11
CAPÍTULO I. EL GROTESCO. EL ASUNTO Y EL TÉRMINO 1. "...que hoy día llaman grotescos" Con la visita al Prado no dimos un rodeo. Porque al acercarnos a las artes plásticas fuimos llevados al dominio del cual debemos partir si ahora tratamos de llegar a una definición más concisa del concepto por medio de una historia de la palabra 'grotesco' que será breve, y sin embargo, aprovechará en cada escalón los hechos ilustrativos 1 . El grotesco o sea 'grotesco' y los vocablos correspondientes en los otros idiomas son voces extrañas tomadas del italiano. Las palabras la grottesca y grottesco, que son derivaciones de grotta (gruta), fueron acuñadas para designar una determinada clase de ornamentos que en las postrimerías del siglo xv se hallaron en ocasión de unas excavaciones hechas primero en Roma y luego en otros lugares de Italia. Lo que se descubrió fue una especie, hasta el momento desconocida, de pintura ornamental antigua. Al poco tiempo fue posible establecer que no se trataba de un arte autóctonamente romano sino que, como nueva moda, había llegado relativamente tarde a Roma, allá por la época de transición. En su descripción de los descubrimientos hechos en el llamado palacio de Tito, Vasari citó el pasaje de De architectura de Vitruvio donde este contemporáneo de Augusto había caracterizado y condenado la nueva moda bárbara, diciendo que: Motivos provenientes de la realidad, son rechazados ahora por una moda injusta. Pues ahora se prefiere pintar en las paredes monstruos en vez de reproducciones claras del mundo de los objetos. En vez de las columnas se pintan tallos acanalados con hojas encrespadas y volutas, en vez de los tímpanos ornamentos y también candelabros que llevan edículos pintados. En los tímpanos de éstos crecen flores delicadas que se enroscan en unas raíces y se desenroscan a partir de ellas, y sobre las cuales están colocadas unas estatuitas carentes de todo sentido. Finalmente, los tallitos sirven de apoyo para nada menos que unas medias figuras, algunas con cabeza de hombre, otras con cabeza de animal. Pero se- mejantes disparates no existen, no existirán nunca ni existieron jamás." 1 Aquí puede pasarse por alto el que el fenómeno sea más vieio que su nombre y que una historia completa de lo grotesco debiera comprender el arte chino, etrusco, azteca, germánico antiguo y otros al par que la literatura griega (¡Aristófanesl) y otras manifestaciones poéticas.

Lo Grotesco Kayser W

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Lo Grotesco Kayser W

CAPÍTULO I. EL GROTESCO. EL ASUNTO Y EL TÉRMINO

1. " . . . que hoy día llaman grotescos"

Con la visita al Prado no dimos un rodeo. Porque al acercarnos a las artes plásticas fuimos

llevados al dominio del cual debemos partir si ahora tratamos de llegar a una definición

más concisa del concepto por medio de una historia de la palabra 'grotesco' que será breve,

y sin embargo, aprovechará en cada escalón los hechos ilustrativos1.

El grotesco o sea 'grotesco' y los vocablos correspondientes en los otros idiomas son voces

extrañas tomadas del italiano. Las palabras la grottesca y grottesco, que son derivaciones de

grotta (gruta), fueron acuñadas para designar una determinada clase de ornamentos que en las

postrimerías del siglo xv se hallaron en ocasión de unas excavaciones hechas primero en

Roma y luego en otros lugares de Italia. Lo que se descubrió fue una especie, hasta el

momento desconocida, de pintura ornamental antigua. Al poco tiempo fue posible

establecer que no se trataba de un arte autóctonamente romano sino que, como nueva moda,

había llegado relativamente tarde a Roma, allá por la época de transición. En su

descripción de los descubrimientos hechos en el llamado palacio de Tito, Vasari citó el pasaje

de De architectura de Vitruvio donde este contemporáneo de Augusto había

caracterizado y condenado la nueva moda bárbara, diciendo que: Motivos

provenientes de la realidad, son rechazados ahora por una moda injusta. Pues ahora se

prefiere pintar en las paredes monstruos en vez de reproducciones claras del mundo de los

objetos. En vez de las columnas se pintan tallos acanalados con hojas encrespadas y

volutas, en vez de los tímpanos ornamentos y también candelabros que llevan edículos

pintados. En los tímpanos de éstos crecen flores delicadas que se enroscan en unas raíces

y se desenroscan a partir de ellas, y sobre las cuales están colocadas unas estatuitas

carentes de todo sentido. Finalmente, los tallitos sirven de apoyo para nada menos que

unas medias figuras, algunas con cabeza de hombre, otras con cabeza de animal. Pero se-

mejantes disparates no existen, no existirán nunca ni existieron jamás."

