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LOS INGENIEROS MILITARES EN EL MÉXICO INDEPENDIENTE. La enseñanza formal de la ingeniería militar empezó en 1709, en España, cuando llegó de Bruselas el Ingeniero Jorge Verboom, para organizar la instrucción de la Artillería y de la Ingeniería. La historia de las Academias de Ingenieros pueden remontarse al año de 1711, cuando se crea la primera Escuela de Ingenieros en España. Partiremos que en nuestra patria, no fue hasta el año de 1798, cuando el Virrey Don Miguel José de Azanza, Brigadier Español, dispuso que al igual que en la metrópoli, se creara la clase de Cadete en el Ejército Colonial, pero exclusivamente para los jóvenes españoles y algunos criollos muy distinguidos, todos de origen noble, y con estos militares ya formados en los Regimientos Coloniales, se siguió nutriendo al Ejército, cuyos mandos en los escalones inferiores empezaban a escasear. Virrey Don Miguel José de Azanza, En cada compañía de Infantería, Caballería o Artillería, una plaza en la clase de tropa se indicaba que debería ser ocupada por jóvenes de la nobleza, aspirantes a obtener el empleo de oficiales, que harían su aprendizaje más práctico que teórico en los cuerpos de tropa, e iniciaban su servicio en la carrera militar, por los grados inferiores de la clase de tropa. A estos gentiles hombres se les distinguía con el nombre de Cadetes, palabra derivada de la correlativa del idioma francés cadet, pues fue costumbre en Francia a partir de mediados del siglo XVII, que a los segundos hijos de las familias nobles denominados cadet, y se dedicaran a la carrera de las armas, gozando de ciertas prerrogativas; esta costumbre parece que se hizo ley, pues el célebre Marqués de Dubois, Ministro y consejero del Rey Sol Luis XIX, reglamentó la existencia legal de estos jóvenes dentro del ejército, creando en el año de 1682, seis compañías de cadetes que llegaron a contar en su conjunto cerca de 4,000 plazas.

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LOS INGENIEROS MILITARES EN EL MÉXICO INDEPENDIENTE.

La enseñanza formal de la ingeniería militar empezó en 1709, en España, cuando llegó de Bruselas el Ingeniero Jorge Verboom, para organizar la instrucción de la Artillería y de la Ingeniería. La historia de las Academias de Ingenieros pueden remontarse al año de 1711, cuando se crea la primera Escuela de Ingenieros en España. Partiremos que en nuestra patria, no fue hasta el año de 1798, cuando el Virrey Don Miguel José de Azanza, Brigadier Español, dispuso que al igual que en la metrópoli, se creara la clase de Cadete en el Ejército Colonial, pero exclusivamente para los jóvenes españoles y algunos criollos muy distinguidos, todos de origen noble, y con estos militares ya formados en los Regimientos Coloniales, se siguió nutriendo al Ejército, cuyos mandos en los escalones inferiores empezaban a escasear.

Virrey Don Miguel José de Azanza,

En cada compañía de Infantería, Caballería o Artillería, una plaza en la clase de tropa se indicaba que debería ser ocupada por jóvenes de la nobleza, aspirantes a obtener el empleo de oficiales, que harían su aprendizaje más práctico que teórico en los cuerpos de tropa, e iniciaban su servicio en la carrera militar, por los grados inferiores de la clase de tropa. A estos gentiles hombres se les distinguía con el nombre de Cadetes, palabra derivada de la correlativa del idioma francés cadet, pues fue costumbre en Francia a partir de mediados del siglo XVII, que a los segundos hijos de las familias nobles denominados cadet, y se dedicaran a la carrera de las armas, gozando de ciertas prerrogativas; esta costumbre parece que se hizo ley, pues el célebre Marqués de Dubois, Ministro y consejero del Rey Sol Luis XIX, reglamentó la existencia legal de estos jóvenes dentro del ejército, creando en el año de 1682, seis compañías de cadetes que llegaron a contar en su conjunto cerca de 4,000 plazas.

De entre los ejemplos que existen en nuestra historia militar de cadetes, tenemos a Ignacio Allende, Juan Aldama, Agustín de Iturbide y Antonio López de Santa Anna, entre otros, quienes posteriormente desempeñaron papeles importantes en nuestra historia. Es de aclararse que, hasta antes de fines del siglo XVIII, en el Virreinato de la Nueva España no se les permitía a los criollos y mestizos ocupar puestos oficiales de alguna significación, incluyéndose entre estos, los empleos de Oficiales en el Ejército. Fue el 27 de septiembre de 1821, cuando el ejército Trigarante bajo el mando de Agustín de Iturbide, desfiló triunfalmente por las calles de la Ciudad de México, dándole por fin al país su ansiada libertad; era el momento propicio para pensar en el progreso de México y desde el día siguiente, los mexicanos se pusieron a trabajar, con el fin de organizarse para lanzarse a la ardua lucha que les esperaba.

