parral eran difíciles de conseguir; los chichimecas no podían ser llevados al sistema de trabajo por repartimiento tan fácilmente como la gente sedentaria del sur. Aunque el repartimiento fue parcialmente exitoso en algunas áreas del norte, el sistema de trabajador libre tendió a desarrollarse, lo cual atrajo gran número de trabajadores tarascos y aztecas de territorios mineros del sur del territorio, acaxe y xiximec de Sinaloa, ópata de Sonora, y algunos huicholes y tepehuanes de Durango. Grandes grupos de estos indígenas se establecieron en barrios separados de los pueblos mineros, y pronto se transformó en una parte característica de ellos. Generalmente por el crecimiento de estos asentamientos indígenas, la mezcla de razas era más pronunciada en las minas del norte que en aquellas de la parte sur y centro de México. Además, la naturaleza hostil del nómada del norte desértico mantuvo al minero español en guardia en contra de sus ataques. Los reales de minas en el norte eran virtualmente presidios24 con una distintiva estructura social y política25.

22 (Z.M.) Tras las “congregas”, reducciones, o misiones que obligaron a los indios a abandonar su vida nómada o dispersa y suprimirse las “encomiendas”, vinieron los repartimientos; por medio de los cuáles cada comunidad debería aportar temporalmente cierto número de trabajadores indios para que auxiliaran en las tareas agrícolas o mineras a los colonos españoles. Esta disposición que varió algunas veces durante el periodo colonial fue motivo de conflicto, e inclusive de rebeliones, entre los indígenas. De los misioneros se asume una actitud ambigua: los jesuitas de ordinario se oponen mientras los franciscanos suelen ser más condescendientes y algunas veces, de ambos religiosos hay casos de complicidad. Se les solía también llamar “mandamientos”, debido a que eran órdenes giradas por el gobernador o el alcalde mayor; también se les llamaba “sellos”, por el papel sellado en que se enviaban dichos mandamientos. En la región que estudiamos se aplicaron casi hasta fines del Siglo XVIII (Carlos III). 23 (Z.M.) Del náhuatl: chichimecatl; plural chichimecas, nombre genérico que los aztecas daban a los indios bárbaros del norte; los españoles lo adoptaron e inclusive llamaban a los salvajes meco, como contracción de chichimeco. Algunos autores traducen: chicho, igual a perro, y mecatl, soga; o sea perro de trailla. Cf. Santamaría, Francisco J.: “Diccionario de Mejicanismos” México, 1978. 24 (Z.M.)Del latín praesid!um. Guarnición militar que se pone en un lugar para defenderlo. Por extensión: a la fortaleza o lugar en que hay soldados par defenderlo. Según la ‘Academia’: auxilio, amparo, socorro en forma

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El carácter y economía de la población aborigen era también reflejada en el método de aprovechamiento de las minas de la Nueva España. En la “tierra de paz”, maíz y otros alimentos abastecidos a los mineros eran cosechados por los indígenas y sus milpas y colectados como tributo por el alcalde mayor de cada real, cuyo deber era abastecer a los mineros y trabajadores con comida y azúcar y materiales usados en las minas. De una manera similar la sal era recolectada por indígenas y vendida o pagada como tributo a las minas. En la “tierra de guerra”, de otro modo, el grueso de los indígenas habilidosos en la agricultura indujeron a los españoles a establecer sus propias granjas de granos alrededor de los pueblos mineros, usando trabajadores libres o de repartimiento para trabajar en sus campos. El ranchero español era además un elemento significativo en las comunidades mineras del norte. En la región de la estepa del norte, también, los ranchos de abasto españoles eran mucho más numerosos y más inmediatamente asociados a las minas que en el sur. Aquí, en el norte la recolección de sal era hecha bajo la directa supervisión de los españoles, en lugar de los indígenas.26

REGIONES MINERAS DEL NORTE DE LA NUEVA ESPAÑA.

Los reales de minas del norte de la Nueva España fueron más extensamente desarrollados en tres áreas mineras mayores en el territorio de la estepa y el desierto (mapa 1). En la región noroeste de la costa, pequeños depósitos de oro y plata a los pies de la sierra de Sinaloa fueron explotados por los españoles en los tempranos 1530. Después, durante la mitad del Siglo XVII, con la expansión de los asentamientos españoles al norte y a lo largo de la costa, los reales de San Juan Bautista27, Nacozari28 y Ostimuri29 desarrollados alrededor de los más productivos depósitos de plata del centro y sur de Sonora. Otra región minera de la ladera norte en las cuencas y límites del lado este de la meseta del centro, donde los reales de: San Luis Potosí30, Charcas31,

figurada. La bibliografía sobre los presidios del norte de México es bastante amplia; pero la más específica sobre la región que nos ocupa es la de: Moorhead, Max L: Oklahoma 1975. 25 Sobre los aspectos políticos de las comunidades mineras Hispanoamericanas, vea J. L. Mecham: “The Real de Minas as a Political Institution” Hispanic-American Historical Review, XXVII (1927), 45-83. 26 (Z.M.) Sobre este tema conviene ampliarlo con la obra de Miguel Otón de Mendizábal, en su libro: “La influencia de la sal en la distribución geográfica de los grupos indígenas de México” (México, 1946). 27 (Z.M.) Mineral de Sonora descubierto en 1657, llegó a ser cabecera de la provincia y asiento de Alcalde Mayor. Al finalizar el Siglo XVII ya había caído en decadencia y fue casi abandonado. El visitador Rodríguez Gallardo ordenó el 29 de marzo de 1749, que sus moradores se desplazaron a la nueva fundación de San Miguel de Horcasitas, en el actual municipio de Cumpas. Del viejo real de minas sólo quedan vestigios de la iglesia y el acueducto. 28 (Z.M.) Su primer nombre fue: Placeres de Nacozari, descubierto el año de 1660 dándole la advocación de Nuestra Señora del Rosario. Sus minas han sido explotadas hasta la actualidad. 29 (Z.M.) Su nombre fue San Ildefonso de Ostimuri, descubierto en 1673 por don Domingo de la Paz y el alférez Pedro Coronado. En 1674 estuvo en la parroquia el Pbro. Antonio de Ojeda, teniente de cura de Parral. En 1676 se creó como Alcaldía Mayor como provincia autónoma de Sonora y Sinaloa. También se le solía llamar en algunos documentos Provincia de Gentiles. Tuvo como reales anexos: Real de Barranca; Real de San Ignacio; Real de Cahotorí; y el Valle de Tepache. 30 (Z.M.) Las antiguas minas de San Pedro fueron descubiertas en marzo de 1592 por Juan de Oñate. Las haciendas de beneficio se poblaron en San Luis Potosí que junto con el Cap. Miguel Caldera, trazaron el pueblo. Oñate dejó el lugar para emprender la conquista de Nuevo México, en 14 de octubre de 1593. A principio del Siglo XVII, llegó a este real don Valerio Cortés del Rey, que posteriormente sería minero en Santa Bárbara y luego el primer ensayador de metales en Parral. 31 (Z.M.) Santa María de Charcas fundado entre los indios guachichiles en 1574 por los franciscanos, destruido dos años después por los bárbaros y restablecido por la importancia de sus salinas. Actualmente produce zinc, plata, plomo y cobre.

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Matehuala32 y Mazapil33 fueron fundados en el último cuarto del Siglo XVI. De cualquier manera, la región más grande y más productiva del norte de la Nueva España fue una zona en cuyo desarrollo los más típicos ejemplos del asentamiento del complejo minero del norte (extendido del sudeste al noroeste) en la meseta colindando a los pies del este de la Sierra Madre Occidental. Empezando con el fabuloso descubrimiento de Zacatecas en 1546, mineros vascos rápidamente recorrieron las colinas noroeste, fundando numerosos reales, como son San Martín34, Fresnillo35, Indé36 y Santa Bárbara37. Cerca del filo norte de la zona minera los reales de Parral38, San Juan de la Concepción39 y Cusihuiríachic40 fueron establecidos durante el Siglo XVII. Finalmente, en 1704, el más norteño de los grandes depósitos de plata, Santa Eulalia, fue

32 (Z.M.) Minas descubiertas en 1613 en la sierra que después se formó el Real del Catorce, S. Luis Potosí. 33 (Z.M.) Concepción del Oro de Mazapil; descubierto a fines del Siglo XVI; con yacimiento de plomo, plata, oro, hierro y cobre. Fueron famosas las minas de Santa Rosa y Aranzazú. 34 (Z.M.) Las minas de San Martín, aledañas a la Noria de San Pantaleón, fueron descubiertas en 1546, y pobladas por Francisco de Ibarra. “Juan de Tolosa, que asentó su real al pie de la Bufa de Zacatecas el 8 de septiembre de 1546. Por acrecentar su hacienda, empleó más de un año en visitar las rancherías de los indios circunvecinos, esparcidas en cerca de treinta leguas. Se le llama conquistador, fundador y poblador de las villas de Llerena (Sombrerete), San Martín y Aviño y de las Salinas de Santa María”. Cf.”Guerra de los Chichimecas” en Anales del Museo Nacional de México, segunda época, Tomo I, pag. 185. Sin embargo, también en la fundación de Pénjamo, se dice que el Cap. Tomás Quesuchigua, indio tarasco fue el descubridor de las Salinas de Santa María. 35 (Z.M.) Fresnillo descubierto en 1568. Aún es un mineral productivo de plata, oro, cobre, zinc, etc. Sus mejores vetas están en el cerro de Proaño, del que fue dueño el conquistador don Diego Hernández de Proaño. Fue la hacienda de beneficio más grande del periodo Colonial. 36 (Z.M.) San Juan Bautista de Indé, las minas fueron descubiertas por el Cap. Rodrigo del Río de la Loza, y la fundó como villa el 24 de junio de 1563. La riqueza de sus minas propició la llegada de los españoles desde 1562 a la región desde donde se difundió la exploración hacia el sur del actual estado de Chihuahua. 37 (Z.M.) Las mismas hueste de Rodrigo Río de la Loza, que descubrieron Indé al siguiente año de 1564, encontraron las vetas de Santa Bárbara. En 1670 se le considera cabecera de su provincia y se intitula villa, con pretensiones de formarse corregimiento. Hubo en el Siglo XVI y XVII cierto abuso en término de villa, para acentuar un lugar más poblado que sus alrededores. Sin embargo, en le caso de Santa Bárbara, aunque no se le ha localizado la confirmación del título de villa, en la Audiencia de Guadalajara ni en el Archivo de India, la mención insistente durante todo el periodo colonial, nos hace suponer que inclusive llegó a tener ayuntamiento, pues dice Mata y Escobar en 1602 en que la señala como villa y menciona regidores. Cfr. Alonso de la Mata Escobar: “Descripción Geográfica de los reinos de N. Galicia, N. Vizcaya y N. León” Pag. 102 (Mex. 1940) reedición. Sobre el uso de la palabra villa Cf. A Domingo Lázaro de Arregi, en varias partes de su “Descripción de la Nueva Galicia” (Sevilla 1946) donde, inclusive menciona a Santa Bárbara como ciudad, exageración obvia, pag. 130 y 131. 38 (Z.M.) En la fecha que escribió el libro Robert C. West, aún había noticias vagas sobre el descubrimiento de Parral. Sabemos que desde 1602 ya existían unas “catillas” en las inmediaciones, como real de minas señalado en varios mapas con el nombre de San Juan, desde la primera década del Siglo XVII. La estancia de N. Sra,. del Parral, se menciona por las mismas fechas, y su dueño fue don Juan Pacheco, en que había capilla y se celebraba misa. En la rebelión tepehuana de 1618 fue destruida por los indios conchos, y en ella murieron varios españoles y su capitán. El descubrimiento del yacimiento hecho por Juan Rangel de Biezma, en 1631; está ampliamente documentado en la obra del Dr. Guillermo Porras Muñoz: “El nuevo descubrimiento de San José del Parral”, México, 1988. 39 (Z.M.) San Juan de la Concepción, estas minas fueron descubiertas en 1681 por el Cap. Martín Malo de Lara y don José Sáenz; por estar en las inmediaciones de Coyáchic, también se le denominó en con ese nombre Alcaldía Mayor y Parroquia; fue la más septentrional que en ese momento tuvo la Nueva Vizcaya. Aparece en documentos como la Cieneguilla, nombre que aún conserva un poblado pequeño. 40 (Z.M.) Santa Rosa de Santa María de Cusihuiriáchic. Real de minas descubierto en agosto d 1687 por Antonio Rodríguez. En enero de 1688 mudaron al lugar la alcaldía mayor y la parroquia que había en el cercano real de las Cieneguilla a San Juan de la Concepción y el gobernador Juan Isidro de Pardiñas distribuyó solares y nombró al Gral. Marcos Fernández de Castañeda como justicia mayor. Fue el asentamiento español más importante en el Siglo XVII, en el noroeste del actual estado de Chihuahua.

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descubierto, y cerca, pero efímero el centro de abasto y refinación de San Francisco de Cuéllar después conocido como San Felipe del Real de Chihuahua.41

El desarrollo de los reales de minas del norte es cercanamente asociado con ranchos de abasto y granjas de granos estaba basado en muchas características físicas de las estribaciones de la Sierra donde se ubica esta región minera.

Todo el cinturón al este de los pies de la Sierra Madre Occidental es caracterizado por pequeños depósitos por erosionadas capas volcánicas terciarias del periodo jurásico y cretásico clasticos. Las capas de ambas sedimentarias y volcánicas, pero en algunas localidades, cuando la cubierta extrusiva ha sido rasgada, ricos depósitos de mineral ocurren en las expuestas pizarra y caliza. La superior o zona filtrada de los depósitos usualmente contiene acumulaciones enriquecidas de fácilmente reducibles cloruros y óxidos, y en la profunda e infiltrada parte de la veta los sulfatos predominan.

Cuencas paralelas y límites tendiendo NNO-SSE con la sierra caracterizan la configuración de la superficie de la franja del pie de la sierra. Las elevaciones decrecen hacia el noreste hacia el interior de la meseta. Las fallas y desgastada capa de lava contenía el mineral visto por los españoles, y la cuenca adyacente de detritos esperaban cultivo y ofrecían fáciles rutas de comunicación.

En tiempos coloniales este pie de sierra fue distinguido por una vegetación de mezquite42 y hierba, los grandes lomeríos y colinas fueron cubiertos por encinos. En contraste con los bosques de pino y encino de la adyacente Sierra Madre hacia el oeste. El chaparral del desierto de los bajos, secos inmediatos al este. Por todo el cinturón minero hierba y mezquite eran un excelente forraje para el ganado que era indispensable para las minas; y además, el pino, encino y mezquite proporcionaban carbón y madera.

El drenaje del este de la sierra y sus colinas adyacentes están compuestos de arroyos de grandes antecedentes que fluyen generalmente hacia el este de la sierra, hacia el interior de la meseta y pequeños tributarios fluyendo en las cuencas cercanas. Estas cuencas, alimentadas por las lluvias de verano y nevadas en la sierra en invierno, proporcionaban riego para las granjas de granos establecidas a lo largo de sus delgadas planicies.

La localización de la región de desierto de drenaje interior, inmediatamente adyacente al cinturón al pie de la sierra era afortunado, porque en aquel desierto, las salinas (playas de lago) de tamaño variable era la fuente principal de sal necesaria para la reducción del mineral.43

41 (Z.M.) Sobre el descubrimiento de Santa Eulalia de Mérida y la fundación anexa del Real de San Francisco de Cuellar, hay una amplísima bibliografía, ya que es el origen de la actual ciudad de Chihuahua. 42 (Z.M.) Mezquite ( Proposis julia flora; según Swartz) árbol de la familia de las leguminosas. El fruto es una vaina cuyas semillas fueron fuente de alimento para los indígenas. La madera es de color rojo brillante y muy dura, por lo que fue muy apreciada en las minas. Su carbón de óptima calidad para el fundido de metales; lo que propició la deforestación en derredor de los centros mineros. Produce una goma comestible y medicinal. La corteza contiene tonina y era utilizada para curtir cueros. Sus variedades reciben nombres distintos en diferentes regiones: uej#eve en tarahumara; upala en lengua varogía. El más común en Chihuahua es el mezquite blanco. 43 (Z.M.) Comúnmente llamado tequesquite, del náhuatl: tatl, piedra, y quizquitl eflorescente. Es pues, una eflorescencia salina de color cenizo, formada de sexaicarbonato de soda y cloruro de sodio. Las gentes del campo

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Fue en este fundamento físico donde los españoles desarrollaron el asentamiento mina-rancho del norte de la Nueva España. Una descripción del distrito minero de Parral, en el extremo centro del sur del moderno estado de Chihuahua, nos presentará una ilustración de esa economía, representativa del norte de la Nueva España.

El distrito minero de Parral del norte de la Nueva Vizcaya cubría la misma zona que el distrito de Parral moderno. En días coloniales incluía aproximadamente el área entre el río Conchos y los altos del río Florido (mapa 2). Extendida del este al oeste de la mitad del río Florido a las primeras colinas de la Sierra Madre al oeste de la cuenca de San Pablo44, y formó el centro de la provincia colonial de Santa Bárbara45. Comprendida por muchas comunidades mineras agrupadas, granjas y áreas de abasto, este distrito durante el Siglo XVII fue el más grande de las regiones productoras de plata del norte de México, y, aunque modificada por la invasión de modernas técnicas americanas de minería, aún retiene algunos aspectos del complejo minero colonial.

Físicamente, el distrito de Parral presenta una sección típica de la región minera con el pie este de la sierra. En la porción oeste del área, cordilleras de colinas tendiendo al noroeste-sudoeste y como principales presentaciones brechas de basalto y andesitas, y marcando el sitio de numerosas minas. La sierra de Santa Bárbara cubierta de pinos y encinos (elevación máxima de 7000 pies) es la característica más sobresaliente del distrito y es bordeada en el noreste por una ancha estructura de cuenca aluvial, llamada plan de Santa Bárbara. Al este la delgada corona volcánica ha sido rasgada por los arroyos, exponiendo grandes áreas de caliza separado por remanentes de extrusivas interfluviales (mapa 3). El patrón de drenaje, también, es típico de los pies de sierra. Las corrientes principales, el río Conchos y el río Florido, atraviesan la delgada cuenca y límite del área hacia el este y el noreste de la Sierra Madre, y sus tributarios (río San Pablo46 y río San Pedro)47 ocupan la estructura de cuencas. Algunas de las corrientes económicamente más importantes, como se remontan en la Sierra de Santa Bárbara, y, desechando estructuras lineales fluyen hacia el noreste por el distrito de Parral como tributarios de cualquiera el Conchos o el Florido. Entre estas últimas corrientes están el río San Gregorio (río Parral), río de San Bartolomé (río de Allende) y el río de la Ciénega. El patrón de drenaje del distrito de Parral además semeja un abanico abierto al noreste con la sierra de Santa Bárbara en el origen y las variadas corrientes como listones abriéndose hacia fuera.

distinguen cuatro clases: espumilla, confitillo, cascarilla y polvillo. En ciénegas y pequeñas lagunas las reses lo frecuentaban para lamer la sal, en Chihuahua a estos lugares se les llama terreros. 44 (Z.M.) Se refiere a la región de Balleza, antiguamente conocida como Valle de San Pablo, formada por la cuenca del río San Juan que procede de Durango y recibe las aguas del río Chico y de Agujas para unirse al Conchos después de cruzar El Tule y El Rosario. 45 Los límites de la provincia de Santa Bárbara eran indefinidos, incluyendo el área sur de Chihuahua, entre el Río San Pedro y la parte alta del río Florido, cubría la parte oriental de la Sierra Madre y se extendía hasta el oriente del desierto. 46 (Z.M.) Este río se localiza en los mapas actuales como río de Balleza al que fluye el de San Juan que nace en Guanaceví, se une al Agujas poco antes del pueblo de Balleza, se une al Conchos en Paso de Piedras, cerca de Santa Rita, Municipio de El Rosario. 47 (Z.M.) Actualmente se localiza en los mapas como río de Minas Nuevas donde tiene su fuente, recorre los terrenos de El Potrero; Arroyo Seco; El Tule; Santa Gertrudis: San Julián; Agua Fría; Los Muertos; San Juan; Santa Rita; San Pedro Alfaro (de donde tomaba su antiguo nombre) La Paz y Ojo de Agua. Estos nombres corresponden a viejas estancias agropecuarias.

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En algún tiempo durante el periodo colonial las delgadas planicies de cada una de estas corrientes aportaban trigo y maíz con sus riegos. De nuevo, similar a otras áreas de pie de sierra, la parte baja al este de Parral estaba caracterizada por una vegetación de estepa de mezquite y hierba, y la sección alta oeste, estaba cubierta principalmente por pequeños arbustos de encino y hierba. Sólo la sierra de Santa Bárbara y sus zonas adyacentes de la Sierra Madre contienen una cubierta de pino y encino.

ESBOZO HISTÓRICO DEL DISTRITO MINERO DE PARRAL

En los 1550 y tempranos 1560 el joven vasco, Francisco de Ibarra, y sus seguidores fueron hacia el noroeste de Zacatecas para descubrir una serie de depósitos de plata (San Martín, Sombrerete, Avino, Guanaceví48, Indé), algún tiempo durante los 1560 uno de los tenientes de Ibarra, Rodrigo del Río, fundó el primer real del distrito de Parral, el real de minas de Santa Bárbara49. Este asentamiento fue establecido a un lado de unas vetas descubiertas por la erosión, conteniendo concentraciones superficiales de oro y plata, situada cerca de la boca de un pequeño cañón en la ladera norte de la Sierra de Santa Bárbara (Pl. I).

La importancia histórica del real de Santa Bárbara sobrepasa su importancia como productor de metales preciosos. Los depósitos intrusivos de plata, en el cual el asentamiento inicial estuvo basado, es pobre. De hecho, la mano de los españoles que componían la población del asentamiento, primero trabajó el oro libre concentrado en la parte superficial de las vetas. Pronto las vetas fueron enterrándose en la inalterada galena, y de ahí las pocas minas que sobrevivieron luchando y derritiendo mineral de grado pobre por plata, plomo y óxido de plomo50. En 1572 el asentamiento de Santa Bárbara tenía una población de treinta mineros y comerciantes, así como unos pocos tarascos o trabajadores mexicanos del centro de México51. Por la primera década del Siglo XVIII, de algún modo, el número de vecinos, (miembros de la

48 (Z.M.) San Pedro de Guanaceví, minas ricas descubiertas a fines del Siglo XVI. Destruido en la sublevación tepehuana de 1614 pero repoblado. Tiene muchas minas en sus alrededores. Cerca estuvo el mineral de San diego de Guapinaje, que después se despobló y debe confundirse con San Diego de Minas Nueva. 49 El año exacto en que se fundó Santa Bárbara no es definitivamente conocido. De acuerdo a la “Relación de Ibarra” (DII, XIV, 463-484), Rodrigo del Río hizo su entrada poco tiempo después del año de 1563. Mecham (Francisco de Ibarra p. 189) sugiere que Santa Bárbara se fundó en 1567. (Z.M.) El trabajo más documentado sobre la fundación del Valle de San Bartolomé, con texto comparado es el de López-Velarde, López Benito: “Expansión Geográfica Franciscana, en el hoy Norte Central y Oriental de México”. México, 1964. 50 Durante el último cuarto del Siglo XVI, la producción de plomo y litargio en las minas de Santa Bárbara, fue más significativa que la plata. El plomo y el litargio eran enviados a Zacatecas y Sombrerete para ser usados en la fundición de minerales más ricos en plata (DII, XIV, 478; López de Velasco, 1894 p. 277). (Z.M.)Los tiros de todas las minas primitivas solían ser muy superficiales al principio de su explotación. El protóxido cuyo hidrato se disuelve en la potasa es el de zinc, susceptible por esto mismo de formar sales metálicas bien definidas, que se aíslan y son llamados zincatos por algunos autores. 51 Reporte del Obispo de Guadalajara al Rey”, 23 de diciembre de 1572, en AGI, Aud. De Guad., Leg. 55. (Z.M.) “...esta la villa de Santa Bárbara, donde hay diez o doce vecinos, que unos viven de labranzas y crías de ganados mayores y menores y otros en mercancía. Hay también dos o tres mineros con sus ingenios, donde benefician metales por fundición, cuya molienda es de mulas [...] algunos indios por aquí están poblados” Son los datos de la visita que entre 1602 a 1605 realizó el obispo Alonso de la Mata y Escobar. Cf. De la Mata y Escobar “Descripción Geográfica de los reinos [...] Nueva Vizcaya...” Edición en México, 1940. No creemos que veinte años después haya aumentado mucho la población.

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población), mayormente abastecedores, habían disminuido a diez o doce, y sólo dos o tres minas estaban en operación52.

Durante estos precarios primeros años, otros numerosos depósitos de mineral fueron descubiertos y explotados en la escondida provincia de Santa Bárbara. La relación53 de Ibarra menciona el descubrimiento de las minas de San Juan, a tres leguas de Santa Bárbara54. San Juan fue posiblemente un depósito pequeño que enseguida terminó o los trabajos del mismo fueron destruidos por los chichimecas y más tarde olvidados. Algún tiempo después 1591 el real de Todos Santos (la moderna hacienda de Cordero, Chihuahua), treinta millas al norte de Santa Bárbara, fue descubierta55. Como aquella de Santa Bárbara, los depósitos de Todos Santos contenían galeana de bajo grado, la cual durante los primeros años fue explotada principalmente por plomo y litarguirio. En 1604 la población de Todos Santos consistía de dieciocho vecinos56; cuatro molineros se encargaron de todo el mineral extraído en la vecindad57. Muchos otros asentamientos en la provincia, como Roncesvalles58 y Valsequillo59 (respectivamente, dos millas al sudeste y cinco millas al este de Santa Bárbara), fueron probablemente abiertas durante este periodo60. Por más de sesenta años (1563-1631), de algún modo, Santa Bárbara y Todos Santos fueron las únicas comunidades mineras suficientemente grandes para llevar el título de Real en la Provincia entera.

El aspecto disímbolo de la minería durante los primeros años fue parcialmente balanceada por un vivo desarrollo de agricultura y abasto. El cultivo de trigo y maíz en las fértiles planicies a lo largo de las corrientes que descendían de la Sierra fue iniciado por frailes franciscanos quienes, en 1560, establecieron una misión llamada San Bartolomé en el río del mismo nombre61. La 52 Mota y Escobar, 1930, p. 182. (Z.M.) El autor antes citado sólo menciona en producción, en la región aledaña a Parral, a Santa Bárbara; Cuencamé “descubrimiento y población moderna”. Cfr. Mota y Escobar Ap. , Mapimí “despoblado por ocasión de haberse consumido u acabado los metales”. Ibidem. “Coneto, muy pobre de gente y metales” Ibidem. “El Caxco [...] hay dos mineros con familia gruesa de hijos y mujeres” Ibidem. “Indehe, hay tres ingenios en que benefician los metales por fundición; habrá cuatro o cinco vecinos” Ibidem. “Minas de Todos Santos, donde hay ocho o diez vecinos y cuatro haciendas donde se benefician metales por fundición” Ibidem. “Minas de Guanaceví )sic) [...] donde hay diez haciendas molientes y corrientes [...] son los metales de beneficio de azogue” Ibidem. También hace mención el obispo del mineral de San Andrés, este en la Sierra. 53 DII, XIV, 477-478. (Z.M.) Cf. Relación de los servicios de Francisco de Ibarra a propósito de la fundación de Durango. Cuestionario presentado a los testigos en 3 de febrero de 1570. A.G.I., Patronato, 73 ramo I. Hay otra relación de servicios presentada al Consejo de Indias en 1574: A.G.I. Patronato, 21 ramo 2, Núm.4 Sin embargo, West se equivoca en su suposición pues las minas de Todos Santos se les menciona desde 1676... El San Juan que Ibarra cita se refiere a San Juan de Indé, y a veces otro San Juan que podría ser el antecedente de Parral de que fueron dueños los Urbaneja, primeros pobladores de Santa Bárbara. 54 Esta fuente fue evidentemente usada por Velasco, 1894, p. 277 y por Herrera, 1726, p. 31. 55 Todos Santos es mencionada y localizada en el reporte de Río de Losa de 1591 (AGI, Aud. De Guad., leg. 28 (I)) es sólo posible que las minas de San Juan y Todos Santos sean la misma y que la “Relación de Ibarra” falló en su localización. Joan de Miranda en su reporte de 1575 sobre el área de Santa Bárbara, menciona las minas del Valle y San Juan y las de Todos Santos, ambos lugares a 13 leguas al sur de la (¿parte alta?) del Río Florido (DII XVI, 565). 56 El censo de Urdiñola de la Nueva Vizcaya de 1604 (AGI, Aud. De Guad., leg. 28 (2)). Este documento ha sido editado y publicado por Mecham (1932). 57 Mota y Escobar, 1930, p. 184. 58 (Z.M.) Roncesvalles en 1640 fue poblada, en ella murió el primer cura de Parral: Fernández Pasos. El descubridor de sus minas fue Francisco Segovia. 59 (Z.M.) Valsequillo, actualmente es una hacienda de labor del municipio de Matamoros. 60 En 1604, se dijo que ocho pequeños depósitos estaban bajo explotación en la Provincia de Santa Bárbara, (TBL, 1604). 61 Arlegui, 1737. P. 37. (Z.M.) Cfra. Supra, nota 49;

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misión estaba situada cerca de cinco millas río debajo de los depósitos de Santa Bárbara y estaba adyacente a unas pocas rancherías dispersas de tepehuanes, las cuales cultivaban pequeñas milpas62 en la planicie63. Pronto después de la fundación de las minas de Santa Bárbara, los granjeros españoles y mineros establecieron campos de trigo a lo largo de la corriente del San Bartolomé arriba y debajo de la misión, la cual rápidamente se convirtió en el centro administrativo y de abasto para el valle64. A través de esfuerzos los españoles y los franciscanos, este valle, 10 a 12 millas de largo y 1 de ancho, sirvió como el granero para los asentamientos mineros cercanos y se convirtió en una de las regiones agrícolas más productivas del norte de la Nueva España. Durante 1570 granjeros españoles y misioneros se apropiaron de otro distrito agrícola tepehuan en los altos del río Florido, unas doce millas al sudeste de las minas de Santa Bárbara65. Por 1581 una o dos haciendas de trigo habían sido establecidas en el valle inmediatamente al norte de San Bartolomé, llamado valle de San Gregorio, y por 1591 las corrientes alrededor de Todos Santos contenían pequeñas estancias de riego66. Después de 1600 los españoles habían ocupado las tierras cerca de Atotonilco (Villa López actual), un asentamiento indígena (tepehuán) situado cerca de las juntas del río San Bartolomé y río Florido67. Para 1611 los franciscanos habían establecido una pequeña misión ahí68. En 1604 los franciscanos avanzaron hacia el norte al río Conchos y fundaron la misión de San Francisco de Conchos, además ganaron terreno para subsecuente desarrollo agrícola español valle arriba de la misión69. La larga cuenca de San Pablo cuarenta millas al noroeste de Santa Bárbara, fue aparentemente intocada por los rancheros españoles. Al contacto con los españoles con el valle era habitada por tepehuanes y más tarde por tarahumares. En 1611 los jesuitas entraron en la cuenca y establecieron una pequeña misión en San Pablo Tepehuanes (hoy día, Balleza, Chihuahua)70. Durante los 1630 ellos fundaron la misión de Huejotitlán en un pequeño valle

62 (Z.M.) Milpa, del náhuatl: milli; sementera, y pa, toponímico. 63 El Valle de San Bartolomé era definitivamente territorio tepehuán. Ver el reporte de Miranda en DII, XVI, 566. Además en el Archivo Municipal de Parral hay un documento conteniendo una copia del título de las tierras en San Bartolomé que data de 1573, en el que el registrante asienta: “señalé a otra banda del río tierras de indio tepehuán a sus indios que son de las salinas”. (AMP, 1634, Minas, Sitios y Terrenos). 64 Acorde al reporte de Miranda (DII, XVI, 566), en 1575 cuatro granjas españolas habían sido establecidas a lo largo de San Bartolomé. “...están pobladas cuatro estancias de labor donde se coge con el riego del dicho río mucha cantidad de trigo é maíz...” (Z.M.) San Gregorio, hacienda que perteneció al gobernador don Diego de Ibarra y que dio su nombre al actual río del Parral. 65 En 1575 se reportó que este distrito tenía cuatro estancias de maíz. (Reporte de Miranda en DII, XVI, 565). Durante el último cuarto del Siglo XVI y las primeras décadas del XVII, la parte alta del Florido fue el principal granero de las minas de Indé. La misión jesuita de San Miguel de las Bocas (moderna Villa Ocampo, Durango) no se fundó en los altos del Río Florido hasta 1630. 66 AMP, 1654, Civil. 67 AGI, Aud. De Guad. Leg. 28 (2). (Z.M.) Aquí hay una confusión del autor; pues al poblarse San Buenaventura de Atotonilco en 1611 por fray Pedro de Almonte los indígenas eran tobosos y algunos cabezas. Repoblada por el Gob. Luis de Mansalva en 1645 por estos mismos indígenas; y posteriormente serán llevados algunos tarahumares para ocupar el lugar que nuevamente habían despoblado los tobosos. 68 TBL, 1635. Arlegui, pp. 82-83, afirma que Atotonilco fue fundada por los misioneros en 1619. 69 Arlegui, 1737, p. 76. (Z.M.) Para 1622 ya habían establecido varias misiones: San Francisco de Conchos con los pueblos de visita de San Luis y San Marcos; San Pedro de los Conchos, con visitas en Babonoyaba, Santa cruz, San Lucas y San Pablo. 70 Alegre, 1841-1842, II, 184. (Z.M.) La fundación de la misión de San Pablo de Tepehuanes fue por el jesuita Juan Fonte en 1607; y tenía como pueblo de visita a San Mateo, San Ignacio y algunas rancherías tarahumaras en la Sierra.

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tributario de la cuenca y Santa Cruz de Tarahumares (hoy Valle de Rosario, Chihuahua)71 cerca de la junta del río de San Pablo y el Conchos. Los jesuitas, manteniendo su dominio sobre la cuenca por una buena parte del periodo colonial, permitiendo asentamientos españoles en aquella zona.72

El periodo temprano de asentamientos europeos en la provincia de Santa Bárbara, además vio la toma de mucha de la tierra irrigable por ambos: estancieros españoles y religiosos franciscanos y jesuitas. En contraste con el rezago minero en este periodo, el desarrollo agrícola estalló, abasteciendo no sólo las pocas minas en la vecindad, sino también exportando harina de trigo de poblaciones lejanas del sur73.

Como la agricultura, el abasto tomó control inmediatamente en la cubierta de hierba y mezquite de la estepa en tierras de Santa Bárbara. Tan pronto, que en 1572 un obispo refiriéndose a esta región enfatizó que: “el principal sostén de esta área procede de sus ranchos y estancias que los españoles han establecido y mantenido”74.

Los asentamientos tempraneros de Santa Bárbara también sirvieron como frontera externa de la autoridad española. En vista de su insignificante riqueza minera, por 1600 el real de Santa Bárbara se había convertido en un fuerte presidio militar contra los tobosos y salineros75 del norte y del este. Después, a la vuelta del Siglo, el real fue hecho una villa76 y capital de la provincia de Santa Bárbara. Más después de la conquista de Nuevo México en 1599, Santa Bárbara y San Bartolomé sirvieron como puntos de partida para expediciones, colonizadores, y subsecuente comercio atravesando el desierto de Chihuahua hacia los asentamientos en la parte alta del río Grande del Norte.77

En los 1630 dos grandes yacimientos de plata en la provincia de Santa Bárbara transformó la región en uno de los distritos mineros más productivos de la Nueva España. la primera bonanza fue encontrada en el verano de 1631 en una colina a los lados del río San Gregorio, cerca 71 El asentamiento de Huejotitlán es mencionado por Bancroft, North Mexican States, I, 333. Aquel de Santa Cruz había sido sugerido por varios historiadores chihuahuenses, pero no ha sido corroborado por fuentes documentales. (Z.M.) Santa Cruz de Tapacolmes, en principio Santa Cruz de Conchos, visita de la misión de San Pedro, fue abandonada, y en 1714 repoblada con indígenas tapacolmes que fueron traídos por el Sargento Mayor Juan Antonio de Trasviña y Retes, de la Junta de los Ríos, hoy Ojinaga. Actualmente se llama Rosales. El autor confunde este lugar, con Santa Cruz de Tarahumares, o también del Padre Herrera; que fue fundada por el P. José Pascual en 1631. actualmente es el Valle del Rosario. 72 (Z.M.) Las concesiones de tierras a españoles no dependían de los jesuitas, quienes siempre se opusieron a tenerlos cerca de sus misiones. Las ordenanzas al respecto sólo señalaban poder comprobar que eran tierras realengos no ocupados por las naturales. 73 Esta actividad se implica en varios reportes y descripciones de la época, incluyendo el reporte del Obispo de Guadalajara en 1572 (AGI, Aud. de Guad., leg. 55). 74 AGI Aud. de Guad., leg. 55). 75 (Z.M.) Santa Bárbara nunca fue oficialmente un Presidio Militar. Los presidios establecidos más cercanos fueron el de San Sebastián, 1602 y Santa Catalina de Tepehuanes en la sierra de Durango. En 1645, el gobernador don Luis de Valdés fundó el presidio en San Miguel de Cerro Gordo (actual Villa Hidalgo, Durango) y algo después la Compañía de Campaña con sede en el valle de San Bartolomé. 76 (Z.M.) Teóricamente desde su fundación se le denominó “villa” como aconteció con la “villa” de San Sebastián en Sinaloa. Ninguna llegó a tener ayuntamiento, ni aprobación real. 77 (Z.M.) Actualmente río Bravo; también se le menciona en las crónicas como río Turbio; los españoles lo llamaron río Ebro, y al río Conchos, también denominado río de los Conchos, intentaron denominarlo Guadalquivir. Los indígenas llamaban al río Bravo: Alcachachua. Cf. Villagra. F. 135.

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de 10 millas río arriba de los asentamientos agrícolas y 12 millas al norte de Santa Bárbara. La búsqueda intermitente a lo largo de varias vetas de mineral de bajo grado en la vecindad inmediata de la colina había sido hecha desde 161178. Debido aparentemente a la alta erosión de las vetas de silicio llevando sulfuros libres de plomo, y la presencia de una pesada cubierta de maleza, los primeros exploradores habían pasado desapercibida la bonanza hasta veinte años después. Sobre el descubrimiento del depósito, llamado La Negrita (después La Prieta), mineros de Santa bárbara, Indé, Guanaceví y aun Nueva Galicia y México llegaron a las nuevas minas. Un real llamado San Joseph del Parral fue inmediatamente establecido al pie de la colina, y un alcalde mayor y oficiales mineros fueron elegidos. En 1632 la población de Parral comprendía más de 300 vecinos79 y más de 400 fundos mineros fueron ocupados en la vecindad80. Refinerías, ambas fundidoras y patios de amalgamación, crecieron rápidamente a lo largo de las riberas del río. Por 1637, treinta y siete comerciantes habían establecido tiendas en el nuevo real81. Pocos años después de este golpe, una segunda bonanza fue descubierta en una veta larga tendida de norte a sur (Veta Colorada), otras a tres millas al noroeste de Parral. Un real llamado San Diego de Minas Nuevas (hoy día Villa Escobedo) fue establecido en otras minas probablemente en 163482. Los minerales en ambos de los dos nuevos reales estaban libres de plomo. En ambos, las vetas eran caracterizadas por una excepcional zona productiva de superficie enriquecida con aleaciones de plata, plata nativa, y más profundamente situados, sulfatos de plata. Esta bonanza depositada atrajo un gran número de mineros, comerciantes y transportistas en ambos reales, y la próspera producción de mineral que continuó a lo largo del Siglo XVII fue reflejada en el crecimiento e importancia económica de esta posición fronteriza. San Joseph del Parral fue la residencia habitual del gobernador de la Nueva Vizcaya durante la segunda mitad del Siglo XVII y primera mitad del Siglo XVIII.

Un tercer, pero menos significante, descubrimiento fue hecho en el distrito de Parral en algún año de la década de 1650. Un rico depósito que producía minerales de oro y plata, llamado San Francisco del Oro, fue descubierto 5 millas al noroeste de Santa Bárbara83. Durante la misma década un pequeño real llamado Monserrate fue fundado aproximadamente 4 millas al sudeste de

78 AMP, 1633, Civil; Rocha, 1939, p. 243. 79 El descubrimiento de Parral fue reportado oficialmente por el Virrey de la Nueva España en agosto de 1632: “Don Ro Pacheco ossrio Va –Por quanto don gonçalo gomez de zerbantes gouernador y capn general de la nueba biscaya me a bisado por carta su fha de ocho de agosto deste presente año que en la probincia de santa barbara en el sitio de san Joseph del parral se an descubierto minas de mucha riqueza que unas se benefician por açogue y otras por fundicion acudiendo a marco y medio y a dos por quintal y que se an echo y lebantado muchas haciendas y otras que se ban fabricando y que ay poblados mas de trescientos vzos españoles...” (13 de octubre de 1632) (AGN, General de Parte, VII, fols. 265-266. (Z.M.) “Cerca de la hacienda de “sacar plata” de San Juan cuyo propietario era don Gerónimo Urbaneja... y se celebraba misa en su capilla”. Porras Muñoz, México (1980). Este mismo autor supone como fecha del descubrimiento el 19 de marzo de 1631; lo cuál supone por el titular San José. 80 AMP, 1632, Minas, Sitios y Terrenos. 81 AMP, 1637, AyG (I). 82 Las primeras menciones del nuevo descubrimiento se hacen en un documento de 1634, el cual habla de las minas como: “el nuevo descubrimiento de San Diego” (AMP, 1634, Minas, Sitios y Terrenos, (2)). (Z.M.) Sus primeras minas fueron descubiertas desde 1607 por Diego Rodríguez. Fue Alcaldía Mayor que comprendía hasta donde es actualmente la ciudad de Chihuahua. Ese mismo año se localizó la mina de El Carmen, cercana y la de San Agustín junto al Salto del Agua. 83 En 1658 se registraron cerca de 150 minas en San Francisco del Oro (AMP, 1657, Minas, Sitios y Terrenos). Un documento que data de 1661 establece que estas minas estaban muy bien pobladas y habían sido descubiertas unos cuantos años antes (AMP, 1661, AyG). (Z.M.) Las minas ricas de San Francisco del Oro, fueron descubiertas en 1658 por Francisco Molina.

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Minas Nuevas84. Otros depósitos insignificantes fueron descubiertos y trabajados en el distrito de Parral durante el periodo colonial, pero no fueron encontradas nuevas bonanzas después de la fundación de El Oro.

Para el tercer cuarto del Siglo XVII los principales depósitos de mineral, comarcas de agricultura y ranchos de la Provincia de Santa Bárbara (distrito de Parral) habían sido bien esbozados. Los asentamientos mineros fueron cerrados en grupo; tres –(Parral, Minas Nuevas y El Oro)- fueron los grandes reales; dos –(Santa Bárbara, villa y capital de la provincia, y Todos Santos) ambos los más viejos asentamientos, fueron los menos productivos y en el segundo mejor lugar; después siguen algunos reales pequeños bajo la jurisdicción de alguno de los pueblos mineros, por ejemplo, Monserrate, Roncesvalles, Santiago, Valsequillo. Las zonas de agricultura, aunque retenían el mismo patrón de asentamiento, se expandieron para satisfacer las demandas de la creciente población minera. Una situación parecida ocurrió en las zonas de ríos y presones. El patrón en el distrito de Parral persistió por el resto del periodo colonial, y ha sido parcialmente retenido hasta nuestros días. Muchos de los más pequeños asentamientos han desaparecido; Minas Nuevas también está casi abandonada; pero Santa Bárbara, gracias a la introducción de procesos modernos, ha gratamente mantenido su importancia de los días coloniales; y Parral por sí solo permanece como una de las minas más productivas de México. El patrón actual de la agricultura es prácticamente el de los tiempos de la colonia, pero ha habido un incremento de temporales, o campos dependientes de la época de lluvias.

84 AMP, 1660, Minas, Sitios y Terrenos. (Z.M.) Este mineral cercano a Parral, no debe confundirse con el de Nuestra Señora del Monserrat de Urique, descubierto en 1690.

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II.- MINERÍA Y METALURGIA

La estructura económica de los Reales de Minas en el norte de la Nueva España se centró alrededor de una actividad: la producción de plata, la extracción y beneficio del mineral de plata, el establecimiento de considerables complejos industriales y la aplicación de varias técnicas de minería y metalurgia, muchas de las cuales fueron tomadas de los alemanes por los españoles y también de los italianos. Además los procesos usados en el refinamiento y fundición del mineral de plata incluyó la utilización de varios recursos locales: madera, combustible y minerales como la sal, óxido de plomo, piritas de cobre para la amalgama. Este capítulo describe las técnicas mineras y metalúrgicas en las minas de Parral.

ORIGEN DE LAS TÉCNICAS MINERAS Y METALÚRGICAS DE LOS ESPAÑOLES.

Los españoles vinieron muy pobremente equipados al Nuevo Mundo con sus conocimientos de minería y metalurgia. Salvo pocas excepciones, los españoles del Siglo XV no eran buenos mineros. Vascos y asturianos habían tenido algunas experiencias en minería y reducción de minerales en los Montes Cantábricos; muchos de los mineros españoles conocieron algo del trabajo del oro. Pero antes de la apertura de las minas de Guadalcanal de España en 1550, muy poco de minería de plata se había hecho en la península desde tiempos de los romanos.

Los dos centros de minería y metalurgia en la Europa Medieval fueron Erzgebirge la Sajonia y la región de Venecia del noreste italiano. Si bien, los mineros germanos fueron probablemente los más avanzados en lo referente a técnicas, los italianos habían tenido algunos avances en la explotación de mercurio o azogue y su uso en la amalgama. Cualquier técnica que los españoles aplicaran en las vetas mineras del Nuevo Mundo fueron principalmente de origen alemán o italiano.

Los españoles aprendieron mucho fundamentalmente de dos publicaciones editadas durante la primera mitad del Siglo XVI, las cuales juntas abarcaban la mayoría de los conocimientos de minería y metalurgia de los alemanes e italianos. En 1556 Georgius Agrícola (Georg Bauer) registró la mayoría de los conceptos en su libro “De Re Methallica”1 En 1540 apareció el trabajo del sienese Vannoccio Biringuccio, llamado: “De la Pirotecnia”, el cual refiere los conocimientos contemporáneos de los metales de los italianos y los alemanes2. Estas dos publicaciones fueron los primeros tratados comprensibles del Siglo XVI de minería y metalurgia. En 1557 Felipe II ordenó una copia del libro de Agrícola y una colección de Los Ordenamientos mineros de Alemania para auxiliar a los mineros españoles, tanto en la metrópoli como en las

1 En 1912 H. C. y L. H. Hoover publicaron una admirable edición en inglés de Agrícola con extensivas notas. Muchos de los conocimientos mineros y metalúrgicos de los alemanes del Siglo XVI habían sido publicados previamente en el “Bermannus sire de re metallica”, Basle, 1530. 2 Biringuccio escribió su trabajo entre 1534 y 1539. Este fue publicado póstumamente. En 1942 C. S. Smith y Martha Gnudi publicaron la primer traducción completa al inglés de Biringuccio. Todas las referencias aquí citadas al trabajo italiano fueron tomadas de la traducción al inglés. Biringuccio da crédito en muchas de sus ideas y descripciones a las prácticas que él observó durante sus viajes a Saxony y otras partes de Alemania. Él tuvo acceso al Bermannus de Agrícola. Por otro lado, en su De re metallica, copió la sección del italiano sobre la destilación del mercurio y sulfuro. Ver C. S. Smith, 1940, pp. 189-192.

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colonias3. En 1569 el español Bernardo Pérez de Vargas publicó su: “De Re Methallica”, la cual comprendía principalmente una selección del libro de Agrícola y Biringuccio. Este libro era frecuentemente consultado por los mineros españoles. Aproximadamente hasta mediados del Siglo XVIII los españoles aun consideraban a Agrícola como la autoridad líder en minería. En sus comentarios (1761) Gamboa repetidamente se refiere a las técnicas descritas por los alemanes y recomendaba su adopción a los mineros de la Nueva España4.

