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uuu'JuJ'w LIBRO SEGUNDO.,, ÇOMECIO IR 1: TITULO 1 DE LAS NAVES Art, 48;. Se considera nave, para los efectos de este libro, todo buque destinado á traficar por mar, de un puerto •á otro del paí 6 del eitranjero. Bajo la palabra 'ítve se comprenden, además del casco y quilla del buque, los aparejos córrespondientes á él. El nombre aftarejo designa los palos, botes, anclas, cables, jarcias, velamen; mástiles, vergas y todos los demás objetos, fijos ó .sueltos, que sin formar, parte del cuerpo de la nave, son indispensables para su servicio, maniobra y navegación. No se comprende en él, el armamento que no. sea de uso haliitul de la nave, ni las vituallas y pertrechos: $ 1,. ''. La palabranáve es genérica; como loson también arco, buque, enibcircación; y toman nombres especiales, según la forma, tnagnitud, arboladura, etc., como falucho, balandra, goleta, bergantín, polacra, barca, 4 fra . -gata, etc. A las naves de mayor porte se aplica hoy como motor el vapor. '

Libro segundo. Del comercio marítimo

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uuu'JuJ'w

LIBRO SEGUNDO.,,ÇOMECIO IR 1:

TITULO 1

DE LAS NAVES

Art, 48;. Se considera nave, para los efectos de estelibro, todo buque destinado á traficar por mar, de un puerto•á otro del paí 6 del eitranjero.

Bajo la palabra 'ítve se comprenden, además del cascoy quilla del buque, los aparejos córrespondientes á él.

El nombre aftarejo designa los palos, botes, anclas,cables, jarcias, velamen; mástiles, vergas y todos los demásobjetos, fijos ó .sueltos, que sin formar, parte del cuerpo dela nave, son indispensables para su servicio, maniobra ynavegación.

No se comprende en él, el armamento que no. sea deuso haliitul de la nave, ni las vituallas y pertrechos:

$ 1,. ''.

La palabranáve es genérica; como loson tambiénarco, buque, enibcircación; y toman nombres especiales,

según la forma, tnagnitud, arboladura, etc., comofalucho, balandra, goleta, bergantín, polacra, barca, 4fra.

-gata, etc. A las naves de mayor porte se aplica hoycomo motor el vapor. '

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Las naves son en cierto modo personas. Cada.una tiene su nombre con que es conocida, su domi-cilio que es el lugar de su matrícula, su nacionalidad ysu estado civil que se determinan por las leyes fiscales,.los libros y registros que ellas llevan.

Las naves de guerra no están bajo la jurisdiccióndel Código de Comercio.

Las embarcaciones destinadas al tráfico de los.ríos y canales navegables no se erigen porlas leyes delcoiyiercio marítimo, excepto en las relativas al seguroque son comunes á los traspoites terresties y maríti-mos, como lo previene el artículo 480.

Las que navegan alternativamente por mar y por-ríos, como acaece con las que entran al Orinoco, están.sometidas á las leyes del comercio marítimo.

En la palabra nave están comprendidas las partesque la componen y sus accesorios:

En la marina mercante ícese armamento de una.nave todo lo necesario para su equipo y provisión enel servicio á que se destina. Si una expedición co-mercial á determinados lugares hace indispensableponer á bordo una pieza de artillería, una maquina-ria para producir luz eléctrica, etc., esas cosas no se-reputarían pertenecientes al arnaihento ó aparejo dela nave.

Vituallas son el conjunto de 'cosas destinadasla alimentación de los individuos que •se embarcan enella, tripulantes ó pasajeros; y pertrechos, que en lamarina militar significan particularmente municionesde guerra, nó son, en la mercante, - sino los instru-mentos, útiles, enseres, materiales,etc.;:que se llevaná bordo, para las reposiciones, reparaciones y otras,necesidades que ocurran en la nave.

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Art. 482. Las naves son consideradas corno bienesmuebles; sin emba,rgo, ellas responden de las deudas delpropietario privilegiadas sobre la misma nave; y puedenser perseguidas en poder de tercefo por los respectivos acree-dores.

La calificación de bienes muebles dada á las naves,es conforme al artículo 441 Código Civil.

En estricta conformidad con los principios jurí-dicos, lás naves no :pueden ser objeto de prenda, sinque en rigor la posesión pase al acreedor; y esto raravez se verifica en lbs* contratos en que las naves que-dan obligadas bajo aquel respectoí ni sería conve-niente para las mismas partes contratantes: tampocóes posible que sean' objeto de hipoteca, porque en lasgarantías de este género es esencial que la cosa seainmtieble. -

Por mucho tiempo prevaleció victorioso entre 'losjurisconsultos de todos los países el sistema de laprenda naval, que se supone existir como elementode garantía del crédito privilegiado, y así se consagróen los Códigos, rechazando la hipoteca como impo-sible. En el Código de Liguria se exigió, que en loscasos de prenda convencional, la nave debíá llevar ásu bordo un representante del acreedor, para signifi-car que Ja- posesión de la nave había sido trasmi-tida á la persona, en cuyo resguardo se constituyó laprenda; ficción peligrosa como ocasionada á colisionesentre el propietario, poseedor efectivo, representadopor el capitán, y aquel agente pasivo del acreedor,sin autoridad ni derecho en la* nave prendaria.

Los legisladores franceses se decidieron desde1874 por, el sistema de la hipoteca marítima, que hasido ampliada y reglamentada por la ley de Julio dé

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1885. La hipo teca marítima, que permite al deudorretener la posesión de la nave hipótecada, se consi-dera en Francia más ventajosa- que la pre.ula navaly menos inconveniente la ficción que convierte paraese sólo efécto la nave en inmueble. Esa hipotecano puede existir, más que como resultado de la con-vención de las partes: no se, reconoce la hipotecalegal ni la judicial,' y está sujeta para su validez álas reglas comunes sobre hipotecas convencionales.Varios acreedores pueden adquirir,la hipoteca marí-tima : la prioridad del crédito determina la prelación,'y se puede perseguir la nave por acción, real en poderde tercero..,-

E] Código de Comercio italiano de 1883 ha con-servado el nombre de prenda naval á la garantía real,acordada al acreedor sobre la nave; pero, sujetándola•á iguales formalidades que la hipoteca, y dándole losmismos efectos.

Con poca diferencia es el sistema que ha adop-tado nuestro Código, con menos rigor en las formali-dades externas. Conforme á nuestras leyes marítimas,las naves no se pueden dar en hipoteca, sino en pren-da, la cual se constituye por documento público óprivado, con las anotaciones respectivas en la patentede navegación. ,Véanse los artículos 408 y 485al fin.

Art. 483. La propiedad de las naves, 6 de parte deellas, deber trasferirse por escritura pública.

Según. el artículo 674 del Código Civil, la propie-dad se trasmite por efecto de los contratos, y vemos enel artículo 1.078 del mismo, que basta para ello elconsentimiento legítimamente manisfestado.

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El artículo 1.383 del Código citado establece quela venta es perfecta entre las partes, y el compradoradquiere la propiedad respecto del vendedor desde queestán convenidos en la cosa y en el precio, de lo qudeducimos que este contrato no está sujeto para suvalidez á la forma escrita. Exígese, no obstante,para que la venta de inmuebles iroduzca 'efecto, conrelación á terceros, que conste de documento regis-trado, artículos 1.843, 1844 y ,1845 Código dicho.

La ley mercantil nos da aquí una reglá especialrespecto de las naves, al hacer necesaria la escriturapública, esto es, la escritura registrada, como una ne-cesidad de forma, sea para los contratantes entre sí,sea para los terceros. De suerte, que mientras no secumple esa formalidad, en cualquier contrato dé ena-jenación, venta, permuta, don'ación, etc., no se tras-fiere en manera alguna la propiedad de la nave.

El documento respectivo debe registrarse en laOficina de Registro del Distritó, á que corresponde elpuerto donde se encuentra la nave cuando se efectúala enajenación, lugar que es para la have el de susituación.

Art. 484. Son créditos privilegiados sobre las naves ósu precio, y por el orden con que van enumerados los si-guientes

19 Los gastos de justicia y otros, hechos para llegar ála venta.

29 Los gastos de auxilios dados á la nave que se ha-llaba en peligro en su último viaje.

30 Lo que deba la nave por derechos de puerto ó cual-quiera otros legalmente establecidos.

49 Los salarios de los depositarios y guardianes' de lanave, y cualquiera otro gasto hecho para su conservación,

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desde su entrada en el puerto después de su último viaje,hasta su venta; y el alquiler de los almacenes donde sehayan custodiado sus aparejos y pertrechos.

5? Los salários que se deban al capitán é individuosde la tripulación, por el último viaje, y hasta quince díasdespués de la llegada de la nave, si antes no hubiere des-cargado su cargamento.

6? Las cantidades prestadas al capitán por necesidadurgente de la nave durante el último viaje, y. el valor delas mercancías que él haya vendido por la misma causa.

7? Las sumas debidas al vendedor, á los proveedoresy obreros empleados en la construcción de la nave, cuandoésta no haya hecho viaje alguno; y si ya hubiere navegado,las deudas que se hayan contraído para repararla, aparejarlay proveerla para el último viaje.

8? Las cantidades prestadas 6. la gruesa, antes de lasalida de la nave, sobre el casco, quilla, y aparejos, parasu reparación, provisión, armamento y equipo.

9? El premio de los seguros, hechos para el últimoviaje sobre el casco, quilla y aparejos de la nave.

ro. Las indemnizaciones debidas á los cargadores porfalta de entrega, pérdida ó avería de sus mercancías,, ocasio-nadas por culpa del capitán ó de la tripulación.

u. Las otras acreencias á que haya sido afectada espe-cialmente la nave.

Los ¿réditos privilegiados comprendidos en un mismonúmero, concurrirán entre sí á prorrata, en caso de insufi-ciencia.

Coloca la ley en primer lugar los gastos de justiciay otros, hechos para llegar á la venta, porque esosgastos redundan en beneficio de todos los acreedores.Lo mismo debe decirse de los auxilios prestados á lanave, porque sin ellos no existiría ésta..

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Vienen después los derechos de puerto, etc, porqueesas obligaciones las contrae la nave, con anterioridadá las otras deudas.

Son primeros los salarios debidos á los deposita-rios y guardianes y el alquiler de almacenes, etc., quelos devengados por el capitán y los tripulantes; por-que aquellos son gastos de conservación, hechos enbeneficio común

El privilegio acordado á las cantidades prestadasal capitán, se funda en la necesidad de inspirar con-fianza á los que prestan, sin la cual el capitán nohallaría crédito, y se aumentarían los daños y losperjuicios de la nave, con detrimento de todos losinteresados. También es justo que sea pagado conpreferencia el dueño de las mercaderías vendidas, por-que esa deuda beneficia á todos los acreedores.

Lo que se debe al vendedor, á los proveedores y álos obreros, porque ellos contribuyen á la existenciade la nave, cuando ésta no ha verificado todavía nin-gún viaje. Este privilegio, es preferente al que ad-quieren los que han suministrado dinero ú otros va-lores para repararla, equiparla ó proveerla para suúltimo viaje, cuando ya la nave ha salido á la mar.Si pendiente el pago de una deuda de la especie dicha,contrae otra por el mismo respecto, y vuelve á salir,es de preferencia el crédito más reciente, porque laley se refiere al último viaje.

Sobre la prelación entre diferentes contratos á lagruesa hechos por la misma nave, véase el artículo650, que establece las reglas correspondientes.

La ley no acuerda privilegio para el' pago de laprima en los seguros terrestes en general. Atendiendoá que los de traspors terrestres se rigen por los

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marítimos en lo no previsto en los artículos 470 ysiguientes, colegimos que en ellos tiene idéntico pri-vilegio el asegurador. La prima del seguro contratadopor meses ó por años, no goza de ese privilegio.

La nave queda obligada por las indemnizacionesdebidas á los cargadores en las circunstancias mencio-nadas.en este artículo, porque el capitán y los tripu-lants representan él propietario.

La nave puede afectarse como prenda á otrasacreencias mercantiles ó civiles.

Privileqio es el derecho que concede la ley al acree-dor para pagarse con preferencia á otros acreedores,en consideración á la causa de su crédito, artículo 1.797Código Civil. De aquí el, motivo, por qué establece elartículo que analizamos el orden de los privilegio re-lacionados, según el número dé colocación legal, y nosegún la fecha del crédito. La disposición por lacual se ordena, que los créditos privilegiados de unmismo grado, concurren entre sí á proporción de surnonto es conforme al artículo 1.798 Código citado.

Art. 485. Para que gocen del privilegio los créditosmencionadps enel articulo anterior, deben comprobarse porlos medios siguientes:

Los comprendidos en el número j?, por tasaciones apro-badas por los tribunales competentes.

Los del número 2?, por certificación de la autoridad quehaya presidido á esta operación; y á falta de élla, por rela-ción aprobada por el tribunal de comercio.

Los del número 3?, por 'certificaciones de los jefes de lasrespectivas Aduanas. -

Los del número 4?, por relación que apruebe el Juez decomercio.

Los del número 5?, por la liquidadación que haga el ca-pitán de puertb 1 con vista de loroles y de los libros de

-383-cuenta y razón de la nave, y que aprobare el Juez de co-mercio.

Los del número 6?, por los recibos suscritos por el capi-tán y por las relaciones de éste, confirmadas con copia de ladiligencia que acredita la necesidad del gasto, autorizado porlos principales individuos de la tripulación.

Los del número 7?: la venta del buque, por el documentepúblico en que conste el contrato: los gastos de construccióny otros, cuando la nave no haya hecho viaje, por relaciónsuscrita ante testigos, por los acreedores, y por el dueñoarmador de la nave: los gastos hechos para el último viaje,por facturas de los proveedores, con el recibo del capitán alpie, con tal que se hayan depositado duplicados de esas mis-mas facturas en la Aduana antes de partir la nave, ó á mástardar, dentro de los tres días inmediatos.

Los del número 8?, por el documento que cmprhebael contrato, registrado ó depositado según el articulo 642.

Los del número 9?, por las pólizas, 6 por lo que constede los libros de los corredores.

Los del número io?, por sentencias judiciales ó arbi-trales.

Los del número u?, por documento público ó privadoque se anotará en la patente del buque por el administradorde la respectiva Aduana en Venezuela, ó por el Cónsul ve-nezolano en el país extranjero, y á falta de éste, por algunaautoridad del lugar.

No toda prueba es bastante para justificar los cré.ditos que. gozan de privilegio. La ley las determinaespecialmente, porque los créditos dichos se hallan enOposición éon otros, respecto de los cuales pretendenpreferendia. Esa es una modificación del Derecho Ci-vil, en el que no se requieren pruebas especiales paralos créditos privilegiados.

En el caso 1, advirtamos que los' 'os tribunalesque intervienen en la venta de la nave pueden ser ci-

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viles ó mercantiles, ya provenga la venta de actos civi-les, ya emane de obligaciones comerciales.

En cuanto al 2, el salvamento de la nave pue-de en ocasiones ser dirigido por los jefes de la adua-na ó del resguardo, por un funcionario civil ó militar,según el lugar en que se verificó el sliuiestró, y hastapor simples particulares, si no se halló presente ningúnempleado público, ó si el peligro de perderse ocurriócerca de alguna costa despoblada. Merece fé hastaprueba contraria, la certificación de los gastos dadapbr la autoridad que intervino: la relación de gastoshechos por particulaies necesita presentarse al tribu-nal de comercio de la jurisdicción, y, en defecto deéste, al Juez civil del lugar, para que la examine yapruebe.

Lo que se debe por derechos de puertos no puedeprobarse, sino con una certificación ó cuenta de laaduana; y si se trata de otros derechos, con la de laautoridad, á quien incumbe la recaudación.

Para acreditar las deudas relativas al número- 49,los interesados deben ocurrir con sus cuentas alJuez para que las apruebe. Esta aprobación no privaa] deudor, ó á los acreedores• concursantes, del dere-cho, que tengan para objetar'las cuentas presentidas,por falsas ó excesivas.

Respecto del número 59, los interesados pue-den pedir al Capitán de puerto que exija al capitán dela nave la presentación de sus libros, y, hecha la liqui-dación, toca á ellos someterla al tribunal para el exa-men y aprobación, actos para los que no es necesarioque el Juez tenga á la vista los libros antedichos.

Respecto del número 6, véase el artículo 511,que con él se relaciona.

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El número 79 comprende dos casos: cuandola nave no ha hecho todavía ningún viaje y cuando yaha navegado. La venta no se puede probar sino pordocumento público, artículo 483: lo que se debe áconstructores, etc., es preciso que conste por relaciónTflrmada por los acreedores y por el dueño ó armadorante testigos: lo que se debe por gastos del , último via-je es suficiente que se pruebe con las facturas de losproveedores, con el recibo del capitán al pie y con lasdemás formalidades, que allí se preceptúan.

En cuanto al 8, véase el artículo 642.El contrato de seguro se comprueba principalmen-

te con la póliza, artículo 417.Las indemnizaciones por pérdidas, etc., no se pue-

den comprobar por arreglos privados.El contrato de' prenda debe constar siempre por

escrito, artículo 402. Exígese que se anote en la pa-tente de navegación, para que cualquiera que pretendacomprarla ó aceptarla en garantía sepa los gravámenesque tiene.

Art. 486. Se extingue la responsabilidad de la nave enfavor de los acreedores.

io Por la venta de la misma nave, hecha judicial-mente.

20 Cuando después de una venta privada ha salido lanave de viaje, despachada en nombre y 6. riesgo del compra-dor, y han pasado sesenta días desde que se hizo á la vela,sin que hayan hecho oposicióñ los acreedores del vendedor.

14a oposición aprovecha sólo al acreedor que la haga.

La responsabilidad de la nave se extingue en elsentido .de que se extingue el privilegio, y la nave pile-de trasmitirse á terceros libre de obligaciones. Esobvio que la responsábilidad civil ordinaria no desapa-25

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rece si el vendedor readquiere la nave, conforme alartículo 1795 Código Civil, que hace los bienes del deu-dor prenda común de sus acreedores.

La venta judicial purga los gravámenes existentesque pasan al precio de la nave. Este artículo no exige-como el 1840 Código Civil, qué la venta se haga concitacióh de los acrreedores hipotecarios, ' sean losprendarios, que constan anotados en la patente, sinduda porque hay otros privilegiados prefeientes';' peroeso no obsta para que los acreedores que k se crean conmejor derecho acudan á oponerse á la venta judicialde la nave, oposición que se decidiría en juicio ordi-nario.

En la venta extrajudicial no se ktingué 'élprivi-legio mientras la nave vendida ño haga 'viaje despacha-da en nombre y á riesgo del comprador; pero, para esotiene el comprador' que obtener nueva patente,' 'deacuerdo con el artículo 12 Ley XXXII Código de Ha-cienda.

La venta privada de que trata este artículo es la.venta extrajudicial, no la que se hiciere por documen-to privado, la cual no tendrá ningún .valor, pués elartículo 482 preceptua que la propiedad de la nave de-be trasferirse sierre br escritura públiéa.

La ley acue'rda esnta días desde que la ijave shizo á la 'vela después de vendida, por si no estuviesenpresentes los acreedores del vendedor.

La oposición debe proponerse ante el Juez de Co-mercio del lugar, donde fue vendida, y despachada lanave, lugar que equivale á su último domiilio.

La oposición de un acreedor no aprovecha á losdemás, porque son derechos distintos.

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Art. .487. Si, la venta privada de una nave se, haceestando ésta en viaje, los acreedores del vendedor conservansus derechos sobre, ella y sobre su precio; pero, se extingui-rán, si habiendo regresado la nave al puerto, sale de él, conarreglo al inciso 2Q del artículo anterior.

Aunque la nave se haya matriculado en otro puer-to y hayan trascurrido años, sin regçesar al en que con-trajo la deuda. Véanse los artículos 745 y 747.

Art. 488. n casó de quiebra del propietario, los acree-dores por causa de la nave serán preferidos en el precio deella á los demás acreedores de la masa.

Esta disposición está confirmada por los artículos8561 874 y 879.. '

Art. 489. La nave cargada que esté para darse á la ve-la, después de haber recibido el capitán los despachos nece-sarios para sü salida, no puede ser embargad á soliiiíd deningn acreedó-, ánends qué la acción proveng de sumi-nistraciones, heéhás' para aprestarla y proveerla para ese mis-mo viaje. El embargo se suspenderá, si se diere fianza sufi-ciente.

El embaigo perjudicaría entonces á los cargadores',que no son responsables de laá deudas de la nave.Exceptúase el crédito por suministraciones, porque laobligación contraída beneficia á los mismos cargadores.Por suministraciones se entienden no sólo los' vuir res yprovisiones, sino todo lo que la nave necesitaba para-su equipo y abastecimiento. + .

Art. 490. Ñó están sjetW'ájeras surtas' en puertos venzolan6s, sino pi líltraídas enelterritório de Venezuela, por causa ó en utilidadde las mismas naves.

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o Regla que tiene por objeto garantizar el comercioexterior, y que es una aplicación de los principios le-gales sobre competencia por razón del domicilio, dellugar del contrato ó de su ejecución, considerando á lanave como una persona jurídica, no como cosa mueble.

TITULO II

DE LOS PROPIETARIOS DE LA NAVE

Art. 491. Toda persona con capacidad legal para ad-quirir puede ser propietaria de nave venezolana; pero, paranevegarla, deben préviamente cumplirse las disposiciones dela ley sobre naturalización y arqueo de buques.

Tanto los venezolanos, como los extranjeros, pue-den ser dueños de naves venezolanas: puede serlo unmenor, una mujer casada, etc. La adquisición de unanave es un acto de comercio, como los áctos relativosá su navegación, á menos que el título por virtud del£ualhaya sido adquirila provenga de un acto mera-mente civil, corno por herencia ó donación..

El menor ó la mujer casada que adquieren unanave, por compra ú otro contrato oneroso, ejercen actode çomerio, para el cual dbén estar lejli'riente auto-rizados.

Las disposiciones sobre nacionalización y arqueode . bupues están contenidas en la citada Ley XXXIIdel Código de Hacienda.

Art. 492. Cuando la nave pertenezca á varios partíci-pes, se seguirá el voto de la mayoría en. toda deliberación, queconcierna al interés común.Constituye mayoría una por-ción de interés en la nave que , exceda de 1a mitad de su valor.

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Aunque la nave sea materialmente indivisible, esintelectualmente divisible, siempre idéntica aunque hayasido reparada y renovada, y por tanto puede pertenecerá varias personas. , En algunos países seacostumbradividirla en un, número determinado de porciones, lascuales se distribuyen entre los propietarios según su ha-ber, y éstos pueden enajenarlas á otros.

Los copropietarios tienen entonces el derecho de re-tracto legal, que acuerda el artículo 1456 del CódigoCivil.

La copropiedad de una nave constituye una aso-ciación comercial, que se regia por las estipulacionesde los asociados. Para el caso de que falten ésas esque la ley establece el modo de proceder. Si en algunadeliberación de interés común, no pudiere obtenersela mayoría que requiere la ley para resolver, se. sigue elprincipio de que en igualdad de circunstancias prevale-ce el dictamen de los que se' oponen, in'pari re nelior escausa prohibentis. Pero, la divergencia de pareceresentre los copropietarios y la discordancia permanenteen propósitos, puede llegar hasta el punto de que nohaya otro medio de evitarlas, sino produciendó el térmi-no de la sociedad, por la venta de la nave, amigablemen-te ó en licitación.

Art. 493. Los propietarios de nave son responsables ci-vilmente de los actos del capitán, y de las obligaciones quecontraiga con relación á la nave y á la expedición; pero, po-drán libertarse de esta responsabilidad, haciendo abandono deSU interés en la nave y en sus fletes.

El capitán que fuere propietario ó copropietario de lanave, no podrá hacer abandono de ella.

Llámase propietario de la nave el que posee en ella

390-

derecho de dominio : armador, el que ha adquirido elderecho de administrarla y usar de ella, por arrenda-miento ú otro contrato, que no sea traslativo depropiedad.

Cuando el propietario' administra él mismo la na-ve toma también' al nombre de armador. En todo caso,el dueño responde civilmente, deioshechosdel capitán,que se supone ser • representante y mandatario deldueño ó'dueños de la nave,' salvo las acciones que á es-tos competan'contra el armador, que eligió para desem-peñar ese cargo un hombre incompetente ó de malaconducta notoria.

Pero, eta responsabilidad pude limitarse legal-mente á la nave y á sus fletes, como se perhitía en lasacciones noxales libertarse de la obligación personal, ha-ciendo abandono ' de la cosa, que había motivado el dtÍio.

El capitán no tiene ese recurso, porque su obliga-ción no la ha contraído con ocasión de la cosa, sino porhechos personales de, que debe responder.

Art. ' 494. El dueño de unai nave' armada en guerra, queno participa ó no es cómplice de los excesos ó delitos que co-rneta en alta mar la gente de guerra 6 la tripulación, sólo esresp6nsable de la indemnización por tales actos hasta la can-tidad por que haya afianzado, además - del valor de la nave yde sus fletes.

Este artículo se refiere á las naves mercantes quetoman patente dé corso. El propietario no es responsa-ble de las obligaciones que procedan de excesos ó deli-tos cometidos, por los'que andan en el buque, sino lomismo que lo, sería jor las obligaciones civiles-, en elcaso del artículo anterior, además de la fianza prestada.

-391—

Su responsabilidad es, sin embargo, personal, si con-curriere directaó indirectamente á ejecutar aquéllos, 6

se api'ovechase' de los resultados, á sabiendas de loshechos perpe'trados.

TITÚLÓ HÍ

DEL CAPIT(N

rt. 495. EÍ cap esel encargado del gobiern'o y di-rección de la nave, mediante una retribl3ci6í.

Es taibién factoi del propietario de la nave, y represen-tante de los'cárgadores en tódolo relativo al interés de la navey sucaiga,' y al resultado de la expedición.

El capitán tiene el doble carácter de fictór de1 pro-pietario, así como del armador, si la nave está en ad mi- .

y' de , repesentante de los cargadores en lospuñtos expresados en éste artículo.

Llámase ordináhamente patrón el que desempeñaese oficio en las naves pequeñas, destinadas al cabotaje.

Según el artículo 419 del Código Civil, si nace unniño durante un viaje de mar, la partida de nacimientodebe extenderse dentro de veinticuatro hbras, ante eljefe, capitánó patrón del buqué, con las formalidadesquIe la ley requiere para éstos actos, .y se extenderá alpie del rol de la tripulación.

El capitáñ procede también, como funionaiip delestádo civil, en los casos de defunción, artículo 428 id.

Hace veces 'de Registrador en los casos de testa-mento hecho á bordo, según el artículo 739 id.

Art. 496. El capitán es de libre nombramiento del pro-pietario, quien puede así mismo despedirlo.

Si el capitán despedido fuere copropiétario de la nave,puede exigir que los demás partícipes le compren al contadosu parte, avaluada por expertos. ' -

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Propiamente dicho, es el armador, 'ó el propietariocuando fuere al mismo tiempo armador, el que nombra.el capitán. Si son varios los propietarios administra-dores, esa elección debe hacerse por mayoría, porque esde interés común.

No puede ser nombrado capitán, sino un individuocompetente para el gobierno y dirección de la nave,conforme á las leyes de marina.

Aunque el capitán haya sido contratado por tiempo,fijo, puede ser despedido desde que no merezca la con-fianza del armador, así como el mandatario puede ser-revocado en cualquier tiempo por el mandante.

El capitán despedido, que es copropietario de la na-ve, puede, -Si quiere, conservar sus derechos,-de dominio.

Los otros propietarios no pueden obligarlo á ena-jenar. Si fuese uno solo el otro copropietario, y no pu-dieren avenirse, llegaría el caso de licitación, referidoen el comentario al artículo 492.

Art. 497. Toca al capitán escoger las personas que de-ben componer la tripulación, de acuerdo con el propietario,en cuanto al número y calidad de las que deban formarla.

Esta facultad se le concede al capitán, porque' esresponsable de los hechos de los tripulantes. El capi-tán puede rehusar el gobierno de la nave, si el propieta-rio ó armador pretenden privarlo de ese derecho, ó re-ducir la tripulación á un número insuficiente.

Art. 498. El capitán es civilmente responsable por cul-pa, impericia ó negligencia en el cumplimiento de sus debe-res ; sin perjuicio del procedimiento criminal á que se hagaacreedor por fraude 6 dolo.

Es también responsable dé los hurtos cometidos por la.tripulación, salvo sus derechos contra los culpados; y de los

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daños causados por las riñas de la gente de mar, y por sus fal-tas en el servicio de la nave, á menos que justifique que pusoen ejercicio su autoridad para precaverlas, impedirlas y co-rregirlas oportunamente.

El capitán es responsable hasta de la culpa levepara con el armador y los cargadores. Sabernos que lanave responde subsidiaria mente de los actos del capitán.

Siel capitán perdiere la nave, ó le •causare dafi&con intención, sufrirá la pena respectiva de esos delitos.Responde de los hurtos causados por los individuosde la tripulación, nó por los pasajeros, á semejanza dela responsabilidad, que pesa sobre los posaderos por elartículo 1717 Código Civil, porque el capitán es consi-derado como depositario necesario.

En cuanto á los daños y faltas de los tripulantes,porque lo ha escogido, y están bajo su dependencia.Esa responsabilidad tiene por límite el del ejercicio efec-tivo de la autoridad, porque ninguno está obligado 'álo imposbie.

Art. 499. Antes de admitir carga á bordo, el capitándebe reconocer ó hacer reconocer la nave en la forma que de-terminan los reglamentos de marina; y no se prestará á diri-gir el viaje, si la nave no estuviere en estado de navegar con.

'seguridad.

Los deberes del capitán son de tres órdnes: 1los que le corresponden antes de la salida de la nave;29 los que ha de cumplir durante el viaje ; y 39 los queson posteriores al arribo;

Ya hemos visto entre los de la primera serie, el quetiene el capitán de escoger la , tripúlación, que es al mis-mo tiempo que un deber un derecho. Viene después el

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de reconocer ó hacer reconocer el estado de la nave;deber cuya omisión es de grave responsabilidad para elcapitán, porque tanto el propietario, como los cargádo-res, depositan en ese punto su confianza enel que va ádirigir la nave.

Nada lo excusaría, si se prestase á gobernarla ha-llándose en mal estado,.ni Jas, certificaciones, de la au-toridad ó visitas de salida, artículo 57O, pprque persp-nairnente debe examinarla.

At 500 El c.apitán u otro encaigado bajo su respon-sabilidad, debe dar recibos provisionals de los objetos cuyaconduccion toma a su cargo, con epecificación de los enva-ses, marcas y números, cuando lleguen á bórdo de su nave,para ambiarlps6portunarnente porlos conocimientos de 'quese hablará. -

El capitán nq puede delegar en. persona algqna elgobierno y dirección de la nave. El desempeño de esosdeberes es personal. Si durante la navegación nfer-mare, entraría á sustituirlo el primer oficial.del barco,después del capitán, hasta que pasase el impedimento:

Siu' embargo, lá ley autoriza al cpit.án, para que en-cargue una personade su confianza, á efecto de recibirla carga á bordo, bajo la responsabilidad del capitán.Ese oficio lo desempeña el sobrecargo en las naves en,que existe este empleado, puesto por el armador. Aunasí, la responsabilidad del capitán existe, para con loscargadores. . .Los recibos provisionales sirven para laformación del conocimiento. . . .

Art. 501. Se considerará que los objetos han sido em-barcados en buena condición, cuando no se haga mención es-pecial de lo contrario.

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El capitán, el sobrecargo ó e] encargado por aqueltienen derecho de hacer observaciones, cuando los efec-tos •quesétraen á bordo no se encuentran en-buenascondiciones, y. aun rechazarlos, si'por su estado puedenser nocivos ó peligrosos para los tripulantes ,ó 1a nave.

También asiste al capitán- el de rehusar todo loque excede de la capacidad material, del barc, aunqueesté comprendido en el fletamento, pues responde de laseguridad de la navegación. Yete es un derecho, -queasume 'el, caráétér de un deber respectó dé los cargado-res y pasajeros, cuya vida é intereses se exponen á- pe-recer con el 'exceso de barga.

Tiene fuera de presunción juri-s el, de-jure, esto es,que no admite prueba en contrario, la que recae sobreel capitán, segun este aiticulo

Art. 502. El capitán e responsable del deterioro ópérdida que sufra la nave ó el cargamento, á ménos que-pro-vengan de vicio propio de la cosa 6 deculpa del embarcador,de casos fortuitos ó de fuerza mayor. -

La prueba en estos casos corresponde al capitán.

- La presunción que establece este otro artículo con-tra el capitán es simplemente- juris. La ley presumeque los efectos, embarcados en buena condiciones,porque no se hizo ninguna observación respecto de suestado, se han perdido ó deteriorado .á bordo por culpadel capitán, toca á este probar lo contrario, acreditandouno de los cuatro casos enumerados.

Vicio propio, es decir, consecuencias naturales dela cosa, aunque se hallase antes en buen estado; por -ejemplo, que se descompongan los comestibles dépuésde cierto tiempo: . . culpa del embarcador, si lbs efectosno se-hallaban interiormente bien embalados ó encajo-

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nados; casos fortuitos, si el daño provino de haber en-trado agua de mar en las bodegas, á causa de un tem-poral ó de haber encallado la nave; fuerza mayor, si lanave fue apresada, etc.

Art. 503. El cgpitán que cargare mercancías sobre lacubierta de la nave sin consentimiento del cargador, será res-ponsable de todos los perjuicios que sobrevengan.

Esta disposición no es aplicable al comercio de cabotaje.

La carga llevada sobre cubierta va expuesta á de-terioro ó pérdida material, porque carece de resguardocontra agua, viento, etc.; en caso de echazón puedeser de las primeras que se arrojarán al mar para salvarla nave, artículo 617; no son entonces paadas y con-tribuyen, sin embargo, á la avería gruesa, artfcul 628.

Por estos motivos, el capitán debe solicitar laaquiescencia del cargador. Exceptúase el comercio decabotaje, porque los viajes son de menor duraciónmenos ocasionados á riesgos de mar.

Y de ese hecho del capitán se hace responsable lanave, según el número 10 del 'artí culo 484 la cual debepagar sola la pérdida «daño sufrido, sin invocar la con-tribución de avería, artículo 628.

Art. 504. No podrá el capitán cargar objetos por supropia cuenta, sin pagar el flete y sin consentimiento del pro-pietario; ó sin el de los fletadores, si la nave fuere fletada ensu totalidad.

Aunque el capitán sea copropietario. Sabido es queel comunero no pilede servirse de la cosa común contrael interés de la comunidad, artículo 639 del Código Ci-vii. Si la nave ha sido fletada en su totalidad, aunque

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pague flete, porque el uso de ella corresponde á losfletadores.

Art. 505. El capitán que navegue por cuenta de parti-cipación en las utilidades, no podrá hacer tráfico alguno porsu cuenta particular.

En caso de contravención, perderá los objetos que haya.embarcado, y se aplicarán en beneficio de los demás interesa-dos; independientemente de la responsabilidad del capitán,por los demás perjuicios que cause.

Si se considera al capitán como un factor, estácomprendido en el artículo 84: si se le trata comounsocio, le alcanzan los artículos 1, 73, 174 y 175.

Art. 506. Tan luego como esté cargada la nave y pro-vista de todo lo necesario, el capitán deberá emprender elviaje en el primer momento favorable, so pena de responderpor los gastos yperjuicios, que la demora cause á los propie-tarios de la nave y.á los cargadores.

No debe el capitán salir del purt, cuando el tiem-po es contrario; si fuere favorable, está obligado á em-prender prontamente el viaje, so pena de indemuiza-ciónde daños y perjuicios en ambos casos;

El capitán debe informar al armador sobre lo quele falta para el equipo, armamento -y provisión de lanave. Si se encuentra en puerto distinto de la residen-cia del armador, se entiende con el-consignatario delbarco para el despacho de éste.

Art. 507. Estando ya lista una nave para darse á la ve-la, el capitán y los individuos ce la tripulación no puedenser detenidos por deudas, excepto que hayan sido contraídaspor razón de ese , viaje ; y aun en este caso quedan libres,dando fianza. , -

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Esta disposición concuerda con el artículo 489:los daños y perjuicios provenients de la detención re-caerían sobre terceros, no responsables de ladeuda.

Esta ha de ser también por suministraciones par-ticulares hechas al deudor, para ponerlo en aptitud dehacer el viaje, no por deudas contraídas entiemposanteriores, ó por otros motivos.

Art. 508. Durante el viaje 'debe el capitán informaral propietario, cuantas veces pueda, sobre el viaje y elestado del buque.

Hé aquí uno de los deberes del capitándurariteel viaje. Aprovechará al efecto las escalas que hagaen la travesía, para comunicarse con el propietario óarmador; y si el viaje fuese directo,- lo hará portodos los correos desde que arribe al puerto, á dondeva destinado.

Art. 509. En el lugar donde morare el propietario dela nave, no podrá el capitán sin su consentimiento hacerreparos, ni comprar velas, cordajes ú otras cosas para lanave, ni tomar dinero sobre su casco, ni fletarla.

