Los Chachapoyas de la región de Soloco. Chaquil, del sitio de hábitat a la cueva funeraria. Por Oliver Fabré. Boletin IFEA

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    Los chachapoya de la regin de Soloco: Chaquil, del sitio de hbitat a la cueva funeraria

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    Bulletin de lInstitut Franais dtudes Andines / 2008, 37 (2): 271-292

    Los chachapoya de la regin de Soloco:Chaquil, del sitio de hbitat a la cuevafuneraria

    Olivier Fabre* Jean Loup Guyot**Rodolfo Salas Gismondi***Manuel Malaver Pizarro****

    Ermanno Maniero*****

    Res meLa regin de Soloco, ubicada al norte de la ceja de selva peruana, fue ocupada entre los aos 800 y 1470d. C. por una poblacin perteneciente a la tradicin chachapoya. Entre los diferentes asentamientosprehispnicos, que conforman el paisaje arqueolgico, se encuentra el sitio de Chaquil asociado ala caverna epnima. Diferentes misiones arqueolgicas y espeleolgicas, con el fin de explorar y detopografiar las redes subterrneas del macizo de Soloco, han permitido dar cuenta de la presencia denumerosos restos de huesos humanos en el interior de esta cavidad los cuales confirman la utilizacinprehispnica de las cuevas como lugar de sepultura.

    Palabras clave: Per, chachapoya, ceja de selva, Chaquil, Arqueologa, Espeleologa

    * Arquelogo, Investigador asociado al IFEA, Afiliado a la PUCP.E-mail: [email protected]

    ** Hidrlogo, IRD, CP 7091 - Lago Sul, 71619-970 - Brasilia (DF) Brasil. E-mail: [email protected]*** Paleontlogo, Museo de Historia Natural, UNMSM, Departamento de Paleontologa de Vertebrados. Avenida

    Arenales 1256, Lima 14. E-mail: [email protected]**** Arquelogo, encargado del rea de Patrimonio Arqueolgico del INC-Amazonas. E-mail: [email protected]*****Cinlogo, Universidad Alas Peruanas. E-mail: [email protected]

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    Les C ac ap a e la r i e S l c : C a il, e l abitat lar tte raire

    Rs mLa rgion de Soloco, au nord du piedmont amazonien pruvien, fut occupe entre 800 ap. J.-C.et 1470 ap. J.-C. par une population appartenant la tradition chachapoya. Parmi les diffrentstablissements prhispaniques, parsemant le paysage archologique, se trouve le site de Chaquil quiest associ la caverne ponyme. Diffrentes missions archologiques et splologiques, ayant pourbut dexplorer et de topographier les rseaux souterrains du massif de Soloco, ont permis de mettreau jour la prsence de nombreux ossements humains lintrieur de cette cavit qui attestent delutilisation prhispanique des cavernes comme lieu de spulture.

    M ts cls: Prou, Chachapoya, piedmont amazonien, Chaquil, Archologie, Splologie

    T e C ac ap a t e re i S l c : C a il r m t e site abitat t t e eral cave

    AbstractThe region of Soloco, located in the North of the Peruvianceja de selva, was occupied between 800ac. J.-C. and 1470 ac. J.-C. by a population belonging to the tradition chachapoya. Among the variouspre-Hispanic establishments, strewing the archaeological landscape, the site of Chaquil is located nearthe eponymous cave of Chaquil. Various archaeological and caving missions, aiming at investigating and mapping the subterranean networks of the Soloco area, allowed to bring to light the presence of

    numerous human bones inside this cave which give evidence of the pre-Hispanic use of caves as placeof burial.

    Ke w r s: Peru, Chachapoya, ceja de selva, Chaquil, Archeology, Caving

    InTRoduCCIn

    Se define generalmente con el nombre de chachapoya denominacin que apareceen los textos de los siglos XVI y XVII como un nombre genrico que designa una provinciadel Imperio incaico a un conjunto de poblaciones1, organizadas encuracazgos2, quecompartan numerosos rasgos culturales en su arquitectura, en su iconografa arquitectural, enlas formas y decoraciones de las cermicas, pero que tenan esquemas funerarios diferentes.Estos rasgos comunes, en funcin a su aparente unidad, estn agrupados en la literaturacientfica bajo los trminos de tradicin o cultura arqueolgica chachapoya, en referenciaal nombre genrico que nos transmiten las crnicas (Garcilaso de la Vega, 2004 [1609]). Actualmente, sabemos que esas poblaciones ocupaban una zona atrancada entre los ros

    1 Preferimos el trmino poblacin al de grupo tnico: consideramos en realidad que la apelacin grupo tnico,recurrente en la literatura cientfica, debe utilizarse con cuidado porque no toma en cuenta los datos lingsticos.No sabemos qu lengua(s) se hablaba(n) antes de la llegada de los incas en la regin. Poblacin corresponde aun conjunto de individuos habitantes de un mismo territorio.

    2 El trminocuracazgoes de origen quechua. Lo empleamos en su sentido generalizado para designar una reginautctona constituida bajo la autoridad de un seor o de un jefe, elcuraca(Schjellerup, 2005: 26).

