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Los procesos de distritación electoral y el uso del criterio de comunidad de interés* Carlos J. Vilalta Perdomo** Una adecuada distritación electoral es elemento indispensable para el justo ejercicio de- mocrático. No obstante, en México no se ha puesto aún suficiente atención en este tema. Este trabajo ofrece una contribución metodológica al centrarse principalmente en el cri- terio de "comunidad de interés". Los resultados de un ejercicio experimental de distrita- ción electoral para el Estado de México demuestran que la utilización de este criterio ba- jo una dimensión metropolitana, junto con un nuevo algoritmo y el uso indistinto de diversas unidades geográficas al momento de redistritar, ofrece buenos resultados numé- ricos. De manera accesoria, se coincide con la opinión generalizada de que el proceso de redistritación oficial de 1996 representó un avance sustancial respecto a la de 1978, pe- ro también se sugiere que ésta es perfectible y se puede avanzar más en la aplicación de nuevos criterios rectores en posteriores redistritaciones. Palabras clave: distritos electorales, redistritación electoral, regio- nalización política, México. Fecha de recepción: 6 de septiembre de 2000. Fecha de aceptación: 9 de marzo de 2001. Introducción El estudio de los procesos de distritación es un tema fundamental para los científicos sociales interesados en la representación política. México cuenta desde 1996 con una nueva geografía electoral federal, la cual vi- no a sustituir a la de 1978, cuya modificación era necesaria al haber cambiado considerablemente la dinámica demográfica del país duran- te esos 18 años. Esta nueva distritación respondió al objetivo político de avanzar en la reforma electoral, para que las elecciones al Congreso Fe- deral de 1997 se llevaran a cabo de una manera apropiada. El estudio de los distritos electorales puede ser abordado desde diversos ángulos. Unos trabajos se refieren a las ventajas y desventajas * Este trabajo forma parte de la tesis presentada en 1998 para obtener el grado de maestro en Estudios Urbanos por E l Colegio de México. E l autor agradece los valiosos comentarios de los profesores Gustavo Garza y Crescencio Ruiz, la invaluable ayuda de Jai- me Ramírez del Laboratorio de Sistemas de Información Geográfica de El Colegio de Mé- xico y los comentarios de dos dictaminadores. Invariablemente, el autor es responsable por cualquier error u omisión. ** Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Campus Ciudad de México. Correo electrónico: [email protected] [151]

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Los procesos de distritación electoral y el uso del criterio de comunidad de interés* Carlos J . Vilalta Perdomo**

Una adecuada distritación electoral es elemento indispensable para el justo ejercicio de­mocrático. No obstante, en México no se ha puesto aún suficiente atención en este tema. Este trabajo ofrece una contribución metodológica al centrarse principalmente en el cri­terio de "comunidad de interés". Los resultados de un ejercicio experimental de distrita­ción electoral para el Estado de México demuestran que la utilización de este criterio ba­jo una dimensión metropolitana, junto con un nuevo algoritmo y el uso indistinto de diversas unidades geográficas al momento de redistritar, ofrece buenos resultados numé­ricos. De manera accesoria, se coincide con la opinión generalizada de que el proceso de redistritación oficial de 1996 representó un avance sustancial respecto a la de 1978, pe­ro también se sugiere que ésta es perfectible y se puede avanzar más en la aplicación de nuevos criterios rectores en posteriores redistritaciones.

Palabras clave: distritos electorales, redistritación electoral , reg io -nalización política, México .

Fecha de recepción: 6 de septiembre de 2000. Fecha de aceptación: 9 de marzo de 2001.

Introducción

E l estudio de los procesos de distritación es u n tema fundamenta l para los científicos sociales interesados en la representación política. México cuenta desde 1996 con u n a nueva geografía electoral federal , la cual v i ­n o a sust i tu i r a la de 1978, cuya modif icac ión era necesaria al haber cambiado considerablemente la dinámica demográfica de l país d u r a n ­te esos 18 años. Esta nueva distritación respondió al objetivo político de avanzar en la re forma electoral, para que las elecciones al Congreso Fe­deral de 1997 se llevaran a cabo de u n a manera apropiada.

E l estudio de los d is tr i tos electorales puede ser abordado desde diversos ángulos. Unos trabajos se re f ieren a las ventajas y desventajas

* Este trabajo forma parte de la tesis presentada en 1998 para obtener el grado de maestro en Estudios Urbanos por E l Colegio de México. E l autor agradece los valiosos comentarios de los profesores Gustavo Garza y Crescencio Ruiz, la invaluable ayuda de Jai­me Ramírez del Laboratorio de Sistemas de Información Geográfica de E l Colegio de Mé­xico y los comentarios de dos dictaminadores. Invariablemente, el autor es responsable por cualquier error u omisión.

** Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Campus Ciudad de México. Correo electrónico: [email protected]

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de contar con tales distr itos , mientras que otros se dedican a analizar el c o m p o r t a m i e n t o e lectora l en los mismos o b i e n se c o n c e n t r a n e n examinar el p r o c e d i m i e n t o en que son de l imitados . E l presente per­tenece a este último t ipo . M u y pocos trabajos en el país se o cupan de la p a r t e t é c n i c a de l a g e o g r a f í a e l e c t o r a l . C o m o d i c e L u j a m b i o (1987) , u n o de los temas más olvidados en el estudio de las elecciones mexicanas es el grado de representatividad de la población, y en este sentido, de la distribución pob lac iona l entre los distritos electorales.

U n proceso de distritación es u n ejercicio de regionalización po ­lítica c omple j o , p e r o cons iderando que acepta correcciones (Pache­co, Becerra y W o l d e n b e r g , 1997) , en este trabajo se presenta u n p r o ­c e d i m i e n t o a l t e r n a t i v o a l e m p l e a d o e n la redistritación o f i c i a l de 1996. Se muestran los resultados de u n ejercicio técnico de reg i ona l i ­zación e lectoral que l ogra r e d u c i r considerablemente las di ferencias poblacionales entre distr i tos y que sigue al m i s m o t i e m p o el c u m p l i ­m i e n t o d e l c r i t e r i o de la " i n t e g r i d a d de c o m u n i d a d e s " desde u n a perspectiva urbano -metropo l i tana .

E l distrito electoral

E l d i s t r i t o e lectoral es u n a división de l t e r r i t o r i o al i n t e r i o r de cuyos límites se desarrol la u n hecho político; "una actividad que ag lut ina a u n c o n j u n t o de personas que se organizan para in terven i r socialmen-te, a fin y efecto de alcanzar sus intereses" (Sánchez, 1992).

E n t r e las de f in i c i ones representat ivas de "d i s t r i t os e lectorales" destacan las siguientes:

- "Área geográfica representada p o r u n m i e m b r o de l Congreso" ( E l l i o t y A l i , 1984).

- "Áreas que mandan a los representantes al Parlamento, y cuya natura­leza (tamaño, etc.) está determinada por la ley electoral" (Johnston, 1979).

- "Áreas geográficas para elegir a los representantes de quienes en ellas v iven ante e l Poder Legis lat ivo" (Comité Técn i co para e l Segui­m i e n t o y Evaluación de la Redistritación, CTSER, 1996) ( IFE , 1996).

