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Lineamientos de Poltica para el Manejo Integral del Agua Repœblica de Colombia Ministerio del Medio Ambiente Presentacin El agua constituye un elemento vital y articulador de la naturaleza y por tanto su manejo es tema cental para la gestin ambiental, ya que permea e interrelaciona los recursos naturales, el medio ambiente y la actividad humana. Con ocasin de la realizacin del Tercer Consejo Nacional Ambiental, el Ministerio del Medio Ambiente present el documento Lineamientos de Poltica para el Manejo Integral del Agua, que seguirÆ desarrollando con la participacin de los diferentes sectores y entidades involucradas, con el fin de fijar claramente un marco de accin conjunta e integral sobre la problemÆtica hdrica del pas. Este documento contiene conceptos e informacin para estimular la coordinacin intersectorial que el manejo del agua requiere desde las perspectivas de la oferta- demanda del recurso, su calidad y los aspectos institucionales pertinentes. Con el fin de mantener la coherencia con el Plan de Desarrollo se han adoptado estrategias y acciones programÆticas e instrumentales contenidas en Øl y se presentan los avances mÆs significativos de sus programas relativos al agua. Si bien la mayor parte del documento se refiere al agua continental, tambiØn cubre los espacios marino y atmosfØrico. Se hace Ønfasis en la concepcin de la gestin ambiental del agua, como un proceso dinÆmico que permite, partiendo de unos elementos y objetivos generales establecidos en la Constitucin Poltica y en el Plan Nacional de Desarrollo, formular un diagnstico con base en el cual se establecen objetivos y temas, que una vez definidos, permitan reconocer y diseæar los distintos instrumentos jurdicos, econmicos, tecnolgicos, administrativos y de inversin con los cuales serÆn alcanzados. La formulacin de estos lineamientos de poltica pretende tambiØn coordinar la accin de las distintas entidades estatales que de una u otra manera estÆn vinculadas con el manejo del agua, a travØs de la participacin de Østas en su definicin y consecucin. El documento que se presenta, constituye el primer resultado de un proceso de conocimiento, anÆlisis, experiencia y concertacin, que permite afirmar que de la poltica no se parte, sino que se llega a ella como resultado de una actividad que debe continuar de manera dinÆmica y abierta, apoyÆndose en la experiencia y no como una formulacin terica y abstracta a la cual debe sujetarse la realidad. Se ofrece as un punto de partida para la concertacin y participacin pœblica y privada en torno al tema del agua por los diferentes actores que en Øl intervienen, que permitirÆ consolidar la gestin ambiental.

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Lineamientos de Política para el Manejo Integral del Agua

República de Colombia Ministerio del Medio Ambiente

Presentación El agua constituye un elemento vital y articulador de la naturaleza y por tanto su manejo es tema cental para la gestión ambiental, ya que permea e interrelaciona los recursos naturales, el medio ambiente y la actividad humana.

Con ocasión de la realización del Tercer Consejo Nacional Ambiental, el Ministerio del Medio Ambiente presentó el documento �Lineamientos de Política para el Manejo Integral del Agua�, que seguirá desarrollando con la participación de los diferentes sectores y entidades involucradas, con el fin de fijar claramente un marco de acción conjunta e integral sobre la problemática hídrica del país.

Este documento contiene conceptos e información para estimular la coordinación intersectorial que el manejo del agua requiere desde las perspectivas de la oferta-demanda del recurso, su calidad y los aspectos institucionales pertinentes. Con el fin de mantener la coherencia con el Plan de Desarrollo se han adoptado estrategias y acciones programáticas e instrumentales contenidas en él y se presentan los avances más significativos de sus programas relativos al agua. Si bien la mayor parte del documento se refiere al agua continental, también cubre los espacios marino y atmosférico.

Se hace énfasis en la concepción de la gestión ambiental del agua, como un proceso dinámico que permite, partiendo de unos elementos y objetivos generales establecidos en la Constitución Política y en el Plan Nacional de Desarrollo, formular un diagnóstico con base en el cual se establecen objetivos y temas, que una vez definidos, permitan reconocer y diseñar los distintos instrumentos �jurídicos, económicos, tecnológicos, administrativos y de inversión� con los cuales serán alcanzados.

La formulación de estos lineamientos de política pretende también coordinar la acción de las distintas entidades estatales que de una u otra manera están vinculadas con el manejo del agua, a través de la participación de éstas en su definición y consecución.

El documento que se presenta, constituye el primer resultado de un proceso de conocimiento, análisis, experiencia y concertación, que permite afirmar que de la política no se parte, sino que se llega a ella como resultado de una actividad que debe continuar de manera dinámica y abierta, apoyándose en la experiencia y no como una formulación teórica y abstracta a la cual debe sujetarse la realidad.

Se ofrece así un punto de partida para la concertación y participación pública y privada en torno al tema del agua por los diferentes actores que en él intervienen, que permitirá consolidar la gestión ambiental.

Es importante reconocer la labor del grupo que �con base en un trabajo previo, que incluyó muchísimos actores públicos y privados� redactó el documento final, y agradecer especialmente a Acodal, al IDEAM y al Ministerio de Desarrollo Económico por haber participado en este equipo, junto con las dependencias internas del Ministerio, en especial la Dirección General Forestal y de Vida Silvestre y la Unidad de Soporte para el Control de la Contaminación Industrial.

1. El modelo de la gestión ambiental: un proceso dinámico La gestión ambiental es un proceso dinámico, de continua validación de las etapas que lo conforman (Figura 1). La formulación de la política ambiental, precedida de un diagnóstico, debe contemplar objetivos y prioridades claramente definidos, además de un diseño de instrumentos jurídicos, administrativos, económicos y de inversión, entre otros, que orienten la formulación y el desarrollo de los programas para dar pleno cumplimiento a los objetivos.

La fase de evaluación, con base en los indicadores de gestión seleccionados, conducirá a una etapa de validación, tanto para el diagnóstico, como para la política misma y sus programas, a fin de orientar el proceso de gestión.

Sólo con objetivos realistas y concretos será posible diseñar instrumentos, programas e indicadores más apropiados a las necesidades del desarrollo humano sostenible. Por tanto, en este caso, las etapas de evaluación y de validación conducirán seguramente a procesos eficientes de implementación más que a reformulaciones del diagnóstico, de las políticas y de los programas.

Antes de la Constitución de 1991, la gestión del agua estaba contemplada en el Código de los Recursos Naturales Renovables �Decreto-Ley 2811 de 1974�, el Código Sanitario y los decretos reglamentarios. Con la nueva Carta Política y la reor-ganización del Sistema Nacional Ambiental �Ley 99 de 1993� se abren posibilidades para un promisorio modelo de gestión de este vital recurso. Por otra parte, los lineamientos de política contenidos en la Ley 99/93 y en el Plan de Desarrollo y su componente ambiental el �Salto Social hacia el Desarrollo Humano Sostenible�, obligan a la caracterización de la problemática hídrica y a la actualización del diagnóstico, a fin de garantizar el logro de las metas de desarrollo propuestas.

2. Elementos para un diagnóstico del agua en Colombia En la medida en que se aumenta el conocimiento sobre el comportamiento del agua, se avanza en su adecuado manejo y uso. Esta es la utilidad del diagnóstico que se presenta y que se elaboró con base en la información disponible en distintas entidades gubernamentales y centros de investigación, especialmente en la del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM).

Considerando que el Sistema Nacional Ambiental (SINA) y los Sistemas de Investigación y de Información Ambiental son de reciente creación, el diagnóstico actual requiere profundizarse y complementarse con los diferentes estudios que se desarrollan en las instituciones que componen el Sistema, de acuerdo con sus funciones, competencias y programas. El ciclo hidrológico

La cantidad de agua en el planeta varía poco, por tanto, se puede considerar el balance hídrico global constante. El agua es uno de los elementos reguladores del equilibrio del sistema natural global. Este sistema está determinado por las relaciones existentes entre la biósfera, la atmósfera, la litósfera y la hidrósfera. El agua, dentro del sistema natural global, integra un ciclo dinámico, que se cumple a través de los fenómenos de precipitación, infiltración, escorrentía, evaporación y evapotranspi-ración (Figura 2).