Durante el Siglo XVI los españoles aprendieron nuevas técnicas también a través del contacto directo con los mineros alemanes, se cuenta de quienes fueron enviados a España a trabajar las minas de mercurio Fugger controlaba la de Almadén (1524-1550; 1557-1639). Y los depósitos de plata de Guadalcanal (1555-1565)5. Además, durante los principios del periodo colonial muchos mineros alemanes fueron invitados a las colonias españolas para que ayudaran a resolver varios problemas de minería. En 1528 la Compañía Welser buscaba obtener los derechos de explotación y comercio en Venezuela, acordando enviar cincuenta mineros alemanes a la Española y a Venezuela6. Al fin veinticuatro de estos mineros arribaron. Los alemanes ayudaron en las minas de oro y se comprometieron a desarrollar las minas de cobre en la Española (Catoy, Santo Domingo)7 y en Cuba (Montaña Cardoncillo, cerca de Santiago)8. Algunos de estos hombres pueden haber ido más tarde a la Nueva España o a otras partes de las colonias españolas. En 1536 otro grupo de mineros alemanes fueron enviados a México procedentes de Sevilla, en donde ellos introdujeron mejoras en la molienda y fundición de minerales de plata9. Muchos de estos alemanes se establecieron en el centro minero de Sultepec,10 al noroeste de Taxco11. Durante los primeros periodos de la minería de plata en la Nueva España (1530-1550) el Real de Sultepec parece haber sido un centro del cual las técnicas mineras se esparcieron a otras partes del Virreinato. Fue ahí, por petición que los alemanes introdujeron el uso de la maquina de triturar metal movida por agua y probablemente el proceso de amalgamación.

CARACTERÍSTICAS FÍSICAS DE LOS DEPÓSITOS MINERALES.

La riqueza y acceso de un depósito mineral regularmente decidían el tamaño y el rango de crecimiento de un real de minas. Además las grandes distancias; (500-1200 millas) entre los minerales de la Nueva Vizcaya y la Real Casa de Moneda en la ciudad de México y el peligro que representaban los indios influía en el éxito o fracaso de los asentamientos mineros.

Las características mineras y físicas de los minerales determinaba el proceso empleado en el distrito de Parral y en la mayoría de las áreas minerales de la Nueva España. 3 González, 1831, I, 437. 4 Durante el reinado de Carlos III (1759-1788) el gobierno español se esforzó por introducir nuevas técnicas mineras europeas a la Nueva España. En 1770 el Tribunal de Minería, incluyendo un colegio de minería, fue fundado en México. Durante este periodo muchos mineros alemanes fueron invitados a la Nueva España como instructores. 5 Quelle, “Vom deutschen Bergbau ...,” 1939, pp. 1-12. 6 DII, XXII, 251 ff. 7 DIU, 2d ser., I, 575 ff. 8 Schafer, 1936, pp. 162-170. 9 Icaza, 1923, II, pp. 258-259. 10 (Z.M.) Al menos el Cap. Antonio Sotelo de Betazas, que se incorporó la hueste de francisco de Ibarra en 1563; había sido minero en Sultepec y dueño de haciendas de beneficio. Así que fue de los primeros en introducir esta técnica en las minas de la Nueva Vizcaya. 11 J. García Icazbalceta, 1886, pp. Xxv-xxvi; Pferdekamp, 1938, pp. 26-27; Quelle, “Zur Geschichte ..., “ 1939, pp. 51-53.

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Prácticamente todos los depósitos que se trabajaban por el rumbo de Parral fueron vetas en grietas a lo largo de algunas fallas planas. La presencia de vetas minerales se encuentran hasta los 50º - 80º y muchos de ellos, como la Veta Colorada de Minas Nuevas aflora como “una banda continua por varias millas”12 (mapa 3, p. 8).

Los minerales de plata originales, formados dentro de las vetas eran invariablemente sulfides, asociados con el vulcanismo terciario. Las vetas contenían cada uno o ambos de los dos tipos de sulfido hipógeno, la diferenciación de las cuales fue fundamental para la metalurgia colonial: 1) la presencia de plata sulfide de plomo (galena), y 2) el sulfide de plata libre de plomo (argentita). La galena es probablemente la más baja en contenido de plata y tenía que ser fundida en pequeños hornos rústicos13. La argentita y sus derivados, casi siempre tan escasa como el plomo fue más rica en plata y podía ser trabajada más fácilmente y a mayor escala por medio del proceso de amalgamación de patio.14 Como se notó previamente el primer desarrollo minero adoleció de intentos de explotación de galena por su bajo grado en los reales de Santa Bárbara y Todos Santos, aparte de las estrechas relaciones entre los tipos de minerales y los procesos metalúrgicos. Una de las más características facciones de la minería colonial en el norte de la Nueva España fue la limitación de sus operaciones. Hasta la mitad del Siglo XVIII el promedio de las minas no pasaba de una profundidad de cuatrocientos pies, eran varios los factores que intervenían en esta limitación. Una característica peculiar de los depósitos de mineral de plata es el hecho de una pronunciada oxidación de la zona de enriquecimiento mineral sobre el terreno de la meseta de aguas que en la meseta del pie de las montañas orientales de la Sierra Madre Occidental va desde doscientos a cuatrocientos pies bajo la superficie. Bajo la zona alterada prevalece un grado bajo de sulfide.

La composición química de los minerales oxidados la hacen fácilmente reducible mediante los procesos metalúrgicos de la colonia. Más adentro de la zona oxidada el mineral es ligero y fácil de trabajar con herramientas simples, en contraste con los minerales difícilmente inalterados a poca distancia debajo de la meseta del agua.

Algunos de los problemas asociados con la minería profunda, tal como el drenaje del agua en los niveles más bajos, la dificultad para ventilar las grandes cámaras, la carencia de suficiente madera para el extenso reforzamiento de las minas profundas resultan problemas más difíciles de resolver para los conocimientos mineros de los españoles.

El enriquecimiento original de los minerales de sulfuro mediante la filtración del agua de la superficie fue uno de los factores más importantes que afectaron la minería de la plata al principio de la colonia. La concentración de ricos minerales cerca de la superficie favorecieron la rápida expansión de las minas durante los Siglos XVI y XVII y fueron la base para la fabulosa producción de ese periodo. Esto también provocó un rápido agotamiento de los mejores minerales, dejando los metales pobres y los subterráneos abundantes para ser trabajados en 12 En el distrito de Parral las fisuras mineralizadas sucedieron en el terciario volcánico (principalmente andesite) y el jurásico subyacente (?) y el cretáceo clásico. En Parral y Minas Nuevas las venas están casi por entero dentro del material volcánico, todas aquéllas de Santa Bárbara y San Francisco del Oro están confinadas a las pizarras subyacentes un flujo de basalto reciente. Ver Schmit, 1928, 1930; Rice, 1908. 13 La plata en los minerales de plomo se da en forma de pequeñas inclusiones de argentita dentro del sulfuro de plomo (Schmitt, 1930 pp. 13-15). 14 Una descripción de esta tecnología puede localizarse en: Trabulse, Elías: “Historia de la Ciencia en México”. México, 1984.

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tiempos futuros con un incremento en los costos y más bajos recursos. Alexander Von Humboldt15 quien visitó unas cuantas minas de la Nueva España en 1802-1803 se asombró tanto por el bajo grado de mineral y la gran cantidad que había sido trabajado que lo comparó con los depósitos de plata de Saxony y Hungary. Los vastos mantos de un grado bajo de mineral en muchas de las minas mexicanas no han sido agotadas hasta estos tiempos, a pesar de que habían sido trabajadas continuamente por tres o cuatrocientos años.

Las minas más grandes del distrito de Parral, especialmente las de Parral y Minas Nuevas, se caracterizaron por tener zonas con superficie oxidada de mineral rico en halóideo de plata (particularmente cloruro de plata, o querargirita16, argentita17 y plata nativa18) a lo largo de las vetas las zonas de enriquecimiento se extienden un poco más abajo del nivel de los depósitos de agua subterránea, o tan lejos como el agua cargada de oxígeno pudiera penetrar. En las vetas de Parral y Minas Nuevas el agua permanecía hasta cerca de trescientos pies19, y así la sección rica se debe haber extendido un poco más debajo de esa profundidad.20

En Minas Nuevas, durante mediados del Siglo XVII, muchas minas eran trabajadas a una profundidad de cuarenta a setenta brazas21.

La sección oxidada de plata o vetas productoras de plomo del distrito de Parral generalmente contenían una considerable cantidad de oro, como en los depósitos de galena de Santa Bárbara. Este enriquecimiento fue causado por la reducción en el volumen de material garga, más que por la solución, puesto que el oro es inerte químicamente y no es fácilmente transportado hacia abajo. La zona rica en oro en los depósitos de Santa Bárbara estaba aparentemente superficial, las operaciones de lavado del oro ahí duraron sólo unos cuantos años después de su descubrimiento. Similarmente al inicio de las operaciones en San Francisco del

15 Humboldt, 1811, III, 371-372. (Z.M.) En realidad, la información que Humboldt tuvo sobre Parral, y las demás minas de la Nueva Vizcaya; fue bastante atrasada, ya que los datos que tenía a mano correspondían a la penúltima década del Siglo XVIII: 16 Acorde con algunos técnicos mineros modernos, un rasgo característico de los depósitos de plata en las regiones áridas o semiáridas es una acumulación de minerales dentro de las zonas expuestas de las vetas sulfides. El origen de los iones halóideos (comúnmente Cl o Br) se dice que vienen de las sales originadas en las playas cercanas y que se depositaron por la acción del viento. El cloruro de plata (cerargirita), siendo prácticamente insoluble, es uno de los principales minerales formados por la reacción de la oxidación del sulfuro de plata y la solución clorina de la sal. Ver Reyes, 1911. Fácilmente reducible por la amalgamación, la cerargita fue uno de los minerales de la bonanza que dieron origen al crecimiento de Parral y de Minas Nuevas. 17 A través de la acción del ácido sulfúrico en presencia del sulfato ferroso como catalizador, mucho del sulfuro de plata se convierte en inestable sulfato de plata, el cual es movido en solución a la sección baja de la zona oxidada por sobre el nivel del agua. Ahí la plata se precipita como argentita, formando una zona muy rica. Ver Cooke, 1913. 18 La plata nativa estaba diseminada en Parral y Minas Nuevas en una acanaladura de arcilla expuesta encontrada usualmente entre las paredes de la veta y el macizo de rocas. Humboldt (III, 363-365) escribe sobre la abundancia de la plata nativa en las minas del norte de la Nueva España. 19 Schmitt, 1930, p. 18. 20 (Z.M.) Nunca se establecieron durante los Siglos XVII y XVIII, sistemas adecuados de bombeo en las minas de Parral.; los primeros intentos fueron en Cusihuiriáchic. 21 AMP, 1657, AyG (5). (Z.M.) Medida de longitud, generalmente usada en la marina y equivalente a dos varas o 16.718 decímetros. Así denominada por ser la extensión de los brazos abiertos de un hombre. Se usa para medir profundidades.

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Oro incluyeron la separación del oro, más tarde, sin embargo, las vetas de oro fueron explotadas ahí, cuatro excavaciones estaban en operación en 167122.

MÉTODOS MINEROS

Los españoles se toparon con numerosos problemas de ingeniería, inclusive en la minería superficial de minerales oxidantes. Uno de estos problemas incluía a las actuales excavaciones de los minerales en estos depósitos. Las excavaciones primarias en la superficie o la minería en hoyos, fue el método más común de trabajar en los depósitos pequeños esparcidos en el distrito de Parral. En muchos casos el suelo y el subsuelo era eliminado hasta llegar a las concentraciones de mineral cercanas a la superficie. De otro modo tiros verticales eran cavados dentro del material y si se hallaban minerales que valieran la pena se seguía extendiéndose a lo largo de la veta. Por ley los derechos sobre la mina podían ser establecidos sólo si la propiedad había sido trabajada a una profundidad de tres brazadas23. Como era frecuente el cavar y era escaso el material y el agotamiento de minerales ligeros estas pequeñas excavaciones eran efímeras. Ahora las pequeñas montañas de alrededor, una vez que hacían florecer las comunidades mineras del distrito de Parral, eran marcadas con zanjas donde ocurrían excavaciones viejas y ligeras a lo largo de las vetas (Pl. 2).

Tiro, socavones y escalinatas.- La minería extensiva y las grandes vetas, sin embargo, incluían técnicas más complicadas. Los Españoles cavaron profundos tiros, socavones y escalinatas y coladeros a lo largo de Veta Colorada en Minas Nuevas y en la veta Negrita en Parral24. En la Nueva España la mayoría de las vetas estaban penetradas por tiros, los cuales servían para la salida. Esta es una técnica ancestral practicada desde los romanos en los depósitos

22 AMP, 1671, AyG (2). (Z.M.) Por estas fechas, y ante la importancia de este mineral, se creó nueva parroquia en San francisco del Oro, teniendo a Santa Bárbara con sufragánea. 23 Ordenanzas de Minas de el nuevo Quaderno, 1584, Art. 35 (Citado usualmente como “Ordenanzas de San Lorenzo”). Estas 82 ordenanzas mineras, promulgadas en agosto de 1584, fueron hechas para las minas de España, pero también se aplicaron a la Nueva España, donde permanecieron hasta la instauración de las nuevas Ordenanzas de Minería de Nueva España, en 1783. Unas cuantas leyes suplementarias que fueron impresas después de 1584, aparecieron en la Recopilación, Lib VI, tít. 19. Comentarios de Gamboa tratan de las leyes de 1584 y de las formas, el único trabajo comprensible sobre los aspectos legales de los principios de la minería en la Nueva España. una traducción al inglés del trabajo de Gamboa fue hecha por Heathfield en 1830. Las Ordenanzas de 1584 se encuentran también en Halleck, 1859. Estas ordenanzas están basadas en leyes previas españolas sobre minería que datan de 1128 a 1563. (Fuero de Castilla, 1128; Las Siete Partidas, 1256; Ordenamiento de Alcalá, 1348; Ordenanzas de Bribiesca, 1387; Ordenanza de Valladolid, 1559; Pragmática de Madrid, 1563, que contiene 78 artículos de las regulaciones mineras). Más aún, en Nueva España se publicaron varias leyes sobre la minería anteriores a 1584 por los virreyes. En 1581 una serie de ordenanzas locales fueron establecidas por el Dr. Lope de Miranda, visitador general de la Nueva España, y fueron promulgadas por el Virrey Velasco II. (AGN, Ordenanzas, I, fols. 64i-73v; ver Zavala y Castello, I, 28-44, para las ordenanzas establecidas por Miranda para Taxco en 1575). Estudios generales sobre leyes mineras hispano-americanas, incluyendo algunos comentarios sobre leyes coloniales se encuentran en Velarde, 1919, y en Ramírez, 1883. (Z.M.) Véase supra, nota 21. 24 AMP, 1641, 1652, 1657, AyG. Estos documentos, que son visitas de minas o inspecciones, mencionan “labores de pozo”, “labores de frontón, labores de plan y chimeneas. (Z.M.) Esta veta, que parece ser la fundadora descubierta por Rangel de Biezma; se le denomina indistintamente La Negrita o La Prieta.

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de cobre y oro en Río Tinto25, y en las vetas de oro de Galicia26. Los tiros fueron adaptados al sistema español de delimitación de propiedades mineras a lo largo de las vetas a flor de tierra27.

Los brocales de las minas, o socavones28, eran aparentemente como los que usaron los mineros del Siglo XVI en la Nueva España, pero nunca se mencionan en las minas de Parral del Siglo XVII29. A principios del Siglo XVIII los socavones estuvieron siendo ampliados en algunas de las minas más grandes de la Nueva España. De acuerdo con Gamboa30, en 1739 uno fue construido con gran gasto en el Real del Monte, cerca de Pachuca, y uno más estaba siendo usado para acarrear fuera el mineral de una de las minas de Guanajuato. Él también agrega que los socavones eran impopulares entre los mineros en la Nueva España debido al costo de construcción y al desgano de los trabajadores de barrenar las rocas31. Los socavones parecen haber sido una técnica desarrollada –o redescubierta- por mineros alemanes e italianos en los Siglos XIV y XV32. En 1554 loa alemanes intentaron enseñar este método a mineros locales de Guadalcanal, España, quienes lo rechazaron por peligroso33. Las primeras veces que se usaron los socavones en las Minas del Potosí en el Alto Perú sugieren influencias alemanas.

La actual explotación de barrenos en el mineral dentro de la veta fue hecha en socavones, los cuales eran hechos en varias alturas. Los socavones estaban hechos en varios niveles y estaban por lo regular conectados por coladeros (labores de chiflón).

Desde que las propiedades individuales fueron confinadas a una sola veta, los españoles rara vez construyeron galerías transversales en la roca desde una veta a otra. Inclusive hasta los principios del Siglo XIX, Humboldt34 se sorprendía debido a la carencia de este tipo de cortes transversales llamados galerías y otros medios de comunicación más directos entre las vetas en 25 Davies, 1935, p. 20. (Z.M.) En Huelva, España, sus aguas siempre contaminadas por el lavado de minerales de hierro y cobre. De la región emigran muchos mineros que vinieron a la Nueva Vizcaya. 26 Van Nostrand, 1937, pp. 152-156. 27 De acuerdo a las Ordenanzas de 1584, Art. 23, el descubridor de un depósito de plata podía señalar con estacas a lo largo de la veta en su pertenencia en una medida de 160 por 80 yardas. Todos los demás mineros que registraron reclamos de propiedad en este depósito, se le daban propiedades de 120 por 60 yardas. Ambas medidas a lo largo y a lo ancho de la propiedad podían corresponder al descubrimiento de la veta. En Perú (Ordenanzas de Francisco de Toledo, 1572) el tamaño de las propiedades se restringía a 80 por 40 yardas para el descubridor y 60 por 30 para otros mineros. (Z.M.) Los pocos yacimientos explotados durante la época prehispánica, por los indígenas, fueron en su mayoría a flor de tierra. 28 (Z.M.) Socavón, galería subterránea horizontal que parte directamente de la superficie. Dice el jesuita José de Acosta: “...por medio de esta profundidad de minas, se inventaron los socavones, que llaman: que son unas cuevas, que van hechas por bajo desde un lado del cerro, atravesándole hasta llegar a las vetas”. 29 Cobo, I, 306, Y Acosta, I, 204, sin embargo, describen socavones en las minas de Potosí durante la mitad del Siglo XVI. Además, las ordenanzas de Francisco de Toledo de la mina de Peruvian elaboran regulaciones concernientes a su construcción y uso. Las ordenanzas siguientes son publicadas en Velarde, 1919, pp. 55 ff. 30 Gamboa, 1761, pp. 357, 477-478. 31 Los trabajadores nativos, dice él, dependen más del robo del mineral que de su remuneración como trabajadores. 32 Biringuccio (p. 19) habla del manejo de socavones horizontales o de bocaminas al estilo de la minería moderna, en contraste con los métodos antiguos del cavado de pozos. Pliny describe “túneles”(adits ?) en las minas de oro de Asturias (Van Nostrand, 1937, p. 155). 33 Un administrador de minas español escribe al rey: “... la insistencia de los tudescos en querer seguir su ordinario método de atravesar los pozos y abrir minetas horizontales o travesiegos, como llamaban, pudo ocasionar muchas ruinas de las que sobrevinieron en el establecimiento; cuando en sentir de los nuestros debía en general seguirse el orden de método común de ahondar verticalmente las minas”. (Gonzáles, I, X). 34 Humboldt IV, 34.

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las minas de Guanajuato. Muy poco puede ser averiguado acerca del tamaño de los socavones y escalinatas en las minas del Siglo XVII en Parral y Minas Nuevas; probablemente las escalinatas eran pequeños lances correspondientes a las extensiones de las barrenas del mineral. Las escalinatas35 eran apenas lo suficientemente grandes para que cupiera un hombre apretujado a través de ellas36

La profundidad de las minas altamente productivas, en el distrito de Parral, dependía principalmente de la distancia a que se encontraba bajo la superficie la zona rica en concentración de mineral. Como ya se notó los registros sobre la minería de 1650 revelan profundidades de 40 a 70 brazadas en la Veta Colorada de Minas Nuevas. La profundidad promedio posiblemente correspondía a la zona con alta concentración de argentita, usualmente arriba, aunque ocasionalmente se encontrará un poco debajo de las aguas. En el reporte de un real no especificado de la Nueva Vizcaya se menciona que en algunas vetas, los mineros habían penetrado a una profundidad de 70 brazadas antes de que los minerales más ricos fueran encontrados37.

Herramientas mineras: La excavación de gangas relativamente oxidadas requería únicamente el uso de herramientas simples. Los mineros españoles usaron cuatro herramientas comunes de acero; usadas desde tiempos antiguos: picos; palanca pata de chivo, cada una con un peso de 30 ó 40 libras; cuñas y marros38. Las barras, pata de cabra y las cuñas eran por lo general forjadas en acero ahí, porque cada mina tenía fraguas para diseñar, afilar y templar estos instrumentos39. La necesidad de herramientas trajo como consecuencia el tráfico de fierro y acero entre España y las colonias.

Los españoles conocían otros medios de extracción del mineral. Por ejemplo en el trabajo de gangas de material más resistente (inoxidado) o altamente silíceo, la antigua técnica de poner fuego podría haber sido empleada40. La pólvora sin embargo parece ser probable que no fue usada en la Nueva España, sino hasta la primera parte del Siglo XVIII. Aun así la pólvora negra fue la que se empleó primero para dinamitar en 1627 en Schemnitz, Hungary, la nueva técnica se difundió lentamente alcanzando las minas de plomo de Cornwall, Inglaterra, a más tardar en 168941. En España las explosiones fueron usadas por primera vez en 170342. La fecha de su

35 (Z.M.) Se usaron de dos tipos: la de muescas, que era de un solo tronco; y la de cordeles (de ordinario de cuero) con travesaños de madera. Dependía de la profundidad y extensión del tiro. 36Humboldt (IV, 32-33), sin embargo, nótense las grandes dimensiones de socavones principales en algunas de las minas de Guanajuato y Pachuca. Creyendo que las grandes galerías eran necesarias para una ventilación eficiente y los grandes socavones de exploración se necesitaban para tiros productivos, los mineros mexicanos construirían socavones de 8 a 9 pies de alto. Esas dimensiones aparentemente no eran comunes. 37 Hackett, 1923-1927, II, 217. 38 Cobo, I, 305; Agrícola, pp. 150-152; Humboldt, IV, 30; AMP, 1649, Protocolos. 39 AMP, 1649, Protocolos 40 En las minas de Zacatecas (1732) grandes cantidades de estacas (rajas) fueron usadas para hacer fuego en varios niveles (“dar fuegos en las minas”). No se explica el propósito de tales fuegos, pero tal vez se usaron para hacer fogatas, ventilación (?), o iluminación (?). (Rivera Bernárdez, 1732, p. 45). 41 Guttmann (1906, pp. 4, 7) ofrece documentos que prueban el uso de la pólvora para dinamitar en Hungría en la fecha citada. Las explosiones fueron empleadas en las minas de cobre de Staffordshire en 1665; en las montañas Harz en 1632. Ver también Launay, 1919, p. 173. 42 Maffei y Rua Figueroa (1872, I, 485). Estos autores también dan evidencia que las explosiones se usaron en las minas de Huancavelica de Perú en 1640.

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introducción a la Nueva España no está muy clara; pues fue poco necesaria porque los minerales oxidados prevalecían. Uno de los primeros indicios de la dinamita en México la de Rivera Bernárdez en la "Descripción de Zacatecas" en 1732 en la que el polvo para cartuchos de dinamita (cohetes) está enlistada como una importación43. La técnica aparentemente se vino convirtiendo en práctica común hasta finales del Siglo44, pero no se menciona nada de esto en los documentos de Parral.

Refuerzos de las minas: Donde se juzgara necesario los refuerzos de los tiros y socavones eran obligatorios en las minas de las colonias españolas. El artículo 41 de las Ordenanzas de la Minería de 1584 especificaba que: “... toda persona quien posea trabajo o reduzca cualquier mina o minas estará obligado a mantenerla clara y enmaderada de manera tal que no se encueve en ella o se ahogue ...”45. Además de un especial cuidado debe de ser tomado por los oficiales mineros de cada real para inspeccionar periódicamente las minas y reforzar las medidas arriba citadas; que si estas Ordenanzas fueron asumidas en el distrito de Parral, está claramente demostrado por las numerosas inspecciones (visitas de minas) que existen en los archivos de Parral. Por ejemplo: de nueve minas inspeccionadas en Minas Nuevas en 1642, tan sólo una estaba bien trabajada; todas tenían que ser limpiadas de roca de desperdicio, muy pronto todo debería de tener nuevo enmaderado; al menos tres fueron condenadas como inseguras para los trabajadores y se ordenó cerrarlas hasta que los soportes de madera fuesen remplazados y las minas completamente limpiadas46. En todos los casos si las mejoras recomendadas por los oficiales no se tomaban en cuenta dentro de los dos meses, las reparaciones que hubiere que hacer se hacían bajo la dirección del Alcalde Mayor con cargo al propietario de la mina47.

Tres tipos generales de refuerzos: pilares, enmaderado y relleno fueron hechos en las minas de la Nueva España. En los pilares de las minas de Parral y del material de las vetas que contenían mineral aun valioso eran dejados en intervalos de 6 a 10 yardas para prevenir el colapso de las paredes colgadas. En las vetas con un alto ángulo de inclinación los pilares también servían para soportar escalinatas.

Los pilares que contenían material eran siempre subrepticiamente raspado por los trabajadores, y para prevenir esto, los pilares eran apuntalados con madera, pero a pesar de esto los soportes eran destruidos y los propietarios de las minas, en Minas Nuevas, eran requeridos para reemplazar los pilares debilitados con piedra y mortero o con pesados puntales de madera48.

El enmaderado o apuntalamiento se hacía con técnicas relativamente simples. Los puntales servían para entibar las paredes que se hubiesen colgado en los socavones y túneles. Este trabajo

43 Cincuenta y dos arrobas (1300 libras) de “pólvora para cohetes en las minas” eran traídas anualmente a Zacatecas (Rivera Bernárdez, p. 45). La gran cantidad de pólvora usada indica que las voladuras probablemente habían sido comunes ahí por algunos años. 44 En 1776, por instancia, el Visitador José de Gálvez había ordenado que el precio de la pólvora vendida a los mineros fuera rebajada en un cuarto, indicando la difusión del uso de explosivos en las minas de la Nueva España en esos tiempos. Para una discusión de la manufactura de la pólvora en la Nueva España, ver Fonseca y Urrutia, 1845-1853, II. 45 Para una discusión en de esta ley, ver Gamboa, pp. 361-368. 46 AMP, 1642, AyG (2). 47 AMP, 1642, AyG (2); AMP, 1641, AyG (1). 48 AMP, 1657, AyG (5).

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significaba ir acomodando pequeñas secciones con tronco de pino o de roble entre las partes estrechas por lo regular de las vetas en los puntos débiles.

Los travesaños y las zapatas eran generalmente usadas para sostener puntales colocados en secciones de roca quebradiza49. El apuntalamiento de los pozos de la mina requería una técnica más complicada de entibiación en el brocal del pozo (ademes)50. En la mayoría de los casos los cuatro lados del pozo eran perfectamente enmaderados y apuntalados en los puntos que se sospechara fueran débiles dando como resultado una estructura similar a una caja (ademanes de cajón o cajón marqueado)51. Los mineros eran especialmente requeridos para que enmaderaran el brocal o entrada de las minas (tope del pozo) y dotarla de cubiertas con la finalidad de impedir la entrada del agua de lluvia52. Los mismos métodos de enmaderado son descritos por Agrícola, estas técnicas aunque simples pueden haber sido una introducción alemana53.

Las visitas mineras del Siglo XVII frecuentemente hacían alusión a lo rápido que se rompían el enmaderado de los brocales y socavones. Los mineros españoles tuvieron, probablemente, escasos conocimientos para curar apropiadamente los troncos de madera y para descortezarlos, así como para secarlas, ya que por esto, en las minas especialmente, se pudría la madera. El remplazo frecuente de la madera se tornó una actividad imperativa y fue aun más en los reales del distrito de Parral54.

Un tercer método común de reforzamiento –el rellenado con material sobrante del mineral- es una técnica ancestral ya que se sabe fue usada por los romanos en las minas de Río Tinto55. Agrícola56 describe su uso, y Gamboa57 indica que la técnica referida fue ampliamente usada en la Nueva España.

Acarreo del mineral hacia la superficie: Debido a lo superficial de los trabajos y a lo pobre de las labores, prevalecieron en la mayoría de las minas de la Nueva España métodos muy primitivos para la transportación del mineral hacia la superficie. Se usaban indios y negros como acarreadores y recibían el nombre de tenateros58, quienes cargaban pesados sacos de mineral (de 225 a 350 libras) sobre sus espaldas y en una marcha penosa por "escaleras de pollo" o labradas en troncos de pino en distancias verticales de 200 a 400 pies desde los niveles más bajos de las minas59. Un número suficiente de escaleras era requerido, por ley, en cada una de las minas, a fin

49 AMP, 1641, AyG (1). 50 (Z.M.) Del árabe ad-da’m, y el sostén, el apoyo. 51 (Z.M.) En forma de marco. 52 Íbid. 53 Los Fuggers introdujeron mejores métodos de enmaderado en las minas de Almadén. En 1524 (Quelle, “Vom deutschen Bergbau ...,” p. 8). Los métodos de enmaderamiento en esas minas se describen en DII, XI, 130-131 (1565). 54 AMP, 1657, AyG (5); AMP, 1671, AyG (2). 55 Gonzalo Y tArín, 1889, II, 34. 56 Agricola, pp. 125-126. 57 Gamboa, p. 363. 58 (Z.M.) Variante común de tanate. Bolsa, canasta o costal que usaban los mineros para sacar el metal a la superficie, de donde se infiere que le tenatero, no era el que fabricaba tenates, sino el que trabajaba cargando tenates. Viene de náhuatl, igual a cesto. 59 Humboldt, IV, 36-37. En las minas de Pachuca durante el final del Siglo XVII tales escaleras eran llamadas muescas (Gemelli Carreri, 1946, p. 100). Debido a la carencia de grandes maderos en las cercanías, las escaleras de

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de facilitar el acarreo del mineral. Los oficiales de la minería de Parral dieron atención especial a las condiciones que deberían de guardar estas escaleras y demandaban el remplazo de todas aquellas que estuviesen en malas condiciones por el uso y el tiempo o estar mal construidas60. Además los mineros estaban obligados a construir, excavando, plataformas de descanso a los lados del pozo de la mina, en intervalos de 14 brazadas61. En el norte de la Nueva España el mineral era acarreado en bolsas hechas de cuero aún húmedo 8tenates, costales); algunas hechas de fibra de agave eran empleadas regularmente usadas en las minas del sur de México62.

Durante los principios del periodo colonial, los mineros españoles rara vez usaron la ancestral técnica del “malacate”63 o torno y el sistema de poleas para subir el mineral a la superficie.

Para estas fechas ya era frecuente el uso de tornos y malacates movidos por mulas o a mano para subir el agua que inundaba algunos niveles, pero raramente se empleaban para transportar el mineral. Sin embargo eran descritos en detalle por Agrícola64 y usados por los alemanes en España65. Como el izamiento del mineral no era una técnica común en México sino hasta la última parte del Siglo XVII66.

Drenaje de las minas: El inundamiento de agua en los niveles bajos de las minas fue el principal problema serio de las minas en la Nueva España. Esta dificultad fue especialmente un problema en las minas de México donde la precipitación aun moderadamente abunda y prevalece una alta cantidad de lluvia. En 1575 una orden virreinal indicaba la inundación de muchas de las minas más ricas de la Nueva España y demandaba su drenaje de inmediato67. Durante las últimas décadas del Siglo XVI los mineros de Pachuca, Taxco, Zacualpan, Guanajuato y Zacatecas empezaron a quejarse de que había niveles inundados en las minas68. Alrededor de 1600 las inundaciones en las minas se tornaron en un serio problema, en algunas de ellas tanto que: fue

pollo eran desconocidas en Potosí. Aquellas grandes escaleras de cuerda con travesaños de madera eran usadas para descender y ascender los pozos. (Cobo, I, 306). 60 AMP, 1671, AyG (2). 61 Ordenanzas, 1584, Art. 74. 62 Humboldt, IV, 35. 63 (Z.M.) Del náhuatl malakatl, el uso de los indígenas prehispánicos. En minería a la máquina que a manera de cabrestante invertido que se usaba para sacar los minerales, agua, escombros o simplemente par descender en los tiros con rapidez. En el escudo de Chihuahua, aparece un malacate a la boca de una mina. Malacanchoncha, en Chihuahua, es darse vueltas como un malacate. 64 Agrícola, p. 193. 65 En 1558 los alemanes trabajaron las minas de Guadalcanal subiendo mineral desde los pozos por medio de tornos operados a mano (González, I, 437). 66 Humboldt (IV, 33-34) menciona el malacate movido por mulas como un método común para acarrear el mineral desde los pozos en Guanajuato. En 1697 el viajero italiano Gemelli Carreri (1946, p. 100) describe dos malacates usados para sacar mineral en las minas de Pachuca. 67 AGN, General de Parte, I, fol. 89v. 68 Por instancia, en 1575 los niveles más bajos de algunas minas profundas en Zacualpan se inundaron (AGN, General de Parte, I, fol. 131I). En 1580 un minero de Pachuca solicitó más labor india para ayudar a drenar sus trabajos (Zavala y Castello, II, 278-279). Para 1610 muchas de las minas de Pachuca habían sido abandonadas a causa de las inundaciones (DII, IX, 193). Las minas de Taxco se inundaron antes de 1600 (Bibl. Nac. Madrid, MS 3040) y en Guanajuato algunos niveles estuvieron siendo drenados en 1591 y las inundaciones habían causado el abandono de una mina en 1600 (Zavala y Castello, III, 139; IV, 461-462). Las minas de Zacatecas se reportaron inundadas alrededor de 1600 (Bibl. Nac. Madrid, MS 3040).

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hecha una petición a la Corona pidiéndole que algunos alemanes de las minas de Almadén, fuesen enviados a la Nueva España para que se aplicaran sus conocimientos y habilidades al problema de las inundaciones y el drenaje69. No hay indicación alguna de que semejante ayuda fuera enviada, pero tal requerimiento indica que los mineros españoles tenían una gran carencia de conocimientos y habilidades al respecto, así como de lo serio del problema.

La primer evidencia de inundaciones en las minas de Parral se encuentra en documentos que datan de 1671, lo cual indica que de 22 minas inspeccionadas en ese año, nueve de ellas necesitaban un drenaje70. La inundación de los niveles bajos indica también que algunas operaciones habían penetrado por debajo de la línea de los mantos acuíferos subterráneos. Para 1751 la mayoría de las minas de Parral habían cerrado debido al repentino agotamiento de los ricos minerales y a las inundaciones71. A mediados del Siglo XVIII parece haberse marcado una crisis en la mayoría de las minas del norte de la Nueva España; una de las principales dificultades fue la incapacidad para drenar los niveles inundados72. Este problema fue muy serio e inadecuadamente solucionado aun en la época de Humboldt73.

Durante el periodo colonial fueron utilizados varios métodos para drenar las minas. El método más primitivo y arduo fue el uso de cargadores humanos para subir el agua a la superficie utilizando para ello recipientes de cuero (cubos). Hasta 1575 fueron usadas por primera vez en la Nueva España bombas cuando un español recién arribado de la Península introdujo la técnica en Zacualpan74. En Guanajuato (1600) un torno operado a mano (noria) estaba siendo usado para drenar las minas75. Durante la última parte del periodo Colonial un malacate movido con mulas (llamado así, malacate) se convirtió en un importante medio para extraer el agua de las minas en la Nueva España76. Este artefacto consistía en un cabrestante o eje movido por mulas. Dos largas cuerdas con bolsas de agua que colgaban de ellas eran enredadas en el eje y eran alternadamente izadas hacia la superficie por la acción del cabrestante. El malacate fue posiblemente una invención alemana, esto es descrito por Agrícola77 y fue usado por ellos para drenar las minas de Guadalcanal de España en 157178. No está muy claro cuándo fue introducido este artefacto en la 69 Bibl. Nac. Madrid, MS 3040. 70 AMP, 1671, AyG (2). 71 TBL, 1751, diciembre, 30; Gamboa, p. 507. 72 AGN, Minería, XI, exped. I, 1772. 73 Humboldt, IV, 39-44. 74 El inventor de la bomba fue un Cristobal Iranzo, quien en 1575 demandó y vino de Castilla a la Nueva España para introducir su nueva técnica para el drenaje. “...xtobal yranço maestro de yngenios para desaguar mynas me hizo rrelación que el vino de los rreynos de castilla a esta nueva españa con pretención de facer algunas yngenios para desaguar las mynas que tuviesen con mucho agua en qual quier hondura pues ser notorio que las mas rricas no se labraban por esta caussa.” El aparato, una bomba de larga mano, operada por tres trabajadores, fue exitosamente demostrada en Zacualpan, y a Iranzo se le dio una licencia de quince años por su invención. (AGN, General de Parte, I, fols. 131v-132v). La bomba de Iranzo probablemente se instaló en muchas minas inundadas en el centro de la Nueva España; en Temascaltepec (1618) se usaron bombas para drenar las minas (Simpson, 1938, p. 53). En 1565 los alemanes estuvieron usando bombas para drenar las minas de la invención de Iranzo. 75 Zavala y Castello, IV, 462. 76 La palabra malacate se deriva del náhuatl malacatl, “eje”. El equivalente en español es devanadera y se usa también para designar el malacate. 77 Agrícola, p. 193. 78 De acuerdo a los documentos en González (II, 375-378), una persona de nombre maestro Hantz introdujo el malacate en España: “... el cual ingenio se mueve por medio de machos, y tiene dos cadenas en que están fijadas ciertas zacas, y con ellas se saca del pozo grande abundancia de agua.” (Z.M.) Zacas: de zaque, en árabe; odre pequeño

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Nueva España79. Sin embargo, en 1697 dieciséis malacates estaban siendo usados en Pachuca80, y durante el último cuarto del Siglo XVIII se reportará su utilización en muchas minas del centro de México.

Los mineros en la Nueva España no construían de manera común bocaminas para drenaje (contraminas, socavones), otra técnica muy antigua, hasta finales del Siglo XVIII. A pesar de que las Ordenanzas de 1584, contienen varios Artículos (78-82) que advierten sobre la construcción de bocaminas para drenaje, los españoles, como se indica arriba, estaban renuentes a embarcarse en tan costosas aventuras81. Las Ordenanzas mineras de 1783, requerían a los mineros conducir bocaminas, contraminas en todo terreno que así lo permitiese82. El drenaje de las minas mexicanas no fue manejado exitosamente hasta la introducción de bombas movidas por vapor durante la segunda década del Siglo XIX.

Ventilación: Los españoles usaban sólo métodos primarios para la ventilación de las minas. En Parral eran cavados pequeños tiros llamados "lumbreras" o "pozos" desde la superficie para ventilar los niveles superiores de éstas. Pozos para el aire también eran construidos entre los niveles83. La introducción de aire dentro de los tiros por medio de fuelles, artefactos para el agua o calentadores eran prácticas rara vez usadas. El pequeño intervalo (10 yardas mínimo) entre los tiros principales y secundarios proporcionaban por sí mismos ventilación suficiente en los niveles superiores. Las condiciones de trabajo eran muy malas, sin embargo, en las escalinatas y en los socavones a niveles más bajos, donde el aire se tornaba estancado y lleno de monóxido de carbono proveniente de la quema de las velas y otros fuegos. En estos casos la técnica antigua de iluminación con fuegos para crear movimiento en el aire pueden haber sido utilizados.

Iluminación: Todas las minas de la época colonial en la América española estaban iluminadas por velas de sebo. El sebo de carnero y de res para la fabricación de velas era una de las mercancías importantes que hacía crecer el comercio en las comunidades cercanas a las minas. El consumo de estas velas en las minas fue enorme.84

79 De acuerdo a un documento citado en Zavala y Castello (III, 3-4), en 1581 el virrey de México dio una licencia por un periodo de 12 años a Rodrigo López Portocarrero para el uso de un nuevo proceso (nueva ynbención) para drenar las minas e irrigar los campos. Un modelo de la máquina fue enseñado en la ciudad de México. De acuerdo con tres mineros experimentados (dos españoles y uno alemán), el proceso fue muy útil, y el virrey urgió su uso en todas las minas. Desafortunadamente, la descripción de la máquina no está completa. Esta “ynbención” probablemente es una forma de malacate. 80 Gamboa, p. 478. 81 Íbid, p. 482. 82 Ordenanzas, 1783, Título X, art. 2-12. 83 Los reportes de las visitas mineras tomadas en el distrito de Parral a menudo mencionan la necesidad de pozos para el aire en ciertos trabajos (AMP, 1641, AyG; 1688, AyG). No hay indicación de que estos pozos fueran construidos en pares para poder crear un movimiento convencional del aire. Los pozos en pares, por ejemplo, eran comunes en las antiguas minas romanas en el Río Tinto (Davies, p. 24). 84 (Z.M.) Véase el anexo No. 2 Que trata sobre el abasto de carne a Parral y San Diego obsérvese la importancia que se le da al sebo. Tenía dos importantes aplicaciones: la fabricación de velas para alumbrar la galería de las minas; y como lubricante para carretas, malacates y demás máquinas de los ingenios. Algunas plantas pegajosas, como la jarilla del río; sus hojas, podían suplir al sebo en los ejes de las carretas. También solía producirse el alquitrán, compuesto de trementina (resina) aceite esencial empireumático y carbono, que por incisión se saca de los pinos viejos que ya no escurren resina. Era también medicinal.

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En los 1730 las minas de Zacatecas consumían anualmente más de 20 toneladas de velas de sebo y tres mil libras de pabilo85.

PROCESOS METALÚRGICOS Y EXPLOTACIÓN DE REACTIVOS ASOCIADOS

Durante la mayor parte del periodo colonial fueron usadas dos principales técnicas metalúrgicas en los reales de minas: 1) Fundición por fusión de plomo y copelación y 2) Amalgamación por proceso de patio. Como se aprecia al principio, el uso de uno u otro proceso estaba por lo regular determinado por el tipo de mineral refinado. Galena, el principal indicador de la presencia de plata y mineral de plomo, el cual era rebelde al proceso de amalgamación, era fundido; minerales libres de plomo -argentita y los haloides- fueron reducidos por amalgamación por azogue. Muy seguido, sin embargo, cuando los mineros no podían obtener suficiente mercurio de España o Istria, también fundían minerales libres de plomo. Además, los minerales libres de plomo en alto grado eran fundidos más que amalgamados, la fundición era el proceso más rápido y menos productor de desecho. En Parral, como en la mayoría de los reales fundados sobre minerales libres de plomo, existían, de lado a lado, los patios de fundición y amalgamación86. Cada una de las técnicas requería sus respectivos tipos de maquinaria. Cada una necesitaba el uso de ciertos reactivos obtenidos localmente o importados. Grandes cantidades de litargirio y plomo eran consumidos en la fundición, y la amalgamación requería sal, mercurio y sulfato de cobre (magistral). Ambos procesos requerían de madera y carbón como combustibles, y agua de los arroyos adyacentes o de los manantiales fue usada en enormes cantidades para mezclar y lavar el mineral.

TRITURACIÓN DEL MINERAL

El mineral para la fundición o amalgamación era molido y extendido con la finalidad de exponer lo más que fuera posible al calor o a los reactivos sobre la superficie. El mineral era triturado a la medida de la grava para la fundición; los minerales refinados para la amalgamación eran molidos hasta convertirlos en polvo fino. Sin embargo, una primitiva manera de molido a mano era empleado en algunas instancias, los mineros españoles usaban el molino alemán para bocartear el mineral en la mayoría de las minas de plata del Nuevo Mundo87. Estos molinos eran movidos también con mulas o, donde había arroyos de regular tamaño, se usaban ruedas movidas con el agua.

El molino de este tipo fue un invento de finales del Siglo XV o principios del XVI introducido a México en la década de 153088. En 1536 un grupo de mineros alemanes, enviado de

85 Rivera Bernárdez, 1732, p. 45. 86 Usando figuras de la producción total de plata en la Nueva España para los años de 1785 a 1789, Humboldt (IV, 50) indica que la razón de cantidades de metal refinado por amalgamación a las reducidas por fundición era 3$:I. 87 Los molinos de pisón movidos por agua eran aún empleados en Taxco, Zacualpan y Sultepec en 1842 (St. Clair Duport, pp. 56, 262-263, 338). En muchos distritos mineros de México este molino permaneció como el principal método hasta la invención del molino rotatorio en los últimos años del Siglo diecinueve. 88 Agrícola describe el molino de pisones; los Hoovers (pp. 281-282, n. 8) ha sugerido su invención en Alemania. El molino fue probablemente una introducción directa de Alemania, pero éste era desconocido en España hasta 1556, cuando fue introducido desde la Nueva España. En una carta a los representantes españoles en las minas de Guadalcanal, el rey establece: “... estan muy bien los ingenios que habeis hecho para moler el metal y fundirlo al modo de la Nueva España”. (González, I, 211, 472).

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Sevilla, trajeron con ellos un nuevo tipo de molino mucho más eficiente que cualquier método usado previamente89. Este fue probablemente el molino de pisón o bocarte. Su uso muy pronto se esparció desde Sultepec hacia otros asentamientos mineros. Para 1562 los mineros españoles habían establecido 33 bocartes movidos por mulas en Zacatecas90, y al principio del Siglo XVII, Mota y Escobar91 reportan el uso de ambos molinos y bocartes de mulas y de agua en prácticamente cada real visitado en Nueva Galicia y Nueva Vizcaya. Este fue usado también en casi todas las vetas mineras en Sudamérica. Descripciones de finales del Siglo XVII de las zonas mineras de oro en Zaruma al sudoeste de Ecuador y de las minas del Potosí enfatizan la importancia de los bocartes hidráulicos92.

Los métodos de molido de mineral usados en el Distrito de Parral fueron representativos de aquellos que se usaron en los reales del norte de la Nueva España. Mota y Escobar93 en 1604, reporta el uso de bocartes accionados con mulas en Santa Bárbara y Todos Santos, donde arroyos de volumen suficiente eran represados. Favorecidos por un mejor surtimiento de agua, los bocartes94 hidráulicos fueron establecidos en Parral inmediatamente después de que las operaciones mineras habían empezado en 163195. Cada molino estaba accionado por un sobretiro de agua en sus ruedas de 12 a 15 pies de diámetro, con el agua que se tomaba de reservas lejanas, hechas corriente arriba por medio de canales. Cada una de las ruedas accionaba dos equipos de 6 a 8 pisones recubiertos de acero. Ya que el poder de molido de los pisones96 depende de su peso, más que en la altura de la caída, se usó más la madera pesada (mezquite y roble) para su manufactura. Cribas de cuero crudo y a veces cable de cobre servían para separar el mineral ya molido97.

