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LLÁMAME Por Kim Pritekel Traducido por MET Pump, pump, pump... -¡Ryan! ¡Ve otra vez a acomodar la maldita secadora! -Hannah regresó hacia el sofá, una pila de ropa blanca estaba esperándola-. Te dije que no metieras tantos pantalones a la vez. -La rubia pequeña miró al joven alto y flaco, mientras éste refunfuñaba para sí mismo, dirigiéndose hacia la cocina, donde la lavadora y la secadora estaban ubicadas junto a una esquina tras la puerta-. Hombres, -murmuró-, completamente ineptos. Los pensamientos de Hannah fueron interrumpidos con el timbre del teléfono. Ryan casi saltó a través del piso para alcanzar primero el teléfono inalámbrico que estaba en la mesita de café. -¿Hola? -dijo con su voz profunda pero lo suficientemente alta para que la escuchara Hannah, que estaba tratando de mirar la serie "Seis Pies Bajo Suelo", mientras doblaba la ropa. Ella apartó de sus ojos verdes, un largo mechón de cabello, al seguir doblando unos calcetines de Ryan-. Síp, espere. Teléfono. -Ryan dejó el aparato en el mostrador, regresando hacia la sonora secadora. Hannah miró hacia el reloj que estaba sobre la cocina y suspiró. -Hora del espectáculo. -Tomó el teléfono, acercándolo a su oído mientras tomaba el control de la televisión, bajándole el volumen-. ¿Hola? -Hola Hannah. Soy Shannon. -Hola dama. ¿qué tienes para mí? -Retomó su labor doblando unos boxers de los Chicago Bears. -Bueno querida, espero que estés inspirada esta noche, porque tengo una mujer esperándote. Hannah titubeó en su doblada. -¿Qué? Yo no sé que hacer en esos casos.

LLÁMAME

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Llámame Kim Pritekel Hanna se dedica a atiende una Hot line para poder mantener a su hijo, un día recibe una llamada de una mujer que estaba llorando, Dutsy llama casi a diario a Hanna ya que le reconforta, hasta que terminan siendo amigas.

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LLMAME

Por Kim Pritekel

Traducido por MET

Pump, pump, pump...

-Ryan! Ve otra vez a acomodar la maldita secadora! -Hannah regres hacia el sof, una pila de ropa blanca estaba esperndola-. Te dije que no metieras tantos pantalones a la vez. -La rubia pequea mir al joven alto y flaco, mientras ste refunfuaba para s mismo, dirigindose hacia la cocina, donde la lavadora y la secadora estaban ubicadas junto a una esquina tras la puerta-. Hombres, -murmur-, completamente ineptos.

Los pensamientos de Hannah fueron interrumpidos con el timbre del telfono. Ryan casi salt a travs del piso para alcanzar primero el telfono inalmbrico que estaba en la mesita de caf.

-Hola? -dijo con su voz profunda pero lo suficientemente alta para que la escuchara Hannah, que estaba tratando de mirar la serie "Seis Pies Bajo Suelo", mientras doblaba la ropa. Ella apart de sus ojos verdes, un largo mechn de cabello, al seguir doblando unos calcetines de Ryan-. Sp, espere. Telfono. -Ryan dej el aparato en el mostrador, regresando hacia la sonora secadora.

Hannah mir hacia el reloj que estaba sobre la cocina y suspir.

-Hora del espectculo. -Tom el telfono, acercndolo a su odo mientras tomaba el control de la televisin, bajndole el volumen-. Hola?

-Hola Hannah. Soy Shannon.

-Hola dama. qu tienes para m? -Retom su labor doblando unos boxers de los Chicago Bears.

-Bueno querida, espero que ests inspirada esta noche, porque tengo una mujer esperndote.

Hannah titube en su doblada. -Qu? Yo no s que hacer en esos casos.

-Bueno, ya lo descubrirs, porque ella ya est llegando. -Hannah gir sus ojos por la broma de Shannon.

-Qu bonito. Bueno, ponla. -Luego la lnea son, y la rubia pequea tom su cronmetro, que lo tena desde la secundaria cuando sola dedicarse a las carreras, activndolo para que comenzara su cuenta. Aclarando la garganta, dej los calzoncillos de Bryan junto a los dems y tom una camiseta para doblarla-. Hola sexy. Soy Roxanne, ests lista para convertir tu sueo en realidad. Dulzura, cul es t sueo esta noche?

Se escuch una respiracin profunda en el otro lado de la lnea, y Hannah se estremeci, comenzando a doblar una camiseta.

-Bueno querida, no comenzaste sin m, o s? Estoy todava aqu beb, esperando que me digas lo que quieres.

-Dnde est el helado? -Ryan susurr desde la puerta de la cocina. Hannah bloque el aparato entre su hombro y la mejilla.

-Detrs de las costillas de cerdo. -l le dio la seal de okay, y ella regres a su cliente, sorprendindose al escuchar lo que crey era la respiracin agitada, en realidad era llanto. Sus cejas castaas claras se fruncieron-. Querida, ests bien? Es esta alguna fantasa que tienes o algo as? quieres que te consuele, querida? -la voz de Hannah se hizo ms profunda, mientras con la cabeza le sealaba a Ryan que s, hacia el contenedor que este le enseaba.

-Lo siento, -dijo una voz ronca en el otro lado de la lnea-, no s por qu llam. -Suspiro-, nunca antes haba llamado a una de estas cosas. -Hannah pudo escucharla sonndose la nariz. Dej caer la bola de medias junto al montn de otras iguales y se acomod en el borde del silln-. Querida, necesitas a una enfermera? Tengo un viejo uniforme de enfermera en mi armario, -Hannah se golpe la frente con la palma de la mano.

-Slo necesito hablar -la voz de la interlocutora estaba un poco ms en control, pero an sonaba muy mal.

-Quieres decirme tus ms profundos y obscuros secretos, querida. -Hannah acept un tazn de helado que le trajo Ryan, agradecindole con la cabeza, para luego tratar de mantener el telfono y el tazn con su hombro y con sus manos.

-No -ruido de nariz-. Slo quiero saber porque ella ya no me ama, -el llanto comenz nuevamente y Hannah casi entr en pnico. Esto nunca le haba pasado antes.

-Oh, bueno, uh... -se aclar la garganta, su verdadera voz haba salido por un momento-. No s querida. No soy tan ciega o estpida, siempre te amar y te har sentir bien. -Se senta horrible. Esta mujer obviamente estaba sufriendo y ella tena que mantener su acto. Dejando de lado el helado, se acurruc nuevamente en el sof, sostena fuertemente el telfono junto a su odo. Su mente estaba yendo a toda velocidad, tratando de pensar en alguna manera de ayudar a esta pobre extraa.

-Regres una da a casa del trabajo, y poof! Todo haba desaparecido! -ms llanto.

-Espera, espera querida, -la voz de Hannah se suaviz, an as la mantena baja el ltimo vestigio de profesionalismo-, hablemos de esto, de acuerdo?

-Est bien.

Hannah slo quera llegar hasta ella y abrazar a esa voz pequeita, y decirle que todo estara bien.

-Qu pas querida?

-Yo regres y ella se haba ido. -La mujer hizo un sonido ronco y luego se son la nariz-. Se llev todo. Inclusive mi maldito Monet!

Hannah cubri el auricular, -qu es un mone? -pregunt a Ryan, quien ya estaba dando buena cuenta de su fra golosina.

-Monet, estpida. Un pintor famoso. -Le susurr en respuesta.

-Oh guau. -Hannah volvi al telfono-. Lo siento dulzura. Al parecer necesitas un buen abrazo, querida. -la mujer al otro lado hizo un fuerte sonido con su nariz.

-S, creo que s. Deseara que pudieras drmelo.

-Bueno, puedo darte algo ms querida. -Hannah estaba desesperada, pensando que tal vez si volva a territorio familiar, podra lograr distraer a su cliente y hacerla sentir mejor.

-No gracias. Debo irme. Que tengas una buena noche.

-Espera, ests segura? -Hannah se sent derecha, realmente preocupada por esta desconocida.

-S. Buenas noches Roxanne. -Y con un clic, la llamada se cerr. Hannah se qued ah sentada, luego salt a detener el cronmetro. Lanz el telfono en el silln, se par, estir y fue hacia su computadora, que estaba colocada en la repisa del desayunador, para que as ella pudiera escribir mientras estaba en su turno de llamadas.

-Qu pas con esa llamada? No hubo gemidos ni gruidos? -Ryan se ri lamiendo el helado de su cuchara.

-Cllate. No s. Esta tipa slo estaba triste, creo. Segua llorando y hablando de cmo una mujer se fue cuando ella no estuvo en la casa. -Hannah prendi su programa, y mientras lavaba su tazn, la mquina cobraba vida-. Pobrecita. Hombre, si que estaba triste. -Hannah se vir al escuchar pequeas pisadas cruzando el piso de la cocina.

-Hola amiguito! -Ryan levant en sus delgados brazos, al pequeito de dos aos y medio-. Qu haces levantado?

-Mostro bajo mi cama. -El pequeito con cabello castao dijo, metido el dedo ndice en la boca. Sus brillantes ojos verdes, justo como los de su madre, recorran la cocina-. Hedado! -seal con su dedo lleno de saliva, hacia el recipiente vaco que estaba en el mostrador.

-No pequeo nio. Necesitas ir a dormir. -Hannah se acerc a su hijo, quien le extendi los brazos. Tomndolo, mir sobre su hombro a las sobras del helado, que haba comenzado a chorrear por la mesa-. Limpia eso o te vers con la furia de Mami Hannah. -Le alz una ceja al moreno alto.

-S mami. -Ryan entorn sus ojos, pero limpi la suciedad.

Hannah llev en brazos al pequeo Michael hasta su dormitorio, en el que estaba la cama en forma de auto de carrera, nmero 53, y un armario que hacia juego.

-Qu pasa mi pequeo hombrecito, ah? -gentilmente lo dej sobre la cama, recostndose junto a l. El pequeito alz su mano para tomar el collar de ella, que tena una moneda de Grecia con una tira de cuero que atravesaba el agujero del centro. l estudi la moneda, dndole vueltas en su mano, con sus deditos an no muy coordinados.

-Mostro, -dijo el absente, mirando la lmpara que tena diseos de arco iris.

-Monstruo, huh? -Hannah pregunt mientras cubra al nio, sus sbanas de un hroe de TV, estaban rozando el borde de su camiseta.- Dnde?

-Ah. -Michael sonri, sus pecas jugueteando, al comenzar su mami a jugar. La rubia mir hacia donde sealaba el pequeo, en la esquina donde estaban sus juguetes.

-Umm. -Ella se levant, caminando despacio hacia all, cuidadosamente, sin querer que el monstruo le salte encima. Se gir hacia su hijo, con un dedo en los labios, hacindolo rer mientras asenta. Hannah se vir nuevamente hacia la esquina, alzando su mano, para slo volverla a bajar tan rpidamente, y luego tratar otra vez. Finalmente con mucha gracia, alz la tapa del mueble de los juguetes, haciendo que Michael gritara cuando su madre retrocedi. Volviendo, mirando dentro, moviendo algunos juguetes para asegurarse, luego sacudiendo su cabeza pensativamente hacia el niito, el que estaba de rodillas en su cama. -No hay nada aqu, Mikey. Un ltimo lugar y luego tienes que ponerte a dormir, esta bien?. -Michael movi afirmativamente su cabeza, luego seal debajo de la cama-. Okay, aqu vamos, -se gir hacia su hijo, otra vez su dedo en los labios, hacindolo rer y aceptar...

*****

Un telfono celular cay en el sof, una cabellera obscura se apoy en dos manos plidas. Clidas, lgrimas saladas comenzaron a escurrirse entre los fros dedos, creando un contraste. Los silenciosos gemidos se escucharon a travs de los vacos y espaciosos cuartos, continuando hasta tarde en la noche.

Dusty se despert cuando el sol comenzaba a atravesar las ventanas desnudas. Los ojos azules se cruzaron, luego se dio cuenta, y la alta morena se sent, su espalda adolorida por haber dormido en el sof. Tampoco tena otra alternativa.