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    Maran y Huallaga a la altura de los departamentos de La Libertad y de San Martn(Ravines, 1978; Cornejo-Garca, 2002), y est limitada al sur con la actual regin dePias departamento de La Libertad y con la regin de Luya al norte departamento de Amazonas3. La tradicin chachapoya perdur, aproximadamente, de 800 d. C. a 1470d. C. (Schjellerup, 2005), fecha en la cual los incas conquistaron y colonizaron esta reginbajo el mando de Tupac Yupanqui.Los sitios de hbitat atribuidos a la tradicin chachapoya se sitan, en su mayora, en lascumbres calizas y las vertientes de las montaas y, un pequeo nmero de ellos, en losvalles de las regiones de gran altitud. Estn definidos por asentamientos compuestos deterrazas que permiten nivelar el terreno, sobre las cuales se erigen estructuras de hbitat deplano circular y ovoide que generalmente descansan sobre un embasamiento del mismoplano; estando ambos niveles separados por una cornisa. Cualquiera de los niveles puedeestar realzado por un friso de piedra representando muy a menudo figuras en zigzag oromboidales. A veces, estos edificios se mezclan con un pequeo nmero de estructuras deplano cuadrangular. El material de construccin, a menudo, es la piedra caliza.Si bien se revela cierta homogeneidad o unidad en los sitios de hbitat, los sitiosfunerarios revisten, por el contrario, aspectos diferentes y estn esencialmente representadospor conjuntos de sepulturas dispuestas generalmente en flanco de alcantilado. Se componende purunmachus(sarcfagos) o dechullpas(mausoleos). El difcil acceso a estas sepulturas,a menudo incluso imposible, testimonia un perfecto dominio de las tcnicas de progresinvertical empleadas por las poblaciones prehispnicas. No obstante, descubrimientosespeleolgicos recientes realizados en la regin de Soloco provincia de Chachapoyas,departamento de Amazonas muestran que el mundo subterrneo, en paralelo al mundoareo, fue tambin utilizado por las poblaciones de tradicin chachapoya como lugarde sepultura (Bigot, 2006; Le Falher, 2006; Knutson, 2006). Y, a veces, los difuntos seencuentran a grandes distancias y a grandes profundidades con respecto a la entrada de lacavidad, lo que comprueba un conocimiento de la progresin subterrnea. Sin embargo,ningn estudio arqueolgico haba sido hecho hasta la fecha bajo tierra.El trabajo presentado en este artculo se inici durante un primer reconocimiento del sitiode Chaquil (Fabre, 2006b), llevado a cabo gracias al apoyo del Grupo Espeleolgico deBagnols Marcoule (GSBM) y del Espeleo Club Andino de Lima (ECA). Este se realiz dentrode las investigaciones emprendidas en el ao 2004 en la regin de Soloco y de Chetoprovincia de Chachapoyas, departamento de Amazonas, dentro del marco de unaTesis de Doctorado (Fabre, 2006a).El presente artculo tiene como objetivo documentar y describir la ocupacin prehispnica

    de la cueva de Chaquil, haciendo el enlace con el sitio prehispnico epnimo.

    1. EL ConTExTo gEogRfICo El macizo de Soloco (77,7 W - 06,3 S), que pertenece a la ceja de selva, se encuentrasituado a 15 km al sudeste de la ciudad de Chachapoyas, capital del departamento de Amazonas, Per. La zona crstica explorada durante los trabajos espeleolgicos se extiendeal sur del pueblo de Soloco, segn un rectngulo de aproximadamente 10 km de nortea sur, y de 6 km de este a oeste (fig. 1). La topografa de la regin se caracteriza por la

    3 Cabe mencionar que las recientes prospecciones que hemos llevado a cabo con el INC-Amazonas, en septiembrede 2007, han permitido comprobar la presencia de asentamientos y sepulturas de tradicin chachapoya ms alnorte de la laguna de Pomacocha, provincia de Bongara, departamento de Amazonas.

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    presencia de numerosas dolinas, depresiones cerradas, de tamaos muy variados, desde

    unos 10 m hasta varios kilmetros, cuyo fondo est generalmente a 2 900 m de altitud. Lascimas alcanzan los 3 500 m, mientras que el punto bajo, es decir, la resurgencia del roSoloco, est ubicada al norte del macizo a 2 580 msnm (Couturaud, 2006).Las cuevas y cavernas del macizo de Soloco se desarrollan en los calcreos del Trias(formacin Chambara), que descansan en discordancia sobre series sedimentarias yvolcnicas-sedimentarias del Prmico: la formacin Mitu (Dalmayrac et al. , 1980). Elcontacto entre las series prmicas, impermeables y las calcreas trisicas, constituye una

    zona preferencial de tragaderos en la cual se precipitan los riachuelos que alimentan los rossubterrneos (Baby, 2006). El ro Chaquil, que nace de la resurgencia del Yacuahui (fig. 1)transcurre por una extensa depresin cerrada, sobre una longitud de aproximadamente2 km, para desaparecer al contacto de una impresionante barra calcrea. Las aguas del

    ro Chaquil reaparecen probablemente a la altura de la resurgencia de Soloco, como loatestigua la creencia local (Le Falher, 2004), a pesar de que los indicios tectnicos sustentenun drenaje tectnico hacia el noreste (Baby, 2006). El abismo bautizado como tragadero

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    S o n c h e

    O l i a

    O l i a

    O l i a

    S o l o c o

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    S a l c a

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    Chinchango

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    DaniaPurum Llacta

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    CalcungaPurum Llacta

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    Huamalacusca

    El Mito

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    CONDORCANQUI

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    Chachapoyas

    Carreteras

    RosCurvas de nivel

    Pueblos

    Sitios arqueolgicos

    Cuevas con vestigios

    Resurgencias

    Tragadero

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    fi ra 1 Mapa ar e l ic e la re i e S l c e C et(segn O. Fabre)

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    permiti elaborar un sistema defensivo basado enalianzas entre los diferentescuracazgos, permitiendovigilar los valles y a sus vecinos, aliados o enemigos.Esta concepcin de los sitios establecidos en la cima delas montaas por razones estratgicas es caractersticade la concepcin de los asentamientos prehispnicosdel Per andino del Intermedio Tardo, consideradocomo un periodo de fraccionamiento polticoalimentado por numerosos conflictos. Sin embargo,para nuestra regin de estudio y sin aplicar un estrictodeterminismo geogrfico, sta puede ser ponderada.En efecto, la configuracin topogrfica implica que las zonas ms planas, aptas para el cultivo, se sitan en lascimas y al fondo de las dolinas. Adems, estas tierrasson frtiles. Estn recorridas por riachuelos perennesy se encuentran en el emplazamiento del depsitosedimentario de la formacin Mitu. Por lo tanto, elasentamiento humano prehispnico responde tambina una necesidad agrcola y alimenticia. Las tierraseran abundantemente cultivadas, y lo confirman losandenes de cultivo asociados a los sitios de hbitat como en Purum Llacta de Soloco, Chaquil o El Mito(fig. 2). Esta productividad de los suelos an es utilizadapor las poblaciones locales actuales. Adems, durante nuestras prospecciones, hemos

    podido determinar que los sitios arqueolgicos estn construidos sobre los calcreosy desaparecen cuando las areniscas aparecen. En afloramiento, la roca caliza es dura ycortante: ideal para la construccin porque la piedra es ms fcil de extraer y de tallar. Laspoblaciones han ocupado estos sectores y los sitios estaran construidos sobre los mismoslugares de extraccin, lo que est confirmado por la ausencia de canteras prehispnicas en elpaisaje arqueolgico. Estos elementos permiten proponer que las poblaciones de tradicinchachapoya tuvieran un gran conocimiento de su medio ambiente.Este establecimiento de los sitios sobre las rocas calcreas implica que se han relacionado,la mayor parte del tiempo, con las cavernas. En el seno de este paisaje arqueolgico, tal esel caso de Chaquil.