PROCESOS DE FUNDICIÓN Y ASOCIACIÓN DE REACTIVOS

En los tiempos de la colonia el mineral de plata era fundido mediante la fusión con plomo; la plata era después separado del plomo por copelación. Este método de fundición y beneficio es de los más antiguos de todos los procesos metalúrgicos. Probablemente sea el primero que usaron los egipcios hacia el año 2500 antes de Cristo, pasando después este proceso a los fenicios, griegos y romanos; y persistió sin muchos cambios en su técnica hasta la Edad Media en comparación con tiempos actuales. La copelación es aún un proceso básico en cada muestreo o kilataje del mineral. La fusión del plomo incluía la fundición del mineral en un horno con corriente de aire con el plomo o el litargio (óxido de plomo) y otros flujos; el carbón era utilizado como combustible. Dentro del horno el mineral fundido era metido en un molde para forjarlo. Ahí la plata y el oro combinados con el plomo formaban una aleación de plomo, plata y oro, y la 89 Icaza, 1923, II, 258-259. 90 Amador, 1892, pp. 215-216. 91 Mota y Escobar, 1930, pp. 66 ff. 92 Jiménez de la Espada, 1897, III, 222-223; Cobo, 1890-1893, I, 313-315. 93 Mota y Escobar, 1930, pp. 182-184. 94 (Z.M.) Bocarte: del francés bocard; máquina de triturar metal. 95 AMP, 1632, Minas, Sitios y Terrenos. 96(Z.M.) Pisones, de pisa, apretar la tierra, o el metal. Instrumento de madera, pesado y grueso, de figura comúnmente de cono truncado y con su mango. 97 Varias peticiones civiles y testamentos del Siglo XVII existen en los archivos de Parral dan escasos datos sobre el molino de pisón. (AMP, 1643, Civil (I); 1649, Protocolos; 1657, Civil; 1667, Civil (2)). No hay evidencia de que éste haya sido empleado en Minas Nuevas o San Francisco del Oro. En ambos reales se carece de corrientes de agua suficientemente grandes para operar los molinos; así que ahí eran necesariamente movidos con mulas. (Z.M.) También se daban casos de que fueron movidos por indios esclavos.

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escoria ligera era rastrillada hacia fuera. El lingote aleado era removido y puesto en un horno de copelación en el cual con los métodos precisos eran separados de plomo. El interior de este horno estaba alineado98 con cenizas de huesos porozos. Calentado a muy alta temperatura, el plomo de la aleación se oxidaba (óxido de plomo) y era rápidamente absorbido por la ceniza, dejando así puro oro y plata como un botón en el fondo de la copela.

En Parral los hornos para la fundición eran los más antiguos: delgados en forma rectangular y del tipo con ventilación llamados hornos castellanos, los cuales iban disminuyendo en tamaño hasta el fondo99. La mayoría de éstos eran de cuatro a cinco pies de alto y tres pies cuadrados con un par de hoyos en el horno (lumbreras) de aproximadamente 18 pulgadas desde el fondo. Los hornos estaban generalmente construidos de piedra o adobe. Los fuelles, u hornos de afinación, eran generalmente pequeños, y en la región de Parral, por lo regular, pertenecían a individuos especializados en el refinamiento de lingotes de plomo y plata100. Cada operador tenía licencia oficialmente para moler todas las barras101 de plata que él refinara102. Los hornos de reverberación103 eran usados principalmente para quemar minerales, principalmente pirita mineral de plomo de un alto contenido sulfúrico.

Las corrientes de aire, necesarias en ambos hornos, tanto de fusión como de copelación, eran surtidos por fuelles hechos con piel de cabra o de borrego y operados por mulas o por turbinas de agua. En Parral muchos fundidores o fundiciones estaban equipados con fuelles o máquinas de fuelle movidas con agua, probablemente similares a aquellas descritas por Agrícola y Biringuccio104. Los adelantos como estos pueden representar otra introducción alemana.

Utilización del plomo y de compuestos del plomo.- El uso de la fundición por fusión de plomo y por copelación dependía de la disposición que se tuviera de reactivos de plomo. Consecuentemente, el plomo y el litargirio se convirtieron en objetos de una gran importancia comercial en los reales como Parral y Minas Nuevas, donde los minerales “secos”105 o libres de plomo, eran fundidos frecuentemente106. Dado que en el norte de México son abundantes los 98 (Z.M.) Aliñeado, o sea aderezado o compuesto. 99 Los distintos tipos de hornos del Siglo XVI están ilustrados en Agrícola, Biringuccio y Barba. Este último contiene el mejor ejemplo de horno castellano. Una buena descripción de los hornos, herramientas y demás usadas para la fundición en la Nueva España a finales del Siglo XVI, se encuentra en Gómez de Cervantes, 1944, pp. 155-163. 100 En 1671 había cinco establecimientos en Minas Nuevas, uno en San Francisco del Oro (AMP, 1671, AyG (2)); un año después de su descubrimiento, diez fuelles habían sido instalados por no mineros en Cusihuiriáchic (AMP, 1688, AYG). 101 (Z.M.) Barras: rollo de plata, oro u otro metal sin labrar. Cada una de la acciones o participaciones en que se divide una empresa para el laboreo de una mina. 102 De acuerdo al artículo 56 de las Ordenanzas de 1584, todos los lingotes de plomo-plata tenían que ser copelados en la casa de fundición. Esta función nunca fue establecida en el distrito de Parral; esta ordenanza probablemente nunca fue observada en los distritos circundantes. 103 (Z.M.) Reverberación (reacción química de calcinación que se hace en el horno de reverbero). 104 Varias invenciones de equipo para refinamiento en las minas de Parral mencionan los fuelles adheridos a ruedas, o a ruedas de agua. Gamboa (pl. III, fig. 4) ilustra una rueda operada con mula y una máquina fuelle de piñón similar a la que describe Agrícola. 105 (Z.M.) Secos 106 El plomo y el litargio eran igualmente importantes en otras productoras de plata de la Nueva España, y mucho antes de la introducción de la amalgamación en la década de 1550. En esa época grandes cantidades de barras de plomo eran importadas de España para la fundición de minerales libres de plomo en Zacatecas (AGI, Patronato, 180-70-4, n.d.). en 1579 las minas de Ixmilquilpan y Zimapan producían grandes cantidades de plomo y litargio para las minas de plata cercanas, incluyendo Zacatecas, Temascaltepec, Taxco y Sultepec (Paso y Troncoso, 1905-1906, VI,

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depósitos en galena, surtidores de reactivos de plomo estaban relativamente cerca de cada centro minero (mapa 4). En el distrito de Parral, Santa Bárbara y Todo Santos se surtían de gran parte del litargio usado en las fundiciones de Parral y Minas Nuevas107. El pequeño desierto real de Mapimí, localizado 150 millas al sudeste de Parral, desempeñaba una función similar108. Una vez más los documentos del Siglo XVII indican que ambos, plomo y litargio, eran acarreados al Distrito de Parral en carretas desde las minas de plomo y plata de Nuevo León a 40 millas al este109. En esta área, el principal surtidor de productos de plomo era el real de San Pedro de Boca de Leones (que es el moderno Villa Aldama, Nuevo León), ubicado 60 millas al norte de Saltillo110. Aún así, una gran cantidad era importada, mucho del plomo usado en Parral era el derivado de las viejas copelas de fundición saturadas con óxido de plomo. Pequeños hornos especiales, llamados fuellecillos para desgretar planchas, eran empleados para fundir sin plomo de tales copelas, y muchos españoles e indios aparentemente tomaron esta actividad como ocupación111. El litargio (greta), usado como fundente en la fundición de éste, fue de varias formas. El litargio puro, el amarillo, y escamoso polvo de óxido de plomo, probablemente no fue usado tan seguido como el plomo metálico (cendrada)112, que era restos remolidos de las copelas usadas. Otra forma de litargio de baja graduación era la escoria de un alto contenido de plomo, llamado plomillos, a menudo sustituidos, en periodos cortos, por litargio puro y plomo. Otra forma llamada temescuitate113 era una especie de escoria como nata originado de los minerales extremadamente altos en plomo que habían sido fundidos114.

Problemas en la fundición de minerales con antimonio.- En varias áreas de la Nueva España los mineros encontraban difícil fundir minerales de plata y plomo, debido a la presencia de algunas substancias rebeldes, tales como el sulfuro de antimonio (stefenite). El sulfuro

4). Otra vez San Martín, uno de los primeros reales establecidos al norte de Zacatecas, abastecía el último con grandes cantidades de litargio (Real Acad. De Hist., Madrid, MS 12-18-3, 1585). 107 Como se mencionó antes, la gran demanda de plomo y litargio probablemente previó el abandono de estos viejos reales. Tan tarde como en 1820, la función principal de las minas de Santa Bárbara fue la de surtir las fundiciones de Parral con reactivos de plomo (MS reporte de la Diputación de Minería, 1820). 108 Mapimí surtía de litargio también a los reales de Indé y Cuencamé. A pesar del abandono debido a los problemas de los indios, el real del desierto mantuvo su posición como productor del litargio en toda el área circundante hasta mediados del Siglo XIX (AMP, 1641, Civil; 1654, AyG (2); 1661, AyG (I)). 109 AMP, 1633, Civil; 1643, Protocolos. 110 El plomo y el litargio de este real eran acarreados a todas partes del norte de la Nueva España, incluyendo las minas de Zacatecas, Sombrerete y Parral. Las minas de plata-plomo menos significantes de Nuevo León (San Gregorio, Las Salinas) también producían reactivos de plomo como productos para la fundición de la plata. Ver Ladrón de Guevara, 1739, fols. 5r-6r; León y Sánchez de Zamora, 1909, XXV, 86. 111 AMP, 1645, Civil (1); 1646, AyG (4). 112 (Z.M.) Cendrada, de cendrar, del latín cineráre, hacer ceniza. En minoría dícese del asiento de ceniza que se pone en la plaza del horno de afinar la plata. La cendradilla, era un horno pequeño para afinar metales ricos. 113 (Z.M.) Variante de temezcuitate; del náhuatl, temeztli, plomo y cuitlatl, suciedad. Se le llamaba al ingrediente que servía para ayudar a fundir los metales plomosos. Comúnmente le llamaban temescuite. 114 AMP, 1645, Civil (1), (2); 1667, Civil (3).

Aunque el litargio fue usado predominantemente como un reactivo en la fundición en la Nueva España, los españoles habían introducido el arte del vidriado en alfarería con esta sustancia, y en la parte central de México eran consumidas grandes cantidades para los trabajos de cerámica nativa (alfarerías). El principal surtidor de litargio fue probablemente local, pero un poco puede haber sido acarreado de las zonas ricas en plomo del norte. El uso de óxidos de plomo y plomo blanco como pigmentos en la Nueva España no está claro. Es probable que una pintura amarilla se derivara del litargio. El plomo rojo (Pb2O2) y plomo blanco (Pb2CO2) fue usado en la decoración de iglesias. Hojas de metálicas de plomo, más aún, fueron usadas más seguido para techar iglesias.

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antimonial de plomo era muy común, especialmente en la Sierra Madre alrededor de Topia y en la parte oriental de la meseta cercana a San Luís Potosí. Una visita minera de 1591 reporta que los mineros de los reales de San Andrés y Topia estaban completamente “confundidos” por la presencia de antimonio, y las grandes cantidades de litargio que eran consumidas, intentando obtener plata de estos minerales115. Pocos años más tarde en 1604 cuando Mota y Escobar116 pasaron por el área de Topia, se percataron de que habían aplicado un nuevo proceso metalúrgico a la galena antimonial. Esta nueva técnica incluía la fundición con piritas de hierro o cobre (magistral). Agrícola117 menciona el uso de escoria de hierro en la fundición de mineral de plomo y plata con un alto contenido de stefanita, lo cual indica que los mineros alemanes estaban muy familiarizados con este problema durante el Siglo XVI. La técnica de la pirita podría ser hasta aquí, o un descubrimiento independiente de los españoles, o alguna otra de las introducciones alemanas.

SEPARACIÓN DEL ORO DE LA PLATA

El mineral de plata usualmente contiene oro en cantidades variables. Los embarques de barras de oro y plata procedentes de Parral durante mediados del Siglo XVII incluían barras de oro, parte de las cuales eran probablemente de puro oro, traídas de los placeres de las montañas y de los filones de San Francisco del Oro; el resto era el que posiblemente se separaba de la plata producida localmente mediante el método del ácido nítrico. Aunque era un método antiguamente conocido, este proceso no se introdujo en la Nueva España hasta 1558 por el minero alemán Gaspar Loman (Caspar Lohmann)118. Durante la última mitad del Siglo XVI un grupo de mineros alemanes estableció una salinera para proveer ingredientes a la manufactura de agua fuerte (aqua fortis) en la ribera del lago Zumpango en el Valle de México119. En los albores del periodo colonial la fabricación de ácido nítrico y su uso en la separación de oro y plata en la Nueva España parece ser muy grande en las manos de alemanes o flamencos120.

PROCESO DE AMALGAMACIÓN

Orígenes del proceso.- Está aceptado, por lo general, que el proceso de amalgamación no fue una invención en México, ésta, más bien, fue como una técnica italiana o alemana introducida en la Nueva España por mineros españoles o sajones121. El español Bartolomé de Medina, quien vino a la Nueva España hacia 1554, es usualmente acreditado que trajo el proceso de España, 115 AGI, Aud. De Guad., leg. 28 (1). 116 Mota y Escobar, 1930, p. 174. 117 Agrícola, p. 235. 118 AGN, Mercedes, I, 84. A Loman, llamado el “primer ynbentor en esta nueva spa de sacar agua fuerte... para apartar con ella oro de plata,” le fue dada una licencia de seis años por la fabricación de ácido nítrico. Este documento ha sido publicado por Alberto María Carreño en Gómez de Cervantes, 1944, pp. 155-156, N. I. 119 Pferdekamp, 1924, p. 31. 120 En San Luís Potosí, Ca. 1600, el conocimiento del agua fuerte y su proceso era firme en las manos de un grupo de comerciantes y de algunos “extranjeros”, quienes eran probablemente alemanes o flamencos. “... y deste (proceso de apartar el oro de la plata) no gozaro los mineros, sino los mercaderes q tocauan la plata y los estrangeros q saben apartar el oro de la dha plata.” La mayoría de la plata producida en las minas alrededor de San Luís Potosí contenían de 3% a 5% de oro. En 1600 estas minas fueron consideradas las más grandes productoras de oro en la Nueva España (Bibl. Nac., Madrid, MS 3040, fol. 409). 121 La introducción del proceso dentro de la Nueva España ha sido recientemente discutida por Vagner, 1942, y por Alberto María Carreño en Gómez de Cervantes, 1944, pp. 40-54.

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donde él había aprendido la idea de algunos alemanes metalurgistas que ahí residían122. Nueva información encontrada en el Archivo General de la Nación, en la Ciudad de México, indica, sin embargo, que en junio de 1556 el alemán Gaspar Loman recibió una licencia para un proceso de amalgamación en vez de Medina, quien había recibido su merced123 probablemente un año antes124. El proceso de Loman incluía la molienda fina de minerales de oro y plata y el uso de azogue, sal y quemado de caleopirita (magistral). Este es esencialmente el mismo método usado exitosamente en la Nueva España, hasta la invención del proceso de cianuro en 1887. Aparentemente Loman estableció su base en Sultepec, donde construyó maquinaria para demostrar su procedimiento125. Se advierte de manifiesto que Loman obtuvo la idea de la amalgamación directamente de su país de origen, debido a que presentó al Virrey ciertos dibujos de estos procedimientos que había traído de Alemania. No hay registro del arribo de Loman al Nuevo Mundo, o de su residencia en España126. Sin embargo, parece ser que Loman comparte créditos con Medina por la introducción de la amalgamación a la Nueva España127.

La afinidad del mercurio, la plata y el oro, era conocida desde la antigüedad. Aún así, no hay evidencia de que la técnica fuese usada a gran escala para reducir minerales de plata antes de su introducción al Nuevo Mundo. Las ideas sobre la amalgamación de Loman y Medina aparentemente vinieron de Alemania, pero Agrícola no menciona el procedimiento. Biringuccio, sin embargo, en escritos de la década de 1530, describe el método para la extracción de oro y plata de la escoria más fina o del mineral, agregando “vinagre o agua en lo que se sublima (una forma de mercurio), verdegris (acetato de cobre), y sal previamente disuelta”128. Él sostiene que éste método había sido usado por muchos, con grandes beneficios en las minas de Vicenza, en Schio129. Hasta en el noreste de Italia pudiera haber sido uno de los primeros centros de amalgamación. En 1557, cuando Felipe II, habiendo oído del proceso usado en México, intentó

122 Fernández del Castillo, 1927, pp. 207-251. 123 (Z.M.) Merced, del latín merces, mercédis; dádiva o gracia que los reyes o señores hacen a sus vasallos. Alfonso XI, puso el sello a la perpetuidad de las mercedes en la Ley 3ª. Del tít. XXVII de Ordenamiento. Véase lib.: III, tít. I de la Novísima recopilación. 124 AGN, Mercedes, IV, 706-709. Este documento invaluable fue descubierto por Philip Powell en 1939. La fecha de la licencia original de Medina fue entre 1554 y 1555. 125 De acuerdo a los papeles en la licencia de Loman, cualquier persona con deseos de usar el nuevo invento era bien recibido en Sultepec; pero desde que Loman y Medina tuvieron los derechos exlusivos en el proceso por un periodo de ocho años, nadie lo pudo usar en ningún lado en la Nueva España sin pagar los derechos a estos hombres. El uso del proceso se diseminó rápidamente. En 1563 Medina estaba recolectando regalías de diecisiete operadores de patio en Pachuca, veintiocho en Taxco, once en Sultepec, tres en Zacualpan, seis en Tlalpujahua, veintinueve en Guanajuato, treinta y uno en Temascaltepec (Fernández de Castillo, 1927, pp. 240-246). De acuerdo a Humboldt (IV, 55), treinta y cinco patios habían sido construidos en Zacatecas en 1562. 126 Loman estuvo en la Nueva España en 1550, cuando obtuvo licencia para mejorar un método de concentración mineral (AGN, Mercedes, III, 159). En 1540 un flamenco llamado Gaspar Loman, quien había estado conectado con los asentamientos Welser en Venezuela estuvo reviviendo las minas de cobre en la Sierra Maestra en Cuba (Schefer, 1936, pp. 162-170). 127 En adición a Medina y a Loman un minero alemán, Mosen Boteller, reclamaba que él era el inventor del proceso de amalgamación en la Nueva España. En 1563 Boteller (por esos tiempos vecino de la Cd. De México) fue enviado a las minas de Guadalcanal en España, a donde fue a introducir la técnica (González, II, 87). 128 Pirotechnia, pp. 142, 384. Él dice que una persona (sin mencionar su nombre) le vendió el “secreto“ por un diamante valuado en veinticinco ducados. 129 Íbid., pp. 47-48. Schio es un área de un asentamiento medieval alemán en las faldas Alpinas no muy lejos de Brenner Pass, la ruta del plomo hacia Austria.

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introducirlo a las minas de Guadalcanal, el administrador sugirió que enviase a Venecia por un experto en mercurio130.

Descripción del proceso.- Varios volúmenes se han escrito sobre la amalgamación de la plata. Las mejores descripciones del Siglo XVII son aquellas de Barba, en 1640, y Cobo en 1632. En el Siglo XVIII los Comentarios de Gamboa131 contienen una adecuada descripción. Cada libro o manual escrito durante el Siglo XIX sobre minería, describe y analiza con gran amplitud los procedimientos de patio del México antiguo. Excepto por el incremento en el tamaño de las operaciones individuales, los patios en México durante el Siglo XVII, casi paralelos a aquellos de los Siglos XVI y XVII, indicaron un pequeño cambio en la técnica por trescientos años. A pesar de lo voluminoso de las descripciones y análisis tempranos, la química actual del procedimiento no fue muy entendida. Comparativamente, hasta tiempos recientes, la metalurgia en México era meramente empírica. Los mineros de la Colonia usaban todo tipo de equipo en los procedimientos de patio y aplicaban reactivos de variadas descripciones, cantidades y de acuerdo a sus costumbres o a su antojo.

La amalgamación incorporaba la mezcla de mineral finamente triturado con agua y, usualmente, tres reactivos: mercurio, sal y sulfato de cobre impuro. Frecuentemente otros ingredientes como el tequesquite132, compuesto de cal y limaduras de hierro eran agregadas. La mezcla de reactivos con el mineral empapado de agua (masa) era hecha en un patio espacioso y empedrado, rodeado de paredes de piedra o adobe. La mezcla era usualmente hecha con mulas que caminaban sobre este lodo133. El material ya revuelto era después hecho pilas (montones) y ahí se le dejaba por semanas (en algunos patios por largo tiempo, hasta seis meses), tiempo durante el cual los iones de plata se iban separando químicamente de sus compuestos y del metal amalgamado con el mercurio. El tiempo necesario para la amalgamación variaba de acuerdo con la temperatura del aire, este procedimiento requería aún más tiempo en invierno que en el verano. Después de la amalgamación, el lodo hecho con el mineral (incorporado) era lavado en tanques con agua a través de lavaderos, ahí el légamo, sin valor alguno, era acarreado hacia fuera, dejando sólo la amalgama más pesada y libre de mercurio. Después este residuo era colocado en sacos de lona y la mayoría libre de mercurio era filtrada afuera.

La amalgama residual se prensaba en barras y se colocaba en pequeños hornos (buitrones), donde el mercurio se volatilizaba y la aleación de oro y plata se quedaba, conservando la forma original de la barra de amalgama. Las barras entonces eran tomadas por el aquilatador (ensayador), quien reconstruía, aquilataba y apisonaba cada barra con un número que las identificaba y una figura que indicaba su finesa134.

130 González, I, 437; ver Percy, 1880, I, 559-561. 131 Gamboa, pp. 406-411. 132 (Z.M.) Ver supra pie de nota 113. 133 Los registros coloniales indican que poco después de la introducción del proceso en la Nueva España, se usaron mulas para mezclar el mineral en los patios. Humboldt asevera (IV, 82) que el uso de animales en los patios no comenzó hasta 1783, pero no tiene bases fijas. Es verdad que en la última parte del Siglo XVI los indios eran forzados a trabajar con mucha dificultad el mineral lodoso en el patio de algunos reales, por ejemplo en Pachuca (TBL, 1568, Mayo 10). 134Numerosas modificaciones al proceso de patio se fueron desarrollando durante el periodo colonial. Frecuentemente se aplicaba calor al mineral triturado para apresurar la amalgamación. Una de las soluciones más radicales para el proceso de Medina-Loman era el método del cazo, desarrollado en Perú por Barba en 1632. Este proceso incluía el calentamiento de la mezcla del mineral con mercurio y sal en calderones de cobre. Esta fue

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Como en la fundición, el material mineral que será reducido por amalgamación, era molido en molinos de pisón. Para el patio, sin embargo, el mineral tenía que ser convertido en polvo. Consecuentemente, un segundo paso en la trituración –molido en seco o con agua en la arrastra- era usado con frecuencia especialmente durante el Siglo XVIII. Al parecer una invención independiente en México, utilizaba para este proceso un depósito circular hecho en piedra y con el fondo de rocas duras. Pegado a la viga que se proyectaba hacia fuera desde un poste colocado en el centro del depósito, había una pesada rastra de piedra jalada por mulas. De esta manera el mineral molido en húmedo era triturado a la finesa necesaria. En algunos casos la amalgamación se efectuaba directamente en el arrastre, echando mercurio y otros ingredientes dentro del tanque o depósito y mezclándolo con la rastra de piedra135.

El uso de grandes volúmenes de agua por el lento proceso de molienda del mineral y el lavado de la masa después de la incorporación del mercurio, determinaba la ubicación de los patios cerca de arroyos y manantiales. Las plantas de amalgamación en Parral (haciendas de sacar plata por el beneficio de azogue) de las cuales todavía se aprecian vestigios que pueden verse alineados por el margen del Río de Parral en distancias de uno a dos kilómetros a ambos lados de la parte central del pueblo (PI 3) Parral parece haber sido el centro de amalgamación para el distrito minero. Debido a la falta de agua, la amalgamación a gran escala no fue posible en Minas Nuevas. Así pues, su mineral libre de plomo tampoco era fundido localmente o acarreado a Parral para su molido fino y amalgamación136. Registros de corrales de piedra abandonados en las inmediaciones de Minas Nuevas, son la evidencia de cómo era el tráfico entre los dos reales. Además el mineral sin plomo de numerosas minas pequeñas diseminadas por el distrito era acarreado a las refinerías de Parral. El molido y refinado mandado hacer (a maquilas) fue pronto establecido entre los refineros de Parral137. Los honorarios por el tratamiento del mineral fue usualmente fijado; sin embargo, el costo variable de los reactivos era siempre agregado a la cuenta138. Este tipo de maquila fue muy común en la mayoría de los muchos reales donde la amalgamación de patio y molienda de pisón era usada139.

SUMINISTROS DE REACTIVOS ASOCIADOS CON LA AMALGAMACIÓN

Mercurio.- El azogue fue el fundamental reactivo para la amalgamación, y fue el ingrediente más difícil de obtener por los mineros de la Colonia. Prácticamente todo el mercurio que se usaba en la Nueva España era importado desde grandes distancias de tres principales centros surtidores: las minas controladas por el gobierno en el sur de España (Almadén), aquellos introducida a la Nueva España en el Siglo XVIII y fue la base para la amalgamación en cazos desarrollada en el Siglo XIX en las minas de oro y plata del oeste de los Estados Unidos. 135 Un método similar de molienda de mineral, inventado independientemente en el Nuevo Mundo, fue el molino chileno, usado en Sudamérica. Este consistía en una gran rueda de piedra, o molino de piedra vertical, el cual rodaba sobre un mortero circular y era jalado alrededor con mulas. La acción de la molienda era de esta forma similar a los primitivos molinos de harina, de los cuales probablemente se tomó la idea. No hay registro de que el molino chileno se conociera en México hasta principios del Siglo XIX. 136 MS reporte de la Diputación de Minería, 1820. 137 AMP, 1651, AyG (1). 138 Ver Halse, 1908, p. 222. Los costos variables pertenecían particularmente a la cantidad de mercurio consumida. El costo de la sal y el magistral estaba incluido en los cargos compuestos por el beneficio hasta cierto punto. 139 En 1585 la mayoría de los minerales de plomo-plata minados en el real del desierto de Mazapil era acarreado 80 millas hasta los molinos de pisón en Río Grande, cerca de Fresnillo (Real Acad. De Hist., Madrid, MS 12-18-3, No. 15, Doc. X).

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de Huanacavelica, Perú, y los depósitos pertenecientes a los alemanes en la península Istrian, a la cabeza del Adriático. La mayoría del mercurio usado en el norte de México venía de Almadén; sólo pequeñas partes provenían de Huanacavelica140, el importado de Istria no fue significativo sino hasta finales del Siglo XVIII. En los principios de 1700 algo del azogue era traído de China a través de Manila y, durante la última parte del Siglo (1786) fueron puestos en efecto planes para cambiar pieles de nutria capturadas en la costa de California, por azogue chino141. Aunque se descubrieron varios depósitos pequeños de mercurio en la parte central de Nueva España, la Corona generalmente prohibía su explotación. En tiempos de guerra, cuando los viajes transatlánticos eran interrumpidos, el gobierno permitía la operación de estas minas. Pero sólo un poco del azogue local era enviado a los reales del norte142.

Debido a la gran distancia de la fuente de mercurio, los mineros norteños continuamente sufrían escasez del mismo. Aunque la Corona pedía vender el ingrediente al costo, los altos recargos por el transporte desde Veracruz, eran agregados al precio de venta, lo cual lo hacía prohibitivo para muchos operarios pequeños143. Para facilitar el abasto de mercurio a las minas y asegurar así las continuas recepciones del quinto real, la Corona exigió la maquinaria burocrática para distribuir el azogue a los reales. Del almacén real, en la ciudad de México, los oficiales enviaban el mercurio a la Nueva Vizcaya, donde la Tesorería (Caja Real) en Durango, servía como segundo punto de distribución de las minas de alrededor incluyendo Parral144. Antes de 1590, el mercurio era distribuido a cualquier minero que estuviera afianzado y que pudiese pagar inmediatamente la mitad del costo al contado y el resto en un año145. Este sistema dio como resultado que los mineros acumulasen sus deudas y en algunos casos ocasionara su bancarrota. Para corregir esta situación, en 1590 fueron adoptadas nuevas regulaciones que especificaban que los mineros deberían de pagar en efectivo por todo el mercurio comprado146; además cuando las

140 El mercurio peruano era embarcado hacia la Nueva España en intervalos de espacio. Dos barcos con 3000 quintales llegaron a Acapulco en 1670. En 1687 una orden virreinal fue emitida pidiendo que se enviaran 1000 quintales de Perú y España a Nueva Galicia. En 1741, 4000 quintales de Perú fueron descargados en Acapulco (Fonseca y Urrutia, I, 313, 316, 332). 141 En 1704 el gobernador de Manila envió 74 quintales de China a Nueva España (Fonseca y Urrutia, I, 320). Para 1790 los españoles habían enviado 9729 pieles de nutria a China, por las cuales ellos habían recibido en Acapulco 1054 quintales de mercurio (íbid., I, 373-377). 142 Los siguientes datos indican los depósitos de mercurio trabajados en la Nueva España. La mayoría están situados en los distritos mineros del centro y sur. DEPOSITO FECHA DE LOS PRIMEROS TRABAJOS San Gregorio, jurisdicción de Acaxochitlán, 35 millas al este de Pachuca 1568 Chilapa, Guerrero 1678 Depósitos cerca de Cuernavaca 1718 Cuautla, Morelos 1718 Depósitos en Sierra de Pinos, sudeste de Zacatecas 1730 (reabierto en 1745) Depósitos cerca de Temascaltepec 1743 Depósitos cerca de San Luís de la Paz, Guanajuato 1742 Fuentes: Fonseca y Urrutia, I, 342 ff; Gamboa, p. 25 ff; Humboldt, IV, 109-11. 143 Un reporte exagerado de Parral (1678) establece: “... todos los mineros de la Nueva España son tan pobres que aunque el mercurio les sea regalado, no sólo no podrían ir por él a Veracruz, sino que no va a encontrar alguien que le preste el dinero para los cargos, ya que muchos de los reales están a 300, 400 y 500 leguas de Veracruz”. (Hackett, II, 217). 144 Recopilación, Lib. VIII, tít. 23, ley 5 (1629). 145 Fonseca y Urrutia, I, 299. 146 A cada minero se le pedía mantener un libro de cuentas mostrando la cantidad de mercurio comprado, la cantidad usada en el patio y el que recuperara y redestilara por la amalgama. Estos libros de contabilidad, así como las

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barras de plata refinada por amalgamación eran presentadas a la Tesorería para su sellado y pago del quinto147, los mineros podían recibir proporcionadamente otro tanto de azogue, como el que habían consumido en la reducción de la plata marcada148. Se deseaba con este método, al menos, prevenir la acumulación de deudas y el contrabando de las barras de plata que se hacía para evitar el pago del quinto. Los requerimientos de pago al contado por el mercurio forzó a muchos operadores de patio a pedir préstamos a comerciantes locales. De sus deudores, los comerciantes comerciaban mercurio al costo, para ofrecerlo en sus tiendas, vendiéndolo a altos precios durante los tiempos de escasez. Por el contrario, todo esto iba en desprecio de las leyes149.

Las largas distancias para el acarreo del mercurio desde sus orígenes en ultramar hasta las minas en México, necesitaba de un empaque especial para su transporte. Una ley de 1579, estipulaba que éste debería ser empacado en cajas liadas con cueros de borrego (badanas), conteniendo cada una un quintal150. Aún así, en el Siglo XVII el azogue era principalmente empacado en pequeños barriles que contenían aproximadamente medio quintal151. Hubo incluso una ley sobre cómo deberían de manejarse este ingrediente durante su transporte –que éste siempre se mantuviera en el lugar más seco para prevenir que se humedeciera; que a éste se le diera preferencia sobre cualquier otro producto transportado en el barco, en las mulas o en las carretas152. Pequeños barriles de mercurio fueron traídos a Parral, tanto en recuas como en carretas.

Magistral.153- El magistral, un sulfuro de cobre-hierro, fue considerado como la llave de los reactivos en la amalgamación. El nombre magistral, que significa factor maestro, indica la importancia que le daban los españoles. El compuesto de cobre probablemente actuaba como un catalizador, permitiendo a la plata su más rápida amalgamación con el mercurio. Consecuentemente se convirtió en un artículo de gran significado comercial en las zonas mineras.

Afortunadamente, depósitos pequeños de calcopirita, asociados a menudo con minerales plomíferos, se localizaban por doquier en el norte de México, y usualmente estaban cerca de los grandes centros mineros. El distrito de Parral fue típico a este respecto. Uno de los grandes suministros de magistral en este distrito fue el pequeño real de Roncesvalles, ubicado 5 millas al

operaciones actuales de refinamiento, eran estrictamente revisadas por oficiales (AMP, 1636, Protocolos; Gamboa, pp. 44-61). 147 (Z.M.) Costumbre adoptada de los árabes, que solían apartar la quinta parte del botín para el jefe. Derecho que se pagaba al rey, de las presas, tesoros y minas. “...mandamos que de todo el oro, plata, perlas y piedras que se hubiesen en batalla con los indios, entrada de pueblo, o por rescate [...] se nos haya de pagar y pague el quinto de todo.” Recopilación de las Leyes de Indias. Equivale al 20%. En la Nueva Vizcaya nunca se pagó más del 10%. 148 Fonseca y Urrutia, I, 302. 149 AMP, 1651, AyG (I). 150 Recopilación, Lib. VIII, tít. 23, ley 6. 151 AMP, 1636, Protocolos; 1641, AyG (2). 152 Recopilación, Lib. VIII, tít. 23, ley 7. 153 (Z.M.) Reactivo o material especial, cuya base activa es el sulfato cúprico, que se incorpora al mineral de plata que ha de ser amalgado. Se obtiene el magistral tostando, en un horno reverbero, piritas, sulfuros u otros compuestos capaces de dar sulfato cúprico ácido. Primero se trituran los minerales, y luego mezclados con sal marina, se tuestan.. En defecto de minerales sulfurados sirven los oxidados, sólo que entonces es necesario añadir pirita de hierro. La composición del magistral, aún constando sólo de cobre, hierro y azufre es muy variable y se conoce su calidad de manera práctica por el tiempo que la mano cerrada podía soportar el calor que desarrolla, después que se ha mojado con agua. En un buen magistral este tiempo no excede de 70 segundos.

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este de Santa Bárbara, cerca de la sierra154 (mapa 4). Otros depósitos que surtían la región de Parral eran Huejuquilla155 (70 millas al oeste de Parral), El Carmen156(60 millas al sur del distrito, cerca de Indé), y posiblemente Mapimí157. Los registros muestran que algunos individuos buscaban calcopirita, misma que vendían clandestinamente a los operadores de patio. Antes de que pudiera ser usada la calcopirita (sulfide de cobre-hierro) en la amalgamación, tenía que ser convertida en sulfato. Regularmente esta operación se hacía en el patio, donde el mineral triturado era quemado en hornos reverberantes para oxidarlo y disminuir el contenido de sulfuro158.

Sal.- Como reactivo en el proceso de patio, la sal era tan indispensable como el sulfato de cobre. Las salinas eran abundantes en la llanura y áreas desérticas del norte de México, y la recolección y acarreo de la sal desde los depósitos cercanos a los patios se convirtió en un negocio regular.

La sal se recogía en dos tipos de salinas, a lo largo de los márgenes pantanosos de la costa del Pacífico, en marismas y lagunas mediante la evaporación. La sal marina así obtenida, era para las minas ubicadas al pie de las montañas de la Sierra Madre en Sinaloa y Sonora. Sin embargo en la Mesa del norte había sal impura (saltierra) formada en la superficie de los lechos secos de los lagos (playas). Aunque había cientos de playas en toda la meseta, sólo un limitado número de ellas tenían la sal adecuada en cantidad y calidad para su explotación. Los asentamientos mineros del lado oriental de las montañas de la Sierra Madre obtenían sal de las playas y en las partes bajas del terreno desértico hacia el este y norte.

La playa más grande y más productiva fue Peñol Blanco, 45 millas al este de Zacatecas159. Descubierta en 1562160, muy pronto después de la introducción del método de amalgamación, ésta salina surtía de sal las minas de Zacatecas, Guanajuato, Mazapil, Ramos, Sombrerete, Fresnillo y San Martín. Los patios en los reales del sur de la Nueva Vizcaya, como Avino, Cuencamé, Indé y Guanaceví probablemente obtenían la sal de pequeñas playas o fuentes de sal en el desierto del este161. Los mineros de Parral procuraron algo de saltierra, en pequeños depósitos de playa en el desierto adyacente. Numerosas salinas, principalmente la de la Laguna

154 MS reporte de Diputación de minería, 1820. 155 (Z.M.) Lugar poblado desde 1643 por el Cap. Diego Zubía a cuya hacienda llamó Guajoquilla. Abandonada y poblada varias veces hasta que se fundó ahí un presidio en 1753 por el Cap Bernardo Antonio de Bustamante y Tagle. Actualmente es ciudad Jiménez. 156 (Z.M.) Este lugar descubierto en 1602, no debe confundirse con el nombrado Nuestra Señora del Carmen de Peña Blanca, al norte de Chihuahua, y donde también hubo minas. Actualmente Flores Magón. 157 AMP, 1654, AyG (2). (Z.M.) Fue una ranchería de indios cocoyomes, en la que fundaron una misión en julio de 1598 los jesuitas Agustín Espinosa y Francisco Ramírez. Las minas anexas fueron descubiertas por mineros de San Juan de Cara, dos años después. 158 AMP, 1649, Protocolos. 159 Peñol Blanco estaba compuesto de un grupo de playas individuales y fuentes de sal. Durante el Siglo XVII las playas de Santa María y Peñol Blanco eran los más grandes productores (AGN, Salinas, XVI, fols. Ir-31r). 160 Hackett, I, 93. 161 Las fuentes de sal de Chorro, en el malpais (lava scoriae) inmediatamente al este de la villa de Durango, surtía sal para las minas de Avino y Santiago. En 1628 la sal fue traída a Cuencamé de una pequeña y recientemente descubierta salinera en la jurisdicción de Parras en Coahuila central (AMP, 1623-1629, AyG).

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de la Estacada, 70 millas al sudeste del distrito, fue explotada durante los primeros años de la minería en Parral y Minas Nuevas162 (mapa 4).

Para mediados del Siglo XVII, los surtidores de sal para las minas de Parral la traían de grandes salinas en el norte del actual Chihuahua y Nuevo México. En 1647 se reportó un gran depósito en “una parte del Río del Norte (Grande) habitado por indios llamados mansos”163. No se dan más indicios de su localización; sin embargo, Salt Basin, 15 millas al sudoeste de El Capitán Peak, en Trans-Pecos, Texas, contiene la única salina comercialmente explotable dentro del territorio de los mansos cerca del Río Grande164. Una de las más productivas salinas de Nuevo México estaba en Estancia Basin, 80 millas al sur de Santa Fe165. Los gobernadores de Nuevo México habitualmente enviaban indios pueblos y mansos a estos depósitos a colectar sal, que era vendida a los mineros de Parral166. Además de que antes de 1655, los carreteros de Parral hacían un viaje anual a esta salina167. El proveedor primario de sal para Parral durante la segunda parte del Siglo XVII parece haber sido uno o quizá dos, las playas y lagos al noroeste de Chihuahua, a 300 millas de las minas. De acuerdo con un reporte de 1667, estas salinas fueron descubiertas en 1655 y se les ubica 12 leguas desde el pueblo de Casas Grandes168. Actualmente ahí no hay salinas en un radio de 12 leguas del pueblo; los únicos depósitos que pudieran corresponder a la descripción de 1667, son aquellas de La Unión, 75 millas al noreste de Casas Grandes169. En 1665 fue descubierta otra salina importante en una playa llamada “Los Patos”170 en la región de

162 La Laguna de la Estacada probablemente fue descubierta antes de 1574, porque en ese año Joan de Miranda reportó una gran salinera 30 leguas al sudeste de Santa Bárbara. La referencia de Miranda probablemente indica la actual Laguna de la Estacada. Siendo conocida por más de cincuenta años, esta playa fue la más utilizada en Parral después de 1631 (DII, XVI, 566). Además, reportes fechados en 1575 y 1607 mencionan el descubrimiento de numerosas salineras cerca de Parral, pero no dan la localización ni nombres (Hackett, I, 103; II, 95). 163 AMP, 1648, AyG. El descubridor, un Romo de Vibar, vecino y granjero en el Valle de San Bartolomé y primer colono del Conchos, solicitó el derecho exclusivo de explotar la sal para los patios de Parral. 164 140 Los españoles de Chihuahua estuvieron tomando sal fuera de esta cuenca durante los primeros años del Siglo XIX (Richardson). Un documento de 1657 (AMP, 1660, AyG (2)) se refiere a la recolección de sal para las minas de Parral en la Salina de Lorenzo Moreno” en Nuevo México, la cual puede haber sido Salt Basin, Texas o Tulorosa Basin, Nuevo México. 165 Gregg (1844, I, 175-176) describe las viejas calzadas, mismas que fueron construidas en la superficie de las playas en tiempos de la colonia. Esta salina es aún activamente explotada, a principios del Siglo XIX. El mapa de Nuevo México de Miera y Pacheco (AGN, Historia, XXVI), fechado en 1779, llama a la cuenca “Valle de las Salinas”. 166 Hackett, II, 188. 167 AMP, 1649, Criminal. 168 Doc. Para hist. México, ser. 4, III, 236. Los depósitos fueron descritos como el “nervo esencial con que se benefician los metales del real del Parral”. 169 Brand (1933, App. I, 16) es de la misma opinión. Otra evidencia documental apoya esta aseveración. Numerosos reportes de finales del Siglo XVII que hablan de la necesidad de mantener abiertos los caminos entre Sonora y Nuevo México, menciona estas salinas y su valor para las minas (Hackett, II, 233). Otro documento se refiere a una gran salina productiva “a cien leguas de distancia de Culiacán sobre el camino a Nuevo México”; la distancia y la referencia al camino es compatible con la actual localización de La Unión (AGN, General de Parte, XV, fol. 57). Estas salinas están formadas por varias fuentes en el lecho salino de una vieja playa enterrada (Brand, 1937, p. 73). El agua fuertemente impregnada de sal se esparce sobre la superficie de una playa reciente, donde la evaporación y la acumulación de sal toma lugar. Estos depósitos estaban aún siendo trabajados en el Siglo XVIII. Un documento fechado en 1751 hace referencia a grandes salinas en las vecindades de El Paso, las cuales surtían una gran área. Grandes recuas de mulas, algunas de trescientos animales, visitaban los depósitos con regularidad (Bibl. Nac. De México, MS, Doc. Sobre Nuevo México, leg. 9, No. 18). 170 (Z.M.) Laguna del municipio de Ahumada, sirve de término al río del Carmen, de cuenca interna. También se le llamó Laguna del Pastor.

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los indios conchos; 90 leguas (240 millas aproximadamente) al norte de Parral171. Los depósitos consistían en yacimientos de sal (manantiales y esteros), y tres años después de su descubrimiento ya estaban surtiendo a muchos patios de Parral172.

Sólo pequeñas porciones de sal recogida en la costa del Pacífico eran transportadas a través de la Sierra Madre Occidental hacia las comunidades mineras de la meseta. A la mitad del Siglo XVII había tres importantes salinas costeras que surtían minas pequeñas de por ahí. Las más grandes fueron la Salina Real de Chiametla, en el sur de Sinaloa. En adición, varias lagunas estaban siendo trabajadas a lo largo de la costa adyacente a la Villa de Culiacán. Más al norte, la explotación de las salinas de Ahome, en la parte baja del Río Fuerte había empezado pocos años antes en 1676173. Sólo pequeñas porciones de sal fueron traídas a través de las montañas hacia las minas del interior y se trataba de sal de cocina. Durante periodos drásticos de escasez de sal en Parral, ésta era importada de la costa174.

El proceso natural de formación de la sal en las playas, determinaba el tiempo y el método de recolección. En el bolsón, a lo largo del desierto del norte de México, los lechos de cada lago se dan en el centro de las cuencas con drenaje interior. Las playas secas con lechos de sedimento poroso no producen sal175. Por otro lado, las playas con lecho de arcilla impermeable, se caracterizan por la formación de cortezas de sal en su superficie. Estas son las salinas más útiles para la industria minera colonial. Durante el verano las repentinas y esporádicas lluvias de los alrededores arrastraban soluciones salinas hacia los efímeros lagos. Mediante la evaporación, ésta era subsecuentemente precipitada en una delgada superficie, mezclada con sedimentos. La capilaridad inducida por la fuerte insolación daba como resultado una superficie concentrada. Esta acumulación anual ocurría, entonces, inmediatamente después del periodo de lluvias torrenciales de verano; así que la recolección de la recién depositada sal se hacía en lo más seco del invierno durante los meses de diciembre y enero. Debido a lo irregular de las precipitaciones del desierto, la calidad y cantidad de la producción de sal anual era muy variable. Las lluvias ligeras eran las ideales para la rápida cristalización de la sal de las aguas capilares, originando abundantes depósitos de pura sal llamados sal de flor. Las lluvias fuertes que ocurrían algunas veces después de la formación de la sal de flor, eran deprimentes. Las condiciones

171 AMP, 1668, Minas, Sitios y Terrenos. 172 “... es adonde se surten las aciendas de toda esta probincia pa sacar plata por el beneficio de açogue”. (AMP, 1668, Minas, Sitios y Terrenos). La localización exacta de estas salinas es incierta. La actual playa de Los Patos está 100 leguas al norte de Parral, cerca del ferrocarril Juárez-Chihuahua, pero no hay fuentes de sal cerca de esa zona. Otra vez, el descubrimiento de 1665 probablemente fue la fuente de La Unión descrita arriba. Es posible que se haya cometido un error en la fecha del descubrimiento de las salinas de La Unión en la trascripción del reporte de 1667 (ahora disponible solo de forma impresa) de los documentos originales. El reporte de 1667: “... desde que se descubrió (la salina) que habra doce años que entraron los carros a sacar dha sal ...” la palabra “doce” tal vez se escribió en lugar de “dos”, en este caso la fecha del descubrimiento de la salina mencionada en el reporte de 1667 puede corresponder a aquella (1665) dada en los documentos de 1668. (Z.M.) Una amplia información sobre estas salinas, se encuentra en Timmons, W.H. “El Paso, a Borderlands History”. El Paso 1992. 173 AGN, General de Parte, XV, fols. 57-58 (1678). 174 En 1695 durante una época de escasez de sal en Parral, un minero tenía 250 mulas cargadas de sal traídas de la costa. Sin embargo, él se quejaba de las enormes cantidades de azogue que la sal marina consumía, siendo “seca y Caliente” (AMP, 1695, AyG). 175 (Z.M.) En el Bolsón de Mapimí, podemos ubicar a la Laguna de Jaco. Es límite entre Chihuahua y Coahuila, conocida desde 1632, en tierra de tobosos que se dieron de paz con cu cacique Jacobo, de donde toma el nombre actual. La laguna de Palomas, donde desembocó el arroyo de La Cadena con vertiente de los de La India, Los remedios, Santa Elena y La Parida; las salinas fueron explotadas desde 1607.

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extremadamente secas durante el verano, usualmente originaban una acumulación de una mezcla de sal y polvo seca y sin valor, llamada polvillos. La presencia de sal en la playa o cerca de ella, como en La Unión y Peñol Blanco176, incrementaba grandemente la calidad y cantidad de la producción.

La recolección consistía sólo en el raspado y amontonamiento de la sal, usando burdos rastrillos de madera, los trabajadores indios a veces raspaban más abajo del sedimento con cristales de sal. El raspado sin precaución y los vientos contaminaban tanto la sal, que a este producto se le conocía como saltierra, que era una mezcla de cloruro y sal sufatada con tierra. En Parral el precio de la sal se basaba en su calidad. Jueces expertos se apostaban para examinar cada cargamento de sal que entraba en Parral y determinaban su valor177.

Una vez establecido el comercio en Castilla, los grandes depósitos en las colonias españolas se pusieron rápidamente bajo posesión real. De los depósitos más grandes, como Peñol Blanco, aquellos en la costa norte de Yucatán y algunos de la costa del Pacífico, como Tehuantepéc, Zapotillo y Chiametla, el rey se reservaba los derechos para trazar los impuestos. Los derechos para administrar y explotar estas salinas eran cedidos a individuos mediante el artificio de el “asiento”178 o “contrato”. El contratante estaba obligado a proveer de sal a los mineros, a quienes se les distribuía acorde a sus necesidades, basándose en la cantidad de plata producida durante el año anterior. Este procedimiento dio como resultado un bien regulado sistema de distribución en las minas de Zacatecas, Guanajuato y otros lugares179. Sin embargo, durante el periodo colonial no se estableció ningún asiento de salinas en ningún depósito de playas del norte de la Nueva Vizcaya. Todas las playas, incluyendo la productiva de La Unión, aunque se denominaba como propiedad real, era considerada como tierras comunes para ser usada por cualquier minero o distribuidor de sal en forma libre y que pudiera hacerlo bajo su propia responsabilidad. Debido a este sistema, y así como a las depredaciones indias, hizo que las provisiones de sal para las minas de Parral fueran muy inciertas. La escasez de sal en Parral era tan frecuente, y a veces tan aguda, que muchos patios se veían obligados a cesar sus operaciones180. Con la finalidad de mantener las refinerías trabajando y para mantener la rentabilidad de Su Majestad, el gobernador de la Nueva Vizcaya, cuando el hambre de sal amenazaba, habitualmente confiscaba los convoyes de carretas del centro de México. Se les ordenaba a los conductores llevar sus carretas a las salinas a recolectar sal para los mineros a un precio fijo. Una vez en las minas, la sal se distribuía entre los mineros u operadores de patio acorde a sus necesidades181.

