Libro Raul Trejo

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    Televisin y educacin

    para la ciudadana

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    Televisiny educacin

    para laciudadana

    R

    T D

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    Primera edicin: Cal y arena, 2008.

    Diseo de la portada: Anglica Musalem.

    2008, Ral Trejo Delarbre. 2008, Nexos Sociedad Ciencia y Literatura, S. A. de C. V.Mazatln 119, Col. Condesa, Delegacin Cuauhtmoc,Mxico 06140, D.F.

    ISBN: 978-607-7638-01-8

    Reservados todos los derechos. El contenido de este libro no podr serreproducido total ni parcialmente, ni almacenarse en sistemas de reproduccin,ni transmitirse por medio alguno sin el permiso previo, por escrito, de loseditores.

    IMPRESO EN MXICO

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    Qu es y qu quiere este libro ............................ 11

    I. La televisin como medio

    de comunicacin ...................................................... 17

    el medio ms atendido y cuestionado.

    Imgenes, certezas e inquietudes. ........................ 19

    L x .............................20T ..................................... 21

    E ...........................................................22

    A fi .................................................... 24

    I, .................................................... 25

    A, , .........................................27

    R, .......................................28T ................................................... 30

    F ...................................... 31

    C .................................................................34

    C ........................................................ 35

    E .......................................................36

    A ............................................................... 37

    I .............................................................. 39

    ndice

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    Un modelo para entender

    la comunicacin de masas ..................................... 41

    Q...........................................................................44D ...................................................................... 47

    E ............................................................... 51

    A ........................................................................ 55

    C ............................................................ 63

    U .................................................... 69

    T .................................................73

    I, ............................................. 76

    Autoritarismo y democracia,

    polos constantes en los sistemas mediticos ....79

    C .........................................80

    E ....................................................... 83

    R ...........................................84I .......................... 85

    P ................................. 86

    S , ..........................88

    C ........................................ 91

    H .............................92

    Otras concepciones .................................................95

    M fro, ................................ 96

    U , ...............98

    V, ....................99

    L hh , x ........... 101

    L , .................................. 103E ........................ 105

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    II. Educar para la ciudadana ............................ 109

    E ........................................... 112U ..........................................114

    D, ..............116

    E ...........117

    T ............................................118

    H ........................ 120

    P ................................................... 121

    P ............................................... 122

    L .................................... 124

    C , ........................... 127

    C .................................. 128

    E ................................. 130

    L , .................... 133

    V, , ................................ 135T, , ............................ 136

    E ..................................... 138

    L ............................................... 138

    C, , ................................ 139

    S ............................. 141

    N ............................ 142P ....................................... 143

    R ........................... 144

    E .................................... 147

    C ..................................... 148

    C .......................................... 150

    C ............................151C .....................152

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    D : .....................153

    III. Televisin y ciudadana ..................................155

    por qu la televisin contribuye a crear

    una ciudadana de baja intensidad

    y algunas medidas para evitar

    o atenuar ese efecto .............................................157

    A. R ..........................................157

    B. L ............................. 167

    C. L ............. 179

    D. L , h

    ..................................................... 190

    E. L ...................................200

    Glosario ..................................................................219

    Lecturas sugeridas ................................................ 225

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    Qu es y qu quiere este libro

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    Este no es un manual para cambiar la televisin. Tam-poco es una gua para navegar sin magulladuras por losturbulentos ocanos de la programacin televisiva. Este esun libro con una aspiracin y una apuesta. La primera,es contribuir a la comprensin de la televisin comofuente ineludible de entretenimiento e informacin a la

    que no por omnipresente tendramos que resignarnos,ni sobrellevar sin ponerla constantemente a discusin.La apuesta radica en la contribucin que estas pginaspuedan hacer para abreviar la brecha entre los ciudada-nos y la televisin.

    La presencia de la televisin en todos los rdenes de

    la vida pblica, y con frecuencia en ms mbitos de lavida privada de los que seran recomendables, ha llevadoa numerosos actores polticos y sociales a rendirle tributosque resultan, sobre todo, de la admiracin encandiladay del desconocimiento sobre el funcionamiento de esemedio. Con frecuencia a la televisin, ms que analizarla

    y debatirla, se le magnifica y mitifica.En este libro se procura explicar qu es la televisin,

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    cmo funciona en la creacin de mensajes y la cons-truccin de audiencias, de qu manera est acotada por

    intereses corporativos pero, tambin, por un lenguajeaudiovisual cuyas peculiaridades suelen contraponerse ala exposicin racional e informada de los asuntos p-blicos.

    Las preocupaciones que aqu se manifiestan no sonsustancialmente distintas a las que atarean al profesorde escuela cuando se pregunta de qu manera concertarlos contenidos que debe ensear a sus alumnos con losque vern horas ms tarde en la televisin. Tampoco sondistintas al desasosiego de los padres de familia que, antela presencia inevitable y central de la televisin, a vecesparecen resignarse y en otras ocasiones simplemente seirritan porque saben que esas horas de los nios y los

    muchachos delante del televisor no estn del todo bien,pero tampoco se pueden evitar.

    En estas pginas, al mismo tiempo, se reconocenlas contribuciones de numerosos estudiosos que durantedcadas han construido conceptos, esquemas y marcosmetodolgicos a menudo sofisticados para explicarnos

    qu es la televisin, no siempre con la claridad que lasaudiencias masivas y la presencia pblica de ese medioharan indispensable. Aunque no es para especialistas encomunicacin, el autor considera que podra ser ledopor profesores, estudiantes y profesionales de los medios,acaso con algn beneficio para su formacin y vocacin

    crticas.El primer captulo ofrece algunos bocetos acerca de

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    qu es y cmo se nos presenta la televisin. Luego sehace un parntesis que esperamos til para explicarla de

    acuerdo con enfoques convencionales, pero asumidos des-de una perspectiva contempornea, acerca de la teora delos medios de comunicacin. Consideramos que paraentender a los medios es pertinente comprender la lgicaque est presente desde la preparacin, hasta la recepcinde sus mensajes.

    Un segundo captulo discute el concepto de culturacvica a partir de varios de los autores emblemticos enese campo, para luego sintetizar aportaciones de la deli-beracin acerca de la formacin cvica y tica que hoy seest convirtiendo en uno de los elementos renovadores,pero adems distintivos del compromiso social de la edu-cacin, en varios niveles de la enseanza. Apoyados en

    los contenidos curriculares de esa asignatura, enunciamosuna ambiciosa relacin de principios a los cuales deberanatender los medios de comunicacin si contribuyeran ala construccin de una autntica ciudadana.

    El tercer captulo parte del reconocimiento de que latelevisin, salvo excepciones que son precisamente eso,

    desempea un papel devastador en la consolidacin yla propagacin de la cultura ciudadana. En 25 temas,se deplora y discuten sendos rasgos, comportamientos yefectos de la televisin como rival de la creacin de ciu-dadana. En cada uno se apuntan medidas, ambiciones opaliativos para que no obstante ese papel, los ciudadanos

    sepan aminorar y en algunos casos modificar los efectostradicionales de la televisin. Aunque consideramos que

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    en la televisin hay rasgos estructurales que la enemistancon la deliberacin democrtica de los asuntos pblicos,

    tambin nos parece que podra haber una televisindiferente si se ampliaran las opciones para los medios,precisamente, pblicos.

    Este libro no pretende cambiar a la televisin peroquisiera contribuir al cambio de los televidentes. Una mi-rada menos resignada, una actitud ms enterada y sobretodo la certeza de que a la televisin podemos y debe-mos evaluarla, cuestionarla y exigirle, pueden hacer ladiferencia entre el espectador que se asume y es tomadocomo simple consumidor de mensajes y el televidente quees capaz de ser ciudadano en todos los rdenes, inclusoante los medios de comunicacin.

    La elaboracin de este libro ha sido resultado de la

    amable invitacin y, luego, del afectuoso apremio deRafael Prez Gay y de mi editorial, Cal y arena. Lasreflexiones y la indagacin que aqu aparecen son partede mi trabajo en el Instituto de Investigaciones Socia-les de la UNAM.

    Granja de la Concepcin, verano de 2008.

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    ILa televisin como medio

    de comunicacin

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    Encuentro que la televisin es muy educacional. Cadavez que alguien la enciende me voy a la habitacin dejunto y leo un buen libro. Con esa categrica frase elgenial Groucho Marx sintetizaba la aprensin, autntica oimpostada, que la televisin suscita con frecuencia entrequienes la encuentran contradictoria con el ejercicio de la

    inteligencia. Igual que aquel genial humorista, aunque concierta contrariada solemnidad, frecuentemente escritoresy analistas de las ms variadas ramas del conocimientomanifiestan desconfianza ante la televisin y otros mediosde comunicacin. El intelectual francs Regis Debray hasubrayado la capacidad de la televisin para separar al

    acontecimiento de su contexto.1 El escritor alemn HansMagnus Enzensberger advirti que la gente conecta latelevisin para desconectarse de su realidad inmediata.2El pensador Jean Baudrillard se quejaba porque la tele-visin no nos ofrece ni plena imaginacin, ni un retrato

    El medio ms

    atendido y cuestionado.Imgenes, certezas e inquietudes

    1 Regis Debray, L tat sducteur, Gallimard, Pars, 1993.2 Hans Magnus Enzensberger, El medio de comunicacin cero, enMediocri-dad y delirio, Anagrama, Barcelona, 1991.

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    fiel de la realidad.3 El tambin francs Pierre Bourdieudenunci a la televisin por haberse convertido en un

    espejo para la exhibicin narcisista de las estrellas me-diticas entre ellas, en ocasiones, los intelectuales.4El mexicano Ramn Gil Olivo ha considerado que latelevisin es un nuevo tipo de medio de comunicaciny que, como tal, afecta los cimientos mismos sobre losque se sustenta la cultura y la sociedad.5

    La ms extendida presenciaglobal

    La televisin es el instrumentoms poderoso que existe pa-ra la propagacin de mensajes

    culturales entendiendo a lacultura en su sentido ms am-plio, como conjunto de mo-dos de vida, conocimientos ycostumbres en una poca de-terminada. Pero tambin es

    la fuente ms devastadora quese ha desarrollado en contradel discernimiento y la crea-cin cultural si en este caso

    3 Jean Baudrillard, Pantalla total, Anagrama, Barcelona, 2000.4 Pierre Bourdieu, Sobre la televisin, Anagrama, Barcelona, 1996.5 Ramn Gil Olivo, elevisin y cultura, Vol. I, Hacia el caos sensorial, Universi-dad de Guadalajara, Mxico, 1993, p. 123.