Sorbi su nariz, esta le arda por una noche entera de llanto, y la piel de su rostro se senta dura luego de tantas lgrimas. Lentamente se levant, mirndose hacia su increblemente arrugado traje de Prada, Dusty gru y fue hacia el bao. Mirndose la cara en el espejo, se pregunt que es lo que haba ido tan mal, luego comenz a llorar otra vez cuando se fijo que hasta la cortina del bao no estaba.

Tom varios sorbos de aire, mir a su alrededor. El apartamento estaba casi totalmente vaci, aparte del sof, un par de papeles tirados en el piso y el montn de correo. Dusty lo levant, viendo una propaganda en un papel rojo fuerte. Una mujer semidesnuda con un telfono junto a su odo, estaba impresa en el frente.

Necesitas una amiga especial? Natalie espera tu llamada.

-Oh, Dios. -Dusty se sent nuevamente en el sof, recordando la llamada que haba hecho la noche anterior. Roxanne-. En qu estaba pensando? -Mir otra vez a la propaganda, con la eterna sonrisa en tinta de 'Natalie'. Qu diablos estaba ella haciendo al llamar y ventilar sus penas, al maldito servicio de sexo? Qu poda hacer una prostituta telefnica?

Arrug el papel y lo lanz contra la pared, donde anteriormente se encontraba el estante de libros. Si antes la habitacin principal del departamento luca inmensa con muebles, ahora vaca pareca infinita. El color bronce quemado de la pared, una vez clido y suave, ahora pareca cerrar sus paredes a Dusty, hacindola sentir extremadamente claustrofbica.

Con su mandbula apretada en determinacin, se qued quieta y luego fue hacia el bao, despojndose de sus ropas arrugadas, tom un bao. Ya arreglara el desorden luego. Limpia, en ropa nueva y sin arrugas, tom su maletn desde su equipaje y sali por la puerta. El trabajo siempre haba sido, y siempre sera, su santuario. All ella se poda concentrar en lo que deba hacer y no tendra que lidiar con las ramificaciones del hecho de que Adriana la haba dejado. No tendra que pensar en que nunca estuvo en casa y como Adriana la haba abandonado a su suerte. En el trabajo, en su oficina de la esquina, Dusty no tendra que pensar en todas las cenas que perdi, todos los Das de San Valentn que se le olvidaron, y todos los aniversarios en que compr un regalo nicamente porque su secretaria se lo record.

En el trabajo ella no tena que sentir.

Dusty tom un taxi en las transitadas calles de Chicago, se dirigi a su oficina, la cual estaba cerca de las Torres Sears. El auto se detuvo al frente del edificio de ochenta y tres pisos, y la morena sali luego de pagarle por el servicio. Mirando al otro lado de la calle, vio la pastelera Crimshaw y decidi ir a comprar algo para el desayuno y llevrselo consigo hasta el piso diecisiete.

Se fij a ambos lados de la calzada, no queriendo quedar aplastada todava, y se apresur hacia el pequeo deli en el que vendan un infame burrito para el desayuno. La campana sobre la puerta son a la llegada de Dusty, y la morena tuvo que parar de golpe para no chocar con una bonita rubia que estaba hablando con una morena ms bien pasada de peso. Pareca como si acababan de encontrarse en la puerta.

Dusty trat de no lanzarlas simplemente hacia un lado, en lugar de tener que quedarse ah escuchndolas hacer conversacin. La rubia le estaba contando a su amiga sobre una extraa llamada que tuvo la noche anterior. Impaciente, Dusty pas casi empujndolas.

-Oh mierda, lo siento. -La rubia movi a su amiga fuera del camino, y siguieron hablando. Dusty les dio una rpida sonrisa, luego gir sus ojos y se acerc al mostrador. Odiaba a la gente ruda.

Ordenando su usual burrito para el desayuno, quemndose con la salsa picante, con el que una persona normal pondra en buen uso al departamento de bomberos, sali.

*****

Al parecer el da sera caluroso. Dusty estaba parada frente a la ventana, mirando hacia la ciudad en una maana de Sbado. El edificio estaba tranquilo, sin embargo saba que tambin estaban otros maniticos del trabajo como ella, en algn lugar por arriba o por abajo.

Con un suspiro, la imponente morena mir hacia su escritorio, lleno pero ordenado. Odiaba el desorden en su vida o en su trabajo. No tena sentido, y todo deba tener un sentido. Como este asunto con Adriana. Qu la hizo irse tan abruptamente? Y por qu diantres no habl de esto con Dusty? Acaso cuatro aos no significaban nada en absoluto para ella?

Sentndose en su silln de cuero, Dusty revis su agenda en la esquina del escritorio, junto al dispensador de onix para lpices y lapiceros.

Record cuando conoci a la hermosa pelirroja. Cinco aos y tres promociones atrs, cuando Dusty haba obtenido su primera promocin en la firma de inversiones, fue en un banquete para proclamar los premios. El Presidente de la compaa, Howard Eastman, la haba llamado al estrado para que dijera una pocas palabras. Dusty era una de las ms jvenes supervisoras de toda la compaa, tena slo veinticuatro, y era una mujer. Nunca antes se haba escuchado algo as.

Dusty graciosamente tom la palabra y se dirigi a las personas que se haban reunido en trajes de gala, disfrutando el tener control y poder sobre todos. Tom ese poder con facilidad y uso todos sus encantos para deslumbrarlos an ms de lo que haba hecho con su cerebro. Les dio una perfecta sonrisa y su voz melodiosa y suave. Los tena en la palma de la mano y lo saba. An mientras hablaba, sus ojos recorran el lugar y haca contacto con cada uno, siendo ah cuando se encontr con los de la hermosa, y sin embargo modesta, pelirroja, parada junto a Howard. En un primer momento pens que el viejo verde haba tenido un golpe de suerte, pero luego se percat de la indiscutible similitud entre los dos.

Entonces esta era la hija prdiga de la que l tanto hablaba. Adriana. Los profundos ojos cafs miraron a Dusty, y la morena le dio una sonrisa toda suya. Adriana se la regres.

Howard, ms tarde hizo las presentaciones debidas y las dos mujeres se pusieron a conversar mientras saboreaban unos bocaditos acompaados de sus copas de champaa. Adriana le haba contado a Dusty de sus viajes por Europa, de mochilera a travs de Israel, tratando de mantenerse fuera de vista y habiendo tenido que esconderse en muchas ocasiones, o habiendo sido vista por los cientos de grupos radicales que recorran el desierto. Aparentemente Howard no saba de estas escapadas. Ahora la pelirroja haba decidido sentar races, usando su ttulo de Harvard y convertirse en una antroploga lingista.

Sonaba bien para Dusty. Y lo nico que le importaba era el hecho de que Adriana estaba envindole algunas seales bien fuertes, y que ella se las contestaba cada una.

Para la maana ya haban compartido una cena, buena conversacin y la cama de Dusty.

Cul fue el problema?

Dusty mir hacia los hechos pasados, tratando de pensar en varios aspectos de su vida juntas. Haba sido feliz, Adriana era suficientemente independiente para permitir a Dusty que consiguiera sus ambiciones sin fin, y tena tiempo para su amor, cuando lo quera. Haba sido perfecto. Si Dusty no poda estar all para alguna fiesta o cumpleaos, Adriana siempre lo entenda, verdad? De todas formas ella siempre se iba hacia la propiedad de su familia. Entonces cul fue el problema?

La morena tom un esfero, pasando la superficie fra sobre su labio inferior. Suspir, lanz la pluma a un lado, pas su mano por su cabello largo. Dusty pens en el cumpleaos veintisis de Adriana. Howard haba planeado una gran fiesta para la pelirroja y Dusty le haba asegurado que estara all. Pero, eso no fue lo que ocurri.

Dusty tuvo una llamada desde la oficina de Londres, donde haban serios problemas, por lo que tuvo que subirse a un avin, dejando un mensaje en el celular de Adriana, explicndole y dicindole que estara de regreso en tres das, y que se divirtiera en la fiesta, que ya tomaran un fin de semana romntico en cualquier otro momento.

La morena no supo nada de Adriana mientras estuvo en Londres, y ninguna de sus llamadas telefnicas fueron contestadas. Dusty se imagin que su enamorada estara disfrutando y que no estara desperdiciando su tiempo esperando a la ejecutiva.

Cuando Dusty regres a casa, Adriana pareca estar bien, tal vez un poco distante, lo que atribuy a cansancio por la fiesta de hace dos das. Dusty pens que en efecto ese deba ser el caso, y no le dio ms importancia.

Este tipo de viajes de ltima hora, eran comunes en su relacin, y ahora Dusty sentada en su silln, viendo a la nada, se pregunt si quizs estos le molestaban a Adriana ms de lo que la pelirroja nunca le dej saber.

-No puede ser. -Dusty se separ del escritorio, suspirando mientras miraba nuevamente fuera de la ventana-. No puede ser. -Por qu Adriana no le dijo nada? No dej ni una nota, ni un mensaje, nada. Slo... nada.

Sintiendo la ira invadirle, Dusty regres a su escritorio y a su agenda, rpidamente busc entre los nmeros y nombres. Se qued perpleja al no encontrar ni un solo nmero o nombre, entre los cientos. Cada uno de ellos era de negocios, algn socio, contacto o enemigo. Dusty se qued mirando como si una serpiente estuviera a punto de morderla. Necesitaba hablar con alguien, tena la sensacin de que Adriana no le hablara, pero tena que tratar.

Acomodndose nuevamente, la ejecutiva tom el telfono y marc un nmero conocido. El timbre, a los odos de Dusty, sonaba hueco, vaci e impersonal.

-Hola, has contactado a Adriana Eastman. No estoy disponible para tomar tu llamada ahora, pero estar gustosa de responderte tan pronto pueda. Ten un buen da.

Dusty sonri levemente ante la dulce voz que conoca tan bien. Cuando la seal para dejar el mensaje son, no estaba segura de qu poda decir. Finalmente consigui articular unas pocas palabras.

-Adriana, soy Dusty. Um, llmame. -Furiosa consigo misma por su inhabilidad para expresarse. Colg con un fuerte golpe, tom su chaqueta y sali.

*****

Luego del encuentro casual y el almuerzo con Julie, Hannah se dirigi a sus clases en el colegio de la comunidad, luego a la casa de su mam para recoger a Michael.

-Entonces, ya encontraste un trabajo? -Alice Hawkins le pregunt mientras segua pelando papas, su hija y su nieto coman de los sanduches que les haba preparado.

-Ya tengo un trabajo, mam. -Hannah dijo distradamente, hojeando una revista mientras coma, y de vez en cuando limpiando la boca de Michael o sonrindole.

-Ese no es un trabajo, Hannah Michelle. -Alice se gir para poder mirar a su hija, su nica hija-. Qu hay de tu hijo, hmm? qu pensar de su madre siendo una... -Alice hizo una pausa, caminando hacia el nio para cubrirle los odos-, una prostituta de telfono. -Susurr. Hannah suspir, cerrando la revista y tomando lo que le quedaba de t helado.

-Gracias por el almuerzo, madre. -Se par, deslizando su silla en su sitio, y llevando el plato de papel al basurero, donde lo meti aplastndolo junto con la otra basura. Mir a su hijo para ver si ya estaba terminando. El nio coma tan despacio.

-Ahora, no entiendo por qu t has escogido ese trabajo. Pens que te haba educado mejor que eso. -Dijo Alice, retomando su labor con las papas, sin darse cuenta de lo molesta que estaba su hija, sencillamente sin importarle eso-. Quiero decir, qu hay del donante? -Ojos verdes cansados miraron a la joven, una versin ms hermosa de si misma. Hannah la mir.

-"El donante", resulta que es el padre de Michael, mami. Justin est fuera de nuestras vidas, y...

-Bueno, por supuesto que est fuera de sus vidas. -Alice se volvi hacia su hija, con la mano en la cadera y agarrando el cuchillo-. No es como si le hubieras hecho pagar una pensin por mantenimiento para el nio. Djalo que l te ayude a cuidarlo, as quizs podras conseguir una trabajo decente. -Seal a su hija con la punta-. Qu tipo de impresin crees que ests causando aqu al pequeo Mikey? Qu puede andar haciendo lo que le da la gana por ah, metindose en problemas y luego complicarlos casndose? -Alice sacudi la cabeza.

