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DUELO El destino tiene severidades impla- cables. Ha arrebatado á nuestra Uni- versidad, uno de sus catedráticos más queridos, uno de los que más han lu- chad/) por la Cáusa sagrada de la edu- cación de la juventud. Benigno Paiva, el maestro simpá- tico ú quien hace breves días veíamos entrar en las aulas con la sonrisa franca en los labios y el corazón abierto á todas las expansiones juve- niles, pagó su tributo á la natul'aleza inclemente. Este acontecimiento, que ha puesto luto en las colLUnnasde nuestra re- vista, lo ha llevado tambien ú todos los estudiantes que pudieron apreciar de cerca y en lo que valía, aquel tem- peramento privilegiado, que tenía la serenidad de los fuertes y las austeri- dades de los justos. Pocos como él pugnaron con más ahinco y firmeza por la realización de sus ideales levantados; pocos como el comprendieron la misión del profe- s'orado, f1 la que dedicó los mejores años de su vida, siempre abnegado, LOS DEBATES . REVISTA QUINCENAL ÓRGANO UNIVERSITARIO · .... .. guras y vicisitudes personales, para dedicar todas sus energías á la obra generosade instruir á la niñez. Es por esto por lo que su ejemplo vi- virá recordado sien1pre entre alaban- zas y manifestaciones unísonas de aprecio, pues los hombres no olvidan jamás á esos obreros honestos, que escapando á los extravíos de la época anhelan para el porvenir la regene- ración de la patria, y siembran gér- menes proficuos, en la tierra fecunda de las nuevas generaciones. y si olvidamos por un instante al profesor, encontraremos al amigo con todas sus afabilidades y sus rasgos peculiarísimos, que lo hacían querer doquiera se encontrase, tanta era su bondad natural y su pureza de senti- mientos. Nosotros deseamos fervientemente que la idea que el Consejo ha tenido de colocar el retrato de nuestro ma-- logrado maestro y amigo en uno de los salones de la Universidad, se lleve á efecto sin dilaciones ni demoras, como cornpensación á los méritos de aquél que en su paso por la tierra,. mereció el dictado de hombre de bien. Hásta tanto no se realize esa justa demostración, nosotros, en nombre de la juventud universitaria, que ha sa...

LOS DEBATES - PERIODICAS

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Page 1: LOS DEBATES - PERIODICAS

DUELO

El destino tiene severidades impla­cables. Ha arrebatado á nuestra Uni­versidad, uno de sus catedráticos másqueridos, uno de los que más han lu­chad/) por la Cáusa sagrada de la edu­cación de la juventud.

Benigno Paiva, el maestro simpá­tico ú quien hace breves días veíamosentrar en las aulas con la sonrisafranca en los labios y el corazónabierto á todas las expansiones juve­niles, pagó su tributo á la natul'alezainclemente.

Este acontecimiento, que ha puestoluto en las colLUnnasde nuestra re­vista, lo ha llevado tambien ú todoslos estudiantes que pudieron apreciarde cerca y en lo que valía, aquel tem­peramento privilegiado, que tenía laserenidad de los fuertes y las austeri­dades de los justos.

Pocos como él pugnaron con másahinco y firmeza por la realización desus ideales levantados; pocos comoel comprendieron la misión del profe­s'orado, f1 la que dedicó los mejoresaños de su vida, siempre abnegado,

LOS DEBATES. REVISTA QUINCENAL

ÓRGANO UNIVERSITARIO

~ ~·.."·.. ·,,·,,·"""""··"""·~:~::·:~::·,,·,,·,,·,,·"""'·,, .."""··I·':;:::~;:::~::;::;:.:;:;~::~:;~:':::;~guras y vicisitudes personales, paradedicar todas sus energías á la obragenerosa de instruir á la niñez.

Es por esto por lo que su ejemplo vi­virá recordado sien1pre entre alaban-zas y manifestaciones unísonas deaprecio, pues los hombres no olvidanjamás á esos obreros honestos, queescapando á los extravíos de la épocaanhelan para el porvenir la regene­ración de la patria, y siembran gér­menes proficuos, en la tierra fecundade las nuevas generaciones.

y si olvidamos por un instante alprofesor, encontraremos al amigo contodas sus afabilidades y sus rasgospeculiarísimos, que lo hacían quererdoquiera se encontrase, tanta era subondad natural y su pureza de senti­mientos.

Nosotros deseamos fervientementeque la idea que el Consejo ha tenidode colocar el retrato de nuestro ma-­logrado maestro y amigo en uno delos salones de la Universidad, se lleveá efecto sin dilaciones ni demoras,como cornpensación á los méritosde aquél que en su paso por la tierra,.mereció el dictado de hombre debien.

Hásta tanto no se realize esa justademostración, nosotros, en nombre dela juventud universitaria, que ha sa...

Page 2: LOS DEBATES - PERIODICAS

18 LOS DEBATES

LOS BEBATES 19

HEFOR:NIAS UNIVERSITARIAS

J. C. B.

to se podrá conocer. Ella permane­cerá inactiva como otras tantas y sedisolverá, sin ideas y sin principios.Si, por el contrario, es fuerte, no diráque le ha faltado ocasión para demos­trarlo. Ella probará su fortaleza. Lainteligencia como la virtud se mues­tran en cualquiera esfera de acción.Lossucesos pueden eambiar de dirección.pero generalmente no las anula n.

Por lo demás, la fuerza de los mis­mos sucesos, traerá probablementecuestiones de 111agnitud y problem asde trascendencia, en los cuales la ju­

ventud estará llanlada á actuar.Naturalrnente, los que ahora estu­

dian en las clases universitarias, cons­tituirán uno de los centros de la gene­ración llamada á la vida.

Esos son, pues, los que están obli­gados especialmente á observar unaconducta 111ás en armonía con lasideas de unión y de compañerismo quedeben reinar entre todos los jóvenesque se proponen en lo futuro hacer'sentir la fuerza de su inteligencia óde su carácter.

De este nloC!o es, pues, necesarioque la c0l11unidad de principios sirvade base para mantener levantado elespíritu de independencia y de recti-·tud entre todos.

1

Un .estudio atento de la actual re­glamentación Universitaria,· pone· demanifiesto los muchos lunares y lasinnumerables lagunas que tiene nues­tro plan de estudios superiores.

.convicciones, el poco interés hacia losgrandes problernas de la sociedad,todo esto forma desgl'acIadan1ente elambiente moral que respiramos y á to­do esto, que concluye por reducir á

los jóvenes á una inacción fatal, es á

lo que hay que combatir.Nuestra juventud puede tomar ejem­

plo de la generación que levantó suactividad hace treinta años, y quetodavía brilla en todas las nlanifes­taciones de la vida en inteligenciaspoderosas.

