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1. OBJETO Y METODOLOGÍA E n el presente trabajo se hace un estudio jurisprudencial de los suje- tos colectivos en la empresa, en con- creto, sobre su naturaleza, tipología, consti- tución, estatuto jurídico y significado en el sistema de relaciones colectivas empresaria- les. No obstante, estos temas no son tratados de manera global ya que se persigue el obje- tivo técnico de hacer una exposición, más o menos crítica, de los puntos de esta materia que resultan más conflictivos a la vista de aquellos que han sido resueltos por los Tri- bunales. Las soluciones del Tribunal Constitucio- nal y del Tribunal Supremo que se han dado a dichos conflictos son sistematizadas por bloques temáticos y analizados con deteni- miento. Consecuencia de este método es que no se estudien temas de gran importan- cia del Derecho colectivo, por no haber sido tratados de manera directa por la jurispru- dencia. 2. REPRESENTACIÓN UNITARIA 2.1. Relevancia constitucional La jurisprudencia constitucional ha reco- nocido en más de una ocasión la «actividad sindical de la representación unitaria». Esta declaración ha fundamentado un importante debate doctrinal acerca de la distinción entre los representantes de los trabajadores sindi- cales y unitarios en la empresa, y especial- mente sobre si estos últimos son titulares del derecho a la libertad sindical. A este respecto se pueden diferenciar dos etapas jurisprudenciales. En una primera fase, se puede deducir de la jurisprudencia constitucional una protección de la represen- tación unitaria por vulneraciones del derecho de la libertad sindical (STC 38/1981 de 23 de noviembre, STC 78/1982 de 20 de diciembre, STC 83/1982 de 22 de diciembre). No obstan- te esta tendencia se rompe con claridad en la STC 118/1983 de 13 de diciembre donde el Tribunal Constitucional niega abiertamente 31 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 43 ** Profesora Titular de Derecho del Trabajo. Facul- tad de Derecho. Universidad Complutense. ** Doctoras en Derecho. Profesoras de Derecho del Trabajo. Facultad de Derecho. Universidad Complu- tense. Los sujetos colectivos en la empresa: un estudio jurisprudencial YOLANDA SÁNCHEZ-URÁN AZAÑA*, RAQUEL AGUILERA IZQUIERDO, BEATRIZ GUTIÉRREZ-SOLAR CALVO y NURIA DE NIEVES NIETO**

Los sujetos colectivos en la empresa: un estudio jurisprudencial

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1. OBJETO Y METODOLOGÍA

En el presente trabajo se hace unestudio jurisprudencial de los suje-tos colectivos en la empresa, en con-

creto, sobre su naturaleza, tipología, consti-tución, estatuto jurídico y significado en elsistema de relaciones colectivas empresaria-les. No obstante, estos temas no son tratadosde manera global ya que se persigue el obje-tivo técnico de hacer una exposición, más omenos crítica, de los puntos de esta materiaque resultan más conflictivos a la vista deaquellos que han sido resueltos por los Tri-bunales.

Las soluciones del Tribunal Constitucio-nal y del Tribunal Supremo que se han dadoa dichos conflictos son sistematizadas porbloques temáticos y analizados con deteni-miento. Consecuencia de este método es queno se estudien temas de gran importan-cia del Derecho colectivo, por no haber sido

tratados de manera directa por la jurispru-dencia.

2. REPRESENTACIÓN UNITARIA

2.1. Relevancia constitucional

La jurisprudencia constitucional ha reco-nocido en más de una ocasión la «actividadsindical de la representación unitaria». Estadeclaración ha fundamentado un importantedebate doctrinal acerca de la distinción entrelos representantes de los trabajadores sindi-cales y unitarios en la empresa, y especial-mente sobre si estos últimos son titulares delderecho a la libertad sindical.

A este respecto se pueden diferenciar dosetapas jurisprudenciales. En una primerafase, se puede deducir de la jurisprudenciaconstitucional una protección de la represen-tación unitaria por vulneraciones del derechode la libertad sindical (STC 38/1981 de 23 denoviembre, STC 78/1982 de 20 de diciembre,STC 83/1982 de 22 de diciembre). No obstan-te esta tendencia se rompe con claridad en laSTC 118/1983 de 13 de diciembre donde elTribunal Constitucional niega abiertamente

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** Profesora Titular de Derecho del Trabajo. Facul-tad de Derecho. Universidad Complutense.

** Doctoras en Derecho. Profesoras de Derecho delTrabajo. Facultad de Derecho. Universidad Complu-tense.

Los sujetos colectivos en la empresa:un estudio jurisprudencial

YOLANDA SÁNCHEZ-URÁN AZAÑA*, RAQUEL AGUILERA IZQUIERDO,

BEATRIZ GUTIÉRREZ-SOLAR CALVO y NURIA DE NIEVES NIETO**

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la titularidad de la libertad sindical a larepresentación unitaria, iniciando una líneajurisprudencial que continua hasta nuestrosdías (Cfr. STC 45/1984, 27 de marzo, STC73/1984, de 27 de junio; STC 197/1990 de 29de noviembre; STC 134/1994 de 9 de mayo;STC 74/1996, de 30 de abril; STC 95/1996 de29 de mayo; STC 191/1996 de 26 de noviem-bre). Se mantiene que nuestro ordenamientopositivo responde a «un sistema sindicaldual en el que la acción sindical, entendidaen cuanto actividad dirigida a la representa-ción y defensa de los intereses de los trabaja-dores puede ser ejercida, sin entrar ahora enotras posibilidades, tanto por el Sindicatocomo por el Comité de Empresa», aunque«ello no significa ni que exista una indefini-ción constitucional ni una identidad entretodos los sujetos susceptibles del ejercicio defunciones sindicales. Por el contrario, el art.7 de la norma fundamental constitucionali-za al sindicato no haciendo lo mismo con elComité de Empresa, que es creación de laLey y sólo puede encontrar, como dijera laSentencia de este Tribunal núm. 37/1983, de11 de mayo (BOE de 20 de mayo), una indi-recta vinculación con el art. 129.2 C.E. (F.J.4)» (f.j. 4). El «derecho consagrado en el art.28.1 CE se refiere exclusivamente a la acti-vidad sindical, de autoorganización y derepresentación, defensa y promoción de losintereses económicos y sociales de los traba-jadores, desarrollada por los sindicatos detrabajadores». «Es cierto que dichos sindica-tos no son las únicas instituciones que pue-den representar a los trabajadores y promo-ver y defender sus intereses económicos ysociales. Concretamente, en nuestro ordena-miento existen otros sujetos, de creaciónlegal o convencional como, por ejemplo, loscomités de empresa, los delegados de perso-nal o las juntas de personal, que pueden rea-lizar estas actividades calificables latu sen-su como sindicales y para llevarlas a cabocuentan con medios de acción y con derechosconstitucionales y legales, como son el dere-cho de huelga (art. 28.2 CE), la negociacióncolectiva (art. 37.1 CE) o la adopción de

medidas de conflicto colectivo (art. 37.2 CE),que el Texto constitucional no reserva enexclusiva a los sindicatos».

Se aclara por lo tanto que la expresión«actividad sindical» de la representación uni-taria no significa una admisión de una visiónfuncional del sindicato, en virtud de la cualse admita que todo sujeto colectivo que reali-ce funciones de protección de los intereses delos trabajadores merezca ser calificado comotal. Se trata de dos tipos de representaciónde los trabajadores, la sindical y la unitaria,bien diferenciadas desde la base, ya que nocomparten el aspecto clave de la titularidadde la libertad sindical. Sólo «los Sindicatos –alos que la Constitución otorga un protagonis-mo singular como mediadores en las relacio-nes laborales– son titulares del derecho a lalibertad sindical a la hora de defender la pri-macía de la autonomía colectiva frente aeventuales conductas de corte sindical» (STC74/1996, de 30 de abril, f.j.4). Por lo tanto larepresentación unitaria no puede recurrir enamparo en defensa de derechos colectivospropios en virtud del art. 28.1 CE, aunque enalgún caso puede reunir el «interés legítimo»necesario para recurrir en amparo ensupuestos de violación de la libertad sindicalindividual de sus representados (STC74/1996, de 30 de abril, f.j.5). El TribunalConstitucional utiliza por tanto de maneraconfusa el término sindical en dos sentidos.En relación al sujeto «sindical» se utiliza demanera estricta, diferenciando rigurosamen-te entre representantes sindicales y repre-sentantes unitarios. En relación a la activi-dad «sindical» se utiliza de manera amplia yflexible, denominando en general la activi-dad de defensa de los intereses de los traba-jadores al margen de la naturaleza del sujetoque la desempeña.

En definitiva, el art. 129.2 CE es el precep-to constitucional que fundamenta con carác-ter general la regulación por el legislador dela representación unitaria (cfr. STS de 25 deoctubre de 1999 (RJ 1999/9498)). Se trata portanto de un órgano de creación legal (STC

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37/1983, de 11 de mayo; STC 98/1985, de 29de julio). Por ello se plantea el importantedebate sobre qué norma es la que reconoce almismo los derechos de negociación colectiva,huelga y conflicto colectivo. Si es el legisladorel que crea un órgano, como es el caso de larepresentación unitaria, ¿puede considerarseque la Constitución atribuye al mismo unosderechos constitucionales? La jurisprudenciadominante responde afirmativamente a esteinterrogante. De esta forma se hace unainterpretación sorprendentemente flexibledel art. 53 CE cuando impone al legislador elmandato de «regular el ejercicio de los dere-chos del Cap. II del Título I CE». La regula-ción del ejercicio de los derechos constitucio-nales abarca en esta interpretación jurispru-dencial que el legislador dote a la representa-ción unitaria creada por él de unos derechosconstitucionales. El legislador crea así en elcaso del derecho de huelga y de conflicto colec-tivo una titularidad constitucional, que enningún caso cabe deducirse de una lectura delos arts. 28.2 y 37.2 los cuales sólo se refierena los trabajadores. Solo en el caso del art. 37.1CE, en el que se hace referencia a los «repre-sentantes de los trabajadores», podría encon-trarse una legitimación a tal actuación legal.

2.2. Protección de la representaciónde los trabajadores por lanormativa internacional

La Organización Internacional del Traba-jo, como órgano principal a través del que seha canalizado la internacionalización de laprotección laboral, ha dictado diversos ins-trumentos jurídicos de notable relevanciapara nuestro ordenamiento. Entre ellos, y enrelación al tema que analizamos este momen-to, se encuentra, como se afirma en la STS de15 de mayo de 1990 (RJ 1990/4331), el «Con-venio 135 de la Organización Internacionalde Trabajo, relativo a la protección y facilida-des que deben otorgarse a los representantesde los trabajadores; convenio que, ratificadopor España mediante Instrumento de 8 de

noviembre de 1972 y publicado en el BoletínOficial del Estado de 4 de julio de 1974, seincorpora al ordenamiento español (artículo1.5 del Código Civil)» (f.j. 6).

El Tribunal Supremo realiza una interpre-tación amplia del ámbito de aplicación de lasmedidas protectoras de este convenio, lo quetiene como consecuencia la equiparación adichos efectos de los órganos de representa-ción unitaria regulados en el ET con otrosórganos específicos de representación, comoes el caso de los representantes de personalde las Cajas de Ahorro (cfr. en sentido contra-rio la STS de 10 de febrero de 1984 (RJ1984/856)). En el art. 3 del Convenio se«determina su ámbito subjetivo, consideran-do como representantes de los trabajadores a«las personas reconocidas como tales en vir-tud de la legislación o práctica nacionales» y,en concreto, tanto a los representantes sindi-cales, nombrados o elegidos por los sindicatoso por los afiliados a ellos, como a los represen-tantes electos, que el apartado b) define comolos «libremente elegidos por los trabajadoresen la empresa, de conformidad con las dispo-siciones de la legislación nacional o de los con-tratos colectivos y cuyas funciones no seextiendan a actividades que sean reconocidasen el país como prerrogativas exclusivas delos sindicatos» (f.j. 6). Sobre esta base la STSde 15 de mayo de 1990 (RJ 1990/4331) deter-mina que las condiciones para la extensión dela protección a representantes de los trabaja-dores son las siguientes y que ello no se pue-de alterar por exclusiones arbitrarias de lalegislación nacional: a) que se desarrolle «unafunción de representación de los trabajadoresen la empresa de carácter no esencialmentesindical»; b) que sean elegidos por los trabaja-dores aunque sea a través de un sistema indi-recto; c) que se comparta el carácter reivindi-cativo de sus funciones; d) que se comparta lanecesidad de protección en relación a la «ple-na independencia del representante, quequedaría limitada si la vinculación laboral ala empresa y el propio mandato pudieranextinguirse como consecuencia de una deci-

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sión no fundada en una causa disciplinariasuficiente, y, en segundo lugar, garantizartambién el derecho de los trabajadores a quesus representantes cumplan su mandato yactúen con la necesaria autonomía durante lavigencia del mismo».

2.3. Doble canal representativo,sindical y unitario, en laempresa y sindicalización de larepresentación unitaria

En la empresa pueden convivir variostipos de sujetos colectivos: sindicatos (seccio-nes sindicales y delegados sindicales), repre-sentación unitaria, asambleas y comités adhoc. La «Constitución, entre esos distintoscauces de representación y defensa de los tra-bajadores, ha atribuido especial relieve a lossindicatos. Esta opción del constituyente semanifiesta, particularmente, en la muy signi-ficativa mención que de ellos hace el TítuloPreliminar de la Constitución» la STC134/1994, de 9 de mayo, f.j. 4.

«En la actualidad existe en las empresasun notable grado de interacción entre los sin-dicatos y los órganos de representación unita-ria de los trabajadores y (..) las diferenciasrelativas a la naturaleza de estos dos tipos deinstituciones y a sus funciones de representa-ción y defensa de los intereses de los trabaja-dores, que en otros tiempos fueron manifies-tos, hoy tienden en muchos casos a difumi-narse» (STC 134/1994, de 9 de mayo, f.j. 4).Estos puntos de convergencia son, según laSTC 95/1996, de 29 de mayo, f.j. 3, principal-mente los siguientes (cfr. también la STS de14 de abril de 1987 (RJ 1987/2762)):

a) «los sindicatos están expresamentelegitimados para promover elecciones a dele-gados de personal y miembros de comités deempresa (art. 67.1 ET), así como para presen-tar candidatos en dichas elecciones (art. 2.2d) LOLS y art. 69.3 ET), promoción y presen-tación aquellas que son actividades ampara-das por el derecho de libertad sindical (art.

28.2 CE), tanto en su vertiente colectiva comoen su vertiente individual, formando partedel llamado contenido adicional».

b) Las elecciones en la empresa «no sólosirven para elegir a los representantes unita-rios o electivos de los trabajadores en laempresa, sino también para determinar quié-nes son los sindicatos más representativos osimplemente representativos».

c) La «representación unitaria o electivade los trabajadores es una vía de importantey muchas veces preferente de actuación de lossindicatos, dada la regulación vigente de laacción propiamente sindical (..). Regulaciónque, entre otras cosas, ciñe el derecho a estarrepresentadas a todos los efectos por delega-dos sindicales (..) a las secciones sindicalesconstituidas por afiliados a sindicatos conpresencia en la representación unitaria oelectiva, y únicamente en las empresas o, ensu caso, centros de trabajo que ocupen a másde doscientos cincuenta trabajadores».

En todo caso, como aclara la STS de 1 dejunio de 1996 (RJ 1996/5746), f.j. 1, «una vezque han obtenido el nombramiento de miem-bros de Comité de empresa correspondiente,adquieren la condición de representantesunitarios de sus compañeros, y tal represen-tación vincula directamente a aquéllos conéstos, sin intermediación ni enlace algunocon dichos sindicatos. Se trata de un nexorepresentativo que une de forma directa a lostrabajadores y a sus representantes elegidos,el cual no es de naturaleza sindical, ni puedeser entendido como tal, a pesar de que seanlos sindicatos quienes hayan presentado lascandidaturas y a pesar de que los elegidospuedan seguir manteniendo su afiliación yconexión con esas asociaciones, e incluso aca-tar las directrices emanadas de las mismas».No obstante esta distinción, la jurisprudenciaconstitucional ha reiterado que se debe dis-tinguir en los supuestos en los que recaesobre un titular de la libertad sindical elmandato representativo unitario, estas doscondiciones jurídicas, y sólo como titular de la

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libertad sindical disfruta de la protecciónconstitucional.

