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EL ESPAÑOL DE COSTA RICA: BREVE CONSIDERACION ACERCA DE SU ESTUDIO 1.0. Los estudios lingüísticos en Costa Rica poseen una tradición en la que sobresalen los nom- bres de Carlos Gagini, Arturo Agüero y Víctor Ma- nuel Arroyo. Entre 1974 y 1977, se ha intensifica- do la labor investigativa en el campo de las lenguas indígenas, de la lingüística teórica y de la lingüísti- ca española. A los discípulos de los maestros no m- brados, se han sumado especialistas norteamerica- nos cuya labor formativa viene manifestán- dose tanto en la asesoría de Tesis como en la rees- tructuración de planes y programas de estudio. Los profesores Dr. Jack Wilson y Dr. Ronald Ross, han estimulado investigaciones de campo y aperturas teóricas de actualización que se traducen en estu- dios rigurosos de jóvenes especialistas, como es el caso de Adolfo Constenla, de Fernando Wright Murray, de Víctor Manuel Sánchez y otros, cuyos trabajos aparecen consignados en mi referencia bi- bliográfica. 1.1. La labor docente de la Sección de Lin- güística de la Universidad de Costa Rica, posee una orientación en cuya base se encuentran los crite- rios de la lingüística transformatoria post-chorns- kyana; un-marcado desarrollo de latfonología gene- rativa ha servido como marco teórico a los estudios de las lenguas indígenas. Con todo, es notable la creciente preocupación por la semántica dentro de los principios teóricos a que he aludido, manifiesta en la revisión crítica de la más reciente bibliografía de semántica transformatoria. Un valioso apoyo al Lic. Gastón Ga/nza desarrollo de los estudios lingüísticos, es la recien- te fundación de la Revista de Filologia y Lingüísti- ca de la Universidad de Costa Rica, cuyo primer número es del 1 de mayo de 1975. 1.2. La observación del español, por su parte, ha supuesto una evaluación de los métodos geográ- fico-lingüístico y sociolingüístico, aplicados en al- gunas Tesis monográficas elaboradas con mi aseso- ría, y en trabajos en el terreno exigidos como prác- tica en mis cursos sobre el español de Costa Rica (U.C.R.) y lingüística antropológica (U.N.A.) . En esta línea de trabajo, he procurado establecer coin- cidencias de enfoque con los criterios de Eugenio Coseriu, Manuel Alvar, Juan M. Lope Blanch, Gui- llermo Araya y, en general, con las pautas reco- mendadas por O.F .I.N .E.S. que, en en la actuali- dad, son aplicadas por diversos investigadores en México, Bogotá, Caracas, Lima, Santiago y Buenos Aires. 2.0. Los estudios efectuados hasta ahora en relación con la lengua española hablad a en Costa Rica, reafmnan observaciones ya consideradas en estudios de conjunto acerca del español regional. Dicha información procede, fundamentalmente, de trabajos de Arturo Agüero y del malogrado profe- sor Dr. Víctor Manuel Arroyo, fallecido en la ple- nitud de su labor creativa. . Puede estimarse como válida la oposición en- tre una _modalidad lingüística propia del Valle in- 79

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EL ESPAÑOL DE COSTA RICA:

BREVE CONSIDERACION

ACERCA DE SU ESTUDIO

1.0. Los estudios lingüísticos en Costa Ricaposeen una tradición en la que sobresalen los nom-bres de Carlos Gagini, Arturo Agüero y Víctor Ma-nuel Arroyo. Entre 1974 y 1977, se ha intensifica-do la labor investigativa en el campo de las lenguasindígenas, de la lingüística teórica y de la lingüísti-ca española. A los discípulos de los maestros no m-brados, se han sumado especialistas norteamerica-nos cuya labor formativa viene manifestán-dose tanto en la asesoría de Tesis como en la rees-tructuración de planes y programas de estudio. Losprofesores Dr. Jack Wilson y Dr. Ronald Ross, hanestimulado investigaciones de campo y aperturasteóricas de actualización que se traducen en estu-dios rigurosos de jóvenes especialistas, como es elcaso de Adolfo Constenla, de Fernando WrightMurray, de Víctor Manuel Sánchez y otros, cuyostrabajos aparecen consignados en mi referencia bi-bliográfica.