-Qu, preferiras que me hubiera quedado con Justin? Que lo dejara golpearme, golpear a mi hijo? No lo creo madre. -Hannah comenz a limpiar la cara y las manos de Michael, cosa que el pequeo odiaba por lo que comenz a quejarse.

-No seas tan ruda con l.

Hannah se vir hacia su madre, ojos verdes en fuego. -Basta. -Su voz baja, llegando al borde-. S que eres infeliz. Que odias a mi padre por haberte abandonado hace casi veinte aos. S que ests sola y amargada y piensas que puedes revivir tu vida a travs de la ma. Yo tomo mis decisiones, y vivo con ellas, cada da. Djame en paz. -Dicho eso, tom al beb de su silla alta, quien con sus grandes ojos verdes miraba a su alrededor. Sabiendo que por el tono de la voz de su madre, ella no estaba feliz-. Te ver el jueves.

Hannah sostuvo las lgrimas hasta que estuvieron lejos, ya camino a casa. Luego se las limpi con furia, odiando el llorar, y ms an porque era su madre quien le haba causado eso. Sostuvo a su pequeo nio cerca de su corazn, sus cabecita apoyada a su pecho, contento comenzaba a dormirse.

La rubia le acariciaba el cabello suave al pequeo, su propia cabeza apoyada en la pared detrs, agradecida del hombre que les haba cedido el asiento. El sentir a su hijo junto a ella, le haca darse cuenta de cuanta responsabilidad recaa sobre sus hombros. Lo mucho que su vida haba cambiado desde su plan original.

*****

Hace cuatro aos, a la edad de diecinueve, haba conocido al padre de Michael, Justin Avery, de veintitrs aos y cantinero en el sitio en el que Hannah con sus amigos de Universidad, solan ir. Justin la haba enamorado durante todo el semestre del primer ao. Finalmente ella acept salir con l.

Error nmero uno.

Justin era muy bien parecido, cabello largo y obscuro, el cual siempre lo tena fuera del rostro de una u otra forma. Tocaba la batera con una banda local, y se ayudaba para sus gastos con el trabajo en el bar. l era absolutamente el chico malo, por lo que era el opuesto a la tmida, controlada Hannah. Sin embargo, algo acerca de Justin le atraa, y se volvieron pareja.

Error nmero dos.

Justin era simptico y gracioso, llevaba a Hannah a todos sus shows, luego a todas sus fiestas. Hannah, no siendo una avecilla fiestera, se involucr profundamente en el mundo de Justin y sus amigos. Sus notas empezaron a bajar, inclusive haba dejado de lado su escritura. Sus amigos se comenzaron a preocupar, pero ella no hacia caso a los pedidos de dejar al cantinero.

Luego Hannah cometi el error ms grande, dej sus estudios y se fue a vivir con el chico. l le consigui un empleo como camarera, en el mismo bar en el que trabajaba, y tambin la enlist como ayudante para escribir canciones para la banda. La rubia se vio envuelta en la telaraa de Justin, sin darse cuenta de la araa venenosa que en realidad l era.

Las invitaciones venan cada vez ms a menudo, Justin llegaba a casa cada vez ms tarde. Cuando Hannah le preguntaba dnde haba estado o por qu ella no poda ir tambin, se encontraba con silencio o con un grosero "no es tu asunto", o con el recordatorio de que ella no era su madre. Esto pas de largo por un ao y medio, hasta que Hannah decidi hacer algo al respecto.

Una noche mientras Justin estaba de juerga, recogi todas sus pertenencias y las meti en un par de bolsos junto con su mochila de libros. Busc en la jarra que tena en la pequea cocina, viendo cunto haba guardado del cambio.

-Maldicin, -cont trece dlares, pero igual se los meti al bolsillo. No tena idea a donde poda ir, sin saber si alguno de sus antiguos amigos an le hablara, peor an si le daran posada. Mirando alrededor del apartamento, trat de ver si se le quedaba algo o si quera llevarse algo consigo. Sin encontrar nada, se apresur a la habitacin para tomar sus paquetes y salir, hacia el futuro desconocido.

Cuando estaba saliendo por la puerta principal, su mano tom la perilla, pero la puerta se abri sbitamente, asustndola tanto que dio un pequeo grito y dej caer una de sus dos bolsos. Justin estaba borracho y ola a perfume barato, tambin se detuvo de golpe asustado. Luego, al escuchar el ruido se percat de la maleta cada, vio a Hannah quien tena la mirada escondida por la culpa.

-Qu es esta mierda?

Hannah trag fuerte, tratando de llenarse de coraje y dijo-: Justin, me voy. No puedo seguir con esto. -Se agach para tomar sus paquetes, pero se encontr golpeando el suelo. l estaba de pie frente a ella, una larga figura en negro, posicionado sobre ella.

-No te vas a ninguna parte, -gru, agarrndola del largo cabello-. Me entiendes? Me perteneces.

-Justin, por favor detente. Me ests lastimando. -Hannah trataba de zafarse del agarre sin suerte, dndose por vencida, estremecindose ante la fuerza del agarre.

-Lastimando? -le grit a la cara, su aliento de alcohol, hierba y sexo-. Qu diablos crees que me har tu partida? Huh? -Se par, levantndola del cabello. Cuando Hannah estuvo de pie, la solt, slo para agarrarle del cuello con su gran mano, arrastrndola hacia atrs hasta que golpe contra un panel de la pared con un fuerte sonido-. Nadie me deja a m! Est claro?

-Justin, -se estremeci, sostenindolo de la mano que estaba alrededor de su cuello-. Por favor, -trat de clavarle las uas en la dura piel de sus dedos, luego grit cuando fue lanzada contra la pared otra vez, haciendo caer una foto que estaba colgada cerca. Volvi a clavarle las manos, ms desesperada an, sin conseguirlo. Lgrimas se deslizaban por sus parpados apretados, Hannah escuch el abrir de un cierre, dndose cuenta que era el suyo-. No, Dios no. -Sus jeans fueron bajados por sus piernas, seguidos de su ropa interior. Sinti el filo de la correa de Justin, al abrirla rpidamente, para bajarse tambin los pantalones, usando slo una mano ya que con la otra la tena firmemente agarrada hacia la pared.

*****

Hannah tom un largo y profundo suspir mientras se limpiaba sus ojos llorosos. Su rostro estaba tieso y sus ojos ardan. Haba estado sentada contra la pared del bao por cuarenta y cinco minutos, y saba que tendra que salir pronto o de lo contrario se enfrentara nuevamente a la furia de Justin.

Despacio, muy despacio, se puso de pie, estremecindose por el dolor que irradiaba de entre sus piernas. No saba que le dola ms, su vagina o su alma. De todas formas, a las dos las haban hecho pedazos. Con manos temblorosas, abri la lleve del agua fra y se lav la cara, tratando de refrescar su piel hirviente.

-Sal, quiero ir a la cama. -Hannah salt del susto ante el golpe en la puerta del bao, y ante la voz apagada de Justin.

-Ya voy. -Se trag un gemido, tratando de mantenerse en calma. Pasando sus plidos dedos por su cabello, se dio una ltima mirada al espejo. Sus ojos verdes estaban como hojas en primavera de tanto llorar, y su cabello estaba pegado a su rostro por el agua, el sudor y las lgrimas secas. Poniendo algunos mechones tras su oreja, se prepar para ir a la cama.

Justin estaba acostado ya, de espaldas a Hannah. Ella lo mir, odio y dolor estaban tan a flor de piel. Mirando su desnudes, pudo totalmente entender porque Lorena Bobbitt hizo lo que hizo, y tuvo que literalmente, pelear consigo misma para no ir a la cocina para tomar un cuchillo. Se meti a la cama, todava totalmente vestida, mantenindose lo ms hacia su lado como le era posible. Justin se gir, apoyando la cabeza en su pecho, luego la alz y frunci el ceo, mirando la camiseta.

-Qu es esto? -dijo tomado el material, luego mirando a los ojos verdes.

-Fro. -Hannah minti. El cantinero volvi a bajar su cabeza y pronto comenz a acompasar su respiracin. Hannah apret sus puos a sus costados, tratando de mantener su respiracin y sus emociones bajo control. Una vez, durante una pelea, Justin la haba amenazado de matarla si trataba de abandonarlo. Lo que le hizo esa noche era como si le hubiera clavado un destornillador en su corazn. Se senta muerta y ya sepultada. No tena a donde escapar, nadie a quien recurrir.

Una clida, lenta lgrima pas por sus prpados cerrados.

*****

Hannah bes la cabeza de Michael, sonriendo cuando el suspir en su sueo. Su mente vol hacia otra poca, que pareca hace una eternidad. Cinco semanas despus del ataque, supo que estaba embarazada. Aterrorizada, no dijo nada a Justin, tratando de decidir que deba hacer. Saba que no haba forma de que ella pudiera criar a su hijo con ese monstruo, pero no saba hacia adonde ir. Trat de ponerse en contacto con su mejor amiga de Universidad, Rachel Taylor, pero esta se haba mudado y Hannah no tena idea a donde.

Reuniendo lentamente la mayor cantidad de dinero posible, se fue, esta vez fue ms inteligente al hacerlo. Hizo que Justin bebiera una noche, pretendiendo tambin ella hacerlo. Justin era una borracho excitado, con el que ella tena que vivir, pero ms importante, el dorma como un beb luego de alcanzar cierto punto. Hannah se asegur que llegase a ese punto, luego hizo su movida.

Sin siquiera llamar a su madre antes, la rubia tom un bus hacia casa, sorprendiendo a su madre al llegar a su puerta a las once y media de la noche. Alice no estaba contenta, especialmente cuando se enter de que su hija estaba esperando, pero le permiti quedarse all.

Hannah trabaj como bestia en dos sitios, tratando de conseguir lo suficiente para poder salir de casa de su madre, y poder mantenerse ella y al beb que estaba por llegar.

-Vamos amor. -Hannah se par sosteniendo a su nio cerca, mientras sala del tren en su parada. El se agarr, medio dormido, cuando salan hacia el aire de la tarde, el cual estaba fro ya que el otoo comenzaba a hacerse presente. Lo mantuvo cerca, tratando de cubrirlo lo ms posible. Siempre lo protega, contra cualquier cosa que el mundo les presentase.

*****

Dusty quit el seguro de la puerta de su apartamento. Nada haba cambiado, todava estaban regadas slo las pocas cosas que haban sido dejadas en el sitio. Necesitaba decidir que hacer, remplazar todo o simplemente vender el lugar, lo que le sonaba bien en ese momento sensible.

Lanzando su chaqueta en el mostrador de la cocina, revis los estantes y la refrigeradora, tratando de ver si es que haba algo. Encontrando slo un vaso para jugo y una naranja, cerr la puerta de la refrigeradora con toda su fuerza. Entenda que Adriana estuviera furiosa, pero esto era ridculo! Se haba llevado mucho de lo que perteneca a Dusty antes de que se juntaran.

-Mierda. -Dusty camin por el apartamento, mirando en el dormitorio que antes haban llamado suyo. Slo su ropa estaba en el armario, y una manta con una almohada de reserva, colocada en el estante ms alto, como siempre. Deprimida, y con sus hombros encorvados se dirigi hacia el saln, prendi el gas para la chimenea y tom su telfono celular, para chequear sus mensajes.

Nada.

Se sent en el piso, recostada sobre el sof, espi el montn de correo de ayer. Tambin vio en el suelo, el pedazo arrugado de papel con la propaganda de la lnea caliente, donde lo haba tirado ella. Arrastrndose, lo levant, lo abri, mirando la seductiva sonrisa de Natalie.

Dusty pens en Roxanne, y en lo que la haba hecho pasar la noche anterior. Quizs no estaba de acuerdo en la ocupacin de Roxanne, pero la mujer se haba portado bien con ella, tanto como para soportarla y dejarla que se desahogara.

Con un suspiro, tom el telfono otra vez, lo abri y marc el nmero del aviso.

*****

Ryan estaba ayudando a Michael a ponerse su babero, cuando el telfono son. Hannah lami la mantequilla que tena en el dedo y corri para contestarlo.

-Hola?

-Hola chica, tienes una llamada.

Las cejas doradas se fruncieron, Hannah mir al reloj que tena sobre el microondas. -Pero slo son las siete.

-Lo s. -Dijo Shannon, con diversin en su voz-. Pidieron por ti especficamente.