2.4. Origen legal y posibilidad decreación convencional de otrosórganos de representaciónunitaria

Una de las notas que caracteriza la repre-sentación unitaria es su carácter legal. Secrea en virtud de un «deber sin sanción» pre-visto en los art. 62 y 63 ET, a diferencia de loque ocurre con la representación sindical quese crea como consecuencia del ejercicio delespecial derecho de asociación de la libertadsindical.

Un interrogante importante es si se pue-den crear nuevos órganos de representaciónunitaria al margen de la ley y de la concretaremisión que se realiza a la negociación colec-tiva en relación a los comités intercentro.Siguiendo la metodología de este trabajo sóloprocede a este respecto exponer los pronun-ciamientos jurisprudenciales al respecto, yasí encontramos la STS de 27 de junio de1995 (RJ 1995/3273) que dando una respues-ta afirmativa al respecto afirma, en relación aun «comité de grupo de empresa», que aunqueel art. 63.3 ET regula el comité intercentros«exclusivamente para una sola empresa, esadmisible la validez de este órgano, pues elartículo 61 del Estatuto de los Trabajadorespreviene la posibilidad de otras formas departicipación de los trabajadores, aparte delas previstas en la Ley».

2.5. Carácter electivo de larepresentación unitaria y fuerzavinculante de sus decisiones

Lo que diferencia a la representación uni-taria de la representación sindical, ademásde su carácter legal, y de su vocación origina-ria de representar a la totalidad de los traba-jadores de la empresa –ya que la representa-

ción sindical solo adquiere este mandato derepresentación global a través de las técnicasde la representatividad–, es su carácter elec-tivo. «El Comité de Empresa y los Delegadosde Personal son órganos de representacióndirecta de los trabajadores en la empresa ocentro de trabajo, pues sus miembros son ele-gidos directamente por esos trabajadores»(STS de 12 de diciembre de 1990 [RJ1990/9776]).

El mandato representativo unitarioencuentra legitimación en el proceso electo-ral (Vid infra, apdo. 6) en el que están llama-dos a participar todos los trabajadores delcentro de empresa que han de verse repre-sentados por el mismo. Por ello la regularidaddel cargo representativo y su proteccióndepende de la validez del proceso electoral delque derivan (STS de 23 de julio de 1991 (RJ1995/6258, STS de 23 de mayo de 1990 (RJ1990/4492)), que ha de entenderse concurren-te mientras no se impugne éste de la formaprevista en la norma (STS de 30 de enero de1990 (RJ 1990/242)).

De acuerdo con el sistema electoral corres-pondiente, sólo es representante unitario ensentido estricto aquél al que le ha sido otor-gado un puesto de la representación unitariay no los suplentes, que por propia definición,solo alcanzarán tal condición cuando hayande sustituir a los titulares. Todo ello sin per-juicio de que estos suplentes y candidatos dis-fruten de ciertas garantías por tal condición(entre otras muchas STS de 5 de noviembrede 1990 [RJ 1990/8547], STS de 22 de febrerode 1990 [RJ 1990/1133], STS de 20 de sep-tiembre de 1988 [RJ 1988/6928], STS de 13 demayo de 1988 [RJ 1988/4980]).

Este carácter electivo justifica a su vez elcarácter vinculante que para los representa-dos tienen, con carácter general, las decisio-nes y acuerdos de la representación unitaria,a no ser, que dichas actuaciones no hayansido acordes a derecho (STS de 21 de enero de1988 [RJ 1988/32]).

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2.6. Ámbito de creación de larepresentación unitaria

2.6.1. Criterio espacial: unidad básicael centro de trabajo

La unidad espacial básica de creación de larepresentación unitaria es el centro de traba-jo [STS de 19 de marzo de 2001 (RJ2001/3385), STS de 31 de enero de 2001 (RJ2001/2138), STS de 18 de junio de 1993 (RJ1993/4764)]. La creación en ámbitos inferio-res parece excluirse por ser contraria a suvocación de representar a la totalidad de lostrabajadores de dicho ámbito. La creación enámbitos superiores, como ocurre en el caso delos comités de empresa conjuntos, se presen-ta como excepcional y por lo tanto solo en loscasos en que sean admitidos por la ley. Peroeste carácter excepcional no concurre en elcaso del comité intercentros, ya que la propianaturaleza de sus funciones exige su creaciónen el ámbito de la empresa en su globalidad.En todo caso, por su propia naturaleza larepresentación unitaria no puede superar elámbito de la empresa [cfr. STS de 14 dediciembre de 1994 (RJ 1994/10697)], salvo elcaso excepcional de los comités de grupo deempresa, antes mencionados, y el grupo deempresas de dimensión comunitaria que seanalizará posteriormente. El ámbito su-praempresarial queda reservado para larepresentación sindical (STS de 20 de octubrede 1997 (RJ 1997/8083).

Este elemento espacial en la configuraciónde la representación unitaria también impo-ne la exigencia de la pertenencia al centro delos trabajadores que han de ocupar los pues-tos representativos (STS de 1 de junio de1990 (RJ 1990/4996).

2.6.2. Criterio personal

En función del número de trabajadores delcentro de trabajo habrá de crearse un tipo uotro de representación unitaria. Para centros

entre 6 y 49 trabajadores se nombrarán dele-gados de personal. Para centros cuya planti-lla sea superior a 50 trabajadores se crearáun comité de empresa (arts. 62 y 63 ET). Ellegislador no ha regulado por tanto unamodalidad de representación unitaria en cen-tros de trabajo de menos de 6 trabajadores.Este silencio del legislador en relación a larepresentación unitaria, que como decíamoses de origen legal, demuestra según la STS de19 de marzo de 2001 (RJ 2001/3385) que «laopción del legislador ha sido clara: dar un tra-tamiento plenamente diferenciado a lasempresas o centros de trabajo con escasostrabajadores», dejando sin representaciónunitaria a los centros con menos de 6 trabaja-dores, ya que «los problemas que puedan sur-gir en los centros de pequeñas dimensionespueden resolverse por los propios interesa-dos, y no llega (sic.) alcanzar una problemáti-ca tan amplia y general que requiera el sopor-te de una representación de intereses genera-les».

Se trata por lo tanto de un modelo legalcerrado en el que no es posible la alteraciónde la unidad electoral, agrupándose centrosde empresa, por ejemplo, para alterar lasreglas expuestas sobre cuando y qué tipo derepresentación unitaria corresponde según laplantilla del centro de trabajo (STS de 19 demarzo de 2001 (RJ 2001/3385)). Esta doctrinase presenta así en cierta manera contradicto-ria con la de la STS de 27 de junio de 1995 (RJ1995/3273) expuesta anteriormente, en lacual se admite la creación de nuevas formasrepresentativas en aras del derecho de parti-cipación del art. 61 ET. De hecho se llega aafirmar en la STS de 19 de marzo de 2001 (RJ2001/3385) que las fórmulas dirigidas a crearórganos de representación en centros demenos de 6 trabajadores «es ciertamenteatractiva en línea de principios y esta Sala notendría inconveniente alguno en asumirla sise tratara de un debate «de lege ferenda», porser evidentemente más favorecedora delderecho de representación de los trabajado-res en la empresa (..). Porque nuestra Consti-

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tución, como propia de un Estado social ydemocrático de derecho, propugna la partici-pación de los trabajadores en el funciona-miento de la empresa, aunque no en el art. 37(..) sino en el art. 129.2 CE (..). Mas no debeolvidarse que el precepto constitucional con-tiene solo una declaración programática cuyaconcreción y desarrollo es competencia exclu-siva del Legislador ordinario, que los Tribu-nales de Justicia no pueden invadir para sus-tituir la regulación elegida por aquél por otra,más avanzada y tutelar que pueda parecer»(en los mismos términos también la STS de31 de enero de 2001 (RJ 2001/2138)).

2.7. Mandato: comienzo, duración,extinción, transmisión deempresa

El mandato representativo comienza des-de el momento en que se asigna al sujeto con-creto un puesto de la representación unitariade acuerdo con las resultados electorales y lasreglas legales correspondientes y se extiendehasta la renovación del órgano representati-vo por las siguientes elecciones, a no ser quemedie un desistimiento o revocación del car-go. En todo caso la doctrina jurisprudencialparece condicionar el derecho a ejercer lasfacultades y disfrutar de las garantías delcargo representativo desde el momento deproclamación oficial del elegido (STS de 14 deoctubre de 1986 (RJ 1986/5466), STS de 24 demayo de 1983 (RJ 1983/2412)).

Esta regla no es alterada por el hecho deque excepcionalmente se puedan extender lasgarantías de los representantes unitarios«por analogía (art. 4 Cc)» al representanteque «“de hecho” a ciencia y paciencia de laempresa actuó como Delegado» (STS de 2 dejunio de 1986 (RJ 1986/3434).

La duración del mandato es de cuatroaños, en virtud del cambio operado por la Ley32/1984, de 2 de agosto, en cuya Exposiciónde Motivos se «fija de manera muy precisa lafinalidad del cambio legislativo: La amplia-

ción del mandato representativo de 2 años a 4y la desaparición de la caducidad automáti-ca» (STS de 6 de febrero de 1986 (RJ1986/715), f.j. 2).

En caso de producirse una vacante en lospuestos de representación unitaria ésta secubrirá automáticamente por el trabajadorsiguiente de la lista en el caso de los comitésde empresa o el siguiente trabajador másvotado en el caso de los delegados de personal(Cfr. STS de 31 de octubre de 1994 (RJ1994/8114)). Otra «cosa es que tal sustitucióndeba comunicarse al I.M.A.C (o Servicio quele ha sustituido) y al empresario y deba publi-carse en el tablón de anuncios; o sea que elautomatismo en la sustitución opera «adintra», en las relaciones internas del Comité,pero para que tenga efectos «ad extra» respec-to de terceros –empresario y compañeros detrabajo– es preciso que se cumplimenten losactos de publicidad» (STS de 12 de mayo 1990(RJ 1990/4309, f.j. 4) (Cfr. también STS de 2de octubre de 1986 (RJ 1986/5368), STS de 24de mayo de 1983 (RJ 1983/2412).

La jurisprudencia niega el reconocimientocomo tal de la figura de «suplente» de losmiembros de la representación unitaria, alque haya de extenderse con carácter generallos derechos y garantías de los titulares (STSde 22 de febrero de 1999 (RJ 1999/1133), STSde 25 de octubre de 1999 (RJ 1999/9498) [Vidinfra, apdo. 7].

El mandato del representante unitario sepuede extinguir por varias causas:

a) La revocación «es decir, por decisiónbasada en falta de confianza del cuerpo elec-toral» (STS de 26 de diciembre de 1989 (RJ1989/9268), f.j. único), según lo establecido enel art. 67.3 ET.

b) «La extinción por pérdida de la calidaddeterminante de la elección», ya que «al fun-darse la relación de representación en el«intuitu personae», es admisible que por lavoluntad colectiva de los empresarios y tra-bajadores integrantes del sector que el Con-

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venio regula, se establezca como causa deextinción del mandato la alteración sobreve-nida de una circunstancia personal especial-mente relevante del representante, determi-nante de su elección, como lo es la pérdida dela adscripción al sindicato que lo presentó»,por ejemplo (STS de 26 de diciembre de 1989(RJ 1989/9268), f.j. único).

En todo caso el art. 67.3 ET que regula «laduración del mandato de los miembros delComité de Empresa y Delegados de Personal,(..) no atribuye ni a los Sindicatos ni al Comi-té la facultad de destituir o cesar a aquéllos,ni (..) el cambio de afiliación sindical comocausa de cese en tal condición o carácter. Másaún, al tratar expresamente este precepto dela revocación del mandato atribuye estafacultad con exclusividad a la Asamblea deelectores, en los términos expresados en elpárrafo segundo de su apartado tercero (cfr.sobre el procedimiento y plazos STS de 12 defebrero de 1998 (RJ 1998/1802). Sobre laregularidad del voto como requisito de vali-dez STS de 27 de enero de 1987 (RJ1987/294)). Por último, ningún otro preceptodel ordenamiento jurídico establece comocausa de cese el cambio de afiliación sindical,ni atribuye a los Sindicatos o al Comité facul-tades decisorias sobre el particular» (STS de18 de septiembre de 1989 (RJ 1989/6451), f.j.10).

Las garantías de los representantes de lostrabajadores «únicamente se gozan cuando lapérdida de la condición de representante lo esúnicamente por la causa natural del trans-curso del tiempo, pero no en los supuestos enel que la misma tiene lugar por esa revoca-ción o destitución, o por voluntad del propiointeresado en virtud de su dimisión» (STS de29 de diciembre de 1998 (RJ 1998/447), f.j. 2,cfr. también STS de 21 de marzo de 1985 (RJ1985/1362)).

En todo caso existe una prohibición derevocar a los representantes durante la tra-mitación de un convenido colectivo (art. 67.3ET), cuya función es garantizar a los repre-

sentantes, «en cuanto titulares del derecho ala negociación colectiva, el desarrollo de laactividad negociadora con arreglo a los crite-rios del mandato representativo y no delmandato imperativo. Esta libertad de ejerci-cio de la actividad representativa puede serautolimitada por los propios representantes,y puede ser objeto de control por parte de losrepresentados mediante reuniones y activi-dades informativas. Pero, en garantía de laatribución a los representantes y no a lacolectividad inorganizada de los trabajadoresdel derecho a la negociación colectiva, la res-ponsabilidad política de los representantespor el ejercicio del mismo sólo podrá exigirse«a posteriori» y no en el curso de las negocia-ciones» (STS de 9 de marzo de 1994 (RJ1994/2218), f.j. 3).

Un supuesto frecuente en el que se cues-tiona la extinción del mandato representativoes el de transmisión de empresa. A estos efec-tos «determinante, para que no se pierda lacondición de miembro del Comité de Empre-sa, es la subsistencia del centro de trabajo,para el que el trabajador fue elegido, y no laempresa, sin que dicho cometido, se vea afec-tado por la integración o asunción de la titu-laridad por un nuevo empresario, por persis-tir aquel órgano de representación institucio-nal, mientras que la actividad laboral semantenga» (STS de 23 de julio de 1990 (RJ1990/6453).

2.8. Reglas de funcionamiento ydeber de sigilo

Las decisiones de la representación unita-ria se han de fundamentar en un acuerdomayoritario de todos sus miembros (cfr. STSde 31 de octubre de 1994 [RJ 1994/8114]). Entodo caso, para sus actuaciones frente a terce-ros es válido designar «unánimemente a unsecretario como la persona física que en surepresentación ejercitará las acciones corres-pondientes», concurriendo «en éste la capaci-dad procesal para comparecer en juicio», ya

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que «su funcionamiento precisa del mecanis-mo de la representación, delegación o apode-ramiento a favor de una persona física queactué en su nombre» (STS de 16 de diciembrede 1982 [RJ 1982/7819]).

En relación al quorum necesario paraalcanzar las mayorías la Sentencia de laAudiencia Nacional de 19 de enero de 1991establece para el comité intercentros, en unadoctrina que se puede extender a todos lostipos de representación unitaria, que en unmomento determinado el número de miem-bros del comité se puede ver reducido «por lascausas más diversas y en tal caso sería ilógicoexigir un quorum para la validez de los acuer-dos sobre el número teórico de sus componen-tes, y no sobre sus componentes reales, por-que (..) quedaría ese órgano absolutamenteincapacitado para adoptar acuerdos válidos ycumplir su cometido» (f.j. 1).

Existe una especial garantía del ejerciciolibre el cargo, no sólo frente a los representa-dos en virtud de la naturaleza del mandatorepresentativo (STS de 9 de marzo de 1994(RJ 1994/2218), f.j. 3), sino también frente ainjerencias del empresario. Someter «a unrepresentante de los trabajadores a restric-ciones de vigilancia singulares, que no afec-tan a los demás, supone una traba o limita-ción a su derecho de libre actividad o libreejercicio del cargo» (STS de 29 de septiembrede 1989 (RJ 1989/6553), f.j. 3).