    3. ChAquIL: EL SITIo ARquEoLgICo

    3. 1. Metodologa de prospeccin y del levantamiento planimtrico

    En el ao 2004, hemos explorado la regin de Soloco con la ayuda de informanteslocales, y nuestro inters se dirigi de manera ms particular hacia el sitio de Chaquilpor su emplazamiento y su extensin. En el transcurso de esta misin de un mes hemosdelimitado, en un primer momento, el conjunto arqueolgico y registrado el nmero deestructuras. Luego, a partir de criterios geogrficos, hemos determinado 4 sectores y hemos

    realizado una recoleccin de superficie, sector por sector, con el objetivo de obtener unamuestra del material arqueolgico. Sin embargo, a causa de las numerosas degradaciones

    fi ra 2 A e es e la cerca a el siti ar e l ice El Mit(segn O. Fabre)

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    antrpicas y animales solo se recogi una pequea cantidad de fragmentosde cermica (fig. 3) a los cuales se agregan fragmentos de material ltico(batanes). Este material se encuentra en el almacn del INC-Amazonas. A este primer trabajo, le sucedi la ejecucin del levantamientoplanimtrico con la ayuda de un GPS diferencial puesto a disposicin porel IRD-Lima. Sin embargo, este plano solo implica uno de los 4 sectoresdefinidos previamente. El GPS diferencial funciona con una estacin basey una estacin mvil, y la espesa vegetacin an presente por algunoslugares, as como el relieve abrupto, han impedido la transmisin de laseal entre las dos estaciones. De hecho, nuestros trabajos se concentraronen el sector sudeste, el ms deforestado, y por lo tanto el plano del sitioest por completarse.La ventaja de trabajar con un GPS diferencial (fig. 4) reside en la ganancia de

    tiempo y de precisin. Avanzando con la estacin mvil, hemos delimitadocada estructura. Enseguida, una segunda etapa ha permitido dividir el terrenode modo que se determine las curvas de nivel. Los puntos registrados durantecada fase han sido enlazados entre s. Luego, gracias al georeferenciamiento,el plano de los edificios se ha superpuesto a las curvas de nivel. De estemodo, el plano en conjunto obtenido es coherente.

    3. 2. El conjunto arqueolgico

    El sitio de Chaquil es mencionado por primera vez por los esposos Reichlenquienes, bajo el auspicio del Museo del Hombre de Pars, viajaron a laregin en 1948 en el marco de La misin etnolgica francesa en el Perseptentrional. Sin embargo, no se presenta ninguna descripcin en su publicacin. Solo semenciona la existencia de un sitio del nombre de Chaquil (H. & P. Reichlen, 1950).Las ruinas se sitan a 3 000 m de altitud, a poca distancia de las de Purum Llacta de Solocoy se distribuyen a lo largo de una cresta, en forma de arco, con orientacin noroeste-sureste(fig. 5). En su parte central, stas dominan el tragadero de Chaquil. En el extremo noroeste,

    2 estructuras cuadrangulares cierran unabra mirando en direccin al sitio de ElMito. El asentamiento est compuestopor alrededor de 250 edificios, que se

    encuentran en su mayora en mal estadode conservacin. Los habitantes de la zona han utilizado a menudo las piedraspara delimitar los campos y los caminosactuales. Adems, el ganado atraviesafrecuentemente el sitio y degrada losvestigios. Aunque algunas estructuraspueden estar aisladas, las construcciones sereparten segn 2 modalidades principales,radial y lineal; modalidades recurrentes enlos sitios de tradicin chachapoya (Fabre,2006a) y determinadas en su origen por A. Narvez Vargas (1988: 136-138) en elsitio de Cuelap:fi ra 4 I stalaci e i icializaci el dgPS(segn J. Y. Bigot)

    fi ra 3 Cer mica ia sticasiti e C a il, s per ici

    (segn O. Fabre)

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    Radial: Los edificios estn dispuestosalrededor de un patio abierto y las aberturasconvergen ah. Este sistema de distribucinse encuentra en zonas relativamente planasy amplias. Lineal: Las estructuras estn dispuestaslateralmente segn 2 tipos:- ya sea, los edificios descansan sobre unasuperficie plana natural y dan frente a uncorredor de trnsito,- o estos se erigen sobre plataformas quesirven para nivelar el terreno pero tambinpara prevenir la erosin. En este caso,

    se nota una adaptacin del plano a latopografa permitiendo la construccin sobreel flanco de la montaa. Las plataformasson generalmente escalonadas y el accesode un nivel a otro se realiza por medio de

    escaleras ubicadas en el cuerpo del relleno o dispuestas lateralmente en la fachada del murode contencin. Asociados a los diferentes edificios, se encuentran unos espacios abiertos unidos porcallejuelas o pasajes. Se puede ver, a travs de esas diferentes modalidades de distribucinde las construcciones, funciones particulares colindantes a un esquema preciso. Sinembargo, si es que existen, quedan aun desconocidas hasta ahora. No obstante, podemos

    precisar que la distribucin lineal sobre plataformas escalonadas responde ms bien a lanecesidad de adaptarse a la topografa y que los espacios abiertos podran revestir uncarcter ceremonial y/o pblico (Narvez Vargas, 1988).Las estructuras constitutivas del sitio de Chaquil son mayoritariamente de plano circular(fig. 6). Aunque notemos que no siempre son perfectamente circulares, sino que ms bienoscilan entre circulares y ovoides irregulares, acercndose a veces a un plano elptico. Elplano circular se adapta al espacio disponible para la construccin entre las estructuras.Este tipo de plano es caracterstico de las construcciones de funciones domsticas (NarvezVargas & Morales Gamarra, 1999; Schjellerup, 2005), y el dimetro oscila entre 3 y 7 m.Los edificios ms pequeos podran haber servido al almacenamiento o bien de estructurasde servicio donde podan realizarse los trabajos de cocina, tal como lo han mostrado las

