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Poesía Mexicana. Año 2009. Con 10 ilustraciones del autor
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Nicolás López Cruz
Oraciones y canciones para toda ocasión, con bonitos
dibujos para iluminar
Ilustraciones del autor
ediciones
Gato encerrado
MÉXICO, 2010
ÍNDICE
Canción de cuna…..4
Ronda del mundo al revés…..6
Oración a los sagrados alimentos…..9
Oración para curar enfermedades…..11
2 fábulas tontas
La bondad…..13
Camino de Lerdo a Ojuela…..15
2 calaveras
Ciudad colonial…..17
(Para leerse dentro de unos cientos de años)…..18
Despedida
Canción atrapada…..18
Notas…..19
CANCIÓN DE CUNA
La cuna, el techo, el padre y la madre,
el trecho entre ellos y el aire,
todo lo crees parte de tu cuerpo.
Tardarás en separar tu cuerpo de otros cuerpos.
Descubrirás a los objetos, tan curiosos:
no viven, no se comen, si no existieran
no los pudieras haber imaginado
ni como personajes de un cuento.
Tu madre -¿Es un ser vivo o un objeto?
¿Cómo distinguirlos, si ambos se parecen
en que si los pinchan, tú no sientes?- canta:
Duerme a mi teta prendido
como a su rama el higo, duerme
con mi teta a ti prendida,
como a su rama la mandarina.
Cuando te salgan dientes
no debes comer aves.
Las aves al batir sus alas
han inventado el aire, tan rico
que fabrico en tu cuerpo un aparato
aparte del digestivo
para comer y disfrutar sólo del aire.
No comas de ninguna planta.
Viven sin ver, sin oler, sólo tentando,
y debes de engordar a todos tus sentidos
para estar alerta, menos a uno:
Para que no sientas daño
aprende a desprenderte el tacto
como se desprende la lagartija el rabo.
No comas de ningún mamífero, reptil o pez:
Se irán amontonando,
te irán sacando de tu cuerpo
y se irá disolviendo mi herencia
entre la herencia de ellos.
Si te pudiera hacer sin alimento
te volverías de una materia tan extraña
que si alguien la soñara ahora
despertaría de esta canción con miedo
y cantaría con música tan rara
que al escucharla, las aves
olvidarían cómo volar,
los animales olvidarían que tienen vida
y formarían las primeras piedras.
RONDA DEL MUNDO ALREVÉS
Camina el ave en el aire,
mira hacia el llano, y piensa:
“cielo inmenso allá abajo, adonde van
los que se cansan de vivir, y caen,
adonde han ido a volar nuestros ancestros.
Algo a la materia atrae con tanto amor
que debe estar allá
de dioses lleno”.
El aire, enfermo,
se vuelve vidrio;
el agua, como ser vivo, se pudre;
los seres vivos, como si fueran agua,
cambian de forma,
se encogen y se extienden,
caben en vaso o en mar,
duermen por siglos, despiertan
y llueven sobre mil batallas.
Camina el rayo de luz,
peludo y sudoroso
se esfuerza en digerir a su alimento;
y la tierra, en su caparazón se esconde,
que no la coma la luz.
Lo vivo está ya por siempre vivo,
lo no vivo es mortal,
y nuevas luces, nuevas aguas,
lo empujan a la nada,
ansiosas de ser ellas el mundo.
Adivina, adivinador,
sin ella moriría de hambre el dolor.
Lo desechable sin que se rompa el orden,
lo sacrificable
para que el orden siga: la vida.
Adivina, adivinanza,
si el aire fue formado por las aves
al batir sus alas,
si nuestro estómago inventó el fuego
para poder consumir al alimento,
si la tierra fue creada con los restos
de los primeros muertos,
¿de dónde ha salido el agua?:
de esta línea brota, y como un río
brota de ti esta línea,
y esta otra (en ella me baño).
Mi canto se enreda en tu pelo,
haz un vestido con mi canto:
Hueles a leche no animal,
a la leche que brota
al quebrarse tallos verdes.
Eres campo de las mil batallas:
La guerra entre tu cuerpo y tu comida
por ver cuál se vuelca al excremento,
la guerra entre cabellos
por cuál crece más rápido, y a la vez,
cuál tarda más en ser cortado;
la guerra entre pezones
por cuál es besado.
Tantas guerras deshacen ya tu cuerpo.
Con ramas y frutos
te construiré uno nuevo.
ORACIÓN A LOS SAGRADOS ALIMENTOS*
(Decirla en la mesa antes de cada comida
para evitar que el hambre entre a su casa)
¡Cómo agradezco que existan,
trigo, gallinas y cerdos,
cómo se esfuerzan y apuran
en crecer grandes, sabrosos,
agradar al que los come,
y ser vueltos excrementos!