E l distrito electoral como espacio y región

E l d i s t r i t o e lectoral puede ser visto c o m o u n espacio f u n c i o n a l . Para J u l l i a r d ( B o u r n e y S immons , 1978) , e l espacio n o es sólo u n a repre -

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sentación física de áreas terrestres, sino u n ámbito en donde se desa­r r o l l a n eventos de t odo t i p o . De ta l manera , podemos pensar e n toda u n a var iedad de espacios según el evento de que se trate . E n este caso concreto , son el aspecto t e r r i t o r i a l p o r m e d i o de l cual la institución de la representación democrát ica t o m a f o r m a . Esta representación está f u n d a d a en el p r i n c i p i o de que el p u e b l o es e l t i t u l a r de l p o d e r político, y que al n o p o d e r ejercerlo d i rec tamente , p o r v iv ir en c o m u ­nidades extensas, f u n c i o n a l m e n t e l o delega en sus representantes de­mocráticamente electos.

U n d is t r i to e lectoral es también u n espacio político, ya que repre ­senta u n a delimitación espacial de l p o d e r de l pueb lo y en él se m a n i ­fiestan relaciones de poder . Sólo u n a delimitación espacial j u s t a d e l p o d e r d e l p u e b l o - o sea, u n a regionalización a d e c u a d a - puede dar respuesta legítima a u n ejercicio democrático. Los pr inc ip ios e lemen­tales de jus t i c ia , l i b e r t a d e i gua ldad que r i g e n actualmente en las so­ciedades democráticas sólo p u e d e n ser llevados a la práctica si las re­laciones de p o d e r son equi l ibradas p o r los redistr itadores (Ge lman y K i n g , 1994).

¿ C ó m o debe de ser u n d i s t r i t o e lectora l y qué proceso habrá de seguirse para que estos espacios político-funcionales sean justos? Para responder es necesario acud i r a los p r i n c i p i o s e lementales de la re ­gionalización.

Nuevamente p a r a j u l l i a r d (Bourne y Simmons, 1978), u n a región es s iempre u n a f o r m a de organización de l espacio. E n este sentido, se puede concebir a u n a región como u n t e r r i t o r i o d e f i n i d o p o r u n o o más aspectos propios .

U n d is tr i to e lectoral es u n a región - u n espacio f u n c i o n a l d e l i m i ­t a d o - porque :

- Las personas s iempre actúan sobre u n t e r r i t o r i o , y si lo desean, po l i t i zan su e n t o r n o . Convier ten algunos asuntos en temas públicos, y para e l lo organizan u n a estructura político-administrativa.

- A l po l i t i zar su espacio, d e l i m i t a n terr i tor ios para este efecto, lo ­grando entonces u n a representación espacial de l poder y u n a d e l i m i ­tación t e r r i t o r i a l para efectos de su ejercicio ind i re c to .

N o hay u n a organización política que esté exenta, p o r lo menos i d e a l m e n t e , n i p o r m u c h o t i e m p o , d e l concepto de t e r r i t o r i a l i d a d . 1

1 Las circunstancias extraordinarias se presentan por ejemplo, en tiempos de gue­rra, con la instalación temporal de un Estado en territorio ajeno. Pero aun sin guerra,

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E l t e r r i t o r i o es u n m e d i o para la existencia de la interacción de u n a sociedad, y la regionalización política de l m i s m o es u n e l emento sine qua non para la adecuada convivencia social (Sanguin, 1981).

U n proceso de regionalización - d e c lasi f icación- debe c u m p l i r los siguientes pr inc ip i o s (Gr igg , 1967) : 2

- E l propósito de la regionalización debe d i r i g i r los cr i ter ios ele­gidos.

- Las reg i ona l i zac i ones t i e n e n u n propós i to espec í f i co , y r a r a ­mente sirven a dos propósitos diferentes.

- S iempre existen diferencias de t i p o entre los objetos a reg iona -lizar. Los objetos que d i f i e r e n entre ellos n o son fácilmente con juga- á

bles. I - Las regionalizaciones n o son absolutas. Siempre que se obtenga

más c o n o c i m i e n t o sobre los objetos a clasificar, deberán ser modi f i ca ­das.

- C u a n d o se d iv ide e l g r u p o de objetos, la división debe ser ex­haustiva y las clases formadas deben ser excluyentes.

E n este sentido, e l d i s t r i to e lectoral t iene u n propósito específico, d i f e r e n c i a b l e , exc lusivo , y su f o r m a de del imitación es p e r f e c t i b l e . Los valores e lementales de la representación democrát ica están e n convención con estos pr inc ip ios . E l p r o b l e m a técnico radica e n rea l i ­zar u n a adecuada regionalización electoral .

Características particulares de los distritos electorales

C o m o v i m o s , r e g i o n a l i z a r es u n a l a b o r de clasif icación. E n conse­cuencia, los pr inc ip ios elementales de esta tarea se pueden aplicar e n el m o m e n t o de d e l i m i t a r distritos . Sin embargo , es difícil l levar a ca­bo u n a clasificación de este t ipo en mater ia electoral deb ido a:

- Las relaciones de p o d e r que in te rv i enen en e l proceso de d e l i ­mitación; y

- la m i s m a c o m p l e j i d a d d e l p r o c e d i m i e n t o , que depende de los cr iterios elegidos.

Este trabajo aborda el segundo t ipo de comple j idad : la d i f i cu l tad técnica. Ciertos aspectos d i s t i n g u e n a los d istr i tos electorales de los

se puede presentar el de territorialidad como concepto de unión social. E n la diáspora judía, el regreso a la tierra prometida tenía un fuerte sentimiento de territorialidad.

2 Esta es una síntesis de los principios de regionalización ofrecidos por Grigg.

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otros t ipos de regiones políticas - m u n i c i p i o s , estados, etc . - , y esto los hace difíciles de c o n j u n t a r en el proceso.

L a p r i m e r a d i f i c u l t a d se presenta desde e l m o m e n t o en q u e los distr i tos electorales t i e n e n c o m o noc i ón y requis i to esencial l a i gua l ­dad , que debe serlo en relación con e l valor de cada vo to . 3

Técnicamente h a b l a n d o , e l c r i t e r i o de i g u a l d a d p o b l a c i o n a l de­bería d e n o m i n a r s e "límite de desviación a l a m e d i a p o b l a c i o n a l " . E n teoría, cada d i s t r i t o debe tener la m i s m a poblac ión , p e r o s iendo esto técnicamente i m p o s i b l e , e l p r o c e d i m i e n t o aceptado es acercar­se l o más pos ib le a l p r o m e d i o i d e a l , d e f i n i e n d o u n límite d i f e r e n ­c ia l . ¿Pero qué t a n t a d i f e r e n c i a se p u e d e o se debe aceptar? A l res- i pecto hay diversas o p i n i o n e s sobre qué tanta desviación p o b l a c i o n a l í a la m e d i a d i s t r i t a l es aceptable. Las cifras que se m a n e j a n varían e n ­t re 2 y 1 5 % . L a S u p r e m a C o r t e de Estados U n i d o s , e n M a h a n vs. H o w e l l , d e l i b e r a n d o sobre u n proceso de redistritación en e l estado de V i r g i n i a , aceptó hasta u n a desviación de 16.4%, ya que conservó la mayoría de las subdivis iones políticas, c o l o cando c o m o esencial en este caso el c r i t e r i o de " c o m u n i d a d de interés" ( D i x o n , e n Grof -m a n et al, 1982) .