El agua, mediante los distintos fenómenos mencionados, se mueve entre la atmósfera, la hidrósfera y la litósfera gracias a su capacidad de cambio de estado físico: gaseoso, líquido y sólido, en un ciclo permanente y en una relación determinante de la vida y de las actividades productivas del ser humano y la naturaleza. El ciclo hidrológico determina la disponibilidad del agua, cuya distribución en el planeta presenta variaciones espaciales y temporales debidas a procesos naturales susceptibles de ser alterados por las actividades socioeconómicas. El comportamiento cíclico del agua implica el manejo simultáneo de las aguas continentales (superficiales y subterráneas), las aguas marinas y el espacio atmosférico. Oferta y demanda de agua en el planeta

La cantidad de agua que hay en la Tierra alcanza los 1.385 millones de km3. Sin embargo, menos del 3% de esta cantidad es agua dulce, y la mayor parte de esta última es difícil de aprovechar por encontrarse en los casquetes polares y a grandes profundidades1 .

El agua dulce superficial apenas alcanza el 0.3% del agua dulce total. La dotación renovable de agua dulce en el mundo se estima en 47.000 km3 al año, cifra que representaba en 1992 una dotación cercana a los 7.400 m3 por habitante al año. Estos 47.000 km3 forman escurrimientos y únicamente quedan cerca de 14.000 km3 por año como fuente de abastecimiento relativamente estable2 (Figura 3).

La distribución per cápita en el mundo es también muy irregular: mientras Canadá dispone de cerca de 109.000 m3 por habitante al año, en regiones como el Medio Oriente, 9 de 14 países cuentan con menos de 1.000 m3 por habitante al año, lo que los coloca en la categoría de países que sufren de falta de agua. Adicionalmente, países como China, que posee el 20% de la población del mundo, sólo cuenta con el 8% del agua dulce disponible a nivel mundial3.

Del total de agua dulce utilizada en el mundo, se estima que el 65% se destina para riego agrícola, el 25% para industria y el 10% para consumo doméstico, comercial y otros servicios urbanos municipales. Para el año 2015 el uso industrial alcanzará el 34% a costa de reducir al 58% los volúmenes destinados para riego. El consumo total de agua se ha triplicado desde 1950 y ahora sobrepasa los 4.300 km3 por año, equivalente al 30,7% de la dotación dulce renovable del mundo que se puede considerar como estable4.

En 1990 el 81% de la población urbana de los países en vías de desarrollo contaba con servicios de agua potable y el 71% servicio de alcantarillado, mientras que en el ámbito rural el 63% disponía de agua potable y el 48% de alcantarillado5. Esto significa que más de 1.200 millones de personas carecen de agua potable y cerca de 1.800 millones no poseen servicios de alcantarillado.

La demanda de agua continúa creciendo como consecuencia del incremento de la población: actualmente, la dotación per cápita a nivel mundial es 33% inferior a la que existía en 1970 y, a partir de entonces, cerca de 1.800 millones de personas se han sumado a la población mundial.

Además, para poder alimentar a la población, que pasó de 1.600 a 5.400 millones de personas en lo que va del siglo, la superficie irrigada en el mundo ha tenido que quintuplicarse. Esto ha provocado que actualmente existan más de 28 países que se pueden considerar con problemas de escasez de agua, pues cuentan con una dotación menor a los 1.000 m3 por habitante al año, cifra considerada como crítica en cuanto a oferta del recurso se refiere6.

Adicionalmente, en muchas regiones del mundo la contaminación reduce notablemente la disponibilidad de agua utilizable. En países como Polonia, por ejemplo, la proporción de agua proveniente de su sistema fluvial, considerada como de buena calidad para el consumo humano, ha caído del 32% al 5% en los últimos veinte años. De hecho, casi 2/3 partes del agua extraída de estas fuentes está tan contaminada que ni siquiera es apta para uso industrial a costos razonables7. Es indudable que estas cifras dejan ver que la situación del agua dulce superficial en el mundo corresponde a un panorama de escasez. Se está llegando a un punto tal que el agua está constituyéndose en un factor limitante del desarrollo sustentable de muchas naciones.

Las condiciones de Colombia La oferta de agua dulce

Colombia por su ubicación geográfica y sus condiciones de relieve tiene una precipitación media anual de 3.000 mm (cuadro 1), lo que representa una abundancia significativa de recursos hídricos, si se compara con el promedio mundial de precipitación, que se encuentra alrededor de los 900 mm y con el de Suramérica, que está cerca de los 1.600 mm.

Como puede observarse, esta precipitación genera un caudal específico de escorrentía8 superficial en Colombia de 58 l/s/km2. Esto es tres veces mayor que el promedio suramericano y seis veces mayor que la oferta hídrica específica promedio mundial.

Precipitación

Debido a las características de la circulación atmosférica y a las diferencias en el contenido de humedad, en el territorio nacional se presenta un régimen pluviométrico muy variado. Mientras que en la Península de la Guajira se registran los promedios anuales más bajos, cercanos a 300 mm, en algunos lugares de la región del Pacífico los valores de precipitación son los más altos del país y del mundo (mayor a 9.000 mm/año) (Figura 4).

La distribución de la precipitación en el territorio colombiano está determinada por las variaciones espacio-temporales de la Zona de Confluencia Intertropical, por la influencia de los sistemas de circulación general de la atmósfera de la zona tropical y subtropical y por la interacción de estos factores con las características fisiográficas del país.

Son éstas las condiciones que generan la diversidad climática del territorio colombiano que se manifiesta en una distribución heterogénea de las lluvias. No obstante esta distribución, es posible encontrar un régimen bimodal en la mayor parte de la cuenca Magdalena-Cauca y gran parte de la región Andina y el sur del Trapecio amazónico, y un régimen monomodal en la Orinoquia, Amazonia, centro y norte del Pacífico y parte de la región Caribe. Si bien en el sur del Pacífico también se registra un régimen monomodal, este se encuentra desfasado con respecto al año hidrológico característico del país, y presenta valores máximos en la época comprendida entre noviembre y enero (Figura 5).

La característica de la precipitación en Colombia consiste en que el 88% del territorio registra lluvias anuales superiores a 2.000 mm, con un promedio anual cercano a los 3.000 mm.

Relacionando el promedio anual de lluvias con la superficie continental del país, se tiene un volumen anual de precipitación de 3.425 km3, equivalente al 3% del volumen de precipitación anual en el mundo y al 12% en el continente suramericano.

Escorrentía superficial y rendimientos

Del volumen de precipitación anual, un 61% se convierte en escorrentía superficial, generando un caudal medio de 66.440 m3/seg, equivalente a un volumen anual de 2.113 km3 que fluye por las cinco vertientes hidrográficas que caracterizan el territorio nacional continental, de la siguiente forma: el 23% vertiente del Caribe; el 10% vertiente del Pacífico; el 34% vertiente de la Amazonia; el 32% vertiente de la Orino-quia; el 1% vertiente del Catatumbo (cuadro 2).

Estos caudales están directamente asociados con los aportes de las áreas de las cuencas correspondientes, representados en rendimientos hídricos heterogéneos en el país. Rendimientos que oscilan entre 1 y más de 100 l/s/km2 y que permiten, conjuntamente con la evapotranspiración real y la precipitación, identificar zonas con disponibilidad deficitaria, normal y de abundancia de agua. (Figura 6. Mapa de Isolíneas de Rendimiento Anual).

El Pacífico es la zona con mayor rendimiento hídrico, presenta valores promedios superiores a los 100 l/s/km2, con cuencas como la del San Juan con 163 l/s/km2 y la del Micay con 140 l/s/km2. En el Caribe estos rendimientos varían entre 1 l/s/km2 en la alta Guajira y 127 l/s/km2 en la cuenca del río Atrato, con rendimientos del orden de 26 l/s/km2 para el río Sinú y 10 l/s/km2 para las cuencas del costado occidental de la Sierra Nevada de Santa Marta.

