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LO BELLVIS; UNA DINAS TIA MUDE JAR DE ALCADIES GENERALES DE VALEN C IA , ARAGON Y PRINCIPADO DE CATALU ÑA MANUEL VTE . FEB RER ROMAGUERA l. ANTE EDE TE HISTORICO DEL ALCADIAZGO GE ERAL De de el iglo Vlll existió en el Califato Abba ida de Bagdad, la magistratura denominada «qadl al-qudat» (Juez de Jueces), que encabezaba la judicatura del es- tado islámico por delegaéión directa del Califa, único detentador legítimo del poder juri diccional egún la doctrina jurídicas islámicas (1). De de el mi mo iglo VIII exi tió en el emirato cordobés de lo Omeyas un «qa<F al yamaca» (Juez de la Comunidad), cuya preeminencia entre los cadie del estado Omeya no le venía por ser el jefe de la judicatura ino por ser el cadí de la capital y er el inmediato al soberano (2) . La influencia de la in stitución oriental obre los cadíe de la aljama de Córdoba, se observa de de el emirato de CAbd 11 (821-856), al pa ar a ejercer lo mismo cierta autoridad sobre los cadíe provinciales, sobre Lodo en la in pección de su actuación y el nombramiento de algunos cadíes nuevo por encargo del emir, nunca por competencia propia (3). Hasta el iglo XI, con la de aparición del Califato ordobé (1031), no se afian- zaría la tendencia a la creación por los reyes de las Taifas de Sevilla, Zaragoza, Murcia y Valencia (Sark Al-Andalu ). de «qac,ll en la respectivas capita- le de su e Lado s. En ca o como el de Zaragoza e le dio el título de «qacfi al yamaca », quizá por influencia de la tradición Omeya, aunque la diferencia de de- nominación ya no implicaba diversidad de funciones y competencias. En todos lo caso e constituyeron jefe de la judicatura del estado por encargo del reyezuelo de turno en la Taifa. La e tructurización de la judicatura en el Imperio Almorávide y Almohade, así como en la Taifas del iglo XII y Xlll, mantuvo la competencias (1) SCHACHT, J ., An lntroduction to lslamic Law, pág . 23-24. TYA , E., Histoire de l'organ isation judiciaire en pays d'lslam. 2. ª ed. Leiden, 1960, págs. 72-82. IBN JALDUN, Muqaddima. Trad . Momeril, págs. 438-439. EL-MAWERDI, Le droil du Califal. Trad. Comte Ostrorog, Parí, 1925 , pág. 145 - 146 . ABUBEQUER DE TORTOSA, Lámpara de los Príncipe , l, pág . 146-148. (2) LEVl-PROVEN<;:AL, E., Historia de España Musulmana. Vol. ll , trad . García Gómez, págs. 69-70. También TYA , Emite, op. cit., pág. 130. (3) LOPEZ ORT!Z , J . J., Derecho Mu ·ulmán. Ed. Labor, 1932, pág. 71. - 277 -

LO BELLVIS; UNA DINASTIA MUDEJAR DE ALCADIES GENERALES DE ... · ríodo de la dominación islámica, sino el origen y características del ... sar en una autorización de Jaime l

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LO BELLVIS; UNA DINASTIA MUDEJAR DE ALCADIES GENERALES DE VALENCIA, ARAGON

Y PRINCIPADO DE CATALUÑA

MANUEL VTE . FEB RER ROMAGUERA

l. ANTE EDE TE HISTORICO DEL ALCADIAZGO GE ERAL

De de el iglo Vlll existió en el Califato Abba ida de Bagdad, la magistratura denominada «qadl al-qudat» (Juez de Jueces), que encabezaba la judicatura del es­tado islámico por delegaéión directa del Califa, único detentador legítimo del poder juri diccional egún la doctrina jurídicas islámicas (1).

De de el mi mo iglo VIII exi tió en el emirato cordobés de lo Omeyas un «qa<F al yamaca» (Juez de la Comunidad), cuya preeminencia entre los cadie del estado Omeya no le venía por ser el jefe de la judicatura ino por ser el cadí de la capital y er el má inmediato al soberano (2) .

La influencia de la institución oriental obre los cadíe de la aljama de Córdoba, se observa de de el emirato de CAbd al-Ra~man 11 (821-856), al pa ar a ejercer lo mismo cierta autoridad sobre los cadíe provinciales, sob re Lodo en la in pección de su actuación y el nombramiento de algunos cadíes nuevo por encargo del emir, nunca por competencia propia (3).

Hasta el iglo XI, con la de aparición del Califato ordobé (1031), no se afian­zaría la tendencia a la creación por los reyes de las Taifas de Sevilla, Zaragoza, Murcia y Valencia (Sark Al-Andalu ). de «qac,ll al-qu~at» en la respectivas capita­le de su e Lados. En ca o como el de Zaragoza e le dio el título de «qacfi al yamaca», quizá por influencia de la tradición Omeya, aunque la diferencia de de­nominación ya no implicaba diversidad de funciones y competencias. En todos lo caso e constituyeron jefe de la judicatura del estado por encargo del reyezuelo de turno en la Taifa. La e tructurización de la judicatura en el Imperio Almorávide y Almohade, así como en la Taifas del iglo XII y Xlll, mantuvo la competencias

(1) SCHACHT, J ., An lntroduction to lslamic Law, pág . 23-24. TYA , E., Histoire de l'organisation judiciaire en pays d'lslam. 2. ª ed. Leiden, 1960, págs. 72-82. IBN JALDUN, Muqaddima. Trad . Momeril, págs . 438-439. EL-MAWERDI, Le droil du Califal. Trad. Comte Ostrorog, Parí, 1925 , pág. 145-146. ABUBEQUER DE TORTOSA, Lámpara de los Príncipe , l, pág . 146-148. (2) LEVl-PROVEN<;:AL, E., Historia de España Musulmana. Vol. ll , trad . García Gómez, págs. 69-70. También TYA , Emite, op. cit., pág . 130. (3) LOPEZ ORT!Z, J . J., Derecho Mu ·ulmán . Ed . Labor, 1932, pág . 71.

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MANUEL VTE. FEBRER ROMAGUER.\

de la magistratura suprema de la justicia de cada estado, sea llamando al cadí gene­ral: «qasli al-qus\at» o «qasli al yamaca)), ya que en última instancia eran la misma cosa: el juez supremo del estado.

Las competencias de estos cadíe y de us delegado locales han sido magistral­mente estudiadas por eminentes historiadores de las institucione i !árnicas medie\'a­les, como Mr. Gaudefroy-Demombynes y Mr. Emile Tyan en su magnífica obra «Histoire de l'organisation judiciaire en pays d'l lam (4), a cuyas obra remitimos a los que se interesen por estos temas, ya que nue tro propósito no es abordar el pe­ríodo de la dominación islámica, sino el origen y características del alcadiazgo gene­ral del Reíno de Valencia, y por extensión el de Aragón y Cataluña, en la época mudéjar de la población musulmana de esto estados.

En el reino de Valencia no hay ningún indicio de documentación que haga pen­sar en una autorización de Jaime l a los mu ulmanes regnícola para conservar la antigua magistratura de la Taifa de Zayyan desaparecida en 1238, ante al contra­rio, la temprana creación de un «alcadí de la morería de Valencia)) parece desmen­tirlo. Resulta igualmente improbable que en el reino de Zaragoza, conquistado por Alfopso el Batallador más de un siglo antes, se hubiera permitido a los mudéjares conserv·ar tan importante in titución, sin que no hubiese ningún indicio documental de la misma (5).