    Televisin. Escr ibo Tele con

    mayscula y cursiva , ya que

    entiendo este fenmeno como

    un constructor metafsico que

    rebasa la funcin meramente

    tcnica del aparato receptor y

    que est dotado de la capacidad

    potencial de suplantar al Dios

    de las sociedades premediticas

    en su papel de constructor de

    conciencias.

    Jos Snchez Tortosa, El pro-

    fesor en la trinchera, Ed. Laesfera de los libros, Madrid,

    2008.

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    entendemos a la cultura como manifestacin de calidadplstica, literaria, audiovisual, etctera. No hay espa-

    cio de expresin ms arraigado pero al mismo tiempoms cuestionado, en la sociedad contempornea, quela televisin. Ningn mecanismo de comunicacin demasas ha alcanzado una presencia global tan extendidacomo ella.

    Muchos recelan de la televisin pero en la prcticatodos la siguen mirando. Unos cuantos renuncian deli-beradamente a ella pero ms como decisin pica porquese saben a contracorriente de una costumbre ampliamenteextendida en la sociedad contempornea. Slo muy pocosestn al margen de la televisin porque no cuentan coninfraestructura para conectarse a ella. La gran mayorade las personas se entretiene e informa y en no pocas

    ocasiones se identifica, e incluso se cohesiona, a partirde los contenidos que mira en el televisor.

    Tremendismo y complacencia

    Los efectos de ese artefacto, cuya omnipresencia en los

    hogares contemporneos se generaliz en la segunda mi-tad del siglo XX, han suscitado abundantes reflexiones yopsculos. Por lo general las opiniones acerca de la televi-sin se concentran en uno de dos polos. Uno de ellos esel extremo admonitorio, quisquilloso y desconfiado, quecuestiona con tal severidad a la televisin que termina

    magnificndola al asignarle capacidades que no alcanzaa tener. El otro polo frecuente en la discusin acerca del

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    televisor y en general de los medios de comunicacincontemporneos es el enfoque complaciente, que aplaude

    acrticamente la cobertura, la ancha y constante presenciasocial, la capacidad didctica e incluso los contenidos deese medio.

    El enfoque tremendista, que advierte intensas y cre-cientes capacidades manipulatorias en la televisin, de-semboca en una suerte de exaltacin involuntaria deese medio. Al suponer que la televisin por s sola tienela posibilidad de suscitar o anular comportamientos enlas personas, ese punto de vista soslaya la capacidad dediscernimiento y la experiencia de la gente, as como elefecto de otras fuentes de mensajes y opiniones, entreellas el resto de los medios de comunicacin. El enfoquecomplaciente, en cambio, parte del sobredimensionamien-

    to de la televisin y a partir de ella celebra consecuenciasvirtuosas que no siempre se verifican en la influencia queese medio tiene sobre las personas.

    Entretenimiento

    La televisin, como hemos dicho, entretiene. Y lo hace enlas tres acepciones principales de ese trmino. Entreteneres, en primer lugar, hacerle llevadera una situacin o unmomento a alguien. Nos entretienen un libro ameno, lamsica agradable, una charla interesante. En ese sentidola televisin es el medio entretenedor por excelencia. Nos

    ayuda a pasar el rato de hecho, a menudo abundantesy extendidos ratos. Ms all de la calidad o la utilidad

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    de sus programas, la televisin acompaa (y all se en-cuentra una de las gratificaciones sociales ms destacadas

    que ofrece) con ms facilidad que otros medios.En segundo trmino la televisin, al entretenernos,desva nuestra atencin respecto de otros asuntos. Alacaparar nuestra mirada y al menos parcialmente nuestrosodos, la televisin se convierte en un entorno sustitutoal que tenemos en la sala de estar, el dormitorio o dondequiera que la contemplemos. Su capacidad entretenedoraimplica, en esta acepcin, que por mirar la televisindejamos de hacer otras cosas. Igual que otros disposi-tivos para consumir productos culturales (la radio, elreproductor de discos, etctera) el televisor pone a pruebanuestro albedro. Al sintonizar la televisin hacemos unaeleccin que posiblemente discrimina otras opciones de

    informacin o diversin. Entretener es, entre otras cosas,de acuerdo con el diccionario, distraer a alguien impi-dindole hacer algo.

    Por otra parte, y en tercer lugar, la televisin, al en-tretener, nos retrasa del cumplimiento, la asistencia o larealizacin de otras tareas. Entretener es, en este caso,

    demorar, postergar, darle largas a algo o alguien. Podrapensarse que, al contrario de esa implicacin, el televisornos permite estar al tanto (es decir, estar a tiempo ennuestro conocimiento de la realidad) de los cambios delmundo. La televisin nos trae los acontecimientos msvariados. Pero a la vez nos exige tal atencin y dedicacin

    que, por engancharnos a ella, podemos llegar tarde.

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    Abierta y codificada

    Nos habremos entretenido, entonces, en los tres senti-dos que podemos reconocer a esas consecuencias de latelevisin. Vale recordar que por lo general los apolo-gistas de ese medio se limitan a reconocer la primerade sus consecuencias: la televisin como instrumento derecreacin. Cuando se subraya sa, que sin duda es lacaracterstica ms notoria de la televisin, se le asignancapacidades meritorias y casi bienhechoras. Desde luego latelevisin ha llegado a ser el ms formidable instrumentopara propagar contenidos de toda ndole. Infinidad depersonas, en todas las latitudes, asistimos a exhibicionesflmicas, eventos deportivos, representaciones musicales ya la transmisin de noticias, entre otros gneros, gracias a

    la televisin. Pero cuando con el propsito de entendera ese medio de comunicacin slo se toman en cuentaesas munficas capacidades para suscitar el esparcimientode sus anchos pblicos, se olvida la ndole que suelentener los contenidos que transmite as como las conse-cuencias adicionales que hemos subrayado al referirnos a

    otras implicaciones del entretenimiento televisivo.Los contenidos con los cuales la televisin nos recrea

    habitualmente son en variossentidos limitados, comen-zando con las pocas opcionesque suele haber en la televisin

    convencional. Eso ha sucedidocon la televisin abierta, en la

    La televisin es chicle para los

    ojos.

    FRANK

    LLOYD

    WRIGHT

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    cual por lo general se dispone hasta de media docenade emisoras. Sin embargo, las restricciones que tiene

    esa televisin abierta debido a la escasez de frecuenciashan sido superadas en los sistemas de televisin de pagaen los que, gracias a las seales conducidas por cable,satlite o algn otro sistema de difusin codificada, losusuarios disponen de centenares de opciones para nutrirsus requerimientos de solaz e informacin.

    Informar, conformar

    La televisin adems informa. Cuando le reconocemos eseatributo, por lo general entendemos que nos mantiene altanto de los acontecimientos ms relevantes o de losque as son considerados por quienes definen las polticas

    editoriales en las estaciones televisoras. Informar espropagar, difundir, dar a conocer algo. En este sentidola televisin se desempea claramente como medio decomunicacin. Aunque otros medios le ganan en pro-fundidad (la prensa escrita) y en velocidad (la radio eInternet) para dar a conocer acontecimientos, la televisin

    los supera por su capacidad para darnos la imagen delo que est sucediendo.

    Pero el trmino informar tambin tiene otros signi-ficados. Se le puede interpretar como la accin de darforma sustancial a algo o alguien. Y se podra decir, ental sentido, que la televisin contribuye de manera muy

    relevante a modelar nuestras opiniones, concepciones eideologas en una gran cantidad de asuntos. Al partici-

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    par en la conformacin de lo que pensamos y creemos,la televisin interviene para esculpir nuestras personali-

    dades, lo que somos y lo que no. Desde luego, comohemos dicho y apuntaremos insistentemente en este libro,las capacidades de la televisin y de cualquier mediode comunicacin para orientar nuestras convicciones ycreencias se encuentra determinada por el contexto y laexperiencia de cada uno de nosotros. Pero no deja deser importante reiterar que la televisin, al informar,conforma. Y en vista de las amplias audiencias que sueletener, el efecto conformador de la televisin puede llegara ser uniformador.

    Tambin aqu queremos atajar posibles exageraciones:el hecho de que muchas personas reciban la misma in-formacin, o las mismas versiones de un acontecimiento,

    no significa que todas ellas lo vayan a evaluar de la mis-ma manera. Pero ese reconocimiento a la diversidad decondiciones de quienes reciben sus mensajes suele entraren contradiccin con la capacidad de la televisin paradifundir de manera notablemente amplia una mismaversin de cada acontecimiento.

    Los televidentes ms sensibles a la perspectiva que lesproponga una televisora para mirar un acontecimientodeterminado, sern aquellos que dependan fundamentalo exclusivamente de ese medio para enterarse de dichosuceso. La capacidad de discernimiento de los televi-dentes resulta directamente proporcional a la cantidad

    de medios en los que se enteren de los acontecimientos.A ms fuentes de informacin, el televidente contar

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    con mayores opciones para elaborar un juicio propio, odistinto al que le proponga cualquiera de los medios en

    los que se entera de tales acontecimientos.

    Amoldar, aceptar, conceder

    Al efecto de informarque tiene la televisin lo podemosdilucidar como la accin de propagar un asunto y, porotra parte, como la posibilidad de moldear con impre-siones similares las actitudes de los telespectadores respectode ese acontecimiento. Vale la pena reiterar: la televisin,al informar, conforma. Y ese trmino sugiere otro juegode palabras, tan atractivo pero sobre todo tan emble-mtico de este medio audiovisual que nos resistimos adejar de mencionarlo. Conformar es, ya lo hemos dicho,

    amoldar, ajustar, darle forma a algo. Pero tambin im-plica estar de acuerdo con algo o alguien, compartir lasposturas u opiniones de otros. Y en una tercera acepcin,conformar significa darse por satisfecho con un asuntoo con una persona; incluso, de acuerdo con el insosla-yable Diccionario de la Real Academia Espaola (RAE)

    conformar puede implicar una forma de resignacin orenunciacin: reducirse, sujetarse voluntariamente a hacero sufrir algo por lo cual se siente alguna repugnancia.