ENTRADA DEL EJÉRCITO TRIGARANTE POR LA GARITA DE BELÉN (FERDINAND B

La unión entre españoles y mexicanos se hizo tangible, al incorporarse al Ejército un gran número de militares españoles con muchos méritos profesionales, y que por haber estado largo tiempo en nuestras tierras las querían como propias. Como ejemplo de lo anterior y de conformidad con nuestro tema, el entonces Brigadier Diego García Conde, ameritado militar de un gran profesionalismo, vio la oportunidad de servir a aquel naciente país en donde había pasado cerca de 40 años, y de inmediato Iturbide

su antiguo subordinado, le confió la Dirección de Ingenieros y lo ascendió a Mariscal de Campo. A partir de ese momento, Don Diego halló la oportunidad de realizar una obra, que desde 1818 él mismo había proyectado en el Ejército Virreinal que era la de establecer un Cuerpo Técnico de Ingenieros. Esta propuesta fue archivada por el Gobierno Virreinal, por los graves problemas que tenía en su lucha contra las guerrillas insurgentes. En Febrero de 1822 García Conde emite una propuesta para la creación de un Cuerpo de Ingenieros y de una Escuela Militar. Sin embargo, el Congreso no pudo aprobarla debido a los problemas económicos por los que atravesaba la nación. Ante tal resolución y no dándose por vencido, el Mariscal propuso al menos que se le permitiera reunir a todos los Cadetes de los Cuerpos y algunos Oficiales que así lo solicitaron, con el fin de que recibieran academias para mejorar su preparación y desempeño; para el efecto, logró que se ordenara la concentración de los mencionados cadetes y se empezaran a impartir algunos conocimientos básicos, estableciéndose de hecho, una Academia de Cadetes que la gente llamaba “Colegio Militar de México” y también “Academia de Ingenieros”, porque era en la Dirección de Ingenieros donde recibían sus clases.

BRIGADIER DIEGO GARCÍA CONDE.

Esta academia de ingenieros inicia de manera informal sus actividades en mayo de 1822, en el edificio de la Ex-Inquisición, que ocupaba la Dirección de Ingenieros, teniendo como Jefe de Estudios al doctor y patriota coronel de Ingenieros Manuel de Mier y Terán, que provenía del Colegio de Minería; como Profesor de Dibujo y Lavado de Planos, al Sargento Mayor de Ingenieros José María de Echandía, quien posteriormente substituiría al Coronel Mier y Terán en su cargo en el Plantel; la enseñanza de las matemáticas la impartía el distinguido Ingeniero de Minas y Capitán de Ingenieros Tomás Ramón del Moral; como Profesor de cálculo infinitesimal tenían al

Teniente de Ingenieros Constantino Tarnova Malqueschi, que había estudiado la carrera de Ingeniero Militar en su tierra natal Francia y también en la materia de Matemáticas a los Subtenientes de Ingenieros Joaquín Velázquez de León y José María Casas, que habían sido alumnos del Seminario de Minería, constituyéndose, de esta manera, el primer cuadro docente militar. En ésta que pudiéramos llamar primera etapa, se gradúan el 21 denoviembre de 1822 los jóvenes Antonio Sarabia, Manuel Duque de Estrada yJosé María Cortés Gallardo.

EDIFICIO DE LA EX-INQUISICIÓN, AL FONDO DEL LADO DERECHO

DE MIER Y TERÁN

A mediados de 1822 y ya siendo Emperador Iturbide, la Academia fue integrándose y quedó instalada en forma provisional, en el edificio que había ocupado el Tribunal de la Inquisición, que apenas hacía 2 años que había sido clausurado. Posteriormente este edificio que se encuentra en la esquina de República de Brasil y República de Venezuela, en la Plaza de Santo Domingo en la Ciudad de México, sirvió a la Escuela de Medicina. Como los cadetes no habían causado baja de sus corporaciones y estaban reunidos de una manera informal, sin constituir un cuerpo especial en el Ejército, no tenían un director oficialmente nombrado para ello, siendo el cerebro y el alma el Mariscal García Conde, quien dirigía todos los trabajos relacionados con la enseñanza teórico-práctica, impartiendo personalmente diversas cátedras.