En Castilla, Alfonso X se reservó el nombramiento de «alcaldes mayores)) de apelaciones de moros. Aunque del reino de Sevilla, conocemo la existencia que hubo en su morería de un «alcalde de moros», su competencia no sabemo si e ex­tendía a todo el reino sevillano. No ocurre lo mismo con Murcia, donde por su pe­culiar sistema de conquista, que hizo perdurar casi íntegras las instituciones del pe­ríodo islámico, al mantener parcialmente en el poder al rey de la Taifa, hasta prin­cipios del siglo XIV, permitió el mantenimento del cargo de «judex sarracenorum regni nostri Murcie», según denominaba en 1296 la magi tratura el rey Jaime 11 de Aragón, tras haber ocupado a Castilla dicho reino (6).

Es conocida la profunda labor renovadora que Jaime 11 desarrolló durante su reinado (1291-1327), y puede resultar una hipóte is atrayente, mientras no aparez­can nuevos indicios, la de que fue este monarca el que restauró en el reino valencia­no, por una parte, y en el aragonés, por otra, los antiguos alcadiazgos generales que hablan existido en los períodos de las Taifas. Es posible que el contacto con la magistratura conservada en el reino de Murcia ha ta u ocupación por dicho mo-

(4) GAUDEFROY-DEMOMBYNES, M., Les institutions musulmanes. Ed. Flamarion, París, 1946. TYAN, Emile, op. cit. en la nota J. HUICI MIRANDA, A., en su Historia Mu­sulmana de Valencia y su región, vol. 1, Valencia, 1969, esbozó también la organización judi­cial valenciana, sobre todo del período Omeya, tomando de la Historia de España Mu ulma­na de Leví-Provencal (trad. García Gómez), lo fundamental de su descripción. (5) AFIF TURK en su obra «El Reino de Zaragoza en el siglo XI» . Rev. del lnslílulo Egip­cio de Estudios Islámicos, vol. XVII (págs. 7-122) y vol. XVIII (págs. 7-74), no dice nada que permita suponerlo, ni tampoco D. José M. ª Lacarra en su reciente: «Introducción al estudio de los mudéjares aragoneses». 1 Simposio Internacional de Mudejarismo, Actas, págs. 17-28. MACHO Y ORTEGA, Feo., en su Condición social de los mudéjares aragoneses. Siglo XV, pág. 178; y recientemente BOSWELL, J ., The Royal Treasure: Muslim Communities under the Crown of Aragon in the Fourteenth Century, págs. 122-144; mencionan sólo la existencia del alcadí real a mediados del siglo XIV, como más antigua fecha. (6) LADERO QUESADA, A., Los Mudéjares de Castilla en la Baja Edad Media, pág. 369. GONZALEZ, Julio, El Repartimiento de Sevilla, 1, pág. 364; y TORRES FONTES, El Alcal­de Mayor de las Aljamas de Moros de Castilla. A.H.D.E ., 1962, págs. 131-182. El acta de nombramiento del alcadí del reino de Murcia en 1296, está en el Archivo de la Co­rona de Aragón. Registro de Cancillería Real, n. º 340, ff. 107 y s.

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narca ( 1296), le de idiera a extenderla a u. otros reino con importante población mudéjar. Ello ólo e una hipóte i in el ufiente apoyo documental por ahora.

En la moreria de alencia, diver o pri.,,ilegios reales de Jaime 1 ( 126 ) y de u . uce ores, habían preceptuado la existencia de un «alcadí» que juzgaría conforme a la «(una e Xara de arrahin » la causas entre musulmanes, al cual no se le había reconocido mayor competencia territorial que la de la propia morería, y todo lo má , los término. generale. de la ciudad, que incluían apro ímadamente la actual Huerta de Valencia con sus alquería (7). A raíz de la conce. ión, en el año 1298, a la Bailía General del reino de Valencia, de la competencia para juzgar a lo moro de realengo e Iglesia, en ejercicio de la alla juri dicción real, esta magi tratura tu o que hacer ~istemático uso del con ejo de un alcadí moro, para juzgar a los reo conforme a u «(una e Xara» o leyes islámicas. Por la proximidad a la «Cort de la Baclia General» residente en Valencia, fue obviamente el «alcadí de la morería de Valencia» el que aconsejaba la. causa. ( ).

En 1301 ya \emos actuar a un «Alcadiu. Regni Valentie» en Játiva junto al bai­le general Bernat de Llibiá, que no debía ser otro más que el alcadí de la morería valenciana, aunque en la secabense exi tia otro (9).

i el alcadí de la morería de Valencia del tiempo de Jaime 1, (ahac binahia; ni el del reinado de Pedro 111, Mahomat de Sale; ni el que exi tia en 1298, Mahomat Abenguabarrig: ni mucho menos el de 1312, Alí Abengorfo la, llevaron otro título má que el de «alcadí del Ra\all de la morería de Valencia», según e muestra por la documentación consultada. llo no le impidió actuar en codo el reino, siempre a requerimiento del baile general.

Por ejemplo, en 1312, siendo baile general Berna e d' E plugue , el al cadí de la morería \alenciana juzgaba con éste al moro del lugar de Dos guas, Abdurrahmen

benabdul ·arim. por matar a otro moro natural de su mi mo pueblo, que no perte­neda a lo. términos de la ciudad. Este dato y otro de emejante naturaleza nos ha­cen pen ar en que el alcadí de la morería valenciana e había convertido, fuera por pri ilegio real, fuera por voluntad de lo bailes generales, o por recuerdo de las an­tigua competencias de lo cadíe de Valencia durante el período i lámico, en el ver­dadero: alcadí general del Reino de Valencia (10).

No ha _ ningún indicio de que durante el reinado de Jaime 11 hayan exi tido al­cadie~ generales de toda la Corona de Aragón. Sólo aparece documentado el del reino de alencia.

2. SURGIMIENTO Y SUCE ION DE LA FAMILIA BELLVI E EL ALCADI ZGO GENERAL

Las C ne~ velencianas del año 1329, convocada por el rey Alfonso IV, algunos pri\'ilegios que a raíz de la. mi. mas ot rgó este monarca, regularon que el baile gene­ral de alencia debería nombrar lo alcadie reales que fueran nece ario en la tierra de realengo poblada~ por musulmanes. En los eñorío poseedores de mero imperio, crían lo detentadore del mi mo los que tendrían competencia para ello (11).

(7) .C.A . ancillería Real. Reg . t5. f. 81 v.º. (8) Archi'o del Reino de Valencia ( . R. V.). Real, n . 0 630, f. 200 v.º. (9) A . R .. Real, n.'' 611, r. 273 r . 0 -v. 0

(10) A.R .V. Real, n. '' 635, f. 147 r .º. ( 11) Aureum Opu regalium prh ilegiorun civitati el Regni Valentiae, Valentia, 1515. Alfon­si e~undi, pri\. IX . También los « Furs e Ordinacions atorgade per lo glorio os Reys d' Aragó al'> regnicol<. del Regne de alencia » , Cores de 1329, pág. 206 (ed. 1976).

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iguiendo e ta normativa fueron . urgiendo alguno alcadie de grande señorío~. como los de la Ca a de Jérica, duque. de Gandía, etc.