En el puerto de la residencia del propietario 6armador, son éstos los que representan y administranla nave. Ante 'que esté cargada, el capitán no ejerceninguna de • las facültades que la ley, le atribuye, co-mo factor del propietario, ó' como representante delos cargadores, cuando la nave está fletada y car-gada, ó se encuentra ya en viaje.

Art. 510. Si estando el capitán en un 'mimo 'lugarcon el propietario, se' halla sin los medios necesiós 'paradespachar la nave fletada 6 cargada, requerirá al propietarioante un Juez, para que suministre los fondos, y en el caso

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de que no los consigne dentro de veinticuatro horas, podráel capitán, con autorizaci5n del propio Juez, tomar porcontrato á la gruesa ó por otra especie de préstamo, eldinero necesario por cuenta de la nave.

Fletada y cargada la nave, la ley da al capitánen interés de los cargadores, las facultades de quehabla este artículo, tanto en el caso de que el pro-pietario, presente en el puerto de su residencia, nopueda sufragar las sumas qué sean, necesarias, -comocuando por algún motivo no quiera hacerlo. El ca-pitán podrá iecibir el préstamo de alguno de los fletadores; podrá suplir él mismo el dinero necesario,siempre con autorización judicial. Ocurriráá la formade préstamo á la gruesa., si fuere el más ventajoso para-la nave, por las condiciones de réditos, etc.,

En el caso de que sea imposible' hallar los re-cursos indispensables para la salida de la l naveotorgando las garantías legales; se considerara rotoel viaje y resueltos el fletamento y los contratos cele-brados con la gente de mar; todo á costa del propie-tario ó armador, á quien fuere imputable la falta derecursos.

El capitán tiene derecho de vender en esecaso riTieicitdería puestas á bordo por los fletadores,como en los casos del artículo siguiente.

Art. 511. Siempre'que el capitán, durante el viaje, se.halle sin medios para costear en casos urgentes las repa-raciones 6 la provisión de cosas necesarias á la nave des-.t . ; çi, . 1 I .1 ¡pues de hacer constar la urgencia en una diligencia firmadapor lo iie iiiis 'dia iju1di6iV, ) pódi!á ,o,-mar rtíd6 á la üá6bre l cióquiliá y•"pejos -de la nave, 6 vender 6 empeñar mercancías sufiidb.tes delpropietario con preferencia, y en su defecto de otros, previa

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autorización del Juez en Venezuela y del Cónsul venezolanoen país extranjero, y en su defecto, de la autoridad que co-nozca en materias mercantiles.

El propietario de la nave es responsable de las mercan-cías empeñadas 6 vendidas, con arreglo al precio corrientede las de igual especie y calidad en el lugar y tiempo de ladescarga, ó con arreglo al precio á que fueron vendidas, si nollegare la nave á su destino.

Durante el viaje las facultades del capitán sonplenas, esté ó no presente el propietario, siempre quecumpla las formalidades legales: puede obligar lanave en préstamos á la gruesa, y hasta vender mer-caderías pertenecientes al cargamento, por el ordenmencionado. El pago de los efectos vendidos de lapropieJad de los cargadores goza de privilegio, artículo484, número 6

De las obligaciones contraídas - en tales casos porel capitán, es responsable el propietario de la nave,aunque se haya opuesto á ellas.

El precio de las ipercaderías vendidas se calculapor el del lugar, á donde están destinadas, porque laventa priva al dueño del valor que allí tienen. Si lanave no llega al puerto dicho, entonces se le ha depagar el precio en que fueron vendidas, porque nodependió de la venta hecha obtener mayor precio.

Art. 512. El capitán no tiene facultad para vender lanave, sin poder especial del propietario, excepto el caso deprobarse en forma legal la incapacidad de aquella para na-vegar.

Las facultades del capitán no alcanzan hasta venderla nave, porque no encuentre medios de equiparla paraseguir. viaje, á menos que sobrevenga el caso de inna-vegabilidad.

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Art. 513. Antes de salir de un puerto distinto del lu-gar en que resida el propietario, el capitán le deberá dirigirpor la va más corta una noticia firmada, en que exprese losefectos cargados, el precio de los que él hubiere cargadopor cuenta del propietario, las cantidades que, haya tomadoprestadas, el' interés de ellas, y los nombres y domicilio delos prestamistas.

Estas noticias han de darse para que el propie-tario prepare las operaciones ulteriores de la nave ósu cargamento. Prestamistas, mejor dichQ, prestadores.

Art. 514. El capitán podrá hacer asegurar el valor delos objetos, que hubiere embarcado por cuenta del propieta-rio, y las cantidades que hubiere invertido por cuenta de lanave; pero dando aviso, de haberlo hecho, al remitir la no-'ticia de que trata el articulo anterior.

Procede como mandatario, en interés del dueñode la nave, y, le da aviso para que pueda cumpliroportunamente, las obligaciones contraídas, así comopara impedir que cntrate otros seguros sobre losvalores asegurados. -

Art. 515. En caso de naufragio, aveia . 6 arribada for-zosa, el capitán está en la obligación, con los oficiales éindividuos de la tripulación, de dar por escrito un informesobre todas las circunstancias del suceso, dentro de las veintey cuatro horas de su llegada á un puerto cualquiera. Elinforme se , ratificará bajo juramento; en los puertos de laRepública, ante el Juez de Comercio, y en su defecto, anteotro Juez ; y en países extranjeros, ante el Cónsul venezo-lano, y en defecto de éste, ante la autoridad competente dellugar.

El capitán tomará dos copias crtificadas del informe deque trata el' articulo anterior y de las diligencias subsecuen-tes; remitirá, por la vía más directa, una de ellas al pro-26

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pietario del buque, y guardará la otra para servir de com-probante al rendir cuentas. Las partes interesadas podrán.siempre hacer la prueba en contrario.

El capitán debe hacer constar en el diario de na-vegación,. que por las leyes de marina está obligadatoda nave á llevar, los principales sucesos ocurridosá bordo durante el viaje. Además de la relación queha de etenderse en ese libro, se le impone la, obli-gación de este informe, el cual merece fe, después dejurado, hasta que los intéresaclos prueben qu6 el ca-pitán ha faltado á la verdad, adulterando los hechosú omitiendo circunstancias importantes. .

Art. 516. Después de cada viaje, el capitán debe ren-dir al propietario de la nave, cuenta comprobada de sus ope-raciones en el viaje: y entregar el saldo favorable al pro-pietario.

Este es el principal deber del capitán, después de-terminado el viaje; deber igual al del mandatario ó•administradór en los negocios comun. Los deberés,del capitán con respecto. á los cargadores se determi-nan en el Título, que trata sobre el contrato •de fleta-mento. .

Art. 517. El propietario debe examinar la. cuenta inmediatamente, aprobarla, si está exacta, y pagar sin de-mora el saldo, si éste fuere favorable al capitán.

El retardo en el examen de la cuenta puede ppú-judicar el buen crédito del capitán é impedirle quecontrate sus servicios con otros armadores, si ,noquiere seguir en la misma nave;

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TITULO IV

DE LOS CONTRATOS DE LA GENTE DE MAR

Art. 518. En el contrato entre el capitán y los ofi-ciales y demás individuos de la tripulación, éstqs se com-•prometen á prestar sus servicios para hacer uno ó •variosviajes, cada uno en su calidad, mediante una retribuciónconvenida, ya de cantidad fija por mes ó por viaje, ya deuna parte en los fletes ó en las utilidades que se hagan;el capitán á darles lo que les corresponda, según-el con-trato y según la ley.

Estas obligaciones recíprocas deben hacerse constar enel rol; pero, á falta de ésto, se admite cualquiera otrá especiede prueba. '

En las palabras 'gente de mar se comprenden losoficiales, marineros y obreros que compoñen la tripu-lación. Pueden contratarse por viaje, por mes,óátérmino fijo. , Es un contrato de arrendamiento' deservicios, rnediaite una retribución determinada, ócon una porción aleatoria en los fletes ó en las utili-dades de las negociaciones que haga la nave, ,comolos dependientes en el caso del artículo 172.

Si los contratos hechos no constan en. el 'rol dela tripulación, se permite, para probar las estipula-ciones habidas, todo género de -prueba legal, con loque 'se favorece á los tripulantes, á quienes no debe,Perjudicarla falta de lo expresado en aquel instrumento.

Art. 519. Es prohibido á la gente de mar 'poner cargaá bordo de la nave por su propia cuenta, sin permiso delcapitán y sin pagar el flete. .

Llámanse pacotilla los 'efectos que el propietariode la nave - permite llevar al marinero, sin pagar

flete. Ese permiso es generalmente concedido á lostripulantes, tanto que ellos lo estiman como comple-mento de la retribución, que se les da por sus ser-vicios. Pero, el propietario ó el armador no estáobligado, á otorgarlo, sino cuando lo hubiere prome-tido.

Art. 520. Si el viaje convenido no tuviere lugár' porhechos de los propietarios, del .capitán 6 de los fletadores,los hombres de mar podrán retener, como indemnización, loque se les hubiere avanzado á cuenta de sus sueldos, 6si lo prefieren, pedir un mes de sueldo; y si el ajuste fuerepor viaje, se calculará distribuyendo el salario convenidoentre los días de la duración probable del viaje, á juicio deperitos.

De cualquiera manera que se hubiere hecho el ajuste,tienen derecho á lo que les corresponde, por los días em-pleados en el apresto de la nave.

El desistimiento de] viaje antes' de emprendersees lo que se llama ruptura del viaje. Esta pueda efec-tuarse de dos maneras: por voluntad del propietariode la nave ó de los fletadores; y por causas indepen-dientes de la voluntad de ellos.

En el primer caso, el marinero tiene el derechoque le concede este artículo, porque es justo quesea indemnizado del perjuicio que puede sufrir ha-biendo perdido ocasión de ajustarse en otra nave; yno tiene acción para reclamar todas laso1dadas,porque queda en aptitud de contratar con otros SUS

servicios por-,el tiempo para el que se había obligado.El marinero tiene derecho'á que se le • paguen los

días empleados en el apresto de la nave, no ya comoindemnización, sino como rmuneración de sus ser-vicios, aun cuando no tuviera derecho de exigir nada

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por el otro respecto ; por ejemplo, si se hubiese ajus-tado como copartícipe en las utilidades, según el artícu-lo 525;

Art. 521. Si la interrupción del viaje tuviere lugardespués de haber salido la nave del puerto, recibirán los,salarios íntegros que habrían devengado, si se hubiera rea-lizado todo el viaje. Si el ajuste hubiere sido por mes,se calculará la duración probable del viaje. También ten-drán' derecho é que se les proporcione trasporte al lugaren que debía terminar 'el viaje, ó al punto de donde salióla expedición, según más les conviniere.

Dícese que hay interrupción de viaje, cuando elviaje se detiene después de emprendido y antes dehaber finalizado. La interrupción puede efectuarsetambién por dos causas distintas: por hechos del pro-pietario, del capitán ó de los cargadores, ó por inter-dicción de comercio y embargo de la nave.

En el primer caso, 'el marinero ' tiene derecho ásus salarios íntegros, porque ni el propietario, 'ni elcapitán, ni los cargadores pueden perjudicarlo consus actos, mucho menos cuando el marinero ha aban-donado el lugar de su, residencia.

La obligación de pagarle y trasportarlo al lugarque escoja, entre los que expresa el artículo, es delarmador ó propietario, en cuyo nombre los ajustó elcapitán.

Art. 522. Si antes de comenzar el viaje ocurriere in:- 'terdicción de comercio con el lugar, á que estaba destinadala nave, 6 ésta fuere embargada por orden del Gobierno, lagente de mar sólo tiene derecho al salario por los días e,mpleados en el apresto de la nave, y el contrato queda res-cindido.

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Este es el segundo caso de ruptura del viaje de losque indicamos en el artículo 520. Habiendo fuerzamayor nadie es reponsable del perjuicio causado. Elmarinero debe devolver lo que se le hubiese avanzadoá cuenta de sus salarios, y sólo se le pagará lo que lecorresponde por sus jornales en los días empleados enel apresto de la nave, porque esos gastos deben, recaersobre el propietario ó los cargadores, según los casos.

El artículo no debería decir que el contrato quedarescindido, sino resuelto, porque no-se dice que hay res-cisión sino cuando el contrato se anula por las causasexpresadas en el artículo 1249 del Código Civil, y aquíse trata de la éxtinción, por imposibilidad, de cumplirun contrato perfectamente válido:

Art. 523. Si la interdicción de comerció ó el embargode la nave ocurrieren duraite el curso del viaje, recibirán sussalarios hasta que sean despedidos; y además. tendrán el de-recho de trasporte, según lo dispuesto en el artículo 521.

Este es el otro caso de interrupción de viaje, porfuerza mayor, indicado en el artículo 521.

El marinero no puede exigir, sino los salarios quele corresponden por el tiempo servido. El trasportese le concede por mera equidad, considerando la leyque el propietario de la nave posee recursos, que el ma-rinero no tiene para sufragar esos gastos.

Art. 524. Si el viaje se prolonga voluntariamente, elsalario de la tripulación contratada por viaje se aumentaen proporción; pero si voluntariamente se ,acorta -nada se lesrebaja.

Cuando el viaje sé prolonga voluntariamente, eldueño de la nave no tiene derecho de aprovecharse

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gratis de los servicios del marinero en el tiempo aumen-tado; si, por , el contrario, se ha acortado también vo-luntariamente, debe pagársele al marinero su salarioíntegro, porque ha sido contratado por tiempo deter-minado. Este artículo se refiere, especialmente, al casoen que el marinero fue ajustado por viaje.

Por prolongación de viaje debérnos entender, no elmayor tiempo empleado en la navegación por acciden-tes de mar otros motivos, sino, la que resulta dehaber tenido que seguir la nave á otro puerto, como enel caso del artículo 573.

Si el 1.niarinero fue ajustado por meses, devengasu sueldo mientras dura el viaje, sea voluntaria ó for-.zosa la prolongación mencionada.

Art. .525. Si la gente de la tripulación, hubiere sidoajustada á la parte de utiljdades sobre el cargamento ó sobreel flete, no tiene derecho á indemnización alguna por la rup-tura, demora ó prolongación del viaje, causadas por fuerzamayor; pero si provinieren de hechos de los cargadores, tienederecho á su parte proporcional en las indemnizaciones que'éstos tengan que pagar; y si' provinieren de hechos del capi-tán, ó propietario del buque, éstos estáfi obligados á indem-nizarla.

- El contrato en este caso es aleatorio. El marine-ro está sujeto á las eventualidades que provienen defterza mayor ó caso fortuito. Cuando queda privado'de la parte de utilidades que debía corresponderle, porhechos del propietario, del capitán ó de los cargadores,es justo que sea indemnizado por ellos. Si deja depercibir,' entonces, los, beneficios á que aspiraba., es por-que el propietario, el capitán ó los, cargadores han iñipedido la negociación. . , '

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El marinero participa de la porción proporcionalen la indemnización, que pagan los cargadores al pro-pietario, cuando está. ajustado por una cuota parte enlos fletes que produzca la nave. Si se trata de las uti-lidades del barco en operaciones propias, no hay en-tonces fletadores, y la indemnización le es debida porel dueño, en quien recae la responsabilidad.

Art. 526. Si la gente de la tripulación fuere ájustadapor varios viajes, puede exigir el pago de sus salarios, despuésde terminado cada viaje.

En bien del marinero, se le permite exigir los sa-larios de cada viaje.

Art. 527. En el caso de pérdida total de la nave y delcargamento por naufragio 6 apresamiento, la gente de latripulación quedá sin acción á sus salax3s, reteniendo lasanticipaciones que hubiere recibido.

Perdida la nave y.el cargamento, cesa la respon-sabilidad del propietario.

Art. 528. Sise salva alguna parte de la nave ó delcargamento, los marineros ajustados por mes ó por viaje re-cibirán del producto de los restos de la nave salvados sussalarios hasta el día de la pérdida; y si ese producto no alcan-zare, serán pagados subsidiariamente del flete

Los ajustados sobre el flete son pagados de sus salariossólo sobre el flete, en proporción del que cobre el caiiitán.

Según, el número 59 del artículo 484, los salariosque se deben' al capitán y á los individuos de la tri-pulación gozan de privilegio sobre la nave ó su precioEl crédito dicho es privilegiado, respecto del flete, con-forme al artículo 542. Los salarios se pagan vpropor-cionalmente, si' el flete no fuere suficiente.

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Art. 529 Los marineros de cualquiera manera quehayan sido ajustados, tienen siempre derecho á salario porel tiempo que empleen en salvar los restos de la- nave y losefectos naufragados.

La remuneración les es debida entonces, no porel viaje, sino por los servicios que, prestan, ­ lo mismoque en el articulo 520.

Art. 530. Cualquier servicio extraordinario será men-cionado en el registro, y podrá dar lugar á una recompensaextraordinaria.

Se considerarán servicios extraordinarios los queel marineró no está obligado á prestará la nave, , porrazón del oficio que se le ha señalado á bordo, ó lecorresponden como tripulante.

Ordénase la mención en el registro, para que elmarinero tenga derecho á íeclamar del propietario larecompensa del caso, y también para que le sirva derecomendación ante otros propietarios ó armadores,cuando quiera ajustarse en otras naves.

Art. 531. El marinero herido ó contuso en servicio dela nave, ó que durante la navegación cayere enfermo, reci-birá su salario, y será curado y asistido á expensas de lanave.

El marinero será curado y asistido á expensas de la navey del cargamento, si fuere herido en defensa sle la nave con-tra enemigos ó piratas.

En caso de mutilación, el marinero será indemnizadosegún convenio que se celebre; y, en su defecto, á juicio deexpertos.

Si el marinero herido ó enfermo no pudiere continuarviaje, el capitán deberá dçjar fondos suficientes para su cura-ción y asistencia. El marinero tendrá derecho, además, á sus

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sueldos; y sus gastos de regreso le serán abonados de lanave, su flete, y en su caso, del cargamento.

Comprende tres casos: 1 9 herida ó contusión;. 2enfermedad, y. 39 muti1ción. Requiérese que hayasido en servicio de la nave la herida, contusión ó mu-tilación, y que la enfermedad haya sobrevenido duran-te la navegación.

Las indemnizaciones que se acuerdan en tales ca-sos al marinero tienen por objetó, por una parte, esti-mular su decisión en beneficio de la nave, y, por otra,auxiliarlo en la enfermedad, que, quizás ha sido con-traída en ejercicio de sus obligaciones.

La mutilación, esto es, la pérdida de una pierna,un brazo ó algún otro miembro, la de la vista, etc., daderecho áuna indemnización especial,. qie puede serconvenida entre el propietario, ó el capitán en su nom-bre, y el marinero; ó regulada porexpertos, al regresode la nave al puerto de su partida.

Art. 532. Si la herida ó contusión sobreviniere al ma-rinero, con ocasión de haber ido á tierra sin permiso compe-tente, sólo tiene derecho á los salarios por el tiempo servido.La curación y asistencia seráh á sus expensas y aun podráser despedido, si de lo contrario resultare retardo en elviaje.

En ese caso no existe la . razón del artículo ante-tenor. El marinero se ha hecho culpable de una faltaen el cumplimiento de sus deberes, y no tiene derechomás que á lo que tenía devengado en el servicio de lanave.

Art. 533. Si durante el viaje muriere el marinero quehubiere sido ajustado por mes, sus salarios se le deberánhasta el día de.su fallecimiento.

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Si hubiere sido ajustado por viaje, se le deberá la mi-tad si falleciere en la ida, y el total si fuere al regreso.

Si hubiere sido ajustado á la parte de utilidades sobreel cargamento ó sobre el flete, se le deberá su parte íntegra.

También se le deberán por entero los salarios 6 uti-lidades, si muriere en defensa de la nave, y ésta llegare ábuen puerto.'

Hácense aquí las diferencias que corresponden,cuando el marinero ha sido ajustado poí' mes, por via-je ó á la parte de utilidades.

Esta distinción se ha omitido en los dos artículosanteriores. No hay duda de que en* el caso 531, el ma-rinero debe ser 'pagado de sus salarios íntegros hastaque la nave rindasu viaje completo, hayáe1e contra-tado por mes ó por viaje, y que también tendrá dere-recho á su cuota, de utilidades, si se ajustó en esaforma aleatoria. Pero, en el caso del artículo 532, esracional suponer que, 'si fue contratado por viaje, nodeberá pagársele sino la parte proporcional al tiempoinvertido, y que la misma proporción deberá calcular-se, para satisfacerle lo que haya de tocarle en las utili-dades, considerando descontado el tiempo que dejó deservir á la nave.

Los herederos del marinero, que muere darante el'viaje, tienen menos derecho que el marinero, que seha conservado enfermo ó herido conforme al artículo531, en cuanto á los salarios prometidos por viaje. Es-la diferencia no es justa.

Lley no le acuerda á los herederos la totalidaddel salario por viaje, sino cuando el marinero mueraen defensa de la nave, si ésta llega á buen puerto; pot-que, si se perdiere totalmente, desaparece toda obli-gación. .

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Las expresiones llegar á buen puerto significan arri-bar la nave libre y salva á puerto seguro, aunqueno sea el de su destino.

Art. 534. El marinero que fuere capturado defendiendola nave, ó con ocasión de haber sido enviado 'por mar ó portierra en servicio de la nave, tiene derecho al pago íntegrode sus salarios ó utilidades, si la nave llega á buen puerto.

Tiene además derecho á una indemnización, fijada porexpertos, para su rescate, si la nave llegare á buen puerto.

El cargamento contribuirá .con la nave á dicha indemni-zación, si la captura hubiere tenido lugar defendiendo la na-ve, 6 habiendo sido enviado el marinero en servicio, así de lanave como del cargamento.

La captura puede verificarse: 1 9 en el asalto de lanave; 29 en una comisión desempeñada por el, marine-ro, por ejemplo, si fué'enviado en un bote á reconocer al-gún fondeadero en la costa; y 39 en una comisión portierra, si por ejemplo, se le mandó á avisar algún acon-tecimiento á las autoridades, á solicitar vívéres, á bus-car auxilios, etc.

El marinero, capturado por otra circunstancia aje-na del servicio, carecerá de toda acción contra la nave.

Si capturada la nave ha sido rescatada, ó represadda ha sido restituida al propietario, quedando algunosmarineros en poder del captor; aquéllos tienen derechoá ser rescatados por el propielario, si fueron' héchos pri-sioneros defendiendo la nave. ' -

En todos estos casos, contribuye'el cargamento enproporción al rescate, cuando la defensa ó el servicio seefectuaba en provecho, tanto de la iave como delcargamento.,-

Art. 535. Cuando el capitán despide á oficiales 6 mar¡-

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neros con causa legítima, debe pagarles sus salarios conveni-dos hasta el día de la despedida, calculados según el caminohecho:

Si la despedida tuviere lugar antes de principar el viaje,serán pagados por los días que hubieren servido.

- No son razones para que el individuo -de la tripu-lación sea privado del valor de sú trabajo las faltas co-metidas después.

Si el tripulante despedido hubiese sido contratadoá la parte, sólo tendrá antes de principiar el viaje dere-cho á los días que hubiere servido, calculados por el Sa-lario usual; si fuese despedido después de comenzadoel viaje, ese salario se calculará en proporción á lacuota que debía caberle en las utilidades.

Art. 536.. Son causas legítimas de despedida:la. La insubordinación. .2 La embriaguez habitual. .3 . Las riñas y vías de hecho á bordo.41 La ruptura del viaje por causa legal.52 El abandono de la nave sin permiso competente.6a La inhabilitación para desempeñar las funciones y

cumplir los deberes de su respectivo cargo.

Todas estas faltas sin graves. Hemos visto enel artículo 498 que el capitán es responsable de ellas, sino las reprime con energía.

La inhabilitación física para el servicio no autorizaal capitán para despedir al tripulante, cuando provienende alguna de las causas expresadas en el artículo 531.

Art. 537 El marinero que pruebe haber sido despedi-do sin justa causa después de principiado el viaje, tiene dere-cho por vía de indemnización, á los salarios íntegros y á losgastos de regreso al puerto en que se embarcó. Esta indem-

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nización se reduce á la tercera parte de los salarios, si el ma-rinero fuere despedido antes de principiado el viaje.

El capitán, sujeto al pago de estas indemnizaciones, notiene derecho á ser reembolsado por la nave.

Esta disposición garantiza á los indididuos de latripulación contra las arbitrariedades del capitán; y, sila nave es demandada por el marinero injustamentedespedido, el capitán responde al propietario de la in-demnización, que sea condenada á pagar.

Art. 538. En ningún caso puede despedir el capitán áun marinero en país extranjero.

Puede acontecer que el capitán considere amena-zada la seguridad -de la nave, la vida propia ó la de al-gún pasajero ó tripulante por un marinero insubordi-nado y rebelde. Si prueba esos Iiechos,,ó el fundadotemor de qué ejecute algún atentado á bordo, bien pue-de ser facultado por el Cónul venezolano, ó, en defectode éste, por una, autoridad competente; para separar del.servicio a1 marinero, mucho más si no tiene medios deasegurarlo á bordo.

Art. 539. La gente de mar puede rescindir sus contratos:IQ Por la variación del destino de la nave, antes de

principiarse el viaje para el cual se hubiere contratado.29 Por la superveniencia de una guerra que ponga la

nave en peligro, ya sea antes de principiar el viaje, ya des-pués de principiado.

39 Por declararse una enfemedad epidémica á bordo, óen el puerto del destino.

49 Por la muerte ó despedida del capitán, antes de la sa-lida de la nave.

59 Por la falta de convoy, cuando se hubiere ajustadopara navegar bajo la escolta de buques de guerra.

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69 Por enfermedad que lo inhabilite para prestar elservicio, á que se hubiere comprometido.

La variación del destino de 1a nave altera una delas condiciones. del contrato.

El marinero no está obligado, á exponer su vidaen los peligros de la guerra marítima.

Lo mismo en los casos de epidemia.• Es racional inferir que el marinero se ha contrata

do, en consideración á la persoña del Sapitán.La seguridad de, que el barco navegaría - escoltado

por buqués de guerra, debió haber influido en la deter-minación del marinero. -

Una enfermedad superveniente es motivo , bastante,para que el marinero prefiera perder sus salarios futurosy dedicarse á recobrar su salud.

A estas causas de resolución voluntaria, que no derescisión, deben agregarse las que provienen de fuerzamayor, como son las que ocasionan la ruptura ó inte-rrupción del viaje, artículo 520, 521, 522 y 523.

Art. 540. La gente de mar está obligada á continuarsirviendo, si el capitán, estando en puerto extranjero, hacevela á otra puerto, aun cuando por esto se alargare el viaje.

Los que estuvieren ajustados por viaje, recibirán en estecaso un aumento proporcional en sus salarios.

Si lo contrario fuese permitido, el capitán quedaríasubordinado á la tripulación en ocasiones que puedenser graves para el barco, ó de provecho para el propie-tario; por ejemplo, la nave puede necesitar ir á otropuerto á hacer una repaación, .ó al capitán se le pre-senta un flete ventajoso, etc.

Art. 541. Se prohibe á la gente de mar intentar 'toda

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especie de acción contra el capitán ó la nave, antes de termi-nar el viaje, so pena de perder íntegramente sus salarios.

Sin embargo, cuando la nave se halla en un puerto, lagente que hubiere sido, maltratada por el capitán, 6 que nohubiere recibido la manutención conveniente, podrá pedir laresolución de su contrato ante el Cónsul dela República 6ante la autoridad competente.

Para no disrhinuir la autoridad del capitán, ó sus-bitar los resentimientos de éste.

Hay casos graves, sin embargo, en que el marinerose ve obligado á solicitar protección, como son los ex-presados en el artículo; y sería injusto que se le obligaseá sufrir hasta el término del viaje, cuando se requiere unremedio pronto y eficaz.

Art. 542. - . 14a nave y el flete están especialmente afectosá los salarios de la tripulación, y á las indemnizaciones á queésta tenga derecho.

Concuerda con el número 5 del artículo 480.

Art. 543. Todas las disposiciones de esta Sección con-cernientes á salarios, indemnizaciones, asistencia y rescateson extensivas al capitán, oficiales y demás individuo de latripulación.

El capitán, los oficiales, marineros, obreros y losdemás individuos de la tripulación gozan de los mismosderechos en los puntos dichos, porque todos prestan susserviciosá la iiave. . . .

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TITULO V

DEL FLETAMENTO

SECCION 1

Del contrato del fletamento

Art. 544. El contrato de fletamento debe hacerse porescrito; y si fuere por documento privado, -se harán de éltantos ejemplares cuantas sean las partesinteresadas.

Debe expresar; -La clase, nombre y toneladas de la nave.Su bandera y el lugar de su matrícula.El nombre del capitán y de los contratantes.Si se fleta el todo ó parte de la nave, expresándose la ca-

bida, número de toneladas ó cantidad de peso ó medida, quese obligan respectivamente á cargar y reçibir.

Los lugares y tiempos convenidos 'para la carga ydescarga.

El precio convenido y el tiempo de su pago.La indemnización que se pacte para los casos de demora.Cualquiera otra condición en que convengan los

Contratantes.

La nave puede ser arrendada, sin equiparla -niabastecerla, á una persona, que la usa y aprovecha losproductos de ella en sucesivos subarrendamientos, du-rante el tiempo del contrato, celebrado con el propietario.

Este arrendatario toma el nombre , de armador, se-gún expusimos en el artículo 491, y el arrendamiento serige por las reglas comunes d,e este contrato, cuandotiene por objeto cosas muebles.

Fletar una nave es también arrendarla; mas, estecontrato está .sujeto á reglas especiales y crea derechosY obligaciones también especiales.27

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En el arrendamiento antedicho, el propietario cedeel uso completo de la nave; se desprende de su tenencia.material, sin reservarse el . derecho de dirigirla y admi-nistrarla: en el fletamento, el propietario ' ó el armadorceden igualmente el uso de la nave, pero limitado á unfin particular, cual es el de trasportar pasajeros ó mer-caderías; se obligan á prestar servicios personales, porsí y por medio de mandatarios y dependientes sometidosálas órdenes que les dan; pues conservan la direccióny administración de la nave, y responden de la seguri-dad de las cosas que 'se introducen en ella, por efectodel contrato. .

De manera, que en el fletamento hay tres contratos::un arrendamiento de cosas, una locació• de servicios y

un déposito. O

Quiere la ley que el contrato de fletamento, se for-malice por escrito, porque de él nacen derechos, quepueden afectar interesede terceros. No debemos con-fundir ese docunento con el conocimiento, á que se re-fiere el articulo 597.

La nave puede ser fletada á una ó á varias personas.Si el fletamento se hizo por la totalidad, será prefeidGel fletador que primero embarcó sus mercaderías, si-guiendo la regla establecida en el artículo 1079 del Códi-go que, ¿uando por diversos contratos se haya al-guno obligado á dar ó entregar algunacosa mueble ádiferentes personas, , es preferida la que' primero hayatomado posesión efectiva con buena fé, aunque su ti-tulo sea posterior en fecha.

Si ninguno de los fletadores ha, embarcado, será.preciso entonces, tener por regla' la fecha de los contra-tos; y, si éstos fuesen todos del mismo día, los fletadores'tienen igual derecho, y 11 fletante deberá ser condenado'

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á indemnizarlos á todos, anulándose todos los fletamen-tos contratados.

Los datos que debe expresar el contrato tienen porobjeto : unos, identificar la nave, su capitán y las perso-nas de los contratantes; y, otros, lo pactó, circunstan-cias y condiciones del contrato.

Llámase fletante el que da la nave á flete, yfletadorel que la recibe.

Los contratantes se reducen muchas veces á exten-der y firmar los conocimientos, que suplen el contrato defletamento, y sirven para probarlo, pues la forma escri-ta no se exige aquí como solemnidad del acto, una vez.que no se establece bajo pena de nulidad; y en todo casapodrá acreditarse que se celebró, por medio de los libros,papeles y correspondencia del fletante y el fletador..

Art. 545 . Si el tiempo de la carga y de la descarga noestá fijado en el contrato, se arregla según el uso de la plazarespectiva.

Como estas circunstancias no son esenciales, per-mite la ley que se arreglen por el uso de la plaza, cuan-do se han silenciado, porque supone que las partes sehan remitido á ese uso.

Rara vez, dejan, de determinarse esos tiempos enel contrato, porque interesa mucho al fletante y al fle-tador fijar las estadías, y las remuneraciones que se de-ben á la nave por los días que transcurran, después .delos señalados para la carga .ó descarga, que son los quese llaman estadías. .

Art. 546. Si el tiempo y modo de pago no estuvierenfijados en el contrato, el flete es exigible, hecha que sea ladescarga.

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La ley da aquí la regla, que es , conforme á la que"rige en materia de trasportes. No contenía dejar estepunto á lo que se determinara por el uso local, porqueel pago del precio es circunstancia esencial del contrato.

Art. 547. Las naves pueden ser fletadas por viaje, pormes, 6 de cualquiera otra manera en que convengan los con-tratantes.

Las naves pueden fletarse en totalidad ó en parte.Si lo primero, el fletamento puede hacerse por uno óvarios viajes, por uno ó varios meses, ó por un tiempodeteriinado; si lo segundo, pór un número de quinta-les ó toneladas, por una cantidad convenida de merca-derís, por una parte alícuota, como la tercera, la cuar-ta parte, ó á destajo, verbo y gracia, para trasportar lacosecha de una ó más haciendas.

El fletamento puede ser también condicional, comoen el caso del artículo 563.

Art. 548. El viaje se considera principiado desde la sa-lida de la nave del lugar, donde principió á recibir su carga,6 del lugar donde tomó el lastre, si debió salir en lastre.

Puede estipularse, por ejemplo, que el viaje no serepute principiado, sino desde un puerto cercano á dondedeba tocar la nave, para completar la carga ó recibirpasajeros.

Art. 54. Cuando la nave es fletada por mes, no habien-do pacto en contrario, se entiende que el término principiadesde que se hace á la vela.

También podría pactarse, que para los , efectos delpago del flete,e1 término se considere comenzado, desdeque la nave se puso á disposición del fletador para reci-

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bir la carga, ó desde que ésta quedó completa, ó desdeun día prefijo.

Art. 550. Si el fletador no ha puesto á bordo carga al-guna en el lapso fijado por el contrato, ó por el uso en su caso,el fletante puede á su elección

i Exigir la indemnización que haya fijado el contratopara casos de démora, ó una que fijen expertos, á falta de con-venio.

20 Rescindir el contrato y exigir del fletador la mitaddel flete estipulado.

39 Emprender el viaje en lastre setenta y dos horasdespués de haber hecho citar al fletador; y exigir de éste,rendido el viaje, íntegros el flete y las estadías á que hubierelugar.

El fletante no se obliga á esperar la carga, si exigela indemnización por la demora. •Pasado el tiempo,que 'por contrato ó por el uso local debió esperar, el fle-tamento queda legalmente resuelto.

En ocasiones le convendrá más exigir como in-demnización la mitad del flete,, si fuere más que el pagode la demora. En ningún caso podrá exigir las dos in-demnizaciones dichas, á menos que el contrato 'lo auto-rice.

Si emprende viaje con carga de otro fletador, nopodrá reclamar al fletador anterior, sino la diferencia nocubierta.

Dícense estadías en la marina cada uno,de los díasque trascurren después del tiempo estipulado para lacarga ó descarga, y por los cuales tiene derecho la navede exigir indemnización, según lo convenido ó por eluso de la plaza.

Este artículo emplea la palabra rescindido por r-suelto, que es lo correcto.

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Art. 551. Cuando el fletador no ha cargado, sino partede la carga en el tiempo fijado en el contrato, el fletante tienederecho á elegir entre reclamar las indemnizaciones expresa-das en el artículo anterior, y emprender viaje con la parte decargamento recibido, en los términos expresados en el número3Q del mismo artículo.

Se conceden al fletante los mismos derechos delartículo anterior. Si el fletante cobra las demoras, estáobligado á salir conla carga recibida: sólo puede exi•gir entonces el pago del flete de la carga que se encuen-tra á bordo: esto ha de entenderse cuando la nave noha sido fletada en totalidad.; porque en ese caso se de-bería el flete íntegro, en atención á que no se ha deter-minado la cantidad de la carga.

Si el fletante prefiere resolver el contrato, sólo pue-de exigir la mitad del flete, porque recupera la libertadde fletarse á otro cargador. Los gastos de descarga sonentonces de cuenta del cargador, porque él es quien hadado motivo á la resolución del fletamento.

Si opta por efectuar el viaje, tiene derecho al fletede todas las mercaderías, que debieron embarcarse.

Art. 552.. Si la nave hubiere salidodel puerto con par-te de licarga, en virtud de lo dispuesto en el artículo ante-rior, y le sobreviniere un caso de avería gruesa, el fletante po-drá exigir del fletador, por contribución, las dos terceras par-tes de lo que, le correspondería á lo que no cargó.

Repútanse presentes en la nave las mercaderíasque dejaron de embarcarse. Dedúcese una tercera, par-te para hacer tolerable esa ficción.

El fletador no debe aprovecharse de su falta decumplimiento del contrato, cuando la nave ha salidopor cumplirlo. Véase el comentario al artículo 629.

