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Revista Derecho del Estado N11, diciembre 2001 JAIRO REVELO Los tratados internacionales como criterio de interpretacion de los derechos fundamentales constitucionales en el ordenamiento español serie de potestades que se traducen en: a) Hacer, no hacer o tolerar un comportamiento (público o privado); b) Recibir un contenido prestacional de los poderes públicos; y c) Participar activamente en la conformación, ejercicio y control del poder político. Dis- poniendo de los instrumentos jurídico-pro- cesales para acudir ante los tribunales y solicitar su defensa, en el evento que dichos derechos sean desconocidos o vulnerados. De esta forma los derechos fundamentales constituyen las esferas de acción inheren- tes al individuo que, derivadas de la digni- dad del hombre como principio axiológico cardinal, garantizan el pleno desarrollo de sus potencialidades vitales en el plano de la libertad, del respeto a la autodetermina- ción y del compromiso social hacia el pro- greso del ser humano, esferas que forman parte del contorno político social para el ejercicio de sus libertades, la participación en el proceso político del Estado y la exi- gencia de unos comportamientos específi- cos por parte de los poderes públicos en aras de los mismos ciudadanos 2 . Y en segundo lugar, desde su dimensión objetiva, los derechos fundamentales entran a actuar como premisas indispensables para la configuración y existencia del Estado democrático de derecho, determinando los principios que delimitan su campo de acti- 1. INTRODUCCION Los derechos fundamentales ocupan un lugar preponderante en el constituciona- lismo contemporáneo, como base misma del ordenamiento jurídico y garantía prin- cipal del espacio mínimo vital para el desarrollo de los seres humanos en sus relaciones interpersonales y con las for- mas políticas del poder (Estado y Admi- nistración pública). A tal punto de no ser posible la existencia de una verdadera Constitución, sin la consagración expresa de un catálogo de derechos a favor de los particulares, acompañado a su vez de los mecanismos necesarios para su protec- ción y aplicación en la esfera nacional e internacional. Los derechos fundamentales son aque- llos que «reconocen facultades referentes a ámbitos vitales del individuo en su pro- pia libertad, relaciones sociales o partici- pación política, imprescindibles para su desarrollo como persona y derivados de su propia dignidad de tal» 1 ; presentando dos ópticas autónomas y a su vez interrelaciona- das de análisis o comprensión. En primer lugar y desde su dimensión subjetiva, co- rresponden a los “derechos intrínsecos” de los individuos dentro del marco vital en el cual se desenvuelven, implicando para sí una

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Revista Derecho del Estado N… 11, diciembre 2001

JAIRO REVELO

Los tratados internacionales como criterio deinterpretacion de los derechos fundamentalesconstitucionales en el ordenamiento español

serie de potestades que se traducen en: a)Hacer, no hacer o tolerar un comportamiento(público o privado); b) Recibir un contenidoprestacional de los poderes públicos; y c)Participar activamente en la conformación,ejercicio y control del poder político. Dis-poniendo de los instrumentos jurídico-pro-cesales para acudir ante los tribunales ysolicitar su defensa, en el evento que dichosderechos sean desconocidos o vulnerados.De esta forma los derechos fundamentalesconstituyen las esferas de acción inheren-tes al individuo que, derivadas de la digni-dad del hombre como principio axiológicocardinal, garantizan el pleno desarrollo desus potencialidades vitales en el plano dela libertad, del respeto a la autodetermina-ción y del compromiso social hacia el pro-greso del ser humano, esferas que formanparte del contorno político social para elejercicio de sus libertades, la participaciónen el proceso político del Estado y la exi-gencia de unos comportamientos específi-cos por parte de los poderes públicos en arasde los mismos ciudadanos2.

Y en segundo lugar, desde su dimensiónobjetiva, los derechos fundamentales entrana actuar como premisas indispensables parala configuración y existencia del Estadodemocrático de derecho, determinando losprincipios que delimitan su campo de acti-

1. INTRODUCCION

Los derechos fundamentales ocupan unlugar preponderante en el constituciona-lismo contemporáneo, como base mismadel ordenamiento jurídico y garantía prin-cipal del espacio mínimo vital para eldesarrollo de los seres humanos en susrelaciones interpersonales y con las for-mas políticas del poder (Estado y Admi-nistración pública). A tal punto de no serposible la existencia de una verdaderaConstitución, sin la consagración expresade un catálogo de derechos a favor de losparticulares, acompañado a su vez de losmecanismos necesarios para su protec-ción y aplicación en la esfera nacional einternacional.

Los derechos fundamentales son aque-llos que «reconocen facultades referentesa ámbitos vitales del individuo en su pro-pia libertad, relaciones sociales o partici-pación política, imprescindibles para sudesarrollo como persona y derivados de supropia dignidad de tal»1; presentando dosópticas autónomas y a su vez interrelaciona-das de análisis o comprensión. En primerlugar y desde su dimensión subjetiva, co-rresponden a los “derechos intrínsecos” delos individuos dentro del marco vital en elcual se desenvuelven, implicando para sí una

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vidad, imponiendo tanto obligaciones deacción como de abstención a los poderespúblicos constituidos, y señalando las pautasdel «orden jurídico-político en general»3.Pasan a ser los elementos esenciales delordenamiento en cuanto definen y delimi-tan el ámbito de convivencia pacífica detodos las piezas que conforman el entramajepolítico constitucional, sirviendo de herra-mientas positivas de los valores superioresde una comunidad social.

La consolidación del concepto de losderechos fundamentales, como categoríaconstitucional, obedece a un largo proce-so de recepción y adaptación de las estruc-turas nacionales a su plena incorporacióny funcionamiento, proceso que encuentra sufuente principal en la amplia tradición in-ternacional del reconocimiento de los de-rechos humanos y su imperiosa extensión,como únicas vías posibles para el desarro-llo, la seguridad y la paz entre los pueblos.A partir de la segunda Guerra Mundial yespecialmente en el período subsiguiente,la protección de los derechos humanos esla preocupación primera de la comunidadinternacional con miras a evitar otro holo-causto. Lo anterior se concretiza en dosfenómenos: por un lado en la creación yreforzamiento de las organizaciones inter-nacionales para la defensa y promoción delos derechos humanos, actuando como ver-daderos centros de programación y difusiónde las políticas comunes en la materia, bajolas orientaciones y reglas del clásico dere-cho internacional público; y del otro, conla Declaración Universal de Derechos Hu-manos, proclamada el 10 de diciembre de1948, fruto del consenso de las potenciasmundiales bajo el amparo de la Organiza-ción de las Naciones Unidas (ONU), man-teniendo su vigencia en nuestros días comoguía para la celebración de todo tratado, con-venio, declaración, acuerdo o resolución in-

ternacional que tenga como finalidad la pro-moción, difusión, respeto y garantía de losderechos humanos.

Esta Declaración Universal viene a cons-tituirse en el nuevo telos natural, sobre elcual los Estados Nacionales se comprometena configurar sus propios ordenamientosconstitucionales, bajo las siguientespremisas: a) La dignidad humana es el fun-damento de todos los derechos y pieza clavepara la libertad, la justicia y la paz; b) Losderechos humanos son comunes a todas lasNaciones y derivan de tal situación su fuerzavinculante; c) Los derechos humanos debenser protegidos por un régimen de Derecho,a fin de que el hombre encuentre vías pa-cíficas y ordenadas para exigir su cumpli-miento y eficacia; d) Plena confianza en losderechos fundamentales del hombre, en ladignidad y el valor de la persona humana,partiendo de la igualdad como premisabásica de toda forma de relación entre losseres humanos; y e) Respeto universal yefectivo de los derechos y libertades fun-damentales del hombre, asegurando su to-tal configuración por medio de instrumentosnacionales e internacionales4.

Los Estados comienzan así una carrerasin pausa hacia el reconocimiento de losderechos humanos dentro de sus propiostextos constitucionales, pasando a ser tam-bién derechos constitucionales con las pre-rrogativas que tal calidad les confiere5,dando finalmente lugar a la categoría de los“derechos fundamentales constitucionales”,con las características propias de su ópticaobjetiva y subjetiva.

El proceso de internacionalización de laprotección de los derechos humanos encuen-tra su asidero no sólo en el reconocimien-to que hacen los Estados nacionales y lacreación de herramientas jurídicas efecti-vas para su protección, sino también en lasactuales fórmulas de integración suprana-

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cional, donde los derechos fundamentalesentran a formar parte del derecho comuni-tario desde dos miramientos: como requi-sito sine qua non para su existencia y comoobjeto primordial de su regulación. Lamáxima expresión de este acontecer, sinlugar a dudas, se materializa con la suscrip-ción del Convenio Europeo para la Protec-ción de los Derechos Humanos y LibertadesFundamentales (noviembre 4 de 1950) y elestablecimiento del Tribunal Europeo de losDerechos Humanos de Estrasburgo, cuyasdecisiones son verdaderas sentenciasvinculantes para los países miembros. Asi-mismo y continuando esta línea de comu-nitarización de los derechos fundamentales,es un imperativo su reconocimiento dentrodel orden supranacional que constituye laUnión Europea, gracias a la ampliación desus contenidos materiales (no sólo unióneconómica sino política y monetaria) y lareconocida labor del Tribunal de Justicia delas Comunidades Europeas, quien los integracomo parte de los principios generales delderecho comunitario, asegurando su eficaciaen todo acto (comunitario o nacional) deconformidad con las tradiciones constitu-cionales comunes de los Estados miembrosy los pactos internaciones suscritos por ellospara la protección de los mencionados de-rechos6.

Esta tendencia del reconocimiento yconsagración de un listado de los derechosfundamentales a nivel constitucional es laque orienta al Estado español a partir de laConstitución de 1978, aprobada por lasCortes el 31 de octubre y ratificada por losciudadanos en el referéndum del 6 de di-ciembre. La Constitución española surgecomo resultado del período de transicióndemocrática y fruto del consenso de todaslas fuerzas parlamentarias, sin embargo ysegún el profesor Gregorio Peces-BarbaMartínez, la consagración constitucional delos derechos fundamentales no fue pacífi-

ca, estuvo llena de tensiones y de disen-siones desde el inicio de la ponencia hastasu estipulación final7. Desde propuestasdirigidas a la no inclusión dentro del textoconstitucional de una declaración de dere-chos fundamentales hasta la existencia deuna Constitución con remisión a los textosinternacionales en materia de derechoshumanos. Finalmente se logró y se aprobóla introducción de un título de los derechosfundamentales propio y autónomo dentrode la Norma Fundamental. Así la Consti-tución dedica el Título I a la consagración“De los derechos y deberes fundamentales”como expresión del poder constituyenteprimario, dotándolos de una calidad espe-cial dentro del sistema jurídico constitu-cional: no pueden ser eliminados niminusvalorados por el legislador –parlamen-tario o administrativo– (artículos 53.1 y 81.1CE8) y además vinculan a todos los pode-res públicos (artículo 9.1 CE9), de allí la im-portancia trascendental de los derechosfundamentales, pues se erigen como el bas-tión y pilar de todo el ordenamiento jurídicoestatal.

El Título I de la Constitución españolareferido a los derechos fundamentales (ar-tículos 10 a 55 CE), técnicamente se divi-de en cinco capítulos10, comenzando por elartículo 10 que no aparece inmerso en nin-guno de los acápites referidos, permitién-donos inferir el carácter general y orientadorque, en materia de los derechos fundamen-tales, el constituyente le quiso atribuir. Elartículo 10 CE dispone:

«1. La dignidad de la persona, los dere-chos inviolables que le son inherentes, ellibre desarrollo de la personalidad, el res-peto a la ley y a los derechos de los demásson fundamento del orden político y de lapaz social. 2. Las normas relativas a losderechos fundamentales y a las libertadespúblicas que la Constitución reconoce seinterpretarán de conformidad con la Decla-

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ración Universal de los Derechos Humanosy los tratados y acuerdos internacionalessobre las mismas materias ratificados porEspaña»11.

De esta forma se consolida la norma delartículo 10 CE como disposición preliminarque orienta sistemáticamente los otros ca-pítulos del Titulo en referencia y en últimaslos derechos fundamentales y libertades pú-blicas reconocidas en la Constitución12. Ensu apartado primero está el reconocimien-to de la dignidad humana como centro,motor y fuerza de los derechos fundamen-tales constitucionales, gozando de la cali-dad de valor supremo del ordenamientojurídico español a la par con la libertad, lajusticia, la igualdad y el pluralismo político(artículo 1º CE).