Hannah dio un respiro de exasperacin. -Oh Dios, no me digas que es ese viejo que quiere que sea su cabra. -Se estremeci al recordarlo y Shannon ri.

-Nop. Es aquella mujer de anoche, creo. -Hannah poda sentir la sonrisa en la voz de Shannon. La rubia suspir, mirando sobre su hombro a su familia y a su cena an sin empezar.

-Okay, dame un segundo?

-Claro que s.

Hannah dej la extensin sobre el mostrador, corri hacia la mesa, devor varios trozos de su pan apenas enmantequillado y tom la lata de Pepsi. Le dio a Ryan una sonrisa de disculpas.

-Asegrate que l coma. -Bes al "l" en la cabeza, luego tom el telfono y la soda y se los llev a su dormitorio. Cerr la puerta y se acomod en su cama, aclar la garganta, tom un sorbo de su refresco y esper a que le pasasen la llamada de la mujer.

-Hola? -dijo la voz conocida, sonando ms fuerte esta vez, pero an melodiosa y suave. Hannah aplast el cronmetro.

-Hola dulzura, -dijo Hannah, totalmente con Roxanne en su lugar-, estaba aqu recostada, toda caliente, slo pensando en ti. -Hannah se sorprendi al escuchar una risa al otro lado de la lnea.

-No, no lo estabas. -La mujer no sonaba enojada, slo divertida. Las cejas de Hannah se fruncieron, en todo el tiempo que llevaba haciendo esto, nunca haba tenido esa respuesta. La mayora de las personas que llamaban, saban que era una mentira aquella frase, pero estaban pagando por una fantasa, por lo que le seguan el juego.

-Dulzura, decir eso no es muy simptico de tu parte, verdad? -Hannah dej que su sonrisa se escapara, ligeramente divertida con esta mujer, era tan rara.

-Creo que no es simptico. -La mujer se qued en silencio por un momento, un momento incmodo, y Hannah tambin mantuvo el silencio, saba que seguira, por lo que no quera llegar a interrumpirla-. Escchame Roxanne, siento lo que pas anoche. Tu trabajo es ms como Dra. Ruth y no como Dr. Freud.

Fue Hannah quien ri esta vez. -Querida, Dr. Freud tambin estaba interesado en el sexo, no es as? -la otra mujer tambin ri.

-Supongo que s.

-Entonces, te sientes mejor? Estabas muy afligida ayer. Me preocupaste. -Con mimo en su voz, luego fastidiada al darse cuenta de que esto no causaba el efecto que ella deseaba. Estaba acostumbrada a hablar con hombres tan fciles. Decir algo sexi o bonito y ellos estaban listos. Mujeres, o por lo menos esta mujer pareca ser muy diferente.

-Estoy bien. Me fui a trabajar por la mayor parte del da, me qued sentada confundida, preguntndome qu diablos haba pasado, preguntndome por qu demonios se llev todo lo de mi apartamento. Bueno, todo excepto el sof, un vaso y mi ropa, as fue.

-Esa debe haber sido una mujer furiosa, dulzura. Te portaste mal? -Hannah balance el telfono entre su mejilla y el hombro, tomando pequeos sorbos de su bebida. Se acomod en la almohada, tomando uno de los autitos de Michael de la mesa de noche y hacindolo rodar por su estmago.

La mujer ri. -Creo que puedes decir que s. -Hannah pudo escuchar un largo, pesado suspiro que se le escap-. Yo, demonios, yo no s.

-Qu? Dmelo.

-No te voy a cargar con mis problemas.

-Por qu no? T llamaste, adems creo que quieres hablar de ello. Dime dulzura. Dile a Roxanne todo lo que pas.

-Por dnde comenzar. -Dusty se acomod contra el silln, el vaso lleno de agua a su lado. Comenz contndole a la chica del telfono acerca de cmo ella y Adriana se conocieron, acerca de su relacin. Le dijo sobre algunos de los mejores momentos y algunos de los peores, para su horror se encontr nuevamente llorando, herida y confusa-. Por qu no quiere hablar conmigo ahora? Por qu no quiere hablarme, decirme lo que hice mal?

Hannah se acost an ms en sus almohadas, sintindose tan triste por esta pobre y perdida mujer. -No lo s, dulzura. Estoy segura de que tiene sus razones. -La rubia saba que esta mujer se haba portado como mierda con su novia, y entenda el por qu sta la haba abandonado. Pero, tambin saba que haban formas para hacerlo, y tomar todas las cosas mientras tu novia est de viaje de negocios, era realmente asqueroso.

-Me siento como una idiota. Confiaba en ella. -La mujer realmente estaba llorando ahora.

-Oh querida. Si estuviera ah te dara un gran, gran abrazo. -Hannah escuch a su interlocutora sonarse la nariz-. Cul es tu nombre querida?

-Uh, -Dusty pens rpidamente. No haba forma que ella le dijese a esta desconocida su nombre verdadero-. Maude.

-Ok, Maude. Quiero que te relajes, dulzura, est bien?

-S.

-Toma una buena bocanada de aire, Maude. -Hannah baj el tono de su voz ms, con un aire de madre para calmar a la mujer. Dusty tom varios respiros profundos, pas sus manos por su cabello, luego expeli el aire-. Cmo te sientes, dulzura?

-Mejor, gracias. -Dusty se acost en el piso, con el telfono an a su oreja-. Hace cunto haces... bueno... lo que haces? -pregunt, mientras se acomodaba.

-Como por un ao. -Respondi Hannah, mirando ms de cerca al juguete en su mano-. T que haces?

-Pertenezco al mundo de las corporaciones. -Suspir Dusty-. Esclava de las masas y el dinero, creo.

-Te gusta?

-Algunas veces. -Mir al techo, sintiendo una aguda soledad, penetrando en ella como una neblina de muerte-. Es tu verdadero nombre? Roxanne?

Hannah se ri al telfono. -Probablemente no ms de lo que Maude es el tuyo. -Escuch la risa de la otra mujer-. Las relaciones son tan difciles. Ms de lo necesario, yo creo. -La rubia se dio cuenta de que estaba usando su verdadera voz, y por un instante se sinti aterrorizada, sabiendo que cualquier cosa, an remotamente personal, era definitivamente un no-no en este tipo de negocio. Luego se relaj, casi saboreando el ser ella misma. Sinti que eso era lo que aquella mujer necesitaba, no una farsa.

Dusty escuch el sonido de la voz de Roxanne. Estaba hablndole suavemente, no muy alto, pero con intimidad, no en una manera sexual. Era agradable. -S, as son. Nunca he sido buena con ellas.

-Por lo que esta no fue tu primera relacin seria? -Hannah lanz el juguete a un lado, bajndose hasta quedar completamente acostada en la cama.

-No. Bueno, s y no. Esta fue la ms larga, pero he tenido otras.

-Qu paso con ellas? -Escuch suspirar a Maude.

-Ellas se fueron o yo me fui. Nunca fue bien. Me senta demasiado agitada, o ellas me engaaban. No s. Tal vez estoy destinada a estar siempre sola.

-Mi madre sola decir que ningn hombre es una isla. Supongo que vale tambin para las mujeres.

-Sp. Es verdad. Pero del otro lado de la medalla, por qu soy tan mala con las relaciones? Por qu no puedo conseguir a una mujer que quiera quedarse? Una mujer que me entienda. -Dusty suspir, realmente frustrada y descorazonada-. Crea realmente que tal vez esta era la verdadera. Que tal vez Adriana y yo podramos hacer algo bueno. Lo cre. Qu tonta. -Cubri su cara con sus manos, suspirando pesadamente otra vez.

-Lo siento tanto, Maude. S que es difcil. Creme, lo s. -La puerta del dormitorio de Hannah se abri, Ryan vio adentro. Ella cubri el auricular, mirndolo-. Qu? Estoy trabajando.

-Este hombrecito quiere darte las buenas noches. -Ryan alz sus brazos y el pequeito de dos aos y medio fue balancendose hacia el otro lado, riendo. Hannah no pudo evitar tambin hacerlo. Destap el telfono, con sus ojos puestos an en su hijo-. Puedes esperar un minuto?

-Claro. -Dusty escuch cuando cubri el receptor, pero an poda captar los sonidos caractersticos de un nio, luego palabras apagadas, totalmente inentendibles, pero que igual la hicieron sonrer.

-Lo siento. -Dijo Roxanne sbitamente.

-No te preocupes. Tienes pequeos?

Sorprendida por la pregunta, Hannah mir al telfono. -Um, s, -estaba un poco preocupada. Escuch a Maude rer suavemente.

-Pude escuchar el sonido de uno.

-Oh. -Hannah respir aliviada, sintindose estpida-. S, un hijo.

-Que maravilloso.

-Te gustan los nios? -Hannah se volvi a acomodar, tomando un sorbo de su Pepsi.

-S, claro que no tengo ni la ms mnima idea de que hacer con uno. Entonces, t haces esto desde la casa o algo as? -Dusty estaba sorprendida.

-Si. Estaba dndole a Michael su beso de buenas noches. Usualmente mis llamadas son ms tarde, cuando l ya est en la cama.

-Ah. Cuntos aos tiene?

-Dos y medio. -Hannah no poda dejar de sonrer con orgullo.

-Que precioso. Algunas veces pienso que adorara tener hijos, a pesar de que no se si ser capaz de encontrar tiempo en mi vida para ellos.

-Maude?

-Umm?

-Pensaste alguna vez que tal vez ese es el problema con tus relaciones?

-Qu? -Dusty tuvo una ola de ira, y se incorpor un poco.

-Bueno, por lo que me has dicho, parece que Adriana te dej porque de todas formas estaba sola. Querida, creme, s de lo que te hablo. -El tono de voz de Hannah se hizo ms duro, los recuerdos estaban aflorando en su cabeza, haciendo que su estmago se sintiera mal. Escuch a la mujer suspirar otra vez.

-No lo s. Creo que necesito tiempo para pensar. Debo irme.

-Est bien. Escucha, siento si te ofend...

-No, nada de eso. De verdad necesito pensar. Escchame, gracias por todo, por escucharme, animarme, todo eso. Realmente lo aprecio.

-Estoy a tu disposicin, Maude. De verdad. Tengo una pregunta.

-Dispara. -Dusty se levant, estirando su espalda y su cuello.

-Por qu llamaste anoche?

-Sinceramente?

-S. Sinceramente.

Dusty mir al piso, la punta de su zapato jugando con una mota de polvo. -No tena a nadie a quien llamar.

-Oh. Bueno, llmame cuando quieras. Est bien?

Dusty sonri. -Okay. Buenas noches, Roxanne.

-Buenas noches, Maude.

Dusty cerr su telfono, sonriendo por la conversacin y la mujer al otro lado de la lnea.

Hannah aplast el botn para cerrar la llamada, moviendo su cabeza. Qu llamada extraa, sin embargo una mujer muy agradable. Senta pena por Maude, y realmente quera saber todo de ella.

*****

Hannah entr apresurada en la pastelera, Shannon ya estaba esperndola. Golpeteando impacientemente sus dedos sobre la mesa al mirar sobre su limitado men, un cigarrillo en el extremo de su boca. La rubia hizo una mueca por el olor del humo que sala de un extremo de este. Ella haba dejado el vicio cuando supo que estaba embarazada de Michael, e inclusive ahora, el olor le provocaba nauseas.

-Hola. -Se sent, retirndose la bufanda que tena puesta al cuello, guardndola en un bolsillo de su abrigo.

-Hola hermosa. -Sonri Shannon a su amiga, dejando el men a un lado y poniendo el cigarrillo en un cenicero de plstico.

-Tienes que hacer eso mientras estamos comiendo? -Pregunt Hannah, alzando su ceja sealando a la barra cancergena.

-Bueno tal vez si hubieras llegado a tiempo, ese no sera un problema. -sonri Shannon. Los ojos verdes se entornaron.

-Bueno ya hablaremos cuando tengas que lidiar con un nio en los "terribles dos".

-Si, si. -Shannon descart el tema y sonri encantadoramente a la linda mesera que se acerc a su mesa-. Estamos listas, querida.

-Oh, est bien. Umm, damas qu es lo que pedirn? -la jovencita obviamente estaba incmoda, no muy segura de qu hacer con la naturaleza coqueta de Shannon y el trmino que haba usado con ella, por lo que volvi su atencin hacia Hannah.