1 Aquí puede pasarse por alto el que el fenómeno sea más vieio que su nombre y que una historia completa de lo

grotesco debiera comprender el arte chino, etrusco, azteca, germánico antiguo y otros al par que la literatura griega

(¡Aristófanesl) y otras manifestaciones poéticas.

Page 2: Lo Grotesco Kayser W

Pues ¿cómo sería posible en la realidad que un tallo llevara un techo, o un candelabro fuera adornado con un tímpano;

y que un zarcillo muy delicado y débil soportara una figura sentada sobre él y cómo podrían crecer de raíces y

zarcillos unos seres que son mitad flor, mitad figura humana? 2

La crítica de Vitruvio que, basándose en el criterio de la reproducción realista, condenó

tanto los elementos como las combinaciones del nuevo arte ornamental, no pudo

impedir la propagación del último. Los críticos de arte del siglo XVI repitieron sus

argumentos y palabras; pero no lograron detener el avance victorioso de la nueva

moda como tampoco fueron capaces de hacerlo su antecesor de la época de Augusto o

sus sucesores en el clasicista siglo XVIII. Los pintores italianos del Renacimiento y sus

mecenas acogieron los estímulos respectivos. Sabemos que ya en el año 1502 el cardenal

Todeschini Piccolomini encargó al pintor Pinturicchio que decorara las bóvedas de la

Biblioteca al lado de la catedral de Siena "con esas fantasías, colores y distribuciones

que hoy día llaman grotescos" (che oggi chiamano grottesche). La mayor fama y

trascendencia lograron los ornamentos grotescos con que Rafael pintó alrededor del año

1515 los planos de los pilastros en las logias papales3 (lámina 2). La descripción de

Vitruvio puede aplicarse casi literalmente a los grotescos de Rafael: Hay zarcillos que se

enroscan y se desenroscan y a partir de sus hojas van creciendo por doquier unos animales

(en forma tal que parecen anuladas las diferencias entre plantas y animales). En las

paredes laterales hay finas líneas verticales que deben soportar ora una máscara, ora un

candelabro, ora un templo (de modo que se lleva al absurdo el principio de estática). El

rasgo novedoso no lo constituye el que —en contraste con los ornamentos abstractos— se

hayan pintado ornamentos de carácter cósmico (porque la pintura conocía desde hacía

mucho las combinaciones ornamentales de flores, hojas y animales estilizados; piénsese por

ejemplo en Ghiberti y sus discípulos). La innovación consistió en el hecho de que se

anularan en ese mundo las ordenaciones de la naturaleza. Lo cual no impide que los

ornamentos grotescos de Rafael, comparados con los de sus contemporáneos, parezcan

moderados, inocentes y amables. Es como si se tratara de un mundo del juego individual y

fantástico, y Goethe quien, sobre la base de su propia experiencia, los describió al final

2 El paisaje aparece en traducción alemana en L. Curtius, Die Wandmalerei Pompejis, 1929, pág. 131. Curtius señala

(pág. 138) al Asia Menor como región de donde provenía la nueva moda. 3 Reproducción tomada de Th. Hoftmann, Raffael ais Archilekt, 1911, tomo IV: Palacio del Vaticano, lámina

XXXIX.

Page 3: Lo Grotesco Kayser W

de su nota Von Arabesken [De los arabescos], elogió su serenidad, liviandad y riqueza

prodigiosa de inventiva.

Puede preguntarse si Goethe con ello no guardó silencio sobre un elemento lúgubre

ulterior que se esconde también en el mundo juguetón de Rafael. Este componente se

evidencia con toda claridad en otros artistas italianos, por ejemplo, en los grotescos del

grabador en cobre Agostino Veneziano (lámina 3). Ahí aparece en los elementos, más

fantásticos ya, de su ornamentaria (obsérvese la transición de cuerpos humanos a formas de

animales y plantas) e igualmente en la destrucción juguetona de la simetría y él más

pronunciado desequilibrio de las proporciones. La claridad que predomina aún en los trazos

de este grabador, desapareció en Luca Signorelli (cuyos grotescos en la Catedral de

Orvieto fueron pintados ya entre 1499 y 1504)4, cediendo su lugar a una acumulación

turbulenta en la que se enredan utensilios, zarcillos y cuerpos mitad animales, mitad

hombres (lámina 4). El mundo de este arte ornamental ya no está cerrado sino que cons-

tituye el fondo oscuro y siniestro de un mundo más claro y rigurosamente ordenado (lo cual

es, en rigor, una imitación de los hallazgos en las grutas). Los medallones incrustados

representan escenas de la Divina Comedia, el 'retrato' del centro es el de Virgilio.