Y en su apartado 2º, dentro de la tenden-cia a la universalización de la protección delos derechos humanos, encontramos la cláu-sula constitucional interpretativa de losderechos fundamentales, según la cual losoperadores jurídicos, cuando interpretencualquier disposición relativa a los derechosfundamentales y libertades públicas consig-nadas en la Constitución española, deberántener como referente primario y marco ge-neral la Declaración Universal de DerechoHumanos de 1948 y los demás tratados yacuerdos internacionales sobre la materiaratificados por España. Por este motivo lostextos internacionales, y en especial la De-claración Universal referida, entran no sóloa aclarar y delimitar el contenido mínimode los derechos fundamentales constitucio-nales, sino que contribuyen a su desarrollodirecto y se constituyen en verdaderos lí-mites ante la actividad del legislador y delpoder judicial en su tratamiento interno.

El presente escrito tiene como objetivocardinal analizar con profundidad la rela-ción de los tratados internacionales sobrederechos humanos y los derechos funda-mentales constitucionales en el ordenamien-

to español, a partir de su consideración comodos sistemas normativos autónomos perointerdependientes que, por medio de suinteracción, configuran la unidad normativamínima de protección y garantía de losderechos fundamentales, siempre bajo laóptica de la cláusula interpretativa conte-nida en el artículo 10. 2 CE. Para ello, enprimer lugar examinaremos los antecedentesteóricos del proceso de incorporación, efi-cacia y dependencia de los tratados inter-nacionales sobre derechos humanos en elconstitucionalismo nacional, observando lascaracterísticas especiales de éstos tratadosy los diferentes medios para su recepciónen el derecho interno. En segundo lugar nosdetendremos en el caso específico del or-denamiento jurídico positivo y la especialremisión constitucional, por vía interpreta-tiva, a los tratados internacionales sobrederechos humanos y libertades fundamen-tales (artículo 10.2 CE). Analizaremos lajustificación teórico práctica de su introduc-ción en la Constitución, el origen del pre-cepto en el proceso de elaboración yredacción de la Norma Fundamental, surelación con las demás normas constitucio-nales sobre los derechos fundamentales ylas reguladoras en general de los tratadosinternacionales, su significado y alcance, yfinalmente su aplicación y desarrollo juris-prudencial por el Tribunal Constitucional,finalizando con la presentación de las con-clusiones y perspectivas de la apertura eintegración del orden interno al internacionalen aras de la más eficaz protección de losderechos humanos y libertades públicas.

2. LOS TRATADOS INTERNACIONALESDE DERECHOS HUMANOS Y EL DERECHOCONSTITUCIONAL

Los tratados y acuerdos internacionalessobre derechos humanos han sido plena-

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mente difundidos en el orbe mundial, siendocomún su celebración y establecimientopor la mayoría de los Estados contempo-ráneos. Esta tendencia corresponde a laculminación del llamado «proceso deinternacionalización del derecho consti-tucional»13 que, a partir de la segundaGuerra Mundial y como hemos tenidoocasión de analizar, encuentra en el campode los derechos fundamentales y en suprotección, el lugar más propicio y evi-dente de concretización. La fundamenta-ción de los derechos humanos se constru-ye con la interacción de las jurisdiccionesnacional e internacional en la tutela de laslibertades públicas ciudadanas y el man-tenimiento del orden jurídico mundial.Por tal motivo corresponde tanto al sistemanormativo internacional como interno, elestablecimiento de los canales adecuadospara su coordinación y programación.

De esta forma en el ámbito internacio-nal, los derechos humanos comienzan unfuerte proceso de extensión y profundiza-ción en torno a su conocimiento, difusióny garantía, a través de la celebración deimportantes tratados interestatales que es-tablecen el reconocimiento de los mismos,la creación de organizaciones internaciona-les para su desarrollo y de instrumentos parasu protección. Los tratados internacionalesy sus respectivas declaraciones son el con-junto de normas que condicionan mediata-mente la actividad estatal, puesto que sonlos Estados Nacionales quienes en últimasintervienen en su elaboración como prin-cipales interlocutores con personalidad ju-rídica en el clásico derecho internacionalpúblico.

Entre las principales causas que dieronlugar a la internacionalización de los dere-chos fundamentales están: a) La realidadeconómica, política, social y cultural denuestros tiempos no puede ser entendida

como una verdad única dentro del marcoconceptual nacional, puesto que los men-cionados factores adquieren precisión yentidad sólo a partir de su comprensión bajolas teorías modernas de la apertura yglobalización; b) Los problemas y dificul-tades que ponen en peligro los derechoshumanos no son una cuestión exclusivamen-te nacional o estatal. El desconocimiento dela dignidad humana y de las facultadesmínimas para el desarrollo del hombre ensu propia libertad, repercuten en la comu-nidad internacional imponiendo la necesi-dad de un poder supranacional con lacompetencia suficiente para eliminar elataque y volver a la situación jurídica an-terior de plena eficacia y garantías de losderechos fundamentales; y c) Consolidaciónde la comunidad internacional basada en lapropia voluntad estatal y en normas impe-rativas, con representatividad, organizacióninterna y fuerza vinculante para la defensade los derechos humanos14.

La amplia preocupación por los derechoshumanos en el ámbito internacional trajoconsigo la creación del llamado Derechointernacional de los derechos humanos,como nueva vertiente, con contenido cua-lificado y específico, del tradicional dere-cho internacional público. Esta rama delderecho internacional ha sido definida como«el conjunto de reglas de Derecho Interna-cional que reconocen e intentan proteger losderechos de la persona en cuanto que su-jeto titular de situaciones jurídicas dentrodel ámbito material de los que se conside-ran como derechos o libertades fundamen-tales»15. Emerge así un conjunto normativointernacional con tres características esen-ciales: a) El individuo pasa a ser sujetodirecto e inmediato del derecho internacio-nal público en cuanto el ejercicio y protec-ción de las libertades fundamentales; b) Lasnormas internacionales tienen una finalidad

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específica: la tutela de los derechos funda-mentales para el desarrollo de los pueblosy de los propios seres humanos; y c) El sis-tema normativo internacional es fuente delordenamiento nacional en materia de losderechos humanos, debiendo guardar sucorrelativa conformidad.

Todo lo anterior hace que los tratados yconvenios internacionales sobre derechoshumanos ostenten una calidad diversa yparticular respecto de la generalidad de estosinstrumentos jurídicos típicos del derechointernacional. Por regla general los tratadosinternacionales surgen a la vida jurídicacomo manifestación de la voluntad estatalpara el desarrollo común de una empresaeconómica, política o social, derivándosede él derechos y obligaciones para las par-tes. Corresponden a la materialización dellibre acuerdo de intereses sobre una mate-ria concreta y definida. Sin embargo, lasituación es totalmente diferente cuandohablamos de acuerdos internacionales parala protección de los derechos humanos. Sufinalidad no consiste en la estipulación deuna serie de obligaciones y derechos cuyossujetos son los Estados firmantes, sino elestablecimiento de un orden público comúna las partes cuyo destinatario son los indi-viduos16. Situación que ha sido reiterada enmúltiples ocasiones por la Corte Internacio-nal de Justicia, el Tribunal Europeo deDerechos Humanos y la Corte Interame-ricana de Derechos Humanos17, señalandoque los Estados cuando participan en lacelebración de alguno de éstos conveniosno negocian intereses propios ni el intercam-bio recíproco de derechos para su beneficiomutuo; sino que discuten un interés común,la protección de los derechos fundamenta-les de los seres humanos, sometiéndose asía un nuevo orden legal que acarrea un con-junto de obligaciones hacia los individuosbajo su jurisdicción.

Por tal motivo los tratados internacio-nales de derechos humanos serán objeto deun tratamiento jurídico especial, que se tra-duce en la existencia de las siguientes par-ticularidades: a) Su configuración noobedece al principio clásico de reciproci-dad de beneficios, ventajas y obligacionesentre los Estados contratantes; b) En ellosno es posible aplicar por las partes firman-tes la institución de la exceptio non adiplenticontractus en caso de incumplimiento gravede las obligaciones contraídas por una delas partes. La terminación o suspensión delconvenio internacional de derechos huma-nos no es posible por este medio, según lodispuesto en el artículo 60.5 de la Conven-ción de Viena sobre Derecho de los Trata-dos18; c) No procede la interposición de lacláusula rebus sic stantibus en virtud de lacual los Estados, ante el cambio sobreve-nido de las condiciones iniciales que die-ron lugar a la celebración del convenio, estánfacultados para solicitar su suspensión oterminación. Lo anterior como consecuenciade la no reciprocidad; y d) La celebracióndel convenio internacional sobre derechosfundamentales con reserva por parte de unode los Estados miembros, no implica laineficacia de la norma objetada por parte delos otros Estados respecto a éste Estadoreservante.

Así mismo en el ámbito interno, los de-rechos fundamentales constituyen el cen-tro y fin esencial del ordenamiento jurídico.El Estado se justifica, como máximo órganopolítico nacional, en la medida que promue-va, asegure y garantice el respeto de losderechos humanos19. Corresponde entoncesal derecho constitucional su regulación yprotección en la esfera nacional, puesto quea él atañe la «ordenación de las competen-cias supremas de un Estado»20 según lo con-signado en la normativa constitucionalvigente. La mayoría de las constituciones

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contemporáneas consagran dentro de suarticulado un catálogo de derechos funda-mentales, libertades públicas, garantías ymecanismos para su salvaguarda. Sin em-bargo, el espectro de cobertura constitucio-nal no se reduce únicamente a lo visto, sinoque adopta como suyo el impacto de lainternacionalización de la protección de losderechos humanos, permitiendo la existen-cia de cláusulas de apertura del sistemanormativo nacional al internacional, conec-tando los dos ordenamientos en aras deracionalizar y lograr la unidad garantísticaen materia de los derechos fundamentales.

Por consiguiente, los tratados y conve-nios internacionales de derechos humanosinteractúan con el derecho constitucionalinterno. En primer término sirven de mar-co general y fuente de ilustración para laconfiguración del propio ordenamientojurídico nacional; pero además y en segundolugar, gran parte de las constituciones ac-tuales hacen referencia o remisión expre-sa a ellos con el fin de prodigar el máximoámbito de protección de los derechos y li-bertades fundamentales para sus habitantes.Estas normas internacionales, siguiendo lalínea argumentativa propuesta, deberánintegrarse en el ordenamiento interno como“fuente adicional” de los derechos funda-mentales constitucionales. La Constituciónconsagra, entonces, un tratamiento especialy preferente para los tratados internacionalesde derechos humanos respecto de los demásque puedan ser celebrados por el Estado yfrente a sus propias disposiciones norma-tivas nacionales, a partir de la jerarquíaconcedida a estas normas internacionales ysu específico modo de incorporación en elsistema jurídico interno.

Respecto al primer aspecto de la jerar-quía concedida por la Constitución a lasnormas internacionales de derechos huma-nos corresponde hacer las siguientes pre-

cisiones: Los derechos fundamentales y suprotección constituyen una materia amplia-mente desarrollada por una pluralidad defuentes normativas (nacional e internacio-nal), siendo necesario el establecimiento dereglas uniformes que reconduzcan la dis-ciplina a un sistema unitario y asignen a cadasubsistema una posición exacta en el con-junto21. La Constitución como «norma so-bre la aplicación de normas»22 y principiode validez del ordenamiento jurídico interno,determina en últimas la “aplicabilidad” delas disposiciones internacionales dentro desu ámbito nacional de competencia, moti-vo por el cual los tratados internacionalesde derechos humanos sólo tendrán la efi-cacia que la Constitución les asigne deconformidad con los valores, acuerdos ypreceptos que orienten la normatividadnacional. La tendencia general del consti-tucionalismo contemporáneo es otorgar alas normas internacionales de derechoshumanos una ubicación jerárquica superiordentro del ordenamiento jurídico, dada larelevancia de su contenido (la plena protec-ción del ser humano) y su incidencia comopostulado directivo de la producción nor-mativa nacional en la materia, derivando dela consideración anterior las siguientesconsecuencias: a) Las normas inferiores alos convenios internacionales sobre dere-chos fundamentales deberán sujetarse aellos, so pena de remoción del sistemanormativo por violación a la jerarquía delmismo; b) Ante el posible conflicto entrenormas de igual nivel jerárquico de los tra-tados de derechos humanos, prevalecerá, encaso de ausencia de norma superior quedecida la controversia, la disposición másfavorable a la protección de la personahumana; c) Por el principio de razonabilidaddel sistema normativo, las normas inferio-res deberán servir de instrumentos para elcumplimiento de los fines y objetivos de las

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normas internacionales de libertades fun-damentales; y d) Finalmente, los tratadosy convenios internacionales de derechoshumanos gozan de una graduación y posi-ción privilegiada en el ordenamiento jurí-dico interno23.