176 (Z.M.) Peñol Blanco, Zacatecas, está con los límites de San Luis Potosí. No confundir con Peñón Blanco de Durango, que no es salina. 177 AMP, 1695, AyG. 178 (Z.M.) El asiento era un contrato con características especiales: se hacía en subasta pública; por determinado tiempo y se especificaba una cantidad de dinero que se cubría a la Real Hacienda. 179 La explotación de las salinas continuó bajo el sistema de contratos hasta 1778, cuando las rentas de la sal fueron tomadas bajo la directa administración real (Priestley, 1916, p. 365). 180 AMP, 1695, AyG. 181 AMP, 1691, AyG; 1659, AyG. En enero de 1691, treinta carretas fueron enviadas a La Unión; regresaron en julio del mismo año, habiendo tomado esta operación seis meses. El precio de venta de esta sal así obtenida era de cinco pesos por centipondio (fanega). En la costa del Pacífico la sal marina era vendida por un peso, cuatro reales la fanega (AMP, 1685, Civil (2)).

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ABASTECIMIENTO DE MADERA

Disponibilidad.- Uno de los hechos más sobresalientes en la historia de los albores de la minería en Latinoamérica fue el rápido agotamiento de las fuentes de combustible, resultando casi siempre en una completa destrucción de los árboles y de la vegetación alrededor de las minas. En la Nueva España este agotamiento de la madera tuvo lugar en cada comunidad minera y creó graves problemas, especialmente en aquellas situadas en áreas intermedias entre la estepa y la zona boscosa. Debido a la tala inmoderada de la vegetación en el área de Parral durante los últimos trescientos años, es muy difícil reconstruir una imagen del complejo de la planta original. Durante la actividad minera por entero, aunque el abastecimiento de madera disminuía en forma progresiva, aparentemente era suficiente para las necesidades de todos los reales del distrito182.

Similar a otros reales de las faldas orientales de la Sierra Madre, las minas de Parral estaban situadas en una zona con vegetación de transición entre las tierras boscosas de robles y pinos de las pendientes serranas bajas y la estepa de hierbas y arbustos de la Mesa Central. Un pastizal (principalmente Boutelova) escasamente dotado de largos robles (Quercus Emory; Quercus santa Clarensis), juníperos183, mezquites y varias mimosas probablemente cubrían la región de Parral y Minas Nuevas (mapa 5). Matorrales de robles chaparros cubrían el terreno áspero formando arboledas de robles, nogales, chopos184 y sauces. Hacia el oeste y sur por las montañas más altas de la sierra, el pastizal da paso a las laderas cubiertas de robles (Quercus emoryi, Q. Chihuahuensis, Q. Sipuraca, Q. Duranguensis) Santa Bárbara y San Francisco del Oro estaban cerca del margen del pastizal y de la zona de robles. Con una elevación de aproximadamente 6500 pies en general, cerca de la cumbre de la sierra de Santa Bárbara y de las faldas más altas hacia el oeste, una vegetación mixta de pinos y robles y pinos dispersos, (Pinus cembroides, Pinus chihuahuana y P. Apacheca)185 proporcionaban madera de tamaño suficiente para los tablones y vigas. Finalmente, arriba de los 7000 pies, en la Sierra Madre, puros P. Chihuahuana y P. Arizonica, como los hacen hasta ahora186.

Usos.- En el distrito de Parral, como en la mayoría de las zonas mineras tempranas, la madera fue usada principalmente para la construcción de las plantas de refinamiento; para el enmaderado de las minas y para el carbón usado en la reducción del mineral. Los pinos y los robles, ambos muy familiares para los españoles, fueron las maderas que más fácilmente accesibles y apropiadas para las necesidades de una comunidad minera de la colonia.

182 Los problemas por escasez de madera para la construcción o combustible en el distrito de Parral no se menciona en los documentos. Si se hubieran tenido serias dificultades para la obtención de madera, se habrían registrado muchas quejas con los oficiales de minas al respecto. Se puede asumir entonces que los recursos madereros dentro del área no fueron seriamente dañados durante el periodo colonial. Probablemente la más grande explotación de madera para el enmaderado de las minas o para combustible ocurrió en la segunda mitad del Siglo pasado, cuando el capital americano permitió la expansión de las viejas minas y la construcción de grandes fundiciones y patios. 183(Z.M.) Comúnmente llamado tazcate (juniperis oxicedrus) Aunque también existe la especie: tuya occidentalis. 184(Z.M.) En Chihuahua más conocidos como álamos (populis albus). 185(Z.M.) La que el autor llama robles, comúnmente son varias especies de encinos, comunes en Chihuahua: (quercos cocinea, quercus suber, quercus rubor). 186 Los nombres botánicos fueron tomados de Shreve, 1939, y Brand, 1936.

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Las cantidades de madera consumidas para la construcción de patios y fundiciones fueron pequeñas. Las refinerías eran principalmente de piedra y de adobe; vigas de madera de pequeñas dimensiones fueron utilizadas para paredes y soportes de los techos. Un uso importante de los pinos en los pueblos mineros de la Colonia fue la construcción de tejamaniles con los cuales las construcciones estaban techadas ordinariamente187. La maquinaria en las moliendas, particularmente los pisones, las ruedas de agua y los arneses, utilizaban madera reforzada con cinchos de hierro. Se necesitaban robles duros o mezquites para los pisones del molino y que fueran menos porosos y más duraderos que otras maderas, probablemente eran usados los mezquites o los nogales para las ruedas de la “turbina”, puesto que estas maquinarias no eran de gran tamaño y tampoco numerosas, la cantidad de madera utilizada en ellas no era muy grande.

La frecuente mención de los reforzamientos de las minas en los documentos, hace suponer el uso extensivo de la madera para los puntales y entibamento en los socavones y bocaminas. El roble y el mezquite, más durables y más accesibles, eran probablemente preferidos al pino. Las pequeñas dimensiones de las minas raramente necesitaban el uso de largas y derechas maderas de coníferas para puntales. Trozos pequeños de roble eran igualmente útiles y si no se disponía de ellos no importaba. Sin embargo, las escaleras de “gallina”188 debían de ser labradas en troncos de pino bajados desde la sierra189.

El consumo más serio de madera fue el que hacían los quemadores de carbón (carboneros).190 La reducción del mineral con carbón es una práctica muy antigua del Viejo Mundo, y era muy común entre los primeros mineros españoles. Cuando se encendía bajo un forzado chorro de aire, el carbón producía el doble del calor que produciría la misma cantidad de madera seca. Más aún, el carbón es más fácilmente oxidable y esto favorecía su uso como agente

187 Muchos testamentos dejados por los mineros de Parral mencionan el aprovisionamiento de “Shakes” en sus listas. Un aprovisionamiento (un minero tenía 4000) era evidentemente guardado para reparación de techos (AMP, 1636, Protocolos). La mención de clavos de tejamanil indica que las tejas eran clavadas o pegadas. Los techos de tejamanil eran muy comunes en todos los centros mineros de la Nueva España. Varias Relaciones Geográficas de finales del Siglo XVI indican que las construcciones españolas en los reales de Xocotlán, Taxco, San Martín, Sombrerete (Llerena), Fresnillo y Zacatecas (1608) eran construidas con adobes y techadas con tejamaniles traídos de Michoacán, considerando que los techos de las viviendas de los indios eran de paja (Real Acad. De Hist., Madrid, MS, 12-18-3, No. 15, Docs. IV, VII, X, Paso y Troncoso, 1905-1906, VI, 281; DII, IX, 183). El uso de las tejas es probablemente una característica de la cultura vasca, la cual fue introducida en la Nueva España por los mineros vascos. Tan tardíamente como 1851 los tejamaniles (1$ yardas de largo, 8b pulgadas de ancho)eran aún usadas para techar las refinerías en Temascaltepec (Aguilar, 1851). En muchas partes de México, especialmente la zona tarasca de Michoacán y los altos de Chiapas, los indios y los mestizos habían adoptado el tejamanil como material techado donde los pinos o los abetos están disponibles. (Ver Beals, Carrasco y McCorkle, 1944, p. 34). Acorde con Carrasco (íbid., p. 34), la palabra tejamanil se deriva del Náhuatl talaxamanilli, que significa: “cosa aplanada”. (Z.M.) Hace falta un estudio sobre la arquitectura colonial en Chihuahua. La azotea de terrado fue, y es, mucho más común en la zona que los tejamaniles. 188 (Z.M.) Se refiere a las escaleras de muescas. Dícese de gallina, porque en los gallineros antiguos que se hacían sobre altos horcones, la subida de las aves era a través de una delgada viga o cotilla, que evitaba el ascenso a otros animales depredadores. 189 El negocio de la procuración de madera para el reforzamiento de las minas y la construcción estaba aparentemente en las mismas manos de los mineros. La demanda de la madera probablemente no fue nunca lo suficientemente importante como para garantizar el desarrollo de una empresa. Las Ordenanzas de 1584 (Art. 49) le daba a los mineros el derecho de cortar la madera en toda región pública o privada que rodeara sus minas. 190 (Z.M.) El oficio de carbonero, llegó a tener prestigio hasta el Siglo XIX; inclusive fue motivo de canciones folclóricas. Se consideró uno de los mejores remunerados.

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en la fundición de minerales oxidados191. No hacía ni flama ni humo, ligero de peso y fácil de transportar, alto productor de calor y buen agente reductor eran características que mantenían al carbón como la fuente principal de combustible preferido por los metalurgistas hasta la introducción de coque durante el Siglo pasado. El roble era la madera más apropiada para la elaboración de carbón en la región de Parral, y también la más usada. Los documentos referentes a los carboneros siempre aludían a las especies como encino (roble siempre verde) y al roble (roble deciduo)192. Aunque ocasionalmente se mencionen, pequeñas cantidades de carbón fueron hechas de pino. El roble, por ser una madera pesada, producía carbón más duro y compacto y de mayor volumen por unidad de madera utilizada que la de pino. El mezquite, particularmente el duro de veteado fino y grandes raíces, era también usado para el carbón, especialmente en los pequeños reales cercanos a las márgenes del desierto, como el de Todos Santos.

Los métodos europeos del Siglo XVI fueron los utilizados por los carboneros del distrito de Parral193. Puesto que la madera tenía que ser lentamente trabajada por la ausencia de aire, eran necesarios una especie de hornitos. Un hornito permanente era poco práctico para los carboneros, pues se tenían que mudar de un lado para otro por el corte de la madera para el carbón. Hasta que la madera era cortada y preparada en piezas de dos a tres pies de largo, era colocada tanto horizontalmente como verticalmente en pilas que tenían que ser niveladas con la finalidad de darle al bulto, tanto como fuera posible, los espacios necesarios para el aire. Se introducían, a fuerza, pequeñas estacas entre las piezas de madera. Las pilas eran por lo regular de tres a cuatro pies de alto. Un hoyo o chimenea era dejado en el centro de la pila cuando la madera se colocaba verticalmente; y a los lados, cuando las piezas se ponían horizontalmente. Después se colocaba una capa de arcilla o lodo sólidamente aplastada sobre la superficie de la pila para evitar la penetración del aire. Una vez prendido el fuego se taponaban todas las aberturas, lo que permitía a la pila de leña, arder a fuego lento por días hasta que la pila entera se carbonizara194.

En todos los distritos mineros del norte de México, la manufactura del carbón era una ocupación muy especial. Aunada a esta actividad, se desarrolló la práctica de las concesiones de grandes zonas boscosas (monte), las cuales permanecían bajo la posesión y explotación, de manera indefinida, de algún carbonero o de algún minero que contratase a algún carbonero para fabricar el combustible de las fundiciones. Sin embargo, en España, la mayoría de los bosques eran considerados como tierra común, de la cual cualquier persona podía cortar lo que necesitara, siempre y cuando observara las regulaciones pertinentes. La confusión entre el sistema de concesión y las tierras comunales eran causa continua de conflictos legales sobre los derechos de explotación en los montes que rodeaban el distrito de Parral. En esta comarca, las concesiones consistían usualmente en una legua cuadrada de bosques195. Por otro lado, muchos carboneros alrededor de Santa Bárbara, en observancia de las leyes de España, su tierra natal, hacían carbón 191 Armstrong, 1929, p. 147. 192 (Z.M.) En todos los casos, el autor se refiere a las distintas especies de encinos abundantes en las estribaciones de la Sierra. 193 Biringuccio (pp. 173-179) describe este método. Este es aún usado por los fabricantes de carbón en México. 194 Durante los Siglos XVII y XIX las técnicas para la fabricación del carbón alcanzaron un alto grado de refinamiento en el norte de Europa, donde los “meiler” alemanes y algunos escandinavos fueron perfeccionados en su tipo (Svedelius, 1875). Los hornos para el carbón usados en México actualmente son apenas una cruda aproximación a los meiler, pero el principio fundamental es el mismo. (Z.M.) En el Archivo Municipal de Chihuahua, hay bastantes documentos: contratos; compraventa y litigios relacionados con el carbón y su comercialización, ya que además de su uso en las minas, era el combustible ordinario para cocinar. 195 AMP, 1633, Minas, Sitios y Terrenos; 1635, Civil.

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en áreas que ellos consideraban como tierras comunes196, a pesar de que ellos tenían el derecho de aplicar para una concesión197.

Los asentamientos de los quemadores de carbón, (hacienda de carbón) eran un tipo de pueblito que se desarrollaba alrededor de las minas más grandes en el norte de México. Las haciendas de este tipo comprendían la concesión del bosque y el “rancho o puesto” donde el carbonero, su familia y los miembros de su grupo de indios trabajadores vivían y trabajaban haciendo el carbón. El rancho situado dentro del bosque concesionado usualmente consistía de dos a seis familias que vivían en chozas amontonadas cerca de los hornos. Cerca estaban los corrales de las mulas y burros usados para acarrear los sacos de carbón a las fundiciones. En 1646 funcionaban 21 establecimientos carboneros en el distrito de Parral. Invariablemente el rancho se encontraba cercano a un arroyo, el agua era esencial para batir la arcilla o el lodo con que se cubrían los hornos y para detener la combustión del carbón recién hecho. El rancho del carbonero era algo así como un campamento, y se mudaba a un nuevo lugar de la hacienda una vez que el abastecimiento de madera en los alrededores se había agotado. Prácticamente todas las haciendas carboneras que surtían a las fundiciones se situaban en los bosques de robles que cubrían las laderas de la sierra de Santa Bárbara y las faldas adyacentes de las montañas. Había muchas concesiones en las faldas del sur y oeste de Roncesvalles. Otras incluían la zona montañosa del oeste de San Francisco del Oro, cerca de la separación de los ríos San Juan y Parral198.

Agotamiento.- Debido a la carencia de suficiente evidencia documental, es muy difícil reconstruir un cuadro exacto del aspecto que tenía la vegetación prehispánica que cubría la región del distrito de Parral (mapa 5). El agotamiento de las especies perennes en esa región durante los pasados 350 años, aún así no parece haber sido tan severa como aquella de los alrededores de los pueblos mineros como lo fueron Taxco199 y Zacatecas200, como ya se indicó, en el periodo colonial nunca ocurrió una severa escasez de madera, con la posible excepción de Todos Santos201, situada en los márgenes del desierto. En los distritos más grandes de la Nueva España, la destrucción de los bosques aledaños fue en proporción directa a la cantidad de fundido que se acarreaba de ahí. Antes de la introducción de la amalgamación, fue muy rápida la devastación

196 De acuerdo a un documento de 1639 (AMP, AyG (I)), la pequeña zona boscosa que en esos tiempos aún existía alrededor de Parral en una distancia de tres leguas, tuvo que ser usada para leña, y a los carboneros se les prohibía operar dentro de esa zona. Esto no fue observado en los alrededores de Santa Bárbara y San Francisco del Oro, donde originalmente abundaban las zonas boscosas. 197 AMP, 1702, Civil. 198 La mayor parte del carbón usado en las minas de Parral era surtido por carboneros privados; muchas concesiones de bosque, sin embargo, las tenían los mineros, quienes alquilaban experimentados carboneros como superintendentes del grupo de trabajadores. Los carboneros privados usualmente surtían a los mineros basados en un contrato en el que se comprometían a entregar un determinado número de sacos de carbón en una fecha establecida. Si el carbonero fallaba en el cumplimiento del contrato, estaba obligado a pagar el carbón que el minero estaba forzado a comprar en otra parte para completar las cantidades establecidas en el acuerdo (AMP, 1632, Civil (2)). 199 Simpson, 1938, p. 46. 200 Acorde a los viajeros de principios del Siglo XVII en la zona de Zacatecas, la vegetación original había sido completamente eliminada de las montañas aledañas. Mota y Escobar, quien vio Zacatecas alrededor de 1604, dice: “En los tiempos del descubrimiento de las minas las montañas y cañones alrededor de Zacatecas estaban cubiertos con extensas arboledas, las cuales han sido cortadas para usarlas en las fundiciones. Solo un poco de yuca salvaje (palmillas) subsisten. La madera es muy cara en este pueblo, ésta es traída en carretas desde una distancia de ocho o diez leguas”. 201 (Z.M.) Más que la lejanía de Todos Santos, al abasto de carbón, el problema se agudizó porque en estas minas no se pudo aplicar la amalgama con azogue, debido a las características de sus metales.

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forestal en los alrededores de las minas, así que esta devastación se tornó en un serio problema en muchas de las minas que desarrollaban minerales de galena, donde la fundición continuaba siendo el proceso de refinamiento que más prevalecía. El proceso de amalgamación requería mucho menos combustible, y el problema del carbón y el agotamiento de la madera no fue mucha en las zonas mineras donde este proceso era el principal medio de reducción del mineral.202

La mayor parte de la vegetación original en los pastizales alrededor de Parral y Minas Nuevas ha sido destruida (Pl. 4). En el archivo de Parral hay un documento que contiene más de doscientas peticiones de concesiones mineras respecto a las recién descubiertas minas de Parral en los años 1633 y 1634. En muchos de los casos, estos reclamos se encuentran con referencia a grandes robles o juníperos. Se mencionan referencias similares en denuncias hechas más tarde alrededor de Minas Nuevas, en la década de 1640. El hecho de que se mencionen como referencias a ciertos tipos de árboles, indica que grandes robles o juníperos deben haber estado esparcidos por los pastizales donde estaban siendo abiertas algunas vetas. Actualmente no se puede ver ningún roble o junípero grande en las lomas aledañas a Parral y Minas Nuevas.

Actualmente algunas secciones del terreno áspero de las montañas cubiertas de basaltos del sur y oeste de Parral, tienen algunos robles chaparros (principalmente Quercus emoryi, con algunos quercus santaclarensis) (Pl. 4). Estas muestras son probablemente remanentes de las grandes extensiones de chaparro que originalmente cubrían la mayoría de las laderas en el área de Parral. Ambos, (Q. emoryi y Q. santaclarensis), se dan mejor y crecen al tamaño de un árbol sólo donde abunda la humedad, como en profundos suelos de aluvión, a lo largo de arroyos o cerca de los manantiales. En las laderas pedregosas con escasa humedad, estas plantas son característicamente chaparras. Además Q. emoryi, es una planta persistente con la raíz muy desarrollada; usualmente las plantas sobrevivientes no lo hacen por semilla, excepto algunos matorrales o que han sobrevivido a cortes repetidos o a severos daños203. El sitio de la primer bonanza en Parral estuvo, de acuerdo a la leyenda, cubierta de sotos y parras rastreras. (Parral = lugar de uvas de vino). Si es cierto o no, la historia no tiene fundamento de hecho. El campo al norte de Parral y alrededor de Minas Nuevas, está todavía escasamente poblado con pastos, hierbas y arbustos de mimosáceas, tales como el huizache y la uña de gato (gatuño)204, pero no son remanentes de chaparros de roble (Pl. 5). Las condiciones ecológicas de esta zona y la del sur de Parral, parecen ser idénticas. Las montañas aledañas a Minas Nuevas pudieran haber estado completamente rayado con algún tipo de chaparro, incluyendo las raíces de collar del roble Q.emoryi.

Así pues, a la luz de las evidencias, la vegetación arbórea original de los campos estaba compuesta probablemente de 1) altos robles, juníperos y posiblemente árboles de mezquite esparcidos en las laderas rocosas, especialmente cerca de los manantiales o en el fondo de los arroyos; 2) Grupos de robles chaparros asociados con huizaches y gatuños; 3) Largos robles, nogales y árboles de algodón205, formando galerías a lo largo de los arroyos. Los grandes árboles 202 (Z.M.) Ya se ha aclarado que le nombre de Parral; no tiene ninguna relación con la existencia de parral en el lugar; pues obedece al nombre de Nuestra Señora del Parral: imagen venerada en un monasterio de Segovia. 203 Phillips, 1912, p.12. 204 (Z.M.) Uña de gato, gatuño (acacia gregii). En Náhuatl; huizache, de huixachi, tres especies: constricta; tortuosa; y albicans. La corteza y el fruto contienen tanino, usándose aquélla para teñir y éste para hacer tinta de escribir; de donde viene el peyorativo que se aplicaba a los escribanos: huizacheros. 205 (Z.M.) Pochotes (bombáceas) quizá la ceiba pentandra. Del náhuatl: pochotl. Aunque estas plantas son propias de las barrnacas de la Sierra.

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de las laderas han sido completamente destruidos a la fecha, sólo algunos remanentes de robles chaparros se pueden encontrar al sur y oeste de Parral, mientras que mezquites, huizaches y gatuños son muy comunes tanto en las laderas rocosas como en las coluviales; los árboles de algodón, nogales y sauces están aún en la línea de los arroyos, pero estos son por lo general plantados.

Como se ha dicho, el monte alto o zona de robles en las laderas de la Sierra de Santa Bárbara, fue la principal zona de producción de carbón durante el periodo colonial, la foresta original probablemente consistía en grandes especímenes de Quercus chihuahuensis, Q. Sipurata y Q. duranguensis en las partes altas y húmedas, con matorrales de Quercus emoryi en las partes bajas, todavía hay algunas partes bajas cubiertas con matorrales espesos de Emory roble de S. Santaclarensis y juníperos. En las laderas altas se mezclan robles pequeños con pinos jóvenes, cedros y caoba de la montaña, obviamente en las partes desmontadas. A pesar de los 350 años de explotación, la extensa zona de robles probablemente no ha cambiado mucho, aunque en lugares cercanos a Santa Bárbara y San Francisco del Oro, los límites bajos han sido empujados hacia atrás e invadidos por la hierba y los juníperos en una franja de cuatro millas206. El bosque parece haber sido alterado por el incremento del matorral que invade todas las partes bajas de la zona de robles207.

Actualmente la vegetación arriba de los 6000 pies en la Sierra de Santa Bárbara y terrenos adyacentes, consiste en superficies devastadas de robles y pinos (Pl. 7) es probable que no haya una zona virgen en toda esta zona. La mayoría de los pinos en esta zona no tiene más de cinco años de edad. A juzgar por la longitud de las raíces, parcialmente podridas, de dos pies de diámetro. El agotamiento serio parece haber ocurrido recientemente. De hecho es posible que los bosques de pinos no fueran eliminados por el reavivamiento de la minería a gran escala de 1870 a 1910. La explotación de los magníficos grupos de Pinus Arizonicus en la Sierra Madre, 40 milla al sudoeste de Parral no empezó hasta 1900208 (170).

206 Parece que las montañas adyacentes al río de Santa Bárbara, corriente abajo desde las minas, estuvieron una vez cubiertas de robles chaparros. Un documento de 1635 (AMP, Civil) habla de carboneros establecidos media legua río debajo de Santa Bárbara. Esta zona es ahora de pastizal con algunos juníperos chaparros dispersos. 207 Es difícil juzgar la extensión de la extinción de los bosques de encino durante los tiempos coloniales, o hasta la introducción del moderno proceso metalúrgico sin combustible; en cincuenta años un vigoroso crecimiento de la vegetación pudo haberse establecido en las laderas aledañas a Santa Bárbara. 208 La rama del ferrocarril de Parral a la Mesa de Sandía en la Sierra Madre fue construida para llevar los troncos de pino para las minas. En la actualidad el abastecimiento de madera para Parral se obtiene de esa zona. (Z.M.)Los primeros aserraderos, empezaron a funcionar con la entrada al territorio chihuahuense del Ferrocarril Central, en 1883 .

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III. TRABAJO MINERO SISTEMA DE TRABAJO

La explotación del mineral en la región de la Nueva España requirió una fuerza de trabajo grande. Había pocos españoles para trabajar en las minas; más aún, el español “caballero”, considerado un noble y gentuza, sería muy rara vez visto cavando en la tierra. Por consecuencia, importaron esclavos negros y usaron el servicio de indígenas nativos. Los últimos comprendían la mayor parte de los trabajadores mineros, los cuales eran reclutados en tres formas: 1) Durante la primer parte del periodo colonial, como trabajadores forzados proporcionados a los mineros mediante el sistema de “repartimiento”1; 2) Durante la siguiente parte de la época colonial como “trabajadores voluntarios libres”2; 3) No muy frecuentemente, como esclavos tomados en combate. En algunos centros mineros los tres sistemas de labor nativa, así como los esclavos negros, comprendían la fuerza de trabajo. Mientras tanto, la evolución de los sistemas de trabajo en las minas de la Nueva España es uno de los aspectos más confusos de la historia de la minería. Una gran confusión prevalecía aún en la mente de algunos administradores españoles acerca de la justificación del uso de trabajadores nativos forzados. El jurista del Siglo XVII, Solórzano y Pereyra3, en la introducción de su tratado en el trabajo minero en las colonias españolas, expone: “El material que revelo en éste capítulo no es menos profundo, no menos problemático y obscuro que las minas acerca de las cuales trata ...”.

REPARTIMIENTO CONTRA TRABAJO LIBRE

Descendiente de una organización feudal aplicada en España durante la reconquista, la “encomienda”4, que era una “asignación” o “repartimiento” de trabajadores nativos forzados confiados a españoles, fue primero descubierto como una institución colonial en las excavaciones auríferas en “La Española” en las primeras décadas del Siglo XVI5. En lugar de una protesta real y aún una prohibición, este sistema de trabajo llegó a México en 1521, donde fue ampliamente aplicado entre los indígenas agricultores de la región del centro y sur. Ahí la asignación de clanes de trabajadores a encomenderos españoles y oficiales del gobierno llegó a todas las fases de vida económica –agricultura, minería, manufactura, transporte y trabajos públicos. A los nativos les pagaban salarios bajos, pero a menudo les era permitido cambiar su tributo por servicios personales. Para la mitad del Siglo XVI, el trabajo forzado estaba bien establecido en todos los centros mineros del sur y centro de México. Las minas de Taxco, Pachuca, Ixmiquilpan, Sultepec y otros fueron trabajadas por indígenas de comunidades agrícolas cercanas. En distritos pobremente poblados, grandes grupos de nativos fueron llevados cerca de las minas para servir como trabajadores. En las minas del norte, mientras tanto, el “repartimiento” era mucho menos significativo que en el sur. De hecho, el trabajador indígena libre en la Nueva España apareció

1 (Z.M.) Ver supra pie de nota 22, datos preliminares. 2 (Z.M.) De hecho el mejor estudio que hay sobre las condiciones del trabajo en el norte de México, es el de Silvio Zavala: “Los esclavos indios en Nueva Vizcaya”, México, 1981. 3 Solórzano y Pereyra, 1930, I, 262. 4 (Z.M.) La asignación de indios en “encomienda” que se hacía en el área de Parral; es un tema que no ha sido aún bien estudiado, a pesar de que en el Archivo Municipal de Parral, existe la documentación y referencias frecuentes a estas llamadas: “encomiendas”, que se percibe era algo muy diferente a los de la Nueva España, y más semejante a los “repartimientos”. La mención de “encomiendas” desaparece en los documentos desde la segunda mitad del Siglo XVII. 5 Ver Simpson, 1929, y Zavala, 1935.

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primero en los centros mineros del norte, durante la segunda mitad del Siglo XVI, y durante los Siglos XVII y XVIII fue gradualmente transformándose a predominante en todas las zonas mineras de México6. En Zacatecas, al inicio de 1550, los mineros estaban empleando trabajadores nativos libres, que consistían en indígenas principalmente del centro de México7; el trabajador libre era la característica de las minas del norte del Siglo XVI en la “tierra de guerra”8.

Las razones para el rápido desenvolvimiento del trabajador libre en las minas del norte son obvias. Como lo indica Simpson9, los reales del norte estaban asentados en distritos áridos, distantes, no susceptibles de cultivos. En la zona de tribus guerreras y nómadas como los chichimecas10, no existía reserva de trabajadores dóciles en las cercanías para contratar, y los seminómadas, aún cuando “pacificados” no eran unos trabajadores notables en las labores de minería, y fácilmente se revelaban cuando eran forzados a trabajar11. Durante el periodo colonial una política definida de precaución, era ejercida en la aplicación del sistema de repartimiento a

6 Humboldt (IV, 45-48) al principio del Siglo XIX observó que todas las labores mineras en México recibían un pago sustancial. "El mexicano es el mejor pagado de todos los mineros". Los acarreadores de mineral eran pagados por pieza de trabajo -un real por cada nueve arrobas (225 libras) de mineral sacado de la mina. 7 De acuerdo a Simpson (1938, p. 45, n.3), los mineros en Zacatecas se enfrentaban unos con otros por el trabajo, habiendo salarios tan altos que el máximo tuvo que ser arreglado por los oficiales locales. En 1572 el Obispo de Guadalajara reportó que "... ay munchos naturales que acuden a las minas de Zacatecas al beneficio de la plata e otros mercaderes q llevan sus mercadurías como los españoles q pasan de ordinario de 1500 yndios e continuamente el grande concurso de los españoles y naturales que a estas minas acuden en mas cantidad q en todas las demas partes de este obpado." (AGI, Aud. De Guad., Leg. 55). En 1591 Gaspar Núñez de León, un inspector general de minas, mencionó que "... en estas minas de Zacatecas no ay yndios de rrepartimiento." (AGI, Aud. de México, Leg. 258). Un documento de 1608 (DII, IX, 182, 184) afirma que 1500 indios que hablaban mexicano y tarasco habían llegado de lejos y de muchas partes distintas para trabajar por un salario en las minas de Zacatecas. 8 La siguiente es una lista de mineros del norte en 1572 con su tipo correspondiente de trabajadores nativos. (Compilados de AGI, Aud. de Guad., Leg. 55). Avino- "... no hay naturales mas de los venedizos." Yndehe (Indé)- "... tendra ... naturales forasteros con ellos españoles como en las demas minas porque estos lo

corren buscando sus yntereses". Ranchos- "... tendra ... naturales forasteros como en las demas minas." Nieves- "tendra ... con ellos españoles algunos yndios que como el tpo [?] ocurren a las minas a sus tratos y

grangerias y lauor de las minas porque los naturales de la comarca demas de ser pocos no tienen asiento. ... que todos estan de guerra. ..."

Santa Bárbara- "Entre ellos españoles ay yndios q de tierra de paz acuden asimesmo a estas minas. ..." Chalchihuites- "... acuden a las minas yndios de tierra de paz a sus interesses que con ellos españoles van y

vienen." Coneto- "... tendra ... yndios q como el dho acuden a las minas aunq poblaciones dellos no las ay como atrás.

Esta dho porq todos los que a estas minas acuden son de tierra de paz que por sus yntereses acuden a ellas." Fresnillo- "ay cantidiad de yndios q van y vienen a las minas por su ynteres e como en las demas q en ellas no

tienen asiento ninguno." Sombrerete- "... ay ansimesmo yndios q acuden a las minas e otros con sus grangerías de mercaderías en

quantidad de mas de quinientos." (Z.M.) La región septentrional de la Nueva España, se solía llamar de “tierra adentro” o “tierra de guerra”, por la lucha constante que se sostenía con las tribus bárbaras. Los indios cautivados en estas guerras se les solía tomar como esclavos y venderse a mineros o hacendados. Una explicación amplia de estas guerras; veáse en Phillip Wayne Powell: “Soldiers, Indians & Silver, The Northward Advance of New Spain, 1500-1600”. Berkeley 1952.

9 Simpson, 1938, pp. 44-45. 10 (Z.M.) Ver supra pie de nota 23, datos preliminares. 11 La revuelta tepehuana de 1616 y los varios levantamientos de los tarahumares a mediados del Siglo XVII fueron parcialmente instigados por los intentos de forzar el trabajo en algunas de las minas dentro o cerca de la Sierra Madre Occidental (Hackett, III, 101; TBL, 1637, Dec. 23).

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las tribus del norte. Otra razón para el desarrollo del trabajador libre en las minas del norte era que las minas en veta y el beneficio del mineral requerían un trabajo capacitado, y la necesidad de capacitación era incrementada mientras las técnicas se volvían más complejas. Mientras tanto, un grupo de indígenas experimentados, trabajadores mineros desarrollados en cada real, y para detenerlos, los españoles estaban dispuestos a pagar grandes retribuciones. Mayormente, por la misma razón, el trabajador libre empezó a desplazar al “repartimiento” en las minas del centro de México durante el Siglo XVII12.

TRABAJADOR LIBRE EN LAS MINAS DE PARRAL

Como en otros centros mineros del norte, un sistema de trabajador libre se desarrolló en las minas de Parral. Aun cuando esta región estaba cercana a agricultores (tarahumares, tepehuanes y conchos), el sistema de “repartimiento” nunca fue completamente desarrollado, posiblemente por las razones enumeradas anteriormente. Hay indicaciones de cualquier forma que algunos conchos fueron cedidos en “encomienda” para trabajar en las minas de Parral13. Pero la escasez de peticiones para la asignación de indígenas por mineros de Parral, sugiere que el trabajador forzado no era empleado extensivamente. En agudo contraste, el trabajador de “repartimiento” prevalecía en los distritos agrícolas cercanos.

La evidencia del trabajador libre en las minas de Parral es abundante. Algunos de los primeros trabajadores nativos (naboríos) en Santa Bárbara eran indígenas del centro de México, quienes vinieron voluntariamente a trabajar por retribución14 (mapa 6). Las grandes oportunidades en Parral, Minas Nuevas y el Oro, atrajeron un gran número de indígenas de Sonora y Sinaloa. Libros de raya, fechados en los 1650, indican que todos los trabajadores que ganaban “raya” en algunas de las minas de Minas Nuevas, eran de esas partes15. Muchos de estos

12 Simpson, 1938, p. 45. Como la necesidad de trabajadores capacitados se incrementó, el torpe sistema de repartimiento, con su cambio de grupos semanal o bisemanal, se hizo progresivamente ineficiente. Una vez más el repartimiento tendía a desaparecer de las minas por la gran diferencia en salarios entre los libres y los formados grupos de trabajadores, lo cual originó un gran descontento entre éstos. 13 En 1664 los términos del arrendamiento de algunos fundidores en Parral estipulaban una encomienda de indios conchos que eran asignados a trabajar en una refinería en particular: "Iten -ansimismo la encomienda de los yndios conchos que salen a servir a dha hacienda (de fundición) pagandole sus salarios ..." (AMP, 1664, Civil). Una vez más un minero solicitaba un grupo de conchos para trabajar sus propiedades. Su búsqueda fue permitida por el gobernador de la Nueva Vizcaya (AMP, 1667, AyG). En 1720 hay evidencia de que algunos conchos, aunque nómadas tal como los tobosos y cacoyames, fueron usados como trabajadores de repartimiento en las minas de Parral, Cusihuiriáchic y Chihuahua (Santa Eulalia) (AMP, 1720, AyG). Los tres documentos citados arriba son los únicos encontrados en los archivos de Parral que mencionan los trabajadores de repartimiento en las minas locales. En un documento de Guadalajara (ATG, Civil, Leg. I, exped. 7) un jefe concho se queja de la gran dificultad que hay para reunir a los sujetos esparcidos (quienes se han ido a las montañas) para los trabajos de las granjas y en las minas de Parral. Hay también evidencia de que el repartimiento era usado también en algunas minas dentro de la Sierra Madre Occidental. Por ejemplo, los acaxees fueron obligados a trabaajr en las minas de Tamazula y Birimoa (Simpson, 1938, p. 61). Además, en 1715 el repartimiento aún era empleado en Sonora, donde el 4% de los habitantes de las villas Ópata en el repartimiento obtenían de seis a ocho pesos al mes de salario (AMP, 1715, AyG). 14 AGI, Aud. de Guad., Leg. 55. 15 Unos cuantos libros de salarios, que cada minero estaba obligado a guardar, están en los archivos de Parral (AMP, 1652, Protocolos; 1656 AyG (3)). (Z.M.) Algunos de los primeros trabajadores libres de Santa Bárbara, Parral y Minas Nuevas, eran indígenas llamados “mexicaneros” (tarascos y tlaxcaltecas). Estos formaron el pueblo de Huexotitán y trajeron la devoción de Nuestra Sra. De la candelaria a Parral; con cuya advocación se formó el primer

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indígenas tenían trabajos que requerían habilidad técnica. En una mina y beneficiadora, el jefe de la fuerza de trabajo y los dos fundidores eran “sinaloas”. En otro establecimiento, dos fundidores y un barretero eran sinaloas, y ocho sinaloas y dos sonoras eran tenateros (acarreadores de mineral)16. El área central de la sierra de Sinaloa había sido trabajada por los españoles mineros desde 1530 y el trabajo forzado entre los acaxec y xiximes habían sido empleados17. Estos indígenas, por lo tanto, tenían alguna experiencia en minería y metalurgia, y atraídos por la libertad y las retribuciones, encontraron pronto empleo en los centros mineros de la región norte. Los indígenas de Sonora, probablemente ópatas, quizá no conocían nada de minería, pero fueron aparentemente atraídos por las remuneraciones a través de la Sierra Madre a la región. Los ópatas realizaban sólo labores menores en las minas, como excavar y acarrear mineral. Tarahumares y conchos probablemente trabajaron como inhábiles, pero el tímido tepehuán evitó la labor minera. mexiquenses y tarascos, así como mestizos y mulatos de las minas del sur, formaron una parte substancial de la fuerza trabajadora, habilidosa y libre de Parral18. Muchos mulatos y mestizos libres estuvieron continuamente vagabundeando en el real para trabajar o para robar. Estos “desempleados” vagabundos eran a menudo numerosos y problemáticos, de modo que aunque servían por sí mismos a algún minero, también fueron objeto de trabajo obligado en los molinos de mineral19.

A pesar de la prevalecencia de vagabundos y trabajadores libres nativos, los mineros de Parral tenían a menudo escasez de trabajadores. El temor a los tobosos causó que muchos trabajadores libres desertaran de las minas. Durante la década de 1643-1653, por ejemplo, más de dos tercios de los trabajadores de Parral y Minas Nuevas habían partido, aunque los ataques de los nómadas no habían llegado a las poblaciones20. La carencia de trabajadores se tornó tan aguda que los mineros empezaron a competir fuertemente por los trabajadores mediante el incremento en las retribuciones21.

En las minas del norte las retribuciones eran pagadas en pesos y ropa, la cual era traída del sur. Los indígenas del norte estaban ávidos de ropa y vestuarios de todo tipo, particularmente lanas burdas, las cuales eran más tibias que las delgadas de algodón y pieles de animales22. El hospital que hubo para indios, y posteriormente (fines del Siglo XVII la imagen recibió el nombre de Nuestra Señora del Rayo. Los indígenas estaban integrados en una Cofradía que conservaron durante el periodo colonial. 16(Z.M.) La presencia de tarahumares y conchos es evidente desde el mismo momento que se descubrió Parral; razón que usaron los frailes del Valle de San Bartolomé para establecer ahí una doctrina desde el año de 1631; ermita que daría origen al Convento Franciscano de San Antonio; demolido el Siglo pasado. La presencia de mujeres tarahumaras aparece desde principios del Siglo XVII, las que al mezclarse con negros, tuvieron mulatos libres que se integraron a la zona de donde provenían sus madres indias; lo que dio motivo para que el Valle de Papigóchic, se le llamara en un principio el Valle de Santa Cruz de los Mulatos. 17 Sauer, 1934, p. 15. 18 AMP, 1633, Criminal. 19 La represión del vagabundeo por medio del enganchamiento es una antigua práctica usada desde los tiempos romanos. Esta política fue empleada en las colonias españolas en un principio. (Recopilación, Lib. VII, tít. 4). (Z.M.) A pesar de que realmente se tomaron medidas contra los “vagabundos”; será hasta después de la Independencia cuando se emita una dura legislación al respecto. 20 AMP, 1654, AyG (2). 21 En 1661 la práctica de inducir al indio de un trabajo a otro ofreciéndole altos salarios estaba considerado completamente ilegal (AMP, 1661, AyG (2)). (Z.M.) El tequio, o cierta cantidad proporcional que se daba al minero; llegó a ser algo común hasta muy entrado el Siglo XVIII; en que los mineros de Santa Eulalia en 1725, se declararon en huelga por un intento que hubo de suprimir esta costumbre. 22 De acuerdo con un documento de Parral de 1665 (AyG), "... para la lauor de dhas minas de Parral y beneficio de las Lauores sircumbesinas de que se sustentauan acudir a serui a pobres y miserables que andauan desnudos en

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pago en ropas era probablemente un método práctico para atraer mano de obra local a las minas. Este sistema, como siempre, era objeto de abuso por los mineros, acostumbrándose a incrementar el precio de la ropa. Los mestizos libres, mulatos e indígenas a menudo demandaban sus pagos en pesos, pero en las compras de géneros, los comerciantes les cargaban el doble valor de la ropa23.

Asociado al trabajador libre, el peón obligado, característico del sistema de trabajo mexicano durante el Siglo XIX y principios del Siglo XX, se había desarrollado en las minas del norte de la Nueva España. Los trabajadores obtenían grandes pagos en pesos o en ropas y eran detenidos en las minas hasta que la deuda quedaba saldada. Una vez endeudado, el indígena o mestizo raramente buscaba trabajar para poder salir de la mina; él prefería convertirse en un sirviente o peón en las minas. Para mediados del Siglo XVII este sistema era muy utilizado en Parral. De acuerdo a un “libro de raya”24 de uno de los mineros, de los doce indígenas de su cuadrilla de trabajo, siete estaban en deuda por el monto de setenta y cinco a ochenta pesos25.

TRABAJADOR ESCLAVO EN LAS MINAS

Los españoles a menudo encontraban necesario suplir a sus trabajadores de “repartimiento” y “libres” con trabajadores esclavos. Esto era verdad para la industria minera, para los españoles, herederos de la tradición romana, el extraer los metales de la tierra era trabajo para los seres bajos26. En el Nuevo Mundo los españoles usaban dos tipos de esclavos: el indígena nativo y el negro importado.

Indígenas esclavos.- Durante las tres primeras décadas “agitadas” de explotación española en las Islas del Caribe, los indígenas esclavizados era una cosa común. La toma de esclavos estaba justificada en el viejo principio feudal de esclavización de prisioneros tomados en combate. Arahuacos de las Bahamas y la costa de Venezuela, caribeños de las Pequeñas Antillas y costa del norte de América del sur, huastecos y totonacas de la costa este de México, eran tomados como esclavos en las excavaciones de oro de La Española. Mediante las Nuevas Leyes de 1542, la presión eclesiástica y la conciencia de la realeza habían traído como consecuencia la abolición de todos los indígenas esclavos, en la mayoría pobladores de las colonias. De cualquier manera la “gente de guerra” podía volver a ser esclavizada cuando eran atrapados en expediciones punitivas27. En México esta excepción era aplicada a las tribus chichimecas de El Paso del Norte y la meseta desértica –los huachichil, zacatocos, tobosos y apaches. Infrecuentemente, los esclavos eran de los rebeldes tarahumares y conchos28.

carnes y benian a trauajar solo por ganar un poco de sayal y fresada con que cubirlas y bolberse a sus tierras ..." Un documento citado en Hackett (III, 48) habla de los indios de Sinaloa: "... por mucho tiempo pasó que por un ropaje burdo ellos iban a trabajar a los campos mineros y a otros lugares muy distantes de su tierra, por ejemplo, a Topia, Zacatecas y Guadiana (Durango)." 23 TBL, 1670, junio 22; ATG, Civil, Leg. I, exped. 7, 1671. 24 (Z.M.) En el Archivo Municipal de Chihuahua; hay varios “libros de raya”, en que los capataces o mayorales anotaban con una pequeña raya vertical cada jornada que cumplía el trabajador, al quedar liquidado se atravesaban con una línea diagonal antes de iniciar la otra semana. 25 Cuando una mina era vendida, los peones obligados eran incluidos en el canje (AMP, 1652, Protocolos; 1649, Protocolos). Ver también AMP, 1656, AyG (3). 26 Solórzano y Pereyra, I, 274. 27 Simpson, 1940, p. 13. 28 AMP, 1649, Protocolos; TBL, 1635, Asuntos de la Nueva Vizcaya; Hackett, II, 135.

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Muchos indígenas esclavos, tomados en avances militares punitivos en la frontera norte, eran cedidos a mineros de las cercanías; otros eran llevados al centro de México donde eran depositados en centros mineros y asentamientos agrícolas29. Sólo un pequeño grupo de indígenas esclavos fueron usados en las minas de Parral. En 1649 un minero tenía en su hacienda de beneficio de metales cinco tarahumares esclavos, los cuales había comprado30. Apaches tomados como esclavos en Nuevo México, eran a menudo enviados a Parral para ser vendidos para las labores mineras o domésticas31. Durante una campaña punitiva en 1652, 180 tobosos fueron tomados como esclavos y vendidos en los centros mineros de la Nueva Vizcaya32.

A mediados del Siglo XVII, las reglas para la disposición de esclavos indígenas eran dictadas por los gobernadores de la Nueva Vizcaya. El oficial al mando de la guerra contra “los bárbaros” generalmente disponía de ellos como esclavos. La mayoría de los cautivos (hombres, mujeres y niños), eran traídos a la plaza pública de Parral y subastados al mejor postor. El periodo de servicio establecido por el gobernador era comúnmente diez años; los indígenas eran raramente esclavizados perpetuamente33. Las regulaciones acerca de la esclavitud de los indígenas rebeldes contra la Corona eran continuamente desobedecidas. Las “guerras” eran incitadas por oficiales de “presidios”34 ambiciosos, en razón de obtener esclavos para beneficio propio35. Esto era una realidad en Nuevo León, donde los mineros pagaron a los soldados treinta pesos por cada esclavo36. El flujo de Cédulas Reales prohibiendo la toma de esclavos, excepto sólo por “acciones de guerra”, tuvieron poco efecto en los mineros urgidos por la falta de trabajadores.

