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Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
1
LA POESÍA UN ARTE DE
CONJUGACIÓN Y
BELLEZA
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
2
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
3
LA POESÍA UN ARTE DE
CONJUGACIÓN Y
BELLEZA
Ángela Dayana Pérez
Villalobos.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
4
A mis padres que con sus cartas de amor iniciaron mi
mundo en la poesía.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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Ilustrador Abel Augusto Pérez Villalobos.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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PRÓLOGO
“Investigue la causa que le impulsa a escribir; compruebe si se extiende a sus
raíces por las mayores profundidades de su corazón confiésese a sí mismo si
tendría que morirse si se le prohibiera escribir”
Rainer María Rilke
Este escrito explicará e interpretará las razones por las cuales escribo, pasando por
varios momentos de mi producción escrita, en los cuales han intervenido diversas
causas, materias del colegio, docentes, personas, creencias religiosas, entre otras
muchas cosas; en el texto encontrará cómo la escritura ha influido mi vida.
A los doce años estudiaba en un colegio llamado Madre Paula Montal; es un
colegio católico, en el cual se me inculcaron muchos valores y el cual daba una
importancia diferente a las artes; así fue como conocí a Juan Carlos Cepeda
Hernández. (Docente en 1999 de español) Juan fue un descubrimiento en mi vida
literaria. Lo primero que recuerdo de Juan es su bella letra, ¡vaya si tenía una
caligrafía que nada pudiera envidiarle a una máquina de escribir! él nos enseñaba
tantas cosas que aún recuerdo, como la conjugación correcta de los verbos en
español, tipos de oraciones, pero hubo una clase que llamó mucho mi atención,
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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debíamos consultar la biografía de José Asunción Silva y aprender de memoria el
Nocturno tercero.
“UNA NOCHE NOCTURNO III
Una noche
una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de música de älas,
Una noche
en que ardían en la sombra nupcial y húmeda, las luciérnagas fantásticas,
a mi lado, lentamente, contra mí ceñida, toda,
muda y pálida
como si un presentimiento de amarguras infinitas,
hasta el fondo más secreto de tus fibras te agitara,
por la senda que atraviesa la llanura florecida
caminabas,
y la luna llena
por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca,
y tu sombra
fina y lánguida
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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y mi sombra
por los rayos de la luna proyectada
sobre las arenas tristes
de la senda se juntaban.
Y eran una
y eran una
¡y eran una sola sombra larga!
¡y eran una sola sombra larga!
¡y eran una sola sombra larga!
Esta noche
solo, el alma
llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte,
separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia,
por el infinito negro,
donde nuestra voz no alcanza,
solo y mudo
por la senda caminaba,
y se oían los ladridos de los perros a la luna,
a la luna pálida
y el chillido
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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de las ranas,
sentí frío, era el frío que tenían en la alcoba
tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,
¡entre las blancuras níveas
de las mortüorias sábanas!
Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte,
Era el frío de la nada...
Y mi sombra
por los rayos de la luna proyectada,
iba sola,
iba sola
¡iba sola por la estepa solitaria!
Y tu sombra esbelta y ágil
fina y lánguida,
como en esa noche tibia de la muerta primavera,
como en esa noche llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas,
se acercó y marchó con ella,
se acercó y marchó con ella,
se acercó y marchó con ella... ¡Oh las sombras enlazadas!
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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¡Oh las sombras que se buscan y se juntan en las noches de negruras y de
lágrimas!...”
Realicé la tarea, en efecto, la biografía sin embargo, no despertó gran interés en mí,
aparte de escandalizarme un poco por el supuesto amor de Silva por su hermana;
pero cuando leí el nocturno por primera vez fue apoteósico; era una sensación
recién descubierta que me desbordaba el alma, las palabras se sucedieron una y
otra vez en mi mente y leía una y otra vez el poema, desnudándolo encontrando su
significado, pero para mí no era suficiente, sentía con mi imaginación: la noche, el
perfume, veía las luciérnagas, escuchaba los ladridos de los perros, veía la luna
clara, las sombras, las lágrimas, y fue entonces que me di cuenta de que no estaba
leyendo el poema; lo estaba gritando uno a uno cada verso, no me alcanzaba el
alma, para leerlo en silencio, lo gritaba a viva voz una y otra vez , hasta que no
tuve que leer una sola línea, lo sabía.