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Art. 553 . Cuando el fletante tenga el derecho de hacer-salir la nave con parte de la carga, podrá cargarla sin el con-sentimiento del fletador para asegurar el flete y la contribu-ción en el caso de avería gruesa ; pero el beneficio del fletecorresponderá al fletador; y será en su descargo la contribu--ción que en la avería corresponda á estas mercancías.

La ley permite al fletante que tome otra carga áflete, para que se asegure así del pago, con el privilegioque alcanza sobre las mercaderías r efectos trasporta--dos, si acaso tuviese dudá de la solvencia del fletadorque faltó al contrato. Ese permiso no es en ningún ca-so ocasióh para realizar doble utilidad.

Art. 554. Si el fletador, sin haber cargado nada, quiererescindir el contrato; antes de vencer el término para cargar,estipulado en él, podrá hacerlo pagando al fletante la mitaddel flete convenido. Sihubiere cargado algo, pagará ademáslos gastos de descarga y los perjuicios que cause esta ope-ración.

Las reglas precedentes son aplicables al desistimientodel fletamento por viaje redondo, y si éste fuere por meses, se'calculará por expertos la duración probable del viaje.

1

Antes de vencerse el término estipulado, ó el quefuere usual, á falta de pacto; el contrato puede resol-verse por parte del fletador, con la indemnización men-cionada. Esto es conforme á. lo establecido en el artícu-lo 130. - Déjase esta libertad al fletador, porque la con -veniencia de otras negociaciones, ó dificultades superve-nientes, podrían hacer perjudicial para él la expedición,ó embarque de mercancías proyectado.

Cuando ha trascurrido el lapso fijado, el fletantepuede hacer uso de los derechos, que le acuerdan losartículos 550 y 551.

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Art. 555. Si el fletador cargare más de lo convenido enel contrato, pagará el flete del exceso, según el precio estipu-lado en el mismo contrato.

Esto, sin perjuicio del derecho que tengan otros fle-tadores, y de la obligación que tiene el capitán de recha-zar el exceso de carga; si, 'Por ser ñiayor que la capaci-dad de la nave, la expone, á peligros en la navega-ción que va á emprender.

Art. 556. El capitán puede poner en tierra, en el lugarde la carga, los efectos que encuentre en la nave embarcadossin su consentimiento; 6 cobrar por ellos el flete más altaque se acostumbre en la misma plaza.

Cuando la carga embarcada no excede la capaci-dad de la nave, el proceder del capitán es facultativo.Caso contrario, es deber suyo hacerlo poner en tierra, ácosta del embarcador.

Si el capitán no supiere que se había embarcado,mayor carga, sino después de.la partida de la nave, yuperase la capacidad de ésta,, podrá regresar al puerto

para depositaria en tierra, ó efectuarlo así en el primerpuerto de escala. Evitar la pérdida de la nave, y delcargamento legalmente embarcado, es para el capitán,en semejante caso, un deber indeclinable.

Art. 557. El fletante que declare tener la nave mayorcapacidad de la que tiene, es responsable de los perjuicios queocasione al fletador, salvo que el error no exceda de la cuadra-gésima ptrte, 6 quela declaración esté conforme cpn la certi-ficación de arqueo.

El fletante está obligado á conocer la capacidad dela nave: el error no es exc'usable, sino cuando no exce-de de la cuadragésima parte, ó sea un dosy medio por

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ciento, porque ha podido ocultarse el aumento en la su-ma de los bultos embarcados; y cuando la declaracióndel fletante es conforme con el arqueo, pues el error se-ría entonces imputable á la autoridad, que practicó laoperación antedicha.

En esos casos, el cargador desembarcará á sus ex-pensas el exceso de carga, si fuere necesario ponerla entierra para seguridad de la nave.

Art. 558. Si fletada una nave para ida y vuelta, retor-na sin carga, ó con carga incompleta por. causa del fletador,satisfará éste el flete íntegro.

La nave fletada para ida y vuelta está á disposicióndel fletador, quien por un hecho propio no puede sus-traerse á su obligación de pagar el flete convenido.

Art. 559. El fletador está en la obligación de entregaral fletante ó al capitán, en el término de cuarenta y ocho ho-ras, después de terminada la carga, los papeles y documentosprescritos por la ley para el trasporte de las mercancías, á me-nos que haya convención en contrario.

Si el fletador no cumpliere con .esta obligación, será res-ponsable . de los dafios y perjuicios; y el fletante ó el capitánpodrán ser autorizados por el Juez, según las circunstancias,para descargar las mercancías. .

Refiérese á los documentos de aduana, que toca alcargador hacer despachar con relación al cargamento..Los que se contraen á la nave debe, solicitarlos el ca-pitán de los funcionarios á quienes corresponda.

Art. 560. Siempre que la nave sufriere retardo en su.salida, ó en su navegación, ó en el lugar de su descarga, porhechos del fletador, sufrirá éste los gastos de la demora.

Ef cargador que ocasiona el retardo es responsa-

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ble, no sólo al propietario de la nave, sino también átos demás cargadores perjudicados.

Art. 561. El fletante es responsable de los daños y per-juicios que sufrí el fletador, si la nave no pudiere recibir lacarga en el tiempo fijado en el cdntrato; ó si hubiere retardoen la.salida, 6 en la navegación, 6 en el lugar de su descar-

a, por culpa del capitán ó del mismo fletante.

' El fletante responde de sus hechos y de los del ca-pitán, que lo representa.

Art. 562. Cuando una nave ofrece tomar á flete lacarga que se presente, el fletante ó capitán podrá fijar eltiempo durante el cual la recibirá. Después de este tiem-po, la' nave deberá salir con el primer viento 6 la primeramarea favorable, si no se pactare otra cosa entre el capitány los cargadores.

Este caso ocurre cuando el- dueño, el capitán ó elconsignatario anuncia que la nave recibe carga, paraun puerto determinado.

El fletante fija ó nótérmino para ese efecto. Enel primer caso, la nave está obligada á salir, vencido eltérmino, cón la carga que se presente, al primer, vientofavorable, á menos que se pacte lo contrario.

El anuncio hecho compromete al fletante, porquesu oferta es causa, tal vez, de que el fletador no haya so-licitado otro barco.

Art. 563. Si una nave ofrece tomar á flete la cargaque se presente, y no hay fijado tiempo para la salida, cadauno de los cargadores podrá sacar su carga sin pagar flete,devolviendo los conocimientos que hubiere firmado, y pa-gando los gastos de carga y descarga.

Sin embargo, si la nave estuviere ya cargada en más de

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las tres cuartas partes de su cabida, el capitán, estará en laobligación de salir en la primera ocasión favorable, silo exi-ge la mayoría de los cargadores, ocho días después de la in-timación al efecto, sin que ninguno de los cargadores puedaretirar su carga.

Pero, si el fletante no ha fijadotérmino para la Sa-lida, quiere decir que se ha reservado esperar qu estécompleto el cargamento de la nave, y los cargadores nopueden obligarlo á salir, salvo el caso en que la navehubiere recibido las tres cuartas partes de su carga,porque entonces se considera realizado el propósito delfletante.

La mayoría • puede decidir, sin embargo, retirar lacarga, para no aguardar los ocho días de la! intimaciónhecha al fletante: los fletadores que -dejen sus mercade-rías á bordo no pueden obligar la nave á partir.

Los cargadores que desembarcan sus mercaderíaspagan los gastos de descarga, y no deben satisfacer fleteá. la nave.

Art. 564. Si una nave fuere detenida á su salida, du-rante el viaje, ó en el lugar de la descarga, por hecho ó negli-gencia del fletador ó de algún cargador, el fletador ó cargadorserán respoiisables para con el fletante, el capitán y los otroscargadores de los daños y perjuicios, á los que quedan afectaslas ]ñercancías cargadas.

Por ejemplo: si la nave es detenida por llevar mer-.cancías cuya exportación está prohibida, ó por no ha-ber pagado los derechos de exportación 'con que estángravadas las mercancías embarcadas. Estas respondená los perjudiados, que tienen sobres ellas privilegio legalpara el pago de los daños y perjuicios, salvo el que corres-pondiese al Fisco por sus derechos en -el caso enunciado.

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Art. 565. Si la nave fuere detenida en l acto dla Sa-lida, durante el viaje, 6 en el puerto de su descarga por culpadel capitán, éste será el responsable para con el fletador y car-gadores de los daños y perjuicios que sufran.

La misma regla se da cuando el hecho procede deculpa del propietario, el armador ó el capitán. La navees responsable, pero los perjudicados no tienen por esterespecto privilegio á otros acreedores.

Art. 566. En los casos de los artículos precedentes, losdaños y perjuicios serán fijados por expertos.

El hecho de la detención puede probarse por cual-quier medio legal: los dafíos y perjuicios se regulanpor expertos, déspués de acreditadas todas las circuns-tancias de que aquellos se derivan.

Art. 567. Si el fletador 6 cargador, sin consentimientoni conocimiento del capitán, pusiere á bordo efectos de salidaó de entrada prohibidas, ó si causare por algún otro hechoilícito perjuicios á la nave, al capitán ó á otros interesados,deberá indemnizarlos; y aun en el caso de ue sus efectosfueren confiscados, deberá pagar el flete íntegro y la averíagruesa.

Se dediga un artículo á esté caso particular, que es-tá comprendido en el 564, para dar mayor fuerza á ladisposición. Los efectos confiscados se consideranpresentes para el pago del flete y el de la avería gruesa,á fin de que no sean menoscabados los derechos de lanave y de los otros cargadores.

Art. 568. Si el capitán tuviere que hacer reparar la na-ve durante el viaje, el fletador y el cargador deberán esperarque la nave esté reparada, 6 sacar sus efectos pagañdo el flete,

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los gastos de descargá y de estiva y la avería gruesa, debien-do restituirlos conocimientos. Si alguno-de éstos hubiere si-do despachado ya, el desembarque de los efectos sólo podrá te-ner lugar por disposición •de un tribunal competente, y bajofianza que dé el fletador ó cargador, por las consecuencias quetengan los conocimientos despachados.

Si la nave fuere fletada por mes, no deberá pagar flete.durante la reparación; ni aumento de flete, si la nave fiíerefletada por viaj'e.

Supone este artículo que la reparación puede ha-cerse sin descargarla nave. Caso de que ]a reparaciónhaga necesaria la descarga, ésta se hará por el capitán,y los gastos se reputarán avería gruesaó avería simplesegún el carácter que tenga la reparación, artículos 607y 608.

Ni en este caso, ni en el .expresado en el artículo, es-tá obligado el fletador áesperar que se' efectúe la repa-ración; y, en pagando todo lo que ádeude á la nave, que-da resuelto e] fletamento.

Exígese que sean devueltos todos los, conocimientosque fueron entregados al fletador; porque el capitán po-dría ser requerido á entregar las mercancías por ]a perso-na que presentase uno de los ejemplares del conocimiento,mucho más si se habían expedido al portador ó (l la orden.Para esa emergencia, el capitán debe cubrirse con la or-den judicial competente y la fianza otorgada por elfletador.

Es racional que los cargadores no sufran recargoalguno por razón del flete, en el tiempo que se empleaen la reparación, porque están privados del uso de lanave. .

ATt. 569. Si la nave, no pudiere ser reparada, el capitáñdeberá fletar por su cuenta una 6 varias naves para trasportar

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las mercancías al lugar de su destino, sin poder exigir au-mento de flete.

Si el capitán no pudiere conseguir naves para el traspor-te, deberá tomar todas las medidas necesarias, para que no su-fran deterioro las mercancías, y dar aviso á los fletadores ócargadores, para que ellos dispongan la traslación de las mer-cancías á su destino primitivo, ú otra cosa que tengan porconveniente.

En el primer caso, los fletadores ó cargadorespagarán elflete integro, y los gastos de trasporte serán por cuenta del ca-pitán; en el segundo caso, pagarán el flete proporcional has-ta el punto donde fue interrumpido el viaje; y los gastos deahí en adelante son de su cuenta.

Si el fletamento fuera simplemente el arrendamien-to de una cosa, perecida ésta en todo ó en parte, se ex-tinguirían las obligaciones del fletante; pero, hemosvisto en el artículo 544, que comprende además unalocación de servicios, por virtud de la cual el fletnte seobliga á trasportar las cosas al lugar, á donde están des-tinadas por el fletador.

En eso se funda la obligaciónjue tiene el fletantede fletar naves que reemplacen la que contrató, sin exi-gir aumento de flete.

Como depositario necesario de las cosas embarcadas,está también obligado á cuidarlas y ponerlas en seguri-dad, y como mandatario de los cargadores, artículo 495, elcapitán , tiene el deber de darles aviso, si no estuvierenpresentes, para que ellos dispongan lo que les' parezcaconveniente.

El capitán es responsable de cualquiera omisión enel cumplimiento de sus deberes, tanto á los cargadorescomo al propietari9 de la nave.

Art. 570. Será responsable el' capitán de daños y per-

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juicios y perderá el flete, si se le probare que la nave antes desalir del puerto no se hallaba en estado de navegar. La pruebaes admisible, no obstante las certificaciones y visita de salida.

El fletante puede excusarse con la certificación dearqueo, cuando se trata dé la capacidad efectiva de la na-ve, artículo 557; pero, el capitán no se liberta de respon-sabilidad con la certificación dada por la , autoridad, conreferencia á la navegabilidad del barco. La ley le impo-ne el deber de examinar y reconocer. él mismo la ná-ve. En todo caso, los interesados pueden probar que.la nave se hallaba en mal estado, y que los reconoci-mientos hechos fueron inexactos.

Art. 571. Se debe el flete de las mercancías de que elcapitán se haya visto precisado á disponer, para necesidadesurgentes de la nave, en los casos en que lo permite este Códi-go, si la nave llegare á buen puerto; y en proporción al camino,hecho, si naufragaré.

El fletador, debe pagar el flete, porque las mercan-cías vendidas han de satisfacrsele, por elvalbr que ellastengan en el tiempo y lugar de' la descaiga, y en ese va-lor está incluso el flete, artículo 511.

Si la nave se perdiere, él flete se debe hasta: él díadel-naufragio. Esta es una excepción de la regla gene-ral, establecida en el artículo 574; excepción que se fun-da en que las mercancías vendidas gozan de privilegio.sobre la nave, y sobre los restos que de ellas se salven..

Las mercancÍas vendida, para reparaciones de lanave, se consideran como averías gruesas, artículo 607,.Y si son pagadas, contribuyen á aquellas.

Respecto de las expreiones á buen puerto, véase elcomentario al artículo 534.

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Art.. 572. Se debe el flete de las mercancías arrojadas almar para salvar la nave, á reserva de la confribución comoavería gruesa.

Obsérvase respecto de esas niercancías, una reglasemejante á la últimamente expresada en el artículoanterior. Véase el artículo 620.

Art. 573. Si estuviere bloqueado.el puerto á que la naveva destinada, el capitán, si no tiene órdenes contrarias, debeconducir el cargamento á uno de los puertos vecinos de lamisma nación á que le fuere posible y permitido abordar, yse debe pagar el flete.

Este es un caso de fuerza mayor, de que no respon-de la nave. La prolongación del viaje no aumenta elflete, Respecto de los salarios de la gente de mar, véan-se los artículos 524 y 525. .

Art. 574. No se debe el flete de las mercancías perdi-das por naufragio ó zaborda, 6 aprsada por enemigos ó pi-ratas ; y si ha sido pagado anticipadamente, debe restituirse,á. menos que haya convención en contrario.

Xaufraqio es la pérdida total ó parcial de la naveen el mar; . zaborda es encalladura.

En los casos predichos no se debe el flete, porque elobjeto del fletamento es trasportar las mercancías al lu-gar á que están destinadas, y, si esto no se verifica, laobligación del fletador resulta sin causa,.y . por consi-guiente indebido el pago que se hizo anticipado.

Art. 575. Si la nave y las mercancías fueren rescatadas,6 si las mercancías fueren salvadas del naufragio, el flete de-berá pagarse hasta el lugar del apresamiento, ó del naufragio;y si el capitán llevare las mercancías á su destino, recibiráíntegro el flete.

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El salvamento ó el rescate restablecen la causa de laobligación, que se 1

había extinguido. Débese el fletehasta el ,lugar en que los efectos fueron trasportados.El salvamento y el rescate son determinados como aves'-

•rías gruesas, según el artículo 607.

Art. 576. Ningún flete será debido por las mercancías,parte del cargamento, que, fueren salvadas en la mar 6 en lacosta sin cooperación del capitán, y qu después fueren entre-gadas á los interesados.

No debeel flete, porque la nave no cumplió por suparte la obligación de trasportar las mercañcias, y,por-que esas, mercancías están gravadas con, los gastos delsalvamento debido á personas extrañas.

Art. 577. Vencido el tiempo de la descarga, fijado porel contrajo 6 por disposición legal, el capitán tendrá el derecho de exigir del fletador ó del consignatario la descarga de lanave y el pago del flete y de la avería.

Llegada la'nave al puerto de su destino, el fletador,por sí . ó por medio de 'su consignatario, está obligado árecibir la carga, en el término -fijado en el contrato ' ó elque fuere de uso en la plaza, si no se hubiere señalado.

El capitán no puede entregar las mercancías, sinoú la persona indicada en el conocimiento ó al que se loPresente.; si se hubiere extendido á la orden ó al portador.

Si el capitán no encuentra á quien hacér la entre-ga, procederá de acuerdo con el artículo 143.

Tdca al fletador, al consignatario ó al que sea te-nedor del conocimiento hacer los gastos de descarga,.Pagar el flete y la avería gruesa.

Art. 578. Si han trascurrido los días de estadía, y hay28

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cuestión sobre la descarga, el capitán podrá, con autorizaciórrdel Juez, descargar las mercancías y ponerlas en depósito enmanos de un tercero, sin perjuicio del derecho del fletante so-bre las mismas mercancías.

El capitán no está obligado conservar las mercan--cías á bordo de la nave, mientras -se resuelvan las cues--tiones que se hayan suscitado. Tiene derechb de de-sembarcarlas y depositarias á costa de los interesados,,para que la nave quede en aptitud de volverse á fletar..

Art. 579. El capitán no puede retener las rnercancíasá bordo de la nave por falta de pago del flete, de la avería.gruesa 6 de gastos. .

Puede exigir el depósito de las merciiías en manos detercero hasta el pago de lo que corresponda, y si son ! efectos;sujetos - deterioro, puede pedirla autorización judicial 'para.u venta.

Si la avería gruesa , no pudiere ser ajustada inmediata-mente, podrá pedir la consignación judicial de una suma quefijará el Juez.

El capitán á semejanza del portador terrestre, artícu-lo 143, no tiene deecho de retención, porque sería pron-longar los riesgos marítimos; en cambio, no pierden niuno ni otro el privilegio que tienen sobre ellas, por ha-berse desprendido de la tenencia de las cosas, artículos.148 y : .. .

Para mayor. seguridad, se le acuerdaal capitán elderecho de pedir el depósito judicial, y, como por el de-terioro ó corrupción de los efectos qúe están expuestos á.perderse, podría resultar que desapareciese la garantíaque sobre ellos posee, se le permite solicitar la venta ju-dicial, para mantener el privilegio sobre el producto dela venta.

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La consignación judicial de una suma de dineroaproximada al 'a1or de la parte, con que deban contri-buir las mercancías al pago de la avería gruesa; se exi-ge á la persona que habrá de recibir los efectos desem-barcados. 1 Esa conignación garantiza al fletante.

Art. 580. El capitán tiene preferencia sobre todos losdemás acreedores por el flete, averías y gastos, en las mercan-cías trasportadas, durante veinte días de su entrega, sino hanpasado á manos de terceros.

En caso de quiebra del fltador, del consignatario óde la persona que recibe los efectos, el capitán, comomandatario del fletante, tiene privilegio sobre las mer-cancías, trasportadas por los motivos antedichos, salvoque hayan pasado á manos de terceros, antes de todareclamációri judicial, ó que estando en poder del que las-recibió, hayan trascurrido veinte días, sin haber hechoel fletante' la reclamación expresada, por la víá judicial.

Art. 581. El capilán que entregare las meiçancías sinhacerse pagar el flete, las averías y otros gastos, ó sin tomarlas precauciones que le acuerdan las leyes vigentes en el lugarde su descarga, pierde su derecho contra el fletador , 6 el carga-dor, si éstos probaren 'haber tenido la suma correspondienteen poder de aquel que recibiere las mercancías, 6 que no pue-den obtener el reembolso por la quiebra de éste.

Aquí se asimila el capitán al portador de la letra decambio, artículo 347. La negligencia del capitán nodebe perjudicar al fletador.

La provisión de fondos y la quiebra del que recibiólas mercancías son circunstancias que deben concurrirJuntas. Es evideiíte que la disyuntiva ó está colocadaen el texto de este artículo por error de pluma.

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En efecto, si se había hecho provisión de fondos yla persona referida no ha quebrado, ningún perjuicio sesigue al fletador por motivo del descuido del capitán.Además, el reembolso á que se alude es el de la provi-sión dicha. Véase el artículo 745.

Art. 582. Si el consignáiario se negare á recibir las mer-cancías, el cdpitán puede, con ahtorización del Juez, hacervender una parte, y caso necesario, el tcido, para el pago delflete, de las averías y gastos; debiendo depositar judicialmen-te el exceso; y sin perjuicio de sus derechos contra el fleta-dor 6 el cargador por el déficit.

Si. la negativa del consignatario se fundare en averías úotra causa de que hubiere de responder el capitán, podrá ésteser obligado á dar fianza suficiente, antes de pagársele el flete.

El consignatario puede negarse á recibir las inei-cancías,.porque no tiene fondos del fletador para CUI)ril'

los gastos de flete, averías, etc. No es justo que en esasituación queden burlados los derechos del fletante, ypor eso le proporciona la ley el recurso enunciado, p01,

medio del capitán.Por su parte, el capitán debe dar fianz, cuando la

iieatFva del consignatario se fundare en existir averíassimples, éto es, en pérdidas ó deterioros, sufridos porlas mercancías, .de que el capitán pueda resultar res-ponsable, conforme á la ley.

Art. 583. Cuando el flete fuere ajustado por número,medida 6 peso, el capitán tendrá el derecho de exigir que lasmercancías sean contadas, medidas 6 pesadas en- el acto de ladescarga.

De esa manera se liberta el capitán de las reclamaciones por ave'íás siil, que pueden proponerse contra

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él. En todo caso debe en el momento de la descargahacer confrontar el número, marca y contramarca delos bultos que entregue, con los expresados en el cono-cimiento.

Art. 584. Si en el caso del artículo que precede, el ca-pitán descargare las mercancías sin contarlas, medirlas ó pe-sanas, el corisignatario tendrá el derecho de hacer constar suidentidad, el número, la medida 6 el peso, aun con el testi-monió de las personas, que hubieren estado empleadas en ladescarga. /

El consignatario asegura así sus derechos. Losindividuos empleados en recibir las mercancías podríanser autores de sustracción ó daño de efectos; pero, elcapitán no puede rechazar ese testimonio, una vez queno tomó ninguna precaución para hacer la entrega. Esaprueba es . necesaria para el consignatario, que no tieneotra de que valerse..

Art. 585. Si hubiere presunción de que las mercancíasestán averiadas ó disminuidas, el capitán, el consignatario 6cualquiera otra persona interesada puede exigir que las mer-cancías sean examinadas judicialmente á bordo de la nave,antes de la descarga.

Esta solicitud por parte del capitán en nada perjudica sudefensa.

Pídese que el examen se haga á bordo, judicial-mente, antesdel desembarque, para que no se pongaalguna vez en duda si las pérdidas ó deterioros fueroncausados, después que las mercancías se extrajeron dela nave.

La solicitud dél capitán no le priva del derecho deProbar que, tales averías provienen de vicio propio, caso

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fortuito ú otra circunstancia, de 'qué no-es respon-sable.

Art. 586. •Si las mercancías fueren entregadas, medianteun recibo suelto ó estampado en el conocimiento, en que seexprese que están averiadas 6 disminuidas, los consignatariosconservan el derecho de hacerlas examinar judicialmente,siempre que la solicitud se haga en las cuarenta ocho horas,después de la entrega.

Aunque no se haya hecho ningún examen formalde los efectos deembarcados, el consignatario, puedehacer constar en el recibo la obser.vación deque aque-llos se han entregado incompletos 5 averiados. Debeprocederse al examen judicial dentro de ciiarentiochohoras, para alejar la presunción de que las pérdidas ódeterioros se han efectuado después de recibidos.

Si no se hiciere así, el consignatario pierde su de-recho contra el capitán.

Excusado es decir que el consignatario puede ne-gaise á recibir los efectos que se hallan en los casosdichos, y pedir desde luego el examen 'para evitar dila-ciones.

• Art.- 587. Si la avería ó la disminución nd fuer,én visi-bles exteriormente, la inspección judicial puede hacerse váli-damente después de haber pasado las mercancías á manos delconsignatario, siempre que se solicite en las setenta y doshoras después de la entrega, y qué la identidad de las nier-candas se compruebe según lo' dispuesto en el artículo 584,6 por otro medio legal.

Los fardos, cajas, barriles, etc., que contengan lasmercancías pueden hallarse exteriormente en perfectoestado de conservación, y,hay como no así lugar á nin-

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guua sospecha, el. consignatario puede omitir el exameninterior de los efectos. -

Entonces, no está obligado á estampar ningunaobservación en él recibo y se le conceden seteritidós ho-ras, para que abra y reconozca las mercancías; no más,porque la celeridad de las operaciones del comercio ma-rítimo ekige brevedad, para que no sufra perjuicios lanave con una reclamación tardía.

Es menester que se • pruebe la identidad del bultoen cuestión ; porque, en el tiempo que ha estado enpoder, del consignatario, ha podido cambiarse por otrbsemej anté.

Obsérvese que los lapsos de esta especie se cuentanpo horas, y no por días. Es fácil explicar el motivosupongamos que un comerciante recibe ' el lunes á las11 de la mañana un bulto, respecto del cual se suscitauna cuestión de avería; computándose el lapso por ho-ras, el jueves á la hora expresada, habrá expirado el tér-mino concedido para pediÍ el examen judicial. Si ellapso se cuenta por, días, el término- seprolonga hastalas 12de la noche del jueves, que concluyen los tres'días, á que equivalen las setentidós horas.

'Art. 588. El cargador no Puede abandonar por el fletelas mercancías que han perdido de su valor, ó que se han'deteriorado por vicio propio ó por caso fortuito. Mas, si sonvasijas que contengan vino, aceite, miel ú otros líquidos, yéstos se han reducido á menos de la mitad en algunas de'ellas, puede el cargador abandonar éstas por el flete, excepto'que el capitán pruebe que la disminución provino de viciopropio de las vasijas, 6 que estuvieron tapadas defectuosa-mente. ,.

No puede abandonar las' mercancías por el flete;porque el fletante cumplió . su' obligación, consistente en

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trasportar los efectos que se han deteriorado ó desmejo-rado por causas, que no le son imputables.

En el caso de líquidos que se han filtrado, sepermite el abandono de lo que ha quedado, porque lamercancía que desapareció no ha sido trasportada; yse exceptúa, cuando esa pérdida provino de vicio propioó de estar mal tapadaslas vasijas, porque al,fietant&nó son imputables esos hechos.

Las mercancías robadas á bordo, ó qué por otracircunstancia han desaparécido con motivo de descuidoó negligencia del capitán, no pagan flete, 1 antes bien elcapitán es responsable de la falta ó pérdida.

Art. 589. El contrato de fletamento queda resuelto dederecho, sin que ninguna de las partes pueda exigir flete niindemnización, si - ocurriere alguna de las circunstancias si-guientes, antes de la salida de la nave:

IQ Si la salida de la nave fuere impedida por fuerzamayor.

2o Si hubiere prohibición de exportar del lugar de susalida todos ó parte de los efectos, comprendidos en un mismocontrato de flet'amento, ó de importarlos en el de su des-tino.,

39 Si- hubiere interdicción de comercio ¿ion el país áque estuviere destinada la nave; ó fuere bloqueado el puertodel lestino.

En estos casos, los gastos de carga y de descarga son por-cuenta del fletador; y del fletante los salarios y gastos de latripulación.

Ninguna de las partes es responsable-de la rupturadel viaje, porque proviene de causa, que á ninguna delas dos es imputihle. -

N& es motivo de'riiptura del viaje ' el mal tiempoque impide la salida de la nave; el capitán está obfi-

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gado ti esperar que el tiempo sea favorable, y los carga-dores, ti quienes por los seguros hechos pudiéran impor-tarles-poco los riesgos, no tienen derecho de exigir quesalga antes la nave. Analicemos ]os casos dichos.:

1 9 Por fuerza mayor, entendernos aquí cualquieraccidente que haya hecho posteriormente 'innavegableel barco, hallándose en el puerto, sea por efecto de untemporal, sea por abordaje con otra nave, ú otro hechocualquiera. En tal emergencia, será necesaria una re-paración, y hasta la descarga de las mercancías, que sehará .á expensas de . los cargadores, siempre que elcapitán no fuere responsable del daño que la nave hasufrid-o.

29 Supone el artículo que la prohibición de expor-tar es -posterior al embarque de las mercancías, porquesi la prohibición existía, el cargador sería responsablede los gastos, artículo 567. Lo mismo ha de decirse,respecto de la importación.

39 Hay interdicción de comercio con un puerto,cuando el Gobierno por causa de guerra con la nación.á que aquel pertenece, ó por causa de epidemias conta-giosas, prohibe el despacho de naves para el puertoexpresado.

El bloqueo declarado hace imposible el acceso de-.la nave al puerto á que está destinada.

Como esos hechos no son imputables á las partescada una sufre los gastos que le corresponden.

Art. 590. El contrato de fletamento podrá resolverse áexigencia de una de las pártes, si antes de principiarse elviaje sobreviene una guerra, por la cual la nave y el carga-mento, ó cualquiera de ellos, dejeñ dç ser considerados cornopropiedad neutral;

Si no estuvieren libres la nave ni el cargamento, ningu-

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na de las partes puede exigir á la otra • indemnización al-guna: los gastos de la carga y de la descarga serán en estecaso por cuenta del fletador.

Si sólo el cargamento no estuviere libre, el fletador pa-gará al fletante todos los gastos necesarios para el equipo dela nave, y para los sueldos y la manutención de la tripulación,hasta el día en que se exija la resolución, ó si las mercancíasya estuvieren á bordo hasta el día de la descarga.

Si sólo Fa nave no estuviere libre, el capitán pagará to-dos los gastos de la carga y de la descarga.

Por ejemplo: cargada una nave inglesa en LaGuaira para Hamburgo, sobreviene una guerra entre In-glaterra y lbs Estados Unidos. La nave puede serapresada en la travesía, como propiedad enemiga, porun 'buque de guerra de los Estados Unidos.

Lo' mismo sería i la nave es holandesa, en el su-puesto de que Holanda haya tomado parte en la. .guerraexistente entre aquellas dos potencias, y por consi-guiente la nave fletada ha dejado de ser 'propiedadieutral.

Pongamos ahora ejemplos respecto del cargamento.Si la nave inglesa lleva á, su bordo mercancías per-

tenecientes á un súbdito inglés; la nave y el carga-mento no están libres: apresada la nave sería apresadotambién el cargamento corno propiedad enemiga: nin-guna deJas partes puede exigir á la otra indemnización,pues el peligro es común.

El fletador soporta los gastos de carga y descargaen compensación de las pérdidas que7 sufre la nave, porrazón de los sueldos, salarios y manutención de losoficiales y marineros, etc. El contrato se resuelve porfuerza mayor, y por eso no procede el resarcimiento.

Si la nave ng1ésa lleva un cargamento, pertene-

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ciente á un venezolano, éste tendrá que ser respetadopor el enemigo, según el principio reconocido en el.Congreso de París, que la propiedad neutral es libre bajopabellón enemigo, con tal que no sea contrabando deguerra. El capitán pagará todos los gastos de la carga.y la descarga, si pidiere por temor de ser apresado laresolución del contrato.

Si la nave venezolana lleva un cargamento, perte-neciente á un- inglés, cargamento que pude ser apresa-do como contrabando de guerra, por consistir- , verbo ygracia, en armas, pólvora, caballos, víveres, etc., la naveestá libre yel cargamento nó, según otro principio delmismo Congreso que la propiedad enemiga no puede serapresada bajo pabellón neutral, á menos que sea con-

. trabando de guerra, esto es, mercancías- ó efectos quepuedan ser destinados á la guerra. Ehtonces, el carga-dor, que solicita la resolución está obligado á pagartodos los gastos, inclusos los de equipo, así corno lossueldos y manutención de la gente de mar, hasta el díaen que se resuelve el contrato. -

Art. 591. En los casos mencionados en los dos'artículosanteriores, el capitán conserva los derechos que hubiere ad-quirido al pago de estadías, y por avería gruesa por daños so-brevenidos, antes de la resolución del contrato. -

La resolución del fletamento en los casos antedi-chos no tiene efecto retroactivo. Sea que el contrato

,se resuelva á pedimento del cargador, sea que la reso-lución la solicite el capitán, ó que se haga en interésJe ambos; los fletadóres deben las estadías que corranhasta el día de la resolución y están obligados á contri-buir al pago de la avería gruesa, si alguna se habíacausado antes, conforme á la ley. .

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Art., 592. Si una nave fletada para varios destinos, des-pués de haber terminado un viaje, se hallare en el puerto enque otro viaje debería comenzar, se observarán las disposicio-nes siguientes, caso de sobrevenir una guerra antes de prin-cipiarse el viaje nuevo:

lo Si no estuvieren libres ni la nave ni la carga, la navedeberá permanecer en el puerto hasta la paz; ó hasta quepueda salir con un convoy 6 de otra manera segura; ó hastaque el capitán reciba órdenes del propietario ó de los car-gadorés.

Si la nave estuviere cargada, el capitán podrá depositarlas mercancías en almacenes ú otros lugares seguros, hastaque se pueda continuar el viaje, ó hasta que se tomen otrasmedidas. Los sueldosy la manutención de la tripulación,los alquileres de almacenes y demás gastos causados por elretardo, se pagarán corno avería gruesa.

Si la nave no estuviere cargada aún, las dos terceraspartes de los gastos ser.n por cuenta del fletador.

ç Si la nave sola no estuviere libre, el contrato seráresuelto, si lo'exige el fletador, por lo que resta del viaje.

'Si la nave estuviere cargada, el fletante paga los gastos-de carga y descarga. En este caso sólo podrá exigir el fletepor el viaje hecho, las estadías y la avería gruesa.

39 Si al contrario, la nave estuviere libre, y no lo estu-viere el cargamento, y el fletador no quisiere cargar, la navepodrá salir sin carga y completar su viaje, con derecho á exi-gir la totalidad del flete, terminado que sea el viaje.

Por lo que respecta á avería y gastos de carga del nuevocargamento y del flete que resulte de éste, se observará lodispuesta en los artículos 552 y 553 .-

Dícese qúe la nave ó el cargamento no etcn libres,cuando por motivo de la guerra pueden la una el otro'ser apresado por algunp de los beligerantes, que tiene,derecho para considerarlos propiedad enemiga.

'El artículo 590 se refiere al caso en que la nave noha dado principio al viaje; éste, á la nave, déspiiés de

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emprendido el viaje, y en circunstancias en que debacomenzar otro; ya provenga del primer fletamento, yade fletamento posterior, ya de un accidente cualquieraque haya obligado la nave á detenerse en un puerto,que' no es el de su destino.

Veamos los caos contenidos en este ártíulb:1 9 Ninguna de las partes puéde obligar á la otra

comenzar el viaje, cuando id nave y el cargamentono son libres. La ley les impone á ambas partes el de-ber' de permdnecer en el puerto, hasta que se realice a1-guna de las circunstancias, ménionadas en el primerinciso de este artículo.

Los gastos sobredichos se considerarán como ave-rías gruesas, pues son hechos para salvar la nave y elcargamento, artículo 605, y se reparten entre los inte-resados conforme al artículo 620. En el puerto de su

rocedeiicia, el fletante y el fletador carga cada uno conus gastos, porque allí el fletante puede despedir la tri-

pulación,y reducir lás demás expensas, lo mismo que elfletador puede restituir las mercancías á sus almacenespero, en puerto distinto, los gastos son obligados paratodos, y por eso se reputan averías gruesas.

La iiave fletada, pero no cargada, tiene derecho áque el fletador contribuya con las dos terceras partesde los gastos, porque éstos son menores una vez queno se hacen los de descarga y los de alquileres de al-mdcenes, ni se harán los de reembarque de las mercantías para seguir el viaje.

29 Cuando la nave es la que está impedida, segúnlo explicado en el artículo 590, el fletante, que temesrapresado, puede pedir que se resuelva el contrato por elresto del viaje; y aquí es aplicable entonces la misma

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regla del artículo precitado, con más el pago del fletehasta el lugar, donde se resuelve el fletamento.

39 Cuando es el cargamento el que únicamenteestá expuesto á ser apresado, el fletador puede negareá cargar, ó salir, si la nave está ya cargada. - En am-bos casos la nave puede partir, desembarcando la cargaá costa del fletador, si estuviere cargada; pero, si car-gase por cuenta de otro fletador, el que resolvió el con-trato no está obligado á pagar más que la diferencia deflete, si faltare alguna suma para completar el que de-bería pagarle, prosiguiendo el viaje sin carga, artículos552 T 553.

