89
WALTER HOLTZAPFEL EL CAMPO DE ACCIÓN DE LOS ÓRGANOS Hígado Pulmón Riñón Corazón Trabajos sobre los órganos que el autor ha dado en seminarios y cursos de Pedagogía Curativa. Están orientados a pedagogos, pedagogos curativos, terapeutas y a todos los interesados en un conocimiento ampliado de los órganos. Título Original IM KRAFTFELD DER ORGANE 2ª Edición 1990 © 1989 by Philosophisch-Anthroposophischer Verlag am Goetheanum, Dornach / Schweiz 1

Los 4 Organos Holzapfel

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Los 4 Organos Holzapfel

WALTER HOLTZAPFEL

EL CAMPO DE ACCIÓN DE LOS ÓRGANOS

Hígado

Pulmón

Riñón

Corazón

Trabajos sobre los órganos que el autor ha dado en seminarios y cursos de Pedagogía Curativa. Están orientados a pedagogos, pedagogos curativos, terapeutas y a todos los interesados en un conocimiento ampliado de los órganos.Título Original

IM KRAFTFELD DER ORGANE

2ª Edición 1990

© 1989 by Philosophisch-Anthroposophischer Verlag am Goetheanum, Dornach / Schweiz

Traducción

Frauke Elsner

Supervisión

1

Page 2: Los 4 Organos Holzapfel

Florencio Herrero

Publicado por Centro Higiénico Terapéutico “Puerta del Sol”

c/ Luis de Toro, 3 Bajo10600 Plasencia (Cáceres)

2

Page 3: Los 4 Organos Holzapfel

ÍNDICE

I. Órganos y Organismos ............................... 5

II. El Hígado da el coraje para actuar ......... 19

III. El Pulmón da firmeza al pensamiento ... 35

IV. El Riñón da el ímpetu temperamental ... 55

V. El Corazón da firmeza interior ................. 73

VI. En el entorno de los órganos .................... 95

3

Page 4: Los 4 Organos Holzapfel

ÓRGANOS Y ORGANISMO

Los órganos del ser humano son por un lado formaciones concluidas, destacando claramente cada uno, según su peculiaridad, de los procesos generales del organismo humano. Por el otro lado estos órganos se abren a los procesos que engloban todo el organismo, sobre todo por las vías de la sangre y de los nervios. Los órganos se comportan frente al organismo de la misma manera como los componentes de un rebaño, tienen una autonomía relativa y al mismo tiempo forman parte de un todo.

Esta situación dual - aislamiento y abertura – ya se puede ver en la forma exterior de los órganos, especialmente en los riñones. En su delimitación convexa el riñón se cierra ante el exterior mientras que se abre hacia dentro en su parte cóncava donde entran, a través del hilio renal, el uréter y los vasos afluentes y efluentes (ilustración 1).El riñón es, diríamos, el órgano de los órganos. Muestra con más claridad que los demás la verdadera esencia del órgano. Los demás órganos pueden concebirse como metamorfosis de esta forma arquetípica; vemos por ejemplo en el pulmón, como el equilibrio del riñón entre el polo superior e inferior se metamorfosea a favor de una predominancia del polo inferior, contraponiendo a la ancha base del pulmón un espacio muy pequeño en forma de punta (ilustración 2)

El hígado a su vez cambia la dirección principal y vertical del riñón y del pulmón hacia la horizontal (ilustración 3)

El corazón por fin tiene solo contornos convexos sin marcar claramente la entrada de los vasos sanguíneos. (Ilustración 4)

4

Page 5: Los 4 Organos Holzapfel

En estas formas metamorfoseadas ya se expresa algo de la esencia de cada órgano como veremos en los capítulos siguientes, donde se tratarán con todo detalle. La silueta esquemática aquí esbozada sólo es el resultado final de sistemas de fuerzas suprasensibles que están actuando en cada órgano. La manifestación física, perceptible para los sentidos, recibe su vida del cuerpo etérico, está animado por el cuerpo astral y englobado por el yo. De forma cuádruple intervienen los miembros constitutivos del hombre en el funcionamiento orgánico por vía de los 4 elementos. Los procesos físicos propiamente dichos se desarrollan en el elemento sólido, el cuerpo etérico actúa en el elemento líquido, el cuerpo astral en el elemento aéreo o gaseosos y el yo en las diferenciaciones calóricas. Esta interacción entre los miembros constitutivos y los elementos tiene en cada órgano su propio acento: en un órgano predomina lo calórico, en otro lo líquido y así sucesivamente. Así se determina el carácter del órgano. Pero en todos los órganos interaccionan los cuatro miembros constitutivos, como se muestra en el esquema siguiente. Nos tenemos que “imaginar un sistema de fuerza suprasensible que está en relación con lo que vemos como órgano sensorial, que la materia sensible, la

5

Ilustración 1 Riñón

Ilustración 4 Corazón Ilustración 2 Pulmón

Ilustración 2 Hígado

Fuerzas etéricas Materialidad penetrante

Acción del yo Corriente Astral

Ilustración 5.Órgano y miembros constitutivos suprasensoriales(Utilizando un esquema de Rudolf Steiner de “Una fisiología Oculta”

Page 6: Los 4 Organos Holzapfel

materia del mundo físico, es absorbida por estos puntos de fuerza y depositada en las líneas de fuerza. A través de este depósito de la materia física en el sistema de fuerzas suprasensoriales se convierte el órgano en físico...”

De esta manera surge la forma física del órgano por la interacción de los sistemas de fuerzas suprasensoriales. Es importante no imaginarse al órgano como un fenómeno estático; más bien es un punto de enlace entre un continuo nacer y perecer.

Una isla de arena, como, por ejemplo, la isla de la frisonia del este llamada Spiakeroog, puede servirnos de ejemplo ilustrativo para ver estas diferentes fuerzas que intervienen en su devenir y perecer. En el caso de esta isla se trata de olas, viento y calor solar que transportan la arena de un sitio a otro, aportando, quitando y recreando continuamente la forma de la isla. Curiosamente la forma de esta isla se asemeja a un riñón.

Nosotros mismos sabemos poco de nuestros órganos. Esto tiene que ver con su naturaleza íntima escondida en el cuerpo. Sólo la actividad de los órganos, que trabajan rítmicamente –pulmón y corazón – se nos hace consciente en cierto grado. En general la respiración queda inconsciente, pero podemos percibirla, si la prestamos atención. Lo mismo ocurre con la actividad del corazón que en casos excepcionales notamos cuando late fuertemente, de los demás órganos no notamos nada si estamos sanos. Cuando sentimos dolores o una presión en el estómago, ya se trata de un estado patológico.

El médico trata de saber algo sobre los órganos escondidos en el interior por la palpación, por la percusión o por la auscultación. Hoy se han añadido a estos métodos de reconocimiento indirectos nuevas técnicas que pueden observar a los órganos directamente. Se penetra en las cavidades del cuerpo o de los órganos por medio de cánulas, catéter, espejos y demás instrumentos. A través de la punción se extrae un poco de la sustancia orgánica y se la examina en el microscopio (biopsia).

Se trata de métodos de reconocimiento que enfocan a puntos cada vez más minúsculos. Existe también la posibilidad opuesta que consiste en ampliar el horizonte y ver los contextos en los cuales aparece el órgano. Entonces el estado de las extremidades nos puede instruir sobre el pulmón, la observación de la lengua o de la piel sobre el hígado, hallazgos en ojos y oídos sobre los riñones, el riego sanguíneo en la periferia del cuerpo sobre el corazón, etc. Lo que podemos llamar el proceso del órgano – esto es: todo el campo de acción que alcanzan las funciones del órgano – se extiende de esta manera sobre todo el cuerpo, sí, puede extenderse hasta más allá de las fronteras del cuerpo como veremos más adelante en la descripción de los órganos particulares. El órgano se hace de alguna manera más grande que el mismo organismo, la parte se hace más grande que el todo. Para ilustrar esta relación paradójica nos servimos de la comparación entre la superficie de un órgano interno y la superficie de todo el cuerpo. La superficie interior del pulmón es por ejemplo de 70 a 150 m² mientras que la piel del cuerpo humano sólo cubre una superficie del 2 m² aproximadamente.

En la actualidad los órganos han entrado en el campo de la opinión pública de dos maneras. Por un lado por el hecho que se pueden sustituir, bien por transplante de un órgano sano, o bien por conectarlo a un aparato técnico, por ejemplo, a un riñón artificial (diálisis). La visión del órgano vivo se aproxima con estas nuevas posibilidades a la concepción de los aparatos. El órgano se convierte en una pieza aislada que se puede sustituir, pues existe independientemente del organismo. En

6

Page 7: Los 4 Organos Holzapfel

realidad, precisamente las experiencias con los transplantes, han demostrado con qué fuerza reacciona el organismo en su totalidad a tales intervenciones.

De una manera muy diferente se presta atención a los órganos por otro hecho importante. El promedio de los años que hoy día vive la persona, ha aumentado enormemente, los seres humanos viven más años que antaño. Esto tiene varias causas. Sin duda participa en ello el progreso de la medicina. Pero desde algún tiempo empieza a decaer la esperanza de vida, no mucho, pero claramente visible; y esto es debido a las enfermedades de la vejez, sino por patologías que fulminan las personas en la flor de

sus años como se suele decir. De pronto es el caso entre los hombres, pero las mujeres les van a seguir. Esta secuencia se mantiene actualmente, sobre todo en circunstancias adversas; los hombres marcan el paso, las mujeres les siguen.

En esta regresión de la esperanza de vida participan fuertemente los órganos. Ante todo se trata de patologías del corazón, del pulmón y del hígado que son provocadas por hábitos equivocados. El alcohol tiene un papel importante; lo mismo el fumar, especialmente si se trata de cigarrillos; y por último la comida si se come en exceso o si los alimentos están demasiado cargados de sustancias tóxicas.

Estos contextos nos conducen a la pregunta: ¿Qué influencias actúan favorable o desfavorablemente sobre los órganos? Rudolf Steiner dio en una de sus conferencias para médicos, indicaciones reveladoras.

El corazón se estropea por el abandono al movimiento pasivo, es decir al movimiento que no sale de la actividad propia sino por un vehículo como el coche, el tren, el avión, etc. Es un hecho conocido que los taxistas, maquinistas y pilotos a menudo sufren de trastornos cardíacos. Pero no solo es el que conduce, sino también los que lleva, los acompañantes, y que están expuestos al movimiento pasivo, sobre todo si la velocidad es elevada. Sabemos que el pulso se acelera con la velocidad por encima de los 90 Km por hora, y sólo se normaliza 8 minutos después de apearse del vehículo. En mujeres el pulso se acelera aun más que en los hombres, mientras que en persona jóvenes apenas se nota una influencia. También la tensión sanguínea sube con el movimiento propio activo sin embargo produce calor y ese es el elemento que corresponde al corazón.

Podemos contrarrestar lo que perjudica al corazón si aumentamos aun la actividad producida por las extremidades llegando a un movimiento propio lleno de expresividad anímica como ocurre por ejemplo y sobre todo en la euritmia.

Mientras que por las ideas que habitualmente tenemos se entiende bien la influencia que ejerce el movimiento sobre la actividad del corazón, se necesita reflexionar algo más para entender las influencias positivas y negativas sobre la actividad de los riñones y la vejiga. Esta actividad se desequilibra si la persona “tiene poca oportunidad de hacer movimientos interiores correctamente; quiero decir si por ejemplo no dedica el cuidado necesario a la comida, si la engulle en ver de masticar trastornando con ello todo el proceso digestivo” (Rudolf Steiner). Con esta descripción puede surgir la imagen de una persona estresada que durante la comida lee el periódico y escucha la radio con lo que degrada el comer a un mero engullir. Una tal situación de estrés actúa respectivamente sobre la actividad del riñón y la glándula suprarrenal. En el descuidado manifiesto ante la comida pueden también aparecer molestias por tragarse aire lo que se hace notar en primer lugar en el corazón (el complejo de síntomas según Roemhlad). El hecho de que está participando el elemento aire nos indica

7

Page 8: Los 4 Organos Holzapfel

indirectamente una relación con el riñón como ya veremos en el capítulo correspondiente. Es favorable para el sistema riñón – vejiga, si las personas “son llevadas a un lugar con aire rico en oxígeno, pues tiene que respirar más y aplicar inconscientemente más cuidado al proceso respiratorio” (Rudolf Steiner)

El estado del hígado, sin embargo, depende de las calidades del agua del lugar donde vive el ser humano. La calidad del agua potable, hoy amenazada en muchos sitios, juega un papel muy importante. La vivencia de los sabores, otros procesos que se desarrollan en el elementos líquido (la saliva) tiene mucha importancia para el hígado. Un saborear fino cultivado, que no tiene que ver con comidas lujosas, estimula la actividad hepática, mientras que el perderse en el mero disfrute perjudica al hígado; pensamos especialmente en la bebida alcohólica. Para el pulmón es significativo el elemento sólido. “La vida del pulmón está íntimamente relacionada con todo aquello que tiene un lugar simplemente por su configuración terráquea, tanto si se trata de una región como por ejemplo aquí en Dornach con mucho suelo calcáreo o se trata de una región con mucho suelo silícico, o donde hay mucho granito. De esto depende en gran medida la vida diferente pulmonar del ser humano, porque el pulmón depende esencialmente del suelo sólido del lugar. Entre las primera tareas del médico que se instala en alguna región, estarían los pertinentes estudios ahondando en la geología de la región. Este estudio geológico en el fondo es la misma cosa que estudiar los pulmones de la región en cuestión y uno tendría que tener claro que casi lo más desfavorable sería si el pulmón no fuera capaz de adaptarse para nada al entorno” (Rudolf Steiner) Esta relación entre pulmón y tierra se basa en que el mismo pulmón es “una pequeña tierra”, como expondremos en el capítulo sobre el pulmón. Si en tiempos se trasladaba los enfermos de pulmón a lo alto de la sierra, esto no sólo era por la altura del lugar sino también por el cambio en la calidad del suelo. Rudolf Steiner incluso recomienda sobre todo un cambio de lugar como medicamento para el pulmón. “Y si uno se ha dado cuenta que alguien que tiene tendencia a cualquier debilidad pulmonar, no está hecho para una determinada región y se le ha indicados de cambiar su vivienda e irse a otra región más apropiada, entonces se le ha dado lo mejor de lo mejor …”.

En muchos giros que aun hoy son habituales se expresan las funciones anímicas de los órganos porque en tiempos anteriores era totalmente corriente saber instintivamente estas relaciones.

Por ejemplo decimos: Parece que un piojo le pasó corriendo por el hígado” y queremos decir con ello que la persona está de mal humor y bloqueada. Sin embargo, si la persona habla “tan fresca desde el hígado” entonces sabemos que no existe este impedimento.

Especialmente numerosas son las expresiones que se refieren al corazón. Muchas cartas terminan poniendo: Saludos cordiales. El decir que un hombre tiene “corazón de oro” se expresa en todo el comportamiento de la persona y también en su “cordial” apretón de mano. En cambio se nos “parte el corazón” o “nos sangra el corazón” en situaciones límites. También hablamos que alguien que” tiene su corazón en su sitio” y no nos referimos a la posición anatómica. Si queremos “examinar el corazón y los riñones” de una persona, entonces no se piensa en ninguna prueba de laboratorio, sino en una caracterológica. Si en el Antiguo Testamento encontramos el lamento: “El señor me ha castigado por mis riñones”, no quería decir que la persona tenía una enfermedad en los riñones, sino que tenía malos sueños.” Curiosamente existen pocas expresiones que se refieren al pulmón. Cuando decimos: “se me cortó la respiración”, porque una situación inesperada nos había sorprendido o chocado,

8

Page 9: Los 4 Organos Holzapfel

entonces se refiere esta expresión más bien a los riñones en vez de al pulmón, como ya veremos más adelante.

Las relaciones anímicas de los órganos, nuevamente fundamentadas por la ciencia espiritual antroposófica, son de gran importancia para la pedagogía curativa que tiene que ver con “cuidados anímicos”. La psicología de Rudolf Steiner no obstante no se queda en el nivel anímico sino baja siempre al nivel orgánico y sube a las actividades espirituales. Todo ello tiene un valor especial para la vida anímica del niño. En el adulto tenemos una vida anímica relativamente independiente frente al órgano ya formado. En el niño todo aun interactúa, órgano y vida anímica se desarrollan conjuntamente. Las expresiones del alma infantil no se pueden separar de lo que ocurre en el órgano sano o enfermo.

Un “conocimiento psíquico del órgano” demuestra como las fuerzas que trabajan en los órganos penetran hasta en la vida anímica influenciando el pensar, el sentir y la voluntad. Si se exagera esta liberación de las fuerzas etéricas para que actúen más fuertemente en lo anímico, es decir: si “los órganos se exprimen” para decirlo de alguna forma, entonces se producen las llamadas enfermedades mentales. El Dr. R. Treichler ha seguido estas indicaciones de Rudolf Steiner y describe, como ciertas patologías psiquiátricas se relacionan con los distintos órganos.

Estas patologías psiquiátricas (como esquizofrenia o el estado maníaco-depresivo) toman la dirección de la excarnación y prácticamente sólo se encuentran en la edad adulta.

En el niño que vive completamente en procesos de encarnación, la dirección de la vida anímica hacia el órgano es al revés. No se trata de un extraer las fuerzas del órgano, sino al contrario de un introducirlas en el órgano. Los trastornos que aparecen provienen de un impedimento de esta actividad. La vida anímica que quiere abrazar al órgano y utilizarlo como su instrumento, choca con la resistencia del órgano imperfectamente formado. Con tales “trastornos volitivos” tenemos que tratar sobre todo en la pedagogía curativa. Vamos a hablar de ellos en lo sucesivo.

“En la persona adulta la vida anímica se independiza relativamente porque los órganos ya tienen una dirección definida. Y una enfermedad del órgano no influencia tan fuertemente la vida anímica y puede ser tratado como tal enfermedad del órgano. En el niño sin embargo todo interactúa: un órgano enfermo actúa aun muy notablemente sobre la vida anímica.

Miren ustedes, las enfermedades actuales que se suelen diagnosticar en la patología actual, son enfermedades más o menos groseras. Las enfermedades más sutiles que no son accesibles para la histología, se encuentran en la parte líquida que penetra un órgano, por ejemplo el hígado. Y se ve en el movimiento del líquido o incluso en el movimiento de lo gaseoso que está presente en el hígado. El calentamiento de un tal órgano también es de especial importancia para la vida anímica.

En el organismo del niño tenemos que preguntarnos, si se trata de un defecto de la voluntad: ¿Con qué órgano, con qué deterioro orgánico, con qué enfermedad orgánica se relaciona este defecto de la voluntad?”

Si en lo sucesivo tratamos solo cuatro órganos dentro de la multiplicidad de los órganos: el hígado, el pulmón, el riñón y el corazón, es porque hemos elegido estos cuatro según su actividad suprasensible dentro de la entidad humana cuádruple. Una característica que ya resalta con la mera observación y distingue estos 4 órganos de los demás la vamos a mencionar ya ahora.

La sangre entra en los órganos como sangre arterial roja y sale de ellos como sangre venosa azul. Esta sangre azul en realidad es roja oscura pero parece azul porque la piel que cubre las venas la enturbia (véase la teoría de los colores de Goethe); esto se

9

Page 10: Los 4 Organos Holzapfel

ve muy bien en las grandes venas de la mano. Esta es una regla general, la cual no obstante ya no es válida para los 4 órganos mencionados si pensamos en su circulación funcional. Es bien conocido que el pulmón invierte esta regla: la sangre azul fluye hacia dentro y sale oxigenada y roja hacia fuera. - En el hígado también entra con color azul (vena porta), pero también sale con color azul (red venosa admirable). -La sangre que fluye en los corpúsculos renales apenas suelta oxígeno y sale por lo tanto tan roja como ha entrado (red arterial admirable). - En el corazón por fin se enfrentan la sangre azul y la sangre roja, sin entrar en contacto la una con la otra.