Para el Renacimiento, el término grotesco, empleado para designar un determinado arte

ornamental, sobre la base de estímulos recibidos de la antigüedad, encerraba no sólo el

juego alegre y lo fantástico libre de preocupación, sino que se refería al mismo tiempo a un

aspecto angustioso y siniestro en vista de un mundo en que se hallaban suspendidas las

ordenaciones de nuestra realidad, quiere decir, la clara separación de los dominios

reservados a lo instrumental, lo vegetal, lo animal y lo humano; a la estática, la simetría y

el orden natural de las proporciones. Esto se evidencia en el segundo vocablo surgido en el

siglo XVI para designar los grotescos: sueños de los pintores (sogni dei pittori). Con ello se

indica al mismo tiempo el dominio en que la destrucción de esas ordenaciones, la

participación en un mundo de índole distinta tal como se concretiza en la ornamentaria

grotesca, llega a resultar para todo ser humano una vivencia cuyo contenido de realidad y

verdad ha constituido un sempiterno problema para el pensamiento. Sueños de los

pintores... parece lícito suponer que Durero había llegado a conocer el arte nuevo de los

4 Cfr. L. Dussler, Signorelli, 1927. Entre los trabajos más viejos sobre la ornamentaria grotesca véase Ruskin, Stones of

Venice, 1851-53 y varias publicaciones de Schmarsow.

Page 4: Lo Grotesco Kayser W

italianos cuando expresó: "Pero en el caso de que alguien quiera hacer obras oníricas

podrá entremezclar todas las criaturas".

En el siglo XVI el grotesco va penetrando desde Italia en los países allende los Alpes y

conquista para sí todos los campos vitales del arte ornamental: el dibujo y el grabado al par

que la pintura y los adornos plásticos. Lo encontramos en la imprenta de libros y en los

planos pintados, como parte de la arquitectura así como en los utensilios y alhajas. Como

género especial de la ornamentaria posee estructura y motivos propios, pero en modo alguno

se halla vinculado a determinada forma de representación. Al principio aparece en la

configuración lineal, mas pronto se apoya en la nueva técnica desarrollada por unos

artistas italianos en la Francia del siglo XVI y que se ha dado en llamar Rollwerk [¿rollete?

¿forma coclear?] según su medio de representación característico y elemental5. Incluso se

introduce en los otros dos géneros del arte ornamental que, en rigor, poseen motivos y

estructura propios y que inician también, su avance victorioso en el siglo xvi: el arabesco y

el morisco. Debemos referirnos brevemente a ellos ya que los tres términos luego serán

aplicados a las obras literarias, empleándoselos durante largo tiempo prácticamente como

sinónimos.

La ciencia del arte hace una distinción entre los tres géneros de la ornamentaria y lo hace

con toda razón, pues en lo que a su idea respecta, son autónomos. Con el término

'morisco', entiende un arte ornamental delicado y enteramente plano (es decir que nunca se

ve en perspectiva) sobre fondo uniforme (generalmente negro sobre blanco). Como motivos

se utilizan exclusivamente hojas o zarcillos rigurosamente estilizados. El 'arabesco', en

cambio, se ve en perspectiva. En contraste con el morisco es 'tectónico' (quiere decir que

distingue entre arriba y abajo), está más lleno (de modo que el fondo puede estar

completamente cubierto) y usa como motivos ornamentos de zarcillos, hojas y flores más

parecidos a la naturaleza, con oportunos aportes del mundo animal. En cuanto al problema

de su origen se insiste últimamente en que el arabesco no es en modo alguno de

procedencia árabe como parece indicar su nombre, sino que representa "un elemento

5 Contra la opinión tradicional, según la cual la forma coclear [Rollwerk], habría sido desarrollada en ocasión de la

decoración de Fontainebleau (iniciada en 1530), se ha dirigido, últimamente, Erik Forssman, en Saule und Ornament, Studien zum Problem des Manierismus in den nordischen Sdulenbüchern und Vorlageblattern des 16. un 17. Jahrhunderts, Stockholm, 1956. El autor supone que se originó en varias partes a la vez (pág. 113).

Page 5: Lo Grotesco Kayser W

decorativo de la antigüedad heleno-romana"6. Sin embargo, no será posible negar que el

Renacimiento, para sus ornamentos con arabescos, haya recibido y desarrollado nuevos

estímulos procedentes del mundo islámico.