A1endiendo a es1a normal i a, el baile general Arna u <;a morera, nombró en 1336 un «alcadí general de iodo el realengo valenciano» en la persona de Mahoma! Altarac;oni, que hnhía 'ido alcadí del 1allc de Elda ( licante) y úl!imamenle de Bu­ñol y su Hoya (Valencia) . El til tilo del ai.:ta de nombramiento especificaba que ería alcadí de «lots loch del Senyor Rey que son en lo Regne de Valencia, o encara en qual evol al tres en lo qual lo Senyor Rey ha jurediccio o mer irnperi » ( 12).

Este 'personaje es el primero que conocemos que de1entó el cargo de alcadí g.cnc­ral del reino de Valencia, aunque no por mucho tiempo ni con absoluta gcnerali1a­ción de su competencia 1erritorial, pues el mi mo baile general nombró en eguida a Abdolaziz Abenamanc;or, ha ta entonces imple alcadí de Castelló de Rugat, corno alcadi real de Ja zona Ultra Xuquer del reino. Este per. onaje, seria proce. ado en 13J8 por incompetencia, de pues de inve Ligación realizada por el baile general, a requerimi1:1\lo del rey Pedro IV. y posiblemente por denuncia del alcadi general Ma­homa! Altarai;oni y del ricu ¡11e~r:ider 1 alcnciano Ma. méi Fus1er, l'u1 uro suegro del «menescal» real, Faraig de Bellvís (13) .

La in ompetencia de dicho alcadí de la zona Ultra Xuqucr, m1_11 i1 ú una -,cric de provisiones del monarca, en enero del año 1338, en las que reconocía que solv t:l ~' el baile general del reino tendrían competencia para nombrar, inspei.:cionar y remo­ver los alcadies mayores y lo demás de las morerías reales del reino de Valencia. procurando en los nombramienios que los que deten1aran lo5 cargos fueran exper­tos en «(una e Xara», para lo cual deberian asesorar. e de moros ancianos y perito~ en la ley mu ulmana ( 14).

El te ·10 del privilegio real dejaba claramenle especificado que : «voi.:al is ~arrncc­nis anliqui et sapientibu ac in <;una sarracenorum peri ti-, de loci~ rcgni predic1 i. habita super hoc certificaiione veridica ab eisdem, de sufficientia pcr\onarurn ip~i AJcadius Maior , perno vel dictum baiulum generalem seu eius locumtenenti~ ama­do eligatur et in alcadiatus officiis imponanturn ( 15). El privilegio llevaba fecha del 12 de enero de 1338, y fue expedido en la ciudad de Valencia.

Este alcadí mayor del reino, debía ser el «Alcadi del enyor Rey» que en 1342 actuaba en Onda, juzgando a ciertos moros asesinos, junto con el comendador y el justicia de dicha villa, contra el parecer del baile general del reino y ~u luganeniente en Valencia, que opinaba que el a unto debía resolverse por la Corte de la Bailía General, por ser Onda de mero imperio real ( 16) .

. Haciendo uso de su prerrogativa real, Pedro IV el Ceremonioso, el 18 de di ­ciembre de 1348, nombró a u «mene cal» Faraig de Bellví , alcadí de la morería de Valencia (officium alcaldie morarie civitatis Valentie) ( 17) . Esta e la primera not i­cia que tenemos del ejercicio de un cargo en el reino de Valencia por un miembro de la familia mudéjar de los Bellvís, el cual fue el origen de una dina tía de alcadíe~ generales de la Corona de Aragón y de la propia morería valenciana hasta el final del período mudéjar (1526).

Sobre el origen territorial de Faraig de Bellvís hay diferentes dato: que hacen pensar en una posible procedencia ca tellana o aragone a de la familia. A í, cono­cemos la existencia de diversos per onaje emparentados con los Bellvi5 valenciano­aragonese de los siglo XIV y XV, que vivían en Medinaceli ( oria) y en Guadala-

(12) A .R .V. Real, n .0 630, f. 21 r. 0- .º , 201 v.º a 203 r.º.

(13) A.R.V . Real , n. 0 6t3, f. 282 v.º. (14 y 15) A .R.Y . Real, n.0 630, f. 303 a 204 r.0

(16) A.R.Y. Real, n. º 611, f. t25 v.º. (17) A .R .V. Real , n . 0 630, f. 206 v.0

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1 O\ lll' I 1 \ ' !!'>: Ul\A DINAS'rlA ~ILDEJAll. DI: ALCADIES GE'IERALES

jara. Incluso el apellido « Bellví » que parece a imple vista de origen catalán, debe relacionarse con actuales de poblado de o ria conocidos como « Belví » ( 18).

Faraig de Bellví , fue hacendado en Borja (Zaragoza), y detentó numero os car­gos en la aljamas aragonesas, tales como el de alamín, e cribano y zabalaquén de la morería de Hue ca, y alfaquí, e cribano y zabazalá de Borja, o alfaquí de Tara­zona, entre 01 ro vario ( 19). E ta vinculación con las aljama aragonesas hace pen­sar en un po ible origen aragonés de la familia, aunque ello no está por ahora bas­tante claro. En 1392, el nieto de Faraig, el alcadí general Ali de Bellví (1), e auto­calificaba de « arracenus civitatis Daroce», aunque reconocía que u abuelo Faraig de Bellví , había e tado últimamente ca ado con Fátima, hija del mercader de la morería 'alenciana Maymó fuster, en la cual poseía una casa que limitaba con la mezquita de dicho arrabal (20). Ello prueba la temprana vinculación con Valencia de lo Bellvís.

A pesar de que no sabemo la fecha concreta en que Faraig de Bellví fue nom­brado alcadí general del reino de Valencia, abemos que ante del año 1355 tenía competencia exclusiva para determinar todas las causas criminale entre moros de realengo, pue en este año el rey Pedro IV publicaba una provisión ordenando que los demá alcadíes del reino no e entrometiesen en las competencia jurisdicciona­les que e le habían encomendado (21). En e te mí mo año, se le intitula ya «Alcay­do erracenorum totius Regni Aragonum (22), y daba la ensación de que en el rei­no valenciano detentaba el mi mo cargo. En 1350, ya poseía en la morería de Va­lencia, Faraig de Beltvís, un lugarteniente llamado Fahat Albarramoni, que se inti­tulaba «locumtenens Farayg de Bellvis, Alcadii pro Domino Rege in totiu Regni Valentie» (23). Pero la competencia del alcadí general sobre todo el reino era poco evidente, ya que con frecuencia aparecen alcadíes reate en las diferentes goberna­ciones y lugartenencias de las governacione que ponen en duda la competencia ge­neralizada de Faraig obre todo el reino de Valencia.

Así, por ejemplo, pese a llevar lo título de alcadí de la morería de Valencia y de los demás lugares del reino (aliorum locorum regni) (24), era privado por Pe­dro IV en 1365 de u competencia en la zona ituada al norte de Sagunto, al nom­brar a Mahoma Abenjucef: «alcadi de tots los dit moros del dit loch e vall d'Esli­da, e encara de tots los altres moros qui on e seran nost re en ... Regne de Valencia de Murvedre en~a» (25).

El monarca intentó compen ar a Faraig de Beltvís nombrándole alcadí de la mo­rería de Játiva, la más rica y poblada del reino, por lo cual tuvo que trasladar a su alcadí <;aat Alcafa~ al alcadiazgo de la zona Ullra Xixona. Ello provocó airadas protestas de la aljama setaben e, al er privada de u facultad para nombrar por su cuenta su propio alcadí. Pero el rey no cedió, sino que sol entó el problema confir­mando a la referida aljama el privilegio para nombrar a sus propios alcadíes, des­pué de la muerte de Faraig de Bellvís, que debía con ervar el cargo vitalicia­mente (26).