De esta manera se nos presentan 4 motivos para los órganos que se basan en el riego sanguíneo, el cual nos ofrece la estructura básica para las consideraciones en los capítulos siguientes:

Pulmón: Azul se vuelve Rojo

Hígado: Azul queda Azul

Riñón: Rojo queda Rojo

Corazón: Rojo contra Azul

Ilustración 6. Motivo de cada órgano

10

Page 11: Los 4 Organos Holzapfel

El hígado da el coraje para actuarWalter Holtzapfel

“ El hígado es aquél órgano que da al hombre el coraje para ejecutar una acción imaginada o pensada anteriormente. El hígado siempre es el mediador entre ideas pensadas y su realización en actos reales a través de las extremidades”. Con estas palabras describe Rudolf Steiner, en la primera conferencia del curso de pedagogía curativa, el hígado bajo un aspecto que no se encuentra en ningún libro de enseñanza médica, aspecto, sin embargo, fundamental para la organología en la pedagogía curativa y que por lo tanto queremos anteponer a todas las demás consideraciones sobre los órganos. El hígado caracterizado de esta manera, es como un órgano de la voluntad. Tiene que ver con la transformación de una idea en acción, con la realización de una resolución.

¿Cómo se pone en práctica una resolución? ¿Cómo es posible que una idea que se presenta en el interior llegue a manifestarse al final en un acto físico? ¿Cómo se convierte una idea en movimiento de extremidades?

La idea concebida en la consciencia, está demasiado “lejos” de su realización física por parte de los miembros para poder moverlos directamente. Pero puede llegar a hacerse realidad al introducirse gradualmente pasando por los diferentes miembros constitutivos del organismo humano. La decisión tomada con plena consciencia por el yo abraza primero el cuerpo astral, éste penetra el cuerpo etérico y sólo de ahí el efecto se transmite al cuerpo físico.

11

Page 12: Los 4 Organos Holzapfel

Para poder determinar el papel que realiza el hígado en esta cadena de efectos, tenemos que recordar la manifestación corporal de los miembros constitutivos suprasensibles del ser humano.

El yo actúa en el calor, el cuerpo astral en el elemento aire, el cuerpo etérico en el elemento líquido y el cuerpo físico en el elemento sólido, terroso. La actuación gradual de estos elementos se hace patente en un ejemplo dentro del contexto de la naturaleza.

De la misma manera que el sol no puede ejercer un efecto formador sobre la piedra, el yo tampoco es capaz de mover directamente las extremidades. Pero el sol puede calentar el aire y con ello animar la circulación del agua que se elevará al aire, caerá como lluvia y alimenta al arroyo. La corriente del agua por fin va esculpiendo la piedra y la transforma en guijarro.

Es el agua impulsada por el sol, que realiza por fin la labor. En el lugar correspondiente en esta cadena de efectos que realizan una decisión, encontramos al hígado. Es un órgano blando y esponjoso que vive totalmente en lo líquido y al que pertenece el elemento agua. Mientras los demás órganos están penetrados por tres distintos líquidos (sangre azul, sangre roja, linfa) tenemos en el hígado cinco líquidos, pues se añaden dos más: la sangre de la vena porta y la bilis.

El hígado no sólo es de naturaleza líquida, sino que él también regula todo el organismo acuoso del cuerpo cumpliendo de esta manera una tarea abarcante, pues nuestro cuerpo se compone en sus dos terceras partes de líquido. La sed se origina en el hígado. El llamado centro de sed en el cerebro medio es un reflejo de esta función hepática.

El elemento acuoso es el fundamento para la actuación de las fuerzas formadoras etéricas que impulsan el crecimiento. De ahí viene la fuerza tan extraordinaria de crecimiento y regeneración del hígado, pues este órgano puede recuperarse aun si tres cuartas partes de su sustancia han sido extirpadas por operación. En el embrión, que es todo crecimiento, el hígado ocupa una gran parte de la cavidad abdominal.

En la región del metabolismo que está separada por el diafragma vemos al hígado en posición predominante por encima de los demás órganos digestivos. Es el órgano principal del metabolismo. En este hecho se basa su caracterización como órgano de la voluntad, pues en la terminología de la triformación fisiológica (que ofrece Rudolf Steiner) es la voluntad la que de las tres facultades del alma se apoya en el metabolismo. Un sin número de transformaciones de las más diversas sustancias se llevan a cabo en este órgano macizo. Estas transformaciones de sustancias son la correspondencia orgánica de la voluntad, porque la voluntad es transformación de lo dado. De la misma manera que el químico, si quiere transformar las sustancias, tiene que licuarlas, la naturaleza acuosa del hígado es la condición previa y necesaria para su capacidad de metabolismo. Una vez bloqueados los flujos, también se bloquea la voluntad y la movilidad de las extremidades.

Si se tiene costumbre de beber más de la cuanta y si se trata de alcohol, el asunto se vuelve tanto más problemático porque el daño que sufre el hígado debilita la voluntad que incluso si existen buenas intenciones, en la mayoría de los casos no se puede hacer nada para salir del alcoholismo. Lo mismo ocurre con el consumo de drogas que siempre dañan al hígado. Si el daño es grave, sobre todo en el caso de cirrosis hepática, la capacidad reguladora de líquidos del hígado colapsa y el vientre se llena de agua (Ascitis).

12

Page 13: Los 4 Organos Holzapfel

Entre los fluidos que circulan en el hígado la sangre de la vena porta ocupa un lugar especial. Ella recoge la sangre de los órganos impares (bazo, estómago, intestino, páncreas) y lleva las sustancias que contiene la sangre al hígado para su posterior elaboración. La tendencia del hígado a la asimetría que ya notamos en su posición que tira hacia la derecha, se expresa en su relación con estos órganos igualmente asimétricos. Y esta misma asimetría es una estructura que corresponde a la voluntad.

El sistema neurosensorial como base de la capacidad intelectiva está dispuesto simétricamente (hay dos hemisferios en el cerebro); en el sistema rítmico ya vemos pequeñas desigualdades (3 lóbulos de pulmón a la derecha y 2 a la izquierda, el corazón tirando a la izquierda) y en la región del metabolismo los órganos están como pueden, no reina ni la más mínima simetría (excepciones trataremos más adelante) El parentesco entre la asimetría y la voluntad está patente en todas las partes, también por ejemplo en el ámbito de la arquitectura (para mencionar otro sector muy diferente) donde algunos arquitectos modernos construyen edificios asimétricos para acentuar el dinamismo de la voluntad.

Para la función volitiva del hígado tiene mucha importancia el metabolismo de los hidratos de carbono. Las sustancias harinosas del almidón (cereales, patatas, legumbres, etc.) ya se transforman con el fermento Ptialina (que se encuentra en la saliva bucal) en glucosa soluble, por lo cual algunas comidas (por ejemplo el pan integral) tienen un sabor dulce cuando se mastican más tiempo. Esta transformación continua en el estómago y en el intestino hasta que la glucosa se absorbe por los millones de finísimas papilas y se conduce a través de la vena porta al hígado. Allí recibe una forma no soluble y se almacena como glucógeno (almidón animal) En momentos de necesidad el glucógeno se reconvierte en glucosa para dar al músculo el fundamento para el movimiento de las extremidades. Al activar la musculatura la glucosa se convierte en ácido láctico que a su vez causa el cansancio del músculo, la expresión del “dulce ocio” (dolce famiante) y el “trabajo agrio” se puede tomar al pie de la letra y ver confirmada por esta transformación de la glucosa en ácido láctico. Del mismo modo que el ácido láctico densifica la consistencia de la leche y la convierte en leche cuajada, endurece el músculo si hace un trabajo no acostumbrado y produce las llamadas agujetas.

La vena porta se extiende en el hígado por ramificaciones cada vez más finas hasta que al final llega a la unidad más pequeña del hígado, al llamado lóbulo hepático, donde deposita el glucógeno. La sangre vuelve de las finísimas ramificaciones a la vena central del lóbulo hepático, se concentra allí y vuelve por la vena del hígado a la circulación general.

Hacia la vena hepática

13

Page 14: Los 4 Organos Holzapfel

De la vena porta

Ilustración 7. Lóbulo hepático

Sustancia alimentaria

Nervio gustativo

Ilustración 8. Papila gustativa

Tales ramificaciones (=capilares) que forman la vena porta en el hígado sólo se suelen encontrar en las arterias que llevan sangre roja. En el hígado sin embargo se trata de sangre azul que rodea los lóbulos hepáticos que vuelve a abandonar el hígado como sangre azul. (Red milagrosa venosa). “Azul permanece azul”, el motivo del hígado, se pone aquí en evidencia. El color azul caracteriza la sangre cargada de sustancias que es transportada al hígado por la vena porta. En el color azul se expresa la naturaleza del hígado que vive en la sustancialidad y la transformación de las sustancias.

Las sustancias introducidas de la alimentación y la sustancia del órgano se compenetran en el hígado y se entremezclan, a decir la verdad el hígado consiste prácticamente en su mayor parte de glucógeno. Todos estos procesos misteriosos que aquí sólo podemos esbozar, se llevan a cabo sin que apenas tengamos consciencia de ellos, pero sin embargo son el fundamento del sentimiento intuitivo que tenemos de nuestra existencia.

Todo lo contrario pasa con el inicio de la transformación de los hidratos de carbono en la boca. Se vive conscientemente en la masticación y en el sabor dulce, pero la sustancia de los alimentos y la sustancia del cuerpo quedan separadas. El nervio gustativo toca con su extremo (el mamelón gustativo) la sustancia alimenticia diluida en la saliva que fluye alrededor de los pilares de la lengua: Justo por esta distancia guardada se transmite claramente la vivencia consciente.

Igual que se dice: el Sol no sólo está arriba en el cielo sino en todas partes donde alumbra, se puede decir: el hígado no sólo está presente en el órgano que está situado debajo del diafragma, sino en todas partes donde actúa el proceso hepático. De este modo vemos extender y abarcar al hígado sus procesos desde los inicios de la alimentación en la boca por un lado hasta en la contracción de la musculatura por el otro. Todos los estadios de este proceso están relacionados entre si por acción y reacción.

En el momento en que empieza la vivencia gustativa en la boca, sale el “mensaje” hacia el hígado para responder en sus funciones a la calidad del alimento. Por el otro lado depende de la actividad muscular cuánto glucógeno se “retira” para ser reconvertido en glucosa y transportado hacia el músculo.

14

Page 15: Los 4 Organos Holzapfel

Esta delicada sintonía puede ser transformada por el comportamiento del hombre. Si por ejemplo, no se llega al sabor dulce en la boca a través de los hidratos de carbono sino por algún edulcorante artificial que el hígado no “conoce”, entonces el hígado se prepara para asimilar los hidratos de carbono. Pero no llegan los hidratos de carbono y el hígado ha trabajado hacia el vacío. Si esto se repite una y otra vez puede aparecer una lesión hepática.

El proceso hepático más sutil es tan abarcante que va más allá de los límites del cuerpo. “Se come también con los ojos” se dice con razón. Con ello surge la posibilidad de intervenir en este proceso con medidas pedagógicas. Puede ocurrir pongamos el caso, que un niño se porta tan mal en la mesa que el educador se decide a decirle: “Como castigo te quedas, sin postre” Pero el niño ya había visto el postre y el hígado ya se había dispuesto para recibirlo. Otra vez ha trabajado en balde, al vacío.- ¿Qué hacer? Desde el punto de vista pedagógico esta medida es muy eficaz pues al niño le encanta el postre y tratará no perdérselo la próxima vez por su mal comportamiento. ¿Pero qué secuelas trae todo ello para la salud?

Al contrastar los dos estadios externos de los procesos hepáticos, o sea el proceso gustativo y la contracción muscular, la lengua se nos muestra en un papel singular. No sólo es órgano gustativo sino también un músculo y además un músculo muy especial. Mientras los músculos suelen estar tendidos entre dos huesos móviles posibilitando su juego, contrapuesto y con ello la orientación de las extremidades en determinadas direcciones, la lengua sólo está fijada en un extremo en la base bucal y la punta de la lengua se mueve libremente en la cavidad bucal e incluso fuera de ella.

La acción muscular es actividad volitiva. La transformación del hidrato de carbono en la que se basa el movimiento del músculo, tiene su centro en el hígado. En caso de bloqueos en el hígado, especialmente en el metabolismo de los hidratos de carbono, se bloquean voluntad y movimiento. Una grave enfermedad en los niños pequeños (Mucopolisacaridosis) que se manifiesta con el depósito del glucógeno en el hígado hipertrofiado y en debilidad muscular y parálisis. También en el gargoylismo aparecen depósitos en el hígado y trastornos en el movimiento que se presentan simultáneamente aunque no tengan su origen directo en el hígado. Muchas formas de debilidad mental que producen movimientos retardados característicos, se deben a un trastorno en el metabolismo hepático (inborn errors of metabolism)

Rudolf Steiner describe en la primera conferencia de su curso de pedagogía curativa una forma más sutil de impedimento de la voluntad que se manifestó en un joven de la forma siguiente: Se fue a la parada para ir a la ciudad pero no pudo subir al tranvía cuando este llegó, la voluntad se bloqueaba de una manera inexplicable para él mismo; resultó que tenía un defecto sutil en el funcionamiento del hígado.

¿Cómo se produjo este defecto? Rudolf Steiner aduce lo siguiente y con ello nos lleva a terrenos que según nuestras ideas ordinarias no relacionaríamos así sin más con el hígado: El padre del chaval era filósofo que dividía sus capacidades anímicas en la actividad de representar y juzgar por un lado y en simpatía y antipatía por el otro. Con ellos había nombrado los ámbitos del pensar (representar, juzgar) y del sentir (simpatía, antipatía); pero el ámbito de la voluntad faltaba en la enumeración de las facultades del alma.

Este hombre tenía un pensar tan consecuente que la negación de la voluntad, llevada a cabo en su consciencia, repercutía hasta en sus hábitos y en su constitución de forma más sutil, “él implantó al hígado, por su eterno no pensar la voluntad, la disposición de no llevar a la práctica las intenciones subjetivas. Esta disposición del padre se densificaba en el hijo produciendo un auténtico defecto en el hígado y el

15

Page 16: Los 4 Organos Holzapfel

consiguiente bloqueo de la voluntad. Lo que en el padre se manifestó en un estado previo, en el hijo llegó a ser un trastorno orgánico. No se trataba de la corriente hereditaria en el sentido usual. Pues con ella las cosas quedan en el mismo nivel, digamos. Si en una generación ha habido, por ejemplo, epilepsia, la tenemos igualmente en la generación siguiente o sino una enfermedad similar. El proceso de densificación en el caso mencionado es diferente pues baja, por decirlo así, desde el nivel anímico al nivel orgánico. Un estado previo que se experimente como una singularidad anímica se densifica y convierte en algo patológico.

Se trata de contextos sutiles que fácilmente escapan a la observación. Pero una vez captados con plena atención prestan un instrumento extraordinario para poder comprender mejor ciertos fenómenos patológicos. Tales estados anímicos previos se acercan más a la propia vivencia interior que aquellos estados a menudo tan enigmáticos que encontramos en personas impedidas. Se vive el estado patológico de este modo desde dentro, y esto es enormemente importante, pues; “difícilmente se puede ser algo para alguien, en el ámbito anímico, si no se es capaz de ponerse en su situación interior”.

El defecto sutil del hígado que da origen al bloqueo de la voluntad aquí descrito, no se puede captar con los métodos actuales de reconocimientos pues se desenvuelve en el ámbito etérico. En el hígado como órgano del elemento líquido predominan a todas luces los procesos etéricos como ya expusimos.

Ahora bien ¿cómo se puede intervenir terapéuticamente si un tal bloqueo en los flujos etéricos se manifiestan como freno volitivo en un niño que ha sido confiado a la pedagogía curativa? Existe una posibilidad de un tratamiento que sigue el camino descendiente del proceso patológico el cual actúa desde el estado anímico previo de una persona (en este caso del padre) hacia el proceso hepático de la otra persona (del hijo). El tratamiento emprende el mismo camino desde el contenido de la consciencia de una persona (del educador) hacia los procesos orgánicos de la otra persona (del niño).

Esta posibilidad misteriosa de tratamiento es aclarada por Rudolf Steiner en su curso de pedagogía curativa donde como ejemplo de la llamada “ley pedagógica” que no sólo es válida para la pedagogía sino también para la pedagogía curativa, para la relación padres-hijo, médico o enfermera-paciente y en general de forma abarcante para cualquier relación humana. Esta ley se basa en el orden jerárquico de los miembros constitutivos del ser humano: el miembro constitutivo superior siempre actúa sobre el próximo inferior. En nuestro caso queremos actuar sobre el cuerpo etérico y debemos pues partir del cuerpo astral. ¿Cómo el educador alcanza en su cuerpo astral un tal estado que puede actuar sobre el cuerpo etérico del niño? ¿Qué actitud anímica es necesaria para intervenir en los procesos vitales? La respuesta de Rudolf Steiner de nuevo es muy inusual: Si el educador “desarrolla cada vez más y más interés por el misterio del organismo humano, entonces alcanzará la actitud anímica necesaria, y este interés general antropológico tal como lo posibilita la Antroposofía se concentra después en el caso concreto y se convierte en una profunda comprensión de la situación individual dentro del marco general. En nuestro caso el educador transformaría su conocimiento de los procesos metabólicos y volitivos relacionados con el hígado de tal forma que se representa el impedimento que se crea por el bloqueo de estos procesos en el ámbito hepático.

Se traslada totalmente a la situación del niño que quiere algo pero cuya voluntad se ve frenada una y otra vez ante el acto. Vive esta situación con un profundo compadecimiento.

¿Que clase de compadecimiento es? Es una compasión sin emoción ni sentimentalismo, sin simpatía ni antipatía, sino una compasión originada por una visión

16

Page 17: Los 4 Organos Holzapfel

profunda y comprensiva, la compasión subjetiva es sentimental, se queda parada en el sentimiento, sin poder ayudar, sin ser útil, incluso contiene una especie de humillación y es rechazada por los impedidos y con razón. “No queremos vuestra compasión”, dicen entonces. La compasión objetiva, basada en la comprensión profunda antroposófica, sin embargo, produce una actitud anímica que el niño impedido percibe como un fortalecimiento.

Seguramente no es fácil, profundizar tanto en la comprensión antroposófica y vivirla tan intensamente que de ello resulte una influencia directa en el niño. Pero hay señales que sólo el intentarlo sinceramente y de todo corazón ya es un paso en el camino, aunque no se haya alcanzado la perfecta comprensión. En conferencias pedagógicas o de pedagogía curativa se ha podido hacer las experiencias siguientes: Todo el mundo se esfuerza en comprender la problemática de un determinado niño. No se consigue aclarar de forma convincente el comportamiento del niño ni se encuentra medios necesarios adecuados. Todo el mundo se va a casa, decepcionado y resignado pensando que todos los esfuerzos no han servido para nada. Al día siguiente les saluda este mismo niño brincando y como transformado. Algo ha ocurrido para que se abra a las influencias educativas de una forma nueva. Es una experiencia que se ha hecho en muchas ocasiones.

Un fenómeno de nuestro tiempo confirma en cierto modo este efecto que tiene la actitud comprensiva con la enfermedad o el impedimento de otro ser humano. Personas con enfermedades o impedimentos se juntan y forman “grupos de autoayuda”.

Han experimentado que la vivencia de las mismas enfermedades no sólo brinda la oportunidad de intercambiar experiencias, sino también puede actuar como un manantial de recursos. El hecho de que uno se siente comprendido es lo que ayuda. La experiencia íntima que en todos casos es producida por el destino compartido, puede generarse intencionada y libremente por el camino indicado en la ley pedagógica.

El metabolismo de los hidratos de carbono investigado anteriormente tiene una función anabólica en el hígado. La sustancia alimenticia absorbida desde el mundo exterior se elabora en el hígado después de su transformación en el interior y se deposita como glucógeno. La dirección va desde fuera hacia dentro. El hígado también actúa en sentido inverso desde dentro hacia fuera. Lo vemos en la producción de la bilis. La bilis que se genera por la destrucción de la sangre llega al intestino y actúa allí en la digestión de las grasas. El contraste entre las funciones anabólicas y catabólicas del hígado se ve a lo largo del día. El almacenamiento de glucógeno en el hígado y el aumento de la sustancia hepática alcanza su momento culminante en la noche; la actividad catabólica responsable ante todo de la producción de bilis, tiene su momento culminante en el día. Este ritmo de 24 horas está comprometido exactamente con determinadas horas del día (véase dibujo). Este cambio del estado hepático entre día y noche ya lo conocía el mito que hablaba de Prometeo: durante el día roía el águila el hígado de Prometeo encadenado en la roca, mientras que por la noche el hígado se recuperaba. El catabolismo nos da el fundamento para nuestra consciencia diurna y se produce preferentemente en el día. El anabolismo (regeneración) ocurre con exclusión de la consciencia y prefiere por lo tanto las horas del sueño. Si se cambia esta alternancia aparecen estados patológicos.