La Cuenca Magdalena-Cauca, donde se asienta aproximadamente el 80% de la población del país y se concentra la mayor parte de la actividad socioeconómica, cuenta únicamente con un rendimiento promedio de 27 l/s/km2, con valores máximos promedios en su parte media de 45 l/s/km2 y mínimos en su parte baja como de 14 l/s/km2 en la cuenca del San Jorge y de 30 l/s/km2 en la del río Cesar.

La Orinoquia, por su parte, presenta un rendimiento promedio 34% mayor que el de la cuenca Magdalena Cauca, con variaciones marcadas entre la cuenca baja del río Meta con 2 l/s/km2 y 70 l/s/km2 en las cuencas de los ríos Arauca y Casanare.

La Amazonia no presenta variaciones marcadas, con un promedio de 65 l/s/km2.

La oferta hídrica superficial presenta características volumétricas en relación con la altitud. En las regiones por encima de los 3.000 msnm, correspondientes al 9% del área nacional, se cuantifica el 4% de dicha oferta. Entre los 1.000 y 3.000 msnm, con un 35% del área nacional, tenemos el 34% de la oferta; y el 62% de la misma se presenta en el 56% del área nacional, que son las zonas ubicadas por debajo de los 1.000 msnm (Cuadro 3).

La oferta hídrica de escorrentía superficial per cápita total9 de Colombia es de 59.000 m3/hab/año; sin embargo, la oferta per cápita accesible10 anual, bajo condiciones naturales11 , es de 12.000 m3/hab/año.

El análisis comparativo entre la oferta hídrica per cápita accesible anual con respecto a las ofertas limitantes al desarrollo12 muestra una significativa abundancia hídrica en Colombia, capaz de sustentar el desarrollo socio-económico a largo plazo.

Las condiciones atmosféricas, geológicas y morfológicas del territorio nacional que explican la abundancia hídrica, configuran condiciones excepcionales que determinan una alta diversidad y productividad biológica. Estas condiciones se convierten en recursos excepcionales para el desarrollo, presentando además un potencial importante hacia el futuro frente a los requerimientos mundiales.

Empero, la capacidad de aprovechamiento de esta relativa abundancia hídrica está determinada por las limitaciones temporales y espaciales que presentan los diferentes regímenes hídricos del país.

Funciones ecológicas del agua Debe tenerse en cuenta además que el agua cumple una función en los ecosiste-

mas naturales y, por tanto, los usos socioeconómicos deben armonizarse con los requerimientos ecosistémicos.

Almacenamiento natural El 1,81% del volumen total de la escorrentía anual se almacena superficial y

temporalmente de la siguiente manera: 0,47% en pantanos, 1,30% en lagos naturales y 0,04% en zonas nivales, constituyéndose en la oferta de almacenamiento ambiental que bajo ciertas condiciones racionales debe ser utilizada, bien para otros usos productivos o para el funcionamiento de los sistemas naturales.

La oferta ambiental de almacenamiento supera en buena medida las capacidades actuales de almacenamiento artificial del país (reservorios y embalses), por lo que estos almacenamientos naturales deben protegerse debido a las ventajas comparativas que presentan para el manejo de los excesos y deficiencias de agua.

Agua subterránea

El volumen de agua subterránea con que cuenta el país no ha sido cuantificado en su verdadera magnitud, configurándose como un capital complementario al capital hídrico superficial. Este potencial debe ser debidamente estudiado, valorado cualitativa y cuantitativamente, ya que constituye una oferta alternativa, que, en muchas áreas, ya está siendo utilizado sin planificación ni manejo. La Figura 7 mues-tra las áreas de Colombia que se han identificado con potenciales importantes de agua subterránea.

Balance hídrico

A través del balance hídrico se pueden caracterizar las diferentes regiones y establecer dentro de qué rango de disponibilidad natural del recurso se encuentran éstas. El balance muestra el resultado de la interrelación de los parámetros hidrológi-cos y meteorológicos (precipitación, evapotranspiración potencial, evapotranspiración real y escorrentía) caracterizando los ambientes de las regiones, que van desde el árido y seco hasta el superhúmedo y zonas con sequías y húmedas extremas (Figura 8. Mapa de excedentes y disponibilidad deficitaria de agua. Indice de aridez).

Según el �Indice de aridez medio anual�, el país se divide en cinco grupos que indican la disponibilidad del recurso en cada uno de ellos:

1. Zonas altamente deficitarias de agua: regiones con predominio de zonas muy secas, con tendencia a la erosión y suelos estériles. Parte alta de la Guajira y desierto de la Tatacoa en el Huila. Estas zonas representan el 1% del área del país.

2. Zonas de disponibilidad de agua deficitaria: regiones con un déficit marcado de agua durante gran parte del año. Regiones como la baja Guajira, sabanas de Córdoba y Sucre y cuencas del río Catatumbo y parte media y baja del río Chicamocha. Estas zonas representan el 5% de la superficie colombiana.

3. Zonas de disponibilidad de agua entre normal y deficitaria: cuencas de los ríos Magdalena-Cauca, Tomo, Tuparro y Vichada. La superficie alcanza el 26% del territorio nacional.

4. Zonas de disponibilidad de agua normal: Regiones con disponibilidad de agua durante casi todo el año. Cuencas de los ríos Nechí, Putumayo, parte media y baja del río Meta y Sierra Nevada de Santa Marta. A éstas corresponde aproximadamente el 25% del territorio colombiano.

5. Zonas con excedentes de agua: regiones con agua en abundancia debido a que en ellas la precipitación sobrepasa los 3.000 mm/año, zonas boscosas con alta retención de humedad. Estas regiones son la costa Pacífica y los ríos de la Amazonia: Caquetá, Vichada, Vaupés, Inírida y zona alta del río Arauca. El total de estas zonas cubre cerca del 44% del país.

La demanda de agua dulce La demanda sectorial nacional anual utiliza aproximadamente entre el 5% y el 6%

de la oferta hídrica natural superficial, en porcentajes que se indican en la Figura 9. Sin embargo, en algunas áreas la demanda no logra cubrirse debido a la pérdida de la regulación hídrica natural que ha transformado los flujos permanentes en intermitentes, disminuyendo así, de una forma considerable, la oferta hídrica natural superficial temporal.

Es necesario aclarar que la oferta hídrica superficial aprovechable por los diferentes sectores socioeconómicos es aquella que resulta de descontar de la oferta superficial total, los volúmenes hídricos necesarios para el funcionamiento de los sistemas naturales y para sostener la capacidad de autorregulación natural de los cuerpos de agua. Adicional a los requerimientos presentados, hay una demanda de agua para actividades pecuarias, de navegación y de recreación, entre otras, que no han sido cuantificadas.

La problemática hídrica nacional Espacio continental

Aunque en Colombia el recurso hídrico es abundante, se presentan situaciones de dificultad en la disponibilidad espacial y temporal del agua superficial a nivel regional y local. Esta característica de disponibilidad hídrica espacio-temporal tiene causas que reducen la posibilidad de uso y acceso de la población a este recurso y que pueden convertirse en limitantes para el desarrollo:

� Concentración y crecimiento de la demanda en zonas donde la oferta hídrica es limitada.

� Irregularidad hídrica13 , como efecto del impacto negativo que altera la oferta hídrica natural en cantidad y en distribución espacio-temporal.

� Deterioro de la calidad del agua por sedimentos y contaminación.

Lo anterior muestra cómo la abundancia hídrica es relativa porque está determinada por las limitaciones temporales y espaciales que presentan los regímenes hídricos característicos del país.

Antes de revisar cada una de estas causas conviene presentar algunos ejemplos, porque, a pesar de la abundancia del agua, ésta debe ser manejada en muchos casos con criterio de escasez, y porque esa misma abundancia también trae problemas de erosión, avalanchas e inundaciones.