Natur'almente, los tienlpús han Catl1­biado, y los sucesos, que son los quedirigen, puede decirse, la conducta delos hombres, han tomado rumbos rnuydistintos á los de entonces.

Yana hay tiranos ni déspotas, yaparecen haber concluido las domina­ciones de cuartel,pero todavía losgobiernos, desgraciadamente ineptosy débiles, que nos rigen, hacen queestemos 111UY lejos de regulal'Ízar nues­tra vida democrática.

Por esto es por lo que los jóvenes de­

ben Ílnitar á aquellageneración varoníl,no en sus acciones pasadas,porque he­mos dicho ya que el teatro ha call1biadoradicalnlente, pero sí en saber aplicar,COlno ella lo hacía, sus inteligenciasbien organizadas en darse cuenta delvalor cle su personalidad, en acen­tuarla. en presentar rasgos caracte­rísticos de su pensamiento propio.

Lo anodino, lo incoloro, muere sindejar al pasar, huellas, ni aún del ta­lento.

Lo que vive y lo que triunfa es lo quesignifica un carácter en cualquiera delas manifestaciones de la inteligenciaó del corazón.

Si nuestra generación es. débil, prol1-

excepciones, parece estar alejada, detodo lo que se refiere á mejorar lamarcha regular del país. tLa otra partede la juventud la constituyen los quetodavía estudian, los que no han aban­donado las aulas en todo el país, aque­llos que aun no son hombres en elpleno desarrollo intelectual, pero queen breve reclamarán su puesto en lasociedad según sus aptitudes y susesfuerzos.

Esta es vercladel'mnente nuestl'a ge­neración que surge, - y uno de susgrupos selectos hay que ido ú buscará la Universidad, á sus elases diariasy á sus exámenes de fin de a110,­esa es la juventud que pareee presen­tar según hemos dicho, signc)s de fu­tura virilidad.

Sin embar'go, no hay que ilusionarse.Es muy posible que esa virilidad seatan sólo aparente, y que en el mornentode prueba no se rnuestre.

La Universidad, que ha eonseI'vadosien1pre, y aún en las peores ópoeas,su representaci6n íntegra de dignidad,puede ver'se amenazada en estos tíern­pos á que hemos llegado, por un ene­ll1igo más temible aun que la rnismaindolencia.

Si los que gobiernan (luieron irn­ponerse por la fuerza á la Universidadella no se someterá, por que no lo hahecho nunca, pero éste no' es por elmomento el caso. - Nuestro enemigode hoy, es algo que constituye el arn­biente, algo que se respira y que debi­lita aun las conciencias más fuertes.

Esa causa, que ha ruuerto n10~'al­

n1enteá más de una generación, an1e­naza infiltrarse tarnbién en la nuestra,'secándole las ftbrasde sus energías.

El abatimiento general, la fali('lde

LA GENERACIÓN NUEVA

No hay que estudiar eon detencióná la juventud que todavía no ha sa­lido de las aulas~ para: convencerse deque ella presenta algunos signos devigor. - Y decir esto en la actüalidades decir mucho.

La República pasa por un períodoexcepcional de crisis, que abarca to­das las esferas, manifestándose por lafalta de iniciativa en la mayoría de losciudadanos.

Si algunos de éstos, saliendo delabatimiento general, lanzan una ideaque, acogida con entusiasmo, podríahasta modificar ei estado de las cosas,esa idea es mirada con indiferencia ycon frialdad, especialmente por todos.aquéllos que podrían darle vida.

En nuestra juventud se suele obser­var esto de una manera dolorosa. Lasiniciativas surgen y mueren en se­guida por falta de acción.

Ante todo, debemos hacer un clis­tingo, respecto de la juventud.

Ella comprende á dos generaciones.La primera es la que se halla másavanzada, la que o~tenta á su favortitulas universitarios, la que ya ha manifestadosuactividad en las múltiplesocupaciones de la vida, pero que por

unaú otra causa. salvo honrosas

bido valorar las prendas hermosasdel carácter de Benigno Paiva, depo­sitamos sobre su tumba la siempre­viva del recuerdo, que nunca se mar­chita y no muere jamás.

J. D. V.

Page 3: LOS DEBATES - PERIODICAS

20 LOS DEBATESLOS DEBATES 21

Es por esto por lo que la noticia dela iniciación de reformas radicales hasido recibida con general, satisfaccióny ha 111erecido á sus autores unáni­mes aplausos.

Nosotros en estas breves líneas nopodremos hacer un examen detenido

.de las diversas fases de la cuestión,pues éstas son múltiples y complejas,pero nos detendremos en algunas1110dificaciones fundamentales que ánuestro entender, revisten verdaderaimportancia.

El punto capital de la reforma, elque más afecta al actual procedi­11liento, es la restricción limitada delos cursos universitarios. Se p1'etende, en efecto, reducir los progranlasde estudios, librar á los estudiantesde la pesada carga que :importaba suextensión abrumante, para que de estamanel'a tomen su ·verdadero caráctery su justa significación los estudiospreparatorios.

Estas ideas merecen y han 111ere­cido todo nuestro apoyo. y con ra­zón, pues si observamos un momentolas enormes dimensiones de los pro­gramas vigentes, si nos detenenlosen las diversas. ciencias que forman.el conjunto de nuestro bachillerato,nos convenceremos de la imposibili­-dad de adquirir tan gran cantidad denociones y admitiremos la verdad deladagio vulgar: Quien mucho abarca,poco aprieta.

No se crea por esto que afirmmnosque nadie será capaz de vencer lasrlificuItades antedichas. Podrán tal­vez. algunos estudiantes, tras est'uer­zos inauditos Ji noches pasadas envela, que no todos pueden soportar,Hagar al fin de .su carrera con un cau-

dal no despreciable de ciencia. Tam­poco en este caso aceptaremos labondad del exceso de trabajo recla­mado, pues aparte del deterioro flsico,que nunca debe descuidarse puos mu­cl~as veces es la fuente de los Hwlesmorales, existe también otro conside­rando, que no debemos olvidar.

Es menester no confundir el alrnace­namiento de conocimientos con 01 buenuso que de ellos se puede haeer. Y se­gún Herbert Spencer, par'a, que este usoseabenéfico ó, en otros térIninc)s, «paraque los conocirnientos se organizen,son necesarias dos cosas: el tiernpoy el trabajo expontúneo del pensa­miento. No son los eonocirnientosamasados en el cerebrc), al ¡nodo quelas grasas en el cuerpo, los que másvalor tienen, sinó los convertidos enlnúsculosdel espíritu».

Estas palabras del eminente filósofonos dicen que no debernos pedir ú lainteligencia y al esfuerzo de los jóvenesmás de lo que pueden y deboll dar, yque lo más provechoso os para el fun­cionarniento orgánico de la vida engeneral, huir de los excesos, que tl'aencon10 lote la enfermedad ó la nllH~rte.