Respecto a la forma de incorporación delos tratados y acuerdos internacionales dederechos humanos en el ordenamiento in-terno, y por consiguiente la estructuraciónde su régimen jurídico y tratamiento dife-rencial en la órbita nacional, la doctrina hadistinguido cinco fórmulas de apertura delordenamiento interno al internacional en estamateria. Siguiendo la exposición del pro-fesor Ariel E. Dulitzky24, las cláusulas cons-titucionales que regulan la incorporación deéstos instrumentos internacionales en elsistema normativo interno son:

a) Cláusulas reconocedoras de derechosimplícitos o no enumerados: Técnica uti-lizada en algunas Constituciones Nacionalesque reconocen la existencia de los llamados“derechos implícitos”, es decir, plasman ensu articulado que la declaración de derechosy libertades fundamentales expresamentecontenida en ella, no implica la negaciónde otros derechos que son inherentes a lapersona humana y que surgen por su pro-pia naturaleza. Esta cláusula tiene comofinalidad integrar el sistema de salvaguar-da de los derechos humanos en un conjun-to normativo unificado y coherente. Por talmotivo los mecanismos constitucionales deprotección y aplicación de los derechosfundamentales no sólo se activarán frentea los derechos enunciados en la Consti-tución, sino que amplían su espectro decobertura hacia todos los derechos con-substanciales a la naturaleza humana,cobijando a aquellos que tienen su origenen el derecho internacional. Finalmente enlos ordenamientos constitucionales dondese adopta ésta cláusula existen dos tenden-

cias frente a los derechos implícitos: por unlado y como regla general, establecen quelos derechos reconocidos constitucional-mente no excluyen los incluidos en normasinternacionales (v. gr. Brasil, artículo 5.2.CN; Portugal, artículo 16.1 CN); y por elotro, ciertas constituciones señalan que losderechos y garantías contenidas en ellas yen los convenios internacionales vigentes,no niegan la existencia de otros que son in-herentes a la persona humana (v.gr. Colom-bia, artículo 94 CN).

b) Cláusulas reguladoras de procedi-mientos especiales: La Constitución consa-gra dentro de su texto una serie demecanismos específicos para la aprobación(v.gr. España artículo 94.1 CN) y denun-cia (v.gr. España artículo 96.2 CN) de lostratados y convenios internacionales de de-rechos humanos, diferenciando así su pro-cedimiento de elaboración del cursado parala generalidad de los tratados internacionales(v.gr. Capítulo III: “De los Tratados Inter-nacionales”, del Título III: “De las CortesGenerales” CE). El constituyente imponela exigencia de mayorías cualificadas e ins-trumentos particulares para la celebraciónde los mencionados acuerdos, siendo con-secuente con la trascendencia e importan-cia que revisten para la protección de lapersona humana en el ejercicio de sus de-rechos.

c) Cláusulas declarativas: Los tratadosy convenios de derechos humanos actúancomo verdaderas “normas-principios” in-corporados en la Constitución Nacional através de cláusulas declarativas. Ellas sir-ven de método de concretización de losvalores y preceptos que orientan interna-cionalmente el área de los derechos funda-mentales, convirtiéndose así en mandatosimperativos de carácter universal o iuscogens internacional. Trascienden de larelación Estado-Ciudadano y se transforman

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en principios y garantías superiores quedelimitan el orden jurídico-político gene-ral. Las normas internacionales de derechoshumanos vistas desde su perspectiva obje-tiva y condicionante del ordenamiento in-terno, son incorporadas por diversos modos:

• Preámbulos: Sin entrar a discutir elvalor y la eficacia jurídica del mismo,muchas Constituciones incluyen el impactode la protección internacional de los dere-chos humanos en sus preámbulos comopauta ideológica y orientadora del ordena-miento jurídico fundamental.

• Pautas de política exterior: El respetoy aplicación de las reglas internacionales dederechos humanos son consignas previas eindispensables para el manejo de la políti-ca exterior.

• Criterio de actuación para los órganosinternos: La actividad de algunos órganosestatales entra a ser condicionada, por re-misión constitucional, al cumplimiento dela normativa internacional en materia dederechos humanos. De esta forma se imponeuna obligación de acción a los entes nacio-nales en el desarrollo de su función de acuer-do con lo establecido en un tratadointernacional sobre libertades fundamenta-les.

• Pauta del proceso de integración: Laplena eficacia y protección de los derechoshumanos es condición previa para la parti-cipación del Estado en un proceso de inte-gración supranacional. Lo anterior ha sidoevidente en la Unión Europea desde susinicios, puesto que ya desde 1969 se esti-puló por el Tribunal de Justicia de las Co-munidades Europeas que la integración nodebía amenazar los derechos fundamenta-les constitucionalmente protegidos. Hoyencontramos en el ámbito europeo impor-tantes formas regionales de protección delos derechos humanos, siendo su principalrepresentante el Convenio Europeo para laProtección de los Derechos Humanos y

Libertades Fundamentales y el TribunalEuropeo de Derechos Humanos de Estras-burgo. Sin desconocer las nuevas disposi-ciones, garantísticas de éstos derechos,incorporadas en la Unión Europea por elTratado de Maastricht (artículo F.2 del TUE)y el Tratado de Amsterdam; y los actualesesfuerzos de la Conferencia interguberna-mental para la elaboración y aprobación deuna Carta de Derechos Humanos propia delordenamiento supranacional en referencia.

d) Cláusulas jerárquicas: Como vimosanteriormente la Constitución, norma jurí-dica fundamental de aplicación de normas,establece la jerarquía de los tratados inter-nacionales sobre derechos humanos dentrodel sistema normativo interno. Por reglageneral, en la mayoría de los Estados sereconoce la prevalencia de estos tratadossobre el derecho interno. Esta preponderan-cia de las normas internacionales referidasse articula comúnmente desde dos aspec-tos:

• Jerarquía constitucional: Algunas cons-tituciones conceden de forma expresa ytaxativa jerarquía constitucional a las nor-mas internacionales de derechos fundamen-tales. Otorgando tal calidad a todos lostratados y convenios de derechos humanos;o a los derechos consagrados en los trata-dos y no a la totalidad de su texto; o sólo aaquellos cuya remisión es exigida por laConstitución Nacional para la regulación deun derecho o grupo en particular (v.gr. Co-lombia, artículo 53 CN).

• Jerarquía supralegal: En muchas Cons-tituciones se establece que las normas dederechos humanos de origen internacionalprevalecen en el orden interno (v.gr. España,artículos 96.1, 96. 2 y 9.3 CN). Sin embar-go y ante la generalidad de tal disposición,se ha discutido por la doctrina y la jurispru-dencia su posición respecto a la Constitu-ción como norma fundamental. La tendenciamayoritaria consiste en otorgar a los trata-

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dos internacionales de derechos humanosla calidad de normas superiores frente a laley y el resto del ordenamiento interno,estando sujetos al imperio de la Constitu-ción.

e) Cláusulas interpretativas: Los trata-dos y convenios internacionales de derechoshumanos sirven y se incorporan al ordena-miento interno como verdaderas normashermenéuticas de los derechos fundamen-tales constitucionales. La Constitución fijalas pautas de cómo deben interpretarse lasnormas relativas a los derechos humanos yubica a los tratados internacionales comoprincipal criterio aclaratorio de los mismos.La doctrina ha discutido el alcance de lasnormas internacionales de derechos huma-nos como argumento interpretativo de losderechos fundamentales, siendo posibleidentificar dos corrientes al respecto: a) Paraalgunos autores25, los tratados internacio-nales de derechos humanos prestan ésta fun-ción sin necesidad de su consagraciónexplícita en el texto constitucional por lassiguientes razones: los derechos fundamen-tales son condición misma de la democra-cia existiendo un catálogo de libertades entoda Constitución moderna; y por la exis-tencia de sistemas universales o regionalesde protección de los derechos humanos. b)A contrario sensu, otro sector de la doctri-na26 considera que las normas internacio-nales de derechos humanos sólo actúancomo normas hermenéuticas en el eventoque así lo consagre expresamente la Cons-titución, puesto que corresponde exclusiva-mente al constituyente nacional la fijaciónde un mandato interpretativo de tal tipo.

Esta consideración de las normas inter-nacionales sobre derechos humanos comopautas interpretativas de los derechos fun-damentales constitucionales, tiene su iniciodentro del constitucionalismo europeo conla Constitución portuguesa de 1976 que dis-pone en su artículo 16 lo siguiente:

«1. Los derechos fundamentales pro-clamados en la Constitución no excluyencualesquiera otros que resulten de las leyesy de las normas aplicables del Derecho In-ternacional.

«2. Los preceptos constitucionales y le-gales relativos a los derechos fundamentalesdeben ser interpretados e integrados en ar-monía con la Declaración Universal de losDerechos del Hombre»27.

Precepto que viene recepcionado, deforma ampliada, en el artículo 10.2 de laConstitución española de 1978 en los si-guientes términos: «Las normas relativas alos derechos fundamentales y a las libertadesque la Constitución reconoce se interpre-tarán de conformidad con la DeclaraciónUniversal de los Derechos Humanos y lostratados y acuerdos internacionales sobre lasmismas materias ratificados por España»28.De esta forma los derechos fundamentalesy las normas relativas a ellos no sólo se in-terpretarán de conformidad con la Decla-ración Universal de los Derechos Humanos,a cuyos lineamientos ya hicimos referen-cia, sino que deberán adecuarse y comple-tarse de acuerdo con el sistema normativointernacional.

Por todo lo anterior los tratados interna-cionales de derechos humanos reciben untratamiento especial dentro del ordenamien-to jurídico interno, especialmente desde elderecho constitucional, confirmando la ple-na conexión entre los dos ordenamientos enaras de cimentar y unificar la materia de losderechos y libertades fundamentales.

3. ARTICULO 10.2 DE LA CONSTITUCIONESPAÑOLA: CLAUSULA INTERPRETATIVADE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES

La Constitución española de 1978 consa-gró dentro de su articulado un amplio

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catálogo de derechos fundamentales y losmecanismos (legislativos y judiciales) parasu plena aplicación y protección dentrodel ámbito jurídico estatal. Pero además, ysiguiendo la ya conocida línea de interna-cionalización de la protección de los de-rechos humanos, estableció en su artículo10.2 la apertura del sistema normativointerno a las normas de derechos huma-nos originadas en tratados y conveniosinternacionales, por conducto de la inter-pretación de los derechos fundamentalesconstitucionales. La Constitución otorgaal derecho internacional de los derechoshumanos un papel primordial para laconcretización, delimitación y desarrollode las normas relativas a libertades funda-mentales reconocidas en su propio texto,imponiendo un exclusivo y preciso méto-do de interpretación dirigido a aclarar elsignificado y alcance de los derechos cons-titucionales.

Antes de analizar en profundidad el ori-gen, significado y alcance de la cláusulahermenéutica contenida en el artículo 10.2de la Constitución española, considero per-tinente detenernos brevemente en el estu-dio de la justificación y relevancia de laconsagración constitucional de los tratadosy convenios internacionales como precep-tos orientadores de los derechos fundamen-tales constitucionales, desde el punto devista de la interpretación jurídica.

Partiendo del supuesto que «el Derechoesta compuesto esencialmente por normasque se constituyen en enunciados a inter-pretar»29 y que “interpretar” es «atribuir sig-nificado a una disposición normativa o a unhecho jurídico»30, por consiguiente, en todaactividad jurídica los sujetos operadorestarde o temprano interpretan los enuncia-dos normativos y la interpretación se eri-ge como una de las cuestiones másimportantes del Derecho. Y si además, los

derechos fundamentales son consideradosno sólo como derechos subjetivos a favorde los individuos para el desarrollo de suspotencialidades vitales, sino como verda-deras normas constitucionales que configu-ran y condicionan la actividad del ordenjurídico político en general, podemos decirque los derechos fundamentales son requi-sito previo indispensable de toda tareainterpretativa que se desarrolle en el orde-namiento jurídico31, puesto que los mencio-nados derechos adquieren la calidad de“normas básicas materiales” convirtiéndoseen criterios, guías y límites de cualquierinterpretación jurídica. Toda interpretaciónde las disposiciones internas que sea con-traria al sistema normativo de los derechosfundamentales constitucionales carecerá devalidez y no gozará de eficacia dentro delámbito jurídico nacional. Por tal motivo lainterpretación desde los derechos fundamen-tales condiciona al intérprete en dos senti-dos: en sentido positivo, puesto que éldeberá descifrar el significado de la normaque más favorezca a los derechos y liber-tades fundamentales; y en sentido negativo,en la medida que el verdadero alcance dela norma interpretada no puede transgrediro lesionar el de un derecho considerado porel régimen constitucional como fundamen-tal32.

