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[5] artículo Revista eure (Vol. XXIX, Nº 88), pp. 5-27, Santiago de Chile, diciembre 2003 Saskia Sassen * Localizando ciudades en circuitos globales ** Abstract There have long been cross-border economic processes. In the last hundred years, the inter-state system came to provide the dominant organizational form cross-border flows, with national states as its key actors. This condition has changed dramatically over the last decade and more, as a result of privatization, deregulation, the opening up of national economies to foreign firms and the growing participation of national economic actors in global markets. In this context, we see a re-scaling of what are the strategic territories that articulate the new system. The organizational architecture for cross-border flows that results from these re-scaling and articulations increasingly diverges from that of the inter-state system. My central effort here is to contribute to empirical and theoretical specification of this organizational architecture. Among the features examined here are the combination of centralization and dispersal trends, the disproportionate concentration of value and transactions in the North Atlantic, the role of cities in an increasingly digitized global economy, especially as illustrated by the growth of finance and specialized services, and the impact of information technologies on urban economies. Keywords: globalization, cities networks, global circuits. Resumen Por largo tiempo han existido procesos económicos transfronterizos. En los últimos cien años, el sistema inter-estados vino a proveer la forma organizativa dominante para los flujos transfronterizos, con los estados nacionales como actores clave. Esta condición ha cambiado dramáticamente desde la década de los ochenta, como re- sultado de la privatización, desregulación, apertura de las economías nacionales a empresas extranjeras y la creciente participación de actores económicos naciona- les en mercados globales. En este contexto, observamos un reescalamiento de los territorios estratégicos que articulan el nuevo sistema. La arquitectura organizativa para los flujos transfronterizos, resultante de estos reescalamientos y articulacio- nes, diverge cada vez más de la del sistema inter-estados. Mi esfuerzo central aquí es contribuir a la especificación teórica y empírica de esta arquitectura organizacional. Entre los rasgos aquí examinados están la combinación de las tendencias a la cen- tralización y a la dispersión; la desproporcionada concentración de valor y transac- ciones en el Atlántico Norte; el rol de las ciudades en una economía global crecientemente digitalizada, como lo ilustra especialmente el crecimiento de las fi- nanzas y de los servicios especializados; y el impacto de las tecnologías de la infor- mación en las economías urbanas. Palabras clave: globalización, redes de ciudades, circuitos globales.

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[5]

artículo

Revista eure (Vol. XXIX, Nº 88), pp. 5-27, Santiago de Chile, diciembre 2003

Saskia Sassen *

Localizando ciudadesen circuitos globales **

Abstract

There have long been cross-border economic processes. In the last hundred years,the inter-state system came to provide the dominant organizational form cross-borderflows, with national states as its key actors. This condition has changed dramaticallyover the last decade and more, as a result of privatization, deregulation, the openingup of national economies to foreign firms and the growing participation of nationaleconomic actors in global markets. In this context, we see a re-scaling of what arethe strategic territories that articulate the new system. The organizational architecturefor cross-border flows that results from these re-scaling and articulations increasinglydiverges from that of the inter-state system. My central effort here is to contribute toempirical and theoretical specification of this organizational architecture. Among thefeatures examined here are the combination of centralization and dispersal trends,the disproportionate concentration of value and transactions in the North Atlantic,the role of cities in an increasingly digitized global economy, especially as illustratedby the growth of finance and specialized services, and the impact of informationtechnologies on urban economies.

Keywords: globalization, cities networks, global circuits.

Resumen

Por largo tiempo han existido procesos económicos transfronterizos. En los últimoscien años, el sistema inter-estados vino a proveer la forma organizativa dominantepara los flujos transfronterizos, con los estados nacionales como actores clave. Estacondición ha cambiado dramáticamente desde la década de los ochenta, como re-sultado de la privatización, desregulación, apertura de las economías nacionales aempresas extranjeras y la creciente participación de actores económicos naciona-les en mercados globales. En este contexto, observamos un reescalamiento de losterritorios estratégicos que articulan el nuevo sistema. La arquitectura organizativapara los flujos transfronterizos, resultante de estos reescalamientos y articulacio-nes, diverge cada vez más de la del sistema inter-estados. Mi esfuerzo central aquíes contribuir a la especificación teórica y empírica de esta arquitectura organizacional.Entre los rasgos aquí examinados están la combinación de las tendencias a la cen-tralización y a la dispersión; la desproporcionada concentración de valor y transac-ciones en el Atlántico Norte; el rol de las ciudades en una economía globalcrecientemente digitalizada, como lo ilustra especialmente el crecimiento de las fi-nanzas y de los servicios especializados; y el impacto de las tecnologías de la infor-mación en las economías urbanas.

Palabras clave: globalización, redes de ciudades, circuitos globales.

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Saskia Sassen

1. Introducción

Los procesos económicos transfronterizosno son nada nuevo. Los flujos de capi-tal, de trabajo, de bienes, de materias

primas, de viajeros han existido a través delos siglos. Asimismo, ha habido enormes fluc-tuaciones en el grado de apertura o cierre delos cuadros organizacionales dentro de lascuales se han dado estos flujos. Durante losúltimos cien años, es el sistema inter-estatalel cual ha provisto el marco organizativo do-minante para los flujos transfronterizos, conlos estados nacionales como actores clave. Esesta condición la que ha cambiado dramáti-camente desde la década de los ‘80, comoresultado de la privatización, desregulación,apertura de las economías nacionales a em-presas extranjeras y la creciente participaciónde actores económicos nacionales en merca-dos globales.

En este contexto, observamos unreescalamiento de los territorios estratégicosque articulan el nuevo sistema. Con eldesmantelamiento parcial o al menos el debi-litamiento de lo nacional como unidad espa-cial, sobrevienen condiciones para el ascensode otras unidades espaciales y escalas. Entreéstas se encuentra lo subnacional, particular-mente ciudades y regiones; las regionestransfronterizas que incluyen dos o más enti-dades subnacionales; y las configuracionessupranacionales, como por ejemplo los mer-cados digitalizados y los bloques de libre co-mercio. Las dinámicas y los procesos que seterritorializan, o que funcionan a estas diver-sas escalas, pueden en principio ser regiona-les, nacionales o globales. Hay una multiplica-ción de circuitos globales especializados paralas actividades económicas que contribuyen a

constituir estas nuevas escalas y que simultá-neamente se fortalecen por su emergencia.

La arquitectura organizacional para los flu-jos transfronterizos, que resulta de estosreescalamientos y articulaciones, diverge cadavez más de la del sistema inter-estatal. Losarticuladores claves incluyen ahora no sólo alos estados nacionales, sino también a empre-sas y mercados cuyas operaciones globalesvienen facilitadas por nuevas políticas yestándares transfronterizos producidos porestados, voluntariamente o no tanto. Entre losreferentes empíricos para estos cuadros noestatales de articulación de la economía glo-bal se cuenta el creciente número de fusionesy adquisiciones transfronterizas de empresas,las amplias redes de filiales extranjeras, elnúmero creciente de centros financieros na-cionales que se integran al mercado financie-ro global.

Una consecuencia de éstos y de otros pro-cesos es que un número creciente de ciuda-des juegan hoy un papel cada vez más impor-tante en vincular directamente sus economíasnacionales con circuitos globales. A medidaque crecen las transacciones transfronterizasde todo tipo, también lo hacen las redes queunen configuraciones o grupos particulares deciudades. Esto a su vez contribuye a la forma-ción de nuevas geografías de centralidad queconectan las ciudades en una creciente varie-dad de redes transfronterizas, incluso atrave-sando viejas divisiones como la Norte-Sur.

Un rasgo clave de esta arquitecturaorganizacional es que ella contiene tanto lascapacidades para una enorme dispersión ymovilidad geográfica, así como también pro-nunciadas concentraciones territoriales de re-cursos, necesarias para la gestión y serviciode tal dispersión. La gestión y servicio de granparte del sistema económico global tiene lu-gar en una red cada vez mayor de ciudadesglobales, o de ciudades que son más bien po-seedoras de funciones de ciudades globales.La expansión de la gestión global y de activi-dades de servicio ubicadas en ciudades ha traí-

* Ralph Lewis Professor of Sociology, Universityof Chicago, y Centennial Visiting Professor, LondonSchool of Economics. E-mail: [email protected]

** Basado en la introducción de la autora al vo-lumen editado por ella: Global Networks, Linked Cities,New York/London: Routledge, 2002.

Traducido por Diego Campos.

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do consigo un ascenso masivo y la expansiónde áreas urbanas centrales, aún cuando gran-des fragmentos de estas ciudades caen en unaprofunda pobreza y deterioro infraestructural.Mientras este rol de gestión global y de servi-cios involucra solamente ciertos componentesde las economías urbanas, ha contribuido alreposicionamiento de ciudades, tanto nacio-nal como globalmente.

Más aún, al enfatizar el hecho de que losprocesos globales están al menos parcialmen-te insertos en los territorios nacionales a tra-vés de su concentración en las ciudades, seintroducen nuevas variables en las concepcio-nes actuales acerca de la globalización eco-nómica y de la reducción del rol regulador delEstado. Es decir, mientras la “función globalde la ciudad” está en parte ensamblada en estared de lugares que son parte de territorios na-cionales, la geografía para los nuevos proce-sos económicos globales mayores ignora hastacierto punto la noción de que lo global y lo na-cional son dos zonas mutuamente excluyentescomo se asume en muchos análisis acerca delimpacto de la economía global sobre la autori-dad del Estado. Los estados nacionales hantenido que participar en la creación de losambientes legales e institucionales que per-mitan contribuir a la formación de esta geo-grafía transfronteriza de centralidades, en granparte articulada en la red de ciudades globales.

Mi esfuerzo central aquí es contribuir a laespecificación teórica y empírica de esta ar-quitectura organizacional1. Los factores

involucrados son muchos, incluyendo la políti-ca estatal, las capacidades producidas por lastelecomunicaciones y las nuevas tecnologíasen red, antiguas historias de ventajas econó-micas disfrutadas por algunas ciudades y lalocalización en jerarquías globales. Al exami-nar cómo las ciudades pasan a estar articula-das con los circuitos globales hay varias uni-dades de análisis posibles: arquitecturas ac-tuales de conectividad técnica, globales y lo-cales; empresas y filiales transoceánicas; tran-sacciones transfronterizas tales como inver-sión y comercio; alianzas entre mercados fi-nancieros así como, más generalmente, lasoperaciones del mercado global de capitales;el crecimiento de mercados de trabajotransnacionales para profesionales y trabaja-dores especializados de servicios. Pero hay,en principio, muchas otras unidades de análi-sis que se podría haber considerado, talescomo las redes de tráfico ilegal de personas,drogas y bienes robados; redes de inmigra-ción; bienales de arte; el mercado del arte;patrones turísticos (no sólo turistas individua-les), como las paradas de los grandes cruce-ros; redes de negocios de inmigrantes; redesde activistas, desde los ambientalistas y de-fensores de los derechos humanos hasta lasredes de activistas de los pobres. Es imposi-ble cubrir aquí un rango tan diverso de posi-bles unidades de análisis.