Apla udai:nos, pues, sin ruserva elproyecto del H.ector de la U.nivel'si­dad, pues él redundarí1 en pro de losestudiantes, librándolos de una cargalnolesta, y encarrilará á la ensefíanzasecundaria de nuestl'o país en las víasproficuas marcadas por la .filosofíamoderna.

Otra de las reformas que se pretendeintroducir, es la de los exámenes es­critos. Tiene sus ventajas· y sus in­convenientes. Las pruebas anualestendrán á no .dudarlo mayor eficacia,pues los tribunales examinadores po-

·drán juzgar con más conocimiento·de causa y valorar con lnás exactitudla contracción jr las aptitudes de cada,estudiante. Quedarán proscritas laspreguntas ociosas y de detalle, que enmuchas ocasiones han dado lugar áque los exámenes tuvieran un resul­tado negativo, haciendo qne fuese la·casualidad la que pronunciase el fallo .

Pero desde otro punto de vista, sepierde un elemento importante, quec()bliga á muchos jóvenes al estudio.El estímulo (tal es ese elemento) de­saparece en gran parte con la modi­ficación introducida, pues la publici­·dad, principal fuente de aquél quedamuy restringida y circunscrita á lí­

mites estrechos. EfectivaInente, losexámenes serán en la generalidad de

los casos casi privados, pues única­mente los examinadores conoceránsu importancia, cosa que no sucede.con las pruebas orales, que son es­·cuchados generalmente por un audi­torio numeroso.

20 Se dirá quizá, que se debe reac­donar contra ese espíritu ostentativo,que puede engendrar nlales sin cuentoy traer apare.jadas consecuencias no­dvas~? Talvez sea conveniente hacerlopero no con medidas radicales, puessabido es que un lnodo de ser arrai­gado, una tendencia de la generali­·dad, no se destruye por un simpledecreto Universitario.

Cremnos que debían condliarse, enuna· fórnlulaarmónica ambas tenden­cias antagónicas, con lo que ganaríanla seriedad de los exámenes y que­daría satisfecha esa· irnpulsión de ha·cer las cosas pOllJ> la galérie, que tanorganizada tienen nuestros jóvenesestudiantes.

Esa fórmula armomca consistiríaen que las pruebas fueran á la vezorales y escritas, en todos los casos,fueran reglamentados ó libres los exa­minandos.

La importancia de la modificación,empero, se impone con toda eviden­cia, no importando los inconvenientesde detalle señalados, para que noso­tros, que no hacmnos otra cosa queteorizar, admitan1Cs su bondad, si enla práctica tiene consecuencias pro­vechosas.

Otras reformas de trascendenciatiene el proyecto presentado al Con­sejo, y de ellas nos ocuparemos enlos próximos números, adelantandodesde ahora que hay algunas de ver­dadero interés.

S.D.V.

Colaboración

DEL ESTUDIANTE ALMADA

Henlos recibido un artículo del se­fíor Susano Almada, en el cual se ri­diculiza una producción literaria del

joven A. Guani, aparecida hace variosdías.

En su remitido, el sefíor Almadahace resaltar con hnpagable jocosidadlas fealdades del cuento de dicho jo-

ven.Sentimos no poder publicar ese re­

mitido, pero los principio~de nuestraRevista nos 10 prohiben. Ella debedefender á todos los estudiantes y porconsiguiente al autor del cuento, quese comprende ·en el número de és­

tos.

Page 4: LOS DEBATES - PERIODICAS

LOS DEBATES LOS DEBATES

¡¡QUÉ Ij\!fPORTA.... !!

(Dedicado :i. Guzm:i.n Papini y Zús )

¡Qué importa que el vicio, reinando imperante,Las huestes domine con yugo servil!i Q1:lé importa que el goce brutal, anhelante,Abat30 en el hombre la fibra viril!

¡ \lué importa qne el pobre sudoso y hambrientoSucumba rendido del rico á la puerta,En tanto que al lado, feliz 0Imlento,Al son de las guzlas, del sueño despierta!

i Qué importa que el sabio coseche desdenesDo siembra destellos de luz y verdad,Qué imllOrta que el necio corone sus sienesDo anida tan sólo pueril fatuidad!

j Qué importa que el bueno perezca abaticl0,¡QUé importa que el justo doblegue su cuelloEn tanta qne altivo levanta el bandidoLa frente, que lleva del crimen el sello!

\ Qué importl que airado, Neptuno se agite,Sus brazo;; alzando cual genio del maly Júpiter reg o mil rayos vomite,La mar sacudiendo con furia infernal!

¡Qué importa que el mundo se cubra de ruinas!¡Que peste implacable despuelJle ciudades!j Que dichas y goees se vuelvan espinas,E impere en la tierra tan sólo crueldades! ....

Es falsa la dicha, mentira es el llanto,Sufrir es mentira, no etl:iste el dolor:Es s610 un ensueño de efímero encantoEl dulce consuelo de férvido amor.

i.ACa!-10 .del mundo la mísera escoriaE~ hondo vacío su ser cambiará?¿(> acaso no queda sino la memoriaDr.un ser que viviente fué mil años ha ?

No, nunca! Ql.le €l cuerpo descienda á la losay en cieno y gusanos transforme su serNi. un átomo sólo de aquél que reposa,'Jamás en la nada se llega á perder.

Un cambio continuo tan sólo es la vida 'No existe el reposo, pues·. falsa es la m~erte:

Materia· inconsciente, brutal, divididai Tan sólo tú existes! ¡ tú sola. eres fuerte!

B, Cuenca.

DISTANCIAS Y VOLÚrvIENES

ESTELARES

El pensamiento humano so abislna ,.cuando, basándoso en principios as­tronómicos y rnaternáticos, l'OCOITO

con la potencia de que os capa,z, lainsondable región de' las estrellas. Ymás se abisma todavía al cornpal'a,l'el tamaiio do nuestro inquieto planeta,con el de esos soles que como po­queiios puntos brillantos, tacllonan eloscuro cielo de nuestras noches.

Pero si en la apreciación do talesdistancias yen la comparación de esosvolúmenes vemos pequoiiecos para laTierra, en camhio hacemos clecluc­ciones de un mérito indiseutible J'OS­

pecto á la grandeza de nuesti'o pro­pio pensamiento. Es rHUY dm'to quesi es digna de adnliraeión la aS01n­

brosa n1agnitud do las distancia,s quedeben salvarse para llegar á las os­trellas, también es digno de maravi­llar el hecho de haberse podido uledil"esas n1ismas distancias. A luí no rnoason1bra tanto el númeeo colosal elevibraciones efectuadas por las lnolé­culas de los focos luminosos él pOI"

las del éter, que llegan á centenaresde billón en un segundo de tiempo,COlno me asombra el talento del 11om-.bre que ha sabido contarlas. El pro­blema que abordóF'resnel es notable,pero aparece muy débil su resultadoante la grandeza ·íntelectual del céle­bre físico francés.