En sus actuaciones los representantes uni-tarios tienen una «obligación de secreto y sigi-lo profesional que impone el art. 65.2 delEstatuto de los Trabajadores tanto al Comitéde empresa en su conjunto como a su miem-bros». Éste se «limita a los cuatro primerosnúmeros del apartado 1 del art. 64 y a todasaquellas materias sobre las que la direcciónseñale expresamente el carácter reservado;(..) independientemente de que no sería sufi-ciente que el empresario lo calificase unilate-ralmente como confidencial, sino que seríanecesario que desde un plano objetivo efecti-vamente lo sea; y por otra parte, el últimoinciso del (..) art. 65.2 autoriza al Comité, «a

contrario sensu», a que los documentos que leentregue la empresa –referentes a temas noincluidos en las excepciones aludidas– pue-dan ser utilizados razonablemente dentro desu ámbito, respetando los fines para los quefueron entregados» (STS de 13 de diciembrede 1989 (RJ 1989/9200), f.j. 4).

2.9. Comité intercentros

La fuente reguladora del comité intercen-tros es el convenio colectivo. El «ComitéIntercentros únicamente existirá cuando suconstitución se haya pactado en ConvenioColectivo, de lo que infiere que mientras elComité de empresa es una creación de la Ley,el Intercentros es creación del ConvenioColectivo; además las únicas facultades yfunciones que puede ostentar el ComitéIntercentros son las que le haya reconocido elpertinente Convenio, y en cambio el Comitéde Empresa goza de las competencias que leasigna el art. 64» (STS de 12 de diciembre de1990 (RJ 1990/9776), f.j. 2).

El «Comité de Empresa y el Comité Inter-centros son dos figuras jurídicas claramentediferencias y no pueden confundirse de formaalguna, aunque entre ellas exista una indu-dable proximidad y parentesco», entre otrosaspectos porque el «Comité Intercentros esun órgano de representación derivada o desegundo grado, pues sus miembros usual-mente son designados por las personas quecomponen los distintos Comités de Empresa otienen la condición de Delegados de Perso-nal» (STS de 12 de diciembre de 1990 (RJ1990/9776), f.j. 2). Tampoco cabe confundir lanaturaleza del Comité Intercentros con la dela representación sindical, ya que el primerotiene naturaleza «unitaria a fin y a la postre,aunque para su constitución jueguen crite-rios de proporcionalidad sindical según pre-vienen el art. 63.3 ET» (STS de 14 de julio de2000 (RJ 2000/9642), f.j.1).

Su ámbito de actuación es el conjunto de laempresa, sin poder superar este ámbito (STSde 14 de diciembre de 1994 (RJ 1994/10679),

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STS de 20 de octubre de 1997 (RJ 1997/8083)).

La composición del comité intercentros esde un máximo de 13 miembros que el conve-nio colectivo puede rebajar (STS de 10 deoctubre de 1994 (RJ 1994/7761). Se debetener en cuenta además que sus «electores yelegibles no son los mismos que lo fueronpara los Comités y Delegados, sino que losson quienes resultaron elegidos, y, al menoshasta ahora, precisamente como componen-tes de candidaturas sindicales. De tal modoque pierde toda relevancia directa el númerode votos, para alcanzar el protagonismo efi-caz el número de puestos, quedando aquelnúmero de votos relegado a la función suple-toria de deshacer posibles empates alcanza-dos bajo el otro parámetro» (STS de 4 dediciembre de 2000 (RJ 2000/10416)). Ante lafalta de especificación de un sistema de medi-ción electoral del art. 63.3 ET, y mientras elconvenio no establezca otra cosa (STS de 9 dejulio de 1993 (RJ 1993/5969), STS de 23 denoviembre de 2001 (RJ 2001/8077), según lajurisprudencia dominante, «una interpreta-ción racional, sistemática y teleológica deeste artículo conduce necesariamente a laconclusión de que la forma de distribución delos puestos del comité intercentros que en élse dispone es la que se realiza en razón a losrepresentantes conseguidos por cada sindica-to» (STS de 9 de julio de 1993 (RJ 1993/5969)(cfr. también la STS de 10 de octubre de 1994(RJ 1994/7761), STS de 8 de julio de 1996,STS de 7 de octubre de 1996 (RJ 1996/7491),S T S d e 4 d e d i c i e m b r e d e 2 0 0 0 ( R J2000/10416), STS de 23 de julio de 2001 (RJ2001/8077), STS de 3 de octubre de 2001 (RJ2001/8979)). No obstante, en relación, no a ladesignación de los componentes –que sólo sehará de entre los miembros del comité deempresa–, sino para cumplir el mandato de lacomposición proporcional del comité inter-centros «según los resultados electorales con-siderados globalmente» (art. 63.3 ET), sehabrán de medir los resultados electoralesplasmados en el número de representantes

unitarios en la totalidad de centros de laempresa (STS de 28 de octubre de 1997 (RJ1997/7682). A estos efectos, se tendrán encuenta todas las listas electorales, tambiénlas de independientes, ya que tras la STS de10 de diciembre de 1993 (RJ 9772) el comitéintercentros no está sindicalizado (cfr. tam-bién STS de 3 de octubre de 2001 (RJ2001/8979)). El momento de medición electo-ral será el día de las elecciones en la empresa,sin que hayan por regla general que influirlos cambios posteriores en la representación(STS de 3 de octubre de 2001 (RJ 2001/8979)).La regla matemática para la asignación delos puestos en la que se reflejan las reglasanteriores consiste en dividir «el númerototal de representantes elegidos (..) por elnúmero de miembros del Comité Intercentros(..), cuyo cociente representa el mínimo paralograr un representante, y atribuyendo lospuntos a los enteros y los no cubiertos así alas fracciones más elevadas» (STS de 8 dejulio de 1996 (f.j. 1996/5757), f.j. 2).

Una regla importante de funcionamientode los comités intercentros es la creación decomisiones internas de trabajo. Según la STSde 16 de mayo de 1994 (RJ 1994/4202) queavanza sobre la línea de la STS de 24 dediciembre de 1993 (RJ 1993/10010), cuandolas funciones de la comisión son negociales setiene que reflejar en su composición la pro-porcionalidad a los resultados electorales enla empresa. En las comisiones administrati-vas de gestión o interpretación no es necesa-ria dicha proporcionalidad.

Las funciones del comité intercentrosserán aquellas que le otorgue el conveniocolectivo que lo cree, aunque lo haga demanera genérica (STS de 12 de diciembre de1990 (RJ 1990/9776) y siempre que no seauna cuestión específica para la que la repre-sentación inmediata recaiga en los represen-tantes del centro de trabajo, como puede serla resolución de un expediente discipliario(STS de 12 de diciembre de 1990 (RJ1990/9776). No obstante, parece que la juris-prudencia, mientras no haya una exclusión

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expresa de dicho convenio en contra, reconocela titularidad de los derechos colectivos bási-cos. Así por ejemplo en la STS de 25 de julio de2000 (RJ 2000/7644) afirma que «una de lasfacultades propias de todo comité es la nego-ciación colectiva, tal como se desprende de losarts. 87 y 88 del ET» (f.j. 3), siempre que nosupere el ámbito empresarial (STS de 20 deoctubre de 1997 (RJ 1997/8083) (cfr. tambiénSTS de 14 de julio de 2000 (RJ 2000/9642)).En cambio en relación a las garantías y dere-chos que se reconoce en el art. 10.3 LOLS alos delegados sindicales se hace una interpre-tación más restrictiva que no hace extensivaa estos efectos al comité intercentros las refe-rencias al comité de empresas (STS de 6 deoctubre de 2001 (RJ 2001/2018), f.j.2). Entodo caso, con carácter general se niega unaaplicación general de los arts. 61-76 ET a loscomités intercentros (STS de 12 de diciembrede 1990 (RJ 1990/9776)).

2.10. Representación unitariaespecífica: comité de empresaeuropeo y representación enmateria de seguridad y saluden el trabajo

En virtud de diferentes criterios clasifica-torios se puede distinguir diversas represen-taciones unitarias:

a) En función del tipo de empresa en laque se constituyen, junto con los órganosgenerales que se acaban de analizar comunesa todo tipo de empresa, se encuentran para elcaso de las empresas o grupo de empresas dedimensión comunitaria el Comité de Empre-sa Europeo.

Según nos explica de manera didáctica laSTS de 20 de dic iembre de 1997 (RJ1997/9525), f.j. 4, esté Comité tiene su origenen la Directiva 94/95 CE de 22 de septiembre1994 del Consejo, cuyo objeto es «la mejoradel derecho de información y consulta de lostrabajadores en las empresas, y grupos deempresas de dimensión comunitaria». Los

mecanismos para tal mejora son la creaciónde dicho comité o «un procedimientos deinformaciones y consulta a los trabajadores,siempre que se haya formulado una peticiónen tal sentido». En el «art. 5.2 se regula laforma de constitución de la Comisión Nego-ciadora, para la Constitución de los Comitésde Empresas Europeos, o de un procedimien-to de información y consulta, concretándoseen el apartado a) que los Estados miembrosdeterminarán la forma de elegir o designar alos miembros de la Comisión Negociadoraque hayan de ser elegidos o designados en suterritorio; en el art. 11 se dice que cada Esta-do miembro velará porque la dirección de losestablecimientos de una empresa de dimen-sión comunitaria y los representantes de lostrabajadores alcancen las obligaciones esta-blecidas en dicha Directiva». Esta directivaha sido transpuesta a nuestro ordenamientopor la Ley 10/1997, de 24 de abril.

b) En virtud de la materias sobre la queversan las funciones representativas de losrepresentantes unitarios, se puede distinguira la representación especializada en materiade seguridad y salud en el trabajo. La crea-ción de estos órganos se fundamenta en elderecho de participación y consulta del art.34 LPRL (STS de 3 de diciembre de 1997 (RJ1997/8929), cfr. también la STS de 1 de febre-ro de 1999 (RJ 1999/465)).

En los centros de trabajo o empresas unice-lulares de menos de 50 y más de 6 trabajadoresse designarán los Delegados de Prevenciónsegún el art. 35 LPRL que «son los represen-tantes de los trabajadores con funciones especí-ficas en materia de prevención de riesgos labo-rales y serán designados por y entre los repre-sentantes de personal, en el ámbito de los órga-nos de representación –Comités de Empresa,Delegados de Personal y representantes sindi-cales, en el número que se determina en elnúmero 2 del propio artículo 35» LPRL (STS de15 de junio de 1998 (RJ 1998/5702), f.j. 3).

Se creará en centros de trabajo o empresasunicelulares de 50 o más trabajadores el

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Comité de Seguridad y Salud, «como el órga-no de encuentro entre los representantes delos trabajadores y el empresario para el des-arrollo de una participación equilibrada enmateria de prevención de riesgos» (STS de 3de diciembre de 1997 (RJ 1997/8929), f.j. 1).Se trata por lo tanto de un «órgano paritario ycolegiado de participación designado a la con-sulta regular y periódica de las actuacionesde la empresa en materia de prevención, queestará formado por los Delegados de Preven-ción, de una parte, y por el empresario y/o susrepresentantes en número igual al de losDelegados de Prevención, de otra» (STS de 15de junio de 1998 (RJ 1998/5702), f.j.3).

3. LA REPRESENTACIÓNSINDICAL

Muy numerosos han sido los pronuncia-mientos del Tribunal Constitucional que afir-man que el contenido esencial del derecho delibertad sindical, en su faceta colectiva no seagota en los aspectos meramente organizati-vos o asociativos previstos en el artículo 28.1de la CE. A estos derechos, que constituyen elnúcleo mínimo e indisponible de la libertadsindical, es preciso añadir derechos de activi-dad o medios de acción necesarios para que elsindicato pueda cumplir las funciones que leson atribuidas por el artículo 7 de la CE.Tales derechos o medios, entre los que seidentifican la huelga, la negociación colectivay la promoción de conflictos colectivos (SSTC37/1983, de 11 de mayo; 39/1986, de 31 demarzo; 51/1988, de 22 de marzo; 61/1989, de 3de abril; 127/1989, de 13 de julio), quedanincluidos en el contenido esencial de la liber-tad sindical, en su vertiente funcional puestoque integran determinadas actividades diri-gidas a la defensa, protección y promoción delos intereses de los trabajadores (SSTC95/1996, de 29 de mayo; 145/1999, de 22 dejulio; 201/1999, de 8 de noviembre). Se garan-tiza, así, a las organizaciones sindicales unámbito esencial de libertad para organizarsea través de instrumentos de actuación de la

forma que consideren más adecuada a la efec-tividad de su acción, dentro, claro está, delrespeto a la Constitución y a la Ley (STS de20 de julio de 2000 [Ar. 7190]).

No obstante, el hecho de que determinadosderechos de acción sindical queden incluidosen el contenido esencial del derecho de liber-tad sindical no implica que cualquier prerro-gativa sindical concebible constituya un lími-te para el legislador (STC 173/1992, de 29 deoctubre). Al contrario, se ha afirmado quenormas infraconstitucionales pueden des-arrollar el derecho de libertad sindical conintención promocional, completando el conte-nido esencial con derechos o facultades deactuación sindical adicionales. Así pues, másallá del contenido esencial de la libertad sin-dical, el legislador dispone de un amplio mar-gen de maniobra que le permite crear mediosadicionales de promoción de la actividad sin-dical, así como configurarlos y limitarlos(STC 173/1992, de 29 de octubre). Esta doc-trina ha sido aplicada en relación con la acti-vidad sindical en la empresa y con las prerro-gativas en las que ésta se concreta (STC30/1992, de 18 de marzo).

3.1. Las secciones sindicales

En coherencia con el contenido constitucio-nal, la LOLS establece que la libertad sindi-cal comprende el derecho a la actividad sindi-cal prevista en el artículo 2.1d) y, de otra par-te, que las organizaciones sindicales en elejercicio de la libertad sindical tienen derechoal ejercicio de la actividad sindical en laempresa o fuera de ella. En los lugares de tra-bajo esta actividad viene prevista y reguladapor el artículo 8 de la LOLS (STC 168/1996,de 29 de octubre).

La representación sindical de los trabaja-dores en las empresas se realiza, esencial-mente, a través de las secciones sindicales.Tales secciones prolongan en las empresas laacción de los sindicatos puesto que se configu-ran como unidades organizativas de base

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compuestas por todos o por una fracción delos afiliados a un sindicato en la propiaempresa en la que están empleados.

La doctrina constitucional ha venido atri-buyendo una doble naturaleza a estas insti-tuciones; «de un lado, son instancias organi-zativas internas del sindicato y, de otro,representaciones externas a las que la leyconfiere determinadas ventajas y prerrogati-vas, que suponen correlativamente cargas ycostes para la empresa» (SSTC 61/1989, de 3de abril; 84/1989, de 10 de mayo; 292/1993, de18 de octubre. STS de 11 de abril de 2001 (Ar.4911)). «De lo que cabe concluir que, cuandose define a estas entidades como instanciasorganizativas internas del sindicato, se estáexplicando la posición que la sección sindicalocupa en la estructura organizativa del sindi-cato. Cuando, seguidamente, se identifica ala sección sindical como representación exter-na, se está haciendo referencia a las funcio-nes y facultades que esta instancia desarro-lla» (STC 121/2001, de 4 de junio). Únicamen-te el aspecto organizativo aparece como ati-nente al contenido esencial de la libertad sin-dical, de ahí que no pueda prohibirse su ejer-cicio a ningún sindicato ni grupo de afiliados.

Así, se afirma que la constitución de sec-ciones sindicales forma parte del ejercicio dela libertad interna de autoorganización delsindicato –permitiendo que el sindicato pue-da estar presente en los lugares de trabajo,realizando allí sus funciones representativasy ejerciendo aquellas actividades que permi-tan la defensa y protección de los propios tra-bajadores– y, en cuanto a tal, no puede serimpedido ni coartado (STC 168/1996, de 29 deoctubre y SSTS de 27 de junio de 1994 y de 20de julio de 2000 [Ar. 7190]).