Por lo anterior, será esencial la interpre-tación de los derechos fundamentales, puesdel entendimiento que de ellos se haga de-penderá la aplicación y comprensión delresto del ordenamiento nacional, por sucalidad de presupuestos indispensables paratoda actividad interpretativa, llegando in-cluso el profesor Peces-Barba a afirmar «quetodo análisis sobre la interpretación jurídicadebe comenzar por el examen de la inter-pretación de los derechos fundamentales,de los valores y de los principios»33. La in-terpretación de los derechos fundamenta-

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les es la operación a través de la cual seotorga significado concreto a un derechodeterminado. En esta operación tienen lu-gar los criterios clásicos de la interpretaciónjurídica propuestos por Savigny: gramati-cal, lógico, histórico y sistemático; peroademás, el constituyente español ha deter-minado otros que se proyectan exclusiva-mente en la interpretación de los derechosfundamentales, entre los cuales está el pre-cepto del artículo 10.2 que constitucionalizala interpretación de los mismos por mediode los tratados y convenios internacionalessobre la materia debidamente ratificados porel Estado español.

Como vemos, la interpretación de losderechos fundamentales de conformidad conlas normas internacionales de derechoshumanos resulta plenamente justificada ydesarrolla una función trascendental, puestoque de su aplicación en materia de los de-rechos fundamentales constitucionales de-penderá la aplicación y efectividad de todoel ordenamiento jurídico español.

1. Origen de la disposiciónconstitucional

El proceso constituyente comenzó el 15de junio de 1977 con las elecciones de lasCortes Constituyentes para la redacciónde una nueva Constitución. El 26 de juliodel mismo año el Pleno de las Cortes creóla Comisión de Asuntos Constitucionalesy Libertades Públicas, en cuyo seno senombró una Ponencia de siete miembrospara la redacción del anteproyecto de Cons-titución. Una vez decidida la incorpora-ción de un título sobre derechos funda-mentales se procedió a su elaboración yposterior discusión por el Congreso deDiputados y el Senado.

El actual artículo 10 de la Constituciónespañola se presenta como norma intro-

ductoria y orientadora de toda la regulacióny desarrollo constitucional de los derechosfundamentales y de las libertades públicas.Como precedentes mediatos de ésta dispo-sición, siguiendo al profesor Garrido Falla34,encontramos a nivel nacional los artículos7º y 65 de la Constitución de la Repúblicaespañola de 1931; y en el derecho compara-do, el artículo 10 de la Constitución italianade 1947, el artículo 25 de la Constituciónalemana de 1949, el Preámbulo de la Cons-titución francesa de 1958, y obviamente elartículo 16.2 de la Constitución portuguesade 1976. Sin embargo y ya dentro del de-bate constituyente, el texto del Anteproyectode Constitución salido de la ComisiónConstitucional del Congreso no contenía unafórmula equiparable a la prevista en el ac-tual 10.2 CE. Lo anterior no es óbice paraque en esta Cámara legislativa se discutie-ra (tanto en la Comisión Constitucionalcomo en el Pleno) un canon interpretativode los derechos fundamentales muy simi-lar al finalmente consagrado en la Consti-tución de 1978. Fue así como el diputadoCanyellas Balcells propuso la enmienda Nº246 al artículo 152.b) del Anteproyecto, quedefinía la competencia del Tribunal Cons-titucional para conocer de los recursos deamparo de los derechos fundamentales, queañadía el siguiente párrafo: «Para interpretarlas normas a que se refieran dichos derechosse tomarán en consideración los Pactos Inter-nacionales sobre los Derechos Humanos».Vemos aquí el primer indicio de la cláusu-la interpretativa de los derechos fundamen-tales de conformidad con el ordenamientointernacional sobre la materia. Esta enmien-da fue ampliamente discutida y finalmen-te rechazada por el Pleno del Congreso35.

De allí que el párrafo segundo del artí-culo 10 tuviera su origen en la enmienda Nº707 del grupo de Unión de Centro Demo-crático (UCD) presentada en la Comisión de

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Constitución del Senado, en virtud de la cualse ratificaba el texto aprobado por elCongreso (hoy párrafo primero) pero sos-tenía la necesidad de añadir un segundoapartado en los siguientes términos: «Laslibertades y derechos serán tutelados y ga-rantizados de conformidad con los acuer-dos internacionales sobre derechos humanosratificados por España»36. Lo anterior, entérminos de la profesora Araceli MangasMartín suscitó una «brillante y dura polé-mica parlamentaria y en la opinión públi-ca»37. Puesto que su incorporación abría denuevo la discusión ya finiquitada en el Con-greso de los Diputados sobre la validez yfuerza vinculante de los tratados internacio-nales ratificados por España (cuya regula-ción se circunscribe al Título III del CapítuloIII dedicado a los Tratados Internacionales),y ponía en peligro el consenso logrado parala regulación del derecho a la educación porvía de su interpretación de conformidad conel Pacto sobre Derechos Económicos, So-ciales y Culturales en vigor desde 1977.

Los argumentos a favor del estableci-miento del párrafo segundo en cuestiónfueron: a) El valor primordial y trascendentalde los tratados internacionales de derechoshumanos como nuevo telos internacionalpara la protección y aplicación común delas libertades fundamentales; y b) La fun-ción de los tratados internacionales sobrederechos humanos para la más precisa com-prensión e interpretación de las libertadesy derechos consignados en la Constitución.Frente a estos argumentos se esgrimieronen el debate constituyente los siguientespuntos de discusión: a) La incorporación deesta cláusula suponía otra forma de recep-ción de los Tratados internacionales, estandopara tal efecto la disposición genérica delartículo 96.1 CE; b) Los derechos funda-mentales son los establecidos de forma claray precisa por la Constitución Nacional; sin

embargo, la enmienda hacía pensar que hayotros derechos que la Constitución no re-conoce, siendo necesario limitar la tutelaúnicamente a los consagrados en la NormaFundamental; y c) El establecimiento delpárrafo segundo implicaba la creación deuna “Constitución paralela”38 basada en elderecho internacional general, rompiendocon los principios de jerarquía normativay soberanía nacional.

Como consecuencia de los múltiplesdebates para su incorporación y con mirasa solucionar los puntos en discordia, elGrupo de Progresistas y Socialistas Inde-pendientes presentó la segunda enmiendain voce del párrafo segundo: «Las normasrelativas a los derechos fundamentales y alas libertades que la Constitución recono-ce se integrarán e interpretarán de confor-midad con la Declaración Universal deDerechos Humanos, con la ConvenciónEuropea de Salvaguardia de los Derechosdel Hombre y de las Libertades Fundamen-tales, con los Pactos Internacionales deDerechos Económicos, Sociales y Culturalesy de Derechos Civiles y Políticos, así comocon los demás acuerdos internacionalessobre las mismas materias ratificadas porEspaña»39. Surgiendo dos nuevos puntos dediscusión: por un lado, el Convenio Euro-peo para la Protección de los Derechos Hu-manos y Libertades Fundamentales noestaba vigente al momento de la redaccióndel texto constitucional, condicionando laSoberanía nacional; y del otro, la prescrip-ción «se integrarán» era redundante con ladisposición aludida del 96.1 CE.

Por lo anterior, se realizó una terceraenmienda a la disposición constitucional del10.2 según la cual: «Las normas relativasa los derechos fundamentales y a las liber-tades que la Constitución reconoce se in-tegrarán e interpretarán de conformidad conla Declaración Universal de derechos hu-

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manos y demás acuerdos internacionalessobre la misma materia ratificados por Es-paña»40, correspondiendo la redacción casitotalmente a su consagración actual. Sinembargo y ante la oposición al término “in-tegrarán”, se presentó una cuarta enmien-da in voce de la disposición, según la cual:«Las normas relativas a los derechos fun-damentales y a las libertades que la Cons-titución reconoce se interpretarán deconformidad con la Declaración Universalde Derechos Humanos y demás tratados yacuerdos internacionales sobre las mismasmaterias, ratificados por España»41. Final-mente, el texto del artículo 10 luego de seraprobado por el Senado en Pleno, pasó a laComisión Mixta Congreso-Senado, quienhizo algunas reformas de estilo dando lu-gar a su redacción presente: «Las normasrelativas a los derechos fundamentales y alas libertades que la Constitución recono-ce se interpretarán de conformidad con laDeclaración Universal de los DerechosHumanos y los tratados y acuerdos inter-nacionales sobre las mismas materias rati-ficados por España», siendo aprobado porlas Cortes Constituyentes con amplias ma-yorías el 31 de octubre de 1978 y sin vol-ver a suscitar el más mínimo interés por partede los intervinientes en aquellos enérgicosdebates42.

1. Significado y alcance

El artículo 10.2 de la Constitución espa-ñola consagra la más importante cláusulahermenéutica de los derechos fundamen-tales constitucionales43, abriendo el orde-namiento constitucional a la proteccióninternacional de los derechos humanossiempre por vía de interpretación. En elpresente acápite además de los elementosexaminados en la relación de los tratadosinternacionales de derechos humanos y

los derechos fundamentales, pretendoanalizar ocho aspectos capitales que nospermitirán vislumbrar el contenido de ladisposición constitucional y su aplica-ción en el ordenamiento jurídico interno.

En primer lugar, y siguiendo el tenor li-teral del texto, nos corresponde abordar ladeterminación y entendimiento de los con-ceptos: «...normas relativas a los derechosfundamentales y a las libertades que laConstitución reconoce...», puesto que ellosconstituyen, en últimas, el espacio materialdonde tiene aplicación la normativa inter-nacional garantística de los derechos huma-nos. Antes de analizar una posible definiciónde los mismos, es necesario precisar quedentro del Estado constitucional de derecho,tales instituciones jurídicas existen en cuantotienen consagración y reconocimiento den-tro de la Norma Fundamental, es decir quesólo son derechos fundamentales aquellosque por expresa disposición constitucionalreciban tal denominación. Fuera de losmarcos establecidos por la Constitución yel régimen estatal, no se podrá hablar de“derechos fundamentales constitucionales”.

Reconocidos los derechos fundamenta-les como «categoría dogmática del derechoconstitucional»44, es necesario determinarcuáles derechos reciben tal calidad dentrodel ordenamiento constitucional español ypor tanto son objeto del canon interpretativocontenido en la cláusula del 10.2. Tanto lajurisprudencia como la doctrina se hanpronunciado al respecto, siendo posibleidentificar dos tendencias: a) Para algunosy de conformidad con su fuerza, conteni-do vinculante y especial tutela, los derechosfundamentales son los derechos y liberta-des contenidos en el Capítulo II (artículos14 a 38) del Titulo I de la CE45; b) Mien-tras que para otro sector de la doctrina, sonderechos fundamentales todos los derechospresentes en el Título I CE, incluyendo tam-

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bién los otros derechos humanos garanti-zados por el ordenamiento jurídico positi-vo, dispersos en la Constitución46. Ante taldisyuntiva considero conveniente, a efec-tos de determinar el campo de acción delartículo 10.2 CE, adoptar la posición de lasegunda tendencia por los siguientes mo-tivos: a) La fundamentalidad de los dere-chos no se condiciona por su nivel deeficacia o por su especial proteccióninstitucional o procesal, sino por su impor-tancia como punto de «relación, determi-nada ideológica, o teórica, o históricamente,o mediante referencias de este triple orden,con la dignidad y la libertad de la persona»47,imponiendo así la prevalencia del criteriomaterial frente cualquiera otro; b) La sis-temática del Título I CE no es clara, razónpor la cual no todos los derechos referidosen la Sección I del Capítulo II de este Títuloson fundamentales, ni todos los que gozande tal connotación se encuentras conteni-dos en ella; y c) El constituyente quiso ubicarla cláusula hermenéutica del artículo 10.2CE encabezando el Titulo I, fuera de lassubdivisiones temáticas del mismo y nohaciendo referencia específica ni distinciónalguna en torno a su aplicación, lo cual nospermite inferir el carácter general yorientador de dicha norma sobre todos losderechos contenidos en el mencionado tí-tulo48. De esta forma es claro que el dere-cho internacional de los derechos humanosdesplegará todos sus efectos, siempre porvía interpretativa, sobre los derechos fun-damentales y libertades reconocidos en todoel Título I CE.