Es tan enorme el camino que deberecorrer nuestro pensamiento para Ile-gal' á uno de aquellos soles siderales,,que, cualquiera que sea la unidad mé­trica que adoptemos, resulta siempredemasiado pequeña para la evaluación.Baste sólo saber que desde aquí hastala estrella ..A(j'a doble del Centauro, que·es .la que está 111enos alejada, segúnlas observaciones hechas hasta ahora,hay una distancia de cerca de ochobillones de leguas métricas (leguas de4 klTI. cada una). Pero el simple enun­ciado de este núrnero no nos dá unaidea suficiente de esa longitud; por esotrataremos de darnos cuenta de ella,por llledio de algunos ejemplos.

El radio de la órbita terrestre, óseala distancia rnedia que hay desde aquíal Sol, es de 37 lnillones ele leguas, ri­gurosamente calculadas; y si supone­mos que un tren expreso, cuyos rielesy motor solo caben on la imaginaciónhurna.na, carninando á razón de 50 km.por hora, se ponga en viage por lasregiones etéreas, tardaría, cmTIinandodía y neche en atravesar el espacioque Inedia entre la Tierra y el Sol,muy cerca de 340 aiios. Pues bien, esemismo tren, a1tarnente ideal, emplea­ría en Ilegal' á AlFa del Centauro,211.000 veces 340 ailos, ósea 70 111i­llones de aiios! Cuántos acontecirnien­tos geológicos, políticos y socialesno se desarrollarían durante nuestroviaje! y si hubiésemos ton1ado boletode ida y vuelta, á nuestro regreso yano encontrariamos á la Tierra, en­vuelta como estaría en las tinieblaseternas de un sol extinguido. Pobre111orada ! .aquí donde se manifestarontodas nuestras esperanzas y. hastanuestras mezquinas vanidades, esa.

morada vivificada por los rayos de unsol esplendente, ya no existiría, anda­ría fría, helada, por los espacios oscu­ros, girando al rededor de un sol tanhelado como ella misma.

A no ser que en los 1110mentos denuestra llegada hubiese sucedido unode esos acontecimientos celestes quesi bien son excesivamente raros, alfin son posibles, porque, como dicePontecoulant, ante la inmensidad delespacio se opone la inmensidad delos siglos; y ese suceso podI'ía serel choque del cadcrcer tel'l'[co{a conun torrente ele materia cósmica, uncon1eta, por ejemplo, dando lugar elencuentro ú un incendio terrestre, pro­duciendo tal vez mas tarde una nuevavida en el rodante planeta; pero se­guramente vida efímera, su duraciónse asen1ejaría á la del lirio, puesto queno sería posible su desarrollo sin losprotectores rayos del manantial he­líaco.

Hagamos ahora más sensible aún ladistancia de los ocho billones de le­guas. Supongamos que el importe delpasaje en aquel Ferro-carril sea dedospesos cada cien leguas, que es unprecio sUlnamente pequeño, y que se­gUI'anlente no serviría de tipo á nin­guna de nuestras empresas íerro-ca­rrileras; en éste supuesto, el viaje,solan1ente de ida, costaría la redondasuma de 160 n1il millones de pesos: elin1porte de la renta anual que producela Aduana uruguaya empleado.paraformar el precio del pasaje completo,pero durante diez y seis mil años!

y no se crea que hay algo de lirismoen nuestras afirmaciones;· si es ciertoque la distancia qu~hay de la Tierra alsolA(fb, del Centauro es de 8 billones

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LOS DEBATES25

A mi distinguido amigo Juan Andrés eacllún

:MISERIAS

Elmagistrado injusto, que absuelve al delincuente,·Oyendo las ofertas del mísero man~ón;

Que aplica de las leyes el peso. al macente,Es hombre sin conciencia, no tIene corazón.

El hombre miserable que la cerviz inclinaAnte el pocler inmenso de otro falaz 1Uol't~l,

Que rinde fervoroso su culto al q~e. domma,Dirige har..ia. la cárcel, su llaso crlmmal.

El triste llrisionero que teme 1101' su sllert~,<y en cambio de su vida subyuga á su naClOll,No llurga su delito tan sólo con la mu~r~e:No hay pena que castigue la culpa de tmlClÓn.

El noble lloderoso que al vil llrecio del oro,Consigue de una niña, la entre~a de. su honor t

Que escucha de sus siervos, tl'anqlUlo, el Jnsto lloro,.Inspira por sus actos, fatídico terror.

La imllúdica ramera" gastada por el vicio,Qlle en lupanar inmundo, destruye su razó~, .Qlle saba que su vida termiua en un h.OSpIClO,Merece que le tengan· inmensa compaSIón.

hacen, como antes digo, improbablesAsi, se cree según observaciones fo­tométricas hechas por Stephan, unode los directores del observatorio de':Marsella, que el volún1en de Sirio es1400 veces mayor que el del Sol. Y yohe calculado que si el diámetro apa­rente de Ay<], del Centauro, fuese na­da más que de una centésima de se­gundo, su volumen sería 600 veces elde nuestro Sol..

Nicolá.s N. Piaggio.

Existen en· la vida criieles sinsabores, .Terribles infortunios, miserias por· doqmer;y son tan numerosos, tan grallcleslos{lolora

\, Que á veces llora el alma en medio (lel placer.

Fern.ando ·Ferrería.

I

LOS DEBATES

eho antes de ser percibidos por nues­tros újos! y, cuántos carubios que novemos aún se habrán verificado yade muy antiguo!

Si sorpresa nos ha causado la enor­midad de las distancias á que se en­cuentran de nosotros las estrellas, nomenos serú la que nos ha de causarla de sus volím1enes. La Tierra ocu­pa un· espacio de 1 billón 83 Inil millo­nes de lun. cúbicos, y el Sol 1 millón300 mil veces más. Es tan grande el Solque, ~pesar de llabor de aquí á la Lu­na 94 mil leguas, la Tierra con su Lu­na podría estar comprendida dentrodel Sol, y todavía habría del satéliteá la periferia del astro radiante, casilas tres cnartas partes ele dichas 94lnil leguas. Y pensar tIue el diámetrodel Sol que tiene un largo de 170 mi­llones de leguas se vería, desde la es

.trena mas próxima, con un ángulo queno alcanza á valer siquiera una cen­tésima ele segundo!

Por no hacer demasiado largo esteartículo lIle limitaré simplemente á

mencionar algunos volúmenes de es­trellas, deducidos por la observacióny el cálculo, dejan el o para un segun­do artículo algunas consideracionesá que se presta un asunto de tantaimportancia en las grandes vías delas especulaciones celestes.