Con relación al vínculo existente entre sin-dicato y sección sindical, el Tribunal Consti-tucional ha dejado claro que: «la LOLS, en suartículo 8.1.a), implícitamente reconoce quela sección sindical se presenta como una divi-sión meramente organizativa y, por tanto,como una instancia descentralizada de la pro-

pia organización sindical. La diferencia entreaquélla y estas otras estructuras que compo-nen la organización sindical radica en el datode que aquélla carece de personalidad jurídi-ca especial obtenida a través del depósito delos estatutos sindicales, cualidad que, por elcontrario, sí es predicable de sindicatos, defederaciones y confederaciones. Ello implicaque la relación entre la sección no se trabamediante un vínculo asociativo entre dossujetos colectivos distintos... sino a través deuna integración directa, de forma que la sec-ción se mantiene unida al sindicato de proce-dencia. Es por ello que se ha señalado que lasección sindical aparece jurídicamente almundo exterior como una parte integrante dela asociación sindical, lo que impide, como harecordado la jurisprudencia ordinaria endiversas ocasiones, atribuir a la sección sindi-cal personalidad jurídica distinta de la delpropio sindicato» (STC 121/2001, de 4 dejunio).

La creación de secciones sindicales, encuanto órganos del sindicato, no constituyeun derecho de los trabajadores en general,sino tan sólo de aquellos trabajadores que seencuentran afiliados a un sindicato y quesiendo empleados en una empresa decidencrearla sin intervención de los órganos direc-tivos del sindicato (STC 292/1993, de 18 deoctubre, aunque en sentido contrario se pro-nuncia la STS de 10 de diciembre de 1996 (Ar.9141)). No cabe duda, pues, de que «quienescrean y ponen en funcionamiento las seccio-nes sindicales son los propios trabajadoresque, prestando servicio en la empresa, esténafiliados al sindicato correspondiente; no son,por tanto, los sindicatos, federaciones ni lasconfederaciones sindicales quienes constitu-yen dichas secciones, sino los citados trabaja-dores, lo cual obviamente no impide que estasasociaciones sindicales puedan promover talconstitución...» (STS de 8 de junio de 1996(Ar. 5003)).

Con relación a los requisitos de constitu-ción de las secciones sindicales en el seno delas empresas, la LOLS exige la presencia, en

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dichas unidades, de trabajadores afiliados auna organización sindical con personalidadjurídica y capacidad de obrar, aunque noostente la cualidad de más representativa, nitenga presencia en los órganos de representa-ción unitaria (STS de 21 de noviembre de1994 (Ar. 1993)). Es decir, el ámbito de liber-tad que consagra el artículo 8 no encuentralímites derivados de la exigencia de determi-nados índices de implantación del sindicatoen el área de actuación de la sección sindicala constituir, puesto que aun cuando fueraprácticamente nula su representatividad, laposibilidad de constituir una sección sindicalpermanece abierta. De igual manera, resultairrelevante para la constitución de seccionessindicales, el número de trabajadores queintegra la empresa, de modo que no se requie-re que deba tener una plantilla de determina-da dimensión (SSTS de 24 de noviembre de1989 (Ar. 8245), 18 de mayo de 1992 (Ar.3562) y de 1 de junio de 1992 (Ar. 4505)).

De otro lado, la libertad de constitución desecciones sindicales en las empresas se velimitada por el hecho de que los trabajadoresafiliados actúen «de conformidad con lo esta-blecido en los estatutos del sindicato» (SSTSde 24 de noviembre de 1989 (Ar. 8245), de 12de diciembre de 1989 (Ar. 9198), de 18 demayo de 1992 (Ar. 3562), de 1 de junio de1992 (Ar. 4505), de 21 de noviembre de 1994(Ar. 9227) y de 8 de junio de 1996 (Ar. 5003);y STC 173/1992, de 29 de octubre). Es decirque los trabajadores afiliados a un sindicatopodrán decidir libremente la creación de sec-ciones sindicales en la empresa en la queprestan sus servicios «...debiendo únicamen-te observar lo que en tal materia disponganlos Estatutos del propio Sindicato, que es elúnico a quien, dentro de su marco estatuta-rio, corresponde comprobar el cumplimientode esas formalidades» (STC 292/1993, de 18de octubre). Esta exigencia deriva precisa-mente del carácter de instancia organizativainterna del sindicato de la sección sindical, loque supone que ésta no tenga más autonomíafuncional que aquélla de la que le dote el pro-

pio sindicato a través de sus estatutos, pues-to que son dichos estatutos los que les recono-cen las facultades que legalmente se les atri-buye. De ahí que la obligación de los afiliadosde acatar y respetar las decisiones de losórganos estatutarios y la posibilidad de que elsindicato pueda recurrir al poder disciplina-rio son instrumentos que aseguran que lasdecisiones de la sección se adaptan y coordi-nan con la voluntad del sindicato (STC121/2001, de 4 de junio).

En definitiva, al margen de las obligacio-nes que puedan prever los estatutos del sindi-cato, la posibilidad de creación de secionessindicales no se encuentra sujeta, según suconfiguración por la LOLS, a formalidadeslegalmente preestablecidas. No obstante, seha cuestionado la exigencia de la puesta enconocimiento de los empresarios de la consti-tución de aquéllas; y se ha considerado que«solamente es necesaria en la medida en quese precise para desarrollar la acción sindicaldentro de la empresa» (STC 292/1993, de 18de octubre).

Una vez constituidas, las secciones sindi-cales en el seno de las empresas tienen reco-nocidos, por la ley, determinados derechos.Un grupo de estos derechos son comunes atodas las secciones sindicales, por el merohecho de serlo, independientemente de suscualificaciones. En puridad, la atribución detales derechos se hace, por el artículo 8.1 de laLOLS, a los trabajadores afiliados a un sindi-cato en una empresa; pero, en todo caso, y nosiendo, por ello, específicos de las seccionessindicales, ciertamente se instrumentalizana través de ellas. En primer lugar, el aparta-do b) del citado artículo prevé, que siempreque se realicen fuera de las horas de trabajo ysin perturturbar la actividad normal en laempresa, los afiliados a un sindicato tendránel derecho a celebrar reuniones, previa notifi-cación al empresario, a recaudar cuotas y adistribuir información sindical. Con relacióna la celebración de reuniones por las seccio-nes sindicales (STC 85/1988, de 28 de abril y168/1996, de 29 de octubre) –y en las que par-

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ticipan los afiliados al sindicato correspon-diente en la empresa– con el objeto de desa-rrollar los fines del propio sindicato (SSTS de2 de junio de 1997 (Ar. 4617) y de 3 de febrerode 1998 (Ar. 1150)), el Tribunal Constitucio-nal ya apuntó que forma parte del contenidoesencial del derecho de sindicación (STC91/1983, de 7 de noviembre). Respecto a ladistribución de información del sindicato enla empresa, se ha interpretado que se trata deun derecho que implica «la transmisión denoticias de interés sindical, el flujo de infor-mación entre el sindicato y sus afiliados» y«encuentra su fundamento en la funciónrepresentativa de la autonomía sindical, per-mite el ejercicio cabal de una acción sindical,propicia el desarrollo de una democracia y deun pluralismo sindicales y, en definitiva,constituye un elemento esencial en la concre-ción del derecho fundamental a la libertadsindical» (STC 121/2001, de 4 de junio). Ensegundo lugar, el apartado c) del artículo 8señala que los afiliados a un sindicato tienenderecho, en su empresa, a recibir la informa-ción que le remita su sindicato, entendiéndo-se por tal la correspondencia que el sindicatopueda dirigir a cada uno de los afiliados almismo o a la sección sindical constituida.

El segundo grupo de derechos que laLOLS, en su artículo 8.2, reconoce, en estecaso y específicamente, a las secciones sindi-cales (STS de 15 de febrero de 1995 (Ar.1156)) son exclusivos de aquéllas que mani-fiestan una superior relevancia en su entor-no; precisamente, las correspondientes aorganizaciones sindicales más representati-vas o las que cuenten con representación enlos órganos de representación unitaria de lostrabajadores (SSTS de 18 de mayo de 1992(Ar. 3562) y 1 de junio de 1992 (Ar. 4505)). Entodo caso, los derechos relacionados en el cita-do artículo deben considerarse sin perjuiciode lo establecido en convenio colectivo, portanto deben asumirse como mínimos, demodo que pueden ser especificados, mejora-dos o ampliados a otras secciones sindicales,pero nunca restringidos.

El primero de los mencionados derechosconsiste en que la empresa ha de poner a dis-posición de estas secciones sindicales privile-giadas «un tablón de anuncios que deberásituarse en el centro de trabajo y en lugar don-de se garantice un adecuado acceso al mismode los trabajadores» para que puedan difun-dir avisos a los afiliados y a los trabajadoresen general. Este derecho ha sido interpretadode manera que no se exige «la facilitación deltablón de anuncios a cada una de las seccio-nes sindicales que puedan constituirse en lasempresas o centros de trabajo» (SSTS de 15de febrero de 1995 [Ar. 1156] y de 19 dediciembre de 1996 [Ar. 9732]), así, «el mínimolegal de derecho necesario es un singular «untablón de anuncios»...» (STS de 19 de diciem-bre de 1996 [Ar. 9732]).

El segundo derecho (SSTS de 2 de junio de1997 [Ar. 4617] y de 3 de febrero de 1998 [Ar.1431]), referido a la utilización de un localadecuado (SSTS de 2 de junio de 1997 [Ar.4617] y de 3 de febrero de 1998 [Ar. 1431])para desarrollar sus actividades, sólo corres-ponde, de entre las secciones sindicales privi-legiadas (STS de 7 de marzo de 2002 [Ar.4666]), a aquéllas constituidas en empresas ocentros de trabajo con más de 250 trabajado-res (STS de 25 de marzo de 1997 [Ar. 2618]).Como en el caso anterior, se ha entendido queel apartado c) del artículo 8 de la LOLS noexige que la citada utilización de un local ten-ga carácter exclusivo; «Sin duda esta exclusi-vidad debe constituir el objeto a alcanzar nosólo por los sindicatos, sino también por lasempresas, pero es claro que la Ley no la impo-ne» (SSTS de 29 de diciembre de 1994 (Ar.10521), de 24 de septiembre de 1996 (Ar.6851) y de 19 de diciembre de 1996 (Ar. 9732).En sentido contrario se había pronunciadocon anterioridad el propio Tribunal Supremoal considerar que el local en el que desarrolla-ba sus funciones el Comité de Empresa debíaser, por motivos de independencia, exclusivoy no debía compartirse con secciones sindica-les (STS de 6 de abril de 1988 [Ar. 3264]),pero tal interpretación ha sido corregida y

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reiterada, como se ha señalado, por pronun-ciamientos más recientes (STS de 3 de febre-ro de 1988 [Ar. 1431]).

Por lo que respecta a la esfera de actuaciónde las secciones sindicales, el artículo 8 de laLOLS señala que éstas pueden ser constituí-das en ámbito de la empresa o del centro detrabajo, si en la empresa hay más de un cen-tro. Para el Tribunal Constitucional, nadaimpide que se constituyan secciones sindica-les en cualesquiera unidades productivas, «deforma que el Sindicato puede estar presenteen cualquier lugar donde se desarrolle el tra-bajo y realizar allí sus funciones representa-tivas» (STC 173/1992, de 29 de octubre ySSTS de 24 de noviembre de 1989 [Ar. 8245]y de 8 de noviembre de 1994 [Ar. 9066]). Conrelación a la elección de las unidades en lasque va a ser constituida la sección sindical elTribunal Supremo considera que «el artículo8.1 de la LOLS configura la constitución de lasección sindical con carácter alternativo en laempresa o centro de trabajo, opción ésta quecorresponde al sindicato en el desarrollo desu libertad de organización interna, siempreque en el ejercicio de esa libertad, no derivenpara la empresa mayores cargas que lasimpuestas por la Ley (SSTS de 15 de julio de1996 [Ar. 6158] y de 28 de noviembre de 1997[Ar. 8919]).

3.2. Los delegados sindicales

Las secciones sindicales pueden estarrepresentadas por uno o varios delegados,portavoces o representantes puesto que nadaimpide que, en virtud del ejercicio de libertadinterna de autoorganización del sindicato(SSTC 61/1989, de 3 de abril; 84/1989, de 10de mayo; 292/1993, de 18 de octubre y168/1996, de 29 de octubre), éste pueda desig-nar un portavoz de la sección; en efecto, se haconsiderado que la «libertad sindical en elplano colectivo, garantiza a los sindicatos unámbito esencial de libertad para organizarsea través de instrumentos de actuación de la

forma que considere más adecuada a la efec-tividad de su acción sindical...» pudiendo, portanto, los sindicatos «en el ejercicio de sulibertad de autoorganización en los lugaresde trabajo, constituirse a través de órganos...con capacidad para ejercer aquellas activida-des que permiten la defensa y protección delos propios trabajadores» (SSTS de 21 demarzo de 1995 [Ar. 2175], de 10 de noviembrede 1998 [Ar. 9545], de 22 de septiembre de1999 [Ar. 9097] y 20 de julio de 2000 [Ar.7190]). Así pues, el derecho a nombrar a dichoportavoz o representante sin privilegios (delos incluidos en el apartado 3 del citado artí-culo 10) a cargo del empresario lo tiene reco-nocido todo sindicato por el mero hecho detener implantación en una empresa o centrode trabajo, de conformidad con lo dispuestoen el apartado 1.a) del artículo 8 de la LOLS(STS de 11 de abril de 2001 (Ar. 4911)), demodo que «a ninguna sección sindical... se lepuede impedir la designación de represen-tantes internos» (SSTS de 5 de febrero de2001 [Ar. 2143] y SSTC 201/1999, de 8 denoviembre y 292/1993, de 18 de octubre).

De otra parte, la existencia de delegadossindicales, concebidos legalmente comorepresentantes externos de la sección sindi-cal, se condiciona a la concurrencia de unasconcretas circustancias. De manera que, sóla-mente, aquellos delegados sindicales elegidosconcurriendo tales condiciones gozarán de lasprerrogativas y garantías que reconoce elartículo 10.3 de la LOLS (STS de 24 denoviembre de 1989 [Ar. 8245]). Ciertamente,las garantías y prerrogativas de los delegadossindicales, imponen cargas y obligacionespara el empresario, por lo que la atribución aaquéllas y su reconocimiento forzoso por éste,no puede nacer de la decisión unilateral delsindicato o de sus estructuras en la empresa,sino que debe venir determinado por su esta-blecimiento a través de la legalidad ordina-ria, que puede ordenarlo, como lo hace el artí-culo 10 de la LOLS –no de manera indiferen-ciada y con proyección general, sino subordi-nándolo al cumplimiento de ciertos requisi-

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tos– (STS de 18 de mayo de 1992 [Ar. 3562] ySSTC 173/1992, de 29 de octubre y 188/1995,de 19 de diciembre).

Así pues, no debe confundirse la posibili-dad de designar portavoz o representante delos afiliados a un sindicato en el correspon-diente centro de trabajo, para lo cual existeamplia libertad –por ser manifestación de lalibertad interna de autoorganización del sin-dicato, pero con intrascendente repercusiónpara la empresa, para la que dicha designa-ción carece de relevancia jurídica–, con la deelegir delegado sindical o representanteexterno de la sección sindical, investido defacultades y derechos, puesto que éstos supo-nen cargas y obligaciones para el empresariopor lo que ya no es el mero ejercicio de underecho de libertad, sino también un derechode prestación a cargo de un tercero (STS de 18de mayo de 1992 [Ar. 3562]).

La fijación de los requisitos que se exigenpara la designación de los delegados –y nomeros portavoces sin prerrogativas– sindica-les ha correspondido a la libre decisión dellegislador que, en el apartado primero delartículo 10 de la LOLS, ha dispuesto, en pri-mer lugar, que la empresa o, en su caso, elcentro de trabajo deben ocupar más de 250trabajadores (SSTS de 13 de octubre de 1989[Ar. 7170], de 24 de enero de 1990 [Ar. 206],14 de diciembre de 1990 [Ar. 9790] y de 11 de2001 [Ar. 4911]) –independientemente de laclase de contrato que éstos tengan–. Con rela-ción a la variación del número de trabajado-res de la empresa y, en concreto, a su dismi-nución, el Tribunal Supremo ha declaradoque «no es dable aplicar por analogía las nor-mas sobre subsistencia del mandato de losrepresentantes unitarios... al partirse en lanormativa de representación unitaria de labase de la duración determinada del manda-to electoral, en cambio la duración de la con-dición de delegado sindical depende de lo queestablezcan los Estatutos del correspondien-te Sindicato o de los acuerdos que pudieranadoptarse en el seno de la Sección sindical»(STS de 11 de abril de 2001 [Ar. 4911]); de

manera que, según el citado Tribunal, trasuna reducción del número de trabajadores dela empresa, un empresario puede negar váli-damente el reconocimiento de delegados sin-dicales.