L a distritación mexicana de 1996 siguió en su proceso la regla de 15% p o r arr iba o abajo de la m e d i a d is t r i ta l . Es obvio que cuanto más grandes sean, p o b l a c i o n a l m e n t e h a b l a n d o , las unidades geográficas con las que se d is tr i ta - p o r e jemplo m u n i c i p i o s - , más difícil será ajus­tarse a l c r i t e r i o i g u a l d a d p o b l a c i o n a l . A l respecto es interesante ver que en Estados U n i d o s las decisiones de la Corte Suprema h a n hecho d i s m i n u i r la i m p o r t a n c i a de c r i t e r i o s c o m o " c o m p a c i d a d " f r e n t e a otros c o m o "representación m i n o r i t a r i a " y "cero d i ferenc ia poblac io ­n a l " ; " la f o r m a en que se ve n o lo es todo , cuando se trata de ent ida­des políticas" (Donovan , 1991).

E n l a práct ica, c u a n d o se i n t e n t a l o g r a r u n a p e r f e c c i ó n e n la igua ldad pob lac ional , se t iende a reduc i r la compac idad de los d i s t r i ­tos ( B a c k s t r o m , e n G r o f m a n et al, 1982) . S in u n a f o r m a de c re c i ­m i e n t o p r e d e t e r m i n a d a e i m p a r c i a l , la s imple pretensión de igualdad pob lac ional puede ocasionar u n a manipulación de los límites d istr i ta ­les a fin de i n c l u i r o exc lu i r votantes a favor de c ierto p a r t i d o político. T a l es e l riesgo de gerrymandering: Dispersar a la opos ic ión y concen­trar part idar ios e n el t e r r i t o r i o (Ostdiek, 1995).

3 "Si no son iguales, no tienen las mismas cosas; de ahí las luchas y los conflictos, cuando los iguales no tienen ni se reparten iguales cosas..." (Aristóteles, 1985).

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A h o r a b i e n , así c o m o se i n t e n t a que todos los d i s t r i t o s t e n g a n u n a poblac ión to ta l l o más s imilar posible, también se t i ende a consi­derar otros atr ibutos compart idos y que const i tuyen los p r i n c i p i o s bá­sicos de t odo ejercic io de regionalización e lectoral o distritación. Es­tos p r i n c i p i o s son " cont igü idad" , " c o m p a c i d a d " y " c o m u n i d a d d e interés".

L a regla de que u n d is t r i to e lectoral sea cont iguo , o d i c h o de o t r a manera , que n o esté separado en partes, h a sido aceptada universa l -m e n t e ( D i x o n , en G r o f m a n et al, 1982) . Esto n o r epresenta u n i n ­conveniente para e l c u m p l i m i e n t o de los otros cr i ter ios básicos. Cabe m e n c i o n a r que este c r i t e r i o es privativo de los distritos electorales, ya que otras unidades geográficas, p o r e j emplo los m u n i c i p i o s , p u e d e n f presc indir de ta l requis i to .

Por razones lógicas, este c r i t e r i o es el menos cuestionado y e l más fácil de adoptar , ya que n o se puede hacer u n j u i c i o valorat ivo sobre si u n d is t r i to es más o menos cont iguo que o t r o . Es u n a característica geográfica que cuando está presente n o se puede me jorar , a d i f e r e n ­cia de otras. 4

U n d i s t r i t o que goza de c o m p a c i d a d es aquel que m a n t i e n e dis­tancias similares desde todos sus lados hacia el centro . U n a r g u m e n t o a favor de lograr que los distritos sean compactos es que aquellos que n o t i e n e n t a l f o r m a p u e d e n l e v a n t a r sospechas de gerrymandering ( O r r , 1970) . E n este sent ido , la c ompac idad puede ser u n a solución técnica para la potenc ia l manipulación política de l t e r r i t o r i o .

E l d i s t r i t o más c o m p a c t o sería aque l c o n f o r m a de c írculo . S i n embargo , es impos ib le d i v i d i r u n mapa con círculos. Ev identemente , l o más compacto es l o que menos lados t iene , pero n o hay fórmulas generalmente aceptadas para m e d i r la compacidad, p o r lo que se sue­le dejar a u n a observación de sentido c o m ú n sobre el mapa.

Para el proceso de distritación of ic ial de 1996, esto implicó la ob ­tención de distritos l o más parecidos a pol ígonos regulares. C o m o n o existe u n r e q u e r i m i e n t o legal al respecto, su c u m p l i m i e n t o depende p r i n c i p a l m e n t e de las formas de c rec imiento o agregación de u n i d a ­des geográficas en el m o d e l o de redistritación que se ut i l i ce .

E l cr i ter io de " comunidad de interés", también denominado " inte ­g r i d a d de comunidades" responde a la idea de que los ciudadanos vo -

4 Sin contigüidad no habría compacidad, y ésta, aunque de manera subjetiva, sí se puede medir y mejorar. E l Consejo General del I F E consideró este requisito en su crite­rio séptimo de redistritación.

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tan con forme a su identificación con ciertos intereses, como p o r ejem­plo de clase social, de ocupación o profesión, r u r a l vs. u rbano , etc. E n Reynolds vs. Sims (1964), la Suprema Corte de Estados U n i d o s aceptó que unidades administrativas enteras fueran contenidas d e n t r o de dis­tr i tos electorales hasta d o n d e la i g u a l d a d p o b l a c i o n a l l o p e r m i t i e r a ; "una redistritación que n o at iende a las subdivisiones políticas o a las di ferencias en e l paisaje n a t u r a l o histórico, puede ser algo más que u n a f ranca invitación a l ' g e r r y m a n d e r i n g ' ( W a r r e n , e n Reynolds vs. Sims, 1964, citado p o r D i x o n en G r o f m a n et al., 1982). E n este m i s m o sent ido , en Tay lor vs. M c K e i t h e n (1974) se admitió que las un idades políticas pueden significar m u c h o para los electores a través de l t i e m p o y por l o mismo n o deben dejar de considerarse al redistritar.

U n a distritación que mant i ene la i n t e g r i d a d de unidades pol ít ico administrativas y funcionales -v.g. integración u r b a n a - , y que se des­vía l igeramente de la igua ldad pob lac ional , la cual n u n c a se puede a l ­canzar, es válida. Sin embargo , la i n t e g r i d a d de comunidades n o i m ­pl ica necesariamente u n a i n t e g r i d a d social. Aquí precisamente en t ra u n a parte de l debate en la ciencia reg iona l cuando se discute sobre e l centro y e l límite de las regiones. Si se ent iende que las regiones son homogéneas respecto de los criterios elegidos para diferenciarse, en ­tonces también deben tener u n límite o f rontera . E l p u n t o que se dis­cute es d ó n d e está ese límite. C o m o G r i g g (1967) comenta , también hay zonas intermedias , las cuales ind i s t in tamente podrían agregarse, en teoría, a cualquier región o d is tr i to en este caso.

Es i m p o r t a n t e considerar que la i n t e g r i d a d de las comunidades y el apego c iudadano a las divisiones político-administrativas son cosas di ferentes , que la p r i m e r a es cuest ionable . D e n t r o de u n m u n i c i p i o puede existir u n a completa segregación social.

E n e l debate sobre la h o m o g e n e i d a d o la he terogene idad social de los distritos electorales, n o queda claro si para conseguir u n a jus ta representación, l o más adecuado es contar c o n distr i tos que t engan gente s imi lar en cuanto a sus condiciones de vida, o distritos en d o n ­de coexistan grupos diferentes (Overby y Cosgrove, 1996). E n este úl­t i m o caso, se ha recomendado respetar las proporc iones nacionales o estatales de estos grupos. Por e jemplo , si la población r u r a l en el país es 3 0 % y la u r b a n a 7 0 % , se procurará que cada d i s t r i t o t i e n d a a ese porcentaje (Backstrom, en G r o f m a n et al., 1982). E n Estados U n i d o s la noc ión de " c o m u n i d a d de interés" es f u n d a m e n t a l , p o r q u e se ref ie­re a d i s t ingu i r a la población p o r minorías y mayorías y a esto se le ha considerado u n affirmative gerrymandering.