Art.. 593. Cuando una nave es fletada en lstre paya otraplaza donde debe recibir carga para un viaje, queda tesueltoel contrato, si habiendoallegado la nave al lugar de la carga,sobreviene una guerra que le impida seguir el viaje, sin quehaya lugar á indemnización por ninguna de las partes, si elimpedimento proviene de la nave sola, 6-de ella y del carga-mento, pero si proviniere del cargamento sólo, el fletador de-berá pagar la mitad del flete convenido.

Por ejemplo: una nave inglesa es ' fletada - para ve-nir á tomar en Puerto Cabello un cargamentó pertene-cinte á un súbdito inglés, con destino á la Habana ypoco después se declara la guerra entre Inglaterra y losEstadós Unidos. La nave que ha venido en lastre deMartinica terne ser apresada, si emprende el viaje y elcargador teme también perder el cargamento.' El fleta-mento se resuelve sin ninguna indemnización para laspartes, porque la resolución es de interés común.

Tampoco hay lugar á indemnización cuando el im-pedimento es sólo de parte de la nave, verbo y gracia,si el cargamento pertenece á un espafiol, y, por tanto, es

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propiedad neutral. La ley favorece á la nave, que enrigor debía indemnizar al fletador: exímela, sin duda, enatención á que el fletador padece menos perjuicio quela nave, la cual ha venido de otro puerto en lastre árecibirla carga.

Si fuere el cargamento el que está impedido, el fle-tador pagará la mitad del flete, por vía de indemnización,y por el vi -aje que ha hecho la nave.

Art. 594. Si por sobrevenir una interdicción de comer-cio con el país á que se dirija la nave, ó por riesgo de enemi-gos ó piratas, se viere el capitán precisado á regresar con lacarga, se le deberá sólo el flete de ida, aunque el contratohaya sido por ida y vuelta.

La interdicción de comercio comprende tanto á lanave como al cargamento; el riesgo de enemigos puedereferirse á ambos ó, á la nave ó al cargamento en parti-cular; el depiratas es común á, los dos. En este ar-tículo no se distingue como en los dos anteriores. Elpago del flete de ida, ó sea de la mitad del flete, se hacepor el viaje efectuado. Se necesitará siempre que elcapitán pruebe, la verdad de la causa que lo decidió áregresar al puerto, sin rendir el viaje para que fue fletado.

Art. 595. Subsiste el fletamento, cuando sólo ocurranaccidentes de fuerza mayor que impidan por poco tiempo lasalida de la nave, ó duando acontezcan durante el viaja sinculpa del capitán: sin lugar, en tales casos; á indemnizaciónó aumento de flete, y si la nave stuviere fletada por mes, nose contará el tiempo de la detenión. Durante la detención,de la nave, puede el fletador descargar las mercancías á sucosta, á condición de volver á cargarlas oportunamente.

Los accidentes ó fortunas-de mar, ó algún sucesomomentáneo de fuerza mayor, como una perturbación

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del orden público pasajera en él puerto donde la navedebe despácharse, ño son causas de ruptura de viaje,ni de interrupción, cuandoaquéllos no han hecho inna-vegable el buque, ni éstos impiden por embargo la sali-da de la nave, ó la continuación del viaje.

Son hechos independientes de la voluntad de loscontratantes, que no ameritan indemnización.

La nave fletada por viaje no tiene derecho de au-mentar el flete, por la demora: si fue fletada por mes,no se cuenta el tiempo de la detención, para no gravarindebidamente al fletador.

El fletador por temor de los riesgos marítimos áque se haya' expuesta la nave, aun estando en el puerto,puede extraer sus merancías de á bordo. La descargay la carga se harán á costas del fletador, quien estaráobligado á pagar el flete íntegro, gastos y averías grue-sas, si se negara á volver á hóido las mercancías desem-barcadas.

Art. 596. Las disposiciones contenidas en 'esta secciónson aplicables í los fletamentos parciales.

En cuanto las disposiciones se refieren de unamanera, especial al fletamento total.

Como en los fletamentos parciales hay varios fle-tadores, éstos ejercen los derechos que corresponden áun fletador por la totalidad; y tienn sus obligaciones,cada unotior la parte que representa en la nave fletada.

SECCION II

Del conocimiento

Art. El cargador y el capitán, que recibe la carga,se darán mútuamente un conocimiento, que expresará:

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La fecha.El nombre y domicilio del capitán.La clase, nacionalidad, nombre y toneladas de la nave.El nombre del cargador y del consignatario.El lugar de la carga y el de su destino.•La naturaleza y cantidad de los objetos que sé han de

trasportar, y sus marcas y números.El flete convenido.El conocimiento puede ser á la ordeii, al portador ó' á

favor de persona determinada.

El conocimiento resulta. del contrato de fletamento.Es un acto escrito, por el cual el capitán de la nave de-clara que ha recibido los efectos, que se obliga á tras-portar, y el cargador que se compromete á pagar el flete,convenido.

El conocimiento expresa en primer lugar la fecha,,con la que se establece el día, desde el cual queda obli-gado él capitán á responder de los efectos

El nombre y domicilio del . capitdn, para identificarsu persona y fijar , el lugar, en que puede ser demandadopor el cumplimiento de sus obligaciones personales;pues, en cuanto á las que le correspondan por razón desu cargo, podrá ser requerido donde se encuentre 'la na-ve que manda.

La clase, nacionalidad, etc., de la nave, para identifi-carla tambIén; el nombre del cargador y del consignatariosobre los cuales recaen obligaciones; el lugar de la car-

ga y el de su destino, puntos importantes que determinandeberes para las partes; la designación de los objetosembarcados, con las' circunstancias de marcas, números,etc., para impedir que se confundan con otros, ó puedancambiarse fraudulentamente.

Y el flete convenido, que es , la obligación que co-29

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rresponde al fletador. El conocimiento indica también á.las veces el lapso dentro del cual debe hacersela cargay la descarga, y la indemnización qué ha de satisfacer-se por estadías, pérdidas, averías simples,' deinorás, etc..

El conocimiento 'iw7ninaivo, es de'cir, en jue se ex-presa el nombre solo del conigratario, ó, lo que es lomismo, el de la persona, á quien han de ser entregadaslas mercancías por el capitán, obliga á éste á, cumplir-ese deber, aunque el conocimiento no le .sea presentado.

El conocimiento á la orden facilita al consignatario,cuyo nombre está expresado enél, un niedio cómodode trasferir el dominio de las mercancías ó de consti-tuir manddtxio para que las reciba, según que el endo-so se extienda en las formas que 'respecto de la letrade cambio permiten los artículos 295, 296 y 298. Elendoso por valor en garantía puedetarnbién emlearseen el conocimiento, según el artículo 297.

El conocimiento al portador no lleva expresado elnombre del consignatario. • En éste y en el caso aniteriorel capitán no puede entregar las mercancías sino al quele presente elcpn3cimiento, como el deudor de una letrade cambio ópagaré á la orden no puede pagar válida-mente más queal portador.

El capitán puede figurar en el conocimiento comoconsignatário; pero, entonces, no valdrá sino hasta que,lo endose á unterceio, que es regularmente el compra-dor de las mercancías ó un encargado de la venta deellas, porque el capitán no se puede entregar la Largaá sí mismo.

No hay ningún •inconveniente , en que el fletadorhaga extender el conocimiento á su propia orden. Sino lo endosare después, puede recibir el mismo las mer-cancías, porque no hay incompatibilidad entre-las per-

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sonas del cargador y el consignatario, que puede seruna misma.

En suma, el conocimiento es el título de propiedadde las mercancías émbarcádas, y hace fé entre las par-tes, y respecto de terceros, como sucede con los asegu-rador5, artículo-602, á la vez que el conocimiento supleen ocasiones el contrato de fletamento, el cual, aunquevernos en el artículo- 544, que debe hacerse por escrito,queda casi siempre reducido á la formación de aquelacto; esto es, del conocimiento.

Art. 598. Del conocimiento se harán los ejemplaresque exija el cargador, debiendo ser cuatro por lo ménos. Ca-da ejemplar será firmado por el capitán y por el cargador; ydebe expresar el número total de ejemplares que se firmen.Uno de los ejemplares lo tomará el capitán.

El cargador puede hacer firmar por el capitán to-dos los ejemlares que quiera: la firma ctel cargador estambién nésaria en cada ejémplar. Recuiéres que encada uno de ellos se exprese el número' de ejemplaresque se firman, para que no qeden expuestos á engañoslos endosatarios óportadores de un ejemplar.

Exigen se por lo menos cuatro: uno para el capitán,á quien sirve de título de sus derechos y de sus obli-gaciones; otra para el cargador, que podrá probar conl que hizo la entrega de las mercancías; otro para la

persona á quien van destinadas, esto es, para el con-signatario, y otro para el -propietario ó armador, quehan de tnarle cuenta al capitán, y que han de ser res-ponsables de los hechos de éste.

El número de ejemplares del 'conocimiento no seexige bajo pena de nulidad. Si se extendió y firmóuno sólo, valdrá tanto como si •se hubiesen formJiza-do varios.

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Art. 599. Dentro de veinte y cuatro horas después determinada la carga, deben firmarse los conocimientos, y de-volverse al capitán sus recibos lprovisionales.

El término es breve, para que no queden por mu-cho tiempo, sin constancia legal los derechos y bligaclones del capitán ylos cargadores.

Art. 600. Si el capitán no recibiere los efectos contados,pesados 6 medidos, podrá indicar en el conocimiento queignora su especie, número, peso ó medida.

El capitán puede hacer contar, pesar ó -medirlos efectos. Si no lo hubiere hecho, expresará en elconocimiento que ignora el número, peso ó nedida. Suobligación se reduce á entregar los mismos, bultos. Lacláusula dicha se refiere al contenido, del cual no res-ponde el capitán, cuando hace aquella salvedad; bienentendido que eso' no lo libra de responsabilidad, cuan-do los bultós aparecen rotos, descósidos ó fracturadosá bordo.

Art. 6.oi., Si el capitán probare que su nave no podíacontener la cantidad de efectos mencionados en el 'conoci-miento, esta prueba hará fé contra el cargador pero el capi-tán deberá indemnizar á aquellos que sobre la fé de los cono-cimientos hubieren pagado al cargador ó al portador del cono-cimiento más de lo que contenía el buque; sin perjuicio delrecurso del capitán contra el cargador.

Esta disposición tiende á excusar en pa'te de res-ponsabilidad al capitán, en el rarísimo caso en que,por dolo ó error del cargador, haya suscrito un cono-cimiento, hecho por el cargador, según el cual aparezcaque` se ha embarcado mayor carga de la que realmente seha traido á bordo. El conocimiento hace fé contra el

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capitán; no es admisible la prueba de testigos paradesvirtuar lo que en ese documento se expresa: pero,el capitán que ha firmado conocimientos en que apare-cen, por ejemplo, quinientas toneladas de carga, cuandola nave sólo mide cuatrocientas, puede invocar esta prue-ba para acreditar el error ó falsedad del acto suscrito,y libertarse de responsabiiidrtd para cori él cargador.

No le es permitido valerse de esa prueba respectode terceros de buena fé, porque para ellos el' conoci-miento debió merecer crédito, sin ninguna otra ave-riguación. El capitán puede hacer uso de todos losmedios de prueba, para demostrar el dolo ó culpa delcargador.. .,

Art. 6o2. Los conocimientos hechos según las disposi-ciones anteriores, hacen fé entre las partes interesadas en elcargamento, y entre ellas y los asegurad-ores.

Ya hemos explicado la razón de este artículo. Siel conocimiento carece de algunos de los datos indis-pensables, valdrá corno principio de prueba por escrito.Ni es concebible que la falta, verbo y gracia, de men-ción del precio convenido autorice al cargador para' nopagar; se acudirá entonces al contrato. del fletamento;y si no se hubiesen expresado' -las mercancías cargadas,sería imposible negar cualquiera otra prueba, para acre-ditar que habían sidó entregadas á bordo.

El conocimiento garantiza al' capitán, en el sentidode que no puede ser obligado á más de lo que en él seindica, y sería sospechoso de fraude el que hubiese fir-mado un conocimiento con omisiones semejantes.

Art. 603. Si diferentes individuos presentan cada unoUn conocimiento por los mismos efectos, el tribunal decidirá

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á cual de ellos debe hacerse la entrega provisoria. Se pro-hibe al capitán descargar las mercancías, si supiere que dosó más individuos son portadores de un conocimiento por lasmismas; sino después de autorizado por el tribunal para de-positarias en un lugar que el mismo tribunal designe.

Refiéresé al caso del conocimiento extendido á ¡orden ó al portador. El capitán debe precaverse COfl

una providencia judicial, caso de que varias personassean tenedoras de ejemplares del conocimiento.personas deben ventilar en juicio quién tiene mejorderecho.

Art. 604. El consignatario debe dar recibo al capitán,silo exige, de las mercancías que entrega constantes del co:.nocimiento, bajo la pena de indemnización de perjuicios.

El recibo de las mercancías se firma ordinaria-mente por el consignatario en el ejemplar del conoci-miento que se haya en manos del capitán, y éste firmael recibo del flete en el ejemplar que le ha presentadoel consignatario.

El consignatario puede hacer en el recibo las ob-servaciones que tenga á bien, artículo 586.

TITULO VI.

DE LOS RIESGOS Y DAÑOS DEL TRASPORTE MARÍTIMO

SECCION 1

De las averías

Art. 605. Son averías:Todo gastó extraordinario hecho para la conservación

de la nave, 6 de las mercancías ó de ambás, y todo daño que

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sufra la nave desde su salida hasta su arribo, ó las mercan-cías desde su embarque hasta su descarga en el puerto de suconsignación.

No habiendo convención en contrario, se observarán enlos casos de avería las disposiciones siguientes.

Los .gastos ordinarios ó extraordinarios, que hagala nave con cualquier otro objeto que no sea,el de suconservación óla de las mercancías, no son averías.No lo son tampoco los daños que sufran la nave ó lasmercancías por heçho, impericia ó descuido dl capitá.nó de los individuos de la tripulación. Aquéllos son decargo de la nave sola; éstos son de cargo del capitán.

El fletante y el fletador, así como los fletadores en-tre sí pueden determinar los casos que considerarán deaverías, aumentándolos ó disminuyéndolos, establecerlasreglas cómo deberán ser pagadas, el tiempo, lugar, etc.

En cuanto á la contribución de avería, creemos quesegne1 artículo 620, ninguno de los cargadores puedeeximirse, ni aún por pacto expreso, de la obligaciónestablecida por la ley.

La palabra avería viene de la voz árabe auuer, quesignifica daño ó vicio. Esta etimología es más proba-ble que la de ayer, antigua , palabra francesa que se em-pleaba para expresar cierta parte del cargamento.

Art. 6o6. Las averías son de dos clases: gruesas ó co-munes, y simples 6 particulares.

Llámanse gruesas ó comunes las unas, porque debenser reparadas por , çl grueso de la nave y el cargamento,y porque son dé interés común: las otras se dicensimples ó particulares, porque deben ser soportadas porel propietario de la cosa que ha padecido el daño ó ha

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ocasionado el gasto, y en tal concepto son de interésparticular.

Art. 607.. Son averías gruesas ó comunes todos los da-ños que en virtud de deliberaciones .motivadas, se. causan,antes ó después de emprendido el viaje, á la nave ysu carga,conjunta 6 separadamente, pero en beneficio común, para sal-varlas de un riesgo de mar; los daños supervenientes por con-secuencia del sacrificio; y los gastos originados por causasimprevistas, hechos en beneficio común, en lus épocas y for-ma expresadas; como:

19 Los valores que se entreguen . por vía de compósiciónpara rescatar la nave y el cargamento.

2? Las cosas que se arrojen al mar para aligerar la nave,ya perteñezcah al cargamento, ya á la nave, yá á la tripu-lación.

3? Los cables, mástiles, áncoras - y demás cosas que secorten, arrojen al mar ó abandonen para salvar la nave.

4° El daño que sufran la nave 6 el cargamento por cau--sa de las operaciones efectuadas para salvar la nave ó el car-gamento.'.

5? Los gastos de alijo para hacer entrar la nave en al-gún puerto ó río, por tempestad ó por persecución de enemi-gos, y la pérdida S 6 el daño qu& sufran las mercancías porcausa del alijo.

6? Los gastos efectuados para poner á flote la nave quese hubiere hecho encallar para evitar su ápresamiento 6 supérdida total.

7? La curación y manutención de la gente de mar y pa-sajeros, que fueren heridos defendiendo la nave, los salariosde los primeros hasta su restablecimiento y la indeinnizaciónpor mutilación cuando se acuerde. .

8? Los salarios, manutención é indemnización para elrescate de los individuos de la tripu1ación, que estando des-empeñando 'servicios de la nave y cargameiito, fueren presosy detenidos por el enemigo ó piratas.

9? Los salarios y manutención de la tripulación, durante

457-

el tiempo en que la nave, después de principiado el viaje, fue-re detenida por una potencia extranjera ó por causa de unaguerra que sobrevenga, mientras la nave y el cargamento noqueden libres de sus obligacioties recíprocas.

-ió. Los mismos salarios y alimentos, durante el tiempoque la nave está obligada á quedar en un punto de arribada,para reparar los daños que deliberadamente hubiere sufrido,en provecho común de todos los interesados.

u. El menoscabo que resultare en el valor de las mer-calicías, que en una arribada forzosa haya sido necesario • vender á precios bajos, para reparar el buque del daño recibido porcualquier accidente, que pertenezca á la clase de avería gruesa.

12. Lcderechos de prácticos'y otros gastos de entraday de salida, pgados en un puerto de arribada forzosa, por cau-sa que deba considerarse como avería gruesa.

13. Los alquileres de los almacenes y depósitos, en quese depositen las nercancías que no pueden quedar á bordo, du-rante la reparación de daños considerados como avería gruesa.

14. Los gastos de una cuarentena, extraordinaria, noprevista al hacerse el fletamento, mientras que la nave y elcargamento están sometidos á ella; comprendidos los salariosy alimentos de la tripulación.

La avría gruesa la caracterizan los puntos siguien-les: 1 que el daño se cause voluntaria y deliberada-rn.nte, de modo que los que provienen de casos fortui-tos no son aterías qruesas: 29 que el daño se verifiqueen beneficio de la nave y el cargamento para salvarlosde un riesgQ de mar, de suerte que si el daño se hizopor fraudIe para obligar, por ejemplo, á los asegurado-res al po de la cantidad asegurada, ó para peijudicar-á algunos dedos cargadores, aunque se hubiese aprove-chado para ese fin la ocasión de una tempstad, no seconsidera avería gresa; y 39 que los daños y gastossupervenientes sean consecuencia del sacrificio que sehizo para salvar la nave y la carga; y, por tanto, no son

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averas gruesas los que ulteriormente se efectúan porcasos fortuitos.

Este artículo enumera pór vía de ejemplos varioscasos de avería gruesa Conforme á la reglá sobredichapueden ocurrir otros más. Analicemos, sin embargo,éstos que. sirven en cierto modo de norma.

1 9 Exígese (fue los valores se entreguen por VÍfl (lecomposición, es decir, de arreglo celebrado entre el captor y la nave capturada.. Si aquel hubiese exfraído dela naie, procediendo violentamente, los valores y efec-tos que le plugo'escoger, j la hubiera (tejado libre des-pués, no habría ccverth qraesa Los cargado?s á quie-nes perteiieciesen los valores y efectos apresados, losperderían, sin deecho alguno de contribución; porqueno se habían entregado voluntaria y deliberadamente,para salvar la nave y el resto del cargamento, comoacontece en. el caso de convenio para rescatarlos delpoder del captor. 1

Todos ]os cargadores estaban expuestos á la mismapérdida; los que padecieron el daño no tienen el dere-cho de exigirá los otros que los ayuden á soportarlo,pues eLcaptor pudo tomar las mercancías de unos ó deotros. Es un caso fortuito deque ninguno responde.

2 Respecto de las cosas que se arrojan al marpara salvar la nave y la carga, las reglas están determi-radas en la Secciób, siguiente, que trata de la ehazón,artículo 616 á 619. Véase el artículo 613..

39 So]5re este número es necesario distinguir: sipor efecto de la tempestad se cortan uno ó• dos mástilespara salvar la nave, hallándose aquellos íntegros, esehecho se reputa avería gruesa, y el valor total de los más-tiles cortados y arrojados al mar se paga por coiitribu-ción : si se hace preciso cortar y arrojar al mar uno ó

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varios mástiles, que están ya rotos por el temporal,sólo se estima averia gruesa el valor. de los mástiles yainutilizados.

49 Por ejemplo: si se rompiere parte de las obrasmuertas de la nave para dar salida á las aguas del mar ;si al derribar, un mástil rompiese la cubierta, y causasela entrada del agua debajo de las escotillas, etc.

59 Estos gastos motivados por causas, que no seanlos expresados en este número, son gastos de la navesola, artículo 609. Por ejemplo: si se llamaron alijospara acelerar simplemente la entrada de la nave, queno estaba en peligro de perderse, etc., artículo 609.

6 Si la nave encalló por caso fortuito, con buentiempo ó durante una borrasca, los gastos que ocasioneponerla á flote no son averis gruesas, pues el daño nose hizo voluntaria y deliberadamente para salvarla.

79 . La curación y manutención del marinero quecayó enfermo ó fue herido durante la navegación en-servicio de la nave, son de cargo de la nave sola; lo mis-mo el rescate 'del marinero, que fue capturado en servi-cio de ella. Para que sea avería gruesa es menester quela herida, contusión ó captura se haya verificado defen-diendo la nave, artículo 531. La ley da por ese respec-to derechos idénticos al pasajero.

89 El marinero capturado en servicio de la navesola, debe ser rescatado á costa de ésta, artículo 534.

99 Véase el artículo 592, número 110. Estos gastos son consecuencias de un daño

calificado de a'vería gruesa.11. Las mercancís vendidas son de cargo de la

nave, según el artículo 511: la diferencia de precio esla que se considera avería gruesa, cuando el valordeaquellas se ha de emplear en reparar un dafio calificado

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de aería gruesa. -Si el dafio proviniere de un caso for-tuito, de todo será responsable la nave sola.

12. Los gastos de prácticos, etc., son averías sim-ples cuando la entrada al puerto no la causare la nece-sidad de salvar la nave cargada.

13. Estos gastos vienen á , ser consecuencias deuna avería gruesa.

14. En realidad esos gastos'no se hacen.para sal-var la nave y el cargamento; pero, como la detenciónlos comprende á ambos se clasifican los gastos entre losde avería gruesa, por ser de interés común.

Art. 608: Averías simples 6 particulares son todos losdaños y menoscabos que no se hicieren deliberadamente enbien común de la nave y del cargamento, y todos , los gastoshechos en beneficio de la ¡lave 6 del cargamento separada-mente, como:

iç El daño que sufran las mercancías por vicio propio,por, tempestad, apresamiento; naufragio ó encalladura.

29 Los gastos hechos para salvarlas.39 La pérdida de cables, áncoras, velas, mástiles ó cor-

dajes, causados por tempestad ú otro accidente de mar.49 - Los gastos de las arribadas ocasionadas por la pérdi-

da fortuita de estos objetos, ó por la necesidad de vituallas ópara la reparación de alguna vía de agua.

Averías simples ó particulares son los daños can-sados involuntariamente, ó los gastos hechos en benefi-cios de la nave sóla ó del cargamento soló. Esos dañosó gastos recaen únicamenté sobre la persona ó cosa, quelos causa ó sobre la cual se efectúan.

Son Lambiii ejemplos de los muchos que puedenpresentarse, los casos aquí enumerados.

1 9 Todos estos daños recaen sobre el dueño de lasmercancías, sin derecho á que los demás cargadores

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contribuyan al pago, porque de tales daños no se les haseguido ningún beneficio.

9 Los gastos hechos para salvar las mercancías,ó para salvar la nave separadamente, son de interésparticular para el dueño de aquéllas ó de ésta. Si ¿gasto se ha efectuado para salvar las mercancías perte-necientes á varias cargadóres, es evidente ue tal eroga-ción se repartirá proporcionalmente entre ellos, no porvirtud de las reglas de avería gruesa, sino por las delDerecho común.

39 Ya hemos dicho que estas pérdidas no son ave-rías gruesas, sino cuando se hacen deliberadamente.

49 Estas arribadas no

son producidas por la nece-sidad de salvar la nave, que deliberadamente ha sacri-ficado parte de su maniobra.

Art. 609. Si por bajos ó bancos de arenas conocidos, lanave no pudiere darse á la vela con el cargamento entero dellugar de su salida, ni llegar al de su destino sin descargar unaparte en lanchas para alijar el buque, los gastos causados poresta operación no se considerarán averías. Estos gastos sonde cuenta de la nave, si el contrato de fletamento ó los cono-cimientos no estipulan lo coitrario.

No se trata entonces de salvar la nave y el carga-mento, sino de hacer más fácil á la nave su entrada áun puerto ó. su salida de él. Esos gastos son de cnentade la nave nada más, como averías simples. Los cargado-res pueden, sin embargo, convenir con el fletante en quese reputen averías gruesas, atendiendo á que la ley per-mite aumentar ó disminuir por estipulación los casosde averías, artículo 805.

Art. 61o. Las disposiciones contenidas en los artículosprecedentes para la calificación de las averías gruesas ó parti-

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culares, son igualmente aplicables á esas lanchas y á los ob-jetos cargados en ellas.

Las lanchas, alijos etc., y las mercancías que enellos se embarquen, se consideran partes integrantes delas naves á quienes pertenecen ó á quienes sirven, y lasmercancías se reputan unidassiempre al cargamento.

Art. 611. Si durante el trayecto sufrieren estas lanchasó las mercancías á su bordo daños ó pérdidas reputadas ave-ría gruesa, las embarcaciones sufren una tercera parte deellas, y las mercancías las dos terceras partes restantes; yéstas serán repartidas como avería gruesa sobre la nave prin-cipal, sobre el flete y sobre el cargamento entero.

Las averías gruesas se distribu' ye'n entonces así:tina tercera parte se asigna á las lanchas ó alijos, y lasotras dos terceras partes se consideran corno un todo,la mitad á la nave y su flete y la otra mitad á las mer-cancías todas, tanto las que se encuentran en las lan-chas comolas que han permanecido en la nave prin-cipal.

Art. 612. Recíprocamente, y hasta que las mercancíascargadas en las lanchas estén descargadas en el lugar de sudestino, continúan en comunidad con la nave principal y elresto del cargamento ; y contribuyen á las averías gruesas quesufran étas.

Mientras las mercancías embarcadas en las lanchasno se han puesto en tierra, participan' pór una ficciónlegal de los dafios, que voluntariamente e causan enla nave ó en la carga que ésta contiene, en beneficio co-mún, aunque aquellas no participen ya de los mismosriesgos.

Para alijar ó sea aligerar la nave, el capitán, por

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ejemplo, ha hecho desembarcar en varios botes una par-te de la carga que ha mandado depositar en tierra; lue-go ocurre la necesidad de arrojar al mar otros bultos ycortar un mástil: las mercancías sacadas de á bordo-que han. llegado felizmente á tierra, contribuyen al pagade aquellos daños, como si se hubiesen efectuado para.salvarlas á ellas. .

A primera ,vista parece esto contradictorio,, pero elobjeto de la ley es que no resulten favorecidas lasmer-cancías que fueron separadas del peligro común parasalvar las otras, así como serían pagadas, si se perdieranen los botes por la contribución de las que quedaron á.bordo de la nave. Por iguales motivos se explica lo re-lativo á lás lanchas, aun en ¿1 supuesto caso de que seanpropiedad de terceras personas.

Art. 613. No sé consideran averías comunes, aunquesean hechas voluntariamente y después de deliberacióii moti-vada en el bien dela nave, los daños sufridos ó gastos causados por los vicios interiores dela nave, por su innavegabilidad6 por falta ó negligencia del capitán ó de la tripulación.

Imaginemos el caso en que, durante la navegación,se descubra que un mástil se halla en mal estado, yamenaza ruina: el, capitán y los cargadores resuelvenque debe cortarse y arrojarse al rnar,'antes que cause ,ála nave un mal mayor,: supongamos que por impericiadel capitán, la nava ha tocado con una piedra ahogada,y se ha declarado mf agua á bordo, lo cual obliga á arri-bar á cualquier. puerto, para reparar, el daño: en éstos áotros casos semejantes no se tendrán por averías gruesasesas pérdidas, que recaerán sobre la nave sola.

Lo mismo será, si fuese necesario arrojar al marmercancías en estado de putrefacción : esa pérdida recae-

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rá sobre el dueño de ellas; aunque se hayan sacrificadoporciones todavía a provechables, en interés común delos pasajeros y tripulantes, con el íin de precaver enfer-medades á bordo.

Art. 614. Los gastos de prácticos, remolque y de puer-to no son averías ; sino simples gastos á cargo de la nave.

Estos gastos se efectúan en beneficioó • en interésúnicamente de la nave, la cual está obligada á hacerlos,pues el fletante tiene el deber de trasportar las, mercan-cías y llegar con ellas al lugar de su destino.

Art. 615.. Ninguna demanda es admisible por avería,si ésta no excede de una centésima parte del valor reunido dela nave y del cargamento, en la gruesa; y en la simple dela cosa dañada.

Esta disposición es aplicable: tan sólo á las relacio-nes de los asegurados con los aseguradores:

Si se han arrojado al mar efectos mercantiles porvalor de mil quinientos bolívares, y el valor de la navey el cargamento unidos alcanza á Bs. 200.000 se debela contribución de tiiería qruesa. Sería contrario Éi todoprincipio dejusticia que no fuese indemnizado de unapérdida real el dueño de aquellas rnercan'cías, con pre-texto de que no exedía del uno por ciento, cuando parael perjudicado equivale á la tercera parte, á la mitad, altodo quizás del cargamento que embarcó en la nave.

La prueba de que esta restricción no se refiere másque á la.materia de seguros, es que el artículo habla tam-bién de la avería simple, la cual no produce acción sinopor razón del seguro entre el asegurado y el aseguradorartícúlo 743, nunca entre los cargadores y la nave, pueses,sabido que ésta no responde de los deterioros ó pér-

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didaS que padezcan las mercancías por casos fortuitosó fuerza mayor, artículos 502 y 608.

Así se interpreta este artículo por muchos tratadis- -tas, y es doctrina Consagrada por sentencia de 27 de di-ciembre de 1871, dictada ppr la Corte de Casación deFrancia. -

SECCION II

De la echazón

Art. 616. Si el capitán para salvar la nave en caso detempestad 6 persecución de enemigo, se creyere precisado áarrojar algunos efectos del cargamento, á romper parte de lanave para facilitar la echazón, á cortar los mástiles ó abando-nar las áncoras, deliberará previamente, tomando el parecerde los principales individuos de la tripulación y de los intere-sados en la carga que estén presentes.

Si hubiere diversidad de dictámenes, se seguirá el del ca-pitán y de los principales de la tripulación..

Ec1azó2i esel acto de arrojar al mar todo ó partedel cargamento, ó parte de loá aparejos de la nave, paraaligerarla y salvarla, en casó de tempestad ó persecuciónde enemigo. Nuestra ley comprende también en la palabra echazón el abandono de las áncoras, cuyos cablesd cadenas se ve el capitán obligado á soltar ó cortar enlos casos dichos, para hacerse pronto á la vela.

Está limitada la echazón á los dos casos enuncia-dos; de manera, que si los 'objetos referidos han sidoarrojados al mar por otros motivos, no se estiman o-mo avería qrusa.

Los propietarios de la carga, por un sentimientoirreflexivo de conservación de sus intereses, puedenoponerse á Ja echazón de las mercancías. Se disponepor eso que prevalezca el parecer del capitán y de los30

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principales de la tripulación, y aún si entre estos últj...•mos hubiere divergencia, se hará lo que ordene el ca-pitán, á quien la ley asigna la dirección y gobierno dela nave, y en quien deben suponerse más conocimiento,

• yexperiencia de la navegación.

Art. 617. Ajuicio del capitán, aconsejado con los prin-cipales de la tripulación, se procurará que las cosas menas,necesarias, más pesadas y de menos precio, sean arrojadasprimero; yen seguida las que se encuentren en el primerpuente.

La gravedad de las circunstancias y la inminen-cia del peligro pueden impedir que se observe el ordenestablecido aquí. Los autores llaman echazón irregular

la que se efectua, sin seguir las reglas expresadas. Elcapitán se sujetará á ellas, en cuanto sea posible; yexplicará en la diligencia de deliberación los motivosque le forzaron á separarse de las reglas legales.

Primer puente, equivale á la cubierta de la nave.Aunque los efectos cargados en ese lugar no se pagansi se arrojan, artículo 628, el capitán no tiene 'derecho-de comenzar la echazón por ellos, si no se hallan en.ninguno de los casos de.este articulo, y las circunstan-cias le permiten observar el ¿rden predicho.

Es racional quelas reglas dadas para la echazón

de mercancías, se observen en los casos de averías co-munes, por daños voluntarios hechos en la nave para

salvarla.

Art. 618. El capitán, tan pronto como sea posible,asentará en el registro de la nave la diligencia de delibe-ración.

Dicha diligencia contendrá:Los motivos de la deliberaci6n

La relaciónrelación de las cosas arrojadas y dañadas, con las es-pecificaciones posibles.

Las firmas de los deliberantes, 6 los motivos de su nega-tiva á firmar.

Previénese al capitán que asiente tan pronto comosea posible esta diligencia en el registro,. para que nohaya tiempo de sustraer mercancías á bordo, j hacerlasaparecer como arrojadas al mar, durante el siniestro..

La, relación del capitán hace fé hasta prueba encontrario, aunque no quieran firmarla los deliberantes..

Art. 619. En el primer puerto á que llegue el capitán,deberá dentro de veinte y cuatro horas, presentar al Juez decomercio y en defecto de éste, á otro del lugar, una copiade dicha diligencia, bajo juramento de ser verdaderos los he-chos que expresa. Si la llegada fuere á puerto extranjero,se harán el juramento y la presentación de la copia ante elCónsul venezolano, y en su defecto, ante unxnagistrado dellugar.

Por igual motivo se impone la premurk del lapso,para la presentación de la copia de ,la diligencia. Eljuramento debe hacerse constar

copia, acta, que al efec-

to levantará la autoridad, á quien se entregue la copia,acta que ha de firmar el capitán.

SECCION III

Ile la co'itribuciónpor avería gruesa

Art. 620. - Coniribuirán en común á la avería gruesa,,sueldo á libra, las mercancías salvadas y las pérdidas porechazón ú otras medidas de salvamento, y la mitad de la na-ve y de su flete.

La contribución se arreglará al valor que dichas cosas

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tuvieren en el lugar de la descarga, deducido antes los gas-tos de salvamento. -'

El contrato de fletamento crea derechos y obligacio-nes recíprocas entre el propietario ó armador de lanave y los cargadores; ninguna convención se esta-blece entre los difersos fletadores de una misma nave,los cualel en ocasiones ni siquiera se conocen perso-nalmente; pero el hecho de haber embarcado mercan-cías en la misma nave da origen á un cuasi contrato,por virtud del cual cada cargador se obliga á sacrificartodas ó parte de aquellas á la salvación común ; asícomo á contribuir para que sean indemnizados los car-gadores, cuyas mercancías han sido sacrificadas, cuan -do por efecto de ese daño el llamado á contribuir hasalvado las que le pertenecen.

Como todos los cuasi contratos, la contribuciónpor avería gruesa se funda, pues, en elprincipio car-dinal de justicia, según el que ninguno' debe enriquecerse

'con perjuicio de otro; y eso sucedería si los que hansalvado sus mercancías, ó el propietario que ha sal-vado su nave, merced á la avería gruesa, -rio tuviesenel deber de pagar proporcionalmente el beneficio quehan recibido.

La contribución se calcula .sueldo á libra, expresióncuyo uso está hoy reducido á esta materia, y que equi-vale áprorrçta, ó sea en proporción.

Contribuyen las mercancías salvadas por la razónantedicha :• contribuyen también las perdidas, porque,si no se descontase del valor de ellas la cuota propor-cional, resultarían de mejor condición que las salvadas,una vez que el propietario recibiría el valor íntegro:contribuyen la nave y el flete sólo por la mitad, parafavorecer la navegación.

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El valor de las cosas se calcula por el , que las deigual calidad tienen en el lugar de la descarga, el cualpuede ser, ó eldel destino de la nave, si los accidentesde mar no le han impedido llegar á él, ó el de arribada,si por efecto de los accidentes dichos tiene que dar allípor terminado el viaje. Dedúcense antes los gastos dsalvamento, los cuales soporta el propietario de las cosassalvadas, y por tanto disminuyen su valor, y es justoque no contribuyan, sino según el que realmente tienen.

Descúentase también el valor del flete, pagado ópor pagar; porque, estimánclose las mercancías por elvalor que tienen en el lugar, donde se dsembarcaronel flete hace parte del valor dicho. De otro modo, resultaría, que se hacía gracia al fletador de la obligaciónque contrjp para con la nave, y además, deduciéndoseel flete, éste contribuye una sola vez al pago de lasaverías, por parte del fletante que lo recibe.