Si el metabolismo hepático en su fase anabólica se prolonga extremadamente en el día, aparecen estados depresivos y bloqueos de la voluntad que pueden mejorar por privación del sueño. Si la vesícula se vuelve activa durante la noche, se presentan los

17

Page 18: Los 4 Organos Holzapfel

cólicos biliares (que casi siempre se producen en la noche) cuyos dolores producen la vivencia de intensos procesos de consciencia.

_________________ Bilis-------------------------- Glucógeno

Ilustración 9. Periodicidad diaria del hígado

Quien se da un golpee fuerte contra la pared, tiene un cardenal. El color azul causado por el hematoma debajo de la piel, después de unos días se vuelve verde y al final amarillo. Se ha formado la bilirrubina. De la misma manera se produce la bilis, que actúa en los procesos orgánicos del ser humano, por la destrucción de la sangre que empieza en el bazo ( órgano muy blando) y continua en el hígado. La hemoglobina tiene una estructura que se corresponde con la de la clorofila de las plantas. Solo que la hemoglobina contiene hierro en lugar de magnesio que es lo que contiene la clorofila.

Cuando se marchita una planta y se cataboliza la clorofila, entonces el color verde se convierte en tonalidades amarillentas y rojizas. Si la hemoglobina se cataboliza y se convierte en bilirrubina, entonces es al revés: el color rojo se transforma en amarillo y verde.

La bilis que se produce en el hígado va al intestino y sirve para digerir las grasas. Una gran cantidad se recoge en el camino y se queda en la vesícula donde se vuelve diez veces mas espesa que antes. La clara bilis del hígado se convierte en este proceso en la oscura bilis de la vesícula. Este proceso de concentración de la bilis puede llegar a lo patológico y conducir en la formación de cálculos biliares. Estos cálculos están depositados a veces mucho tiempo, incluso hasta el final de la vida en la vesícula sin que den señales de vida. Se hacen notar sólo, cuando el organismo hace un esfuerzo espasmódico para liberarse de este producto patológico; se produce entonces el cólico biliar. Este intento del organismo de autocurarse, se interpreta como algo patológico porque está relacionado con muchos dolores, mientras que al proceso patológico mismo no se presta atención. Una relación similar entre espasmo y enfermedad la tenemos en la epilepsia. También en este caso apenas se presta atención a la enfermedad en si durante el periodo libre de ataques mientras que el ataque debería interpretarse como una especie de intento violento de curación. En ambos casos –en la epilepsia y en la formación de cálculos biliares- el proceso patológico se caracteriza por la alternancia entre congestión y descarga.

Si se interfiere en la salida de la bilis, lo que por ejemplo puede ocurrir en la hepatitis o una congestión de las vías biliares, entonces la bilis se congestiona en la sangre y la piel toma un color amarillento. Se ha producido una ictericia. En algunas enfermedades (malaria, ictericia hemolítica) la ictericia es causada por un aumento de la destrucción de glóbulos rojos. - Frases como estas: “me puso verde” o “verde de envidia” se basan en una realidad. Enfados vehementes pueden producir una ictericia.

18

Page 19: Los 4 Organos Holzapfel

La ictericia del recién nacido necesita ser considerada aparte. Puede ser inofensiva o significar una grave enfermedad. Si empieza el segundo día y no dura más que una semana y media, entonces se trata de la llamada ictericia fisiológica inofensiva que se produce por la destrucción repentina necesaria de los glóbulos rojos después del parto. Cuanto mayor es la altitud en que vive un ser humano tanto más grande es el número de sus glóbulos rojos. Poco antes de nacer el bebé tiene 8 millones de glóbulos en 1 mm2 . A esta cantidad llega el montañero que vive en una altitud extrema. Con el nacimiento el niño aterriza de repente desde “lo alto” y tiene que adaptar el número de sus glóbulos rojos a las circunstancias terrenales reduciéndolos a 5 millones. Este catabolismo forzado produce un aumento de bilirrubina que se manifiesta en el recién nacido en la ictericia fisiológica.

Pero si la ictericia ya empieza el 1º día o incluso nace el niño ya amarillo y continúa amarillo durante más de 2 semanas entonces se trata de una grave patología. La destrucción extremada de la hemoglobina en este caso tiene su origen en la incompatibilidad de la sangre materna con la sangre del niño procedente del padre (factor Rh) que sólo empieza a actuar apartir del segundo embarazo. Las diferentes lesiones que están relacionadas con ello pueden hoy día evitarse previniendo con una inyección de anticuerpos para la madre inmediatamente después del parto. En caso que penetre la bilis en el cerebro infantil, lesionando ciertas células (“ictericia nuclear”) que sirven para controlar el movimiento, entonces aparecen trastornos en el sistema motor que son totalmente diferentes que los que hemos descrito hasta ahora. Ya no se trata de un bloqueo del hígado sino que la bilis penetra en regiones donde no tiene nada que hacer y donde por lo tanto perjudica.

Se produce la llamada parálisis cerebral infantil causando movimientos espásticos y atetóticos; esta no da lugar a un bloqueo de la voluntad sino todo lo contrario: estos niños se caracterizan por energías desbordadas que les posibilitan en no pocos casos el ejercitar una profesión a pesar de sus trastornos de motricidad.

El conocido Earl Carlson no sólo pudo ejercer como espástico la profesión de médico sino que se convirtió en un pionero en el tratamiento de esta enfermedad justo porque tenía experiencias propias y una gran sensibilidad para ayudar a muchos que sufrían estos trastornos. En su autobiografía describe cómo el miedo y las emociones caotizan completamente el movimientos de los espásticos y cómo por el contrario la calma interior y el control de los sentimientos llevan al control de los movimientos.

De nuevo vemos reflejado en este papel importante que juega lo anímico para el movimiento, tal y como lo recalca Carlson, los fenómenos escalonados que ya hemos observado repetidas veces: en la realización de la decisión, en la formación de un defecto sutil en el funcionamientos del hígado, en la aplicación de la ley pedagógica.

Lo que empieza suave y tenuemente en el alma donde es invisible, se densifica pasando por el hígado en el músculo y aparece finalmente en el acto físico. Este proceso de densificación es un proceso que transcurre en el sentido de la evolución del universo y de la humanidad pues han descendido de estados preparatorios espirituales y anímicos hacia estados cada vez más densos.

19

Page 20: Los 4 Organos Holzapfel

El Pulmón da firmeza al pensamientoWalter Holtzapfel

Mientras que el hígado vive en el elemento líquido, el pulmón, según Rudolf Steiner está relacionado con el elemento tierra. Esta relación en principio sorprende, pues es evidente que el pulmón sirve a la respiración, es decir a un proceso que tiene que ver con el elemento aire. Lo que pasa es que el pulmón está en relación con el aire de la respiración como un recipiente. No es aire, sino acoge el aire. Mediante el pulmón el alma que vive en el aire se introduce en los procesos terrenales. Este proceso se describe en el Antiguo Testamento de la forma siguiente: (Moisés I, 2): “Entonces formó Yaveh Elohim al hombre del polvo del suelo e insuflando en sus narices aliento de vida, quedó constituido el hombre como alma viviente.” Este mismo proceso lo imitamos hoy día cuando el socorrista al prestar los primeros auxilios revivifica al accidentado por la respiración de boca a boca.

La capacidad pulmonar, la llamada capacidad vital, aumenta hasta la mitad de la vida para después ir diminuyendo. En ello se expresa la introducción del alma en la corporalidad durante la biografía donde en la primera mitad se une cada vez más profundamente a la corporalidad mientras que en la segunda mitad de la vida la va soltando poco a poco.

Esta creciente unión de lo anímico con lo corporal durante la infancia no es un proceso linear continuo sino se produce en ritmos. De la misma manera que el mar no sube con regularidad en la marea alta, sino envía una ola que refluye mientras otra ola más fuerte llega algo más lejos y así sucesivamente, se va uniendo lo anímico con la corporalidad, yendo y viniendo con la respiración.

Este proceso rítmico lo acompaña el maestro con medidas pedagógicas. Rudolf Steiner, en su libro “Conocimiento general de hombre” (1ª conferencia) dice al respecto: “El niño no sabe aun respirar bien y la educación debe consistir en enseñárselo”. Hay niños que son demasiado terrenales, porque son atraídos con demasiada fuerza por su organismo físico; otros a su vez no se unen lo suficiente con su corporalidad y tienden a la euforia. Ambos estados pueden regularse por medidas pedagógicas. Por ejemplo la escucha pasiva de música suelta, mientras el recordar de secuencias tonales vuelve a “encajonarnos”. Si en la clase de historia se narra con viveza y mucha ilustración de forma que el niño participa fuertemente en el sentimiento, entonces se acentúa su capacidad de entusiasmo. Si por el contrario se presenta la clase de historia desde el lado de las ideas trazando con grandes líneas el contexto, entonces el niño vuelve a encontrarse. De este u otro modo parecido el maestro puede volver a soltar una unión demasiado fuerte con la corporalidad o fortalecer una unión demasiado débil en los niños.

El pulmón es nuestro órgano más duro, más frío y más modelado, y manifiesta en estas cualidades su parentesco con el elemento tierra. Podemos convencernos de la dureza de este órgano tocándonos la laringe (“la nuez”). La rigidez de las vías respiratorias sostenidas por el cartílago, empieza y continua en la traquea que está rodeada de anillos cartilaginosos hasta en sus ramificaciones más sutiles. En los alvéolos pulmonares se consigue la rigidez a través de una red de fibras muy finas y una

20

Page 21: Los 4 Organos Holzapfel

sustancia grasienta que contiene fósforo y que cubre la superficie inferior con una fina película. Si el pulmón no es aun lo suficientemente maduro ni hay bastante sustancia estabilizadora, como puede ocurrir en partos prematuros o partos por cesárea, entonces se pliegan los alvéolos pulmonares y se obstruyen por unas membranas finas hialinas, lo que provoca trastornos respiratorios que empiezan 12 horas después del parto y duran 1 semana aproximadamente.

Los alvéolos pulmonares están cubiertos de una red de numerosos vasos sanguíneos muy finos. El aire frío que penetra del exterior, separado por una pared de un grosor de 0,004 mm, está aquí directamente enfrente del elemento más interior del ser humano, que es su sangre. El aire exterior está rodeado por un auténtico lago de sangre. Si en caso de una enfermedad pulmonar esta finísima membrana se rompe, entonces la sangre se precipita a las vías respiratorias y es escupida en grandes cantidades: Se presenta una hemorragia. En este suceso dramático y peligroso la frontera entre dentro y fuera deja de existir: lo que está dentro irrumpe hacia fuera. Este hecho no sólo tiene las consecuencias físicas ya descritas, sino se expresa también en un cambio de consciencia. El joven Goethe se transformó de tal forma por su hemorragia en la ciudad de Leipzig que pudo llegar a manifestarse desde aquel momento la esencia intima de su ser y su capacidad creativa. Se ve claramente en las obras que nacieron después de este suceso obras que revelan el Goethe verdadero.

El encuentro directo de dentro y fuera es característico para el pulmón. Con ello también está relacionada la baja temperatura (35,5º) de este órgano. Aquí el aire exterior toma directamente la sangre azul que circula detrás de la membrana del alvéolo pulmonar y la transforma inmediatamente en sangre roja: “Azul se vuelve rojo” es el lema del pulmón (ilustración 10). En todos los demás casos la influencia de mundo exterior actúa sobre el órgano correspondiente ya en forma transformada, mediatizada por el mismo organismo. El pulmón entra en contacto directo con el mundo exterior terrenal y ya con ello demuestra su relación con la tierra.

Aliento

Ilustración 10: Alvéolos pulmonares: Azul se vuelve rojo

21

Page 22: Los 4 Organos Holzapfel

Ilustración 11: Árbol y pulmón

Se habla con razón de “ramificaciones” en la estructura del pulmón, pues su estructura y su función se puede comparar muy bien con los fenómenos correspondientes de un árbol, lo que pasa es que en el árbol, todo es justo al revés. El pulmón es un árbol invertido, introducido al interior del tórax, su tronco hueco y sus raíces lo representan la traquea y la laringe y se dirigen hacia arriba. Los muchos millones de alvéolos pulmonares forman la corona con hojas de este árbol interior que se dirige hacia bajo. Pero mientras que el árbol en el mundo exterior está rodeado del aire, el pulmón está rellenado de aire. Mientras que la hoja del árbol acoge anhídrido carbónico y suelta oxígeno el pulmón acoge oxígeno y suelta anhídrido carbónico. Árbol y pulmón se complementan mutuamente. El pulmón no podría cumplir su función sin el oxígeno (O2) del árbol y el árbol no podría construir su forma física sin el anhídrido carbónico (CO2) que espiran los hombres( y los animales). (Véase ilustración 11).

El pulmón y el árbol no solo están en una relación invertida sino también tienen cualidades comparables. De la misma manera que el pulmón es el órgano más duro, también el árbol, por su formación de madera, desarrolla la máxima dureza dentro del reino vegetal. El árbol y el pulmón reaccionan del mismo modo a la contaminación del elemento que comparten, del aire. Un estudio en la universidad de Mänster dio como resultado que la curva de los bosques dañados en los diferentes Länder de la Alemania Federal va paralela con la frecuencia de tos en la población.

El pulmón se despliega e inicia su función propia después del nacimiento con la primera respiración cuando el niño sale de la envoltura acuosa del líquido amniótico de la madre y llega a la tierra. Si se retrasa el primer grito, entonces corre el peligro de una “asfixia” que puede dañar el cerebro por falta de oxigeno.

En estos casos se distingue entre una asfixia azul donde la actividad cardíaca se mantiene y una asfixia pálida con actividad cardíaca apenas perceptible. Para solucionar este estado peligroso lo más rápidamente posible se limpian las vías respiratorias con un aparato aspiratorio y se estimula la respiración dando golpecitos en la espalda, dando oxígeno, haciendo respiración artificial y tomando otras medidas médicas. Goethe nació azulado y ya empezó con ello a beneficiar a la humanidad pues su abuelo, el alcalde de Francfort, se vio motivado por este acontecimiento para mejorar la formación de comadronas en al ciudad.

22

Page 23: Los 4 Organos Holzapfel

Otra relación entre pulmón y tierra también la vemos en la llamada “Prueba flotatoria” que demuestra si el niño realmente ha pisado la tierra o si había muerto antes de nacer. Si el pulmón flota en un recipiente lleno de agua, entonces el niño había respirado y ha muerto después de nacer; si el pulmón se hunde, entonces no se había desplegado y el niño ha muerto antes del nacimiento.

La relación del pulmón con la tierra queda patente en aquellos animales que pasan, después de un estadio previo en el agua, al suelo sólido. Cuando el renacuajo se convierte en rana y sube a la orilla, no solo pasa de la respiración branquial a la respiración pulmonar, sino le crecen también las extremidades que necesita, para moverse sobre la tierra. Lo que el pulmón se forma hacia dentro en los miembros se produce hacia fuera: el contacto con la tierra. El principio de ramificación que ya habíamos observado en el pulmón, actúa en las extremidades a través de una membración cada vez más diferenciada hacia la periferia (dedos de manos y pies). El principio respiratorio que corresponde al agua y fluye en una sola dirección por las branquias es sustituido en tierra firme por el “rechazo” que actúa en al inspiración / expiración; del mismo modo se transforma el movimiento deslizante regular (propio de los peces) del renacuajo en la colocación más irregular y abrupta de los miembros de la rana en el suelo.

La relación entre pulmón y extremidades y por lo tanto con la tierra se puede observar en otros muchos síntomas, ciertas patología del pulmón (bronquiectasias) llegan a un engrosamiento de la última falange de los “dedos en palillos de tambor”. El cáncer en el pulmón puede producir parálisis en las extremidades (Miastemia paraneoplástica y polineuritis). El cansancio de los miembros por exceso de trabajo lesiona al pulmón. La calidad del suelo tiene importancia para la vida del pulmón. Los enfermos del pulmón se los enviaba en tiempo a la sierra, y no solo por el aire de las alturas sino también por la composición geológica del suelo. Se observaba que, por ejemplo, el granito era más favorable que el suelo calcáreo.

Un animal como la serpiente, que prácticamente no tiene extremidades, no tiene más que la mitad del pulmón. La parte izquierda es totalmente rudimentaria, mientras que la parte derecha se ha desarrollado poderosamente. En el hombre tenemos igualmente una asimetría del pulmón que por un lado se manifiesta en el hecho de que en el lado derecho tenemos 3 y en el lado izquierdo 2 lóbulos pulmonares; por el otro lado en el fenómeno de que en la primera ramificación de la traquea la rama derecha es más empinada y ancha que la izquierda. En la práctica lleva a los médicos a buscar pequeños objetos (botones, céntimos, etc) que han sido aspirado por el niño en las vías del pulmón derecho.

Mas luz se vierte sobre la relación del pulmón con la gravedad de la tierra desde otro punto de vista; la vejiga flotante con la cual el pez regula su relación con la gravedad (peso específico) al subir y bajar en el agua, se forma de la evaginación del intestino, de la que en el ser humano se forma también el pulmón. Existe un animal que ilustra este transito de la burbuja de aire en los peces a la función pulmonar; el así llamado pez pulmón. Si seca el lugar donde vive y con ello se para la respiración branquial, entonces utiliza su burbuja de aire como pulmón primitivo. Traga entonces el aire y lo escupe en una especie de respiración primitiva. En el caballo marino la vejiga flotante, (repleta de aire) sube hasta el cuello y con ello produce la propensión a la vertical que extraña tanto en el elemento agua y le da a este animalito delicado un cierto aire humano.

En cierto modo aun hoy se detecta en el pulmón la relación con la gravedad y con el elemento tierra por su forma que desde las puntas hasta la base se va ensanchado hacia bajo. La fuerza de la gravedad actúa también en el riego sanguíneo del pulmón. Si

23

Page 24: Los 4 Organos Holzapfel

el hombre está de pie, hay mayor riego sanguíneo en las partes inferiores del pulmón; si está acostado, la sangre fluye hacia las partes posteriores del pulmón.

El pulmón tiene por si mismo la tendencia de contraerse en una forma densa tal y como corresponde a su parentesco con el elemento sólido. Sólo presta espacio para el aire que le va a llenar gracias a la envoltura de baja presión de la pleura que actúa como fuerza opositora ensanchando el pulmón constantemente. Si por accidente la pleura está herida y permite entrar al aire exterior, el pulmón se contrae inmediatamente y pierde su función respiratoria. Este mismo estado se provoca intencionadamente en los casos de tuberculosis pulmonar cuando se quiere por motivos terapéuticos, tener en reposo, por un tiempo, el lóbulo del pulmón. Esta situación de presiones diferentes había imposibilitado las operaciones en el pulmón hasta que a principios del siglo 20 el médico Semerbruch inventó la cámara de baja presión pudiendo mantener la función respiratoria también después de abrir la pleura. De nuevo es característico para la naturaleza terráquea del pulmón que se haya podido intervenir en su función de forma decisiva por un evento puramente mecánico. El pulmón siempre corre el riesgo de que su tendencia a endurecerse se extienda al espacio libre para el aire y con ello peligre la función respiratoria. Puede iniciarse enseguida después del nacimiento por la formación ya descrita de membranas hialinas, que pueden obstruir los alvéolos pulmonares. La tendencia hacia el endurecimiento persiste toda la vida y se manifiesta en la producción de flema en las vías respiratorias. Esta mucosidad, llena de partículas de suciedad, una y otra vez es eliminada y expulsada por la actividad de los bronquios. En los casos de bronquitis crónica (que han aumentado y llegan a ser frecuente motivo de fallecimientos) se densifica y aumenta la formación de flema de modo que las vías respiratorias se estrechan más y más. Factores externos también juegan un papel en este proceso. En fumadores aparece la bronquitis crónica 3 veces más que en no fumadores. En regiones de gran contaminación (capitales, centros industriales) aumentan los números de enfermos de bronquios.