En segundo lugar, la norma constitucio-nal nos señala que los derechos fundamen-tales constitucionales serán interpretados deconformidad con «la Declaración Universalde los Derechos Humanos y los tratados yacuerdos internacionales sobre las mismasmaterias ratificados por España», siendo

indispensable definir y delimitar este pará-metro interpretativo internacional. Paracumplir con tal objetivo y siguiendo la bri-llante exposición del profesor AlejandroSáiz Arnáiz49 al respecto, analizaremos tresámbitos concretos:

a) ¿A partir de qué momento los trata-dos internacionales sobre derechos huma-nos adquieres valor interpretativo de losderechos fundamentales? La norma cons-titucional no dice nada al respecto, por locual se han barajado dos opciones: para unosestos instrumentos internacionales son cláu-sula interpretativa a partir de su ratificación,mientras que otro sector de la doctrina con-sidera que sólo adquieren tal calidad a partirde su publicación en el Boletín Oficial delEstado. Lo lógico y de conformidad con elartículo 96.1 CE, sería que sirvan comoparámetro interpretativo a partir de su pu-blicación oficial, por seguridad y certezajurídica.

b) ¿El artículo 10.2 CE circunscribe lainterpretación de los derechos fundamen-tales a su conformidad únicamente con lostratados y acuerdos internacionales sobre lasmismas materias, o también cabe dentro deeste precepto el reconocimiento de las nor-mas y principios generales del Derechointernacional? Este planteamiento ha dadolugar a dos posiciones: para unos, el artí-culo 10.2 CE, claramente indica los instru-mentos internacionales que vinculan ydelimitan la interpretación de los derechosfundamentales, no siendo posible ampliardicha cláusula más allá de lo previsto porel constituyente; mientras que para otros,ésta disposición actúa como conectivo dedos ordenamientos distintos (internacionaly nacional) respecto de una misma mate-ria (derechos humanos y las libertades fun-damentales), siendo posible la utilizaciónhermenéutica de todos las herramientas delderecho internacional de los derechos hu-

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manos que obviamente hayan sido recono-cidas por el Estado español. Esta discusiónha sido resuelta por el Tribunal Constitu-cional, máximo interprete de la Constitu-ción, quien, decantándose por la segundaposición, desde sus comienzos y en reite-radas jurisprudencias se ha servido de la granmultiplicidad de instrumentos internacio-nales ratificados por España, como tendre-mos oportunidad de analizar más adelante.

c) ¿Los tratados internacionales de de-rechos humanos no ratificados por Españay aquellos que contengan disposiciones conreserva, pueden ser parámetro interpretativode los derechos fundamentales? La respues-ta es inmediata y salta a la vista: NO. El ar-tículo 10.2 CE, impone el requisito materialy procedimental de la debida prestación delconsentimiento estatal. Situación que tam-bién excluye aquellos elementos de un ins-trumento internacional que por expresavoluntad del Estado parte, son reservadosy por lo tanto carecen de eficacia frente almismo. No obstante, es posible encontraren la jurisprudencia del Tribunal Constitu-cional algunos pocos casos donde la inter-pretación de los derechos fundamentales seha realizado de conformidad con tratadoso convenios internaciones aún no ratificadoso sujetos a especial reserva convencional50.

En tercer lugar, el precepto constitucio-nal en estudio señala que «Las normas re-lativas a los derechos fundamentales y a laslibertades que la Constitución reconoce seinterpretarán de conformidad con la Decla-ración Universal de los Derechos Huma-nos...», siendo preciso señalar la posicióny relevancia que la Declaración Universaladquiere por vía de esta norma constitucio-nal. Además de las reflexiones que en sumomento hicimos de la Declaración Uni-versal de Derechos Humanos y su funda-mentalidad en el orden internacional, laConstitución española por intermedio del

artículo 10.2 adopta y recoge el conjuntode valores y principios de este instrumen-to internacional como pautas de orientaciónpara la labor de los operadores jurídicos enla interpretación de los derechos fundamen-tales constitucionales. Doctrinalmente se hadiscutido la naturaleza de la DeclaraciónUniversal y su entidad en el derecho cons-titucional interno, siendo posible distinguirdos tendencias: a) Para algunos autores51 laDeclaración Universal, por expresa voluntaddel constituyente, entra a ser parte de laConstitución española ostentando el máxi-mo rango que corresponde a toda normaconstitucional dentro del ordenamientojurídico interno, de tal forma que la Decla-ración de la ONU de 1948 adquiere la cali-dad de disposición normativa interna consimilar alcance a la propia Constitución. Atal punto que en el caso de ser anulada odenunciada, continuaría vigente en el orde-namiento constitucional nacional por suincorporación taxativa en la Constitución,siendo necesaria la Reforma constitucionalpara su eliminación y no producción deefectos como fuente interpretativa de laslibertades fundamentales contenidas en laNorma Fundamental. Esta tendencia quetoma la Declaración Universal como partedel parámetro de control constitucional noes compartida por el Tribunal Constitucionalespañol, como en su momento tendremosocasión de analizar. b) Otros doctrinantes52

consideran, desde un punto de vista másfuncional, que la referencia expresa a laDeclaración Universal de Derechos Huma-nos obedeció a la naturaleza misma de laDeclaración. Este instrumento internacio-nal no tiene la calidad de tratado o conve-nio sino de Resolución de la AsambleaGeneral de las Naciones Unidas, y como talno posee fuerza jurídica obligatoria. Por talmotivo y aunado a su relevancia en el con-texto internacional, el constituyente plas-

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mó la referencia a la Declaración Univer-sal como primer criterio para la interpreta-ción de los derechos fundamentalesconstitucionales.

De conformidad con lo anterior y a ma-nera de conclusión, la referencia expresa ala Declaración Universal de los DerechosHumanos debe ser tenida en cuanta comoprincipal criterio interpretativo de los de-rechos fundamentales y su recepción en eltexto constitucional se fundamenta en lanecesidad de dotar a este instrumento jurí-dico de la mayor eficacia por su destacadolugar en el ámbito internacional. Correcta-mente así lo ha entendido el Tribunal Cons-titucional español quien, desde su creaciónhasta diciembre de 1998, ha hecho uso dela misma aproximadamente en una treintenade pronunciamientos53.

En cuarto lugar, el artículo 10.2 de laConstitución española surge como “decisiónconstitucional básica” que ordena interna-cionalizar los derechos fundamentales res-pecto al sistema de valores y principios dealcance universal que subyacen en la De-claración Universal y en los diversos con-venios internacionales sobre derechoshumanos ratificados por España, informan-do todo el ordenamiento jurídico interno(STC 21/81 F.10). Por vía interpretativa elconstituyente adopta la decisión de abrir alorden internacional un importante sectordogmático de la Constitución: los derechosy libertades fundamentales, formando unaunidad normativa para la protección de losmismos. Todos los derechos y libertadesfundamentales (los contenidos tanto en elTítulo I: “De los derechos y deberes funda-mentales”, como los que se encontrarendispersos por el articulado constitucional54)serán interpretados de conformidad con lanormatividad internacional de derechoshumanos (Declaración Universal de Dere-chos Humanos y los demás tratados y con-

venios sobre la materia ratificados por Es-paña).

El artículo 10.2 de la Constitución espa-ñola viene a servir de principal criteriohermenéutico para el esclarecimiento, pun-tualización y delimitación de las normasrelativas a los derechos fundamentales cons-titucionales. Por tal motivo su aplicaciónresulta inexorable para resolver los cuestio-na-mientos sobre el “contenido mínimo” ylos “límites” de cualquiera de los derechosy libertades que sean objeto de interpreta-ción. Y es precisamente por su carácterimprescindible que la cláusula interpretativadel 10.2 se constituye en un límite para laactividad concretizadora de desarrollo yejercicio de los derechos fundamentales porel legislador, y en una obligación para el juezcomo intérprete del derecho55. Por lo ante-rior, la interpretación es en últimas tambiénuna forma de desarrollo e “integración”56

de los derechos fundamentales, actuando lasnormas internacionales de derechos huma-nos para la concreción y ejercicio de laslibertades constitucionales.

En quinto lugar, y como consecuenciade lo hasta ahora visto, el contenido de losderechos fundamentales va a estar determi-nado por dos fuentes principales y conexas:a) Por su previsión en el texto constitucio-nal, el respeto al contenido esencial (artí-culo 53.1 CE) y a los otros límites para sudesarrollo normativo por el legislador (ar-tículos 53.1 y 81.1 CE); y b) Por su defini-ción en el sistema normativo internacional,siempre por vía interpretativa. Inmediata-mente nos surge una pregunta: ¿Si las nor-mas internaciones de derechos humanoscontribuyen a la configuración de los de-rechos fundamentales, dicha disposición noes contraria a los artículos 53.1 y 81.1 queestablecen la reserva legal exclusiva parael ejercicio y desarrollo de los mismos? Sinembargo, no hay contradicción alguna, pues-

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to que simplemente se trata de tres víasindependientes (cada una actuará dentro desu propia esfera y bajo sus condiciona-mientos), pero intercomunicadas, que sir-ven para integrar la materia de los derechosfundamentales.

En sexto lugar, el artículo 10.2 no hacereferencia a los tratados y convenios inter-nacionales de derechos humanos como partedel derecho interno, sino que alude a elloscomo pautas de interpretación de los dere-chos y libertades fundamentales incluidosen la Constitución española57. Es indispen-sable hacer esta previsión puesto que lostratados internacionales de derechos huma-nos también hacen parte del derecho inter-no por cumplimiento del artículo 96.1 CEque dispone: «Los tratados internacionalesválidamente celebrados una vez publicadosoficialmente en España, formarán parte delordenamiento interno». Por lo cual un tra-tado internacional de derechos humanosválidamente celebrado (con previa autori-zación de las Cortes Generales para la pres-tación del consentimiento del Estado–artículo 94.1 CE58–) y publicado en España,es derecho interno aplicable por los pode-res públicos, vinculante y con jerarquía su-perior a las leyes según los artículos 9.3 y96 CE. Surge así la siguiente pregunta: ¿Lostratados internacionales de derechos huma-nos al tener validez interna por el artículo96.1 CE y jerarquía superior a las leyes, ha-cen inoperante y superflua la disposiciónconstitucional del artículo 10.2? La respues-ta es contundente: NO, puesto que son dis-posiciones de rango constitucional queobedecen a finalidades diferentes. El art. 96actúa como regla de aplicación de lanormatividad internacional en el ordena-miento jurídico interno, incorporando eltexto del tratado o convenio como ley in-terna. Mientras que el artículo 10.2 funcionacomo pauta de interpretación y garantía

preferente de los derechos fundamentalesreconocidos en la Constitución. Así, losproblemas interpretativos deberán resolver-se según la normativa internacional de de-rechos humanos que no sólo incorpora eltexto del tratado o convenio, sino la inter-pretación que de los mismos hagan los ór-ganos internacionales o regionales, y ademásel derecho internacional general como elconjunto de resoluciones, costumbres yprincipios generales que no necesariamentetiene que estar inmersos en un tratado in-ternacional.

En séptimo lugar, el precepto rector delartículo 10.2 CE nos lleva a examinar el mé-todo de interpretación a través del cual sedeberán utilizar las normas del ordenamien-to internacional de los derechos humanos.Partiendo de la indudable cooperación en-tre dos sistemas normativos autónomos perointerdependientes, parece que el denomina-do “método comparativo”59 se erige comoel más óptimo para articular el complica-do arquetipo de relaciones. Dicho métodono es extraño a la cultura jurídica europeaquien, de forma constante, ha recurrido alas técnicas de reenvío y recepción del con-junto normativo positivo, jurisprudencial ydoctrinal de otros ordenamientos jurídicos(del área y foráneos), para la solución de susconflictos a nivel nacional. De esta formase ha aplicado la cláusula del 10.2 CE porel Tribunal Constitucional, quien ha enten-dido que toda interpretación de los derechosfundamentales constitucionales deberá ser«de conformidad», compatible y no contra-dictoria con el acervo normativo internacio-nal sobre la materia en cuestión.