Entre los rasgos aquí examinados están lacombinación de las tendencias a la centraliza-ción y a la dispersión; la desproporcionadaconcentración de valor y transacciones en elAtlántico Norte; el rol de las ciudades en unaeconomía global crecientemente digitalizada,como lo ilustra especialmente el crecimientode las finanzas y de los servicios especializa-dos, y el impacto de las tecnologías de la in-formación en las economías urbanas.

2. Redes mundiales ycentralización del control

La geografía de la globalización contienetanto una dinámica de dispersión como una

1 El libro a partir del cual se ha preparado esteartículo se centra particularmente en cómo las ciuda-des ubicadas en un rango medio de la jerarquía glo-bal se articulan con los circuitos económicostransfronterizos, y en las capacidades de las nuevastecnologías de la comunicación para reducir la des-igualdad en este jerarquía. La posición de estas ciu-dades en el rango medio de la jerarquía global entre-ga, de alguna manera, una visión diferente acerca dela operación de las dinámicas claves involucradas, yllena un vacío en la discusión académica sobre estetema. Pero tal vez, y de manera más importante paralos propósitos de investigación y teorización, nos per-mite captar una dinámica en formación, distinta al casode las ciudades globales bien establecidas.

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de centralización. Las tendencias masivashacia la dispersión espacial de actividadeseconómicas a nivel metropolitano, nacional yglobal que asociamos con la globalización hancontribuido a una demanda por nuevos tiposde centralización territorial de las funciones degestión y control de alto nivel. No obstante laintegración telemática de la produccióngeográficamente mundializada de manufactu-ras y de servicios, el trabajo de alta gestióntiende a beneficiarse de economías de aglo-meración y, por ende, a localizarse en ciuda-des. Esto plantea una problemática entre laintersección de las economías de aglomera-ción justamente en aquellos sectores econó-micos altamente globalizados que tienden aproducir productos parcialmentedesmaterializados, tales como instrumentosfinancieros y servicios especializados. Un as-pecto de esta intersección es el hecho quehemos encontrado que las redes de negociosson una variable crucial para extraer benefi-cios de las redes técnicas y se deben distin-guir estas. Tales redes de negocios han sidodecisivas desde mucho antes de que las tec-nologías actuales fueran desarrolladas. Lasredes de negocios en parte originan y asimis-mo se benefician de las economías de aglo-meración y, por lo tanto, prosperan en ciuda-des aún hoy, cuando la comunicación simultá-nea global es posible. En mi análisis la varia-ble clave que contribuye a la concentraciónespacial de funciones de alta gestión y porende a una nueva modalidad de las econo-mías de aglomeración es el grado hasta el cualesta dispersión geográfica ocurre bajo condi-ciones de concentración en el control y la apro-piación de la renta.

Esta dinámica simultánea de dispersión yconcentración geográfica es uno de los ele-mentos centrales en la arquitecturaorganizacional del sistema económico global.Permítanme entregar algunos referentes em-píricos y examinar luego algunas de lasimplicancias para la teorización de los impac-tos de la globalización y de las nuevas tecno-logías en las ciudades.

El rápido crecimiento de filiales ilustra ladinámica simultánea de dispersión y concen-tración geográfica de las operaciones de unaempresa. En 1999, las empresas tenían so-bre medio millón de filiales fuera de sus paí-ses de origen, lo que ascendía a once trillonesde dólares en ventas, una cifra muy significa-tiva si consideramos que el comercio globalcontaba 8 trillones de dólares. Las empresasque tienen grandes cantidades de fábricas ypuntos de venta de servicios (tales como losrestaurantes MacDonalds, servicios de conta-bilidad, hoteles, etc.) geográficamente disper-sos enfrentan masivamente nuevas necesida-des de coordinación central y de servicios,especialmente cuando sus filiales involucranpaíses extranjeros con sistemas legales y con-tables diferentes.

Otra instancia actual de esta negociaciónentre una dinámica global transfronteriza y ám-bitos territoriales específicos es la de los mer-cados financieros globales. Los órdenes demagnitud en estas transacciones han aumen-tado drásticamente, como lo ilustran los 192trillones de dólares en el comercio financierode derivados en 2002, un componente mayorde la economía global. En comparación, el va-lor del libre comercio global de bienes y servi-cios, que también aumentó rápidamente, alcan-za los 8 trillones de dólares. Las transaccionesfinancieras están parcialmente incluidas en lossistemas electrónicos que hacen posible latransmisión mundial instantánea de dinero. Seha prestado mucha atención a esta capacidadde transmisión instantánea de las nuevas tec-nologías, lo que también ha conllevado a lanoción de que neutralizan la geografía. Pero laotra mitad de la historia es el grado en el cuallos mercados financieros globales están ubica-dos en una creciente red de ciudades, si bienpermanecen desproporcionadamente concen-trados en el Norte global. En realidad, los nive-les de concentración en un número limitado deciudades tanto a nivel global como nacional soninesperadamente elevados para un sector eco-nómico cada vez más globalizado y digitalizado.Al interior de los países, los centros financieroslíderes concentran hoy en día una parte mayor

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de la actividad financiera nacional que hace diezaños. Internacionalmente, las ciudades en elNorte global concentran sobre la mitad del mer-cado global de capitales. Este es un tema quediscuto empíricamente en una sección poste-rior. Uno de los componentes del mercado glo-bal de capitales son los mercados de valores.A fines de los ochenta y comienzos de los no-venta se observó la adición de mercados talescomo Buenos Aires, Sao Paulo, Ciudad deMéxico, Bangkok, Taipei, Moscú y un crecientenúmero de empresas no nacionales listadas enla mayoría de estos mercados. El aumento enel número de mercados de valores ha contri-buido a elevar el monto de capital que se pue-de movilizar a través de estos mercados; estose refleja en el agudo crecimiento mundial dela capitalización del mercado de valores, quealcanzó sobre los 24 trillones de dólares en2000, y más de 30 trillones de dólares en 2002.Este mercado de valores globalmente integra-do, que posibilita la circulación de acciones lis-tadas en los países integrados en la economíaglobal, se inserta en una red de lugares estra-tégicos físicos.

Las modalidades específicas asumidas porla globalización a partir de los ochenta hancreado requisitos organizacionales particula-res. El desarrollo de mercados globales paraservicios financieros y al productor, así comoel crecimiento de la inversión como un impor-tante tipo de transacción internacional, hancontribuido a la expansión de las funciones dealta gestión y a la demanda de servicios espe-cializados para las empresas2.

Con el término de servicios de alta gestióno funciones centrales no me refiero solamen-te al trabajo que se da al interior de las sedesde gestión (headquarters); aludo a todas lasfunciones financieras, legales, contables, degestión, ejecutivas y de planificación de altonivel, necesarias para dirigir una organizacióncorporativa que opera en múltiples países.Estas funciones centrales están parcialmenteradicadas en dichas sedes, pero más y másvan siendo subcontratadas al sector de servi-cios altamente especializados para empresas,es decir, la red de empresas financieras, lega-les, contables y publicitarias que manejan lascomplejidades de operar en más de un siste-ma legal, contable, de cultura de propagandanacional, etc., todo esto bajo condiciones derápida innovación en todos estos sectores.Tales servicios han llegado a ser tan especia-lizados y complejos que las sedes de gestiónlos compran de manera creciente a empresasespecializadas, en lugar de producirlos encasa. Estas aglomeraciones de empresas queproducen funciones centrales para la gestióny coordinación de sistemas económicosglobales están desproporcionadamente con-centradas en los países altamente desarrolla-dos –particularmente, aunque no exclusiva-mente, en ciudades globales. Pero a medidaque más y más países se integran a la econo-mía global, observamos un crecimiento deestos sectores especializados en las ciudadesglobales o con funciones de ciudad global delSur global. Tales concentraciones de funcio-nes localizadas en una red de ciudades repre-sentan un factor estratégico en la organiza-ción de la economía global3.

2 Una proposición central aquí, desarrollada endetalle en mi trabajo, es que no podemos tomar laexistencia del sistema económico global como algodado, sino que debemos examinar la producción delas condiciones necesarias para la globalización eco-nómica. Esto requiere examinar no sólo las capaci-dades de comunicación y el poder de las multinacio-nales, sino también la infraestructura de servicios yprocesos de trabajo necesarios para laimplementación de sistemas económicos, incluida laproducción de aquellos insumos que constituyen lacapacidad para el control global. Esta manera deconceptualizar la globalización económica transfiereel énfasis a la praxis del control global: el trabajo que

conlleva producir y reproducir la organización y ges-tión de un sistema global de producción y un merca-do global para las finanzas, ambos bajo condicionesde concentración en la apropiación de la renta. Recu-perar el peso del lugar y de los procesos de trabajoimplica que la globalización puede ser estudiada congran detalle empírico.

3 Estamos viendo la formación de un complejoeconómico con una dinámica de valorización que tie-ne propiedades que lo distinguen claramente de otroscomplejos económicos cuyas dinámicas de valoriza-ción están articuladas con las funciones económicaspúblicas del Estado, siendo la manufactura fordista

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Analíticamente, es importante distinguireste componente específico para el manejode la economía global de la economía corpo-rativa de un país. Ese componente se insertaparcialmente en la estructura de gestión ge-neral de una economía nacional, pero tambiénconstituye un subsector especializado distin-to. Este subsector puede ser concebido comoparte de una red que conecta las ciudadesglobales a través del mundo por medio de fi-liales de empresas u otras oficinas represen-tativas, servicios especializados y gestión delas transacciones en el mercado global de ca-pitales y de inversión extranjera4. Esta distin-ción podría no importar para ciertas investiga-ciones; sí importa cuando el objetivo es en-tender la economía global.

Esta distinción también importa en cuantoa la regulación, especialmente de actividadestransfronterizas. Si las funciones centralesestratégicas –aquellas producidas tanto en lasede de gestión como en el sector de servi-cios especializados- se localizan en una redde centros financieros, la regulación de estossectores que representan una parte clave dela economía global implica un tipo de esfuerzodiferente de lo que sería el caso si la gestión aalto nivel estuviera geográficamente dispersacomo las fábricas, outlets de servicios y filia-les. Esta localización de funciones estratégi-cas en la red de ciudades también representa

una geografía estratégica para activismos po-líticos que buscan responsabilizar a las multi-nacionales, por ejemplo con respecto aestándares ambientales y de los lugares detrabajo.