Esclavos Negros.- Después de 1520, el negro constituía la parte más significativa de la fuerza trabajadora en América Hispana. Los negros eran usados primordialmente en trabajo o en localidades donde el trabajador indígena no estaba disponible o dónde el emplear indígenas estaba prohibido o discriminado por la Corona. Era natural que en 1518 los administradores 29 En 1678 estaba planeado embarcar a la mayoría de los indios esclavos atrapados en el norte hacia Campeche, donde serían distribuidos entre los encomenderos (TBL, 1698, Sept. I). Ver también AMP, 1655, AyG (I). (Z.M.) Según Porras Muñoz, Guillermo, para 1622 señala más de 20 haciendas de labor y sus respectivas “encomiendas”, en el área aledaña al Valle de San Bartolomé. Cf. Porras, Muñoz G. “Iglesia y Estado en la Nueva Vizcaya”. Pamplona, 1966. 30 La fuerza de trabajo de estos establecimientos consistía en cinco esclavos tarahumares, un esclavo mulato, tres esclavos negros y aproximadamente quince indios libres (AMP, 1649, Protocolos). (Z.M.) Zubriel, que fue uno de los mineros que primero llegó a Parral; en el pleito que entabló con Diego del Castillo en 1642; ya habla de esclavos tarahumares que laboran en su hacienda de Beneficio. Cf. Juicio de residencia a don Luis de Valdés (1645) en Archivo Municipal de Parral. 31 AMP, 1653, AyG; 1649, Criminal; Hackett, III, 186-187. 32 AMP, 1655, AyG (I). (Z.M.) La cacería de apaches y otros indios “bozales” era muy frecuente desde fines del Siglo XVI. Estos presos de guerra se solían vender o “depositarlos” con los mineros para que trabajaran en los morteros. 33 El tiempo que duraba la esclavitud a la que se sometía a los indios variaba en tiempo y en lugar. Powell (1941, p. 118) indica que durante el Siglo XVI en la frontera norte, los zacatecos y huachichiles capturados eran sentenciados a la esclavitud por un periodo de 13 a 20 años. En 1574 el Virrey Enríquez estableció un periodo de trece años de esclavitud para los indios capturados, pero aparentemente esta orden no fue cumplida por algún tiempo. 34 (Z.M.) Los presidios más inmediatos a Parral, a excepción del Cerro Gordo en 1645; fueron fundados hasta fines del Siglo XVII. 35 Powell (p. 118) describe la cacería de esclavos durante el Siglo XVI como correrías y saqueos hechas por los soldados españoles en las rancherías de Guachichiles y Zacatecas y hasta en las pacíficas villas Otomíes y Huasteca, los indios de estos últimos lugares eran los más fáciles de atrapar. 36 TBL, 1713, Dec. 25.

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españoles volvieran los ojos hacia África, para traer trabajadores esclavos para llenar los vacíos en los diezmados grupos de trabajadores arauacos en los campos de oro de La Española37. Los negros habían servido como esclavos en minas y trabajos públicos en España y a través del área del Mediterráneo, desde viejos tiempos. Durante los Siglos XVI y XVII se hicieron numerosos “contratos” para la importación de esclavos y fueron otorgados a comerciantes portugueses y alemanes. Se estima que durante el periodo de 1550 a 1700 hubo un promedio de 1500 a 200 esclavos que fueron desembarcados anualmente en Veracruz. Por 1570 probablemente existían más de 18000 esclavos negros en la Nueva España38.

Las estadísticas de población en los Siglos XVI y XVII de localidades particulares en la Nueva España eran tan escasas y poco confiables que las conclusiones acerca de la importancia del trabajador negro en la industria minera resultaba difícil. De acuerdo con datos disponibles, los negros eran probablemente menos importantes en las minas de plata del norte de México, de lo que generalmente se supone. Al principio del Siglo XVII los esclavos negros formaban sólo el 6% del total de la fuerza minera en Zacatecas, y 10% en los establecimientos mineros en Pachuca39. Datos verídicos no están disponibles para determinar el porcentaje de trabajadores negros en Parral, pero durante el Siglo XVII, una simple mina o refinería de metal tenía más de tres o cuatro trabajadores negros40. Generalmente un número similar de mujeres eran conservadas para trabajo doméstico y propósitos de crianza. Los esclavos negros eran caros, especialmente cuando los costos de transportarlos desde Veracruz hasta Parral eran considerables. En Parral un hombre de 20 a 40 años de edad era valuado de 300 a 400 pesos, y niños criados localmente alcanzaban de 100 a 150 pesos, dependiendo de la edad41. Mas, después de los fríos inviernos de la meseta del norte, no permitieron el desarrollo óptimo de las condiciones laborales para los negros que no lograron aclimatarse. Un gran número de esclavos nunca fueron traídos a Parral en ningún tiempo, si mucho, dos o tres pudieron ser transportados de México o Veracruz en alguna de las conductas de carros anuales42.

ENFERMEDADES OCUPACIONALES

Enfermedades y accidentes eran frecuentes en las minas coloniales, lo trabajadores eran a menudo aplastados por desprendimientos de los techos de los socavones, y la usual jornada de doce horas (de sol a sol) en las minas, llevaba a la fatiga y a la disminución de la resistencia al contagio. Los trabajadores mineros contraían enfermedades de la garganta (incluido el envenenamiento por monóxido de carbono) por respirar aire nocivo y humos de velas y fogatas. En Pachuca, un estudio hecho en 1585 decía que los tenateros, pobremente vestidos, podían

37 Los esclavos negros eran traídos al Nuevo Mundo desde España por algunos de los primeros aventureros españoles. La primer licencia otorgada para importar un gran número de esclavos africanos en el Nuevo Mundo se dio en 1518 (Aguirre Beltrán, 1946, pp. 5-6). 38 Aguirre Beltrán, 1944, pp. 414, 427. 39 DII, IX, 182-195. 40 AMP, Protocolos, 1643, 1649, 1667. 41 Íbid., 1649. 42 íbid., 1643; íbid., 1667. Un gran número de esclavos importados a la Nueva España durante el Siglo XVI eran de la costa de Guinea, aunque la mayoría de aquellos traídos durante el siguiente Siglo eran de Angola (Aguirre Beltrán, 1944, p. 416). Prácticamente todos los negros de las minas de Parral en el Siglo XVII eran angolenses; pocos habían sido reimportados de Barbados.

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atrapar un resfriado o una neumonía por salir del interior tibio, húmedo, hacia el aire frío de la superficie. “Muchos murieron de este modo”43.

Un padecimiento común en la región minera del sur era una forma de silicosis contraída mientras se trabajaba en el polvo fino de los molinos de mineral44. Condiciones similares deben haber prevalecido en los molinos de Parral. Debido a la alta mineralización de silicatos en el distrito de Parral, el cuarzo abundante estaba presente en la ganga (mineral sin valor), y polvo en capas con partes muy finas de sílice, era respirado por los trabajadores de los molinos, cuyas gargantas rápidamente mostraban un aspecto de cortaduras o de fibrosis, lo cual llevaba eventualmente a la hemorragia. Un tipo de fibrosis es también causado por polvo de silicato producido por el desprendimiento de ganga de secciones altamente oxidadas en algunas partes de las vetas (cuerpo del mineral incrustado entre las capas de sedimento)45.

Una de las más temidas enfermedades de la industria minera era el envenenamiento por mercurio. Como se indicaba anteriormente, en la mayoría de los casos: mulas, no hombres, eran las que pisaban la amalgama en los pisos de los patios; de cualquier modo, el hombre tenía que vadear dentro del mineral lodoso para juntarlo y lavarlo. El mercurio, que puede entrar al cuerpo a través de los poros abiertos por la sudoración, tenía un efecto desastroso en la piel y en los tejidos del cartílago de las articulaciones. En Pachuca, las extremidades de los indígenas que trabajaban en el lodo del mineral fueron reportadas como que habían quedado paralizadas por las articulaciones afectadas46. En la mezcla de la amalgama las piernas de las mulas y los caballos estaban a menudo cubiertas con llagas47. El envenenamiento por mercurio era más fácilmente contraído en operaciones de retorta (destilación del mercurio de la amalgama). El mercurio en forma de vapor es rápidamente absorbido por el cuerpo a través de la piel y las membranas mucosas48. No existe evidencia directa de envenenamiento entre los beneficiadores coloniales disponibles; sin embargo, la prevalecencia de la enfermedad pudo ser inferida de datos relativos de otras zonas mineras contemporáneas. A principios del Siglo XVII, Solórzano y Pereyra49 reportaron que todos los trabajadores indígenas en las minas de mercurio de Huancavélica, sufrieron de temblores violentos en las extremidades (temblores mercuriales), y que los vapores del mercurio penetraron los tejidos cartilaginosos de las articulaciones, causando dolor y parálisis, y, finalmente, la muerte en un promedio de cuatro años50. St. Clair Duport51 menciona la prevalecencia de temor y nerviosismo (Erithismus Mercuralis) entre los destiladores de mercurio de Fresnillo. Estomatitis (presentando inflamación de boca y encías), una forma 43 TBL, 1586, Villamanrique al rey. 44 Un reporte de Pachuca, 1681: "Los indios se han puesto tan enfermos por el polvo de los molinos, que algunos han muerto" (Simpson, 1938, p. 59). De Taxco, 1737: "Muchos murieron vomitando sangre por el trabajo en los molinos." (Íbid, p. 63). 45 Para ver una discusión sobre silicosis en las regiones mineras, ver Sayers, "Silicosis among Miners.". 46 "... y a otros ocupan en yncorporar los metales con el azogue y que los rrepasan y lauan y desasoguen... causandoles graues enfermedades y los que no mueren se tullen ..." (TBL, 1586, May 10). (Z.M.) Los daños causados por el contacto del azogue y sus vapores, eran muy conocidos entre los mineros, y a las convulsiones que producían se les llamaba: “engrase”. 47 St. Clair Duport, 1840, p. 283. 48 Sayers, "Health Hazards ...," pp. 156-165. 49 Solórzano y Pereyra, I, 277. 50 "... y el baho del mismo azogue a los que cuecen y benefician les penetra en breve tiempo hasta las médulas, y debilitando todos los miembros, causa perpetuo temblor en ellos; de suerte que aunque sean de robusto temperamento, pocos dexan de morir dentro de cuatro años." 51 St. Clair Duport, 1840, p. 282.

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moderna de envenenamiento mercurial, no es mencionada por fuentes coloniales, pero estaba probablemente presente en los centros mineros donde el proceso de amalgamación era empleado.

MEZCLA DE RAZAS EN COMUNIDADES MINERAS

En las colonias españolas la mezcla de razas tuvo lugar entre los españoles y los indígenas (mestizo), español y negro (mulato), indígena y negro (sambo, lobo). Los españoles establecieron cerca de 50 castas en base del contenido de sangre de española, negra e indígena52. La mezcla de razas era común donde existiera un gran número de trabajadores españoles e indígenas o negros, estando concentrados en un sitio, esto es, en pueblos españoles y centros mineros.

Durante el periodo colonial, la intermezcla de españoles e indígenas prevalecía más probablemente en las minas del norte, centros de trabajadores indígenas libres, los nativos ocupaban barrios o viviendas nativas en la comunidad. En el sur los trabajadores indígenas y sus familias usualmente vivían en pueblos indígenas o en congregaciones distantes de las minas53. En Parral, un barrio fue rápidamente establecido por los mexiquenses, sinaloas y sonoras54. Las mujeres indígenas, que siguieron a los trabajadores libres a las minas como esposas o concubinas, probablemente fueron la mayor fuente de descendencia mestiza. En las minas de Sonora, de acuerdo al conteo de un misionero, la mujer indígena era inducida a vivir con los españoles por regalos de ropa, blusas de algodón, lana y faldas55. Muchos españoles tomaron como esposas a indígenas, la Corona y la Iglesia preferían estos matrimonios al concubinato. El número relativo de solteros en las minas del norte era grande. En 1650, del número total de hombres (principalmente mineros y comerciantes) quienes eran candidatos para servir militarmente en Parral, 53% eran solteros, 7% casados con esposas en el centro de México y 40% eran casados y con familia en Parral56. El grueso del elemento mestizo en las minas del norte, de cualquier modo era, probablemente, no más pronunciado que en los grandes pueblos españoles del centro de México, donde había un gran número de trabajadores indígenas establecidos en pueblos nativos. De cualquier modo, el porcentaje de mestizo del total de la población del norte, debido a la poca densidad de gente aborígenes, era mucho más grande que la parte central o sur del país.

La mezcla de blancos y negros en las minas del norte era insignificante. Como se sugería anteriormente, los esclavos negros no eran llevados al norte en grande número, y mulatos

52 León, 1924. 53 Los españoles tenían prohibido vivir en las comunidades indígenas establecidas (pueblos) (Recopilación, Lib. VI, tít. 3, ley 21, 22). En muchas partes de México del centro esta ley no fue estrictamente seguida. 54 AMP, 1632, Civil (4). La barrera social que existía entre los españoles y los indios, aún libres, no permitía que pudieran vivir juntos. De ahí la segregación de los indios a una particular sección de los pueblos españoles. En una instancia un mexicano que fuera uno de los primeros habitantes en Parral recibía mucho más abuso del que podía encontrar en el cuarto de los nativos. (Z.M.) Se refiere al barrio de La Candelaria, actualmente conocido como El Rayo. También se menciona el área anexa a lo que fue el convento franciscano como Barrio de Triana. En Chihuahua el barrio de indios sinaloas y sonoras a la capilla de Santa Ana hoy Santuario de Guadalupe. 55 ATG, Civil, Leg. II, exped. 46. (Z.M.) Un caso importante fue el del minero y teniente de Gobernador de don Francisco Montaño de la Cueva, quien casó con una linajuda dama de Zacatecas; sin embargo, vivió más tiempo amancebado con una negra a quien llenó de atenciones en Indé. 56 Los números actuales: 97 solteros, 13 hombres casados con esposas en el centro de México, 70 hombres casados con esposas y familia en Parral (AMP, 1650, AyG (3)). El servicio militar no estaba limitado a grupos de poca edad, sino que se extendía prácticamente a todos los hombres que tuviesen un arma.

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(mayormente trabajadores libres, pero algunos esclavos) eran inmigrantes del centro de México57. El matrimonio de negro e indígena en Parral, era probablemente más pronunciado que la mezcla de negro y blanco. Aunque a los negros se les prohibió entrar a los pueblos indígenas58, en una comunidad española como Parral había muchos casos de matrimonio de mujeres indígenas libres con esclavos negros y mulatos59. La descendencia de dichas uniones usualmente recibía la categoría de libres.

57 En la Nueva España el desempeño de los mulatos se centró en los pueblos costeros (Acapulco y Veracruz), y en algunas comunidades mineras y agrícolas del sur y centro del país. Ver Roncal, 1944, pp. 530-540. (Z.M.) El Archivo de la Parroquia de Parral, contiene un excelente registro de los libros de nacimientos; matrimonios y defunciones, que comprenden todo el periodo colonial. Robert Mackey, profesor de la Universidad de Minnesota, E.U., hizo en 1982 un amplio trabajo demográfico sobre este material. 58 Recopilación, Lib. VI, tít. 3, ley 21. 59 AMP, 1641, AyG (3).

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IV. DESARROLLO DEL ABASTO DE MERCANCÍA Y AGRICULTURA La capacidad de los mineros para pagar altos precios por productos alimenticios originó el

establecimiento de estancias de abasto y haciendas agrícolas alrededor de cada real del norte de la Nueva España. Los rancheros españoles siguieron al despertar de cada filón de plata; muchos mineros exitosos se transformaron en más prósperos comerciantes y hacendados, adquiriendo vastas posesiones de tierra en los pastizales del norte. La comunidad minera, los ranchos de abasto y las estancias de siembra, fueron económicamente interdependientes y geográficamente cercanos: combinados para formar los llamados complejos rancho-mina. Esta fue la forma dominante de establecimiento en el México colonial del norte, y a pesar de los cambios tecnológicos y administrativos, aún prevalecen en nuestros días.

DESARROLLO DEL ABASTO

BASES FÍSICAS Y ECONÓMICAS

Las estancias de abasto proveían a las minas con productos animales indispensables: carne para los mineros y sus equipos de trabajo; sacos para mineral, bolsas para el agua, cribas para el mineral, sebo para las velas. Además, en cada real, había manadas de mulas y burros, los cuales eran necesarios para acarrear el mineral, jalar carros y mezclar lodo de minerales en los patios. La gran demanda de animales y productos animales en las minas, proporcionó una base económica substancial para el desarrollo de una industria de vivo comercio en el norte de la Nueva España.

El desarrollo del comercio en el norte estuvo también basado en un ambiente favorable. Afortunadamente, la mayoría de los distritos mineros de la meseta del norte, estaban situados en la cuenca alta y al alcance de los pueblos al filo este de la Sierra Madre Occidental. El terreno del valle y los pequeños declives al pie del cinturón de la actual sierra de Zacatecas, hasta el noroeste de la línea actual de la frontera, estaban caracterizados por la cubierta de hierba y mezquite, asociado con arbustos desérticos y cactus. En las partes altas inclinadas, arriba de 5500 pies, una asociación de arbustos de encino y hierba, usualmente aparecía, y en la montaña del bajío de la Sierra Madre, arbustos de hierbas prevalecían entre los bosques de encinos y pino.

Ganado vacuno, ovejas y mulas, eran los tres principales animales domésticos de los rancheros españoles, los cuales se dedicaban al ramoneo y pastoreo. De alguna forma, algunos de los arbustos xerofíticos del área de la estepa, eran tan insignificantes como los pastos para proporcionar alimentos. El arbusto más abundante era el mezquite (Prosopis Juliflora), el cual provee una vaina que es deliciosa y rica en grasas y proteínas. En el distrito de Parral, así como en la mayor parte del norte de México, angostas franjas de mezquite cubrían las partes bajas de las cuencas donde los suelos finos y altos niveles freaticos prevalecían. El mezquite está también presente a lo largo de la mayoría de los ríos y extendidos dentro de las colinas y a lo largo de los fondos de los arroyos (Pls 5,8). Otra planta de ramoneo es la vaina torcida (Prosopis Pubescens) así como otros arbustos de acacias y mimosas, están asociados con el mezquite a través de los flujos de los arroyos. En declives abruptos hojasén (Flourensia Sp) y ocasionalmente arbustos de encino, proporcionaban un pobre matorral para ovejas y mulas.1

1 (Z.M.) Desgraciadamente en este estudio, el Sr. West; no hizo investigación sobre el tráfico comercial que impulsaron los misioneros jesuitas y que, comprendía desde Sonora, Sinaloa y, por supuesto Durango. Son estos religiosos quienes trazan la mayoría de los caminos para recuas que surcaban la Sierra.

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En las zonas esteparias del norte, especialmente de Durango hasta Colorado, dos clases valoradas de pastos predominaron en tiempos coloniales, la Grama Negra (Bouteloua Eriopoda) y pasto Toboso (Hilaria Mutica). Ambas son resistentes a la sequía y podían soportar mucho abuso por el sobrepastoreo. El toboso, un pasto bajo mate, estaba asociado con el mezquite en los suelos arcillosos de las cuencas. Era también característico en las rocas de la sierra. Pero el toboso sólo podía ser alimenticio durante la época lluviosa del verano, cuando estaba verde y tierno. Después que el crecimiento ha cesado, a finales del otoño, las vainas y hojas se ponen duras y se convierten en follaje invernal de segunda. La Grama Negra, de alguna forma, un pasto alto creciendo en laderas rocosas y suelos bien drenados y arenosos, en agrupamientos dispersos, esperan pastoreo todo el año; verde en verano, se convierte en un dulce y paladeable forraje en invierno, y por lo cual es recordado como el más valioso de los pastos de la estepa. Otros notables son: el mezquite curly (Hilaria Belageri), Búfalo Falso (Munroa Squarrosa) y varios pastos suaves (Aristidia Sp)crecían en las laderas drenadas, asociadas con la Grama Negra y Tobosa. Hoy, estos mismos son los pastos más abundantes de la superficie minera del norte, pero el continuo pastoreo, por más de trescientos años, ha dañado mucho la cubierta original. Alrededor de Parral, la grama bien conservada es posible verla sólo en lugares rocosos escondidos y protegidos; de algún modo en las laderas pedregosas cercanas, la grama recolectada aún predomina, pero es a menudo invadida por Hierba de la Víbora (Guterria Sarothral) y arbustos de uña de gato (Pl 18).

Debido a la falta de lluvias, la industria de abasto fue favorecida por un adecuado suministro de agua. Hoy los arroyos en el distrito de Parral fluyen sólo durante el corto periodo lluvioso (julio–septiembre) y disminuyen su flujo durante invierno y primavera hasta que los pequeños arroyos se convierten meramente en una serie de charcos en mayo y junio. En los días de la colonia, estos arroyos eran probablemente más perennes; la deforestación de bosques de pino y encino al pie de la sierra, el descenso en la densidad de la cubierta de hierba por un periodo largo de pastoreo y bombeo continuo de las minas, pueden materialmente haber reducido el nivel freático, resultando en el pronunciado flujo de arroyos en la actualidad. Los veneros abundaban también en las tierras de pastos durante la época colonial. Prácticamente cualquier requerimiento de concesión de un terreno para pastoreo alrededor de Parral, en el Siglo XVII, menciona un “ojo de agua”. En los archivos de estancias y terrenos marcados, abundan en el mismo términos como: Ciénega, cieneguilla, charcos, lugar de Patos, Los Tules, Ojo, Ojitos. Estos nombres son aún conservados en los mapas modernos del área; pero en muchos casos ellos han perdido su significado. Pero muchos veneros, especialmente en aquellos en las montañas del norte de Minas Nuevas y Parral, han desaparecido. Los abrevaderos fueron uno de los aspectos más esenciales del rancho de abasto colonial. Cada concesión de tierra de pastoreo incluía derechos especiales sobre aguas, veneros y arroyos contenidos en el mismo2.

SISTEMAS DE TIERRAS ASOCIADOS AL USO DE PASTOREO

El crecimiento del abasto fue llevado adelante bajo dos tipos de tenencia de la tierra: uso comunal de la tierra y concesiones privadas de terrenos. Por mucho, la mayor parte de la tierra de pastoreo era poseída en concesión por rancheros.

2 En los documentos no se mencionan lamederos de sal para el ganado. La ausencia de información puede indicar un adecuado abastecimiento de sal en los minerales o en las pequeñas playas de los lagos, lo cual ocurría en la región de la estepa.

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El Pastoreo Común.- La superficie de pastoreo inmediata alrededor de cada comunidad española era usada como tierra común, llamada el ejido3. Por costumbre, cada real de minas recibía como ejido una legua cuadrada de tierra, medida media legua en cada dirección cardinal de la iglesia principal del pueblo4. Esta tierra era también usada por los mineros para pastar mulas y burros empleados en las haciendas de beneficio5. Era también usada para pastorear animales que venían en las recuas de mulas y carretones, los cuales traían herramienta, las ovejas y ganado expendidos en las carnicerías. Ninguna otra persona, salvo los mineros, transeúntes o el oficial carnicero podía usar las tierras comunales para pastar6. El ejido fue altamente utilizado y el pasto recién brotado fue rápidamente agotado. Ahora la cubierta vegetal de la vecindad inmediata de muchos pueblos en el distrito de Parral muestra evidencia definitiva de depredación. Los pocos matorrales remanentes de grama, y aún los impaladeables arbustos de huizache, son aún cosechados por manadas de chivos pertenecientes a la gente de la comunidad. La erosión destructiva de arcilla está demasiado avanzada en las tierras bajas e inclinaciones coluviales dentro de un radio de una milla a dos de los pueblos (Pl 9). Existía otro tipo de pastoreo comunal en los lotes baldíos en el rango ya descrito. Toda tierra era teóricamente propiedad de la Corona, pero alguna era usada comunalmente hasta que era concesionada a algún abastecedor7.

La Tierra Concesionada.- El rancho colonial de abasto vivo, usualmente llamado “estancia ganadera”, fue otorgada a los señalados (comerciante, minero), que deseara adquirir propiedad y exclusividad de los derechos de pastoreo de una sección en particular de la misma. La merced era hecha en el nombre del rey por el gobernador de una provincia o reino y podía ser obtenida por solicitud y el pago de una cuota, el monto de la cual era determinado por el valor de la propiedad8. La merced era hecha en perpetuidad, pero la ocupación continua y uso era necesario para mantener vigente el título. La tierra mercedada podía ser rentada o vendida9.

3 (Z.M.) Los ejidos en México, tuvieron su origen en la Ley del 1° de diciembre de 1573 de Felipe II que fijaba las condiciones que debían tener los sitios en que habrían de formarse los pueblos y reducciones de indios. Para el ejido se señalaba una legua de largo en cada dirección, a partir del centro del pueblo. En la forma mencionada el ejido desapareció con la Ley de Desamortización del 25 de junio de 1856 (Ley Lerdo). 4 Recopilación, Lib. IV, tít. 7, ley 13, 14. 5 Ordenanzas, 1584, Art. 50. 6 Ni podían privatizar los empleados ninguna parte de las comunas para tierras de labranza. En Todos Santos, por ejemplo, en 1704 varias personas habían estado usando las tierras a lo largo del arroyo principal dentro del ejido para maizales y habían estado tomando agua para su irrigación. El caso fue presentado a los oficiales de minas, quien expulsó a los agricultores (AMP, 1704, Civil). 7 AMP, Minas, Sitios y Terrenos, 1660, 1665. 8 En muchas estancias se abastecían para el pastoreo en ciertas tierras (baldíos) por dos o tres años antes de que pudieran tener una licencia, la cual se hacía probablemente debido a la intrusión de otra manada en esa particular sección no ocupada. El pastoreo ilegal de ovejas que hacían los pastores sin tierras en pasturas ya concesionadas era común en la región norte del río Conchos durante los primeros años del Siglo XVIII (AMP, 1742, Civil). 9 Hubo varias regulaciones adicionales concernientes a los permisos para establecer haciendas. La política de protección a las milpas indias sin cerco del ganado español (primera aplicación en 1555 en el centro de México) fue estrictamente impuesto en el área de Parral. Esta regulación se aplicó principalmente a las tierras de cultivo de los trashumares. Ninguna tierra dentro de las 1500 varas de los maizales de los indios podía ser prestada a los ganaderos (AMP, 1667, Civil (I); 1669, Minas, Sitios y Terrenos; 1685, íbid). Los documentos anteriores son quejas hechas por los gobernadores tarahumares en contra de los rancheros cuyo ganado destruía sus campos. En la mayoría de los casos los derechos de los indios eran defendidos. Además, antes de que cualquier tierra de pastoreo fuese dada, se cuestionaban entre ocho y diez testigos para saber si tenían conocimiento de la presente o previa ocupación de las tierras, sobre el posible daño a las tierras adyacentes de los indios y de su estimación sobre el valor de la tierra. Cientos de papeles sobre la concesión de tierras en los altos del Conchos, Río San Pedro y Casas Grandes se encuentran en los archivos de Parral en la sección Minas, Sitios y Terrenos.

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Los españoles coloniales distinguieron dos tipos de ranchos de abasto, uno llamado “sitio”10, el “sitio de ganado mayor”, para vacas, caballos y mulas y el “sitio de ganado menor”, para ovejas y cabras. Teóricamente, el primero era un espacio cuadrado de 5000 varas (una vara equivale a 33 pulgadas), o aproximadamente 2.6 millas en cada lado, comprendiendo un área de cerca de 4335 acres (6.75 secciones). El último, era más pequeño, siendo de 3333 varas (aproximadamente 1.7 millas) por lado, equivalente a cerca de 1920 acres (2.96 secciones)11. Los rancheros normalmente aplicaban para dos o tres sitios al mismo tiempo, y muchos volvían a aplicar por nuevas tierras, o compraban o rentaban tierras concesionadas a medida que sus manadas crecían. De aquí que las posesiones de unos cuantos abastecedores prominentes en la comarca de Parral crecieron en grandes proporciones12. Los numerosos ranchos poseídos por un solo comerciante no siempre fueron contiguos, resultado del mantenimiento de varios rebaños o la conducción de un solo rebaño de un rancho a otro.

El cultivo y la cosecha eran de alguna manera asociados con la estancia en el norte de la Nueva España. Una parte de tierra cultivable era característica en cada rancho de abasto alrededor de Parral. Muchos sitios incluían de una a cuatro “caballerías” de agricultura y acompañado de derechos de agua para riego13. Dicha tierra incluía pequeños terrenos planos o terrazas a lo largo de los arroyos y parte de las laderas de escurrimiento o secciones de tierras bajas (cuencas) cercanas a algún manantial. El propósito original de la tierra labrantía era establecer una huerta en la cual cultivar suficiente trigo, maíz y vegetales donde pudieran crecer para alimentar al ranchero, su familia y a los vaqueros. Las medidas de las mercedes de las tierras labrantías, de algún modo indicaba que los rancheros fueran probablemente para incluir la agricultura comercial como una ocupación suplementaria14. Cuatro caballerías equivalían a 420 acres, 10 La palabra sitio (L. situs) era regularmente usada como un término de medida y era aplicado a los ranchos de abasto. Funcionalmente los ranchos de abasto españoles eran también llamados estancias. La frase “sitio de estancia para ganado mayor (ganado menor)” era escrita en las licencias para concesiones. El término criadero, que era un cuarto de un sitio, fue usado en México del centro al principio del Siglo XVI. (Z.M.) Un trabajo muy amplio sobre este tema, puede consultarse en: Chevalier, Francois; “La Formación de los Grandes Latifundios en México; México, 1956. 11 Los datos sobre la medición de la tierra colonial están tomados de un documento de la Biblioteca del Estado, Guadalajara, Tomo II, exped. 3, titulado “Tratado de las medidas de Tierras y ordenanzas para la Nueva España, 1669.” De acuerdo a este documento, 5000 varas (3000 pasos de Salamón) equivale a una legua. De acuerdo con la Academia Real, Madrid, una vara (la antigua yarda española) equivale 0.835 metros. Así que una legua equivale a 2.6 millas y un sitio de ganado mayor es equivalente a 6.75 millas cuadradas o aproximadamente 4335 acres. Estas cifras se corroboran por un trabajo impreso sobre medidas de tierra española: Galván Rivera, 1868. Por ley, un sitio de tierra conformaba un cuadro perfecto con límites rectos orientados hacia los puntos cardinales. Las concesiones tenían que ser correctamente medidas con un cordel de 100 varas de longitud. Estas regulaciones eran raramente observadas en la región de Parral. Ahí, y probablemente en la mayor parte de la Nueva España, se usaba este sistema para designar los límites de las propiedades. La zona era medida o calculada aproximadamente a simple vista o a lomo de mula (se estimaba que una buena mula, caminando a un paso promedio, cubría una legua en una hora), y se escogían los límites que coincidían con los rasgos naturales. Las formas de los sitios eran extremadamente irregulares, la mayoría era burdamente poligonal, otros aproximadamente cuadriláteros. Ver Sáenz de Escobar, I, 4-14; Hackett I, 174-176. 12 Por ejemplo, en 1660 Valerio Cortés del Rey, uno de los grandes ganaderos de Parral compró fuera de derecho cinco sitios de ganado mayor y uno de ganado menor, incluyendo todo el ganado, en la región del río Conchos. Este único trato consistía en más de 23000 acres de tierra. Las concesiones previas dadas a Cortés del Rey incluían al menos 10 sitios de ganado mayor (AMP, 1660, Minas, Sitios y Terrenos). 13 Una caballería es equivalente a aproximadamente 105 acres, originalmente la caballería era la unidad de tierra concedida a un caballero o soldado montado en recompensa por servicios militares rendidos a la Corona. 14 En una estancia se registraron 12 caballerías (1260acres) de tierra de labranza junto con seis sitios de pastura en los planes aluviales de la confluencia del río Florido y el río Conchos (AMP, 1687, Minas, Sitios y Terrenos). Una

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demasiado grande para una huerta en la cual crecía cosecha para subsistir. La mayoría de la tierra que fue cultivada, que fue con trigo, era de tierras de riego y de temporal. Ocasionalmente los rancheros construían grandes molinos movidos por agua a lo largo de los arroyos cerca de los caseríos de los ranchos15. Consecuentemente los ganaderos tendieron a convertirse en ganaderos –agricultores, por la razón de los altos precios en las minas16.

DISTRIBUCIÓN DE LOS RANCHOS DE ABASTO EN EL ÁREA DE PARRAL

Había dos zonas ganaderas importantes inmediatas o tributarias a las minas de Parral: 1) los pastizales de San Bartolomé, que comprendía las áreas de escurrimiento de los tributarios del río Florido y la región adyacente al río de San Gregorio17; 2) la parte alta del río Conchos y distrito del río San Pedro, incluyendo particularmente la tierra de pastos regada por los tributarios sureños de la parte alta del Conchos (mapa 7). Aparentemente pocas estancias fueron establecidas

vez más un ranchero admite sus intenciones cuando después de aplicar para obtener una concesión de tres sitios de ganado mayor, él agrega: “... y rrexistro seis caballerías de tierras por acienda de labor de trigo de pan coxer.” (AMP, 1668, Minas, Sitios y Terrenos). 15 AMP, 1647, Civil. 16 El concepto de estancia – un rancho de ganadería adquirido por concesión del gobierno- parece ser originado en el Nuevo Mundo (Miranda, 1944). En la España medieval prevalecía el uso comunal de la pastura (Colmeiro, 1803, II, 98). Estas pasturas eran de dos tipos: las tierras ejidales del pueblo y los baldíos, o tierras no reclamadas ni ocupadas. El concepto de uso comunal de los baldíos fue introducido en la Nueva España en las primeras décadas del Siglo XVI (Recopilación, Lib. IV, tít. 17, ley 5 (1541)). Las leyes de 1513 y 1535 condicionaban para la concesión de tierras a aquellos españoles que deseaban habitar en las Indias, pero estas ordenes no mencionan la palabra estancia o sitio (Recopilación, Lib. IV, tít. 12, ley 1, 10). La estancia fue probablemente un desarrollo local para proveer suficiente tierra de pastura para las manadas de ganado que se incrementaban rápidamente, tanto bovino como ovino, en los valles y montañas alrededor de Puebla y Toluca. En 1536, por ves primera los términos “sitio de ganado mayor” y “sitio de ganado menor” se encuentran en un grupo de ordenanzas sobre el terreno usados por Virrey Mendoza (Hackett I, 174-176; cf. Miranda, 1944, p. 13, n. 22). La Corona reconoció legalmente la estancia en 1550 (Recopilación, Lib. IV, tít. 12, ley 12). Estrechamente relacionado con la estancia, la mesta –una asociación para la protección de los ganaderos- fue organizada en la Nueva España en 1529 (Miranda, 1944, pp. 14-15). Julius Klein (1920) como se muestra esta organización es una institución puramente española que data desde el Siglo XIII. Alrededor de la ciudad de México los rancheros españoles que habían conocido la mesta, organizaron espontáneamente, a través del cabildo, su propia asociación sin la dirección de su país de origen (Miranda, 1944, p. 15). En 1537 se promulgaron las primeras ordenanzas, mismas que fueron superadas en 1574 por un equipo de leyes mucho más completas (Beleña, I, 27-64; AGN, Ordenanzas, I, fols. 24-29). La mesta en la Nueva España no era más que una organización de protección y promoción sin mucha influencia política, los miembros que eran poseedores de estancias. Su principal función era tratar casos civiles y criminales presentados entre los hacendados, gravar, colectar multas, regular los fierros y rodeos, disponer de animales extraviados, auxiliar en los asuntos relacionados con la matanza de animales, coleccionar los impuestos de los dueños del ganado (Dusenberry, 1941, pp. 468-469). Originándose en los valles de Puebla, México y Toluca, la mesta se extendió a Oaxaca en 1543; a Michoacán en 1563 (Miranda, p. 19) y en 1609 fue establecida en Tehuantepec (AGN, Ordenanzas, I, fols. 127-128). Hay pocas referencias a la organización en la Nueva Vizcaya y no hay indicación de que ésta operara entre los ganaderos de la región de Parral durante el Siglo XVII. Una lista de oficiales reales de la Nueva Vizcaya por 1651 nombra un juez provincial de la mesta y matanza, pero no hay datos concernientes a su zona de operación (AMP, 1651, AyG (2)). 17 (Z.M.) El río San Gregorio, es el actual río Parral. El río de San Pedro, que aquí se menciona, es una afluente del río de Minas Nuevas y pasa por San Pedro Alfaro. Hacia el norte del Conchos está el río San Pedro que pasa por Satevó.

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inmediatamente alrededor de las minas18. Los ranchos de abasto en los alrededores de San Bartolomé fueron organizados rápidamente después de la fundación de Santa Bárbara y Todos Santos. Por 1660, como siempre, ésta zona de abasto había declinado, por las frecuentes incursiones de los tobosos dentro del distrito Parral –Indé durante 1645-1660 habían exterminado las tribus y muchas, alguna vez opulentas estancias, fueron reducidas a pequeños ranchos (pegujales)19.

En términos de números de tierras concesionadas y cantidades de ganado la parte alta del distrito Conchos–San Pedro se transformó en el más importante adjunto a las minas. Tenía muchos manantiales y ríos cerca de los cuales los arbustos de mezquite eran abundantes, pasto y chaparral eran abundantes en las mesetas y colinas. En la década de 1590 algunos ranchos fueron establecidos cerca de Todos Santos a lo largo de unos pocos de los tributarios del sur del Conchos20. Un gran número de concesiones en esta región inmediatamente después del descubrimiento de Parral y Minas Nuevas y las tierras aún estaban siendo mercedadas, tan tarde como en 168621. Diez millas al este de Todos Santos, una gran hacienda ovejera de muchos sitios se formó en la década de 1640 por Pedro de Sapién22, quien en 1658 estaba manejando más de 5000 cabezas23. Las vastas propiedades de Valerio Cortés del Rey, extendidas por millas a lo largo de las dos riveras del Conchos y en la sección entre la presente hacienda del Torreón, San José de Gracia y Valerio24, Chihuahua25. En 1666 Cortés del Rey reportaba más de 42,000 cabezas de ganado y varios miles de cabezas de ovejas en sus tierras26. Por 1650, ganado y ovejas pertenecientes a los españoles estaban presionando dentro del territorio tarahumara para ocupar la bien regada cuenca de la sierra. Al este, como siempre, los rancheros eran marcados por el incremento en la aridez, pastura pobre y continua amenaza de las tribus hostiles del desierto; pocas estancias fueron establecidas al este del río Florido durante el Siglo XVII. El norte del Conchos–San Pedro pastoreaban los abastecedores siguiendo el curso del mezquite y los pastizales dentro Valle del Papigóchic, y en 1661 alcanzaron las extensas planicies de pastizales de Casas Grandes al noroeste de Chihuahua27.

18 Un reporte de 1642 establece: “... en este rl y minas (Parral) y en sus contornos no ay ningunas estancias de ganados mayores ni menores ni criaderos dellas ...” (AMP, 1642, AyG (3)). (Z.M.) La razón es que las haciendas o estancias necesitaban mayores extensiones para la cría de ganado, y las cercanos a los ríos se preferían para la agricultura. 19 AMP, 1660, AyG (1). (Z.M.) Se dice de una pequeña porción de terreno que el dueño de una finca agrícola cede al guarda o encargado para que la cultive por su cuenta como parte de su remuneración anual. 20 AMP, 1654, Civil. 21 AMP, 1662, Minas, Sitios y Terrenos. 22 (Z.M.) En este lugar, antes de la sublevación de los conchos de 1645, los franciscanos fundaron un pueblo llamado San Luis. 23 AMP, 1656, AyG (6). 24 (Z.M.) Santa Cruz de Valerio, fue un rancho perteneciente al mayorazgo de don Valerio Cortés del Rey, de donde le viene su nombre. 25 AMP, 1660, Minas, Sitios y Terrenos; 1662, AyG. 26 AMP, 1666, AyG (2). 27 El capitán Andrés López de Gracia de Parral clamaba haber sido uno de los primeros fundadores del valle de San Antonio de Casas Grandes, donde él estableció un rancho de ganado y de mulas en 1661 (AMP, 1671, Minas, Sitios y Terrenos). Los pastizales del noroeste de Chihuahua raramente surtían al mercado de Parral. Estas estancias no tenían un mercado definido sino hasta la fundación de los reales de Cusihuiriáchic en 1687 y Santa Eulalia (Chihuahua) en 1704. La industria ganadera del noroeste de Chihuahua alcanzó su máximo punto alrededor de 1748. Después de la invasión de las tribus de apaches y comanches que destruyeron grandemente los hatos de ganado de la región entera (AGN, Provincias Internas, LXIX, 383-454). (Z.M.) El Valle del Papigóchic, ya en las estribaciones de

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SUPLEMENTOS DE PRODUCTOS ANIMALES A LAS MINAS

En la Nueva España, la venta de carne de res, carnero y sus derivados se elaboraba de acuerdo a las costumbres y regulaciones de origen ibérico. Los abastecedores proveían a la mayoría de las comunidades españolas por acuerdos de un sistema de contrato, llamado remate de carnes, mediante el cual un “asiento” era hecho para asegurar un abastecimiento continuo de los productos animales y para controlar precios28. En los centros mineros del norte el alcalde (mayor) recompensaba el contrato con el comerciante, quien accedía a suministrar a los mineros con carnes, cueros y sebo a los precios más bajos durante un año o dos. El asiento era así procurado por subasta competitiva entre los comerciantes y los rancheros. Quien ganaba estaba obligado a traer ovejas o novillos, o ambos, a la carnicería pública, al menos una y a menudo dos veces por semana (los sábados, o los miércoles y sábados). Con algunas excepciones, toda persona que viviera en un radio de dos leguas de las minas estaba obligado a comprar carne al carnicero únicamente del contratista a los precios estipulados en su asiento29. Ninguna otra persona, salvo el contratado, fuera ranchero, minero o granjero, le era permitido, bajo duras penas, vender carne fresca. Con permiso del asentista, de algún modo, los rancheros podían matar su propio abastecimiento para subsistir. Los mineros podían sacrificar sus propias ovejas y ganado para sus grupos de trabajo30. En descripciones de las condiciones de contratación en Parral, el uso frecuente de la frase “como es costumbre en todos los reales de minas de este reino”, indicaba el amplio uso del sistema en las comunidades mineras del norte de la Nueva España31.

la Sierra, fue muy poblado de tarahumares. Primero se le menciona como Valle de Santa Cruz de Mulatos. El gobernador Diego Fajardo funda en 1651 la Villa de Aguilar y le denomina Valle de la Encarnación. En el centro de esta zona está actualmente Cd. Guerrero, que fue la antigua misión del Papigóchic. 28 Durante la última parte del Siglo XVI el cabildo de México elaboró procedimientos para surtir y vender carne en los mercados de la ciudad de México y pueblos españoles adyacentes (Actas de Cabildo, IV, 70-71; X, 109; IX, 9, 10, 24, 255. Ver también Beleña, I, 24). El sistema contractual también fue usado para surtir carne y productos a los reales del México central, por ejemplo: Taxco, 1579 (AGN, General de Parte, II, fols. 29-29v). en estos pueblos, el sistema difería en algunos detalles del practicado en las comunidades mineras del norte. Por ejemplo en las vecindades de la ciudad de México, el contratante acordaba surtir carne solo del Miércoles de Ceniza (abril) al final del año; de enero a abril ningún ranchero podía matar ni vender carne de res o cordero (Bancroft, México, II, 142, n. 33). En contraste, el contratante de Parral estaba obligado a proveer de carne todo el año. El sistema contractual de abasto de carne (por años y por asiento y obligación) prevaleció en los pueblos de España durante los Siglos XVI y XVII (Colmeiro, II, 279). 29 En Parral el rastro (matanza) situado en las afueras del pueblo en el ejido, era también usado como mercado de carne (carnecería). Las tiendas de venta de carne al menudeo es una característica de los pueblos coloniales españoles, aparentemente no existieron en Parral durante el Siglo XVII. En los pueblos del centro de México los propietarios de las tiendas de carne fueron requeridos para obtener toda la carne del contratante de la matanza (Actas de Cabildo IX, 9, 10). En Parral los mineros estaban acostumbrados a proporcionar ayuda para la carnicería semanal (AMP, 1632, AyG (1)). 30 Ver Apéndice II para los papeles ejemplo sobre la concesión de los contratos de carne. Indudablemente mucha carne ilegal era contrabandeada en las minas para venderse a más bajo precio que el del contratante. Las transacciones ilegales de carne eran muy comunes en Parral en los primeros años de su existencia (AMP, 1632, AyG (1)). 31 El sistema contractual del abastecimiento de la carne estaba bien establecido en Parral. En el archivo local hay continuos registros de los remates desde 1632 hasta el fin de Siglo, pero los del Siglo XVIII están incompletos. El último data de 1825.

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En el distrito de Parral un asentista usualmente accedía a proporcionar productos a los dos grandes reales: Parral y Minas Nuevas. El abasto de carne de Santa Bárbara y El Oro era manejado en asiento aparte. Cualquier ranchero en la Nueva Vizcaya podía regatear por los contratos, los cuales eran anunciados en Sonora, Nuevo México y Durango. La mayor parte del abasto de carne comercializada en Parral provenía de los pastizales del Río Florido y San Bartolomé. Sin embargo, en muchos casos un ranchero de Durango, San Juan del Río o Cuencamé, ofreciendo precios por debajo de los de los abastecedores locales, obtenían sus asientos y llevaban sus manadas a Parral, o compraban los animales en pie de estancias en el Conchos32. Las manadas probablemente nunca fueron llevadas por la Sierra Madre procedentes de Sonora, pero durante el Siglo XVIII, las ovejas eran llevadas anualmente de Nuevo México hacia Chihuahua y puntos más lejanos hacia el sur. Gran número de estos animales eran consumidos en los establecimientos mineros de Santa Eulalia, Cusihuiriáchic y Parral33.

La carne era el principal producto vendido por el asentista. El pozole, un cocido de carne, maíz molido y chile, era la dieta de los indígenas en Parral. Para obtener el adecuado trabajo indígena los españoles fueron probablemente llevados para proporcionarles una buena alimentación34. Mientras tanto, los españoles mismos eran buenos comedores de carne. Los mineros generalmente compraban animales por cabeza (de ganado), preparada y entregada en sus propios negocios. El asentista también vendía carne por “el cuarto”, por arroba (25 libras) y por libras, frecuentemente proporcionado ambos, res y carnero. Los novillos (2 años) y los toros eran sacrificados para carne; las vacas raramente eran sacrificadas, excepto en casos de escasez35. Pocas partes comestibles de los animales eran desechadas. Las entrañas tenían una rápida comercialización entre los pobres; la asadura (intestinos, corazón, riñón) siempre aparecía en las listas de precios del ranchero, implicada en su oferta para el contrato de carne. Lenguas de res y cabezas de ovejas eran también ofrecidas a precios especiales36.

32 En 1656 más de 2000 cabezas de ganado fueron traídas de Durango a Parral. La mayoría compradas por el empresario, un duranguense de las estancias de Nombre de Dios, San Francisco del Mezquital y de las posesiones jesuitas cercanas a Durango (AMP, 1656, AyG (6)). De nuevo en 1645, 300 cabezas fueron traídas de Cuencamé por el contrato de Parral (AMP, 1645, AyG (2); Doc. para hist.de México, ser. 4, III, 151). 33 Pino, 1849, pp. 72-73. 34 Cuando ocurrió la escasez de carne en Parral, los mineros protestaron fuertemente de que sus cuadrillas de trabajadores estaban desertando y que muchos indios se enfermaban y rehusaban trabajar porque no se les daba carne de res o carnero en las comidas. Un minero aseguraba que por dos semanas no hubo carne: “Tengo cinco mozos del servicio de las minas y hacienda enfermos en la cama por falta de bastimento de carne de que sigue y tienen de cierto despoblarse este Real.” Otro decía: “... la semana pasada se quedó este Real Parral y sus Vecinos y mineros sin carne alguna de que ha seguido mucho daño a esta república y porque la que viene no suceda lo mismo y la gente de servicio se huyga por dha falta y no peresca el comercio ...” (AMP, 1657, AyG (2), (4)). En 1636 los mineros de Indé se quejaban de que la escasez de carne estaba causando que los trabajadores indios desertaran de las minas: “... por falta del abasto de vaca los mineros no tienen que sustentar la jente que traen en las dichas minas mediante lo qual y por no tener de quien comprarlo los dichos mineros, se les ausentan los Yndios que trabajan en las dichas minas, con lo qual dejan de sacar muchos Metales.” (AMP, 1636, AyG). 35 La escasez de carne en Parral fue muy común durante los alzamientos tarahumares y tobosos de 1640-1660. Se tomaron drásticas medidas para impedir la exportación de ganado desde las regiones del Conchos y San Bartolomé. Por la destrucción de los hatos y los riesgos que representaba arrear el ganado a las minas, los oficiales de las minas hallaron muy difícil encontrar hacendados locales que tomasen el contrato. Cuando fallaron los intentos de importar el abasto de Durango, se hicieron censos de los hatos locales y los animales fueron requisados por los oficiales para alimentar a los trabajadores de las minas (AMP, 1642, AyG (1) (3); 1650 (4); 1657 (6); 1660 (1); 1669 (2)). 36 La asadura era siempre estimada por los nativos, quienes conocían muy bien su alto valor alimenticio. Se consideraba la lengua como una delicia, especialmente seca, y las cabezas de carnero eran proporcionadas a la gente pobre, así como caldo de hueso. Las cabezas de carnero aún son comunes en las carnecerías mexicanas.