De otro lado, con relación a la elección de launidad de referencia, la literalidad del atícu-lo 10.1 parece ofrecer libertad de opción entreel centro de trabjo o la empresa; sin embargo,se ha considerado que –en los casos en los quela empresa cuente con varios centros– «... laposibilidad de acudir a la empresa o al centrode trabajo no es algo que quede al arbitrio delsindicato sino que ello está en función de losórganos de representación de los trabajado-res para ejercer su derecho de participaciónen la empresa» (SSTS de 10 de abril de 2001(Ar. 4901) y 13 de junio de 2001 (Ar. 6294));de modo que, si los trabajadores participan enla empresa mediante Comités de Empresa enlos centros de trabajo, por tener cada uno deéstos más de 50 empleados, la unidad de refe-rencia hay que entenderla referida a cadacentro de trabajo y no al conjunto de laempresa (SSTS de 21 de noviembre de 1994[Ar. 9227], 10 de noviembre de 1998 [Ar.9545] y de 20 de julio de 2000 [Ar. 7190] yATS de 18 de noviembre de 1999 [Ar. 8524]).Se modificó, así, el criterio anterior másamplio que había mantenido el TribunalSupremo en otras de sus sentencias (STS de25 de mayo de 1988 [Ar. 4297]. En esta línea,vid., SSTS de 22 de junio de 1992 [Ar. 4607],de 15 de julio de 1996 [Ar. 6158] y 28 denoviembre de 1997 [Ar. 8919]).

El segundo de los requisitos que la Ley exi-ge para que en una sección sindical puedadesignarse delegado sindical es que el sindi-cato al que pertenezca tenga presencia en losórganos de representación unitaria (STS de24 de noviembre de 1989 [Ar. 8245]). Comohemos señalado, se constata últimamente latendencia, por parte del TS, de vincular laposible existencia de delegado sindical a losmodos de participación de los trabajadores enla empresa y, correspondientemente, se con-diciona la posibilidad de designación de dele-

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gados sindicales a los centros de trabajo queempleen a más de 250 trabajadores y quecuenten con un Comité de Empresa propio enel que, además, tenga presencia el sindicatocorrespondiente (STS de 10 de noviembre de1998 [Ar. 9545]). En todo caso, el sindicatodebe haber concurrido con su propia candida-tura a las últimas elecciones a los órganos derepresentación de personal, resultando «indi-ferente que con posterioridad se haya podidoproducir un cambio de afiliación de los dele-gados que obtuvieron representación... a otrosindicato...» (STS de 22 de septiembre de1999 [Ar. 9097]); de manera que el nuevo sin-dicato al que se afiliarían los delegados sindi-cales que correspondían a otro sindicato nopuede requerir, por cuenta de dicho traspaso,la designación de sus propios delegados sindi-cales.

Los delegados sindicales han de ser elegi-dos por y entre los afiliados, en una empresao centro de trabajo, a un sindicato (STS de 28de febrero de 1996 [Ar. 1514]), garantizándo-se, así, que el delegado sindical va a ser tra-bajador de la empresa en la que se ha consti-tuido la sección sindical. Con relación alnúmero de delegados sindicales que repre-sentan a la sección sindical, el apartado 2 delartículo 10 de la LOLS establece un listado enfunción del número de trabajadores de la uni-dad de referencia; listado al que pueden acce-der las secciones sindicales que hayan obteni-do al menos el 10% de los votos en la elecciónal Comité de Empresa (STS de 19 de mayo de1993 [Ar. 4110]). Dicha relación numéricareferida a los delegados a designar puede sermejorada, esto es, ampliada (STC 188/1995,de 18 de diciembre) en función de acuerdo o através de la negociación colectiva; no conside-rándose posible, en cambio, la posibilidad demodificar «el límite mínimo de trabajadoresprecisos, según el artículo 10, para que lasSecciones Sindicales puedan estar represen-tadas por Delegados Sindicales» (STS [3.ª] de10 de enero de 1996 [Ar. 166] y STS de 20 dejulio de 2000 [Ar. 7190]). No obstante, en con-tra de esta última afirmación parece admitir-

se, implícitamente, en algún pronunciamien-to del Tribunal Supremo, la posibilidad deque mediante convenio colectivo se permitala designación de delegado sindical en empre-sas en las que no se alcance el número de 250trabajadores –mejorando la previsión legalque operaría como norma mínima– (STS de12 de diciembre de 1989 [Ar. 9198] y STS de14 de diciembre de 1990 [Ar. 9790]).

El apartado segundo del citado artículo 10prevé que las secciones sindicales correspon-dientes a sindicatos que no han obtenido el10% de los votos en las elecciones a órganosde representación unitaria, estarán repre-sentadas por un sólo delegado sindical –loque parece excluir la posibilidad de acceder ala escala prevista en ese mismo artículo quepermite aumentar el número de representan-tes en función del número de trabajadores dela unidad de referencia–. Dicha previsión hasido interpretada por la jurisprudencia en elsentido de que «... aquellas secciones que ten-gan presencia en el Comité –por haber supe-rado las correspondientes listas en las elec-ciones al mismo el tope mínimo del 5% a quealude el artículo 71 del Estatuto de los Traba-jadores– tienen derecho a nombrar un dele-gado sindical con plenitud de derechos, aun-que no hayan superado el 10% de los votos»;en todo caso, no significa que toda sección quese constituya, teniendo o no, los afiliados alcorrespondiente sindicato, presencia en elComité, pueda elegir un delegado sindical conplenitud de derechos y garantías (STS de 23de mayo de 1990 [Ar. 4491]).

Una vez realizada la designación del dele-gado sindical, cuyo control corresponde alsindicato en virtud del ejercicio de su libertadde autoorganización, ésta, aunque no lo digaexpresamente la LOLS, ha de ser comunica-da al empresario, precisamente por las car-gas y obligaciones que ha de asumir deriva-das de tal elección (SSTC 84/1989, de 10 demayo y 292/1993, de 18 de octubre; STS de 15de febrero de 1990 [Ar. 1906]). En todo caso,el empresario puede recabar aquellos datosque precise para comprobar la legitimidad de

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la elección del delegado sindical, si bien estepoder de control encuentra un límite insupe-rable en los derechos fundamentales del tra-bajador, así como los derechos a la igualdad yno discriminación, a la libertad ideológica, ala intimidad personal y a la libertad de expre-sión e información (STC 292/1993, de 18 deoctubre). Si el empresario considera que noprocede tener por constituida la sección o porno elegido el delegado sindical puede, oimpugnar tal elección al serle comunicadamediante el procedimiento de conflicto colec-tivo o negar al delegado dicha condición alhacerla éste valer en juicio, por no concurrirlos requisitos legales establecidos (STS de 25de mayo de 1988 [Ar. 4297]).

Una vez designados los delegados sindica-les, si no forman parte del Comité de Empre-sa (STS de 14 de junio de 1988 [Ar. 5290]), tie-nen reconocidos, según el apartado 3 del artí-culo 10 de la LOLS, unos derechos mínimos(SSTS de 15 de febrero de 1990 [Ar. 1906] y19 de junio de 1990 [Ar. 5485]), mejorables,siempre, por convenio colectivo. En primerlugar, deben tener acceso a la misma infor-mación y documentación que la empresa pon-ga a disposición del Comité de Empresa(SSTS de 20 de abril de 1998 [Ar. 3480 ], de 3de febrero de 1999 [Ar. 1150] y de 11 de mar-zo de 1999 [Ar. 2912]). En segundo lugar,pueden asistir a las reuniones del Comité deEmpresa (STS de 6 de octubre de 2001[Ar.2018]) y de los órganos correspondientesen materia de seguridad e higiene, con vozpero sin voto.

Por último, tienen derecho a ser oídos porla empresa previamente a la adopción demedidas de carácter colectivo que afecten, engeneral, a los trabajadores y, en particular, alos afiliados a su sindicato; especialmente,deben ser oídos en los casos de despidos osanciones de sus afiliados (STS de 19 de sep-tiembre de 1990 [Ar. 7027]). «Con arreglo acriterios de interpretación finalista, el térmi-no «despido» incluido en el art.10.3 tercero dela LOLS... comprende la extinción del contra-to de trabajo por causas disciplinarias, y no

otros supuestos extintivos asimilables al des-pido a otros efectos... El precepto legal queestablece la audiencia previa del delegado delsindicato al que está afiliado el trabajadordespedido o sancionado constituye unagarantía singular del trabajador sindicadoque no tiene cualquier otro trabajador despe-dido ni sancionado, y que encuentra su razónde ser en la conveniencia apreciada por ellegislador de que los trabajadores sindicadostengan una protección reforzada frente alpoder disciplinario del empresario, a cuyoriesgo de abuso pueden resultar más vulnera-bles. La defensa sindical preventiva del tra-bajador afiliado (STS de 31 de enero de 2001[Ar. 2136]) frente a tal facultad sancionadorano debe alcanzar a las extinciones derivadasde otras causas no disciplinarias...» (STS de23 de mayo de 1995 [Ar. 5897]). Así pues,«... se trata de un trámite destinado a influirde manera preventiva en la decisión discipli-naria proyectada» (STS de 31 de enero de2001 [Ar. 2136]); esto es, la función institucio-nal de este trámite «... no es la notificación deun acuerdo empresarial meramente pendien-te de ejecución, sino la comunicación de unproyecto de sanción o despido en cuya decisiónen firme puede influir la información propor-cionada por el delegado sindical al empresariosobre determinados aspectos o particularida-des de la conducta y de la situación del traba-jador afectado» (SSTS de 31 de enero de 2001[Ar. 2136], de 6 de marzo de 2001 [Ar. 3169] y16 de octubre de 2001 [Ar. 3073]).

Para poder exigir el cumplimiento del cita-do trámite de audiencia debe haberse puestoen conocimiento del empresario, previamen-te, la condición de afiliado del trabajadorafectado por la medida; así como la designa-ción de delegado sindical (STC 30/1992, de 9de marzo; SSTS de 12 de julio de 1988 [Ar.5804], de 25 de junio de 1990 [Ar. 5514] y de19 de septiembre de 1990 [Ar. 7027]). Conrelación al plazo de tiempo del que dispone laempresa para remitir al delegado sindical lacomunicación sobre su intención de despedir,se ha considerado necesario «que los delega-

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dos sindicales dispongan de un plazo razona-ble para poder efectuar su función de garan-tía y defensa preventiva de los trabajadoressindicados y poder comunicar su postura anteel despido proyectado a la empleadora» (STSde 16 de octubre de 2001 [Ar. 3073]). Por últi-mo, el tiempo empleado en la realización con-creta del trámite audiencia previa del delega-do sindical debe deducirse de la prescripcióncorta prevista para las faltas imputadas altrabajador afiliado (60.2 ET), suponiendo,como ha señalado en varias ocasiones la juris-prudencia, la suspensión –y no la interrup-ción– de dicho plazo de prescripción (STS de31 de enero de 2001 [Ar. 2136] y 6 de marzo de2001 [Ar. 3169]).

4. COMITÉS AD HOC: COMITÉ DEHUELGA

Junto con la representación unitaria, en laque sólo de manera forzada se puede incluirel Comité de Seguridad y Salud dada su com-posición paritaria y no de representaciónexclusiva de los trabajadores, la representa-ción sindical, y las asambleas, se encuentranen nuestro ordenamiento modalidades decomités ad hoc de representación de los tra-bajadores. El ejemplo más característico es ellegal de los comités de huelga.

Se trata de un órgano que ha de gestionarel conflicto y será el encargado de todas lasactuaciones de representación durante lamisma, aunque no puede desconocer el papeldel sindicato. Entre estas actuaciones desta-ca la negociación con el empresario (STS de28 de junio de 1994 [RJ 1994/5496]), la legiti-mación procesal para acudir a los tribunalesy la garantía del cumplimiento de los servi-cios necesarios para la seguridad de las per-sonas y las cosas, compartiendo con el empre-sario la facultad de designar qué trabajado-res han de cumplir con dicho cometido (STSde 27 de octubre de 1982 (RJ 1982/6261), STSde 8 de abril de 1983 (RJ 1983/1822), STS de28 de junio de 1994 [RJ 1994/5496]). No obs-

tante el comité de huelga no es responsablede las actuaciones de los huelguistas (STC137/1997, de 21 de julio; STC 40/1995, de 13de febrero).

Si el comité de huelga no realiza diligente-mente sus funciones en relación con los servi-cios de mantenimiento la huelga puede serdeclarada ilegal y puede ser sustituido portrabajadores designados por la empresa (STSde 27 de octubre de 1982 [RJ 1982/6261]).

Los miembros del comité de huelga estánespecialmente protegidos frente a discrimi-naciones por razón de su cargo (STS de 20 dejunio de 1990 (RJ 1990/5495), STS de 26 denoviembre de 1990 [RJ 1990/8981]).

5. ASAMBLEAS DE TRABAJADORES

La asamblea es una modalidad informalde representación de los trabajadores forma-da por la agrupación puntual de los mismos,que se caracteriza por su inestabilidad, sufalta de estructura y su fundamento demo-crático.

La asamblea es un sujeto colectivo autóno-mo diferenciable de la representación unita-ria, la representación sindical o los comitésad hoc. Se debe distinguir el derecho deasamblea regulado en los arts. 77 a 80 ET yfundamentado en el derecho de reunión delart. 21.1 CE (STC 18/1982, de 8 de junio) delderecho de reunión integrante de la libertadsindical (cfr. STS de 14 de marzo de 1995 [RJ1995/2007]), y que forma parte del contenidoesencial de la misma en la medida en que lareunión sea necesaria para realizar la activi-dad sindical (STC 91/1983, de 2 de diciem-bre). Existen importantes «diferencias entrelas reuniones que contempla el art. 8.1 b)LOLS y el derecho de reunión reconocido enel art. 4.1 f) y regulado en los arts. 77 a 80,todos del ET. Mientras que las primerascanalizan la organización interna del Sindi-cato y viabilizan el flujo de información sindi-cal en la empresa o centro de trabajo, y su

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titularidad corresponde individualmente alos trabajadores afiliados a un Sindicato,aunque sea de ejercicio colectivo (..), en lassegundas se trata de un derecho de reuniónde todos los trabajadores, independientemen-te de su afiliación, que, por ello, sólo puedenser convocadas por el 33 por 100 de los mis-mos, o por los órganos de representación uni-taria como órganos de representación del con-junto de los trabajadores de una empresa ocentro de trabajo (art. 77.1, párrafo segundo,ET) (STC 76/2001, de 26 de marzo, f.j. 5; cfr.también STC 168/1996, de 10 de octubre, f.j.6).

Las decisiones de la asamblea y su carác-ter vinculante se fundamentan en su carácterdemocrático al ser adoptadas por el votomayoritario de los convocados. Por lo tantocualquier vicio en la votación que tiene querespetar las reglas de voto personal, libredirecto y secreto estará viciada de nulidad(STS de 27 de enero de 1987 [RJ 1987/294]).

6. PROCESO ELECTORAL

6.1. Cuestiones previas

Advirtiendo que los órganos de represen-tación unitaria en la empresa son cargos elec-tivos, el legislador establece unas reglas pro-cedimentales a que debe someterse el procesoelectoral previsto en el Estatuto de los Traba-jadores. Reglas que, pese a la intención dellegislador, plantean en algún caso, dudasinterpretativas que han sido resueltas por elTribunal Supremo, a través del recurso decasación, ya sea el «ordinario» o el de unifica-ción de doctrina y por el Tribunal Constitu-cional.

6.1.1. «Doble canal de representación»

Uno de los temas recurrentes que apareceen la jurisprudencia del Tribunal Supremo yen las resoluciones del Tribunal Constitucio-

nal es el relativo al engarce de las «eleccio-nes» a órganos de representación unitaria conel derecho de libertad sindical y, en conse-cuencia, las diferencias, conexiones y efectosdel denominado «doble canal de representa-ción» en nuestro ordenamiento jurídico labo-ral (vid., supra, apartado 2.3). Desde estaperspectiva, los rasgos básicos a tener encuenta son los siguientes:

a) Las elecciones «sindicales» cumplenuna doble función: por un lado, la de designarlos miembros de los órganos de representa-ción unitaria de los trabajadores; por otro, lade medir el nivel de representatividad de lossindicatos mediante la atribución a los mis-mos de los resultados electorales (STS de 7 dejulio de 1999, RJ 1999/5788)

b) La segunda de las funciones reseñadaen el apartado anterior es la que la jurispru-dencia del Tribunal Supremo y las resolucio-nes del Tribunal Constitucional tienen encuenta para vincular y ligar estas eleccionesal derecho de libertad sindical proclamado enel artículo 28.1 CE (sobre los puntos de con-vergencia, vid., supra, apartado 2.3).