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Para la redistritación of ic ia l de 1996, el c r i ter io 5 de l Consejo Ge­nera l d e l I F E hace u n a referencia directa a la i n t e g r i d a d de c o m u n i d a ­des, e n par t i cu lar cuando dice que " la distribución de los distr i tos se efectuará.. . a b a r c a n d o p r e f e r e n t e m e n t e , e n f o r m a c o m p l e t a , p u e ­blos, barr ios , colonias, comunidades indígenas...". Los cr i ter ios 4 y 6 de l m i s m o Consejo hacen u n a referencia ind i re c ta a la i n t e g r i d a d de las c o m u n i d a d e s c u a n d o es t ipu lan u n a atención a los m u n i c i p i o s a l d e l i m i t a r distritos.

Los p r i n c i p i o s teór icos c o m e n t a d o s aquí están c o n t e n i d o s e n el l i s tado de c r i t e r i os generales d e l I F E de 1996 y f u e r o n cons idera­dos e n e l proceso. E fec t ivamente , la mayoría de los d i s t r i t os e lecto­rales federales vigentes t i ene c o m o características e l ser m o d e r a d a ­m e n t e similares e n poblac ión , cont iguos y re lat ivamente compactos . Sobre i n t e g r i d a d de c o m u n i d a d e s n o se p u e d e a f i r m a r l o m i s m o , p r e c i s a m e n t e p o r la a m b i g ü e d a d q u e u n a de f in ic ión de este t i p o conl leva .

L o s criterios y el método utilizados en la distritación oficial de 1996

Ya se comentó que el p r i n c i p i o más i m p o r t a n t e en la delimitación de distritos electorales es la igualdad poblacional , el cual garantiza el p r i n ­c ip io f u n d a m e n t a l de "una persona, u n voto" . También se m e n c i o n ó que existen otros pr inc ip ios elementales derivados de diversas conside­raciones de t ipo social y geográfico. E l proceso de redistritación of ic ial de 1996 siguió u n c o n j u n t o de cr i ter ios generales establecidos p o r e l Inst i tuto Federal Electoral , los cuales se inst i tuyeron en el h i l o conduc­tor de l proceso y se menc ionan a continuación.

Estos cr i ter ios f u e r o n acordados el 23 de enero de 1996, cuando el Consejo Genera l de l I F E en su acuerdo p r i m e r o , segundo párrafo, estipuló que

Para la formulación del proyecto [...] se habrán de tomar en considera­ción los siguientes criterios: 1) Ningún distrito electoral federal uninominal podrá comprender terr i ­torio de dos o más entidades federativas. 2) Para la determinación del número de distritos electorales federales uninominales que habrán de comprender cada entidad federativa, se aplicará la fórmula de distribución conocida como de St. Lagüe, toman­do como base los resultados del Censo General de Población de 1990. 3) Para determinar los límites distritales al interior de cada entidad fede­rativa, se utilizará un modelo heurístico.

L O S P R O C E S O S D E D I S T R I T A C I O N E L E C T O R A L 159

4) Con base en el criterio de equilibrio demográfico, se habrán de deter­minar aquellos municipios, además del Distrito Federal, que por sí solos puedan contener uno o más distritos electorales federales uninominales. 5) La distribución de los distritos se efectuará de norte a sur y de oeste a este, respetando en lo posible accidentes geográficos y obras viales de importancia, abarcando preferentemente en forma completa, pueblos, barrios, colonias, comunidades indígenas integradas con base en aspec­tos socioculturales, etcétera. 6) Los distritos electorales que por su densidad poblacional deban com­prender el territorio de más de un municipio, se constituirán preferente­mente con municipios completos. 7) Deberá propiciarse la unidad geográfica de los distritos electorales. 8) Deberán considerarse la infraestructura de vías de comunicación y los tiempos de traslado de las secciones electorales a la cabecera distrital que se establezca. 9) En la delimitación de los distritos electorales se procurará obtener la mayor compacidad característica consistente en que el perímetro de los distritos adquiera una forma geométrica lo más cercana posible a u n po­lígono regular. 10) El margen de variación de población de cada distrito con relación al cociente de distribución no podrá exceder, en principio de + / - 15% al interior de cada entidad federativa, tratándose como casos particulares aquellos que por razones geográfico-poblacionales excedan el rango de variación señalado. 11) Se respetará la distribución seccional vigente. No se prefijarán las ca­beceras distritales, dejando la determinación de las mismas a la aplica­ción de criterios de mayor población, de vías de comunicación y de servi­cios públicos.

Para redistritar, se decidió uti l izar u n modelo heurístico desarrolla­do p o r e l m i s m o I F E . U n a vez que se reasignó el n ú m e r o de distr i tos electorales que le correspondían a cada ent idad estatal, se aplicó este modelo heurístico mediante varias corridas por computadora . 5 Cada co­r r i d a representaba una opción de distritación, y se h ic ieron 3 000 co r r i ­das para cada entidad.

E l m o d e l o obtuvo distritos a p a r t i r de tres universos diferentes de unidades geográficas. E n p r i m e r lugar , a p a r t i r de m u n i c i p i o s c o m ­pletos que en atención a su población n o podían const i tu ir p o r sí so­los u n d i s t r i to e lectoral , y que p o r ende se agruparon con otros para

5 Para una descripción más detallada del método utilizado en la reasignación de dis­tritos electorales para cada entidad, revísese el informe " L a redistritación electoral me­xicana de 1996. Informe sobre los resultados de la redistritación que presenta el Comi­té Técnico para el Seguimiento y Evaluación de la Redistritación al Consejo General del Instituto Federal Electoral", Instituto Federal Electoral, 1996.

160 E S T U D I O S DEMOGRÁFICOS Y U R B A N O S

CUADRO 1 México: Población y distribución de distritos electorales federales en 1978 y 1996

Población Distritos Población Distritos Entidad en asignados en en asignados en federativa 1979* 1978 1990 1996 Diferencia

Aguascalientes 497 101 2 719 649 3 1 Baja California 1362 834 6 1 660 865 6 0 B.C.S. 201 640 2 317 786 2 0 Campeche 384 455 2 535 193 2 0 Chiapas 2 179 549 9 3 210 491 12 3 Chihuahua 2 249 873 10 2 441 866 9 -1 Colima 1573 711 7 1 972 343 7 0 Coahuila 358 153 2 428 508 2 0 Distrito Federal 9 191 295 40 8 235 765 30 -10 Durango 1 320 306 6 1 349 369 5 -1 Guanajuato 3 083 046 13 3 982 643 15 2 Guerrero 2 246 230 10 2 620 632 10 0 Hidalgo 1 509 960 6 1 888 348 7 1 Jalisco 4 670 841 20 5 302 707 19 -1 México 7 851 156 34 9 815 773 36 2 Michoacán 3123 846 13 3 548 197 13 0 Morelos 939 805 4 1 195 057 4 0 Nayarit 788 732 3 824 649 3 0 Nuevo León 2 584195 11 3 098 742 11 0 Oaxaca 2 399 597 10 3 019 554 11 1 Puebla 3 330 971 14 4126121 15 1 Querétaro 707938 3 1 051 242 4 1 Quintana Roo 157 288 2 493 276 2 0 San Luis Potosí 1 752 842 7 2 003 198 7 0 Sinaloa 2 010 787 9 2 204 046 8 -1 Sonora 1 620 500 7 1 823 609 7 0 Tabasco 1 155 313 5 1 501 738 6 1 Tamaulipas 2 078 051 9 2 249 583 8 -1 Tlaxcala 524 668 2 761 260 3 1 Veracruz 5 328 279 23 6 228 231 23 0 Yucatán 1047611 4 1 362 944 5 1 Zacatecas 1 150 531 5 1 276 311 5 0 Total 69 381 104 300 81249 696 300 Media nacional

distrital 231 270 272 174

* L a población considerada para 1979 es una proyección de la Secretaría de Pro­gramación y Presupuesto que se realizó tomando como base el Censo de Población de 1970.