Los mercados nacionales y globales, asícomo las multinacionales, requieren espacioscentralizados para ejecutar el trabajo deglobalización. Las finanzas y los servicios avan-zados son industrias que producen lo que po-dríamos concebir como bienesorganizacionales necesarios para laimplementación y gestión de los sistemas eco-nómicos globales. Las ciudades son espaciosprivilegiados para la producción de estos ser-vicios, particularmente los sectores de servi-cios internacionalizados más innovadores yespeculativos. Más específicamente, las em-presas líderes en las industrias típicamente lla-madas de informática (incluso los servicios fi-nancieros) requieren una vasta infraestructu-ra física que contenga nodos estratégicos conhiperconcentración de equipamiento; necesi-tamos distinguir entre la capacidad para latransmisión/comunicación global y las condi-ciones materiales que lo hacen posible. Final-mente, incluso las industrias más avanzadastienen un proceso de producción que se en-cuentra determinado al menos en parte por ellugar, debido a la combinación de recursos querequiere aun cuando sus productos seanhipermóviles.

Teóricamente, esto se refiere a dos temasclaves en los debates actuales y en el ámbitoacadémico. Uno de ellos es la compleja arti-culación entre inmovilidad y movilidad del ca-pital, y el otro es la posición de las ciudadesen una economía global. En mi trabajo he bus-cado desarrollar la tesis que la movilidad decapital no puede ser reducida simplemente aaquello que se mueve, ni tampoco a las tec-nologías que facilitan el movimiento. Más bien,los múltiples componentes que habitualmenteconsideramos como inmovilidad del capital sonen realidad componentes de la movilidad deéste. Esta conceptualización nos permitereposicionar el rol de las ciudades en un mun-

el ejemplo más claro. Los mercados globales en fi-nanzas y servicios avanzados operan parcialmente através de un marco regulatorio que no está centradoen el Estado, sino en el mercado. Esto a su vez hacesurgir el tema del control ligado a las actualmenteinadecuadas capacidades para gobernar las transac-ciones en el espacio electrónico.

4 En este sentido, las ciudades globales debendistinguirse de las antiguas capitales de los imperiosdel pasado, dado que constituyen una función de re-des transfronterizas y no simplemente la ciudad máspoderosa del imperio. En mi conceptualización noexiste entidad tal como una sola ciudad global quepudiera ser la capital única de un imperio; la catego-ría de ciudad global sólo tiene sentido como compo-nente de una red global de lugares estratégicos. Elsubsector económico que contiene el control global ylas funciones de comando se inserta parcialmente enesta red.

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do crecientemente globalizado, por cuantoellas contienen los recursos que les permitena las empresas y los mercados tener opera-ciones globales5. La movilidad del capital, yasea en forma de inversiones, comercio o filia-les transoceánicas, necesita ser gestionada,asistida y coordinada. A menudo estos elemen-tos se encuentran determinados por los luga-res; sin embargo, son los componentes cla-ves de la movilidad del capital. Finalmente, losEstados –órdenes institucionales determina-dos por los lugares- han jugado un rol a me-nudo crucial al producir ambientes regulatoriosque facilitan la implementación de operacio-nes transfronterizas para sus empresas nacio-nales y extranjeras, así como para losinversionistas y los mercados (Sassen, 2001).

En resumen, centrar la atención en las ciu-dades hace posible reconocer el anclaje demúltiples dinámicas transfronterizas en una redde lugares, entre los cuales los más promi-nentes son las ciudades, particularmente lasciudades globales o aquellas con funciones deciudad global. Esto a su vez asienta variosrasgos de la globalización con las condicionese historias específicas de estas ciudades, ensus articulaciones variables con sus econo-mías nacionales y con diversas economíasmundiales a través del tiempo y el espacio (porejemplo Abbott, 1996; Abu-Lughod, 1999; Allenet al., 1999; Cochrane et al., 1996; Lo & Yeung;1996; Santos et al., 1994). Esta óptica sobrela globalización contribuye a identificar unacompleja arquitectura organizacional que tras-pasa las fronteras y que se encuentra tantoparcialmente desterritorializada como parcial-mente concentrada espacialmente en las ciu-dades. Aún más, esto crea una enorme agen-da de investigación en la que cada economía

particular, nacional o urbana, tiene sus modosde articulación con los circuitos globales enparte heredados. Una vez que tengamos másinformación acerca de esta varianza, podre-mos también ser capaces de establecer si laposición en la jerarquía global establece unadiferencia, y las múltiples formas en que po-dría hacerlo.

3. La geografía de los flujostransfronterizos de capital

Este tipo de análisis de la globalización, quebusca ubicar lugares estratégicos conhiperconcentración de recursos, así como re-des transfronterizas que vinculan estos lugarescon otros, nos ayuda a comprender hasta quépunto hay una geografía específica de laglobalización, y el hecho de que no se trata deun evento planetario que abarque todo el mun-do6. Es más bien una geografía cambiante, quese ha transformado durante los últimos siglos ylas últimas décadas7, y que más recientementeha llegado a incluir el espacio electrónico.

5 Hay múltiples especificaciones para este ar-gumento. Por ejemplo, y yendo en dirección opuesta,el desarrollo de instrumentos financieros que repre-sentan reposiciones inmobiliarias fijas en varios sis-temas de circulación, incluidos los globales. Al ha-cerlo así, el significado de la fijación del capital setransforma parcialmente, y el capital fijo se transfor-ma además en un sitio para la circulación. Para unaelaboración más completa, ver Sassen (2001).

6 En contraste con la noción de globalizacióncomo una señal de transformación del mundo en unsolo lugar, o que denota “la condición humana glo-bal”, puede argumentarse que la globalización es tam-bién un proceso que produce diferenciación. Pero elalineamiento de las diferencias es de un tipo muydistinto al que se asocia con nociones tandiferenciadoras como el carácter, la cultura, la socie-dad nacional. Por ejemplo, el mundo corporativo tie-ne hoy una geografía global, pero no se encuentra entodas partes del mundo; en realidad, tiene espaciosaltamente definidos y estructurados; en segundo lu-gar, se diferencia de manera creciente y muy marca-da de los segmentos no corporativos en las econo-mías de las ciudades globales o de los países dondeopera. Hay una homogenización a lo largo de ciertaslíneas que cruzan las fronteras nacionales, y hay unaaguda diferenciación dentro de esas fronteras. La na-turaleza jerárquica de las redes globales es todavíaotra forma de diferenciación, aún dentro de la geo-grafía un tanto homogeneizada de las centralidades,discutida anteriormente. Al homogeneizarse, las for-mas y los procesos globalizados tienden a tener unageografía distinta.

7 Necesitamos reconocer las condiciones his-tóricas específicas para distintas concepciones de lointernacional o de lo global (King, 1995). Actualmen-te existe una tendencia a ver la internacionalización

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Un primer paso para captar esta geografíade la globalización es examinar algunos de lospatrones de los flujos transfronterizos de capi-tal. Éstos son a menudo utilizados comoindicadores (parciales) de globalización eco-nómica. Los patrones empíricos de inversiónextranjera directa y de finanzas globales mues-tran ambos una aguda concentración en cier-tas áreas del mundo y una creciente incorpo-ración de lugares particulares en el mundomenos desarrollado.

La evidencia deja en claro que el centro degravedad está en la región del Atlántico Norte.El sistema económico nor-transatlántico (enparticular los lazos entre la Unión Europea, Es-tados Unidos y Canadá) representa hoy en díala mayor concentración de procesos deglobalización económica en el mundo. Esto esválido ya sea que se observen los flujos de in-versión extranjera directa en general, las fusio-nes y adquisiciones transfronterizas en particu-lar, los flujos financieros generales o las nue-vas alianzas estratégicas entre centros finan-cieros. Esta región da cuenta de dos tercios dela capitalización de valores del mercado mun-dial; del 60% del stock de inversión extranjeradirecta interna y 76% del stock externo; del 60%de las ventas mundiales y 80% de compras enfusiones y adquisiciones. Hay otras regionesimportantes en la economía global que recibenflujos de capital: Japón, el sudeste asiático yLatinoamérica. Pero exceptuando algunos delos niveles absolutos de recursos de capital enJapón, estas regiones pierden relevancia anteel peso del sistema nor-transatlántico.

Un segundo patrón importante es el creci-miento significativo en el nivel absoluto de flu-jos que se dirigen a otras partes del mundo,aun cuando no pueden compararse con la re-gión del Atlántico Norte. Desagregando estospatrones, se deja en claro que se trata de unnúmero selecto de lugares a los que en reali-dad se dirige el capital. Los flujos enLatinoamérica reflejan bien estos dos patro-nes: un aumento masivo en la inversión ex-tranjera, pero concentrada principalmente enBrasil, México y Argentina.

Observamos la consolidación de un sis-tema económico transnacional que tiene sucentro de gravedad en el sistema nor-atlánti-co, tanto en términos de la intensidad y valorde las transacciones, como en términos delemergente sistema de reglas y estándares.Este sistema se articula con una red cada vezmás amplia de lugares para la inversión, elcomercio y las transacciones financieras enel resto del mundo. Así como la globalizaciónno induce la dispersión, es también evidenteque la combinación de concentración y ex-pansión de la red forman un sistema jerár-quico fuerte.

El peso del sistema nor-atlántico en la eco-nomía global hace surgir un conjunto de pre-guntas. Una de ellas se refiere a sus caracte-rísticas; el grado hasta el cual existe interde-pendencia y en ese sentido, los elementos deun sistema económico transfronterizo. El pesode estos lazos trans-atlánticos necesita serconsiderado en relación con el peso de laszonas de influencia establecidas para cada unode los poderes principales –particularmente elhemisferio occidental en el caso de EstadosUnidos, y África, Europa Central y del Este parala Unión Europea.

En otra parte he argumentado que es a tra-vés de esta incorporación en una red globaljerárquica que tiene su centro en el AtlánticoNorte que se constituyen hoy las relacionescon sus zonas de influencia. Así, mientrasEstados Unidos es todavía una fuerza domi-nante en Latinoamérica, varios países euro-

de la economía como un proceso que funciona en elcentro, entramado hoy en el poder de las corporacio-nes multinacionales y de las empresas coloniales enel pasado. Podría observarse que las economías demuchos países periféricos están completamenteinternacionalizadas debido a los altos niveles de in-versión extranjera en todos los sectores económicosy a la fuerte dependencia de los mercados mundialesde moneda “dura”. Lo que los países altamente desa-rrollados tienen son concentraciones estratégicas deempresas y mercados que operan globalmente, lacapacidad para la coordinación y control global y elpoder. Esta es una forma muy distinta de lo interna-cional de la que encontramos en el Sur global.