    Este inicial brincoteo por las palabras que describensecuelas de la televisin nos conduce a puntualizacioneselocuentemente grficas. Sus auditorios se amoldan a las

    opciones que les presenta ese medio, de forma particularcuando no disponen de otras posibilidades de entreteni-

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    miento e informacin. En ese proceso de adaptacin lostelevidentes de un programa, o de un canal de televisin,

    tienden a compartir apreciaciones, conocimientos y sobretodo juicios y prejuicios con quienes presencian la mis-ma transmisin audiovisual. Pero como habitualmenteno hay muchas opciones televisivas nos referimos ala televisin abierta los espectadores no disponen deun abanico amplio para elegir qu programas y culescanales habrn de mirar. Son, al menos en ese sentido,televidentes cautivos.

    Rentabilidad, crculo vicioso

    Cuando los televidentes se encuentran reducidos a admitiro rechazar la televisin de la cual disponen, su libertad de

    eleccin queda coartada por la escasez de opciones. Sees libre por completo cuando se puede elegir. Pero si lasopciones son escasas, o en la prctica idnticas, la libertadde la cual se dispone frente al televisor puede radicar sim-plemente entre tolerarlo o apagarlo (entre conformarnosy reducirnos ante sus propuestas, o darle la espalda).

    Incluso la televisin de paga, que se difunde porcable o satlite, con frecuencia termina parecindonostoda idntica cuando las empresas que administran suscontenidos nos presentan muchos canales pero con pro-gramas similares entre s. A menudo las aparentementeabundantes opciones en la televisin de paga no inclu-

    yen programas hechos en pases distintos a aqullos endonde se fabrica la mayor parte de los audiovisuales, ni

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    producciones independientes.El criterio predominante para

    seleccionar los programas quese habrn de transmitir es larentabilidad comprobada: sedifunde lo que ya se sabe quele gusta al pblico.

    Con esos parmetros pararesolver qu programas se trans-miten y cules no por televi-sin, la oferta que reciben losespectadores queda capturadaen lo que podramos llamar elcrculo vicioso del lucro fcil:los gneros y estilos e inclu-

    so contenidos se repiten una yotra vez cuando las empresas televisoras han comprobadoque la gente quiere verlos. Muchos telespectadores mirantales programas porque no tienen ms opcin si es quequieren disfrutar de un rato de entretenimiento y, otros,porque han sido habituados a esos formatos y conteni-

    dos. En la televisin latinoamericana, por ejemplo, losargumentos de las telenovelas suelen ser insistentementeparecidos. Las mismas situaciones, a veces incluso en losmismos escenarios, son presentados tan slo con nuevosttulos. Cuando una frmula o una historia suscitanmarcado inters en las audiencias, la maquinaria de la

    produccin televisiva la exprime hasta el hartazgo.Esa reiteracin de estilos y argumentos no resulta

    Televidente. [] Por qu son

    tan vulgares, triviales y memos

    la mayora de los programasde televisin? Porque tienen

    que gustar a mucha gente y

    el comn denominador de las

    mayoras est ms cerca e la

    oligofrenia que de la excelencia

    intelectual. Nadie es individual-

    mente tan bobo ni tiene tan malgusto como parece cuando est

    convertido en gran pblico.

    Fernando Savater, Diccionario

    Filosfico, Diccionarios de autor,

    Planeta, Mxico, 1997.

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    sorprendente y sera un tanto ingenuo descalificarla por-que obedece al afn lucrativo de las televisoras. La te-

    levisin, cuando est en manos de empresas privadas,es para hacer negocio al menos desde el punto de vistade esas compaas. Otra cosa es, o tendra que ser, latelevisin no mercantil que, como veremos ms ade-lante, tiene prioridades distintas del lucro. El problemapara los televidentes no es que las empresas mediticashagan negocio al congregarlos como espectadores de losprogramas que difunden. El inconveniente principal seencuentra en que, por machacar en los mismos estilos ycontenidos, la televisin no suele buscar nuevos gneros,argumentos e incluso personajes.

    Ese es uno de los motivos por los cuales la televisin,salvo excepciones, ha sido tan montona y previsible

    durante la mayor parte de su historia. Slo en los aosrecientes, poco antes o poco despus del cambio demilenio, la televisin comercial ha tenido que renovaralgunos de sus estilos ms convencionales para tratar desorprender, con contenidos diferentes, a un pblico queha comenzado a dispersarse en la televisin de paga, en

    las pelculas que cada vez ms se miran en casa y en elconsumo de otros medios, en especial Internet.

    Televisin generalista

    Mientras se desarrolla ese trnsito hacia un panorama

    meditico ms diverso (aunque, por cierto, no necesa-riamente con propuestas de mejor calidad) en muchos

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    pases la televisin que mira la mayora de las personassigue siendo aquella que difunde en canales abiertos. A

    esa televisin, por la que no es preciso pagar, que se sin-toniza sin ms equipo que el televisor convencional, queno requiere cdigos ni antenas especiales y cuya seal sepuede captar en cualquier sitio en donde tenga cober-tura, en Espaa se la denomina televisin generalista.sa suele ser la televisin de alcance nacional y comodifunde de manera abierta para audiencias de todas lascondiciones sociales, sus contenidos tienen que ser deinters comn, con poca y ninguna especializacin.

    La televisin generalista, permtasenos el retrucano,est llena de generalizaciones. Entre sus objetivos principa-les se encuentran la divulgacin y la propaganda as co-mo, desde luego, el entretenimiento y la informacin en

    las variadas acepciones que hemos mencionado. A diferen-cia de los contenidos especializados que puede haber entelevisoras destinadas a pblicos especficos (por ejemplolos canales que difunden slo programas deportivos omusicales o dedicados a la gastronoma entre muchasotras orientaciones posibles) las emisoras generalistas

    pretenden interesar a todos y de ese afn omniabarcadorse derivan su mayor virtud y su peor limitacin.

    Factor de identidad nacional

    El mrito esencial de la televisin generalista radica en su

    alcance. sa es la televisin que, como puede ser sintoni-zada por todos, ha llegado a crear costumbres, modas,

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    arquetipos y estereotipos. Giros idiomticos en el habla dela sociedad, imgenes y frases que se convierten en puntos

    de referencia para casi todos, villanos y hroes a los quese vitupera o reverencia pero ante los que casi nadie esindiferente son parte del elenco de actitudes y personajesque propaga la televisin generalista. Gracias a la cober-tura que alcanza y a los contenidos e incluso valores yconvicciones que contribuye a difundir, esa televisin enocasiones llega a ser el factor de identidad nacional msrelevante al menos en la vida cotidiana de las personas.

    Ninguna leccin en los libros escolares de historia,ninguna arenga poltica, ninguna disposicin legal, tienenla capacidad de involucrar a tanta gente alrededor de unacausa, sentimiento o conviccin como la televisin depropagacin abierta. De all resulta la gran importancia

    que ese medio puede alcanzar en la promocin de valoresde toda ndole pero tambin, correlativamente, de all sederiva la enorme y con frecuencia incumplida responsa-bilidad que tiene en la construccin de las creencias yopiniones de las personas.

    Los ciudadanos de cualquier pas contemporneo se

    reconocen y son reconocidos como integrantes de unanacin debido a la lengua que hablan, el territorio quehabitan, la historia que los ha precedido, las costumbresque practican. Pero hoy en da los habitantes de unpas se identifican entre s y son identificados por otrosa partir de sus contenidos televisivos. El histrionismo

    peculiar de un cmico, el estilo o la interpretacin deun cantante o la habilidad de un futbolista y desde lue-

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    go un gnero musical autctono o las caractersticas dela cocina tpica forman parte de la identidad nacional

    aunque algunas de ellas sean efmeras y tornadizas. Enla propagacin de todos esos rasgos la televisin juegaun papel esencial.

    Independientemente de los contenidos que propagadentro y fuera de un pas, la televisin es factor deidentidad de sus habitantes por el sencillo hecho de que,cuando difunde un programa de gran audiencia, concen-tra la atencin simultnea, frente a un mismo aconteci-miento meditico, de la mayora o de una gran cantidadde quienes viven en ese pas. Ms all de la intensidad yel inters con que contemplenesas imgenes y sonidos, lacoincidencia de tales personas

    delante del televisor es partede la cotidianeidad pero tam-bin, a veces, de los momentosde inflexin social o poltica,y desde luego cultural, en esanacin.

    Cuando decenas de millonesde personas presencian el mis-mo partido de futbol, el mismomensaje poltico o lamisma te-lenovela estn compartiendo larecepcin de un contenido que

    no los uniformar necesariamen-te, pero que pasar a constituir

    Identidad nacional. El trmino

    se presta a distintas interpreta-

    ciones: (1) el hecho de construiruna nacin; (2) la identificacin

    de los individuos con una deter-

    minada nacin; (3) los rasgos

    que caracterizan a una nacin

    determinada. En Estados Unidos

    y en Gran Bretaa la identidad

    nacional es a la vez cvica e in-dividualista, en Francia cvica y

    colectivista y en Alemania tnica

    y colectivista.

    Juan Dez Nicols, Diccionario

    de Sociologa, Alianza Editorial,

    Madrid, 2006.

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    parte de su bagaje cultural comn. La recepcin sin-crnica, al mismo tiempo, de esos contenidos, los amal-

    gama y crea un contexto de experiencias compartidas.

    Centralismo

    La limitacin ms onerosa para la televisin generalistaradica en la amplitud temtica que deben tener sus conte-nidos a fin de interesar a los muy variados segmentos dela audiencia a los que busca llegar. Su extensa cobertura,que suele alcanzar todo el territorio de un pas de fronteraa frontera e incluso algo ms lejos, requiere de programasque puedan suscitar la atencin de televidentes situadosen muy diversas condiciones.