1.1. La labor docente de la Sección de Lin-güística de la Universidad de Costa Rica, posee unaorientación en cuya base se encuentran los crite-rios de la lingüística transformatoria post-chorns-kyana; un-marcado desarrollo de latfonología gene-rativa ha servido como marco teórico a los estudiosde las lenguas indígenas. Con todo, es notable lacreciente preocupación por la semántica dentro delos principios teóricos a que he aludido, manifiestaen la revisión crítica de la más reciente bibliografíade semántica transformatoria. Un valioso apoyo al

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desarrollo de los estudios lingüísticos, es la recien-te fundación de la Revista de Filologia y Lingüísti-ca de la Universidad de Costa Rica, cuyo primernúmero es del 1 de mayo de 1975.

1.2. La observación del español, por su parte,ha supuesto una evaluación de los métodos geográ-fico-lingüístico y sociolingüístico, aplicados en al-gunas Tesis monográficas elaboradas con mi aseso-ría, y en trabajos en el terreno exigidos como prác-tica en mis cursos sobre el español de Costa Rica(U.C.R.) y lingüística antropológica (U.N.A.) . Enesta línea de trabajo, he procurado establecer coin-cidencias de enfoque con los criterios de EugenioCoseriu, Manuel Alvar, Juan M. Lope Blanch, Gui-llermo Araya y, en general, con las pautas reco-mendadas por O.F .I.N .E.S. que, en en la actuali-dad, son aplicadas por diversos investigadores enMéxico, Bogotá, Caracas, Lima, Santiago y BuenosAires.

2.0. Los estudios efectuados hasta ahora enrelación con la lengua española hablad a en CostaRica, reafmnan observaciones ya consideradas enestudios de conjunto acerca del español regional.Dicha información procede, fundamentalmente, detrabajos de Arturo Agüero y del malogrado profe-sor Dr. Víctor Manuel Arroyo, fallecido en la ple-nitud de su labor creativa. .

Puede estimarse como válida la oposición en-tre una _modalidad lingüística propia del Valle in-

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termontano central -en el que se encuentran losmás importantes núcleos urbanos-, y la de unavasta región de la Provincia de Guanacaste, en elNoroeste del territorio nacional. Asimismo, existecomo problema de diglosia (VALL VERDU: 1972)la región aledaña al Puerto de Limón, en la vertien-te atlántica de la República, de la que, hasta lafecha, se han realizado dos estudios, específica-mente centrados en la situación lingüística delPuerto: las Tesis de Fernando Wright Murray (U.C.R.) y Kathleen Sawyers Royal (U.N.A.); existe,como proyecto, un trabajo más ambicioso en eje-cución, en el que se pretende estudiar la situacióndel español en esa región, considerando la diglosiacomo factor sociolingüístico determinante.

2.01. Demográficamente, sin embargo, es laregión central del territorio la que justifica unapreocupación mayor de la lingüística española enCosta Rica. La importancia de los centros urbanosen la difunsión de normas -reconocida enfática-mente para los países subdesarrollados (ESCO-BAR: 1972)-, exige detener la observación en lascaracterísticas peculiares que posee la lengua enellos. Procuraré dar algunos ejemplos -muy pocos,debido al carácter de esta contribución-, ílustratívos de rasgos léxico-semánticos y gramaticales, yme detendré en un problema fonológico cuya re-percusión puede significar una transformación pro-funda en el sub sistema consonántico de la lenguaregional.

2.0.2. En el nivel léxico-semántico de análisis,destaca la abundancia de anglicismos que invadenlos campos léxicos nominales de productos de latecnología contemporánea; el fenómeno no es des-conocido en el dominio lingüístico .híspánico; sucondicionamiento depende, estrictamente, de la re-lación entre los grupos hispanohablantes y sus pro-yectos históricos de desarrollo económico. La de-pendencia de las economías hispanoamericanas setraduce, entre otros rubros, en la producción auto-motriz. Los vehículos son fabricados en países delenguas extranjeras, con acusada influencia del in-glés en la nomenclatura de las diferentes partes delautomóvil. Por eso no es de extrañar que, en elespañol de Costa Rica, el campo léxico correspon-diente al instrumental de conducción automovilís-tica presente lexem'as como [ klQ~ 1 o [ klQf 1, paradesignar 10 que en otras regiones hispanoahablan-tes es denotado por [ embráge 1, o [embrjáge 1, esto.