INGENIERO MANUEL

En noviembre de 1822, el propio García Conde redactó un reglamento provisional que fue aprobado por el Ministerio de Guerra, y servía para normar relativamente su funcionamiento, haciéndose los cursos por semestres; este reglamento puede considerarse como el verdadero origen de lo que posteriormente se llamó Colegio Militar. Como era natural, esta incipiente academia pasó por las inevitables dificultades, como todo lo que comienza. La situación política del país y la poca importancia, que por la ignorancia de sus elevados fines, le dieron la sociedad, el propio Gobierno y el Ejército, tuvo una vida precaria, llena de sinsabores, que sólo el ejemplo y la perseverancia de un ingeniero como era su creador, lograron hacerla sobrevivir. En diciembre de 1822 se llevó a cabo en Veracruz el Cuartelazo de Santa Anna, que determinó que muchos cadetes regresaran a los cuerpos en que estaban comisionados, y el plantel, como era lógico, recibió con ello y con las solicitudes de alumnos para ir a filas un serio trastorno; a pesar de ello, en agosto de 1823 se logró presentar un buen informe del semestre, graduando a 16 alumnos, de los cuales los que habían obtenido la nota de sobresaliente pasarían al cuerpo de ingenieros, y el resto a otras armas. Así comenzaba a nutrirse el ejército en su especialidad de Ingenieros, con el mejor personal, hecho que ha permanecido hasta la fecha. Con fecha 3 de septiembre de 1823, se publica un Decreto creándose el estado Mayor General del Ejército, estableciéndose entre otros muchos aspectos, los lineamientos para formar el pie veterano de este nuevo cuerpo, recayendo tal distinción en los Coroneles de Ingenieros Manuel de Mier y Terán y José Antonio Rincón, así como en los Subtenientes Ingenieros José María Mestre, José María Cortés Gallardo, Joaquín Velázquez de León y Contreras, y tres Oficiales de caballería que se encontraban agregados al Cuerpo de Ingenieros. Así mismo, pasó a depender de este Organismo la “Academia de Ingenieros”, designada ahora como “Colegio Militar” y estableciéndose en la Fortaleza de San Carlos de Perote, Ver. El Ejército sufría una gran modificación al suprimirse el Cuerpo de Ingenieros y crearse el Cuerpo de Estado Mayor del Ejército, de quien pasaron a depender todos los establecimientos de enseñanza militar. Don Diego García conde consiguió que un grupo de Cadetes no marchara a Perote, a fin de que concluyesen sus estudios en esta Capital, lográndose la graduación como Oficiales de Ingenieros, de todos ellos en diferentes fechas, haciéndolo los últimos el 24 de enero de 1825, desapareciendo definitivamente con ellos y en esa fecha la llamada “Academia de Ingenieros”, precursora del Colegio Militar. El personal que se trasladó a Perote, constituido por 10 cadetes bajo el mando del Subteniente de ingenieros y Catedrático de Matemáticas José María Cortés Gallardo, arribaron los primeros días del mes de octubre de 1823 a la Fortaleza de San Carlos, constituyéndose así el pie veterano del “Colegio Militar”, que formaba exclusivamente Oficiales de Infantería y Caballería. el 12 de noviembre de 1823 es nombrado como primer Director del Plantel, el Coronel de Caballería Juan Domínguez y Gálvez Otero

Al surgir la necesidad de contar con Oficiales Navales, previendo una contraofensiva peninsular, en 1824 el Colegio Militar de Perote proporciona 18 cadetes como pie veterano de la primera Escuela Náutica Militar de México, estableciéndose en Tlacotalpan, Ver. El 1 de enero de 1825 se gradúa la primera antigüedad de Oficiales de Infantería y Caballería, del Colegio Militar de Perote.

VISTA ACTUAL DE LA FORTALEZA DE

SAN CARLOS , EN PEROTE , VER. (AUTOR : PA COMEXICO)

El General Guadalupe Victoria, Presidente de la República, a petición del General Diego García Conde, promulgó el 5 de noviembre de 1827 el decreto que creó el Cuerpo o Arma de Ingenieros, bajo la observancia provisional de la ordenanza española de 1803. Cabe hacer mención, que si bien a Don Diego García Conde se le debe la creación de esta Academia, es necesario citar al Capitán Pedro Torrens, quien desde 1821 concibió la idea del Colegio Militar, e inclusive redactó su reglamento, el cual hizo llegar al Generalísimo Agustín de Iturbide al triunfo del Ejército Trigarante; sin embargo, su inquietud nunca tuvo respuesta. En la academia de Cadetes sobresalieron varios elementos en su vida profesional y militar; a continuación se citan dos de ellos: el Alférez de Caballería José Mariano Monterde Segura, quien ingresó a la academia el 1 de febrero de 1823, y que después de cursar con muy buen éxito sus estudios, y por no tener cabida en el cuerpo de ingenieros, por carencia de vacantes, pasó al Estado Mayor General como Segundo ayudante, es decir, con ascenso por sus buenas calificaciones. En Veracruz se ocupó de los proyectos y obras de fortificación, y los de puente nacional; y estuvo en la capitulación de las fuerzas españolas en la rendición del Castillo de San Juan de Ulúa. En su vida política tuvo los siguientes cargos: Jefe Superior Político del Territorio de Baja California en 1830, Diputado en el congreso General por ese territorio en 1831 y en 1835 volvió a ser Diputado; en 1842 fue nombrado Gobernador y Comandante Inspector del Departamento de Chihuahua, siendo al año siguiente Gobernador Constitucional. Su gobierno se distinguió por el impulso que le dio a la instrucción pública, y por otras obras de carácter social y material, neutralizó las acciones de los Texanos y otorgó la paz a los Chilenos; fue nombrado en 1845 Vocal para la Junta de Notables que habían de elegir presidente, y dar la convocatoria para la reunión del Congreso Constituyente. Aún cuando tuvo