Luego de pedir su orden, las mujeres volvieron la atencin a sus asuntos. -Entonces, cmo va la escuela? -pregunt Shannon, dando una ltima pitada a su Camel, y luego apagndolo con una mirada de pena.

-Bien. Pero estoy tan cansada todo el tiempo. -Hannah pas su mano por su cabello, alejando unos mechones de su rostro.

-Entonces, por qu lo haces? -Shannon se prepar el caf que la mesera les haba trado, ponindole una gran cantidad de azcar y un poco de crema. Hannah la miraba fascinada, moviendo la cabeza en disgusto.

-Porque no quiero hacer esto por el resto de mi vida. -Hannah se acerc, y baj la voz.

-Qu? La cuestin del sexo telefnico? -pregunt Shannon, sin tomar en consideracin ninguna discrecin.

-Shannon! -la rubia sise, sonriendo a una pareja de personas mayores que las miraban desde una mesa cercana.

-Oh mierda, querida, si yo no sonara como Kathleen Turner con resfro, estara haciendo lo que t haces, en lugar de slo estar pasando las llamadas. No es nada para avergonzarse. -Sac otro cigarrillo del paquete, luego recordando donde estaba, y lo mucho que Hannah los odiaba, lo volvi a guardar.

-Hablas en serio? -Hannah tom un sorbo de su caf, sus manos an fras envolvieron el jarro caliente.

-Bien en serio. Es buen dinero, chica. Y t eres buena para eso. Mierda, sabes cuantos tipos preguntan por ti? Maldicin, chica blanca y sexi, y ni siquiera lo sabe. -Hannah se abochorn por el casi halago.

-Bueno, si. -Mir a las profundidades de su caf-. No s. Es slo que no quiero que cuando mi hijo sea lo suficientemente grande para entender lo que hace su mam para vivir, se tenga que avergonzar de m. -Hannah sonri a la mesera que les traa sus desayunos. Murmur un suave gracias y comenz a organizar su comida. Shannon la miraba con inters.

-Qu haces?

-Qu? -Hannah la mir-. No me gusta que mis huevos toquen a mi tostada de pan o que esta se mezcle con las salchichas.

-Gringa loca.

-Si, si. -Hannah comenz a poner mantequilla en su tostada, con cuidado de no dejar los bordes.

-Entonces, qu pas con la pollita de la otra noche? Ha vuelto a llamar? Yo he estado fuera de turno.

-Si lo s. Steven tom a cargo las llamadas. -Hannah se estremeci, Shannon ri a carcajadas.

-Sabes? Slo porque el suena como Robert Stack haciendo una llamada obscena. -Se ri otra vez mientras una fundita de crema le era lanzada-. De todas formas, ha llamado ltimamente, o qu?

-No desde esa noche.

-Y? -Shannon estaba inclinada hacia delante en su silla, mirando atentamente a su amiga.

-Y qu? Hablamos. -Ojos verdes pestaaron a las cejas inquisidoras, luego volvi a mirar a su desayuno.

-Acerca de...? Te gust hacer la salvaje verbalmente con una pollita? -los ojos de Shannon hervan de picarda y curiosidad. Hannah le lanz una bola hecha con su servilleta.

-Eres terrible! Tu bestia.

-Ya lo sabes. Vamos, dime todo.

-No lo s, est bien?

-Qu quieres decir con no lo s? Hablaste con la mujer? -La morena llam a la mesera con una sonrisa y le pidi ms caf.

-Es verdad, pero nada pas. -Admiti Hannah cuando se quedaron solas nuevamente. Los ojos obscuros la miraron con duda-. Seriamente. Ella slo quera hablar. No lo s. -La rubia mir hacia fuera por la gran ventana que daba a las calles de Chicago-. Algo me dice que no tiene a nadie con quien hablar. Como si estuviera sola o algo as.

-Qu le pasa a esa chica? Por qu no tiene a nadie con quien hablar? No tiene familia? Qu pas con su ex o lo que sea? -Shannon dispar una serie de preguntas, luego se detuvo de golpe, sus ojos obviamente estaban fijos en alguien parado atrs de la rubia-. Guau, dulces Mara y Jos. -Se santigu.

Hannah mir sobre su hombro, sabiendo que si Shannon haba mencionado a Dios en su mezcla, era amor a primera vista. -Qu? -vio a una mujer alta, con cabello obscuro parada al mostrador, esperando por su orden. La espalda de la mujer estaba hacia la rubia, pero poda ver que la mujer tena un buen cuerpo, y que el traje le quedaba perfecto-. Quin es? -pregunt Hannah, regresando a mirar a su amiga que babeaba. Shannon neg con la cabeza.

-No s. La he visto antes aqu, pero maldicin, es una galletita bien caliente. Normalmente yo digo que slo una pollita con fuego latino puede hacer que se me escapen mis jugos, pero, oh Dios.

Hannah gir sus ojos, siempre pensando que su amiga era peor que cualquier hombre cuando vea a una mujer atractiva.

-Es tan feo como tratas a la poblacin femenina. -Murmur, tomando otro sorbo de su nuevo caf.

-Si, bueno, qu puedo hacer? -Shannon se encogi de hombros, mirando mientras la mujer, con su fundita blanca a la mano, sala del lugar, su cabeza erguida, destilando confianza-. Entonces, cmo est ese precioso hijito tuyo?

Hannah estaba agradecida por el cambio de tema de conversacin. Nunca se senta a gusto hablando de las obsesiones que tena Shannon con las mujeres hermosas. No es que la rubia fuera homofbica por nada, pero tampoco le gustaba hablar del asunto. Especialmente cuando se trataba slo de lujuria. Siempre estuvo lista para apoyar a Shannon en sus numerosas relaciones fallidas. Pero esta cuestin de lujuria era diferente.

Se alegr inmediatamente ante la mencin de su hijo. -Oh, l es maravilloso. Te prometo, no tena idea de que un nio poda ser tan inteligente. El chico es ms astuto que yo, y ni que decir de Ryan. Olvdate. -Alej su plato, rellen su taza de la jarra de caf que la mesera haba dejado.

-Bueno, eso no me sorprende. Ryan no es exactamente un cientfico, oye, cmo est l?

-Eso es verdad. -Hannah se ri, pensando en su primo y todas sus explosiones infantiles. Hace seis meses el haba decidido dejar la Universidad, luego de tres semestres, y sin un lugar a donde ir y no muchas opciones, Hannah le ofreci un lugar donde quedarse si es que el le ayudaba con los pagos. Ella no poda con todo el gasto por si sola, y una pequea ayuda del chico significaba mucho financieramente.

-Va a regresas a estudiar? -Shannon recogi todos sus platos con cuidado, tambin su servilleta y luego la coloc sobre la pila, retirando todo hasta el filo de la mesa. Su amiga movi la cabeza.

-Lo dudo, pero no s. Tal vez se de cuenta. Quiero decir, s que l est tratando de 'pulirse', como el lo llama, pero trabajar en un gimnasio a medio tiempo, no creo que sea exactamente el mejor camino para llevarlo a una carrera, sin importar lo que el piense. Es demasiado flaquito para convertirse en un entrenador personal. -Sonri slo de imaginrselo, tambin Shannon.

-No bromeas. Bueno, -la morena retir su silla, sacando su tarjeta de crdito de su billetera y la puso junto a la cuenta-. Tengo que irme.

-Est bien. -Hannah sac dinero de su bolsillo, pero Shannon no lo acept.

-Paga t la propina.

-Ests segura?

-No. Coo, te ofrezco pagarte el desayuno por pura broma.

-Est bien, est bien. Dios, que lenguaje.

Sac un par de billetes y los puso sobre la mesa acomodando su bolso sobre su hombro. -Nos vemos luego, bella. -Dijo Shannon, tomando la cuenta y la tarjeta para ir hacia la caja.

*****

Dusty acomod la funda de su desayuno sobre el escritorio, retirndose la chaqueta de sus hombros y colocndola en el respaldo del silln. Tom un sorbo de su caf desde la taza de plstico, estremecindose por el lquido demasiado caliente. Gru, molesta de que la jovencita no le escuchara cuando le pidi que no calentara demasiado su caf en leche.

Lo dej a un lado hasta que se enfriara. La chica poda ser bonita, pero no tanto para que el asunto no le molestara. Pero en estos das en realidad no se necesitaba mucho para enojarla. Su ira e irritacin estaba siempre en la superficie, lista a hervir ante la ms mnima provocacin.

Haba planeado tomarse unos pocos das de la prxima semana para ir de compras. Tal vez slo comprar muebles, ms como compra de apartamento. No tena ganas de vivir en el que tena despus de lo que le haba pasado. Estaba lleno de fantasmas por todo lado, y ya no quera ser perseguida ms.

Luego su mente hizo un giro de ciento ochenta grados, y comenz a pensar en Roxanne. Sonri, pensando en la chica del sexo por telfono. Cmo lucir? Ser tan atractiva como su voz la haca sonar? Probablemente no. Tal vez era una jovencita de dieciocho, que usaba el dinero para drogas. O para alimentar a diecisis nios.

Se ri en voz alta de si mismo, dndose cuenta lo tonta que sonaba. Qu importaba? Sin embargo deba admitir que disfrut la conversacin. Tal vez fue por todo el asunto de que era una extraa. Haba sido bueno poder desahogarse de lo de Adriana sin que se le acuse de idiota por haberla dejado escapar, o de que se mereca lo que le pas. Dusty no poda recordar a ni una sola persona que se hubiera puesto de su lado mientras todo eso pasaba.

Suspir, dndose cuenta de que ahora eso ya no importaba. Se acab y todo lo que ahora deba hacer era comenzar de nuevo y seguir para adelante. A decir la verdad, la parte de continuar no iba a ser tan difcil como se lo hubiera podido imaginar. Tal vez ya haba terminado desde hace tiempo. Si es que en algn momento permiti que comenzara.

*****

-Hola, Hannah.

La rubia se estremeci, cerrando los ojos mientras se limpiaba las burbujas de sus antebrazos. -Hola Steven. -Hannah meti sus manos en el agua para enjuagarse, disfrutando la calidez en su piel, sumergiendo los cristales que haba enjabonado, hasta el fondo del lavabo y luego ponindolos en un mantel para que se escurrieran.

-Cmo ests, dulzura? -la voz jadeante del otro lado de la lnea pregunt. Hannah trag fuerte para bajar la bilis.

-Estoy bien, gracias por preguntar. Cmo ests t?

-Oh, sencillamente fantstico, querida. Realmente fantstico.

-Magnfico. Qu hay de nuevo? -Ella comenz a atacar la fuente grasosa. Era lo que se consegua al preparar lasaa, un tremendo relajo!

-Tienes una llamada, dulzura.

-Bien, gracias. -Hannah se mordi, casi gritando del dolor. Quera decirle al hombre que se metiera todas sus palabras dulzonas por el trasero, pero saba que con eso corra peligro de perder su trabajo. l era el dueo del servicio, por lo que tena que aguantarlo-. Psala.

-Ah va. -Con un ltimo suspiro, lo que le llevaba siempre a Hannah a pensar que Steve estaba eyaculando, ste cerr la llamada, y comenz el timbrazo familiar. La voz en el otro lado de aquel timbre sera su cliente. El telfono son otra vez y el timbre par.

Tiempo del espectculo.

Hannah aclar su garganta con el recibidor cubierto y se convirti en Roxanne.

-Hola dulzura. Cmo ests? Estaba esperndote. -Su voz profunda y sensual. Removi el tapn para que el agua se fuera, mirando mientras las burbujas y el agua se iban por la caera, desapareciendo de la vista.

-Hola Roxanne.

Hannah vacil mientras se secaba las manos en una toalla seca. Lanzndola en el fregadero, se dirigi hacia el refrigerador, tom una Pepsi y fue hacia el corredor que la llevara a su dormitorio.

-Oh, hola dulce. Cmo ests? -cerrando la puerta tras de s, se sac los zapatos, dobl sus almohadas, ponindose cmoda.

-Estoy bien. -Dusty tambin se acomod, se estir en su sof, a gusto en un par de viejos calentadores y una camiseta de su Alma Mater, la Universidad de Stanford-. Y t?