Pero, el flete que la nave tenía adquirido antes delsiniestro, verbo y gracia, en el caso del artículo 568, nocontribuye; pues las averías grüesas que se han efec-tuado después del desembarqu de las mercancías, noinfluyen en la conservación del flete, que ya se habíaganado, y no podía perderse con la pérdida de las mer-cancías.

Art. 621. Los salarios de la gente de mar no están su-jews á contribución.

Los sueldos del capitán y de los individuos de , latripulación se pierden en el caso de pérdida total de lanave y el cargamento, artículo 527; y se pagan conpreferencia sobre los restos salvados de la nave . y elcargamento, articulo 528.

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Se les exime de contribución, con motivo del peli-gro personal que corren en la nave.

Art. 622. Es obligación del capitán solicitar en el lu-gar de la descarga, y ante la autoiidad indicada en el artículo619, el reconocimiento y justiprecio, por peritos que se n..brarán de oficio, de los daños y pérdidas que constituyen laavería gruesa.

El término es de veinte y cuatro horas, conformeal artículo citado. En el puerto de la descarga, que esel del destino de la nave, ó en el que se dé por termi-nado el viaje, por ruptura de éste, innavegabilidad, in-terdicción de omercio, etc.

Art. 623. I4as mercancías arrojadas se estimarán porel precio corriente en el lugar dela descarga, y según la ca-lidad que se probare, por los conocimientos y facturas, silas hay.

Yá hemos dicho qie estas mercancías se estimanpor el precio que tienen las de la misma calidad en ellugar de su destiño ó en el que se da por términado elviaje: en ese precio está comprendido á veces el beneficioque esperaba el cargador. Si no hay conocimiento nifacturas, es admisible la prueba de testigos ó cualquieraotra legal.

Art. 624. Si las mercancías resultaren de un valor in-ferior al que expresa el conocimiento, contribuirán segúnsu estimación, si se han salvado; y si se han perdido ó ave-riado, se pagarán según 'la calidad designada en el conoci-miento.

Si las mercancías resultaren de calidad inferior á la queindica el conocimiento, contribuirán según la calidad indi-cada en el conocimiento, si se han salvado y si se han perdi-do 6 variado, según su estimación.

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Quiere.así la ley que el disimulo ó fraude se con-vierta en perjuicio de su autor, y que nunca puedaaprovecharle.

Si las mercancías son de mayor valor que el mdi-•cado en el conocimiento, contribuyen conforme al valorreal, cuando se han salvado ;pero no se pagan, sirio porel valor del conocimiento, cuando se han perdido.

Obsérvese que en el primer inciso hay un error depluma, habiéndose puesto inferior; en vez de superior,que correspondía.

Lo contrario procede, cuando las mercancías re-sultan de calidad inferior, á lo indicado en el conoci-miento: si se pierden las mercancías, se pagan segúnla estimación, y contribuyen, si se salvan, según elconocimiento.

La regla es, por tanto, que las mercancías perdi-das se pagan por el menor valor real, y las salvadascontribuyen por el valor mayor declarado.

Art. 625. La reparación proporcional que harán losperitos de las pérdidas y daños comunes, se llevará á efecto,,después de aprobada por el Juez ó el cónsul, en sus respecti-vos casos.

La liquidación de los peritos necesita la aproba-ción del Juez, ó del cónsul para que tenga fuerza legal.$i el funcionario que conoce del asunto no la encuen-tra ajustada á la ley, podrá nombrar otros peritos paraque la practiquen,. «encomendar á los mismos las en-miendas ó rectificaciones que procedan.

Art. 626. No contribuirán á la avería gruesa las muni-ciones de guerra y de boca de la nave, ni el equipaje del ca-pitán y demás individuos de la tripulación; pero, el valor de

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estas mismas cosas, si se pierden por la echazón, será paga-do por contribución.

Las municiones de guerra y las de boca no contri-buyen, porque son de beneficio común; el equipaje delcapitán y los tripulantes por favor especial, y estas co-sas se pagan, sin embargo; para que no haya interés enimpedir la echazón.

Art. 627. Los efectos que no constarén de conocimien-to 6 declaración del capitán, no serán pagados, si fuerenechados; y contribuirán, si se salvaren.

El embarque de esos efectos se hizo irregularmen-te: de allí el motivo de 110 pagarlos, si son arrojadosal mar; pero, si se salvan, contribuyen, porque seaprovechan del sacrificio de los valores de otros, ar-tículo 556.

Art. 628. Los efectos cargados sobre la cubierta de lanave, no serán pagados, si se arrojan ó dañan, y contribui-rán, si se salvan. Esta disposición no corñprende al comer-cio de cabotaje.

El. cargador, que consintió en que una parte desus mercanc'ias se pusiese sobre cubierta; aceptó. la po-sibidad de que fueran. sacrificadas sin indemnización; siel capitán las colocó sobre la cubierta de la nave, sinconsentimiento del cargador, es aplicable el artículo 503según el cual la nave responde sola de la falta del ca-pitán, y no pueden ser gravados con su pago los demáscargadores.

Si se trata de un viaje de cabotaje, obsérvanse res-pecto de esas mercancías la regla de las demás; porqueno está prohibido entonces cargar sobre cubierta, se-

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gún el citado artículo 503; y por tanto deberán ser pa-gadas, cuando se arrojen ó resulten dañadas por ave-ría gruesa.

Art. 629. Las mercancías que. no estén aún embarca-das en la nave principal, ni en los botes 6 canoas que las de-ben llevar á bordo, no contribuyen á las pérdidas, que sufrala nave que las debe trasportar.

Las mercancías que no se encuentran á bordó.,en los botes ó lanchas, á que se refieren los artículos610, 611 y 612, no participan de los riesgos marítimosde las otras; y por consiguiente no recihn el benefi-cio de la avería gruesa, salvo lo prevenido en el artícu-lo 552; caso en que las mercancías se consideran á,bordo por motivo de la falta de cumplimiento del fieta-doi, para aliviar del gravamen de los gastos de avería ála nave y á los demás cargadores.

Esta disposición se refiere, pues, á las mercancíasque no se habían embarcado por no haber llegado elmomento de hacerlo, ó por haberlas dejado el' capitánen tierra, etc.

Art. 630. Si la nave se perdiere' á pesar de la echaónde una parte del cargamento, 6 de otros hechos ejecutadospara salvarla, cesa la obligación de contribuir á la averíagruesa; y los daños y pérdidas ocurridas se estimarán comoavería simple, á cargo de los interesados en los efectos que -los hubieren sufrido.

Cesa el deber de contribuir, cuando á pesar de lossacrificios hechos, la nave y el cargamento se han per-dido totalmente. Ya no pu decirse que unos seenriquecen con perjuicio de otros, puesto que todos losinteresados quedan igualados por la pérdida 'común.

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La averir qruesa,'daño voluntario verificado en benefi-cio de todos, entonces de estériles consecuencias, seconvierte en avería simple, que recae sobre cada pro-pietario.

Si salvada ó perdida la nave, se recobrasen lasmercancías echadas al mar, vuelVen . éstas Ét ser de lapropiedad de sus dueños, porque la echazón es unamedida de' salvamento, no una renuncia de los dere-chos dé dominio.

Los dueños estarían obligados á devolver al capi-tán lo que hubiesen recibido por contribución, dedu-ciendo antesel monto-de los daños causados y-los gas-tos, que hicieron para recoger los efectos.

Art. 631. Cuando después de haberse salvado la navedel riesgo que dió ligar á la avería gruesa, pereciere por otroaccidente en el progreso de su viaje, contribuhán á la averíagruesa los efectos salvados delprimer riesgo que se hubierenconservado después de perdida la nave, según el valor quetengan, atendiendo su estado, y con deducción de los gastos1hos pa-ra salvarlos.

Supónese que las mercancías deben su salvamento• á los sacrificios hechos en los primeros riesgos; pero,

como- aquellos efectos padEcieron otros daños poste-riormente, de que no alcanzaron á preservarlos las ave-rías gruesas -efectuadas antes, ' es justo que no se lesobligue á contribuir más que por el valor, que tuvierendespués del ultimo accidente, previa deducción de losgastos ocasionados para salvarlas.

Importará muho - en esos casos averiguar si elaccidente, que produjo la pérdida ó dañó, es el mismoque se quiso evitar, ú otro distinto ulterior. En elprimer caso, á nada habrá derecho, porque la avería

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gruesa resultó ineficaz; en el segundp caso, los restossalvados contribuirán, pues por las averías dichas seaminoró el mal, que pudo ser mayor.

Conviene advertir aquí que, sea total,. sea parcial,la pérdida de la nave ó ls mercancías, los propietariosde ellas no responden con el valor asegurado, si aque-llas estuvieren aseguradas, pues la ley. radica la res-ponsabilidad en las cosas mismas, según el artículo 620.

Art. 632. Los efectos arrojados no contribuyen al pagode los daños acaecidos, después de su echazón, á las mercancíassalvadas.

Por ejemplo: para huir de la persecución de unanave enemiga, fue necesario arrojar parte del cargamen -to. La navey las mercancías salvadas deben pagar el.va-br de los efectos sacrificados, los cuales contribuyen tam-bién, de conformidad con el artículo 620. Pero, puedeaconecer que la nave encalle más adelante por un acci-dente distintodel primero, y. se causen con ese motivootras averías gruesas, para sacar á flote el barco. Alpago de tales averías no contribuiráñ los efectos antesechados, porque los nuevos daños no habrían salvadolas mercancía, que habían sido sacrificadas yapara evi-tar riesgos anteriores.

Art. 633. En todos los casos sobredichos el capitán yla tripulación tienen privilegio sobre las mercancías, ó siprecio, por lo que les toque en la contribución.

Este privilegio concuerda con el que les otorga Jaley para el pago de los salarios, é indemnizaciones,artículo 542. Tiene también privilegio el pago del ¿qui-paje, artículo 626. Esas preferencias sirven para esti-

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mular. á los empleados deja nave en salvarla á ella ylas mercancías.

Para mayor claridad de éstá materia, ponemo enseguida un ejemplo de unacuenta de contribución deaverías, que con pocas variacines tomamos de Fardes-sus, Gours de Droit Oommecial.

Supongamos que la barca Hortensia salió de Mar-sella para La Guiara el 5 de mayo, y fue sorprendida poruna tempestad un mes después, por lo que se vió obli-gada á arrojar al mar parte del cargamento y otras co-sas pertenecientes á la nave.

de' reparar los daños y las pérdidascausadas por la borrasca •y la echazón forzó la barca áentrar á Tenerife, donde permaneció hasta el 30 de Ju-nio, día en que continuó el viaje.

El 10 de Julio-fue atacada la hortensia por un cor-sario. En el combate que entonces se efectuó, fuemuerto el contramaestre Andrés en defensa de la nave,y herido- el marinero Juan, que peleaba también por sal-varla, marinero que murió al cabo de veinte días, deresultas de la herida. La nave se rindió al corsario,que convino en darle libertad, mediante rescate pagadoen mercancías del cargamento.

La HQrtensia continuó su viaje, pero el 28 deI mis-mo mes avistó otro corsario. El capitán hizo echaral agua los botes para salvar en ellos todo lo que se pu-diera, no habiendo otro medio de salvamento: más tar-de cambió el viento y el capitán lo creyó favorable, ypor no perder tiempo abandonó los botes, y soltó todaslas velas, que fueron desgarradas por la violencia delviento, rompiéndose además un mástil.

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La Hortensia llegó por-fin á La Guaira, y el capitónprocedió á levantar la cuenta de averías dentro del tér-mino de veinticuatro horas, y con arreglo á las disposi-ciones legales, en la forma siguiente:

1:ZZIT.—A—OJOIT

de las pérdidas que dan lugar á contribución

Echazón durante la tempestad de. diversos útilesy enseres de la nave y averías causadas para la abertura,que fue necesario hacer para facilitar la echazón . . . . Bs. 5.000

a Echazón de las mercancías pertenecientes á L.Rodríguez, hecha deducción del flee que deben . . . . io.000 -

' Echazón de nueve barricas de vino pertenecientesá M. Rojas, las cuales son de la misma calidad, que lasque se venden en este puerto á Bs. 1.200 la barrica peroque por razón de filtraciones se estiman en Bs. 50 menosy d educidos Bs. 150 de ftte,. se calculan á i.000 ca-da una ............................9.000

a Echazón de diez fardos de lienzo pertenecientesá J . Simón, , que hacían parte de ,cincuenta cargados .pcel mismo, estimados según Íactura, deducido flete . . " 4.500

51 Averías experimentadas en las mercancías de RSánchez, con motivo de las echazones mencionadas . . 2.500

6Q. Echazón de cuarenta balas de paño, pertenecien-tes á F. Rodríguez & Ct. las cuales, aunque de un valorreal de Bs. 30.000, según su verdadera estimación, no secargan en esta cuenta, sino por el valor qne aparece en elconocimiento ................ . . . " 25.000

7 Echazón de ocho bocoyes de quincalla, mitad delas embarcadas por F. Pérez é hijos, las cuales, aunqueaparecen en el conocimiento por Bs. 15.000, no valen ehrealidad según su estimación, sino ..........." io.'000

Sa Echazón de una barrica de aceite, que hacia par-te de seis barricas pertencientes á S. Machado, cargadassobre cubierta, barrica que no debe pagarse y se refieresolamente para memoria -

9 Pérdida de municiones de guerra y de boca . . " i.000

-478-io. Por el mástil roto en parte por la tempestad, y

que fue necesario acabar de cortar y arrojar al mar, por-que ponía la nave en peligro, mástil que se estima, según

.su valor después de fracturado en ................1.0001 i. Salarios y manutención de la tripulación durante

estación en el puerto de Tenerife ... ... ........"12. Por 75 barricas de vino pertenecientes á Gonzá-

lez Hermanos, dadas ep composición al 'corsario Nabor,valuadas según conocimientos al precio corriente en LaGuaira á razón de Bs. 1 .5o0 la barrica, deducidos 200 deflete por cada, una, hacen ........... . . . 75.000

13. Por mercancías de orfebrería, pertenecientes. áP. Anter, dadas también en composición, estimadas,con deducción de flete en ..................125.000

14. Salarios del contramaestre Andrés, muerto endefensa de la nave en el combate del lo de Julio, corri-dos desde el día citado hasta el en que cesaron los sala-rios de los demás tripulantes ;, salarios que se cargan en lacuenta de avería, porque el: capitán tuvo que ajustar otrohombre para el servicio que aquél hacía ... ... ..." 224

• i.. Gastos de enfermedad y curación del marineroJuan,que murió de su herida, y no fue reemplazado. . 200

16. Valor de los botes abandonados en la fuga de 28de Julio ..................... . 2.000

17. Mástil roto y velas averiadas en el mismo acon-tecimiento . ..................... " Loco

18. Por gastos de experticia y de la presentecuenta ......................• . 575

Total de las pérdidas . . B. 273.000

EAOIOIT

de los valores sujetos á contribución

x? La barca ikrtensia estimada ac-tualmente en Bs. i io.000, lo cual hace porla mitad ................. . Bs. 55.0001 29 El flete de todos los efectos que lo

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deben, el cual según contratos de fletamentoy conocimientos alcanza á Bs. 57.000, y cu-yamitad es ...............

3? El monto de los daños y pérdidasque ha experimentado la nave, según los nú-meros 1, jo, 15, 16 y 19, no comprendién-dose el número 9-relativo á las municionesy los números I y 14 relativos á los salariosde la tripulaciórí, por estar exentos de con-tribución . ...............

4? Las mercancías de L. Rodríguez,arrojadas al mar, deducido flete .....

5? Veintidos y media barricas de vinopertenecientes áM. Rojas, que se salvaron,y se estiman, deducido flete, en......

Más, el precio de las 9 barricas arrojadas,según consta en el número 3 de la relaciónde pérdidas . - ............

6? Cuarenta balas de lienzos, pertene-cientes á J . Simón, resto de cincuenta queéste embarcó y se salvaron en la nave, esti-madas con la deducción dicha en......

Más, el valor de las diez arrojadas, queconstan del número 4 de la relación depérdidas-

7? ...............

La estimación. de cuarenta balas depaño, pertenecientes á F. Rodríguez & C?,que forman el número6? de la relación depérdidas ...............

Más, cuarenta balas restantes estimadaspor ser de calidad superior en ......

8? Las mercancías- de R. Sánchez, es-timadas, según conocimiento y facturas, enel estado á que -las han reducido las averías,causadas por la echazón ........-.

Más, la estimación de esa avería referi-da en l núiier 5 de las pérdidas . . .

9? Ocho bocoyes de quincalla, restode los 16 bocoyes embarcados por F. Pérez

28.800

9.200 ", 93.000

" 10.000

22.500

9.000 " 31.500

18. 000 0

4.5000 " 22.500

25.000

53.000 " 78.000

6o.oóo

2.500 " 62.560

-480-é hijos, que se ponen aquí por el valorexa-gerado que ellos mismos le dieron en losConocimientos .................

Más, la estimación de la pérdida de losotros ocho arrojados, que se calcularonpor su valor real en el número 7? de laspérdidas ................

jo. Cinco barricas de aceite, cargadaspor S. Machado sobre cubierta, las cualesdeben contribuir, aunque nadase les adeudapor la sexta barrica, que fue arrojada

- xi. Precio de las barricas, pertene-cientes á González Herñianos, constantes enel número 1 2 de las pérdidas .....

12. Precio de las mercancías de orfe-brería de P. Anter, á que se refiere el núme-ro 13 de las mismas...........

13 y Última. Mercancías de A. Wi-

15.000

10.000 25.000

7.500

75.000

125.000

iiiam esumauas en ...........' i6.000

Total de valores .........Bs. 56.000

La relación de las pérdidas sufridas, por los diversos accidentes men-( cionados se eleva á Bs. 273.000; la valuación de todo '-odo lo que de-

be, soportar la contribución alcanza á Bs. 546.000; de modo, quecada una de esas cosas, coñtribtiye por 50 por ciento de su valor,

- á saber : -La nave, por 50 p, de 93.000 que hacen -. 46.500L. Rodríguez, por id. id. id. io.óoo « « . . 5.000M. Rojas, -por id. id. id 31.500 « . . 15.750J . Simón por id. id. id. 22.500 « . . 11.250F. Rbdrígue & hijos por id. id. id 78.000 « . ... 39.000RSánchez por id. id. id. 62.500 « « . . 31.250F. Pérez & hijos por id. id. id. 25.000 (( « . 12.500S. Machado - por , id. id. id. 7.500 (( (( . . 3.750González Hermánoá por id. id.' id: « «.. 37.500P. Anter pór, id. id. id. 125.000 « « . . 62.500A. 'William por id. Id.' id. 16.000 « « . . 8,c-'oo

Total . .....Bs. 273.000

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Cabe aquí una advertencia muy importante. Eleminente tratadista, autor del ejemplo' anterior, quisosin duda reunir en él todos ó casi todos los casos quepueden presentarse en la formación de la cuenta de con-tribución de averías gruesas', Y la formalizó para mayorbrevedad como una sola liquidación. Pero, es de notar-se que en el ejemplo citado ocurren tres accidentes prin-cipales, distintos entre sí, á saber: la tempestad porla que fue atacada la nave, que la obligó á arrojar partedel cargamento y otras cosas; á arribar á Tenerife y ha-cer allí reparaciones: 29 el ataque del corsario Xabor,hasta la Composición para el rescate de la nave; y 39 lasúltimas pérdidas y daños, que la misma nave se impusopara escapar del segundo corsario.

Esos tres accidentes requieren tres liquidaciones deaverías, si los interesados las reclaman; para que lasmercancías sacrificadas no se sometan á nüeva contri-bución por las averías posteriores, de las cuales no hanrecibido ningún beneficio, porque estaban ya fuera delos riesgos comunes ulteriores. Así es la regla general,aplicable en todos los casos.

SECCI0N IV

Del abordaje

Art. 634. En caso de abordaje, si fuere fortuito, 6 cau-sado por hecho de los dos capitanes, 6 de las dos tripulaciones,cada nave sorportará el daño que hubiere sufrido: si fuerecausado por culpa de uno de los capitanes, éste pagará todoslos daños : si no constare que ha sido fortuito ni cuál de loscapitanes ha sido el culpable, cada una de las naves pagará lamitad de las reparaciones que fueren necesarias, á juicio deexpertos.31

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Esta Sección se refiere álos deberes, que tienen en-tresí los capitanes de varias naves reunidas.

Abordase es la colisión ó choque dedos navespuede ser fortuito, de culpa común, óde culpa particular.

Es natural que cuando ninguno de los dos capita-.iies ó triputaciones es culpable de la colisión, no pese,sobre nadie la responsabilidad de indemnizar los dañoscausados, como sucede siempre que éstos se efectúan,por fuerzct mayor ó caso'Jortuito, artículo 1171 CódigoCivil. Cuando ambos capitanes ó tripulaciones son cul-pables, es imposible averiguar en la mayoría de los caso,cuál de ellos lo ha. .ido más; y en esa situación, el 1egis-1adoí' ha preferido partir por igual la responsabilidad,.porque, además, la prueba de los hechos no podría ha-cerse, sino con los mismos interesados.

La presunción legal •. que los supone á todos culpa-bles, cuando, no se demuestra el caso fortuito ó1a culpaparticular, se funda en las razones antedichas, juntocon'el motivo de necesidad de imponer á los capitanesla más cumplida diligencia, para evitar que sei-nej antes

• siniestros sé . realicen.

Art. 635. El. abordaje se presume fortuito; pero se reputárá culpable de parte del capitán de la nave, que se encuen -tre en alguno de los casos siguientes

19 Si la nave estuviere mal fondeada por inobservanciade los reglamentos y usos del puerto; ó si tuviere sus anclassin las boyas necesarias; á menos que pruebe que las perdiósin culpa suya, y que no ha podilo reemplazarlas.

29 Si la nave zarpare de noche, sin haberse puesto pre-viamente en franquía; ó navegare á toda vela á inmediaciónde otra, que estuviere fondeada ó á la capa.

39 Si 4 la entrada de un puerto, la nave tratare de to-mar la delantera á otra que la preceda; 6 si á la salida, nocediere el paso á la nave que entrare al puerto.

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40 Si navegando con viento en popa en una dirección tal,que pueda encontrarse con otra en un punto de intersección,no tomare las precauciones necesarias para evitar el abordaje..

5Q Si la nave, cualquiera que sea el punto donde se en-cuentre, no tuviee, farol con luz, siendo de noche.

Todos tienenderechos á ser considerados inocentes,mientras no se pruebe lo- contrario. En ese principiose funda la regla . que reputa fortuito él abordaje, y portanto inculpables, los capitanes, hasta que no se pruebeque uno de ellos, ha sido causa del siniestro.

Como el abordje es un cuasi delito, cuando resul-ta de la imprevisión, impericia ó negligencia de los capi-tanes de las naves que coliden, la ley establece reglas decuya infracción se hace depender la responsabilidad delaccidente.

El capitán que faltó á una cualquiera de ellas in-curre en ulpa,' y queda sometido á los efectos de unapresunción juris et de jure contra la que no es admi-sible ninguna . prueba; porque para la ley es evidenteque el abordaje no se habría efectuado, si se hubiesenobservado las reglas prescritas para impedir el mal.

Ellas son, por decirlo así, universales, y se encuen-tran en los reglamentos de marina más antiguos de lospaíses comerciales.

Art. 636. Si la nave pereciere después del abordaje, enel viaje que deba hacer para llegar á un puerto de arribadapara su reparación, se presume que la pérdida fue causadapor el abordaje.

La ley no reserva aquí tampoco la prueba con-traria, y por consiguiente la presunción establecida re-viste el misma carácter de-la del artículo anterior. Ne-

cesít.ase para que sea aplicable la disposición dicha, que• la nave que sufrió la colisión se vea obligada á buscar

puerto donde ir 'á repararse, aunque éste sea el mismode' su destino, por ser el más próximo. Nada importa-ría que pereciese durante ese viaje, por efecto de unaborrasca que sobréviniera. Se colegiría, entonces, queel abordaje la puso en la incapacidad de resistir la tor-menta, ó cualquiera otro accidente' ulterior. El culpabledel abordaje responde, pues, del daño inmediato y decualquiera otro posterior, que fuere consecuencia delChoque.

Art. 637. Si una nave a la vela causare daño sin culpadel capitán ó de la tripulación, á otra nave anclada en lugarconveniente, aquella pagará la mitad del daño de ésta, sincomprender el suyo propio.

Estos daños se repartirán como avería gruesa sobre lanave y la carga.

No habrá lugar al pago de daños, si el capitán de la na-ve anclada hubiera podido evitar el abordaje, 6 disminuir susconsecuencias, soltando sus cables, 6 cortando sus amarras,siempre que hubiçra podido hacerlo sin peligro ; ó si no lohizo, á pesar de haber sido oportunamente requerido por laotra nave.

La nave, que en aquel caso ocasiona el abordaje,padece el doble castigo de pagar sus propios daños y lamitad del que causa á la otra nave.

Contra todo los principios que rigen la materia deavería, gruesa, se ordena en esta disposición que se re-partan como tallas indemnizaciones, que está obligadaá hacer la nave que produjo el choque. El abordaje esaquí'un caso fortuito, del que no se deberían derivar si-no averías simples, de manera que cada interesado carga-se con el daño que le cupo.

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Será siempre de difícil prueba, el hecho de haberpodido la nave averiada soltar sus cables ó cortar susamarras, sin peligro propio, y sin exponerse á. caer sobreotras naves ancladas en el mismo fondeadero.

Art. 638. Si una nave garreando fuer sobre los cablesde otra anclada cerca de ella, y los cortase, de modo que éstaperdiese sus anclas, y que por este suceso sufriese daño ó nau-fragase, la primera-deberá indemnizar todo el daño que sufrie-ren la otra y su cargamento.

Dícese garrear el hecho decejar ó ir una nave ha-cia atrás, arrastrando el anda. Este accidente provienede no haberse prendido el anda en el fondo con sufi-ciente fuerza, y acusa falta de previsión del capitán, ypor eso es responsable la nave que garrea de todos losdaños que origine, sin perjuicio de la responsabilidaddel capitán para cori el propietario.

Art. 639. Si tina nave anclada ó amarrada en un puer-to, sin soltarse y por la impetuosidad de las olas ó por unatempestad ú otra fuerza mayor, causare daños á otras navesque se encuentren cerca de ella, éstos serán sufridos por lasnaves peij udicadas corno avería particular.

La colisión se verifica, entonces, entre naves anda.das conforme á los reglamentos, y sin haberles faltado áninguna de ellas sus respectivas anclas; lo cual no pue-de acontecer sino , por efecto de una tempestad, ó mar deleva, y á veces se ha visto también en los fuertes terre-motos. Es un caso fortuito de que nadie es responsable.

Art. 640. Si una nave se hallare sobre un baja y no pu-diere retirarse, su capitán, en caso de peligro, tiene el derechode exigir que otra nave que le quede cerca, leve sus anclas ócorte sus amaras para dar paso á aquella, siempre que la otra

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pueda hacerlo sin riesgo; y debiendo la nave en peligro pagarlos perjuicios que sufra la otra.

El capitán de la nave vecina que rehusare satisfacer á laexigencia, 6119 lo hiciere por negligencia, será responsable delos clafios que resulten de ello.

Trátas,e de una • situación extraordinaria para lanave que está en je1igro. La otra nave, que no está ex -puesta en aquel momento á riesgo alguno, debe propor-cionarle paso, para que pueda sa1virse; y, si es nece-sario, hará el sacrificio de sis anclas y hasta de otrosaparejos, que le serán bagados.

El capitán que rehuse, ó por negligencia no presta,oportunamente, ese servicio á la nave en peligro, puedeincurrir en responsabilidad criminal, además de la in-demnización de daños y perjuicios, y su responsabilidadserá personal respecto d1 propietario de la nave, de cu-ya dirección está encargado.

Este y otros casos semejantes son más bien materiade las Ordenanzas de Marina y Reglamentos de ordeny policía de los puertos; hallándose en el Código deComercio, sólo por la responsabilidad, que entre , particu-lares pueden producir.

TITULO VII

DEL CONTRATO Á LA GRUESA Ó PRÉSTAMO A

RIESGO MARÍTIMO

Art. 641. En el contrato á la gruesa, uno de los con-tratantes presta al otro una cantidad dé dinero, ú otracosa apreciable en dinero sobre objetos expuestos á riesgomarítimo; á condición que, si perecen ó'sé deterioran poraccidente de mar, el que ha dado el capital no puede cobrar-lo sino hasta concurrencia de lo que los objetos valgan; pero

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que si llegan felizmente á su destino, el que ha tornado lasuma será obligado .á pagarla, con una prima ó utilidad con-venida.

Este contrato es llamado á la gruesa ventura, y por-abreviación á la gruesa, porque el prestador corre elriesgo de perder los valores que presta, y los' pone ver-daderamente í la ' ventura, á toda ventura.

El préstamo de esta especie nació indudablementede la prohibición de la usura qué las leyes civiles san-ionaron aun en materias comerciales, con el desacer-

tado propósito de impedir la libre estipulación del inte-rés del dinero. No pudiéndose pactar entre las partesel pago de réditos por el capital prestado en proporciónde las emergencias, que se corren en el comercio marí-timo,, se imaginó la , fórmula del contrato ala gruesa,por el cual el exceso de interés no permitido se suponedado en pago de los riesgos, que el prestador toma .á sucai'go.

Las leyes canónicas condenaron, sin embargo, esepréstamo también como usurario.

El 'préstamo á la gruesa ha caído casi en desuso enlos países donde está reconocida la libertad del interésconvencional; porque sólo le queda la utilidad del pri-vilegio establecido por la ley, que puede obtenerse enlos otros contratos por otros medios legales.

Lo mimo que el de seguro, el contrato c la grue-sa es aleatorio. Corno préstamo de consumo es un con-trato real y., unilateral; mas, para perfeccionarse. 110

basta que hayan sido entregadas las cosas prestadas,requiérese que se liaiyan sometido á riesgo marítimo,y ésta es circunstancia esencial para su validez.

No pueden ser objeto del contrato á la gruesa, sinoel dinero y las cosas muebles apreciables en dinero, que

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puedan exponerse á riesgos marítimos. Esas cosas pasan,,por virtud del préstamó, á la propiedad del que lasrecibe.

De eso se colige, que no pueden ser materia del con-trato á la gruesa la vida y. la libertad del hombre; porque,aunque son susceptibles de seguro en razón de que lautilidad que el hombre reporta de aquellos dones esapreciable en dinero, artículo 448, es imposible trasmitir,'la propiedad de ellos á ninguno.

El que presta se llama dador; el que recibe el prs-'tamo tomador. -

Entre el contrato á la gruesa y el seguro marítimo,hay grandes similitudes: en aquél, el dador corre conlos riesgos y en éste es el asegurador; en el uno el pro-vecho y en e] otro la pluma, son el precio de los riesgosmarítimos, que se determinan y reglan por idénticosprincipios. La tasa del provecho y de la prima sonmayores ó menores, según la nabiraleza y duración delos riesgos, y en ambos contratos se necesita, para pro-ducir efectos legales, que las cosas, objetos de ellos, sesometan á riesgos marítimos, los cuales son general-mente los mismos en las convenciones dichas.

Estos dos contratos son hei'manos gemelos, comodice un autor antiguo; pero, el préstamo á la gruesa na-ció primero que el seguro, según los anales del Derechomarítimo.

En cambio, se hallan entre los dos contratos variasdiferencias esenciales: en el contrato á la gruesa se entre-ga realmente una éantidd cierta, por el contrario en elseguro el asegurador en vez de entregar recibe una pri-ma: en aquél es preciso que haya cosas que puedan.obligarse; en éste basta que .haya pérdidas posibles.Corno en el contrato c la gruesa el dador no se encarga.

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de los riesgos que corren las, cosas sobre las cualespresta, no contrae ninguna obligación hacia el tomador,propietario de los valores prestados; en tanto, que elasegurador se obliga para con el asegurado á indemni-zarlo de las pérdidas, que puedan sobrevenirle hastaconcurrencia de la cantidad asegurada, artículo 439.

De lo que resulta, que en el contrato á. la gruesa eldador es el acreedor, y el tomador el deudor; al pasoque en el seguro, el asegurado es el acreedor y el asegura-

dor el deudor, y así les corresponde la carga de la prueba,cuando en unó. y otro contrato les llega el momento dereclamar el cumplimiento de la obligación contraída.

Art. 642. El contrato á la gruesa debe hacerse por do-cumento.público 6 privado: en este caso, debe registrarse enla oficina de registro dentro de ocho días de su fecha, 6 depo-sitarse en la Aduana donde se despacha la nave un duplicadode él dentro del mismo término, so pena de perder el dadorsu privilegio.

En país extranjero, se hará el contrato según la costum-bre del lugar, observándose lo dispuesto en el artícnlo 511;y si se hiciere por documento privado, se depositará un du-plicado en el consulado venezolano, y á falta de éste, en laAduana del lugar 6 en un comerciante de respetabilidad.

Los contratos á la gruesa hechos verbalmente son inefi-caces en juicio; y no se admitirá prueba sobre ellos.

La forma escrita es una solemnidad del contrato, , .la gruesa, puesto que la ley declara expresamente que-son ineficaces, los contratos de este género hechos ver-balmente, y no es admisible para acreditar su existencianingún otío medio de prueba.

Exígese con tanto rigor la publicidad, porque el -contrato ó la gruesa crea un privilegio á favór del dadoisegún el número 8 del artículo 44; y porque, además,

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la fecha del acto sirve para determinar la prioridad,que se acuerda al préstamo más reciente, artículos 645y650.

Aunque el contrato celebrado en el extranjero estésometido, en cuanto á . la forma, á la regla locus reqit ac-tum, es indispensable que se observen los requisitos es-tablecidos en el artículo 511, porque se refieren á la ca-pacidad personal del capitán y á formalidades intrínse-ás del acto.

Art. 643. El contrato á la gruesa debe contener: *El lugar y la fecha del contrato.Los- nombres, apellidos -y domicilios del dador y del to-

mador.El capital prestado.La prima convenida. -Los efectos que se afectan al préstamo.La clase, nombre y matrícula dé la nave.El nombre, apellido y domicilio del capitán.El viaje por el cual se corre el riesgo ó por qué tiempo.El tiempo del reembolso.Si no se fijare ese tiempo,» se considerrá como tal el mo-

mento en que dejó de existir el riesgo.

19 Se necesita la mención' del lugar, para sabersi el capitán tenía facultad para celebrar el contrato,visto que, según el artículo 509, no le es lícito -hacerloen el lugar -donde mora l propietario de la nave. Esmenester la fecha para lo dicho en la nota anterior.

29 Son indispensables los nombres del dador y eltomador., porque no' hay contratos, sin partes, á lo queagregamos que el préstamo no e puede extender alpor-tador. -,

39 Pueden prestarse d la gruesa dinero ó cosasapreciables en dinero,; sin embargo, cuando son cosas

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las que se prestan, Supónese' siempre que se han con-vertido en dinero Sabemos que la propiedad de lascosas prestadas pasa al tomador, como en todo préstamode consumo. Podría, á pesar de eso, estipularse que silas cosas prestadas se salvasen serán devueltas idénti-.cam ente con una utilidad determinada; ese contrato,en sentir de algunos tratadistas, sería un arrendamien-to de cosas muebles riesio marítimo, de eficacia legal.Puede pactarse también válidamente que se devolveráncosas de igual especie con una prima estipulada.

49 El provecho marítimo, que también se llamaprima, se diferencia de la del seguro, que se paga siem-pre, en que sólo es exigible cuando no se ha realizadola pérdida y ha de satisfacerse junto con el capital pIes-tado. Esta prima puede pagarse en dinero ú otros valo-res comerciales.

Si no se estipuló ningún provecho á favor, del da-dor, no habrá contrato á- la gruesa. Resultaría entoncesun préstamo común, si las cosas afectas no perecen enlos riesgos previstos; y, si 'perecieren. podría estimarselo pactado como una donación que se regiría por las re-glas del Derecho Civil; bien entendido que, como la do-nación no se presume nunca, sucederá á las veces queel contrato se repute inexistente.

59 Ya hémos- dicho que no pueden afectarse alpréstamo á la gruesa, sino cosas venales y que puedanexponerse á riesgos. No pueden ser , por tanto objetoscapaces de ser afectados.al préstamo las cosas incorpo-rales como el crédito., los derechosde usufructo, de au-tor, de herenciá, etc., y, como antes dijimos, la vida. yla libertad.

69 Es indispensable la designación precisa de lanave, ora sea ella 'la cosa afecta al préstamo, ora sea

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el lugar donde sé hallan las mercaderías afectas al con-trato. Si el capitán cambiare de nave sin causa jus-tificada, los daños sufridos por las mercancías no per-judicar'ian al dador, según el artículo 651.

79 La consideración de la persona del capitán in-fluye en el ánimo del dador, para celebrar el préstamoá la gruesa. Conviene, pues, que sea conocido .para él.