Fuente: Lujambio (1987) e I F E (1996).

L O S P R O C E S O S D E D I S T R I T A C I O N E L E C T O R A L 161

este efecto (v.g. Acambay en el Estado de México , con 47 524 habs. ) . Luego , a p a r t i r de aquellos que podían tener u n d is t r i to , o casi u n o , y que p o r simpleza se prefirió mantener l o s como u n d i s t r i t o e l e c tora l (v.g. Atizapán de Zaragoza, también en el Estado de México , que pese a su pob lac ión de 315 196 habs. fue pre fer ib l e m a n t e n e r l o c o m o u n m u n i c i p i o - d i s t r i t o ) . Y en tercer lugar , a p a r t i r de secciones electorales en aquellos m u n i c i p i o s que p o r sí solos podían poseer dos o más dis­tritos electorales (v.g. Ecatepec al que c on 1 218 129 habitantes le co­r r e s p o n d i e r o n cuatro distritos , o Nauca lpan , al cual con 786 535 h a b i ­tantes se le asignaron tres) .

L a f o r m a en que el m o d e l o asignó los distritos fue med iante la se- 4

l e c c i ón de u n p r i m e r m u n i c i p i o d e n o m i n a d o " s e m i l l a " , a l c u a l se 1 i ban agregando unidades - m u n i c i p i o s o secciones, según fuera e l ca­so d e l un iverso que se t r a t a r a - hasta o b t e n e r u n a pob lac ión l o más cercana al p r o m e d i o d i s t r i t a l . C o m o semil la i n i c i a l en e l proceso, se seleccionó el m u n i c i p i o o sección e lectoral que se encontrara más al n o r t e de la e n t i d a d . E n caso de haber dos o más m u n i c i p i o s - o sec­ciones e l e c t o ra l e s - c o n la m i s m a l a t i t u d n o r t e , se se lecc ionó a q u e l que tuviera en su perímetro e l p u n t o que estuviera más al oeste de la e n t i d a d . H u b i e r o n tres formas de agregación ( centra l , p o r m e j o r ve­c ino y m i x t a ) de unidades a esta semil la . 6

U n a vez d e l i m i t a d o u n d is tr i to a su m e n o r d i ferencia pob lac iona l a la m e d i a d i s t r i ta l , siguió la selección de o t ra semilla de u n a manera aleatoria entre todas las unidades que n o pertenec ieran al p r i m e r dis­t r i t o ya d e l i m i t a d o ; y así se continuó en f o r m a aleatoria con todas las semillas de l resto de los distritos.

Este proceso de redistritación intentó llevar a cabo la m e j o r dis-tritación posible, p o r lo que tales métodos de crec imiento se desarro­l l a r o n 1 000 veces cada u n o , para cada e n t i d a d federativa. L a m e j o r solución encontrada , o sea, la distritación con el m e n o r número de di ferencias poblacionales entre distr itos electorales, fue la que se se­lecc ionó y se d e n o m i n ó " p r i m e r a versión" de la redistritación. Poste­r i o r m e n t e , a ésta se le i n c o r p o r a r o n otros criterios y se llegó a u n a se­g u n d a versión.

E l m o d e l o u t i l i z a d o es adecuado si se cons idera que posee u n a f o r m a de delimitación que c u m p l e f o r m a l m e n t e c on los cr i ter ios es-

6 Para una explicación más detallada de las formas de agregación, véase el docu­mento mencionado en la nota anterior.

162 E S T U D I O S DEMOGRÁFICOS Y U R B A N O S

CUADRO 2 Criterios utilizados en cada versión de la redistritación oficial de 1996

Primera versión

1 ) Igualdad poblacional 2) Contigüidad 3) Respeto a fronteras estatales,

municipales y seccionales 4) Compacidad

Segunda versión

1) Accidentes geográficos 2) Vías de comunicación importantes 3) Integridad (ocasionalmente) de

pueblos, barrios y comunidades

tablecidos. E l hecho de haber d i v i d i d o los m u n i c i p i o s e n universos d i - * ferentes , p o r razones de tamaño p o b l a c i o n a l , es razonab le e i g u a l ­m e n t e i m p a r c i a l . Se encontró que para t o d o el país 42 m u n i c i p i o s y 14 de las 16 delegaciones de l D is t r i t o Federal podrían contener u n o o más distritos electorales. Se optó p o r separar a aquellos que redondean­do p o r e l m é t o d o de St. Lagüe les correspondieran u n o o más d i s t r i ­tos. Se llegó a 14 muni c ip i o s con u n solo d is tr i to e lectoral , 28 c on dos o más, y e l D i s t r i t o Federa l se distritaría sin cons iderar las f r onteras delegacionales, c omo u n a masa u r b a n a compacta.

Para f o r m a r distritos, el I F E (1996) prefirió ut i l i zar secciones elec­torales sobre las Áreas Geoestadísticas Básicas (AGEB) p o r los s iguien­tes motivos:

1) L a Constitución n o especifica que se deben u t i l i z a r estas u n i ­dades.

2) E l I F E estimó que las A G E B son herramientas operativas diseña­das para organizar e l l evantamiento censal y n o para c o n s t r u i r áreas geográficas; o sea, que estas unidades n o f u e r o n diseñadas para r e a l i ­zar u n a distribución d is tr i ta l .

3) L a cartografía de l INEGI carece de precisión métrica. 4) E l Censo Genera l de 1990, sólo c ont i ene datos para las A G E B

urbanas, p o r l o que n o es posible d e l i m i t a r distritos al i n t e r i o r de m u ­nic ipios que n o cont i enen este t ipo de áreas.

5) Por o t r o lado , se acordó respetar - c o n f o r m e al c r i t e r i o undéci ­m o d e l I F E - la división seccional v igente , y a l n o c o i n c i d i r las seccio­nes c on las A G E B , habría que est imar la poblac ión de las secciones y de partes de ellas que se encuentran en los límites de los distritos con­formados a p a r t i r de las A G E B , labor que se consideró poco conf iable debido a la d i f i cu l tad de hacer estimaciones de población de áreas geo­gráficas pequeñas.