(18) MADOZ, P., Diccionario Histórico-geográfico; ar!. «Belvís». (19) A.C.A. Canc. Real Rcg. 965, f. 233 r. 0 -v.º; y Reg. 968, f. 38 v.º, 39 r. 0

(20) Archivo de Protocolos del Colegio del Corpus Chris1i (Valencia). Nota de Miquel Ar­bucies, n. 0 164. Año 1392, f. 31 '· º a 33 r. º. (21 y 22) A.C.A. Canc. Real. Reg. 685, f. 61 v. º ; y Reg. 1068, f. 56 v.º. (23) A.R .V. Protocolos. Bernat de Calp, n. 0 2 .959, f. / n .º . (24, 25 y 26) A.C.A. Canc. Real. Reg. 711, f: 161 ' ·" · 162 r. 0

; Reg. 1.209, f. 64 r. º-v, 0 y 157 v.º.

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MANUEL VTE. FEBRER ROMAGUERA

En agosto de 1372, Faraig de Bellvís fue nombrado por Pedro IV: «iude:-. om­nium appellationum que a sententiis universi et inguli alcadiorum sarracenorum Regni Valentie emitentur seu interponentur aut interposite sint» (27).

Esta real provisión, parece la verdadera acta de creación del cargo de alcadí ge­neral de las apelaciones obre las sentencia de lo demás alcadíc \'alencianos, aun­que ya antes los alcadíes de la morería de Valencia habian ejercido competencias se­mejantes a requerimiento del baile general del reino, tal como manifestaba en 1323 al escribirle al baile de Vall d'Uixó: «yo de tot en tot vull veer e conexer ab 1' Alcadi de Valencia ensemps, totes aquelles sentencies donades per qualsevol alcadi sobre'! contraste pleyt», que enfrentaba a unos moros de la alquería de Benigafull contra otros de Vall d'Uixó.

Desde antiguo, los alcadíes de la morería de Xativa habían tenido competencia para sentenciar causas: «Ínter quocumque arracenos regni predicti», según confir­mó Pedro IV en 1337 al alcadí Hamet Tara~oni. Como desde hacía años Faraig acumulaba entre sus cargos el de alcadí de la morería de Xativa, debía hacer años que detentaba la competencia sobre las apelaciones (28), entre sus muchos oficios y la fqmquicia concedida en 1325 por el rey Jaime 11 , cuando sólo era «menescal» del infante Alfonso, luego rey. Tras la muerte del alcadí general, Faraig de Bellvís, ha­cia 1377, Pedro IV confirmaría a su hijo Obequer, lo cargo que había detentado su padre, así como los que él ejercía de de hacía años (alfaquí, escribano y «i;abi;ala» de Borja desde 1348; y de de 1370, zalmedina, alcadí y escribano de la aljama de Lérida). Los cargos que recibió en 1377 Obequer de Bellvís fueron: el al­cadiazgo de Zaragoza, Valencia, Huesca, Calatayud y Xativa, además de la alego­ría de «akadí real» o «general» entre otros. En 1379 recibió del Primogénito Juan , el cargo de alfaquí de la morería de Tarazona y su escribanía, con facultades para «regendam et exercendam iamdictam oficia et scribanias per se ve! sub titutos tuos quamdiu vixeris in humanis» (29).

Todo esto le fue confirmado a Ubequer de Bellvís al ascender al trono Juan 1 en provisión dada en Barcelona el 13 de marzo de 1387.

No ejerció durante muchos años sus cargos Ubaquer, pue en 1389 ya debía ha­ber fallecido, dejando suce ora su hijo mayor Ali de Bellvís (I), que recibió a conti­nuación del rey Juan I la confirmación de los cargos de su padre, el 18 de julio de dicho año. En un documento del cinco de octubre de 1392, Ali de Bellví (1) se inti­tula «Akadius Generalis Domini Regis Aragonum», con lo que daba a entender que su magistratura dependía directamente del soberano, y tenía competencia terri­torial en toda la Corona de Aragón. Al menos conocemos que en 1391 Juan 1 le otorgó los «alcadiatus (et) de i;abi;ala omnium et singulorum aljamarum locorum ordinum, nobilium et militum, et aliorum quorumcumque infra Regnum Aragonum sistentium» (30).

En el reino valenciano es seguro que ejercía en e ta época Ali de Bellvís (1) el al­cadiazgo general, disponiendo en la morería de Valencia de un lugarteniente de al­cadí en la persona de su t.ío político Yucef Iben Mahomal Coreix, casado con Haxa, hermana· del difunto Ubaquer de Bellvís (31).

(27 y 28) A.R.V. Real. n. 0 630, f. 200 v.º y 206·v. 0• A.C.A. Canc. Real. Reg. 949, f. 102

r. 0 y v.º. A.C.A. Canc. Real. Reg. 1.918, f. 77 v.º y 78 v.º. (29) A.R. V. Protocolos. Johan de Campos (minor), n. 0 444, f. si n. 0 •

(30) Vide ut supra nota 20 y A.C.A. Reg. 2.222, f. 14 r. 0 y v.º. (31) Archivo Prot. Col. Corpus Christi (Val.) Jacme Sant Vicent, n .0 1.131. Año 1395, f. s/n. 0

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LO BELL VI : UN DIN TIA MU DEJAR DE ALCADIES UE ER LE

n 1409, el baile general Nicolau Pujada, daba a Ali de Bellví (I) el título de « lcadi General de aque t regne per lo molt al! enyor Rey» (32).

lfon o Y otorgaría en 1418 a este Ali, el cargo de «Alcadi General en lo dit regne» sobre todas la cau as que surgían entre moro de jurisdicción real. Ademá , el monarca ordenaba que e pro e ara a todo lo alcadíe , alamine o alfaquíes que determinaban juicio de <«;::una e Xara» in licencia o autorización del alcadí gene­ral o del baile general (33). Esta progresiva acumulación de atribuciones por parte de lo alcadíe generale , le fue configurando poco a poco como «únivo juez de lo moros de realengo» junto con el baile general, privando de hecho a los alcadíes lo­cale de u antigua atribucione autónomas, y convirtiéndolo en una especie de lugarteniente del alcadí general.

Durante el tiempo en que ejerció el cargo de baile general, mo én Johan Merca­der ( 1412-1440), los alcadíe generale obtuvieron de la Bailía General una conside­ración y predicamento tales, que e puede decir que, fue el período de apogeo de Ja magi tratura en el Reino de Valencia, ya que el baile general de Valencia, e erigió en garante de las competencias de Ali de Bellvís (!), que por otra parte gozó de la con ideración y confianza del rey Alfon o el Magnánimo hasta su muerte acaecida hacia el año 1447. Bate como ejemplo de ello, el privilegio otorgado en 1418, o la arta e crita por el rey «a Ali Bellvi , Alcadi del moro del Regne de Valencia»,

para que atendiera y obsequiara al alcaide mayor de Granada y a un séquito de mu­ulmane , que enviado por el rey granadino, habían de pasar por el Reino de Va­

lencia en 1425. Le manife taba el monarca, que atendiéndole bien «en hen fara ervey molt agradable» (34). En cuanto a ejemplo de la con ideración que merecíó

Ali de Bellví (1) al baile general Jo han Mercader, e pueden citar las pre iones que realizó en 1438 obre la aljama de Játiva para que eligie e alcadí al referido Ali, en contra de u voluntad, que prefirió hacer elección del hijo del alcadí difunto (35).