Y aunque estos últimos problemas son de origen natural, no puede desconocerse, primero, que las actividades humanas han contribuido en muchos casos a acentuarlos

considerablemente y, segundo, que la deforestación del territorio nacional es en buena medida responsable de la perturbación de la regulación hídrica natural y de la erosión.

Estudios realizados por la Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (Acodal) muestran una notoria disminución de los caudales superficiales de los ríos de la Sierra Nevada de Santa Marta, especialmente en lo que se refiere a los caudales mínimos. Esto ha generado dificultades en el suministro del agua para los sistemas de acueducto de las poblaciones ribereñas.

En otros centros urbanos, y teniendo en cuenta las proyecciones de demanda futuras frente a la oferta real disponible, se planean proyectos que requieren traer el líquido de otras vertientes, con el consiguiente costo y dificultad técnica. Tres ejemplos de ello: llevar agua de la cuenca del río Arauca a la cabecera municipal de la ciudad de Bucaramanga tiene costos proyectados cercanos a los cien millones de dólares. El proyecto de llevar agua de la vertiente del Pacífico al área metropolitana de Cali costaría alrededor de ciento cincuenta millones de dólares. La solución para el suministro de agua en la ciudad de Tunja tiene un costo estimado de cuarenta y cinco millones de dólares.

El cambio negativo del régimen hídrico

La población ubicada mayoritariamente en zonas de alta y media montaña genera cambios negativos en el comportamiento del régimen hídrico natural, debido a los sistemas productivos no sostenibles.

Estos cambios negativos también tienen que ver con la insuficiente administración técnica del agua, que no equilibra las actividades socio-económicas con obras de infraestructura y comportamientos frente al recurso que impacten favorablemente la regulación hídrica.

Ello origina un desequilibrio en la regulación hídrica, cuyo resultado es la presencia de caudales máximos mayores y caudales mínimos cada vez menores, según el grado de deterioro de dicha relación en el ámbito regional o local. Esta situación genera condiciones descontroladas del medio ambiente, con la consecuente baja o nula oferta hídrica en épocas secas y presencia de inundaciones y avalanchas en épocas invernales.

Deterioro de la calidad

Además de las condiciones naturales, la población, los sistemas de producción/consumo y la tecnología en uso son factores que, en su conjunto, propician las condiciones de alteración de la calidad del recurso hídrico.

La calidad del recurso hídrico en nuestro país se afecta, en particular, por la modificación de la cobertura vegetal y la explotación minera, al generar mayores volúmenes de sedimentos que se integran al flujo del agua, como transporte de fondo o en suspensión.

También son factores importantes los sistemas de producción agropecuaria e industrial que incorporan contaminantes a los cuerpos de agua y las aguas servidas de la población.

Así mismo, solamente una franja ubicada entre el 5% y el 10% de las cabeceras municipales de Colombia hace algún tipo de tratamiento de aguas residuales. Esta situación se constituye en una de las principales fuentes de alteración de la calidad de la oferta hídrica superficial. La inadecuada disposición de residuos sólidos en botade-ros a cielo abierto en la mayoría de los municipios colombianos, genera lixiviados que afectan los acuíferos.

Ubicación altitudinal e impacto de la población y de la producción/consumo

El deterioro de la calidad y la alteración de la distribución espacial y temporal del agua en Colombia presentan características diversas, según la intensidad y forma de ocupación espacial.

Es así como el 24,8%, equivalente a 274.000 km2 del área total del territorio nacional, correspondiente a la cuenca Magdalena-Cauca, aporta el 10,6% de la oferta hídrica del país, soporta el 70% de la población y genera el 85% del PIB, condiciones que han contribuido a la desregulación del régimen hídrico y al deterioro de la calidad de la cuenca en su conjunto.

A su vez, el 76% restante del área del territorio nacional, 874.000 km2, en donde se encuentran las vertientes del Orinoco, Amazonas, Pacífico, Sinú, Atrato, Catatumbo y Sierra Nevada de Santa Marta, contribuyen con el 89% de la oferta hídrica natural superficial, albergando el 30% de la población. La situación de la oferta hídrica ambiental en estas regiones no presenta aún el estado de deterioro de la cuenca Magdalena-Cauca; no obstante, los factores que afectan la regulación hídrica y la calidad del agua, en los actuales momentos, están siendo objeto de intensas presiones, debido a razones económicas y sociopolíticas.

Como ya se ha mencionado, las zonas ubicadas en la cota superior a los 3.000 msnm (103.000 km2) que corresponden a los ecosistemas de páramos, representan alrededor del 9% del área total del territorio nacional y aportan a la oferta hídrica nacional superficial aproximadamente el 4%.

En estas zonas se encuentra menos del 1% de la población; sin embargo, sus actividades productivas y la presión por el uso y aprovechamientos agrícolas, pecuarios y mineros, afectan fundamentalmente las condiciones de calidad de los recursos hídricos, incidiendo en un cambio negativo en el régimen de la oferta hídrica natural para el desarrollo en las zonas de media y baja montaña.

La zona ubicada entre las cotas 1.000-3.000 msnm representa aproximadamente el 35% (402.000 km2) de la superficie del país, tiene una oferta hídrica nacional aproximada del 34% y alberga alrededor del 66% de la población del país.

Las condiciones ambientales de esta zona promovieron una fuerte ocupación territorial, lo que constituye un factor determinante de la alteración de la regulación hídrica y de las condiciones de calidad del agua.

Asociados con la alta densidad poblacional están la intensidad de la producción agropecuaria, particularmente en las zonas de ladera, el volumen de contaminación de la producción industrial y la generación de grandes volúmenes de aguas residuales de uso doméstico.

Las zonas por debajo de los 1.000 msnm contienen el 62% de la oferta hídrica superficial. La alteración de la vegetación natural en las zonas medias y altas y la consecuente desregulación hídrica, así como el agravamiento de los procesos naturales de sedimentación causados por las actividades agropecuarias, aumentan la propensión, frecuencia e intensidad de las inundaciones en las zonas bajas.

Debido a los altos caudales que caracterizan los cauces de estas zonas, los problemas de calidad se circunscriben, básicamente, a disposición de basuras y desechos sólidos y líquidos de los asentamientos ribereños y a los de contaminación en los tramos adyacentes a los puntos de descarga de los afluentes que transportan altas concentraciones de sedimentos y residuos.

De otro lado, las producciones agrícola y pecuaria cubren aproximadamente el 19,8% de la extensión total del territorio, ubicándose el 8% en las zonas de páramo, el 37,7% en las zonas entre 1.000-3.000 msnm y el 54,3% en las zonas bajas.

Estos sistemas productivos se caracterizan por altos consumos de agroquímicos, lo que trae como consecuencia cambios en las condiciones del agua en todos los pisos altitudinales.

Merece especial atención la producción cafetera, que genera aproximadamente una carga orgánica de 3,7 millones de ton/año, sumando la contaminación de origen doméstico de los núcleos poblacionales, que alcanza cifras de 1,5 millones de ton/año.

Adicionalmente, las zonas con una mayor vocación industrial aportan las descargas de los sistemas productivos, caracterizadas por contener grandes cantidades de metales pesados, cuyos efectos contaminantes se intensifican debido a que la ubicación espacial es altamente concentrada en los corredores industriales, que se encuentran alrededor de los grandes centros urbanos y cuyos efluentes son arrojados a ríos como el Bogotá, Medellín, Cali, Alto Chicamocha, Magdalena y bahías como las de Cartagena y Buenaventura, entre otros.

Las explotaciones petroleras y mineras, constituyen otra fuente de contaminación físico-química, en las zonas medias y bajas, y con menos intensidad en las zonas altas. Otras actividades llevadas a cabo por el hombre se convierten en fuentes de contaminación si no se realizan los tratamientos correspondientes. Dentro de estas actividades se pueden mencionar las aguas de refrigeración en el sector ter-moeléctrico y los derrames de petróleo y combustibles en el transporte fluvial y marí-timo, entre otros.

