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literatura
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CESAR SECOJosé Javier León Reynaldo Pérez So
fagas: la nostalgia del asombro, la ma-gia que debía despertar el encuentrodel hombre con las cosas. Cuando es-cribe:
En ocasiones me doy cuenta de queella se detuvo en talO cual esquinaPor la manera en que reluce el aireen esa zona
O bien, en este otro fragmento:
Uno pone la mano en una hoja,cualquier hoja
Uno acerca con asombro la palma aese verdor momentáneoEn la acera,Con temor o con esperanza de que el
toqueProvea de luz el aire
Este casi hombre que nadacree, el mal atado, el difícilmente lia-do a las cosas, lejos por humor del pa-tético existencialismo, lejos de todo, te-rrorista sin objeto, nos comprometecon una imagen del hombre contem-poráneo que ha perdido contacto realy natural con el mundo, con las cosasdel mundo. Para este hombre no haytrato posible sino a través del lengua-je, y a su vez, el lenguaje que hace suyoestá tan plagado de equívocos, de su-puestos, de malos entendidos, que loque toca se pierde como cosa ajenadetrás de una pátina de brillo fingido.
Quiero advertir que los equí-vocos no se encuentran en la red depalabras claramente prosaicas, losequívocos nacen del desapego, de ladistancia que establecen las palabrascon respecto a lo dicho, a las cosas di-chas. La voz que sale de los poemas,impersonal, convoca la imagen de unhombre también impersonal, y ajeno,como ajena es la ciudad, como lejanaes la mujer, como imposible el amor.
Una de las vías para perderse fren-te al texto poético no es otro sino eltema. El lector superficial se deslizasobre él sin involucrarse con la escri-tura, es decir, el arte de escribir. Sereitera: poesía. El poema es poema apesar de la anécdota, el cúmuloideativo u otros recursos del estilo, aveces asociados a la exploración emo-cional e incluso antropo-socio-cultura-les. Mientras el lector discurre en es-tas zonas el poema no se evidencia. Yesto es parte del enmascaramiento conel cual el artista trabaja. Con todo, lapoesía se construye con palabras yestas son, además, ideas y emocionesen referencia, por encima de los nive-les significantes, entendemos música.Situarse en una parte de los estadiosse corre el riesgo de perder el poema.De este modo, lo secundario pudiesequedar en primer plano y donde el con-junto deja de existir. Acá se trata dellector y no del poeta, pero pudiera ma-nifestarse con el mismo acto escrituraldonde el peligro arrolla. César Seco,1959, con Árbol Sorprendido, 1995,sorprende por dos cosas: el tema y ellenguaje. El tema sedujo por el actode la enfermedad y ésta se volvió se-dante para el crítico coleccionista deasuntos, olvidando la estructura ver-dadera, importante en toda forma dearte, del lenguaje para que el temafuese posible de manera genuina, per-sonal. La enfermedad se evidenciapero cómo, qué requerimientos llamael poeta, qué música, qué agrega a laestítica poética actual, en qué se dife-rencia de la retórica innovadora en-vejecida de los apoyos neorrománticosy otros "ismos". Lo sorprendente delÁrbol sorprendido es su frescura, viva,con un lenguaje vivo, indicativo, pun-tual: "y era allá, y era aquí./ Y entrótambién el cielo./ Y por la puerta fuide uno a otro lado./Y abrí. Y cerré. Yla casa y las voces se quedaron alláadentro, / se quedaron / y sólo salió elárbol/ todo claro, todo obscuro". (La
puerta). La descripción eidética pro-pia es perfecta en todo el poema, exac-ta. Descripción no fundamentada so-bre el adjetivo, muleta de la imagenarcaica generalmente, sino en el mo-vimiento verbal y el refuerzo substan-tivo, que coloca al poema en su tiem-po y situación. El uso del adjetivo acáse hace accidental, no primario. Otrospoemas harán del espacio sonoridady significancia: "Mi casa se borra conel golpe/// y con ella /// el cielo." Elralentissement se asegura con el obje-to de parar el mundo del procesoeidético y lo logra. Seco reconoce laamenaza de una poética cimentadasobre la imaginación y se fundamen-ta con lo real y procura fluir suverbalización, sin entregarse a lo re-conocido, léase lugar común, como poé-tico: "Hoy escribo desde otro lado,/muerdo mi lengua.// Hoy la boca se mevuelve espuma". (Luna Llena). Igual-mente "Con su bola de trapos sucios/No lo quiere nadie// Con un pelero enlos dientes/ Con el labio roto y la siendolida// Vivo aún// No lo quiere nadie"(País enfermo).