La tendencia del pulmón de volverse tierra la vemos aun más claramente, cuando la bronquitis está relacionada con la inspiración de determinadas sustancias terrenales como ocurre por ejemplo con la silicosis de mineros, con trabajadores en talleres de fundición etc. Enfermedades respectivas también se encuentran en trabajadores con asbesto, en canteras etc. en todos los adultos el pulmón está teñido de color oscuro por el polvo y la suciedad inhalados normalmente mientras en el recién nacido el pulmón tiene un color rosado.

Incluso sin sustancias inhaladas el pulmón muestra esta tendencia al endurecimiento como podemos ver por ejemplo en focos de inflamación (tuberculosis) que después de su curación suelen calcificar. El pulmón es, no cabe duda, una pequeña tierra, que llevamos dentro del tórax, y para decir la verdad; ni siquiera es tan pequeña esta tierra pues el número total de los alvéolos pulmonares suma una superficie interior de 80 a 150 m2.

De la misma manera que la sed, el deseo por el elemento líquido, surge del hígado que regula este elemento, el hambre tiene su origen en el pulmón con lo cual se revela de nuevo su relación con el elemento sólido. El hambre es la expresión del deseo que el hombre se quiere unir con la tierra. Por lo tanto las curas de ayuno pueden llevar fácilmente a una actitud de rehuir la realidad terrenal. En enfermos del pulmón se experimenta a veces unas ganas extremas de comer sin que la gran necesidad de alimento repercuta en un aumento de peso. Se pueda tener la impresión que en estos casos la búsqueda para ingerir sustancias representa una “compensación” instintiva por la pérdida de sustancia que está relacionada con la enfermedad del pulmón.

24

Page 25: Los 4 Organos Holzapfel

Pero no solo actúa la tendencia al endurecimiento del pulmón en lo físico como hambre mezclándose con todos los fenómenos de la vida del hombre, sino también actúa anímicamente en la manera de formar pensamientos. El motivo del pulmón podría formularse así: “El pulmón da firmeza al pensamiento” Este aspecto anímico de la actividad pulmonar actúa de forma patológica en ideas fijas y obsesiones.

Hay un cuadro clínico que expresa de manera característica, pero con tendencia opuesta, los dos lados de la tendencia al endurecimiento; por un lado una sensación de hambre gravemente trasformada y en ideas fijas por el otro lado. Se trata de la Anorexia nerviosa.

La anorexia, que también se llama adicción a la extrema delgadez en la pubertad, lleva este segundo nombre con razón porque mayormente aparece en la pubertad. Rudolf Steiner llama esta época de la vida, al contrario que muchos que hablan de la madurez sexual, la “madurez terrenal”. Pues no sólo el ser humano se despierta a esta edad para la influencia del otro sexo, sino para las circunstancias de la tierra en general. Y estas circunstancias de la tierra no son ni mucho menos las que el joven ser humano considera como adecuadas. Surgen oposición, protesta, rechazo. En la anorexia el rechazo va tan lejos que se rehusa la unión con las sustancias de la tierra y se niega a ingerir alimentos. Con ellos se inicia un camino, que en resumida cuentas va en dirección hacia la muerte y que desgraciadamente en casos no aislados (un 9% a 15%) termina allí. Es un problema terrenal con el que tenemos que ver en este contexto. Pues la tierra es un cuerpo dentro del universo donde habita la muerte.

Los anoréxicos, casi siempre son chicas (un 95%), se defienden con toda sus fuerzas contra el desarrollo para llegar a ser adultos. Hasta la pubertad eran niños especialmente ambiciosos y dóciles, que parecen no haber participado en las crisis del primer septenio (la fase del pataleo alrededor de los 3 años) y del segundo septenio (alrededor de los 9 años cuando empieza la crítica de todo lo que les rodea). Ahora, en la pubertad, parece que todas estas crisis que no se han vivido en su momento adecuado, irrumpen con doblada violencia lo que se expresa en rechazo y resistencia insistente contra toda las invitaciones a comer.

La enfermedad empieza con falta de apetito, antipatía contra ciertos alimentos hasta el punto que cualquier ingestión de alimentos es rechazada. Establecen y siguen metódicamente todo un sistema fijo para no comer. Ayunos radicales impiden que se desarrollen las formas femeninas. La menstruación que ya había empezado, se retira. El resultado es una pérdida extrema de peso (75% por debajo del peso adecuado) hasta que la figura parece consistir solo en piel y huesos. La piel además muestra la tendencia al endurecimientos en su aspereza y en callos.

Al tratar la anorexia de la pubertad se recurre a medicamentos como hierro, metal que juega un papel importante por su cualidad de posibilitar la encarnación; además también tiene relación con los procesos respiratorios del pulmón.

Es una idea poco habitual el ver al pulmón en relación con pensamientos como el que hemos expresado en el lema del pulmón: “El pulmón da firmeza al pensamiento” Normalmente se relaciona la formación de pensamientos con el cerebro. Pero existen indicaciones para el parentesco entre pulmón y cerebro y formación de pensamientos. Ya Aristóteles veía en el cerebro un “aparato que enfría la sangre”. Esta función la atribuimos hoy al pulmón pues es nuestro órgano más frío y enfría sensiblemente la sangre que allí circula. Si miramos el espacio que ocupa el pulmón podemos ver que es el órgano más cercano al cerebro entre los 4 órganos que tratamos aquí en este libro. Si además nos damos cuenta del significado que tiene el aliento y la laringe que surge del pulmón para la formación de la palabra, entonces vemos también la relación del pulmón con el pensamiento que se manifiesta en la palabra.

25

Page 26: Los 4 Organos Holzapfel

En la tuberculosis se destruye el tejido del pulmón. El órgano terrenal se descompone. Este proceso se puede expresar en una vida anímica ilusoria sin relación con la realidad terrenal que se desarrolla en deseos y fantasías en un estado de ánimo elevado (euforia) que no tiene relación alguna con la gravedad del cuadro clínico. Thomas Mann ha dado en su libro “La montaña mágica” una descripción insuperable del ambiente anímico de un sanatorio de enfermos de pulmón. El elemento fijador que surge del pulmón y actúa anímicamente en la claridad y nitidez de los pensamientos, está debilitado en aquellos pacientes. Una actividad mental intensa, por lo tanto, da firmeza al pensamiento y fortalece retroactivamente el elemento orgánico fijador del pulmón. El libro “La filosofía de la libertad” de Rudolf Steiner puede de esta manera actuar saludablemente interviniendo en el proceso de disolución en los tuberculosos.

La tuberculosis en ocasiones se ha llamado “la enfermedad de los poetas” y de hecho muchos poetas, tales como Novalis, Christian Morgensten, Kafka, Klabund, por solo nombrar algunos, se han enfrentado a ella. Este contexto podría mal interpretarse en el sentido de que los poetas han perdido la relación con la realidad terrenal siguiendo sus propias fantasías.

Pero si se trata de auténticos poetas, entonces, la enfermedad, que libera de las cadenas terrenales, actúa de forma que la firmeza interior no se pierde porque se ha conseguido desde el otro lado por la unión con las realidades espirituales. Así mismo el Pegaso, caballo mítico de los poetas, aunque ya no toca la tierra con sus pezuñas, tiene alas que le sostiene y le hace levantarse al aire con seguridad.

En Europa ha disminuido constantemente la tuberculosis pulmonar desde finales del siglo XIX, mientras en la India sigue todavía como epidemia de la misma manera como antes en Europa. Este retroceso ocurrió mucho antes de aplicar los nuevos medicamentos. En cambio ha aumentado en el mismo periodo de tiempo otra enfermedad pulmonar aun más peligrosa; el cáncer de pulmón. Dos patologías tan opuestas del mismo órgano se han seguido sustituyendo la una a la otra.

Lo que ya hemos podido observar en los niños de edad escolar como desviaciones opuestas posibles en el ámbito anímico; lo eufórico que les hace perder el suelo de la realidad por un lado; la “terrenalización” demasiado grande por el otro lado, esto mismo se repite ahora en las dos grandes patologías opuestas en lo orgánico; en la tuberculosis pulmonar que destruye el órgano de la tierra y lleva al paciente a una vida anímica ilusoria, y el cáncer de pulmón que densifica el órgano y acentúa el lado terrenal del ser humano. Esta correspondencia nos ayuda a estar atentos a que el tratamiento del estadio previo anímico en el niño escolar con medidas pedagógicas adecuadas (tal como describimos anteriormente) puede contrarrestar las fuerzas que producen más adelante la enfermedad orgánica en el adulto.

Al principio del siglo pasado sólo se conocían casos aislados de cáncer de pulmón. Hoy el cáncer de pulmón es el cáncer más extendido entre los hombres, y entre las mujeres aumenta cada vez más la curva ascendente de los casos de cáncer de pulmón y va bastante paralela a la del consumo de cigarrillos. Los cigarrillos son más peligrosos que otro tipo de tabaco porque la combustión del papel del cigarrillo produce sustancias del tipo del alquitrán; y ya se sabe desde hace mucho que el alquitrán produce cáncer.

Lo traidor del consumo de cigarrillo es que el efecto cancerígeno sólo se manifiesta decenios más tarde. Una frase muy grosera y no del todo exacta dice: “20 años 20 cigarrillos al día fabrican al final el cáncer del pulmón”. Por supuesto hay personas que fuman fuertemente y no tienen cáncer de pulmón y por el otro lado existen no-fumadores que enferman de cáncer de pulmón. Hay más factores que interviene

26

Page 27: Los 4 Organos Holzapfel

¿Qué es el cáncer? En el mundo entero investigan institutos que disponen de millones de dólares para dar respuesta a esta pregunta, pero hasta ahora no han encontrado una respuesta satisfactoria. Rudolf Steiner ha caracterizado el cáncer como “un órgano sensorial en el sitio equivocado”. En el órgano sensorio el organismo se retira con sus propias leyes y hace sitio para las leyes del mundo exterior que en este lugar imponen su sello. Tenemos el ejemplo del ojo que está sin riego sanguíneo en las partes que reflejan la luz, mientras que por lo general las leyes sintetizadoras del organismo entero penetran en cada una de sus partes a través del sistema circulatorio omnipresente e integrante. Gracias a la ausencia de riego sanguíneo la luz puede penetrar sin impedimento y reproducir el mundo exterior en la retina de modo que nace la sensación sensorial.

Podemos comparar esta sensación incipiente con lo que pasa cuando se fuma. El fumador busca y siente nuevas sensaciones en las vías respiratorias, en un sitio por lo tanto donde normalmente no siente nada. Esta percepción interior es más intensiva en la llamada aspiración pulmonar que a su vez actúa lo más intensamente en el desarrollo del cáncer de pulmón.

La nueva sensación sin embargo no se encuentra con un órgano sensorial como la percepción regular de los sentidos. Pues el “órgano sensorial en el lugar correcto”, es decir un órgano sensorial propiamente dicho esta totalmente “vacío” permeable para las influencias del mundo exterior. El “órgano sensorial en el lugar equivocado” sin embargo tal como se desarrolla en las vías respiratorias del fumador, nace en una zona viva de actividad orgánica compenetrada de una actividad extraña bajo la influencia del humo de tabaco que penetra en ella. Esta actividad extraña convierte poco a poco el crecimiento hasta entonces sano en un crecimiento irregular desbordante que no respeta la estructura del pulmón y produce las llamadas metástasis que penetran en otras zonas del organismo. El cáncer como “catástrofe de la forma” destruye al final la forma propia del organismo.

¿Por qué hablamos del fumador y del cáncer de pulmón en un texto que quiere considerar ante todo la situación de la infancia? Afortunadamente el cáncer de pulmón aun es un fenómenos muy raro en un niño aunque ciertas condiciones previas del cáncer de pulmón que tienen que ver con el fumar puede tener su origen en la infancia.

A menudo se empieza a fumar en la pubertad. La vivencia de la “madurez terrenal”, que caracteriza esta edad, se intensifica al dirigir la consciencia al órgano terrenal. También el deseo de ser adulto cuanto antes y adoptar los hábitos del entorno, suele ser el motivo para los primeros ensayos.

Mucho antes, por desgracia, recibe la influencia negativa el desarrollo del niño del hábito de fumar de la madre. Si la madre ha fumado durante el embarazo los niños nacen más pequeños y están expuestos a malformaciones. Pero la influencia mutua aun va más lejos. La función social del aire que une una persona con la otra por la respiración tiene consecuencias nefastas para el llamado “fumador pasivo”. Aunque la madre sea no – fumadora, el padre fumador ejerce una influencia negativa sobre el desarrollo del feto a través de la inspiración del humo por parte de la madre. “Se podría constatar que la mortandad prenatal (fallecimiento del niño alrededor del momento del parto) era (según las estadísticas) notablemente más alta en niños cuyos padres fumaban más de 10 cigarros al día”. No se constataba un motivo específico de fallecimiento. Así mismo se encontraban en los niños de padres fumadores fuertes un aumento en malformaciones con predominancia del labio leporino y estomatosquisis. Aun hasta hoy se desconoce la causa de estas lesiones.

Más adelante sigue la influencia desfavorable sobre los niños que están expuestos a fumar pasivamente. “Los niños de padres fumadores presentan

27

Page 28: Los 4 Organos Holzapfel

sensiblemente más a menudo patologías de las vías respiratorias que los niños de padres no-fumadores”

El hecho de que el pulmón reaccione al hábito de fumar con el proceso endurecedor y densificador del cáncer tiene que ver con la tendencia propia del órgano a la solidificación. Esta influencia del pulmón sobre el proceso orgánico se puede manifestar aún de manera muy diferente.

En la edad media se solía decir: “Si el beso que se da al recién nacido sabe a sal, la muerte se llevará pronto a este niño.” Más tarde la gente se burlaba de estas consideraciones teniéndolas por superstición. Pero hoy día gracias a las actuales métodos de reconocimiento se ha confirmado lo que muchos siglos antes se constataba de aquella manera tan sencilla. Hoy se llama la grave enfermedad que se expresa de esta forma, “mucoviscidosis”.

La sal de cocina (CINa) que se cristaliza en cubos, es el representante característico del proceso terrenal. Si esta sal se expulsa por la piel en concentración elevada, da la señal de que todo el niño está penetrado por un proceso de solidificación y formación terrestre más de lo normal. Al pulmón le hemos reconocido ya como punto de partida de este proceso de solidificación en el organismo, como el órgano de tierra que es. En la producción fisiológica de flema veíamos un incipiente proceso de solidificación compensada, en casos normales, por la corriente del cilio vibrátil de los bronquios. En casos de mucoviscidosis existe una secreción de una mucosidad extremadamente densa que en parte se solidifica y obstruye las vías respiratorias. La producción anormal de flema pasa las fronteras del pulmón y se extiende hasta el páncreas, el hígado y las glándulas digestivas del intestino. El contenido elevado en sal se encuentra además de en las glándulas sudoríferas, también en las glándulas lagrimales y parótidas.

La función pulmonar gravemente trasformada en estos niños no sólo conduce a las bronquiectasias de las ramificaciones obstruidas de la tráquea, sino también a deformaciones (dedos en palillos de tambor) de las puntas de los dedos en manos y pies. Ya habíamos visto en párrafos anteriores como se puede entender esta relación entre pulmón y extremidades. Se producen pulmonías purulentas y trastornos respiratorios parecidos al asma.

Mientras que el niño mama aún suele prosperar porque el fermento que falta para digerir la grasa proviene de la leche materna. Después del destete sin embargo se producen grandes heces brillantes de grasa con abundantes restos de comida. La tripa se hincha por la formación de gases y una masa de alimentos no digeridos. El contenido intestinal primitivo prenatal, el llamado meconio, puede presentarse tan petrificado que la obstrucción solo se puede eliminar a través de la operación del recién nacido.

Aunque nuevos métodos de tratar estos niños, gravemente enfermos, hayan aumentado sus expectativas de vida, pocos llegan más allá de los 30 años. Medicamentos que diluyen la flema y la ingestión de fermentos digestivos que faltan en el organismo producen alivio. Así mismo el procedimiento puramente mecánico de golpear varias veces al día el tórax puede dar más fluidez a la flema. En los últimos años se ha dado una nueva posibilidad a través del “drenaje autogénico” donde una técnica especial ayuda a sacar la flema de los bronquios.

En unas de sus conferencias a los obreros, Rudolf Steiner recomienda los jugos de las hojas de ciertos tipos de coles como remedio si la secreción de flema en el pulmón aumenta demasiado y se extiende a otras partes del cuerpo. Hemos mencionado en páginas anteriores el parentesco complementario entre la hoja de la planta y el pulmón (función respiratoria). En el repollo se concentran las hojas para formar una

28

Page 29: Los 4 Organos Holzapfel

especie de cabeza. Este fenómeno de densificación es respondido en la región pulmonar por una densificación de la flema hasta el punto de solidificarse. Serián apropiadas para el tratamiento todo tipo de coles que crecen en la cercanía del mar en un ambiente rico en sal y que desarrollan por su contenido de sulfur una fuerte resistencia contra los procesos salinos, como por ejemplo la brassica marítima y la brássica oleracea.

La tendencia hacia el endurecimientos del órgano de tierra (el pulmón) que se manifiesta en la estructura de este órgano, lleva a distintas manifestaciones patológicas que tienen una cierta culminación en la mucoviscidosis. La misma tendencia a nivel anímico conduce a la expresión: “El pulmón da firmeza a los pensamientos”. Esta tendencia anímica que da a los pensamientos su nitidez y definición puede exagerarse y ser la causa de la manifestación de ideas fijas.

En las ideas fijas los pensamientos se independizan y presionan al ser humano con pensamientos que para nada surgen de la propia vida anímica interior y que la persona misma a menudo percibe como absurdos.

A la tendencia de fijación anímica del pulmón le llega algo desde el exterior, como sucede físicamente, cuando sustancias terrestres respiradas (asbesto etc.) promueven la “terrenalización” del pulmón.

La incipiente fijación en la vida de los pensamientos se manifiesta ya en la tendencia de repetir los pensamientos. En bastantes ocasiones lo encontramos en personas mayores que se placen en contar una y otra vez la misma historia. A menudo se observa en estos casos una cierta esclerotización y rigidez también en su apariencia física y su comportamientos.

Las ideas fijas propiamente dichas se expresan en un lenguaje de giros que siempre son iguales. Al final se producen hasta actos compulsivos. El día entero transcurre en vías rígidas. Por la mañana empieza con la ceremonia de vestirse y por la noche con la ceremonia de quitarse los vestidos.

Detrás de toda la rigidez e inmovilidad del comportamiento compulsivo está escondido un miedo latente que precisamente no llega a la consciencia de la persona porque está tapado por el seguimiento de todas las “prescripciones” obligatorias. Si se logra quitarse un acto compulsivo de en medio sin curar la tendencia que está detrás, pueden surgir auténticos estados de angustia. A veces se observan estos estados en jóvenes autistas.

Para el tratamiento de ideas fijas Rudolf Steiner recomienda en su curso de pedagogía curativa “el susurro” al oído del niño que por ejemplo repite una y otra vez: “El reloj es bonito” y donde el educador dice con voz cada vez más baja: “Olvida el reloj – olvida el reloj – olvida el reloj – para de este modo llevar la idea fija al reino del olvido. Como dieta se recomiendo “frutos aromáticos”. La disolución del proceso de densificación que se nos presenta en las ideas fijas es estimulado por el aroma con el cual la fruta se difumina en su alrededor. También se puede prescribir un medicamento con azufre para iniciar el proceso sanador de la disolución.

29

Page 30: Los 4 Organos Holzapfel

El riñón da el ímpetu temperamentalWalter Holtzapfel

En la onceava conferencia del Curso de Pedagogía Curativa habla Rudolf Steiner del caso de una niña de 10 años, que padece de vegetaciones en la zona rino-faringea. En este caso está impedida la ventilación y la astralización del organismo. La consciencia se ofusca, el comportamiento carece de empuje, la memoria falla.