    Ese afn comprensivo no siempre se logra. Cuando

    una televisora resea las dificultades para el trnsito devehculos en las calles de la capital del pas, desde la cualtransmite, esas informaciones les resultarn irrelevantes,y a veces incluso molestas, a los espectadores que seencuentran en otras ciudades. A veces los contenidos decarcter nacional son complementados con segmentos que

    difunden informacin slo local o regional. El equilibriopertinente entre espacios nacionales y locales siempreresulta incierto. Para eludir ese dilema, los productoresde la televisin suelen preferir asuntos tan espectaculares,estridentes o conmovedores, que sean capaces de provo-car la atencin de los espectadores sin considerar el sitio

    en donde se encuentren y ms all de sus condicionessociales o preocupaciones inmediatas.

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    Cambiar de canal

    Los defensores de la televisin que hasta ahora ha pre-dominado suelen defenderla de las imputaciones de par-cialidad y unilateralidad diciendo que, si no les gusta,los espectadores pueden cambiar de canal o simplementeapagar el receptor. Esa respuesta es inadmisible porqueno enfrenta los cuestionamientos de fondo, que estnrelacionados con la insuficiente diversidad y, tambin,la discutible calidad de los contenidos en la televisingeneralista. Pero adems se trata de un argumento desfa-chatado porque soslaya el carcter autoritario que define,antes que nada, a los medios de comunicacin de masasy muy especialmente a la televisin.

    En cada uno de los cuadrantes de VHF o UHF, que

    son las bandas del espectro radioelctrico en las que sedifunden seales de carcter abierto, no hay espacio sinopara media docena de frecuencias. Eso cambiar cuandola televisin digital sustituya a la de carcter analgico:en el segmento en donde hoy cabe una frecuencia podrntransmitirse tres o cuatro, de tal manera que podr haber

    ms opciones en la televisin abierta. Para que as ocurra,ser necesario que el tipo de tecnologa que se elija comoplataforma de televisin digital privilegie la diversidad decanales antes que la calidad de la imagen.6

    6 Existen varios modelos de televisin digital. El que ha prosperado en Europapermite que haya ms canales, algunos de los cuales pueden ser de alta defini-

    cin, en tanto que el resto, sin tener tal intensidad y definicin, difunde unaimagen muy aceptable porque es creada, precisamente, a partir de tecnologa

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    Espacios limitados

    La migracin digital es decir, la sustitucin de lasnuevas caractersticas en la distribucin de frecuenciastelevisivas ocurrir cuando, en cada pas, un nmerosuficiente de usuarios hayan sustituido sus viejos recep-tores para televisin analgica por nuevos equipos, habi-litados para el sistema, precisamente, digital. En muchospases de Amrica Latina eso ocurrir despus de 2020y en otras zonas del mundo varios aos antes.

    Pero aun con la televisin digital, el nmero de te-levisoras disponibles en frecuencias abiertas siempre sermenor a la cantidad de empresas, grupos y/o institucio-nes interesados en manejar un canal de televisin. Elespectro radioelctrico, que constituye el recurso natural

    imprescindible para la transmisin de frecuencias de ra-diodifusin, es finito. Como no todos los que quisieranhacerlo pueden tener frecuencias para operar una estacinde televisin o radio, es preciso que el Estado resuelvaquines s y quines no tienen ese privilegio. En cadavez ms pases, las decisiones acerca de las frecuencias de

    radiodifusin las toman consejos de composicin plural,en donde hay representantes de distintas fuerzas polti-cas o de sectores de la sociedad. En los regmenes ms

    digital. El modelo estadunidense descansa en una simple traslacin de la TVanalgica a la digital de alta definicin: cada canal que hasta ahora ha transmi-tido en el viejo sistema, ahora lo har en el nuevo. El modelo europeo admite

    mayor cantidad de canales; el otro privilegia exclusivamente la calidad de laimagen.

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    conservadores esas resoluciones las toma de forma directael gobierno. En todo caso, debido a la disparidad entre

    oferta y demanda (pues suele haber ms solicitantes quefrecuencias disponibles) deben existir mecanismos paraasignar espacios en la televisin y la radio abiertas.

    Autoritarismo

    Ese carcter discrecional enla distribucin de frecuenciasconstituye la primera causa delautoritarismo de los medios decomunicacin de masas. Msall de sus contenidos, inten-cionalidades, ideologas o de

    la manera como sus auditoriosreciben tales mensajes, la tele-visin es un medio autoritarioporque no todos los que quie-ren, pueden tener acceso a unafrecuencia. Pero adems, y so-

    bre todo, la televisin tiene unarelacin vertical respecto de susaudiencias porque sus contenidos, que son elaboradospor unas cuantas personas, llegan de manera abierta amuchos ms.

    Los mensajes televisivos son elaborados por equipos de

    produccin en los que participan guionistas, directores,asistentes tcnicos, artistas, locutores, periodistas y otros

    Autoritario. A diferencia de po-

    der, autoridad significa [...] laprobabilidad de que una orden

    de un contenido determinado

    sea obedecida por un grupo

    concreto de personas. De ma-

    nera que autoritario es aquel

    persona, asamblea, comit

    que tiende a imponer su criterio

    y voluntad, sin que sea posible a

    los destinatarios del mismo una

    participacin real en la voluntad

    que tienen que acatar.

    Max Weber, Economa y Socie-

    dad, FCE, Mxico, 1987.

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    profesionales que son supervisados por los directivos oeditores de cada empresa comunicacional. Esos profesio-

    nales y funcionarios resuelven los temas y los lenguajesaudiovisuales merced a los cuales dichos contenidos serntransmitidos a los telespectadores.

    Los pblicos de la televisin pueden encender o noel televisor, pueden elegir de entre varios canales, desdeluego pueden dedicarle a ese medio una muy intensao una muy ausente atencin. Quiz, si tienen paciencia ointers suficientes, querrn felicitar o reconvenir a la em-presa televisora cuando algn contenido les entusiasme oles disguste demasiado. Pero por lo general la recepcinde los mensajes televisivos ocurre de manera pasiva. Eltelevidente es precisamente eso: espectador pasivo, fun-damentalmente visual, de un contenido que se propaga

    a distancia.Unos cuantos resuelven qu se habr de comunicar a

    muchsimos ms. Y stos tendrn escasas oportunidadespara replicar ante los mensajes que se les han comunica-do. En eso consiste el autoritarismo consustancial a losmedios de difusin de masas y que se deriva, en primer

    lugar, de la tecnologa que los hace posibles.La capacidad de transmitir imgenes de manera re-

    mota constituye la cualidad ms formidable que hizo dela televisin el medio que revolucion a la comunicacinaun antes de que se cumpliera la primera mitad del sigloXX. Esa naturaleza para irradiar mensajes de manera

    muy amplia le permite a la televisin hacer propaganda,difundir noticias, propagar cultura. Pero en tal virtud,

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    se encierra adems la restriccin fundamental que tienela televisin que es por definicin refractaria a la parti-

    cipacin social. Adems de sa, la televisin padece otraslimitaciones, propias de sus formatos y lenguaje queprivilegian las emociones y la imagen por encima de lareflexin, a lo cual nos referiremos ms adelante.

    Intermediarios

    Vale reiterar que cuando nos referimos a los medios,aludimos a los espacios de comunicacin de masas quepropagan mensajes a grandes pblicos: prensa, cine, radioy televisin. Los medios implican audiencias y stas, a suvez, recursos tcnicos para recibir los mensajes a travsde aquellos instrumentos de propagacin masiva. Sea con

    propsitos comerciales o de servicio pblico, los mediosson antes que nada portadores de mensajes. Los me-dios de comunicacin masiva (explica Janowitz, citado porMcQuail, 1972) comprenden las instituciones y tcnicasmediante las cuales grupos especializados emplean recur-sos tecnolgicos para difundir contenidos simblicos en el

    seno de un pblico numeroso, heterogneo y disperso.7O, en trminos ms llanos, un medio de comunicacines todo instrumento o soporte de mensajes.8

    No hay medio sin mensaje, por mucho que a menudo

    7 Denis McQuail, Sociologa de los medios masivos de comunicacin, Traduccinde Silvia Kutnowsky, Paids, Buenos Aires, 1972, p. 14.

    8 Jaime Goded, 100 Puntos sobre la comunicacin de masas en Mxico, JuanPablos, Mxico, 1985, p. 157.

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    los contenidos de la televisin y otros medios nos resul-ten tan huecos o prescindibles que parecieran prctica-

    mente inexistentes. Y es que su capacidad para difundircontenidos, cualquiera que ella sea, est al servicio delmensaje y no al revs. El medio, valga la insistencia parano dejar este apartado sin explicacin suficiente, existepara difundir mensajes. Por eso dicha denominacinproviene del latn medium, o intermediario. Tambinse le reconocen orgenes en otro trmino latino, medius,que significa en medio.

    De hecho, ambas acepciones parecieran ajustarse aldesempeo e incluso a la trayectoria de los medios decomunicacin, en especial la televisin. En esencia losmedios son, precisamente, intermediarios. Funcionancomo puente entre el emisor y los receptores de un

    mensaje. Pero no son un mensajero cualquiera como,por ejemplo, el cartero que traslada una misiva de laoficina de correos hasta el domicilio del destinatario, oel repartidor de leche que lleva el producto del establoal hogar donde se ha de consumir. A diferencia de esosmensajeros, los medios de comunicacin no slo con-

    ducen sino adems tienen una funcin sustantiva en laelaboracin de los contenidos que habrn de transportar.La comunicacin es un proceso. A describir sus rasgosesenciales destinaremos el siguiente apartado.