Despué de la muerte de Ali de Bellvís (!),hacia el año 1447, orno se ha dicho; vino a ucederle su hijo Mahomat de Bellví (1), que ya había ejercido en los últi­mo año de la vida de su padre la lugartenencia de us cargos.

fahomat de Bell í (1), recibiría en 1458 del rey Juan 11, confirmación de todo lo cargos que había detentado u difunto padre, intitulándo ele: «Alcadium Gene­ralem Regnorum Aragonum, et Valentie et Principatu Catalonie», a í como escri­bano de su morería y demás oficios acumulado durante más de un iglo por u predece ore ( 6).

Como con ecuencia de e te privilegio, o por una interpretación e cesiva del mi -mo, mayormente, Mahomat de Bell í (1), e abrogó la competencia para nombrar lugarteniente de alcadí en todas la morería de la Corona. A í, ya en 1475 vemo que exi te el protocolo del acta del nombramiento de lugarteniente de alcadí y escri­bano en la morería de Tono a y u término , en la per ona del moro Mahomat Sa­ragoci. En 1476 ocurre lo mismo en la morería de Lleida con el nombramiento por M hamat de Bellví (1). de Ali made ycicot (37).

En realidad, sólo el privilegio otorgado por Fernando 11 el Católico el 15 de oc­tubre de 1479, concedió a Mahomat, el privilegio o facultad para nombrar lugarte­nientes de u argos; a un hijo, como ucesor o heredero de los mismos tras su muerte. El documento real le confirmaba como: «Al adius no ter Generali , Maior

(32) A . R.V . Bntlia. Le tre y Privilegi, n. º 1.144, f. 272 r. º. (33) A.R .V. Real, n." 630, f. 207 r. 0

- \' .0

(34) A.R.V. Real, n. '' 40, f. 5 v.º . (35) A.R.Y . Ba1lia . Le1res y Privilegi, n. 0 1.148, f. 438 r. 0 -v. 0 .

(31Í) A . R.Y. Pro1ocolo . Johan de ampos (minor) , n .0 442, f. / n .º. (37) lbidem .

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l\,I NUEI VTE. FEBRER ROMAGUERA

et Superior ali is, et S1.ribe, eaque et alia officia ten ea ti et teneat, iuvat, po sideat, regat et exerceat dum vitam duxerit in humanis per se aut substitu(t}os ve! locumte­nentes suos» (38).

En el año 1481, el mismo Fernando el Católico, en una visita a Valencia, otor­garía a Mahomat de Bellvís (1), diverso privilegios, entre ellos el de poseer un sala­rio perpetuo de diez libras anuales, y el de ser «Turcimany» real o intérprete de la causas c-ontra moros cautivos de «bona guerra» que hacía la Bailía General (39).

Siguiendo el privilegio que le daba facultad para dejar en herencia sus cargos a uno de sus hijos, Mahomat de Bellvís (1), hizo donación, «in articulo mortis», de los mismos a su hijo mayor Ali de Bellvís (11), el 5 de marzo de 1484, según acta notarial redactada por el notario Johan de Campo en su casa de la morería de Va­lencia, ya restaurnda tras el asalto de 1455, en que fue saqueada e incendiada (40). Ali de Bellvís (Il), como antes su padre, había ejercido la lugartenencia de los car­gos del mismo.

Poco después de la muerte de su padre, el nuevo alcadí general, en agosto de 1484, obtuvo del lugarteniente del baile general, Berenguer Mercader, la legitima­ción de la sucesión (41). Esta legitimación, fue seguida por un privilegio de confir­mación que Ali de Bellvís (II) obtuvo de Fernando el Católico en Córdoba el 30 de agosto siguiente, el cual concedía al nuevo alcadí general, las mismas atribucione que había tenido su padre (42).

Recién obtenida su confirmación, Ali de Bellvis (ll), haría u o de su potestad para nombrar y deponer alcadíes de las morerías reales, nombrando a título onero­so, alcadí de la morería de Játiva a Abdalla Alcamba, que debería abonarle cien sueldos anuale por mantenerle en el cargo. Todavía en 1509, reconocía deber Ab­dalla Alcamba a Ali de Bellvís (ll) los cien sueldos anuales, en concepto del nom­bramiento de 1484 (43).

En sesión de la aljama de la morería de Valencia celebrada en casa del propio Ali de Bellvís, el 15 de enero de 1485, fue reconocido por toda la comunidad, como su alcadí, en acto formal sin apenas valor, ya que su nombramiento ya había sido confirmado por el rey y por la Bailía General (44).

Durante más de veinticinco años ejerció Ali de Bellvís (JI), residiendo en la mo­rería de Valencia ordinariamente, el cargo de alcadí general, y al morir hacia 1510 sin hijos varones, dejó como suce ora su hermano <;ahat de Bellvís (!). Los últimos tiempos de la dina tía Bellvís, fueron especialmente turbulentos para la población

'mudéjar de los reinos de Aragón y Valencia, ya que las amenaza de expulsión y bautismo forzado y otras calamidades se sucedían insi tentemente, obre todo a raíz de las expulsiones y conversiones forzqsas de los mudéjares granadino . En 1502, Fernando el Católico prometió a lo mudéjare que no los obligaría a convertirse ni a emigrar a Berbería, lo cual calmó los ánimos durante el resto de su reinado. Pero a raíz de la venida a España de Carlos 1, los rumores volvieron a circular por lo reinos de Aragón y Valencia, y los mudéjares aragoneses, asegurado por el alcadí general <.;:ahat de Bellví (1), desde la morería de Valencia y por u hijo y lugarte­niente Mahomat de Bellvís (II), iniciaron una emigración masiva, de la que queda

(38) A.R.V. Batlia. Letres y Privilegis, n. 0 1.157, f. 696 v. º , 697 r. º -v. º. (39) lbidem, f. 155 r. 0 a 156 r.º; y 307 r. 0 -v. º . (40) A.R.V. Protocolos. Johan de Campos(minor), n . 0 444, f . s/ n. º . E te protocolo contie­ne la copia notarial del acta de donación del cargo de alcadí general redactada en latín, a fa­vor de Ali de Bellvís (II). (41y42) A.R.V. Batlia. Letres y Privilegi, n. 0 l.157, f. 696 r. º a 698 v. º ; y 724 v.º a 726 ' ·º· (43) A.R. V. Protocolos. Johan de Campo (minor), n . 0 449, f. s/ n. 0 .

(44) A.R .V. Batlia. Obligacions, n. 0 1.296, f. 417 r. 0 a 418 r.º.

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1 OS BEi 1 \ 1': L \ Dlf\ \STI o\ \IUDEJ o\R DE ALCADIE. GE ERALES

abundante documentación en el antiguo archi\'O del Mestre Racional del Reino de Valencia, en las cuenta del pago de lo derecho de emigración (45). E ta actividad olidaria con los temores de u correligionarios demosirada por los últimos Bellvís,

no pudo dedicar e de igual manera a los mudéjares valencianos, que tenían prohibi­do terminantemente desde las cortes de 1403 y sobre todo de de las de 1488, la emi­gración, y lo viaje. temporales a Berbería o a cualquier paí islámico (46). En 151 • el rey dio eguridade de que no expul aría ni obligaría a bautizarse a los mo­ros 'alencianos.