Espacio marino Los espacios marinos se constituyen en el área de almacenamiento y acumulación,

por un lado, de los volúmenes de agua de escorrentía superficial originada en los espacios continentales y, por otro, de los volúmenes de agua originada en la precipitación que cae directamente sobre los espacios marinos (Figura 10).

Todas las alteraciones físico-químicas y microbiológicas del agua -originadas en las actividades socioeconómicas dentro de los espacios continentales y atmosféricos- se constituyen en factores de alteración de las aguas marinas. En el mar, la explotación minera, la explotación de hidrocarburos, el transporte marino, el depósito de desechos peligrosos y los desechos originados dentro del transporte marino (derrames de productos y aguas de consumo) afectan negativamente la calidad del recurso.

El espacio marino de la vertiente del Caribe recibe aproximadamente 220 millones de ton/año de sedimentos que son transportados por los flujos hídricos dentro de esta vertiente, siendo el río Magdalena el responsable del 58% de tales descargas sólidas, es decir, el mayor aportante de sedimentos al mar Caribe. El espacio marino del Pacífico, a su vez, recibe una descarga aproximada de 116 millones de toneladas que en su gran mayoría son transportadas por los ríos San Juan y Patía (y su afluente el río Sanquianga).

Espacio atmosférico El espacio atmosférico almacena los volúmenes de agua provenientes de la evapo-

transpiración originada en el espacio continental y de la evaporación originada en el espacio marino.

El agua atmosférica es alterada por las emisiones originadas en las actividades socioeconómicas dentro de los espacios continental y marino: emisiones de partículas generadas por fuentes fijas y móviles, emisiones de gases provenientes de actividades agrícolas (abonamientos, quemas), pecuarias, industriales, transporte aéreo y por quemas de vegetación boscosa. Aunque el conocimiento acerca de la calidad del agua en el espacio atmosférico del país es muy limitado, las tendencias espaciales y tecnológicas del desarrollo socioe-conómico del país permiten prever que hay una fuerte tendencia a que el agua de este espacio sufra alteraciones significativas, como en el caso de los corredores industriales de Boyacá y Yumbo, donde ya se han detectado lluvias ácidas.

Aspectos institucionales y sociales La Constitución de 1991 redefine las responsabilidades del Estado exigiéndole

garantizar la sostenibilidad de los sistemas y los recursos naturales, en tanto que la Ley 99/93 reorganiza la estructura institucional para adecuarla a las nuevas responsabilidades.

Ahora el manejo integral del agua es una meta por alcanzar. El nivel de competencia institucional asociada con la gestión de los recursos hídricos es complejo, puesto que allí confluyen directa e indirectamente diferentes entidades adscritas o vinculadas a Ministerios, así como programas dependientes de niveles superiores como la Presidencia de la República.

A nivel ministerial se encuentran los Ministerios del Medio Ambiente y de Agricultura y Desarrollo Rural; el primero responsable de la definición de políticas y reglamentaciones en materia de recuperación, conservación, protección, administración y utilización de los recursos naturales renovables y del medio ambiente, y el segundo, responsable del desarrollo sostenible de las actividades productivas agrícolas, forestales, pecuarias y pesqueras.

El Ministerio de Desarrollo Económico está a cargo de formular las políticas de Estado en materia de vivienda, equipamiento comunitario, planificación y desarrollo urbanos, y agua potable y saneamiento básico (aseo y alcantarillado). El Viceministerio de Vivienda, Desarrrollo Urbano y Agua Potable posee tres direcciones, incluida la Dirección de Agua Potable y Saneamiento Básico.

Bajo la responsabilidad del Ministerio de Desarrollo se encuentra la preparación de un plan de desarrollo para el abastecimiento de agua potable y saneamiento, en coordinación con los Consejos Regionales de Planificación; propiciar apoyo técnico e institucional; elaborar y fomentar programas de investigación; elaborar y fomentar programas especiales para el suministro del agua potable y saneamiento a las zonas rurales; elaborar y coordinar la ejecución del Plan Nacional de Capacitación Sectorial

y proponer a las autoridades correspondientes la adopción de medidas y programas destinados a la conservación de los recursos hídricos.

El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rurual es el principal responsable de las políticas de adecuación de tierras. El Consejo Superior de Adecuación de Tierras es una entidad asesora y coordinadora. El Instituto Nacional de Adecuación de Tierras -junto con las organizaciones privadas y públicas- es el organismo ejecutivo. Y el Fondo Nacional de Adecuación de Tierras es una unidad administrativa encargada de formular proyectos de riego, drenaje y prevención de inundaciones.

Hasta 1992, los distritos de riego del sector público estaban a cargo del Instituto Colombiano de Hidrología, Meteorología y Adecuación de Tierras (HIMAT), que estaba adscrito al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

El IDEAM �que recibió funciones del HIMAT� debe analizar, estudiar, procesar y divulgar la información básica sobre hidrología, hidrogeología, meteorología y geografía básica, en relación con los recursos biofísicos de la nación y tiene a su cargo el establecimiento y funcionamiento de la infraestructura de meteorología e hidrología nacional para proveer informaciones, predicciones, así como avisos y servicios de asesoría a la comunidad.

El Ministerio de Minas y Energía formula las políticas, planes y reglamentaciones del sector energético; por su parte la Unidad de Planeación Minero-Energética encargada de la planificación del sector, estudia la demanda y el suministro de energía, realiza evaluaciones y diagnósticos del sector y elabora los planes energético y de expansión del sector. La Empresa de Interconexión Eléctrica S. A. (ISA) explota el sistema interconectado de energía y entre sus accionistas figuran las grandes compañías municipales de electricidad y las empresas eléctricas estatales.

En relación con las causas subyacentes en la problemática del agua, referidas a los aspectos institucionales y sociales desde el Plan Nacional Ambiental se identificaron:

1. Las condiciones de acceso al agua que han llevado a tasas de extracción muy superiores a las socialmente deseables y naturalmente sostenibles.

2. La ausencia de mecanismos que permitan cobrar por el deterioro ambiental que genera el mal uso del agua y su utilización para depositar vertimientos contami-nantes.

3. La situación económica y sociocultural de gran parte de la población colombiana que la induce a consumir intensamente los recursos naturales y no le permite acceder fácilmente a tecnologías con las que podría mejorar su ingreso sin deteriorar el medio natural, para este caso, el recurso hídrico.

4. Los procesos de ocupación que no atienden a las condiciones ambientales, atentando contra zonas de especial interés hídrico o generándose en regiones con escasez.

5. Los patrones de producción y consumo caracterizados por un uso ineficiente del recurso hídrico.

6. Las dificultades de la administración pública para afrontar y orientar soluciones concretas a los problemas ambientales.

7. La reducida investigación que ha redundado en una base científica y un sistema de información insuficiente.

8. La falta de tecnología apropiada para el uso y conservación del agua.

Adicionalmente, otros aspectos de orden social e institucional que limitan la gestión integral del recurso para satisfacer las necesidades del desarrollo sostenible del país son:

� Ausencia de una cultura social del agua. La conducta alrededor del agua ha obedecido a una cultura de abundancia del recurso, mientras que en la realidad regional se afrontan problemas de escasez relativa.

� Falta de aplicación articulada de instrumentos de gestión y control. A pesar de la variedad de instrumentos que pueden ser utilizados para el cumplimiento de los objetivos ambientales como los económicos, administrativos y de inversión, entre otros, además de los jurídicos, se ha dado mayor énfasis a estos últimos, perdiéndose el mayor alcance que tendría una adecuada y balanceada articulación de los distintos instrumentos disponibles. Esto ha conducido a que las normas no hayan trascendido su existencia formal en muchos casos.