Para el tratamiento de esos casos lo más normal es, apartar el obstáculo extirpando las vegetaciones por operación (tonsilectomía). Pero se ha visto que este procedimiento tiene desventajas de modo que las operaciones anteriormente frecuentes hoy día sólo se practican en caso de necesidad urgente. La misma operación no es sin riesgo por el peligro de las hemorragias posteriores. Ante todo pueden aparecer enfermedades posteriores, porque las amígdalas tienen gran importancia para la defensa contra infecciones. Personas que han padecido una extirpación de amígdalas tienden tres veces más a la linfogranulomatosis; también son mas fácilmente víctimas de la poliomielitis.

Si se espera, las vegetaciones a menudo desaparecen en la pubertad. Al liberarse el cuerpo astral en esta época de la vida, el organismo se ventila mejor. El tratamiento médico puede colaborar con esta tendencia autocurativa estimulando la actividad astral.

Rudolf Steiner indicó como tratamiento del caso mencionado Berberis (jugo al 10%): La acción astringente del Berberis (espino agrio) ya se manifiesta en su forma de crecimiento (espinas) y su sabor (agrio). Las espinas son hojas concentradas y el efecto astringente del sabor se siente directamente al masticar los frutos.

Podemos imaginarnos que estas tendencias astringentes contrarrestan la tendencia al crecimiento caótico (de las vegetaciones) y facilitan una mayor ventilación. Se intensifica este efecto con estancias en zonas marítimas de aire salado.

Puede sorprender que el jugo del Berberis no se aplique en la zona de la faringe o del cuello, sino en forma de compresa en la zona de la vejiga. ¿Cómo es posible que la tendencia astringente del Berberis irradie desde la zona de la vejiga hacia la vegetación faringo-nasal? ¿Cómo hemos de imaginarnos la relación entre dos regiones tan separadas en el espacio y en su cualidad? He aquí un ejemplo para un nuevo pensar en la medicina. Este nuevo pensar no sólo lleva a la aplicación de medicamentos novedosos, sino ante todo se manifiesta en la atención que se presta a contextos espaciales y temporales que se expresan en los síntomas de la enfermedad. El

30

Page 31: Los 4 Organos Holzapfel

pensar habitual de la ciencia trata de captar cada vez con más precisión puntos cada vez menores (órganos, células, virus, etc.) para llegar así al conocimiento de la enfermedad. Esto es necesario, pero más necesario es volver a poner los puntos así captados en los contextos abarcantes. Entonces resulta que las secuelas del proceso enfermizo actual a veces se manifiestan sólo decenios más tarde y que las correspondencias en el espacio pueden saltar grandes distancias dentro del organismo. Tiempo y espacio empiezan a expansionarse.

¿Cómo se relaciona la zona otorrino-laringológica (oído – nariz - garganta) con la región urogenital (riñón – vejiga). Encontramos un primer indicio en la embriología. En su estado embrionario el riñón no nace en la zona renal, sino como pre - riñón en la zona de la garganta, allí donde empiezan las vías respiratorias. Desde el principio tiene una relación con el organismo aéreo. Esta relación se hace más evidente mirando otros fenómenos.

El riñón camina después hacia la zona del sacro como “riñón primitivo” para después subir e instalarse finalmente como post – riñón en la región lumbar. ¿Por qué el riñón emprende este camino tan complicado y contradictorio? ¿Porque no se coloca desde el principio en su lugar definitivo? Este sube y baja, ida y venida, para allá y para acá, es característico para el riñón y se nos presentará una y otra vez, por ejemplo también en el curso y la función de los túbulos renales.

El hecho de que el riñón en el fondo no está actualmente en el lugar anatómico que le corresponde, sino que ha “inmigrado”, lo vemos confirmado en la circunstancia de que no está envuelto, como los demás órganos abdominales, en el peritoneo sino que está situado fuera del peritoneo (extraperitoneal). De la misma manera el riñón esta en contradicción con los órganos abdominales típicos por su asimetría, apareciendo en pareja de forma simétrica.

El lugar definitivo del riñón, la llamada zona renal, mantiene, sin embargo, un cierto parentesco con su lugar de origen. Así como el cuello facilita la movilidad de la cabeza frente al resto del cuerpo, así se mueve el tronco en la parte lumbar teniendo como base el anillo de la pelvis. La columna cervical y la columna lumbar son los dos polos móviles que compensan la rigidez relativa de la columna dorsal que está en medio. Tenemos una especie de segundo cuello en la zona lumbar, y la movilidad de esta región a su vez tiene que ver de forma especial con el carácter del riñón. El riñón conserva algo de su naturaleza móvil en este lugar suyo definitivo porque sólo esta fijado ligeramente en la cavidad renal. De esta forma puede seguir los movimientos del diafragma y manifestar su relación con el organismo aéreo. Su movilidad puede no obstante aumentar de forma anormal y llegar a producir el llamado “riñón migratorio”.

31

Page 32: Los 4 Organos Holzapfel

a) Faringe c) Oído mediob) Trompa de Eustaquio d) Pabellón auricular

Ilustración 12. Esquema de las vías respiratorias superiores

a) Vejiga c) Pelvis renalb) Uréter d) Riñón

Ilustración 13. Esquema de la región del riñón y la vejiga

El parentesco de la zona riñón – vejiga con el espacio de oídos – garganta se puede descubrir hasta en la composición anatómica de ambas regiones (véase la ilustración al lado) Punto por punto las estructuras se corresponden. El oído está comunicado con la garganta por la llamada trompa de Eustaquio que regula la entrada del aire al oído medio (ilustración 12) En la región inferior tenemos la unión entre riñón, cavidad renal y vejiga por el uréter (ilustración 13) De la misma manera como el riñón está fuera del peritoneo propiamente dicho, el oído va más allá de los limites del cráneo. La forma externa de oído y riñón muestra un gran parecido. Todo ello puede parecer como un juguetear con analogías, pero gana en seriedad si reflexionamos sobre el hecho, no demasiado tiempo conocido, de que se debe controlar los riñones de un recién nacido, si tiene sólo un oído o un oído malformado, pues a menudo el riñón correspondiente también falta o tiene una malformación. El parecido exterior no es por lo tanto una casualidad, sino expresa un parentesco esencial.

Si en un niño aparece una fiebre de origen poco claro, entonces hay que pensar enseguida en mirar el oído y analizar la orina. Pues puede tratarse de una otitis del oído medio o de una inflamación urinaria. Otra vez son justo estos dos puntos los que se manifiestan de forma parecida a pesar de su distanciamiento en el espacio. En personas

32

Page 33: Los 4 Organos Holzapfel

mayores vemos este contexto en que conjuntamente con el zumbido de oídos aparecen también procesos patológicos en la zona de la vejiga (por ejemplo papilomas). La íntima relación entre garganta - nariz y la región de la vejiga - riñón se revela también en el hecho de que en el 80% de los casos de una glomérulo nefritis ha habido primero una inflamación de las amígdalas, de las vías respiratorias o del oído medio.

Conociendo todas estas interrelaciones entre la región urinaria y las vías respiratorias superiores, entonces ya no sorprenden tanto las palabras de Rudolf Steiner que dice que el riñón regula el elemento aéreo del organismo. Primero, como es natural, el riñón se relaciona con el elemento acuoso. Pero ¿cómo se comporta el riñón con este elemento? Lo elimina, es decir, tiene una relación negativa con lo líquido. No fomenta ni impulsa lo líquido sino al contrario lo seca. Esta función de secar es una función del aire. Lo sabe cualquier ama de casa que tiende la ropa para que se seque. Goethe ya decía: “El aire seca al acoger en sí el agua”. La actividad secante del aire se puede estudiar muy bien en un país tan húmedo como Holanda: En todas partes a la orilla de los canales de agua están los molinos de viento (hoy sustituidos a menudo por bombas eléctricas) para desaguar el país.

De la misma manera como la sed tiene que ver con el hígado, el hambre con el pulmón, así depende la asfixia (disnea) del riñón. En algunas formas graves de las enfermedades renales (por ejemplo la uremia) donde se presenta la disnea, esto queda patente.

El riñón mismo adopta una especie de carácter aéreo por su función secretora y por la relación de sus demás actividades y procesos que se desarrollan en el elemento líquido: las sustancias disueltas en el líquido cuya composición está regulada por el riñón, siguen las leyes del aire (Osmosis). La parte principal del aire es el nitrógeno y justo son las sustancias nitrogenadas (como la urea y el ácido úrico) las que son eliminadas por el riñón.

La estructura interna del riñón seccionado (véase ilustración 3) nos hace ver 2 partes constitutivas esencialmente diferentes. La médula que tiene forma estrellada contrasta por la corteza que tiene una anchura de 1 cm aproximadamente y presenta formas redondeadas. Aun se pueden ver muchos puntitos rojos a simple vista. Pero para estudiar la fina estructuración del riñón necesitamos el microscopio.

Los puntitos rojos son los glomérulos renales de los cuales cada riñón posee un millón más o menos. Son cápsulas pequeñas en forma de copa (véase ilustración 4) donde cuelgan finos lazos de vasos sanguíneos para secretar la llamada urea primaria vertiéndola en esta cavidad. De ahí continúa en los túbulos renales que al principio, tal y como corresponde a la corteza, envuelven en formas redondeadas a los glomérulos para después correr en línea recta tal y como corresponde con el carácter de la zona de la médula hacia la salida (los glomérulos renales). Poco antes, sin embargo, dan la vuelta en forma de curva cerrada y regresan en línea recta a la corteza. Allí envuelven de nuevo a los glomérulos para dirigirse después, atravesando en carrera recta la médula, a la pelvis renal vaciándose en ella. Este curso complicado representa en su ir y venir, arriba y abajo, en su cambio entre redondo y recto, un gesto astral. Nos encontraremos una y otra vez con este gesto en muchas variaciones al estudiar el riñón, y ya lo habíamos observado al principio cuando seguíamos el origen y nacimiento de este órgano.

33

Page 34: Los 4 Organos Holzapfel

MédulaCorteza

Ilustración 14. Corte transversal del riñón (Esquemático)

Glomérulos

Tubos urinífero Contorneados

Tubos uriníferos rectos

Corteza

Médula

Ilustración 15. Esquema de una nefrona

Diariamente pasa por los riñones la inmensa cantidad de 1000 a 1500 litros de sangre. La sangre roja (arterial) que fluye hacia los 2.000.000 glomérulos secreta alrededor de 170 litros de orina pero no absorbe sustancias y por lo tanto no se vuelve “azul” -tal y como ocurre normalmente en el proceso de riego sanguíneo de los órganos- sino conserva su color rojo y su carácter arterial al abandonar los glomérulos, “Roja queda roja” es el motivo del riñón. La sangre que llega a los glomérulos y la sangre que sale de ellos tiene el mismo color.

La alternancia entre tendencias opuestas tan características para los riñones -recordemos su origen en la fase embrional y su estructura interna- se repite si observamos los fluidos y funciones de este órgano. La gran cantidad de orina secretada en los glomérulos renales se reabsorbe casi íntegramente en los túbulos rectos de modo

34

Page 35: Los 4 Organos Holzapfel

que al final sólo queda 1 o 1,5 litro para la eliminación definitiva. Pero no sólo existe esta polaridad en la cantidad sino también en la composición de la orina: Al principio la orina aparece extremadamente diluida mientras que al final contiene todas las sustancias necesarias, en forma cada vez más concentrada.

Este subir y bajar, que observamos una y otra vez en los procesos renales representa, como ya hemos dicho, un gesto astral. El elemento aire, en el cual actúa la astralidad y produce sus efectos típicos, está compenetrado por estos movimientos. Los encontramos en el ascenso y descenso del aire atmosférico y en el subir y bajar de la respiración en las vías respiratorias del hombre. Estos procesos están trasladados, como hemos podido ver, al elemento líquido de los riñones. En muchas ocasiones, al estudiar los riñones nos hemos encontrado con estas transposiciones de leyes aéreas al campo de los líquidos.

En la fuerte cápsula que envuelve al riñón en su totalidad, e igualmente en la forma capsular de los glomérulos tenemos otra expresión de las leyes astrales. El cuerpo astral tiene la tendencia de crear una zona aislada y de formar una cavidad cerrada. La imagen arquetípica de este proceso se presenta en la gastrulación, base del desarrollo animal, es decir de aquel reino de la naturaleza en el que aparece por primera vez el cuerpo astral. El espacio interior que nace a través de este proceso es una condición previa para el desarrollo de la vida anímica que se opone como algo interior a algo exterior.

Esta formación de una cavidad se repite en el sistema urinario tres veces en escalones diferentes: primero, como ya decíamos, en los glomérulos, después en la pelvis renal y por último en la misma vejiga. La relación entre vejiga y vida anímica se manifiesta en muchos fenómenos, por ejemplo en como la vejiga en una situación excitante se llena más rápidamente. Si conectamos un manómetro con la vejiga podemos hacer una lectura de oscilaciones anímicas muy sutiles por la tensión variada de la vejiga.

La relación de la vida emocional con el sistema urinario ya se expresa en el parentesco de la dinámica: lo que se manifiesta en el va y ven de los procesos renales se repite en el ámbito anímico en los altibajos de la vida emocional con sus estados eufóricos y melancólicos sucesivos.

Los sentimientos y las emociones tienen una gran influencia sobre la región renal y su actividad. Cada enfado bloquea el riego sanguíneo de los riñones. Un enfado prolongado y profundo, un “susto mortal”, un trauma grave puede provocar un colapso renal mortal. La antigua sabiduría conocía esta influencia profunda de las vivencias anímicas sobre el riñón transmitiéndolo en el dicho: “Me ataca a los riñones”.

Una concepción que habla de la función anímica del riñón tiene que incluir las llamadas glándulas suprarrenales. Se encuentran, como ya lo indica su nombre, encima de los riñones en forma de sombrerito colocado en el polo superior aunque en su esencia pertenezcan a los riñones. En algunos animales las suprarrenales se encuentran con su tejido específico dentro del mismo riñón.

La tarea de las suprarrenales llegó a ser generalmente conocida por el término de “stress” que utilizó Selye en sus investigaciones. Las suprarrenales reaccionan con la llamada reacción de alarma a toda clase de carga, presión o tensión anímica.

Si esta reacción dura un tiempo prolongado, se produce al final un agotamiento que se puede manifestar en lo sucesivo en enfermedades diferentes. La intervención más intensa del cuerpo astral que provoca esta reacción y se manifiesta al principio en un

35

Page 36: Los 4 Organos Holzapfel

estado de alerta y en la subida de la tensión y del azúcar en la sangre, acaba finalmente en la enfermedad.

Para poder captar mejor la relación estrecha entre riñón y organismo aéreo donde actúa el cuerpo astral, volvamos la mirada hacia los niños con vegetaciones en la zona rinofaríngea con las cuales empezamos nuestras reflexiones sobre los órganos renales.

En dichos niños se presenta un trastorno en la inspiración. El alma que vive en el elemento del aire se une sólo superficialmente con la corporalidad. Vemos en la fisonomía de la boca abierta, de orejas y ojos salientes, como lo anímico se queda fuera, “colgada” por decirlo de alguna manera. En la falta del pliegue nasolabial (que se dibuja desde el ala nasal a la comisura bucal) tenemos otra señal para apreciar que el cuerpo astral no se graba en lo corporal (si el cuerpo astral, sin embargo, en el caso contrario, interviene demasiado fuertemente provocando procesos catabólicos redoblados, como lo tenemos, por ejemplo, en casos de úlcera de estómago, podemos observar un pliegue nasolabial profundo). En las vegetaciones rinofaríngeas lo etérico insuficientemente catabolizado se opone a la intervención del cuerpo astral. Si se extirpan las vegetaciones operativamente (tonsilectomía), se produce a veces un empujón repentino en el crecimiento, es decir, que la fuerza de crecimiento, que hasta entonces actuaba en las vegetaciones, se presta ahora al crecimiento general del cuerpo.

Vemos el predominio de lo acuoso en una pista de mucosidad que corre desde la nariz por la faringe hasta abajo; también la nariz “corre”; a menudo estos niños padecen de enuresis; todo fluye.

La falta de ventilación se manifiesta en un lenguaje poco claro, en la nariz tapada, en la boca abierta con dientes apiñados, la cara prolongada por el maxilar inferior colgante y el tórax hundido.

Estos niños no están lo suficientemente “en sí”, se pierden en el entorno y tienen tendencia a desmayarse. La expresión algo dormilona de la cara - que se describe en los libros de pediatría convencional a veces, sin el amor debido, como “imbécil”-, habla de una vida anímica abúlica, inactiva, sin ímpetu.

En el colegio se quejan los profesores de estos niños por su falta de atención y memoria.

El comportamiento y el aspecto del niño asmático, sin embargo, son muy diferentes y en muchos sentidos directamente opuestos. En ellos tenemos un trastorno en la espiración. Un espasmo en las finas ramificaciones de la traquea dificulta la espiración de manera que no queda espacio suficiente para la inspiración siguiente. El asmático no padece de asfixia a causa de carencia de aire sino porque tiene demasiado aire en las vías respiratorias. Al contrario de la flojera del niño que padece de vegetaciones, el niño asmático está todo él en tensión tanto con la musculatura respiratoria propiamente dicha, como con la musculatura del cuello de la cara y del abdomen porque se esfuerza desesperadamente para conseguir la espiración. El pecho no está hundido como es el caso del niño que no puede inspirar, sino todo lo contrario está abombado por la excesiva tensión repetida en el intento de espirar. El tórax se queda rígido en la posición de inspiración. La crispación y rigidez generalizada se extienden hasta formar cristales (los cristales de Charcot-Leyden) y secreciones en forma de espirales (espirales de Curschman) en la expectoración.

A menudo los niños asmáticos sufrieron de bebé o de niño de un eczema constitucional o de costra láctea.

36

Page 37: Los 4 Organos Holzapfel

En ello se ve cómo el proceso patológico aun se manifiesta fuera en la piel; más tarde penetra como asma al interior del pulmón comprimiendo las ramificaciones de la traquea. Así ya se expresa lo característico de la tendencia asmática que va desde fuera hacia dentro atrapando con demasiada fuerza la corporalidad, crispándose en ella. El hecho de que efectivamente se trata del mismo proceso patológico que sólo se manifiesta en dos formas diferentes, lo vemos en los casos donde asma y eczema se turnan: Si aparece el eccema en la piel, desaparecen los ataques de asma; cuando el eczema se ha curado, vuelven a aparecer los ataques de asma.

Si reflexionamos sobre esta relación llena de sentido, tenemos ya el método de tratamiento: producimos artificialmente la irritación de la piel con cataplasmas de harina de mostaza, y aliviamos mucho el ataque asmático.

Mientras el niño, que padece vegetaciones y que no inspira lo suficiente, se pierde en el entorno, el otro niño que por su asma está expuesto a una excesiva tensión, se ve presionado por la influencia ajena. No sólo ha acogido demasiado aire sino también otras influencias del medio ambiente (polen, pelos de gatos, de caballos, plumas de las camas etc) pueden desencadenar los ataques. Así mismo actúan conflictos anímicos no asimilados como sustancias ajenas. El asmático absorbe demasiado pero no echa fuera lo suficiente. Esta situación de aprisionamiento puede a veces descargarse explosivamente en estados de excitación y ataques de furia. La respiración propiamente dicha está trastocada de la misma manera que el ritmo mayor de la vigilia y del sueño lo que dificulta el dormirse a la hora de acostarse.

Aunque el asma actúa en la región pulmonar, su raíz la tiene allí donde se regula el organismo aéreo: en el sistema urogenital. Lo vemos claramente por el hecho de que el medicamento más eficaz para cortar un ataque de asma está preparado con sustancias de las suprarrenales.

El alma del niño con problemas de inspiración no es capaz de penetrar completamente al cuerpo; el alma del niño con problemas de expiración se queda “atascada”, por decirlo así, en la corporalidad. La vida anímica sana se preocupa de no caer en ambas unilateralidades. En un ritmo respiratorio vivo se balancea entre hombre y mundo y desarrolla así una vida anímica rica. Ni tiende a la abulia ni a la crispación, sino tiene un comportamiento lleno de temperamento. La regulación del organismo aéreo y de la respiración en resumidas cuentas es una función del sistema renal como hemos podido ver en varios ejemplos.