Por i iodo ello fuera poco, las Germanías de Valencia (1519-1522) maltrataron grandemente las comunidade mudéjare valencianas, obligando a sus vecinos en mucha de ella a bautizarse a la fuerza o a morir. Así fue como fueron extermina­das morería como la de Xivert (Ca iellón) y la de Polop (Alicante), cuyos habitan­te~ fueron degollados por lo agermanado . Otras fueron aqueada . incendiadas y '>U. habitantes obligados a huir o a er bautizados (Alcácer y Picasent. en Valencia).

En esta coyuntura, (ahat de Bcllvi (1) y su hijo Mahoma!. e ausentaron del 1Umulto de la morería de Valencia, que fue amenazada de asalto en 1520, y salvada de milagro, gracias a que en ella habitaban ya casi más cristianos que moro .

(ahat de Bellvis (1) debía er ba tante viejo cuando falleció en 1522, tras de la pacificación de la ciudad de Valencia, y pudo er ucedido por u hijo y heredero Mahoma! de Bellvís (11). el cual no tardó en ucederle en la tumba, en el curso del mi mo año 1522, dejando como heredero «ab intestatO>> a su hijo menor (ahat de Bellvis (11), que fue el nuevo alcadí general, aunque e IU\O bajo la tutela de los pa­riente. de su madre. los Barrabe de Nebaguacil, según proceso , eguido ante-la Bai­lía General del Reino de Valencia (47).

(aha1 de Belh·í (11), pe e a ser menor, e le intituló alcadi general, y .:uando el 22 de enero de 1526, concluyó el último plazo para la ·omcrsión de los moros del Reino de Valencia, él fue el que encabezó la conversión de la comunidad de la mo­rería valenciana. en la iglesia del Convento de Santa Clara de Valencia. tomando el nombre de «Hieronim Bellvis». A í e extinguió el alcadiazgo general de Aragón, Valencia y Cataluña, el 22 de enero de 1526 (48).

En recompensa, Carlos 1, otorgó al converso Hieronim Bellvis, que de de la com·ersión había perdido todo u cargos y salario de los mismo : el alario de die1 libra anuale que de de 14 1 habían percibido u antepasado como remune­ración del cargo de alcadí general, los cuales debía abonarle el baile general del rei­no, de los ingre o del Real Patrimonio. o e mostró el baile general Luis Carroc; de Vilaragut muy diligente en el pago de dicho alario, pue en 1535, don Hieronim Bellvis insistía ante el rey obre el impago de dicho sueldo, Cario 1 decidió restau­rar a título vitalicio el oficio de «Turcimany» de la Bailía General en Híeronim Bell­vís, especificando que la referida diez libras se pagarían en concepto del oficio de traductor del baile general ante lo cauti os de buena guerra que no conociesen el valenciano y necesitasen de intérprete al ser interrogados en juicio (49).

Nada conocemos respecto a la suene de lo miembros de la familia Bellvís en los años siguientes hasta el día de la expulsión general de lo moriscos.

(45) Sobre este a unto se puede consultar en el art. de AL VADOR, Emilia, «Sobre la emi­gración mudéjar a Berbería . El 1ránsi10 legal a través del puerto de Valencia durante el primer cuarto del siglo XVI » . Rev. Estudis, 4, Valencia, t975, pág. 48. (46) «Furs e Ordinacions etc. ». Corts de 1403. Tambien Las cortes del reinado de Fernando el Católico. Ed. Belenguer Cebriá, Valencia. 1972. (47) A .R.V. Batlia . Pleíts de 1522, n .0 1.440, f. s/ n .º . (48) . R.V. Mestre Racional, Batlia de Valencia, n. º 132 bi. f. 2t6 '· º a 217 v. º. (49) lbidem.

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M.\ EL VTE . FEBR ER R0\'1AGu~Rf\

3. NOMBRAMIENTO Y CARACTERISTICAS DE LA MAGl TRAT RA

Todos lo datos que e po een sob re el alcadiazgo general no mue tran la nat u­raleza de «oficial real» que tuvo el cargo desde el pricipio. - !lo e observa en lo precep1uado en la provi ión del año 1338 regulando el si tema de nombramiento por el baile general del Reino de Valencia o por el pr pio monarca . A pe. ar de ~er el «Alcadi del Senyor Rey », como se le llama frecuememente, su i:ompe1encia terri­torial no se ceñía al realengo e clu ivamente, ino también a las tierras de señorio que estaban bajo alta juri di ·ión real. In ·lu o los eñorío poseedores del mero im­perio, i no habían ido provi to de alcadí, tenían que olicitar la actuación de uno para juzgar a los moro , el cual olía ser ordinariameme el general, aunque de dere­cho podía er cualquier otro .

Aunque la competencia real para nombrar a lo a lcadie generales era indiscuti­ble, la costumbre de suceder e de padre a hijo de de 1348 a 1526 lo miembros de la familia Bellvís, creó una verdadera ituación de heredabilidad, que coincidente­mente e correspondía con antigua tradiciones prai.:ticadas en el periodo de domi­nación mu ulmana en Valencia . A i, ó lo hay que recordar la dinastía cad ial que imperó en la ciudad y despué en la Taifa entre lo iglos y XII, conocida i:omo los lbn Yahhaf, que tuvo miembro tan destacado como el célebre ·adi Abü A9mad lbn . Ya~~af, que dio un golpe de estado en 1092, destronando y dando muerte al rey Al-QacJir, para e itar que la ciudad de Valencia cayese en mano~ de Jos cri tiano . El cadi regicida fue a u vez cruelmente aju ticiado por el Cid tras ~u conqui ta de Valencia (50). E ta práctica e corre pondian con co. tumbre. impe­rante en lo paíse i lámico contemporáneos.

Pe e a la ucesión hereditaria de lo Bellvi en el alcadiazgo general, la confir­mación real de la mi ma iempre confirió a l hecho un carácter oficial.

En cuanto a la atribucione que detentaron lo alcadíe generale , hay que te­ner pre ente que la existencia de e ta magistratura se ju tificaba por el privilegio que di frutaban los mudéjare de e tos reinos, de tener derecho a er juzgado de acuerdo con sus leyes i !árnica (<;:un e Xara de moros) por us propios jueces o al­cadie . Esta prerrogativa, que en el iglo XIll habia ido sólo un privilegio part icu­lar de alguna aljamas, e generalizó para todos lo mudéjare valen iano por me­dio del privilegio otorgado por Pedro IV en Valencia, el 23 de enero de 1338, aten­diendo a úplica de alguna aljama del reino (51 ).

De hecho, de de el iglo anterior la mayoría de mudéjare tenían derecho a er juzgados conforme a su leyes. Esta ituación hacía que lo juece i lámico adqui­rie en las competencias que la tradición judicial mu ulmana reconocía a lo cadie , en lo que e referia fundamentalmente a la juri dicción ordinaria.

E ta jurisdi ción daba competencia al alcadi general, y a lo demá del reino, para determinar toda clase de cue 1ione referentes a la esfera privada (familia y pa­trimonio), sobre matrimonios, dotes, deberes conyugale , repudio y divorcio ; eje­cución de contratos privados entre moros, redacción de lo mismo , sucesione por herencia o donación venta , empeño , fianzas, etc. Todo ello iempre que el de­mandante y demandado fueran mudéjare , pue i alguno de ellos era cri tiano o judío, la competencia pasaba al justicia cri 1iano.