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    Los medios de comunicacin, al menos en su funcio-

    namiento real y en la acepcin comnmente reconocida,se encargan tanto de la produccin del mensaje y detodas las decisiones correlativas a l como de su tras-lado y entrega en los domicilios de sus receptores. Desdeluego, con propsitos analticos, puede distinguirse entrela funcin productora de contenidos y su conduccin en

    una seal electromagntica.Hacia mediados del siglo XX distintos estudiosos, so-

    bre todo en Estados Unidos, se esforzaron por entenderla lgica subyacente en el funcionamiento de los mediosde comunicacin. La frmula pionera en ese campo fuediseada por el politlogo Harold Lasswell y es de una

    sencillez que hoy en da puede antojarse demasiado llana,aunque de ella han dependido muchas otras explicacionespara el flujo de datos que supone la transmisin en unmedio de comunicacin de masas. Lasswell propuso en19489 el siguiente modelo de comunicacin:

    Un modelo para entender

    la comunicacin de masas

    9 Harold D. Lasswell, Estructura y funcin de la comunicacin en la sociedad,

    en Sociologa de la comunicacin de masas, Miquel de Moragas (ed.), GustavoGili, Barcelona, 1982, pp. 192 y ss.

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    Con ese esquema, Lasswell no slo ofreca una des-cripcin sencilla del proceso de comunicacin. Ademspropuso un mtodo para analizar a los medios. Loscinco componentes de esa frmula estn presentes entoda modalidad de comunicacin, incluso en el tratoentre las personas. Pero interesan de forma fundamentalpor la manera como organizan el examen de los mediosmasivos.

    Despus del que dise Lasswell aparecieron docenasde otros esquemas para describir procesos de comunica-cin. Algunos pusieron atencin en la complejidad de losemisores, distinguiendo entre varias fuentes posibles parala generacin de contenidos. Otros ms, desarrollaron op-ciones diversas para entender al mensaje de acuerdo con

    su sofisticacin tcnica, discursiva, su interrelacin conotros mensajes y medios y las diferencias que poda ex-perimentar de un medio a otro, entre diversos factores.

    Algunas propuestas ms para entender al procesocomunicacional subrayan la variedad de circunstanciasque acotan a los receptores. Y otras, ms ambiciosas,

    ensancharon el concepto de comunicacin al considerarque se trata de un proceso en donde no slo existe trans-

    Lasswell: el proceso de la comunicacin

    Quin Dice qu En qucanal

    A quinCon qu

    efecto

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    misin de un mensaje sino que adems es necesaria unarespuesta, del tal manera que el receptor se convierte, a

    su vez, en emisor.Todo es cuestin de qu alcance apetezcamos reco-nocerle a la comunicacin: si consideramos que se tratade transmisin de un mensaje entre un emisor y unreceptor, bastar con el esquema de Lasswell. Si porcomunicacin decidimos entender forzosamente el flujode mensajes en dos vas, con retroalimentacin, enton-ces habra que pensar en otro trmino para denominara los procesos de transmisin de contenidos entre unemisor y muchos receptores como suele ocurrir con losmedios de difusin de masas. Para efectos de este libro,optamos por la definicin de comunicacin acotada a latransferencia de mensajes sin que se requiera de manera

    necesaria una respuesta articulada de quienes los reciben.Eso no implica que tal respuesta no pueda existir, comotambin se ver ms adelante.

    El que mostramos lneas arriba es simplemente unesquema que no puede tener aplicacin automtica entodas las circunstancias. Por ello, cuando se les ha queri-

    do utilizar para presentar al proceso de la comunicacincomo una cadena inmutable, en donde cada paso secumple como si atendiera a un guin preestablecido, la deLasswell y otras frmulas no permiten entender en todasu complejidad la transmisin meditica de mensajes.

    Ese mismo investigador lleg a suponer que los medios

    pueden ser programados para influir de manera forzosa eidntica a diferentes segmentos de sus audiencias. Durante

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    un tiempo de su vida, Lasswell quiso encontrar patronesde conducta para la difusin de mensajes en situacio-

    nes de guerra. Esa intencionalidad y la creencia de que elcomportamiento de las personas podra ser moldeado demanera prcticamente automtica, propiciaron que a eseinvestigador y su propuesta analtica se les menospreciaratildndolos de conductistas.

    Ms all de esas peculiaridades y usos, el esquemade Lasswell ha seguido siendo el modelo ms claro ysencillo, pero tambin el ms preciso, para comprenderdistintos momentos en el proceso de la comunicacin.En las siguientes pginas vamos a utilizarlo para des-cribir las caractersticas de cada fase en dicho proceso,refirindonos en especial a la televisin.

    Quin

    El quin de esa frmula esel transmisor de los contenidosque se habrn de difundir. Ensentido estricto se trata de la

    empresa meditica, pero tam-bin del o los individuos queelaboran el mensaje y, de ma-nera ms amplia, el contextoque influye en el enfoque asu-mido en esa transmisin.

    Cuando consideramos culo qu es ese quin que comu-

    Mensaje. [] el peligro quecorre no slo nuestra lengua

    en bocas que no tienen inters

    alguno en conocerla mejor, sino

    el pblico que recibe, casi como

    una comunin, los mensajes que

    le quieren transmitir. A mayor

    influencia de personas mal pre-paradas, corruptoras del lengua-

    je, mayor riesgo de infeccin en

    el habla de los espectadores.

    Ernesto de la Pea, La poltica

    lingstica en Mxico, Ed. Siglo

    XXI, Mxico, 1982.

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    nica, en el caso de la televisin podremos pensar en lafirma comercial o institucional bajo la que se ampara el

    medio en cuestin. Pero una empresa meditica implicadirectivos, productores, periodistas, personal tcnico y desdeluego uno o varios propietarios. Las circunstancias detodos ellos, el entorno social y poltico y los intereses quelos determinan, as como por supuesto las presionese influencias que reciben, contribuirn a definir, matizaro incluso distorsionar un mensaje. Entre esos factoresdestacan, como es natural, las expectativas y exigenciasque puedan manifestar los anunciantes cuando se tratade medios que se sostienen con la venta de espacios parapublicidad comercial.

    Un medio de comunicacin es un espacio susceptiblede ser presionado por quienes busquen influir en l. De

    la capacidad, decisin y habilidad que tenga para eludira tales grupos de presin, depender la independencia yen ocasiones la confiabilidad y la eficacia de ese medio.Pero mientras mayor sea la presencia pblica que alcan-ce, y evidentemente la televisin es el medio con mayorcobertura en la sociedad, ms frecuentes y vehementes

    sern los intereses que traten de intervenir en las deci-siones acerca de lo que transmite e incluso lo que dejade transmitir ese medio.

    Si la empresa a cargo del medio de comunicacinforma parte de un grupo corporativo ms amplio (cir-cunstancia cada vez ms frecuente debido a las fusiones

    y alianzas entre empresas dedicadas a los medios de co-municacin que suelen crear grandes conglomerados me-

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    diticos), entonces tambin los intereses y planes de dichacorporacin influirn en la definicin de qu comunica

    ese medio y de qu manera lo hace. En el esquema queacompaa a estas lneas se muestran de manera grficalos principales actores involucrados en el quin quetransmite un mensaje comunicacional.

    Quin / proceso de la comunicacin

    Cuando pensamos en el quin con el que comienza elproceso de la comunicacin, podemos referirnos adems a

    propietarios

    Quinanunciantes

    productores,directivos

    tcnicos,guionistas,periodistas,

    etc.

    leyes,cdigos

    grupos depresin

    empresa ygrupo

    corporativoentornosocial ypoltico

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    la bsqueda de efectos comerciales, polticos y/o socialesy culturales que pretenden los emisores de un mensaje,

    a las reglas explcitas o no que existan en la empresameditica (cdigos de conducta, parmetros profesionales,etctera), a las leyes imperantes en el pas desde dondeo para el cual se comunica, entre muchas otras circuns-tancias. Autores y actores en esta fase de comunicacin,intereses y entorno, forman parte del quin con el quese inicia el proceso de la comunicacin.

    Dice qu

    Esta fase describe al contenido que se comunica. La ndo-le del mensaje, el argumento, la sensacin, el sentimiento,la idea y/o el concepto que se quiere comunicar, entre

    otras caractersticas, forman parte de lo que se buscadecir. Todo mensaje tiene un contenido central: se tratade la esencia de lo que se quiere comunicar.

    Ese contenido puede ser un acontecimiento: algo queha ocurrido o que se supone sucedi o suceder hu-bo un incendio en las calles tal y tal; Napolen gan

    la batalla de Austerlitz; hoy llover en Montevideo.Tambin puede ser una apreciacin acerca de algo oalguien: el cine de Bergman es introspectivo, Ricardoest enamorado de Elisa, el Real Madrid es el mejorequipo de futbol.

    El meollo del mensaje ser cada una de esas ex-

    presiones, pero el lenguaje que se utilice, los recursosaudiovisuales (en el caso de la televisin) con que se les

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    presenten, la retrica y aun las inflexiones verbales y vi-suales que lo acompaen, tambin son parte del mensaje

    mismo. Si la frase acerca del cine de Ingmar Bergman esenunciada al mismo tiempo que se presenta el fragmentode una pelcula de ese autor, adquirir un significadoms especfico, ms intencional, que si se menciona derepente, como si no viniera a cuento, en medio de unadiscusin sobre otros temas. Si el comentario sobre elenamoramiento de Ricardo se formula en tono sarcs-tico, tendr un sentido distinto al que alcanzara si sedice con solemnidad, asombro o entusiasmo, segn seael caso. La opinin acerca del equipo de futbol ser mscontundente si mientras se la escucha vemos escenas dealgunos goles del Real Madrid.

    Esa retrica y la presentacin formal del mensaje

    tendrn que ceirse a los cdigos comunes que haganposible el entendimiento de ese contenido por parte desus destinatarios. Si transmitimos un programa de radioen donde slo se habla en japons entre radioescuchasque no conocen ese idioma, evidentemente no entende-rn nada. As, en cada medio, la comprensin de un

    lenguaje comn (alfabeto, idioma, expresiones corpora-les, simbologa icnica, etctera) constituye el cimientopara que los receptores comprendan el mensaje que lesproporciona el medio de comunicacin.