� Deficiente coordinación interinstitucional. Deficiencias en el diseño y aplicación de los modelos de administración y conservación del agua y dificultades para poner en funcionamiento las pautas de la descentralización. La necesidad de manejar el recurso hídrico dentro del concepto de cuencas, las cuales no siempre coinciden con la jurisdicción de una sola autoridad ambiental, así como las competencias asignadas a las entidades territoriales en relación con el uso del suelo, frente a las establecidas a las autoridades ambientales para la administración del recurso hí-drico, exigen una estrecha coordinación, que por diversos motivos no ha alcanzado niveles de consolidación satisfactorios.

� Desconocimiento del comportamiento físico natural de los recursos hídri-cos y, por tanto, del agua como componente regulador del sistema natural. Ha faltado la aplicación de la concepción de un manejo integral de los recursos naturales suelo�agua�vegetación.

3. Hacia una política ambiental para el manejo integral del agua

El Salto Social fijó como objetivos de la política ambiental colombiana, dentro del contexto establecido en la Constitución Nacional, los siguientes:

1. Promover una nueva cultura del desarrollo sostenible.

2 . Mejorar la calidad de vida.

3 . Promover una producción limpia.

4 . Desarrollar una gestión ambiental sostenible.

5. Orientar comportamientos poblacionales. En desarrollo de tales objetivos, los siguientes apartes (todos desarrollados bajo el marco de El Salto Social y el Plan Nacional Ambiental) se presentan como base para los lineamientos de una política integral del agua.

Objetivo general Manejar la oferta nacional del agua sosteniblemente, para atender los requerimientos sociales y económicos del desarrollo en términos de cantidad, calidad y distribución espacial y temporal.

Objetivos específicos 1. Ordenar las actividades y los usos del suelo en las cuencas, atendiendo priori-

tariamente la Cuenca Magdalena-Cauca.

2. Proteger acuíferos, humedales y otros reservorios importantes de agua.

3. Proteger y recuperar las zonas de nacimiento de agua, así como los páramos, los subpáramos, las estrellas hidrográficas, las zonas de recarga de acuíferos y las microcuencas que surten los acueductos municipales.

4. Disminuir la contaminación y recuperar las condiciones de calidad de las fuentes según los usos requeridos.

5. Orientar un uso eficiente del agua a través de la formación de una conciencia de uso racional.

6. Adoptar tecnologías y crear hábitos de consumo que permitan eliminar el desperdicio y disminuir la contaminación del agua.

7. Estudiar y definir el desarrollo de infraestructura tendiente al almacenamiento artificial de agua, que permita regular los excesos en períodos húmedos y garantizar el suministro y distribución en períodos de déficit.

8. Complementar el inventario y la evaluación nacional del recurso hídrico superficial y subterráneo, como herramienta para fijar las prioridades que permitan orientar eficientemente los recursos disponibles para el cumplimiento de los objetivos anteriores.

9. Desarrollar el conocimiento y la investigación del recurso y fortalecer un sistema de información multipropósito del agua, integrado al Sistema de Información Ambiental.

10. Proteger, recuperar y mejorar ambientalmente las zonas costeras y los terminales marítimos alterados por basuras, hidrocarburos, minerales y desechos industriales y orgánicos.

11. Recuperar y proteger ecosistemas naturales estratégicos como manglares, pra-deras submarinas y arrecifes de coral.

12. Disminuir las emisiones que afectan la calidad del agua en la atmósfera en concordancia con la política del aire.

Los anteriores objetivos se desarrollarán considerando los siguientes lineamientos de fondo:

1. Recuperación de las condiciones de regulación hídrica y de calidad, para satisfacer las demandas actuales y futuras del desarrollo sectorial y territorial en las zonas de

alta ocupación, con organización urbanística o sistemas de producción socio-económicos consolidados, en los cuales se han afectado estructuralmente las condiciones de regulación hídrica natural.

2. Preservación de las condiciones de regulación hídrica y de calidad, para satisfacer

las demandas actuales y futuras del desarrollo sectorial y territorial en las zonas en proceso de ocupación, con organización urbanística, en las cuales no se han afectado estructuralmente las condiciones de regulación hídrica natural.

Estrategias del Plan Nacional Ambiental

Para lograr los objetivos anteriores se plantean las siguientes estrategias:

� Políticas nacionales y acciones descentralizadas. El esquema de organización administrativo del país implica que las regiones �que son los actores vivos de la problemática hídrica� adopten, con base en sus situaciones particulares, sus propias estrategias y acciones a corto, mediano y largo plazo para atender sus necesidades en el marco de los lineamientos generales formulados en las políticas nacionales.

� Base científica y tecnológica. Un conocimiento exhaustivo del agua, de su comportamiento, calidad, disponibilidad, los requerimientos de uso, entre otros, así como el avance y apropiación de la tecnología son herramientas esenciales para manejarla con mayor certeza, ajustándose a las realidades del país. El fortalecimiento de la red de información ambiental es instrumento esencial para consolidar esta base científica y tecnológica.

� Concertación. El agua como elemento vital y determinante de la dinámica de las sociedades humanas puesto que condiciona el desarrollo de las actividades socio-económicas en el espacio y en el tiempo tiene que ser incorporada como variable esencial en las políticas, programas y proyectos de todos los sectores del Estado y la Sociedad, por lo que es necesario continuar con la apertura de espacios de diálogo y análisis con los distintos estamentos de la sociedad, en aras de una planificación acorde con sus requerimientos y necesidades.

� Educación. La base para la construcción de la cultura del agua está fundamentada en un proceso educativo que incorpore en la conciencia colectiva la importancia del agua y su concepción como recurso finito y fundamental para el desarrollo del país.

� Gradualidad. Los objetivos planteados frente al recurso hídrico deben atender a un orden de prioridades nacional, regional y local, de modo tal que en la medida en que se cumplan metas parciales, se atiendan objetivos superiores.

� Participación ciudadana. En relación con el recurso hídrico, la participación ciudadana ha venido adquiriendo un importante rol. El desarrollo jurisprudencial originado en acciones populares y de tutela instauradas por particulares, ha permitido en casos puntuales un uso del recurso adecuado a los postulados de sostenibilidad.

� Administración descentralizada. Se considera que la administración del recurso hídrico por parte de las Corporaciones Autónomas Regionales o de Desarrollo Sostenible, de los Departamentos, de los Municipios y de los demás entes territoriales debe ser fortalecida para beneficio de las poblaciones regionales y locales.

Esto lleva a una operatividad del sistema de administración del agua en el marco del SINA que implica una fuerte coordinación interinstitucional, articulando los distintos programas que se gestan a su alrededor a partir de lo local, lo regional y lo nacional.

Avances en las acciones y programas del Plan Nacional Ambiental en relación con el agua

El agua es un recurso estratégico para el desarrollo del país, por tanto, es de importancia transectorial. Por otra parte, es conveniente que la política, los programas y las estrategias formuladas para el agua coadyuven los demás logros del Plan Nacional Ambiental y El Salto Social. Dada esta interactiva relación, es conveniente estudiar los avances más significativos frente al agua en cada uno de los programas.

Más Bosques

Las acciones adelantadas para la adopción de una política de bosques (Documento Conpes No. 2834 de enero 31 de 1996) en relación con el agua, buscan contrarrestar la deforestación e incentivar la reforestación. Adicionalmente, formula acciones concretas para el manejo integral de cuencas. De su adopción se desprende la formulación de un nuevo régimen para el aprovechamiento de bosques y para el establecimiento de plantaciones.

Manejo Integral de Ecosistemas Estratégicos

Se han suscrito convenios interadministrativos para adelantar acciones concretas en los siguientes aspectos:

1. Acciones de recuperación y manejo del complejo deltaico estuarino del río Magdalena-Ciénaga Grande de Santa Marta.

2. Ordenamiento, conservación y manejo del Macizo Colombiano.

3. Programas de manejo integral en la Sierra Nevada de Santa Marta.

4. Recuperación de la navegabilidad en el río Meta y manejo integral de la cuenca.

5. Recuperación y manejo de la Bahía de Cartagena y Canal del Dique.

Mejores Ciudades

Se adelantó el Estudio Sectorial sobre Residuos Sólidos resaltando el impacto que presenta el inadecuado manejo de los lixiviados sobre las aguas superficiales y subterráneas. Se realizaron asistencias técnicas y acciones de fortalecimiento institucional para un mejoramiento de la gestión ambiental de grandes centros urbanos y otras ciudades, lo cual facilita la gestión sobre el recurso hídrico.