Si bien no todas las normas electorales en suconjunto o todos los actos relacionados con elproceso electoral forman parte del derecho a lalibertad sindical, la intervención o participa-ción del sindicato en los fundamentales (pro-moción de elecciones, presentación de candida-turas, atribución de resultados…) se presentapor el Tribunal Constitucional como «conteni-do adicional del derecho» en su vertiente colec-tiva (SSTC 13/1997, de 27 de enero; 272/1993),entendiendo que la violación de ese derecho sedará «cuando se impida u obstaculice al Sindi-cato participar en el proceso electoral por cau-sas que no obedezcan a razones atendibles deprotección de derechos o intereses constitucio-nales que la norma legal o reglamentariahayan tomado en consideración al establecer laregulación del proceso electoral».

Del mismo modo, desde la perspectiva overtiente individual del derecho de libertad

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sindical, en tanto que derecho que protege laactividad de los trabajadores afiliados a unsindicato (vid., por ejemplo, art.8.º LOLS), elTribunal Constitucional no incluye en la mis-ma los derechos que asisten a los trabajado-res de una empresa que participan en el pro-ceso electoral (como candidatos) o que des-arrollan una actividad como representantesunitarios de los trabajadores en la misma,desconectados de un sindicato. Es decir, a losque no están afiliados al mismo o no han sidoelegidos como representantes en una candi-datura presentada por el sindicato (STC95/1996, de 29 de mayo, f.j.4.º y 5.º).

6.1.2. Unidad electoral (criteriosespacial, personal y territorial)

Condición o requisito previo al inicio delproceso electoral propiamente dicho es laelección adecuada de la unidad electoral.

Uno de los criterios para determinar dichaunidad electoral es el espacial, es decir, si esla empresa o el centro de trabajo; términos aveces indistintamente utilizados por el legis-lador y cuya determinación no plantea pro-blema alguno cuando coinciden, es decir,cuando la empresa está constituida por unsolo centro de trabajo.

Por el contrario, cuando la empresa tienevarios centros de trabajo, la jurisprudenciaha afirmado que la unidad básica electoral esel centro de trabajo (SSTS de 18 de junio de1993, RJ 1993/4764; 9 de marzo de 2001, RJ2001/3385), planteándose entonces variasdudas en cuanto a la aplicación práctica delos criterios correctores previstos en el artícu-lo 63 ET y la determinación de la circunscrip-ción territorial electoral.

a) Criterios correctores

Una de las cuestiones recurrente en lajurisprudencia es, respecto de esta materia,la relativa a la posible aplicación de esos cri-terios, previstos para elección de Comités de

Empresa, a la elección de Delegados de Per-sonal cuando los centros de trabajo no tienenel mínimo de 6 trabajadores pero en su con-junto sí lleguen a ese número. Desde estaperspectiva, la jurisprudencia ha entendidoque no se puede aplicar la previsión del artí-culo 63 ET, es decir, no admite la agrupaciónde varios centros de trabajo que individual-mente no lleguen al mínimo de 6 trabajadores(SSTS de 31 de enero de 2001, RJ 2001/2138;19 de marzo de 2001, RJ 2001/3385; vid.supra, apartado 2.6., donde se da noticia de ladivergencia interpretativa de las resolucio-nes judiciales).

b) Comité Intercentros

En cuanto a la elección de dicho Comité,sólo admitido cuando así lo prevea el Conve-nio Colectivo, la jurisprudencia ha afirmadoque en dicha elección la ley no contempla unareserva sindical (STS 7 de julio de 1999, RJ1999/5788; vid., supra, apartado 2). Lo queequivale a decir que la designación de estecomité está dentro de la primera de las fun-ciones que en nuestro ordenamiento jurídicotienen las denominadas «elecciones sindica-les»; a saber, la de designar los miembros delos órganos de representación unitaria. Eneste caso, es decir, en la elección del ComitéIntercentros, para designar representantesunitarios de segundo grado e indirectos.

6.1.3. Circunscripción electoral y mejora

En lo que refiere a la circunscripción elec-toral, se admite que en la elección a órganosde representación de los trabajadores de régi-men laboral en la Administración Pública,conforme a las previsiones de la Ley 9/1987,se utilice la provincia como circunscripciónelectoral; es decir (SSTS de 9 de julio de 2001,RJ 2001/5877; 18de junio de 1993, RJ1993/1991), se admite la agrupación de cen-tros de trabajo de la misma provincia, conindependencia del número de trabajadores enlos mismos, para elegir representantes unita-rios para el total de esos centros.

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Con carácter general se admite el acuerdocolectivo sobre mejora en orden a la determi-nación del mapa electoral y número de miem-bros del Comité de Empresa (STS de 9 dediciembre de 1992, RJ 1992/10061)

6.2. Fases del procedimientoelectoral

6.2.1. Promoción de elecciones

Son dos las cuestiones básicas que se hansuscitado en la jurisprudencia.

a) Una, su conexión o engarce con el dere-cho de libertad sindical (STS de 11 de abril de1991, RJ 1991/3263) cuando la promoción es«sindical».

Desde esta perspectiva, se ha afirmadoque siendo varios los sindicatos a los que laley reconoce el derecho a promover las citadaselecciones, ésta, es decir, la promoción debeser interpretada en relación con la represen-tatividad de unos y otros (STS de 24 de enerode 1996, RJ 1996/192) y, en consecuencia,requerirá el examen pormenorizado e indivi-dualizado de la misma en cada empresa cuan-do el sindicato que desee promover las elec-ciones alegue que lo hace en función de larepresentatividad obtenida en las eleccionesanteriores a órganos de representación en lamisma empresa.

b) Otra de las cuestiones, ligada al dere-cho reconocido por ley a varios sindicatospara promover elecciones, es el de la atenciónpreferente por el empresario a una de lascomunicaciones concurrentes que pudieranhacerle varios promotores. La jurisprudenciaen esta materia dota de preferencia a la pri-mera convocatoria registrada, (STS 11 deabril de 1991, RJ 1991/3263), sin que ello,cuando haya varias candidaturas sindicales,implique violación del derecho de libertadsindical de las que no sean atendibles.

6.2.2. Presentación de candidaturas yproclamación de candidatos

Advirtiendo de la múltiple posibilidad queofrece el ET, artículo 69.3, para la presenta-ción de candidaturas, y que ésta es una mani-festación del contenido adicional del derechode libertad sindical cuando la candidatura es«sindical», son varios los supuestos en los queel Tribunal Supremo y el Tribunal Constitu-cional han debido interpretar el alcance deese derecho en relación con las exigenciaslegales relativas a, por ejemplo, el órganocompetente para recepcionar y proclamar lascandidaturas y el plazo de presentación anteel mismo de dichas candidaturas.

Con carácter general (STC 272/1993, de 20de septiembre) se ha advertido que no concul-ca el derecho de libertad sindical la exigenciapor la Mesa electoral de cumplimiento en pla-zo de la presentación de candidaturas, pues locontrario, es decir, una interpretación menosrigorista de esta condición formal podríalesionar derechos y garantías de otros intere-sados (a saber, de otras candidaturas «no sin-dicales»).

No obstante, y teniendo en cuenta que ennumerosas ocasiones las demandas presenta-das ante los tribunales laborales en estamateria giran en torno a los errores cometi-dos en las candidaturas y la posibilidad desubsanación de los mismos, el Tribunal Cons-titucional ha declarado, en general, el carác-ter subsanable de las irregularidades y erro-res en la presentación de candidaturas y, enconcreto, en el supuesto de presentación delistas incompletas (STC 113/1991). La listapuede devenir incompleta por varias razones,entre ellas, por renuncia de candidatos incor-porados en la lista. Por tanto, el órgano com-petente (la Mesa electoral) debe ofrecer unplazo de subsanación de ese error antes de serproclamada definitivamente la lista, confor-me a lo dispuesto en el ET, art.74.3, párrafotercero (STC 185/1992). Si ha sido proclama-da y la lista deviene incompleta en el lapso detiempo comprendido desde esa fecha hasta la

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de votación, no puede alterarse el procesoelectoral, es decir, no se invalida la candida-tura si ésta conserva el porcentaje mínimo depuestos a cubrir legalmente previsto (STC13/1997, de 27 de enero).

6.2.3. Funciones de la Mesa electoral

a) Recepción y proclamación de candida-turas.Aun cuando ni el ET (arts.73 y 74) y elReglamento de Elecciones a órganos derepresentación de los trabajadores(actualmente, RD 1844/1994, de 9 deseptiembre) lo digan de forma expresa,corresponde a la Mesa electoral, poraplicación analógica, la recepción y pro-clamación de las candidaturas en elcaso de elecciones a miembros delComité de Empresa, al ser ésta, laMesa, «el órgano encargado de vigilartodo e l proceso e lec tora l » (STC272/1993, de 20 de septiembre). A ella,por tanto, se presentarán las candida-turas en el plazo previsto en la normalegal.

Si en el ejercicio de esta facultad, laMesa observara defectos, deberá, si esposible, ofrecer un plazo de subsana-ción de los mismos (vid., supra, aparta-do 6.2.2 anterior)

b) Subsanación o corrección de errores.Debe advertirse que si bien con carác-ter general las correcciones de las listasque puede efectuar la Mesa electoral,conforme al artículo 74.3 ET, son lasanteriores a la proclamación definitivade candidatos, el Tribunal Supremo haaceptado la «posibilidad excepcional decorrección a posteriori de los errores detranscripción producidos en la listas deelectores» (STS de 13 de junio de 1990,RJ 1990/5069), sin que por eso se violeel artículo 76 ET relativo a la garantíajurisdiccional de la regularidad del pro-ceso electoral.

6.2.3. Cómputo de votos y atribución deresultados

Teniendo en cuenta que sólo se computanlos votos válidos (STS de 19 de mayo de 1993,RJ 1993/4110), la atribución definitiva de losresultados electorales, en relación con una delas funciones o finalidades del proceso electo-ral, es la inicial. De esta manera el nivel derepresentatividad de los sindicatos obtenidode los resultados electorales no se modificaaunque haya posteriormente un cambio deafiliación de los representantes elegidos enlas listas presentadas por los mismos. Esdecir, el cambio no influirá en el porcentajeatribuido a la organización sindical a los efec-tos de fijar su representatividad (STS de 7 dejulio de 1999, RJ 1999/5788), de acuerdo conlo previsto en el artículo 12.3 del Reglamentode Elecciones (RD 1844/1994, de 9 de sep-tiembre). Precepto que no se aplica en ladesignación del Comité Intercentros (STS de7 de julio de 1999, RJ 1999/5788).

La expresión «cambio de afiliación» ha sidointerpretada flexiblemente por el TribunalSupremo, entendiendo que se incluye bajo lamisma tanto los cambios individuales comolos colectivos (SSTS de 22 de septiembre de1999, RJ 1999/9097); y se incluyen tanto lossupuestos de alteración de una afiliación sin-dical previa como aquéllos en los que se pro-duce un cambio desde la no afiliación a la afi-liación (STS de 21 de octubre de 1997, RJ1997/9154) o viceversa.

6.3. Reclamaciones en materiaelectoral

De acuerdo a las previsiones del ET, artí-culo 76 y ss, las reclamaciones o impugnacio-nes directas en materia electoral se tramita-rán, con excepción de las denegaciones de ins-cripción, conforme al procedimiento arbitralestablecido en dicho precepto legal. Este pro-cedimiento concluirá con un laudo arbitral,impugnable ante la jurisdicción de lo social a

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través de la modalidad procesal correspon-diente (RD 1844/1994, de 9 de septiembre,art.42.4), es decir, la prevista en los artículos127 y ss de la LPL.

Por tanto, y a los efectos de aplicación delas garantías propias del derecho fundamen-tal a la tutela judicial efectiva de jueces y tri-bunales y prohibición de indefensión, previs-to en la CE, artículo 24, deben distinguirseambos procedimientos (arbitral y judicial),puesto que al primero, es decir, al procedi-miento arbitral «no le son trasladables lasgarantías del derecho constitucional» antescitado (STC 13/1997, de 27 de enero) por ser«acto no referible a ningún tipo de poderpúblico».

Respecto del procedimiento judicial o, másexactamente, de los procesos judiciales pre-vistos en la LPL en materia electoral, debeadvertirse que la norma procesal establecedos procesos: uno, directo, el de impugnaciónde la resolución administrativa que deniegueel registro de las actas relativas a las eleccio-nes, respecto del que la competencia funcio-nal recae en el Juzgado de lo Social en cuyacircunscripción se encuentre la oficina públi-ca (STS de 10 de noviembre de 1997, RJ1997/8206); otro, indirecto, el de impugna-ción de los laudos arbitrales previstos en elartículo 76 ET.

Este proceso segundo, el de impugnaciónde los laudos arbitrales, es un proceso espe-cial, sólo previsto para las causas tasadas delartículo 128 LPL, entre las que no se encuen-tran, por ejemplo, las reclamaciones por larevocación por Asamblea de los trabajadoresdel mandato de los representantes, quedandoéstas sujetas al procedimiento ordinario (STSde 12 de febrero de 1998, RJ 1998/1802), alque no se aplica el plazo especial de prescrip-ción (tres días) previsto para este procesoespecial. Como tampoco lo era para las recla-maciones o impugnaciones del acuerdo adop-tado por la antigua Comisión de Elecciones(prevista en la normativa anterior), conformea las SSTS de 26 de octubre de 1991, RJ

1991/7675 y de 22 de marzo de 1994, RJ 2618,entre otras.

Cuestión hoy resuelta por el legislador, enla que inciden resoluciones del TribunalConstitucional desde la perspectiva del dere-cho a la tutela judicial efectiva y el derecho ala no indefensión, es, respectivamente, larelativa a la legitimación activa y pasiva eneste proceso. Respecto de la primera, la STC285/1993, de 4 de octubre, advirtió que elderecho constitucional «impone la obligaciónde interpretar con amplitud las fórmulas quelas Leyes procesales utilicen en orden a laatribución de legitimación activa para acce-der a los procesos judiciales» y, en consecuen-cia, debe reconocerse al empresario legitima-ción para impugnar el laudo arbitral. Legiti-mación por interés directo (no legitimaciónpor afirmación de la titularidad de un dere-cho subjetivo), justificada en el simple dato de«que el empresario va a ser el interlocutor delos representantes elegidos y la circunstanciade que, como consecuencia de esta elección,va a soportar determinadas cargas (locales,créditos, horario, etc…).

Respecto de la legitimación pasiva, y enbase a la indefensión proscrita por la CE, artí-culo 24, el Tribunal Constitucional ha adverti-do (STC 52/1997, de 17 de marzo) que aquélladebe «alcanzar una significación material pro-duciendo una lesión efectiva o, en otras pala-bras, un menoscabo real y efectivo del derechode defensa». Lo que se traduce en el procesoelectoral en el reconocimiento de la legitima-ción pasiva al sindicato promotor de las elec-ciones, que deberá ser citado por el órganojurisdiccional a una audiencia preliminar –enel supuesto en que no haya sido demandado–para alegar y defender sus derechos e interesesen el ejercicio del principio de contradicción.

Contra la sentencia que dicte el órganojudicial no cabe recurso alguno, ni el de supli-cación (STS de 25 de abril de 1995, RJ1995/10066), expresamente excluido hoy porla LPL, artículo 189; ni el de casación (STS de19 de diciembre de 1988, RJ 1988/9846).

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7. GARANTÍAS

7.1. Normas generales

El art. 68 ET establece una serie de garan-tías para proteger a los miembros del Comitéde Empresa y los delegados de personal, comorepresentantes legales de los trabajadores,frente a posibles decisiones del empresario.El art. 10.3 LOLS, siguiendo lo dispuesto enel Convenio núm. 135 OIT, extiende la pro-tección a los delegados sindicales, entendien-do nuestra jurisprudencia que estas garantí-as forman parte del contenido de su derechode libertad sindical (STS 29-12-1998, Ar.1999/447). [Vid. supa, apdo. 3].