Los pollos nos encierran en corrales
con rama en vez de cama
para posarse y dormirse,
los perros nos suben a azoteas
para ladrarle a los ruidos,
las uvas nos sacan a asolear
junto a las lagartijas,
hasta secarnos y arrugarnos como pasas;
el maíz va arrancándonos cabello,
moliendo nuestros dientes para hacer tortillas;
los cerdos van ahumándonos los muslos,
cortándonos la pierna en rebanadas…
¡Ni pueden imaginar hacer eso,
mucho menos hacerlo de a de veras!
A ver, si pueden, ustedes que están dentro de mí,
muérdanme el hígado o la panza;
a ver, si pueden, escúpanme a la cara,
¿cómo van a poder, si ya no tienen cuerpo,
y con él me construí el hígado,
la cara y la saliva?
¡Que haya abundancia,
que se amontonen por falta de espacio
unos sobre otros los seres comestibles,
hasta que no se pueda caminar
y solamente se pueda
sentarse sobre comida y comer!
*Según las oraciones encontradas en el mercado de Sonora, junto a otras para conjurar amores o dinero, curar
el mal de ojo o lograr venganzas, y remedios del Niño Fidencio, santas muertes, ojos de venado, etc.
ORACIÓN PARA CURAR ENFERMEDADES (Rezarla tres veces al día a la cabecera del enfermo
junto con tres Padre Nuestro y un Ave María)
En el jardín de doña Muerte,
junto a espectros de fresnos y ahuehuetes,
creció el árbol de la enfermedad.
Entre sus ramas se oye, sin verse, a un tecolote.
Sus frutos, antes de madurar, se pudren.
Arrugados, primero se parecen a testículos,
luego a nalgas de viejo, bules secos
que en vez de dar semillas dan hormigas.
No tiene más volumen ese árbol
que la epidemia, la infección, la pestilencia,
que se propagan sin debérselo al espacio.
¡Bacterias, virus, parásitos, gusanos,
sean aplastados por el pie más sucio y puerco!
¡Y tú, alcahueta del vacío, enfermedad,
enférmate de salud, y luego muere!
¡Oh, vacío, cuervo sin voz, cueva sin eco!
¡Tú, que no existes, porque la existencia
no te llena, que cuando no eran todavía
los dioses y las cosas, ya no eras!
Acepta estos rezos lanzados a tus fauces,
bebe su vida, sáciate con su carne,
y regresa al vacío de donde has salido.
Montado sobre mí, como un súcubo,
su cuerpo crece mientras el mío se achica,
y digo cual profeta enfebrecido:
“es preciso que yo mengüe para que él crezca”.
Me devora, y al devorarme, me vuelvo él,
y me como a mí mismo: soy el vacío,
y cuando me acabe, empezaré yo mismo.
¡Consúmanse y redúzcanse los cuerpos,
soy el principio y fin del universo!
Aunque mi nombre ocupe espacio,
queda ese espacio vacío y sin sentido.
¡Ay vacío, no te acerques,
coge tus trastos, y vete.
De los dos, tú eres quien pierdes!
¡Y yo gozo tus ausencias
para los cuernos ponerte
con tu novia, la presencia!
¡Quedaré lleno de ti
cuando me llegue la muerte,
y tan vacío, tú de mí!
2 fábulas tontas
LA BONDAD
Soy vieja, esta es mi última oportunidad
de dejar alguna descendencia,
toda la anterior ha sido comida.
Afuera empollaba a mis huevos lentamente
y crecían rápido las crías del zorro y la lechuza.
El calor de mayo empollaba a varias moscas
para que volaran sobre huevos devorados.
Sacaba a mis hijos casi de la nada,
sin la participación de macho alguno,
comiendo animales más pequeños que una liendre,
tan pequeños que nadie los ha visto
y por eso todavía no tienen nombre.
El cascarón era más frágil que la piel de una manzana,
y no sé si se formaban bien los huesos
o si engendraba hijos sin ellos, más cercanos
a la lombriz que a los polluelos.
Escondía los huevos entre guijarros blancos
para que no los distinguiera el cazador.
Pero era inútil, él sí los distinguía,
quien no los distinguía era yo,
y varias veces me sorprendí empollando piedras.
En cambio aquí, en el gallinero,
nos han puesto una cerca que evita la entrada a los coyotes.
Mis hijos crecen tan lejos del peligro
que tal vez nunca mueran.
Aunque soy fea, nunca me falta un macho,
nunca podré comprender por qué tanta bondad.
CAMINO DE LERDO A OJUELA Canción cardenche
¿Adónde vas? ¿Te persiguen o persigues?
El paisaje cambia mientras dejas de mirarlo.
Se agitan como culebras las veredas.
Las piedras y plantas escogidas como norte
se van corriendo riendo.
Los cuervos vuelan burlándose del hombre
porque no se atrevió a salir como huevo
y se esperó a empollarse dentro de la madre.
-¿Oyes? alguien se acerca, te han seguido.
-No son ruidos de gente, es mi caballo.
-¿Oyes? alguien dice algo.