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peos se han transformado en inversionistasmayores en la región, en una escala que su-pera ampliamente tendencias pasadas. Ymientras varios países de la Unión Europeahan llegado a ser inversionistas líderes enEuropa Central y del Este, las empresas deEstados Unidos están jugando un rol que nohabían tenido nunca antes.

Lo que vemos hoy es una nueva red detransacciones económicas superpuestas so-bre antiguos patrones geoeconómicos. Estosúltimos persisten en diferentes grados, peroestán crecientemente sumergidos bajo estanueva red transfronteriza. Estas nuevas confi-guraciones son particularmente evidentes enla organización de las finanzas globales, y aun-que en menor grado, en la inversión extranje-ra directa (IED), especialmente en las fusio-nes y adquisiciones transfronterizas8.

Las fusiones y adquisicionestransfronterizas dominan hoy los flujos globalesde IED, y están fuertemente concentradas enpaíses de la OECD, que dan cuenta de un 89%de compras y 72% de ventas. Un número cre-ciente de empresas opta por los fusiones como

modo de expansión o consolidacióntransoceánica. Por ejemplo, las adquisicionesrepresentaron un 90% de la IED total en Esta-dos Unidos en 1996. En 1998, las fusiones yadquisiciones en el Atlántico Norte alcanza-ron 256,5 billones de dólares, desde 69,4 bi-llones en 1995.

El índice promedio de transnacionalidadpara la Unión Europea es de 56,7%, compa-rado con un 38,5% para Estados Unidos (y79,2% para Canadá). Este índice es un pro-medio basado en las proporciones que lasventas extranjeras, bienes y empleo represen-tan en el total de cada empresa. El Índice hacrecido para las empresas transnacionales(TNCs) más grandes del mundo, desde quefuera usado por primera vez en 1990. La ma-yoría de las empresas transnacionales de Es-tados Unidos y la Unión Europea en esta listade las 100 principales tienen niveles muy al-tos de activos extranjeros, como porcentajesde los activos totales: por ejemplo, 51% paraIBM, 55% para el Grupo Volkswagen, 91%para Nestlé, 96% para Asea Brown Boveri yasí sucesivamente. Estados Unidos, el ReinoUnido, Francia, Alemania y Japón dieron cuen-ta conjuntamente de tres cuartas partes deestas 100 firmas en 1997; grosso modo, estoha sido así desde 1990.

4. Impactos de las nuevastecnologías de lacomunicación sobre lascentralidades

Históricamente las ciudades han contribui-do con algo que podríamos denominarcentralidad a las economías, los sistemas po-líticos y las sociedades nacionales. En térmi-nos de su función económica, las ciudadesproporcionan economías de aglomeración,concentraciones masivas de información so-bre desarrollos recientes, y un lugar para elmercado. ¿Cómo alteran las nuevas tecnolo-gías de la comunicación el rol de lascentralidades, y por lo tanto, el de las ciuda-des como entidades económicas?

8 Las condiciones sistémicas en la nuevageoeconomía constituyen un factor significativo en eltema de la regulación. Los órdenes de magnitud y laintensidad de las transacciones en el sistema nor-atlántico facilitan la formación de estándares, aún enel contexto de fuertes diferencias entre Estados Uni-dos y Europa continental en sus reglas legales, con-tables, anti-trust y otras. Es claro que aunque estasdos regiones tienen más en común entre ellas quecon gran parte del resto del mundo, estas diferenciasimportan en lo que respecta a la creación deestándares transfronterizos. Sin embargo, losestándares y normas occidentales compartidas, encombinación con la enorme importancia económica,ha facilitado la circulación y la imposición deestándares y reglas de transacción estadounidensesy europeas, sobre las transacciones que involucranempresas de otras partes del mundo. Hay una suertede globalización de los estándares occidentales. Mu-cho se ha dicho acerca de la dominación de losestándares y reglas de Estados Unidos, pero losestándares europeos son también evidentes, porejemplo, en las nuevas reglas anti-trust que se estándesarrollando en Europa del Este y central.

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Como se ha indicado en secciones ante-riores, la centralidad sigue siendo un rasgo cla-ve de la economía global actual. Pero hoy endía ya no existe una relación simple y directaentre centralidad y entidades geográficas comoel “centro” o distrito central de negocios (cen-tral business district -CBD). En el pasado, yen realidad hasta hace poco, el centro era si-nónimo de centro histórico o CBD. Hoy, par-cialmente como resultado de las nuevas tec-nologías de la comunicación, los correlatosespaciales del centro pueden asumir formasgeográficas variadas, que van desde CBDhasta las redes de transacciones, en granmedida electrónicas, que conectan a ciudadesa través del mundo.

Simplificando, se podría identificar tres for-mas que hoy asumen las centralidades9.

Primero, mientras no hay ya una relaciónsimple y directa entre centralidad y entidadesgeográficas como el “centro”, como fue el casoen el pasado, este sigue siendo la modalidadclave de centralidad. Pero en los centros denegocios internacionales relevantes, el centrose encuentra profundamente reconfigurado porel cambio tecnológico y económico. Graham(2002) y García (2002) examinan la variedadde impactos de las nuevas tecnologías de lacomunicación en esta reconfiguración.

En segundo lugar, el centro puede exten-derse en un área metropolitana bajo la formade una red de nodos de intensa actividad co-mercial, caso bien ilustrado por los recientesdesarrollos en ciudades tan diversas comoBuenos Aires (Cicolella & Mignaqui, 2002) yParís (Veltz, 1996; Landrieu et al., 1998). Unopodría preguntarse si una organización espa-cial caracterizada por nodos estratégicos den-sos, extendidos sobre una región más amplia,constituye o no una nueva forma de organiza-ción del territorio del “centro”, más que -como

sucede en una visión más convencional- unejemplo de suburbanización o dispersión geo-gráfica. Por lo que respecta a estos nodos, siestán articulados a través de ciber-rutas o ca-rreteras digitales, representan un nuevocorrelato geográfico del tipo más avanzado de“centro”. Sin embargo, los lugares que caenfuera de esta nueva red de carreteras digitalesson periferizados. Esta red regional de nodosrepresenta, en mi análisis, una reconstitucióndel concepto de región. Lejos de neutralizar lageografía, es probable que la red regional seaarticulada en formas convencionales de infra-estructura de comunicaciones, particularmen-te ferrocarriles rápidos y carreteras que conec-tan con aeropuertos. Tal vez irónicamente, esprobable que la infraestructura convencionalmaximice los beneficios económicos deriva-dos de la telemática. Pienso que este es unpunto importante que, de alguna manera, seha perdido en las discusiones acerca de laneutralización de la geografía a través de latelemática.

En tercer lugar, estamos viendo la forma-ción de un “centro” trans-territorial constituidoa través de la telemática e intensas transac-ciones económicas. La más poderosa de es-tas nuevas geografías de centralidades sonlos niveles interurbanos que vinculan los ma-yores centros financieros y de negocios inter-nacionales: Nueva York, Londres, Tokio, Pa-rís, Francfort, Zurich, Amsterdam, Los Ange-les, Sydney y Hong Kong, entre otros10. Peroesta geografía incluye ahora ciudades comoSao Paulo y Ciudad de México. La intensidad

9 Hay un cuarto caso al cual me he referido enotra parte (Sassen, 2001), representado por nuevasformas de centralidad constituidas en los espaciosgenerados electrónicamente.

10 En el caso de un paisaje complejo como elde Europa vemos en realidad geografías decentralidades, una global, otras continentales y re-gionales. Una jerarquía urbana central conecta lasciudades principales, muchas de las cuales a su vezjuegan roles centrales en los sistemas globales másamplios de ciudades: París, Londres, Francfort,Ámsterdam, Zurich. Estas ciudades son también partede una red más amplia de capitales europeas finan-cieras, culturales y de servicio. Algunas de ellas consólo una, otras con varias de estas funciones, articu-lan la región europea y están en parte menos orienta-das a la economía global que París, Francfort o Lon-dres. Y luego hay varias geografías de marginalidad:

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de las transacciones entre estas ciudades,particularmente a través de los mercados fi-nancieros, comercio de servicios e inversión,ha aumentado rápidamente, y también lo hanhecho los órdenes de magnitud involucrados.Finalmente, vemos emerger jerarquías regio-nales, como lo ilustran los corredores de cre-cimiento del sudeste asiático (Lo & Yeung,1996), el caso de Sao Paulo en el área de li-bre comercio del Mercosur (Schiffer, 2002) yla relación entre las entidades participantes enel corredor Irán-Dubai (Parsa & Keivafin, 2002).

Además de su impacto en los correlatosespaciales de las centralidades, puede espe-rarse que las nuevas tecnologías de la comu-nicación tengan un impacto sobre la desigual-dad entre las ciudades principales y las ciuda-des interiores. En gran parte de la literaturaexiste la expectativa de que estas tecnologíasdesconocerán las antiguas jerarquías y des-igualdades espaciales a través de la univer-salización de la conectividad que representan.La evidencia disponible sugiere que este noes el caso. Ya sea la red de centros financie-ros y los patrones de inversión extranjera di-recta discutidos en este artículo, o los análisismás específicos acerca de la organizaciónespacial de varias ciudades, las nuevas tec-nologías de la comunicación no han reducidojerarquías ni desigualdades espaciales(Graham, 2002; Graham & Marvin, 2001;Castells, 1996). Y esto es así aún frente al pro-greso y desarrollo de infraestructura en unnúmero cada vez mayor de ciudades alrede-dor del mundo. Hay pocas dudas acerca deque la conexión a circuitos globales ha traídoconsigo un significativo nivel de desarrollo de

extensas áreas centrales urbanas y de las re-des metropolitanas de nodos de negocios yun considerable dinamismo económico. Perola cuestión de la desigualdad no ha sido impli-cada.