    investigaciones de A. Narvez Vargas en el sector de La Fortaleza en Cuelap (Narvez Vargas& Morales Gamarra, 1999). En un caso, hemos identificado una divisin interna pudiendoser un espacio reservado a los cuyes o que haya podido servir para marcar una separacinentre las reas de actividades al interior del hbitat (fig. 6A). Veamos tambin, la presenciade una estructura de plano circular a la cual se implanta un edificio en forma de arco, mspequeo, creando de ese modo un conjunto arquitectural hbrido cuya funcin permanecedesconocida pero que puede estar en relacin con actividades domsticas o que tal vezhaya servido de morada para los cuyes (fig. 6B). A menos que esas 2 construcciones nosean contemporneas.Como esto se observa en el plano del sitio, mezclados con los edificios circulares, se puedecontar algunas estructuras de plano cuadrangular, cuadrangular de ngulos redondeados, pero

    tambin en forma de arco cerrado por un muro recto. En la parte baja, 4 de esos edificios,probablemente 5 si se considera la estructura en parte derrumbada, se ubican de amboslados de un camino de acceso que lleva hacia la parte alta del sitio, pudiendo estos haber

    fi ra 5 Vista general del conjunto arqueolgico de Chaquil (segnO. Fabre)

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    cumplido una funcin de control. En estelevantamiento, la abertura de accesoal interior de las construcciones estescasamente representada. En efecto, elmal estado de conservacin de los edificiosdel sector topografiado no permite disponerde una elevacin suficiente para poderdeterminar su situacin con exactitud.Desde un punto de vista general, el espesorde los muros vara entre 0,3 y 0,5 m y elaparejo se compone de piedras calizastalladas, de forma paraleleppeda, unidaspor un mortero arcilloso, dispuestas enhileras horizontales regulares; a veces hansido utilizadas unas piedras ms pequeaspara llenar los intersticios (fig. 7).Entre las estructuras conocidas, nohan sido registradas decoracionesarquitecturales tales como, por ejemplo,los frisos en zigzag y/o romboidales queson caractersticos de la iconografa detradicin chachapoya. Este ltimo puntoes una particularidad recurrente paratodos los asentamientos arqueolgicoscensados en la regin de Cheto y Solocoque no presentan ninguna edificacinprovista de una decoracin arquitectural. Adems, esta parte del territoriochachapoya alberga asentamientosque a menudo poseen estructurascuadrangulares de ngulos exterioresredondeados y se ilustra a travs de unacasi ausencia de edificios erigidos sobreun embasamiento, rasgo caracterstico

    de la arquitectura de las estructuras de hbitat detradicin chachapoya. Consideramos que estasparticularidades arquitecturales son especficas dela poblacin o poblaciones de tradicin chachapoyaque hayan vivido en la regin de Soloco y de Cheto(Fabre, 2006a).

    4. EL TRAgAdERo dE ChAquIL

    La cavidad de Chaquil se abre al fondo de unpequeo valle ciego que domina la margenderecha, al este, del ro de Chaquil (fig. 8). Esta

    cavidad funciona como un tragadero temporaly absorbe las aguas de la corriente del pequeovalle en el cual se sita, de ah su nombre defi ra 7 Mamp stera e e i ici , C a il(segn O. Fabre)

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    fi ra 6 Pla el sect r s reste el siti ar e l ic e C(segn O. Fabre & J. Apaestegui)

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    tragadero, o tragador. Tomando en cuentael tamao pequeo de la cuenca drenadapor ese vallecillo, nunca habamos observadoel chorreo perenne a la altura de la entradani la huella de grandes corrientes en suprofundidad.El tragadero de Chaquil (figs. 9 y 10), conocidodesde siempre por los pobladores locales, fueindicado a los espelelogos durante un primerreconocimiento de la regin, en octubrede 2003. La exploracin de la cavidad solocomenz un ao despus, con el descenso delos 2 primeros pozos hasta una profundidadde 60 m. Este primer reconocimiento hapermitido poner en evidencia numerososhuesos humanos, situados a 20 m de la basedel primer pozo de 14 m (P 14), hasta -60 m.

    La exploracin continu con miras a llegar al fondo de la cavidad, a -154 m. La cavidad setermina sobre un sifn y tiene un total de 300 m de desarrollo, esencialmente segn fracturasde eje norte-sur, mientras que el valle tiene una orientacin suroeste-noreste.La entrada est constituida por una extensa depresin dolina al fondo de la cual ungran bloque atrapado en equilibrio delimita varios pozos. El descenso es efectuado porel lado norte, el cual da acceso, debajo del boque, al pozo de 14 m. Al pie de ste undesprendimiento hacia el este se abre sobre una diaclasa con orientacin Norte-Sur quelleva, un poco ms lejos, hacia la saladel oso, donde se ha descubierto elesqueleto completo de un plantgrado. Al pie del mismo resalto de entrada, otrodesprendimiento, hacia el sur, conducea un pozo de 24 m (P 24). Unos restosde huesos humanos son visibles tantodentro del desprendimiento que lleva alpozo como debajo del mismo.Los numerosos restos de huesos situadosen la base del P 24 parecen haber sidocolocados intencionalmente en ese lugar. Aun estn en parte unidos y no estn ala vertical del pozo, lo que hubiera sidoel caso en una eventual cada accidental. Adems, su posicin retirada de la cascadalos mantena al abrigo, en caso de lluvia,de fuertes escorrentas. Finalmente, unagalera estrecha y ascendente partiendode la base del P 24 remonta hacia lasuperficie y parece conectarse hacia lasala de la entrada. Esta galera estrecha noha sido explorada completamente, pero

    contena huellas claras de pasaje. Deese modo, las poblaciones prehispnicaspudieron haber accedido por esta va a la

    fi ra 8 Vista e eral e la li a e C a il(segn O. Fabre)

    fi ra 9 Pla el tra a er e C a ilGrupo Espeleolgico de Bagnols-Marcoule (GSBM) y Espeleo-C Andino de Lima (ECA). Topografa: J. Y. Bigot, J. D. Klein, J. L. Gy J. L. Guyot. Dibujo y sntesis: J. L. Galera

    Pozo de 20 m (?)