    Contenido y forma se amalgaman en la comunicacin.Mientras ms recursos de expresin se utilizan en un

    medio, ms compleja y verstil resulta la comunicacinpero tambin puede haber ms posibilidades para que

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    el meollo del mensaje se diluya. Hasta los asuntos msserios, o de mayor gravedad, podran ser desdeados si

    se presentan con expresiones verbales o icnicas que leresten credibilidad o que distraigan la atencin de quieneslo escuchan o miran. No es lo mismo decir: el seorpresidente del pas anunci que su gobierno..., a ma-nifestar: el sinvergenza presidente del pas anunci...Esas expresiones dependen de la intencionalidad que seprocura darle al mensaje. Un mismo hecho puede sercomunicado de diversas maneras, segn el propsito dequienes lo propalan.

    Dice qu / proceso de la comunicacin

    contenido

    retrica

    perspectiva

    Dicequ

    intencionalidad

    cdigoscomunes

    formato (texto,

    audiovisual)

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    Forma y fondo se amalgaman para darle sentido a todomensaje. La retrica o las retricas en caso de que para

    expresar un hecho comunicacional confluyan el lenguajehablado o textual, con los de ndole visual, acstico o decualquier otra naturaleza forman parte de lo que sedice en un mensaje. La seleccin de un color u otro, ode un adjetivo y no de otro, se convierten en integrantesdel mensaje mismo. El formato del mensaje (que puede serun texto, o texto acompaado de una o ms imgenes,o solamente sonido, o imagen con sonido, etctera) sevuelve parte de lo que se quiere comunicar.

    El hecho comunicacional es, para efectos de estaexplicacin, el asunto del cual se trata un mensaje. Eslo que se dice en el mensaje. En tal sentido, el hechocomunicacional puede ser una idea, o un acontecimiento,

    pero tambin una emocin. O una impresin. Un grito,una interjeccin, un gesto, un ademn, pueden ser elmensaje que se comunica.

    Lo que se dice, adquiere sesgos diferentes segn laperspectivadesde donde se dice. No es lo mismo contarun relato literario a la manera de una autobiografa,

    que desde el punto de vista de un narrador externo ala trama de esa historia. Cuando un reportero notificael enfrentamiento entre un grupo de manifestantes ylos policas que los tundieron a golpes, su informacinser distinta si se encontraba en medio de la trifulca, ala versin que hubiera reseado tras la ventana de un

    edificio desde donde habra presenciado ese incidente.Las perspectivas desde las cuales se comunica un

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    mensaje difieren segn las maneras de apreciar aquelloque se relata, como bien les consta a quienes han visto

    la pelcula Rashomon del cineasta Akira Kurosawa. Enel Japn del siglo XII, un bandido asesina a un samuraiy viola a su esposa. Los hechos son narrados desde laperspectiva de cada uno de esos personajes y de un le-ador, que es el nico testigo de los hechos. Cada quienofrece una versin distinta. As tambin en los medioscontemporneos, como recordara el asturiano Ramnde Campoamor, todo es segn el color del cristal conque se mira.

    En qu canal

    Los mensajes en los medios de comunicacin se difun-

    den sobre un soporte fsico. En la prensa escrita, se tratadel papel donde se imprimen las noticias. La radio y latelevisin transmiten sus sonidos y/o imgenes en unsegmento del espacio radioelctrico. La televisin porcable aprovecha la capacidad de conduccin del cobre ode la fibra ptica. La televisin por satlite difunde en el

    espacio areo pero, a diferencia de la televisin abierta,requiere de un decodificador para traducir sus sealesen imgenes y sonidos que puedan ser presentados enel televisor.

    Esos soportes son el elemento principal del canalen el proceso de comunicacin. Pero para que una fre-

    cuencia radiofnica o televisiva exista se requiere de losdispositivos tcnicos capaces de convertir sonidos y/o im-

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    genes en seales radioelctricas y luego difundirlas graciasa un transmisor y una antena. Lo mismo sucede con

    las seales de carcter digital. El conjunto de aparatosnecesarios para propagar a distancia una seal, formanparte del canal para efectos del anlisis que podemoshacer del proceso de la comunicacin.

    Las condiciones de acceso a ese canal pueden variarde acuerdo a circunstancias tcnicas lo mismo que cul-turales, financieras, polticas, inclusive. Una estacin detelevisin que difunde en seal abierta tiene capacidadpara llegar a ms hogares en comparacin con aquellaque lo hace nicamente a travs de algn sistema detelevisin por cable. Para recibir una seal codificada,como la del cable o el satlite, hace falta pagar unasuscripcin y contar con el equipo necesario. La seal

    abierta, por otra parte, puede tener alcances diversos deacuerdo con su potencia de transmisin, la existenciade otras seales con las que pueda interferir y la legis-lacin en esa materia a la que deba atender la empresaemisora, entre otras condiciones.

    La inteligibilidad del mensaje tambin se relaciona

    con aspectos que estn relacionados con los complementostcnicos, como la calidad del sonido o de la imagen ola disponibilidad de complementos especiales que hacenms accesible algn contenido. Un programa de televisingrabado en color posiblemente perder definicin en untelevisor habilitado solamente para blanco y negro. En

    otros casos, hay programas de televisin grabados enlenguas distintas al idioma de los espectadores pero que

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    estn habilitados con sistemasde traduccin automtica o, co-

    mo un servicio a los invidentes,sistemas de narracin de las es-cenas que se miran en la pan-talla. El uso de tecnologas msrecientes, de carcter digital,permite que en algunos casos,junto al programa de televisin,aparezca informacin adicio-nal a la que se mira y escuchanormalmente (por ejemplo, enun partido de beisbol puedenaparecer, si el telespectador aslo desea, los ndices de bateo

    o de lanzamiento y otros datosdel historial de los jugadores).Todas esas posibilidades for-man parte de las caractersticasdel canal a travs del cual sepropaga un mensaje.

    La relevancia que alcance un contenido dentro delmedio de comunicacin depende de dos factores. Porun lado, existen recursos tcnicos de carcter grfico, so-noro, audiovisual, etctera, para llamar la atencin deforma especfica respecto de un mensaje. Una noticiaen un diario interesa ms a sus lectores si se le publica

    en grandes titulares y acompaada por ilustraciones dra-mticas y llamativas, a diferencia de otra que aparece en

    Mensaje. La televisin divierte,

    informa y preocupa. En la ac-

    tualidad la gente est informadade bailes y bodas, de hroes y

    villanos de telenovelas, del mer-

    cado de valores de diferentes

    ciudades, de guerras o de se-

    cuestros, o de quin gan las

    elecciones. Adems, recibimos

    ese caudal de informacin ennuestros propios hogares de ma-

    nera casi instantnea en relacin

    a los acontecimientos. Por eso la

    televisin preocupa, tanto por el

    contenido como por lenguaje en

    que lo expresa.

    Luis Corts Bargall, La len-

    gua espaola y los medios de

    comunicacin, Ed. Siglo XXI,

    Mxico, 1998.

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    letras de pequeas dimensiones y arrinconada en algunapgina interior. Un anuncio comercial que se muestra

    acompaado de estruendosas fanfarrias o con la imagende una joven atractiva, suscitar el inters al menos deun segmento de los televidentes.

    En qu canal / proceso comunicacin

    Por otra parte, el sitio o el momento en el que ese men-saje sea presentado dentro del medio mismo contribuir a

    determinar su relevancia. Si la informacin de un incen-dio se transmite al comienzo del noticiero de televisin,

    soporte fsico(frecuencia,

    papel,cable,etc.)

    dispositivostcnicos detransmisin

    condicionesde acceso

    complementostcnicos

    circustanciadel medio

    En qucanal

    relevanciadentro del

    medio

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    ser ms visible que si se le presenta, por ejemplo, enmedio de los anuncios comerciales. La declaracin de un

    personaje pblico que se inserta junto a media docenade rutinas cmicas, perder la solemnidad o seriedadque tendra junto a informaciones de otra ndole. Unmensaje (aquello que se dice en el proceso comunicacio-nal) adquiere relevancia distinta segn el contexto quese le asigne dentro del propio medio. Nos referimos alentorno que el medio mismo le d a ese mensaje y noal contexto en el que se encuentre el receptor, al cualharemos mencin ms adelante.

    Tambin influye la circunstancia del medio en rela-cin con otros. En el plano tcnico, ya mencionamoslas desventajas que puede significar para una emisorala interferencia con estaciones similares o con cualquier

    otra fuente de transmisiones en las bandas radiofnicaso televisivas. Para las publicaciones impresas, el sitio endonde un diario o una revista pueden ser exhibidos, laposibilidad que los interesados tengan para encontrar esapublicacin o suscribirse a ella, incluso el precio de venta,contribuyen a estimular o desalentar su lectura.

    A quin

    Este es, en el proceso comunicacional, el momento delreceptor. En los medios masivos un mensaje es como unabotella que se lanza al mar. Quienes lo difunden siempre

    confan encontrar audiencias amplias, sobre todo porquenadie disea y propaga un contenido a travs de un

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    medio de comunicacin para que no tenga televidentes,radioescuchas o lectores, segn sea el caso.

    En las sociedades contemporneas los mensajes medi-ticos proliferan en un habitualmente amplio mercado endonde unos y otros contrastan, compiten o se comple-mentan segn las circunstancias en las que se propaguen.As que el rasgo inicial del receptor es su aptitud pararecibir un mensaje. Esa capacidad est determinada enprimer lugar por la disponibilidad de recursos tcnicos.No puedo escuchar una estacin de radio que transmiteen Frecuencia Modulada si el receptor del que dispongonicamente cuenta con la banda de Amplitud Modulada.No puedo apreciar la intensidad de una imagen grabadapara televisin de alta definicin si mi televisor no cuentacon el formato, la pantalla y el receptor digitales que se

    requieren para esa calidad visual.Adems tenemos que compartir al menos algunos ras-

    gos esenciales de los cdigos comunesmerced a los cualesse entabla la comunicacin: idioma, cdigos audiovisuales,contexto cultural. Si no conozco el idioma en el que sedifunde una conversacin radiofnica difcilmente en-

    tender sus significados. Como se pudo advertir algunaspginas atrs, el de los cdigos comunes es un recursoindispensable que forma parte tambin de los rasgos enel emisor el quin del proceso de comunicacin.