-Oh, estoy bien. -Hannah sonri al recibidor. Estaba contenta de escuchar la fuerte, aterciopelada voz de Maude. Maude. Horrendo-. Dulzura, ya se que hemos tratado el tema antes, pero cul es tu nombre real?

-Por qu piensas que no es Maude? -Dusty estaba sonriendo. Escuch una risita al otro lado de la lnea que la estremeci.

-Porque no te queda bien. No s. -Hannah comenz a enrollar un mechn de cabello rubio alrededor de su dedo, haciendo una mueca cuando comenz a cortar el flujo de sangre de la punta del dedo.

-Entonces, qu me quedara bien? -su propia voz se hizo un poco ms profunda.

Est coqueteando conmigo? Hannah sonri, bebiendo de su soda. -Hmm. No s, querida. Cmo luces? -Su sonrisa se ampli con la profunda risa del otro lado.

- Qu pas con esa cuestin de mantener el anonimato?

-De dnde sacaste esa idea, dulzura?

Dusty ri, movindose hasta ponerse ms cmoda. -Oh, no s. Talvez un pequeo pajarito me lo dijo. -Ri, disfrutando el coqueteo. Haba pasado tanto tiempo desde que lo haca.

-Bueno entonces, por qu no matamos dos pjaros de un tiro, hmm?

-Lindo.

-Trato, dulzura.

-Estoy segura de que lo haces. Cul es tu nombre real?

Hannah mir hacia el cronmetro, que estaba marcando el tiempo en su mesita de noche. Volvi su atencin hacia Maude, mordindose el labio inferior. -Pero, t ests pagando por hablar con Roxanne.

-Puede ser verdad, pero en vista de que soy un cliente que paga, no debera yo poder escoger con quien hablar? El Dr. Jekyll o el Sr. Hyde?

Hannah sonri, encantada. -Bien. Ensame las tuyas y yo te ensear las mas. -La rubia esper en una pausa del otro lado de la lnea y luego la clida, aterciopelada voz.

-Dusty.

-Es un gusto conocerte Dusty. Es corto de algo?

-No. Slo Dusty. Mis padres no eran tan originales. -Dusty se vir hacia un costado, enrollndose en una bola, el telfono apoyado a su oreja.

-Oh, no s de eso. A mi me parece bastante original. De dnde tomaron un nombre como ese, de todas formas? Suena como algo que escuchas viniendo de Texas.

-Un huh, deja ya de andar con rodeas. Tu turno.

Hannah sonri. -Me atrapaste. Hannah.

-Hannah. -Dusty prob el nombre en su lengua, dndose cuenta de que le gustaba-. Mejor.

-Mejor que Roxanne?

-S. Ese nombre me hace pensar en una cancin de Sting.

-De dnde crees que se me ocurri? -Hannah reajust sus almohadas tras de ella, bajndose un poco para ya no estar tan sentada.

-Sabas que el tuvo la idea de esa cancin caminando por las calles de Amsterdam?

-No, no lo saba.

-Hannah huh? Te tienen a ti y a un montn de chicas sentadas en un cuarto haciendo esto? No escucho ningn gemido? -Ri Dusty al or la risa del otro lado.

-S. Vers, en el cubculo junto al mo esta Shay. Ella se encarga de sadomasoquismo. Luego esta Cristal. Ella est en el rollo con animales.

-Cmo? Haciendo sonidos de cabras? -las dos rieron-, entonces t eres la chica lesbiana?

-No en realidad. T eres la primera.

-De verdad. -La curiosidad de Dusty subi por este hecho.

-S, de verdad.

-Cun a menudo haces esto? Es un trabajo de tiempo completo? Debes cansarte bastante.

Hannah se ri otra vez. -No, en realidad. Lo hago como complemento a mi escritura.

-Eres escritora? -Dusty se gir sobre su espalda, intrigada por este cambios en los eventos e informacin.

-Si. -Fue la tmida respuesta.

-Debo admitirlo, estoy sorprendida.

Las cejas rubias se fruncieron. -Por qu?

-Bueno, para comenzar creo que nunca me preocup mucho el saber que haca una chica de sexo por telfono con su tiempo libre.

-Pensabas mucho en las chicas de sexo telefnico, verdad? -ri Hannah.

-Um, no. No en verdad. Para ser sincera, nunca antes haba llamado a una.

-Entonces, por qu yo?

-Tu propaganda estaba en mi buzn de correo. -Ri Dusty. Se sent, tomando su bolso y buscando dentro de l hasta encontrar un paquete casi lleno de tabacos mentolados. Siendo estos un raro obsequio que ella se permita. Prendiendo el encendedor, toc la llama con la punta del cigarrillo, inhalando profundamente, con los ojos cerrados-. Y qu escribes? -Exhal el humo, mirando como flotaba hacia el tumbado-. Historias? Poesa? Letras de canciones? Grafitis?

-S. Bueno todo excepto los grafitis.

-De verdad? Me impresionan tanto los escritores. Difcilmente puedo escribir mi nombre. No soy del tipo creativo. -Tom otra bocanada de su cigarrillo.

-Ests fumando?

-S. Por qu? -Dusty lanz el humo.

-Algunas veces todava me hace falta. Tambin fumaba, pero lo dej cuando supe que estaba embarazada de mi hijo. -Hannah tom un gran sorbo de su Pepsi, terminando la bebida y aplastando la lata-. T tienes alguno? Qu es lo que haces exactamente?

-Nop. No sabra que hacer con ellos. No tengo hijos, ni sobrinos o sobrinas. No primos jvenes. Soy una alta ejecutiva de una gran compaa.

-Negocios legales? -Hannah ri ante el profundo sonido de la risa a travs de la lnea.

-Si.

-Slo preguntaba.

-Hablando de negocios 'legales', cmo es que una escritora, madre de un pequeo de tres aos comenz en el negocio de sexo por telfono? -La morena se incorpor, fue hacia la cocina para buscar algo que le sirviese como cenicero. Sin encontrar nada, golpe la punta de su cigarrillo en el lavadero. -Mierda, -casi gru cuando perdi la flama.

-Todo est bien? -ri Hannah.

-Sip. Slo perd mi cereza. -Explic Dusty mientras volva a prender el tabaco e iba nuevamente hacia el sof.

-Tu qu?!

Dusty ri, larga y fuertemente en el telfono, sintiendo que las lgrimas comenzaban a salir de sus ojos. Poda or a Hannah rer con ella. -No, -se limpi los ojos-. Oh mierda, estoy llorando. Mi cigarrillo. Lo golpe muy fuerte.

-Oh. -Hannah aclar su garganta, tratando de controlarse, pero comenz otra vez a rer ante la imagen que pas por su mente. -Algunas veces apesta vivir en una cloaca.

-No s, -Dusty sonri, bajando su voz-, creo que en tu lnea de trabajo eso puede ayudar.

-Es verdad.

-Lo que me recuerda, nunca me has dicho como llegaste a involucrarte en eso...

...-Bueno vers, cuando tienes un pequeo que mantener, ests estudiando y no quieres dejarlo en la noche para ir a trabajar,

-Ah, no me digas ms. -Dusty camin alrededor de la tienda de muebles, fruncindose ante los que encontraba ah-. Sabes, no tena idea de que fuera as de condenadamente difcil encontrar algn maldito mueble que me gustara.

-Cul es el problema? -pregunt Hannah, colocndose sus lentes de lectura ms arriba en su nariz, revisando la pantalla de su porttil-. La gente no sabe como escribir! -murmur.

-Bueno, eso te pasa por tener que corregir ensayos, mientras ests hablando conmigo. -Ri Dusty, tocando el silln de cuero. Era magnfico ahora que Hannah, por amistad ya no le cobraba cada vez que hablaban. Haba conseguido que de alguna forma no le costara nada, inclusive an llamando al nmero 900. Tuvo que sonrer ante esto. Hannah se haba convertido en su amiga, quin lo iba a imaginar?

Si slo Dusty hubiese sabido que esas correcciones que estaba haciendo, por las sesiones de tutora que daba, eran debido a que por estar hablando con ella todo el tiempo, perda dinero en su trabajo regular, entonces necesitaba esa entrada extra. -Okay. En ese caso, hablaremos ms tarde. -Click.

-Oye! Espera, necesito tu ayuda para escoger...

... -trozos de arena de su brazo. Oh, querido. -Hannah balance el telfono en su hombro, mientras su pequeo lloroso la miraba con patticos, grandes ojos verdes. No llorara, no poda llorar, tena que ser un nio grande como el to Ryan le haba dicho que deba ser.

-No necesitas llevarlo a Emergencias? Quiero decir, es algo serio, verdad? No morir o nada de eso? -Los ojos de Dusty estaba grandes, llenos de preocupacin y temor por el accidente del pequeo Michael. Sus cejas se juntaron al escuchar la pequea risita al otro lado de la lnea.

-No Dusty, estar bien. Slo fue un accidente con su carrito. Tal vez la prxima vez no tratar de correr mientras lo empuja, verdad amiguito? -Hannah dio a su pequeo un beso en la mejilla ante el serio gesto de aceptacin que recibi a su pregunta-. Tendras que verlo Dusty. Ahora luce como un perfecto pequeo angelito, como si nunca ms va a hacer nada malo. -Ro otra vez-. Se asust de muerte.

-Entonces estar completamente bien ahora? -sonri Dusty, cerrando su computador, el edificio a su alrededor estaba obscuro y silencioso. As como el encargado de edificio haca su ronda final chequeando todo antes de irse a dormir luego de un largo da de ms de dieciocho horas de trabajo, Dusty camin hacia los grandes ventanales. Fuera la noche resplandeca con las luces de la ciudad-. Guau, es hermoso ah afuera.

Hannah tuvo que morderse la lengua para no preguntar, recordando el pacto de no divulgar ninguna informacin geogrfica. -Estas todava en el trabajo? -Hannah puso un chorro de desinfectante en el raspado del brazo de su hijo, soplando cuando l comenz a retorcerse-. Lo s, querido.

-Sp.

-Da largo? No habamos hablado de las largas horas de trabajo, Dusty? -Hannah cort el fin del esparadrapo con sus dientes, para luego colocarlo en el lugar para que asegurara la gasa sobre el lastimado de Michael.

-Si lo s, mam.

Hannah sonri, sin saber que Dusty haca lo mismo. -Bueno, ya me despido....

....cuando estaba en mi tercer ao de universidad. -Dusty mir alrededor de su nuevo dormitorio, en su bonito pero mucho ms pequeo departamento ubicado justo en el centro de Chicago. Puso su mano sobre su estmago, mirando hacia el techo, sobre el cmodo colchn bajo ella.

-Guau. Y cmo te fue con tus padres? -Hannah se gir, sus dedos jugaban ausentemente con un hilo de la cobija que estaba cubriendo su cuerpo.

-No muy bien. Ellos bsicamente me dijeron que no esperara ningn tipo de ayuda de su parte.

-Oh Dusty. Guau, lo siento.

-No es necesario. Sucedi hace tiempo, ya lo super. Me di cuenta de que el amor a costa de un precio tan alto no mereca mi tiempo. -La voz y la actitud de Dusty haba cambiando. A pesar de que ella crea en esas palabras, en el fondo de su corazn todava le dolan y hacan que nuevamente el muro a su alrededor se alzara. Tan preocupada por no sufrir. Esa era una razn por la que era tan honesta y abierta con Hannah, ya que eran extraos invisibles, conectados nicamente por una lnea telefnica. Hannah no poda tocarla y hacerle dao, no poda hacerle sentir. Verdad?

-Bueno yo creo que ellos son imbciles que no te merecen entonces, de todas formas. -Hannah escuch la risita suave de Dusty.

-Gracias, pero dudo de que ellos estn de acuerdo con eso.

-Entonces? Lo que ellos piensen no importa ms. Pueden ser simplemente comentarios nulos y huecos, sabes. -Hannah deseaba tanto poder estar en el mismo cuarto con su amiga. Quera ser capaz de tomarla en sus brazos y darle un gran abrazo, cosa que de seguro la otra mujer no haba hecho en aos. Muchas veces se preguntaba cmo habr sido la relacin entre Dusty y Adriana. Tena tambin una teora por la cual aquello no funcion y era porque Adriana nunca trat de entender a una mujer tan compleja como Dusty. Si slo ella hubiera tenido una oportunidad de crecer.