Las garantías de los representantes de lostrabajadores en la empresa deben conside-rarse como parte integrante del derecho delibertad sindical cuando la representaciónque actúa lo es propiamente de carácter sin-dical estricto o se comprueba en ella unaconexión directa con la actuación del sindica-to. Quedan al margen del derecho de libertadsindical las garantías reconocidas a los repre-sentantes cuando éstos carecen de relaciónalguna con un sindicato. Así, por ejemplo, laSTCo 191/1996, de 26 de noviembre, incluyela garantía relativa a la prioridad de perma-nencia en la empresa en el derecho de liber-tad sindical porque se trata de un «comité deempresa sindicalizado», es decir, los miem-bros del comité afectados por la decisiónempresarial están afiliados a un determinadosindicato y han sido elegidos en la candidatu-ra presentada por el mismo.

Las garantías reconocidas por el art. 68 ETtienen el carácter de mínimas, pudiendo serampliables por convenio colectivo, y como haseñalado reiteradamente el Tribunal Supre-mo no sólo alcanzan a los representantes ele-gidos durante su mandato y durante el añosiguiente a la expiración de éste, sino tam-bién a los representantes electos antes detomar posesión de sus cargos, e incluso a loscandidatos proclamados para la elección entanto dure el proceso electoral. Ahora bien,

«concluido este proceso ni el art. 68 ET, ni elConvenio núm. 135 OIT, ni la Recomendación143 de este organismo autorizan extenderindefinidamente aquella garantía a todos losque en su momento fueron candidatos que,teóricamente, pueden serlo todos los trabaja-dores de la empresa» [SSTS 19-6-1989, Ar.4810; 5-11-1990, Ar. 8547; 15-3-1993, Ar.1860]. Carece, por tanto, de apoyo legal hacerextensiva las garantías del art. 68 ET a lossuplentes de las candidaturas. [SSTS 22-2-1999, Ar. 1133, 25-X-1999, Ar. 9498].

7.2. Garantías en materiadisciplinaria

Son dos las garantías que el art. 68 ETotorga a los representantes de los trabajado-res en materia de despidos y sanciones: laprimera, recogida en el art. 68 a) ET, consisteen exigir la apertura de expediente contradic-torio en el supuesto de sanciones por faltasgraves o muy graves, en el que serán oídos,aparte del interesado, el comité de empresa orestantes delegados de personal; la segunda,recogida en el art. 68 c) ET, establece la pro-hibición de despedir o sancionar a los repre-sentantes durante el ejercicio de sus funcio-nes, ni dentro del año siguiente a la expira-ción de su mandato, salvo en caso de que éstese produzca por revocación o dimisión, siem-pre que el despido o sanción se base en el ejer-cicio del cargo. La interpretación de estasgarantías, íntimamente conectadas entre sí,ha dado lugar a numerosos pronunciamien-tos del Tribunal Supremo, especialmente enrelación con la primera de ellas. Antes deentrar a analizar los criterios jurisprudencia-les sobre estas materias, conviene poner derelieve que existe una doctrina contradictoriadel propio Tribunal Supremo acerca de laextensión de las garantías en materia disci-plinaria, recogidas en el art. 68 ET, al añosiguiente a la terminación del mandato. Elart. 68 ET en su apartado c), relativo a la pro-hibición de despidos fundados en conductasindical, prolonga expresamente esta garan-tía para un año después del cese, previsión

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que no realiza en relación con el expedientecontradictorio. La diferente redacción deambas garantías ha hecho surgir la duda desi debe extenderse la necesidad de aperturade expediente contradictorio durante el añosiguiente a la expiración del mandato o, por elcontrario, esta formalidad sólo es exigiblemientras el representante está en pleno ejer-cicio de sus funciones. El Tribunal Supremono ha resuelto el problema, pues mientrasque la STS 14-2-1997, Ar. 1348, afirma queno es necesaria tal formalidad, ya que «la pro-longación de garantías para un año despuésdel cese, únicamente viene establecida res-pecto del despido fundado en conducta sindi-cal, y no para el expediente contradictorio», laSTS 18-2-1997, Ar. 1448, considera que lagarantía del expediente previo alcanza a losrepresentantes elegidos durante su mandatoy durante el año siguiente a la expiración deéste.

7.2.1. Prohibición de despidos ysanciones discriminatorias

En primer lugar, debe tenerse en cuentaque los representantes de los trabajadores síque pueden ser sancionados disciplinaria-mente, incluso con el despido, durante sumandato y dentro del año siguiente al mismo,de incumplir con sus obligaciones contractua-les. La inmunidad del representante en elejercicio de sus funciones no impide el ejerci-cio del poder sancionador del empresario porincumplimientos laborales del representante[SSTS 10-12-1982, Ar. 7796; 1-12-1982, Ar.7423]. Es por ello que el propio art. 68 c) ETadmite la posibilidad de imponer sanciones alrepresentante de los trabajadores cuando seden alguno de los supuestos del art. 54 ET[STS 24-10-1983, Ar. 5142; 13-12-1986, Ar.6166].

La condición de representante de los tra-bajadores es considerada por la jurispruden-cia como un elemento agravante en lossupuestos de indisciplina o desobediencia

frente a las órdenes e instrucciones delempresario. A los representantes se les exigeuna mayor corrección en su comportamientopor la influencia que pueden tener sobre losrestantes trabajadores de la empresa,debiendo ser ejemplo para todos ellos [SSTS9-6-1987, Ar. 5125; 8-3-1983, Ar. 1119; 8-10-1982, Ar. 6134; 28-9-1982, Ar. 5300; 25-6-1982, Ar. 4079; 16-9-1981, Ar. 3325; 10-3-1981, Ar. 1334].

En cuanto al ámbito personal de las garan-tías en materia de sanciones y despidos, elTribunal Supremo tiene en cuenta las cir-cunstancias concurrentes en el caso paradeterminar si efectivamente estamos anteuna dimisión del representante en el ejerciciode sus funciones y, por tanto, no le son aplica-bles a partir de ese momento dichas garantí-as, o por el contrario, se trata de una falsadimisión. Así, el Tribunal Supremo ha seña-lado que el hecho de que en la empresa el cesede los miembros del comité se instrumenteformalmente como una dimisión no es causasuficiente para entender que tiene la natura-leza de una propia y efectiva dimisión, enten-dida ésta como una decisión voluntaria y uni-lateral, por la que hace dejación de la repre-sentación o función encomendada antes delcumplimiento del tiempo por el que fue confe-rida. Será necesario tener en cuenta las cir-cunstancias concurrentes para determinar sila carta de dimisión responde a una decisiónvoluntaria o unilateral o, por el contrario, noes más que una forma de expresar el ceseregular y pactado del mandato, haciendoposible así las nuevas elecciones [STS 21-12-1990, Ar. 9818].

7.2.2. Expediente contradictorio

a) Requisitos

Tanto si la falta imputada se encuentrarelacionada con el ejercicio del cargo repre-sentativo, como si deriva directamente de unincumplimiento grave y culpable del trabaja-

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dor fuera del marco de su función representa-tiva, se establece a favor de los mismos unprocedimiento sancionador más garantistaque el regulado para los trabajadores ordina-rios, requiriéndose la apertura de expedientecontradictorio [SSTS 7-12-1982, Ar. 7785; 18-12-1997, Ar. 1448]. El expediente sólo se exi-ge para las sanciones y el despido disciplina-rio como expresamente ha señalado el Tribu-nal Supremo [SSTS 23-5-1995, Ar. 5897; 18-6-1993, Ar. 4915], pero no se aplica en lossupuestos de despido por causas objetivaspese a que un sector de la doctrina científicareclama la aplicación del expediente tambiénen este caso.

El expediente contradictorio constituye unrespaldo permanente de los representantesde los trabajadores, de manera que el empre-sario al adoptar una decisión sancionadoradebe tramitar dicho expediente y no subordi-nar la garantía a su previa invocación por elrepresentante afectado [STS 15-3-1983, Ar.1159].

Por lo que se refiere a los requisitos quedebe cumplir el expediente contradictorio, elTribunal Supremo ha ido poco a poco suavi-zando los mismos. Así, si bien es cierto que enun primer momento, inmediatamente des-pués del cambio de sistema, y aplicando ana-lógicamente lo dispuesto en el Decreto de 23de julio de 1971, se entendió que era impres-cindible que en los expedientes contradicto-rios se nombrara un instructor y un secreta-rio para garantizar el buen orden e imparcia-lidad de las actuaciones y dar fe de las mis-mas [SSTS 23-11-1982, Ar. 6870; 2-11-1982,Ar. 6475], la doctrina del Tribunal Supremocambió de criterio a partir de su sentencia de30-11-1982, Ar. 6910, estimando que no esnecesario su nombramiento [SSTS 23-5-1990, Ar. 1980; 17-10-1989, Ar. 7283; 16-11-1987, Ar. 7981; 30-9-1987, Ar. 6436; 26-9-1986, Ar. 5183; 4-7-1986, Ar. 3946; 18-12-1985, Ar. 6140; 26-11-1985, Ar. 5859]. De estemodo, el expediente contradictorio carece deexigencias formales que serían de muy difícilo imposible cumplimiento en las empresas

pequeñas y modestas [SSTS 4-7-1986, Ar.3946; 18-12-1985, Ar. 6140]. Es suficiente laaudiencia del interesado y del comité deempresa o restantes delegados de personal,así como la posibilidad de hacer alegacionesen su descargo, es decir, basta con que elexpediente sea o pueda ser contradictorio, sinque la ley imponga ningún otro requisito.

El expediente contradictorio consiste esen-cialmente en la realización de una serie detrámites en los que se ha de dar noticia alexpedientado de los hechos que se le imputany también se le ha de dar la oportunidad decontestar a tales imputaciones; y «aunque enestos expedientes se puedan practicar prue-bas, y con frecuencia se lleva a cabo en ellosuna actividad probatoria, eso no es requisitoesencial para su validez y efectividad, ymenos aún que en cada uno de tales expe-dientes se abra formalmente un período parala práctica de la prueba. Lo que exige e impo-ne la naturaleza y fines de este expediente esque el afectado conozca los hechos que se leimputan y pueda formular las pertinentesalegaciones en contra, además de que se oigaal resto de miembros del comité de empresa odelegados de personal, pero esa exigencia noalcanza a la realización o práctica de pruebasni a la existencia de un período probatorio,como fase diferenciada y específica dentro dela tramitación de dicho expediente, aún máscuando el momento en que propiamente se hade llevar a cabo la pertinente actividad pro-batoria es en el proceso judicial correspon-diente, en el que puede efectuarse una prue-ba extensa y detallada» [STS 22-1-1991, Ar.69]. Como ha reiterado el Tribunal Supremo,ni el Estatuto de los Trabajadores exige unespecial trámite de apertura, ni que se cele-bre una especie de antejuicio con fase de ale-gaciones, prueba y decisión [STS 17-10-1989,Ar. 7283; 3-10-1989, Ar. 7102; 16-11-1987,Ar. 7981; 18-10-1986, Ar. 5845; 26-11-1985,Ar. 5859; 7-3-1985, Ar. 1293; 20-12-1984, Ar.6463]. No cabe entender el expediente contra-dictorio a modo de un antejuicio en el que conobjetividad e independencia se examinen las

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imputaciones que se formulan al trabajador;su finalidad es la de «obligar a la empresa aque antes de despedir al representante de lostrabajadores tenga conocimiento del parecerdel expedientado y de los restantes represen-tantes, con posibilidad de aceptar o compro-bar sus descargos y de formar su propia con-vicción mediante una investigación de loshechos, correspondiendo, en caso de discon-formidad del trabajador con el despido decre-tado por la empresa, el enjuiciamiento sobrela realidad de las faltas, su calificación y pro-cedencia de la sanción, al orden social de lajurisdicción de acuerdo con el art. 58.2 ET ydel 97 y concordantes de la LPL» [SSTS 4-4-1990, Ar. 3101; 3-4-1990, Ar. 3097]. El expe-diente constituye, según previene en laactualidad el art. 106 LPL, sólo una prueba,que habrá de ser valorada por el Tribunal deacuerdo con sus circunstancias y en relacióncon el resto de los elementos de convicciónobrantes en el proceso [SSTS 26-2-1989, Ar.9272; 2-11-1989, Ar. 7987; 19-5-1986, Ar.2575].

En el supuesto de delegados de personal, sison varios, la tramitación del expedientedebe ser comunicada a cada uno de ellos, alejercer mancomunadamente su función [STS12-3-1983, Ar. 1143]. Por el contrario, en elcaso de comité de empresa basta notificar latramitación del expediente contradictorio alpresidente del mismo, pues es al presidente aquien hay que atribuir, en principio, la condi-ción de órgano de relación externa del comitéy a quien corresponde someter la cuestión a ladecisión de los restantes miembros [STS 23-5-1990, Ar. 4494]. Ahora bien, no cabe enten-der cumplido el trámite de la audiencia alresto de representantes si alguno de ellosadquiere conocimiento de los hechos por razo-nes ajenas al ejercicio de su función represen-tativa [STS 19-7-1990, Ar. 6434].

La empresa cumple con notificar la trami-tación del expediente a los miembros delcomité de empresa o restantes delegados depersonal, sin que sea necesaria la incorpora-ción al expediente contradictorio que se tra-

mite de un informe de uno u otro órgano derepresentación, pues ello comportaría dejar asu arbitrio la finalización del mismo. Si elexpediente se tramita en forma correcta, nopuede estimarse que la no reunión del comitéo de los delegados de personal, para informarsobre las causas que motivan el expediente,comporte una falta eficaz de protección deltrabajador, ya que si tal se diera «sólo seríaimputable a sus compañeros quienes, sabedo-res de la existencia de un expediente discipli-nario, no adoptan la decisión de reunirse paraemitir el pertinente informe» [SSTS 3-7-1990, Ar. 6050; 24-6-1990, Ar. 5010; 4-6-1990, Ar. 5010; 7-10-1986, Ar. 5412; 17-1-1985, Ar. 68]. En el expediente debe constarque, de manera expresa, los miembros delcomité de empresa o los restantes delegadosde personal, han sido requeridos específica-mente para emitir el informe que a su enten-der corresponda sobre los hechos determi-nantes del mismo, sin que, transcurrido eltérmino conferido o, en su defecto, un plazoprudente, su silencio impida la finalizaciónde éste [SSTS 28-2-1985, Ar. 714; 18-12-1984,Ar. 6409]. En efecto, ante la falta de determi-nación en el art. 68 a) ET del plazo para laaudiencia del trabajador, el Tribunal Supre-mo ha considerado que ha de estarse, salvoprevisión específica en la normativa sectorialaplicable, al que el empresario establezca ensu comunicación siempre que ese plazo seaadecuado para permitir al trabajador formu-lar sus alegaciones [STS 9-4-1990, Ar. 3427;en este sentido, la STS 16-11-1987, Ar. 7981,ha considerado adecuado el plazo de 2 díasconcedido por el empresario para formulardescargos, pues «si bien no puede calificarsede generoso, si ha de estimarse suficientepara meditar la contestación e incluso reca-bar algún asesoramiento»] o, en su defecto, alplazo que se estime razonable o prudencial enfunción de la complicación que conlleven lasfaltas a esclarecer [SSTS 30-10-1989, Ar.7460; 4-11-1985, Ar. 5714].

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b) Supuestos particulares

– Un supuesto particular sobre el que seha pronunciado el Tribunal Supremo esel de la sucesión de empresas. En estoscasos el trabajador pierde su condiciónde representante, pues esa condición noes transferible ni puede ser impuesta alos trabajadores de una empresa que nofueron electores. Si antes de transcurri-do un año desde el cese en sus funcionesel anterior representante de los trabaja-dores es despedido, se plantea la dudade si, tal y como exige el art. 68 a) ET,debe abrirse el correspondiente expe-diente contradictorio (se trata de unasentencia más que refuerza la posturacontradictoria existente sobre este temaen el Tribunal Supremo, pues ya hemosindicado que no siempre el Tribunalconsidera necesaria la apertura de dichoexpediente durante el año posterior a lafinalización del mandato). Para el Tri-bunal Supremo dicho expediente debeabrirse pero, lógicamente, no tiene com-petencia de representación en la empre-sa cesionaria de la relación laboral elcomité de la empresa cedente, por lo queel competente será el comité de laempresa cesionaria, y si éste aún no seha constituido sólo será oído el interesa-do [STS 28-6-1990, Ar. 5531].