muchas y variadas acciones militares en toda su vida, la que más renombre le dio, fue la de ser el Director del Colegio Militar de Chapultepec, durante la gesta heroica del 13 de septiembre de 1847, cuando los Niños Héroes cayeron como dijera Amado Nervo, “Ante las Balas del invasor”, y el resto del Colegio, incluido el General Monterde, prisioneros del mismo. En su especialidad de ingeniero, fue nombrado Ingeniero Comisario de los Tratados de la Mesilla, y fue representante interventor del Supremo Gobierno, en la compañía que contrató la Comunicación del Istmo. Murió el 5 de marzo de 1861 y fue sepultado en el cementerio de Tacubaya. Otro militar famoso procedente de la academia de Cadetes, fue el Cadete del 8/o. Regimiento de Caballería, Rómulo Díaz de la Vega, quien ingresó a la academia el 26 de abril de 1822 y se graduó como Subteniente de Ingenieros el 24 de enero de 1825; dotado de un valor extraordinario, se distinguió en todas las acciones de guerra en que tomó parte, particularmente en las siguientes, que tuvieron carácter internacional: el Álamo, en donde fue uno de los primeros que coronaron el Parapeto del Álamo, al asaltarlo el 6 de marzo de 1836; la acción librada en la Villa de Mier, el 25 y 26 de diciembre de 1842; en la Guerra México - Norteamericana de 1846-1848,

VISTA AÉREA DE LA FORTALEZA DE SAN

CARLOS , EN PEROTE , VER. (FOTO : JOSÉ ENRIQUE ORTIZ LANZ )

donde se hizo notable por su valor desmedido, por su serenidad y por el desprecio al peligro en el que estuvo expuesto. Asistió a las acciones de Palo alto el 8 de mayo de 1846; resaca de Guerrero el 9 de mayo de 1846, en donde cayó prisionero; en Cerro Gordo el 18 de abril de 1847, donde volvió a caer prisionero; fue designado por el Supremo Gobierno para realizar la ceremonia de Salida de las fuerzas Norteamericanas de la capital de la república, por lo que tuvo el honor de ser, quien izara la bandera nacional, después de arriar la bandera de las barras y las estrellas, en el Palacio Nacional.

EL INGENIERO JOSÉ

MARIANO MONTERDE

Continuando con la historia de los ingenieros militares, a fines de 1827 se disolvió el Estado Mayor, y el gobierno destinó a los mejores oficiales al Cuerpo de Ingenieros, que en esas fechas se creaba para completar los efectivos del recién creado cuerpo, se admitieron a los alumnos que habían estudiado en las academias los principios de matemáticas y de dibujo, y fue entonces en verdad cuando empezó a metodizarse la enseñanza de obtener buenos dividendos en la vida profesional de nuestros ingenieros.

En marzo de 1828, y como consecuencia de lo anárquico de los cursos impartidos en Perote, así como de sus limitaciones en recursos materiales, el Colegio Militar se traslada a la capital de la República, al edificio de la Ex- Inquisición,

VISTA ACTUAL DEL ANTIGUO COLEGIO DE BETHLEMITAS .

quedando nuevamente a cargo del cuerpo de ingenieros, teniendo ahora como misión formar oficiales de todas las armas del Ejército. En la frustrada reconquista española de 1829, fue recomendado el ascenso del Coronel de Ingenieros Don José Ignacio Iberri, por su eficacia en la construcción de las fortificaciones bajo el fuego del enemigo. El 13 de septiembre de 1829, el Colegio Militar se trasladó al Colegio de Bethlemitas, graduando durante esta etapa varias generaciones de subtenientes de Infantería, Caballería, Artillería e Ingenieros. El 18 de noviembre de 1833, como necesidad vital, fue promulgado el reglamento para el Colegio Militar, del cual a continuación se toman algunos fragmentos:

“…Art. 2/o. Los alumnos, antes de destinarse a algún arma en particular, cursarán todo el primer periodo de estudios que durará tres años. Art. 3/o. Los que por su inclinación y sobresaliente talento se destinen a facultativos, proseguirán sus estudios en el Colegio, en clase de Subtenientes alumnos, por espacio del segundo periodo que durará otros 3 años. Art. 4º. Al cabo del segundo período , los aprovechados saldrán a Tenientes de Artillería o de Ingenieros, según su inclinación o disposición; los primeros pasarán a su cuerpo y se emplearán en las Fábricas de Armas y Pólvora, Fundición, etc., Para completar con la práctica, la instrucción teórica recibida, y los segundos proseguirán aún en el Colegio Militar por un año, pero ya en clase de Teniente de Ingenieros y sin sujeción a la vida de colegiales, y pasarán luego a la escuela de aplicación, en donde cursarán dos años; los que concluyan este estudio con aprovechamiento, saldrán a Capitanes, en caso de haber vacantes…”. A partir del Artículo 246 y hasta el 290, se trata la currícula de asignaturas de cada uno de los Planes de estudio, de los períodos anteriormente señalados, destacando, por lo que a formación de ingenieros se refiere, entre otras, las siguientes asignaturas: Astronomía, Geodesia, Dirección y Construcción de caminos y canales, Empuje de Tierras, Cálculo de excavaciones, Terraplenes y Desmontes, Proyectos y Presupuestos, Dibujo de Arquitectura Militar, de objetos de Artillería y Metalurgia, etc.

El 31 de agosto de 1835, es nombrado Director del Colegio Militar el coronel de ingenieros Ignacio Mora y Villamil, iniciándose con él la reorganización y aplicación del reglamento del Plantel ya citado, pasando a ocupar las instalaciones del edificio llamado de Las recogidas, que ocupa hasta el año de 1837.

FUERTE EL ÁLAMO, TEXAS, E.U.A.

COR. DE INGS. RÓMULO DÍAZ DE

LA VEGA.

Para 1838 se cursaban las tácticas y ordenanzas de todas las armas, las matemáticas puras, la física, la mecánica, la fortificación en todas sus ramas y la estrategia, la castrametación, la arquitectura, la astronomía y la geodesia. Desde un principio se vio que el Cuerpo de Ingenieros era mandado por Generales de profundos conocimientos y de distinguida delicadeza, no consintiéndose se viciara el personal. Sus trabajos en la geografía del país fueron de primera línea, destacándose los reconocimientos que, en un primer tiempo, se hicieron en el Istmo de Tehuantepec, para demostrar la posibilidad de comunicarsepor él a los dos mares.

Se practicaron cientos de reconocimientos en todo el territorio nacional, rectificándose los planos topográficos que existían, y formándose otros nuevos, para integrar la Carta Geográfica de la República; en esto se distinguió el General Diego García Conde, quien además de haber sido Director General de Ingenieros, también lo fue del Colegio Militar, y fue además el encargado del Levantamiento Topográfico del Distrito federal, formó la carta Geográfica de Chihuahua, y fue designado para fijar los límites de México y los Estados Unidos. Bajo la dirección de Jefes y Oficiales del Cuerpo de Ingenieros, se completaron las fortificaciones de San Juan de Ulúa, que en un tiempo se le denominó el Gibraltar Mexicano; los oficiales de ingenieros se caracterizaron en esa época por sus conocimientos y su pundonor, desempeñando con celo y acierto las comisiones del servicio a que se les destinaba. En la campaña de Texas y más exclusivamente en La Toma del fortín del Álamo, se distinguieron el Coronel Rómulo Díaz de la Vega y el Subteniente de Zapadores José María Torres, quien arrió la bandera de los Grises de Nuevo Orleans y en su lugar colocó la mexicana, siendo abatido por los proyectiles anglosajones.

GENERAL DE INGENIEROS

IGNACIO MORA Y VILLA MIL

En la primera invasión francesa llamada jocosamente Guerra de los Pasteles, se distinguieron el Coronel Graduado de Ingenieros Ignacio Labastida, quien estuvo establecido en el Caballero Alto de la Fortaleza de San Juan de Ulúa, con 2 Oficiales y 49 de Tropa del Piquete de Zapadores, y que al ser tocado por una granada francesa, fallecieron el propio Coronel Labastida y 26 Zapadores más. Para 1842, el Colegio Militar se establece en el llamado entonces Palacio de Chapultepec, bajo la Dirección del General Pedro García Conde, dejando de depender en 1843 de la Dirección General de Ingenieros, y dependiendo de la Secretaría de Guerra y Marina.