    R. 8

    Sala del oso

    P. 14 de entrada

    Base chimenealateral

    Grande sala

    Pozo del lago

    Sifn - 154

    Galera estrecha

    Grande meandro

    Plato depiedra

    Bloque grande

    Osamentaconjunto 02

    P. 24

    P. 16

    P. 12

    P. 20

    P. 12

    P. 30

    Osamentaconjunto 01

    0 20 m

    N2006

    mg

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    base del P 24 para colocar a sus difuntos ah sintener que descender el pozo.En la base del P 24, algunos resaltos hacia elnoroeste llevan hacia una sucesin de nuevospozos de 20, 12 y 16 m, dando dentro de unagran sala. Algunos restos de huesos son anvisibles pero, situados sobre el suelo, parecenhaber sido arrastrados por las aguas del arrollo.Un gran meandro le sigue a esta sala hacia elnoreste, para desembocar arriba de los dos pozosterminales de 12 y 30 m permitiendo alcanzar elfondo de la cavidad en la cota de -154 m.

    4. 1. Material arqueolgicoregistrado

    4. 1. 1. Metodologa

    Los trabajos arqueolgicos en el tragadero deChaquil han chocado con numerosas dificultades. Adems de las dificultades fsicas, de la ausenciade luminosidad, y de un terreno accidentado,numerosos derrumbes han perturbado el

    contexto arqueolgico.Nuestra progresin se ha efectuado utilizandolas tcnicas clsicas de espeleologa verticalenseadas por los miembros del GSBM. Teniendoel material presente en superficie, hemos realizado una limpieza, sobretodo para retirar elbarro que enloda los vestigios, as como una recoleccin de superficie. Por el contrario,

    los restos de huesos han sido dejadosin situy hemosefectuado un levantamiento fotogrfico. La faltade luminosidad, la perturbacin del contexto y delconjunto de osamenta a causa de los derrumbes, de lasescorrentas y del primer paso de los espelelogos nos

    ha disuadido de efectuar un levantamiento grfico.

    4. 1. 2. Descripcin del material arqueolgico

    Ms abajo del pozo de entrada (P 14), hemos registradonumerosos fragmentos de cermicas provenientesde recipientes de forma indeterminada. Los mssignificativos son 2 bordes. El primero (fig. 11A) estvolteado en el exterior y realzado, cerca del labio, conuna tira de arcilla aplicada serpentiforme. El segundo(fig. 11B) presenta un reborde modelado ubicado enla unin del cuello y del borde. Estas formas de bordey esta decoracin son caractersticas de la cermica de

    fi ra 10 C rte el tra a er e C a il

    Grupo Espeleolgico de Bagnols-Marcoule (GSBM) y EspClub Andino de Lima (ECA). Topografa: J. Y. Bigot, J. D. J. L. Galera y J. L. Guyot. Dibujo y sntesis: J. L. Galera

    ?

    ?

    P. 12

    P. 24

    P. 20

    P. 12

    P. 16

    P. 30

    ?

    ?

    - 154

    ?

    ?

    50 m

    0 m

    ?

    0

    R. 8

    Sala del oso

    Pozo de 20 m (?)

    Osamentaconjunto 02

    Chimenealateral

    Pozo del lago

    Sifn

    Grande sala

    P. 14

    Osamentaconjunto 01

    fi ra 11 B r es e cer mica, c eva e C a il(segn O. Fabre)

    0 5cm

    A

    B

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    tradicin chachapoya (Ruiz Estrada, 1972; Schjellerup,2005). En ambos casos, la pasta se ha cocido enatmsfera reducida. A poca distancia, se ha registradoun batn gastado en su centro (fig. 12).Unos 10 m ms lejos, dentro de una fisura en direccinde la sala del oso, nuestra progresin nos puso enpresencia de numerosas osamentas humanas tomadasdentro de una amalgama de barro y de piedra (figs. 9y 10, conjunto 01), ciertamente porque han sidoarrastrados por un derrumbe de su emplazamiento deorigen. A partir de los crneos y de los huesos largos,hemos definido el nmero mnimo de individuos:4 adultos y un nio determinado por el tamao delcrneo y las soldaduras incompletas de las diferentespartes de la caja craneana. Dos de los crneos adultospresentan sobre el lado izquierdo, encima de la oreja,sobre el hueso temporal, una herida post mrtem o quecaus la muerte puesto que el hueso no comenz sucicatrizacin (fig. 13, A y B). Asociados a estos huesosfi ra 12 Bat , c eva e C a il(segn O. Fabre)

    fi ra 13 Cr e s c eri a trepa aci , c eva e C a il(segn O. Fabre)

    4 No hemos podido definir con exactitud el nombre mnimo de cada animal.

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    humanos se encuentran numerosos huesos de animales4: perros, diversos roedores y zorrinos (Conepatus sp.).Debajo del segundo pozo (P 24), en un contexto menos perturbado, otros restos de huesoshumanos cubren la cavidad (figs. 9 y 10, conjunto 02). El nmero mnimo de individuos esigual a 3 adultos asociados, por lo menos, a 3 perros y a diversos restos de zorrinos (Conepatussp.)5. Entre esos vestigios, hacia un lado de la vertical del pozo, se nota el alineamientode las vrtebras de un perro con su pelvis. El conjunto descansa sobre algunas costillas deun esqueleto humano completo pero en parte disturbado. El crneo humano presenta lamisma herida sobre el hueso temporal izquierdo que 2 de los crneos identificados en elnivel superior (fig. 13C), adems de una rotura contempornea del hueso parietal y de unatrepanacin en curso de cicatrizacin al nivel del hueso frontal (fig. 13D). Se relacionan aeste material varios fragmentos de cermica, entre ellos un asa que presenta dos posibleshuecos de reparacin y el mismo tipo de coccin y depasta que la cermica encontrada debajo del primerpozo.Durante una prospeccin ulterior de la dolina deChaquil, los espelelogos encontraron otra entradade cavidad, de poca profundidad. Al interior de esta,descansan por lo menos 3 difuntos de los cuales unotambin presenta la misma herida sobre el huesotemporal izquierdo (fig. 14).