-Apuesto a que eres una bola de fuego en la vida real, ah?

-Oye, qu te da esa idea? -Sonri Hannah-. Entonces, cmo supiste que eras gay? Tengo una buena amiga, Shannon, quien es en realidad la operadora principal del servicio, y ella es gay. Pero veras, ella es una de esas mujeres que piensan que ya sali del tero de su madre, siendo gay. Quiero decir, algo as como ya tener un enamoramiento de la pequea Sandy quien estaba sentada al frente jugando en su cajita de arena. -Poda escuchar la risa de Dusty.

-Eres un encanto. Hey, de todas formas cmo luces?

-Cmo quieres que luzca, dulzura? -Hannah baj el tono de su voz, otra vez en modalidad de trabajo.

A pesar de que Dusty saba que Hannah estaba slo jugando, no pudo evitar el sentir un pequeo escalofro recorrindole la espalda, y depositndose definitivamente al sur. -Caliente con grandes tetas. -Sonri Dusty, sabiendo que su sonrisa se reflejaba en su voz. Hannah tambin ri.

-Bueno, -mir hacia su pecho, el cual no estaba mal, pero claramente ella no era una Dolly Parton-. Lo siento entonces. El tener un beb y la gentica van en tu contra en ese punto. -Ri, llena de picarda-. Con el asunto de las tetas grandes, de todas formas.

-Oh, ya veo. Entonces si eres sexy y caliente?

- Para. -Hannah comenz a abochornarse. No estaba en su papel ahora, no poda esconderse detrs de Roxanne. Senta como el calor le suba por el cuello, llegando hacia sus mejillas y orejas. Dusty se ri.

-Te hice sonrojar?

-No. -Hannah aclar su garganta, tratando de normalizar su color.

-No te creo. -La morena acomod su almohada, consiguiendo as algo en que arrimarse-. Estas colorada, verdad?

-No.

-Mentirosa.

-No.

-Doble recontra mentirosa.

-Oh, te ests poniendo sucia ahora. -Acus Hannah, su puchero petulante estaba siendo reemplazado por una sonrisa.

-Esa es mi especialidad. -Dusty se ri ante el sonido que acompa a su declaracin.

-Quin lo dice? -Perdiendo el hilo de la broma, Hannah puso toda su atencin en la conversacin a mano.

-Cualquiera que haya tenido la suerte de cruzarse en mi camino. Basta una mirada y las mujeres caen redondas ante m. Quiero decir, estoy tan bien que ellas slo logran abanicarse y ponerse en lnea para la Sala de Emergencia, para ser revividas con sales.

-J!

Dusty tena que hacer todo lo que poda para no soltar una carcajada ante las barbaridades que estaba diciendo. -Qu? No me crees?

-Ni por un instante.

-Probablemente una sabia decisin. Estoy llena de mierda. -Dusty casi se desle ante las sonrisitas que acariciaron sus odos.

-Adems, mi amiga Shannon podra haber peleado contigo por el derecho de decir esas cosas.

-De verdad?

-Oh sp. Quiero decir, Shannon es la mxima lesbiana y toda una rompe corazones con las damas. A veces vamos a una pequea pastelera y cafetera, a tomar algo para el desayuno, como el otro da por ejemplo. Ella comenz a pavonearse ante la pobre mesera. Creo que la chica no supo que la golpe. -Hannah ri recordando-. Oh, y luego estaba esta mujer de pie ante el mostrador, esperando a dar su orden, si?

-Aj.

-Bueno, bsicamente Shannon tuvo que limpiarse la barbilla para parar de babear. Por lo que pude ver de la mujer, s, era hermosa, pero simplemente no entiendo ese tipo de comportamiento, creo.

-Oh, vamos. Me quieres decir que no te emocionas con un chico caliente y sexy? -Dusty trat de no rer ante la similitud que esta mujer Shannon tena con ella misma. Pero quizs era mejor mantener este descubrimiento en silencio.

-Despus del pap de Michael? Bromeas?

-Espera Hannah, no estoy hablando de matrimonio. Slo hablo de unas buenas feromonas chapadas a la antigua, encontrndose con unas atractivas feromonas.

-Diablos, no lo s. -Hannah se puso de lado, mirando la ventana, los rboles moviendo al viento-. Parece fra la noche. -Dijo en voz suave, queriendo cambiar el tema, sin saber bien el por qu. El pensar en hombres en cualquier otro modo que no fuera su hijo o primo, era difcil de aceptar.

-Aqu tambin. -Dusty mir a travs de la gran ventana panormica que cubra casi toda la pared de la habitacin-. Ventoso. Puedo escucharlo a travs de los edificios.

-Sp. Bueno, -Hannah dio un gran respiro y bostez-. Es tarde Dusty, y en pocas horas tendr que levantar a Michael. Hablaremos maana?

-Ya lo creo. Buenas noches Hannah.

-Buenas noches Dusty. -Hannah sonri al cerrar la comunicacin aplastando el botn de su inalmbrico y colocndolo en su estante para que se recargara durante la noche. Saba que necesitara la batera bien cargada maana.

*****

Hannah pas la mano por su cabello, causando que se llenara de esttica. Golpete la punta del lpiz en la mesa en la que estaba escribiendo. Mirando a su primo que estaba al otro lado de la mesa.

-Ryan, ste es el segundo mes seguido en que te demoras. Necesito tu parte -trat de mantener el nivel de su voz calmado, sabiendo que explotar no conseguira nada ms que hacerlo enfurecerse.

-Los siento Hannah. No ha sido intencional. Los chicos queran salir a divertirse, y...

-Ryan! Gastaste el dinero de la renta en hierba?! -Okay, a la mierda con la suavidad-. Maldita sea. Cundo vas a aprender algo de responsabilidad? -lanz el lpiz en la mesa, sin ver a Ryan que bajaba su cabeza.

-Mami?

Hannah mir hacia abajo a su hijo, que la miraba con ojitos preocupados, su pequea mano en su pierna. El la tena que proteger cuando ella estaba triste.

-Qu beb? -Hannah soni cuando vio que Michael le ofreca su camioncito-. Gracias amorcito. -Tom el juguete y luego alz al pequeo colocndolo en su regazo, apoyando la quijada sobre su suave cabello. Recordando el nio que haba dado el juguete a su madre, lo tom con sus deditos y comenz a manejarlo por sobre todos los papeles de cuentas.

-Qu quieres hacer? -Ryan pregunt, repitiendo el hbito de su prima de pasar su mano por su cabello, dejndolo en desorden.

-Voy a tener que conseguir otro trabajo...

-Djame mandarte el dinero.

-No.

-Vamos Hannah. Ya tienes tu tiempo completo con la escuela, el trabajo que haces y Michael. Djame mandarte el dinero que necesitas. -Dusty se sac sus lentes de lectura, ponindolos en su escritorio delante de ella.

-No Dusty. No hay forma de saber cuando ser capaz de devolvrtelo...

-Ser un regalo de una amiga, no un prstamo. Vamos Hannah. No me desprecies. Quiero ayudarte a ti y a tu hijo. -Permtemelo.

-No lo s Dusty. Simplemente no s. Lo que s es que debo irme. -Hannah suspir, viendo a la cantidad de gente que estaba a punto de atropellarla en el mostrador de Crimshaw Bakery.

-Est bien. Promteme una cosa antes de irte.

-Qu? -Hannah estaba irritada, bsicamente por preocupacin.

-Promteme que al menos lo pensars. -Dusty mantuvo la respiracin, esperando la respuesta. Hannah no contest en algunos segundos, pero en la mente de Dusty, pareca una eternidad.

-Okay. Lo pensar. Ahora tengo que irme. -La rubia cerr su telfono, hacia el cual tena ya destinadas las llamadas que eran de Dusty. Con un profundo suspiro, y an con un sentimiento ms pesado en su corazn, se alist para comenzar con su nuevo trabajo de mesera.

Dusty cerr tambin su telfono, lanzndolo sobre el escritorio. Frustrada y queriendo tanto que Hannah le permitiese ayudarla. Ella saba la historia con Ryan, y cmo el principal motivo para que l haya ido a vivir con la chica era para ayudarla financieramente, y as tambin el tuviese un sitio al cual ir. Ahora l estaba faltando a su parte, y con lo que comprometa a Hannah. -Insensato.

-Perdn?

Dusty alz de golpe la cabeza, viendo a Allan Rodgers parado en la puerta, con carpetas en la mano.

-Nada. Qu pasa? -se apoy a la silla, cambiando su postura a aquella de calma, indiferencia, que era como colocarse un conocido y viejo abrigo.

-Bueno, estos papeles acaban de llegar para ti. -El asistente de contabilidad entr en la oficina, entregando a Dusty los nuevos datos por los que haba preguntado temprano en la maana. Tom las carpetas, estudiando a su portador. Allan estaba recin salido de la Universidad, alguna de aquellas escogidas, que papi y mami deban pagar, con sus lustrosos zapatos Gucci y una imponente corbata que traicionaba su posicin de casi mensajero. Con su corto cabello obscuro y por supuesto los lentes ms populares y de mejor marca, colocados perfectamente en su bronceada nariz.

-Gracias Allan. -S, algn da sers un gran imbcil, justo como todos los dems de ste piso, donde aspiraba llegar.

-Por supuesto Srta. Copeland. -Sonri, pero no se movi para irse.

-Hay algo ms, Allan? -pregunt Dusty, mirndolo sobre sus lentes mientras comenzaba a revisar los papeles que l trajo.

-Bueno, algo. Puedo? -pregunt sealando a la puerta abierta. Dusty se retir los lentes otra vez, se acomod hacia atrs y asinti con su cabeza. La puerta fue cerrada con un suave sonido, y Allan se vir hacia ella con una sonrisa, se acerc al escritorio tomando asiento.

-Qu pasa?

-Bueno en realidad, estoy aqu para descubrirlo. -Contest fcilmente. Frunciendo sus obscuras cejas.

-Qu quieres decir?

-Bueno, si puedo ser franco Dusty, he notado que ests un poco preocupada ltimamente.

Dusty lo mir. Primero, el chico se atreva a llamarla por su nombre, luego se daba libertades comenzando a hablarle de su 'preocupacin'?? Decidi escucharlo antes de estrangularlo. -Y?

-Y me estaba preguntando si es que todo est bien. Me di cuenta de que no te conozco muy bien,

-Casi nada.

-En efecto, casi nada, pero estoy preocupado. -Una arruga se form entre las perfectas cejas de Allan-. Slo quera que supieras que si necesitas algo, hablar, un consejo, o lo que sea. -Le dio una sonrisa triunfadora, con impecables dientes blancos haciendo contraste con la piel bronceada gracias a sus juegos de tennis.

-Gracias, Allan. Lo tendr en mente, y gracias por tu preocupacin. De todas formas, no tienes motivo. Estoy bien. -Jugaron una batalla silenciosa de poder, hasta que finalmente l se dio cuenta de su lugar frente a un ejecutivo de mayor rango en la compaa para la cual trabajaba, Allan se puso de pie dirigindose hacia la puerta-. Allan? -l se vir hacia la hermosa mujer delante suyo. Haba escuchado rumores de que ella era gay, y hubiera querido ms que nada el desmentirlos.

-Si?

-Crees que es posible enamorarse de alguien sin siquiera haberlo conocido? -Dusty lo estudi, curiosa por su respuesta. l sonri otra vez. Aquella sonrisa que comenzaba a darle en los nervios a Dusty.

-Tal vez en los libros de cuentos. No en la vida real.

-Gracias Allan. -Dio por terminada su conversacin, volviendo a sus papeles, escuch la puerta cerrarse suavemente tras el pretencioso culito.

*****

-Qu? -Hannah mir a su profesor-. Qu? -repiti, viendo que la sonrisa del Dr. Spangler creca. Tambin la suya comenz a formarse, slo por puro contagio.

-Escuchaste correctamente Hannah. Te quieren a ti.

-Ellos. Quiere decir los de "Little Brown", esos 'ellos'? -Spangler asinti.

-Es exactamente lo que quise decir. -El profesor de Literatura tnica rea de oreja a oreja. Su preciada estudiante, llena de talento y promesas, y tambin maravillosa como todos los infiernos. Si es que slo el tuviese veinte aos menos y fuera soltero. Maldicin, bastara con ser veinte aos ms joven.