-El caballo sabe hablar, ahora ninguno sabe relinchar,
es una lengua perdida, y el cacareo, y el ladrido,
todos los animales hablan la lengua del hombre.
-¿Oyes? alguien dice “por aquí van”, “por aquí van”.
-Aquí todas las cosas dicen lo mismo siempre,
no se refieren a nosotros,
sino a los que hace tiempo se perdieron.
-¿Oyes? oigo su voz acercarse, ¡mira!
-Son biznagas que parecen correr hacia nosotros
cuando corriendo las pasamos.
-¿Oyes? silbó un machete, me ha rozado el cuello.
-No fue machete, fui yo,
mi esposo se llama coralillo, y yo me llamo cascabel,
nos vestimos con pieles de caballo y de jinete
para comer de vez en cuando carne…
-Mira esos huesos, están tan quebrados
que no se puede saber si son de humano o de caballo.
-¿Adónde vas? ¿Te persiguen o persigues?
2 calaveras
CIUDAD COLONIAL
Las casas parecen decoradas
con cabezas cortadas a rebeldes,
colgadas como ejemplo,
olvidadas ahí y petrificadas
hasta volverse adornos de cornisa.
Regresan los quemados en las plazas
en forma de lluvia de cenizas
que el volcán eructa, satisfecho.
Las ventanas de los edificios,
en fila y encendidas,
parecen un ejército en espera
de alguna orden de ataque.
Cada tanto tiembla, y las cosas aprovechan,
como si fueran animales comen, roban.
Vienen en hordas rocas y montañas,
nos invaden y saquean nuestras ciudades.
Se llevan a los vivos como esclavos,
rajan las paredes como al lomo
de un animal abierto a latigazos,
remueven con un palo el suelo
como a una cáscara de mango
flotando sobre el lodo.
Invaden la ciudad los monumentos
de metal parecido al excremento.
Pronto no cabrán más monumentos,
la caca es lo que aquí más se fabrica,
ni el más reacio a trabajar
deja de ser una fábrica ambulante.
Ni respirar, ni latir es tan vital:
La gente no muere en realidad de hambre,
muere porque no tiene que cagar.
Después del agua, la caca es lo más abundante,
y el agua no es sino un ingrediente de la caca
esperando impaciente a los otros ingredientes.
Quien empieza a cagar menos que antes,
envejece, se arruga cual mojón,
después de practicar con otros seres
se vuelve su mojón más grande
y se caga a sí mismo:
la cumbre de su vida.
(PARA LEERSE DENTRO DE UNOS MILES DE AÑOS)
Ya desapareció la lengua en que fue escrita esta canción.
Ya nadie la habla ni entiende, y a estos rayones
los miran como miran las manchas sobre el yute.
Ya no existe ninguna lengua humana, nunca existió
(sólo en esas lenguas había alguna diferencia
entre el “fue, pero ya no”, y el “nunca”).
Y a este papel sólo se acerca algún insecto
que se come las letras confundiéndolas con moscas.
Despedida
CANCIÓN ATRAPADA
Trenzando letras como hilos
me hago un vestido;
no protege de la lluvia,
no libra del frío.
Me canso entre estas hojas, aplastada
como flor o mariposa seca.
Antes me cantaba medio mundo.
Hice compañía a más de un solitario.
Por mí un hombre perdido encontró un pueblo
al escuchar, desde lejos, a una mujer cantando.
Alguien me encerró en este libro
para que no me moviera entre la gente
llenándola de falsos pensamientos.
¡Cántame! ¡Invócame!
Téjeme un cuerpo de sonido.
Quiero nacer de estas hojas
abiertas como blancas piernas.
NOTAS
ORACIÓN PARA CURAR ENFERMEDADES
“...No tiene más volumen (el infierno) que la infección, la pestilencia, o la epidemia, que se propagan sin
deberle nada al espacio”. Ossip Mandelstham en Conversaciones sobre Dante.
CAMINO DE LERDO A OJUELA
(CANCIÓN CARDENCHE)
Todavía se pueden escuchar canciones cardenches en algunas poblaciones de la Comarca Lagunera, como Lerdo
y Sapioriz. Se cantan a capela, a tres voces distintas, intercalando gritos con silencios sin sentido aparente, que
pueden dejar a medias una frase y durar varios segundos. Canciones de los desiertos, su nombre viene de la
planta cardenche, un cactus cuyas espinas son muy dolorosas y difíciles de extraer, pero que da una flor
hermosa. Entre sus temas más comunes: las historias de los corridos, las borracheras con sus crudas -
generalmente son cantadas en las cantinas por viejos de voz gastada- y la emigración atravesando el desierto. El
equivalente al Cielito Lindo en las cardenches es tal vez el Yo ya me voy, ya sea a navegar a los desiertos, o a
morir en ellos, según la versión cantada.
EDICIONES
Gato encerrado
México, 2010
EL BLOG DE LA MUERTE:
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