Pero la enfermedad no es el únicotema, aunque sí el más destacado ollamativo. El otro es la infancia querecorre incluso la enfermedad, pero esabordado según la situación, de ahí eltexto narrativo, evocatorio, nostálgi-co, telúrico cercano al decir diciendo ydonde lo eidético cede su paso. Peroque César Seco es quizá, el único poe-ta nuestro que haya tratado con estehallazgo que solo los niños son capa-ces de proyectar como imágenes y queen la poesía, cuando el poeta lo per-mite, toma la fuerza deslumbrante dela fotografía o el cine, eminentementevisual.
Otros dos libros del poeta son Ellaurel y la piedra, 1991, y Obscuro ilu-mina, 1999. Pero ellos exigirían, parasu estudio, un mejor momento.
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POEMAS TEXTOS Y AUTORES
LA PUERTA
Ahora entro.Andaba el cielo,se movía sol, se movía nube, se movía
lunay encontraba estrellas.
No corría el agua.El mundo estaba quieto allá.
Y no había recuerdo y escuché minombre.
Escuché y el aguacomenzó a caer de donde no la veía.
Había un árboly en él mis hermanos venían,venían en la brisa.
Caminé hacia la puerta
y por ella entraronel árbol, la casa, las voces,
Y era allá, y era aquí.
Y entró también el cielo.
Y por la puerta fui de uno a otro lado.
Y abrí. Y cerré.
Y la casa y las voces se quedaron alláadentro,
se quedaron
y sólo salió el árbol,
todo claro, todo oscuro.
(16, Nov. 1993)
Cesar Seco
ATERIDA
Dime como está el pueblosi todas las puertas permanecensi cerrados tus ojos alumbransi perviven restos de ritosque martiricen
Dime si la bondades la mentira y el frutosi por la misma acera que piséhas pisadoen otro tiempo
Dime si en la calle angostadonde vives quedóel anzuelo robadodel que no dejo de asirme
Si el corazónde esta solade esta amarga nostalgiano se hará pedazos
TRISTEZA
Es mediodíalos monstruos de fechaacudena engullir su banquetede víctimas
mediodíay poco me importan los monstruosno combatirlos
pero tú siy no vienes
NO GRATA
Lunainmensagloboinermea todos alumbranacidos y fuertesincluso pequeños seresque se resisten
ROBERTO MARTÍNEZ BACHRICH, Va-lencia, 1977, narrador y ensayista. Es es-tudiante de Letras en la Universidad Cen-tral de Venezuela. Ha publicadoDesencuentros, 1998. Es un consecuentecolaborador de nuestras publicaciones.
RODOLFO ALONSO, Argentina, 1934.Poeta ensayista y editor. Consecuente co-laborador de nuestras revistas. "La voz deRobert Desnos", la selección, traducción ynota es de su autoría.
REYNALDO PÉREZ SO, 1945, poetacuentista y traductor. En poesía ha edita-do diez títulos, siendo el más recienteSolonbm, 1999. Con el cuento Viento Surse hizo acreedor del concurso de cuento deEl Nacional en el 1999. Este trabajo apa-recerá editado en la Colección Separata delDepartamento de Literatura este mismoaño.
ANAXIMENES VERA, Maracaibo. Perte-neció al "Grupo Uno" de fotografía, en Va-lencia. Su trabajo ha sido presentado enel Salón Michelena.
JESÚS COS CAUSSE, Santiago de Cuba,1945. Poeta y periodista. Concierto de Jazz,1994, es su última publicación. Actualmen-te se desempeña como miembro de la jun-ta directiva de la Casa del Caribe. Es pre-sidente del taller de poesía El caribe y elmundo.
JOSÉ JAVIER LEÓN, Maracaibo, 1969.Poeta y ensayista, estudiante de la Escue-la de Letra de la Universidad del Zulia.Su obra se encuentra publicada en diariosy revistas del país.
ROBERTO D. MALATESTA, Santa Fe,Argentina, 1961. Ha publicado: Casa alsur, 1987, La prueba de la Soledad, 1991,Del cuidado de la altura del níspero, 1992y Las nacas y otros poemas, 1994.
GIKZA MIJARES, 1975. Ha publicadoAndamio, 1997, ediciones del gobierno deCarabobo. Es estudiante de RelacionesIndustriales en la Universidad deCarabobo.
Gikza Mijares
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