Munida de estas definiciones de la ciencia del arte, la historia del arte ha tenido que

observar, empero, que en la práctica del siglo XV hasta el XVIII se realizan continuamente

mezclas de procedimientos, mientras en la terminología de dicha época, los vocablos se

usan a menudo sin diferencia perceptible. Por ejemplo, en el conocido libro sobre

moriscos de Flettner (1549) se encuentran ornamentos que podrían considerarse como

grotescos y arabescos. El pintor y escritor milanés, Lomazzo, afirma ya en 1587 "que el

grotesco no se desarrolló en contraste al arabesco sino junto con él"7. por la pulposa

ornamentaria 'cartilaginosa'. (Una tendencia hacia lo dinámico se había presentado ya en el

llamado 'grotesco de cabellera' que fue desarrollado por el artista francés Delaune y cultivado

en Alemania, todavía en el siglo xvi, por Kilian y los dos de Bry). En el extranjero, el

'grotesco cartilaginoso' desapareció pronto, pero en Alemania echó brotes muy extraños no

sólo en el Neuw Grot-tessken Bnch [Nuevo libro de grotescos] de Jamnitzer (1610), sino

también en la segunda parte del siglo XVIII. El historiador literario los conoce por los

grabados en cobre de varios escritos de Grimmelshausen. Las dos láminas (5 y 6)

reproducen grabados de ornamentos de Simón Cammermeir y Johannes Heinrich Kel-ler

(ambos de 1680, aproximadamente). En ellos los contornos firmes han desaparecido por

completo. Las cabezas y miembros de animales y seres fabulosos, fantásticamente desfigurados

(a menudo estilizados al modo de máscaras) se confunden unos con otros y son capaces de

hacer germinar por doquier zarcillos o protuberancias o nuevos miembros. En el centro de

la lámina 6 puede observarse con claridad cómo se aúnan dos cabezas, ya por sí deformadas:

la región nasal pertenece a ambas cabezas a la vez. El 'grotesco cartilaginoso' constituyó un

extremo que ya no permitió desarrollo alguno. De ahí que la historia posterior de la orna-

mentaria grotesca se vinculara otra vez al 'grotesco de cabellera' que tuvo vida propia a

partir del siglo xvi. Al motivo del acanto que había llegado a dominar, se agregó

alrededor de 1700 un nuevo grupo de motivos, primero en Francia y al poco tiempo

también en Alemania. En los ocho cuadernos llamados grotescos del genial y malogrado

Paul Decker (1677-1713), se introducen motivos chinos en el arte ornamental.

6 L. Pulvermacher en: Reallexikon zur dt. Kunstgeschichte, ed por Otto Schmitt, tomo I, 1937 (Arabeske).

Page 6: Lo Grotesco Kayser W

Después de nuestra breve ojeada al asunto8, veamos ahora la historia del vocablo: 'grotesco'.

2. "Este discurso es muy grotesco"9

Ya en el siglo xvi, los otros países aceptan junto con el nuevo arte ornamental el término

correspondiente: el grotesco. En esta forma pues, como substantivo, es decir, como

término fijo para una cosa concreta, va entrando por doquier y sigue teniendo vida propia.

Conjuntamente, asoma también el adjetivo anteriormente substantivado en el término. El

rasgo más característico del grotesco, o sea la mezcla de lo animal y lo humano, o bien lo

monstruoso, se desprende del primer documento escrito en alemán. En la introducción a

su Geschichklitterung [Esbozo de historia] (1575) Fischart habla de las "botijas,

receptáculos, y cajas como los vemos hoy día en las farmacias, que tienen forma

extraña y son caprichosos, 'gruta-grotescos' y fantásticos", aclarando esta referencia con la

enumeración, que ocupa páginas enteras, de monstruosidades (en Dante, en Giotto, en

Ovidio, en las costumbres carnavalescas, en las representaciones del diablo tal como