8 El préstamo puede estipularse por uno ó variosviajes; por una parte del viaje, verbo y gracia, por losriesgos que corra la nave hasta tal paralelo ó hasta talmeridiano, ó hasta pasar una isla, golfo ó cabos deter-minados; por cierto tiempo, por ejemplo, por los ries-gos de los primeros diez días de navegación, etc.

9? El tiempo en que debe pagarse, supuesto quelos valorés afectos llegan felizmenté á su destino, ó pa-san el término que se fijó para los riesgos. A falta deestipulación, ésos serán los términos que hacen exigi-ble el pago.

Art. 644. El contrato á la gruesa puede hacerse á la or-den; y en este caso puede traspasarse por endoso, sucediendoel endosatario en todos los derechos y riesgos del endosante;pero la garantía del pago no se extiende al provecho maríti-mo, sino á los intereses corrientes, salvo convención en con-trario.

En el contrato á la gruesa el tomador puede obligar-se á pagar el capital prestado y el provecho marítimo 4la orden del dador. En virtud de esta cláusula, el dador,endosa el título, y el endosatario se subroga en los dere-chos y obligaciones del dador, según es el endoso regu-

lar ó irreqular, artículos 295 y 298. Es claio que elendosatario, que adquiere la propiedad del título, es unacreedor aleatorio, como 16 era su causante. Si las co-

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sas perecen, el endosatario no tiene ningún derecho; sise han salvado, y el tomador no paga, conformé á lo,estipulado,, el endosatario no puede reclamar contrasu endosante, sino el capital prestado y los interesescorrientes, porque la ley supone que el endosatarid nodió por el título, sino el capital que el dador prestó altomador.

Para el caso en que el endosatario haya pagado más,permite la ley que se estipule también la responsabili-dad del provecho marítimo. En uno y otro caso, el en-dosatario tiene expedita su acción contra el tomador, silas cosas llegaron felizmente á su destino, ó pasaron losriesgos señalados.

Art. 645. Los préstamos á la gruesa pueden constituir-se, conjunta 6 separadamente sobre todo 6 parte:

Del casco y quilla de la nave.De las velas y aparejos.Del armamento y vituallas.Del cargamento.Los créditos provenientes de estos préstamos tienen pri-

vilegio sobre los objetos respectivamente designados, en pro-porción de la cuota afecta al préstamo.

El privilegio del préstamo sobre casco y quilla compren-de también los fletes devengados.

Pueden constituirse por uno ó varios dadores so-bre el valor total de la nave y del cargamento, sobreun valor determinado ó una parte alícuota de aquellos.

Bajo la palabra nae se comprenden, además dlcasco y la quilla, los aparejos, etc., artículo 481. Elpréstamo sobre el casco y la quilla, deja libres los apa-rejos, que pueden ser 'objeto de otro préstamo.

Aunque está prohibido prestar sobre fletes no ga-nados, artículos 647, el privilegio del dador puede alcan-

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zar un flete que en la época del préstamo no estaba ad-quirido, y que en el tiempo del pago, se habrá ganado ya.

Para hacer efectivo el privilegio sobre las mercancías,se ha dictado la disposición del artículo 652.

Art, 646. A solicitud del dador puede declararse nulo elcontrato á la gruesa, hecho sobre objetos de menos valor quela suma prestada, si se probare fraude por parte del tomador.

Si no hubiere fraude, el contrato será válido hasta porel valor de las cosas afectas al préstamo, según la estimaciónhecha, 6 convenida entre las partes. El dador será reembol-

, sado del exceso con los intereses corrientes en la plaza.

• El tomador culpado de fraude no podría reclamar lanulidad, porque á . ninguno debe favorecer el dolo pro-pio. El dadof puede invocar la nulidad, si le conviene;por ejemplo: sobre una nave, cuto valor se figuró falsa-mente de B. 50,000, el dador prestó 25,000 con una pri-ina de 5,000, cuando en realidad la nave valía 20,000.En el caso de que la nave pase el riesgo, el dador re-Iamará los Bs. 30,000 dichos, aunque descubra el frau-

de. Se hará pagar con privilegio sobre la nave, y lo quefalte para cubrir el crédito 16 exigirá del tomador, pu-diéndolo ejecutar en sus deniás bienes, por razón del do-lo cometido. Si la nav se perdió, el dador invocará lanulidad, para que se le restituya la cantidad prestadacon los intereses correspondientes.

Pero, si la diferencia fuere efecto dé error, lo quese supondrá siempre que el dador no pueda probar eldolo del tomador, pues el dolo nunca se presuline; el da-dor, en el- primer caso del ejemplo propuesto, reclamaráel capital prestado y la primá; y en el segundo perderála suma equivalente á la cosa efecta al préstamo, esto es,Bs. 20 7 000, ytendrá dercho á que se le reembolse de los

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5000 excedentes, con más los intereses de esta suma alprecio del mercado.

Art. 647. Se prohibe el préstamo á la gruesa sobrefletes no ganados ó utilidades esperadas. En este caso, eldador tendrá derecho sólo á la devolución del capital, sinintereses.

No es permitido el préstamo á lagruesa sobre esasmaterias, porque no existen todavía, y no puede calcu-larse su valor con precisión. El dador recibe el capi-tal prestada, Sin intereses, porque no es justo que eltomador pueda enriquecerse con perjuicio de él.

Art. 648. Ningún préstaiño á la gruesa puede hacerseá la gente de mar sobre sus salarios ó utilidades.

Este préstamo está prohibido, á fin de que la gen-te de mar tenga interés en salvar la nave, caso de ries-go. El marinero, que hubiera recibido la mayoi partede sus salarios en un contrato á la gruesa, nada espe-raría al concluir el viaje, pues los salarios perteneceríanal dador, que prestó sobre ellos. Por igual razón nose permite asegurarlos, artículo 64.

El dador que hiciere el préstamo pierde la sumaprestada, sin derecho de restitución. Esta prohibiciónes de orden público.

Art. 649. En el lugar donde more el dueño de la naveno puede el capitán sin su consentimiento, manifestado deuna manera autéiitica 6 por su intervención en el aco, to-mar prestado á la gruesa; y si lo hace; sólo es válido el con-trato respecto, de la parte que el capitán tenga en la na-ve ó en el flete. Queda salvo el caso expresado en el ar-tículo 510.

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• Concuerda eón Tos artículos 509, 510 y 511.No puede recibir á la gruesa, sino el propietario

de las cosas afectas al pago, que tiene capacidad legalpara contratar. No es una excepción de esta regla elcapitán, si se atiende á qué él procede en los casos quela ley se lo permite, corno mandatario de los cargadoresó como factor del propietario, artículo 496.

El préstamo sería, pues, nulo, si el tomador nofuese propietario de las cosas constituidas como ga-rantías, aunque fuera detentor de ellas, y el dador ten-dría derecho de reclamar la restitución con interesesde la sii'ma prestada, si procedió .de buena fé.

Art. 650. Las cantidades tomadas á la gruesa para elúltimo viaje se pagan con preferencia á las prestadas paraalgún viaje anterior, aunque se declare dejar éstas por conti-nuación 6 renovación.

Los préstamos hechos durante el viaje prefieren á losque se hayan hecho antes de la salida de la nave, y entreaquellos se gradúa la prelación por el órden inverso al delas fechas; pero los préstamos hechos durántela permanen-ciaen un puerto concurren con la misma preferencia.

La regia es aquí contraria á la observada en lashipotecas. La razn es que el último préstamo ha ser-vido para conservar las cosas, que se dieron en garan-tía de los préstamos anteriores.

No vale declarar que se dejan las sumas anterio-res, para continuar 6 renovar el préstamo que prece-dentemente se hizo. Por una parte, éso • daría lugar áfraudes, y, por la otra, se presume que si no se pagó fueporque no pudo hacerse en la oportunidad legal.

Los préstamos hechos en un mismo puerto, antesódurante el viaje, se consideran verificados en igual

fecha.

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Art. 651. Si las mercancías embarcadas en la navedesignada en el contrato fueren trasbordadas á otra, no per-judican al dador los daños sufridos en ésta por riesgos ma-ítjinos; á menos que se pruebe que el cambio se hizo por

fuerza mayor.

Es racional suponer que el dador ha tenido encuenta las condiciones particulares de la nave, paracelebrar la negociación. Cambiar de nave, sin motivolegal equivale á aumentar los riesgos previstos. Si lascosas afectas al pago se pierden ó deterioran en esaotra nave, el dador no sufre ningún perjuicio, y debepagársele la cantidad prestada con la prima convenida.

Art. 652. Los préstamos sobre mercancías hechos antesde principiarse el viaje, deben ser anotados en los conoci-mientos, con indicación de lá persona á quien el capitán de-be comunicar la llegada á su destino. Caso contrario, el con-signatario de las mercancías tendrá preferencia sobre elportador del contrato á la gruésa, si hubiere aceptado letrasde cambio ó avanzado dinero sobre el conocimiento.

El capitán que ignore á quién debe participar la llegadaal puerto de su destino, podrá descargar las mercancías sinquedar responsable al portador del contrato á la gruesa.

En los conocimientos contentivos de las mercan-cías ó efectos, constituidos en garantía del préstamo,debe hacerse referencia del contrato á la gruesa, paraque el consignatario á quien se envíe el ejemplar quele corresponde y cualquiera otra persona á quien seatrasmitido sepan la responsabilidad, contraída sobreaquella parte de la carga.

Es importante también que se indique en los cono-cimientos á qué persona debe avisar el capitán su llega-da, ni fin de que acuda á reclamar lo que sea de derecho,32

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bien que esta indicación no será útil, cuando el Présta-mo ála gruesa se extiende á la orden.

Es sin duda doloso el proceder del tomador, quegira una letra de cambio, á favor de tercero, sobre elconocimiento de las mercancías afectas á un présta-mo á la gruesa; pero, ni el consignatario ni el portadorde la letra pueden ser perjudicados, 1 cuando ignorabanel préstamo; y esa ignorancia es imputable al dadorque no hizo anotar el préstamo en los ejemplares delconocimiento, para evitar los hechos á que se contraeeste artículo.

La disposición que explicamos es referente á lospréstamos que se celebran antes de principiarse el via-je ; porque en los verificados después no cabe efectuarninguna anotación, supuesto que los ejemplares delconocimiento se habían entregado ya. El dador podrá,sin embargo, exigir que se haga la anotación en elque conserve el tomador en su poder, y también en elque corresponde al capitán.

Para un pedir. fraudes posteriores del tomador, espráctica que el dador exija al tomador una letra contrael consignatario, á la orden del dador, ó de la personaque éste indique, letra que se gira con expresión devalor recibido á la gruesa. Queda este libramiento ex-puesto á que el tomador haya girado antes contra elconsignatario, sobre conocimiento, una letra docurnenta-

da, artículo 283. En tales circunstancias el préstamopodría ser anulado por .el dador,. en perjuicio del to-mador fraudulento.

El consignatario adquiere preferencia en los casossobredichos, en virtud del privilegio que, como comi-sionista, le concede el artículo 263.

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Art. 653. El Capitán que de mala fé descargare lasmercancías afectas á un préstamo á la gruesa, con perjui-cio del dador, queda personalmente responsable hácia éste.

Es complemento del anterior. Presúmese que hay-mala fé, Siempre que el capitán, sin dar el aviso enun-ciado, ó Sin esperar que el interesado haga uso de los re-cursos legales, que sean' oportunos, descarga las mer-cancías y las pone á disposición del consignatario.

El dador no perdería por ese sólo hecho su privi-legio legal; mas, pueden sobrevenirle daños y perjuicios-de que será responsable el capitán, y hasta perder elprivilegio según lo dicho en el ' articulo anterior, y deesa pérdida responderá también el capitán, y consi-guientemente la nave.

Art. 654. A falta de convenio expreso, se entiende quelos riesgos respecto de la nave, sus, aparejos, armamento, vi-tuallas y fletes corren desde que ella se hace á la vela, has-ta que da fondo 'en el lugar de su destino; respecto de lasmercancías, desde que se carguen en la nave, 6 en las em-barcaciones que han de llevarlas á ella; ó desde la fecha delcontrato', si el préstamo se hiciere durante el viaje estando'ellas á bordo. El riesgo termina en los dos últimos casos,cuando las mercancías estén descargadas ó debieran estarlo.

Las partes pueden estipular que los riesgos comen-zarán á correr desde cierto día ó lugar, después de em-prendido el viaje, ó hasta cierto día ó lugar, antes determinar. -

Cuando no hubiere convenio sobre ese punto, esnecesario que la nave se haga á la vela, para que se en-tiendan comenzados los -, riesgos. Mientras está fon-deada, ningún efecto produce elcontrato; de manera,que si se rompiere el viaje por motivo justificado elpréstamo queda resuelto.

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Si por interdicción de comercio ú otra causa legal,la nave se viere obligada á regresar al puerto de suprocedencia ó el capitán resolviere permanecer en unode los puertos de escala, ó emprender otro viaje á puer-to distinto, se, considerará terminado el viaje, respectodel cual se hizo el préstamo, artículo655.

Lo contrario será, cuando la nave se halla dete-nida por fuerza mayor en un puerto intermedio de suviaje, como en los casos previstos para el fletamento enel artículo 592.

Las mercancías empiezan á correr , riesgós maríti-mos, desde que son embarcadas en los alijos para lle-varlas á bordo de la nave. Sabemos que es esencialen este contrato, que las mercancías sean SO[Yletjdasrealmente á los riesgos dichos. Si, pues, se probareque no fueron embarcadas; el contrato será nulo Paraambas partes, salvo el derecho del dador para exigir 111

devolución del capital y los intereses corrientes: si sólose embarcare una parte de ellas, el contrato valdrá has-ta concurrencia de su valor.

Cuando el préstamo á la gruesa sobre mercancíasse hace, después de principiado el viaje, los riesgoscorren para el dador desde la firma del contrato, por-que ya las cosas mencionadas estaban sometidas á ries-go. Y el contrato termina también legalmente, cuandopor hecho, imputable al tomador se rompe ó concluyeel viaje, artículo 564.

Art. 655. Si después de celebrado un contrato á lagruesa no tuviere lugar él viaje para el cual se hizo, el dadorcobrará con privilegio su capital y los intereses legales; pe-ro si ya se hubiere principiado el riesgo, tendrá derecho á laprima.

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El contrato se resuelve en estos casos por fuerzamayor. Si fuere ántes de emprendido el viaje, el da-dor mantiene su privilegio legal; porque éste se le acuer-da, no por razón de los riesgos, sino por la naturalezadel cohtrato. El préstamo se convierte en préstamoordinario con intereses.

Si el viaje comenzó tiene derecho á la prima; por-que para eso basta que haya corrido el riesgo, siquierapor algunas horas.

Art. 656. El tomador es responsable personalmente porel capital y la prima, si por, hecho ó consentimiento suyo,cambia de destino la nave; si la nave ó las mercancías afec-tas se deterioran, disminuyen ó perecen por vicio propiode la cosa, 6 por hechos 6 negligencia del mismo tomador.

Cuando el tomador-cambia voluntariamente de na-ve ó altera su destino, modifica los riesgos de que sehizo responsable el dador. Si la nave ó las mercan-cías perecen en el viaje, e1tomador está obligado á pa-gar el capital y la prima al dador, como si la nave ó lasmercancías hubiesen llegado felizmente á su destino.

Cuando la nave ó las mercancías se pierden porvicio propio ó por hechos ó negligencia del tomador,no es responsable el . dador; porque su obligación no serefiere sino á los riesgos marítimos, y por tanto el to-mador deberá pagarle el capital y la prima.

Art. 657. Se extingue el crédito por la pérdida totalde los objetos sobre que fue contraído el préstamo á la grue-sa, si esta pérdida acontece por caso fortuito en el tiempo ylugar de los riesgos.

Finalizado el tiempo dl contrato debe presentarseuna de las soluciones siguientes:

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11 Las cosas afectas al pago llegaron en buen es-tado: el dador tiene derecho de reclamar el capitalprestado y la prima convenida.

211 Las cosas expresadas perecieron en todo ó enparte. Si lo primero, el dador, ue es un acreedor con-dicional, perdió su crédito y la obligación del toma-dor se extinguió. Si lo segundo, el dador puede ejer-cer su derecho por el capital y los intereses sobre las co-sas salvadas..

Pero, para que el dador pierda su crédito es indis-pensable que las tosas afectas al préstamo hayan perecido por razón de los riesgos previstos en el contrato,artículo 641; pues, si , la pérdida ocurriere por motivode un caso fortuito expresamente excluido, ó por algu-nas de las circunstancias referidas en los artículos 651

y 656, el dador conserva íntegros sus derechos.

Art. 658. En los préstamos á la gruesa sobre mercan -cías no se libra el tomador de responsabilidad por la pérdidade la nave y del cargamento, sino justifica que en ella esta-ban por su ¿uenta los, efectos declarados como objeto delpréstamo.

Cuando la pérdida no es total, el pago de la cantidadprestada á la gruesa y sus intereses se reduce á la parte sal-vada de las cosas afectas al préstamo, deducidos los gastos desalvamento.

Hemos visto que él dador es el acreedor en estecontrato; y será, por consiguiente, el demandante, lle-gada la oportunidad de reclamar el cumplimiento de laobligación. Aél le tocará probar que las cosas afectasal préstamo arribaron felizmente á su destino, ó que, siperecieron, fue después de pasado el riesgo que tomóá su cargo. , Por su parte, el tomador, que es el deman-

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lado, deberá probar, cuando alega lo contrario en sudefensa, que las cosas fueron sometidas efectivamente.á los riesgos estipulados. El dador no está obligado ásoportar la pérdida de su capital, sino en tanto que eltomador ha corrido los riesgos en las mercancías com-prometidas al pago del préstamo.

No se comprende bien á que intéres se refiere es-te artículo, al tratar de pérdida parcial. Tanto el Có-digo de Comercio francés como el italiano dicen simple-mente, que en semejante caso el pago de las sumasprestadas á la gruesa se reduce al valor de las cosassalvadas afectas al préstamo, con deducción de los gastosde salvamento. Si sobre un cargamento de B. 20.000has prestado 10.000, y de aquel no han quedado en unnaufragio más que 6.000, esta cantidad te corresponde,dspués de descontados los gastos antedichos. Si losalvado alcanza á B. 12.000, suponiendo que la primaconvenida fue de 2.000; parece lo más propio que lasuma precitada te corresponda toda por capital y pri-ma; pero, sujetándonos á la letra de la ley sólo tendrásderecho al capital de B. 10.000 y á los intereses lega-les, que se tomarán de los otros 2.000.

Art., 659. Si el préstamo se hubiere hecho sobre partede los objetos, el tomador participará también de los restossalvados, en proporción á la parte libre de la obligación delpréstamo.

Es decir, si el préstamo se hubiese hecho sobreuna parte alícuota de la nave ó del cargamento, verboy gracia, la mitad, la tercera parte, etc., en esa propor-ción se ejercerá el derecho del dador, caso de pérdidaparcial.

La nave vale, por ejemplo B. 200.000 y el carga-

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mento 150,000: has prestado á la gruesa 30.000 sobrela-mitad de aquella,, y 20.000 sobre Ea tercera parte deéste: ocurre un 'naufragio: no .podrás exigir el pagosino sobre la mitad de lo que haya quedado de la navey sobré la tercera parte de lo qué se hubiere salvado delcargamento; y entonces se dice, que él tomador concurre.con el dador, porque el resto le corresponde por su pro-pio derecho.

Art. 66o. Los dadores á la gruesa contribuirán á lasaverías comunes en descargo de los tomadores; y cuando unhaya convención en contrario, también á las simples. -

Cuando las mercancías salvadas son llamadas ácontribuir por avería gruesa, eso menos recibe el dador.El pago de la contribucióú dicha es preferente al privi-legio del préstamo; porque representa los gastos, he-chos para conservar los'derechos del dador, la gruesa

Las partes pueden.por estipulación excluir el pago.de las averías simples en -el contrato í la gruesa, de modoque el tomador tenga que satisfacerlas; pero la ley nopermite que el dador sea exonerado de la contribuciónpor la avería gruesa, porque entonces la pérdida de laprima, que es el precio de' los riesgos, se reduciría úni-camente al caso de pérdida total; y el préstamo sería asídemasiado gravoso para el tomador, obligado á respon-cler de la avería gruesa y á cuniplir á la vez con las es-tipulaciones del préstamo á la gruesa.

Ar. 661. Si hay ¿ontrato á la gruesa y de seguro sobreuna misma , nave ó un 'mismo cargamento, el producto de losefectos salvados se dividirá entre el dador á la gruesa sólo'por su capital, y el asegurador por las sumas aseguradas,sueldo á libra de su interés respectivo; sin . perjuicio de losprivilegios establecidos 'en el artículo 484.

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No pueden ser objeto de un pr:éstamo á la gi'uesacosas que han sido ya íntegramente aseguradas; por-que, como hemos visto en el artículo 641, es de esenciaen el contrato á la gruesa que los riesgos estén á cargodel dador, y si las cosas estaban de antemano asegura-das los riesgos correrían por cuenta del asegurador.

Las cosas afectas al pago del contrato dicho tam-poco pueden ser aseguradas después por el tomador,porque equivaldría á asegurar las cantidades tomadasá la gruesa, lo cual estÉi, prohibido enel artículo 664.

Pero, puede suceder que el valor del préstamo yel del seguro estipulados no superen el que tienen lanave y el cargamento; y entonces valdrán por. sus res-pectivas porciones, dividiéndose el producto de los efec-tos salvados entre el dador y el asegurador, del, modoy en la proporción que el presente artículo establece.

Esta disposición no colide, en lo relativo á las na-ves, con los números 8? y 9? del artículo 484, en loslos,cuales se da preferencia á las cantidades prestadas á lagruesa respecto del prernio'de los seguros. Aquí se tra-ta de las sumas asequradas, lo cual es caso distinto. Sa-bemos que el asegurador adquiere, por virtud del aban-dono legalmente hecho, el dominio irrevocable de lascosas aseguradas, con, todos los derechos y obligacionesdel asegurado, artículo 742, y en ta] situación puedeconcurrir con el dador á la gruesa para repartirse en-trambos el producto de las cosas salvadas.

La prorrata referida no se verificaría, si hubieseocurrido otro préstamo á la gruesa durante el viaje,que por el artículo 650 prefiere al que se hizo antes dela salida de la nave.. En tal emergencia, sucumbiría elprivilegio del asegurador poi las sumas aseguradas, elcual no habría podido concurrir sino con el préstamo

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Primero :, que . dejó de ser preferente con relación al prés-tamo mós reciente. Esto es muy racional, porque, sesupone que el último préstamo se efectuó para salvarlas mismas cosas aseguradas.

El artículo deja á salvo , los demás privilegios esta-blecidos en el artículo 484; de suerte j que ni el dador áh gruesa ni el asegurador pued'en pretender sobreponer-se á ' los acreedores, á quienes favorece la ley con mayorprelación. -

TITULO VIII

DEL SEGURO MARÍTIMO

-, Art.. 662. Las disposiciones cpe contienen los artículos415 y siguientes hasta el 443 inclusive, son aplicables á losseguros'maritimos, salvo los casos exceptuados en el presentetitulo.

• Los seguros &írítimos se rigen por las reglas gene-rales concernientes á los seguros, con las' variacionesqué se establecén en este Título, fundadas en la natura-leza espeia1 de los trasportes marítimos.

Los seguros marífirn ós fueron conocidos primeroque los, terrestres; pero posteriores al préstamo á la

ruesa, que los romanos practicaban. Los seguros rna-•rítimos soil de data moderna: empezaron á generalizar-se á fines del siglo XV, después de la invención de labrújula y del descubrimientó de América.

Es inútil definir este contrató cuya noción funda-mental está, comprendida en la que contjene el artícu-lo 415.

Art. 663. Pueden ser objeto dél seguro marítimo:xo El casco y quilla de la nave, armada 6 desarmada,

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con carga ó sin ella, sea que esté fondeada en el puerto desu matricula ó en el de su armamento, sea que vaya navegan-do sola, en convoy, ó en conserva.

2? Los aparejos de la nave.3? El armamento.4? Las vituallas.5? El costo del seguro.6? Las cantidades dadas á la gruesa.7? La vida y la libertad de los hombres de ina{ y pa-

sajeros.83 Las ,mercaderías cargadas; y' en general todas las co-

sas de valor estimable en dinero, expuestas á riesgos de pér-dida , ó deterioro por accidentes de la navegación.

El fin del seguro es garantirse contra un daño ópérdida probable, nunca hacer una ganancia. Para po-nerse al abrigó de todo mal, que puede sobrevenir porriesgos marítimos,' permite la ley que sean objeto deseguro todas las cosas que pueden exponerse, y queefectivamente se, exponen á los riesgos expresados.

La nave puede ser asegurada en cualquier estado ylugar en que exista, hállese ó no presente en el puertodonde se celebra el contrato, y aunque se encuentre enel mar.

Pueden asegurarse el casco y la quilla, con separa-ción de los aparejos, armamento, etc., y cada uno de és-tos en particular.

E costo del seguro, 'esto es, la prima, puede serasegurada, como dijimos en el' artículo 421; el asegu-rador á su vez puedé hacer reasegurar los riesgos quecorre, sea en todo ó en pare, por una prima mayor ó.menor, que la convenida enel primer seguro.

Las cantidades dadas á la gruesa pueden ser objetode seguro porque los riesgos corren por cuenta del da-dor, que los hace asegurar. ,

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Aunque la vida y la libertad de los hombres demar y'de los* pasajeros son cosas incorporales é inalien-nables, pueden asegurarse; porque la utilidad que deellas se deriva es apreciable en dinero, y la indemniza-ción de esa pérdida es el objeto del seguro, articulo 448.

Las mercaderías cargadas y 'otros objetos colocadosáhordo pueden ser materia de seguro. Las primeraspueden designarse nominativamente ó en términos ge-néricos, artículo 42. El seguro de la nave no compren-de el del cargamento; aunque pertenezca al propietariodé aquella, ó vice versa: el.seguro del cargamento abra-za todo lo que el asegurado ha puesto en la nave, contal que conste de los documentos del barco. No se in-cluyen, por tanto, los valores, joyas y otros efectps, queel asegurado lleva consigo.

Tanto el cargamento como la nave pueden asegu-rarse, por una cantidad determinada, 'ó por una partealícuota de ellos, como la mitad, la tercera parte, etc.

ArL 664. nuera de las cosas expresadas en el articulo420, flO pueden ser asegurados:

ic Los sueldos del capitán y tripulación.29 El flete no adquirido del cargamento existente á

bordo.3o Las cantidades tomadas á la gruesa.4o Los premios de los préstamos marítimos.50 Las cosas pertenecientes súbditos de naciónenemiga.69 La nave habitualmente ocupada en el contrabando,

ni el daño que le sobrevengá por haberlo hecho.

La ley declara nulos los seguros hechos en contra-vención á lo dispuesto en el ' artículo 420: la mismanulidad recae sobre, los expresados 'aquí.

Los' sueldos del capitán y de la tripulación,, porqueno se deben en caso de naufragio, captura, etc., y el se-

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giro tendría por objeto cosas que no existen. Por lamisma razón, el flete no adquirido y los provechos mart-timos á la gruesa.

La ley francesa de 12 de agosto de 1885 permite átoda persona interesada hacer asegurar las tres materiassobredichas, con lo que la legislación de ese país haadoptado las reglas aceptadas en los principales Estadosmarítimos del mundo, á la vez que ha legitimado las queantes se llamaban en Francia pólizas de honor, porquedependía su cumplimiento de Ja delicadeza de las partes.

Puédense asegurar allá lo sueldos mencionados,porque la ley ati toriza á la gente de mar para reclamar-los, aun en caso de naufragio, captura, etc. Los pre-mios marítimos y e] flete nefo, después de deducidos losgastos de reparación de la nave y pago de los tripulantes,se considéran créditos y derechos perfectamente defini-dos, sujetos á la condición de que la nave llegue ábuenpuerto: son cosas apreciables en dinero y sometidas áriesgos marítimos, que racionalmente pueden ser" ase-gurada, como las demás de su género.

Las cantidades tomadas á la gruesa no se puedenasegurar; porque los riesgps no corren por cuenta deltomador, sino del dador, á quien se permite el seguro.El tomador ha recibido el valor de las ' cosas , afectas alpago; si se pierden, no es, él, sino el dador, quien séperjudica. El segur es lfci:to en la parte que queden li-bres del préstamo, cuando éste no abraza la totalidad delvalor de las cosas sobre que se constituye, artículo 661.

Declarada la guerra, es nulo el seguro de las cosascorrespondientes al enemigo; asegurarlas es un acto dehostilidad ó traición contra el país en que vive el asegu-rado, ó á cuya nacionalidad pertenece. Respecto de lossegurds hechos con anterioridad á la guerra, menester

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es convenir en que se hacen ineficaces, y deben conside-rarse resueltos desde que sobreviene el acontecimientomencionado, si antes ho se había efectuado el riesgoprevisto en el contrato.

La prohibición relativa á la nave, ocupada habitual-mente en el contrabando, se funda en la inmoralidad éinconveniencia que resultaría de faorecer el fraude fiscal.

Art. 665. El seguro del cargamento, sin otra designa-ción, comprende todas las mercaderías embarcadas, fuera deloro ó plata amonedados, las barras de estos mismos metales,las municiones de berra, los diamantes, perlas y demás obje-tos preciosós.

Los objetos exceptuados en el inciso anterior, serán nece-sariamente especificados en la póliza.

Si el seguro fuere hecho por viaje redondo, comprendetambién las mercaderías cargadas en el puerto del destino, yen los de escala de la travesía de vuelta.

Concuerda con el artículo 422. La designación ge-nérica no está permitida, sino con referencia á aquellascosas que son objetos comunes de comercio. Exígesela designación específica del oro ó plati amonedados, enbarras,etc., para prevenir fraudes contra el asegurador.

El seguro hecho por viaje redondo comprende lasmercancías cargadas y las que se cargaren durante elviaje. 1 Ese contrato puede hacerse por una suma prefi-ja ó que Se fija á. medida que se verifica el embarque.Eso es lo que se llama, en el comrcio póliza determina-da y póliza abierta artículo 685.

Un comerciante expórtador puede tener una pólizaabierta en una compañía de seguros. Le bastará mandarel conocimiento de las mercancías que embarque encualquiera operación: el seguro será perfecto desde elembarque dicho.

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Hay otra póliza que se dice al descubierto, y es laque se extiende con fijación del valor de las mercancíasembarcadas, obligándose además el asegurador por losgastos que ocurran en el curso del viaje, que puedan ca-lificarse como pérdidas ó daños.

Art. 666. 14a nave paede ser asegurada por todo el valordel casco y quilla, aparejos, armamento y vituallas, dedu-ciéndose préviarnente las cantidades tomadas' á la gruesa.

El cargamento podrá también ser asegurado, previa la-deducción expresada, por el íntegro valor que las mercaderíastengan en el puerto de la expedición, al tiempo de su embar-que, inclusos los gastos causados hasta ponerlas á bordo y laprima del seguro.

El iiáximum del seguro es el valor libre de la nave:este, valor se calcula por el que tiene la nave en el puer-to de su matrícula; porque la nave puede asegurarsehallándose ó xó presente. Junto con ese valor puedaasegurarse el de los armamentos y vituallas, formandouna sola: cantidad ó por sumas separadas.

El cargamento se calcula por el valor que le corres-ponde en el puerto de su expedición, incluso gastos paraembarcarlo y la prirha del seguro; porque, si se regu-lase por el que tuviera en el puerto de su destino, se in -cluirían las ganancias ó beneficios esperados, que nues-tra ley no permite asegurar, artículo 420.

Art, 667. El seguro puede versar conjunta ó separada-mente sobre el todo ó parte de los objetos enunciados en el ar-tículo 663, y celebrarse

En tiempo de paz 6 de guerra.Antes de principiarse el viaje, 6 hallándose éste pendiente.Por el viaje de ida y vuelta, 6 por uno solo de ellos.Por toda la duración del viaje, 6 por un tiempo limitado.

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Por todos los riesgos de mar,. ó solamente por algunos deellos. *

Las partes tienen plenas facultades para extender óreducir el seguro al todo 6 partes de la cosa. En tiempode guerra, la prima del seguro es siempre más costosa.Pueden excluirse de los riesgos marítimos la piratería,el abordaje, etc. Si se excluyesen todos, el contrato noexistiría.

Art. .668. Por el hecho de la suscrición de la póliza sepresume que los interesados han reconocido justa la estimaciónhecha en ella de la cosa asegurada; pero tanto el aseguradocomo el asegurador podrán reclamar contra ella de conformi-dad con los artículos 424 y 428.

Ni el asegurado ni el asegurador, podrán ejercitar ese de-recho después de tener conocimiento del feliz arribo ó de lapérdida 6 detefioro de los objetos asegurados; salvo el casode fraude.

El seguro es un contrato de buena fé, por consi-guiente las partes tienen siempre derecho de reclamar-se mútiamente todo lo que por error ó dolo puede per-judicarlos. Véase el artículo 443.

Art. 669. En el caso del artículo 427, el valor de lasmercancías aseguradas, se fijará por peritos, tomándose porbase el precio que á ellas se asigne, con arregloá lo dispuestoen el inciso 2? del artículo 666.

La omisión del valor de las cosas aseguradas noanula el contrato. Los expertos podrán fijarlo, aun encaso de pérdida total, por los conocimientos y facturasy por otros medios de prueba, según el que tenían losefectos en el lugar de su procedencia, con más los gastosy el costo del.seguro.

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Art. 670. No determinándose en la póliza el valbr delas cosas aseguradas, y consistiendo éstas en los retornos deun país donde no se haga el comercio sino por trueques, la es-timación se hará por el precio que tnían en el puerto de su ex-pedición las mercancías que se dieron en caínbio, incluyendoen ella todos los gastos posteriores.

El valor de las cosas dadas en trueque sirve de basepara la estimación de los retornos.

Art. 671. La estimación hecha en moneda extranjerase reducirá á moneda de la República, conforme al curso delcambio en el día en que se hubiere firmado la póliza.

El lugtr, en que se ha firmado la póliza determinalas reglas del contrato. El curso del cambio, es el co-rriente en la época del pago.

Art. 672. En el seguro marítimo se entiende por riesgosde mar los que corren las cosas aseguradas por tempestad,naufragio, varamiento, con rotura ó sin ella, abordaje fortuí-to, cambio forzado de ruta, de viaje ó de nave, echazón, fuego,apresamiento, saqueo, declaración de guerra, retención Pororden de algún gobierno, represalias, y generalmente, todoslos casos-fortuitos que ocurran en la mar, salvo los exceptua-dos literalmente en la póliza.

Esos riesgos se llaman también fortunas de mar, esdecir: todoslos accidentes fortuitos propios de la nave-gación, que ocurren en el mar. No se consideran taleslas lluvias, hartos, deterioros provenientes de viciospropios, etc., que pueden ocurrir tanto en tierra comoen mar. Si el asgurador n6 ha excluído ningún riesgo,se entiende que se ha obligado por todos los marítimos,artículo 429.

Art. 673. No fljándoseen la póliza el principio y fin de

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los riesgos, se entiende que éstos principian y concluyen paralos asegurados en las épocas que determina el artículo 654.

En el seguro de sumas prestadas á la gruesa, los riesgos:,comienzan y acaban para 4os aseguradores desde el momentoen que comienzan y acaban para el dador, según la ley ó laconvención notificada á los aseguradores.

Sabemos que las partes pueden fijar el principio yel término de los riesgos. Afalta de convención, se en-tiende que empiezan para la nave desde que se hace ála vela, y concluyen cuando da fondo en el puerto de sudestino; para las mercancías, desde que seembaran eitla nave ó en los alijos que deben llevarlas á bordo, y siel seguro se hiciere durante el viaje, desde que se firmala póliza, que es el instrumento del contrato.

Es racional que el seguro de las cantidades dadasla gruesa cese cuando terminan los riesgos de que es:,responsable el dador, pues esa es la causa del seguro.

Art.. 674. Rvocado ó variado el viaje antes que las co-• sas aseguradas hayan principiado á correr los riesgos, queda,rescindido el seguro.

El contrato de seguro no obliga al asegurado á efec-tuar el viaje. Si el viaje se ha variado,ó se ha cambia-do de nave, el contrato se resuelve legalmente respectodel asegurador. Opinan algunos autores que lo mismosucede, si se ha removido voluntariamente el capitán,cuyo nombre se ha mencionado especialmente en la pó-liza. El conocimiento, que el asegurador tenía de lanave y su capitán, pudieron influir en la voluntad deobligarse por las mercancías y la nave.

Art. 675. Es de ningún valor el seguro contratado conposterioridad á la cesación de losd riesgos, si al tiempo de fin-

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mar la póliza, el asegurado tuviere conocimiento de la pérdi-da de los objetos asegurados, 6 el asegurador de su feliz arribo.

Este conocimiento puede acreditarse, por cualquiera delos medios probatorios que admite este Código.

Es una derogación del principio contenido en elartículo 420, según el cual es nulo en absoluto el segu-ro de las cosas que han corrido ya el riesgo, háyansesalvado ó perecido en él. Aquí se limita la aplicaciónde ese regla al caso, en que se pruebe que alguna de laspartes procedió, á sabiendas del' resultado dicho.