En octavo lugar, finalmente, según elprofesor Joaquín Ruiz-Giménez Cortés60, elartículo 10.2 de la Constitución españolaactúa como factor integrador del ordena-miento jurídico internacional y del ordenjurídico español desde tres puntos de vis-

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ta: a) Conexión con el derecho internacio-nal general: Las reglas generales delderecho internacional público no tienenreconocimiento expreso por la Constituciónespañola vigente, como sí sucede en Italia,Portugal y Alemania. Algunos autores hanvisto su referencia mediata por medio delartículo 96.1 CE. cuando señala que las dis-posiciones de los tratados internacionales«sólo podrán ser derogadas, modificadas osuspendidas en la forma prevista en los pro-pios tratados o de acuerdo con las normasgenerales del Derecho internacional». Sinembargo, es a través del artículo 10.2 CEque se podrán introducir los principios ge-nerales y normas internacionales comunessiempre y cuando sean necesarios para lainterpretación de los derechos fundamen-tales constitucionales. b) Conexión con elderecho convencional: La propia disposi-ción constitucional hace referencia expre-sa a la Declaración Universal de DerechosHumanos de 1948 como principal criteriointerpretativo de los derechos fundamentalesconstitucionales, y seguidamente conecta elordenamiento interno con los demás trata-dos y acuerdos internacionales ratificadospor España sobre la materia, entre los cua-les podemos mencionar: el Pacto Interna-cional de Derechos Civiles y Políticos (NewYork 19/12/66), el Pacto Internacional deDerechos Económicos, Sociales y Culturales(New York 19/12/66), el Convenio Euro-peo para la Protección de los DerechosHumanos y Libertades Fundamentales (4/11/50) y sus diferentes protocolos, losConvenios suscritos por la OIT, y la CartaSocial Europea (18/12/61). c) Conexión conel derecho institucional: El ordenamientointerno por medio del artículo 10.2 abre suspuertas al derecho que emana de las orga-nizaciones supranacionales fruto de la in-tegración regional. De esta forma, tanto lostratados constitutivos como el derecho de-

rivado de los entes supranacionales en queEspaña tenga participación, pasarán a orien-tar y delimitar la materia de los derechosfundamentales constitucionales. El ejemplopor antonomasia corresponde al ConvenioEuropeo de Derechos Humanos y la crea-ción del Tribunal Europeo de Derechos Hu-manos de Estrasburgo, cuyas decisionestienen efectos vinculantes para los Estadosmiembros, pero además por el artículo 10.2sus decisiones y la interpretación que delConvenio haga, son también pautas que con-dicionan el funcionamiento mismo de laslibertades constitucionales, sin olvidar losavances que el Tribunal de Justicia de lasComunidades Europeas ha desarrollado enmateria garantística de los derechos huma-nos dentro de la Unión Europea.

3. Lineamientos generales

Como conclusión del análisis realizado ala disposición constitucional del artículo10.2 en virtud de la cual los tratados,convenios y principios internacionales sonlos principales criterios interpretativos delos derechos y libertades fundamentales,en el presente apartado podemos señalarcomo características propias de su natu-raleza, funcionalidad y aplicación, las si-guientes:

a) El artículo 10.2 sólo procederá cuan-do la norma relativa a los derechos y liber-tades fundamentales reconocidos por laConstitución no sean suficientemente cla-ra, en cuanto a su contenido y alcance, sien-do necesario acudir al sistema normativointernacional de derechos humanos ratifi-cado por España. Sin embargo, es impor-tante resaltar que la mencionada funcióninterpretativa del artículo 10.2 será de co-mún utilización, puesto que las normasconstitucionales sobre los derechos funda-mentales tienden a la generalidad61, corres-

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pondiendo su desarrollo y concretización enprimer término al legislador y luego a lostratados internacionales de derechos huma-nos por vía de interpretación.

b) La remisión interpretativa a la norma-tiva internacional de derechos humanosactúa como una verdadera “cláusula degarantía”62 de los derechos fundamentalesconstitucionales, en el sentido que cualquierdificultad interpretativa sobre los mismosse deberá solventar, por expreso mandatoconstitucional, mediante los tratados y con-venios internacionales ratificados por Es-paña sobre la materia.

c) La interpretación de los derechos fun-damentales constitucionales y su esfera deprotección, tendrá lugar no sólo de confor-midad con la Declaración Universal de losDerechos Humanos y los demás tratados yconvenios internacionales sobre la materia,sino de acuerdo con la interpretación quesobre los mismos hagan o puedan hacer losórganos supranacionales. Situación quecomo hemos visto es evidente en el caso delTribunal Europeo de Derechos Humanos ysu jurisprudencia.

d) La interpretación de los derechos fun-damentales de conformidad con la norma-tiva internacional de derechos humanosvincula a todos las instituciones del Esta-do como operadores jurídicos del Derecho.Por lo cual podrá ser invocada por cualquierciudadano para que los poderes públicos«legislen, ejecuten y juzguen, de conformi-dad con los instrumentos internacionales»63

sobre la materia.e) Las leyes o normas reglamentarias que

vulneren el sentido general de los tratadosinternacionales de derechos humanos o suscriterios de interpretación, o los que emanende sus órganos jurisdiccionales convencio-nales, podrán refutarse como inconstitucio-nales por violación directa del artículo 10.2CE64.

f) Por vía del artículo 10.2 CE y su rela-ción directa con el sistema normativo inter-nacional de los derechos humanos, encumplimiento de su función integradora,promocional y expansiva de las libertadesfundamentales, se pueden incorporar nue-vos elementos y características a los dere-chos de consagración constitucional. Lo cualde ninguna manera significa que, en virtudde esta cláusula, se puedan crear nuevosderechos fundamentales, sin vinculaciónalguna con los dispuestos en la Constitución;puesto que los derechos fundamentales loson en la Norma Fundamental y en el Es-tado, no por conducto del orden internacio-nal65. Lo anterior ha repercutido en eldesarrollo reciente de los derechos econó-micos, sociales y del medio ambiente, ade-más de cumplir con la tarea de adecuar todoslos derechos fundamentales al cambio his-tórico y social.

g) El criterio interpretativo de los dere-chos fundamentales contenido en la cláu-sula del artículo 10.2 CE tiene lugar cuandose trate de conseguir una interpretación inbonum, pero nunca in peiu de la disposiciónconstitucional que regula la libertad funda-mental66. Lo anterior de conformidad conel artículo 60 del Convenio Europeo quedispone: «Ninguna de las disposiciones delpresente Convenio será interpretada en elsentido de limitar o perjudicar aquellosderechos humanos y libertades fundamen-tales que podrían ser reconocidos confor-me a las leyes de cualquier Alta ParteContratante o en cualquier otro Convenioen el que ésta sea parte».

De esta forma podemos concluir el es-tudio normativo del artículo 10.2 de laConstitución española, no sin antes reite-rar la importancia que tal precepto tiene parael desarrollo, proyección y concreción delos derechos fundamentales constituciona-les, fuente de todo el ordenamiento jurídi-

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co interno y presupuesto indispensable tantopara el desarrollo del hombre en su entor-no social como para la consolidación de unasociedad plenamente democrática.

4. Desarrollo jurisprudencial

La consideración normativa de los trata-dos internacionales de derechos humanoscomo pauta de interpretación y delimita-ción de los derechos fundamentales cons-titucionales, ha recibido importantes apor-tes a través de la labor jurisprudencial delTribunal Constitucional Español. Corres-ponde al Tribunal Constitucional, comomáximo intérprete y defensor de la Cons-titución, ir decantando los derechos fun-damentales en cuanto a su alcance y natu-raleza según el propio orden constitucio-nal. Por lo anterior, la jurisprudencia deesta Corporación ha contribuido a mol-dear y perfilar los aspectos de entidad,aplicación y efectividad del artículo 10.2,con la ventaja de interactuar con el dere-cho vivo y real.

De conformidad con esa labor y siguiendola clasificación propuesta por el profesorFernando Rey Martínez67, podemos reseñarlas funciones concretas que el TribunalConstitucional ha asignado al parámetrohermenéutico del artículo 10.2 CE: a) Enocasiones ha sido utilizado para indicar lasrelaciones, conexiones y proyecciones en-tre unos derechos fundamentales y otros(v.gr. La libertad de enseñanza como pro-yección de las libertades ideológica, reli-giosa y de expresión de pensamientos, ideasy opiniones. STC 5/1981); b) También hasido aplicado para reforzar otros argumentosinterpretativos empleados de antemano porel propio Tribunal Constitucional (v. gr. Elejercicio de la libertad sindical de confor-midad con el artículo 7º CE, también reco-nocido en el Convenio Nº 98 de la OIT. STC

4/1983); c) Principalmente ha servido comocriterio de conformación de los derechosfundamentales de la siguiente forma: dotan-do de contenidos objetivos a ciertos concep-tos constitucionales indeterminados (v.gr.“Pena inhumana”), delimitando la titulari-dad del derecho fundamental (v.gr. El de-recho a la vida no necesariamente es delembrión. STC 53/1985), precisando el alcan-ce y sentido de los derechos fundamenta-les constitucionales (v. gr. Alcance delderecho a la igualdad y no discriminación.STC 22/1981), y “reintegrando” los derechosfundamentales al momento histórico y so-cial de una determinada sociedad (v. gr.Segunda instancia en materia penal, artículo24 CE); y d) Finalmente, otro ámbito de apli-cación ha sido su consideración como cláu-sula de garantía constitucional de laefectividad de los derechos fundamentales,preferentemente desde el punto de vistamaterial (v.gr. Como límite a la actividaddel legislador. STC 127/1984).

Así mismo, dentro de su actividadjurisprudencial podemos destacar los si-guientes aportes:

a) Marco general de aplicación del ar-tículo 10.2 CE: «Los derechos fundamen-tales responden a un sistema de valores yprincipios de alcance universal que subya-cen a la Declaración Universal y a los di-versos convenios internacionales sobreDerechos Humanos, ratificados por Espa-ña, y que, asumidos como decisión consti-tucional básica, han de informar todo nuestroordenamiento jurídico». (STC 21/81 F.10).Así, los tratados internacionales de derechoshumanos son criterio de interpretación delos derechos fundamentales, vinculan y losdotan de un contenido delimitado a travésde su función hermenéutica.

Posteriormente en diferentes sentenciasdel Tribunal Constitucional y del TribunalSupremo, se otorga una especial connota-

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ción a los Convenios de la OIT, incorporán-dolos al derecho interno y reconociendoderechos individuales para los particulares.Además las recomendaciones de la OIT, queno poseen fuerza vinculante, han sido uti-lizadas por los Tribunales para interpretarlos propios Convenios de la OIT y los de-rechos fundamentales constitucionales.

La línea de internacionalización de laprotección de los derechos fundamentalesse continua en la STC 78/82 F.4., en dondese dispuso: «La Constitución se inserta enun contexto internacional en materia dederechos fundamentales y libertades públi-cas, por lo que hay que interpretar sus nor-mas en esta materia de conformidad con laDeclaración Universal de Derechos Huma-nos y los tratados y acuerdos internacionalesque menciona el precepto. Y [...] no sólolas normas contenidas en la Constitución,sino todas las del ordenamiento relativas alos derechos fundamentales y libertadespúblicas que reconoce la norma fundamen-tal»68.

b) Concreción del contenido de los de-rechos fundamentales: Los tratados inter-nacionales de derechos humanos soninstrumentos valiosos para configurar elsentido y alcance de los derechos fundamen-tales (STC 38/85 F. 4) o los perfiles exac-tos de su contenido (STC 28/91 F.5), criterioconservado en la STC 254/93 cuyo funda-mento jurídico Nº 6 dispuso que «los tex-tos internacionales ratificados por Españapueden desplegar ciertos efectos en relacióncon los derechos fundamentales, en cuan-to pueden servir para configurar el sentidoy alcance de los derechos recogidos en laConstitución».

También el Tribunal Constitucional hasostenido que los tratados y convenios in-ternacionales de derechos humanos puedenser utilizados por el legislador, como mar-co de referencia, para el desarrollo de losderechos fundamentales (STC 62/82 F.3).