La cau as correspondientes a la llamada «jurisdicción criminah> que atañían e:-¡­clu ivamente a moro , tenían un régimen re trictivo para la intervención de lo

(50) MENE DEZ PIDAL, R., La España del Cid, vol. 1, págs. 463-493 . También el vol. ti de La Hi toria Musulmana de Valencia .i- su región. de Ambro~io HUICI MIRANDA, dedica ­do al periodo cadiano en Valencia. (51) A.R.V. Real, n .º 630. f. 217 v. º , 218 r. º. También el« urcum Opu~». Petri 11, pri\ . X.

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LO BELLVIS; UNA DINA TIA MUDEJ R DE ALC DIES GENERALES

alcadíe generale y la aplicación de la ju ticia islámica. Desde el año 1311 e pre­ceptuó que lo mudéjares que cometie en algún crimen contra cri tiano, fueran condenado (por el baile general a con ejo de akadí) a la mayor pena que merecie­sen, fuera por fuero o por Sunna, ejecutando la sentencia el justicia cristiano lo­cal (52). Desde 1321, sólo erían los ju licias los que tendrían competencias para ver todo el proceso de causas mixtas entre moro y cristianos.

En ca o de procesos criminales contra moros, si e taban bajo la alta juri dicción real, aunque fueran va allo de señorío, el alcadí general solía ser el juez que sen­tenciaba la cau a, aunque el tribunal debía estar pre idido según lo preceptuado en las eones de 1329, por el eñor local o por el baile general en ca o de moros vasa­llo del rey. Pero la normativa tenía numero a excepciones debidas a privilegio locales (53). Lo abusos eñoriales hacían prescindir no poca veces del con ejo del alcadí general, que de alguna manera uponía cierta garantía al reo.

La l radición i lámica, atribuía a lo alcadíes di ver a competencias religiosas, ju­rídica y admini trativas, que conferían a la magistratura una categoría considerable dentro de la organización in titucional mudéjar. A í, tradicionalmente se encarga­ban de algunas funcione religiosas de la religión i !árnica, tales como la predica­ción, admini tración de lo bienes de lo menores e incapacitado , así como de la fundacione pía de las mezquitas, y otra . competencia que de hecho, correspon­diendo a lo alcadíes, e ejercían por ustitutos que nombraban para el desempeño efectivo de lo cometidos. Así, a mediado del siglo XIV, el alcadí general Faraig de Bellvís, siendo zabazalá de algunas morería , como no podía efectuar todas las obli­gacione del cargo, que preceptuaba la predicación periódica en las re pectiva mez­quitas, tenia diversos lugarteniente para el ejercicio del mismo.

Tradicionalmente, lo alcadíes generale e encargaron de las «escribanías» de sus respectiva corte cadiale , redactando diver os documentos como cartas matri­moniales, doialicias (acidach ), de venta , donacione , herencia , etc., conforme a lo formulario tradicionale , y utilizando la lengua árabe. Tanto e te cometido como los religiosos que podían desarrollar en las mezquitas, fueron compartido con lo cargos de las aljamas llamados «alfaquíe », que en calidad de juristas pro­fe ionalcs de arrollaban numerosa funciones religio as en las morerías, actuando frecuentemente como con ejeros de lo alcadíe en lo juicio complicado que re­querían la formación de un tribunal de experto para determinar la causa más compleja .

La exien ión de e ta comunicación no permite indicar ejemplos de los distinto matices .que tenían la. atribuciones judiciales, religiosas y administrativas de lo al­cadíes generales, las cuales e podrán consultar quizá antes de alir a la luz las actas de e te impo io (54).

Sólo diremo respecto a la atribucione admini 1ra1iva de lo alcadíe generales que, aunque con la conqui ta cri tiana quedaron privado de todo el protagoni mo polítíco-administrati\o amplio del período islámico, con ervaron a nivel local de la diferentes aljamas la pre idencia de las mismas y diferentes funciones de representa­ción y defensa de los intere e económico de ésta , frente a lo señores y reyes. En alguna corporacione mudéjares con ervaron cometido de recaudación de impues­tos y administración de lo bienes de la aljama . En todo caso, hay que tener en cuenta que u función principal fue la judicial. Como ejemplo de las atribucione admini trativa del alcadí general, están los precepto de las ordenanza de la more­ría de Valencia publicadas en 1477, en las que además de la presidencia de la corpo-

(52 y 3) «Aureum opu >>. Jacobi ecundí, prív . LII ) CXXXI. (54) Remitimos a la publicación de nue ira te is doctoral titulada Org:inización municipal de las morerías valenci:inas. Universitat de Valencia, junio 198-l.

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MA UEL VTE. FEBRER ROMAGUERA

ración, se le reconoció competencias en el nombramiento de algunos cargo y en la aprobación de las cuenta de los clavarios (55).

La extensión de la competencia territorial a Aragón y Reino de Valencia del al­cadiazgo general, aparece clara de de tiempos de Faraig de Be!lvís, aunque no te­nemos la misma seguridad en lo que re pecta a Cataluña. La naturaleza generaliza­da para toda la Corona de la magistratura, debía provenir de su condición de cargo de la Corte Real, dependiente directamente del rey como el canciller o el mae tre ra­cional de la corte. Por ello, era un magistrado con competencia general en todos los reinos de la Corona, aunque de hecho sólo tenía incidencia sobre los estado que te­nian población mudéjar, que eran los peninsulares.

Nos sorprende un poco que, siendo un magistrado general para toda la Corona, en 1338 Pedro IV hubiera dado competencia al baile general del Reino de Valencia para nombrar el aicadí mayor. Ello ólo puede explicar e con la hipóte i de que en esa fecha el cargo de alcadí general de la Corona no e tuvie e institucionalizado. Así, el referido alcadí mayor, sólo hubiera sido un cargo particular del reino alen­ciano, que tendría su homólogo en el reino de Aragón, aunque todo es hipotético.

4. CONCLUSIONES

Teniendo en cuenta que hasta hace poco los investigadores valencianos dudaban de los datos dados hace años por Mancho y Ortega referentes al alcadiazgo general de la Corona de Aragón en el siglo XV, lo adelantos en el conocimiento de la in ti­tución son notables, y nos ofrecen una visión diferente del estado bajo el que lo mudéjares de los presentes reinos eran tratados por la administración.

Aunque en Castilla esté documentada y estudiada la in titución de de hace ba -tante años, gracias a la pericia de historiadores como Torre Fonte , ahora tene­mos la seguridad de la antigüedad y características de la institución en la Corona aragone a, cuyo estudio nos ofrece datos interesantes para comprender que, pe e a las restricciones bajo las cuales vivían lo mudéjares, disponían de uno jueces pri­vativo y una organización judicial autónoma, aunque controlada por la adminis­tración cristiana, que se preocupaba de garantizar a la población i !árnica el cumpli­miento de sus privilegios que, les daban derecho a regirse en sus relaciones privada conforme a sus leyes musulmanas.

Después de conocer la ucesión en el alcadiazgo general, vemo que la familia Bellvís, se mostró particularmente competente en el ervicio a la Corona, por lo cual ésta no escatimó a sus miembros dádivas y prodigaJidade , dándole cargos, sa­larios, prerrogativas y, sobre todo, una consideración constante que lo mantuvo en las magistraturas durante casi dos siglos, siendo indiscutiblemente la autoridad más importante de la comunidad mudéjar de estos reinos (56).

A continuación, se ofrecen unos pocos documentos que prueban buena parte de las afirmaciones vertidas anteriormente.