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es, el 'mecanismo para embragar'. Asimismo, en elcampo léxico correspondiente a instalaciones eléc-tricas domésticas, existen lexemas como [ swíc 1, o[swí ], con el significado de 'interruptor (depalanca)' y [ fjús 1, para denotar 'fusible'. Podríamultiplicar los ejemplos, pero me interesa señalarque la invasión de anglicismos no se circunscribe acampos léxicos como los presentados tan sumaria-mente. En el ámbito semántica constituido por elhogar y la familia, el habla de algunos sectorespopulares ha dado ya carta de ciudadanía a[há 11 sl por 'casa', y a [ wáj,f 1por 'esposa', sincontar con que una de las fórmulas de despedidamás usuales es [ okéi 1, a la que se responde con['bwéno 1, signos que son utilizados para dar porconcluida la comunicación.

Desde un punto de vista diatópico, he llamadola atención sobre la diferencia que, corr respecto aotras modalidades del español americano, se mani-fiesta en la designación de las partes de la jornada(GAINZÁ: 1977). La segmentación se realiza conlos lexemas panhispánicos: madrugada, mañana,tarde y noche, pero el lapso denotado varía deacuerdo con las condiciones que rigen la actividadnormal en la formación social costarricense. Así,por ejemplo, la "tarde" cubre un plazo que loshablante s sitúan entre el término de la comida delmediodía (aproximadamente, a eso de las doce deldía) y las primeras, señales de oscurecimiento que,en la época de las lluvias -la más extensa del a-ño-, se producen entre las diecisiete y diecisietetreinta horas. Por tal razón, puede escucharse laexpresión: "a las seis de la noche", que sería insóli-ta en otros lugares del dominio hispano-lingüístico.

Las investigaciones realizadas en el campo delas lenguas indígenas, permiten afirmar que la ac-ción de sustrato de las mismas es casi nula; muchomayor es, en cambio, la permanencia de lexemaspropios de lenguas indígenas del Norte, corno elnahua, que han sido transportados en el español decolonizadores y en el de los medios masivos decomunicación. Una reciente Tesis, elaborada porun equipo de trabaja' integrado por tres miembrosbajo mi asesoría, da cuenta monográfica del estadodel español hablado en Quitirrisí ( o Ttquirrisí), lo-calidad escogida, precisamente, por ser consideradacomo uno de los últimos centros habitados por loshuetares, aborígenes autóctonos; en la hipótesis i-nicial, sus autores sostenían que el léxico debía de

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presentar numerosas préstamos de la lengua indíge-na ya extinguida. Sin embargo, el cuestionario léxi-co constituido por 439 ítemes, los condujo al reco-nocimiento de que, aparte de topónimos como elque identifica la región estudiada, sólo una docenade palabras, denotativas de árboles y animales, po-drían ser consideradas eventuales exponentes desustrato; la incidencia de esos elementos en la tota-lidad de la recolección, es de apenas un 1,2%.

2.0.3. En el nivel de análisis gramatical, sóloquisiera dejar constancia del absoluto predomoniodel voseo en todo el territorio nacional, no obstan-te que el "tú" permanece en los versos de uno delos cantares populares más tradicionales en todaslas celebraciones y fiestas cóstarricenses, cualquie-

[PERSONA

ra sea el estado social en que se verifiquen; se tratadel que se inicia con el verso: "De la caña se haceel guaro ... " También subsiste el "tú", aunque noexplícitamente como en el cantar recién citado, enla expresión admirativa muy corriente: "¡No di-gas! cuyo formante verbal presenta el categore-ma personal etimológico de la segunda persona sin-gular.

El voseo costarricense corresponde al que Ka-ny identifica como rioplatense en lo que al catego-rema verbal de persona se refiere (KANY: 1969;~g-92).