Aunque las magnitudes estelaresobtenidas por Herschel sean impro­bables, lo cierto es que este astróno­mo creyó poder decir que el volúmende Artu"o es 5 millones de veces ma­yor' que el Sol, y el de ~1le[Ja mas de12 miUones!En nuestros dias no seaceptan estos números, no porque setenga la seguridad de que son incier­tos, sino porque otras. deducciones los

gundo de tiempo, ósea 300 1nil kiló-·metros. eOIll0 la luz, partiendo de .llYádel Centauro larda en llegar ú la Tie­rra tres años y medio, se dice, ó 1Ue­jor, se puede decir, puesto que pocas.veces se estila expresarlo de esta rna­nera, que la distancia rnenCiOl1t.lda secompone de 3 aüos y Inedia do luz.

y si después de esta deterrninaciónnos trasportamos ú otras evaluaciones,cuánta..~ magnitudes inconcebibles noexpresaremos. Se ha encontrado eornotérmino medio que la distancia ele lasestrellas de 1.11 rnagnitud ú la Tierra,.se compone de 1G aüos de luz, lasde 2.11 de 28..... las de G.", según val'iosastrón0111ÓS ele GOO ailOs, y, en opinióndel P. Secchi, hasta ele 1.m.~,1. El nota­ble explorador del rnluH.lo sicleral,.Herschel 1, dedujo que la luz do las.estr'ellas de 1611

• rnagnitud, tarda, porlo 111enos, 10.000 años en llegar ú no­sotros, y que vería nebulosas que dis­taban de la Tierl'a corca de dos rni­Iones de años ele luz!

Envidio los destellos de irnaginaeiónque agitan el cerebro del ast1'ón01nomús popular de nuestros días, del espi-·ritual Flammarion, porque si agitase elmío de la misma manera, este sería un ode los rnomentos rnás oportunos paratrasladarlos al papel. El rayo de luz quehiere la retina del observador, ~alido

de uno de esos lejanos cuerpos celes­tes, hace 10,000 años que viene via­jando por las regiones e~éreas; así queno ve la estrella' tal cual se encuen-,tra en la actualidad sino como se en­contraba hace 100 siglos; á ser cierto·el relato. bíblico, ni siquiera existía lahumanidad en el momento de su par-otida.¡ Cuantos fenómenos, exclamaHumboldt,habrál1 desaparecido rnu-'

24

de leguas, los resultados obtenidosson de una rigurosa exactitud, son co­rolarios de simples operaciones arit­méticas. Y opino también que no esaventurada la creencia que tengo acer­ca de la gran precisión obtenida enel cálculo de esa enOl'me magnitudlineal. Los nombres de Henderson,Struve, Peters y tantos otros, son au­toridades de un valor indiscutible, yestas autoridades se han encargadodurante muchos años, de resolver elproblema de las distancias siderales.Triste es decirlo, sin embargo, pocasson las distancias que se han podidoevaluar, apenas si alcanzan á cien, ylos astros siderales los ha contado elastrónomo por n1illones.

No es este el momento oportunopara exponer los métodos que se hanempleado con el fin de determinar lasdistancias estelares; invitamos paraello á nuestros lectores á seguir conperseverancia un curso de astronomía,y sin entrar á considerar las profun­didades de esta noble ciencia, po­drán ver, por lo menos, la posibilidadque hay para hacerse esas evaluacio­nes con los ll1edios poderosos de ob­servación con que cuenta la telesco­pía y los no menos importantes queabarca el cálculo matemático.

Siendo tan grande el número de le­guas que representa la más ~orta dis­tanéia entre la Tierra .y las estrellas,los astrónomos han convenido en to­mar otra clase de· tipo de referenciapara expresar esas distancias con nú­meros mas pequeños, en lo que hayindudablemente dos ventajas, la delfácil recuerdo ;r la de la .. cómoda es­crituración~esa unidad ó tipo, es elespacio recorrido por la luz en un se-

Page 6: LOS DEBATES - PERIODICAS

26 tos,' DEBATES LOS DEBATES

CUESTIONES COSMOGRAFICASpor

RAFAEL ,J. FOSALBA

CUESTIÓN PREvIERA:

~EsTAN HABITADOS LOS ASTROS!

1, Continuación)

ADVERTENCIA. - En el número anterior,página 10, columna 1, a. se han deslizado doserrores notables: en la línea 22 se dice «pro­porcionalmente» en lugar de <<inversamenteproporcional»; y en la línea 32, donde dice«Los Asteroides y Jupiter 1/7}) debe decir«~os Asteroides 10/25 (término medio) y Ju­pIter 1/7».

Las leyes que rigen los fenómenoscelestes, son universales, y aunque ca­reciéramos de pruebas científicas parademostrarlo, quedaría esta uni versa­lidad aeabadamente probada, eon sólola fuerza del cálculo y del raciocinio.y sinó, fijémonos en esos astróno­mos que, por medio de operacionesmatemáticas y deducciones, fijaron enlejanas épocas la existencia de as­tros nuevos, desconocidos hasta en­tonces, más bien dicho, cuya existen­cia fué evidenciada más tarde por laobservación telescópica. Con' idénticaprecisión se predicen las conjuncionesy oposiciones de los planetas, los€clipses de los satélites de éstos v enla Tierra los eclipses de Sol y Lu~~, de­terminándose de una manera precisala llora del principio yfin del fenómeno,su magnitud, duración, etc. Pero haidó más lejos el poderdel cálculo: s epredice la vuelta de los cometas, qnevemos cruZar el espacio, determinandoal mismo tiempo la excentricidad desus <, órbitas, el tiempo que 81npleanaquéllos en recorrerlas, etc.

Ya más lejos aún: un cometa cuyo

período revolucionario era de 50 años,.8111767 pasó muy próxinlo á Júpiter;'y la atracción de este astro cambióla duración ele esa revoluc'¡ón' en 5mios, y con este período de traslaciónhubiera continuado, á no haber pasado,por segunda vez en lascercanÍ:ls do'aquel planeta, que nuevamente con­virtió su revolución de 5 aflos queduraba, en 20 aflos. Estas perturbaCio­nes fueron calculadas y anunciadasantes de su verificación.

Los sabios estudios de Keplm'; elai·rant, Newtol1, Laplace, etc., nos prue­ban la universalidad de las leyes. Nopuede hoy en día ponerse en duda lasolidaridad que une y sujeta todoslos cuerpos, -desde el útorno invisi­ble á los mundos enormes, - á laacción recíproca de unas mismas le­yes. Las de la 1UZ, calor, etc., todasson generales. (Sobre este punto nosextenderemos más en el segundo ca­pítulo de esta cuestíón, que vm'sarásobre los medios en que sedosat'ro­Han los seres organizados eil losmundos habitables).