    4. 2. Fauna asociada a los restoshumanos

    4. 2. 1. Materiales y mtodos

    Las mediciones del material seo fueron realizadaspor Rodolfo Salas-Gismondi (Museo de HistoriaNatural-UNMSM, Lima) y Ermanno Maniero (Universidad Alas Peruanas, Lima), con uncaliper analgico con una aproximacin de 0,1 mm y segn Von den Driesch (1976). Elndice ceflico total est dado por la relacin entre el ancho zigomtico y la longitud totaldel crneo.Las muestras analizadas corresponden a:

    u cr e ma b las e perr (fig. 15, A-C, tablas 1-2), registrados en elDepartamento de Mastozoologa del Museo de Historia Natural de Lima con la referenciaMUSM 21348.Clase MAMMALIA Linnaeus, 1758Orden CARNIVORA Bowdich, 1821Familia CANIDAE Fischer de Waldheim, 1817CANISLinnaeus, 1758CANIS FAMILIARISLinnaeus, 1758El material corresponde a un perro adulto joven (posiblemente entre 3 y 5 aos de edad)de tamao mediano. El perfil dorsal del crneo es horizontal en la regin parietal y a

    5 No hemos podido definir con exactitud el nombre mnimo de zorrinos.

    fi ra 14 Cr e c eri a s bre el es tempiz ier , li a e C a il, cavi a sec(segn GSBM)

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    nivel de los procesos postorbitarios. Anteriormente, este margen adquiere una marcadapendiente que decrece ligeramente recin a la altura de los nasales. Esta caractersticadefine la forma general del crneo: alto detrs de las rbitas oculares y bajo en elhocico. Las lneas crneo-faciales convexas corresponden al tipo cirtoide. Los procesospostorbitarios de los frontales son robustos y entre ellos el eje longitudinal del crneo seencuentra acentuadamente hundido. El hocico es fino y estrecho. El ndice ceflico totales 56, por lo que se considera sub-braquicfalo. Las caractersticas crneo-faciales soncomparables con las del American Staffordshire Terrier.El material referido es el primer crneo de un cnido en contexto arqueolgicoencontrado en la ceja de selva. El esqueleto asociado a restos humanos sugiere lacercana e importancia de este animal en las poblaciones de tradicin chachapoya.Ciertas caractersticas observadas en el crneo (i.e., protuberancia de la apfisis occipital)corresponden con aquellas de un perro de trabajo y no de cacera. Los perros de trabajose caracterizan por una contextura robusta y fuerza fsica, mientras que los perros de

    cacera son ms bien giles y esbeltos. Las posibles relaciones filogenticas de este perrocon otros son desconocidas. Sin embargo, podemos afirmar que no se trata del perro sinpelo del Per, sino de un ejemplar con pelo. La comparacin morfolgica del materialdescubierto en Chaquil est limitada por la carencia de trabajos osteolgicos sobre perrosprehispnicos descubiertos en la costa y en la sierra.

    fi ra 15 M estras e rest s e mam er s esc biert s e la c eva e C a il. A-C.Canis familiaris (MuSM 21348): cr e e vista lateral (A) cl sal (B) e tari

    erec e vista lateral (C). d-f.Conepatus sp. (MuSM 21349): cr e e vista lateral(d) cl sal (E) e tari erec e vista lateral (f). g. T mas m s sp. (MuSM21350) e vista cl sal(segn Salas-Gismondi & Maniero)

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    Medidas del crneo MUsM 21348

    l g tu t t 175l g tu 163l g tu u t 84,7l g tu f 100l g tu h 63l g tu m f m 62,4 a h z g m t 98 a h t p t t 40,5 a h f t 50,7 a h m x m p 60,1 a h v 35,0 a tu m x m t t u 26,8

    Tabla 1 Me i as cra ea as (e mm) eCanis familiaris (MuSM 21348)

    e: estimado

    Medidas de la MandbUla MUsM 21348l g tu t t 133,2l g tu h t

    v 116,1

    l g tu m f m 71,0 a tu m u t m1 24,3 a tu m v t 51,5

    Tabla 2 M m u ( mm) Canis familiaris (MUsM 21348)

    u cr e ma b las e z rri (fig. 15, D-F), registrado en el Departamento deMastozoologa del Museo de Historia Natural de Lima con la referencia MUSM 21349.Familia MEPHITIDAE Bonaparte, 1845CONEPATUSGray, 1837CONEPATUSSP.El material corresponde a un individuo adulto. Su tamao es similar al observado enConepatus chingay Conepatus semistriatusy morfolgicamente no refleja diferenciassignificativas. Sin embargo, es ligeramente menos robusto queC. chinga(MUSM5429, MUSM 5591 y MUSM 2140). El margen dorsal del crneo a nivel de los nasalespresenta una marcada depresin que no se observa en igual magnitud en ninguno de losespecmenes mencionados.El registro fsil deConepatusen el Per se restringe al Pleistoceno del desierto costero deTalara (Churcher & Van Zyll, 1965) y Aguada de Lomas (Salaset al., 2004). Actualmente

    existen 2 especies deConepatus(C. chingay C. semistriatus) en el territorio peruano.C. chingaha sido reportado en el centro y sur del Per, as como en Chile, Argentina,Uruguay, Brasil y Bolivia.C. semistriatusest distribuido en Amrica Central y Amrica