El sub sistema de los mostrativos personales dela situación comunicativa lingüística concreta, pre-senta, por tanto, el siguiente esquema de formali-zación:

IIPERSONA

yo VOS ~ustedSG

nosotros ~ vos y yo ~ (otro) y yoPL

La alternancia de vos y usted en el apelativosingular, no está sujeta a determinaciones muy rígi-das'; por lo pronto, es normal que el dependientede una tienda trate al cliente de vos, aunque seauna persona mayor. Esto podría deberse a la con-ciencia de distanciamiento afectivo que, en ciertoscasos, tiene el usted; sin embargo, los hermanosalternan vos con usted, tratamiento común, además,entre enamorados. Los semas afectivos incorpora-dos a ambos deícticos, producen un juego muyproductivo en el tratamiento interpersonal, aunquesu regulación suele sorprender al extranjero hispa-nohablante.

El vosotros etimológico de la segunda personaplural, subsiste en los categoremas verbales de se-gunda singular debido al voseo; en el plural, encambio, ha sido sustituido totalmente por ustedesy los categoremas verbales de tercera plural. A estehecho se debe, por ejemplo, la presencia de -r-S

final en la segunda persona singular del pretérito (opretérito indefinido) de Indicativo de los verbos de

ustedes ~ vos y (otro)

las tres clases existentes en español: tomastes, co-mistes, vivistes. (En la región de Guanacaste, don-de [-s ] > [-h ], estas formas presentan aspira-ción final). En cuanto al mostrativo personal desegunda plural, subsiste como fósil en ciertos con-textos -oratoria religiosa o política, por ejem-plo-, tal como ocurre en toda Hispanoamérica.

2.1. Examinaré ahora el problema fonológico,a mi juicio, más relevante que presenta el españolde Costa Rica; por cierto, no es privativo de estaregión, aunque .sí es probable que su inserción enel sistema fonemática de la lengua funcional costa-rricense del Valle intermontano central, sea distin-ta de la que presenta en los sistemas fonemáticosde otras lenguas funcionales del español, en las quetambién existe (MALMBERG: 1965; 19-20). Espreciso, asimismo, enfatizar en la localización delfenómeno, pues no existe en la región guanacaste-ea antes opuesta a la central.

Desde un punto de vista fonético, consiste enla asibilación del sonido [ r ],que, en el sistema

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castellano, es definido como vibrante múltiple: so-noro, bucal, linguoalveolar. Articulatoriamente, setrata de un sonido tenso, particularidad que lo opo-ne, precisamente, a [ r ], reconocido como vibrantesimple con rasgos coincidentes con el anterior, ex-cepto en lo que a la tensión se refiere.

Ahora bien, en el Valle intermontano centralde Costa Rica, la articulación de esta unidad fónicasupone las siguientes características: bucal, cons-trictivo, linguopalatal; con respecto a la acción delas cuerdas vocales (tensión), es realizado como so-noro [ r ], como ensordecido [ r l.v como sordo [r]1fundamentalmente condicionado por el context~fónico y por el énfasis que el hablante pone en suelocución. En atención a lo dicho, podría postular-se que esta nueva unidad fónica es indiferente res-pecto de la acción de las cuerdas vocales; con todo,creo que sería más adecuado interpretarlo funcío-nalmente como sordo, según procuraré demostrarmás adelante.

El lugar de la articulación, por su parte, estátambién expuesto a múltiples variaciones, aunquese puede afirmar con certeza que las realizacionesmás anteriores son prepalatales.

2.1.1. Fonológicamente, el fenómeno a queme refiero supone una modificación importantedel subsistema consonántico; por lo pronto, reducelas unidades líquidas a dos: III y [t], toda vez queel yeísmo está generalizado. Este hecho tiene in-fluencia, asimismo, en la tendencia a la neutráliza-ción de los dos líquidos en la rama distensiva de lasílaba: [al/r marjo ], por ejemplo.