Por lo tanto podemos resumir la influencia de los riñones sobre la vida anímica en las palabras: “El riñón da el ímpetu temperamental”.

Aquí la palabra temperamento no se refiere a uno de los 4 temperamentos clásicos, sino se usa en el sentido de lo que queremos decir cuando hablamos de “una persona muy temperamental”.

En las formas redondeadas (de los glomérulos y los túbulos entrelazados) de la corteza renal y las formas rectilíneas (de los túbulos rectos) de la médula renal están enfrentadas, como vimos, dos elementos constitutivos diferentes de la estructura interna del riñón tanto en la forma como en la función. En esta polaridad aparecen los dos principios fundamentales de la figura humana en su totalidad aunque en una variación típica para el carácter del riñón. Es el contraste entre cabeza y miembros que se repite aquí en minúsculas: “Tal y como la figura humana erguida es como el pilar fundamental de la bóveda en la cual debe reflejarse el cielo” Así formulaba Goethe de modo clásico lo que se expresa en los huesos del cráneo redondeados en forma de cuenco (“bóveda”) por un lado y en forma rectilínea en los huesos de las extremidades (“pilares”) por el otro lado.

37

Page 38: Los 4 Organos Holzapfel

En el interior del riñón se aprecia este contraste en las formas de la corteza y de la médula también en las circunstancias de que ambas se desarrollan desde el origen del órgano a partir de puntos diferentes. En el transcurso de su crecimiento ambas partes, que nacieron separadas, se unieron después a formar la estructura acabada del riñón. Si esta unión no se lleva a cabo, si las partes separadas no se encuentran, se producen una malformación y una grave enfermedad ya dispuesta en el niño aunque se hace notar en general mucho más tarde en la edad adulta:

Se trata del así llamado “riñón poliquístico”, donde la urea que se prepara en los glomérulos no llega perfectamente a los túbulos y por lo tanto no puede fluir lo suficiente hacia abajo. Se atasca y se forman quistes cuya presión destruye el tejido renal. El origen de una enfermedad tan grave hay que buscarlo en la disposición global del niño como nos lo enseña el siguiente cuadro clínico:

Durante el curso de pedagogía curativa se le presentó a Rudolf Steiner una niña de 5 años, que según Rudolf Steiner se le podía caracterizar como una niña “normal – anormal”. Esta niña no estaba impedida pero la acogieron una temporada en el “Sonnenhof” de Arlesheim (una institución para niños necesitados de cuidados especiales), porque su madre estaba en tratamiento en la clínica Ita Wegman y durante un tiempo no podía hacerse cargo de su hija.

El informe que dio Rudolf Steiner sobre esta niña es tan instructivo porque describe unos síntomas que aun no son fenómenos patológicos en sí; sino sólo pequeñas variaciones en el desarrollo normal de los niños, pero que resultan ser (y así lo confirmó el desarrollo posterior) precursores de la grave enfermedad renal que se pudo observar mucho más adelante en la edad adulta.

En la octava conferencia del curso de pedagogía curativa dice Rudolf Steiner de esta niña: “El desarrollo presenta aspectos normales pues con 1 año y medio ya no se orinaba en la cama, sin embargo, ahora se le escapa la orina durante el día pero nunca durante la noche. Ustedes ven esta anomalía y como la niña ya tiene una organización débil en esta dirección y que esta organización débil se hace notar cuando el cuerpo astral está interviniendo y no cuando está apartado. Hace un año y medio, cuando la niña tenía 3 años y medio – por favor, tomen nota de este momento pues es justo a la mitad del primer septenio y de gran importancia, de la misma importancia como el momento correspondiente en la segunda época entre los 7 y los 14 años - tenía dolores de cabeza con fiebre muy alta y poco después sarampión; tenía una predisposición para padecer enfermedades. Desde entonces la niña está muy excitada; la madre tenía gripe al mismo tiempo y también está desde entonces excitada. Ustedes ven el paralelismo entre madre e hija. El apetito de la niña siempre ha sido malo, aunque esté robusta en sí y tiene un organismo motor fuerte. Como saben, el organismo motor en su sustancia no se construye a partir de los alimentos sino se construye desde el cosmos a través de la respiración y la actividad sensorial. Su poco apetito, que incide en la alimentación, tiene que expresarse en la actividad de la cabeza, la niña es muy viva, tiene mucha fantasía, no solo esta inquieta en sus extremidades sino también en sus pensamientos. Ella da testimonio por sus mismos movimientos que la fantasía no sale de la cabeza sino de las extremidades. La organización de la cabeza es muy débil. La organización de los miembros es especialmente fuerte”.Reflexionando sobre este informe uno se da cuenta que desde el principio existía una debilidad de la función urogenital y de la región renal donde actúa el cuerpo astral.

38

Page 39: Los 4 Organos Holzapfel

En la enfermedad con dolores de cabeza y fiebre muy alta que padeció la niña con 3 años y medio (probablemente una encefalitis) se lesionó el polo craneal produciendo como resultado una constitución global que se caracterizó como: “La organización de la cabeza es muy débil, la organización motora es especialmente fuerte” Se había producido una contradicción; cabeza y miembros ya no estaban en armonía.

Si después nos enteramos que en la adulta, 53 años después de esta entrevista en el curso de la pedagogía curativa, se le diagnosticó un quiste en ambos riñones, entonces estamos frente al hecho de cómo una disonancia predispuesta ya en una niña pequeña se condensa finalmente, a la edad adulta, en una grave enfermedad justo en el lugar donde ya se veía una debilidad a la edad infantil: en la región urogenital.

Ya expusimos anteriormente que la formación de un riñón poliquístico tiene su origen y su base en una falta de consonancia entre el polo de la cabeza y el polo de las extremidades en el interior de la estructura renal.

Rudolf Steiner hace una indicación para tratar a esta niña según la pedagogía curativa, que adquiere mucha actualidad hoy día, si pensamos en el debate sobre la terapia del “holding” (por ejemplo en niños autistas): “En cuanto a lo anímico de esta niña, su particularidad de estar tan excitada- siempre lo está y ni siquiera creo que el entorno que tiene aquí (en el Sonnenhof) haya actuado sobre ella de una manera especial – se trata de quebrar esta particularidad y se debe tener en cuenta el efecto beneficioso de quebrar ciertas particularidades del carácter. Conseguiremos muchísimo con una niña como ésta si la imponemos tranquilidad, y si fuera aplicando medios mecánicos, tranquilidad para lo que escucha y que normalmente le excita fácilmente.

Observamos pues que cosas excitan a esta niña especialmente en lo que le contamos y entonces la forzamos para que no se excite, sino que se contenga, se ponga algo rígida por dentro y se contenga, y entonces veremos cómo después de un tiempo se produce una especie de quiebra de esta particularidad del carácter. La niña mostrará mientras le contamos algo, un carácter cansado en vez de excitado. Este cansancio debe actuar algún tiempo, ocho a quince días, en el cual se la trata como otra niña normal. Después volverá algo de su anterior excitación y uno debe tratarla otra vez. Esta cura debe hacerse con pausas porque si es continua, viene una reacción. Pues si la ligera depresión que aparece con el cansancio, va demasiado lejos, llevará a estados depresivos físicos y más bien estropeamos la niña”.

La misma paciente me describió por carta más tarde el proceso aquí expuesto: “Cuando mi madre visitó conmigo a Rudolf Steiner yo tenía un ataque terrible de furia. Rudolf Steiner estaba sentado en un sillón, yo estaba delante de él y él me sujetó por las muñecas hasta que me quedé totalmente tranquila.” Podemos entender el efecto de tener la niña firmemente cogida por las muñecas de manera muy sencilla de como los impulsos tranquilizadores de la cabeza demasiado débiles en la niña, frente a su organización motora especialmente fuerte fueron reforzados por la intervención de Rudolf Steiner. Es digno de tomar nota del hecho de que Rudolf Steiner en este caso no rechace la “aplicación de medios mecánicos, sino los haya aplicado el mismo; de todas formas hace hincapié en que la cura se debe hacerse con pausas.

39

Page 40: Los 4 Organos Holzapfel

El corazón da firmeza interiorWalter Holtzapfel

En Ginebra existe un monumento extraordinario, justo al lado del hospital cantonal. Éstos monumentos suelen tener la misión de mantener despierto el recuerdo de personalidades excelsas: estatuas ecuestres de príncipes y generales, otras sobre pedestales recordando a compositores, poetas y filósofos. Nada de todo esto vale para el monumento erigido en Ginebra. No sirve a la gloria sino a la reconciliación. Consiste en una tabla muy grande donde se pueden leer en francés las palabras que tienen la siguiente traducción:

“Como hijos admiradores y agradecidos de nuestro gran reformador, de Calvino, condenamos sin embargo un error que se produjo en su época.

Firmemente arraigados en el suelo de la libertad de conciencia según los verdaderos principios de la reforma y del Evangelio hemos erigido este monumento de reconciliación.”

En esta inscripción se habla de la libertad de conciencia. Lo han redactado hombres que oían la voz de la conciencia no por un acto cometido por ellos sino por un acto relacionado con una personalidad que ellos veneraban. ¿Que ha pasado aquí para que después de mucho tiempo les hablase la conciencia a personas que no participaban en los hechos ocurridos?

Este monumento expiatorio lo han erigido los ciudadanos de Ginebra, el 27 de octubre de 1903, en el lugar donde murió, 350 años antes (el 27 de octubre de 1553), el médico español Miguel Servet quemado en la hoguera. Servet fue el primer europeo que describió la circulación sanguínea entre pulmón y corazón, la llamada circulación menor. (Parece que no tenía noticia de que ya, en el siglo 13, el árabe Ibn-an Nafis también había descrito esta circulación menor.)

Servet no había llegado a este conocimiento por investigación científica, sino por el camino de pensamientos teológicos. Si el espíritu divino que vive en el aire ha de penetrar al hombre, entonces la sangre, que sale de la parte derecha del corazón, debe recibir el aire en el pulmón y regresar con ello al corazón para que desde allí el espíritu divino que está unido al aire, pueda alcanzar todas las regiones del cuerpo; eso era más o menos su pensamiento. Con ello quedó patente que la sangre no iba desde la parte derecha del corazón a través de los orificios en el tabique que separa el corazón derecho del izquierdo (tal como lo había enseñado hasta entonces la visión de Galeno), sino a través del pulmón.

Servet era médico y al mismo tiempo teólogo, una combinación nada rara en aquellos tiempos. Los pensamientos acerca de la circulación sanguínea sólo llenaban 6 páginas en su libro que tiene un volumen de más de 700 páginas dedicadas a problemas teológicos. Dicho libro, que se llamaba “La restauración del cristianismo”, le había enfrentado con Calvino porque rechazaba la idea de la trinidad divina. Viajando a pie desde Francia a Italia, Servet pasaba por Ginebra y como justo era domingo, aprovechó la ocasión para escuchar un sermón de su adversario Calvino. Calvino tenía una mirada muy aguda: le reconoció, le detuvo y le puso ante el tribunal. Como Servet no se apartó de su convicción, le condenaron a la muerte en la hoguera. Su libro que se consideraba como herético, se destruyó por donde quiera se le pudo echar la mano encima. Por ello ha llegado a ser uno de los libros más raros del mundo. Sólo existen 3 ejemplares: uno en Viena, otro en París y el último en Edinburgo. Esta muerte en las llamas de un hombre cuyo nombre está relacionado con una aspecto fundamental de la función cardiaca, tiene carácter simbólico. Porque en ambos, tanto en el calor, elemento fuego,

40

Page 41: Los 4 Organos Holzapfel

como en la firme representación de la convicción interior, vive la intima esencia del corazón.

Cincuenta años más tarde, William Harvey llegó a descubrir la circulación sanguínea en su totalidad por caminos de las ciencias naturales y por experimentos con animales. Las últimas lagunas en la descripción de la circulación sanguínea se cerraron, no obstante, sólo 4 años después de su muerte, cuando Malpighi conseguía mediante el microscopio encontrar los capilares que unen los vasos sanguíneos que salen del corazón con los vasos que conducen al corazón.

En un esquema simplificador, la circulación sanguínea se representa desde entonces de la forma siguiente (véase el dibujo esquemático). Lo importante es que en el corazón la sangre roja esté totalmente separada de la sangre azul. No se mezclan, (como aún pensaba Galeno, y como de hecho es el caso en el corazón embrional y en malformaciones congénitas del corazón) sino están enfrentadas. Este enfrentamiento corresponde a la naturaleza del yo que es el único miembro constitutivo del hombre que sabe estar enfrente de sí mismo en el acto del autoconocimiento.

Desde los tiempos de Harvey que resalta el aspecto puramente mecánico, se ha concebido cada vez más el corazón como una bomba, la cual pulsa la sangre por las arterias, aunque el mismo Harvey no usaba está comparación técnica.

CirculaciónMenor Pulmón

Pulmó

Circulación Mayor CorazónCorazón

41

Page 42: Los 4 Organos Holzapfel

Ilustación 16. Sistema Circulatorio

Aun hoy está muy extendida esta visión, aunque ya por razones puramente físicas sea insostenible. Se ha intentado calcular el trabajo que debería realizar el corazón para pulsar la sangre por millones de finos capilares. Se encontraron cifras muy distintas. Rein calculaba 20.000 mkg por día (en reposo; trabajando sería mucho más), es decir, una fuerza que sería capaz de levantar un peso en el curso de 24 horas a una altura de 12 Km

Braus incluso llegaba en sus cálculos a 500.000.000 mkg por día, es decir, a una fuerza que sería capaz de levantar un peso de 500 toneladas a 1km de altura.

Es evidente que el músculo cardiaco que tiene el tamaño de un puño y pesa apenas 300 gr, no podría tener estas fuerzas. Las meras experiencias ilustrativas pueden convencer de ello sin necesidad de cálculos teóricos. Se debería una vez probar a cerrar y abrir el puño según el ritmo cardiaco durante horas sin que con ello se haga nada más, sin realizar trabajo alguno, u observar la fuerza que haga falta para inyectar una solución de glucosa a través de una cánula estrecha. ¡Cuanta más fuerza hará falta para pulsar el líquido sanguíneo más espeso por millones de capilares finos!

Los investigadores que se ocuparon de verdad de la función cardiaca, pronto lo tenían claro que el corazón sólo no puede causar el movimiento de la sangre. Han echado por lo tanto una mirada a motores auxiliares encontrándolos en la musculatura corporal que actúa sobre los vasos sanguíneos con presión y en la respiración, que anima el regreso de la sangre por las oscilaciones de su presión. Había otros factores más. Pero todo ello no es ni mucho menos suficiente.

Rudolf Steiner da la vuelta al problema de forma radical. No es el corazón que mueve la sangre sino la sangre que mueve el corazón. Este vuelco revolucionario se puede basar en muchos hechos, especialmente de la embriología. La sangre nace al principio fuera del feto en las llamadas “islas sanguíneas” de la vesícula blastodérmica. Allí se desarrollan vasos sanguíneos en los cuales empieza a fluir. Las corrientes se dirigen al feto y forman ahí un centro que comienza a pulsar. He aquí el primer germen del corazón; es el “punto algido” que ya describió Aristóteles observando el huevo empollado de la gallina. La corriente sanguínea por lo tanto es anterior al corazón y el corazón se conforma con posterioridad a través de esta corriente y su actividad está determinada por ella.

Se han hecho experimentos en larvas de sapo dando un vuelco de 180º al germen del corazón imaginándose que entonces se iba a invertir la corriente sanguínea. Pero la corriente sanguínea seguía invariablemente en su dirección, sólo el corazón invertía su actividad. Se veía que no era la actividad del corazón la que causaba el fluir de la sangre, sino que el fluir de la sangre era causante de la actividad del corazón.

Ahora bien ¿cual es entonces la causa del movimiento de la sangre si no lo es el corazón? Ahí tenemos una pregunta que necesita aun mucha investigación. En qué dirección debemos buscar la respuesta ya se puede presentir teniendo en cuenta los fenómenos anteriormente mencionados. Sabemos cuanta influencia tiene la vivencia anímica en la corriente de la sangre. La ira y la vergüenza hacen enrojecernos, impulsan la sangre hacia la periferia del cuerpo; la angustia y el miedo hacen palidecer al hombre, la sangre se retira al interior del cuerpo. Si tengo la intención de mover las

42

Page 43: Los 4 Organos Holzapfel

extremidades, la sangre fluye hacia los músculos que corresponden a este movimiento antes de ejecutar el movimiento. Si me imagino una comida suculenta “se me hace la boca agua” porque la sangre fluye hacia las glándulas salivares provocando la saliva. Todo ello corresponde con la indicación de Rudolf Steiner que el impulso propio del movimiento sanguíneo sale de lo anímico- espiritual. “La fuerza que mueva la sangre, surge de las emociones del alma. El alma impulsa la sangre y el corazón se mueve porque la sangre lo impulsa. Por lo tanto la verdad es justo lo contrario de lo que afirma la ciencia materialista. Lo que pasa es que el hombre de hoy aun no puede guiar voluntariamente su corazón; cuando tiene miedo, late el corazón más deprisa, porque este sentimiento actúa sobre la sangre y esta acelera el movimiento del corazón. Ahora bien, lo que el hombre padece hoy sin querer, lo dominará más tarde cuando haya alcanzado un escalón más alto en su evolución.

Mas adelante impulsará voluntariamente su sangre y su corazón como hoy lo hace con los músculos de la mano. El corazón con su particular estructura es una cruz para la ciencia actual. Posee fibras musculares estriadas que sólo se suelen encontrar en los músculos voluntarios ¿Por qué es esto así?. Pues porque el corazón hoy día aun no ha llegado al final de su desarrollo, sino es un órgano del futuro, porque quiere ser un músculo voluntario. Por ello ya indica en su estructura espacial esta disposición futura”.

Rudolf Steiner expresó y expuso la verdad en muchos campos de la Antropología, de las ciencias naturales y demás ciencias, incluso si se confrontaba polarmente con la concepción predominante de su época. Él sabía esperar hasta que se confirmasen estas verdades poco a poco por la investigación científica tal y como ocurría una y otra vez. En cuanto a la función del corazón, no obstante, hacía resaltar la importancia de conocer cuanto antes el concepto correcto y transmitirlo a la humanidad.

¿Por qué consideraba tan importante esta concepción en particular? Porque la concepción que tiene el hombre de su corazón está profundamente relacionada con la experiencia de su propia existencia físico – anímico - espiritual. Lo pude comprobar de manera contundente cuando un paciente que vino por primera vez a mi consulta me contestó a la pregunta de cómo se encontraba de salud: “Doctor, la bomba ya no quiere más”. Un hombre que da semejante respuesta, se imagina que el movimiento de la sangre en el cual se expresa el ser más intimo del ser humano, proviene de una institución puramente mecánica que nada tiene que ver con él mismo. Tal actitud lleva consecuentemente a la pregunta que hizo: “¿Cuándo por fin inventan algo para poner una bomba nueva?”

A principios de enero de 1968 por fin llegó el momento en que Christian Barnard, en la ciudad de Cabo/Africa, pudo transplantar con éxito un corazón humano a otra persona. Fue una victoria técnica que causó sensación.

Pero lo que parecía una confirmación de la visión mecánica del corazón, en realidad llevó a experiencias que llamaron la atención sobre aspectos muy diferentes del corazón. En 1968, el año siguiente a este primer transplante, se transplantaron más de 100 corazones en todo el mundo. Ya en 1969 bajó este número a 48, en 1970 a 17, y 1971 sólo eran nueve. Hoy día volvió a subir el número de trasplantes de corazón gracias a que se pudieron superar las dificultades que se oponían. Pero para entender lo ocurrido nada tiene que ver el hecho de que hoy ya sea posible de suprimir las reacciones imprevistas.

¿Qué pasó para que el número de trasplantes de corazón haya bajado tan drásticamente después del entusiasmo inicial? Surgieron experiencias y problemas con los cuales nadie había contado en absoluto. No nos referimos a las cuestiones difíciles de orden moral, teológico, jurídico y financiero que están relacionadas con los

43

Page 44: Los 4 Organos Holzapfel

transplantes de corazón, sino a las experiencias con el mismo paciente que pueden abrir perspectivas totalmente nuevas en cuanto al conocimiento del ser humano.