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    del Sur tropical, siendo su reparticin meridional en el norte del Per (Wilson & Reeder,2005; Pacheco,comunicacin personal, 2007). El material deConepatusde Chaquil hasido encontrado dentro del rea de distribucin conocida paraC. semistriatus.Las especies del gneroConepatusse alimentan principalmente de insectos y races(Ewer, 1973). Habitan lugares rocosos, troncos huecos o madrigueras que excavan en elsuelo de ambientes abiertos y bosques hasta una altitud de 4 100 m (Nowak, 1999). Amb s ma ilares c M1-M3 prema ilar erec c i cisiv e r e r (fig. 15G),registrado en el Departamento de Mastozoologa del Museo de Historia Natural de Limacon la referencia MUSM 21350.Orden RODENTIA Bowdich, 1821Familia CRICETIDAE Fischer, 1817Subfamilia SIGMODONTINAE Wagner, 1843THOMASOMYSCoues, 1884THOMASOMYSSP.El material descubierto pertenece a un individuo adulto. Su talla es mayor que cualquierade las especies conocidas del gnero, incluyendoThomasomys apeco, el taxn de mayortamao (Leo & Gardner, 1993). En MUSM 21350 la longitud de la serie M1-M3 es11,2 mm, mientras que enT . apecoy T . aureuses en promedio 9,9 mm y 7,5 mm,respectivamente. La dimensin referida para MUSM 21350 se encuentra fuera del rangoconsignado en la bibliografa para las especies mencionadas (Leo & Gardner, 1993; Voss,2003) por lo que podra tratarse de una nueva especie. El puente palatino es estrecho( sensuHershkovitz, 1962) como enT . apecoy enT . aureus. El material se encuentra enestudio por V. Pacheco.

    Thomasomyses un gnero endmico de los Andes tropicales ubicados entre Venezuelay Bolivia (e.g., Voss, 2003). En el Per est representado al menos por 17 especies,distribuidas en el bosque de neblina de la Vertiente Oriental de los Andes (e.g., Wilson &Reeder, 2005). Estos roedores sigmodontinos poseen hbitos arborcolas y se alimentanprincipalmente de micorrizas (Pacheco,comunicacin personal, 2007).

    5. dISCuSIn y ConCLuSIn

    La arqueologa subterrnea en el Per se encuentra an en sus inicios. Los resultadosobtenidos en Chaquil, aunque insuficientes para comprender en su totalidad la importanciade las cavernas en la sociedad chachapoya, proporcionan las primeras evidencias concretassobre la ocupacin prehispnica de las cuevas de la regin de Soloco.En el transcurso de nuestras prospecciones subterrneas, no hemos observado ningunahuella de material inca o de filiacin inca. A pesar del mal estado y de la importantefragmentacin de la cermica recogida en el tragadero de Chaquil, podemos proponer queesta pertenece a la tradicin chachapoya, sobretodo gracias al motivo serpentiforme y alborde con reborde que se encuentra en Cuelap en el Horizonte Medio y en el IntermedioTardo (Ruiz Estrada, 1972). A causa de la proximidad del sitio arqueolgico de Chaquil,dominando la caverna en su parte central, podemos admitir razonablemente que losdifuntos debieron haber formado parte de la poblacin de Chaquil, sitio, aparentemente,del Intermedio Tardo. Sin embargo, a la luz de estos datos cronolgicos fragmentadosy de la falta de estudios referidos a la cermica de tradicin chachapoya, no eludimosla posibilidad de que sean contemporneos al periodo de ocupacin de la regin por

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    los incas. Solo futuros estudios referidos a la datacin de las osamentas humanas podrandeterminarlo con exactitud.Entre los restos seos encontrados, algunos crneos adultos presentan una herida sobre elhueso temporal izquierdo. Tanto su recurrencia como la ubicacin de los cadveres y suasociacin con animales, nos hace eliminar la posibilidad de una herida engendrada por unchoque debido a una cada; es decir, una herida post mrtem. Esto en el caso en que losdifuntos habran sido arrastrados fuera de sus sepulturas de origen, probablemente situadasen las cavidades rocosas que dominan el tragadero, y de ese modo habran aterrizado enel fondo de la caverna. Adems hemos prospectado exhaustivamente todos los flancos dela dolina que domina la cueva de Chaquil y no hemos registrado sepulturas o restos desepulturas, ni material arqueolgico.La presencia de roedores asociados a los difuntos podra indicar que las destrucciones seasse deban a esos animales. Pero eso es poco probable si se tiene en cuenta la recurrenciade la ubicacin de la herida. Tambin se puede suponer que los crneos hayan sidotrepanados. Sin embargo, el estudio llevado a cabo por A. Ruiz Estrada (1994) sobre 20crneos trepanados provenientes principalmente de Cuelap, pero tambin de Huangullny de Caraja (provincia de Luya), muestra que las zonas implicadas son en primer lugar,el hueso parietal, particularmente del lado derecho, luego el frontal, como se observaadems sobre uno de los crneos situado debajo del P 24, luego el occipital. Ningn crneopresenta trepanaciones sobre el hueso temporal, izquierdo o derecho. En la provincia deChuquibamba, los crneos trepanados encontrados por I. Schjellerup han sido trepanadossobre el hueso frontal (Jakobsenet al., 1986-1987; Schjellerup, 2005). Evidentemente, la zona elegida para la trepanacin vara con la patologa, o la ubicacin de la herida porcurar, o de acuerdo con la idea que los cirujanos prehispnicos tenan de las enfermedadesceflicas. Pero de manera general, son los huesos parietal y frontal los elegidos como parala mayor parte de las trepanaciones (Weiss, 1958; Lisowski, 1967).De hecho, es posible que la herida, estando situada en un lugar mortal, se deba a un golpeintencional, probablemente propinado durante un combate o una ejecucin. Luego, losrestos habran sido depositados en el interior de la cavidad rocosa. Por otro lado, si nosreferimos al texto del cronista espaol Cieza de Len, nos enteramos que los habitantes dela regin de Chachapoyas practicaban el sacrificio (Cieza de Len, 1984 [1553]: 230). Sinembargo, no precisa su naturaleza, humana y/o anmale. Por lo tanto se podra suponerque los individuos hayan sido sacrificados en el interior mismo de la caverna, o al exterior,y luego depositados en la cavidad. No obstante, tanto en un caso como en el otro, no seobserva hundimiento de la caja craneana o fracturas radiales debidas al choque ocasionadopor el arma. En todos los casos, la ubicacin de los difuntos y sus asociaciones con perros,nos permiten eludir la posibilidad de que los cuerpos hayan sido arrojados desde la entradadel tragadero.Debajo del segundo pozo, tenemos la misma proporcin de perros que de humanos,esto es probablemente idntico debajo del primer pozo pero no hemos podido definirlocon exactitud.La asociacin respectiva de cada muerto con perros y la ubicacin de los mismos, nos incitaa pensar que, cada vez, este animal ha sido depositado intencionalmente con el difuntoy que, adems, cumpla una funcin preponderante para las poblaciones prehispnicasde la regin de Soloco. Sera interesante determinar si los perros encontrados tienen unorigen exterior, por ejemplo, las zonas costeas peruanas, o si se trata de la crianza de este

    mamfero en la ceja de selva. No obstante, la falta de estudio sobre el perro prehispnicodificulta cualquier reflexin.