Si ambas lo ignoraban, el contrato es válido, por-que así lo exigen las condiciones especiales del comerciomarítimo. Casi todos los Códigos extranjeros sometenesos casos á cierto cálculo de la distancia en que se ha-llaba la nave en el momento del contrato, para determi-nar á priori si era posible que se supiese el acontecirriien-to: el nuestro ha hecho muy bien en suprirñ irlo, porquela presunción establecida puede fallar en muchasocasiones.

Art. 676. Las partes podrán estipular ue la prima seráaumentada en caso de guerra, 6 disminuida sobreviniendola paz.

Omitiéndose la fijación de la cuota, ésta será determina-da por peritos, habida consideración al aumento ó disminu-ción de los riesgos. -

Refiérese al caso en que el seguro celebrado entiempo de paz prevea una guerra próxima. Los peritosfijan la cuota conforme á las circunstancias, antes quese realicen los riesgos.

Art. 677. El acortamiento voluntario del viaje sin va-riación de ruta, no autoriza la reducción de la prima.

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Lo mismo que sucede en ' el contrato de fletamento;por ejemplo en el artículo 558.

Art. 678. Fuera de laseñunciaciones que exige, el ar-tículo 417, la póliza de seguro de la nave 6 de su cargamen-

(to deberá expresar:19 El nombre, apellido y domicilio del capitán.2? El nombre de la nave, su porte, pabellón, matrícula

armamento y tripulación; ya verse el seguro sobre la misma-nave, ya sobre las mercaderías que constituyen su cargamento.

3? El lugar de la carga, el de la descarga, y los puertosde escala.

4? El puerto de donde ha salido, ó debido salir la nave;y el de su destino.

5? El lugar donde los riesgos principian á correr porcuenta del asegurador, con designación específica de los que-fueren excluidos del seguro.

60 El viaje asegurado, con expresión de si el seguro espor viaje redondo ó sólo por el de ida ó vuelta.

7? El tiempo, , lugar, y modo en que deba hacerse el pa-go de la pérdida, de los daños y de la prima. -

8d - La fecha y hora del contrato, aunque el viaje noesté principiado.

El nombre' del capitán puede expresarse, de maneraque el capitán no pueda ser sustituido por otro. En la póli-za, que se llai'ria abierta el seguro puede hacerse antes quee conozca el nombre y calidad de la nave, donde van

áser embarcadas las mercancías. En esas pólizas sesuprimen las enunciaciones de ]os lugares de carga ydescarga, que han de expresar los conocimientos.

Cuando no se determina el principio y-duración delos riesgos se atiende al artículo 654.

Si- se omitió decir el tiempo, lugar y modo de losrespectivos pagos éstos deberán hacerse desde que ter-minó el contrato, en e] lugar en que se celebró y con-

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forme á los usos de la piáza, sin que el deudor puedaprevalerse de aquellds omisiones para rehuir ni de-morar el cumplimiento de su obligación.

El día y hora son indispensables, porque omitiéndo-se sería imposible saber en . los seguros contratados du-rante el viaje cuando comenzaron á correr los riesgospor cuenta del asegurador. Si la póliza se firmó antes,bastaría fijar el día y hora en que la nave se dió á lavela 6 fueron embarcadas las mercancías aseguradas,para determinar el comienzo de' la obligación delasegurador.

Art. 679. La póliza de seguro de las cantidades dadasá la gruesa deberá enunciar:

19 El nombre del tomador, aún cuando éste sea elcapitán.

20 El nombre y destino de la nave qu& debe hacer elviaje, y del capitán' que la mande.

3? Los riesgos que torne sobre si el asegurador, y losque hayan sido exceptuados por el dador.

4? Si las cantidades prestadas lo han sido en el lugar dela descarga ó en puerto de arribada forzosa.

Los datos exigidos' para las pólizas de esta claseson más concretos. Basta que se expresen los nombresdel dador y el tomador, el nombre y destino de la nave,los riesgos, , la cantidad aseguradá y las cosas afectasal préstamo; circunstancia esta última que el artículopretermite, pero que es necesaria también por ser aque-llos la causa del seguro. Véase el artículo 643.

Art. 680. La póliza de seguro de vida se arreglará á lo.prescrito en el artículo 452.

Alude al seguro de vida de los pasajeros ó tripulan-tes de la nave. Este seguro comprende todos los ries-

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gos de muerte, sean accidentes de mar, sean enferme-dades ordinarias, si no se limitase expresamente á losprimeros.

Art. 681. Además délas enunciaciones contenidas enlos números 1?, 2? y 4? del artículo 678 la póliza de seguro dela libertad de los navegantes deberá expresar:

i' El nombre, apellido, edad .y señales que identifiquenla persona asegurada.

2? La cantidad convenida por el rescate y los gastos deregreso á la República.

3? El nombre; apellido y domicilio de la persona en-cargada del rescate.

4? El término en que se ha de verificar el rescate y laindemnización que deba darse al asegurado, caso de no con-seguirse.

Los sequros de la libertad de los pasajeros y tripu-lantes se usan en él comercio con algunas 'comarcas delAsia, Africa y Oceanía.

Redúcensé estos datos á identificar el aseguradopara impedir una sustitución de persona, á determinarla cantidad del rescate y los gastos de regreso; el nom-bre de la persona encargada del rescate, que puede serel mismo, asegurador ó un mandatario suyo; el términoenque ha de efectuarse, el cual se contará desde que elasegurador sea notificado de la prisión del asegurado;y la indemnización que le será pagada, caso de no obte-nerse el rescate, porque siendo ésta una obligación dehacer se convierte al fin en una obligación de dar.

Art. 682. Los cónsules venezolanos podrán autorizarlas pólizas de los seguros que se celebren en las plazas de co-mercio de su residencia, si alguno de los contratantes fuerevenezolano.

Los cónsules venezolanos no tienen facultad para

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Ingerirse en los contratos de seguros en que ambas par-tes son de nacionalidad extranjera, aun cuando la na-ve ó las mercancías se aseguren para viajes á Venezue-la. Esos contratos no serán perfectos.

Obsérvese que la ley no impone á los cónsules eldeber de intervenir, ni á las partes el de ocurrir áellos. En los préstamos á la gruesa se exige esa for-malidad, articulo 641, porque producen derechos con-tra terceros; en los seguros es rara esa colisión, porquela prima del seguro se paga ordinariamente adelantada.

Art. 683. Siendo varios los seguros sobre una misma-cosa, los aseguradores firmarán la póliza simultánea 6 sucesi-vamente, expresando cada uno, en el último caso, la fecha yhora antes de su firma.

El seguro de una misma cosa puede hacerse porvarios aseguradores en una sola póliza ó en pólizas se-paradas. Exfgense la fecha y la hora, para fijar desdecuando corren los riesgos para cada asegurador. Acer-ca de los aseguradores entre si, sabemos cual es la re-gla, segimn lo preceptuado en el artículo 424.

Art. 684. Una sola póliza puede comprender diferentesseguros en una misma nave.

Puede también comprender el de la nave y su cargamen-to; pero en este caso se expresarán distintamente las canti-dades aseguradas sobre cada uno de estos objetos, so pena denulidad del seguro;

Es un corolario del artículo anterior. E1 objetode esta disposición es impedir que se confundan en unsolo seguro la nave y el cargamento, para, evitar compli-•caciones y litigios.

• Art. 685. Ignorando el asegurado la especie de merca-'deras que espera, 6 la nave que deba trasportarlas, podrá ce-

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lebrar el seguro, en el primer caso, bajo el nombre genéricade mercaderías,- y en el segundo, con la cláusula, en una 6más naves, con tal que declare en la póliza que ignora lacircunstancia respectiva; y exprese la fecha y firma de las ór-denes ó cartas de aviso 4ue hubiere recibido.

Pero, en el caso de siniestro, el asegurado deberá probarla salida de la nave 6 naves del puerto de la carga, el embar-que en ellas de las mercaderías perdidas, él verdadero valor deéstas y la pérdida de la nave.

De esta manera, el asegurado no está obligado áesperar que le llegue el conocimiento de las mercan- .-cías; . peio, al recibirlo, debe enviarlo al asegurador pa-ra los efectos del seguro.

Se exigen al asegurado esas manifestaciones, para-prevenir fraudes.

Art. 686. El seguro contratado por un tiempo limitadGse extingue por el mero trascurso del plazo convenido, auncuando al vencimiento de éste se hallen todavía pendientes,los riesgos.

La póliza es por tres meses, verbo y gracia, y hasido firmada á las 2 de la tarde del 9 de julio: si á esa,misma hora del 9 de octubre la nave está corriendo unternporal,eI seguro cesará, y el asegurador no respon-de de la pérdida ó de los daños que sobrevienen después,por efecto del accidente mencionado.

Esta regla es distinta corno se ve, de ]a establecidaen el artículo 436, la cual queda limitada á los segurosterrestres,

Art. 687. La determinación de la hora omitida en lapóliza, se hará en perjuicio de la parte á quien favorezca laomisión.

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La póliza fue firmada el día referido, sin mencionarla hora, que fue la antedicha. La nave, que se hallabaen el mar, cuando fue asegurada, se perdió á las 10 dela mañana, es decir, antes del seguro. Si se hubieseexpresado en la póliza, que ésta había. sido firmada álas 2 de la tarde, el siniestro no recaería sobre el asegu-rador. La omisión, pues, le favorece á él: presúmeseentonces, que la póliza se firmó antes de las10 a. m.

Veamos ahora el caso contrario. La póliza terrhi-mt á las 4 p. m: el siniestro ocurrió - á las 6. La omi-sión de la hora favorece al asegurado, fijase en su per-juicio, y el asegurador queda libre por la ley.

Con este estímulo el asegurado y el asegurador noomitirán la expresión de la hora en la póliza; pues, sies verdad que en algunos casos da el mismo resultadoque si se hubiese mencionado, en otros causará perjui-cio á alguna de las partes.

Art. 688. El asegurador está obligado á indemnizar al *asegurado las pérdidas y avería de los objetos asegurados,causadas por accidentes de mar, y los gastos hechos paraevitarlas 6 disminuirlas, siempre que aquéllas excedan deluno por ciento del valor del objeto perdido ó averiado.

El artículo 672 determina cuáles son los riesgos demar. El asegurador no responde de hechos del asegu-rado, no obstante convención en contrario; ni de dañoscausados por hecho ó culpa de propietarios, fletadoresó cargadores; ni de prevaricaciones, baraterías ó faltasdel capitán, salvo estipulación; ni de pérdidas, dismi-nuciones ó menoscabos de las cosas por vicio propio;ni, en fin, de los gastos ordinarios de la navegación yderechos ó contribuciones que se impongan sobre lanave ó las mercancías, artículos 437 y 698.

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Las partes pueden aumentar ó disminuir por pac-tos el tanto por ciente, no comprendido en el seguro,artículo 615. La ley fija como mínimum e] uno, porqueconsidera que esa pérdida no es apreciable en muchoscasos. Si el seguro versa sobre un objeto determinado,la avería se calcula sobre el valor de éste, ó sobre el car-gamento, cuando es la materia del seguro.

Art. 689. N9 expresándose en la póliza el tiempo delpago de las cosas aseguradas, daños y gastos de la responsa-bilidad de los aseguradores, éstos deberán verificarlo, dentrode los diez días siguientes al en que el asegurado les presentesu cuenta debidamente documentada.

El asegurado es el acreedor, y como tal está obliga*-do á justificar el derecho con que' procede, artículo 639.Se acuerdan diez días de plazo al asegurador, paia quepueda informarse de la verdad de los hechos, que leconciernen.

Ar. 690. Siempre que distintas personas aseguren elcarganiento pqr partidas separadas, ó por cuátas, sin expre-sar los objetos que abrace cada seguro, los aseguradores paga-rán á prorrata la pérdida parcial ó total que el cargamentosufra.

Si, por ejemplo, uno de los aseguradores se refiereá la tercera, otro á la cuarta, otrp á la décima parte etc.,ó si uno asegura por veinte, otro por treinta, otro pordiez, etc., sin concretarse á determinados 'objetos.

Art. 691. 14a variación de rumbo ó viaje, ocasionadapor fuerza mayor, para salvar la nave 6 . su cargamento, noextingue la responsabilidad de los aseguradores.

En el seguro se determinan la época en que princi-

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pian y concluyen los riesgos, el nombre de la nave, suporte, calidad, etc., así corno también el nombre del ca-pitán, etc., circunstancias todas que han servido de ele-mentos para la obligación contraída. Todo cambio enesos puntos es una alteración de lo pactado, que ningu-nade las partes puede efectuar por sí sola, y que pro-duce coino consecuencia libertar de sus deberes al obli-gado; á menos que esas modificaciones hayan proveni-do de fuerza mayor, la cual á nadie es imputable, co-mo acontece en el artículo 569.

Art. 692. El cambio de la nave ejecutado por causa deinnavegabilidad 6 fuerza mayor después de principiado elviaje, no liberta á los aseguradores de la responsabilidad queles impone elcontrato, aun cuando la segunda nave sea dedistinto porte y pabellón.

Pero, si la innavegabilidad ocurriere antes que la navehaya salidb del puerto .de la expedición, los aseguradores po-drán continuar el seguro 6 desistir de él, pagando las averíasque hubiere sufrido el cargamento.

Los aseguradores responden de los daños - ocasio-nados por fuerza mayor ó caso fortuíto. Cuando ellosocurren antes de piincipiarse el viaje la ley permite alasegurador desistir del contrato, pagando los deterio-ros ó pérdidas que haya sufrido el cargamento. Vemosque á falta de convenio expreso los riesgos no comien-zan para la nave, sino desde que ésta ha salido del puer-to; pero, los del cargamento empiezan, desde que lasmercancías son embarcadas para llevarlas á bordo, ar-tículo 654.

Art.. 693. La cláusula libre de avería exonera al ase-gurador del pago de toda avería gruesa ó particular, á excep-ción de las que dan lugar al abandono de la cosa asegurada.

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La cláusula libre (le: avería escrita en la pólizade seguro exonera al asegurador de responsabilidadpor los siniestros llamado,-, menores, que son los queno dan lugar al abandono, artículo 715; esa cláusulano priva, sin embargo, al asegurado del derecho de optarentre la acción de abandono y la de 'avería que le con-cede el artículo 743, cuando los siniestros son de loscalificados mayores.

Art. 694. Si en el seguro se designan diferentes em-barcaciones para cargar las cosas aseguradas, el aseguradopodrá distribuirlas á su arbitrio, ó cargarlas en una sola, sinque por esta causa haya alteración en la responsabilidad delos aseguradores.

Por ejemplo: se aseguran mercaderías estimadasen B. 200.000 para embarcarlas en una ó más naves,

..artículo 685; el asegurador es responsable, ya se car-guen en dos, tres ó cuatro naves, ya se embarquen enuna sola.

Art. 695. Pero, si el cargamento que fuere , aseguradocon designación de naves y fijación de la cantidad aseguradasobre cada una de ellas, fuere embarcado en menor númerode naves que el señalado en la póliza ó en una sóla de 'ellas,la responsabilidad de los aseguradores será reducida á las su-mas aseguradas sobre la nave ó naves que hubieren recibidoel cargamento.

En este caso; el seguro de las cantidades aseguradas so-bre lasdemás naves será ineficaz, y se abonará á los asegura-dores la indemnización legal.

Por ejemplo se estipula que los B. 200.000 de mer-caderías se embarcarán en cuatro naves cada una con50.000. Si el asegurado émharca en una sola nave lamitad de las mercancías ó todas, el asegurador no res-

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ponderá, caso de siniestro, sino de los 50.000 que de-bieron embarcarse, según el pacto sobredicho.

Respecto de las mercancías que debieron embar-carse en las otras naves, y que no se embarcaron, elcontrato se reputa insubsistente, y se le acuerda á losaseguradores medio por ciento, no como prima delseguro que no existe, sino como indemnización, ar-tículo 711.

Art. 696. La autorización para hacer escala confierederecho al capitán para arribar, hacer una cuarentena, des-cargar, vender mercaderías por menor, y aun para formar unnuevo cargamento, corriendo siempre los riesgos por cuentade los aseguradores.

Las mercaderías cargadas en un puerto de escala conve-nido subrogan, para los efectos del seguro, á las descargadasen el mismo.

El viaje de la nave con escalas se considera auto-rizado para las operaciones expresadas. La cuarente-na aludida es la que se hace voluntariamente por elcapitán: la que es impuesta por la autoridad se reputasiempre comprendida en el seguro, como caso de fuérzamayor. Los cargmentos sucesivos de la nave estánsujetos á la condición de que pruebe su existencia ábordo con los- conocimientos.

Art. 697. -Celebrado el seguro con la cláusula libre dehoslilida cies, el asegurador no responde de los daños y pérdi-das causadas por violencia, apresamiento, saqueo, piratería,orden de potencia extranjera, declaración de guerra y represa-has, aun cuando tales actos precedan á la declaración de guerra.

El retardo ó cambio de viaje de los objetos asegurados,por causa de hostilidades, hace cesar los efectos del seguro,sin perjuicio de la responsabilidad de los aseguradores por losdaños 6 pérdidas ocurridas antes de las hostilidades.

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Según el artículo 672, el asegurador tiene derechode excluir los riesgos de que no quiere responder. Entiempo de paz ó de guerra puede ponerse la cláusulalibre de hostilidades, con la cual se exime de responsa-

• bilidad por todo hecho de violencia, aunque no se ha-ya declarado la guerra, y aunque el daño causado pro-venga de personas que no son beligerantes.

Art. 698. No son responsabiçs los aseguradores de losdaños 6 pérdidas, provenientes de alguna de las causas si-guientes:

Ia Cambio voluntario de ruta, de viaje 6 de nave sinconsentimiento de los aseguradores.

2a Separación espontánea de un convoy, habiendo es-tipulación para navegar en conserva.

a Prolongación del viaje asegurado á un puerto másremoto que el designado en la póliza.

a Mermas, desperdicios y pérdidas, procedentes de vi-cio propio de los objetos asegurados.

a Deterioro del velamen y demás útiles de la nave,causado por su uso ordinario.

6a Dolo ó culpa del capitán 6 de la tripulación, á me-nos de convención en contrario.

7 Hecho del asegurado ó de cualquiera otra personaextraña al contrato.

8a Gastos de remolque y demás que no constituyenavería. -

a Derechos impuestos sobre la nave ó su cargamento.En los casos de este artículo los aseguradores devengan

la prima estipulada, siempre que los objetos asegurados hu-bieren principiado á correr los' riesgos.

Nos remitimos á lo dicho en el artículo 688.Los números 19. 2 y 39 alteran las condiciones

del contrato; los números 49 y 59 son resultados decaushs naturales que no se califican como riesgos ma-

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rítimos; los números 69 y 79 son hechos voluntariosque aparejan responsabilidad á los autores de ellos; losnúmeros 8° y 99, finalmente, son gravámenes pecu-liares de la nave de que ella responde, en el conceptode que no son averías gruesas, pues no se hicieron parasalvar la nave ó el cargamento, ni son averías Simples,porque no produjeron daño ni menoscabo en la una nien el otro, artículos 607 y 608.

Art. 699. Las cosas perdidas y las vendidas durante elviaje por hallarse averiadas, serán pagadas por el asegurador,según el valor expresado en la póliza del seguro,. ó en sudefecto, al precio de factura, aumentado con los costos cau-sados hasta ponerlas á bordo.

Si las mercaderías llegaren averiadas en todo ó en parteal puerto de la descarga, se fijará por peritos al precio enbruto que habrían tenido si hubiesen llegado ilesas, .y elpre-cio actual también en bruto, y el asegurador pagará al ase-gurado la parte de la suma asegurada, 1 que sea proporcionalcon la pérdida sufrida.

El asegurador pagará además los costos de la experticia.

Con tal que la pérdida ó daño provenga de algunode los; riesgos asegurados. Si la pérdida es total, las

n.

mercacías se pagan según el valor expresado en la pó-liza, y, si ésta no contuviere ese dato, por el de facturacon más los gastos de embarque. Si la pérdida es par-cial, el asegurador paga la diferencia de valor entre elprecio bfuto en buen estado, según aquellos documen-tos, yel precio bruto que tiene la mercancía averiadaen proporción al valor anterior.

Por precio bruto ó en bruto, que dice la ley, enten-demos el precio sin rebaja ni deducción alguna por gas-tos, etc. Los peritos lo calcularán por el valor en ellugar de la descarga, no comprendidos los beneficios 6

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ganancias obtenidos cii lt venta; porque 1 9 sería ab-surdo que los efectos averiados se estimasen en másque los totalmente perdidos los cuales se estiman 'con-forme al conocimiento ó á\Ia factura; y 2 porque si seapreciase el valor venal se 'incluirían los beneficios óganancias, que no s'oii asegurables según el artículo420 aunque lo son en Frarcia por la ley de 12 de agos-to de 1885. En suma, elprecio mencionado debe ser,

Iv

en nuestro sentir, el precio de costo.Supongamos que se trata de una partida de hari-

na de trigo cuyo precio de costo son B. 20.000 y que sihubiese llegado en buen estado valdría 28.000: por ra-zón de la avería sólo vale 14.000, luego la pérdida su-frida es de 10.000, y eso será lo que pagará el ase-gurador.

El asegurado debe recibir íntegra la indemniza-ción que le corresponde, y por eso son de cuenta delasegurador los gastos de 'experticia.

Art. 700. Para averiguar y fijar el valor de los objetosasegurados, no podrá el asegurador en ningún caso obligaral asegurado á venderlos, salvo que se haya convenido otracosaen la póliza.

Puede suceder que la mercancía averiada tenga enel lugar donde se practica la experticia mayor valorque el asignado por los éxpertos. El- asegurador nopuede exigir que se venda la rriercancía para pgar me-nos por indemnización, ni pretender que se adjudiquepor un precid más alto del estimado.

Cuando.ei abandono es procedente, el aseguradotiene facultad de optar entre esa acción y la de avería:no puede, por tanto, en ningún caso ser obligado á des-prenderse de la propiedad de la cosa averiada. Si hu-

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biere utilidad para él en conservarla, es beneficio suyolegal, á menos que se haya comprometido á cederla.

Art. 701. Si las mercaderías llegaren exteriormenteaveriadas ó mermadas, el reconocimiento y estimación deldaño se harán por peritos antes de entregarlas al asegurado.

Pero, si la avería no fuere visible al tiempo de, la des-carga, el reconocimiento y experticia pueden hacerse des-pués que las mercaderías sé hallen á disposición del asegura-do, con tal que ambas diligencias sean practicadas dentro desetenta .y dos horas, contadas desde la descarga, sin perjuiciode las demás pruebas que hagan los interesados.

Concuerda con el artículo 587. En el primer caso,el asegurado que recibe las mercancías, sin previo re-conocimiento, pierde su derecho contra el asegurador;en el segundo caso, el asegurado pierde su acción sideja trascurrir el lapso mencionado, después de recibi-das las mercancías, sin promover judicialmente las di-ligencias enunciadas.

Art. 702. Siempre que la nave asegurada , sufra averíapor fortuna de'mar, el asegurador sólo pagará dos tercios delimporte de las reparaciones, háyanse ó no verificado; y esto enproporción de la parte aseguradacon la que no lo está. Elotro tercio quedará á cargo del asegurado, por el mayor va-lor que se presume adquiere la nave mediante la reparación.

La reparación hecha i la nave aumenta su valor ymejora sus condiciones, con relación al estado en quese hallaba antes del siniestro. Si el asegurador pagase.el costo total de la reparación, el propietario de la naverecibiría. más de lo qué le es debido por indemnización.y se enriquecería con perjuicio ajeno. Es sabido, queel objeto del seguro es evitar una pérdida, no realizaruna ganancia. O

34 .

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Art. 703. Los costos de reparación serán justificadoscon las cuentas respectivas, y en su defecto, con la estimación.de peritos.

Si se hubiere verificado la reparación, el monto de sucosto será también regulado por peritos, para los efectos delarticulo precedente

Las cuentas de la reparación pueden ser sómetidasal examen de peritos, si se objetan por excesivas. Elcosto de la reparación puede estimarse, cuando ha deejecutarse más tarde.

Art. 704. Probándose que las reparaciones han aumen-tado el valor de la nave en más de un tercio, el aseguradorpagará todos los costos de aquellas, prévia deducción del ma-yor valor adquirido por las reparaciones.

La deducción del tercio que se hace por virtud delarticulo 702 es puramente efecto de una presunciónlegal, contra la que se admite prueba en contrario, ar-tículo 705. Además de eso, el asegurador puede pro-bar que la reparación hecha ha aumentado en más deun tercio el valor de la nave, y en tal caso tiene dere-cho á deducir P,1 exceso.

Art. M. La deducción del tercio, no tendrá lugar, siel asegurado prueba con un reconocimiento de peritos quelas reparaciones u 9 han aumentado el valor de la nave, seaporque ésta fuese nueva y el dafio hubiese ocurrido en suprimer viaje, sea porque la avería hubiese recaído en velas,anclas ó en otros accesorios nuevos ;'pero, aun en este caso,los aseguradores tendrán derecho á que se les rebaje el im-porte del demérito, que hubieren sufrido los objetos indicadospor su uso ordinario.

Puede acontecer que la nave haya sido dañada por

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una tempestad en el primer viaje. Es evidente quelas reparacioflsflo aumentarán, sino repondrán el va-lor perdido. No obtante, el asegurador puede recla-mar todo demérito anterior, pero estará obligado á pro-barlo.

Art. 706. Si los aseguradores se encontraren en la obli-gación de pagar el daño causado por la filtración ó lique-facción de las mercancías aseguradas, se deducirá del impor-te del daño el tanto por ciento que, á juicio de peritos, pier-

,dan ordinariamente las mercaderías de la misma especie.

Vernos en el artículo 437 que el asegurador puedepor estipulación expresa tomar sobre si la pérdida pro-veniente de vicio propio de la cosa, como la lique-facción, filtración, etc. Los peritos deben, sin embargo,deducir el importe del daño que por esos respectos su-fren ordinaria é inevitablemente las mercancías deaquella especie en cualquier lugar en que se encuen-tren, pues la indemnización debe concretarse siempre á.riesgos de mar.

Art. 707. La restitución gratuita de la nave ó del car-gamento apresado cede en beneficio de los respectivos pro-pietarios; y eti tal caso, los aseguradores no tendrán obliga-ción de pagar la cantidad asegurada.

El asegurado no tiene derecho de exigr indemni-zación de una pérdida que resulta inexistente por larestitución. Si hubiese recibido la suma aseguradadeberá devolverla al asegurador. En todo caso, el asegurado debe recibir los daños. sufridos y gastos hechosantes de la restitución, y el compleínento del valor me-noscabado.

Art. 708. Si estando asegurada la carga de ida y vuel-ta, la nave no • trajere mercaderías de retorno, 6 las traídas

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no llegaren á dos terceras partes de las que aquella podíatrasportar, los aseguradores sólo podrán exigir, dos terceraspartes de la prima correspóndiente al viaje de regreso, á me-nos que en la póliza se hubiere estipulado otra cosa.

Las dos terceras partes de la prima se deben porvía de indemnización al asegurador.

Art.. 709. LOS aseguradores tienen dercho para exigiral comisionista, llegado el caso de un siniestro, la manifes-tación dé la persona por cuya cuenta hubiere celebrado elseguro.

Hecha la manifestación, los aseguradores no podrán pa-gar la indemnización estipulada sino al mismo asegurado óal portador legítimo de la póliza.

Según el artículo 418, el asegurado , debe tener in-terés real en evitar los riesgos, á fin de que el segurono se convierta. en ápuesta. Este es el motivo porque,no obstante el principió de que el comisionista no estáobligado á declarar el nombre del comitente, artículo249, se le da al asegurador el derecho de exigirlo. Deesa manera, se averigua quien es el verdadero interesa-do eh el contrató, y se previene el juego de azar.

Una vez conocido el comitente, el asegurador pue-de eítenderse con él ó con el legítimo portador de laóliza. Si ésta se hubiese extendido • á la orden ó al

portador, yano es potestativo al asegurador prescindirdel tenedor—.

Art. 710. Tienen asimismo derecho para rescindir elseguro siempre que la nave permanezca un año, después defirmada la póliza, sin emprender el viaje asegurado.

Es un caso de resolución del seguro. Presúmeseque el asegurado ha' desistido. El asegurador cobra

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entonces el medio por ciento de la prima, que le ha-bría correspondido, ejecutándose el contrato.

Art. 711. Los aseguradores tienen derecho á cobrar óretener un medio por ciento sobre la cantidad asegurada, enlos casos siguientes:

i Si la nulidad del seguro fuere declarada por algu-na circunstancia, inculpablemente ignorada de los asegura-dores.

2? Si antes que la nave se haga á la vela, el viaje pro-yectado fuere revocado, aunque sea por hecho del asegurado,ó si se emprende para un destino, diverso del que señale lapóliza.

3? Si la nave fuere retenida, ante de principiarse elviaje, por-orden del Gobierno nacional.

4? Si no se cargaren las mercaderías designadas, .ó siéstas fueren'trasportadas en distinta nave, 6 por otro capitánque el contratado.

5? Si el seguro recayere sobre un objeto íntegramenteafecto á un préstamo , á la gruesa, ignorándolo el asegu-rador.

6? En los casos 'previstos en el artículo 423, en el párra-fo 2? del artículo 424 y en los artículos 695 y 710.

Cobra el medio por ciento, ó lo retiene, devolvien -do lo demás, si ya hubiese recibido la prima.

En todos estos casos, el seguro se resuelve por, cau-sa no imputable al asegurador; pero, corno faltan losriesgos, puesto que el viajé no se efectuó, 'ó el segurovino á ser ineficaz, por motivos legales, sólo se paga lamitad del precio de los riesgos, ,así como sucede en..elcaso de fletamento-, artículo 550

Art. 712.' Para obtenerla indemnización del siniestroel asegurado debe justificar.

1? El viaje de la nave.

-534— 1

2? El embárque de los objetos asegurados.30 El contrato de seguro.4? La pérdida ó deterioro de las cosas aseguradas.La justificación se hará, según el caso, con el' contrato

de seguro, el conocimiento, los despachos de la Aduana, lacarta de aviso del cargador, la póliza de seguro, la copia deldiario de navegación, la protesta del capitán y las declaracio-nes de los pasajeros y tripulación; sin perjuicio de los demásmedios probatorios que admite este Código.

Los aseguradores pueden contradecir los hechos en queel asegurado apoye su reclamación, admitiéndoseles toda es-pecie de prueba.

El asegurado está en el deber de probar los hechosque sirven de fundamento á la obligación del asegura-dor, que es el demandado.

Ocurrido el siniestro, es preciso probar que la naveha salido á la mar, esto es que ha emprendido el viaje.Puede haberse fijado el tiempo del contrato desde ciertodía, haya ó no salido la nave,'y entonces correrían losriesgos, aun estando fondeada la nave, como también enel caso de que se perdiese la nave en el puerto, por tem-pestad, abordaje ú otro accidente inculpable.

Bebé probarse que las mercancías se embarcaronefectivamente, en la rñisma cantidad y calidad expresa-das en los conocimientos; y si el seguro se contraté bajoel nombre genérico de mercaderías, artículo 685, deberáprobarse la cantidad y calidad de los efectos embarca-dos, lo mismo que cuando er capitán descarga y formanuevo cararnento, artículo 696.

Debe justificarse la existencia del contrato, de con-formidad con el artículo 416, y la pérdida ó deterioro,por todos los medios legales.

Ordinariamente, acontece que. los riesgos de marse verifican en circunstancias en que son presenciados

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mnicarneiite por el capitán, los tripulantes y pasajeros.La prueba de los hechos está limitada en ese punto álos informes y protestas del capitán, y á las declaracio-nes de pasajeros y ti1pulantes, junto con los documen--tos que se mencionan en este artícúlo.

El asegurador, que contradice la exactitud de loshechos, no puede valerse para ello, sino de los mismoselementos de prueba. Sería inadmisible que pretendie-se acreditar algún hecho • con personas que no se en-coitraban en la nave, cuando experimentó el sinies-tro, hallándose en alta mar ú otros puntos lejanos dela costa.

Art. 713. En caso de pérdida ó deterioro de las merca-derías, que el capitán hubiere asegurado ó cargado de su cuen-ta ó por comisión en la nave que gobierna; será obligado á-probar, fuera-de los hechos enunciados en el artículo prece-dente, la'compra de las mercaderías con las facturas de losvendedores, y su embarque y trasporte con el conocimiento,que deberá ser firmadó por dos de los oficiales principales dela nave, ycon los documentos de expedición por la Adnana.

- Esta obligación será extensiva á todo asegurado, que na-vegue con sus propias mercaderías.

El capitán no puede autorizar con su firma el co-'nocimieiito de las mercancías, que embarque '-or-cuenta ó por , comisión Equivaldría á otorgarse á símismo el título de sus derechos. Si la nave no tieneoficiales, el conocimiento puede ser suscrito por dos ma-rineros que hagan las veces de aquellos. La dificultad-del caso sería mayor, si ninguno supiese firmar; peropodríaadmitirse que alguien firmase á ruego de ellos.

Art. 714. El asegurado púede hacer abandono de las cosasaseguradas en los casos determinados por la ley, y cobrar á

los aseaseguradores las cantiddes, que hubieren asegurado sobreellas.

El comisionista que conifata un seguro está autorizado.para hacer abandono, siendo . portador legítimo de la pó-liza.

Abandono es el acto por el cual el asegurado re-nuncia á favor del asegurador la propiedad de la cosaasegurada.

En rigor, el abandono no es conforme con los prin-cipios esenciales del seguro. Este contrato no tiene porobjeto. adquirir, sino indemnizar la pérdida ó el dafio su-frido. Obligar al asegurador á recibir las cosas dafía-das parece contrario á la equidad. Pero, si se atiendeá que el asegurado no queda verdaderamente' indemni-zado, si se le impone el deber de aceptar los restos 6depojos de la cosa, junto con el valor del dafio 'estima-do; si se tienen en cuenta las dificultades, muchas veces,insuperables, que ocurren para recobrar las cosas perdi-das, ó para apreciar las pérdidas ó deterioros; se com-prenderá porqué permite la ley el abandono, con el quese evitan innumerables embarazos.

El comisionista, portador de la póliza, puede hacer-abandono, á nombre del comitente, sin perjuicio del de-recho que tiene el asegurador de exigirle que declareel nombre de aquél.

Art. 715. -El abandono tiene lugar,, salvo estipulaciónen contrario: -

I? En el caso de apresamiento.2 En el de naufragio.3? Enel de varamiento con rotura.4? En el de intiavegabilidad absoluta de la nave, por

fortuna de mar; ó relativa, por imposibilidad de repararla.5? En el de embargo ó detención por el Gobierno nacio-

nal 6 una potencia extranjera.

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6? En el de pérdida 6 deterioro material de los objetosasegurados, que disminuya su valor en las tres cuartas partesá lo menos de su totalidad.

7? En el de pérdida presunta de losmismos.Todos los demás daños serán considerados corno avería y

debrán soportarse por la persoila á quien corresponda, segúnla ley ó la convención.

El asegurado tiene á su favor dos acciones entre lascuales puede optar: la de abandono y la de avería, artí-

culo 743. • La primera es más onerosa para el asegura-dor; por ' eso la reduce la ley á detertninados casos, queson de derecho estricto, y se llaman ' siniestros 'mayores.

Apresamiento es la captura hecha por el enemigo.ivanfragio es la pérdida total de la nave por fortuna•

de mar; el varamiento con rotura convierte la naveen un montón de materiales, á los cuales no . puedeya darse el nombre de nave. Hay innavegabiliciad abso-

luta cuando es de imposible reparación el daño que ha.sufrido la nave, cualquiera que sea el lugar en que seencuentre; la innavegabilidad es relativa, cuando la na-ve puede repararse llevándola á otro punto, pero no haymedios actuales de remolcarla.

Cuando las cosas han perdido coi el siniestro lastres cuarta partes de su valor total se autoriza el aban-dono, porque lo que de ella queda ruede considerarserestos inútiles. .

Cuando se trata de un embargo ó detención es pre-ciso distinguir, si esa medida se ha tornado por el Go-bierno nacional ó un gobierno extranjero, en virtud deun hecho ilícito ' ó de una contravención á las leyes fis-cales, en que han incurrido la nave y los cargadores; ósi lo es por una medida arbitraria ó meramente política.Si lo primero, es claro que' no procede el abandono, por-

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que no pueden er asegq rado5 tales riesgos; si lo segun-do, es admisible el abandono cuando los riesgos habíaiicomenzado á correr por cuenta del asegurador; en lainteligencia de que esa obligación cesa, si el dueflo de lanave ó del cargamento han sido indemnizados por laautoridad, que acordó el embargo.

El caso de pérdida presunta ocurre cuando ha tras-currido mucho tiempo, sin tenerse noticias de la nave,que se halla en viaje. Asimilase la nave en cierto modoá. una persona, cuyo paradero se ignora. Si la navehabía sido asegurada, verbo y gracia, por seis meses, yha pasado mas deun año, por ejemplo, desde que he-cho el seguro salió del puertó, sin saberse de la nave; elasegurado tiene á su favor la presunción legal, segúnla que la nave se supone perdida durante el términodel contrato.