«Así corno en una pieza de rnúsica« no hay nota alguna que no COl'l'es­« panda con el conjunto arrnónico« formado porlos delTIás,-dice Puen­« tes, -de igual l1lanera en las regio­« nes celestes no se produce ningún« efecto. por insignificante que pa­« rezca, que deje de estar subordinado« al' acuerdo .Y concierto general ».

Continuernos señalando surnal'ia­tnente, las analogías, concordancias,uniones y co~respondencias á que obe­decen las leyes que rigen al universo.

La Tierra, plan;eta prhnarlo,"':'-pol'­que sólo da vueltas al rededor'·' del801,- realiza en sidos revoluciones,

una en rededor de su eje y otra eiitorno de este astro. Los demás plane­tas de nuestro sistema, si bien es ciertoque se mueven más ó lnenos veloz­mente, según sus nlasas y su mayor ómenor distancia al centro de atracción,no de,iande tener como la Tierra, dosmovimientos circulares: uno de rota­ción sobre síln~smosy otro orbitarioó de traslación en torno del Sol. LaLuna, satélite de la Tierra, es planetasecundario por efectuar tres movi­mientos: uno éircnlar sobre su e;je,otro aparentemente elipsoidal en tm'nodel astro á que está abscripta, y elotro en combinación con el anterior,al rededor del Sol, y de forilla real­mente sinuoso - epiciclóidica. Las lu­nas de los demás astros, efectúan aná­logos moviInientos, afectando idénticasformas geométricas en ellos. El Sole;jerce su fuerza de atracción sobre laTierra y ésta á su vez sobre la Luna:Igual orden existe en los demá~ nlun­dos del sistema solar.

Este orden existe también en las re­giones siderales, donde se han alcan­zado yaáestudiar próximamente 12,000estrellas dobles y 111últiples,-sistemasplanetarios análogos al nuestro, '-ver­daderos soles con planetas que giranal rededor de los mismos y se hanpodido calcular loselenlentos de lasórbitas de rnuchos de ellos,: la RIlo eleSerpentaria,-!cl estl'elIa cuyas' compo­nentes se trasladan I1lás brevemente,efectúa é.sta traslación en cuarentarneses; las' de Zeta de Argos, lasde Signia ele la Corona Boreal y lasde Cástor de Gérninis, que son las deperíodo rnás "largo entre las calcula­das, se trasladan al cabo de 1578,843 y

632 años respectivamente.

Esa Iév CIú.e riO'e á todos los siste-J' , b", <,

mas, se Ham.a gr'avitaci6n universal,que á la par que rige lo inconm ensu­rablemente grande, domina también loinfinitamente pequeño. Los agregadosrnoleculares de mayor volúmen atraensiempre á aquellos que lo tienen me­nor, en razón inversa del cuadl'ado delas distancias que los separan. Losátomos de igual n10do se atraen y

reaccionan los unos sobre los otros.Semejante en todo á la fuerza inicial

que encierra el astro en1brionario Ó enformación, á la contenida en el género.del 11lamít'ero, en fin, elel animal, o Ú, laencerrada en la semilla de los vegeta­les; el átomo, á pesar de su infinitapequeñez, posée una suma inicial defuerza y ele movilniento que le excita áasociarse á los demás átomos, á cons­tituir agregados nloleculares < y á re­vestir formas y apariencias, desde loimpalpable é invisible, hasta lo infini­tall1ente grande como esas nebulosasarrojadas en las profundidades deléter y que oeupan en el espacio millo­nes de 111illones de kilómetros.

La vida de la tierra, así como la delos demás astros de nuestro sistema,(incluso el Sol), se halla sujeta, como­todas las cosas, á un8 ley común ygeneral, pU\3S la duración de la exis­tencia de los astros está en propor­ción con sus masas iniciales: el n1aya!'"Ó menor volumen, densidad, etc., de­terminarán en ellos la duración de susvidas, pernlitiendopor simples cálcu­los saber aproximadamente cuantoexistir[1. cada uno.

Las revoluciones geológicas quehantenido lugar en la Tierra, las que hoyse efectúan y l~s que en lo sucesivose puedan verificar, han probado los

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28 LOS' 'DEBATES LOS DEBATES 29

A .Sobre una arenosa playaDon.d~· al impulso del.viento,Tranquüas corren las olasIla.miendo alegres el suelo,

sabios, que tuvieron, tienen y tendránefecto en los demás mundos, porquelas leyes dominantes de la Naturalezaproceden en principio bajo las mismasbases. Las diferencias físicas que po­drán notarse entre unos y otros astrosson debidas á la diferencia de edad!del tiempo que llevan de desarrollo,de las circunstancias que ocasionaronla formación de sus compuestos mo­l eculares, y del movimiento inicial quepor su lugar en el espacio, desenvol­vió se en ellos.

Esta ley se cumple en todo lo quetiene vida. El animal y el vegetal exis­ten nada más que el tiempo que tar­dan en consumir los elementos defuerza encerrados en sus respectivosgérmenes.

Los alimentos que nos nutren, elaire que respiramos, en fin, cuantonos rodea en el mundo, lleva en sílos elementos que dieron ser y vidaá nuestros antecesores hace miles deaños. « La vida, -dice Flammarlón,­« la vida terrestre toda entera, no· es« más que un inmenso cambio de« materia.»

Giebel de Halle dice sobre las le·yes de la vida que «fueron siempre« unas mismas desde el principio, por­{( que la Naturaleza no ensaya com­« binaciones, como los pueblos que« hacen y derogan á su antojo; ella« es perfecta en si misma y regida en.(( su desarrollo por leyes eternas.»

Amor a la patria

COllstruceüjfZ.. - Publius Decius, qu~

primus intulit consulatU111 in falnilian1SUaITI, euro videret acienl rOmaIlanlinclinatam eí jmn pene postrataln bello

I

ANÉCDOTAS

SEGUNDO AÑO

llamó: Adán, Adán.- El cual respon­dió: Temí tu presencia y me escondí.-Dios dijo: &Por qué temes, sino por­que llas comido el fruto prohibido"?­Adán respondió: La mujer, que disteCOlTIO esposa á mí, me presentó estefruto, para que comiera.

El sellar dijo á la 111ujer: 19 Por quéhas hecho esto G?-Quién respondió: Laserpiente me engalló.-EI S'ellor dijoá la serpiente: Puesto que has enga­ñado á la mujer, serás odiosa y exe­crada entre todos los animales; tearrastrarás sobre el vientre Y come­rás la tierra. Enen1istades existiránentre tú y la n1ujer.; ella misma aplas­tará algún día tu cabeza.-Dijo tam­bién á la lllujer: Te afligiré con mu­ellOS males; darás á luz los hijos condolor, y estarás bajo el poder del va­rón.-Dios dijo después á Adán: Yaque has hecho el gusto á tu esposa,encontrarás á la tierra rebelde: ellaproducirá espinas y cardos para ti. Sa­carás el alin1ellto, de ella con 111uchotrabajo) hasta que vayas á la tierra, dela cual saliste. Anojó entonces áAdány á Eva del jardín, para que aquél cul­tivara la tierra; y colocó un ángel, quellevaba una espada de fuego en larllano, á fin de que guardara la en-

trada del Paraíso.