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    En lo que respecta a los roedores, estos son, por cierto, intrusivos, las cuevas actan comotrampas. Sin embargo, no podemos determinarlo con certeza en el caso de los zorrinos(Conepatussp.) cuya asociacin recurrente con los difuntos permanece inexplicada. Parecedifcil que hayan resistido a una cada de 14 m para irse enseguida al nivel del primer grupode osamentas humanas, y tambin, que hayan penetrado la cavidad para descender elsegundo pozo de 24 m.La ocupacin prehispnica de las cavidades subterrneas en la zona de Chachapoyas noest limitada nicamente a la regin de Soloco. En efecto, durante varias expediciones

    espeleolgicas, hemos podido determinar que diferentes cavernas habran sido utilizadascomo lugar de sepultura, por ejemplo, Shatuca y Eldorado (provincia de Bongara),Vaquin y Quiocta (provincia de Luya) o incluso las cuevas de Yacyejuc (fig. 16), cercade la Jalca Grande, y Carpona, cerca de Montevideo (provincia de Chachapoyas). Estosdescubrimientos han permitido confirmar, al igual que Chaquil, que los difuntos estnsiempre ubicados fuera de las zonas de crecida de las aguas subterrneas, lo que denota unprofundo conocimiento del medio subterrneo.De manera general, las cuevas, como las lagunas y fuentes de agua, cumplen un papelpreponderante dentro de la mitologa centroandina. Sin embargo, este primer trabajose basa sobre observaciones de superficie y tenemos una falta total de referencias sobrela concepcin del mundo subterrneo en las poblaciones de tradicin chachapoya. Estafalta de conocimiento se une a la del mundo de los ancestros en general. Las sepulturasde tradicin chachapoya no se conocen bien aunque algunas hayan sido excavadas demanera cientfica.En la cueva de Chaquil, no hemos registrado vestigios de construcciones. La ausencia deestructuras funerarias es significativa e implica que la cavidad constituya en ella misma laestructura funeraria; sta le da un valor simblico. Juega un papel para la interpretacin dela funcin del difunto en el mundo de la muerte pero tambin en el mundo de los vivos. Nosiendo estos 2 universos disociables, la muerte no constituye un fin en s mismo (Kaulicke,2000). Sabemos que las poblaciones de tradicin chachapoya ubicaban a algunos de susdifuntos en los acantilados dando as una significacin al mundo vertical areo dominando

    el mundo de los vivos. Ahora, es necesario reconsiderar nuestra concepcin tomando encuenta esta utilizacin del mundo subterrneo que ubica as el mundo de los vivos sobreun eje que sirve a una suerte de simetra vertical.

    fi ra 16 di t s e c tra s e la c eva e yac ej c, La Jalca gra e(segn O. Fabre)

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    Este primer descubrimiento, y su anlisis, permanecen an incompletos y exigen servalidados a travs de la prospeccin de otras cavidades subterrneas asociadas con un sitiode hbitat. Es posible encontrar otras cuevas que hayan sido utilizadas como sepultura,especialmente la llamada torren. Se ubica en la base de una grande pea cuya estrechacumbre marca el punto ms alto del sitio arqueolgico de Purum Llacta de Soloco, y presentavestigios de muros. Se accede a este sector del asentamiento por un plano inclinado. Estaconfiguracin hizo que los lugareos llamen a esta parte del sitio el torren.Hasta la fecha, no estamos en capacidad de entender en su totalidad la significacin y laimportancia del mundo subterrneo para las poblaciones prehispnicas de la regin de Solocoy por extensin, de tradicin chachapoya. Del mismo modo, queda por saber cmo se explicanlas heridas idnticas en los crneos. Por lo tanto, se hace necesario continuar las investigacionespara avanzar en el conocimiento ms completo de la arqueologa de la regin chachapoya,tanto en el estudio de los vestigios de superficie como en el del espacio subterrneo.

    A ra ecimie t sExpresamos nuestra gratitud al INC de Amazonas (Resolucin Directoral Nacional N 635/INC) porsu colaboracin, al arquelogo J. Ruiz Barcellos, a la comunidad de Soloco por su acogida, y enparticular a Manuel y Honorato, nuestros guas en el campo, a los espelelogos franceses (GSBM)y peruanos (ECA) por su ayuda en la exploracin de las cavernas, y finalmente, a V. Pacheco, jefedel Departamento de Mastozoologa del Museo de Historia Natural, por permitirnos el acceso a losespecmenes que estn a su cargo y por sus valiosos comentarios.

    Re ere cias cita as

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    3ima, noviembre 2008 ANLISIS Y ALTERNATIVAS

    spejismos desarrollistas y autonoma comunal: El impacto de los proyecto de desarrollo en elago Titicaca (1930-2006, Armando Guevara Gil / La movilizacin de los agricultores frente al

    LC Per-Estados Unidos: Hiptesis para la discusin, Mara Luisa Burneo de la Rocha /Quines son los pequeos productores que tienen xito? Dos casos de territorios vinculados a losercados mundiales en el Per, Evelyne Mesclier, Jean-Louis Chaleard / Cmo y por qu votaron

    os campesinos? Las elecciones generales y regionales del 2006 en el campo cajamarquino , Lewisaylor / INTERNACIONAL: Bolivia: El gobierno del MAS y la Revolucin Agraria,Enriquermachea / Mxico: Transformacin de las actividades agrcolas y agroindustriales en el marco de

    os acuerdos de libre comercio, Estela Martnez Borrego

    dems: Publicaciones recibidas y sitios web sobre acuerdos de libre comercio.

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