Como primera experiencia quedó patente que un organismo vivo no reacciona de la misma manera como un mecanismo inerte, por ejemplo un motor que se repara cambiando una pieza estropeada. El motor reacciona, por decirlo de alguna manera “con indiferencia” ante la pieza sustituida, por ejemplo un carburador. Ninguna de las demás partes del mecanismo se ve afectada por la intervención. Un cambio sólo afecta- y, además, positivamente- el punto concreto de la sustitución. El organismo, sin embargo, sigue otras leyes. La totalidad del organismo reacciona ante un elemento extraño que se le introduce de tal forma que trata de rechazarlo. Aunque la reacción de rechazo sea la más conocida, no es la única complicación. Es muy instructivo hacer la experiencia de que el órgano sano implantado a menudo se ve afectado por el mismo trastorno morboso por el cual se había quitado el órgano enfermo.

¿No nos enseña este hecho con toda claridad que el órgano enfermo no representa la enfermedad propiamente dicha, sino sólo es su resultado? La enfermedad misma queda oculta y echa mano primero al propio órgano y después al implantado. Resulta que el dentista de la ciudad del Cabo de Africa, el doctor Blaiberg, de 58 años, en el que se realizó el primer transplante de corazón con éxito, tenía una esclerosis pronunciada de los vasos coronarios del corazón tal como se constató en el corazón extirpado. El donante, sin embargo, fue un joven sano de 24 años en cuyo corazón no se pudo observar nada sospechoso en este sentido. Cuando el Dr.Blaiberg se murió un año y medio después y cuando se hizo el reconocimiento patológico - anatómico, se encontró en el corazón transplantado una clara esclerosis de los vasos coronarios, aunque no tan avanzada como la del corazón original de Blaiberg pero ya en camino hacia ella. El intercambio del órgano por lo tanto no significa la curación mientras que en caso del mecanismo el recambio de la pieza estropeada supone acabar real- y definitivamente con el trastorno. Ahora bien, lo más alarmante fueron las noticias sobre el cambio de personalidad que alcanzaron hasta síntomas sicóticos en los pacientes que sufrieron un transplante de corazón. La hija del dentista Dr. Blaiberg comunicaba en una entrevista después de la muerte de su padre que en él se había notado un “complete personality change” (un completo cambio de personalidad). Apenas era reconocible. Otros observadores hablaban de un “déficit del propio yo” que se encuentra regularmente después de un trasplante de corazón.

En estas nuevas experiencias, que fueron resultado del transplante de corazón, la medicina se topa con aspectos ocultos de la naturaleza humana. En tres formas diferentes se revelan como “reacción de rechazo”, como “recaída en el trastorno orgánico anterior” y como “déficit del propio yo”.

De estos aspectos ocultos de la naturaleza humana, sin embargo, habla la Antroposofía. Necesitamos cada vez mas los conceptos que Rudolf Steiner formuló desde su experiencia espiritual inmediata para los hechos mencionados si queremos entenderlos realmente. En la reacción de rechazo se expresa una organización de fuerzas que es responsable del comportamiento integral del organismo vivo. De ahí surge una interacción de todas las partes. Todo depende de todo. Si en un lugar hay un cambio, todos los demás lugares están involucrados. En la ciencia espiritual antroposófica este contexto de fuerzas que lleva la responsabilidad de los fenómenos de la vida, se llama “cuerpo etérico”.

Otra organización de fuerzas suprasensibles vemos actuar cuando el mismo trastorno morboso no sólo agarra el propio corazón sino también el implantado. Llamamos esta organización, con un término de la Antroposofía: “cuerpo astral”, el cual es asequible a nuestra consciencia a través de la observación interior de vivencias

44

Page 45: Los 4 Organos Holzapfel

anímicas, de simpatía y antipatía, de los impulsos e instintos, deseos y emociones. La estrecha relación entre la vida anímica y el inicio de la enfermedad es bien conocida y ha llevado a la fundación de la medicina sicosomática.

Por último, el mencionado cambio de personalidad revela que el transplante de corazón toca el íntimo ser espiritual del hombre. El “yo” del hombre, su núcleo espiritual, es la instancia central que lleva la consciencia a la autoconciencia y representa el ser único, inconfundible y autónomo de la individualidad. Este cambio de personalidad sólo se manifiesta en el trasplante de corazón, con otros órganos no ocurre. El corazón es el órgano del yo.

Con todo ello hemos añadido experiencias suprasensibles a la experiencia sensorial (que sólo aborda fenómenos materiales del órgano), abriendo nuevos campos de observación.

Según nuevas experiencias podemos imaginarnos al órgano en su plena realidad como envuelto en una nube de sistemas de fuerzas suprasensibles que se compenetran mutuamente manteniendo por sus interacciones catabólicas y anabólicas el conjunto del organismo vivo.

Incluso el cuerpo físico originalmente representa una organización de fuerzas suprasensibles que sólo se vuelve visible por las incrustaciones de las sustancias. Podemos percibir el efecto de estos sistemas de fuerzas suprasensibles de manera indirecta porque cada uno de ellos necesita un elemento específico para poder intervenir en lo físico: el cuerpo físico necesita el elemento sólido, el cuerpo etérico el elemento acuoso, el cuerpo astral el elemento aéreo y el Yo el calor. Los 4 órganos con los cuales nos ocupamos aquí, están caracterizados por uno de los elementos que predomina en cada uno de ellos: el pulmón por el elemento sólido, el hígado por el elemento líquido, el riñón por el elemento aéreo y el corazón por el calor. En el calor vive el yo. El calor es el elemento del yo.

El calor se retira en el curso de la evolución de los seres vivos desde el exterior hacia el interior de la corporalidad. En peces y otros animales del mar el calor se regula por el calor del agua que es bastante estable y en resumidas cuentas proviene del sol. En culebras, lagartos y tortugas ya tenemos una circulación sanguínea cerrada pero aun recibe el calor de fuera. Son animales de calor cambiante, expuestos a oscilaciones de temperatura más intensas que los animales del agua. Con los pájaros y mamíferos empieza el calor autorregulado, proceso que llega a su auge en el hombre con su organismo de calor, en gran parte independiente de las influencias del medio ambiente. Por esta vía, desde fuera hacia dentro, que ya llegamos a conocer en el desarrollo de la corriente sanguínea y del corazón y que volveremos a encontrar cuando nace la conciencia, el yo va tomando posesión del organismo. En el hombre se interioriza este calor aun más y se convierte en calor anímico.

Con ello ya se esboza el camino inverso cuando el hombre, desde su “cálido corazón”, se dirige hacia fuera, al entorno, para irradiar hacia ello su calor.

El corazón es el órgano del yo. El yo pasa en su desarrollo individual por varias etapas. Pasa por un estadio crítico y decisivo alrededor del noveno/décimo año de nuestra vida. Es fascinante ver como al mismo tiempo también el corazón pasa por fases críticas y decisivas en su desarrollo.

En esta edad el niño se siente como abandonado de las fuerzas de su entorno que hasta entonces le soportaron y por las cuales, se sentía hasta entonces protegido. Ahora surgen sentimientos de debilidad, inseguridad y a veces hasta pusilanimidad y miedos. El niño se percibe como solitario, expuesto a sus propios recursos, opuesto a su entorno. Y con la distancia frente al entorno se despierta una nueva posibilidad: la crítica. La

45

Page 46: Los 4 Organos Holzapfel

autoridad de los adultos ya no se acepta como algo natural. Tanto los profesores como los padres reciben claras señales de ello. El yo del niño toma más consciencia de sí mismo al vivir la soledad y la debilidad. Este fortalecimiento de la autoconciencia del yo se manifiesta físicamente por decirlo así, en el órgano del yo, en el corazón. Justo alrededor de los nueve/diez años el corazón se hace mayor y el llamado volumen de pulsación, la fuerza receptora de la sangre, de repente aumenta de forma espectacular. Es un fenómeno que se registra como tal pero para el cual la ciencia natural no da ninguna explicación. Este fenómeno sin embargo empieza a entenderse muy bien cuando se comprende la relación del corazón con el yo a través de una concepción integral del corazón.

A pesar de este aumento de la autoconciencia, el yo del niño que tiene 9 años aun no logra enfrentarse al mundo de una forma real y válida. Necesita un apoyo desde fuera. Debe haber una persona que se salve de la crítica recién despierta, alguien a quien el niño puede tener como guía.

Puede ser uno de los padres, un profesor o una persona más lejana. Pero el niño debe tener plena confianza en ella. Sino el niño recibirá una ruptura en el desarrollo de su personalidad igual que un árbol pequeño ya enderezado podría ser roto por la tempestad si no estuviera atado a un palo que le sostenga. Le quedaría una cierta inestabilidad interior para el resto de su vida.

La manera en que se pasa por esta crisis de los nueve años deja huellas anímicas para toda la vida posterior. Estos procesos tienen su correspondencia física en el corazón y las enfermedades que allí aparecen. La carditis reumática, una enfermedad del corazón en la infancia tiene su culminación con respecto a la frecuencia en la época alrededor de los nueve años. Esta grave enfermedad lleva consigo a menudo un fallo en las válvulas que merma la salud y el rendimiento para toda la vida posterior.

En la pubertad el corazón vuelve a pasar por una fase crítica que tiene que ver con lo que ocurre ahora y lo que Rudolf Steiner llama “la madurez terrenal”. Esta se alcanza primero con respecto a la capacidad de reproducción, pero transforma al joven en su totalidad. Tendríamos que hablar, según Rudolf Steiner, no sólo de “madurez sexual”, sino de “madurez sensorial” o de “madurez respiratoria”. La consciencia se convierte ahora en auténtica consciencia terrenal lo que de nuevo tiene que ver con el yo, pues el yo se despierta en su correcto sentido sólo en circunstancias terrenales.

Tanto el corazón como la circulación salen en la pubertad de su equilibrio de muchas maneras. Se ve especialmente en la llamada arritmia respiratoria de esta época de la vida, donde el corazón pierde su ritmo regular a causa de la respiración: con cada inspiración se acelera el pulso. Tenemos los pies y las manos fríos, azulados y sudorosos en la fase de prepubertad y uno tiene la impresión que la personalidad del niño no crece con la misma velocidad que las extremidades que se alargan precipitadamente. Además, se presenta a menudo una subida de la tensión sanguínea que más adelante suele normalizarse.

A parte de esto, el corazón suele fallar en la pubertad por una serie de defectos que han sido compensados hasta ahora. Se trata sobre todo de defectos congénitos, entre ellos ante todo la “tétrada de Fallot”, la cual ha impedido por diversas malformaciones (defecto del tabique ínter auricular, estrechamiento de la arteria pulmonar, traslado de la aorta hacia la derecha, hipertrofia de la cámara cardíaca derecha) que se produzca la separación de la sangre roja y de la sangre azul. Esta separación se produce normalmente inmediatamente después del nacimiento cuando el niño, con su primera respiración, se convierte en un ser terrenal a un primer escalón. En los niños con la “Tétrada de Fallot” esto no se produce. En la función de su corazón no consiguen relacionarse con las circunstancias de la tierra. El momento pues, en que tiene que

46

, 08/22/10,
FMHR
, 08/22/10,
Page 47: Los 4 Organos Holzapfel

desarrollar la madurez terrenal y la consciencia terrenal (en la pubertad), es para ellos un punto crítico. La mayoría de ellos no sobreviven este momento.

Hoy existe la posibilidad de operar estos defectos congénitos del corazón. Podemos preguntarnos qué efectos tendrá tal intervención, cuando semejante malformación que está profundamente relacionada con esta individualidad que no quiere encarnarse, se corrige por operación, es decir, desde fuera. Pues la individualidad del niño sigue siendo la misma y podría continuar con la tendencia de retirarse de la vida terrenal, salvo si se consiguiera convencerla, por medidas pedagógicas y médicas, a dirigirse por propia iniciativa hacia la vida en la tierra. Me impresionó mucho el cuadro de un chico que fue salvado de una muerte segura por una operación exitosa cuando tenía 13 años y que, sin embargo, murió pocos meses después en un accidente rarísimo que él mismo había provocado.

Parecía como si el chico, de forma sagaz hubiera puesto todo su empeño para terminar su vida en el momento en que hubiera muerto según las predicciones médicas en caso de que no se operara.

Los niños con “tétrada de Fallot” conservan, tal como hemos descrito, un estado embrional del corazón donde la sangre roja y la sangre azul no están bien separadas. Ya exteriormente se ve en el color azulado de la piel (cianosis) Su comportamiento en general se remonta a estadios evolutivos anteriores (infantilismo cardiaco) Prefieren estar en cuclillas, posición que se parece al comportamiento del feto en el útero materno. En general evitan siempre que puedan la posición erguida que caracteriza al hombre como portador de un yo. En los niños del síndrome Down se ve aun más claramente la parada en un escalón evolutivo más temprano. Tienen en su apariencia física rasgos que se remontan a la octava semana del crecimiento embrionario. Especialmente Karl König ha llamado la atención a este aspecto. A menudo se encuentra en ellos defectos congénitos del corazón y en general debilidad circulatoria y cardiaca. La debilidad del sistema rítmico que en ello se expresa, la vemos, además, en su tendencia a la bronquitis.

Esta debilidad no es un fenómeno localmente limitado, sino característico para el niño y impregna toda su constitución. Se revela en pequeñas particularidades: las llamadas microsíntomas, que permiten una lectura del fenotipo general del niño. La mano es el miembro que refleja la parte media del hombre. Ahí se encuentran en estos niños con toda claridad microsíntomas que se refieren al sistema rítmico: el surco de los 4 dedos y la llamada clinodactilia (curvatura hacia dentro del dedo meñique y su tamaño reducido). El surco de los 4 dedos separa los 4 dedos superiores del montículo pulgar y del pulgar. Normalmente tenemos entre pulgar y los 4 dedos superiores una línea rítmica en forma de M.

¿Qué nos dicen estos dibujos? El montículo fuerte del pulgar representa en la trimembración de la mano el polo de la voluntad, mientras que los 4 dedos superiores representan con su sensibilidad a las temperaturas y el tacto el polo neuro-sensorial. Entre ambos intermedia la “M”. Esta mediación falta en los niños del síndrome Down. Ambos polos simplemente se separan por una línea, falta la parte de en medio.

En principio tenemos lo mismo en la clinodactilia. La malformación del dedo meñique proviene de la falange media prácticamente ausente. A menudo también falta el surco superior de las articulaciones del dedo meñique en la cara interior de forma que una sola línea (single crease) separa el polo superior del inferior. Falta la parte media. Se repite, como se ve, en estas pequeñas particularidades lo que caracteriza al niño entero: la debilidad del sistema rítmico. Como hoy día encontramos incluso en personas

47

Page 48: Los 4 Organos Holzapfel

no-mongólicas estos dos microsintomas, podemos preguntarnos, si acaso indican debilidades circulatorias y cardíacas. Hasta el presente no se ha aclarado esta cuestión que espera ser investigada.

Los ritmos generales de la evolución también se reflejan en el desarrollo del niño mongólico aunque de forma totalmente metamorfoseada. Casi todos estos niños empiezan a tartamudear alrededor de los nueve o diez años. (Véase Andreas Rett: Comunicaciones orales). En ello se revela la inseguridad en la expresión personal e individual que en forma muy diferente conocimos como característica para esta época de vida.

Para los niños con síndrome de Down, la pubertad significa no sólo una crisis sino en cierto modo un final definitivo; comienza un proceso prematuro de envejecimiento: “De un niño tardío se ha hecho un anciano prematuro”. En otros tiempos apenas sobrevivían a los 14 años. Casi siempre la causa de su fallecimiento era un colapso circulatorio y cardiaco.

Si hoy día viven mucho más tiempo es porque se les puede dar contenido a su vida a través de nuevos métodos didácticos que corresponden a su particular forma de ser. Es una terapia relacionada con el núcleo íntimo del corazón la de encontrar un “sentido” a la vida. Pensamos en los fenómenos tan contrarios de la muerte por jubilación y la muerte prematura de los viudos. Los mongólicos mueren cuando ya “no tienen ganas de vivir”.

La predominancia de un motivo orgánico en una persona determinada se suele expresar en particularidades de su pensar y hablar. La voz del corazón, órgano relacionado con el ser más íntimo del hombre, no puede alcanzar nuestro oído desde fuera. Habla desde dentro y sólo la oye el mismo hombre como la voz de la conciencia.

El momento en que nació la conciencia a lo largo de la evolución de la humanidad se puede definir exactamente leyendo los autores del drama griego. En la obra de Aesquilo (458 a. C.) que se llama “Orestes”, vemos como el matricida es perseguido por las Erinias (diosas de la venganza) que le amenazan desde fuera. Medio siglo más tarde (en 408 a. C.) sin embargo, Orestes, en el drama de Eurípides, es presionado por su conciencia cuya voz en sus adentros le confronta con su crimen.

Lo que ahí es perceptible, aunque no como voz audible sino como voz interior penetrante, puede aumentar su intensidad de tal manera que se sienten hasta físicamente los “remordimientos de la conciencia” y, hecho curioso, en la región del corazón. La actividad del corazón y el nacimiento de la conciencia tiene el mismo gesto en su desarrollo: ambos se desarrollan desde fuera hacia dentro, lo que es un gesto arquetípico de la evolución del Yo. Ya vimos como el movimiento de la sangre, empezando por las islas sanguíneas de la vesícula blastodérmica, se concentra en un punto del cuerpo embrional para formar allí el germen del corazón. De modo parecido se comporta la conciencia en el desarrollo individual del niño.

Al principio el niño vive, como los primeros hombres, en el paraíso sin saber lo que es bueno y malo. La valoración moral de lo que ha hecho viene al principio desde fuera a través de los adultos que reaccionan a su comportamiento, y estas reacciones de los adultos actúan profundamente sobre los procesos anímicos e incluso orgánicos de este pequeño niño que imita todo. Así se forma la conciencia del niño que al final del tercer año de vida empieza a manifestarse.

Sabemos qué momento más importante es este tercer año de vida en el desarrollo de la conciencia del yo del niño. El niño entonces comienza a llamarse yo, y este yo que se despierta, lo reconocemos en su comportamiento de rebeldía porque quiere hacer su voluntad.

48

Page 49: Los 4 Organos Holzapfel

La función de la conciencia pertenece a aquellas facultades puramente humanas que, igual que el andar, el hablar y el pensar, sólo se desarrollan por el estímulo y el cuidado de otros seres humanos. En familias incompletas, en huérfanos, en niños no deseados, en madres que ellas mismas carecen de principios morales, vemos esta formación de la conciencia en fuerte peligro. Pueden criarse seres humanos cuyos actos podemos percibir como “irresponsables”. Considerando estas interrelaciones desastrosas se puede ver como la formación de la conciencia desde el principio se predispone desde fuera.

Cuando la conciencia, sin embargo, se despierta plenamente en un hombre que tiene consciencia de su responsabilidad, entonces llega a ser una fuerza interior, que no puede ser vencida por ninguna influencia exterior. Esta vivencia de la fuerza interior y la independencia de la conciencia se palpa en las palabras siguientes: “Afortunadamente aun hoy la vida nos confronta con problemas cuyas soluciones no están reguladas ni por leyes humanas ni por costumbres y a los cuales sólo la propia conciencia pueda dar una respuesta.

En una situación semejante existe ante la inseguridad de los resultados sólo la seguridad interior. Sólo desde esta seguridad de la conciencia nace en el alma la fuerza que vence cualquier obstáculo y capacita también al soldado de actuar, en momentos decisivos, en contra de la orden para alcanzar la victoria. Pero quien actúa así tiene que estar decidido a soportar las consecuencias sin tomar en cuenta si al final de su actuación le esperan alabanzas o maldiciones”.