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Los novillos y toros eran artículos indispensables en los reales donde tenían cientos de usos. En las minas, el mineral era transportado exclusivamente en sacos de cuero sin curtir; debido al uso pesado tenían que ser sustituidas frecuentemente. Los cedazos del mineral en los molinos no eran más que sacos perforados, y las bolsas usadas para acarrear agua de los niveles inundados eran costales de cuero. La piel y tiras de cuero sin curtir eran el material principal para reparar maquinaria rota, carromatos y herramienta. El contratista vendía costales frescos a los mineros inmediatamente después de destazar, los sacos de piel para el mineral y las bolsas de agua eran hechas por los mineros. La tenería y la mayoría del trabajo en piel era una industria casera.37

El sebo era un producto animal de gran importancia para las comunidades mineras. Las velas de sebo eran el único medio de iluminación en las minas y en los molinos de metal (movidos por agua), los cuales operaban continuamente. Mientras tanto, el sebo servía como el único lubricante para maquinaria y ejes de carretas. En Parral el asentista de carne era el distribuidor exclusivo de sebo y velas, por sólo los primeros dos años de existencia del real. Todo el sebo (de res y carnero) era suministrado y algunas velas eran hechas en la carnicería bajo la dirección del contratista38. Mientras tanto, el asiento de 1642 para Parral y Minas Nuevas estipulaba que, como el sebo producido en la carnicería no era suficiente para las necesidades de las minas, cualquier persona podía suministrar sebo y hacer velas para vender a los mineros39. Después de esta fecha, ni sebo ni velas son mencionadas en los asientos, pero los inventarios de abastos de las tiendas los enlistan como artículos de venta.

Otros productos animales, como puercos, carnes curadas, pescado, aves y huevos eran comúnmente abastecidos a la comunidad minera a través del mercado público. El cerdo era un animal doméstico menor en los reales del norte. En Parral algunos mineros tenían algunos cerdos en sus huertas; otros permitían a los animales que husmearan en las calles como comedores de deshechos40. No hay evidencia de rutas de cerdos que fueran alimentados en los bosques de encinos de Santa Bárbara; sin embargo, en 1604 Mota y Escobar41 menciona que muchos puercos fueron criados en las márgenes del Río de la Ciénega, dos leguas al sur de San Bartolomé. El cerdo curado era una delicia preferida entre los mineros españoles. Aunque algunos eran curados en casa, la mayoría del jamón y tocino consumido en Parral era traído del centro de México. La manteca traída de Durango y Jalisco fue más importante que el aceite de oliva español, como fuente principal de grasas42 (mapa 8). Ambos, manteca y puerco, eran comidas comunes en el norte de la Nueva España, lugar de una gran parte de los mineros y comerciantes en Parral y otros reales de la Nueva Vizcaya. Las gallinas y otras aves fueron criadas en las huertas de los mineros para carne y huevos; sin embargo, muchos productos avícolas eran obtenidos de los 37 (Z.M.) Cf. Márquez Terrazas, Zacarías: “Satevó, Periodo Colonial”, Chihuahua, 1991. también: Curiel, Gustavo: “Los Bienes del Mayorazgo de los Cortés del Rey en 1729”. México, 1993. 38 Este procedimiento se indica en los documentos de los contratos de 1632, 1639 y 1642. El sebo era vendido en bulto (sebo en hoja) por arroba; las velas se vendían en dos tamaños –grandes y chicas- y también por un arroba. 39 AMP, 1642, AyG (1). 40 AMP, 1661, AyG (2). 41 Mota y Escobar, p. 183. 42 AMP, 1730, AyG. La mayoría del puerco curado y de la manteca provenía de las villas de Cocula y Sayula, al sur de Guadalajara. Estas villas aun son las principales productoras de la parte centtro-occidental de México. Las cantidades más pequeñas se importaban de Toluca, que en la época colonial era famosa por su jamón y tocino de alta calidad, de acuerdo con Rivera Bernárdez (p. 47), en la década de 1730 los habitantes de Zacatecas consumían anualmente 52000 arrobas de manteca de puerco.

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tarahumares42. El pescado fresco y seco era comido en Parral en días de cuaresma. La mayor parte del pescado fresco era pescado en el Conchos y vendido por indígenas; el pescado seco de agua salada era traído de la costa del Pacífico y de Veracruz43.

Sumándose al ganado vacuno y las ovejas, los rancheros de Parral proporcionaban a las minas un gran número de mulas. Excepto para cabalgar, los caballos eran poco usados. La mula más fuerte era empleada para preparar amalgama, para transportar mineral de las minas a las haciendas de beneficio y para proporcionar potencia a la maquinaria que operaba en los molinos, fuelles y malacates. Las mulas eran también vendidas a los transportistas que acarreaban implementos a las minas y traían el metal en barras. Durante el Siglo XVII la depredación de los indígenas y severas sequías, a menudo traían serios problemas como escasez de mulas que dificultaban las operaciones de la minería y el transporte44

AGRICULTURA

El trigo y el maíz eran los principales alimentos para los mineros españoles y trabajadores indígenas. En el norte de la Nueva España el inadecuado abasto de indígenas preparados para la agricultura forzó a los españoles a establecer sus propias haciendas de labor cerca de los reales, en atención para alimentar a los mineros y sus cuadrillas de trabajo. El cultivo de dichas haciendas, de cualquier forma, era hecha por trabajadores indígenas, aunque por indios hábiles traídos del sur45, o más a menudo por semiagricultores locales. El español que se llamaba a sí mismo labrador, debía pensar como un observador. Él enseñaba a los indios las técnicas de la agricultura del viejo mundo: el riego, el uso de artículos para la labranza de acero, el cultivo del trigo y sus aportaciones como la hoz, barbecho y molino de harina. El cultivo y siembra en las haciendas del norte no eran totalmente española; el maíz, la comida indígena, era tan importante como el trigo español, y las técnicas indígenas usadas en el cultivo del maíz fueron largamente utilizadas. Por todo el norte las haciendas de labor se transformaron en una parte esencial del complejo mina–rancho.46

BASES FÍSICAS DE LA AGRICULTURA EN EL NORTE

En la meseta del norte de México, la práctica de la agricultura estaba limitada por la aridez. En el área de la estepa inmediata al este de la Sierra Madre Occidental las cantidades de precipitación anual es de 500 a 700 mm. La vecindad de Parral anualmente recibe 600 mm. En esta región, como en la mayor parte de México, la precipitación tiene una distribución temporal 42 AMP, 1667, Civil (I). 43 AMP, 1703, AyG (1); 1730, AyG. 44 En 1657 un grupo de mineros de Parral pidió al gobernador de la Nueva Vizcaya acerca de las mulas: “... por ser el tiempo de seca tan riguroso y no aver mulas con que poderlos metales fundir o sacarlos deste Rl como es tan publico y notorio ... que oy estan enbarasadas todas las asiendas que ay en la jurisdissión y las mulas (están) tan flacas que virando en los andenes se caen y es necesario leventarlas con palancas ...” (AMP, 1657, AyG (3)). 45 No hay evidencias definitivas de que indios del sur de una cultura alta fueran traídos a la región de Parral específicamente a trabajar en las granjas. En 1562 se indujo a mexicanos y tarascos para que vinieran a habitar Nombre de Dios en el fértil valle de Poanas cerca de las minas de Durango (Barlow y Smisor, 1943), y tlaxcaltecas fueron traídos a Saltillo en 1591 (Powell, 1941, pp. 178-183). Sin embargo, estos asentamientos eran en principio guarniciones fundadas como defensa contra los chichimecas; después se les estableció como productores de alimento para las minas aledañas. 46 (Z.M.) Los tarahumares, tepehuanes y conchos; indígenas semisedentarios, adoptaron muy pronto el uso del arado egipcio y la yunta de bueyes para sustituir la coa.

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definida: aproximadamente del 75% de la lluvia anual cae en los meses de julio, agosto y septiembre. Aunque la precipitación coincide con la época de crecimiento de los cultivos, las altas temperaturas del verano y la rápida evaporación decrementa la eficiencia de la humedad. Más aún, las condiciones semiáridas se agravan por las frecuentes sequías del verano –un aparente régimen ciclo de sequías caracteriza los márgenes del desierto. Consecuentemente, en muchas zonas de la región de la estepa los españoles introdujeron tempranamente el riego para asegurar las cosechas. Aunque el agua disponible para el riego era suficiente, las temperaturas bajas y moderadas de invierno restringían la agricultura a los inicios de la temporada cálida anual en una cosecha al año. Frecuentemente las duras heladas son comunes en enero y febrero en la zona de Parral, donde la temporada de crecimiento de los cultivos (periodo libre de heladas) es normalmente de 285 días (1º de marzo al 15 de diciembre).

La agricultura colonial en la comarca de la estepa estaba localizada alrededor de tierras de riego cerca de manantiales y ríos. Un delgado torrente limita la mayoría de los grandes ríos que fluyen de la Sierra Madre a través de la estepa. Esta cadena de aluviones, fáciles de regar y a menudo regados por escurrimientos naturales, fueron los primeros en ser utilizados por los granjeros españoles. Algunos de los arroyos estaban delimitados por terrazas aluviales bajas, que eran frecuentemente usados para ambos tipos de cosechas, riego y temporal. El agua podía ser tomada del canal, arriba del río, y vertida a las terrazas por elaborados sistemas de canales. Más aún, la cuenca aluvial cercana a los manantiales y lugares arenosos, los suelos retenedores de humedad en laderas de escurrimiento eran a menudo cultivadas.

DISTRIBUCIÓN DE LA TIERRA CULTIVABLE EN EL ÁREA DE PARRAL

Con respecto a la tierra de riego en el distrito de Parral, estaba tan bien equipada como cualquier distrito minero en la región de la estepa. Los numerosos arroyos que corrían al norte y al este de la sierra de Santa Bárbara, están cercanos todos a manantiales y muchos están alineados con terrenos desmontados de superficie plana y terrazas aluviales. Desde 1575 hasta el final del periodo colonial las granjas de maíz y trigo del valle de San Bartolomé (actualmente Valle de Allende), eran consideradas las más productivas del norte de la Nueva Vizcaya.

Como se menciona anteriormente, la mayoría de los bien regados valles cercanos a Santa Bárbara y Todos Santos, fueron establecidos por labradores españoles antes de 1600, más de treinta años antes de la bonanza de Parral y Minas Nuevas. Al final del Siglo XVII las estancias de granos ocupaban la mayoría de las más fácilmente regables secciones de los valles de los ríos comprendidos en el distrito minero de Parral: la parte alta del río Florido, río Valsequillo, río de la Ciénega, río San Bartolomé, parte alta del río de San Gregorio, río San Pedro, río de los Gallos y dos áreas en el río Conchos: Zaragoza47 y San Francisco de Conchos48 (mapa 7). Más aún, las superficies de riego a lo largo de los ríos pequeños fueron cultivadas por rancheros de abasto. Por 1630 los valles fértiles al oeste de las minas, principalmente en San Pablo y Huejotitlán y las partes altas del río Florido, fueron establecidas por agricultores tarahumares y tepehuanes bajo la dirección de misioneros jesuitas y franciscanos49. Fueron estableciendo indígenas conchos en

47 (Z.M.) Se refiere al área que ocupa el actual municipio del Valle de Zaragoza, antigua población conocida como Nuestra Señora del Pilar de Conchos, casa solariega, que fue del mayorazgo de Cortés del Rey. 48 AMP, 1694, 1696 (i), 1707, AyG; 1703, Civil. 49 (Z.M.) Evidentemente a los misioneros se les dio cierto privilegio para escoger los mejores terrenos junto a los ríos donde establecer o congregar en pueblos a los indios.

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varios puntos a lo largo del curso superior de los ríos San Pedro y Conchos. Sólo la amenaza constante de los nómadas del desierto evitaba la expansión agrícola hacia el este a lo largo del medio y bajo río florido y medio Conchos (Pl. 10).

SISTEMAS DE TERRENO AGRÍCOLA EN EL ÁREA DE PARRAL

Las Tierras Indígenas.- Aunque los labradores españoles fueron la fuente principal de granos para los reales del distrito de Parral, las milpas de los tarahumares y las tierras de las misiones proporcionaban un monto menor de la producción agrícola. Las tierras más importantes de los indios estaban concentradas en la cuenca fértil de la parte alta de los ríos San Pedro, Conchos y sus tributarios. Estas áreas estuvieron usualmente bajo la protección de los misioneros, quienes actuaban como gestores de los indígenas en las disputas de tierras con los rancheros españoles. Tan pronto se abrieron las minas en Parral, en 1631, y la carencia de alimentos apareció, el gobernador de la Nueva Vizcaya, temiendo periódicos levantamientos de los tarahumares y los tepehuanes, ordenó que “ningún español, mulato, negro o cualquier otra persona sin la licencia correspondiente, podía comprar o de alguna manera obtener maíz o algún otro alimento de los aborígenes, aún sin la protección de la iglesia”50. Esta orden implicaba que aquellos con la licencia adecuada, podían obtener maíz de los indios . la repetición de la orden y amonestación de su observancia año tras año, era indicativo que no era estrictamente obedecida. Un misionero jesuita de Satevó, en los altos del río San Pedro, reportaba en 1667: “como es bien conocido que dichos indígenas de las tribus tarahumares abastecen esta provincia (área de Parral) con maíz, ovejas, gallinas, frijol y otros granos, no existiendo otra tribu en toda esta tierra que viva con tal prudencia y orden negocio y comercio, como ellos”51. La manera de procurar artículos alimenticios de los indígenas es oscura. Probablemente un minero, o su agente, armado con su propia licencia, podía visitar las rancherías tarahumares para intercambiar ropa por maíz y otros alimentos. Estos indios, como la mayoría de las tribus del norte, no estaban sujetas a tributo como aquéllas del centro de México. 52

Tierras de Misión.53- Las tierras de los misioneros jesuitas en la región de Parral, no eran tan insignificantes. El cultivo y la cosecha de alimentos y crecimiento de productos vivos para el sostenimiento del personal de la misión era la política de las Ordenes de los misioneros en el Nuevo Mundo, el cultivo actual y pastoreo era hecho por indígenas neófitos. El crecimiento, en demasía, de los cultivos para vender para su beneficio era la política usual de la Orden Jesuita y a menudo de la Franciscana. Aunque es probable que los jesuitas cultivaron demasiado trigo y maíz en sus posesiones alrededor de la misión de San Pablo, Huejotitlán y San Felipe de Conchos, no hay evidencia documental que grandes cantidades de grano fueran entregadas en las minas. Es posible que los misioneros proporcionaran maíz y trigo, y que dichas transacciones

50 AMP, 1641, AyG (3). 51 AMP, 1667, Civil (I). 52 (Z.M.) Un documento interesante que describe los aspectos del rescate de semillas que se hacian entre los tarahumares y españoles, Cf. A.M.P. 1647, AG, G-83, 14, ff. 53 (Z.M.) En las llamadas tierras de misión, hay que distinguir varios aspectos: las tierras que cultivaban individualmente los indígenas para su sustento; las tierras de comunidad, que eran para sostener el culto de la iglesia y las fiestas. Junto a estas, los jesuitas adquirieron por mercedes; donación o compras otras propiedades: (estancias y ranchos) que se consideraban bienes de la Provincia de la Compañía de Jesús en Nueva España, y no de los indígenas. Esto originó grandes litigios en 1767, al ser expulsados los jesuitas y pasar a la Corona sus propiedades con el nombre de: Temporalidades. Los franciscanos nunca poseyeron propiedades rústicas propias de la Orden.

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nunca fueron registradas54. Hay evidencia, sin embargo, que los franciscanos trajeron en cantidades pequeñas productos alimenticios al mercado público en Parral. En 1730, por ejemplo, maíz, trigo y varios tipos de vegetales fueron traídos de las misiones establecidas en lugares tan lejanos como la región de Casas Grandes55.

Estancias Españolas.- El granjero español obtuvo el título para tierras de agricultura por acuerdos de mercedes. Muchos mineros de Parral y Minas Nuevas adquirieron tierras a lo largo de los ríos para estancias y compra o renta de haciendas en el Valle de San Bartolomé, dejando capataces a cargo de los cultivos. La unidad usual de cosecha era la “caballería” (105 acres); una merced para una hacienda de labor incluía mucha tierra no arable al lado de terrazas planas y terrenos aluviales. La tierra sin cultivar era dada para pastorear pequeños hatos de cabras y ovejas. Todas las mercedes de tierras de cultivo incluía derechos de agua para riego.

En el distrito de Parral los establecimientos de agricultura españoles estaban dispersos en la hacienda; el pueblo agricultor característico de España no existía56. El centro administrativo de la hacienda consistía de la casa de adobe del labrador; los cuartos del equipo de trabajo; los “jacales”57 donde el ganado era guardado; el molino; corrales de piedra para ovejas, chivas, mulas, bueyes; y la huerta (campo de verduras y huertos de frutas). En años recientes la separación de las grandes haciendas en pequeñas propiedades en El Valle ha incrementado la población labriega de muchas haciendas; de aquí que últimamente se ha convertido en pueblos agricultores de mestizos y rancheros blancos.

COSECHA Y CULTIVO EN GRANJAS ESPAÑOLAS

Durante el Siglo XVII, los granjeros en el distrito de Parral, produjeron aproximadamente iguales porciones de maíz y trigo en sus haciendas58. En volumen de consumo local, el maíz era probablemente el más significativo de los dos, por ser el ingrediente principal del pozole, atole y tortillas, el alimento básico en la dieta de los trabajadores indígenas. El continuo trabajo en las minas dependía de un adecuado abasto de maíz. Por otro lado, el pan hecho con harina de trigo era la comida principal del español. Entonces, como ahora, la “gente de razón”59, no comía

54 Por muchos años durante la segunda parte del Siglo XVII los jesuitas de Sonora proporcionaron alimentos para los mineros de San Juan Bautista y a muchos otros de la región (ATG, Civil, Leg. II, exped. 46). 55 Los productos se traían de las siguientes misiones a Parral en 1730: Casas Grandes, San Buenaventura (en la región de Casas Grandes); Papigóchic, Santo Tomás, Bachíniba (en el área de Papigóchic); Santa Isabel, San Andrés, Julimes, Nombre de Dios (en la zona de Cusihuiriáchic y Chihuahua). (AMP, 1730, AyG). 56 El pueblo de San Bartolomé no funcionaba como una población agrícola, sino como un centro de administración y suministro para la mayoría de los campos agrícolas y ganaderos aledaños a Parral, o sea como Alcaldía Mayor. Los distritos de la parte alta del río Conchos, río San Gregorio y el río de la Ciénega estaban bajo la jurisdicción política de San Bartolomé. 57 (Z.M.) Del náhuatl xacalli; choza, por lo común hecha de adobe, con techo de paja o de tejamanil. 58 Las siguientes figuras son aproximaciones de la producción agrícola en la región de Parral de 1690 y 1691. Están basadas en el diezmo pagado anualmente a la Iglesia. 1690 1691 Trigo ----------------------- 13000 fanegas Trigo ----------------------- 15000 fanegas Maíz ----------------------- 17000 fanegas Maíz ----------------------- 11000 fanegas Una fanega equivale aproximadamente a 1.6 bushels (AMP, 1694, AyG). 59 (Z.M.) Denominación que se daba a las personas que hablaban castellano y estaban hispanizadas, aunque fueran mestizos o indios.

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pozole60 o tortillas cuando había pan de trigo disponible. La demanda constante de trigo en las minas resultó en altos precios, lo que hizo de los cultivos de trigo una aventura más beneficiosa que el cultivo del maíz.61

Cultivo de Trigo.- Prácticamente todo el trigo producido en el área de Parral fue cultivo de riego; y substancialmente toda la tierra irrigable era de trigo. En la meseta mexicana, los españoles introdujeron dentro de una tierra de inviernos sin lluvia y veranos húmedos, trigo del Mediterráneo adaptado a lluvias tardías de invierno y primavera. Además en el norte semiárido de México, una buena proporción de grano podía esperarse sólo por riego. Los españoles también introdujeron un sistema arábigo de construcción de pequeñas represas en arroyos y desvío de agua por una acequia principal (acequia madre), de ahí a través de canales laterales a los campos.62 Para regar el trigo, pequeñas secciones de los campos eran encerradas por montículos, formando cuencas en las cuales el agua podía ser dispersada en forma regular sobre la superficie. La tierra era cosechada casi a finales del verano, los canales y montículos construidos, el grano sembrado en los inicios del invierno63. Las tierras eran regadas dos veces al año: una en diciembre inmediatamente antes de sembrar, y de nuevo en marzo cuando las cabezas estaban formándose64. En los densamente ocupados valles de los ríos, como el San Bartolomé, río Florido y San Gregorio, las usualmente elaboradas costumbres asociadas con la irrigación árabe fueron aplicadas: el proporcionamiento adecuado de agua, la toma de agua de la acequia madre sólo después de la caída del sol y el apostamiento de guardias (veedores) para regular la cantidad65. Infrecuentemente las tierras no regadas (temporal) eran sembradas con trigo66. Dichas tierras probablemente constituidas por arena, retenedora de humedad en terrazas de aluvión, las primeras lluvias ligeras de junio e inicios de julio debían ser suficientes para madurar la cosecha.67

60 (Z.M.) Del náhuatl pozolli. Guisado que se hace cociendo carne con maíz hasta que reviente y hace espuma. En el norte se le llama menudo, al pozole que se hace con la panza de las reses. 61 (Z.M.) También se practicó el reporte de carne de cabra semanalmente, de acuerdo con las necesidades familiares; de donde viene la costumbre de: “dar el chivo”, por proporcionar alimento a la familia. 62 (Z.M.) Complicadísima forma de captación de represas, acequias y distribución de agua, hicieron los jesuitas en varias de sus misiones: V.Gr. Teméychic; donde almacenaban en tres estanques respectivas aguas, conectada con acequias, más otra acequia madre que tomaba agua del río; con lo que regaban los ancones de ambas bandas en una extensión mayor a los siete kilómetros. 63 Se empleaban arados de bueyes sólo con la punta de hierro del tipo egipcio de dos piezas, el cual más bien va volteando al suelo. Los azadones de hierro largos eran usados para hacer los canales y pozas para controlar el agua. Las semillas se sembraban esparciéndolas como se hace actualmente. Prácticamente todos los datos sobre herramientas y prácticas agrícolas fueron tomados de los papeles de lo civil y testamentos, los cuales casi siempre incluían listas de posesiones de los agricultores (AMP, 1632, Civil (I), (3); 1633, Protocolos; 1656, Civil; 1666, Protocolos). 64 La irrigación del trigo en marzo, cerca de la estación más seca del año, se consideraba como la más crítica. En la queja de un agricultor el 30 de marzo de 1632, concerniente a la carencia de labor para irrigar su trigo dice: “... estoy en el segundo año del dicho arrendamto, rregando mis sementeras por ser ahora el tienpo mas menesteroso de todo el año de cultibar y rregar los trigos ...” AMP, 1632, Civil (3). (Z.M.) Labor en sentido estricto, es cada una de las vueltas del arado o cavas que se da a la tierra. En el norte, por extensión se llamó labor al lugar en que estaban las sementeras y, a veces, a los ranchos que se construían anexos. 65 AMP, 1664, AyG; 1685, AyG (I). 66 Actualmente el mexicano habla de dos tipo de tierra sin irrigación: 1) temporal (temporal de verano) en la que el grano (trigo de aguas) se planta inmediatamente después de la primer lluvia del verano, y 2) humedad (temporal de invierno) en el que el grano se siembra al final de las lluvias en octubre o noviembre. Los trigales no regados alrededor de Parral eran probablemente del tipo humedad. 67 (Z.M.) En algunas misiones franciscanas se adoptaron las “norias” que funcionaban como sus modelos árabes; aún muy entrado el Siglo XX; en El Sauz, población aledaña a Chihuahua, se hacía riego con norias.

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El trigo de riego era cosechado en junio, antes del inicio de las lluvias68. La hoz era empleada para cortar; el grano cosechado era enrollado en manojos y atados bajo una capa cruda llamada el jacal o troje. El trigo era desgranado en las eras, ya fuera por vareo o por el paso de animales, usualmente mulas y caballos, sobre las mantas en el lugar del desgrane, es decir, un piso plano en espacio abierto cerca del caserío del rancho. El desgrane era raramente terminado después de la cosecha, pero por el verano y a menudo hasta el invierno69.

El molido de harina era definitivamente una función de la hacienda colonial de labor; cada granja grande tenía su molino movido por agua70. Se construían grandes canales para traer agua de una “saca” río arriba para obtener la caída suficiente para mover la rueda del molino71. El granjero prefería moler su trigo, ya que la harina tenía mayor precio que el grano, y era menos difícil de transportar. Los granjeros que poseían pequeñas granjas traían sus cosechas de trigo a los molinos de las grandes haciendas, realizando pagos en especie (a maquilas)72.

Cultivo de Maíz.- Aunque el maíz comprendía cerca de la mitad del grano producido por los granjeros españoles, su cultivo no recibía, o requería, el cuidado intenso e interesado que era dado al trigo. El maíz fue grandemente relegado a campos de temporal en terrazas y en pendientes coluviales. Desde que empezaba su crecimiento en la época cálida, no requería de riego, aún en una zona de relativamente escasas lluvias veraniegas, probablemente llovía después. Hoy una gran parte del cultivo del maíz, alrededor de Parral, crece en tierras de temporal, el grano era plantado a veces temprano, a veces tarde, con las primeras lluvias a fines de junio. Excepto por el cultivo con bueyes, las técnicas aborígenes eran usadas en el cultivo del maíz. El palo para excavar (coa) era usado para sembrar73; las semillas eran metidas a mano. Después de la cosecha, a principios de invierno, las mazorcas eran almacenadas en jacales en la hacienda y el grano era usado sólo para venderse en las minas o para consumo hogareño74.

68 AMP, 1694, AyG. 69 AMP, 1694, AyG. 70 AMP, 1634, Minas, Sitios y Terrenos; 1666, Protocolos; 1673, Civil. 71 AMP, 1634, Minas, Sitios y Terrenos. 72 AMP, 1656, AyG (5); 1632, Civil, (I). (Z.M.) En la mayoría de los cascos de haciendas antiguas aún pueden localizarse las eras en que se desgranaba el grano. Para desgranar el maíz se usaban las cribas, hechas con coyundas, o tiros de cuero tejidos en un bastidor. 73 AMP, 1643, Protocolos. 74 Dado el gran número de mulas usadas en las minas de Parral, es probable que mucha caña de maíz (rastrojo, tlascole) y paja de trigo fuesen requeridas para alimentarlas. Aún así no se hace mención del abastecimiento de forraje en los inventarios de los mineros en el Siglo XVII o en los libros de cuentas que están en el archivo de Parral. No es muy probable que las mulas hayan sobrevivido únicamente con la pastura del ejido, cuando había forraje adecuado en las granjas cercanas. Datos de otras minas norteñas de los Siglos XVIII y XIX, indican que grandes cantidades de forraje eran obtenidas de las haciendas adyacentes para alimentar las mulas. En 1730, los animales en las minas de Zacatecas anualmente consumían 500000 arrobas de paja de trigo y 1200000 arrobas de cañuela de maíz (Amador, pp. 508-511). Ward (I, 43) y otros observadores de principios del Siglo XIX en México reportan el extensivo uso de forrajes para la alimentación de las mulas en las minas. (Z.M.) Realmente, en la mayoría de estancias y haciendas la cosecha se almacenaba en bodegas de adobe con techos de terrado y ventilas en los muros, que se les llamaba: “galeras”; y la paja rastrojo del maíz o paja de fríjol se colocaba sobre arcones que formaban la tazolera, o almiar; que brindaba protección a los animales que se acomodaban bajo el techo y de paso ventilaba la pastura evitando se “quemara” con la humedad. El tazole, corrupción del náhuatl: tla, casa y zolli, lo viejo; se llamaba a las hojas y cañuelos de la parte superior de la planta del maíz, ya secas y que sirven de forraje a bestias y reses. Se recogían en manojos después de la pizca o cosecha de las mazorcas.

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Otros Cultivos.- El frijol (Phaseolus vulgaris) y el chile (Capsicum) eran otros cultivos nativos importantes de las haciendas alrededor de Parral. Los mineros equipaban a sus cuadrillas de trabajo con grandes cantidades de chile para darle sabor al insípido pozole. Cultivos anuales de verano, como las calabazas nativas, sandías, melones y cebollas, constituyeron el grueso de la producción que existía en el mercado público durante los meses de julio, agosto y septiembre. También algunas frutas europeas (dátiles, duraznos, peras, manzanas, granadas, ciruelas) eran cultivadas en las huertas pequeñas de las haciendas de beneficio y en los huertos de San Bartolomé.75

TRABAJO EN LAS GRANJAS ESPAÑOLAS

Trabajadores de Repartimiento.- En contraste de la confusa escena de trabajo en las minas de Parral, el sistema usado en las respectivas haciendas era claro. El trabajador de repartimiento era empleado en las primeras estancias de granos establecidas a lo largo de San Bartolomé en la década de 157076 y continuaba como el principal medio de reclutamiento de trabajadores en una tierra agrícola tributaria de las minas de Parral hasta los principios del Siglo XVIII77. Regularmente, un granjero requería una encomienda de indígenas de repartimiento aplicado para una merced de tierra de cultivo. Alrededor de Parral los indígenas otorgados en encomienda a labradores españoles, eran principalmente aquellos de la tribu de los concho. Estos nativos eran semiagricultores habitantes de las bien regadas partes dentro del medio y bajo Conchos al este de Chihuahua y extendiéndose hacia el oeste, para incluir la parte alta hasta San Buenaventura, el río Santa María y río del Carmen (mapa 6). Las misiones franciscanas de San Francisco de Conchos y San Pedro de Conchos sirvieron como punto de congregación para muchos indígenas que fueron ocupados en rancherías dispersas en razón de hacerlos más accesibles a las haciendas de San Bartolomé78.

La mayoría de los labradores a lo largo de San Bartolomé tenían dos grupos de trabajadores indígenas. Un grupo era usado para la labor temporal en época de siembra y cosecha; el otro era 75 (Z.M.) Son tradicionales en el área las diversas formas de conservar el chile; en su forma de chilaca, asado y sin cutícula se deshidrata al sol y se le llama “chile pasado”; seco se llama: “chile colorado”, más otras variedades en que se solía cocinar y conservar. 76 Los primeros documentos concernientes a la concesión de una encomienda de labores de agricultura en San Bartolomé encontrados en los archivos de Parral tienen la fecha de 1584 (AMP, 1646, Civil). 77 Por toda Nueva España los trabajadores agrícolas eran procurados mediante el sistema de repartimiento. Un español tenía el derecho de llamar periódicamente por los servicios de los indios de ciertos pueblos o rancherías para labrar y cosechar en sus tierras. Los indios eran cedidos en encomienda, lo que significa que eran confiados al español, quien los instruía en la fe Católica, tratarlos bien todo el tiempo y remunerarles económicamente por sus servicios. 78 AMP, 1643, Civil (2). (Z.M.) A petición de fray Juan de Torres Holguín; el alcalde mayor del Valle de San Bartolomé, Cap. Juan de Cárdenas, certifica en 1630, entre otras cosas las estancias que hay a la margen del río: 55 indios en la de Juan de Cobos; 40 en la de Manuel Moreno y 50 en la de Hernando de Bustillos a una legua. Marcos Cortez tiene 20 indios en su estancia (a 2 leguas del Valle) 76; Bartolomé Delgado 70; Luis de Salvatierra 65; Diego del Castillo 10. a 3 leguas empieza la estancia de Alonso del Castillo con 76 indios; la de Juan de Solís con 60 y la de Diego Jiménez de Funes, a 15 leguas, con 76. a 7 leguas estaba la misión de Atotonilco (hoy Villa López) donde había 200 vecinos y después las estancias de Diego Montés de Oca con 75 indios. A 9 leguas la de Francisco de Porras con 50. la de Cristóbal Zapata con 20. Pedro Sánchez de Chávez con 30; Juan Díaz Bejarano con 10 y Jacobo de la Franca con 12. Más otros 50 indios que había en la población de San Bartolomé. Lo que nos da un total de 1035 indígenas en el área, ocupados en tareas del campo un año antes del descubrimiento de Parral. Cf. A.G.I., Guadalajara 212: Certificación del escribano público Francisco de Quesada, Valle de San Bartolomé, 27 de enero de 1632.

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empleado como la fuerza permanente de la hacienda. La labor temporal era procurada por los gobernadorcillos conchos, quienes estaban a cargo de varias rancherías o reductos de indígenas que habían sido cedidos en encomienda79. Dos veces al año –al plantar y al cosechar- era el deber del gobernadorcillo completar su gente y llevarlos a la hacienda a su encomendero80. En junio venían a cortar trigo, recoger el campo y almacenar los implementos a buen resguardo. La cosecha requería una gran fuerza de trabajo, porque era necesario cortar y almacenar el grano antes de que empezara la lluvia. A menudo el gobernadorcillo era presionado para completar el número de nativos para junio y ocasionalmente él inducía tribus aliadas, como los soconebas, sobemes y tocones para auxiliar a cosechar los granos de los españoles81. Cuando el equipo de cosechadores faltaba, se formaba un cuerpo armado en San Bartolomé para obligarlos a ir82. Durante los levantamientos de los tobosos, una escolta militar era normalmente proporcionada para los trabajadores, viajando a sus rancherías o congregaciones en las misiones para llevarlos a los campos de cultivo83. Después de la cosecha los indígenas regresaban a sus rancherías. En diciembre, ellos venían a la hacienda en menor número para ayudar a la labranza y preparar los campos para el riego.

El número de trabajadores permanentes, quiénes virtualmente eran vasallos del granjero, alcanzaba a diez o doce en cada hacienda. Se suponía que recibirían cuatro pesos por mes en retribuciones, pero los libros de contabilidad de algunos granjeros mostraban algunos indígenas endeudados con cantidades de 50 a 65 pesos, indicando que ellos no habían recibido pago en meses84. Para mediados del Siglo XVII la fuerza de trabajo permanente estaba compuesta por muchas tribus. Los trabajadores en una hacienda consistían de cuatro conchos, cinco tepehuanes, dos nativos de Sonora (probablemente ópatas) y un “bizero” (probablemente un nómada del desierto)85. Otra hacienda tenía diez conchos, un mamite (nómada del desierto) y dos desconocidos86.

Trabajador Libre.- En 1671 la Audiencia de Guadalajara confirmando una Cédula Real, oficialmente abolía el sistema de trabajo de repartimiento en la Nueva Vizcaya, la cual incluía el distrito minero de Parral87. Como la mayoría de las leyes acerca del trabajo, ésta regulación no fue aplicada estrictamente, y el trabajo forzado continuaba hasta el Siglo XVIII. Para finales del Siglo XVII, sin embargo, había rumores de que una hacienda de trabajadores libres se había instituido, porque no había suficientes trabajadores. La tasa de mortandad entre los Concho 79 Íbid.; AMP, 1655, AyG; ATG, Civil, Leg. I, exped. 7; TBL, 1670, junio 22. 80 Por ejemplo, hablando de su encomienda de conchos, la cual estaba en litigación, un agricultor dice: “... y en conformidad salieron los yndios que le tocan con sus cassiques todos los años al tienpo de la sienbra y cosecha de los trigos y benian a serbir en la dha hazda de San diego (en el valle de San Bartolomé) con mucha puntualidad por el agasajo que en mi allaban pagandoles muy bien su trabajo con que se bolbian a sus tierras muy contentos y atraian anssi a otros muchos de los bozales para que saliessen ...” (AMP, 1655, AyG (2)). 81 AMP, 1643, Civil, (2); 1645, AyG (1); 1648, AyG. El último documento cita a un viejo hacendado que dice haber tenido una encomienda de indios tocones por treinta ocho años. 82 Hackett, II, 131. 83 AMP, 1645, aYg (1). 84 ATG, Civil, Leg. I, exped. 7; AMP, 1656, AyG (2), (3). 85 AMP, 1656, AyG (1). 86 AMP, 1656, AyG (4). 87 ATG, Civil, Leg. I, exped. 7. Este documento establece que las labores forzadas en la Nueva Vizcaya han sido prohibidas en muchas Cédulas Reales previas. “... no se debe hacer repartimiento ni aplicación de los Indios con titulo ni pretexto de encomienda ni de seruicio personal para labores, minas ni otros qualesquiera ministerios por ser contra su Libertad natural y el mas pesado y gravioso tributo que se les pudiera imponer ...”

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reducidos a misiones era aparentemente alto y para 1690 había comentarios repetidos en faltas de trabajo y reportes de incremento en las retribuciones88. El incremento en las retribuciones probablemente indicaba que los granjeros estaban empleando a cualquier trabajador disponible, de ahí daba trabajo en una base libre.

Los tarahumares eran una fuente de trabajadores libres temporales. Aparentemente esta gente nunca fue sujeta a trabajo forzado, la influencia de los jesuitas y el temor de levantamientos podían haber sido razón suficiente para una política de precaución. Cada junio, cierto número de tarahumares bajaban de sus rancherías en las montañas, para auxiliar en recoger trigo en el valle de San Bartolomé89. Sus retribuciones eran usualmente pagadas en ropa. Para estos días los tarahumares venían anualmente de Balleza, Huejotitlán a Valle de Allende (San Bartolomé) a cortar y recoger granos.

A inicios del Siglo XVII los franciscanos intentaron reducir a los inquietos tobosos a una vida sedentaria agrícola. De haber tenido éxito este programa, habría reducido las depredaciones y abierto una nueva reserva de haciendas y trabajo minero en Parral. Los tobosos eran cazadores primitivos y recolectores, quienes abarcaban desde el sudoeste de Chihuahua hasta el este y el centro de Coahuila, y como otros nómadas del desierto, atraídos por la carne de mula y la ropa,; periodicamente marchaban sobre haciendas y ranchos convoyes de carros para el abasto en la región minera. En 1612 algunos tobosos fueron congregados en Atotonilco, en el río Florido; otros fueron establecidos alrededor de San Bartolomé90. Se les proporcionó semillas y alimento, herramienta y se les enseñó el cultivo del maíz. En 1622 los jefes tribales, en un intento para lograr la paz con los españoles, aún accedieron a ayudar con la cosecha del trigo en San Bartolomé91. Para 1646 los nómadas habían abandonado la misión de Atotonilco y habían regresado a su hábitat natural92. El asentamiento de pocos tobosos resultó un total fracaso.93

ABASTO DE PRODUCTOS GRANJEROS EN LAS MINAS

Los granjeros españoles abastecían la comunidad minera de Parral a través de tres distintos canales: 1) El mercado público o alhóndiga en la plaza principal del real; 2) A través de mercaderes en los pueblos mineros; 3) Por contacto personal con los mineros. La alhóndiga (almacén), como el asiento de carne, era una característica importante de cada pueblo español del México colonial. Un aspecto antiguo de la comunidad ibérica y romana94 fue instituida en el 88 “... en tiempos passados estaban las haziendas de labor abastesidas de gente de pie y oy con la mortandad grande que ha habido nos hallamos con poca gente o ninguna y que los gañanes que entonces servimos por tres pesos oy nos ganan cinco a seis y el que entiende alguna labranza nos gana a ocho a diez ...” (AMP, 1694, AyG). 89 Hackett, II, 158; AMP, 1660, AyG (2). 90 TBL, 1635, abril 20. (Z.M.) 1611 fray Pedro de Almonte 91 Hackett, II, 127. 92 AMP, 1646, AyG (4); 1650, AyG (1). 93 (Z.M.) En 1611 fray Pedro de Almonte fundó la primera misión de San Buenaventura de Atotonilco, con indios tobosos; que muy pronto la abandonaron. Después de la sublevación de 1645, el Cap. Francisco Montaño de la Cueva vuelve a reestablecer agregando algunas cabezas que vivían cerca de la región. Nuevamente despoblada, finalmente se trajeron tarahumares y conchos para ocuparla y a fines del Siglo XVII con fray Ramírez. 94 De acuerdo a Veldeavellano (1932), la palabra alhóndiga se deriva del árabe al fondak, que significa “depósito grande”. Documentos de León y Castilla del Siglo XI hablan de la “Alhóndiga de la Reina” refiriéndose a un almacén de la comunidad en el que se deposita la mercancía. En el Siglo XII la palabra azogue (del árabe assoq, mercado) fue usado con frecuencia en León y Castilla para el lugar del mercado diario en la plaza pública, es decir, un mercado permanente con tiendas y puestos. En los Siglos XI y XII la alhóndiga en León y Castilla se convirtió en

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nuevo mundo como parte del régimen burocrático para controlar precios y asegurar la correcta distribución de productos alimenticios, especialmente en tiempos de escasez95. El grano y la harina destinados para el consumo en cualquier comunidad española grande, debía ser llevada a la alhóndiga para ser registrados, almacenados y vendidos públicamente a precios regulares. En atención para prevenir la reventa de estos artículos a precios más altos, los productores y comerciantes ambulantes estaban prohibidos, bajo pena de severos castigos, por vender a cualquier persona fuera del almacén. En los reales del norte la alhóndiga funcionaba como mercado público, en vez de granero comunal. En Parral no sólo los granos y harina, sino otros productos (excepto carne de res y carnero), incluidos vegetales, frutas, azúcar, pescado, puerco y carnes curadas, destinadas para cualquier comunidad del distrito minero, tenía que ser registrado y vendido en la alhóndiga (fundada en Parral en 1642)96.

En Parral muchos comerciantes con tiendas establecidas trataban con artículos alimenticios locales, y durante los periodos entre las cosechas, ellos eran los mayores proveedores de comida para la gente del pueblo. A ningún mercader, de ninguna manera, se le permitía comprar grano de una hacienda local hasta que la producción era primero registrada en la alhóndiga y permanecido en ella al menos tres días97. Este procedimiento era seguido con el propósito de dar oportunidad a todos los compradores igual oportunidad de compra, para prevenir que las mercancías fueran monopolizadas para venderlas más tarde a precios más altos. Los precios de los productos alimenticios revendidos por los comerciantes eran fijados por el alcalde del pueblo98. Las panaderías formaron otro tipo de establecimiento comercial alimenticio, proporcionaban pan de trigo a los mineros y otros pueblerinos. Como otros mercaderes, los panaderos eran requeridos para que compraran toda su harina en la alhóndiga. Se hacían y se vendían dos tipos de pan: pan blanco y pan de trigo (semita). El pan blanco, la comida del español, costaba más del doble que la semita, la cual era considerada la comida del hombre pobre, casi a la par con las tortillas y el pozole99.

el mercado público de los pueblos, donde se vendían y compraban granos y harina. En esa época ciertas reglas concernientes a la alhóndiga se promulgaron por la Corona: 1) prohibición de venta de granos y harina, excepto en la alhóndiga; 2) regulación de los pesos y las medidas en el mercado; 3) recaudación de impuestos (alhondigaje) por el privilegio de vender en el mercado. 95 “Ordenamos que en todas las ciudades y villas principales de las Provincias de las Indias donde conviniera fundar alhóndigas para el abasto de la República, y remediar los inconvenientes, que resulta de que haya en regatones, y revendidares de trigo, harina y otros granos, las funden en beneficio común ...” (Recopilación, Lib. IV, tít. 14, ley 19 (1583)). Se estableció una alhóndiga en la ciudad de México en 1573 (Recopilación, Lib. IV, tít. 14, ley 1). 96 AMP, 1642, AyG (4). Se recomendaba que la alhóndiga se construyera en la plaza pública. Se designaba un alcalde de alhóndiga para recorrer el mercado y recolectar el alhondigaje. Se le escogía por un año y recibía un salario de trescientos pesos. (Z.M.) La alhóndiga de Parral fue establecida por el gobernador don Luis de Valdés el 27 de febrero de 1642 a petición del Alcalde Mayor con Melchor de Valdés, el alguacil mayor Antonio de Quesada y los diputados del comercio y la minería: Bernardo Gómez de Montenegro y Sebastián González ; empezó a funcionar el 8 de junio del mismo año. Se ubicaba frente a la parroquia, donde hoy está el mercado municipal. La de Chihuahua la fundó el gobernador Barrutia en 1732. 97 AMP, 1642, AyG (4). 98 AMP, 1696, AyG (2). Los comerciantes discrepaban frecuentemente de tales regulaciones y comerciaban el grano directamente de los agricultores y lo ocultaban hasta que hubiese escasez para venderlo a precios exorbitantes. (Z.M.) En las villas era el cabildo; en los reales, el Alcalde Mayor o el Gobernador del Reino. 99 A los panaderos se les pidió que sellasen sus hogazas con un sello distintivo para que los oficiales del pueblo pudieran mantener estrecha vigilancia en el peso del pan. Los precios también eran determinados por estos oficiales. Los datos sobre las panaderías en Parral fueron compilados de varias regulaciones publicadas durante el Siglo XVII (AMP, 1657, AyG (4), 1660 (2), 1669 (1). (Z.M.) Las primeras panaderías de Parral, las pusieron la familia Perches

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En 1654 los mineros de Parral fueron exceptuados de la regla de hacer sus compras en la alhóndiga100. Desde entonces se les permitió tratar directamente con hacendados y cualquier otro proveedor de alimentos. Consecuentemente durante la última mitad del Siglo XVII la mayor parte del maíz y trigo cosechados por los susodichos granjeros fue vendida a los mineros por contrato101. Muchos mineros, sin embargo, poseían o rentaban estancias, produciendo suficiente alimento para sus cuadrillas de trabajo. Los labradores en el distrito de Parral no producían únicamente para el mercado local. Las cosechas de trigo de la alcaldía de San Bartolomé a menudo excedían la demanda local y un monto considerable de harina era llevada a otros distritos mineros, como Zacatecas y Guanajuato. El comercio foráneo era especialmente activo durante los periodos de pérdida de cosechas en el Bajío y otras regiones productoras de alimentos en el sur. En algunos años fue exportado demasiado trigo de San Bartolomé cuando se presentaba escasez en las minas de Parral. En dichas ocasiones, algunas restricciones eran usadas en el monto de harina que se podía comprar, y en algunas ocasiones el comercio foráneo era totalmente prohibido102.

y Muriel, ambos de origen francés. Las tortillas solían hacerse en casa y diariamente: se desgranaba el maíz y se ponía a cocer con cal o ceniza de encino. Ya formado nixtamal, se lavaba en un guari, o cesta para luego molerlo en metates, donde se hacían los textales, o bollo de masa que se extendía con las palmas de las manos hasta formar la tortilla que se cocía en el comal. 100 Una cita de la orden dada por el gobernador de la Nueva Vizcaya: “... y mando que ninguno benga sin traer dhos bastimentos al real hondiga deste real eceptos los que bendieren a mineros por ser personas que no podran benir al alondiga rrespecto de estar ocupados en el beneficio de sacar plata pues es justicia y conforme a las hordenaciones y leies de su magd ...” (AMP, 1654, AyG (3)). 101 AMP, 1668, Civil. 102 El comercio de exportación de granos y harina de San Bartolomé es extensamente discutido en un voluminoso documento que consiste en una larga batalla verbal entre mineros y granjeros sobre la propiedad de la exportación del harina (AMP, 1694, AyG). En 1685 más de setenta carretas cargadas de harina de trigo y maíz salieron en un tren de Zacatecas y Sombrerete (AMP, 1685, AyG (2)). El harina se empacó también en reales aislados de la Sierra Madre. Por instancia, en 1694 un convoy de cincuenta y dos mulas cargadas con harina salieron de Parral con rumbo al real de Urique, 150 millas hacia el oeste (AMP, 1694, AyG).