(55) A.R .V. Batlia. Obligacions, n. 0 1.296, f. 417 r. 0 a 418 r. 0•

(56) BARCELO TORRES, Carmen, en su recién publicada documentada obra Minorías is­lámic.as en el Pais Valenciano. Historia y dialecto. Universidad de Valencia - In titulo Hi pa­no-árabe de Cultura, Valencia, 1984, pág. 61, coincide en afirmar que los alcadíe junto con los alfaquíes, fueron las autoridades fundamentales de la comunidad islámica valenciana, para el mantenimiento de su conciencia de pueblo. Remitimos a la consulta de esta obra bási­ca desde ahora para el acercamiento a los estudios sobre el mudejarismo valenciano .

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LO BELLVIS; UNA DI A TIA MUDEJAR DE ALCADIES GENERALES

APENDICE

l. - GE EA LOGIA DE LA SUCESIO DE LOS BELL VIS EN EL ALCADIAZGO GENERAL

Fátima (Hija del mercader

Maymó Fu ter, de Val)

FARAIG DE BELLVIS (Mene cal de Pedro l V, Alcadí

de Val. en 1348; general de Aragón y Valencia; general de

apelación en 1372; muere hacia 1377

2. a

Jahie de Bellvis (Mercader de Medi­

naceli, Soria)

X ( 1. ª esposa)

X Haxa

Yucef lbn -- (Coheredera con UBAQUER DE BELL VIS (Hija, casa en

Mahoma! Coreix Ubequer Bellvis) (Lugartte . de alcadí Mariem

en la morería de Val.) (Hija de l.ª Mahomat Ca te­llano, de Burbá­guena; disuelto)

(Alcadí General, etc. -~-- 1356) desde hacia 13 77;

muere en 1389) 2 .•

ALI DE BELL VIS (1) Nuza (Alcadí General, etc.

(Hermana de Marn·em de 1389 hasta he. 1447) e posa de Abrahim Albaho, lugartte. de

alcadí en Játiva)

Fotoix (Hija de Ali Xupió,

receptor general del Antiguo Patrimonio)

ALI DE BELL VIS (ll) (Alcadí General, etc . de 1484 ha ta hacia

1510) ----- Mariem

Aixona (Hija de Gaffer Boday1, natural·

de Gandía)

-289-

MAHOMAT DE BELLVIS (1) (Alcadí General, etc . de

1447 aprox.; muere en 1484)

<;:AHAT DE BELLVIS (1) (Alcadí General, etc.

desde hacia 151 O: muere en 1522)-Nussa

1

Hija de Ali Barrabe, alfaquí de Benaguacil)

MAHOMAT DE BELLVIS (11) (Coalcadi General con su padre de de 1515; muere

en 1522)

<;:AHAT DE BELL VIS (ll) (Ultimo Alcadí General, etc.

desde 1522 hasta 1526; se convierte bajo el nombre de:

Hieronim Bellvi )

11. DOCUM TO

a) 1338, enero, 12. Valencia .

PEDRO IV, autoriza al baile ~eneral de \'alencia a nombrar el alcadí mayor y a los demás del reino certificándose de u experiencia por medio de moros conocedores de las leyes musul­manas y ancianos .

. R.V . REAL, n . 0 630, f. 203 v. º , 204 r. 0•

NOS PETRU DEI GRATIA RE et cetera . Attendentes pro parte aljamarum sarraceno­rum Regni Valentie fui se nobi humiliter demostratum quod cum contigit per no aut baiu­lum nostrum Regni Valen1ie generalem loco no tri imponi eu eligi Alcadium Majorem ive alcadios sarraceno in villis vel loci regni predicti, ip i alcadi in uficientes et ignorantes <;unam arracenicam eliguntur interdum etiam et ponuntur, quorum alcadiorum imperitia iura nostra pereunt. et dicLOrum ~arracenorum controber ie su cipiunt detrimenta . Quare ad supplicationem pro parte dictarum aliamarum humilem factan nobis in predictis debite provi ­dere volentes, sic de cetero ducimu tatuendum quod quotienscumque per nos ve! dictum baiulum loco no tri Alcadium Maiorem vel alcadio contigerit eligi seu etiam ordinari, vocatis sarracenis an1iquis et sapientibu ac in <;una arracenorum peritis, de Ioci regni predicti habi­ta uper hoc certificatione verídica ab eisdem de ufficientia personarum, ipsi Alcadius Maior per nos ve! dictum baiulum generalem eu eius locumtenentis amodo eligantur el in alcadiatu officiis imponantur nec ad alicuiu vel aliquorum prece , inductionem vel instantiam eidem alcadii eligantur nisi ad dicti alcadiatu officium dicta cenificatione prius habita ut prefertur reperiantur sufficientes et etiam experti .

Mandantes per pre entem cartam nostram baiulo Regni Valentie gcnerali ceterisque offi­cialibu nostris pre entibus et futuri et loca1enenti eorumdem quod tatutum nostri hui-usmo­di firmum habeant, teneant et ob ervent, et faciant ab aliis inviolaviliter observarí, et non contravenient nec aliquem contravenire permittant aliqua ra1ione . In cuius reí te timonium presentem cartam nostram inde fieri et sigilli impendenti iu irnos comuniri.

Data Valentie pridie idu ianuarii anno Domini Mº .CCCº. XXXVII º . Examinavit Rode­ricu .

b) 1372, octubre, 13, Barcelona .

PEDRO IV confirma a Faraig de Bellvls, su cargo de elcadl de le morerla de Valencia, y le otorga el oficio de elcadí general de las apelaciones de la sentencias de lo demás alcadíes del Reino de Valencia.

A.R.V. REAL, n. 0 630, f. 206 v. º .

PETRUS DEI GRATlA REX ARAGONUM, VALENTIE, MAIORICARUM, SARDl-IE ET CORSICE, COMESQUE BARCHINONE, ROSSILLIONIS ET CERITANIE. Fideli

nostro baiulo generali Regni Valentie ve! eius locumtenenti . Salutis et gratiam. Cum no co­mendaverimus et comiserimus officium Alcaldie Morarie civitatis Valentie Faraig de Bellvis, menescallo nostro, cum carta nostra data Valentie XV.º kalendas ianuarii anno Domini Mi­llessimo CCC. Quadragesimo Octavo. Quodque officium pos1ea cum alia carta nostra data Barchinone XII.ª die augu ti anno subscripto, nostro sigillo communita, ampliavimus prout in registris nostris fuit repertum videlicet sub forma sequenti quod it iudex omnium appella­tionum que a sententiis universorum et singulorum alcadiorum arracenorum Regni Valentie, emitentur seu interponentur aut interposite sint. Et nondum terminatis seu diffinatis prout in dicta carta latius continetur. Propterea vobis dicimus et mandamus firmiter iniungentes ub pena quingentorum morabatinorum auri nostro applicandorum erario quatenus dictum Faraig pro alcadio dicte morarie et iudice dictarum appellationum ut prefertur habeatis et teneatis, faciendo sibi responderi de alario et iuribus inde sibi et alii olim alcadiis dari a suetis, prout in dicta ampliationis carta eiu dem officii dicto Faraig canee sa, melius et plenius continetur, cavendo attentis quod ob ve tri culpam dicto Faraig ad nos hac de causa iterato recursum habere non cogatur.

Data Barchinone tertiadecima die octobris anno a Nativitate Domini Millessimo CCC. Septuagesimo ecundo.-Visa Roma.-ln Officiorum.

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