Estas palabras las dijo un suizo que era soldado profesional (oficial) y se llama Max Waibel quien jugó un papel poco conocido y de graves consecuencias al final de la 2ª Guerra Mundial. No sólo escribió estas palabras, sino actuó y se comportó según el sentido que tienen. Él era el responsable de un centro militar donde confluían todas las noticias y tenía como tal responsable una visión completa de la situación militar y la posibilidad de poner en contacto los dos portavoces de los generales del ejército alemán y del ejercito de los aliados que se enfrentaban con sus tropas en el Norte de Italia. Las conversaciones y gestiones que él inició llevaron a la entrega de las armas en primavera 1945 en el Norte de Italia. Con ello se ahorraron miles y miles de vidas, tanto civiles como soldados, y se impidió la destrucción total de casas, industrias y bienes culturales amenazadas todas ellas por la orden de “quemar la tierra”.

Cómo todo esto era posible, cuántos esfuerzos extraordinarios y arriesgados eran necesarios y qué aventuras tenía que pasar, todo esto lo describió Max Waibel en 1946, inmediatamente después de la guerra, en un libro donde encontramos la cita anterior.

Este libro, dicho sea de paso, sólo se publicó en 1981, 35 años más tarde y 10 años después de la muerte del autor, pues la publicación fue impedida hasta entonces por el gobierno federal de Suiza.

El comportamiento de Waibel en este asunto era absolutamente prohibido. Había violado las leyes vigentes, las disposiciones y órdenes y, además, el principio de la neutralidad de Suiza. Waibel tenía plena consciencia de ello y había ocultado sus acciones ante sus superiores y ante el gobierno. Pero sus actos tenían que ser “una llamada de exhortación para todos los que estaban dispuestos a exponerse desde su propio sentido de la responsabilidad, no porque sea una orden sino la propia conciencia que llama a la acción”. Y esta acción de pura conciencia ha sido extraordinariamente benéfica.

Hemos iniciado este capítulo sobre el órgano del corazón con un hombre que hace más de 400 años ha pagado por su convicción íntima muriéndose en la hoguera; y

49

Page 50: Los 4 Organos Holzapfel

ahora al final llegamos a un hombre de nuestro tiempo que también ha seguido la voz de la conciencia cargando con las consecuencias que de ello podían resultar.

En tales hechos y actos se va anunciando una moral del futuro que tendrá cada vez más y de forma abarcante como punto de partida para el comportamiento humano el intimo ser del hombre. El ser humano hasta en su corporalidad lleva dentro de sí predisposiciones para realizar estas posibilidades. La estructura anatómica del corazón da testimonio de ello.

Mientras normalmente los órganos que trabajan involuntariamente, entre ellos el corazón, poseen una musculatura lisa; el corazón posee una musculatura estriada tal como la tienen los músculos de las extremidades que movemos voluntariamente. Con ello se anuncia que la futura actividad del corazón será sometida a la voluntad del hombre. Ya hoy día existen hombres que pueden cambiar intencionadamente el ritmo de su corazón. El corazón es un órgano del futuro como ya expuso Rudolf Steiner.

En la soberanía interior, que se hace notar en la voz interior de la conciencia, se expresa el centro del ser humano, su yo.

Esta independencia tiene un fundamento anatómico y fisiológico en la estructura y función del corazón y de la circulación sanguínea.

Al contrario de otros órganos que a través de la sangre acogen sustancias del mundo exterior o depositan secreciones en el mundo, el corazón deja la sangre igual en su color y composición. Sangre roja no se convierte en sangre azul ni lo contrario. Pero eso sí: sangre roja y sangre azul están una enfrente de la otra. En este hecho se manifiesta el momento de la autocontemplación, el estar enfrente de uno mismo, lo que caracteriza al yo que se vivencia en la autoconciencia. El corazón no contacta para nada con el mundo exterior. Vive en la circulación sanguínea que se refiere a si misma y regresa una y otra vez a sí misma. En ello vemos un síntoma característico del yo. Rudolf Steiner dibujó en un sello para su cuarto drama misterio (véase cuadro) la imagen de una serpiente que se muerde la cola ilustrando así la frase, escrita en forma circular, del “yo se reconoce”.

En la absoluta independencia del yo, expresada en el corazón y en la voz de la conciencia vive aquello que le da la fuerza al hombre para mantenerse en contra de todas las influencias exteriores apoyándose únicamente en su fuerza interior. “Cuando habla en él la conciencia, habla en él un dios”. A los motivos de los demás órganos podemos ahora añadir el motivo del corazón: “El corazón da firmeza interior.”

50

Page 51: Los 4 Organos Holzapfel

Ilustración 19. Reproducción del sello para el cuarto Drama de Misteriode Rudolf Steiner “El despertar del alma”

En el entorno de los órganos

En el entorno de los órganos la esencia propia de un órgano se hace notar en diferentes niveles, tanto en su forma y función como también en la vida anímica. De esta manera las cualidades de los órganos traspasan los limites del ámbito de los órganos y llegan a manifestarse en la apariencia integral del ser humano, sobre todo en su forma de hablar y de hilar sus pensamientos.

Si una persona repite la misma historia y tiene en general la tendencia a repetir pensamientos, entonces predomina la influencia endurecedora del pulmón. Ya se mencionó en el capítulo sobre el pulmón. Si por el contrario el movimiento de los pensamientos fluye bajo impulsos de manera que se saltan pensamientos y se omiten palabras, entonces está provocado por la presión voluntariosa del hígado. Lo antedicho no debe confundirse con la prisa y el nerviosismo con que habla el “hombre-riñón” donde un pensamiento pisa los talones del siguiente. Si por fin la voz de órgano sólo la percibe la persona en su interior, entonces lo tenemos que ver con la voz de la consciencia del corazón.

Lo que vive como cualidad en el fluir de los pensamientos y la forma de hablar se manifiesta hasta en la fisionomía y la actividad de las manos que como sabemos están al servicio del lenguaje a través de gestos y otros movimientos impulsados por la vida anímica. Un cálido apretón de manos viene del corazón sin que haga falta muchas explicaciones. Mientras el apretón tranquilo de una mano huesuda y nudosa habla del pulmón, el toque superficial de una mano nerviosa con dedos finos y largos nos remite al riñón. El hígado se puede manifestar de dos maneras: por un lado en la mano esponjosa del sibarita y por el otro lado en el apretón fuerte y hasta doloroso del atleta. De modo, parecido se puede llegar a veces al diagnóstico a través de la mano del niño: por ejemplo se puede reconocer a un niño con síndrome Down que hasta entonces no ha sido reconocido como tal, por su apretón blando totalmente inconfundible de una mano característica de niño chiquitín.

De forma muy diferente se manifiesta la tendencia que traspasa los límites de los 4 órganos mencionados en el hecho de que cada uno de ellos está representado en una zona propia del ámbito de la cabeza. Estas “estaciones externas” tienen carácter de órganos sensoriales y están dirigidos más hacia el mundo externo que los órganos escondidos en el interior del organismo. El contraste entre externo e interno hace que a

51

Page 52: Los 4 Organos Holzapfel

pasar de su parentesco, la estación externa y el órgano interno están en una relación polar.

La estación externa del pulmón es la nariz donde los 3 lóbulos del pulmón (y en el lado izquierdo 2 lóbulos y el corazón) se repiten en los conductos nasales. Cuando el aire aspirado por el pulmón pasa por la nariz, esta le examina en sus cualidades olfatorias. La función de la nariz como órgano del olfato tiene un parentesco particular con la función del pulmón como “órgano del pensar”, de modo que se puede utilizar el mismo término para las actividades en niveles tan diferentes de los dos órganos. Quien quiera oler algo con exactitud, tiene que husmear, es decir, aspirar el aire fuertemente para que pase por la membrana situada en el techo de la nariz. De la misma manera se dice que una persona que piensa de una forma no muy sublime que “está metiendo las narices en todo”. La nariz igual que el pulmón está en relación con los procesos mentales. Si uno dice de alguien : “Tiene buen olfato” Se refiere a esta relación. Quien quiere recordar algo y reflexionar, a menudo pone el dedo en la nariz. El pensador agudo suele tener un pliegue muy fuerte vertical en la raíz de la nariz (entre las cejas). Muchos animales tienen el olfato mucho más desarrollado que el hombre. La parte fuertemente desarrollada del cerebro del perro sirve para olfatear, en el hombre se convirtió en el cerebro frontal. Lo que en el pero es olfato sensorial, en el hombre se metamorfosea en capacidad anímica. Si nos imaginamos un perro cuando sigue una huella con la nariz pegada al suelo, se nos presenta un procedimiento parecido al que practica el detective, sólo invisible para los ojos, cuando persigue las huellas de un caso criminal en sus pensamientos.

La estación externa del hígado es la lengua que participa por su función del saborear por un lado, y por el otro por su naturaleza de músculo en el proceso hepático tan extendido como lo describimos en el cap. II. El libre movimiento de la lengua pone acentos que actúan más en la región anímica. El mero hecho de sacar la lengua indica ciertos sentimientos a menudo antipáticos. Pero sobre todo en su función propia como órgano del habla puede ser muy hiriente. Franz Brentano ha descrito lo peligroso que puede ser el músculo de la lengua comparándolo con un dragón encarcelado en una cueva oscura escupiendo de vez en cuando un fuego devastador que produce heridas incurables, destruye amistades y hasta mata. El poeta lo ofrece en forma de adivinanza, y nos da la oportunidad de considerar la importancia de las adivinanzas en la educación. Encontrar la solución o inventar adivinanzas apropiadas para la edad en cada caso puede vivificar al niño maravillosamente y activar su vida anímica. Rudolf Steiner mismo recomendó a los pedagogos entrenarse en adivinanzas, especialmente en las de Brentano, para desarrollar “astucia”. Veamos en qué contexto dio esta recomendación. Un alumno había robado ciruelas del árbol pero no se lo podían demostrar. Al final le preguntó un profesor: “¿Estaban maduras o aun verdes?” El alumno cayó en la trampa pero no se lo tomó a mal al contrario honró al profesor con las palabras: “El profe desde luego es muy listo”. Esto es lo que quería decir Rudolf Steiner y piensa que esta clase de inteligencia debe formar parte del instrumental pedagógico del profesor. (Conferencia para maestros, 31 de Julio de 1923).

La adivinanza está en el trasfondo de toda pedagogía, y lo dice Friedrich Hebbel con estas palabras: “los niños son adivinanzas de Dios y más difícil de resolver que todas las demás; pero el amor lo conseguirá si se supera a sí mismo”.

Ya habríamos visto que el riñón tiene un órgano correspondiente en el ámbito de la cabeza que es el oído (pag. 59). La relación se hace patente en la forma exterior de la oreja que se parece al riñón. Ahora bien: si buscamos las funciones propias del riñón y

52

Page 53: Los 4 Organos Holzapfel

su estación externa en el ámbito de la cabeza, entonces encontramos el ojo y su estructura interna.

El ojo tiene una forma de cáliz como los glomérulos renales. La forma de cáliz siempre requiere un contenido. En cuanto al ojo es la luz que penetra y representa el contenido; en el glomérulo renal es un vaso sanguíneo que se introduce en forma de lazo. Miramos hacia fuera con dos ojos observando al mundo y con dos millones de ojitos miramos hacia dentro examinando la sangre. En el fondo del ojo se produce la imagen transformada del mundo exterior cuyo efecto se trasmite al interior a través del nervio óptico. El cáliz del glomérulo renal acoge la orina que se separa de la sangre y la lleva por los caminos correspondientes hacia fuera. En losdos casos, del ojo y del glomérulo renal, no se recibe pasivamente la influencia que penetra, sino se la elabora activamente presentando un nuevo resultado. El ojo se adapta a la luz (claridad, oscuridad), a las distancias diferentes (cercanía, lejanía); la imagen reducida e invertida del mundo que se produce en la retina, vuelve a sus proporciones reales a través del proceso activo que transcurre en el ojo. De la misma manera la orina no sólo se trasmite de forma pasiva, en disolución extrema, de la sangre al glomérulo renal, sino se convierte por los movimientos de ida y vuelta dentro de los conductos urinarios (como lo hemos descrito en el capítulo correspondiente) en un líquido mucho más concentrado que aquel que encontramos en la sangre. Lo que se presenta como un proceso de sustancias en los riñones, se presenta en el ojo como un proceso orientado por la luz: En estas relaciones se revela tanto el parentesco como la polaridad del riñón y ojo.

La íntima relación entre riñón y ojo conlleva que a menudo las patologías del riñón están acompañadas con trastornos en el fondo del ojo. Así puede ocurrir que sea el oftalmólogo el primero que descubra una enfermedad en el riñón.

La estación externa del corazón está tan misteriosamente escondida en el interior como corresponde a la naturaleza del corazón que está íntimamente relacionado con el ser del hombre, con su voz de la consciencia. Se trata de la epífisis, de este órgano pequeño, en forma de piña, de 12 mm de longitud, 8 mm de anchura y 4 mm de grosor, situado en el techo de cerebro intermedio (tálamoencéfalo), es decir totalmente en el interior de la cabeza. Este órgano era un órgano sensorio de calor en el principio de la evolución de la tierra (en la época Lemuria), que salía de la cabeza y podría percibir diferencias calóricas, incluso a grandes distancias. Ahí donde hoy aun existe una apertura en el cráneo del recién nacido, la llamada fontanela grande, ahí en el lugar donde salía este órgano que después se redujo al tamaño de la epífisis. La mancha que tienen algunos reptiles en el vértice recuerda aun hoy este estado evolutivo pasado.

Hoy se concibe a la epífisis como órgano endocrino que entre otras cosas inhibe el desarrollo precoz de la sexualidad en los niños.

Rudolf Steiner relaciona la epífisis con el corazón y describe cómo una corriente sutil de sangre eterizada sube del corazón y fluye alrededor de la epífisis. Este proceso tiene una influencia extraordinaria sobre el desarrollo intelectual y moral del ser humano. Más detalles sobre esta tarea espiritual de la epífisis y su gran importancia para el futuro, lo ofrece la descripción del investigador espiritual en al conferencia sobre “La eterización de la sangre”.

No es fácil percibir la periferia de los órganos en cuanto a los 4 elementos. En los capítulos anteriores hemos conocido las diferentes actividades de los elementos en cada uno de los órganos.Pero el ser humano no sólo tiene contacto con los 4 elementos a través de sus órganos, sino también a través de su entorno. Los contactos, interior y exterior, se relacionan entre sí.

53

Page 54: Los 4 Organos Holzapfel

En el momento del despertar la parte anímica-espiritual del hombre toma posesión de su cuerpo y de sus órganos. Además traspasa por decirlo de alguna manera los límites corporales y se une a las fuerzas del entorno: con la gravedad (elemento tierra), con las fuerzas que viven en el aire y en el agua, y con el calor. Este segundo estadio misterioso del despertar que Rudolf Steiner describe en el curso de la pedagogía curativa (3ª conferencia del 27 de junio de 1924) se puede observar justo cuando está perturbada, como es el caso en la epilepsia. Desde el punto de vista de la epilepsia se puede entender muy bien esta actividad de los órganos humanos que se expande hacia el entorno.

En el caso del epiléptico el proceso del despertar es incompleto porque la compenetración con la corporalidad está estorbada en ciertos órganos y por ello no es posible asir el elemento correspondiente en el entorno. Síntomas característicos señalan al órgano que pone el impedimento y al elemento que corresponde. El tratamiento tiene entonces el objetivo de recuperar la relación alterada con los elementos. Para ello se toman ciertas medidas y ejercicios que describiremos más abajo.

Si el niño epiléptico padece vértigo y trastornos en el equilibrio, entonces está afectada la relación con la fuerza de la gravedad y el impedimento viene del pulmón. Se le enseña a este niño cómo hacer movimientos de euritmia o gimnasia con pesas en las manos y en los pies para que experimente más fuertemente la fuerza de la gravedad. “… hágale sentir y meterse en los movimientos, en el movimiento de extensión del brazo izquierdo, en la extensión del brazo derecho y después en ambos al mismo tiempo; haga que sea consciente de la gravedad al levantar una pierna mientras la otra no se mueva. En resumidas cuentas, en los casos donde se observan ataques del vértigo porque no entran lo suficiente en las fuerzas terrenales, les dan ejercicios donde el niño esté obligado a aprender a dominar la situación del equilibrio exterior. De la misma manera se llegará a tratar a niños epilépticos o epileptoides, si uno les enseña a integrarse en las otras fuerzas”.

Se ha podido observar en varios casos que el estado de estos niños epilépticos y la frecuencia de sus ataques mejoran visiblemente, si después de una fractura se les tenía que aplicar una escayola. El peso de la escayola ayuda a notar la pesantez y actúa, sin habérselo propuesto, como tratamiento de la epilepsia.

Si un niño se queja de vértigo y nauseas, lo que suele ocurrir en las crisis psico motoras, entonces está mal la circulación de los jugos digestivos regulados por el hígado y se trata de una falta de integración en el elemento agua. Es obvio que la relación con el agua se puede practicar con la natación. Mientras el niño se concentra en los movimientos no existe peligro de que sobrevenga un ataque y se ahogue. Más peligro existe en el momento en que vuelve a la orilla en estado de relajamiento.

Existe otra manera de ayudar al niño para darse cuenta del elemento agua, si uno les prepara comidas variadas con sabor intenso. Tales vivencias en el saborear llegan en su efecto hasta el hígado mismo.

Si tenemos ofuscamiento de la consciencia, como en los casos de picnolepsia, entonces esta alterada la relación con el aire. Lo corrobora el hecho de que estas “ausencias” pueden provocarse por una respiración forzada (hiperventilación). En estos casos están indicados ejercicios de respiración cuidadosamente regulados. Es verdad, que hasta ahora no está claro de que manera se deben practicar con los niños. Hasta hoy, por ejemplo, se les ha hecho saltar en el trampolín para estimular la respiración de estos

54

Page 55: Los 4 Organos Holzapfel

niños. También la euritmia curativa y el arte de la palabra pueden influenciar la respiración.

A todos los niños epilépticos sea cual fuera su caso se les debería poner ropa un poco más caliente. La tendencia a transpirar que se fomenta con ello ayuda a que se traspasen los límites de la piel a través de una sutil secreción de sudar. Con ello uno se opone a la tendencia de encerrarse y congestionarse que caracteriza generalmente a todas las formas de epilepsia.

Si existen trastornos específicos en el proceso calórico, que se manifiestan en manos y pies fríos y temperatura baja, se pueden tratar con cataplasmas o envolturas que aumenten la transpiración. A veces se observa que estos niños realmente no saben sudar, es decir, que a pesar de la aplicación de calor no rompen a sudar. Pero poco a poco, repitiendo las aplicaciones de calor, lo van aprendiendo con el tiempo.

Echemos finalmente otra mirada a los cuatro motivos orgánicos y veamos como se expresan en el riego sanguíneo tan distinto. Estos motivos que ya se mencionaron en el primer capítulo del libro, se pueden dibujar esquemáticamente (ver dibujo a continuación)

Pulmón Azul se vuelve Rojo

Higado Azul se queda Azul

Riñón Rojo se queda Rojo

Corazón Azul contra Rojo

55

Page 56: Los 4 Organos Holzapfel

Comparandolos entre ellos se ve que el motivo del corazón ocupa un lugar propio. El corazón no tiene una micro estructura con un riego característico como los demás órganos, pues el interior del corazón consiste prácticamente solo de sangre. Tampoco el motivo del corazón muestra una corriente continuada, sino dos corrientes paralelas. El corazón es el único órgano donde la circulación de la sangre se detiene un momento cuando todos las válvulas están cerrados.

Aunque en este y otros sentidos el corazón parece caer fuera del contexto de los demás órganos, es por el otro lado precisamente el órgano que engloba la actividad de los cuatro.

Esta actividad englobadora ocurre de la forma siguiente (véase ilustración 21 ): El corazón derecho sigue al motivo del hígado: “azul queda azul”: la sangre azul que entra, sale del corazón como sangre azul. El corazón izquierdo sigue al motivo del riñón: “rojo queda rojo”; la sangre roja que entra, sale del corazón izquierdo, entonces pasa por el pulmón y sigue a su motivo que es: “azul se vuelve rojo”. El motivo propio del corazón “azul contra rojo” es la base de todo el conjunto.

De este modo resume el corazón los motivos de los órganos que actúan en distintas direcciones y los sostiene interiormente. Hace a nivel orgánico exactamente lo que ya hemos descubierto para el nivel anímico: “El corazón da el sostén interior”.

56

Page 57: Los 4 Organos Holzapfel

Ilustración 21. El corzón resume los motivos de los órganos

57