7 La cita se halla ibídem.

8 Cfr. P. Jessen, Der Ornamentstich, 1920; ídem, Meister des Ornament-stichs, 4 tomos, 1922-24; R. Berliner,

Ornaméntale V orlageblatter des 15. bis 18. Jahrhunderts, 1925-26; Emmy Rosenbacher, Die Entwicklung des dt. Orna-mentstichs von 1660-1135, tesis, Hamburg, 1930; Felicitas Rothe, Das dt. Akan-thusornament des 17. Jahrhunderts, 1938; P. Meyer, Das Ornament in der Kunstgeschichte, Zürich, 1944. Cuando el historiador del grotesco hojee los grabados con ornamentos del siglo XVIII, llamarán su atención algunas

estampas en que se anticipa, hasta cierto punto, el significado ampliado de la palabra en el siglo XVIII. En el siglo

xvn existe como tipo formal peculiar el florero ornamental al cual pertenece un primer plano detallado que a menudo

hace las veces de parte principal. En esas disposiciones goza de mucha aceptación el motivo del dragón de cuyas fauces

abiertas está naciendo un arabesco o sea grotesco de flores. Ahora bien, el artista francés Fran<:ois Lefebure elige

para una estampa de 1635 unas figuras muy reducidas de los grabados de Callot; las dos figuras en los costados

izquierdo y derecho de abajo, las que sirven de marco, provienen de las ilustraciones hechas por Callot para la

'Comedia del arte' (véase este libro, pág. 43 s.; la ilustración se halla en F. Rothe, lámina 18 b) . En un grabado de J.

Hagenbach y Daniel Buchenwald (la reproducción se encuentra en P. Jes-sen, Der Ornamentstich, pág. 111) las figuras

grotescas están representadas por unos seres fabulosos provenientes del caudal de formas de Jerónimo Bosch. 9 Anticipamos una observación tomada de la historia ulterior del vocablo. La designación 'grotesco' entró también en

la terminología de la danza. Otro tanto sucedió con las palabras 'arabesco' y 'morisco'. Arabesco mienta tan sólo

una figura de la danza (de solista); a saber, la postura en la horizontal sobre la pierna que actúa de apoyo, tal como

está de moda sobre todo para la figura final. El morisco, en cambio, se refiere a todo un género de la danza. Los

bailarines de moriscos se conocen en Europa a partir del siglo xv. A menudo fueron representados por dibujantes y

tallistas contemporáneos (piénsese en los relieves del 'techo de oro' de Innsbruck o en las tallas de bailarines de

moriscos, de Erasmus Grasser, en la sala del Viejo Municipio de Munich). En esos casos se trata de una danza

estilizada, en forma extremadamente excéntrica, y ejecutada por varios personajes distintos (cuyos disfraces estaban,

todos, provistos de campanitas) y que compiten por el premio en figura de una 'reina'. En las descripciones

actuales de este género de danza se vuelve a usar la palabra 'grotesco' y es de suponer que la danza grotesca

moderna se remonta, en línea bastante recta, a los bailarines de moriscos. Pero si es posible trasladar a la terminología

de la danza, las voces 'grotesco' y 'arabesco' y si 'morisco' tiene doble sentido, entonces se impone, ya a partir de lo

idiomá-tico, la convicción de que la danza constituye, según su carácter, un arte ornamental movido que llena un espacio

dado. O diciéndolo más cautelosamente: es el carácter de un género de la danza.. . Pues desde un comienzo existe, al

lado de la ornamental danza en grupo, la danza descriptiva (de un solista o de una pareja). En el baile social del siglo

xx desapareció, con el rigodón, la última forma de la danza ornamental de sala. _Ya no existe un orden que actúe

fuera de las parejas y determine sus movimientos. La única relación entre Tas parejas de baile social moderno,

Page 7: Lo Grotesco Kayser W

aparecen en los cuadros dedicados a las tentaciones de San Antonio, y en otros "sueños de

pintores"). Con ello da rienda suelta a su presunto enojo sobre esas deformaciones

"ridículas, presumidas y a menudo hasta espantosas". Lo monstruoso que ha surgido

justamente de la confusión de los dominios, y junto con ello lo desordenado y lo

desproporcionado aparecen como características del grotesco en un documento temprano en

lengua francesa. Montaigne se refiere a sus propios ensayos cuando dice: "¿Qué otra cosa

son... sino grotescos y cuerpos monstruosos, compuestos de diversos miembros sin figura

determinada y sin tener un orden y una proporción que no sean casuales?" 10

Interesa la

forma cómo Montaigne emplea la palabra ya que comienza a darle sentido figurado,

trasladándola incluso del campo de las artes plásticas al de la literatura. Fue condición

previa para ello darle un significado, convirtiéndola en concepto estilístico.