En la intervención Norteamericana de 1846 a 1848, asistieron a la Batalla de la Angostura el Director General de Ingenieros Ignacio Mora y Villamil, el Coronel Miguel Blanco, el Teniente Coronel José María Márquez y el Teniente Coronel Luis Robles Pezuela, quienes antes habían combatido en Monterrey. Junto con Félix Zuloaga y Joaquín Colombres, también asistieron los Capitanes Seferino Prieto, Juan H. Díaz y Francisco Palafox. Pedro espejo estuvo en la Defensa del Puerto de Veracruz y posteriormente en Cerro Gordo; en la misma defensa de Veracruz, como Comandante de Ingenieros de San Juan de Ulúa, estuvo Jesús Palafox. Cabe citar, aunque sea de manera breve, la epopeya gloriosa del 13 de septiembre de 1847, en la que los alumnos del Colegio Militar ofrendaron sus vidas para salvaguardar el Honor Nacional, ante la injusta y cruel invasión norteamericana; mientras los Cadetes Suárez , Melgar, Escutia, Márquez y Montes de Oca lo hacían en el Castillo de Chapultepec, el Teniente de Ingenieros Juan de la Barrera, al frente de 160 hombres, realizaba lo propio en defensa del Hornabeque, custodiando el acceso al Castillo por la Calzada de la Condesa. Su muerte generosa, los llevó a la inmortalidad histórica. Así firmados los tratados de paz con los invasores norteamericanos, el Colegio Militar reiniciaba actividades en junio de 1848, en el llamado Cuartel del Rastro, dado que Chapultepec se encontraba en ruinas a causa del bombardeo yanqui; para agosto de 1849, los aguiluchos retornan a su “Nido de Chapultepec” ya restaurado. Otro ingeniero Militar renombrado fue Francisco Jiménez, quien se distinguió como Ingeniero Geógrafo, y se encargó de trazar, de 1849 a 1857, los nuevos límites entre México y los E.U.A.; su competencia en asuntos astronómicos y geodésicos fue reconocida, llegando a ser Director del Observatorio Astronómico, escribiendo además diversas obras sobre astronomíay geodesia. El 28 de noviembre de 1853, fue nombrado Director del Colegio Militar, el General Graduado Coronel de Ingenieros Santiago Blanco, quien fue el primer ex-alumno del Plantel que ocupó tal puesto. Por el año de 1857, varios Ingenieros Militares trabajaron en la Dirección del camino

de San Luis Potosí a Tampico, y el de Querétaro a Guanajuato. Por decreto del General Constitucionalista Jesús González Ortega, el 27 de diciembre de 1860, se da de baja al Ejército, y con el también al Colegio Militar. Durante su primer período de existencia, el Colegio Militar graduó a Subtenientes de Infantería, Caballería, Artillería y Zapadores; a Tenientes de Artillería, y a Tenientes y Capitanes de Ingenieros. Se solía utilizar el término de “tácticos” para los Subtenientes formados en tres años, y se designaban como facultativos a aquellos egresados del Plantel que acreditaban el 2/o. y 3/er. Periodo de estudios en el citado Plantel, siendo generalmente éstos Artilleros e Ingenieros. Para mayo de 1861, se ordena su reapertura nuevamente, organizándose con las Escuelas de Infantería, Caballería e Ingenieros, en los llamados Colegios de San Gregorio y Chico de San Ildefonso. Para octubre de 1861, el Plantel se traslada al Ex-Convento de San Fernando, y para fines de ese mismo año, se localiza ya nuevamente en el Castillo de Chapultepec; ante el avance de las fuerzas francesas sobre la Ciudad de México, se clausura nuevamente el 23 de mayo de 1862, concluyendo así la vida efímera de este Plantel. En la Batalla del 5 de mayo de 1862, estuvieron el Coronel Joaquín Colombres, Teniente Coronel Francisco P. Durán, Capitanes Agustín Linarti, Agustín Magaña, y Tenientes Agustín Arellano y Eugenio Izquierdo. En el famoso Sitio de la Ciudad de Puebla, en 1863, damos a conocer los Ingenieros Militares, que por su comportamiento se les propuso para ascender: “…Relación de los Ciudadanos Jefes y Oficiales que propone el que suscribe para ascensos y grados en la Sección de Ingenieros en el Ejército de Oriente:

Joaquín Colombres a General de Brigada. Amado Camacho a Coronel. Emilio Rodríguez a Teniente Coronel de infantería. Manuel Mariscal a Comandante de Batallón. Francisco Troncoso a Teniente Coronel de Infantería. Manuel Zuloaga a Comandante de Batallón. Carlos Ramiro a Capitán Primero de Ingenieros. Albino Magaña Capitán Primero de Ingenieros. Baderlin de Capitán Supernumerario a Comandante de Batallón. Agustín Arellano a Capitán Segundo. José Gallardo y Ricardo Villanueva a Capitanes. Este documento lo firma Jesús González Ortega, Comandante del Cuerpo de Ejército de Oriente…”.

Cabe citar, que durante el sitio impuesto por los franceses a la Ciudad de Puebla, del 16 de marzo al 17 de mayo de 1863, los Jefes y Oficiales facultativos de Ingenieros y Artillería, ex-alumnos del Colegio Militar, mostraron al invasor no solamente su valor, sino también sus amplios conocimientos en cada una de sus especialidades en el arte de la guerra.