PRXMER AÑO

III

THADUCCIONES DEL LATIN

H I STO R I A SAGR A- DA

( continuación)

Consecuencias del pecado de nuestros primeros pa­dres. - Castiga Dlos su desobediencia.

~Ordenado y traducido expresamente para los estudian­tes de latin.)

Constnlccíón.--Adamus fugiens cons­pectum Dei, abscondit se. Deus voca­vit í1lun1: Adarne, Adame.-Qui res­})ondit: Timui conspectl1l11 tuum, etabscondi me.-Deus· inquit: ¿Cur ti-Illes, nisi quia comedisti íructun1 veti­tun1 G? - Adamus respondit: :LvIuller,quan1 dedisti sociam 111i111, porrexit is­tun1 fructum mi11.\, ut ederem.

Dorninus dixit 111ulieri: Cur fecistihoc~-Qum respondit: Serpens dece­pit 111e.-Dominus clixit serpenti: Quia-decepisti nmlíel'en1, el'is odiosus et ex­secratus inter omnia animantia; repta­bis super pectus et comedes terrmll.Inin1icitim erunt inter te et mulier81TI;lpsa conteret olim caput tuum.-Dixit,eti an1 lnulieri: Afficiam te IllUltis 111a­lis; paries liberas in dolare, et eris inpotestate viri.-Deus dixit deinde Ada­lno: Quia gessisti morem uxori tum,habebis ten'am infestam; ea fundet spi­nas et carduos tibio Quceres victum exBa cum multo labore) donec ubeas in

. terram,e qua ortus es. Ejecit tunl Ada­mum et Evam ex horto, ut me coleretterram; et cbl10cavit angelun1,qui prre­ferebat gladiumigneum· manu, ut cus­todiret aditu111 Paradisi.

T¡Yl.duceión.-Adál1, huYondo (de') la})!'esencia de Dios, se escondió. Dios lo

¡ Mas toell) en el· mundo pasaEn fantástico concierto,y en el cristal de las almasSe borra todo recuerdo! ...En la t.itánica luchaDe la pa.sión con el tieUlllO,1I'Iuere'el amor, y .el olvidoConquista siempre· su •puesto.

Susa:n.oAln"'l.ada.

Donde se aspira. la brisaE impera radiante Febo,Hallábame yo una tanleCon el ángel de mi ensueño.Estaba la mar en calma,y azul se mostraba el cielo;1I'Iecíanse en lontananzaLas ninfas de ondeante seno j

Surcaban veleras barcasCual aves, el ancho 1üélago,Dejando tras sí de perlas:Mil luminosos regueros,Con mágicos resplandoresy diamantinos reflejos.Cual amenaza perenneDel mundo á los elementos,:l\íl1do lleüasco se erguíaSolemne, informe y a,üejo j

Las olas lo castigabanSu blanca baba escupiendo l

y luego mansas, tran!quilasSe adormían en el suelo,Las rocas de la riberaBesando en amante celo.ATodo era encanto y poesía!ATodo eXlüendor Y embeleso!y yo con ella, embria,gl'l,dosVagábamos sin recelo.Hablábamos de la mar,Del puro azul de los cielos l

Del hálito llel'flllnado,Que corre suave y liJero.Hablábamos elel amor,Ideal candoroso y tierno,y el pensamiento volabaA. la región del ensueño.En tanto el Sol declinaba,Extinguiendo sus reflejos,y cual lijero fantasmaLa sombra cre('.Ía ~'i, lo lejos.Yo quise hablarla otra vez,Enmudecí por completoy sobre sus labios rojosImprimíle un casto beso.

(Contitl HUi'tÍ)

-----2-­

RO:MANCE

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30 LOS ·DEBATE;S;. :_ ,~. ' 1 , t LOS DEBATES 31

latino, devovit caput suum pro salutereipublicffi, ac equo COl1cltato protinus,Irrupit in mediun~ agmen hostium,petens salutem patriffi~ mortem sibi;et ingenti strage facta, obrutus pluri­bus telis, supercorrllit: ex vulneribuset sanguine cujus, victoria insperataemersit.

TraduccÜJn.- Pllblio Decio, que elprimero trajo el consulado ú su fa­milia, como viera al ejército romanodecaído y ya casi aniquilado en laguerra latina, ofreció su cabeza porla salvación de la república, y, el ca­ballo habiendo sido espoleado al ins­tante (1), penetró por en medio delejército de los enemigos, pidiendo lasalvaeión para la patrla, la muerte pa­ra sí; y, una gran mortandad habien­do sido hecha, cubierto de muchosdardos, sucumbió: de las heridas y

sangre elel cual (de cuyas heridas y

sangre), una victoria inesperada 1'e-.sultó.

Ir

COllstrucciúil.-CUln Trasybulus cu­peret liberare urbem Atheniensiurndominatione teterrimá triginta tyran­llorum, et aggrederetur molem n1a­ximm rei parva manu, et quidanl econsciis dixisset: «(l,Atllenffi, canse·quutéB libertatein.perte, quantas gra­tiasdebebunt tandern tibir)l-Respon­dit: ( DH faciant ut videar retulissequantas ipsedebeoillis!}) - (~uoaffectu

eumulaYit laude opus incl,ytmu trran­nidis destructm.

Traducciúll.-Como Trasíbulo qui­siel'ulibertar la ciudad de los Ate;;;

\h Y al 1Uoml~nto,ll(thieu(lo metido espne[ail al Ca­lIallo......

niens~~ de la dOluinación Inuy ho­rrorosa de los treinta tiranos, y aco­metiera upa empresa de tan granvalor con un puüaclo de gente, y unode lo"s aliados le hubiera preguntado:«7Los Atenienses, habiendo con5e-

(9 ,

guido la libertad por medio ele ti,

cuántas gracias deberún finalmenteá ti ~» -Respondió: «Los dioses lla­gan que parezca haber devuelto cuan­tas yo mismo debo á ellos.» Con elcual"sentimiento, coronó con gloria laobra famosa de la tir¡lnía destruida.

(CIJIlIiIl 1f((.}'(Í)

----3~--

Sección científica

QUÍMICA: Los tratados olementalesde (~uímica Org'únicu, emiten comun­mente la teoría y la división de Bm'~

thelot sobre los cuerpns isómeros. ­Publicamos Ú, continuación una .pu­

queila exposición que acer'ea de estacuestión nos hizo el Dr. Oliver hace yaalgunos aüos. ConfianlOs que serúnde alguna utilidad para los estudian·tes de dicha asignatura.