    El cdigo elemental para entablar comunicacin enlos medios es el lenguaje hablado. Pero adems hay una

    amplia coleccin de lenguajes visuales, corporales, icni-cos, etctera, que es preciso dominar para percatarnos del

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    significado de un mensaje. Si vemos en televisin que dosindividuos se abrazan y se dan palmaditas en la espalda

    con seguridad comprenderemos que sa es una actitudde reconocimiento y afecto mutuos. Si vemos la huellacarmes de unos labios femeninos sabemos que es unaseal de sensualidad o de afecto. Si nos encontramos conun letrero rojo que con letras caladas en blanco advierteALTO, entendemos que se trata de una seal para de-tenernos o que puede avisar de algn riesgo. Pero esosmismos gestos y signos, en otras culturas, podran serexpresin de agresividad y no de afecto, o de mal gusto yno de cordialidad, o simplemente no tendran significadoalguno. El contexto cultural comn es indispensable paraque haya comunicacin en los medios de masas.

    En segundo trmino, el receptor se define por la

    actitud que tiene ante el medio y el mensaje. Nuestralectura del diario, o de cualquier medio (aqu emplea-mos el trmino lectura para designar cualquier formade decodificacin de un mensaje meditico) puede serrutinaria o espordica de acuerdo con el propsito quetengamos al hacerla.

    Nuestra actitud respecto del medio de comunica-cin es rutinaria cuando, por ejemplo, acostumbramosescuchar todas las maanas el noticiero radiofnico. Encambio, las personas que sintonizaron dicho programaporque acaba de ocurrir un terremoto o para conocerel pronstico del clima nicamente este da, tienen un

    inters especfico que les har buscar mensajes relaciona-dos con el tema que les importa de manera especial y a

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    desdear todos los dems. En tal caso hay una atencininfrecuente, o espordica hacia ese medio.

    Un tercer rasgo para comprender a quin se dirige elmensaje, radica en su relacin con el medio en cuestin.Esa relacin puede ser ordinaria o selectiva, de acuerdocon la vigencia o ausencia de costumbre que tengamospara atender a sus mensajes. La relacin ser ordinariacuando nos asomamos al medio de comunicacin sinconsiderar el contenido especfico que pueda mostrarnos.As ocurre cuando llegamos a la casa y encendemos eltelevisor simplemente para mirar lo que haya (o paraescucharlo, porque con frecuencia no nos quedamos en-ganchados a la pantalla sino a las bocinas del televisor).Si en cambio lo hacemos con el propsito especfico demirar un concierto de Madonna o una telenovela brasi-

    lea que sabemos se va a transmitir a esa hora, estamospracticando un consumo selectivo de la televisin.

    En cuarto trmino, se encuentra el tipo de acerca-miento que tendemos con el medio de comunicacin. Sillegamos a la casa y encendemos el televisor, estaremosentablando un acercamiento intencional con ese medio.

    Sea por rutina, o de manera excepcional, sintonizarlotodos los das depende de nosotros y no de circunstanciasque se nos impongan. El albedro delante del medio yno slo para seleccionar entre el men de canales quenos ofrece, es por s mismo una definicin en nuestroconsumo de mensajes. Pudiendo depender o prescindir

    del medio, elegimos sintonizarlo de manera, valga lareiteracin, intencional.

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    Pero puede ocurrir que nuestro acercamiento al mediosea involuntario. Si quien enciende el televisor es otro

    miembro de nuestra familia, o un compaero del trabajoy lo hace a pesar nuestro, entonces quedamos expuestosa ese medio sin haberlo pretendido libremente. Lo mis-mo sucede cuando vamos en el avin, o en el autobsde una ciudad a otra, y tenemos que presenciar unapelcula que no nos interesa slo porque la exhiben enla pantalla que aparece, aunque no la deseemos, delantede nosotros.

    A quin / proceso de la comunicacin

    aptitud:recursostcnicos,

    cdigoscomunes

    actitud:rutinaria oespordica

    relacin:ordinaria o

    selectiva

    acercamiento:intencional oinvoluntario

    atencin:leve, intensa

    ruido deotros medios

    A quin

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    Un quinto factor que est presente en el receptor seencuentra en laatencin que puede y quiere tener hacia

    los mensajes que le ofrece el medio de comunicacin.No es lo mismo or simplemente, que escuchar unmensaje. No lo es, en el caso de los audiovisuales, vero contemplar. Nuestros niveles de atencin pueden serleves o intensos de acuerdo con varios factores. En pri-mer trmino influyen las condiciones fsicas de nuestroentorno. Una imagen de televisin que ojeamos al pasarfrente a un aparador en un gran centro comercial, porlo general nos atraer ms si la miramos con deteni-miento en el televisor de nuestra sala de estar. El ruidoambiente, el contraste que establezcan otras imgenes ymuy diversos factores de distraccin forman parte de esascondiciones. En los museos la gente habla en voz baja

    para no incomodar la contemplacin que otras perso-nas hacen de las obras all expuestas. Al estar en casa,quiz acostumbramos subir el volumen del televisor ola radio cuando transmiten un asunto que nos interesade manera especial.

    En segundo lugar, la naturaleza del mensaje podr

    resultarnos, por s misma, ms o menos interesante. Sien la televisin se nos informa que maana nevar deforma tempestuosa en San Petersburgo lo ms seguro esque ese dato nos deje indiferentes, salvo que pensemosvisitar pronto el museo del Hermitage. Pero si se nosdice que habr una pequea llovizna en la ciudad don-

    de vivimos, atenderemos a esa informacin porque nosafecta de forma directa. Si estamos ante un programa

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    de msica grupera y ese gnero no nos conmueve nisiquiera para cambiar de canal, lo dejaremos pasar hasta

    que termine. Pero si se trata de un video de Shakira quenos importa por slidas razones estticas, le brindaremosuna atencin singular.

    La atencin por parte de sus audiencias constituyeuno de los patrimonios ms preciados para las empresasmediticas. Constantemente, televisoras y radiodifusorasse disputan la contemplacin visual o acstica de loseventuales destinatarios de sus mensajes. Para hacerlo,suelen preferir recursos ya probados: una imagen dram-tica atrae con ms facilidad que una de ndole amable;un sonido estrepitoso llamar la atencin antes que unoapacible. Sin embargo el exceso de estridencia, tanto vi-sual como auditiva, puede incomodar o hartar tanto a

    los espectadores que prefieran buscar otro canal u otromedio de comunicacin.

    En sexto trmino, podemos mencionar el contraste oel ruido que suscitan otros medios. El murmullo acsticoo visual de distintos medios con los cuales convivimosdebilita o distorsiona nuestra atencin a cada uno de

    ellos pero, adems, constituye un peculiar entorno deexclusiones e interacciones comunicacionales. Quien ob-serva el televisor sin apartar del la mirada tiene un grado deatencin evidentemente mayoral de quien lee el peridico,

    escruta la pantalla de la com-putadora, o conversa con otra

    Donde funciona un televisor hay

    alguien que no est leyendo.

    JOHN IRVING

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    persona mientras de reojo se entera a medias del mensajeque se transmite por televisin. Conforme incorporamos

    nuevos recursos tecnolgicos a nuestro consumo medi-tico, la televisin encuentra nuevos rivales que tiendena matizar su influencia. Muchos jvenes, por ejemplo,miran la televisin al mismo tiempo que teclean en elordenador, o mientras escuchan msica en su iPod ocharlan por telfono. Hay incluso quienes hacen todoeso a la vez.

    La recepcin simultnea de distintos mensajes me-diticos disminuye la intensidad con que se asimila ca-da uno de ellos. El ruido de otros medios atempera laatencin que podemos brindarle slo a uno. Sin embargohay quienes consideran que los usuarios ms jvenes demensajes mediticos estn desarrollando una creciente

    capacidad para desempear al mismo tiempo varias ta-reas de esa ndole. Actitudes como charlar a travs dela computadora, escuchar msica y hacer la tarea, todoa la vez, estn formando parte de nuevas costumbres enel consumo de medios de comunicacin.

    Ms all de la intensidad con que sean asimilados

    o desdeados los mensajes en ese consumo comunica-cional escindido en varios medios, pareciera claro quese estn consolidando nuevas formas de relacin entrelos individuos y los medios mismos. Es posible, en elmismo ejemplo, que el joven usuario conectado al chat,al telfono, a la computadora y al iPod, est elaborando

    una tarea escolar con alguno de sus interlocutores enel ciberespacio al mismo tiempo que busca en Internet

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    informacin para ese quehacer. O tambin puede sucederque al mirar una pelcula en televisin se nos ocurra

    acudir a Internet para consultar quin la dirigi y enqu ao fue producida. Hasta ahora, por lo general,la televisin convencional no ha reconocido las nuevasformas de recepcin de los espectadores multi-tareas yapenas comienza a aprovechar la complementariedad quepuede tener con otros medios digitales.

    Con qu efecto

    El gran punto de llegada de todo proceso comunicacionalradica en el efecto que logre entre sus destinatarios.Nadie comunica algo sin esperar un resultado. Un escritorque publica un libro quiere lectores para compartir con

    ellos su texto, o para persuadirlos de alguna impresin,emocin o causa. O en vez de, o adems de todo ello,pretende alguna ganancia monetaria. Y quiz tambinbusque notoriedad, influencia y/o prestigio. Un reporte-ro quiere que la noticia que ha averiguado y redactadoaparezca publicada en el mejor sitio posible en el peri-

    dico para el cual trabaja. El propietario de una empresade televisin busca audiencias ms amplias para vendermejor los espacios comerciales o, acaso tambin, paratener mayor influencia poltica.

    Todos quieren resultados. Pero del dicho al hechoo, en este caso, del quin al efecto del proceso co-

    municacional, existe un amplio trecho determinado porlos pasos que ya hemos referido lo que se dice, la

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    manera y el canal como se dice, el destinatario de esemensaje y por la fase final.

