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“Los jóvenes no quieren aislarse. Acuden a las redes sociales porque allí están los demás” En un mundo ‘megaconectado’, los adolescentes buscan sus formas de desarrollar su identidad y comunicarse, en las que la imagen dice mucho (o todo) Un día cualquiera, a una hora cualquiera y en cualquier lugar (¡del mundo!): un grupo de adolescentes sumergidos en sus móviles, se comunican con otros, incluso con el que tienen físicamente al lado, a través de chats y fotos de su dispositivo. Y padres que insisten en resistirse: “Si tienes algo que decir, ¿por qué no lo haces cara a cara?”, preguntan ingenuamente. Una estampa familiar, ¿no? Queridos padres, que sois los niños de antaño, bienvenidos a estos tiempos. A los que viven nuestros hijos, que, admitámoslo, se comunican de otra manera a la que teníamos nosotros y en la que el tono de voz y lenguaje no verbal tenían un peso. La irrupción de las tecnologías, internet y las redes sociales arrasa de manera imparable. Pero, a ver, quizá esto no necesariamente es malo. Por eso nuestro desafío no debiera ser cómo detenemos esta tendencia, sino intentar entenderla. Lo primero, dejar de tenerle miedo a esta nueva socialización (nos guste o no, pero es así), aprender de ella, buscar un razonable equilibrio y, sobre todo, educar a nuestros hijos en el uso seguro y sano de las redes sociales. Los jóvenes quieren estar y gustarle a los demás: ¡normal! Si es que, además, los adultos también vivimos en esta era de la comunicación inmediata, de los mensajes en tiempo real y remoto, de la conexión absoluta a la Red, a la que los pequeños cada vez se incorporan antes. Su avance alcanza una magnitud incuestionable si consideramos que los abuelos también disfrutan de dispositivos con modelos senior y que, por otro lado, los críos adquieren su primer teléfono móvil alrededor de los 10 años. Según la Comisión Europea, los niños empiezan a navegar por internet a los 7, lo que unido a que el 83% de los mayores de 15 años lo usa todos los días, dos o más horas diarias, como desvela la Encuesta sobre hábitos de uso y seguridad de Internet de menores y jóvenes de España, del Ministerio del Interior, nos sitúa en un escenario abrumador y que sube como la espuma. Y las redes sociales se dibujan como el mundo de los jóvenes: el 90% de chicos de esta franja tiene un perfil privado en una o más redes, que son su vía de comunicación. “Los jóvenes solo quieren lo que hemos querido todos, que es estar con los demás”, dice Guillermo Cánovas, profesor, escritor y director del Observatorio para la Promoción del Uso Saludable de la Tecnología, EducaLike. “Tienen la posibilidad de hablar con sus amigos a todas horas, independientemente del entorno en el que se encuentren o los kilómetros que los separen. Y la están aprovechando”, explica el experto. Se conectan, quedan y salen. “Pero, ¿no se estarán aislando del mundo real?”, preguntará un padre aterrado ante la idea. Algo de eso sí hay, pero parece que los adolescentes no lo ven así. O, al menos, no tan radicalmente; lo que reconocen es que las redes tienen algo que “engancha”. De entre las conclusiones del estudio Jóvenes y Comunicación: la impronta de lo virtual , del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, se extrae que los jóvenes consideran que las redes sociales facilitan la habilidad de hacer amigos (sobre todo a los más tímidos); de acercar a personas que están lejos; de mostrar con naturalidad diferentes aspectos de sí mismos y permitirles estar informados de su entorno. Además, dicen que se sirven de ellas para quedar y salir después. Es decir, casan bien el yo online con el offline. La investigación concluye que los jóvenes consideran a las redes como el lugar donde “hay que estar”, ya que si no están conectados, se quedan fuera de la vida social. Sin embargo, en el estudio los chicos también admiten que muchas veces “las redes hacen que la gente se aísle más”. O sea, tienen función de integración y a la vez de exclusión. El director de EducaLike indica que “los jóvenes no quieren aislarse, sino todo lo contrario. Acuden a las redes sociales porque allí están los demás. Pero no han dejado de salir ni de verse, no han dejado de quedar, ni de ir a conciertos, jugar partidos... El problema es cuando hay uso abusivo y casi adictivo de determinadas herramientas”. ¿Por qué necesitan subir sus fotos?