Equilibrio del Comportamiento Poblacional

Se ha iniciado el estudio para la formulación de una política de población y de colonización que va ligada, incuestionablemente, al manejo del recurso hídrico.

Producción Limpia

Se han definido los criterios de evaluación ambiental de obras y proyectos que determinan, dentro de su integralidad, planes de manejo, medidas de mitigación y corrección y programas de contingencia para el recurso hídrico.

De la misma manera, se han suscrito convenios intersectoriales con los diferentes gremios de la producción, así como con las diferentes instituciones gubernamentales, a todo nivel, para concertar metas y objetivos en la producción limpia, como los convenios específicos en la zona industrial de Mamonal, del Valle de Aburrá, sectores de mataderos, industria de la pulpa y del papel y de artes gráficas, que, sin duda, redundarán en una mejor calidad del agua al disminuir el impacto derivado de dichas actividades industriales.

Mejor Agua

Se ha concebido y formulado, en un clima de amplio consenso, la Estrategia Nacional del Agua para la administración de los recursos hídricos en el país. El marco conceptual de la estrategia se fundamentó en la definición de la relación oferta-demanda de los recursos hídricos, tanto a nivel nacional como a nivel regional.

Metodológicamente, para ejecutar la Estrategia Nacional del Agua, se plantearon cuatro niveles de acción:

� Nivel Uno o nivel de relación de la Política Nacional Ambiental con las políticas sectoriales (Política Agropecuaria, Política Forestal, Política Minera y Petrolera, Política Energética, Política Industrial, Política de Transporte, Política de Comercio, Política de Servicios, Política de Población, etcétera).

� Nivel Dos o nivel de conocimiento de las condiciones y características de la oferta hídrica, tanto a nivel nacional como a nivel regional.

� Nivel Tres o nivel de relación de la oferta-demanda, en relación con los sectores económicos primario, secundario y terciario.

� Nivel Cuatro o nivel de evaluación de la capacidad de carga ambiental.

Igualmente, se inició la contratación de estudios con énfasis en la protección, preservación y uso eficiente del recurso hídrico.

Por otra parte, se han planteado lineamientos conceptuales para que el Estado pueda garantizar la sostenibilidad del recurso.

Para los ecosistemas de páramo se han preparado consultorías específicas y se ha sometido a consenso público un proyecto de resolución para la recuperación, conservación y manejo de estos ecosistemas.

Se ha avanzado significativamente en la adopción de una reglamentación que unifique las disposiciones que tienen que ver con el recurso y su manejo integral. El IDEAM está formulando y promoviendo una doctrina del manejo del agua.

El IDEAM avanza en la estructuración, consolidación y puesta en marcha del componente hidrológico que integra el Sistema Nacional de Información Ambiental y presta apoyo técnico y científico al Ministerio del Medio Ambiente, al SINA, al Gobierno Nacional y a la sociedad en general.

Se concluyó el diseño de la base de datos correspondiente y la sistematización de la información hidrológica superficial, publicada hasta el año 1993 y actualizada en la base hasta el año 1995 . Se desarrolló el software y se sistematizó la información para la edición final del Atlas Hidroclimatológico. Igualmente, se elaboró el balance hídrico nacional para el proceso de edición final.

Se avanzó en el diseño y ejecución de los programas de investigación básica y aplicadada, especialmente en lo relacionado con la caracterización y regionalización hidrológica para las diferentes zonas y subzonas hidrográficas del país; modelación y caracterización de las zonas inundables y desarrollo de una metodología para la elaboración de mapas de riesgos y amenazas.

Mares y Costas Limpias Dentro de este programa se han adelantado diversas acciones tendientes a impulsar el ordenamiento ambiental costero y a participar activamente en el ámbito internacional. Adicionalmente, se ha expedido la reglamentación y se han proporcionado los términos de referencia para el manejo y conservación de ecosiste-mas de manglar.

Acciones instrumentales Dentro de las acciones instrumentales previstas en el Plan Nacional Ambiental, debe resaltarse la importancia del fortalecimiento institucional, así como la planificación y el ordenamiento territorial y la cooperación global, para la debida gestión del agua.

Instrumentos Los instrumentos contenidos en el Plan Nacional Ambiental, es decir, jurídicos, económicos, administrativos y de inversión, han sido ampliamente desarrollados a continuación, de tal manera que se puede identificar con claridad la relación entre los mismos y los objetivos específicos. El estudio detallado de este cuadro permitirá que todos los administradores del agua se apropien de valiosas herramientas para mejorar su gestión.

4. Anexos II. El Consejo Nacional Ambiental

El Consejo Nacional Ambiental fue creado por la Ley 99 de 1993 en su artículo 13, que prescribe:

�Para asegurar la coordinación intersectorial a nivel público de las políticas, planes y programas en materia ambiental y de recursos naturales renovables, créase el Consejo Nacional Ambiental, el cual estará integrado por los siguientes miembros:

� El Ministro del Medio Ambiente, quien lo presidirá.

� El Ministro de Agricultura.

� El Ministro de Salud.

� El Ministro de Desarrollo Económico.

� El Ministro de Minas y Energía.

� El Ministro de Educación Nacional.

� El Ministro de Obras Públicas y Transporte.

� El Ministro de Defensa Nacional.

� El Ministro de Comercio Exterior.

� El Director del Departamento Administrativo de Planeación Nacional.

� El Defensor del Pueblo.

� El Contralor General de la República.

� Un representante de los gobernadores.

� Un alcalde representante de la Federación Colombiana de Municipios.

� El Presidente del Consejo Nacional de Oceanografía.

� Un representante de las comunidades indígenas.

� Un representante de las comunidades negras.

� Un representante de los gremios de la producción agrícola.

� Un representante de los gremios de la producción industrial.

� El Presidente de ECOPETROL o su delegado.

� Un representante de los gremios de la producción minera.

� Un representante de los gremios de exportadores.

� Un representante de las organizaciones ambientales no gubernamentales.

� Un representante de la universidad elegido por el Consejo Nacional de Educación Superior �CESU�.

� Un representante de los gremios de la actividad forestal.

La participación de Ministro del Medio Ambiente en el Consejo Nacional del Ambiente es indelegable. Los demás ministros integrantes sólo podrán delegar su representación en los viceministros; el Director del Departamento Nacional de Pla-neación, en el Jefe de la Unidad de Política Ambiental. El consejo deberá reunirse por lo menos una vez cada seis meses.�

Funciones 1. Recomendar la adopción de medidas que permitan armonizar las regulaciones y

decisiones ambientales con la ejecución de proyectos de desarrollo económico y social por los distintos sectores productivos, a fin de asegurar la sostenibilidad y minimizar su impacto sobre el medio.

2 . Recomendar al Gobierno Nacional la política y los mecanismos de coordinación de las actividades de todas las entidades y organismos públicos y privados cuyas funciones afecten o puedan afectar el medio ambiente y los recursos naturales renovables.

3 . Formular las recomendaciones que considere del caso para adecuar el uso del territorio y los planes, programas y proyectos de construcción o ensanche de infraestructura pública a un apropiado y sostenible aprovechamiento del medio ambiente y del patrimonio natural de la Nación.

4. Recomendar las directrices para la coordinación de las actividades de los sectores productivos con las entidades que integran el Sistema Nacional Ambiental ( SINA).

5 . Designar comités técnicos intersectoriales en los que participan funcionarios del nivel técnicos de las entidades que correspondan, para adelantar tareas de coordinación y seguimiento.