L O S P R O C E S O S D E D I S T R I T A C I O N E L E C T O R A L 163

Los motivos de la J u n t a General Ejecutiva de l I F E con mayor f u n ­d a m e n t o para p r e f e r i r a las secciones electorales sobre las A G E B son el 4 y e l 5. Los motivos 1 a 3 son en rea l idad prescindibles. Por u n lado , el a r g u m e n t o sobre la l i b e r t a d const i tuc ional n o es trascendente. Por el o t r o , las unidades censales n o i m p o s i b i l i t a n de n i n g u n a m a n e r a su utilización c o m o unidades básicas de distritación. Es más, l ega lmente su uso se val ida, ya que c u m p l e n perfectamente con el m a n d a t o cons­t i t u c i o n a l de ut i l i zar e l Censo de Población c o m o fuente de i n f o r m a ­c ión p a r a d i s t r i b u i r los d i s t r i t o s . 7 También la cartografía d i g i t a l c o n que se contaba entonces era aceptablemente precisa para d e l i m i t a r colonias y vías de comunicac ión d e n t r o de las ciudades. Se debe agre­gar además que a l dec idirse a real izar la redistritación p o r secciones electorales para aquellos m u n i c i p i o s con dos o más distritos electora­les, tuvo que estimarse la poblac ión de cada sección, ya que e n éstas se contabi l i zan los electores - c iudadanos empadronados , lógicamen­te mayores de e d a d - , y n o la población tota l .

O t r a ventaja que argumenta el I F E para p r e f e r i r las secciones elec­torales sobre las A G E B es que aquéllas son u n a fuente c o n t i n u a de i n ­formac ión . Por o t r o l a d o , s iendo e l padrón la f u e n t e ante la cua l se r e g i s t r a n los c i u d a d a n o s p a r a g e s t i o n a r l a c r e d e n c i a l de e l e c t o r -necesar ia para muchos trámites de la v ida c o t i d i a n a - la gente se ve más ob l i gada a a c u d i r a éste, y en comparac ión e l censo puede pre ­sentar sesgos más grandes en el conteo. E n este sentido, se a r g u m e n ­ta que e l n ive l de cober tura de l Padrón Electoral Federal era elevado.

E n t o d o caso, las d i f e r e n c i a s p o b l a c i o n a l e s e n t r e los d i s t r i t o s considerados en el m a p a electoral v igente, que es l o que cali f ica m a ­y o r m e n t e u n a redistritación, n o se d e b i e r o n a la utilización de estas unidades sino a la distinción que se h izo de los m u n i c i p i o s p o r e l ta­m a ñ o de su pob lac ión . De hecho , las secciones electorales también se u t i l i z a r o n para red is t r i tar n o sólo en el i n t e r i o r de los m u n i c i p i o s , s ino p a r a t oda la extensión d e l D i s t r i t o Federa l . Aquí la utilización de este t i p o de un idades n o de jó dudas sobre su aceptable e fect iv i ­d a d , ya que n i n g u n o de los d i s t r i t os d e l D i s t r i t o Federa l está f u e r a d e l r a n g o p o b l a c i o n a l p r e d e f i n i d o de 1 5 % p o r e n c i m a o debajo de la m e d i a d i s t r i ta l .

7 Artículo 53 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

164 E S T U D I O S DEMOGRÁFICOS Y U R B A N O S

U n a propuesta de redistritación alternativa

L a propuesta alternativa es p r i n c i p a l m e n t e u n a aplicación d e l p r i n c i ­p i o de c o m u n i d a d de interés, basado en las di ferencias m e t r o p o l i t a ­nas. Este p r i n c i p i o ind i ca que al m o m e n t o de i r d e l i m i t a n d o distr itos , se deben atender aquellas diferencias soc ioeconómicas que se ha l lan entre pueblos, barrios , colonias, comunidades indígenas etc. Para es­te efecto prec isamente , se redactó e l c r i t e r i o 5 d e l I F E que estableció que " L a distribución de los d istr i tos se efectuará... abarcando pre fe ­r e n t e m e n t e , e n f o r m a comple ta , pueblos , barr ios , colonias, c o m u n i ­dades indígenas integradas c o n base en aspectos socioculturales . . . " . O t r a referencia se encuentra en el m i s m o c r i t e r i o 5, y es: " la d i s t r i b u ­ción de distritos se efectuará... respetando en lo posible los accidentes geográficos y obras viales de impor tanc ia " .

Nótese que este c r i t e r i o o f ic ial mant iene u n b u e n grado de flexi­b i l i d a d para hacer la división en distr i tos . Sobre la i n t e g r i d a d de las c omunidades , establece que será " p r e f e r e n t e m e n t e " , y sobre los as­pectos geográficos y las obras viales, ind i ca "en l o posible". Esto signi­fica que la " c o m u n i d a d de interés" fue u n c r i t e r i o de i m p o r t a n c i a re ­l a t i v a , f r e n t e a l de " i g u a l d a d p o b l a c i o n a l " , e l c u a l const i tuyó e l c r i t e r i o p r i n c i p a l en la regionalización electoral .

Efectivamente, el hecho de que en la " p r i m e r a versión" de la dis-tritación se haya hecho caso omiso a estas consideraciones a l t e rnat i ­vas, expl ica la i m p o r t a n c i a p r e d o m i n a n t e de la variable "población". Sin embargo , e n la "segunda versión" se aceptaron consideraciones de este t i p o , y se h i c i e r o n modi f i cac iones a la geografía e lectoral re­sultante de la " p r i m e r a versión", a tendiendo a las obras viales, la in te ­g r i d a d de las colonias, etcétera.

L a razón p o r la que estas variables q u e d a r o n relegadas a u n se­g u n d o p l a n o , fue que el m é t o d o seguido en la redistritación era a l p r i n c i p i o estrictamente poblac ional . Se hizo u n a separación de m u n i ­cipios p o r la m a g n i t u d de su población, d i s t ingu iendo los que podían contener u n d is t r i to , los que podían tener dos o más, y los que p o r su tamaño r e d u c i d o serían agrupados para f o r m a r d i s t r i t os . Esta d i f e ­renciación es estrictamente numérica; n o cont iene n i n g u n a clasifica­c ión p o r razones atr ibu ib les al paisaje n a t u r a l -acc identes geográfi­cos- , n i de f u n c i o n a l i d a d - o b r a s v ia les - , n i sociales - c o m u n i d a d e s d i ferentes p o r su n ive l s o c i o e c o n ó m i c o - . U n a vez que ya había sido hecha la distritación, se consideraron estas variables y se modif icó le­vemente la geografía obtenida.

L O S P R O C E S O S D E DISTRITACIÓN E L E C T O R A L 165

L a propuesta a l ternat iva estriba en hacer desde el p r i n c i p i o u n a clasificación de m u n i c i p i o s - c o m o la u n i d a d básica de distritación-con base en sus características generales, que representan diferencias sociodemográficas entre las comunidades n o metropo l i tanas (rurales y urbanas) y las metropo l i tanas .

C u a n d o se habla de l o " u r b a n o " o de lo " r u r a l " , se hace r e f e r e n ­cia d irecta a porc iones de l t e r reno diferenciadas con base en la orga­nización de l espacio y en los paisajes distintivos. Los rasgos físicos d e l paisaje, la f o r m a y fines de la organización t e r r i t o r i a l y las característi­cas s o c i o e c o n ó m i c a s de los pob ladores c o n s t i t u y e n e l c o n j u n t o de e lementos que p e r m i t e n ca l i f i car c o m o u r b a n o o r u r a l u n espacio. Estas características p u e d e n ser consideradas e n la del imitación de distritos electorales.