Sin querer desconocer la fuerza mental e idiomática que exigió semejante empresa,

diremos empero, que Montaigne al mismo tiempo, recogió un impulso inherente al propio

vocablo. Con ello estamos llegando a un punto a partir del cual resultarán comprensibles

muchos aspectos de la historia del término, o mejor dicho, de los dos términos, el adjetivo

y el sustantivo, la que expondremos a continuación. En alemán la palabra apareció inequí-

vocamente como voz extraña. Así se explica también el que la encontremos preferentemente

como designación bien fija para el nuevo arte ornamental donde figura como término técnico

(y eso generalmente en plural). Lukas Kilian, por ejemplo, intitula su pequeño manual del

año 1607, Grotesken für die Wand [Grotescos murales]; posteriormente, le sigue un

Neues Grodesko Büchlein [Nuevo librito de grotescos] y un Grodisko -Buch [Libro de

grotescos] (1632). En una nota apuntada en un expediente de Francfort leemos que en 1612

el Rómer 11 es pintado con "adornos grotescos" [Krodischkenwerk]. Sería posible traer a

colación numerosas citas más. Pero nos limitaremos a ofrecer sólo dos del siglo XVIII, ya

que en ellas el nuevo gusto clasicista motiva una decidida condenación de la ornamentaria

grotesca. Gottsched12

dice: "Imaginarse una cosa sin observación de una razón suficiente

significa, en rigor, soñar o fantasear. . . sin embargo, los pintores, poetas y compositores

consiste ~én el hecho de que se molesten mutuamente. Ya no hay espacio suficiente sino que la gente busca un lugar

para bailar en los rincones y pasillos y por entre las mesas. 10

[Que sont-ce icy aussi... que crotesques et corps monstreux, rappiecez de divers membres, sans certaine figure, n'ayants orare, ny proportion que fortuite? ]

11 El famoso municipio de Francfort del Meno. [N. de la T.]

Page 8: Lo Grotesco Kayser W

poco hábiles, a menudo se sirven de esta facultad y de este modo dan a luz nada más que

monstruos que podrían llamarse ensueños de gente despierta. Como ejemplo de ello pueden

servir los grotescos de los primeros, y las disparatadas fábulas de los segundos". Esas

palabras ponen en evidencia que el viejo término de "sueños de pintores", empleado

también por Fischart, seguía existiendo aún; únicamente que el carácter onírico de lo

grotesco, para Gottsched, no fue ninguna recomendación. La otra cita, mencionada arriba,

proviene de Winckelmann, de su tratado temprano: Gedanken über die Nachahmung der

griechischen Werke. . . [Ideas sobre la imitación de las obras griegas. . .]. Reza así: "Desde la

época en que Vitruvio se quejó amargamente de la degeneración del buen gusto, éste se ha

corrompido aún más en los tiempos recientes y en nuestros adornos actuales, debido en

parte a los grotescos convertidos en moda por Morto13

y, en parte, a las pinturas

insignificantes que adornan nuestros ambientes. Un estudio más profundo de la alegoría

podría purificar el gusto, otorgándole verdad e inteligencia".

También en francés se empleaba como término fijo para la ornamentaria grotesca el

sustantivo y también ahí casi siempre en plural. Pero además, el adjetivo comienza a

desarrollarse en varios sentidos. Para comprender esta evolución hace falta reflexionar

sobre la palabra. Para los franceses del siglo xvi el nuevo vocablo grotesque no

constituyó una voz extraña en la medida que lo fue para los alemanes. Hasta entrado el

siglo XVII se escribió crotesque, probablemente por sentirse su pertenencia a un radical

que en francés antiguo está documentado como crot14 y a partir del cual se había

formado, ya en el siglo xv, el adjetivo croté, crosté. El sufijo -esque fue usual y muy

significativo en el francés del siglo XVI. Al par que -esco en italiano (en alemán puede

comparársele el sufijo afín -isch), expresa la procedencia; de ahí que se encuentre a

menudo en nombres de personas y toponimios. Pero en rigor no mienta una mera

procedencia, por decir así, en un sentido geográficamente orientador, sino la participación

e n . . . , la pertinencia a . . . una esencia espiritual. —Esco, o sea —esque (y también —

isch), puede combinarse —fuera del círculo de los nombres propios— sólo con aquellas

designaciones de cosas que son aprehensibles como entidades espirituales. También en

12

"Stücke aus den ersten Gründen der gesamten Weltweisheit", Dt. Literatur in Entwicklungsreihen, Reihe Aufklcirung, tomo 2, pag. 217. 13

Winckelmann, al responsabilizar al pintor Morto de Feltro de la propagación del nuevo arte ornamental, se atuvo

a lo dicho por Vasari.