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“Los jóvenes no quieren aislarse. Acuden a lasredes sociales porque allí están los demás”

En un mundo ‘megaconectado’, los adolescentes buscan sus formas de desarrollar suidentidad y comunicarse, en las que la imagen dice

mucho (o todo)

Un día cualquiera, a una hora cualquiera y en cualquier lugar(¡del mundo!): un grupo de adolescentes sumergidos en susmóviles, se comunican con otros, incluso con el que tienenfísicamente al lado, a través de chats y fotos de su dispositivo. Ypadres que insisten en resistirse: “Si tienes algo que decir, ¿porqué no lo haces cara a cara?”, preguntan ingenuamente. Una

estampa familiar, ¿no? Queridos padres, que sois los niños de antaño, bienvenidos a estos tiempos. A los queviven nuestros hijos, que, admitámoslo, se comunican de otra manera a la que teníamos nosotros y en la queel tono de voz y lenguaje no verbal tenían un peso. La irrupción de las tecnologías, internet y las redessociales arrasa de manera imparable. Pero, a ver, quizá esto no necesariamente es malo. Por eso nuestrodesafío no debiera ser cómo detenemos esta tendencia, sino intentar entenderla. Lo primero, dejar de tenerlemiedo a esta nueva socialización (nos guste o no, pero es así), aprender de ella, buscar un razonableequilibrio y, sobre todo, educar a nuestros hijos en el uso seguro y sano de las redes sociales.Los jóvenes quieren estar y gustarle a los demás: ¡normal!Si es que, además, los adultos también vivimos en esta era de la comunicación inmediata, de los mensajes entiempo real y remoto, de la conexión absoluta a la Red, a la que los pequeños cada vez se incorporan antes.Su avance alcanza una magnitud incuestionable si consideramos que los abuelos también disfrutan dedispositivos con modelos senior y que, por otro lado, los críos adquieren su primer teléfono móvil alrededorde los 10 años. Según la Comisión Europea, los niños empiezan a navegar por internet a los 7, lo que unidoa que el 83% de los mayores de 15 años lo usa todos los días, dos o más horas diarias, como desvela laEncuesta sobre hábitos de uso y seguridad de Internet de menores y jóvenes de España, del Ministerio delInterior, nos sitúa en un escenario abrumador y que sube como la espuma. Y las redes sociales se dibujancomo el mundo de los jóvenes: el 90% de chicos de esta franja tiene un perfil privado en una o más redes,que son su vía de comunicación. “Los jóvenes solo quieren lo que hemos querido todos, que es estar con losdemás”, dice Guillermo Cánovas, profesor, escritor y director del Observatorio para la Promoción del UsoSaludable de la Tecnología, EducaLike. “Tienen la posibilidad de hablar con sus amigos a todas horas,independientemente del entorno en el que se encuentren o los kilómetros que los separen. Y la estánaprovechando”, explica el experto.Se conectan, quedan y salen. “Pero, ¿no se estarán aislando del mundo real?”, preguntará un padre aterrado ante la idea. Algo de eso síhay, pero parece que los adolescentes no lo ven así. O, al menos, no tan radicalmente; lo que reconocen esque las redes tienen algo que “engancha”. De entre las conclusiones del estudio Jóvenes y Comunicación: laimpronta de lo virtual , del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, se extrae que los jóvenesconsideran que las redes sociales facilitan la habilidad de hacer amigos (sobre todo a los más tímidos); deacercar a personas que están lejos; de mostrar con naturalidad diferentes aspectos de sí mismos y permitirlesestar informados de su entorno. Además, dicen que se sirven de ellas para quedar y salir después. Es decir,casan bien el yo online con el offline. La investigación concluye que los jóvenes consideran a las redes comoel lugar donde “hay que estar”, ya que si no están conectados, se quedan fuera de la vida social. Sin embargo,en el estudio los chicos también admiten que muchas veces “las redes hacen que la gente se aísle más”. Osea, tienen función de integración y a la vez de exclusión. El director de EducaLike indica que “los jóvenesno quieren aislarse, sino todo lo contrario. Acuden a las redes sociales porque allí están los demás. Pero nohan dejado de salir ni de verse, no han dejado de quedar, ni de ir a conciertos, jugar partidos... El problema escuando hay uso abusivo y casi adictivo de determinadas herramientas”.¿Por qué necesitan subir sus fotos?