FUERTE DE SAN JAVIER , EN EL SITIO DE PUEBLA EN 1863.

Por decreto del 7 de diciembre de 1867, el Presidente Juárez establece nuevamente el Colegio Militar, en el llamado Cuartel Arista o Puerta Mariana del Palacio Nacional, pasando posteriormente al Ex-Convento de Santa Catarina de Sena y finalmente al Ex-Arzobispado de Tacubaya. Los nuevos Planes de estudios comprendían tres periodos: El primero para la formación de Subtenientes de Infantería, Caballería, Artillería y Zapadores; el segundo para la instrucción científica; y el tercero de instrucción especial, para graduarse como oficiales facultativos de Ingenieros, Artillería y Estado Mayor General. Para mayor información acerca de los oficiales facultativos, es de mencionarse que al término de siete años de estudios en el Plantel, debían de realizar un año de práctica, del cual rendían un informe, base de su examen profesional. Dicha práctica era como Ingenieros Ayudantes en obras de puertos o edificaciones, en ferrocarriles haciendo estudios técnicos, así como de carreteras, y finalmente, realizando un proyecto de defensa de una plaza marítima o terrestre. Los oficiales facultativos de Artillería practicaban en los establecimientos fabriles de la Industria Militar, en proyectos de construcción o reforma de armamento, así como en la fabricación de municiones, pólvora y explosivos. En este periodo, a la plana mayor facultativa de Ingenieros se le encomendó la realización de diversas construcciones militares y aun civiles. Así mismo a la compañía de parque se le impartió la instrucción relativa a las prácticas de campaña, y aprovechar la maquinaria y aparatos adquiridos para la construcción de puentes colgantes, sistema virago, para la satisfacción de las necesidades de la Infantería, Caballería y Artillería. En 1880 se le ordenó al Cuerpo de Ingenieros, la construcción de la Escuela de Tiro de la Fábrica de Pólvora de Santa fe. A principios de 1882, este Plantel regresa nuevamente a Chapultepec, pero ahora bajo la dirección del General Sóstenes Rocha. Durante esta época, los Ingenieros Militares construyeron dos líneas ferrocarrileras de naturaleza militar, una en Tehuantepec, de Salina cruz, Oax. A Coatzacoalcos, Ver.; y la otra en el estado de Quintana Roo. En 1888, el Batallón de Zapadores fue

destacado a la Plaza de Zamora, Mich., para ejecutar trabajos de cambio de curso del Rio Duero, ya que sus crecientes inundaban dicha plaza. Además de estos trabajos, los ingenieros realizaron reparaciones y modificaciones de edificios militares, en Paso del Norte, Atlixco, México, Querétaro y Baja California Sur, entre otros.

VISTA DEL EX-ARZOBISPADO DE

TA CUBAYA EN DIFERENTES ÉPOCAS.

El Ejército Mexicano, en el año de 1891 estaba distribuido en la siguiente forma: - Cuerpo de Ingenieros y Colegio Militar. - Cuerpo de Artillería y establecimientos Militares. - Cuerpo Especial de Estado Mayor. - Armada Nacional. - Infantería. - Caballería. - Tribunales y Policía Militar. - Servicio Médico Militar.

- Batallón de Inválidos. - Depósito de jefes y oficiales en disponibilidad. A su vez, la Secretaría estaba divida en 7 departamentos, 4 secciones y un archivo General. El Cuerpo de Ingenieros estaba integrado por: - Departamento de Ingenieros anexo a la Secretaría de Guerra y Marina. - Colegio Militar. - La Plana Mayor facultativa de Ingenieros. - Un Batallón de Zapadores. - Una Compañía de Parque. - Una Sección de Cartografía. El Cuerpo de Ingenieros era uno de los tres cuerpos creados para la resolución de problemas pendientes en las fuerzas armadas, por lo que se tuvo especial cuidado en la preparación intelectual del personal “facultativo” que los integraba. Los otros dos cuerpos, como se mencionó anteriormente, eran el Cuerpo Especial de Estado Mayor, y el Cuerpo de Artillería y establecimientos Militares. El 9 de enero de 1878 el Coronel de Ingenieros Agustín Díaz, quien fue fundador y Director de la Comisión Geográfica Exploradora, se encargó de la elaboración de una carta Topográfica de la República, en la escala 1:1’000,000. La Comisión Geográfica exploradora se nutría con personal proveniente del colegio Militar.

FRESCO Y FOTO DAEL CASTILLO DE CHAPULTEPE C.