-Oh Dios mo! -Hannah salt hacia l, agarrndolo con sus piernas y brazos, en su emocin casi mandndolos al suelo a los dos. El Dr. Spangler se sostuvo, abrazndola tambin con igual entusiasmo, antes de bajarla suavemente al piso.

-Felicitaciones.

-Voy a ser publicada? De verdad publicada, con cubierta, lomo, el juego completo? -Hannah apenas poda respirar. Esta tena que ser una broma enfermiza, un chiste cruel. Nunca antes haba tenido tanta suerte.

-Toda, completa. Dick Brotherton dijo que maana se pondr en contacto contigo por telfono, por lo que puedes estar esperando su llamada.

-Dios, claro. Guau. El es un grandioso editor.

-El escogi tu trabajo para editarlo Hannah. -El profesor tom por los hombros a Hannah, mirando en aquellos maravillosos ojos verdes, asegurndose que ella entendiera el significado de todo esto. La pequea rubia lo mir con expectacin.

-De verdad? Me escogi? -Spangler asinti-. Guau, -mir al piso, su corazn hundindose. Su profesor y mentor vio el cambio.

-Qu pasa?

-Qu si l piensa que soy psima, doc? Qu si comenzamos y se da cuenta que ha cometido un error, y que debi haber ledo todo, que de verdad apesta y que no es ni un poquito bueno como lo crea, y que no merece perder su tiempo...

-Hannah! Para. Le envi todo el manuscrito. -Grandes ojos verdes lo miraron.

-Qu?!

Spangler ri, moviendo su cabeza. -S que me dijiste que no, que queras hacer algunos cambios, pero sent que era suficientemente bueno as. Quera que pudiese ver el espectro completo de tu talento Hannah. Se enamor de l absolutamente. Ests dentro!

-Oh Dios. -Hannah con la mano al corazn fue hacia el escritorio y se dej caer. Senta como si sus miembros estuvieran llenos de cemento y que no la pudieran sostener ms. El profesor fue hacia ella.

-sta es tu oportunidad Hannah. Ahora puedes hacer lo que tanto amas y an as encargarte de tu pequeo. Te das cuenta? -se arrodill delante de ella, con sus manos apoyadas en la suave superficie del escritorio-. Este es tu punto de partida. Mucha gente suea con esto, ahora es tuyo. Tmalo y corre con l.

Hannah lo mir a los ojos, sabiendo lo que le estaba suplicando aquel hombre, que haba fallado en cumplir con sus propios sueos de tener un estudio donde pudiese escribir, junto a su esposa y sus perros. Tragando, ella asinti.

-Est bien. Lo har.

Spangler sonri y le dio una palmada en la mano. -Buena chica. -Se puso de pie, sus rodillas sonaron, mir hacia su sorprendida estudiante-. "Little Brown" va a enviarte por correo electrnico un contrato. Conozco un buen abogado que puede asesorarte, si as lo quieres.

Hannah asinti pasmada. -Okay. -Se qued sentada ah por quince minutos despus de que Spangler se haba ido, pensando como su vida estaba a punto de cambiar. Despacio, bien despacio, una sonrisa comenz a formarse, llenando luego todo su rostro hasta que irradi desde sus ojos.

-Lo hice! -entr como una rfaga por de la puerta de la pastelera "Crimshaw", sonriendo a todas las personas que vea, lo que era a todos, cuando consigui la atencin de todos-: Voy a publicar con "Little Brown"!

Una ronda de aplausos lleg con su exclamacin y Hannah disfrut de la gloria. Nunca en toda su vida se haba sentido tan orgullosa de algo que ella haba hecho, algo por lo que ella haba trabajado. Excepto por Michael. Todo lo dems en su vida haba sido un fracaso tras otro. Y ahora las dos cosas ms preciosas de su vida podan unirse, poda conseguir una mejor forma de vida para su hijo a travs de su escritura.

-Bien por ti Hanna! -Nelly, la bonita mesera pelirroja grit, dando a la rubia exuberante un gran abrazo.

-Oigan, el caf va por cuenta de la casa. -Ronald Crimshaw anunci, dndole palmadas en la espalda a su nueva empleada.

Hannah fue hacia la trastienda, donde se encontraban sus armarios, puso la combinacin de su candado con manos temblorosas. Silenciosamente rogo por que Dusty la llamara. Quera tanto poder compartir las noticias con su amiga, pero no tena forma de contactar a la ejecutiva.

*****

Las calles estaban congestionadas, y Dusty hizo lo posible por no acabar aplastada por un grupo de adolescentes idiotas. Finalmente atravesando ese obstculo silbante, vio la pastelera justo adelante, y pudo ver una excitada multitud a travs de la gran vidriera. Se detuvo afuera, mirando como la gente hablaba emocionada entre ella, sealando y riendo, una columna de personas estaban recibiendo lo que pareca tazas de algo gratis.

Luego, lo que realmente le llam la atencin fue la pequea rubia tras el mostrador, sirviendo aquellas bebidas gratis. La morena no la haba visto antes y estaba con curiosidad de ver quien era. Tena cabello rubio largo, recogido para ensear un rostro lleno de sonrisas y alegra, con unos brillantes ojos verdes que le daban un toque sexi.

-Hmm, -Dusty ri para s misma-. Si slo yo tuviera alguien as. -Alejando el pensamiento de su mente, sac su celular.

Hannah no poda creer como de repente el lugar se llen. Quin se poda imaginar que una simple taza de caf gratis podra traer gente de la calle? Vio a rostros familiares, nuevos, y hasta miedosos. Pero no importaba, hoy nada poda romper su buen humor o su paso. Estaba como flotando en una nube, mirando hacia abajo a todas las pobres almas en la Tierra, ninguna de las cuales tena idea de lo que significaba la felicidad real.

Dusty escuch como comenzaba a timbrar el telfono, esperando que Hannah no estuviese muy ocupada para poder hablar. No poda recordar si ella estara en clases o no.

-Oye, est sonando tu telfono. Tal vez es tu publicista, eh?

Hannah sonri. -S claro. Gracias Ronnie! -Le pas el cobro a Kelly y se apresur hacia la parte de atrs, tratando de abrir su armario lo ms rpido posible.

Casi a punto de cerrar la llamada, no queriendo interrumpir a su amiga, Dusty se sorprendi cuando escuch un fuera de aliento y apresurado: -Hola?

-Hola. -Sonri a la voz.

-Hola! Oh gracias a Dios que llamas! Tengo las noticias ms maravillosas! -Hannah casi se atrancaba, su emocin desbordando a travs del telfono, contagiando a Dusty.

-Qu pas?

-Voy a ser publicada!

-Oh Dios mo! Oh, querida, eso es maravilloso! -Dusty mir para encontrarse con la mirada de la camarera, ojos cafs bajo mechones rojos-. Perdn. Uh, un caf saltado de caramelo, por favor, con crema batida.

-Sp. Aqu es una locura. Estoy en el trabajo y mi jefe est dando caf gratis en honor a eso, todos los clientes estn tan emocionados.

Dusty mir a su alrededor, percatndose en la conmocin por la energa que se senta en el sitio, y en todas las tazas de caf, casi una en cada mesa. Las cejas cafs se juntaron, y regres hacia el mostrador, mirando a la mesera preparar su bebida, de espaldas a la morena.

-Hannah, espera un minuto okay?

-Si, no hay problema.

Dusty cubri el parlante de su telfono y se acerc hacia el mostrador un poco ms. -Perdn? -La pelirroja la mir sobre sus hombros. Dusty tom un respiro profundo y decidi probar-. Puedo hablar con Hannah?

-Espere un segundo, -la pelirroja coloc la crema en su creacin, luego un poco de caramelo, y lo puso delante de Dusty. Desapareci tras una puerta de vaivn que llevaba a la cocina.

-Ey, Dusty? -la morena escuch la voz de Hannah y quit su mano.

-S?

-Espera un rato, s? Ya regreso.

-Estar aqu.

Hannah puso su celular en el estante de su armario, ajust su cola de caballo, y sali afuera hacia el bullicioso saln. Empujando la puerta, vio a una mujer parada junto al mostrador -una mujer muy hermosa, que estaba sosteniendo su celular abierto, apoyada al mueble y con una sonrisa de picarda. Sigui mirando aquella cara, encontrndose con los ojos ms azules que nunca antes haba visto, brillantes con un halo obscuro.

Se qued mirando por un momento, luego algo se ajust en su cerebro, a pesar de que no tena idea de que era, slo era.

-Oh Dios mo. -Sin otra palabra, corri alrededor del mostrador y se lanz hacia ella. Apret ms fuertemente cuando sinti que los brazos de la mujer se ajustaban al contorno de su espalda.

-Felicitaciones. -Dusty le susurr al odo, y sinti como el abrazo apretaba an ms. Luego de algunos momentos Hannah se separ, mirando hacia el rostro de la mujer que senta conocer tan bien. Dusty mir a esos hermosos ojos verdes, dudosa-. Di algo, necesito saber que eres realmente t.

-Soy yo Dusty. Soy yo. -Hannah la tom nuevamente en un abrazo, necesitando sentir que era real, en verdad parada ah en su sitio de trabajo y de verdad compartiendo el da ms importante de su vida-. Soy yo. -Cerrando sus ojos fuertemente, se dej fundir en el abrazo, sintindose ms segura que nunca.

-Yo tambin. -Dijo Dusty, inhalando la esencia que quera memorizar para poder recordarla en cualquier momento del da o de la noche.

-Umm Hannah?

Escuchando la voz de su jefe, Hannah rpidamente se separ del abrazo, mirando al incmodo hombre, que miraba de la una a la otra. Seal con un gesto a la lnea de gente tras de si.

-Oh lo siento. -Tom de la mano de Dusty, llevndola hacia una esquina del lugar, dejando que los dems puedan ser atendidos. La morena cerr su telfono, guardndolo en su bolsillo.

-Creo que no lo necesitar por ahora, verdad? -levant su ceja, haciendo rer a Hannah.

-Oh Dios mo, estuviste aqu todo el tiempo? -Pregunt, todava tomada de la mano de Dusty, sin poder, sin querer soltarla. Dusty se ri.

-S, he vivido aqu por casi diez aos.

-Esto es una locura. -Hannah sacudi su cabeza maravillada.

-Verdad. Escucha, creo que debo irme y dejarte regresar al trabajo. No quiero que te metas en prob...

-Ests bromeando? Acabo de encontrarte y crees que te voy a dejar desaparecer otra vez? -las dos rieron, Dusty acariciando la palma de la mano de Hannah con su pulgar.

-Slo fue una sugerencia.

-No. Espera aqu. -Hannah se par, haciendo un gesto con sus manos: -Espera!

-No voy a ningn lado. -Vio como la adorable rubiecita corra para hablar con su jefe. Tomando un profundo respiro, Dusty se permiti absorber cuan extraa era esta situacin. Era mucho ms fcil mantener las cosas en perspectiva, cuando saba que Hannah era slo una voz al telfono, sin saber dnde estaba, cun cerca o cun lejos. Cmo se supona que ella iba a mantener ahora sus sentimientos bajo control?

-Lista?

Mirando hacia arriba, Dusty vio a una emocionada Hannah parada ah, sin delantal ni cola de caballo. Su cabello caa sobre sus hombros en una melena dorada. Llevaba una pequea mochila en su mano y unas llaves en la otra.

-Sp. -Dusty se puso de pie y sonri ante la mirada de la otra mujer.

-Eres alta.

-Eres pequea.

Riendo Hannah tom la mano de Dusty nuevamente, y la gui hacia fuera, parando de repente, Dusty casi se le va encima.

-Hay algn problema? -pregunt divertida.

-Bueno, um. -Hannah la mir, luciendo un poco avergonzada-. No tengo idea a donde voy. -Dusty sonri.

-Te dir algo. Vamos a celebrar. -Busc en su bolso hasta que encontr una tarjeta de negocios. Dndole la vuelta y escribiendo su direccin, le dijo-: Ve a recoger a Michael, luego ven ac. Cocinar la cena y luego podrs ver lo que me ayudaste a comprar para amoblar mi nuevo departamento. -Sonri a Hannah, dientes parejos y blancos