Las áreas urbanas y las rura les son v i s ib l emente d i ferentes . Las pr imeras t i enen u n área de in f luenc ia heterogénea que en general es más g r a n d e que la r u r a l . L a p l u r a l i d a d de actividades, la d ivers idad arquitectónica, la extensión de la superficie constru ida , y en genera l la alta densidad, d i s t inguen estos tipos de áreas.

Las necesidades sociales en cada espacio son d i ferentes , p o r l o que sería democrát icamente aceptable d i s t i n g u i r , al e m p r e n d e r u n proceso de distritación, un idades geográficas d i f erentes , s i empre y cuando sea posible. Por supuesto, n o se piensa que la dicotomía u r b a ­n o - r u r a l sea la m e j o r m a n e r a de d e f i n i r a la " c o m u n i d a d de interés", pero sí constituye u n a buena aproximación para efectos de ejercicios de distritación electoral .

Q u e d a c laro que e l c r i t e r i o de " c o m u n i d a d de interés" re fuerza el c u m p l i m i e n t o estricto de l p r i n c i p i o de representat iv idad c iudada­na. E n este sentido, es viable hacer u n a distinción de distritos electo­rales metropo l i tanos y n o metropo l i tanos (urbanos y rurales ) , ya que es u n a f o r m a n e u t r a l y efectiva de obtener la representatividad de to ­dos y de los diversos intereses. Las necesidades e intereses de la pobla ­ción dependen de l ambiente , u r b a n o o r u r a l en que se desenvuelven, y suelen reflejarse en sus tendencias políticas y electorales. L a d i f e ren ­ciación e n t r e l o m e t r o p o l i t a n o y l o n o m e t r o p o l i t a n o da u n sent ido de comunidades diversas con intereses también diferentes.

L o que se quiere destacar aquí es que es preciso considerar los as­pectos contrastantes entre las zonas metropo l i tanas y las n o m e t r o p o ­litanas. T a n t o iguales c o m o desiguales t i e n e n intereses nacionales y deben ser representados en e l Congreso Federal , y es i m p o r t a n t e te­ner presente que e l derecho a votar n o garantiza automática n i siste-

166 ESTUDIOS DEMOGRÁFICOS Y URBANOS

máticamente que todos somos iguales. U n a distritación que n o a t i en ­da adecuadamente al p r i n c i p i o de c omunidades de interés, n o p r o ­moverá u n a jus ta represen tat ividad.

Por o t ro lado, n o es la me jor solución social buscar únicamente la igualdad matemática al m o m e n t o de del imitar distritos, pues cuanto más justa es la democracia mayor atención presta a las diferencias de la pobla­ción, y más se preocupa p o r identificar grupos de interés para represen­tarlos efect ivamente. U n a deb i l i dad en los métodos de distritación es perseguir la igua ldad pob lac ional como premisa única. Si n o t o m a e n cuenta las características la c o m u n i d a d , la institución de la representa­ción política es poco eficaz. N o es gratu i to que los procesos de red is t r i -tación en otros países at iendan con tanto detalle este p r i n c i p i o .

L a l i teratura especializada sugiere que metodológicamente cuanto más grande sea la cantidad de criterios que se consideran, más difícil será modif icar arbitrariamente los límites de los distritos (gerrymandering). Es­to es, los métodos más sencillos son también los más flexibles, y por ende los más alterables en beneficio de intereses particulares. U n a lgor i tmo exhaustivo puede dar cert idumbre al proceso de regionalización.

A continuación se presenta una explicación sucinta de los criterios que d i r ig ieron la distritación experimental en este trabajo. E n general, se agregaron nuevos elementos a los criterios generales establecidos por e l I F E ; algunos se modi f i caron levemente y otros se mantuvieron idénticos.

Los criterios que se agregaron y modi f i caron en el ejercicio fueron : 1) C o n base en la diferencias urbano-rurales , llevadas a los niveles

m e t r o p o l i t a n o y n o m e t r o p o l i t a n o , se hará u n a d i f e renc ia ent re los m u n i c i p i o s de cada estado, con los cuales se llevará a cabo la d is tr i ta ­c ión p o r grupos diferentes (no metropo l i tanos y metropo l i tanos ) .

2) L a delimitación de los distritos se hará in i c iando con u n a semi­l la la cual puede ser tanto u n m u n i c i p i o que n o l legue a rebasar la po ­blación med ia d is tr i ta l c omo u n a A G E B que sea la más poblada. E n es­te s e n t i d o , l a f o r m a de escoger las semi l las será de las u n i d a d e s geográficas más pobladas a las menos pobladas. Este p r o c e d i m i e n t o garantiza la i m p a r c i a l i d a d que da el número de población total en ca­da área geográfica. 8

8 Si bien hay varias maneras de escoger la semilla, nosotros preferimos esta por ser aleatoria, y principalmente porque sigue una secuencia centro-periferia que tiende a evitar las desigualdades que ocurren en los municipios o las A G E B que quedan aislados porque se adoptan criterios meramente geográficos, como es el caso de la unidad más al norte, utilizada en la distritación de 1996.

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3) E l m a r g e n de d i ferenc ia pob lac iona l entre cada d is tr i to n o po­drá exceder 1 0 % tratándose de distr i tos n o m e t r o p o l i t a n o s y 8 % e n los m e t r o p o l i t a n o s . L a razón de esta d i f e r e n c i a es que las un idades geográficas para d is tr i tar en cada universo son sumamente diferentes. Es más difícil mantener 8% e n distritos conformados p o r m u n i c i p i o s c o m p l e t o s , q u e a l i r a g r e g a n d o m u n i c i p i o s o partes de éstos y las A G E B , i nd i s t in tamente .

H a b i e n d o ya expl icado la inserción de l c r i ter io de c o m u n i d a d de interés al nivel metropo l i tano , las unidades geográficas utilizadas (AGEB y munic ip ios ) y el a lgor i tmo alternativo, describiremos a continuación los resultados obtenidos en el ejercicio exper imenta l . Para este caso se utilizó e l Estado de México , p r i n c i p a l m e n t e p o r haber sido la e n t i d a d más def ic ientemente redistr itada en el proceso oficial de 1996.

Resultados del ejercicio

Vistas las di f icultades prácticas de u n proceso de distritación, se in i c ia este inciso en comple to acuerdo con los tres supuestos de l C T S E R ( I F E , 1996):

1) N o existe la m e j o r distritación única. 2) N o puede existir el m é t o d o que genere tal distritación. 3) Sólo t iene sentido hablar de propuestas de distritación razona­

bles. E l Estado de México era en 1990 la e n t i d a d con e l mayor número

de habitantes en la República (9 815 795) y ocupa en la actual idad el p r i m e r l u g a r en la asignación de d is t r i tos , y p o r ende de d i p u t a d o s u n i n o m i n a l e s : 36. Se eligió esta e n t i d a d para el ejercicio e x p e r i o m e n -tal p o r diversas razones. L a p r i m e r a es que presentaba, d e n t r o de la distritación o f i c i a l de 1996, e l m a y o r n ú m e r o de d i s t r i t o s f u e r a de rango (7, es decir , 19%) f rente a las demás entidades federativas. Esto i m p l i c a b a u n p r e c e d e n t e de d i f i c u l t a d m a y o r para r e g i o n a l i z a r , l o que la hacía u n a e n t i d a d interesante para exper imentar estas ideas. Y la segunda razón es que cont iene en su i n t e r i o r tanto m u n i c i p i o s de características rurales como otros de p e r f i l m e t r o p o l i t a n o . E n par t i cu ­lar , posee m u n i c i p i o s en dos zonas metropo l i tanas : T o l u c a y la C i u ­dad de México .