Aún más, la pronunciada orientación hacialos mercados mundiales, evidente en muchasde estas ciudades, hace surgir preguntas acer-ca de la articulación de éstas con sus esta-dos-nación, regiones y estructuras sociales yeconómicas mayores. Típicamente, las ciuda-des han estado profundamente insertas en laseconomías de su región, reflejando en reali-dad a menudo características de estas últimas;y aún lo hacen. Pero las ciudades que son lu-gares estratégicos en la economía global tien-den, en parte, a desconectarse de su región.Esto entra en conflicto con una proposiciónclave en el pensamiento académico tradicio-nal acerca de los sistemas urbanos; a saber,que estos sistemas promueven la integraciónterritorial de las economías regionales y na-cionales. Ha habido una marcada desigualdaden la concentración de recursos estratégicosy actividades entre cada una de estas ciuda-des y otras en los mismos países, aunque estotiende a ser evidente sólo a niveles bastantedesagregados. Por ejemplo, Ciudad de Méxi-co concentra hoy una parte mayor de ciertostipos de actividad económica y de producciónde valor que lo que hacía en el pasado, peropara observar esto se requiere un set particu-larizado de análisis, como nos lo muestraParnreiter (2002)11.

11 Esto es válido también en el mundo altamen-te desarrollado. Por ejemplo, la región de París re-presenta más de un 40% de todos los servicios alproductor en Francia, y sobre el 80% de los más avan-zados. Se estima que Nueva York representa entreun cuarto y un quinto de toda la exportación de servi-cios al productor, aunque tiene sólo un 3% de la po-blación de Estados Unidos. Londres representa un40% de todas las exportaciones de servicios al pro-ductor en el Reino Unido. Tendencias similares sontambién evidentes en Zurich, Francfort y Tokio, todasubicadas en países mucho más pequeños.

la división Oeste-Este y la división Norte-Sur a travésde Europa, así como divisiones más nuevas. En Eu-ropa del Este, ciertas ciudades y regiones, principal-mente Budapest, son bastante atractivas para propó-sitos de inversión, tanto europea como no europea,mientras otras se quedarán cada vez más atrás, es-pecialmente Rumania, Yugoslavia y Albania. Vemosuna diferenciación similar en el sur de Europa: Ma-drid, Barcelona y Milán están ganando en la nuevajerarquía europea; Nápoles, Roma y Marsella, no.

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5. Intersección entre intensidadde servicios y globalización

Para entender la novedad del rol amplia-mente extendido de un tipo particular de ciu-dad en la economía mundial desde comien-zos de los ‘80, necesitamos centrarnos en laintersección de dos procesos mayores. El pri-mero es el marcado incremento en laglobalización de la actividad económica; estoha elevado la escala y la complejidad de lastransacciones, intensificando por ende el de-sarrollo de las funciones centrales multinacio-nales de nivel superior y el desarrollo de losservicios especializados. Es importante notarque aunque la globalización eleva la escala yla complejidad de estas operaciones, éstas sontambién evidentes a escalas geográficas me-nores y a niveles más bajos de complejidadque aquellos de las multinacionales, como esel caso de empresas que operanregionalmente. De esta manera, aunque lasempresas regionales no necesitan negociar lascomplejidades de las fronteras internaciona-les y las regulaciones de diferentes países, aúnenfrentan la red de operaciones regionalmentedispersa que requiere de control y servicioscentralizados.

El segundo proceso que necesitamos con-siderar es el crecimiento en la intensidad delos servicios en la organización de todas lasindustrias. Esto ha contribuido a un masivoincremento en la demanda por servicios departe de las empresas en todas las industrias,desde la minería y la manufactura hasta lasfinanzas y los servicios al consumidor12. Indus-

trias con negocios mixtos y mercados orienta-dos al consumidor; tales son los seguros, ban-cos, servicios financieros, propiedades, servi-cios legales, contabilidad y asociaciones pro-fesionales (para una discusión más detalladaver, por ejemplo, Noyelle y Dutka, 1988;Daniels, 1991; Veltz, 1996). Las ciudades sonlugares clave para la producción de serviciospara las empresas. Debido a esto, el aumentoen la intensidad de los servicios en la organi-zación de todas las industrias ha tenido unefecto significativo de crecimiento en las ciu-dades, comenzando en los ’80 y continuandohasta hoy. Es importante reconocer que estecrecimiento en los servicios a las empresases evidente en las ciudades a niveles diferen-tes dentro del sistema urbano de una nación.Algunas de estas ciudades abastecen merca-dos regionales o subnacionales; otras proveenmercados nacionales y otras, hasta mercadosglobales. En este contexto, la globalización setransforma en un asunto de escala y compleji-dad agregada.

El proceso clave desde la perspectiva dela economía urbana es la creciente demandade servicios por parte de las empresas en to-das las industrias, y el hecho de que las ciu-dades son los lugares preferentes de produc-ción de tales servicios, ya sea en el ámbitoglobal, nacional o regional. Como resultado,observamos en las ciudades la formación deun nuevo núcleo económico urbano de ban-ca y actividades de servicio que viene a reem-plazar el viejo núcleo típicamente orientado ala manufactura.

En el caso de ciudades que son centros denegocios internacionales mayores, la escala, elpoder y los niveles de ganancia de este nuevonúcleo sugieren que estamos ante la formaciónde una nueva economía urbana. Esto es asípor lo menos en dos aspectos. Primero, aúncuando estas ciudades han sido por largo tiem-po centros de negocios y finanzas, desde finesde la década de los setenta ha habido cambiosdramáticos en la estructura de los sectores denegocios y financieros, así como marcados in-crementos en la magnitud general de estos sec-

12 Podemos pensar en los servicios al produc-tor, y más especialmente, en las finanzas y los servi-cios avanzados como las industrias que producen“bienes organizacionales” necesarios para laimplementación y gestión de sistemas económicosglobales (Sassen, 2001). Los servicios al productorson outputs intermedios, es decir, servicios compra-dos por las empresas. Ellos cubren asuntos financie-ros, legales y de gestión en general, innovación, de-sarrollo, diseño, administración, personal, tecnologíade producción, mantención, transporte, comunicacio-nes, distribución mayorista, publicidad, servicios deaseo para empresas, seguridad y almacenamiento.

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tores y en su peso en la economía urbana. Se-gundo, la emergencia de un nuevo complejode finanzas y servicios, particularmente de fi-nanzas internacionales, engendra lo que pue-de ser considerado un nuevo régimen econó-mico; esto es, aunque este sector representasólo una fracción de la economía de una ciu-dad, se impone a sí mismo en aquella econo-mía mayor. Más particularmente, la posibilidadde obtener ganancias extraordinarias en las fi-nanzas tiene el efecto de desvalorizar la manu-factura, ya que esta última no puede generarlos enormes beneficios típicos de muchas acti-vidades financieras.

Esto no quiere decir que todo en la econo-mía de estas ciudades haya cambiado. Por elcontrario, éstas todavía muestran una grancontinuidad y muchas similitudes con ciuda-des que no son nodos globales. Más bien, laimplantación de procesos y mercados globalesha significado que el sector internacionalizadode la economía se ha expandido en forma pro-nunciada y ha impuesto una nueva dinámicade valorización –es decir, un nuevo conjuntode criterios para valorar o poner precio a di-versas actividades económicas y productos.Esto ha tenido efectos devastadores en gran-des sectores de la economía urbana. Los al-tos precios y niveles de ganancia en el sectorinternacionalizado y sus actividades subsidia-rias, como restaurantes y hoteles de lujo, hanhecho cada vez más difícil para otros secto-res la competencia por espacio e inversiones.Muchos de estos otros sectores han experi-mentado una considerable desvalorización y/o desplazamiento, como por ejemplo tiendasde barrios que son reemplazadas por boutiquesy restaurantes de alto nivel, los cuales abas-tecen a las nuevas elites urbanas de altos in-gresos.

Aunque en un orden de magnitud diferen-te, estas tendencias se hacen también eviden-tes –desde fines de los ochenta y comienzosde los noventa- en varias ciudades importan-tes del mundo en desarrollo, que se han inte-grado a diversos mercados mundiales: SaoPaulo, Buenos Aires, Bangkok, Taipei,

Shanghai, Manila, Beirut y Ciudad de Méxicoson sólo algunos ejemplos. También aquí elnuevo núcleo urbano fue alimentado por ladesregulación de varios sectores económicos,el ascenso de las finanzas y servicios espe-cializados y la integración en los mercadosmundiales. La apertura de mercados de valo-res a los inversionistas extranjeros y laprivatización de lo que alguna vez fueron em-presas del sector público han sido escenariosinstitucionales cruciales para esta articulación.Dado el gran tamaño de algunas de estas ciu-dades, el impacto de este nuevo núcleo en laciudad más vasta no es siempre tan evidentecomo en la parte central de Londres oFrancfort, pero la transformación es aún asímuy real.

Es importante reconocer que la manufac-tura permanece como un sector crucial en to-das estas economías, aún cuando puede ha-ber dejado de ser dominante en las ciudadesmás importantes. En realidad, varios autoreshan argumentado que el sector de servicios alproductor no podría existir sin la manufactura(Cohen & Zysman, 1987; Markusen &Gwiasda, 1994; Mitchell, 1996). Una proposi-ción clave para estos y otros autores es quelos servicios al productor dependen de un sec-tor manufacturero fuerte para crecer. Hay unamplio debate en torno a este asunto. Drennanet al. (1996) argumentan que finanzas fuertesy un sector de servicios al productor sí sonposibles en las ciudades principales de Esta-dos Unidos, a pesar del declive en su baseindustrial y de que estos sectores están inte-grados tan fuertemente en los mercados mun-diales, que la articulación con la región se vuel-ve secundaria.

En una variante respecto de ambas posi-ciones, he argumentado que la manufacturaciertamente alimenta el desarrollo del sectorde los servicios al productor, pero esto suce-de ya sea que esté localizada en el área encuestión o en algún otro lugar del país o enultramar (Sassen, 2001). Aunque la manufac-tura –y la minería y la agricultura, por lo que aesto respecta- estimula el crecimiento en la

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demanda de servicios al productor, su locali-zación actual es de importancia secundariapara el caso de empresas de servicio de nivelglobal; así, el que las plantas manufacturerasestén ubicadas en ultramar o dentro de un paíspuede ser bastante irrelevante, siempre y cuan-do sea parte de una corporación multinacionalcon posibilidades de comprar los servicios deaquellas empresas de alto nivel. Segundo, ladispersión territorial de fábricas, especialmentesi son internacionales, eleva en realidad lademanda de servicios del productor. Este estodavía otro significado o consecuencia de laglobalización: el crecimiento de empresas deservicios al productor cuyas sedes de gestiónestán en Nueva York, Londres o París puedeser alimentado por una manufactura empla-zada en cualquier lugar del mundo, siempre ycuando sea parte de una red corporativa mul-tinacional. Tercero, una buena parte del sec-tor de servicios al productor es potenciado portransacciones financieras y de negocios queno tienen nada que ver con la manufactura,como es el caso de muchos de los mercadosfinancieros globales, o para los cuales éstaresulta incidental, como en gran parte de laactividad de fusiones y adquisiciones, la cualestá centrada en la compra y en la venta deempresas más que en la compra de empre-sas manufactureras en cuanto tales.