Page 9: Lo Grotesco Kayser W

alemán las Goethesche Werke [obras de Goethe] reflejan mucho más su espíritu que Goethes

Werke. El adjetivo coordina espiritualmente, actualiza en forma muy pronunciada la

función, propia de su carácter de adjetivo, de valoración o sea interpretación. Los adjetivos

son los elementos siempre perturbadores de los idiomas. Al olvidarse así de su procedencia

efectiva, el adjetivo es capaz de disolver por completo su vinculación material con un objeto

concreto: lo caballeresco no murió junto con la caballería, lo pintoresco es algo que no se

presenta aún en forma de lienzo y la grandeza dantesca puede atribuirse a una obra que no

pertenece a Dante. Así grottesque encerraba la posibilidad de significar algo más que la

pintura de grutas de los antiguos y su renovación moderna, realizaciones estas a que se

había referido en el principio. (Ya al usarse ese término se había efectuado un cierto

alejamiento de la gruta en cuanto hecho material.)

Efectivamente, notamos que el adjetivo grottesque es empleado en un sentido más lato por

los escritores del siglo XVII, y los diccionarios después de haber aclarado que el sustantivo

es designación de ..., por lo general traen su sentido 'figurado'. En el diccionario de la

Academia (1694 y otros años) se encuentra la siguiente entrada: "II signifie fig. Ridicule,

bizarre, extravagant. Un habit grotesque, ce discours es bien grotesque, mine grotes-

que.—Grotesquement, adv. D'une maniere ridicule et extravagante. Vestu grotesquement,

danser grotesquement— Bizarre, fantasque, extravagant, capricieux" 15. Pero más frecuente

que esta insistencia bastante fuerte en el aspecto de lo inusitado, es el empleo de la

palabra en un sentido más bien chato. Entonces aparece en medio de una serie de

sinónimos: ridicule, comique y, preferentemente, burlesque. Véase para ello, una cita

tomada del Dictionnaire francais de Richelet, Amsterdam, 1680: "Grotesque, adj. Plaisant,

qui a quelque chose de plaisamment ridicule. Hom-me grotesque. Filie grotesque. Air

grotesque. Visage grotesque. Action grotesque." En este caso, lo grotesco ha perdido todo

su aspecto macabro de modo que suscita tan sólo una sonrisa despreocupada. Todo cuanto se

ha dicho acerca del término en las obras de estética, incluso del siglo XX, no es sino una

mera repetición del uso idiomático francés que le correspondió en el siglo XVII. (Sin

embargo —y es preciso agregarlo—, Larousse en el Grand dictionnaire universel del año

14

Cfr. W. v. Wartburg, Franz. Etym. W orterbuch: "Primero se lo utilizó en una forma que en el sonido inicial se

adaptara a la voz autóctona".

Page 10: Lo Grotesco Kayser W

1872 señaló ya, por lo menos indirectamente, su pérdida de nivel y su inocuidad en el Gran

Siglo [después de Rabelais lo grotesco se hallaría en Corneille, Scarron, Cyrano de Bergerac

y otros], y se refirió directamente a su profundización y adquisición de un carácter siniestro

en el Romanticismo [con Shakespeare, Jean Paul y Hoffmann como centros de influencia].

La forma cómo lo grotesco es convertido en innocuo y la tendencia a equipararlo con lo

burlesco y lo crudamente cómico, pueden observarse también en los ejemplos que se

traen de la pintura y de la literatura. Cuando Cervantes aparece al lado de Teniers, esto

quiere decir que se trata de un Don Quijote leído con miras hacia el aspecto burdo.

Pero así como el diccionario de la Academia, fuera de ridicule, permitió percibir un sentido

algo menos inocuo y también menos chato, sucede también en algunos de los ejemplos

dados. A partir de Trevoux (1704) se encuentra varias veces una referencia a Ariosto. Pero

junto a él figura un nombre que desde el momento en que Monet, en su Dictionnaire de

1620, lo menciona como modelo de lo grotesco, aparece continuamente en los diccionarios y

obras literarias: el de Jacques Callot (1592-1635)16

. Podemos dejar en suspenso el preguntar

hasta qué punto se tuvo en ese entonces un concepto más cándido de Callot cuya afinidad

con Goya sentimos hoy en forma muy pronunciada 17

. Algunos documentos apuntan hacia

esa dirección, como por ejemplo, los versos de Sanlec-que (1652-1714) en su Poéme sur le

geste [Poema sobre el gesto], que rezan así:

En resumen se pueden contar más expresiones burlescas de las que

Callot grabara jamás en sus grotescos*.