    El efecto del mensaje depende de factores como losya mencionados pero tambin de las condiciones y elcontexto del receptor. No hay dos personas idnticas.Aunque muchos de nuestros rasgos e incluso algunos denuestros intereses personales se difuminan en la sociedadde masas contempornea, cada persona tiene peculiari-dades que la individualizan. Un mismo mensaje puedesuscitar reacciones distintas en individuos con gustos,condiciones, expectativas y entornos diferentes.

    El anuncio televisivo de una camioneta de lujo quetiene un precio elevado puede provocar indiferencia ytedio o, al contrario, rencor y enojo entre aquellos queno pueden comprarla. Pero si el televidente est interesado

    en ese vehculo y cuenta con recursos suficientes parausarlos en una compra de esa ndole, el mismo anuncioquiz tenga un efecto persuasivo. El discurso del gober-nador de un estado posiblemente despierte el inters dequienes viven en esa entidad y en especial de aquellosque se avienen con el partido poltico de ese gobernan-

    te; pero hay posibilidades altas de que no concierna aquienes radican en otra regin y que incluso disguste,independientemente de su contenido, a los ciudadanosque le tengan antipata a ese partido poltico.

    El efecto de un mensaje meditico est condicionado,en primer lugar, por la experienciade quien lo reciba. La

    biografa de cada individuo, su escolaridad y formacincultural y desde luego el contacto que haya tenido como

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    consumidor de contenidos mediticos, determinarn susreacciones ante un mensaje. Experiencia es preferencia.

    A un devoto del futbol soccer que suele presenciar lospartidos en el estadio, posiblemente le resultar tortuosomirarlos en televisin. Y, al revs, para un seguidor deese deporte por televisin ser extravagante acudir a unencuentro de manera presencial.

    Con qu efecto / proceso comunicacin

    Al mismo tiempo, experiencia es marco de referencia.Una explicacin muy tcnica de las causas de la infla-

    cin, presentada en el noticiero, es muy probable que lesresulte crptica a los televidentes que carecen de instru-

    experiencia

    contextoredessociales

    Conquefecto

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    se encuentra en las redes sociales de las que forme parteel individuo receptor. Un contenido de carcter poltico

    tendr ms posibilidades de ser admitido por parte deun individuo cuyo crculo de amigos es preponderan-temente afecto al partido o la tendencia que promueveese mensaje. Los cuestionamientos a una corporacinreligiosa calarn ms, suscitando rechazos, entre los fielesa esa iglesia.

    Por lo general la propaganda poltica e ideolgicasuscita ms inters entre los simpatizantes de las causaspromovidas de esa manera. Pero el contraste y la discu-sin que el receptor de cualquier mensaje comunicacionalpueda desarrollar entre las personas con quienes integradistintas redes de relaciones sociales, pueden influir eincluso modificar la impresin que tenga acerca de ese

    contenido.Los encuestadores saben que las opiniones de los

    ciudadanos que han presenciado un debate poltico portelevisin pueden modificarse de la noche a la maana.Inmediatamente despus de ver el debate estn influidospor el comportamiento meditico de quienes lo han

    protagonizado. Pero al da siguiente, el contraste desu opinin con las opiniones de sus vecinos, o de loscompaeros de escuela o trabajo, puede modificar suparecer inicial.

    La importancia de la socializacin de opiniones en loscircuitos de relacin ms variados ha sido crecientemente

    reconocida en el estudio de la comunicacin. Ahora sesabe que un mensaje no tiene una influencia tajante, me-

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    cnica ni preestablecida como quisieron suponer algunosde los estudiosos ms importantes de estos fenmenos

    durante varias dcadas en el siglo XX. El contexto fami-liar, social, laboral, cultural, etctera, modula, matiza ypermea las opiniones de los individuos. Las personas, ensus relaciones mutuas y en la receptividad que puedantener ante actores externos a su entorno como son losmedios de comunicacin, se comportan de acuerdo confactores numerosos y complejos. Para decirlo de manerams llana y recordando la muy consabida expresin delpensador espaol Jos Ortega y Gasset, yo soy yo y micircunstancia.

    Esa circunstancia y los espacios de relacin que laconforman constituyen, al mismo tiempo, zonas de ex-

    presin de los juicios que las

    personas tienen y compartenacerca de los ms diversostemas. La sola existencia detales circuitos de relacin yla posibilidad de que en elloslos mensajes mediticos sean

    contrastados, escudriados ydiscutidos, permite afirmarque la comunicacin de ma-sas no tiene efectos fatales, niidnticos, en todas las perso-nas. Pero adems, gracias a

    la existencia de tales espaciosde encuentro y discusin, los

    Ciudadana. Aquel conjunto de

    prcticas que define a una per-

    sona como miembro de una socie-

    dad. En la actualidad entendemos

    como ciudadana al conjunto de

    derechos cvicos, econmicos y

    polticos. Slo las sociedades de-mocrticas pueden considerarse

    legtimamente como sociedades

    de ciudadanos.

    Soledad Garca Cabeza, Dicciona-

    rio de Sociologa, Alianza Edito-

    rial, Madrid, 2006.

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    espectadores y consumidores de mensajes mediticoscomo veremos en los siguientes captulos de este li-

    bro pueden ser, sobre todo, ciudadanos.

    Un esquema vertical

    En las pginas anteriores hemos desbrozado el til esque-ma del profesor Harold Dwight Lasswell. A pesar de susencillez, ese modelo permite reconocer que la transmisinde mensajes merced a un medio de comunicacin tienevarias fases y se trata de un proceso. En cada una dedichas fases hemos sealado actores, factores, matices ycondiciones que contribuyen a subrayar la complejidadde dicho proceso.

    Con frecuencia el modelo de Lasswell es cuestionado,

    en parte porque carece de la sofisticacin que otros auto-res quieren encontrar en el proceso comunicacional perotambin debido a la intencionalidad que ese investigadorestadunidense quera conferirle a la comunicacin, y asu propio modelo. Para Lasswell la comunicacin, msque un proceso con mediaciones y fases, era un recurso

    de propaganda e indoctrinacin. A diferencia de la in-terpretacin que hemos querido enfatizar en las pginasprecedentes, al destacar las condiciones en cada fase deese proceso y en especial la circunstancia del receptorcomo definitorias de las reacciones y actitudes especfi-cas que cada individuo tendr ante cada mensaje, para

    el profesor Lasswell la comunicacin de masas podraintroyectar valores polticos especficos.

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    En realidad, ms que es-tudiar un fenmeno social y

    comunicacional, o adems deello, a Lasswell y sus muchosseguidores les interesaba en-contrar la manera de moldearactitudes tanto en Estados Uni-dos como en otras naciones.No hay que olvidar que se yotros pases haban estado en

    guerra. Y que al menos una de sus contrapartes en eseconflicto, el gobierno de Alemania que encabez AdolfoHitler, despleg una activa labor de propaganda. En bue-na medida debido a ese contexto y a la intencionalidadque impuso, el trabajo de investigadores como Lasswell

    estuvo al servicio del proselitismo ms que de las cien-cias sociales. l mismo result condicionado por su cir-cunstancia, a pesar de lo cual no se tom el trabajo dereconocer la importancia que el contexto social, culturaly poltico, entre otros factores, significa en la recepcinde los mensajes mediticos.

    Quiz por esa preocupacin enfocada a encontrar dequ manera los medios determinan la conducta de laspersonas ms que a entender cmo funcionan e influyen,Lasswell no repar en el rasgo fundamental que definea la comunicacin de masas cuando la practican mediosmuy poderosos e influyentes. Nos referimos a las condicio-

    nes que robustecen el autoritarismo que, como apuntamosantes, es consustancial a esa comunicacin masiva.

    La televisin es la verdadera

    cultura democrtica la pri-

    mera cultura disponible paratodos y regida completamente

    por lo que la gente quiere. Lo

    ms aterrador es lo que la gente

    quiere.

    CLIVE BARNES

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    conformacin de tales concentraciones, que con frecuenciapueden significar limitaciones a la pluralidad y la libertad

    tan slo porque los medios supeditados a ellas atenderna decisiones ms verticales.Tecnologa y negocios concurren, entonces, para que

    haya ms medios de concentracin en menos manos. Adiferencia de esa propensin, el desarrollo tecnolgicoms reciente, sobre todo a partir de la ltima dcada delsiglo ya concluido, ha propiciado una nueva pero parcialdescentralizacin de recursos comunicacionales. Graciasa Internet y otros medios digitales (videograbadoras,reproductores de audio, telfonos mviles, etctera) laspersonas con acceso a esas tecnologas pueden elaborarsus propios mensajes y ponerlos a circular en redes alas que se puede acceder desde casi cualquier sitio. Sin

    embargo los grandes medios, en particular la televisingeneralista, siguen en manos de pocas y por eso privi-legiadas corporaciones.

    La centralizacin y concentracin de los medios con-vencionales y la influencia que tienen para definir lascondiciones bajo las que se desarrolla el proceso comu-

    nicacional, obliga a replantear la direccionalidad del es-quema sugerido a mediados del siglo XX por el profesorLasswell. En vez de un proceso horizontal, como sugeraaquella descripcin, el proceso de la comunicacin ocurrede manera vertical, desde la generacin del mensaje porparte de un ncleo muy concentrado de emisores hasta

    su recepcin entre amplios pblicos masivos.

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    Tecnologa e ideologa

    Los medios, as explicados y de acuerdo con su acep-cin originaria, son intermediarios en el proceso de lacomunicacin. La existencia misma de los medios, comohemos subrayado a propsito de la televisin, indica undesarrollo tecnolgico y adems, un funcionamiento cor-

    porativo o empresarial. Los medios, as, Por lo generalnecesitan para su desarrollo de organizaciones estables,profesionales y complejas. En otras palabras, se requierede vigilancia financiera, de considerable personal humanoespecializado en diversas reas y de controles normati-vos y administrativos.10 De all, entre otros factores,

    Proceso vertical de la comunicacin

    10 Carlos Gonzlez Alonso, Principios bsicos de comunicacin, Trillas, Mxico,1992, pp. 33-34. Aqu y en las siguientes pginas recuperamos y ampliamos

    Quin

    Dicequ

    Aquin

    Conquefecto

    Enqucanal

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    la tendencia a la ya mencionada cons