6. El entramado locacional einstitucional de las finanzasglobales

Varios de los temas hasta aquí discuti-dos asumen formas particularmente agudasen la emergente red global de centros finan-cieros. El sistema financiero global ha alcan-zado niveles de complejidad tales, que requierela existencia de una red transfronteriza de cen-tros financieros para dar servicio a las opera-ciones del capital global. Esta red de centrosfinancieros diferirá crecientemente de versio-nes anteriores del sistema internacional finan-ciero. En un mundo de sistemas financierosnacionales en gran parte cerrados, cada paísduplicaba la mayoría de las funciones nece-

sarias para su economía; las colaboracionesentre distintos mercados financieros naciona-les a menudo no fueron más que la ejecuciónde un conjunto dado de operaciones en cadauno de los países involucrados, como en ca-sos de compensación y liquidación. Con po-cas excepciones, tales como los mercados off-shore y algunos de los más grandes bancos,el sistema internacional consistió en una seriede sistemas domésticos cerrados.

La integración global de los mercados pre-siona hacia la eliminación de varios sistemasredundantes y hace de la colaboración unamateria mucho más compleja, cuyo efectoconsiste en aumentar la división del trabajodentro de la red. Más que cada país con supropio centro para las operaciones globales,la tendencia es a la formación de redes y alian-zas estratégicas con un cierto grado de espe-cialización y división de funciones. Esto bienpodría transformarse en un sistema con me-nos centros estratégicos y mayores jerarquías.En este contexto, Londres y Nueva York, consus enormes concentraciones de recursos ytalento, continúan siendo los centros neurálgi-cos de la red global para las operaciones máscomplejas y estratégicas del sistema como untodo. Ellas son exportadoras líderes de servi-cios financieros y forman parte típicamente decualquier oferta pública internacional de impor-tancia, ya sea la privatización de BritishTelecom o France Telecom. La formación dela Eurozone está fortaleciendo la posición deFrancfort y París, cada una de las cuales estásiendo parte de intrincadas alianzas entre loscentros europeos más relevantes.

Los centros financieros de muchos paísesalrededor del mundo están cumpliendo demanera creciente funciones de entrada parala circulación interna y externa de capital na-cional o extranjero. La incorporación de unnúmero cada vez mayor de estos centros fi-nancieros es una forma a través de la cual elsistema financiero global se expande: cada unode estos centros es el nexo entre la riquezadel país y el mercado global, y entre losinversionistas extranjeros y las oportunidades

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de inversión del país. De esta manera, creceen número el total tanto de las fuentes comode los destinos de la inversión. Las funcionesde entrada serán su principal mecanismo paraintegrarse al mercado financiero global, antesque la producción de innovaciones para el con-trol del flujo de capitales hacia dentro y haciafuera. El complejo de operaciones tiende a serejecutado por empresas de servicios de inver-sión, contables y legales de nivel superior através de filiales, sucursales, importacionesdirectas de estos servicios y algunas otras for-mas de transferencia.

Estas puertas de acceso al mercado glo-bal lo son también para las dinámicas de lascrisis financieras: el capital puede fluir haciafuera tan fácil y rápidamente como hacia aden-tro. Y aquello que fuera una vez consideradocomo capital “nacional” puede fácilmente unir-se al éxodo ahora: por ejemplo, sabemos ahoraque durante la crisis de México de diciembrede 1994, los primeros capitales en huir de losmercados mexicanos fueron nacionales, noextranjeros; y que en la salida de Brasil de unmonto estimado de billón de dólares diario acomienzos del otoño de 1999, y que alcanzósobre cuarenta billones de dólares, no todo eraextranjero.

En mi lectura, el sistema financieroglobalmente integrado no trata sólo de la com-petencia entre países. La tendencia es haciaun aumento de esfuerzos colaborativos espe-cializados entre estos centros. Más aún, mien-tras los mercados se integran, el crecimientoen su conjunto se maximiza con el crecimientoen todos los centros. La crisis en Tokio u HongKong no crea ventajas para otros centros, ex-cepto tal vez en algunos segmentos muy parti-culares del mercado. El notorio crecimiento deLondres, Nueva York, París o Francfort es enparte una función de una red global de centrosfinancieros. Desde sus comienzos, Hong Kongha sido una intersección crucial de diferentesmundos, un nodo de intercambio estratégicopara las empresas desde China hacia el restodel mundo y desde el resto del mundo haciaChina, así como entre todas las comunidades

chinas de ultramar (Meyer, 2002). Pocos cen-tros pueden imitar esta ventaja, pero ellos pue-den beneficiarse del rol especializado de HongKong13. Hoy en día, aun después de una seve-ra crisis, Hong Kong todavía tiene la mássofisticada concentración de servicios avanza-dos, después de Londres y Nueva York. Un ar-gumento paralelo puede aplicarse a Tokio: auncuando su economía esté en crisis, continuarásiendo una pieza del sistema financiero global,dada su enorme concentración de recursos fi-nancieros14.

El rápido crecimiento de las redes electró-nicas y mercados introduce una interroganteacerca de la importancia actual de los centrosfinancieros15. Siempre que estos últimos com-binen los múltiples recursos y talentos nece-sarios para ejecutar las complejas operacio-nes y servicios a las empresas globales y losmercados16, los centros financieros no puedenser reducidos a sus intercambios. Ellos son

13 Su ventaja histórica como nexo entre el mun-do y China y su concentración de servicios especiali-zados actualizados aseguran un rol estratégico paraHong Kong. El impresionante “Hong Kong as a globalmetropolis: social networks of capital” de David Meyeres una de la mejores explicaciones de esta peculiarventaja que posee Hong Kong como intermediariopara las redes globales de capital.

14 Por ejemplo, Japón tiene un trillón de dólaresen recursos bajo administración institucional, perootros diez trillones en ahorros y cuentas similares queestán por ser desreguladas.

15 El comercio electrónico también contribuirácon un patrón radicalmente nuevo, por el cual un mer-cado, por ejemplo Frankfurt’s Deutsche Eurex, pue-de operar en pantallas en muchos otros mercadosalrededor del mundo, o por el cual una empresa decorredores, Cantor Fitzgerald, puede tener sus pre-cios de Tesorería futuros listados en pantallas utiliza-das por comerciantes en todo Estados Unidos (comoen septiembre de 1998).

16 Por ejemplo, el énfasis típico en los merca-dos electrónicos futuros en Francfort vela el hechode que esta red de futuros electrónicos está en reali-dad integrada en una red de centros financieros. Y laempresa de corredores Cantor Fiztgerald, que hacomputarizado la venta de futuros de Tesorería deEstados Unidos, tiene de hecho una alianza con laBoard of Trade de Nueva York para manejar estasventas.

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parte de una arquitectura mucho más comple-ja y constituyen estructuras a su vez muchomás complejas dentro de esa misma arquitec-tura. La tendencia es hacia la intensificaciónde las redes que conectan los centros finan-cieros en alianzas estratégicas o funcionales.Tales alianzas pueden evolucionar hacia elequivalente de las fusiones y adquisicionestransfronterizas de firmas (Sassen, 2002: ca-pítulos 4, 5 y 7).

¿Cuan lejos pueden llegar las nuevas tec-nologías de la comunicación en la eliminaciónde la necesidad de verdaderos centros finan-cieros y su red, dada especialmente la natura-leza crecientemente electrónica y global delmercado de capitales?

7. En la era digital: ¿másconcentración quedispersión?

Lo que realmente destaca en la evidenciaacerca de la industria financiera global es elgrado hasta el cual existe una marcada con-centración de las acciones de muchos merca-dos financieros en unos pocos centros finan-cieros17. Londres, Nueva York, Tokio (a pesarde una recesión económica), París, Francforty algunas otras ciudades aparecen regular-mente en los puestos más altos y representanuna gran proporción de las transaccionesglobales. Londres, seguido de Tokio, NuevaYork, Hong Kong y Francfort, posee una parteimportante de toda la banca internacional. Lon-dres, Francfort y Nueva York tienen una enor-me participación en la exportación de servi-

cios financieros. Londres, Nueva York y Tokiodaban cuenta de un tercio de los holdingsinstitucionales globales de valores a fines de1997, después de un declive del 32% en losvalores de Tokio durante 1996. Londres, Nue-va York y Tokio representan el 58% del mer-cado de divisas, uno de los pocos mercadosverdaderamente globales; junto con Singapur,Hong Kong, Zurich, Ginebra, Francfort y Pa-rís, representan el 85% en éste, el más globalde los mercados.

Esta tendencia hacia la consolidación enunos pocos centros aún mientras la red decentros financieros integrado se expandeglobalmente, es también evidente dentro delos países. En Estados Unidos, por ejemplo,Nueva York concentra todos los bancos de in-versión líderes, con solamente otro centro fi-nanciero internacional de primera importanciaen este enorme país, Chicago. Sydney yToronto han ganado poder igualmente en paí-ses de tamaño continental, tomando funcio-nes y cuotas de mercado de aquellos que al-guna vez fueron los mayores centros comer-ciales, Melbourne y Montreal, respectivamen-te. También lo han hecho Sao Paulo y Bombay,que ganaron participación y funciones a Ríode Janeiro en Brasil, y a Nueva Delhi y Calcutaen India, respectivamente. Estos son todosenormes países, y se puede haber pensadoque podrían sostener múltiples centros finan-cieros importantes. En Francia, París hoy con-centra porciones más grandes de más secto-res financieros que hace diez años, y merca-dos como Lyon, que alguna vez fueron impor-tantes mercados de valores, se han transfor-mado en “provinciales”, aunque Lyon actual-mente es el centro de una pujante región eco-nómica. Milán privatizó su intercambio en sep-tiembre de 1997, y fusionó electrónicamentelos diez mercados regionales de Italia.Francfort concentra ahora una parte mayor delmercado financiero en Alemania que a comien-zos de los ochenta y así también lo hace Zurich,que una vez tuvo a Basilea y Ginebra comocompetidores significativos. Este patrón esevidente en muchos países. Más aún, la ten-dencia hacia la consolidación de un centro fi-

17 Entre las fuentes principales de datos paralas cifras citadas en esta sección están el Internacio-nal Bank for Settlements (Basilea); datos de las cuen-tas nacionales del Fondo Monetario Internacional; pu-blicaciones especializadas de comercio tales comoWall Street Journal’s Worldscope, Morgan StanleyCapital Internacional; The Banker; listas de datos deFinancial Times y The Economist; y especialmentepara las ciudades, los datos producidos porTechnimetrics, Inc. Nombres adicionales deestándares y fuentes continuamente actualizadasaparecen en Sassen (2001).