Isomel'{as: falsas y verdaderas.­Son únicamente vel'dadera~ las iso-,ruerías de un mismo cuerpo, por dis­posición .diferente de sus agrupacio­nes atólnicas, yen este caso se dividenen iSólueros de Posicüí!l y de 8atll­CiÚll.

Todas las' otras isornerías son lal­sas. Berthelot las divide en :

1.o Polil?l,el·ía. Cuando se trata decuerpos cuya fórmula bruta es luúlti­pIe una de otra; y aquí pueden pro-osentarse dos casos: 1." los cuerpostienen función química y propiedades.

dif~rentes: Ejemplo: El ácido acético{j21íi 0 2y la glucosa Cn H 12 O (j. 2.° loscuerpos son de la misn1a función quí­mica y de propiedades iguales: Ejem­plo:El aldehido y el para-aldehido. latrementina y sus polímeros. En químicainor:gánica el ácido stánico SnO:1H2 y·el meta-stánico Sn"OlüH1Ú. Estos cuer­pos deben considerarse con10 la COlU­

binación del cuerpo consigo luismo.2.° 111etwnel-{a. Se trata de cuerpos

·distintos, que tienen igual función quí­mica y la misma fórmula bruta.

Ej.: Acetato metilo C2H::O.CH:IOFormiato Etilo CHO.C2H;'O

3.° Iú?/zomeri(l. Se trata de cuerposdistintos, de propiedades y funciónquímica diferentes, pero de igual fór­mula bruta.

Ej.: Aleahol acetilico C2H:I. OHAldehido etílico C2 H:\ O. H.

EL uso DEL ALUl\II:NIO: Gran impor­tancia ha tonlado en los últimos tiem­pos, sobre todo en la industria, elmetal conocido bajo el nombre dealuluinio, no tan sólo por su baraturasino también por su poco peso, com­parado con muchos otros metales hoyen uso. «El Cosmos» dice que sele ha encontrado una nueva aplica­ción: se trata de reemplazar las pie­dras litográficaspor hojas de este metal.En efecto, véase la conveniencia quede esta sustitución resulta: En tantoflue una hoja de a;luminio de 30 pul­gadas sobre 40, y de 0.25 centínletrosde espesor,. pesa kilo :i medio, unapiedl;a de las 111ismas .dimensionespesa.111ás de 100 kilos.

Por otra parte elaluminiolaruinadose vende en hojas de5 francos los500 gramos y una piecira litogr[tflca

de Ja~ .dimensiones ya citadas, vale 500fral)cos. La diferencia es pues mani­fiesta.

Según resulta de experiencias efec­tuadas, parece que la impresión es.lnucho .más rápida, empleando cilin­dros de aluminio.

UNA RANA SIN CEREBRO.- IvI. Bart",VHder posee una rana en extremovigorosa y resistente, á la que le ha.sacado el cerebro bace 7 meses, ha­ciendo llegar 1:1 'sección al nivel de lascapas ópticas. El animal se encuen­tra bien y se cree que vivirá mudlotiernpo aún. Lo conservan para es­tudiar el contenido ele su cráneocuando 111Uera.

C .. P.

~'-.-ECOS UNIVERSITARIOS

Agradecemos á la prensa en ge­

neral los conceptos benévolos con queha acogido nuestro periódico, y enparticular á El Siglo por la transcrip­ción de nuestro primer artículo eleRedacción.

lVluy eoneurrielo estuvo el entierrodel inolvidable Benigno S.Paiva, taninesperadamente arrebatado en la florde la edad. Profesores, estudiantes yamigos acudieron en gran númeropara despedir en su última moradaal digno maestro, al· amigo cariJ1osoy protector.

Una vez en torno de laf<)sa quehabía de recibir sus restos, todos losacon1pañantes, tristes y silenciosos, sedispusieron á oir las frases de estilo,los discursos ele despedida, esa pro-

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32 LOS. DEBATES

testa dolorosa que lanzan los hom­bres á la faz de la eternidad, en pre­sencia de la 111Uerte.

Estábamos junto al mar. Una ma­riana cruelmente bella y espléndidacontrastaba de una manera dolorosacon el grupo formado alrededor delataúd. La inmensa súbana azul seextendía hasta el lejano horizonte, trasel cual asomaba tímidamente el farode la Isla de Flcres, como si no qui­siera interrurnpir aquella calma se­pulcral. Y por encima de todo, unsol radiante iluminaba el coqjunto, á

despecho de las frentes nubladas porla tristeza.

En medio de un religioso silencio~e empezaron á pronunciar los dis­cursos. - Sólo el eterno gemir de lasolas, imponentes en aquella soledad,y el secreto murmullo de los árboles,mudos testigos de aquel recinto, seatrevían á turbar la calma solemne.-'El señor !\Ionteverde, visiblementeconmovido, dió principio con un sen­tido discurso, en el cual interpretóde una manera clara lo que experi­mentaban todos los presentes anteaquella muerte prematura del amigode tareas, del profesor abnegado ylaborioso: continuaron en el mismotono los Sres Piaggio y Pastoriza y

el Dr. Palomeque, háciendo resaltarú cada paso las nobles prendas mo_rales é intelectuales· del extinto; y porúltimo, los estudiantes Guani, Estradé)' Aragém dieron en nombre de suscompañeros, la triste despedida alI~1aestro cariiloso y complaciente.

A pedido del señal' JUan P. Len­goust, catedrático de Francés en la

Universidad, hacemos constar queno es cierto que él haya dado mo­tivo á la renuncia del señor Pons, nique haya querido imponerse á la Co­nlisión para que ésta adoptara el textode que es autor.

(~lleda complaeic1o el seüOl' catedrá­tico.

** *Hemos recibido por buzón un artí­

eulotitulaclo «La música», cuyo autor­se 11culta tras el pseuclónim o de ~.

SCten.:;. Hogmnos ú cliellO SeflOI' se hagaconocer de la Hedacción, púes de 10contrario no podI'emos publicar su tra­bajo.

Henlos recibidc un ejomplar delComperuUo de Prosodia {/ O¡>tO,'l!>ctIYa

de que es autor el profesor Don Fran­cisco de Asis Conclomines.

Agradecemos el envío.

POI' falta de espacio no apareee eneste número la traduceión de «El Ge­nio»' de Guyau.

Pedimos dísculpa á nuestros locto ..res.

.A.VISc>

CANJE CON EL EXTERIÜH-Pol'intermedio' del Sr. don Enriquo Jac ob-·sen del Pino, establecemos el serviciode canje exterior de nuestra H,evistacon nuestros colegas del extranjeroAsí pues, á nombre de dicho señordeben venir rotulados los canjes conque se nos quiel'a favorecer, á la calleUruguay núm. 595 de esta ciudad.