La transformación de tn, debida a la asibila-ción señalada, supone, a su vez, la inserción delfonema resultante: 1(1, entre los ño-Iíquidos; deacuerdo con el principio binarista de sistematiza-ción, se trata de una unidad bucal, aguda-densa,esto es, propia del orden palatal (ALARCOS:1974; 169 Y ss.). Por efecto del seseo, cuyas carac-terísticas en la región intermontana central corres-ponden a la realización de un sibilante predorsoalveolar o posdental resistente en el margen silábi-co distensivo, el orden palatal del subsistema de losno-líquidos estuvo reducido a sólo tres unidades:-dos bucales Iyl y/o/, opuestas entre sí por sonori-dad, y una nasal/n/; como señala Alarcos, en elorden palatal del subsistema consonántico etimo-Jógíco hay claros indicios¡ de inestabilidad, expresa,

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dos por "un desequilibrio en la estructura sistemá-tica" (ALARCOS: 1974; 176) de los fonemas ora-les. En el análisis que dedica a las relaciones quepresentan dichas unidades (IBID., 172-176), desta-ca las dificultades que supone el fonema sibilantecastellano (ápico-alveolar) para la simetría del hazde correlaciones de los fonemas orales. Pues bien,la inexistencia del sibilante castellano ápico-alveo-lar y la presencia, en su "reemplazo, de un sibilantepredorso-alveolar -claramente inserto en el orden·dento-alveolar- que asume el valor que, en el siste-ma etimológico, posee lol, dejó vacía la castilladel orden palatal correspondiente a /s/. A mi jui-cio, este es el lugar que ha ocupado, en el sistema,el fonema m, resultante de la asibilación de [i].

o

2.1.2. Es evidente que el fonema Irl ha intlui-do en la articulación de los otros dos °bucales delorden palatal: /y/ y /e/. El linguo-palatal centralsonoro, tiende a realizarse con marcado tinte vocá-lico en las situaciones en que, etimológicamente,posee carácter constrictivo:: [ plája ] en vez de[pláya J,por ejemplo; y, por su parte, e linguo-pala-tal sordo, etimológicamente africado (o semioclusi-vo), carece de la tendencia que, en otras modalida-des del español de América, lo aproximan a [ f ],predominantemente constrictivo. (Cierto es que,en algunas ocasiones, mis alumnos han recogidotestimonios de dicha realización, pero son esporá-dicas y alternantes con la articulación africada enel mismo informante e, incluso, en los mismos con-textos fónicos).

Para los efectos de una comprensión más aca-bada de la inestabilidad que, en esta sección, pre-senta el sub sistema, hay que tener en considera-

'ción las tensiones que provoca la acción de lascuerdas vocales en la articulación de m que, comodije arriba, se materializa en tres tipos homólogos:unos sonoro,' otro ensordecido y otro sordo. Lainexistencia de criterio reductor a distribucióncomplementaria de los tres alófonos, implica difi-cultades de acomodación de la unidad en relacióncon /y/. Claro está que en los haces correlativos delas unidades bucales de losotros tres órdenes conso-nánticos, la unidad constrictiva sorda supone unasituación históricamente consolidada de la que seencuentra distante la que corresponde a m.

Es importante considerar, sin embargo, elcomportamiento de este fonema en las dos posicio-nes silábicas en que, en su condición de consonante

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puede aparecer. Esto supone una rápida reseñahistórica.

2.1.3. Es necesario postular dos fases en elcambio /f/ > /(/:en la primera, por su carácter delí~uido (vibrante múltiple), se halla en oposiciónbilateral con /r/, distinción productiva sólo en si-tuación intervocálica al interior de lexema; en cual-quiera otra situación, tal oposición se neutraliza; elresultado de la neutralización es un archifonema/R/ vibrante, que permite distinguir "arma" de "al-ma" de por ejemplo. El rasgo articulatorio vibrantepersiste (ALARCOS: 1974; 183).

En la segunda fase,la que está desarrollándoseen el Valle in rmontano central de Costa Ricapor ejemplo, el fonema m « l'f/) es no-líquido, ;su perfil fonológico es cl~ro s610 en la rama tensivade la sílaba (en el margen prenuclear). La realiza-ción de [.-rl,. en cambio, presenta dos tendencia enpugna: .por una parte, expresa una neutralizaciónentre los líquidos /r/ y /1/ -a la que me referíanteriormente-, sociolingüísticamente localizableen comunidades rurales o urbano-marginales; la o-tra, consiste en una articulación de P' 1asibilada,muypróxima -si no idéntica, en muchos casos- ala del inglés, como en la palabra "corner", porejemplo; mis estudiantes tienden a identificarla co-mo linguo-palatal sonora, aunque reconocen enmúltiples testimonios un grado de ensordecimientobastante marcado. Pues bien, considero que estecomportamiento corresponde más a un alófono deIfl que de [t] (o del archifonema resultante de laneutralización, en distensión silábica, de /r/:/1/).