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nanciero líder en cada país es una función derápido crecimiento en el sector no de la decli-nación de las ciudades perdedoras.

Hay al mismo tiempo consolidación enmenos centros principales a través y dentrode los países y un marcado crecimiento en elnúmero de centros que se transforman en partede la red global, a medida que los países res-pectivos desregulan sus economías. SaoPaulo y Bombay, por ejemplo, se unieron a lared financiera global después que Brasil e In-dia desregularan (parcialmente) sus sistemasfinancieros. Este modo de incorporación a lared global tiene a menudo el costo de la pérdi-da de funciones respecto de cuando eran gran-des centros nacionales. Hoy en día las em-presas líderes financieras, contables y de ser-vicios legales, usualmente extranjeras, pene-tran en sus mercados para manejar las nue-vas operaciones transfronterizas. Esta incor-poración habitualmente sucede sin una ganan-cia en la parte del mercado global que ellaspueden dominar, aun cuando su capitalizaciónpueda aumentar, a menudo de manera signifi-cativa, y aún cuando ellas sumen al volumentotal en el mercado global.

¿Por qué en tiempo de rápido crecimientoen la red de centros financieros, en los volú-menes totales y las redes electrónicas tene-mos tan alta concentración de porciones delmercado en los centros líderes, globales ynacionales? Tanto la globalización como el in-tercambio electrónico tratan de la expansión yde la dispersión, más allá de lo que había sidoel confinado ámbito de las economías nacio-nales y las operaciones de piso. En realidad,uno bien podría preguntarse por qué, despuésde todo, los centros financieros importan.

8. ¿Por qué la necesidad decentros en la era digitalglobal?

La importancia continua de los centros prin-cipales es, de alguna manera, un contrasenti-do, como lo es –a este respecto- la existencia

de una vasta red de centros financieros. Elrápido desarrollo de los intercambios electró-nicos, la digitalización creciente de buena par-te de la actividad financiera, el hecho que lasfinanzas hayan llegado a ser uno de los secto-res líderes en un número cada vez mayor depaíses, siendo que producen un productodesmaterializado e hipermóvil, todo ello sugiereque la localización no debería importar. Dehecho, la dispersión geográfica parecería seruna buena alternativa dado el alto costo deoperación en los centros financieros principa-les. Aún más, en los últimos diez años se havisto una movilidad geográfica acrecentada deexpertos financieros y empresas de serviciosfinancieros.

Hay, en mi opinión, por lo menos tres razo-nes que explican la tendencia hacia la conso-lidación en algunos pocos centros más que unadispersión masiva18.

8.1. La importancia de la conectividadsocial y de las funciones centrales

Primero, mientras las nuevas tecnologíasde la comunicación realmente facilitan la dis-persión geográfica de las actividades econó-micas sin perder la integración del sistema, hantenido también el efecto de reforzar la impor-tancia de la coordinación central y las funcio-nes de control de las empresas, y aún de losmercados. En realidad, para las empresas decualquier sector, el operar una red de sucur-sales y filiales ampliamente dispersa y en múl-tiples mercados han hecho que las funcionescentrales sean mucho más complicadas. Suejecución requiere acceso a habilidades su-periores no sólo dentro de las sedes de ges-tión, sino también -más generalmente- a me-

18 Ya desarrollé este análisis en la primera edi-ción de The Global City, centrándome en Nueva York,Londres y Tokio. Desde entonces, los hechos hanaparecido más claros y pronunciados que como loselaboré en la segunda edición. Varios de los capítu-los en Global Networks, Linked Cities también nosproveen de especificaciones empíricas detalladas dealgunas de estas tendencias.

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dios innovadores en tecnología, contabilidad,servicios legales, predicción económica y todaclase de servicios especializados, muchos delos cuales son nuevos. Los centros más im-portantes tienen concentraciones masivas derecursos que les permiten maximizar los be-neficios de las nuevas tecnologías de la co-municación y gobernar las nuevas condicio-nes para operar globalmente. Hasta los mer-cados electrónicos como NASDAQ y E*Tradeconfían en comerciantes y bancos que estánlocalizados en otra parte, al menos algunosde ellos en un centro financiero de importan-cia.

Un hecho que se ha vuelto cada vez másevidente es que al maximizar los beneficiosde las nuevas tecnología de la información,las empresas no sólo necesitan de infraestruc-tura, sino de una compleja mezcla de otrosrecursos. La mayor parte del valor agregadoque estas tecnologías pueden producir paraempresas de servicios avanzados radica enlas así llamadas externalidades. Y esto signi-fica el material y los recursos humanos –mo-dernos edificios de oficinas, habilidades supe-riores y la infraestructura de red social quemaximiza la conectividad. Cualquier ciudadpuede tener cables de fibra óptica, pero estono es suficiente (García, 2002).

Un segundo hecho que está emergiendocon mayor claridad se refiere al significado de“información”. Hay dos tipos de información(Sassen, 2001: capítulo 5). Uno es el dato, quepuede ser complejo pero que sin embargo esde conocimiento general: el nivel al cual cierraun mercado de valores, la privatización de unaempresa pública, la quiebra de un banco. Perohay un tipo mucho más difícil de “información”,relacionado con la evaluación, interpretacióny juicio. Esto implica negociar una serie dedatos e interpretaciones de una mezcla dedatos, con la esperanza de producir datos deorden superior. El acceso al primer tipo de in-formación es ahora global e inmediato desdecualquier lugar del mundo más desarrollado,gracias a la revolución digital. Pero hay unsegundo tipo de información que requiere una

mezcla complicada de elementos –la infraes-tructura social para la conectividad global- queotorga a los centros financieros mayores unadimensión de liderazgo.

Es posible, en principio, reproducir la infra-estructura técnica en cualquier lugar. Singapur,por ejemplo, posee una conectividad técnicaque se equipara a la de Hong Kong. Pero, ¿tie-ne Hong Kong conectividad social? Podríamosdecir lo mismo de Francfort y Londres. Cuan-do las formas más complejas de informaciónnecesarias para ejecutar contratos internacio-nales mayores no se pueden obtener de lasbases de datos existentes, sin importar cuán-to se pueda pagar, se necesita entonces el cir-cuito de la información social y las interpreta-ciones e inferencias de facto asociadas querebotan de la información entre la gente habi-lidosa e informada. Es la importancia de esteinsumo lo que ha dado una nueva preeminen-cia a las agencias de calificación de crédito,por ejemplo. Parte de esta calificación tieneque ver con la interpretación y con la inferen-cia. Cuando esta interpretación se hace “fide-digna”, se transforma en “información” dispo-nible para todos. El proceso de transformarinferencias e interpretaciones en “información”requiere de una mezcla de habilidades y derecursos.

En resumen, los centros financieros pro-veen a la conectividad social que le permite auna empresa o mercado maximizar los bene-ficios de su conectividad tecnológica.

8.2. Fusiones y alianzas transfronterizas

Los participantes globales de la industriafinanciera necesitan enormes recursos, ten-dencia que está llevando a rápidas fusiones yadquisiciones de empresas y a alianzas estra-tégicas entre los mercados en diferentes paí-ses. Esto está sucediendo en una escala y encombinaciones que pocos habrían previsto tansólo tres o cuatro años atrás. Hay un númerocreciente de fusiones entre respectivas em-presas de servicios financieros, contables, le-gales, de seguros, en resumen, empresas que

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necesitan proveer un servicio global. Una evo-lución similar es también posible para la in-dustria global de las telecomunicaciones, quetendrá que consolidarse para ofrecer un servi-cio de cobertura global actualizado a sus clien-tes globales, entre los cuales están las em-presas financieras.

Argumentaría que aún otro tipo de fusiónes la consolidación de redes electrónicas queconectan un número muy selecto de merca-dos. En Europa, más de 30 bolsas de valoreshan estado considerando varias alianzas.Euronetx (NEXT) es la fusión más grande debolsas de Europa, una alianza entre París,Ámsterdam y Bruselas. También estánemergiendo pequeñas bolsas: en marzo de2001 Tallin Stock Exchange –en Estonia- y sucontraparte en Helsinki crearon una alianza.Un patrón nuevo son las adquisiciones hosti-les no de empresas sino de mercados, comoel intento por parte de los propietarios de labolsa de Estocolmo de comprar la de Londres(por un precio de 3,7 billones de dólares). Exis-ten varias redes perdedoras que conectan conlos mercados que han sido abiertos en los úl-timos años. En 1999, NASDAQ, el segundomercado de valores más grande después delNew York Stock Exchange (NYSE), abrióNasdaq-Japón, y en 2002, Nasdaq-Canadá.Esto da a los inversionistas en Japón y Cana-dá acceso directo al mercado en Estados Uni-dos. Toronto Stock Exchange ha establecidouna alianza con NYSE para crear una plata-forma de comercio global separada. NYSE esmiembro fundador de una alianza de comer-cio global, Global Equity Market (GEM), queincluye diez bolsas, Tokio y NEXT entre ellas.Es probable que estos desarrollos refuercenla red mundial de 30 ó 40 ciudades a travésde las cuales las industrias financieras globalesoperan.

Estos desarrollos bien podrían asegurar laconsolidación de un estrato de centros finan-cieros selectos en la cúspide de la red mun-dial de 30 ó 40 ciudades, a través de la cualopera la industria financiera global. Ahora sa-bemos también que un centro financiero im-

portante necesita tener una parte significativade las operaciones globales para ser tal. SiTokio no logra conseguir más operaciones deeste tipo, va a perder posiciones en la jerar-quía global, no obstante su importancia comoexportador de capital. Es esta misma capaci-dad para las operaciones globales lo que man-tendrá a Nueva York en los niveles más altosde la jerarquía, aún cuando es alimentado enbuena parte por los recursos y la demanda deinversionistas domésticos. Tomando como in-dicador las acciones bajo administración, semuestra un patrón similar de dispersión y si-multánea concentración en la cima de la jerar-quía. La distribución mundial de acciones bajoadministración institucional se extiende entreun gran número de ciudades que se han inte-grado durante los últimos años al mercado glo-bal de acciones, con desregulación de suseconomías y la noción de “mercados emer-gentes” como un atractivo destino de inversión.En 1999, los administradores institucionalesde dinero controlaron aproximadamente 14trillones de dólares. Thomson Financials, porejemplo, ha estimado que a fines de 1999, 25ciudades dieron cuenta del 80% de la tasa-ción mundial. Estas 25 ciudades dieron cuen-ta además de aproximadamente el 48% de lacapitalización del mercado total mundial, quese mantenía a 24 trillones de dólares a finesde 1999. Por otra parte, este mercado globalse caracteriza por una concentracióndesproporcionada en las 6 ó 7 ciudades demás alto nivel. Londres, Nueva York y Tokioreunidas dieron cuenta de un tercio de las ac-ciones totales mundiales bajo administracióninstitucional en 1999.