Entre los Ingenieros Geógrafos (graduados del Colegio Militar), que formaron parte de la comisión, se pueden mencionar al General Ángel García Peña, al General Victoriano Huerta, al General Luis G. Garfias y al General Salvador Corral. En un documento escrito por el Ingeniero Civil Valentín Gama y Cruz, dice con respecto a la comisión lo siguiente: “La labor desarrollada por la antigua Comisión Geográfica Exploradora representa, en mi sentir, el esfuerzo más fecundo hecho en pro de la cartografía del país, y seguramente que el éxito alcanzado se debe, en su mayor parte, a la organización que le dio su fundador el Ingeniero Don Agustín Díaz, ya que supo transmitir a sus subordinados, que fueron también sus discípulos, su pericia como topógrafo”. La influencia de Agustín Díaz, se hizo sentir también en el Colegio Militar, que llegó a ser la mejor Escuela de Topografía. Entre algunas de las comisiones que desempeñó el Ingeniero Gama, está la de rector de la Universidad Nacional de México, en el período Presidencial de Don Venustiano Carranza. El Cuerpo de Artillería, por el decreto de fecha 23 de febrero de 1894, fue organizado como sigue: - Departamento de Artillería anexo a la Secretaría de Guerra y Marina. - Plana Mayor Facultativa de Artillería. - Cuatro Batallones de Artillería. - Una compañía fija en Veracruz. - Un Parque General de Artillería. - Una Fábrica de Armas. - Una Fundición de Artillería. - Una Maestranza Nacional. - Una Fábrica de Pólvora.

AGUST ÍN DÍAZ,

QUIEN FUE FUNDADOR Y DIRECTOR DE LA

COMISIÓN GEOGRÁFICA

EXPLORADORA .

El personal que integraba la Plana Mayor Facultativa de Artillería, era egresado del Colegio Militar como Artillero Técnico, que ahora se le designa Ingeniero Industrial, para diferenciarlo del Artillero Táctico. El Colegio Militar formaba Ingenieros Geógrafos, Constructores y Artilleros, que al graduarse, pasaban a formar parte de la Plana Mayor Facultativa del estado Mayor Especial, de Ingenieros o de Artillería, respectivamente. COMISIÓN GEOGRÁFICA

EXPLORADORA .

Estas Planas Mayores pertenecían a los correspondientes Cuerpos Especiales de Estado Mayor, de Ingenieros y de Artillería. En efecto, el Colegio Militar era institución de alto prestigio académico, pues sus oficiales estudiaban siete años y salían con un elevado nivel técnico.

Los cadetes que en el tercer año no alcanzaban una calificación alta, no podían continuar su carrera profesional y eran enviados a las unidades del Ejército, como oficiales de Infantería o Caballería. Entre los años de 1872 a 1897, egresaron del Colegio Militar, 334 Oficiales de Infantería, 167 de Caballería, 346 de Artillería, 139 para la Plana Mayor Facultativa de Artillería, 139 para la Plana Mayor Facultativa de Ingenieros y 109 para el Cuerpo Especial de Estado Mayor, para totalizar 1,234 oficiales. A principios del siglo pasado, el Colegio Militar disfrutaba de un gran prestigio. Además de distinguirse por su orden y moralidad, gozaba de justo renombre por la rectitud y distinción que caracterizaba a sus graduados. Bajo la dirección del General de Brigada Ingeniero Constructor Juan Villegas, los Laboratorios del Plantel fueron dotados de material e instrumental de primera calidad y la biblioteca se enriqueció con valiosas obras; se emprendió gran número de obras materiales, y se estableció la costumbre de realizar las prácticas o maniobras de fin de año, en las que los alumnos realizaban prácticamente el servicio en campaña, que habían aprendido teóricamente en el plantel. La historiadora Corinne Krauze, dice: “Si tomamos al liberal Isidoro Epstein, como un ejemplo del profesorado que contrató Villegas, ésta podría ser una razón decisiva del éxito del Colegio Militar y el poder del Ejército“. Isidoro Epstein (ciudadano alemán), escribió un tratado en el campo de la mecánica aplicada, que fue adoptado como texto oficial en el Colegio Militar, y galardonado con una Medalla de plata en la exposición de París, en 1889. Era una obra en dos volúmenes, que incluía doscientas cincuenta ilustraciones y cuadros. En 1881 Epstein fue nombrado profesor de mecánica racional en el Colegio Militar, y más tarde, por seis años consecutivos, dio un curso de Mecánica aplicada basado en su propio texto. Epstein enseñó en el Colegio Militar”, desde 1881 hasta aproximadamente 1889, cinco años antes de su muerte en 1894.

GENERAL DE BRIGADA INGENIERO

CONSTRU CTOR JUAN VILLEGAS

DIRECTOR DEL COLEGIO MILITAR .

Por todas estas razones, los principios del siglo XX, fueron calificados como la “Época de Oro” del Colegio Militar, formando oficiales de arma e ingenieros, de alta capacidad operativa e intelectual. Cabe mencionar que el General Villegas fue Director del colegio Militar de Chapultepec, en tres ocasiones, comprendidas desde 1884 hasta 1906, en que falleció, para acumular un total de 7 años netos.