Por último, la interpretación de los de-rechos fundamentales constitucionales de-berá instrumentarse de conformidad con laDeclaración Universal de Derechos Huma-nos y los tratados internacionales ratifica-dos por España en la materia (STC 30/81 F.3).

c) Parámetro de control constitucionaly sistema normativo internacional de de-rechos humanos: Los tratados internacio-nales sobre derechos humanos sirven parainterpretar los derechos fundamentalesconstitucionales, pero no se erigen comonorma fundamental que pudiera ser objetode una pretensión de amparo. De hacerlovulneraría el artículo 53.2 CE que disponetaxativamente cuáles derechos tiene el re-curso de amparo (STC 84/89 F.5). Así mis-mo se ha establecido que los derechoscontenidos en las normas internacionales dederechos humanos no se convierten per se,por vía del 10.2 CE, en preceptos consti-tucionales susceptibles de amparo (STC 120/90 F.3).

El sistema normativo internacional dederechos humanos no puede convertirse enparámetro de constitucionalidad de la leyanalizada, puesto que el examen de cons-titucionalidad se realizará de conformidadcon el precepto constitucional definidor delderecho o libertad, declarando su inconsti-tucionalidad en caso de contradicción conla norma fundamental y no frente a ladisposición internacional (STC 28/91 F.5).El artículo 10.2 se limita a establecer unaconexión entre el sistema de derechosfundamentales español y los convenios ytratados internacionales sobre la materiaratificados por España. No da rango cons-titucional a los derechos y libertadesinternacionalmente proclamados en cuan-to no estén también consagrados por la pro-pia Constitución española; por lo cual si selesiona un derecho se deberá examinar la

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violación según el texto constitucional y nosegún el tratado internacional (STC 36/91F. 5).

Finalmente, el Tribunal Constitucionaldispone que la única medida de enjuicia-miento para la determinación de los dere-chos constitucionales protegibles poramparo es el artículo 53.2 CE, sin embar-go habrán de interpretarse los derechos fun-damentales de conformidad con los tratadosy acuerdos internacionales a que hace re-ferencia el artículo 10.2 CE. La interpreta-ción a que alude este artículo no conviertea tales tratados y acuerdos en canon autó-nomo de validez de las normas y actos delos poderes públicos desde la perspectivade los derechos fundamentales (STC 64/91F.4). Lo anterior es confirmado con la STC

233/93 cuyo fundamento Nº 1 dispone queel artículo 10.2 no goza de amparo consti-tucional.

d) Convenio Europeo y doctrina del Tri-bunal Europeo de Derechos Humanos: Laremisión interpretativa a los tratados inter-nacionales de derechos humanos no sóloincluye el texto de los mismos, sino queautoriza la búsqueda de pautas orientadorasen la doctrina sentada por el Tribunal Eu-ropeo de los Derechos Humanos (STC 36/84 F. 3). Siendo interpretación relevante sólola jurisdiccional del Tribunal Europeo y nola del Comité de Ministros del Consejo deEuropa (STC 114/84 F.3).

Finalmente el Tribunal Constitucionalsustenta que el Convenio Europeo no sóloforma parte del derecho interno (artículo96.1 CE), sino que además las normas re-lativas a los derechos fundamentales y liber-tades públicas contenidas en la Constitucióndeben interpretarse de conformidad con lostratados y acuerdos internacionales sobre lamateria ratificados por España, entre los queocupa un principal interés el Convenio parala Protección de los Derechos Humanos yde las Libertades Fundamentales. Y sien-

do el Tribunal Europeo de Derechos Huma-nos el órgano encargado de la aplicación einterpretación del Convenio, con facultadpara proferir sentencias obligatorias y vincu-lantes para España cuando sea Estadodemandado. Toda sentencia de dichoTribunal que declare la violación de underecho reconocido en el Convenio Euro-peo y que a su vez constituya la violaciónactual de un derecho fundamental consagra-do en la Constitución, corresponderá enjui-ciarla al Tribunal Constitucional español,como juez supremo de la Constitución y delos derechos fundamentales, respecto de loscuales nada de lo que a ello afecta puedeserle ajeno (STC 245/91 F.3).

e) Derecho comunitario y el Tribunal deJusticia de las Comunidades Europeas: Elcanon interpretativo del artículo 10.2 tam-bién ha tenido su aplicación en la jurispru-dencia del Tribunal Constitucional respectode los derechos fundamentales implicadosen actuaciones de los poderes públicos den-tro de la órbita de cobertura del Derecho co-munitario, a través de las STC 28/1991, de14 de febrero, en el recurso de inconstitu-cionalidad interpuesto por el ParlamentoVasco contra algunos artículos de la LOREG;y STC 64/1991, de 22 de marzo, en el recursode amparo conocido como el caso Apesco.El Tribunal Constitucional continúa con lamisma línea respecto del artículo 10.2,reconociéndolo también frente a las dis-posiciones del derecho comunitario sobrederechos humanos y libertades públicas, sinagregar mayor contenido al respecto y enlo que es objeto de estudio en el presenteescrito.

4. CONCLUSION

La Constitución española de 1978 consa-gra dentro de su articulado un importante

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y extenso catálogo de derechos y liberta-des fundamentales, así como un profundosistema de mecanismos e instrumentospara su protección y defensa dentro delordenamiento jurídico. Pero no sólo cir-cunscribe su espectro de salvaguarda alsistema normativo interno, sino que ade-más y conforme el impacto de la interna-cionalización de la protección de los de-rechos humanos, abre sus puertas a lasnormas internacionales de derechos hu-manos como criterios condicionantes, pri-mordiales y necesarios para la interpreta-ción de las normas relativas a los dere-chos y libertades fundamentales recono-cidos en la Constitución. De esta forma elsistema normativo nacional como el inter-nacional forman una unidad garantística,coordinada e indisoluble, para el plenoejercicio y efectividad de los derechosfundamentales de los seres humanos.

Los tratados, convenios y principios in-ternacionales de derechos humanos parti-cipan en la configuración, delimitación ydesarrollo de los derechos fundamentalesconstitucionales, actuando como verdade-ros postulados hermenéuticos. La trascen-dentalidad de la cláusula contenida en elartículo 10.2 CE deriva de su condición deprimera pauta constitucional de interpreta-ción de los derechos fundamentales, sien-do estos últimos el soporte de toda sociedaddemocrática y requisito previo de cualquierforma de articulación del poder político. Hoymás que nunca vemos cómo la protecciónde los derechos humanos sigue siendo laprincipal preocupación de la comunidadinternacional, haciendo de la disposición delartículo 10.2 CE, la norma constitucionalpor excelencia para continuar el camino re-corrido por España hacia la total proteccióndel ser humano en todos sus ámbitos, parael desarrollo de sus potencialidades vitales

en un mundo caracterizado por la libertad,la participación y la dignidad.

JAIRO REVELOAbogado de la Universidad Externado de Colombia.Doctorando en Derecho Público y Filosofía JurídicaUniversidad Autonóma de Madrid

1. JUAN JOSÉ SOLOZÁBAL ECHAVARRÍA. “Algunascuestiones básicas de la Teoría de los DerechosFundamentales”. Revista de Estudios Políticos.Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1991,pp. 87 y 88.

2. Correspondiendo así a la tradicional clasifica-ción de los derechos fundamentales formulada des-de su Teoría General: a) Derechos libertad, derechosautonomía o derechos defensa. b) Derechos democrá-ticos o políticos. c) Derechos sociales o derechosprestación.

3. SOLOZÁBAL ECHAVARRÍA. Op. cit., p. 88.4. Principios obtenidos del preámbulo de la De-

claración Universal de Derechos Humanos. En:ORGANIZACIÓN DE NACIONES UNIDAS - ASAMBLEA

GENERAL. Declaración Universal de DerechosHumanos. Bogotá: Imprenta Nacional de Colombia,1998, pp. 7 a 9.

5. LUIS PRIETO SANCHÍS. Estudios sobre derechosfundamentales. Madrid: Debate, 1990, pp. 111 a 120.

6. Este interesante proceso tiene su punto de par-tida con las sentencias del Tribunal de Justicia delas Comunidades Europeas Stauder de 12 de no-viembre de 1969 e Internationale Handelgesellschaftde 17 de diciembre de 1970. Posteriormente éstedesarrollo jurisprudencial tuvo su recepción positivaen el Tratado de Maastricht de 1992 y en el actualTratado de Amsterdam de la Unión Europea. Ver:PALOMA BIGLINO CAMPOS. “De qué hablamos enEuropa cuando hablamos de derechos fundamen-tales”. Revista de Estudios Políticos. Madrid: Centrode Estudios Constitucionales, 1997, pp. 85 a 103.

7. GREGORIO PECES-BARBA MARTÍNEZ. “Génesis delos Derechos fundamentales y libertades públicasen la Constitución Española de 1978”. En: Derechoy Derechos Fundamentales. Madrid: Centro deEstudios Constitucionales, 1993, pp. 180 a 187.

8. Artículo 53. 1 CE según el cual: «Los derechosy libertades reconocidos en el Capítulo segundo delpresente Título vinculan a todos los poderes públi-cos. Sólo por ley, que en todo caso deberá respetarsu contenido esencial, podrá regularse el ejerciciode tales derechos y libertades, que se tutelarán deacuerdo con lo previsto en el artículo 161.1, a)». Y

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artículo 81.1 CE que dispone: «Son leyes orgánicaslas relativas al desarrollo de los derechos funda-mentales y de las libertades públicas, las que apruebenlos Estatutos de Autonomía y el régimen electoralgeneral y las demás previstas en las Constitución».Ver: AA. VV. Constitución Española 1978-1988.Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1988,pp. 193 y 599.

9. «Los ciudadanos y los poderes públicos estánsujetos a la Constitución y al resto del ordenamien-to jurídico» Ver. AA. VV. Constitución Española1978- 1988. Cit., p. 29.

10. Capítulo I: “De los españoles y los extranje-ros” (artículos 11 a 13); Capítulo II: “Derechos ylibertades” (artículos 14 a 38) dividido a su vez enSección 1ª. “De los derechos fundamentales y delas libertades públicas” (art. 15 a 29) y Sección 2ª.“De los derechos y deberes de los ciudadanos”(artículos 30 a 38); Capítulo III. “De los principiosrectores de la política social y económica” (artículos39 a 52); Capítulo IV: “De las garantías de laslibertades y derechos fundamentales” (artículos 53y 54); y Capítulo V: “De la suspensión de los derechosy libertades” (artículo 55).

11. MANUEL ARAGÓN REYES y JUAN JOSÉ SOLOZÁBAL

ECHAVARRÍA. Derecho Constitucional-Legislación.Madrid: McGraw-Hill, 1995, p. 10.

12. La disposición del artículo 10 CE se traduceen la «decisión constitucional básica» de incorporare integrar la visión y pensamiento (internacional yespecialmente “europeo”) sobre el hombre y la so-ciedad dentro del ordenamiento nacional español,haciendo suyos los valores de la libertad y digni-dad de la persona, fuentes prístinas y últimas delderecho internacional de los derechos humanos. Alrespecto ver: ALEJANDRO SÁIZ ARNÁIZ. La aperturaconstitucional al derecho internacional y europeode los derechos humanos. El artículo 10.2 de laConstitución Española. Madrid: Consejo Generaldel Poder Judicial, 1999, pp. 35 a 52; y FERNANDO

REY MARTÍNEZ. “El criterio interpretativo de losderechos Fundamentales conforme a normas inter-nacionales (Análisis del artículo 10.2 CE)”. RevistaGeneral de Derecho, Nº 537 (1989), p. 3612.

13. Concepto avalado por BORIS MIRKINE GUTZEVICH.“Derecho Constitucional Internacional”. Revista deDerecho Privado. Madrid, 1936. Citado por ARIEL

DULITZK. “Los tratados de derechos humanos en elconstitucionalismo iberoamericano”. En: Estudiosespecializados de derechos humanos I. San José deCosta Rica: Instituto Interamericano de DerechosHumanos, 1996, p. 129.

14. GREGORIO PECES-BARBA. Curso de DerechosFundamentales: Teoría General. Madrid: Eudema,1995, pp. 150 a 154.

15. EDUARDO GARCÍA DE ENTERRÍA et al. El sistemade protección de los derechos humanos. Madrid:Civitas, 1983, p. 27.

16. ARIEL DULITZKY. “La aplicación de los trata-dos sobre derechos humanos por los tribunales lo-cales: un estudio comparado”. En: La aplicaciónde los tratados sobre derechos fundamentales porlos tribunales locales. Buenos Aires: Ediciones delPuerto, 1997, p. 36.