Estos desarrollos dejan en claro una se-gunda importante tendencia, que en muchossentidos caracteriza la era global actual. Es-tos varios centros no simplemente compitenentre sí: hay colaboración y división del traba-jo. En el sistema internacional de la décadade la posguerra, el centro financiero de cadapaís cubría en principio el universo de las fun-ciones necesarias para servir a las compañíasy mercados nacionales. El mundo de las fi-nanzas era, por supuesto, mucho más simple

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que hoy en día. En las etapas iniciales de ladesregulación, en los ochenta, había una fuertetendencia a observar la relación entre los cen-tros principales como una competencia direc-ta entre Nueva York, Londres y Tokio, enton-ces como ahora los centros más importantesen el sistema. Pero en mi investigación sobreestos tres centros encontré una clara eviden-cia de la división del trabajo ya en los ochenta.Lo que estamos viendo ahora es un patrónadicional, según el cual la cooperación o divi-sión de las funciones está de algún modoinstitucionalizada: alianzas estratégicas no sóloentre empresas a través de las fronteras, sinotambién entre mercados. Hay competencia,colaboración estratégica y jerarquías19.

La tendencia hacia las jerarquías en la redglobal es susceptible de ser reforzada por lareciente formación de la unión monetaria deEuropa: la eliminación de varias funciones fi-nancieras, principalmente el comercio de divi-sas, ha alimentado la existencia de un centrofinanciero “internacional” en cada país miem-bro, la consolidación de los mercados de bo-nos gubernamentales, un mercado con unasola moneda con una tasa de interés de cortoplazo y una fuerte tendencia hacia un merca-do de valores fundamentalmente único.

En resumen, la necesidad de enormes re-cursos para manejar operaciones crecien-temente globales, en combinación con el cre-cimiento de funciones centrales –descritasanteriormente- produce fuertes tendenciashacia la concentración, y por lo tanto, hacia lajerarquía en una red en expansión20.

8.3. Elites y proyectos desnacionalizados

Tercero, el rol de lo nacional se está debili-tando para estas empresas globales –inclusoempresas nacionales con operaciones mun-diales- y sus clientes. Así, los principales ban-cos de inversión de Estados Unidos y Europahan abierto oficinas especializadas en Londrespara manejar varios aspectos de sus negociosglobales. Hasta los bancos franceses hanabierto algunas de sus operaciones especiali-zadas en Londres, algo inconcebible inclusohace pocos años y que aún no es admitido enla retórica nacional.

La desregulación y privatización han debili-tado aún más la necesidad de centros financie-ros nacionales. El asunto de la nacionalidadsimplemente funciona de manera diferente enestos sectores respecto de como lo hacía in-cluso una década atrás. Los productos finan-cieros globales son accesibles en los merca-dos nacionales, y los inversionistas nacionalespueden operar en los mercados globales21. Porejemplo, algunas de las principales empresasbrasileñas aparecen hoy en la bolsa de NuevaYork sin pasar por la de Sao Paulo, una nuevapráctica que ha causado conmoción en los cír-culos especializados en Brasil.

Se puede describir este proceso como unaincipiente desnacionalización de ciertas are-nas institucionales. Puede argumentarse quetal desnacionalización es una condición nece-saria para la globalización económica como laconocemos hoy. La sofisticación de este sis-

19 Para un desarrollo más completo de todos es-tos temas, ver Sassen (2001).

20 Por ejemplo, la globalización de la banca deinversión y la administración de fondos, dos áreasdonde las empresas de Nueva York tienen un rol fun-damental, pueden haber sido más importantes enreforzar la posición de Londres como centro financie-ro, que el crecimiento nacional per se del Reino Uni-do. En The Global City afirmé que la globalización demercados reduce la importancia de la salud econó-mica nacional, para que las ciudades más relevantes

prosperen como centros de negocios internacionales–no necesariamente un rasgo deseable del sistemaeconómico global. Esto parece estar sucediendo envarios países europeos, donde la prosperidad de losmercados de valores va a la par con un desarrolloeconómico lento y alto desempleo. En particular,Schiffer (2002) encuentra un patrón similar en SaoPaulo.

21 Por ejemplo, los bancos de inversión solíandividir sus grupos de análisis por países, para cubrirun mercado nacional; ahora es más probable que lohagan por sectores industriales (ver, por ejemplo,“Latin American Finance”, varios números).

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tema subyace en el hecho de que sólo necesi-ta involucrar áreas institucionales estratégicas–la mayoría de los sistemas nacionales pue-den ser dejados básicamente inalterados. Chi-na es un buen ejemplo. Adoptó reglas de con-tabilidad internacionales en 1993, necesariaspara tomar parte en transacciones internacio-nales. Para lograrlo, no tuvo que cambiar mu-cho su economía doméstica. Las empresasjaponesas que operaban en ultramar adopta-ron tales estándares mucho antes que el go-bierno japonés pensara en requerirlos. En estesentido, el aspecto “absoluto” de laglobalización es bastante distinto a los merca-dos globales de consumidores, en los cualesel éxito requiere de la alteración de las prefe-rencias nacionales a nivel masivo. Este pro-ceso de desnacionalización ha sido reforzadopor una política estatal que permite laprivatización y las adquisiciones extranjeras.En cierto modo, podría decirse que la crisisfinanciera asiática ha funcionado como unmecanismo para desnacionalizar, al menos enparte, el control sobre aspectos claves de laseconomías, las cuales –mientras permitían laentrada masiva de inversión extranjera- nun-ca renunciaron a tal control (Olds et al., 1999)22.

Los principales centros de negocios inter-nacionales producen lo que podríamos consi-derar una nueva subcultura, un movimientodesde la versión “nacional” de las actividadesinternacionales hacia una versión “global”. Lalarga resistencia en Europa a las fusiones yadquisiciones, especialmente a las adquisicio-nes hostiles o a la propiedad y control extran-jeros en Asia del Este, señala a las culturasde negocios nacionales que de alguna mane-ra son incompatibles con la nueva cultura eco-nómica global. Diría que las ciudades másimportantes y la variedad de las denominadasreuniones de negocios globales (tales comoel Foro Económico Mundial en Davos y otrasocasiones similares), contribuyen adesnacionalizar las elites corporativas. Si estoes bueno o malo, es un asunto aparte, peroargumentaría que es una de las condicionespara asentar a los sistemas y subculturas ne-cesarias para un sistema económico global.

9. En conclusión

La globalización económica y las teleco-municaciones han contribuido a producir unaespacialidad para lo urbano, que depende tantode redes transfronterizas como de localizacio-nes territoriales con concentraciones masivasde recursos. Esta no es una característicacompletamente nueva. Por siglos, las ciuda-des se han encontrado en la intersección deprocesos mundiales a menudo mayores. Loque es hoy diferente es la intensidad, la com-plejidad y la escala global de estas redes; elgrado hasta el cual buena parte de las econo-mías hoy se van desmaterializando a travésde la digitalización y –por lo tanto- el gradohasta el cual ellas pueden circular a grandesvelocidades a través de algunas de estas re-des; y en tercer lugar, el creciente número deciudades que son parte de redestransfronterizas que operan a escalas geográ-ficas vastas. También es diferente hoy el de-sarrollo de regímenes regulatoriostransfronterizos y la participación de los esta-dos nacionales en la producción de los instru-mentos legales y técnicos necesarios para lainserción en el sistema económico global.

22 Por ejemplo, Lehman Brothers compró las hi-potecas residenciales de Thai, de un valor de mediobillón de dólares, con un 53% de descuento. Este fueel primer remate conducido por la FinancialRestructuring Authority del gobierno de Thai, que estámanejando la venta de 21 billones de dólares de re-cursos de las compañías financieras. También adqui-rió las operaciones de Thai de Peregrine, el banco deinversión de Hong Kong que fracasó. La caída en losprecios y en el valor del yen ha hecho que las empre-sas y propiedades japonesas sean blancos atracti-vos para los inversionistas extranjeros. Merryl Lynchha comprado 30 sucursales de Yamaichi Securities;Societé Générale Group está comprando el 80% deYamaichi Internacional Capital Managment; TravellersGroup es ahora el más grande accionista de Nikko, eltercer corredor más grande; y Toho Mutual InsuranceCo. anunció una joint venture con GE Capital. Estosson sólo algunos de los ejemplos más conocidos.Mucha de la valiosa propiedad en Ginza –el distritocomercial y de negocios más valorado de Tokio- estásiendo considerado ahora para su adquisición porparte de inversionistas extranjeros, en respuesta a laadquisición del Rockefeller Center por parte deMitsubishi una década atrás.

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El crecimiento de las transacciones alta-mente especializadas que conectan a las ciu-dades está generando una diversidad en lostipos de redes interurbanas. Aquí podemosincluir, entre otras, las redes globales de filia-les de empresas; la particular arquitectura deconectividad que emerge de los intereses deaquellos actores que tienen el poder de pro-mover su desarrollo; la formación de jerarquíasregionales transfronterizas facilitada por laszonas de libre comercio y los corredores inter-nacionales de crecimiento; y la integración deun número creciente de centros financieros almercado global de capitales.

La integración a estas redes de transac-ciones altamente especializadas ha requeridoa menudo masivas transformaciones en par-tes cada vez mayores de estas ciudades, asícomo importantes cambios políticos por partede los estados involucrados. El desarrollo delas funciones de la ciudad global está ligado aldesarrollo de infraestructura física y política,lo que redunda en un nuevo orden político,económico y espacial en tales ciudades, almismo tiempo que dinámicas de origen másantiguo también siguen vigentes. La profundi-dad de estas transformaciones puede en par-te subsumirse –en algunas de estas ciudades-bajo el síndrome de la megaciudad y de lascorrespondientes dinámicas sociales, econó-micas y espaciales que caracterizan las gran-des ciudades. La nueva espacialidad urbanaproducida al transformarse las ciudades enlugares de transacciones transfronterizas es,por lo tanto, parcial en un doble sentido: dacuenta de sólo parte de lo que sucede en lasciudades y de lo que éstas son; y habita sóloparte de lo que podríamos considerar como elespacio de la ciudad. Se producen entoncesnuevas articulaciones con los circuitos globalesy desarticulaciones dentro de la ciudad.

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