– Un segundo supuesto particular enmateria de expediente contradictorioresuelto por el Tribunal Supremo es elrelativo a si en los casos en que un repre-sentante de los trabajadores es despedi-do después de la tramitación del oportu-no expediente contradictorio y este des-pido es declarado improcedente pordefectos en la carta, debe volverse a tra-mitar de nuevo el expediente o por elcontrario éste se considera válido y efi-caz en el supuesto de que el empresariohaga uso en tal caso de la facultad que leotorga el art. 55.2 ET y despida de nue-vo al trabajador en los siete días

siguientes a la notificación de la senten-cia (art. 109.4 LPL) por los mismoshechos anteriores. Para el TribunalSupremo no es necesario abrir un nuevoexpediente, pues el tramitado para elprimer despido tiene eficacia tambiénpara el segundo, siempre que el propioexpediente no tenga vicio o defecto gra-ve que lo invalide. «Si el expediente hasido tramitado correctamente, no nece-sita ser subsanado, manteniendo plena-mente su eficacia en relación al nuevodespido, ya que al concertarse éste a losmismos hechos que el anterior lasgarantías que la ley otorgue a los repre-sentantes de los trabajadores se cum-plen perfectamente» [STS 21-3-1990,Ar. 2206].

– Por último, íntimamente relacionadocon el supuesto anterior, se plantea anteel Tribunal Supremo el supuesto contra-rio, es decir, despido declarado improce-dente por no haberse procedido a laapertura del correspondiente expedien-te contradictorio y nuevo despido delempresario en el que cumple el requisitoformal omitido. Este segundo despido,como señala el art. 109.4 LPL, deberáefectuarse dentro de los siete díassiguientes a la notificación de la senten-cia, sin embargo el Tribunal Supremoha estimado que este plazo puede serrebasado cuando sea necesario instruirexpediente contradictorio; «es incuestio-nable que el plazo de 7 días…no es sus-ceptible de ser cumplido en los supues-tos de exigencia de expediente contra-dictorio previo», de ahí que el proceder aun nuevo despido 11 días después de lanotificación de la sentencia, tiempodurante el cual se ha estado tramitandoel preceptivo expediente, se consideraválido [STS 13-6-1984, Ar. 3322].

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7.2.3. El derecho de opción de losrepresentantes en los despidosimprocedentes

Junto a las garantías que el art. 68 en susapartados a) y c) otorga a los representantesde los trabajadores en materia de despidos ysanciones, el art. 56.4 ET atribuye a dichosrepresentantes una garantía más en estamateria: el derecho de opción entre readmi-sión o indemnización en los supuestos de des-pido improcedente.

El Tribunal Supremo, en su sentencia de15-5-1990, Ar. 4331, ha puesto de relieve laconexión existente entre el sistema de garan-tías establecido en el art. 68 ET y la facultadde opción de los representantes en los despi-dos improcedentes. En este sentido, ha seña-lado que, «es fundamental la conexión funcio-nal entre la inmunidad relativa y la facultadde opción; conexión evidente, pues no resultalógico otorgar la primera si a través de undespido improcedente la entidad empleadorapuede optar por la indemnización, consuman-do la desvinculación del representante sinuna causa justificada…De ahí que la facultadde opción a favor del representante, que noaparece como una garantía independiente enel cuadro general del art. 68 ET, cumpla en lapráctica un objetivo instrumental respecto ala inmunidad relativa, al impedir que elrepresentante pueda ser desvinculado de laempresa y de la representación por una deci-sión injustificada del empleador».

La atribución de la opción entre readmi-sión o indemnización corresponde al trabaja-dor en todos los supuestos en que se condenea la empresa por despido improcedente – nosólo en el supuesto de despido disciplinario –,independientemente de la causa que ha con-ducido a tal calificación judicial de la extin-ción del contrato de trabajo (STS 23-5-1995,Ar. 5897).

El derecho de opción es aplicable no sólo alos representantes legales de los trabajadoresy a los delegados sindicales, sino también al

presentado o proclamado como candidato a laelección, pues, a juicio del Tribunal Supremo,«una interpretación restrictiva pudiera llevara un fraude de ley tendente a evitar el accesoa la condición de representantes de quienesfueron elegidos en elecciones regularmentecelebradas» (STS 22-12-1989, Ar. 9258). Aho-ra bien, la condición de representante o decandidato ha de ostentarse en el momento deldespido para que el trabajador tenga atribui-do el derecho de opción. De este modo, es indi-ferente que la condición de representante seadquiera durante la tramitación del procesojudicial seguido por el despido y con anterio-ridad a la fecha de la sentencia de instancia.Para el Tribunal Supremo lo importante esque la condición de representante o candida-to se ostente en la fecha de despido (SSTS 30-10-2000, Ar. 9659; 20-6-2000, Ar. 7172).

En todo caso, se goza del derecho de opcióndurante el año siguiente a la pérdida de lacondición de representante siempre y cuandodicha pérdida lo sea por la causa natural deltranscurso del tiempo, pero no en los supues-tos en los que la misma tiene lugar por revo-cación o destitución, o por voluntad del propiointeresado en virtud de su dimisión (SSTS29-12-1998, AS 1999, 447; 26-12-1990, Ar.9838).

Por último, el Tribunal Supremo consideraperfectamente posible una interpretaciónarmonizadora de las exigencias del art. 23.2CE de igualdad de condiciones de acceso a loscargos y funciones públicas con la garantía delos representantes de los trabajadores reco-nocida en el art. 56.3 ET. La armonizaciónconsiste en que la posible readmisión por laque pudiera optar el trabajador no suponganecesariamente la adquisición de la condi-ción de fijeza o permanencia, sino que, o biense efectúe en condiciones de interinidad, obien quede limitada por la posible concurren-cia de otra causa legal de terminación del con-trato. Por tanto, la opción entre readmisión eindemnización le corresponde en todo caso alos representantes legales de los trabajado-res, sin perjuicio de que cuando nos encontre-

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mos ante organismos públicos no pueda man-tenerse la relación de trabajo más allá de lacobertura reglamentaria de la plaza corres-pondiente (STS 7-2-1990, Ar. 838).

7.3. Prioridad de permanencia enel empleo

La garantía prevista en el ET, artículo 68b), integrante del contenido de libertad sindi-cal (STC 191/1996, de 26 de noviembre) cuan-do se trata de órganos de representación «sin-dicalizados», es interpretada por los Tribuna-les, Supremo y Constitucional, como el restode garantías, a la luz de los Conveniosnúm.98 y 135 de la OIT. Desde esta perspec-tiva, afirma este último, «al conceder lagarantía de la prioridad de permanencia, laley no concede un privilegio sino que tutelacon esa garantía la representación de los tra-bajadores».

Tutelada así dicha garantía, son varias lascuestiones que surgen en la jurisprudenciadel Tribunal Supremo relativas a la aplica-ción efectiva de la misma. Entre ellas, lassiguientes:

Como la garantía se aplica, entre otrossupuestos, al despido colectivo (art.51.7 ET) ysuspensión por causas económicas, técnicas,organizativas o de producción o derivadas defuerza mayor (ET, art.47), es decir, a los tra-mitados vía expediente de regulación deempleo, debe determinarse el momento enque ha de concurrir la condición de represen-tante. Advirtiéndose por la jurisprudencia ladistinción entre el momento en que se aprue-ba el expediente y el momento, posterior, enque el empresario adopta la decisión (extinti-va o suspensiva), el Tribunal Supremo hainterpretado favorablemente esta exigencia yadmite que la acreditación de la misma debehacerse en este momento posterior (STS de30 de octubre de 1989, RJ 1989/7465), sinque, por tanto, la elección del órgano derepresentación, posterior a la decisión delempresario de extinguir o suspender el con-

trato, admita la aplicación de esta garantíacon carácter retroactivo (STS de 13 de sep-tiembre de 1990, RJ 1990/7004).

Los supuestos a los que se aplica estagarantía son, exclusivamente, aquellos con-templados por el precepto citado del ET, enrelación con el ET, artículos 40.5, 47, 51.7 y52,c, y, en consecuencia, no alcanza a otrossupuestos de extinción (o suspensión). Así, porcitar algun ejemplo, la STS de 17 de febrero de1990, RJ 1990/1107 advierte que la garantíano alcanza a la extinción de un contrato tem-poral por cumplimiento de su término.

7.4. Prohibición de discriminación

Advierte el legislador, ET, artículo 68,c),que los representantes de los trabajadores nopueden ser discriminados en su promocióneconómica o profesional en razón, precisa-mente, del desempeño de su representación.

Así, desde la perspectiva del doble canal ode la doble vía de representación de los traba-jadores, de sus conexiones y diferencias (vid.,supra, apartado 2), la sentencia del Tribu-nal Constitucional 95/1996, de 29 de mayo,analiza desde esta garantía, la de no discri-minación, el derecho de estos representantesa la retribución y, en concreto, al «plus de tur-nicidad» del denominado «liberado sindical».Advirtiendo el Tribunal que el precepto legalencierra un expreso mandato de tratar enmateria retributiva al representante de for-ma igual que a sus representados, de maneraque aquél no se vea perjudicado en relacióncon éstos por el hecho de ser su representanteunitario. Lo que, en definitiva, significa queel representante tiene derecho al citado plusde turnicidad, aunque no preste servicios enturno alguno, porque, de lo contrario, se per-judicaría el estatus del trabajador en la em-presa.

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7.5. Libertad de expresión de losrepresentantes de lostrabajadores

Sin entrar en la casuística de los supuestosconcretos analizados por la jurisprudencia ordi-naria y por el Tribunal Constitucional, el estu-dio de las decisiones o resoluciones judicialessobre la materia se ha centrado en el contenido,extensión y límites de este derecho, entendidocomo sinónimo de «libertad de opinión».

Desde esta perspectiva, y partiendo de laidea central de que esta libertad no es ilimi-tada (STS de 3 de diciembre de 1983, RJ1983/6166), se aprecia una interpretación dela jurisprudencia ordinaria más restrictivaque la que ofrece el Tribunal Constitucional.Este último, reconociendo que el ejercicio deesa libertad es limitada en la relación laboral(como consecuencia de las exigencias de labuena fe que preside el contrato de trabajo),afirma que el representante de los trabajado-res goza de un especial reforzamiento en laprotección frente a las decisiones de la empre-sa, más aún si se trata de un representante«sindicalizado», con las garantías, por tanto,propias del artículo 28.1 CE. [STC 1/1998, de12 de enero].

El Tribunal Supremo afirma también concarácter general (STS de 28 de febrero de1990, RJ 1990/1248) que, ejercitado el dere-cho de expresión o crítica por un cargo repre-sentativo, debe reconocerse un amplio mar-gen de libertad y de discrecionalidad, lo quelleva a admitir que éste exprese criterios opuntos de vista con relación al mundo del tra-bajo y de su empresa, aunque sean especial-mente críticos (SSTS de 9 de julio de 1986, RJ1996/4000; 21 de noviembre de 1984, RJ1984/5876; 3 de diciembre de 1983, RJ1983/6166; 18 de diciembre de 1982, RJ1982/7844). Pero entiende que no se incluyenen el derecho de libertad de expresión las opi-niones y ofensas verbales excesivas (STS de20 de febrero de 1990, RJ 1990/1121) y lapublicidad de unos hechos totalmente falsos(STS de 27 de mayo de 1987, RJ 1987/3895).

7.6. Crédito horario

Previsto el crédito de horas mensualesretribuidas como garantía de la funciónrepresentativa (STS de 5 de junio de 1990, RJ1990/5021), una de las cuestiones fundamen-tales que plantea su uso no es otra que lafinalidad u objetivo del crédito, exigiéndoseque el mismo se utilice correctamente.

Para determinar lo que jurisprudencial-mente se entiende por uso o utilizacióncorrecta del crédito horario, se parte por elTribunal Supremo de lo que el mismo deno-mina «presunción de probidad» (STS de 14 deabril de 1987, RJ 1987/2762), es decir, pre-sunción iuris tantum de que las horas sonempleadas correctamente por los represen-tantes de los trabajadores (STS de 21 de ene-ro de 1991, RJ 1991/66). Lo que conduce, enconsecuencia, a una interpretación restricti-va de la facultad disciplinaria del empresario(SSTS de 21 de septiembre de 1990, RJ1 9 9 0 / 7 0 3 4 ; 2 0 d e a b r i l d e 1 9 8 8 , R J1988/3000).

¿Por qué interpreta extensivamente el Tri-bunal Supremo la utilización del crédito?.Porque, podría afirmarse, las funcionesrepresentativas son multiformes, compren-diendo un conjunto de actividades complejasy plurales (STS de 6 de octubre de 1983, RJ1983/5051) y cualquier actuación que de for-ma directa o indirecta repercuta en interés delos trabajadores (SSTS de 5 de junio de 1990,RJ 1990/5021; 10 de enero de 1990, RJ1990/890; 27 de noviembre de 1989, RJ1989/8259). Lo que implica que sólo esténexcluidas del crédito las horas utilizadas enprovecho propio de forma manifiesta y habi-tual, es decir para fines particulares (SSTS28 de junio de 1990, RJ 1990/5532; 28 de sep-tiembre de 1989, RJ 1989/6537); éstas, portanto, son las que pueden ser controladas porel empresario porque un mal uso, una abusi-va utilización del crédito –que ha de ser pro-bada por el empresario, STS 20 de abril de1988, RJ 1988/3000–, transgrede la buena fecontractual que preside la relación laboral.

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Sin que, por otro lado, le esté permitido alempresario denegar el crédito horario aun-que alegue razones productivas, técnicas,económicas..., reconociéndose en este caso alrepresentante el derecho a exigir una indem-nización de daños y perjuicios (STS de 9 denoviembre de 1998, RJ 1998/8917).

Sobre la base de una utilización correcta delcrédito horario, varias son las cuestiones queplantea la aplicación efectiva de la garantíaprevista en el artículo 68,e) ET. Entre ellos:

Tratándose de horas «retribuidas», se ha deprestar atención al contenido de la retribu-ción, y si bien se entiende que lo es el mismosalario que tenía el representante en servicioactivo (STS de 9 de octubre de 2001, RJ2001/9594), son numerosos los supuestos enque la jurisprudencia ha debido analizarcasuísticamente la inclusión o exclusión dedeterminados «pluses» o complementos. Sólopor citar algun supuesto: el «plus de transpor-te» se ha excluido, porque, al no ser salario,sólo devenga en caso de que el representantetenga la necesidad de desplazarse al centro detrabajo, bien para trabajar o bien para ejercersus funciones representativas; el «plus demontaña» se incluye en el salario de vacacio-nes del representante; el complemento sala-rial de «manutención» sólo se paga los días deprestación de servicios por el representante

(SSTS de 9 de octubre de 2001, 2001/9594; 20de mayo de 1992, RJ 1992/3581).

Respecto de la utilización de las horas dis-ponibles al mes, y partiendo de la regla gene-ral (STS de 3 de julio de 1989, RJ 1989/5423)de que el tiempo que haya de invertir en susfunciones representativas coincida con el deltrabajo real y efectivo por cuenta de la empre-sa, hace tiempo que el Tribunal Supremoadmitió (STS de 18 de marzo de 1986, RJ1986/1347), cuando la empresa tenga variosturnos de trabajo, que no pueda exigirse quecoincidan las horas de la función representa-tiva con el trabajo del representante si éstetiene un turno nocturno de trabajo.

Permitiendo el precepto legal la distribu-ción global o centralizada del crédito horario,que ha de pactarse en convenio colectivo (seaestatutario o extraestatutario, STS de 19 dejulio de 1996, RJ 1996/6367), el TribunalSupremo ha admitido que la cesión sea nomi-nada o innominada (STS de 13 de diciembrede 1989, RJ 1989/9200) y ha afirmado que nocabe una interpretación extensiva de la mis-ma que desvirtúe la finalidad o función insti-tucional que cumple esta facilidad o garantíade la actividad representativa. Por eso, losdelegados que tienen derecho al crédito hora-rio son los que la LOLS, artículo 10, establece(STS de 25 de enero de 2001, RJ 2001/2064).

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