En esta comunicación digital se minimiza el lenguaje no-verbal y el protagonismo lo lleva la palabra. Y laimagen. Cánovas explica que “los jóvenes tienen la necesidad de verse y ser vistos, de conocer a otros y deque les conozcan. Quieren ampliar su círculo de amigos y conocidos, y esto está grabado en nuestros genes.Ampliando el círculo consigues conocer a personas más afines a ti”. Como buscan, sin ser conscientes,introducir el lenguaje no verbal en sus conversaciones digitales, “usan emoticones y gran cantidad de selfies,para transmitir a sus amigos cómo se sienten realmente”, señala el director de EducaLike. Y ya se sabe, unaimagen vale más que mil palabras. Mucho más en una sociedad como la actual, en la que manda lo visual.Si bien Facebook es la red social preferida por los internautas de todas las edades (91%), la popularidad deInstagram es la que más rápidamente ha subido en los últimos tres años, como expone el Estudio Anual deRedes Sociales 2017, de IabSpain. Lo que comenzó siendo una red centrada en la fotografía se ha convertidohoy en un entorno en el que los adolescentes conversan, se envían mensajes y hablan de sus cosas, planes,inquietudes, grupos musicales,... A esta red, se suben más de 70 millones de fotos y vídeos cada día.Aquí es donde más atentos tenemos que estar los padres “y trabajar con los más jóvenes para que aprendan adesenvolverse en un entorno nuevo, en el que es muy fácil transmitir una idea equivocada y generarconflictos”, recomienda Cánovas.Subir una foto a una red social no es ningún delito, pero los niños deben aprender a hacerlo de manerasegura. Si no, puede llevar al adolescente a publicar todo sin pensar antes, exponiendo su privacidad eintimidad innecesariamente. “Esto puede responder a distintas motivaciones, desde una desmesuradanecesidad de aceptación a una tendencia exhibicionista e incluso narcisista, pasando por la búsqueda deseguidores a cualquier precio. En algunos casos encontramos detrás a jóvenes y adolescentes con verdaderosproblemas de autoestima, de necesidad de aceptación y de relación; en otros, es solo una forma de mostrar sunivel de popularidad”, destaca el experto.Una foto, un montón de datosUna foto ofrece mucha información, “desde los datos de la propia imagen en cuanto a la identidad y entorno,hasta la ubicación que contienen los metadatos de las fotografías digitales”, recalca Cánovas. “Además-continúa el experto-, puede informar sobre las coordenadas en las que se hizo la foto y otros detalles fácilesde averiguar, aunque no lo sean a simple vista. La idea es utilizar la red social para mantenernos en contactocon los demás, no para convertirla en un escaparate de nuestra vida”, advierte experto.Tal y como comenta Guillermo Cánovas, todo el mundo tiene una identidad digital en internet. “Incluso losniños pequeños, a partir de las informaciones, datos y fotos que cuelgan sus propios padres”. Si ayudamos yeducamos a nuestros hijos a crear su identidad digital, respetando su seguridad y privacidad, ya tendremosbastante camino recorrido. Es una cuestión de educación y trabajo de prevención. “Los niños lo entiendenperfectamente, pero es necesario reflexionar con ellos sobre esta cuestión, implicarles a la hora de ponernormas de convivencia y asumirlas. Cuando ellos participan en esta tarea las hacen suyas”, concluye eldirector del observatorio.

EL ALUMNO DEBERA’:

- RESUMIR EL ARTICULO EN 15 LìNEAS- SUBRAYAR LAS VENTAJAS Y LAS DESVENTAJAS DE LAS REDES SOCIALES- EXPRESAR LA PROPIA OPINION A FAVOR O EN CONTRA DEL UTILIZO DE LAS REDES

SOCIALES EN LA VIDA DIARIA.- REDES SOCIALES Y ADICCION: DATOS E INFORMACIONES. PREPARAR UN TEXTO

ESCRITO Y ORAL. (comparar datos de Italia y Espana)