Esta presunción podría ser desvirtuada por la prue-ba contraria, acreditando el asegurador que la nave seperdió después del plazo estipulado. -

Respecto del término fijado, véase el artiulo 737.

'Art. 716. El abandono no puede ser condicional niparcial.

Caso que la nave ó su carga no haya sido asegurada portodo su valor, el abandono no se extenderá sino hasta concu-rrencia de la suma asegurada, en proporción con el importe dela parte descubierta.

Si la nave y su carga fueron aseguradas separadamente,el asegurado podrá hacer abandono de uno de los seguros yno del otro, aunque ambos se hallen comprendidos en unamisma póliza.' . \

El abandono produce la traslación de la propiedadal asegurador, y esa es la razón porque no se puedeceder en parte. Sometido á condición sería contra-

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dictorio, pues si se subordina á la de que no puedansalvarse ó recobrarse las cosasi aseguradas es oponerseá los propósitos de la ley, que quiere evitarle al asegu-rado los gastos y diligencias de esas operaciones.

El abandono no puede hacerse antes de empezarlos riesgos; puede renunciarse en la póliza declarán-dose que en ningún caso será permitidb al aseguradormás que la acción de avería, de lo que se deduce que elabandoño,no es de orden público. 7

El CUandono se limita al valor asegurado, porque áeso alcanza la obligación del asegurador. Si la nave ólas mercaderías aseguradas, que se encuentran en algu -no de los casos antedichos, no lo han sido sino por lamitad de su valor; hecho el abandono, el aseguradorsólo está obligado á pagar la mitad mencionada.

El seguro'de la nave y el del cargamento se consi-deran siempra actos distintos, artículo 684; por eso, losabandonos pueden ser distintos.

Art. 77. El abandono de la nave comprende el preciodel trasporte de los pasajeros el flete de los efectos salvados,aun cuando-hayan sido completamente pagados, sin perjuiciode los derechos que competan al prestador á la gruesa, á latripulación por su salario, y á los acreedores que hubieren he-cho anticipaciones para habilitar la nave ó para los gastoscausados durante el último viaje.

Cuando se abandona la nave se entienden cedidostambién el flete y pasajes. Estos son frutos civiles dela nave, que pertenecen al cesionario al cual deben sa-tisfacerse. -

Pero, el abandono no perjudica á los acreedoresque adquirieron privilegio sobre el flete. Sabido es quepor el artículo 574 no se debe flete por las mercancias

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perdidas por naufragio, y que según el artículo 664 nopuede asegurarse él flete no adquirido. El aseguradorse subroga en los derechos que púedan corresponder alasegurado, junto con sus obligaciones.

Art. 718. En caso de apresamiento, el asegurado, 6 elcapitán, en su ausencia', puede proceder por sí al recaste delas co'sas apresadas; pero, ajustado el recaste, deberá hacer no-tificar el convenio en primera oportunidad ,á los aseguradores.

Los , aseguradores podrán aceptar ó renunciar el convenio,ntimando su resolución al asegurado ó al capitán dentro de

lasveinte y cuatro horas siguientes á su notificación.'Aceptindo el convenio, los aseguradores entregarán en

el acto el monto del rescate, y los riesgos ulteriores del viajecontinuarán por su cuenta, confornie á los términos de la pó-liza;

Desechándolo, pagarán la cantidad asegurada, sin conser-var derecho alguno sobre los objetos rescatados.

No manifestando su resolución' en el término señalado,se entenderá que han repudiado el convenio.

'Demostrémoslo con un ejemplo:Ruiz tiene á bordo del vapor Caracas B. 100.000

¿le rhercancías, aseguradas sobre ese valor poi Sái'chéz:el cargamento es apresado y luego ajustado el res-cate por el cluéfio, mediante la entrega de B. 50.000 endinero.

Notificado Sánchez de' la captura y convenio, rehu-sa tomar á su cargo la composición, la cual se decideRuiz á pagar; Ruiz tiene entonces derecho de exigir áSánchez los B. 100.000 asegurados, sin que éste tenganingún derecho á las, cosas aseguradas - y rescatadas.

En el caso 'de que Sánchez convenga en pagar elrescate, las mercancías continúan aseguradas por sucuenta. Si llegan á buen puerto, no tendrá que pagar

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más nada; si hay pérdidas ó daños posteriores, debe-rá indemnizarlos hasta Concurrencia de la cantidad so-bredicha.

El pago será entonces para él más oneroso, pero esefecto de un accidente posterior al apresamiento y dis-tinto de aquel. Presúmese. que el primer contrato ter-minó con él rescate; que intervino, un contrato ulte-rior, desde el rponiento en que el asegurador tomó el rescate por su cuenta, y que el recargo dicho es el resultadode la eventualidad que aceptó, pagando el rescate. En-tre pagar los B. 100.000 del seguro, que el aseguradopodía reclamarle, haciendo abandono, dado el caso deapresamiento efectuado, y correr la eventualidad de-reducir su responsabilidad al valor del rescate; el ase-gurador aceptó la eventualidad dicha, en la cual puedesalir favorecido; pprque, como decimos, las mercancías,que estaban perdidas para el asegurador,. pueden llegará buen puerto, y entonces habrá limitado á B. 56.000lo que 1ehbría costado el doble, por el valor del seguro.

Si por el contrario., sucede que las mercancías res-catadas se pierden en. el curso-del viaje por otro accidentefortuito; resultará ifiás gravosa la situación del ase-gurador, pero eso es cons'ecuencia del riesgo aceptadopor él.

En cuanto al asegurado:, que paga el rescate; estásinpiementeen el caso, de cualquiera, quehubiese com-prado las cosas apresadas. Negado el asegurador árescatarlas, pudo abandonarlas y cobrar , el seguro. Alrescatarlas,- hizo una negociación propia, que no lbPri-va del derecho de reclamar contra el asegurador, y almismo tiempo toma sobre sí los riesgos subsiguientes,pues el apresamieutodió punto al seguro.

El asegurado paga el rescate, que en el ejemplo

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propuesto son B. 50.000 y reclama del asegurador losR. 100.000 del' seguro. Si las mercaderías aseguradas'llegan á buen puerto, el asegurado gana B. 50.000, di-ferencia entre el seguro y el rescate, con más las mer-caderías dichas que son suyas: si las mercaderías sepierden por un accidente ulterior ,pierde B. 50.000, por-que si hubiese hecho abandono de las mercaderías, sindesembolsar aquella suma para el rescate, habría co-brado él valor asegurado, sin correr ningún otro riesgo,y ahora resulta que pierde 'las mercaderías, quedándo-le únicamente B. 50.000.

Así se ve, que el rescate, aceptado por el asegura-dor por el asegurado, es causa de nuevos y distintosriesgos para el uno ó para el otro, conforme á las reglasque explicamos.

Presúmese que él asegurador que no contesta, re-pudia el convenio: porque, según hemos dicho, acep-tar la composición equivale á formar un nuevo contra-to de seguro', y para ello se requiere un hecho delasegurador, que demuestre su voluntad de volverse á.obligar.

Art. 719. Si por la represa de la nave se reintegrare elasegurado en la propiedad de las cosas aseguradas, los per-.juicios y gastos causados por, el apresamiento se reputaránavería, y serán . pagados por los asegui'adores.

Concuerda con, el artículo 701. Pueden sucederdos casos: que la represa produzca la reintegración deldueño de la nave ó de las mercaderías, ó , que haga pa-sar la propiedad de ellas á manos de un tercero.'

Si lo primero, el aseguradóretá obligado solamen-te á pagar los gastos del reapresamientó, que se •consi-

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deran averías gruesas,. porque se ejecutan deliberada-mente para salvar la nave y las mercaderías.

En cuanto al valor de aquélla y éstas, el asegura-do deberá . restituirlo al asegurador, si ya lo hubieserecibido. Es indudable que le serán satisfechos por elseguro los desperfectos que hubiesen sufrido las cosasasegurada en poder' del captor; y que si ellos alçanza-sen á las tres ,cuartas partes del valor asegurado, elinteresado podrJ. hacer por este motivo abandono delas cosas aseguradas, conforme al número 6 9 artícu-lo 715.

•Art. 720. Si por la represa pasaren los objetos asegu-rados á dominio de tercero, podrá el • asegurado hacer uso delderecho de abandono.

Este es el caso segundo, aludido en el artículo an-terior. Si el asegurado había hecho ya abandono porefecto del apresamiento, nada tiene que añadir. Si nolo hábí a formulado, la captura practicada por un terce-ro, refirma el derecho que la ley le concedía desde quese consumó el primer apresamiento, y quedó privado,de la propiedad. .

Art. 721. El simple varamiento no autoriza el aban -dono d€ la nave, sino en el caso en que no pueda ser puestaá flote..- El varamiento con rotura parcial autorizará el abando-no, cuando tal accidente afecte IaA partes esenciales de- la..nave, facilite la entrada de las aguas y ocasione graves da-ños, aunque éstos no alcancen á las tres cuartas partes delvalor de la* nave.

No basta la simple encalladura ó zaborda, que per-mite, empleando trabajos adecuados, ó aguardando el

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impulso favorable de la marca, poner la nave á flote.Estos gastos serán averías, de que responde el asegura-dor, sin lugar á abandono.

Trátase ,del varamiento con rotura, que da entradaal agua del mar, porque de ese accidente se ha de de-rivar necesariamente la ruina de la nave y del carga-mento. La i:otura parcial ocasiona los mismos resul-tados, cuando se halla en las obras vivas de la nave,de'difli1 reparación inmediata.

La encalladura será también fatal para • la nave,cuando , se realiza entre arrecifesó bancosde piedras,donde, aunque no se haya rolo en los primerps momen-tos, el embate 'cóntinuado de las olas ocasionará luegola destrucción del barco.

No se atiende en tales casos á la cantidad de losdaños, po'rqu 'e tanto la nave como las mercancías seconsideran perdidas.

Art. 722. No podrá hacerse abandono por innavegabi-lidad, cuando la n.vepueda ser , rehabilitada para continuar yacabar el viaje.

Verificada la rehabilitación, los asegiradores responde-rán sólo de los gastos y averías causadas. Se entiende que lanave no puede ser rehabilitada, cuando el costo de repara-ción exceda de las tres cuaftas partes de la suma 'asegurada.

La innavegabi.lidad será declarada por la autoriad cofn-peten te.

- / Hemos visto en el artículo 715 que la innavega-bilidad puede ser absoluta ó 'relativa.

Si la nave puede ser reparada, el asegurado deberáesperar que se repare, como sucede en el artículo 568,respecto del fletamento.

El asegurado puede convenir en que la'nave sea

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Tehabilitada, aunque exceda de las dos terceras partessobredichas: el abandono es un derecho que puede re-nunciar, si no le interesa.

Una situación tan trascendental como la innavega-bilidad no podta dejarse sujeta á las apreciaciones delas partes. Es preciso que sea declarada por la auto-ridad competente, es decir, por el Juez de comercio, óel que haga sus veces, para que todos los derechos que-den definidos.

Art. 723. La inexistencia del acta de visita de la naveno priva al asegurado del derecho de probar que la innave-gabilidad ha sido causada por fortuna de mar y no por viciode construcción, deterioro ó vetustez de la nave.

La ley asigna poca importancia á la visita preci-tada. Leemos en el artículo 570 que las certificacionesy visita de salida no exoneran al capitán de responsa-bilidad: la omisión de esos requisitos no establece nin-guna presunción contra el asegurado. El legisladorestaba penetrado de que la visita enunciada es unamera fórmula, que apenas se llena por los empleados.

Art. 724. Declarándose que la nave ha quedado inna-vegable, el propietario de la carga asegurada lo hará notifi -car á' los aseguradores dentro de tres días, contados desdeque dicha declaración llegue á su noticia.

Esta notificación da principio á las diligencias delasegurado. Concuerda con el artículo 439.

Arr. 725. Los aseguradores y -el asegurado, 6 en su ai-cencia el capitán, practicarán en caso de innavegabilidadtodas las diligencias posibles para fletar otra nave, que con-duzca las mercaderías al puerto de su destino.35

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El propietario y el capitán proceden en esas cir-cunstancias, como mandatarios del asegurador y el ase-gurado, y serían responsables de cualquiera omisiónque perjudicase los intereses de aquellos.

Art. 726. Verificándose eÍ l trasporte en otra nave, losaseguradores correrán los riesgos del trasbordo y los del viajehasta el lugar que designe la póliza; y responderán además delas averías, gastos de descarga, almacenaje, reembarque, au-mento de flete y gastos causados para salvar y trasbordar lamercaderías.

Concuerda con el artículo 569. La responsabilidadde los aseguradores en las naves del trasbordo hasta elpunto de descarga expresado en la póliza, y aun en elcambio de ruta ó viaje, por fuerza mayor, es conformeá lo preceptuado en los artículos 691 y 692.

Art. 727. Recayendo el seguro sobre el casco y quillade la nave, el asegurado podrá hacer abandono de ella al tiem-.pó de notificar á los aseguradores la resolución que-la declarainnavegable. -

Pero, si el seguro versare sobre la carga, no podrá abando-narla hasta que hayan trascurrido seis meses, si la inhabili-tación de la nave ocurriere en las costas de la América meri-dional ó septentrional; ocho, si en las de Europa; y doce,,en cualquiera otra parte.

Estos plazos correrán desde la notificación prescrita en elartículo 724.

En el caso de innavegabilidad declarada, el asegu-rado no goza de ningún plazo, para hacer el abandonode la nave y notificarlo al asegurador. Es el momentode optar entre esa acción y la de avería, artículo 743La demora no tendríarazón de ser; puesto que el punto,motivo del abandono, es en cuanto á la nave incontro-

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vertible. Y por su parte el asegurador en nada puederemediar el mal ya causado.

Respecto de las mercancías, la ley impide al asegu-rado que las abandone, cuando ocurre la innavegabilidaddel barco que las conducía, -antes del tiempo que aquíse previene, á fin de que el asegurador pueda tomar lasmedidas necearias para examinarlas y ver de salvarlas.

Excusado' es decir que, si junto con la innavegabi-lidad del b.rco ha ocurrido la pérdida ó deterioro mate-rial de las mercancías, en , las tres , cuartas partes por lomenos de su valor; procederá también el abandono dela carga, por este motivo, que es conforme al artículo 715,número 59, no por la in* navegabilidad sobredicha; y enese caso el asegurado puede hacer inmediatamente aban-dono, renunciando el término de la ley.

Como ese término se acuerda en beneficio del-ase-gurador, , dispone el artículo que se compute desde quese notifica al asegurador. Es racional' colegir que si noha sido notificado no le corre ningún lapso, y ello esimputable al asegurado:

Art. 728. Si dentro de los plazos que establece el artícu-lo anterior no sé encontrare nave para continuar el trasportede las mercaderías aseguradas, el asegurado podrá hacer elabandono de ellas.

El término precitado se concede al asegurador, paraque procure naves,,donde salvarlas mercancías del bar-co innavegable, en el supuesto de que el cargamento Seha conservado á bordo y que su pérdida ó deterioro no'alcanza ,á las tres cuartas partes del valor de las mer-cancías, porque si así fuere habría podido abandonarlasdesde que llegó á su noticia el siniestro.

En esa solicitud de naves están obligados á ayudar-

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le el capitán y el mismo asegurado, corno lo previene elarticulo 725.

Si dentro del tiempo dicho las naves se encontrareny vinieren átrasbordar las. mercaccías, el asegurado nopodria abandonarlas ya, aunque trdasen mucho másen embarcarlas y navegarlas, siempre que eso no de-pendiese de hecho del asegurador.

Art. 729 Embargada la nave, el asegurado hará á losaseguradores la notificación prescrita en el número 50 del ar-tículo 439; y mientras no hayan trascurrido los plazos pre-lijados en el artículo 727 no podrá hacer abandono de los ob-jetos asegurados.

Entre tanto, el asegurado practicará, por sí ó en uiiión delos aseguradores, las gestiones que juzgue convenientes al al-zamiento del embargo.

¿te es el otro caso en que el término se concede,en beneficio del asegurador, artículo 736.

Acuérdase, lo mismo que el anterior relativo á lasmercancías, para que el asegurador tenga tiempo de ges-tionar la libertad de la nave. -'

Adviértase que este caso se contrae á la nave, y queen él se trata del embargo ejecutado por orden de un go-bierno, no al que resulte de apresamiento, en el cual nootorga plazo en beneficio del asegurador.

El asegurado deberá practicar las gestiones que estéñ á su alcance.

Art. 30. Es inadmisible el abandono por otras pérdidas6 deterioros del objeto asegurado, que aquellos que ocurrandespués que los riesgos hayan principiado á correr, por cuentade los aseguradores.

El abandono ha de fundarse 'necesariamente -en las

pérdidas 6 daños, resultantes de los riesgos que el ase-

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gurador tomó á cargo, en el tiempo expresado en lapóliza, artículo 672, 673 y 675.

Cuando el asegurador responde del vicio propio dela cosa, artículo 437, pr6cede también el abandono.El artículo 588 nos ofrece un caso en que el fletadorpuede hacer abandono por el flete al fletante de las co-sas filtradas, si el daño pocede de accidentes de mar.Igual derecho tendría el asegurador, que se subroga enlos derechos del asegurado.

Art. 731. Para determinar si el siniestro alcanza ó noá las tres cuartas partes- del valor de la cosa asegurada, se to-mará en consideración la pérdida ó deterioro que fuere direc-tamente causado por accidente de mar, 6 que fuere un resulta-do forzoso del mismo accidente.

La venta autqrizada de mercaderías que se efectuare du-rante el viaje, importa pérdida 6 deterioro material, siendohecha para ocurrir á las necesidades de la expedición, 6 paraevitar que el deterioro sufrido por fortuna de mar cause lapérdida total.

No se tienen en cuenta los- daños causados por ac-cidentes, de que el aseguradorno se ha hecho responsa-ble; y, si respondió de todos los riesgos de mar, artícu -lo 672, se excluyen las pérdidas que provienen de cau-sas de otro orden, como lluvihs del cielo, desperfectosocasionados por los pasajeros, etc., á menos que estosdaños san consecuencias de los accidentes de mar ocu-rridos; verbo y gracia, si las lluvias, mojaron las mer-cancías por haber roto el mar la nave y quedado aquellasdescubiertas, etc.

Para el cómputo de las tres cuartas partes predichas,se estiman como pérdidas ó deterioros materiales las can-tidades á que alcanzan las mercancías vendidas en los

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casos expresados en este artículo. Eso es lo que signi-fican las palabras importa pérdida, ó mejor dicho equi-vale á pérdida.

Art. 732. En los casos de apresamiento, naufragio ó va-ramiento, con rotura, las diligencias que practique el asegura-do en cumplimiento de las obligaines que le impone el nú-mero 4, del artículo 439, no importarán renuncia del derechoque tiene para hacer abandono de los objetos asgurados.

El asegurado será creído sobre su juramento en la deter-minación de los gastos de salvamento y recobro, sin perjuiciodel derecho del asegurador para acreditar su exageración.

El asegurado, que toma en esos casos, medidas desalvamento, obra como mandatario del asegurador y cum-ple deberes legales, aunque no haya anunciado ó reser-vádose ninguña acción personal, en defnsa propia.

Las circunstancias peculiares de. los accidentes demar hacen casisiempre imposible la prueba de los gastos,que se efectúen para el salvamento y recobro, etc,.' Dásefé, por necesidad á la declaración jurada del asegurado,contra la cual se admite la prueba, que pueda hacer elasegurador.

Art. 733. El asegurado' deberá hacer el abandono den-tro de los siguientes plazos:

De-seis meses, acaeciendo el siniestro en la costa orientalde América.

De ocho meses, ocurriendo en la costa occidental d Amé-rica, en las de Europa ó en las de Asia y Africa que están enel Mediterráneo.

De doce meses, si sucediere en cualquier otro 'punto.

Estos términos son distintos de los mencionados enel artículo 77. En ese artículo y en el 729 se dan alasegurador, y entretanto el asegurado no puede ejercer

os derechos que le corresponden; aquí se establecen enbeneficio del asegurado, artículo 736.

Art. 734. Los plazos señalados en el artículo anteriorcorrerán, en los casos de apresamiento, desde que el asegura -do reciba la noticia de qué la nave ha sido conducida á cual-quiera de los puertos de alguna de las costas mencionadas.

En los casos de naufragio, varamiento con rotura, pér-•dida ó deterioro, los plazos serán contados desde la recepciónde la noticia del siniestro; y en los de innavegabilidad ó embar-go, desde el vencimiento de los plazos señalados en el ar-tículo 727.

El derecho de hacer abandono caduca por el vencimien-to de los respectivos plazos.

Señálanse ahora los puntos de partida de los lap-sos para el abandono.

Mientras el captor no ha llevado la nave á algúnpuerto no se sabrá qué término corresponde. La noti-cia del siniestro, cuando hubo naufragio, varamiento,-etc., da principio al plazo respectivo, según el lugar enque el siniestro se efectuó. El dé innegabilidad se con-tará, desde que expiró el lapso concedido al aseguradorpor el artículo 77.

Si el asegurado deja trascurrir el término para laacción de abandono, no le queda más que la de avería,para la cual tiene cinco años.

Art. 735. La noticia se tendrá por recibida si se probareque el siniestro ha sido notorio entre los comerciantes de la-residencia del asegurado, ó que éste ha sido avisado de élpor el capitán, su consignatario ó sus corresponsales.

Estas reglas se determinan en previsión de que elasegurador oculté la noticia recibida, para gozar de ma-yor término.

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Art. 736. El asegurado puede renunciar los plazos ex-presados y hacer abandono en el acto de notificar al asegura-dor, salvo los casos de innavegabilidad y embargo de quetratan los artículos 727 y729.

Vemos . aquí que el términopara el abandono seacuerda al asegurado en bien suyo. Puede renunciarlo,llegado el caso, no antes. No le es permitido abandonarlas cosas, pendientes los plazos concedidos al asegura-dor sólo cuando se trata de innavegabilidad ó ernbarqo ;porque, repetimos, ésos plaos se establecen entoncesen interés del asegurador, y el asegurado no puedeprivarlo de ellos, artículos 727 y 729.

Art, 737. Se presume perdida la nave, si dentro de un.año, en los viajes ordinarios, 6 de dos en lós extraordinarios6 de larga travesía, no se hubieren recibido noticias de ella.En tal caso el asegurado podrá hacer abandono y exigir de los-aseguradores la indemnización estipulada, sin necesidad deprobar la pérdida.

Estos términos se contarán desde la salida, de la nave, &desde el día á que se refieran 'las últimas noticias. El aban-dono se hará dentro de los plazos del artículo 733.

Estos plazos correrán desde el vencimiento del año, 6 delos dos años dichos ; y para determinar el correspondiente enun caso dado, se reputará acaecida la pérdida en la costa 6puerto de donde se hubieren recibido las últimas noticias, ysegún la situación de esos lugares, el plazo será de seis, ocho &doce meses.

Este término es conforme al que fijan los Códigosextranjeros. Después que se vence el lapso expresado,empieza á contarse el que se concede al asegurado, pararesolver si hace ó no abandono de las cosas aseguradas

La presunción que resulta del trascurso del tiempo, para considerar perdida la nave, puede ser destruida

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por prueba contraria, cuando el asegurado haga elabandono, número 79 articulo 715.

Art. 738. Se considern viajes de larga travesía los quese hacen más allá de los mares adyacentes á la costa compren-dida desde el cabo Catoche en la península de Yucatán, hastael cabo Orange en la Cayena, y á las grandes y pequeñasAntillas.

Esta clasificación es relativa á los viajes que seefectúan á partir de los puertos venezolanos. Las de-más naciones los clasifican según los puertos de sus res-pectivos •territorios.

Art. 739. En caso de seguro por tiempo limitado, des-pués de la expiración de los plazos establecidos en los artícu-los anteriores, se presume que la pérdida ocurrió en el tiem-po del seguro, salvo la prueba que puedan hacer los asegu-radores, de que la pérdida ocurrió después de haber expiradoel término estipulado.

En la imposibilidad de fijar reglas particulares seestablece esta presunción, porque es más favorable alcomercio en general; pero ella cede á la prueba de laverdad del hecho.

Art. 740. A más de la declaración ordenada en el nú-mero 6? del artículo 439, el asegurado hará otra, al tiempode hacer abandono, en la que deberá manifestar los préstamosá la gruesa que hubiere tomado sobre los objetos aban-donados.

El plazo para el pago de la indemnización convenida, noprincipiará á,correr, sino cuando el asegurado haya hecho lasdeclaraciones indicadas.

El retardo de éstas no prorroga los plazos concedidos paraentablar la acción de abandono.

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El asegurado 'está obligado en toda clase de segurosá declarar si ha celebrado otros contratos sobre las mis-mas tosas, para los efectos de los árticulos 423 y 424.En el seguro marítimo tiene el deber de hacer igual de-claratria respecto del préstamo á la gruesa, para losdel articulé 661. -

Todo retardo en esa manifestación prorroga el pla-zo del artículo 689; pero no aumenta el que el asegura-do tiene para el abandono, pues entonces la demora lofavorecería.

Att. 741. Si el asegurado cometiere fraude en dichasdeclaraciones, perderá todos los darechos que le da el seguro,y pagará además lospréstamos á la gruesa que hubiere toma-do, no obstante la pérdida de los objetos gravados.

El asegurado, sin embargo, podrá acreditar que las omi-sioris 6 inexactitudes en que hubi&e bcurri .do, no han pro-cedido de un designio fraudulento.

• Puedé suceder que el asegurado oculte algunos delos seguros ó préstamos á la gruesa que existan, con elfin de aprovecharse de indemnizaciones que no le sondebidas. Ese proceder sería doloso, y le acarrea ademáslas penas de la ley, que consisten en perder los benefi-cios de los seguros contratados y en pagar los présta-mos de que había quedado exento, por la pérdida de lascosas.

Podrá probar que hubo error de su parte, y eso leliberta de responsabilidad, pero no lo autoriza para co-brar lo indebido.

Art. 742. El abandono admitido, 6 declara'do válido enjuicio contradictorio, trasfiere desde su fecha á los asegurado-res el dominio irrevocable de las'cosas aseguradas, con todoslos derechos y obligaciones del asegurado.

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Si la nave regresare después de admitido el abandono, elasegurador no quedará por eso exento del pago de los derechosabandonados; pero, si el siniestro no fuere efectivo, cualquie-ra de las partes podrá demandar la anulación del abandono.

Mientras el abandoho no sea aceptado por los aseguradores,6 establecido por sentencia, podrá el asegurado retractarlo.

El abandono 'debe ser como dice el artículo 716, to-tal y sin condiciones. Es indivisible, y desde que esaceptado, ó declarado en juicio contradictorio, es irrévo-cable. El asegurado puede retractarse antes de la acep-tación ó de la declaratoria judicial, si por alegar el ase-gurador que el abandono es improcedente, se abrió de-bate judicial.

El asegurador se subroga en los derechos del ase-gurado; de modo que si, por ejemplo, el abandono sederiva de un caso de apresmiento, y' la presa se decla-ra ilegal, él' asegurador adquiere para sí la indemniza-ción que le sea acordada contra el captor, aunque exce-da de lo que pagó al asegurado.

El abandono podría revocarse, si se hubiese hechoen virtud de error, no respecto de la estimación del da-fío, que debe reputarse ejecutoriada, sino en cuanto alhecho mismo; por ejemplo, cuando el asegurado hizoel abandono, y éste fue aceptado, en la creencia de quela nave había sido .capturada, y resulta que fue' otra.Lo, mismo si hubiese habido dolo del asegurador 'enhacer aparecer perdida la nave, y elabandono perjudicóal asegurado engañado. 1

En el caso de pérdida presunta, la aparición 'de lanave abandonada es motivo para que cualquiera de laspartes pida la anulación del abandono, si no fue ciertoel siniestro. Cesante la causa, cesa el efecto. Pero, el

asegurado tiene derecho de reclamar los daños y perjui-cios sufridos, intentando la acción de avería.

Art. 743. El asegurado puede optar entre la acdión deabandono y la de avería.

La sentencia que declare sin lugar el abandono, no pro-duce cosa juzgada respecto de la acción de avería.

El asegurado tiene el derecho de elección entre lasdos acciones dichas La acción natural y ordinaria delseguro es la de avería; la de abandono es más bien unremedio acordado al asegurado, para evitarle diflculta-des en los casos que la ley ha previsto, artículo 71.5.Así, la acción de avería es general para todos los casos,sea ó no posible el abandono; esta última es de derechoestricto, no puede salirse de los casos señalados por la ley.ley.

Comprendemos, por tanto, que el asegurador nopuede rechazar la acción de avería, alegando que el casoocurrido es de abandono, y que á él como deudor lo fa-vorece más en aquella circunstancia. Ese beneficio essólo del acreedor, (lúe es el asegurado.

La acción de averíase refiere á las sinil es y á lasgruesas. No puede ejercerse, en cuanto á las primeras,más que en las que provienen de los riesgos asegura-dos y en los daños que recaen sobre el asegurado.Cuando se propone, la acción respecto de las segundas,el asegurado solicita el pago de la contribución que re-cayó, sobre él; pago que el asegurador está obligado é.efectuar en proporción del valor, que las cosas aseguía-das tienen asignado en lapóliza, ó el que se les dé, 'casoomiso, en conformidad con el artículo 669.

La acción de avería, proveniente del contrato deseguro, debe proponerse en el lugar, donde fue firmadala póliza.

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La sentencia, que declare sin lugar el abandono,no impide que se promueva en seguida la acción deavería, aunque la decisión judicial anterior haya funda-do la negativa en puntos concernientes á la validez delseguro mismo. La acción de avería es un juicio del to-do nuevo é independiente del primero.

La jurisprudencia francesa ha adoptado esa regla,por temor de quebrantar la disposición de la ley, que esde precepto absoluto y no permite distinción de casos.

Es evidente además que la autoridad de la cosa juz-gada no tiene lugar, sino respecto de lo que ha sido ob-jeto de la seiitencia, y es necesario que la cosa deman-dada sea la misma, y que la nueva dema:nda esté fun-dada sobre la misma causa, artículo 1.204 Código Civil.

Junto con la notificación de abandono, el asegura-do reclama del asegurador el pago de la cantidad asegu-rada, pago para el cual no concede nuestra ley nin-gún plazo.

Art. 744. Lás cosas abandonadas están privilegiada-'mente afectas al paga de la cantidad asegurada.

La situación del asegurado sería á las veces menosventajosa que la de los otros acreedores, si hecho el aban-dono, no pudiese obtener en las cosas abandonadasla preferencia de lo que le es debido. Los demás acree-dores del asegurador .se aprovecharían del abandono, yel asegurado quedaría.en todo ó en parte burlado ensus intereses.

Para evitar tal emergencia, garantiza la ley al ase-guradci con este privilegio.

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TITULO IX

DE LA EXTINCIÓN DE LAS ACCIONES

Art. 745. Prescriben en seis meses las acciones para elcobro del pasaje, de los fletes de la nave y, de la contribucióná las averías gruesas.

Los seis meses prinipiarán á correr: en el primer caso,desde el arribo de la nave; y en el segundo y tercero, desde laefectiva entrega de las mercaderías que adeuden los fletes yla contribución; pero, si el capitán solicitare judicialmente elarreglo de la avería, el plazo indicado correrá desde la ter-minación • del juicio.

Estas prescripciones y las demás á que se refiereeste título corren contra toda clase de personas,. deacuerdo con el artículo, 1919 Código Civil, y se rigenpor las reglas del Derecho Mercantil, en cuanto á lascausas que la interrumpen, artículo 750.

Entiéndese desde el arribo de la nave al puerto ádonde se dirigen los pasajeros, ó donde se ha dado porconcluido el viaje, artículo 568.

Art. 746. Prescriben las acciones:ro Por los suministros de madera y demás objetos nece-

sarios para construir, reparar, pertrechar y proveer la nave ypor los hechos en dinero ó alimentos á la tripulación, de or-den del capitán, al año de las suministraciones.

29 Por los salarios debidos á los artesanos y; obreros'portrabajos ejecutados en la construcción ó reparación de la nave

'al año de recibidas las obras.39 Por sueldos, salarios y gratificaciones del capitán y

tripulación, al año de concluido el viaje.4? Por la entrega de mercancías trasportadas, al año de

la llegada del buque.Para que corra la prescripción útilmente en los casos de

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este artículo, es necesario que la nave haya estado fondeadapor el término de quince días, dentro del mismo año, en elpuerto donde se hubiere contraído la deuda. En el caso con-trario, los acreedores conservarán su acción, aun después devencido el año, hasta que fondee la nave y quince días más.

Estas prescripciones son todas por un año. Seríainjusto que se extinguiese la acción, hallándose la navefuera del alcance dé], demandante. Pero, quince díasson suficientes para reclamar judicialmente el crédito,y, si el acreedor no los aprovechó, debe culparse á símismo.

Art. 747. Las acciones provenientes de contratos á lagruesa y de seguros marítimos prescriben en cinco aflós, con-tados desde la fecha del respectivo contrato; sin perjuicio dela prescripción especial de la acción de abandono.

Los seguros terrestres, salvo el de trasporte, prescriben también por cinco años.

El término de la acción de abandono varía entreseis rn'eses y un año, artículo 733.

Art. 748. La prescripción de la acción de abandono noextingue la acción de avería.

Es consecuencia del artículo 743. Prescrita la ac-ción de abandono, queda la de avería, la cual dura cin-co años.

Art. Las acciones que procedan de las obligacio-nes de que trata él presente libro, y que no tengan términoseñalado para prescribir,, durarán cinco años.

Puede décire que la prescripción de cinco .anos esla ordinaria en materia comercial. Casi todas las ac-

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iones derivadas de contratos mercantiles, corno lascompañías, letras de cambio, etc., están' sujetas á esaprescripción.

Art. 750. Las disposiciones de los artículos 36I y 362son aplicables á todas las prescripciones de qüetrata el pre-sente titulo.

El término de la prescripción en materia de compa-ñías, letras de cambio, y actos del comercio marítimo nose interrumpe por gestión extrajudicial, artículos 238,361 y 362. Interrumpida legalmente la prescripción decinco años, ósi hubiere condenación judicial ó nova-•ción, las aciones á que se refiere el artículo anteriorno se extinguen, sino por la prescripción ordinaria, quees la de veinte años. El término de la de cinco añosprincipia á correr de nuevo si el deudor hiciere algúnpago parcial, obtiene plazo ó se reconoce obligado, ápesar de haberse efectuado la prescripción.

Art. 751. Se extinguen:IQ. La acción contra el capitán y contra los asegurado-

res por daños causados á las mercancías, si éstas fueren reci-bidas sin protesta.

29 Las acciones contra el fletador por avería, si el ca-pitán entregalas mercancías y recibe el flete sin protestar.

39 Las acciones por indemnización de daños por abor-daje, si el capitán no hubiere protestado oportunamente.

Esta disposición'no es aplicable al caso en que el abordajecausare la pérdida total de la nave.

Las protestas á que se contráe este artículo,' no produ-cirán efecto: -- ro Si no se hicieren y se notificaren dentro de sesentay dos horas en los casos de los dos primeros números; y den-tro de veinte y cuatro horas en los del tercero.

29 Si hechas y notificadas oportunamente, no se inten-

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tare demanda judicial dentro de los treinta días siguientes la notificación.

Trátase aquí de la caducidad de esas acciones, porno haberse cuinpliden tiempo la formalidades lega-les. Son los medios que. lbs tratadistas • franceses lla-man fins dé non receiioir; y que en general están 'desti-nadós á obtener que se delare inadmisible la demanda,sin entrar á apreciar su mérito, porque se dejó perecerel derecho por inobservancia de los requisitos previos.

La dernnda subsiguiente en el término de treintadías es indispensabl, so péna de caducidad.

Art. 752. Sise hiciere por partes la entrega de merca-derías, el término para la notificación de las protestas se con-tará desde que la recepción quede concluida.

Si la apertura de los bultos en la Aduana á presencia delconsignatario, 1 6 un accidente cualquiera conocido por éste,manifestare la existencia de la avería, antes que las merca-deras hubieren sido introducidas en sus almacenes, el térmi-no correrá desde el descubrimiento de la avería. i

Esos hechos fijan el término para la protesta.Nuestra ley no dice cómo ni ante quién deben hacerseesas protestas, dé lo que inferimos que no están sujetasá forma especial; ni el oírlas ó recibirlas es atribuciónprivativa de funcionarios determinados. En tal con-cepto, creernos que serán válida las protestas que sehagan ante el Registrador, ante el Juez de Comercio óun Juez civil y hasta ante testigos hábiles.

Más que todo, lo que importa es que sean notifica-das á las personas contra quienes se levantan, y ese ac-to deberá efectuarse por medio de una autoridad judi-cial. Podemos estimar larotesta yla notificación co-mo informaciones de nudo hecho, para las que todojuez del lugar es competente.36

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Art. 753. En caso de abordaje, sea cualquiera el lugar-donde hubiere ocurrido, las veinte y cuatro horas correrálidesde el momento en que el capitán pueda protestar.

/ Todo retardo haría culpable al capitán. Compa-rando esta disposición con la del artículo 619, co1eg1-mos que el capitán salvará s'u responsabilidad obser-vando aquellas reglas, que son aplicables por analogía...