No sabré nunca porqué, pero una cosa estuvo clara: amaba ese poema, lo escribí en
una hoja de papel blanca y quemé los bordes (era algo que a mis padres se les
antojaba hacer con sus cartas de amor) Y luego releí la biografía de Silva y
entonces comprendí por qué había muerto; así pasaron los días hasta que
calificaron el poema; fui la primera en recitarlo, quise serlo, porque quería que la
tristeza, la sensación que me inundaba el alma saliese y se encontrase con los
demás; recuerdo que quería gritarlo, pero como era una evaluación decidí
contenerme y decirlo verso por verso, fue difícil; no porque no lo supiera, sino
porque para mí no era suficiente decirlo en voz alta; quería gritarlo, mi cuerpo
comenzó a delatarme y las manos empezaron a temblar, cuando finalicé, mis
piernas temblaban, casi agradecí la consistencia de la silla y la orden de Juan al
decir: Gracias Siéntate.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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Desde aquel momento me supe suya, la poesía hablaba y mis atentos oídos
permanecían exhaustos, dependientes de ella. Mi vida estaría inmersa en poesía.
Juan por su parte, nos invitó a crear poemas; recuerdo haber realizado algunos,
sólo que tenía la costumbre de compararlos con los de Silva. Así que todos me
parecían ínfimos, pero de igual manera seguí escribiendo y lo mejor empecé a leer;
debo agradecer en este punto a mis padres, pues tenían una biblioteca modesta,
pero ¡vaya si había cosas hermosas ahí; recuerdo que en aquella biblioteca estaba
Romeo y Julieta y fue la primera vez que leí a William Shakespeare; sonrío al
pensarlo y al tiempo se me nublan los ojos de lágrimas; cuando leí esta obra era de
noche, era una noche clara… El cielo era negro, tan negro y había pocas estrellas
pero tan brillantes y claras, había poesía en aquel cielo, recorrí la obra ávida de
poesía, de metáforas, de la misma historia, tan bella, tan reveladora de las pasiones
del ser humano, fue el primer libro que leí completo. Y la poesía que encontré allí
fue delirante:
“¡Ojos, mirad por última vez! ¡Brazos, dad vuestro último abrazo! Y labios,
puertas del aliento, ¡sellad con un beso un trato perpetuo con la ávida Muerte! Ven,
amargo conductor; ven, áspero guía. Temerario piloto, ¡lanza tu zarandeado navío
contra la roca implacable! Brindo por mi amor. ¡Ah, leal boticario, tus drogas son
rápidas! Con un beso muero.” (Shakespeare, Romeo y Julieta)
Nunca habrá alguien que pueda quitarme la felicidad de aquella noche, la felicidad
que me otorga la poesía; desde aquel tiempo todo en mi vida fueron palabras, son
palabras, y serán palabras. De esta manera encuentro mis esperanzas, mis pasiones,
mis alegrías, mis virtudes, mis sueños, mis tristezas… Todo cobra sentido en la
poesía; creo que lo mejor que le puede pasar a un poeta es vivir, sufrir, como en
Romeo y Julieta, los sentimientos son casi inexplicables, solo a través de la poesía
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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se realiza una catarsis, se encuentra en cada palabra una lágrima una manera de ser,
de ser POETA; por eso escribí este poema: curioso
CURIOSIDAD
Curioso es curioso lo que curioseo en sus ojos,
Es curioso lo que curioseo en sus labios.
Curiosos son los besos que regala.
Curiosamente la curiosidad alberga
Un extraño sentido curioso
De tener curiosidad.
Curioso es amar a alguien
Tan curioso como tú.
En definitiva es curioso ser curioso
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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Y ser curioso es demasiada curiosidad para alguien
curioso.