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V. RELACIONES COMERCIALES CON EL EXTERIOR

Los capítulos precedentes han tratado con la comunidad minera del norte de la Nueva España, principalmente como una entidad autosuficiente. Excepto por el mercurio, los reactivos eran obtenidos de las regiones adyacentes al distrito minero, la madera y el carbón eran productos locales; el principal proveedor de los productos alimenticios eran ranchos locales de abasto y haciendas de granos. De estas actividades se volvió un complejo económico autosuficiente. Los reales del norte, de algún modo, no eran unidades económicas aisladas pues estaban ligadas con lazos comerciales con el centro de México. La razón de ser de las minas fue la explotación de la plata para la exportación. De este modo los envíos de oro y plata estaban continuamente saliendo de Parral hacia la ciudad de México. Más delante, comida y grandes cantidades de ropa, así como utensilios de metal, fueron embarcados hacia las minas, y una gran empresa de embarque fue desarrollada para transportar estas comodidades. La distribución de productos importados fue tomada por mercaderes influyentes. El transportista con sus carretones o sus recuas de mulas, el mercader con su tienda, eran una parte importante de la comunidad minera como el minero mismo.1

IMPORTACIONES DE LA COMUNIDAD MINERA

PRODUCTOS IMPORTADOS

Productos Alimenticios.- Los alimentos que eran importados a las minas fueron principalmente aquellos que, por razón de clima o restricciones legales, no eran producidos localmente. Los alimentos lujosos del trópico o también semitropicales, constituyeron el grueso del volumen de dichos productos. El más importante de éstos fue el azúcar en varias formas. Azúcar granulada (blanda) y café (azúcar mexicana) eran traídas de los molinos cercanos de Cuernavaca y Cuautla en el centro de México2. El mayor volumen de endulzante consumido en Parral era azúcar morena cruda en forma de pequeños panecillos llamados panocha, chancaca o piloncillo. Durante el Siglo XVII este producto vino principalmente de la costa de Sinaloa, de las cañadas tibias en la escarpada parte oeste de la Sierra Madre Occidental, las tierras calientes de Michoacán y Jalisco, y alguno de los valles bajos de las laderas de la Sierra Madre Oriental en la Huasteca3 (mapa 9). Melazas (miel de caña), producto del azúcar, era también traído de la costa en botijas o cántaros. Otra forma de endulzante usado en Parral fue las conservas de Sinaloa y

1 (Z.M.) El único camino de correos que hubo durante el Siglo XVII, fue el “Camino real de tierra adentro”, que venía de Zacatecas y llegaba hasta Santa Fe, Nuevo México. Sin embargo, los caminos para recuas eran numerosos y los más transitados eran hacía la Sierra, Sinaloa, Sonora y otras minas del interior. Todas las misiones estaban comunicadas con este sistema. 2 AMP, 1657, AyG (1); 1652, Protocolos. 3 AMP, 1730, AyG (Cuaderno del Alhondigaje). Este documento es el único libro de cuentas de la alhóndiga que fue hallado en los archivos de Parral. Este es el registro del alhondigaje, donde se apunta el tipo de producto, la cantidad, el origen, nombre del vendedor y cantidad del impuesto pagado. El cuaderno de 1730 contiene datos del periodo de abril de 1730 a mayo de 1731. Estos registros son invaluables para la determinación de los tipos, cantidad de alimentos consumidos en una localidad determinada del México Colonial. Afortunadamente la información de este documento puede ser corroborada con las listas de abastecimiento en Parral por varios años del Siglo XVII. Tales listas están en: AMP, 1652, Protocolos, 1657, AyG (1), 1667, Civil (3), 1696, AyG (2), TBL, 1678, junio 12.

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Jalisco, miel virgen), probablemente de la costa de Sinaloa y los cañones de la sierra y caña de azúcar en bruto. Varios tipos de dulces y de confitería eran también importados.4

Otros productos tropicales eran relativamente pocos en Parral, tanto en su mercado como en sus tiendas. Panecillos pequeños de chocolate procesados de cacao producidos en muchas partes del sur de la Nueva España eran frecuentemente vendidos en las tiendas5. Frutas cítricas (limones y naranjas) de la costa de Sinaloa y los cañones de la sierra y plátano verde y pasado6 de Michoacán y Jalisco eran ocasionalmente llevados a las minas. El arroz era cosechado en las tierras bajas y húmedas de México, y se reportó en Parral como proveniente de Michoacán y Jalisco. Sal marina, para sazonar y preservar, era otro producto costeño de Sinaloa cuya comercialización fue hacia el interior. Aunado a los productos tropicales de la Nueva España, un pequeño volumen de productos lujosos de España entraron al comercio en las minas del norte. El aceite de oliva fue el más significativo de los alimentos importados, así mismo, productos animales, especialmente manteca de puerco, fue apreciada grandemente en los pueblos del norte. El vinagre fue también importado de España, pero mucho fue producido en México (vinagre de tierra). Varios condimentos de origen europeo y asiático, algunos de los cuales eran importados, otros cultivados localmente, estaban presentes en las tiendas de Parral del Siglo XVII. Dichos condimentos fueron: romero, ajonjolí, mostaza, pimienta asiática y canela.

Las tiendas también manejaron pequeñas cantidades de algunas plantas medicinales y tabaco. Piciete o nicotina rústica7, apareció en un inventario con un grupo de plantas medicinales, lo cual indica su uso como medicina8. Ésta fue probablemente fumada por trabajadores de las castas bajas, así como el tabaco era fumado por los españoles. Tanto el piciete como el tabaco eran vendidos por arroba o en bultos de hojas (manojos) en las tiendas de Parral.

Bebidas.- Entre los artículos importados, las bebidas embriagantes eran más importantes que los alimentos tropicales. Probablemente en todas las regiones mineras de la Nueva España el vino fue la bebida más importante en términos de volumen consumido, ya que beber vino fue una herencia española. Debido a restricciones políticas y vitivinícolas en las colonias españolas9, la mayor parte del vino consumido en las zonas mineras era traído de España. en la Nueva España todo el vino era controlado en una bodega del gobierno en la ciudad de México, donde los mercaderes o transportistas podían obtener barriles para enviarlos, amparándose solamente con

4 (Z.M.) Al azúcar sin refinar se le llamaba chancaca, o sea los piloncillos que se formaban con ella. Eran panecillos hechos con las zurropas del azúcar. En náhuatl chancacha significa negrusco, color café. 5 Las grandes plantaciones de cacao de los Siglos XVI y XVII estaban a lo largo de la costa de Soconusco (extremo sur de México y sudoeste de Guatemala) y en oeste de Tabasco. Igualmente productivas eran las pequeñas arboledas de cacao diseminadas en las templadas tierras de Oaxaca, Michoacán, Puebla y Veracruz. 6 (Z.M.) Adjetivo genérico que se aplica a todos los alimentos vegetales que se deshidratan al sol. 7 (Z.M.) El macuchi; o tabaco se sembraba libremente en las zonas rurales y su uso se hacía en forma de pitillos o cigarrillos que se formaban con el tabaco semimolido y colocado en hojas de maíz que hacían la función de papel para contenerlo, se encendía con yerca prendida con una chispa que se sacaba golpeando un eslabón de fierro contra una piedra o pedernal de cuarzo. 8 Picietl es el Náhuatl para N. rústica. La palabra ópata macuchi, que es comúnmente usada en la región de Parral por quien tiene ascendencia rústica, no aparece en los documentos coloniales. (Z.M.) Las yerbas medicinales, tanto de origen europeo como las usadas por los indígenas, siempre ha sido un comercio muy favorecido aún hoy entre los tarahumares. 9 Recopilación, Lib. IV, tít. 17, ley 18. Los viñedos eran legalmente permitidos en Perú, pero se tenía que pagar el tres por ciento de la cosecha como impuesto.

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un permiso especia10. En Parral, el vino era vendido por varios mercaderes, quienes estaban obligados a vender a los precios marcados por el alcalde11.

No todo el vino12 consumido en Parral y otros reales era español; en algunos lugares aislados del norte de México, tanto clérigos como labradores españoles establecieron pequeños viñedos durante la época colonial, probablemente con licencia especial13. Dos de estas comarcas fueron importantes como productoras de vino durante los Siglos XVII y XVIII: el distrito de Parras, un oasis entre el actual Torreón y Saltillo, y la planicie de Río Grande en el Paso del Norte (Cd. Juárez). El oasis de Parras era el más importante de los dos, y ahora es una de las tres más grandes regiones vitivinícolas de México14. Los reales del norte de la Nueva España presentaban un mercado propicio para los vinos y brandys de Parras15. Los mercaderes de Parral vendían dos tipos de vino: vino de Castilla y vino de Parras. El vino de Parras era siempre vendido a precios más bajos que el de España16. El vino del distrito de El Paso no apareció en Parral hasta finales del Siglo XVIII17.

Aunque no hay prueba estadística, puede pensarse que el espíritu aventurero del minero español, y el carácter fronterizo de estas comunidades, contribuyó para hacer de los pueblos mineros del norte de la Nueva España centros de gran consumo de licores. Los nativos y mal alimentados trabajadores, no dudaban en consumir grandes cantidades de licores fuertes18. Entre los licores fuertes consumidos en Parral, el vino de uva (aguardiente) era el más popular. Como el vino, la mayoría del brandy de mejor calidad provenían de España, la producción se centró en Parras y El Paso19. Otro licor fuerte era el nativo mezcal, el cual era preparado con la 10 AMP, 1637, AyG (2). 11 El vino era transportado en barriles (pipas) que contenían aproximadamente 300 litros (600 cuartillos). 12 (Z.M.) El batari o tesgüino es la bebida más común entre los indígenas de la Sierra; también era muy consumido por los mestizos. Un mezcal propio del desierto chihuahuense es el sotol; aún hoy muy solicitado. También se menciona en documentos antiguos el chinguirito; aguardiente corriente o bebida de fermentación con tunas y otras frutas. En Parral había gran consumo de vino que se traía de Parras, y en menor cantidad de El Paso del Norte. 13 Durante los Siglos XVII y XVIII la viticultura fue establecida en varias localidades del norte de México: Parras (sur-central de Coahuila), Cuatro Ciénegas y Sardinas (Coahuila central), San Isidro de las Palomas (cerca de Saltillo), Paso del Norte (cerca de la moderna Ciudad Juárez), San Bartolomé (cercano a Parral), Cedros, (cerca de Mazapil) y Nombre de Dios (cerca de Durango); en la parte norte de México Central: cerca de Dolores y San Luís de la Paz (norte de Guanajuato) y en torno a la Villa de Aguascalientes. 14 Las otras dos regiones vinícolas modernas son el distrito de Ensenada en el noroeste de Baja California y Cuatro Ciénegas en Coahuila central. El vino probablemente fue introducido en la región de Parras por los jesuitas poco antes de 1597, y fue ampliamente cultivado ahí por los granjeros españoles en los siguientes años (Alegre, I, 371; Lafora, 1939, p. 171). La Hacienda de San Lorenzo de Abajo (actualmente Rosario) fue la más grande productora en el distrito de Parras (Lafora, p. 170, n. 42; Morfi, 1935, pp. 210, 222-224). 15 A principios del Siglo XVIII 900 barriles de brandy y 250 de vino eran embarcados anualmente de los viñedos de Parras hacia las minas de Zacatecas (Rivera Bernárdez, p. 47). (Z.M.) En buen español branderin; o sea aguardiente de vino. 16 Por ejemplo, las listas de precios de 1657 indican que el vino Castellano se vendía a seis reales el quintal, cuando el de Parras se cotizaba a cuatro reales. 17 Gregg (1844, II, 77) establece que en la década de 1820 el vino de El Paso surtía los mercados de Santa Fe y Chihuahua. Humboldt (III, 166) menciona la excelente calidad de este vino. 18 En general la venta de vino y licor estaba prohibida solo en los pueblos indios (Recopilación, Lib. VI, tít. 1, ley 36). La contraparte del Salón Americano no existió en los pueblos mineros de la colonia. En Parral el licor era vendido sobre el conteo de las mercancías de la tienda y era ingerido en lugares privados. 19 En 1698 el precio del brandy español en Parral era de doce reales el cuartillo, y el de Parras a un peso (ocho reales). (AMP, 1698, AyG) el siguiente cuadro es sobre la producción de vino y brandy en la Nueva Vizcaya en 1783, está tomada de AGN, Provincias Internas, 44, exped. 2.

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fermentación de las plantas del maguey. Los españoles lo destilaban dándole un alto contenido alcohólico, pero era considerado la bebida de los pobres. Durante el periodo colonial, la mayor parte del mezcal20 de Parral venía de la vecindad de Nombre de Dios en Durango y San Francisco del Mezquital en el sudeste del mismo estado, de donde el licor era enviado a las minas en grandes barriles21. Durante el Siglo XVII un vino de coco (destilado de la penca de la palma), fue traído a Parral de la ciudad de Guadalajara. El centro de su producción estaba en Colima y Zacatula en la costa del Pacífico. La bebida era tan fuerte y tan popular entre los trabajadores mineros que: “causó grandes borracheras, resultando en muertes, peleas y ausencias laborales, y ocasionando un decremento en la producción en las minas y por lo tanto pérdida en el tesoro de su majestad.”22. En 1660, sin embargo, la bebida fue prohibida en las minas23. Otros productos embriagantes nativos como el “tesgüino” (cerveza de maíz), el “nochocle”24 (vino de tuna) y cerveza de mezquite, eran probablemente bebidas por los trabajadores mineros en Parral.

Textiles.- El vestido fue importado en grandes cantidades, fue una de las mercancías más significativas del norte de la Nueva España. ropa burda y barata era prácticamente el medio de intercambio entre los trabajadores indígenas mineros y los españoles. Como se indica anteriormente, los indígenas deseaban sus pagos en ropa. Los comerciantes de Parral fueron principalmente tratantes en ropa, y tenían amplios inventarios de ropajes baratos, los cuales eran vendidos en pequeños lotes a los indios y mestizos. Los mineros españoles, los abastecedores y labradores en el norte, no contando con una industria local de ropa, dependían del centro de México para vestirse.

Lanas y mantas comprendían el gran volumen de las prendas importadas. Artículos de lanas burdas (sayal) y pequeñas mantas de lana (fresadas y fresadillas) eran las telas con más popularidad entre los trabajadores de Parral25. Las grandes piezas de ropas de algodón (mantas) tenían menos demanda. Artículos simples, tales como blusas (huipiles carreteros, artículos de comercio barato) y camisas de algodón (fretones) eran transportadas en grandes cantidades26. Prácticamente todas las lanas baratas y algodones que eran traídos a los pueblos mineros eran “de la tierra”, esto es, eran hechos en la Nueva España. Los telares coloniales de lanas textiles VINO AGUARDIENTE (En arrobas) En Durango ---- 125 Villa de Nombre de Dios 15 40 Valle de San Bartolomé 50 100 Santa María de Parras 10000 7000 20 (Z.M.) En general se llamaba mezcal, al aguardiente que se obtiene de la piña del maguey, después de destilar su jugo. En el norte también llaman mezcal; al cogollo o cabeza del maguey, asada como barbacoa y que se consume como alimento o golosina en trozos. La voz viene del náhuatl mexcalli: corrupción de metl que significa maguey. 21 En 1783, 53000 cuartillos de mezcal se produjeron en estas dos regiones (AGN, Provincias Internas), 44, exped. 2). Actualmente el piso del cañón de El Mezquital continua siendo la principal zona productora de Durango. 22 AMP, 1660, AyG (2). (Z.M.) A estas borracheras o disturbios se les llamaba sasemes; y a los revoltosos sasemeros. Cf. Amado, Elías: “Bosquejo histórico de Zacatecas” Vol. 2; Zacatecas, 1906. 23 No se encontró más información en los registros acerca del vino de coco en Parral. En 1610 el vino también estaba prohibido en las minas del centro de México (Beleña, II, 112). 24 (Z.M.) Del náhuatl nochtl, tuna, y octli, vino. Bebida compuesta con el zumo de la tuna o nopal fermentado, mezclado con pulque y agua; también lo llaman nochote. 25 Este tipo de ropa fue importada en mayor cantidad que ninguna otra (AMP, Civil (2); 1652, Protocolos). De acuerdo a Humboldt (IV, 36), los cargadores de mineral habitualmente usaban grandes piezas de fresada en sus espaldas como protección. 26 AMP, 1650, Civil (2).

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(obrajes)se concentraron en Texcoco, Puebla, Valladolid y Toluca en el centro de México27 (mapa 9). La mayoría de las mantas de algodón provenían de Oaxaca, Campeche y Michoacán, y algunas de Puebla. Nuevo México era otra fuente de algodón barato y textiles de lana para las minas de Parral. Bajo el tutelaje de los franciscanos, el pueblo indígena de Nuevo México aprendió a criar ovejas y el tejido de la lana; y bajo la dirección de gobernadores neomexicanos se enviaron cantidades sustanciales de ropa al sur en el transcurso de los años, hacia los distritos mineros28. Calcetas de lana (medias) formaron un artículo común de exportación de Nuevo México.29

Lanas de alta calidad –principalmente telas importadas de Europa- eran embarcadas hacia el norte para los españoles de recursos económicos en los pueblos mineros. Estos eran artículos de lujo: estameña de España, linos europeos tales como bretaña y brabante30. Una variedad de sedas estaba a la venta en las tiendas de Parral. La mayoría de las sedas compradas por los mineros en el Siglo XVII fueron variedades orientales venidas de Las Filipinas; algunas se traían de España. dichos géneros venían como ropa: faldas para damas, blusas, refajos; pantalones para hombre, camisas, capas y sombreros. De hecho, textiles menores, como una fibra de pita31 (usada como hilo) de Venezuela, y cabello de camello estaban listados en inventarios del Siglo XVII32.

Metales y Utensilios de Metal.- A pesar de que en volumen los textiles aventajaban a todas las demás importaciones de las minas del norte, en importancia para la industria minera la importación de metales y utensilios de metal era iguales, si no es que más significativa. Herramientas mineras de hierro y acero, tales como barras de hierro, picos y marros; partes metálicas para maquinaria de beneficio como placas de hierro o acero para cubrir maderas, ejes, abrazaderas de metal, y clavos de hierro para la construcción de maquinaria de madera y edificios; los numerosos ganchos, cadenas, varillas, compuertas, rastrillos, palas usadas en el beneficio del mineral –todos estos productos eran indispensables para la extracción y refinación de la plata. El minero colonial estaba siempre preocupado acerca de sus herramientas de hierro y por su alto costo, por ser todo el metal traído desde Vizcaya en España33. Las herramientas de 27 Las plantas textiles de Tezcoco fueron las primeras en ser establecidas en la Nueva España. Fueron empezadas por el Virrey Mendoza a mediados del Siglo XVI y continuadas por Luis de Velasco en 1590 (Humboldt, IV, 293; Bancroft, México, III, 616). Las fresadas tescucanas eran comunes en Parral en el Siglo XVII, también se mencionan medias baquetas de Toluca en los inventarios de las tiendas. 28 En 1637 el gobernador de Nuevo México consignó 1900 yardas de sayal y casi 500 mantas a un comerciante de Parral (AMP, 1638, Civil, publicado en New Mexican Historical Review, X, 242-248). 29 (Z.M.) Entre algunos grupos indígenas de Nuevo México, se fomentó la cría del ganado menor que dio suficiente producción de lana para exportarla al sur. También se enviaban zaleas de búfalo y pieles curtidas de venados que llamaban antas. 30 TBL, 1678. 31 (Z.M.) Desde antes de la llegada de los españoles, los pueblos semisedentarios de la Sierra de Chihuahua, sabían tejer montas de pita, o sea de hilos que sacaban de algunas variedades de agave o maguey. 32 Íbid. 33 Alrededor de 1600 Alonzo de Oñate, proveedor general de las minas de la Nueva España, escribió al rey: “Vno de los gastos que los mineros tienen es el hierro labrado, que compran para la albor de las minas, y molienda de los metales en los ingenios de agua y de caballo; y respeto de ser todas las cosas tan caras en la Nueua España, no ay libra de hierro, que no les cueste quando menos, de nouenta marauedies arriba, y lo peor es, que muchas vezes les falta, con que viene a ser el precio excessiuo, especialmente después que las flotas no andan concertadas. Suplican a su Mgd los Mineros, les haga merced de mandar, que en cada flota se lleuen a la Nueva España quatro mil quintales de hierro labrados, y por labrar, conforme a la relación que dello doy, y quinientos quintales de azero, para que en las dhas minas se vendan de contado a los dhos mineros, por costo y costas, mandando que en las Naos de las flotas se carguen por lastre y en la Capitana y Almarinta, para que los fletes sean menores. o totalmente se escusen; y que para

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hierro, así como las partes que se desgastaban rápidamente en la minería y molienda, y el reemplazo frecuente era necesario34. Mucho hierro español fue embarcado a los centros mineros en forma de barras, y fue más tarde maquilado como herramientas en las minas. No sólo los mineros, sino los labradores y mercaderes en las cercanías de la comunidad minera, necesitaban hierro. En las haciendas era usado para cubrir enseres agrícolas: para rejas, segadoras, machetes, hoces, palas, rastrillos; en los ranchos para herrar y partes para arreos de montar. Además el hierro tenía varios usos domésticos: cuchillos, equipo de lavandería, morteros y varios más35.

Artículos Varios.- Aunque insignificante, en relación a la economía minera actual, todo tipo de artículos de uso, principalmente bienes de uso doméstico: juguetes, objetos de lujo encontraron lugar en las tiendas de los reales del norte durante los Siglos XVII y XVIII. Muchos de estos artículos fueron manufacturados en España y otros en Oriente, pero un gran número fueron de manufactura tarasca de Michoacán. Entre los últimos: madera (incluyendo trabajo de lacas), metal y artículos de piel estaban representados. Ollas de madera esculpidas y laqueadas (bateas) y tazas (tecomates), taburetes, cajas y artículos religiosos eran a menudo listados en los inventarios de las tiendas36. Pequeñas cajas de cobre, cucharas, vasos y morteros representaron los objetos de metal tarascos, y cintos de piel grabados, así como partes de arneses también venían de Michoacán.

DISTRIBUCIÓN DE IMPORTACIONES

La mayoría de las importaciones eran vendidas a través de las tiendas de los mercaderes, las cuales se comparaban con las tiendas generales de la frontera del oeste Americano y sus pueblos. Las tiendas de Parral tuvieron todo tipo de bienes –los alimentos menos perecederos, vino, frutas secas y utensilios. El artículo principal fue siempre la ropa. Aunque las comidas importadas requerían pasar por la alhóndiga, después de tres días se les permitía a los comerciantes comprar artículos para abastecer sus tiendas.

El número de tiendas en Parral en un periodo dado reflejó la prosperidad de las minas. En 1637, seis años después de su fundación Parral tenía treinta y siete tiendas. El número alcanzó las cuarenta y siete en 1642, pero en 1657 después de las rebeliones de los tarahumares y los

esto se nombre persona de la ciudad de Seuilla para que tenga correspondencia con otro agente en Vizcaya, en donde la dha obra se hara mejor y de más buen temple, que es lo que importa, dandole su salario a costa del dho negocio” (Bibl. Nac., Madrid, MS 3040). Tal y como se describe el proyecto nunca fue aplicado a las minas de Parral. 34 En 1706, un minero de Zacatecas se quejaba del alto costo del hierro, diciendo: “... y como para este beneficio el mas presiso y necesario ingrediente es el fierro assi para las barras que se trabajan las Minas, pico cuñas, como para los morteros; chapas, Almaradas; espejos, zinchos, y tachuelas y Clavason, en qe de continuo trabajar y moler, y es presiso renovarlo; y este haver subido a mui alto precio, y tememos suba más y viendo qe quando valía a veinte o veinticinco ps el quintal era gravoso exsediendo oy de estos límites se dexa entender el atraso de llegar a parar en todo la Minería en conosida destrucción de esta ciudad; pues pr dha rason sesará el Pueblo de las Minas, y de moler los molinos qe consumen copiosa cantidad de quintales de dho fierro ...” (TBL, Mexico, Secretaría de guerra y marina, Archivo de la Bibl., Varios Asuntos, Leg. 1706-1785). 35 Había poco uso de otros metales como el cobre y el estaño en Parral aunque varios utensilios de cocina fuesen de cobre. Casi en cada mina, hacienda y rancho se tenía un gran cazo de cobre para cocinar carne y pozole para los trabajadores. Posiblemente los utensilios de cobre eran importados de Santa Clara de los Cobres en Michoacán, el centro de la industria del cobre en la Nueva España durante los Siglos XVII y XVIII. 36 Muchos artículos eran de Peribán, un pueblo tarasco cercano a la parte sur de la meseta. Los tecomates se vestían usualmente de cáscara de cocos y seguido de calabazas. (TBL, 1678).

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tobosos, cayó a treinta y ocho37. El número de tiendas estaba fuera de proporción a la población española que había en la comunidad. Por ejemplo: en 1639 había aproximadamente 800 vecinos, quienes eran atendidos por más de treinta y siete tiendas38. Esta desproporción refleja el tamaño de las tiendas y el vivo comercio con los trabajadores mestizos e indígenas. También representa el hecho de que Parral era el centro comercial del distrito minero; sus tiendas servían a españoles de reales vecinos, como: Minas Nuevas y El Oro, que tenían pocos comerciantes39.

Había tres tipos de mercaderes en Parral durante el Siglo XVII: 1) El tendero independiente, quien era a la vez vecino. 2) El agente comercial de los comerciantes de la ciudad de México. 3) El agente viajero o transportista. La mayoría de las tiendas en Parral eran operadas por mercaderes locales, quienes obtenían sus artículos en la alhóndiga, del transportista o por compras directas a comerciantes en México40. Muchas de las grandes tiendas generales parecen haber sido operadas por agentes comerciales de tiendas de la ciudad de México. Estos últimos, probablemente enviaban a sus agentes algunas consignaciones de mercancía para ser vendidas en sus tiendas de Parral. Nuevamente, un gran monto de mercancía enviada a las minas era vendida por los agentes viajeros. Algunos de estos eran trabajadores independientes, quienes combinaban mercadeo con transportación; la mayoría, como algunos de los tenderos, eran agentes de comerciantes de la ciudad de México. Muchos de los agentes viajeros probablemente vendían ropa y artículos de hierro directamente a los mineros; otros vendían a otros pequeños tenderos41.

Los precios de todos los artículos alimenticios y bebidas fueron estrictamente regulados por ley en la mayoría de los pueblos españoles coloniales. En Parral, periódicamente las listas de precios eran sancionadas por el alcalde mayor, y todos los comerciantes debían de acatarlas, y en caso contrario, recibir penas que eran de cien a trescientos pesos42. Los precios de la ropa y de los utensilios de metal no estaban regulados. Todo tipo de medidas, pesos y balanzas eran arregladas de acuerdo a la ley, debiendo tener sellos oficiales con la aprobación del gobierno43.

El mercader de los reales del norte, no sólo distribuyó importaciones a los mineros, sino que, debido a que él era usualmente la única persona con efectivo disponible, se transformó en el “aviador” de la comunidad. No todos los mineros eran ricos; la mayoría eran exploradores pobres quienes llegaban al real para trabajar como capataces para los pocos grandes mineros, o para abrir

37 AMP, 1637, AyG (1), 1643, 1657 (1). 38 Hackett, III, 124; AMP, 1637, AyG (1). Muchos de los comerciantes de Parral eran portugueses. Un censo de 1650 enlista a doce portugueses de un total de cincuenta y seis comerciantes (AMP, 1650, AyG (3)). 39 En 1649 Minas Nuevas tenía sólo diez comerciantes (AMP, 1649, AyG (1)). Un minero de Minas Nuevas (1646) se queja de que tuvo que ir a comprar a Parral: “... todos los mercaderes y tratantes de esta provincia están en este Real del Parral ...” (AMP, 1646, AyG (2)). (Z.M.) En realidad había una simbiosis entre comerciantes y mineros; pues los mercaderes daban el avío por el trabajo de las minas; y estas recibían la garantía de pago en plata quintada, o en tejas de rescate, que era lo más frecuente por falta de numerario. 40 En 1650 de un total de 56 comerciantes de Parral, cuarenta decían ser residentes permanentes; los restantes eran vecinos de la ciudad de México aparentemente operando tiendas como agentes de grandes firmas mexicanas (AMP, 1650, AyG (3); 1652, Protocolos). 41 AMP, 1646, AyG (2). 42 AMP, 1637, AYG (1); 1646, AyG (2). 43 Cada seis u ocho meses se hacían inspecciones formales de todas las tiendas de Parral por el alcalde mayor y sus tenientes para asegurar se mantuviesen los precios oficiales y revisar los pesos y medidas. A estas inspecciones se les llamaba visitas de tiendas. Como se establece en un documento, uno de los propósitos de la visita era: “... para reconocer los pessos, valanças, varas, y medidas como es costumbre por los daños y fraudos que puede hauer.” (AMP, 1669, AyG (1)).

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pequeñas minas de su propiedad. Cuando requerían dinero, los mineros pobres recurrían usualmente a los mercaderes por préstamos, y a menudo estos últimos financiaban a los exploradores para beneficio particular. Como lo indica un minero: “el minero no puede hacer nada sin el mercader, ni el mercader hacer nada sin el minero ...”44.

Había otra actividad lucrativa, pero ilegal, en la cual todos los comerciantes de los pueblos mineros estaban involucrados: la compra de mineral robado y de reactivos que los indios trabajadores revendían a precios ridículamente bajos. Los comerciantes vendían entonces los reactivos a los mineros a precios oficiales, y obtenían el mineral refinado. De este modo se acumularon muchas barras de plata que no estaban legalmente ensayadas y marcadas. Era difícil prevenir a los trabajadores que contrabandeaban partes de mineral rico que sustraían de las minas, y no había duda que los mineros tenían grandes pérdidas por esta actividad. Las leyes prohibieron la compra de mineral y reactivos a los trabajadores mineros que la sustraían. Las disposiciones se repelían cada año, sin que tuvieran efecto alguno45.

EXPORTACIONES DE ORO Y PLATA EN BARRAS

Las barras de oro y plata eran, por supuesto, el principal, y a menudo, la única exportación de todos los reales. Los transportistas, quienes traían alimentos, ropa y hierro de Parral llevaban las barras a su regreso al centro de México. Durante el Siglo XVII, las barras de plata, que pesaban aproximadamente 65 libras, fueron transportadas casi exclusivamente en carromatos46. Para poder transportar plata, cada transportista estaba obligado a obtener un permiso del alcalde mayor, que era entregado sólo después de que el marcaje había sido depositado por un comerciante o un minero. Además, el transportista debía obtener una escolta militar para vigilar que su carga llegara a salvo a través de las regiones donde eran frecuentes los ataques de los tobosos. El embarque era primeramente llevado a Durango, donde el quinto real era deducido para la Real Hacienda. El embarque, entonces, proseguía a la ciudad de México, en donde era entregado a los agentes de los mineros47. Después del descubrimiento de las minas de Sonora, en la década de 1640, algunos embarques fueron llevados por recuas de mulas a través de la Sierra Madre a Parral, donde fueron ensayadas y transformadas en barras48; la plata era entonces turnada a Durango y luego a México. La mayoría del oro y la plata de Sonora, sin embargo, fue enviada por la costa, a las Cajas Reales de Guadalajara49.

44 “El minero no puede hazer cossa sin el mercader ny el mercader sin el minero ...” (AMP, 1646, AyG (2)). 45 AMP, 1657, AyG (4). Esta práctica (rescate de metales) era común en todas las comunidades mineras de la Nueva España. Durante el Siglo XVI, las leyes que prohibían la práctica en todas las minas fueron repetidamente impresas. (Recopilación, Lib. IV, tít. 19, ley 12; AGN, Ordenanzas I, fols. 95-96 (1586);145-147 (1612)). (Z.M.) La forma de extraer metal rico por los operarios, era muy ingeniosa; e inclusive se llegaban a ingerir las “pepitas” vía oral, para posteriormente separarlos del excremento. 46 De 500 a 2500 marcos (promediando aproximadamente de 250 a 12500 libras) irían fuera en cada embarque (AMP, 1666, AyG (1)). 47 AMP, 1666, AYG (1), 1689, 1691, 1703 (2). 48 AMP, 1658, AYG (1). 49 En 1663 el gobernador de la Nueva Vizcaya publicó una orden prohibiendo el transporte de la plata de Sonora a Guadalajara (Nueva Galicia), dirigiendo todo el cargamento de lingotes de oro y plata a Parral, donde sería aquilatado, ensayado y hecho barras y después transportado a Durango para la extracción del quinto. Debido a las vigorosas protestas de los agentes de Guadalajara, esta orden fue rescindida por la Audiencia de Guadalajara en el mismo año (ATG, Civil, Leg. I, exped. 10).

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SISTEMAS DE TRANSPORTE

El intercambio comercial entre las comunidades mineras del norte y el centro de México, necesitó de la existencia de un sistema extensivo de transporte. En 1673 se estimaba que mercancía valuada en más de 600,000 pesos era enviada anualmente a México de Parral50. Un gran número de hombres estaba a cargo en el negocio del transporte. Durante el invierno (la sequía, o temporada de viaje) cientos de mulas y otros tantos carros cargados con mercancía o con plata y oro se movieron a lo largo de los caminos principales entre Parral y la ciudad de México.

TIPOS DE TRANSPORTE

Durante el periodo colonial dos tipos principales de transporte eran usados en la Nueva España: las recuas de mulas y el pesado carromato de dos ruedas (carreta). El primero era comúnmente empleado para enviar mercancía a la mayor parte de lugares remotos del país, pero particularmente en las partes de terreno agreste, y era un medio familiar de transporte entre el norte y el centro de México. La recua colonial era similar a la hoy existente: cargando en los lomos de las mulas por medio de aparejos, el uso de mulas principales (madres), etc. Una presentación peculiar del transporte de los Siglos XVI y XVII en la meseta de México era el uso predominante del gran carro de dos ruedas, que era aparentemente más pequeño que el modelo alargado de la carreta moderna. Algunos de los carros más grandes cargaron hasta 160 arrobas (aproximadamente 4,000 libras)51 y más de mercancía52. La estructura del carro estaba constituida de madera reforzada con clavos de hierro, clavijas, y muelles; arriba estaba usualmente cubierta con tela burda (toldo de jerga de Michoacán) como protección contra el sol y las inclemencias del tiempo. Ruedas pesadas con llantas de hierro, atadas al eje con pezoneras, fueron características. La mayoría de los grandes carros fueron jalados por grupos de seis u ocho mulas; sin embargo, ocasionalmente convoyes enteros trayendo carga de la ciudad de México a Parral consistieron en carros jalados por bueyes (ocho bueyes por carro)53. El buey podía jalar cargas más pesadas que las mulas, pero eran menos resistentes que las duras, flacas, fuertes y nerviosas mulas y machos, especialmente en largos tramos con escaso forraje. Además, la mula era más rápida que el buey, y éste último, por sus pezuñas blandas, se cansaba más rápido en el duro y pedregoso terreno54. Los arneses lastimaban las grandes lenguas de los bueyes cuando estos eran usados para tirar de los carros; los arneses para mulas, de todas formas, no están bien descritos. Los collares para ovejas y bueyes posiblemente collares de pecho) son descritos como parte del equipamiento perteneciente a un tren de carros de mulas55. Cuando el arrastre de los carros era de ambos (mulas y bueyes), eran colocados por pares y en grupos de cuatro. El peligro constante de ataques de los indios en los caminos de la meseta del norte, forzaba a los carros a viajar en grupos (cuadrillas o caravanas) de cinco a treinta. Una cuadrilla era a menudo propiedad 50 De acuerdo con el Virrey Antonio de Oca y Sarmiento en un reporte a la Corona, “Todos los años se gastan en ellas (Provincias de Nueva Vizcaya) más de 600,000 pesos de diferentes mercaderías, que se conducen de esa ciudad (México) al Real de minas de San Joseph del Parral; y a la ciudad de Durango más de 200,000 ...” (TBL, 1673, marzo 3). 51 Scholes, 1930, p. 395. 52 La siguiente aseveración se encuentra en AMP, 1646, AyG (1): “... cada carro trae casi tanto como una rrequa entera ...” 53 AMP, 1643, Protocolos; 1650, Civil. 54 Gregg, 1844, I, 36. 55 Scholes, p. 106.

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de un solo transportista, y frecuentemente dos o más combinaban fuerzas para la larga jornada desde la ciudad de México hasta Parral. Para finales del Siglo XVII, diez convoyes estaban arribando anualmente en los centros mineros de la Nueva Vizcaya56. Cada caravana de carros era abastecida con comida y utensilios de cocinar, así como con herramientas y partes de repuesto en precaución de los constantes daños57. Al menos dos o tres juegos extras de mulas o bueyes acompañaban a cada carro para el remplazo58. La cuadrilla de carros mexicanos del Siglo XVII era similar a las caravanas de carretas de la frontera americana de 1800.59

El convoy de carros del norte de la Nueva España parece haber sido una institución. Aparentemente no había precedente europeo. El carro parece haber desarrollado en respuesta a las condiciones peculiares para el pueblo minero del norte. El primer grupo de carros fue probablemente organizado en la Nueva España alrededor de 1550, coincidiendo con el inicio de viajes entre la reciente apertura de las minas de Zacatecas y la ciudad de México60. Las razones para el extensivo uso de carros pesados en el norte son varios. El carro pudo haber sido empleado para defensa contra ataques de los chichimecas durante el camino61, un grupo de carros era más fácilmente defendido que un grupo de mulas. Por instancia, oficiales de Parral decían que para cargar ropa y metal los carros eran más seguros que la recua, estos últimos eran especialmente vulnerables al ataque; las mulas cargadas eran fácilmente cortadas y manejadas por los nómadas62. En 1646 una proclamación provincial declaró que toda barra de plata embarcada de Parral podía salir sólo en carros escoltados por los soldados63. Además, dado un carro de ocho mulas con una carga normal de dos toneladas, el promedio de peso tirado por un animal era de 500 libras, cuando la carga normal por mula era de 200 libras. De regreso, en el largo viaje de traslado desde México, las mulas tenían que ser descargadas después de cada jornada y vueltas a cargar a la siguiente mañana, de ahí involucrando el continuo manejo de mercancía valiosa que se deterioraba. En contraste, los bienes empacados de manera segura en los carros, no eran

56 “... siendo notorio que en este reyno Nueva Vizcaya entrarn dies quadrillas de carros cada año en diferentes tiempos cargados de ropa.” (AMP, 1646, AyG (1)). 57 Por ejemplo: ruedas de metal, rayos de las ruedas, clavos de fierro, barras de hierro, marros, sierras, barrenas, azuelas; el tipo de partes y herramientas indica la expectación de frecuentes quebraduras de las ruedas (Scholes, pp. 107-108; AMP, 1646, Minas, Sitios y Terrenos; 1637, Civil). 58 AMP, 1637, Civil. 59 (Z.M.) Los dueños de carros fueron personajes muy importantes en la vida económica y social de las poblaciones norteñas. El chirrionero era la persona que conducía al convoy o iba al pescante del primer carro. En el norte por analogía se suele llamar chirrión al látigo con que se pega a las bestias. 60 Powell, 1941, p. 47. Además, en esos tiempos fueron usados carros pesados para acarrear el plomo español y otros productos desde Veracruz a México y a las minas de Zacatecas (AGI, Patronato, 180-70-4, n.d.). se construyó un camino sobre lo escarpado del terreno para acomodar el tráfico de ruedas. Bajo la dirección del Virrey Velasco se construyeron también caminos entre Zacatecas y México central (Powell, pp. 45-46). Había menos construcción de caminos al norte de Zacatecas. La carretas de Veracruz operaron casi todo el tiempo en el Siglo XVII; hay poca información concerniente a ello que se pueda encontrar en los documentos del Siglo XVIII. El tráfico de carretas en el camino Veracruz-México-Guanajuato-Zacatecas estuvo bien regulado durante los últimos años del Siglo XVI y los primeros del XVII. Se aceptaban oficiales para inspeccionar las carretas y el camino y sus condiciones (visita de carros y caminos) a lo largo de esta ruta (Beleña, I, Ley 23, 27, 28, 29 (1580-1641)). 61 (Z.M.) El padre Guillermo Porras Muñoz, nos menciona carros cubiertos por sus costados, con astilleros; semejante a los actuales tanques de guerra, con los que se pretendía cubrirse de los ataques de los bárbaros. Cf. Porras Muñoz, Guillermo: “La Frontera con los indios de la Nueva Vizcaya en el Siglo XVII”, México, 1980. 62 AMP, 1646, AyG. 63 “... mando que en manera alguna salga plata del real del parral ni otras partes qualquiera persona que sea fuere en cuadrilla de carros dando la seguridad que se acostumbra para que los dueños de dhas quadrillas la lleuan a quintar con todo seguro y no sese el comercio ni al reyno y rrepublica le dexen de entrar.” (AMP, 1646, AyG).

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movilizados hasta llegar a su destino. Además, las anchas y planas cuencas de la meseta del norte eran caminos naturales para carros de ruedas.

Durante la primera mitad del Siglo XVIII el uso del carro en el norte fue aparentemente descontinuado a favor del atajo de carga. La razón para esto es oscura. Aunque los ataques indígenas habían prácticamente cesado en las regiones de Durango y Zacatecas, siempre se continuaban incontrolados en Chihuahua y Sonora hasta el cierre del Siglo XIX. En la larga carrera, era probablemente combinado el uso de carros con el uso de recuas de mulas. Una cuadrilla de diez o quince carros representaba una inversión considerable; en 1634 seis carros pesados, equipados con herramientas, cubiertas, y dieciséis mulas con arneses costaba 4,000 pesos64.

ORGANIZACIÓN DE LA TRANSPORTACIÓN

Las exorbitantes tarifas cobradas por trasladar mercancía desde el centro de México a las minas del norte indujo a muchos españoles a convertirse en transportistas (dueños de carros o recuas). Por ejemplo: a finales del Siglo XVII, los costos por vinos transportados de la ciudad de México a la Nueva Vizcaya eran del 25% del precio total65. Las razones para las altas tarifas eran obvias: el embarque era lejano, 1500 millas separaban la ciudad de México de Parral por el camino principal en la colonia, y el viaje en la época de sequía, por carro, tardaba de tres a cuatro meses. Además el peligro de los indígenas imponía riesgos anormales y la adquisición de muchos carros involucraba un gran desembolso inicial de capital. Agregando a la carga para los comerciantes y los mineros, el transportista colonial a menudo compraba mercancía para vender en los reales. También los carretones frecuentemente transportaban pasajeros, usualmente comerciantes y mineros66.

En una ocasión, durante el Siglo XVII, el gobierno español participó en el negocio del transporte, operando entre México y el norte. En 1609 la corona organizó el servicio de abasto al Nuevo México, para llevar materiales a los misioneros en la parte alta del Río Grande. El tren Neomexicano siguió el Camino Real por todo el territorio minero vía Zacatecas, Sombrerete, Durango y Parral y, sin intención quizá, se convirtió en un servicio suplementario del abasto para aquellas minas. Tantos como treinta y seis carros, que formaron el tren sencillo más largo operando por la Nueva Vizcaya, donde era utilizado este servicio. Aunque los carros de las misiones hacían el viaje completo hasta Santa Fe, una vez cada tres años, ellos fueron instrumento para llevar mucho mineral de las minas del norte. El servicio fue descontinuado después del alzamiento de los indios “pueblo” en 1680, pero fue parcialmente restablecido por 170067.

SISTEMAS DE CAMINOS AL SERVICIO DEL DISTRITO DE PARRAL

Los carros y los atajos de mulas que transportaban cargas de México hacia Parral y viceversa, siguieron las rutas marcadas por entradas anteriores. Las más traficadas fueron 64 AMP, 1634, Minas, Sitios y Terrenos. 65 En 1639 el cargo de traslado de una pipa de vino acarreada de la ciudad de México a Parral costaba cincuenta y ocho pesos; el valor completo de venta del vino era de 230 pesos por pipa (AMP, 1637, AyG). 66 Scholes, p. 396; AMP, 1664, AyG. Las carretas proporcionaban el más seguro medio de transporte en el norte durante los Siglos XVI y XVII. En esos tiempos los mesones no existían en la Nueva Vizcaya. 67 Bibl. Nac. México, Doc. para hist. De Nuevo México, MS V, exped. 2; AGN, Provincias Internas, 152, exped. 2.

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aquellas que llevaban al centro de México. El camino de Parral a Nuevo México, lo senderos a través de la Sierra Madre hacia el Pacífico, y aquellos que llevaban hacia el este dentro del desierto central, fueron secundarios en importancia comercial. Un camino sencillo conectaba Parral y otros centros mineros en la base este de la sierra con el centro de México. En los días coloniales, esta arteria fue llamada “el Camino Real de la tierra adentro”, o “el camino principal en el interior del país”68 (mapa 10). De México el camino pasaba hacia el norte por Querétaro, Zacatecas, y de ahí por la cuenca y tierras de pastizales vía de la provincia de Durango hacia Parral. De ahí continuaba hacia el norte por Chihuahua hasta los poblados del alto del Río Grande. Caminos ramales llevaban hacia el sur y el sudoeste de la región de Zacatecas y Aguascalientes para llegar a Jalisco y Michoacán. El camino interior era fácilmente transitado por ambos medios, carros y recuas de mulas. Seguían los terrenos planos del noroeste al sudeste cruzando cuencas que caracterizan el lado oeste de la meseta del norte. Los únicos impedimentos para un viaje sencillo fueron los pasos bajos entre las cuencas y las corrientes de agua ocasionales que fluían transversalmente a través de la estepa. El área entera era fácilmente transitable de norte a sur, por ser variadas las opciones de ruta. De aquí que muchos caminos alternos paralelos al camino principal y sus alternativas semejando a una corriente principal con canales convergiendo en los principales centros mineros. A lo largo del camino la hierba y el agua eran adecuadas para el sostenimiento de las mulas y los bueyes, no obstante de las sencillas rutas al nivel del terreno, el viajar era única y exclusivamente en la época de sequía, de octubre a julio. No era suficiente el lodo acumulado en los caminos durante la época de lluvias para estorbar el tráfico de las ruedas; pero, a pesar que las corrientes transversales como el Nazas y el Florido para que impidieran el tráfico del norte al sur de mulas y carretas. Aún durante la época de sequía, tormentas de invierno no tan frecuentes (equipatas)69 en la sierra, traían corrientes de lodo a estos ríos y arroyos, que provocaban retraso y peligro para el tráfico70.

Aunque las condiciones naturales favorecían viajar a través del camino interior, los ataques indígenas frecuentemente molestaban por el tráfico. De Zacatecas a Parral, el camino real pasaba por la “tierra de guerra”, y durante los Siglos XVII y XVIII se era vulnerable al ataque de los tobosos, quienes saqueaban los carretones y las recuas de mulas para llevarse la ropa y la carne de las mulas. Para defender a los viajeros y poblaciones, así como al comercio, se crearon los “presidios”, que fueron fundados cerca de los lugares donde los nómadas frecuentemente usaban como puntos de entrada hacia los lugares habitados por los españoles. Los varios “presidios” fueron consecuentemente establecidos cerca de las márgenes del desierto o de la estepa (mapa 10). Durante la última mitad de los 1600´s los “presidios” de Cerrogordo (1648), El Pasaje (1685), y San Pedro del Gallo (1685) fueron establecidos en un camino alterno, al este del Camino Real71. Para 1690 la mayoría del tráfico entre Parral y Durango había saltado hacia este camino del este, el cual, aunque era una ruta indirecta y lejana de partes densamente establecidas, proporcionaba la protección de los presidios72. Además durante el periodo de tráfico intenso, 68 En el norte de la Nueva España, en el centro de México y en general en cualquier región del sur se conocía como tierra afuera. La zona norte del centro de México era el final de la tierra adentro o país interior. 69 (Z.M.) Equipatas, según el “Diccionario de mejicanismos” de Francisco J. Santamaría. (México, 1978) esta voz es de origen tarahumar y es el nombre que se da a las lluvias de invierno. 70 Bibl. Nac. México, Doc. para hist. De Nuevo México, MS VI, exped. 5. 71 Doc. para hist. De México, ser. 2, I, 164-165; Hackett, II, 219-221. En 1685 el presidio de Conchos se fundó en el río Conchos al norte de Parral a lo largo de la ruta hacia Nuevo México. 72 Parece ser que las principales rutas del camino real habían tenido una constante inclinación hacia el este durante los últimos años del periodo colonial, con la finalidad de incluir los presidios en el itinerario. Consecuentemente, muchos asentamientos, incluyendo algunos pueblos mineros, quedaban de paso (TBL, 1693, sept. 9).