Con la referencia a Callot nos acercamos, empero, a un nuevo dominio en cuyo ilustrador

se había convertido el pintor francés: la 'comedia del arte'. Diderot se refirió

15

Esta cita, así como una serie de las que siguen, se halla en P. Knaak, Über den Gebrauch des Wortes 'grotesque', tesis, Greifswald, 1913. Cfr. también G. Matoré, En marge de Th. Gautier: "grotesque", Festschr. für Mario Roques. París,

1946, págs. 217-225. 16

Esta cita falta en la recopilación de pasajes probatorios tomados de Diderot, por P. Knaak. Entre ellas destácase una en que Diderot equipara los grotescos a "seres quiméricos" [étres chimériques]. Si no estamos equivocados,anteriormente la palabra se había relacionado una sola vez con grotesques, a saber en los Visionnaires (1637) de Desmarest de Saint-Sorlin donde se dice: "¿Por qué hemos de someternos a las quimeras grotescas...?" [Pour-quoi s'assujetir aux grotesques chiméres.. . ?]

17 A semejanza de Goya Callot trató en forma cíclica los temas de Caprices [Caprichos] y Miséres de la guerre

[Desastres de la guerra]. En sus dos lienzos dedicados a la "Tentación de San Antonio" se han podido comprobar vinculaciones con las formas de Pieter Bruegel (véase más adelante). * [Enfin un peut compter plus de mines burlesques Qu'en grava jamáis Callot dans ses grotesques.]

Page 11: Lo Grotesco Kayser W

abiertamente a esa relación cuando dijo de la 'farsa excelente': "Ella supone una alegría

original: ahí los caracteres son como los grotescos de Callot donde se conservan los

principios de la figura humana"18

. Lessing tradujo la nota de Diderot y por consiguiente

también el pasaje en que lo grotesco se vincula a Callot y a la 'comedia del arte'. De esta

unión surgiría una nueva definición de lo grotesco que ha hecho época en la historia del

término. Dediquemos, ahora, nuestro interés al idioma alemán porque en francés halla-

remos un sentido más amplio de la palabra grotesque tan sólo en Víctor Hugo, y esto

evidentemente bajo influencia alemana.

En el idioma alemán del siglo XVI el adjetivo grotesk no aparece con gran frecuencia y

cuando se lo emplea tiene el significado chato y vago que caracterizaba el uso del idioma

francés. Todavía en 1771 encontramos en el diccionario alemán-francés de Schmidlin, la

siguiente definición: "En sentido figurado grotesque (o grotesk) significa lo mismo que

extraño, no natural, aventuresco, caprichoso, gracioso, ridículo, caricaturesco y otras cosas

por el estilo"19

. Ahí, nuestra palabra debe cubrir un campo amplio 20

; Parece que el núcleo

significativo, propiamente dicho, está muy diluido. Mas, justamente en esa época se hacen

algunos esfuerzos por dar al vocablo un significado más preciso que es lícito estudiar

descuidando un poco la cronología.

18

** [Elle suppose une gaieté origínale; les caracteres en sont commes les grotesques de Callot, oü les principaux de la figure humaine sont conserves.]

19 [Figürlich bedeutet grotesque (oder grotesk) so viel ais seltsam, unnatür-lich, abenteuerlich, wunderlich, posssierlich,

lacherlich, fratzenmassig und dergl.] 20

El que el significado de grotesco se volviera muy vago, incluso en el campo de las artes plásticas, puede comprobarse en las nuevas ediciones del Libro de pintores, de van Manders. En la edición de 1604, Harlem, el vocablo fue empleado sólo en el sentido estricto de la palabra. En la edición de 1764, el editor J. de Jongh puso el siguiente agregado (pág. 63 A) : '"t schijnt zelfs, dat alie opgegraven beeldwerk, vaten enz. der oudheid nageschilderd zijnde, dien naam ("grotesk") metter tijd gekregen hebben, ja eindelijk alie schilder-of beeldwerk, dat zonder orde of evenredigheid gesteld of bij den anderen gevoegt is, ook zulken, die den beschouwer door hunne potzige verbeeldingen tot lachen verwekken". Es obvia la influencia ejercida por la evolución del vocablo en Francia. [El fragmento citado, transcripto por Kayser directamente en holandés antiguo, es de difícil versión literal. Su

contenido aproximado es el siguiente: "Hasta parece que el término grotesco obtuvo un uso general cuando se aplicó

a las obras de arte (pinturas, esculturas) en las que aparecen objetos en lugares no habituales, o también en

aquellas que por sus deformaciones curiosas hacen prorrumpir en fuertes carcajadas al contemplador".]