E n e l e jercic io , la f o r m a en que se d i s t i n g u i e r o n los universos de munic ip ios a p a r t i r de los cuales se iniciaría la distritación fue sencilla. E n p r i m e r lugar, se siguieron las definiciones del INEGI en cuanto a zo-

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ñas metropolitanas; el resto del estado no metropolitano se distritaría de manera conjunta. Entonces, había tres universos de municipios: el de la Zona Metropolitana de Toluca (ZMT) con 6, el de la Zona Metropoli­tana de la Ciudad de México (ZMCM) con 27, y el "resto del estado" con 89. Al realizar estas distinciones se encontró que quedaban tres "islas": una en el norte, otra al noreste y una más al sureste del estado. Estas is­las son conjuntos de municipios no metropolitanos que quedaron aisla­dos del resto de su universo por la forma física de la ZMCM. Estas islas no cuentan con población suficiente para conformar un distrito.

Este problema se solucionó de la manera siguiente: se pasaron municipios del universo de la ZMCM a esas islas del "resto del Estado de México" hasta contener la población suficiente para formar un dis­trito. Se tomó esa acción porque se necesitaba pasar menos munici­pios de la ZMCM para crear distritos electorales que viceversa. Por de­cirlo de otra manera, se siguió una regla económica de pasar de un universo al otro el menor número de unidades geográficas suficientes para conformar un distrito.

Una vez integradas estas islas, ya se tenían delimitados tres distritos electorales. El paso siguiente fue distritar el universo "resto del estado" (o no metropolitano). Aquí se fueron agregando, como se explicó en el inciso anterior, municipios con municipios. Una vez distritado este universo, se prosiguió con la ZMT, y finalmente la ZMCM. En estos dos casos se fueron creando distritos agregando indistintamente munici­pios con A G E B , tal y como el algoritmo alternativo lo indica. Esta labor se ejecutó de manera manual sobre el mapa.

Haciendo una comparación de los resultados de este ejercicio con la distritación oficial vigente, los resultados fueron los siguientes:

1) Se redujeron 204% las diferencias de población entre distritos frente a la distritación oficial. 2) Se mantuvo la contigüidad de todos los distritos. En la oficial, hay un distrito dividido en dos partes (distrito 16 en Tlalnepanüa). 3) Sólo dos distritos estuvieron fuera del margen de aceptación adoptado de 10% y ninguno por arriba o abajo del límite oficial de 15 por ciento. 4) El promedio de las diferencias poblacionales a la media distri­tal fue de 2.33% en el caso del universo metropolitano, y de 5.83% en el no metropolitano. En total, la desviación promedio en el experi­mento fue de 3.20% mientras que en la oficial fue de 9.75 por ciento.

Desde el punto de vista puramente estadístico, se puede conside­rar que el ejercicio logró una mejor distritación. Respecto a la forma

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final de los distritos, la compacidad fue la parte menos elaborada (véa­se los mapas) . E l m o t i v o es e l a l g o r i t m o ut i l i zado , e l cual p o n e más i n ­terés e n los cr iterios de i gua ldad pob lac ional y c o m u n i d a d de interés que en la f o r m a física de l d is tr i to electoral .

S in embargo , considerando que el p r i n c i p i o más i m p o r t a n t e es e l de la i g u a l d a d p o b l a c i o n a l , d e n t r o de u n esquema de i m p a r c i a l i d a d la f o r m a es l o que menos cuenta. Esto es, u n d is tr i to n o compacto n o i m p l i c a u n a afectación de la representat iv idad e lectoral , c o m o lo ha­ría u n d i s t r i t o desigual en cuanto a la poblac ión representada, o u n d i s t r i to separado p o r partes, es decir , n o cont iguo .

MAPA 1 Redistritación experimental del Estado de México

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MAPA 2 Redistritación experimental de la Zona Metropolitana de Toluca

Conclusiones

E l estudio de las impl icac iones terr i tor ia les de los procesos electora­les es necesario y p a r t i c u l a r m e n t e aprop iado cuando u n proceso de r e f o r m a político-electoral se está l levando a cabo y p o n i e n d o a p r u e ­ba. A fin de obtener u n a j u s t a representat iv idad en los congresos, es i m p r e s c i n d i b l e idear métodos de distritación que d e n p o r resultado u n a razonable imparc ia l idad electoral . Este fue el propósito p r i n c i p a l de l presente trabajo. De ahí que se incluyera, además de u n a revisión teórica de los p r i n c i p i o s de regional izac ión pol í t ica p a r a d i s t r i t o s electorales, u n ejercicio práctico en donde se ap l i caron u n c r i t e r i o y u n a l g o r i t m o alternativos.

I n d i s c u t i b l e m e n t e , la distritación of ic ia l de 1996 representó u n a me jora sustancial respecto a la de 1978 en muchos aspectos, tales co-

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MAPA 3 Redistritación experimental de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México

m o la actualización en el g r a d o de representa t iv idad c iudadana , la i m p a r c i a l i d a d y la transparencia en el m é t o d o . L a m e j o r muestra de que la distritación vigente es i m p a r c i a l son los resultados de las elec­ciones d e l 6 de j u l i o de 1997 y de l 2 de j u l i o de 2000.

Sin embargo , vistas las mejoras logradas en el e jercic io a n t e r i o r , es posible apreciar la f a c t ib i l i dad de per fecc ionar los métodos de re-gionalización e l e c tora l a fin de l o g r a r adelantos consistentes hac ia u n a jus ta geografía de la representación popular . E l método ut i l i zado en la distritación o f i c ia l v igente es per fect ib le . Se c o m p r o b ó ampl ia ­mente la pos ib i l idad de d i s m i n u i r las diferencias poblacionales entre distritos ; la razón f u n d a m e n t a l de esta me jora fue el haber combina ­do sin distinción m u n i c i p i o s y A G E B en el a lgor i tmo . Además, la u t i l i ­zación de estas unidades geográficas se ciñe al m a n d a t o const i tuc io ­na l de ut i l i zar población censal.

D e b i d o a l imitac iones técnicas y de t i empo , n o fue posible abun ­dar más en el e jerc ic io , especialmente en el p u n t o de "vías de c o m u ­nicación y accesibi l idad", pero de l avance logrado se desprende que

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la mejoría fue significativa, y el m o d e l o n o contradice la inserción de este c r i t e r i o . L a utilización de l c r i t e r i o de c o m u n i d a d de interés al n i ­vel m e t r o p o l i t a n o y n o m e t r o p o l i t a n o , rindió u n ópt imo resultado e n términos numéricos y p u d o m a n t e n e r e l interés sobre la i n t e g r i d a d de comunidades .

Se puede conc lu i r entonces que los aspectos imperativos y desea­bles de este ejercicio a l ternat ivo , que eran 1) avanzar en el cr i ter io de " c o m u n i d a d de interés" y 2) r e d u c i r las diferencias poblacionales e n ­tre los d i s t r i tos , p u e d e n perfecc ionarse en poster iores invest igacio­nes. E n especial, se debe p o n e r atención tanto en el a l gor i tmo c o m o en las unidades geográficas que se u t i l i z a n .

E n este sentido, es seguro que el c onten ido y la frecuencia de es­te t i p o de estudios aumentarán con forme se consolide la práctica de­mocrática y se convierta en u n asunto r u t i n a r i o más que en u n o nove­doso y de p r i m e r a plana, c omo lo es en la actual idad.

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