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carros y recuas de mulas formaban convoyes, los cuales eran escoltados por soldados a caballo de los presidios73.

El comercio entre Parral y Nuevo México fue ampliado por la extensión del norte que se hizo del camino interior. Este camino pasaba por Todos Santos, atravesaba el río Conchos, por San Francisco de Conchos, el río San Pedro, en San Pedro de Conchos, y de ahí seguía la cuenca hacia el norte rumbo a Chihuahua, a través del desierto, hasta aproximadamente seguir el actual trazo del ferrocarril Juárez–Chihuahua, hasta El Paso del Norte, en el Río Grande. De ahí continuaba por la ribera del Río Grande, alto, hasta Santa Fe.74

Existía una conexión a través de la sierra que servía como línea de enlace entre la costa de Sonora y el área minera de la meseta del norte. Este fue el viejo camino de Topia, que iba de los pueblos de los tepehuanes desde Santiago Papasquiaro (Durango) por la pequeña sierra de real de Topia, hasta Culiacán en la planicie costera de Sinaloa75 . Sobre este camino, algunos productos tropicales y subtropicales fueron llevados a la región minera, y en el viaje de regreso de la meseta a la costa, se traía trigo, chile y ropa de la meseta, que fueron llevados desde los establecimientos mineros, en la sierra, al área de Culiacán.

El contacto entre Parral y Sonora, fue por el camino de Carretas76 y Janos, el cual faldeaba las estribaciones al norte de la Sierra Madre Occidental. Los trenes cargueros traían plata a Parral y retornaban con ropa, productos alimenticios y sal. El movimiento empezó por esta ruta tan pronto se abrieron las minas en Sonora a la mitad del Siglo XVII. De Parral, el camino a Sonora pasaba por San Felipe, en el Conchos, Satevó, Babayonaba, las misiones de Casas Grandes, de ahí, por los pasos de Carretas o el Púlpito para descender a los valles de Sonora. Como los caminos de la meseta interior, el trayecto de Sonora era constantemente asolado por nómadas, principalmente sumas y apaches. La protección del comercio fue atendida a lo largo del camino por la fundación de las misiones de Carretas y Casas Grandes (1663) para establecer a los sumas, y el establecimiento del “presidio” de Janos (década de 1680).77

En contraste con el comercio regular llevado a través de los caminos descritos anteriormente, el contacto entre Parral y el desierto interior al este era intermitente. El comercio en el desierto no estaba confinado a ningún camino, pero era llevado sobre muchas brechas insignificantes que iban de muchos y dispersos aguajes y playas, así como minas. Vino y brandys

73 Durante la década de 1690 se inauguró un sistema de convoyes en el que todas las carretas y recuas del norte de la Nueva Vizcaya fueron requeridos para unirse al presidio de Pasaje (70 millas al este de Durango) los primeros de cada mes durante la temporada de sequía, tiempo en el cual una escolta de soldados (15 montados) acompañarían al grupo al río Florido. En cada presidio a lo largo de la ruta la escolta era relevada por un grupo fresco de caballeros. (AGN, Provincias Internas, 69, exped. 2, fols. 171-173). Este método de viajar por este particularmente largo territorio se continuó durante el Siglo XVIII (Doc. para hist. México, ser. I, I, 204-205). (Z.M.) El mejor trabajo escrito sobre los presidios, es el de Max L. Moorhead: “The Presidio: Bastión of the Spanish Borderlands. (Oklahoma, 1975) 74 (Z.M.) Había otro paralelo que seguía el curso del río Santa María hasta llegar a Casas Grandes y Janos, donde se bifurcaba en dos ramales: uno a Sonora y otro a Nuevo México. 75 West y Parsons, 1941. 76 (Z.M.) La misión franciscana de Santa María de Gorretas, por error antiguo de paleografía se le llama Santa María de Carretas; los indios “gorretas” vivían junto a los sumas. 77 (Z.M.) El general Pedro de Perea en 1644, acompañado del jesuita Jerónimo de Moranta, abrió un camino desde Parral a Sonora, cruzando la Sierra a la altura de Yepáchic.

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de los viñedos de Parras, pequeñas cantidades de sal de varias playas comprendieron el volumen del contacto comercial con el este de Parral.78

78 (Z.M.) El camino que iba a Parras, se separaba del que iba a Durango en el Presidio de San Pedro del Gallo, continuaba por El Casco, San Juan de Costa, Mapimí y luego la región de La Laguna.

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APÉNDICE

I. DOCUMENTOS SOBRE HACIENDAS DE BENEFICIO DE PLATA EN EL DISTRITO DE PARRAL

Las haciendas de beneficio de plata del Siglo XVII se componían de varios edificios separados. El centro administrativo era la vivienda de adobe del propietario de la mina y su familia. En esa casa se guardaban los libros de cuentas de los materiales y las listas de los trabajadores, y con frecuencia uno de sus cuartos se usaba como bodega para guardar la sal y el valioso mercurio. Junto a la casa estaban las chozas de adobe que se utilizaban como vivienda para los trabajadores. Cerca de ahí estaban los corrales, de adobe o piedra, frecuentemente con chiqueros para cerdos, un gallinero y siempre con una huerta cercada, la que contaba con árboles frutales, sembradío de legumbres y una parra. La fundición era generalmente una estructura de adobe con techo de madera, y con una rueda movida por agua para operar el fuelle del horno. El patio, un área abierta y con piso de piedra, tenía lavaderos, una destilería donde se separaba el mercurio de la amalgama y un horno para quemar piritas de cobre. Aquí están dos documentos del Archivo Municipal de Parral que enlistan los implementos que generalmente se encontraban en las haciendas de beneficio de plata del Siglo XVII.

I.AMP, 1649, Protocolos, Protocolos de Escrituras e Instrumentos. [Inventario del estado que tienen un minero al morir en Parral.] En la hacienda de sacar plata por el beneficio de azogue y fundición, llamada San Antonio, que es del capitán Luis Zubriel en su morada que está en río arriba un cuarto de legua del Real de Minas de San José del Parral. A quince días del mes de octubre de 1649 años el alférez Valerio Cortes del Rey ensayador de dicho Real y Juan de Santacruz, minero: en el cumplimiento del nombramiento hecho en ellos de tasadores para dicha hacienda y lo anexo a ella, por ante mí, el escribano fueron haciendo el inventario y tasación siguiente. Primeramente, la casa de vivienda que es: la sala principal y una despensa, una cocina y un aposento que sirve de dormitorio; una despensa para sal y azogue y un aposento para los mayordomos y un corral grande; gallinero y palomar, todo incorporado uno con otro. El edificio es de adobe cubierto de morillos y azotea y sus puertas y ventanas y el corral están cercados de adobe. Lo tasaron en mil quinientos pesos................................................1,500p

Una huerta de árboles frutales y hortaliza, con un pedazo de viña que tendrá hasta setecientas cepas; todo cercada

de adobe y barda. La tasaron en dos mil pesos.......................................................................................................2,000p Ítem, dos casillas de adobe para la vivienda de los indios son de adobe las tasaron en cien pesos.....................100p

Ítem, una hacienda de fundición de rodezno de agua con su despensa; el edificio es de adobe y tiene dos puertas

la una con un candado, tres paradas de fuellas dentro de la dicha hacienda corrientes y molientes, dos alcrivices, cañones y manguillas para afinar; una hachuela de afinas; unas tenazas de sacar plata; una parada de fuelles de fragua de hierro, con un macho, unas tenazas, martillo y otras tenazas corvas. Lo tasaron todo en dos mil pesos...........2000p

Ítem, un molino para moler metales para el beneficio de azogue. El edificio es de adobe cubierto de tejamanil,

tiene dos tiraderas, dos espichones de hierro, una rueda alta de agua con dos cauces, de seis marcos cada una corriente y moliente y con una caja bien tratada, hierro, chapas y almadanetas a medio traer, cedazos y cajones. Y la saca de agua del río por el dicho molino es por su pie, por una acequia de tierra muerta de un aloma en que anda la rueda y se riega la huerta, y tiene el dicho molino sus canales y chiflón de desagüe que sale al río. Tazaron todo en doce mil pesos ......................................................................................................................................................12,000p

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Un lavadero de a caballo con su puerta de madera cercado de tapices de adobe sin cubrir, corriente y moliente, con su moliente y tres medias tinas y otra tina en que está lavando, y otra nueva para acabar con sólo un aro de hierro, tiene los demás aros para acabarla, Alonso Gonzalo Carpintero; y está pagada la hechura. Tasaron dicho lavadero en seiscientos pesos.....................................................................................................................................600p Ítem, dos machos y una mula que andan en el lavadero. Entra su valor en los seiscientos pesos y así no se saca al margen.

Ítem, una recua con trece mulas de silla y de carga, son diez con sus aparejos y sacas. Ítem, tres mulas de tiro. Ítem, una desazogadera a espaldas del dicho lavadero, está cubierta, es de adobe; tiene buitrón, dos barriles,

desazogaderas de barro en treinta pesos......................................................................................................................30p Ítem, un horno para quemar magistrales, es de adobe. Tasáronlo en cien pesos. ...............................................100p El sitio de esta hacienda corre desde las casas e iglesia del alférez real Juan Rangel de Biezma por un lado y por el otro colinda con la hacienda vieja de la fundición del dicho alférez real y con el río. Ítem, treinta y tres montones de metal incorporados, tienen unos con otros desde treinta hasta cuarenta y cinco libras de azogue. Tasáronlos en tres mil setenta y tres pesos..................................................................................3073p Ítem, dieciséis montones ensalmorados, tasáronlos en quinientos sesenta pesos...............................................560p Ítem, la maquila de catorce montones de metal que son de don José Fernández, a siete reales quintal. Montan cuatrocientos nueve pesos..........................................................................................................................................409p Ítem, tres montones de metal que está lavándose; tienen los dos a cuarenta y cinco libras de azogue y el otro cuarenta. Tasáronlos en trescientos cuatro pesos.......................................................................................................304p Ítem, las maquilas de ciento ochenta y dos quintales de metal a dos onzas quintal, que son del capitán Diego Sánchez. Montan doscientos veintisiete pesos cuatro tomines.............................................................................227p 4 t Ítem, cuatro montones por exprimir, que tienen cuarenta y cinco libras de azogue. Tasáronlos en trescientos diecisiete pesos...........................................................................................................................................................317p Ítem, nueve barrenas grandes y chicas usadas, en dieciocho pesos.......................................................................18p Una paila, un metate y un comal en ocho pesos.......................................................................................................8p Ítem, ciento cuarenta y siete libras de pella en trescientos diecisiete pesos........................................................317p Ítem, doce barras grandes y pequeñas con que se trabaja en las minas en ciento veinte pesos..........................120p Ítem, cuatro picos grandes, en sesenta pesos.........................................................................................................60p Ítem, una pesa de cruz con balanzas con un marco de ocho libras no lleno y una pesa de hierro de media arroba. Tasóze en veinte pesos.................................................................................................................................................20p Ítem, seiscientas cargas de metal en piedra que están en la dicha hacienda. En seiscientos pesos......................600p Ítem, una sierra mediana en cuatro pesos.................................................................................................................4p Ítem, el servicio de cinco indios que están en depósito con sus tolvas en quinientos pesos................................500p

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Ítem, una india que está depositada en sesenta pesos y son todos los indios de nación tarahumara.....................60p Ítem, un mulato esclavo llamado Francisco, de veintidós años, poco más o menos, cuatrocientos pesos..........400p Ítem, un negro, Manuel de cuarenta años en trescientos pesos............................................................................300p Ítem, otro negro llamado Diego, treinta y cinco años en cuatrocientos pesos.....................................................400p Ítem, otro negro, Vicente, de treinta años en cuatrocientos pesos.......................................................................400p Ítem una negra llamada Catalina de más de ochenta años no está para servicios y por eso no se tasa. Ítem, otra negra llamada Ana de treinta años poco más o menos en cuatrocientos pesos...................................400p Otra negrita, Felipa, de 6 meses en cien pesos.....................................................................................................100p Ítem, una negrilla Juana de tres años, en ciento cincuenta pesos.........................................................................150p La acción de la cuadrilla de los indios cuya número y nombre consta por los libros, tasáronla en cuatrocientos pesos...........................................................................................................................................................................400p Ítem, la mina que el dicho Luiz Zubriel tienen en el cerro de este Real en la veta de San Francisco, en la forma que pertenece al dicho Luis Zubriel tasáronla en dos mil pesos.............................................................................2,000p Ítem, cien quintales de metal poca más o menos que están en la boca de dicha mina ya sacados. Tasáronlos en treinta pesos.................................................................................................................................................................30p Ítem, siete barras y media de mina que tiene junto la del tajo a estacas de la Mina de San Gregorio, en la forma que la toca, en quinientos pesos.................................................................................................................................500p Ítem, quinientos quintales de metal que están a la boca de la dicha mina, en ciento veinticinco pesos..............125p Ítem, tres medias pipas de apurar de a cinco aros de hierro cada una. Ítem, quince quintales de azogue embarrilado y en caldo. 2.AMP, 1664, Civil. [Mina de plata arrendada en el área de Santa Bárbara]. Sepan cuantos esta carta de arrendamiento vieren como yo: doña Ana de Biezma, viuda, mujer que fui del capitán Bartolomé de Urbaneja, vecina que soy de este Real y Minas de San José del Parral. Otorgo por esta presente carta que arriendo y doy arrendamiento a Mateo Rodríguez y Lorenzo Rodríguez, y a cada uno de ellos insolidum [...] hecho saber [que] las haciendas de fundición que tengo en términos de este dicho Real, río arriba del agua y a caballo, nombrada San Juan tiene las cosas de la calidad siguiente: Primeramente: la hacienda de San Juan, la dicha hacienda de fundición de agua con su acequia, algo vieja y maltratada así las paredes como las maderas viejas; y con dos hornos de fundición. Dos paradas de fuelles a medio traer con alcibris y dos paradas de cañones, también a medio traer, con su rodezno quebrado. La pala [...] y dos cucharas, menos una cigüeña de hierro bien tratada y pegada a dicha hacienda; una despensa en que hay 30 quintales de greta, dos alcibrices viejos, una boca de bagre vieja y quebrada, dos cañones viejos, dos palas viejas y remendadas. Tres espelones y una barra de horno, una hachuela y unas tenazas de sacar plata, una espumada un garcebato desgrasador, una sierra, una hachuela, una barrena de guía, una parada de cañones. Que todo está viejo y maltratado. Una Romana con que se pesa metal, otra Romana para pesar plata, dos martillos viejos de quebrar, un candado en la puerta de dicha despensa. Ítem.- La hacienda de fundición de a caballo, que está junto a la de arriba referida: con dos hornos, uno de fundir y otro de afinar; dos paradas de fuelles de a medio traer con un alcibris en el horno de fundir; dos paradas de cañones

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y boca de bagre. Descubierto el andén de dicha hacienda y muy maltratado y desechado, con 10 mulas de tiro que sirven a dicha hacienda y catorce de carga y silla: las siete de ellas aparejadas, y las dichas mulas de servicio de dicha hacienda y con el hierro de ellas, la casa de vivienda de dicha hacienda maltratada con sus dos salas dos aposentos, cocinas, corral y despensa, troje y huerta. La capilla en que se dice misa cubierta con su baldaquín etc. [lista de varios utensilios de casa y para las labores agrícolas].

Ítem.- Asimismo la hacienda de fundición que tiene en las vacas, con galerne [?] y dos vasos chicos con su rueda; linternilla nueva, tablón viejo, unas manguillas viejas, un yunque, cuatro barras y unas tenazas corvas, y unos alicates, un mazo y martillo, una hachuela, un pico: que todo pesa cinco arrobas y media. Unos rodeles, una media fanega y un almud, una pesa de cincuenta marcos, [etc]...

La casa de dicha hacienda está maltratada, con las puertas y una parada de fuelles con sus cañones que eran de dicha hacienda...

Ítem.- La carbonera de dichas haciendas que está fundada una legua de Santa Bárbara donde se hace carbón para

el avío de dichas haciendas y las herramientas de ellas son: una barretilla chica, ocho hachas, dos asadores. Todo a medio traer.

Ítem.- El rancho que llaman de La Ciénega, en que vive Antonio Acosta... y todas las tierras y sitios

pertenecientes a dicha hacienda de San Juan y las demás aquí referidas. Ítem.- Asimismo todas las minas y partes de minas que tengo y hubiere tener en todos los reales de minas de esta

provincia, exceptuado la mitad de las que tengo en el Cerro de este Real [Parral]... Ítem.- Asimismo la encomienda de los indios conchos que salen a servir a dicha hacienda pagándoles sus salarios

y la demás gente de servicio que asiste en ellas; exceptuando un negro, mi esclavo, llamado Antonio y dos tenateros que he de sacar de dicha hacienda. Pagándoles su salario, y las indias que me sirven...

II.-MUESTRA DE UNDOCUMENTO SOBRE ASIENTO DE CARNICERIAS (AMP, 1642, AyG) Postura y remate de las carnicerías de estas minas del Parral y las de San Diego para este año que viene de mil

seiscientos cuarenta y dos. En las minas del Parral, doce días de diciembre de mil seiscientos y cuarenta y un años, ante el señor don Melchor de Valdez, alcalde y diputados de estas minas les presento el contenido: El capitán Melchor de Renteria residente en estas minas del Parral, digo que [llegó] a mí noticia que se han abierto los pregones para hacer postura del abasto de carne de vaca y carnero, y velas de cebo, y cueros de los dichos géneros por el año venidero de mil seiscientos cuarenta y dos. Y haré en la mejor vía y forma que ha lugar y derecho, hago postura de lo referido por el dicho año en la forma y manera siguiente y que las condiciones que van declaradas: Primeramente, me obligo a dar cada novillo de edad, en pie, en seis pesos y cuatro tomines en reales.

Ítem, cada arroba de carne de novillo, a tres tomines en reales. Ítem, un carnero en pie de edad, en veinte reales en reales y a cinco reales, en reales cada cuarto. Ítem, un cuero de novillo en un peso en reales y de carnero en dos reales. Ítem, una arroba de velas de cebo en nueve pesos y al respecto por menudeo. Ítem, una cabeza de carnero y asadura un real. Ítem, una lengua de novillo un real. La cual dicha postura hago por el dicho año de mil seiscientos cuarenta y dos y me obligo a dar la dicha carne de

novillo y carnero, limpia y bien condicionada en estas dichas minas de Parral en los corrales de ellas y en las minas y Real de San Diego, para donde hago la dicha postura por el dicho año con las calidades y condiciones siguientes:

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Condición y calidad que en los dos dichos reales de minas de Parral y San Diego y cuatro leguas en contorno ningún criador dueño de hacienda de minas labor y carbonera, rancho, ni otra persona de cualquier calidad y condición que sea, no puede meter la dicha carne de novillo y carnero ni meterla muerta de otras partes, ni venderla, ni velas en ninguna tienda de los dichos reales ni de otra parte, si no fuera con mi conocimiento; so pena que se le ha de imponer a los que hagan contraviniendo, de cien pesos en reales por tercias partes:

Cámara de su Majestad, Juez, denunciador del cual dicho, y con condición que me obligo a dar y pagar en dicho año por los derechos de esta plaza, los seiscientos de ellos a los curas beneficiados de estas dichas minas de Parral, y los doscientos restantes al sacristán de la iglesia parroquial de ellas, y por el cumplimiento de estas dichas posturas ofrezco fianzas abonadas. Por lo cual... en las minas del Parral en dieciséis días de diciembre de mil seiscientos cuarenta y uno...

El capitán Francisco de Montoya, vecino de este Real, parezco ante vuesas mercedes en la mejor vía y forma que haya lugar de derecho y hago a la postura que tiene hecho a el capitán Melchor de Renteria del abasto de vaca y carnero, cebo y demás géneros que toda la dicha postura se refiere de las carnicerías de este real y de las de San Diego y su jurisdicción, en esta manera:

Primeramente, me obligo a dar un novillo en pie capado de tres años par arriba en cinco pesos en reales; y por menudeo quince libras de carne por un real y la lengua de novillo por un real, y un cuero de novillo y carnero en hoja, a tres pesos la arroba en reales.

Ítem, un carnero capado de dos años para arriba en pie, por dieciocho reales en reales, y a tres pesos por menudeo

y así medio cuarto de carnero por dos reales por que se acomoden los pobres de esta República; y una cabeza y asadura por un real, y un cuero de carnero por un real.

Ítem, por cuanto del cebo que rinde el ganado que se mata por el dicho abasto no es suficiente para proveer esta

República y Real de San Diego y gasto que tienen los mineros en las labores de sus minas: consiento y prometo que esta sea libre y pueda cualquier persona labrar [las velas] y venderlas y meterlas en estos reales por el precio que hallaren, sin incurrir en pena alguna.

Ítem, es condición que todas las personas: vecinos, estantes y habitantes en este Real y en el de San Diego y

cuatro leguas en su contorno, aunque sean criadores y hagan de estos y sean obligados y se les pene, y se les impusieren a venir a las carnicerías de dichos reales a tomar el dicho abasto, y que en sus casas y haciendas sí los maten.

Ítem, me obligo a pagar los ochocientos pesos en plata que están situados en el dicho abasto por sus tercios; a los

curas y sacristán de la parroquia de este Real de San José y esta postura la hago por tiempo de dos años que han de comenzar y acotar del día de Pascua de Resurrección del año que viene de mil seiscientos cuarenta y dos hasta la Pascua del año de mil seiscientos cuarenta y cuatro sucesivo, y para la seguridad y cumplimiento de esta postura y obligación, ofrezco fianzas abonadas a toda satisfacción...

[Es una muestra del remate que era anunciado por un pregón en el pueblo] En Parral, en diecisiete días de mil seiscientos cuarenta y un año, ante el señor general don Melchor de Valdez

alcalde mayor en ellas y del diputado el presente contenido: el capitán Melchor de Renteria, parezco ante vuestras mercedes en la mejor vía y forma que haya lugar, y digo que [ha venido] a mí noticia que el capitán Francisco de Montoya ha hecho la puja al abasto de la carne de novillo y carnero que se ha de hasta en este Real, y en el de San Diego y lo demás a la que yo tenia puesta y ahora hago de nuevo puja y postura al dicho abasto en la conformidad y manera siguiente:

Ítem, me obligo a dar un novillo en pie de edad de tres años arriba en cuatro pesos y seis tomines en reales y al

tomín y por menudeo quince libras de carne de novillo por un real. Ítem, un carnero en pie de edad de tres años, en dieciocho reales, y al respecto por su cuartos. Ítem, una lengua de novillo en un real y un cuero de novillo seis reales. Ítem, una cabeza de carnero y asadura en un real y el cuero en un real.

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Con calidad y condición que ningún creador ni dueño de estancias, ni mineros, ni carbonero en cuatro leguas a la redonda puede matar ni mate carne de novillo ni carnero ni meterla en este Real un en el de San Diego. Pena de cien pesos que se ha de aplicar.

[Después del remate, el asiento le fue concedido a Renteria].

BIBLIOGRAFÍA

I. DOCUMENTOS ORIGINALES

ARCHIVO MUNICIPAL, PARRAL CHIHUAHUA

1623-1629 Administración y Guerra: Ordenes de Gobierno de los Gobernadores Almirante Mateo de

Vesga y del Marquez de Salinas. 1632 Administración y Guerra (1): Postura y remate de la carne de novillo para los moradores

de este Real a favor de Juan González Rico. 1632 Administración y Guerra (2): Registro de carboneras. 1632 Civil (1): Civil por Bernardo Gómez contra Alonso Bello sobre reclamo de trigo. 1632 Civil (2): Civil sobre falta de cumplimiento de un contrato de carbón por Alonzo Bello

contra Andrés Gutiérrez. 1632 Civil (3): Civil por Juan Muñoz contra Diego de Rodríguez sobre falta de cumplimiento

de un contrato de arrendamiento. 1632 Civil (4): Títulos de un solar a favor de Gregorio Francisco Yndio mexicano. 1632 Minas, Sitios y Terrenos: Registro de minas. 1633 Civil (1): Civil por el Alférez Fernando de Arrendo contra Francisco Conde de Sauceda

por reclamo de plomo. 1633 Civil (2): Demanda presentada por el capitán Alonzo Castillo contra Luis Subrier de

Mounze por la posesión del sitio y toma de agua de San Juanico. 1633 Minas, Sitios y Terrenos: Registro de Carbonera. 1633 Protocolos: Protocolos de escrituras públicas. 1633 Criminal: Contra Diego mestiso por ser el como quien induce al los yndios para que se

vallan del seruicio de sus amos. 1634 Minas, Sitios y Terrenos (1): Registro y denuncio de tierras de labor y de pastor. 1634 Minas, Sitios y Terrenos (2): Registro de minas. 1634 Minas, Sitios y Terrenos (3): Diligencias sobre registro de Tierras en el Valle de San

Bartolomé por el Lic. Amaro Fernández Taros. 1635 Civil: Civil por Cosme Román contra Antonio de Urbaneja sobre reclamo de unos sitios

para hazer carbon. 1636 Administración y Guerra: Remate de carne para los mineros del real de Indehe. 1636 Protocolos: Protocolos de escrituras públicas otorgadas ante Juan Flores de Pared en el

año 1636. 1637 Administración y Guerra (1): Autos sobre la visita que se practicó a las tiendas de este

real. 1637 Administración y Guerra (2): Auto de los mercaderes de este real al Governador para que

les permita subir el precio del vino. 1637 Civil: Civil por Francisco Grafates contra Francisco Jiménez sobre unos carros. 1638 Civil (1): Civil por Francisco de Montoja contra Domingo Bustamante y Juan de

Espinosa.

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1638 Civil (2): Diligencias sobre la venta de mercancías que se recibió del Capitán Luis de Rosas, gob. del Nuevo México de parte de Enrique López.

1639 Administración y Guerra (1): Autos que se mandan pregonados en este Rl del parral por el Sr. maestre de campo Francisco Motaño de la Cueba.

1639 Administración y Guerra (2): Remate de carne de novillo para los años 1640-1641 a favor del Capitán Francisco de Ibarra.

1640 Civil: Civil por Tomás del Río contra los menores hijos de Marcos Cortés, sobre reclamo de unas tierras.

1641 Administración y Guerra (1): Autos sobre la visita que se practicó a la mina descubridora de este real y opiniones de los peritos sobre la manera en que se debe trabajar.

1641 Administración y Guerra (2): Autos sobre azogues. 1641 Administración y Guerra (3): Autos del Capitán Melchior de Valdéz, por el buen

Gobierno de las minas deste Real. 1641 Civil: Sobre reclamo de greta por Juan de Echaide contra Bartolomé delgado. 1642 Administración y Guerra (1): Remate de carne al Rl de S. Diego de Minas Nuevas. 1642 Administración y Guerra (2): Expediente sobre la visita que se practicó a las minas de este

Real de San Diego. 1642 Administración y Guerra (3): Autos de Gobierno. 1642 Administración y Guerra (4): Expediente sobre la construcción de una alhóndiga en este

real. 1643 Administración y Guerra: Visita que se practicó a las tiendas de este real. 1643 Civil (1): Civil sobre pesos por Juan de Candero contra el albacea de Franco López. 1643 Civil (3): Civil por Diego del Castillo por reclamo de unos indios contra Diego de Porras. 1643 Protocolos: Protocolos de escrituras públicas otorgados ante el Alcalde mayor Francisco

de Vargas. 1644 Administración y Guerra: Certificado que da el Sargento Cristóbal Galerio por 300

quintales de asogues que se distribuyeron entre algunas personas. 1645 Administración y Guerra (1): Autos para acordar lo conveniente a la seguridad y al

recibimiento de los Yndios que se mandaron traer de tierra adentro para la cosecha de trigo.

1645 Administración y Guerra (2): Postura y Remate de las carnecerías de este real en el presente año.

1645 Civil (1): Demanda interpuesta por Francisco Cano sobre de greta de una hacienda de sacar plata por el valor de pesos contra Felipe Delgado.

1645 Civil (2): Civil por Francisco Quintero contra Domingo de la Rosa por reclamo de plomo. 1646 Administración y Guerra (1): Despacho de don Luis de Valdez para que no salga plata de

este real sin la escolta debida. 1646 Administración y Guerra (2): Información mandada practicada por el señor Gobernador

del Reyno para saber el estado en que se haya el mismo. 1646 Administración y Guerra (3): Nombramiento de visitador de las minas de San Diego en la

persona del Capitán Alonzo del Castillo. 1646 Administración y Guerra (4): Testimonio de las diligencias que se practicaron con motivo

de la reforma de Doctrina de Atotonilco. 1646 Administración y Guerra (5): Remate de carnero para el abasto de este real. 1646 Civil: Auto a pedimiento de Juan de Heredia. 1647 Civil: Sobre la propiedad de unos terrenos en el camino de Todos Santos por Pedro de

Sapien contra el Capitan Diego de Alas. 1648 Administración y Guerra: Various ocursos sueltos correspondientes al año de 1648. 1649 Administración y Guerra (1): Padron de los Vecinos de esta demarcación. 1649 Administración y Guerra (3): Orden que todos los vecinos estantes y habitantes en este

Reyno y su jurisdicción se presenten con sus armas el 24 de Julio próximo.

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1649 Protocolos: Protocolo de escrituras e instrumentos. 1649 Criminal: Contra Andrés Gracia y Tomás mulato por robo y venta de esclavos. 1650 Administración y Guerra (1): Mandamiento para que los vecinos suministren a un soldado

para contener a los tarahumares sublevados. 1650 Administración y Guerra (2): Bando que se publicó para hacer reseña de los vecinos y de

las armas de este Real. 1650 Administración y Guerra (3): Lista de los vecinos de este Real y cinco leguas a la redonda. 1650 Administración y Guerra (4): Ocurso de Diego Gallegos para que se le exima de la

obligación que tiene contraída del Abasto de Carne de Res. 1650 Civil (1): Civil por María de Rivera, viuda, contra Fernando Peinado por desocupación de

una hacienda de labor. 1650 Civil (2): Averiguación de siete fardos de mercería contra Nicolás de Figueroa. 1651 Administración y Guerra (1): Información que se hace de la cantidad de azogues que ay en

estos reales de goanazeuy y san pedro. 1651 Administración y Guerra (2): Certificación de los officiales reales de la nueua Vizcaya. 1651 Civil: Testimonios de las diligencias practicadas contra don Luis de Valdéz. 1652 Administración y Guerra: Expediente sobre la visita que se practicó a las minas de este

Real. 1652 Protocolos: Protocolo de escrituras ... 1653 Administración y Guerra: Información a pedimento de Juan Manzo para poder vender a

unos Indios apaches. 1654 Administración y Guerra (1): Autos de Guerra hechos por el gobernador General don

Enrique Dávila y Pacheco contra los indios Conchos y Tobosos que robaron y mataron en una Carbonera de San Diego de Minas Nuevas.

1654 Administración y Guerra (2): Información original hecha en este Reyno de la Nueua Vizcaya de las muertes, robos y daños que los Indios naturales de ella hacen.

1654 Administración y Guerra (3): Los diputados de Parral pidiendo que los vecinos y labradores manifiesten las cantidades que tengan de maíz por haber escaseses de ese artículo en el lugar para la comunidad.

1654 Civil: Demanda puesta por el capitán Pedro de Quesada por poder de Inés Núñez, viuda de Juan Díaz Bejorano, sobre diligencias de sitio y tierras que están en dicho Balle.

1655 Administración y Guerra (1): Bentta de Yndia de nazion Gavilina Toboso con un hijo suyo al parecer dos años.

1655 Administración y Guerra (2): Diligencias sobre el título de encomienda de indios a favor el capitán Fernando Gómez.

1656 Administración y Guerra (1): Visita de la hacienda de labor del Capitán Alonzo Viña, citada en la jurisdicción del Balle de San Bartolomé.

1656 Administración y Guerra (2): Visita que la hacienda de labor de Capitan Blas Cortés que está en el Valle de San Bartolomé.

1656 Administración y Guerra (3): Visita que se practicó a la hacienda de sacar plata de Alonzo García.

1656 Administración y Guerra (4): Visita que se practicó por el Sr. Gobernador a la hacienda de Juan de Navarrete.

1656 Administración y Guerra (5): Visita practicada en la hacienda de Francisco de Luna que está en la jurisdicción del Valle de S. Bartolomé.

1656 Administración y Guerra (6): Remate del Abasto de carne y carnero en este Real. 1656 Civil: Pleyto de acreedores a los Vienes de Manuel Pereya que se aborcó. 1657 Administración y Guerra (1): Visita de tiendas. 1657 Administración y Guerra (2): Remate del Abasto de Novillos de este Real. 1657 Administración y Guerra (3): Representación de los Diputados sobre el resgate de

Metales.

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1657 Administración y Guerra (4): Autos pronunciados para el buen gobierno de la República. 1657 Administración y Guerra (5): Visita de las minas en el real de San Diego. 1657 Civil: Por Sebastián González Valdéz, para que Domingo de Afresa diga que el agua

entra a la madre del Río. 1657 Minas, Sitios y Terrenos: Registro de minas. 1658 Administración y Guerra (1): Expediente que contiene algunas cédulas y certificaciones

de la plata que ha salido de Sonora. 1658 Administración y Guerra (2): Remate de carne. 1559 Administración y Guerra: Sobre sal de las Salinas. 1660 Administración y Guerra (1): Remate de carnecerías. 1660 Administración y Guerra (2): Autos de Gobierno del General don Enrique Dauila y

Pacheco. 1660 Minas, Sitios y Terrenos: Registro de unos terrenos por Valerio Cortés. 1661 Administración y Guerra (1): Diligencias para volber a poblar el Real de Mapimí. 1661 Administración y Guerra (2): Bandos acordados por el Señor Gobernador. 1662 Administración y Guerra: Expediente sobre Valerio Cortés del Rey. 1662 Minas, Sitios y Terrenos: Registros y denuncios de minas y sitios correspondientes a este

año. 1664 Administración y Guerra: Residencia que se tomó al General Juan Fernández de Carrión

del tiempo que fue Alcalde Mayor del Valle de San Bartolomé ante el Capitán Gonzalo Mejía.

1664 Civil: Por Sebastián García contra Doña Ana de Viesma por desocupación. 1665 Administración y Guerra: Provisiones despachadas por la Real audiencia de Guadalajara

para que se cumplen y guarden. 1665 Minas, Sitios y Terrenos: Registros y denuncios de minas y también denuncios de algunos

sitios. 1666 Administración y Guerra (1): Fianzas otorgadas ante el Capitan Pedro de Andrave para

conducir plata a otras Provincias y manifestaciones para el mismo efecto. 1666 Administración y Guerra (2): Autos de buen Gobierno. 1666 Protocolos: Protocolo de escrituras. 1667 Administración y Guerra: Ocurso del capitán Juan Real pidiendo una encomienda de

Indios. 1667 Civil (1): Ocurso de los Indios del pueblo de Satevó contra Valerio Cortés del Rey por

usurpación de propiedades. 1667 Civil (2): Civil por Sebastián González Valdés por reclamo de una acequia que va para su

Hacienda de sacar plata contra Valerio Cortés. 1667 Civil (3): Civil sobre pesos por José Maldonado contra Gerónimo de Vega. 1667 Protocolos: Registro de escrituras e instrumentos públicos correspondientes al presente

año. 1668 Civil: Por Pedro de la Río del Osa contra Juan Leal, sobre reclamo de maíz. 1668 Minas, Sitios y Terrenos: Registro de unas salinas en Conchos por Francisco Correa de

Aguilar, descubridor de ellas. 1669 Administración y Guerra (1): Visita de tiendas. 1669 Administración y Guerra (2): Abasto de Carne. 1669 Minas, Sitios y Terrenos: Registro de un sitio que llaman Valsequilla en terrenos de

Huejototlán 1671 Administración y Guerra (1): Colección de mandamientos acordados y despachados por el

tribunal superior de Gobierno. 1671 Administración y Guerra (2): Visita General desta Reino de la nueua Viscaya fecha por el

señor maestic de campo don Joseph García de Salzedo, Gouernador y Capitán General deste reino.

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1671 Minas, Sitios y Terrenos: Colección de registros y denuncios de minas y solares correspondientes.

1673 Civil: Expediente sobre los pagos de los arrendamientos de unas haciendas. 1685 Administración y Guerra (1): Expediente de la visita que practicó en el Reyno de la Nueva

Vizcaya el Señor General José de Neyra y Quiroga. 1685 Administración y Guerra (2): Mandamiento para que no se extraigan las harinas que se

cosechan. 1685 Civil (1): Solicitud de los señores Juan de Aguirre y Andrés de Montenegro para que dé

curso de agua y no se prejudiquen sus intereses. 1685 Civil (2): Juicio de amparo interpuesta por Francisco González Ramírez que no sea

despojado de la Sal que tiene amontonada en las Salinas. 1685 Minas, Sitios y Terrenos: Autos de la fundación en el pueblo de las Bocas Viejas cerca de

S. Miguel de las Bocas, por los Indios tarahumares y tepehuanes, que por medio de sus representantes, ocurrieran ante el Gobernador Don José de Neira y Quiroga.

1687 Minas, Sitios y Terrenos: Título de tres sitios de ganado mayor, tres de menor y seis caballerías de tierra a favor de Francisco Escasife bajo del Pueblo de San Francisco de Conchos.

1688 Administración y Guerra: Expediente de la visita que practicó el Señor Gobernador D. Juan Isidro de Padriñas Villar de Francos.

1689 Administración y Guerra: Mandamiento para que todos los habitantes de este Real hagan manifestación de la plata que tengan en su poder.

1691 Administración y Guerra: Solicitud de Antonio de Uruecha en representación de Juan de Mendiola contra Alférez Lorenzo García.

1694 Administración y Guerra: Testimonio de los autos que se practicaron sobre las providencias de bastimentos en el Reyno de la Nueva Vizcaya.

1695 Administración y Guerra: Solicitud para que el Gobernador mande a los dueños de Carros a traer Sal de las Salinas.

1696 Administración y Guerra (1): Expediente de la visita que se practicó en el Valle de San Bartolomé por el Gob. del Reyno de la Nueva Vizcaya.

1696 Administración y Guerra (2): Visita de tiendas. 1697 Administración y Guerra: Visita General por el sor D. Gabriel del Castillo. 1697 Minas, Sitios y Terrenos: Reposición de los títulos de San Antonio de sitio y salto de agua

a favor de Juan Pérez de la Vega. 1702 Civil: Civil sobre la propiedad de los terrenos de la hacienda Santo Domingo por Ant.

Rodríguez contra Antonio Muñóz. 1703 Administración y Guerra (1): Bando para que toda clase de comestibles que se introduzca

en este Real pasen a la alhóndiga pública para su expendio. 1703 Administración y Guerra (2): Autos de Gobierno. 1703 Administración y Guerra (3): Postura y remate de carne de carnero de este real Parral y su

jurisdicción a favor de María de Grados Bejaramo. 1703 Administración y Guerra (4): Postura y remate del Abasto de carne de res en el Real de

Santa Bárbara y San Francisco del Oro a favor de Antonio de Muñóz. 1703 Civil: Sobre la propiedad de los montes de la hacienda de San Julian por algunos vecinos

del Real de Todos Santos contra Nicolás Enríquez. 1704 Civil: Título de los Ejidos del Real de Todos Santos a favor de los mineros de aquel. 1707 Administración y Guerra: Visita de Don Juan Fernández de Córdoba. 1715 Administración y Guerra: Despacho del Exmo Señor Virrey de la Nueva España duque de

Linares para que las Justicias de la Provincia de Sonora ejecute sobre el buen tratamiento de los indios y que no se saque para las minas mas del cuatro por ciento, les guarden sus privilegios, les den cumplimiento a los reales ordenanzas, no les supriman arriba de 6.00 y al mas se les pague a razón de 8.00 a petición del Padre Luis Macuso.

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1720 Administración y Guerra: Despacho del Virrey Marques de Balero sobre consultas que hizo el Gobernador del Parral, Don Martin de Alday, sobre Repartimientos de indios para las minas de Parral, Chihuahua, Cusihuiriáchic; reducción de indios Cacoyomes; efectos de Paz y Guerra y sublevación de indios del Río del Norte.

1730 Administración y Guerra: Cuenta y razón de maíz, harina, y demás bastimentos que entran a la Alhóndiga del Parral.

1742 Civil: Civil por Joseph Domingo Gómez contra varias personas.

ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, MEXICO General de Parte Vol. I, fols. 89v-90r. La orden que se ha de guardar en las minas que se desaguaren y linpiaren. 1575. Vol. I, fols. 131v-132r. La merced que se hace a Cristóbal Iranzo, maestro de ingenios de desaguar minas. 1575. Vol. VII, fols. 265r-266r. Para que el gouernador de la nueba biscaya con interbenzion de los oficiales Rs de la caxa de guadiana Verifique las calidades aquí espresadas del puesto de minas de San Joseph del parral y informen sobre todo para que bista se rresuelba lo que conbenga acerca de poner en aquel puesto yerro de marca. Vol. XV, fols. 57u-58r. Para que oficiales de Durango traigan al pregon en término de 30 días las salinas que aquí se refieren. 1678. Historia Vol. XXVI. [Miera y Pacheco mapa de Nuevo México, 1779.] Mercedes Vol. I, fol 84r. La merced q se haze a gaspar loman cercia de la yndustria del agua fuerte por seis años con las declaraciones aquí contenidas. 1558. (Texto mecanografiado prestado por Philip Powell). Vol. III, fol. 159r. El ofrescimto q hizo gaspar loman aleman sobre el rresumir de los metales y la merced por seis años. 1550. (Texto mecanografiado prestado por Philip Powell). Vol. IV, fols. 706r-709r. Md a gaspar loman y a bartolomé medina para q por tienpo de ocho años ningun psona en esta nueua españa pueda usar de la yndustria q diere sobre el sacar plata de los metales con azogue sin su consentimiento. 1556. (Texto mecanografiado prestado por Philip Powell). Minería Vol. XI, exped. I. Informes relativos al Estado de la minería, número de minas. ... de la Nueva España 1772. Ordenanzas Vol. I, fol. 24r-29v. Ordenanzas de mesta para ganados mayores y menores. 1574. Vol. I, fols. 64r-73v. Las ordenanzas que hizo el doctor Lope de Miranda para minas. 1581. Vol. I, fols. 95v-96r. Para que ningún mercader de minas de esta Nueua España resgate metales de los indios ni negros. 1586. Vol. I, fols. 127v-128r. Para que los capítulos de ordenanzas de mesta se guarden en la provincia de Teguantepeque. 1609. Vol. I, fols. 146v-147r. Prohibición para que no se puede tratar ni contratar la plata de legítimo y rescate sino fuere en las minas por los mineros. 1612. Provincias Internas Vol. 44, exped. 2. Vinos y aguardientes. Noticias de los que se cosechan anualmente en la provincia de Durango; correspondencia y minutos relativos a los económicos de dha provincia. 1786. Vol. 69, exped. 2. Copia entrega del Expediente sobre informe del Señor Obispo de Durango para los establecimientos de presidios de aquella provincia. 1793.

Page 112: Libro: La comunidad minera en el norte de la Nueva España

112

Vol. 69, exped. 4. Testimonio de expediente promobido por el Gobernador de Durango sobre Indios vagos y ociosos. 1789. Vol. 76, exped. 7. Copia de que da el Comandante General al Excelentísimo Señor Virey Dn Manuel Antonio Flores del estado en que se hayan las provincias de su cargo, en los ramos de Hacienda, Guerra y Justicia y Policia. 1787. Salinas Vol. XVI, exped. 1. Sobre la Salina del Peñol Blanco. 1652.

BIBLIOTECA NACIONAL, MEXICO, D.F. Documentos sobre Nuevo México, Leg. 9, no. 18. Documentos para la historia de Nuevo México, Vol. VI, exped. 5, 1714.

ARCHIVO DE TRIBUNAL, GUADALAJARA, JALISCO Dept. IV, Siglo XVII Ramo Civil, Leg. I, exped. 7. Rl prouicion para q el Gobernador Cappn Genl de la nueua vizcaya Guarde y Cumpla la Rl cedula y auto yncerta de Pedimento del señor fiscal desta Rl audiencia 1671. Ramo Civil, Leg. I, exped. 10. Dilixencias al pedimiento del capn Agustín de Gamboa como apoderado de los Mineros del Rl del Rosario sobre qe se les auise con Azoguez. Ramo Civil, Leg. II, exped. 46. (Sin título; trata de las demandas acerca de las actividades económicas de los jesuitas en Sonora durante los últimos años del Siglo XVII.)

BIBLIOTECA DEL ESTADO, GUADALAJARA, JALISCO MS Vol. III, exped. 3. Tratado de las medidas de Tierras y ordenanzas para la Nueua España. 1699.

ARCHIVO GENERAL DE LAS INDIAS, SEVILLA (Fotocopias de los siguientes documentos están en la colección del Departamento de Geografía, Universidad de

California, Berkeley.)

Audiencia de Guadalajara, Leg. 28 (66-6-17). 1) Letter of Rodrigo del Río de Losa, governor of Nueva Vizcaya to the king, Oct. 25, 1591. (El documento no tiene título original). 2) Memorial y Relacion q da a su magestad francisco de urdiñola gobernador de la nueba vizcaya de todos los vezinos y moradores della. ... (21 de abril de 1604). Audiencia de Guadalajara, Leg. 55 (67-1-22). A su magestad del obispo de aquella prouicia [Nueva Galicia] a 23 de diz de1572. Audiencia de Mexico, Leg. 258 (60-1-41). Minas de Nueva España (Escrito por Gaspar Núñez de León, 1 de febrero de 1597). Patronato, Leg. 180 (2-2-1/1), ramo 70. Parecer del virrey don antonio de Mendoza cerca de los servysios personales y tamemes, n.d. [1547?]

BIBLIOTECA NACIONAL, MADRID (Fotocopias de los siguientes documentos están en la colección del Departamento de Geografía, Universidad de

California, Berkeley)

MS 2450, Vol. I. Relaciones topográficas de Pueblos de Mexico. Relación del Real de Nieves, 1777.

Page 113: Libro: La comunidad minera en el norte de la Nueva España

113

MS 3040. Las cosas en que D. Alonzo de Oñate procurador general de los mineros de la Nueua España, Nueua Galizia y Nueua Vizcaya ha de suplicar al Rey nuestro señor en su real cösigo de Indias. ... n.d. [ca. 1600].

REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA, MADRID (Fotocopias de los siguientes documentos están en la colección del Departamento de Geografía, Universidad de

California, Berkeley) MS 12-18-3, No. 15, Doc. IV. Relación de las minas de Xocotlán. 1585 MS 12-18-3, No. 15, Doc. VII. Relación de las minas de San Martín y de Sombrerete. 1585. MS 12-18-3, No. 15, Doc. X. Relación de las minas de Fresnillo. 1585.

BIBLIOTECA BANCROFT (TRANSCRIPCIONES), UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA, BERKELEY

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ABREVIACIONES

AGI Archivo General de Indias, Sevilla, España.

AGN Archivo General de la Nación, México

AMP Archivo Municipal de Parral, Chihuahua

ATG Archivo del Tribunal, Guadalajara, Jalisco

AyG Administración y Guerra (sección de los archivos de Parral)

DII Colección de documentos inéditos, relativos al descubrimiento, conquista y

organización de las antiguas posesiones españolas de América y Oceanía,

sacada de los archivos del reino, y muy especialmente del de Indias. 42 vols.

Madrid, 1885-1887.

DIU Colección de documentos inéditos, relativos al descubrimiento, conquista y

organización de las antiguas posesiones españolas de Ultramar. Madrid,

1885-1932.

Recopilación Recopilación de las leyes de los reynos de las Indias. 4 vols. Madrid, 1681.

TBL Transcripciones en la Biblioteca Bancroft, Universidad de California.