También es necesario tener en cuenta el comoportamiento de /r/ en grupos consonánticos; espe-

cíficamente en el grupo [ tr- l, cuyo resultadoarticulatorio corresponde a un sonido africado pre-palatal sordo [ tr- 1 , muy próximo al que mate-rializa al fonema /[/. Es sugerente pensar en la po-sibilidad de que dicha entidad fónica, etímológíca-mente concebida como grupo consonántico: [ tr- ],

llegue a constituir con el tiempo un alófono de/r/, consolidado la transformación a que he aludi-do.

Lo expuesto hasta aquí, parece justificar laaserción de que el sub sistema consonántico del es-pañol hablado en el Valle intermontano central deCosta Rica está experimentando una transforma-ción significativa; antes dije, asimismo, que el fenó-meno ha sido detectado en otras modalidades delespañol, pero creo que sus características funciona-les son privativas de la región costarricense. Porestas mismas razones, pienso que el fonema m de-be ser identificado como consonante no-Iíquido,sordo, oral, agudo-denso, con alófonos en ramatensiva de sílaba -correspondientes a una realiza-ción históricamente vibrante múltiple-, distribui-dos con gran inestabilidad desde el punto de vistade la acción de las cuerdas vocales.

En lo que respecta al desaparecido archifone-ma /R/ de la distensión silábica, cabe señalar laexistencia de dos tendencias elocutivas en la re-gión: la que supone una nueva neutralización -es-ta vez, entre los únicos fonemas líquidos propiosdel subsistema descrito: /r/:/1/-, y la que preten-de consolidar el fonema m en el nuevo conjuntode relaciones. Otro atisbo de la tendencia a talconsolidación, surge en la realización del grupoconsonántico l tr- j, como quedó indicado arriba.

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AUTORES CITADOS

ALARCOS4: 1974ALARCOS, Emilio: Fonología española. Madrid, 4a

ed, aumentada y revisada, 1974. Gre dosB.R.H., 11I. Manuales, 1. Pp. 290

ESCOBAR: 1972.ESCOBAR, Alberto: Lenguaje y discriminación so-

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KANY: 1969.

KANY, Charles: Sintaxis hispanoamericana. Madrid,1969. Gredos. B.R.H., 11. Estudios y Ensayos136. Versión esp. de M. Blanco Alvarez. pp:551.

MALMBERG: 1965.MALBER~, Bertil: Estudios de fonética hispánica.

Madrid, 1965. C.S. 1. C , Inst, "M. de Cervan-tes", ColI. Phonet., 1. Trad. de E.R. Palavecino.Pp.XV.+154.

VALLVERDU: 1972.VALLVERDU, Francesc. Ensayos sobre bilingüis-

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TESIS RELATIVAS AL ESPANOL DE COSTA RICA.ALFARO, Jorge: El trapiche costarricense. (Monografía).

Universidad Nacional (U.N.A.), 1977.GOMEZ CORDOBA, Carlos Eduardo- Vocabulario cafeta-

lero de la Provincia de Cartago. Universidad'de CostaRica, 1975.

~HAVARRIA, Juan Luis; Martha E. Quesada, y Luis F.Soto: El español hablado en Quitirrisí. Fonología,forma lingüística y semántica., U. de Costa Rica,1977.

RODRIGUEZ, BOLA)':¡OS, Edgar: El lenguaje del grupobampesco costarricense. U. C.R., 1977.

ROMAN JARA, María Nelly: Uso del español en Desam-parados de Alajuela. U.C.R., 1976.

SA WYERS ROY AL, Kathleen: El léxico de las activida-des de los estibadores en Puerto Limón. U.N.A.1977.

VARGAS ALFARO, German: El lenguaje administrativo,11Vols. U.C.R. 1976.

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