6. Darse su propio reglamento, el cual deberá ser aprobado por el Gobierno Nacional.

Recomendaciones del Consejo Nacional Ambiental sobre el agua Las recomendaciones sobre el agua que el Consejo Nacional Ambiental hizo en su tercera sesión a las entidades públicas y privadas del orden nacional, regional y local, se han organizado en cinco frentes, a saber: Protección, Normatividad, Información y Tecnología, Infraestructura e Instrumentos Económicos y Financieros. Las recomendaciones se hacen, por supuesto, en el marco de las cinco funciones básicas del Consejo y buscan el cumplimiento de los objetivos previamente propuestos.

I. En cuanto a la protección de páramos, estrellas fluviales, humedales y zonas de recarga de acuíferos, de acuerdo con lo establecido en el numeral 4o., artículo 1 de la Ley 99 de 1993, se recomienda:

A las Corporaciones Autónomas Regionales y a las entidades territoriales:

1. Definir y declarar áreas o zonas de reserva para la protección y conservación del agua.

2. Adquirir, selectivamente, predios localizados en las zonas estratégicas para el manejo del agua; así como regular las actividades de los particulares propietarios en tales áreas, incentivando los usos compatibles con la protección del recurso.

Al Ministerio del Medio Ambiente, en particular a su Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales:

3. En el proceso de saneamiento de las áreas del Sistema, adquirir, selectiva-mente, predios para la conservación del agua.

Al Ministerio del Medio Ambiente, a las Corporaciones Autónomas Regionales y a los particulares:

4. Fomentar y fortalecer la Red de Reservas Naturales de la sociedad civil y el establecimiento de nuevas áreas de reserva.

Al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, a las Corporaciones Autónomas Regionales y a los municipios:

5. Prestar apoyo y colaboración para la ejecución y cumplimiento de la normatividad sobre protección de páramos, subpáramos y zonas de recarga de acuíferos, que expedirá el Ministerio del Medio Ambiente.

Al Ministerio del Medio Ambiente, a las Corporaciones Autónomas Regionales y a los entes territoriales:

6. Adoptar la cuenca hidrográfica como unidad de ordenamiento y manejo ambiental. II. En materia de normatividad se recomienda:

Al Ministerio del Medio Ambiente:

7. Liderar y coordinar con los demás ministerios responsables del desarrollo sectorial y con el sector privado la expedición de un decreto para el manejo integral del agua, que unifique las regulaciones vigentes sobre la materia y las actualice, de acuerdo con el diagnóstico, los objetivos de la política y la organización institucional actual.

8. Expedir, a la mayor brevedad, la normatividad específica sobre protección especial de páramos, subpáramos y otras zonas de recarga de acuíferos. III. En materia de información y tecnología:

Al IDEAM: 9. Consolidar y ampliar la Red Hidrometeorológica Nacional y promover la integración de ésta con otras redes públicas y particulares existentes.

A Findeter:

10. Incorporar en los proyectos de financiamiento de acueductos y alcantarillados un componente básico de medición meteorológica para ser incorporado a la Red Hidrometeorológica Nacional.

Al Ministerio de Minas y Energía, a Ingeominas y al IDEAM: 11. Promover estudios e intercambio de información sobre aguas subterráneas.

Al Ministerio de Desarrollo Económico, al IDEAM y a las Corporaciones Autónomas Regionales:

12. Promover estudios e intercambio de información sobre agua potable, aguas superficiales, así como sobre oferta y demanda hídrica a todo nivel.

Al Invemar: 13. Adelantar los estudios de base necesarios para que las Corporaciones y municipios puedan desarrollar las acciones necesarias para la ejecución de los planes de ordenamiento y de uso de las zonas marinas y costeras. IV. En materia de infraestructura:

A los Ministerios de Agricultura y Desarrollo Rural, Desarrollo Económico, Medio Ambiente, Minas y Energía, Transporte; al Departamento Nacional de Planeación; A las Corporaciones Autónomas Regionales y a los entes territoriales:

14. Impulsar el desarrollo de obras de infraestructura que permitan almacenar agua para atender el exceso, la escasez y las demandas sectoriales sobre el agua. V. En relación con instrumentos económicos y financieros:

Al Ministerio del Medio Ambiente: 15. Expedir a la mayor brevedad la reglamentación de las siguientes tasas: retributivas por vertimientos puntuales, compensatorias para garantizar la reno-vabilidad de la cobertura boscosa (Tasa Verde), de aprovechamiento forestal y tasas por el uso del agua.

A las Corporaciones Autónomas Regionales: 16. Aplicar, implementar y cobrar las tasas retributivas, compensatorias, de aprovechamiento forestal y por el uso del agua, conforme a las normas expedidas por el Ministerio del Medio Ambiente.

A los Ministerios de Hacienda y Crédito Público y del Medio Ambiente y al Departamento Nacional de Planeación:

17. Proponer incluir en el proyecto de reforma a la Ley 60 de 1993, que se tramita actualmente en el Congreso de la República, lo siguiente:

� Criterios ambientales como elementos para la asignación de ingresos corrientes y situado fiscal a los municipios.

� Compensaciones a los municipios por establecer descuentos en el impuesto predial para incentivar la conservación de ecosistemas boscosos y no boscosos.

� Incentivos para quienes conserven ecosistemas no boscosos.

Al Departamento Nacional de Planeación: 18. Revisar y aumentar la proporción de recursos del Fondo Nacional de Regalías a proyectos de protección y mantenimiento del agua, que tengan en cuenta el balance hídrico global de las regiones.

A los Ministerios de Agricultura y Desarrollo Rural y del Medio Ambiente y al Departamento Nacional de Planeación:

19. Aumentar significativamente los recursos para el Certificado de Incentivo Forestal (CIF) de plantaciones y el de conservación.

A los Concejos Municipales: 20. Otorgar beneficios tributarios en el impuesto a los predios localizados en zonas protegidas estratégicas para la conservación del agua.

Al Departamento Nacional de Planeación y al IDEAM: 21. Proporcionar los recursos económicos necesarios para la consolidación y ampliación sectorial de la Red Hidrometeorológica Nacional.

A los Ministerios de Hacienda y Crédito Público y del Medio Ambiente, al Departamento Nacional de Planeación y a las autoridades ambientales:

22. Divulgar los incentivos fiscales que incidan en la protección y conservación del agua, en especial el Certificado de Descuento Tributario por destinar predios a plantaciones forestales.

1 Balance Hídrico Mundial y Recursos Hidráulicos de la Tierra, UNESCO e Instituto de Hidrología, Madrid, 1979. 2 Postel, S., Last Oasis, Facing Water Scarcity, 1a. Edition, W. W., Norton and Company, New York, 1992,

239 pp. 3 Ibídem. 4 Ibídem.

5 PNUD, Water and Sustainable Development, 1992, p. 43.

6 Postel, 1992.

7 Ibídem.

8 Caudal específico de escorrentía es el volúmen de agua ofertado en el tiempo con relación a un área.

9 Oferta hídrica per capita total es el volúmen de agua anual disponible por individuo. Se obtiene de dividir el volúmen total

de agua dulce superficial anual disponible por el tamaño de la población. 10

Oferta hídrica per capita accesible, en condiciones naturales, es el volúmen anual disponible por individuo y equivale aproximadamente al 20% de la oferta per capita total.

11 Las condiciones naturales de oferta pueden incrementarse, mediante la construcción de reservorios y embalses o mediante obras biomecánicas, aumentar la capacidad de recarga dentro de las cuencas hidrográficas.

12 Cuando se tiene una disponibilidad u oferta interna nacional de agua inferior a 1.000 m

3/hab/año, se plantea una limitación

al desarrollo socio-económico, generando graves problemas ambientales. Los países con menos de 2.000 m3 /hab/año se

encuentran en una preocupante situación de escasez marginal de agua. 13

La regulación hídrica es la capacidad del medio natural de propiciar condiciones que permiten la infiltración y recarga subsuperficial para generar volúmenes de escorrentía en períodos de no precipitación. Estos volúmenes son los llamados caudales de estiaje.