17. Ibid., pp. 36 y 37.18 Artículo 60.5 de la Convención de Viena que

excluye en este punto «a las disposiciones relativasa la protección de la persona humana contenidas entratados de carácter humanitario, en particular lasdisposiciones que prohíben toda forma de represa-lia con respecto a las personas protegidas por talestratados».

19. Situación que claramente pone de presente laprofesora Biglino Campos, quien sostiene que losderechos fundamentales «constituyen un punto bá-sico de referencia para los ciudadanos, no sólo porser garantías de la dignidad de la persona, sino tam-bién por constituir el fundamento de la legitimidaddel poder». PALOMA BIGLINO CAMPOS. “De quéhablamos en Europa cuando hablamos de derechosfundamentales”. Cit., p. 87.

20. MANUEL GARCÍA-PELAYO. Derecho Constitucio-nal Comparado. Madrid: Alianza, 1993, p. 19.

21. IGNACIO DE OTTO. Derecho Constitucional:Sistema de Fuentes. Barcelona: Ariel, 1991, p. 87.

22. Siguiendo la tesis del profesor JUAN LUIS

REQUEJO PAGÉS. Sistemas normativos, Constitucióny Ordenamiento. Madrid: McGraw Hill, 1995.

23. DULITZKY. “Los tratados de derechos humanosen el constitucionalismo iberoamericano”. Cit., p.135.

24. DULITZKY. La aplicación de los tratados sobrederechos humanos por los tribunales locales: unestudio comparado. Cit., pp. 41 a 51.

25. Entre ellos podemos mencionar al profesorGERMÁN BIDART CAMPOS quien defiende esta tesisen: “La interpretación del sistema de DerechosHumanos”. Revista del Instituto Interamericano deDerechos Humanos. San José de Costa Rica: InstitutoInteramericano de Derechos Humanos, Nº 19 (1994),p. 28.

26. JORGE VANOSSI. “La operatividad de las nor-mas internacionales. Cuestiones de orden constitu-cional”. En: Jurisprudencia Argentina (1993) pp.6 y 7.

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27. Constitución de la República Portuguesa en:GERMÁN GÓMEZ ORFANEL. Las Constituciones de losEstados de la Unión Europea. Madrid: Centro deEstudios Constitucionales, 1996, p. 472.

28. Constitución Española de 1978. En: MANUEL

ARAGÓN REYES y JUAN JOSÉ SOLOZÁBAL ECHAVARRÍA.Derecho Constitucional: Legislación. Madrid:McGraw Hill, 1995, p. 10.

29. PECES-BARBA. Curso de Derechos Fundamen-tales: Teoría General. Cit., p. 570.

30. ANTONIO PÉREZ LUÑO. Derechos Humanos.Estado de Derecho y Constitución. Madrid: Tecnos,1984, p. 256.

31. Correspondiendo a la categoría doctrinal de-nominada “interpretación desde los derechos funda-mentales”, ampliamente expuesta por: PÉREZ LUÑO.Op. cit., pp. 268 y ss.

32. PECES-BARBA. Curso de derechos fundamen-tales: Teoría general. Cit., p. 575.

33. Ibid., p. 576.34. FERNANDO GARRIDO FALLA. Comentarios a la

Constitución. Madrid: Civitas, 1980, p. 135.35. Para un estudio pormenorizado de esta enmienda

y proposición en el Congreso de los Diputados, ver:ALEJANDRO SÁIZ ARNÁIZ. La apertura constitucio-nal al derecho internacional y europeo de losderechos humanos. El artículo 10.2 de la Constitu-ción Española. Madrid: Consejo General del PoderJudicial, 1999, pp. 17 a 22.

36. JOAQUÍN RUIZ-GIMÉNEZ CORTÉS. “Artículo 10”.En: Comentarios a la Constitución Española de 1978.Madrid: Editorial de Derechos Reunidos, 1984, p.84.

37. ARACELI MANGAS MARTÍN. “Cuestiones dederecho internacional público en la ConstituciónEspañola de 1978”. Revista de la Facultad deDerecho de la Universidad Complutence, Nº 61(1980), p. 147.

38. Acepción que aparece acuñada con “gran vi-rulencia” por el senador socialista Sainz de Baranda(sic), como sucintamente reseña: MIGUEL ANGEL

APARICIO PÉREZ. “La cláusula interpretativa del ar-tículo 10.2 de la Constitución Española, como cláu-sula de integración y apertura constitucional a losderechos fundamentales”. Jueces para la democracia,Nº 6 (1996), pp. 9 y 10.

39. MANGAS MARTÍN. Op. cit., p. 149.40. Enmienda propuesta por el senador centrista

Jiménez Blanco, y que es reseñada por: SAIZ ARNAIZ.La apertura constitucional al derecho internacio-nal y europeo de los derechos humanos. Cit., p. 28.

41. RUIZ-GIMÉNEZ CORTÉS. Op. cit., pp. 85 y 86.

42. SÁIZ ARNÁIZ. La apertura constitucional alderecho internacional y europeo de los derechoshumanos. Cit., p. 29.

43. Entendiendo por tales, al conjunto de dere-chos públicos subjetivos consagrados por la Cons-titución que gozan de un status jurídico especial nosólo por su capacidad de vinculación general yeficacia inmediata, sino por la garantía constitucionalde su contenido esencial y la tutela judicial previstaen la misma Norma Fundamental. Ver: PEDRO CRUZ

VILLALÓN. “Formación y evolución de los derechosfundamentales”. Revista Española de DerechoConstitucional, Nº 25 (1989). Citado por: APARICIO

PÉREZ. “La cláusula interpretativa del artículo 10.2de la Constitución Española”, Cit., p. 10.

44. CRUZ VILLALÓN. “Formación y evolución delos derechos fundamentales”. Cit., p. 41.

45. Participan de esta tendencia PEDRO CRUZ

VILLALÓN (Op. cit., pp. 41 ss.) y el Tribunal Consti-tucional, quien ha limitado aún más la categoría delos derechos fundamentales circunscribiéndolos sóloa los contenidos en la Sección I (artículos 15 a 29)del Capítulo II del Título I de la CE (STC 26/1987,de 27 de febrero, F.J. 4ª).

46. Confirman esta posición: ANTONIO PÉREZ LUÑO

(Los derechos fundamentales. Madrid, 1988, pp. 160ss.), LUIS PRIETO SANCHÍS (Estudios sobre derechosfundamentales. Madrid, 1990, pp. 75 a 109), JORGE

DE ESTEBAN y PEDRO GONZÁLEZ-TREVIJANO (Curso deDerecho Constitucional Español, Vol. I. Madrid,1992, pp. 271 y 272), entre otros. Es importanteresaltar que los dos últimos autores reconocen talcalidad a todos los derechos del Título I CE, clasi-ficándolos en: Derechos fundamentales básicos(artículos 14-20), Derechos fundamentalescomplementarios (artículos 30-38) y Derechosfundamentales informadores (artículos 39-52).

47. SOLOZÁBAL ECHAVARRÍA. “Algunas cuestionesbásicas de la Teoría de los Derechos Fundamentales”.Cit., p. 92.

48. SÁIZ ARNÁIZ. La apertura constitucional alderecho internacional... Cit., pp. 74 a 79.

49. Ver: Capítulo IV: “El parámetro interpretativo:la Declaración Universal de Derechos Humanos ylos tratados y acuerdos internacionales sobre lasmismas materias ratificados por España”. En: SÁIZ

ARNÁIZ. La apertura constitucional al derechointernacional... Cit., pp. 87 a 115.

50. STC 102/ 1994, de 11 de abril, F.J. 3; STC 259/1994, de 3 de octubre, F.J. 1; y STC 89/1995, de 6de junio, F. J. 4., donde de forma constante se aludeal Séptimo Protocolo del Convenio Europeo de De-rechos Humanos, aún no ratificado.

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51. Entre ellos el profesor JUAN LUIS REQUEJO PAGÉS,ver: Sistemas normativos, Constitución y Ordena-miento. Madrid: McGraw Hill, 1995; el profesorGREGORIO PECES-BARBA, ver: “Génesis de losDerechos fundamentales y libertades públicas en laConstitución Española de 1978”, Cit., p. 186; y elprofesor MIGUEL ANGEL APARICIO REYES, ver: “Lacláusula interpretativa del artículo 10.2 de la Cons-titución Española, como la cláusula de integracióny apertura constitucional a los derechos fundamen-tales”. Cit., pp. 11 a 13.

52. Estando a la cabeza de la tendencia la profesoraARACELI MANGAS MARTÍN, ver: “Cuestiones de de-recho internacional público en la Constitución Es-pañola de 1978”. Cit., pp. 151 y 152; y el profesorALEJANDRO SÁIZ ARNÁIZ, ver: La apertura constitu-cional al derecho internacional... Cit., pp. 123 y 124.

53. SÁIZ ARNÁIZ. La apertura constitucional alderecho internacional... Cit., p. 124.

54. LORENZO MARTÍN RETORTILLO e IGNACIO DE OTTO

Y PARDO. Derechos fundamentales y Constitución.Madrid: Civitas, 1988, pp. 83 a 91.

55. TOMÁS DE LA QUADRA-SALCEDO Y FERNÁNDEZ

DEL CASTILLO. “Tratados internacionales y aperturade los derechos fundamentales”. Revista de laFacultad de Derecho de la Universidad Complutence,Nº 61 (1980), pp. 129 a 141.

56. Criterio que ha sido puesto de presente por elTRIBUNAL CONSTITUCIONAL, ver: STC 36/1991, de 14de febrero, F.J. 5; STC 64/1991, de 22 de marzo,F.J. 4; STC 105/1994, de 11 de abril, F. J. 5; STC

181/1994, de 20 de junio, F. J. 2; STC 77/1995, de22 de mayo, F. J. 2; y STC 51/1996, de 26 de marzo,F. J. 1. Citado por: SÁIZ ARNÁIZ. La aperturaconstitucional... Cit., p. 235.

57. MANGAS MARTÍN. Op. cit., p. 150.58. Artículo 94.1. CE según el cual: «La presta-

ción del consentimiento del Estado para obligarsepor medio de tratados o convenios requerirá la previaautorización de las Cortes Generales, en los siguientescasos: c) Tratados o convenios que afecten a la

integridad territorial del Estado o a los derechos ydeberes fundamentales establecidos en el Título I».

59. Considerado hoy como el «imprescindible quin-to método de interpretación de los derechos funda-mentales» por: PETER HÄBERLE. “Efectividad de losderechos fundamentales en el Estado constitucio-nal”. En: ANTONIO LÓPEZ PINA (Dir.). La garantíaconstitucional de los derechos fundamentales. Ale-mania, España, Francia e Italia. Madrid, 1991, p.271.

60. Al respecto ver: RUIZ-GIMÉNEZ CORTÉS. Op. cit.,pp. 133 a 142.

61. JUAN JOSÉ SOLOZÁBAL ECHAVARRÍA. “Notas sobreinterpretación y jurisprudencia constitucional”.Revista de Estudios Políticos, Nº 69 (1990) p. 180.

62. MANGAS MARTÍN. Op. cit., p. 151.63. Ibid., p. 153.64. EDUARDO GARCÍA DE ENTERRÍA. El Tribunal

Europeo de Derechos Humanos. Madrid: Civitas,1989, pp. 180 y 181.

65. STC 64/1991, de 22 de marzo, F. J. 4, según lacual, el artículo 10.2: «no convierte a tales tratadosy acuerdos internacionales en canon autónomo dela validez de las normas y actos de los poderes pú-blicos desde la perspectiva de los derechos funda-mentales. Si así fuera, sobraría la proclamaciónconstitucional de tales derechos, bastando con queel constituyente hubiera efectuado una remisión alas Declaraciones internacionales de Derechos Hu-manos o, en general, a los tratados que suscriba elEstado español sobre derechos fundamentales y li-bertades públicas».

66. CARLOS FERNÁNDEZ DE CASADEVANTE. Laaplicación del Convenio Europeo de DerechosHumanos en España. Madrid: Tecnos, 1988, p. 55.

67. REY MARTÍNEZ. “El criterio interpretativo delos derechos Fundamentales conforme a normasinternacionales..”. Cit., pp. 3617 y ss.

68. FRANCISCO RUBIO LLORENTE. Derechos Funda-mentales y Principios Constitucionales (Doctrinajurisprudencial). Barcelona: Ariel, 1995, p. 78.

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