Algún tiempo después llegó el amor y con él las desdichas, las delicias; la mejor
forma de entender el amor es la poesía; había leído para este entonces a Baudelaire,
Rimbaud, Neruda, Benedetti, Luis Cernuda, Shakespeare; poemas, Leopoldo
Lugones, Gabriela Mistral, Silva, Gustavo Adolfo Becquer, tantos y de tan
diversas maneras, pero todos inigualables, pero sólo enamorarme por primera vez
llenaría mis páginas de poesía; no habría otra forma de expresión.
Mi primer amor no fue correspondido, por ello era doloroso; la poesía de esta
época está llena de fantasías, hay en ella un dolor palpable y una entrega hacia lo
desconocido; es lo que más me gusta de lo que he escrito. Quizás me gusta porque
es inocente, tan puro, tan inhumano, y desde luego por que empezó un periodo en
el cual no importaba el qué dirán; dejé de comparar mis escritos con los de los
grandes autores. Coincide este periodo con la enseñanza de la filosofía, pues estaba
en los últimos años del colegio y veíamos la filosofía existencialista, la angustia
frente a la muerte, darme cuenta que el hombre depende de su existencia y está
entre dos nadas: el nacimiento y la muerte, determinada por otra nada: el tiempo.
La existencia es lo único que tiene el hombre. La existencia antecede a la esencia.
Cuando entendí este tipo de filosofía, empezó un período en el cual si bien quería
escribir también quería desligarme de todo.
Empecé a crear poemas ya no me importaba mucho si el poema estaba completo o
tenía sentido, sólo creaba frases al azar pero seguía absolutamente enamorada y no
correspondía a mi alma de poeta dejar ir aquel sentimiento; así que mucha de mi
poesía fue escrita en momentos de tristeza a causa de este desamor; la inspiración
llegaba como un soplo de vida: ese cantar de las musas se congela durante un
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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segundo y luego se disuelve como la suave fragancia de una flor. Al segundo de
haber inspirado su aroma profundamente y luego sólo nos queda la sensación, el
leve recuerdo… Todo iba creciendo con el tiempo; tanto mis poesías como mis
lecturas; pronto también tome afición no solo por la lectura de la poesía sino
también por la literatura completa: ensayos, novelas, cuentos, poemas épicos,
entrevistas tantas cosas que nutrían en cierto grado mis escritos; por ejemplo en
este tiempo escribí: enséñame
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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ENSEÑAME
A tocarte
y a quererte
A amarte
y a besarte
A adorarte
y a acariciarte
A escribirte
y a mirarte
A soñarte
Y a descubrirte
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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A recorrerte
Y deleitarte
Prometo no defraudarte
como tu amante
Quiero agradecerte
por amarme.
Así pasaron los años, escribiéndome, untándome de poesía, admirando a más
autores; conocí el amor, conocí a un príncipe troyano, lo perdí, y luego conocí a un
músico, pronto los poemas dejaron de ser una fantasía y fueron una aserción de lo
que vivía; pronto se fueron desplegando poemas tan inesperados llenos de
felicidad; de persuasiones, de contrariedades, las posibilidades se extendieron.
Entendí qué era realmente el ritmo; comprendí efectos básicos que podían aplicarse
a la poesía que creaba; Y nunca había tenido en cuenta primero por falta de
conocimientos y segundo por mi acercamiento a la filosofía existencialista, cuando
empecé a ver conceptos importantes como: ritmo, rima; empecé una nueva etapa
de creación; además de realizar algunas creaciones para el músico, lo que exigía un
esfuerzo más a la hora de componer, fue la primera vez que empecé a escuchar
canciones y a analizarlas en su forma y contenido; además empecé la universidad;
según el semestre me interesaba más por algún tema, cada semestre ahondaba más
en algún tema fundamental en literatura ya sea francesa, italiana, griega, entre
muchas otras.
Marca para mí un periodo clave, la literatura colombiana además de ser esclava de
Silva, empecé a conocer autores de talla grande como: León de Greiff, Luis
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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Vidales, Aurelio Arturo, Rafael Maya, Jorge Gaitan Duran y otros autores que mis
compañeros descubrían y me los recomendaban como: Julio Florez, Gonzalo
Arango.
La exigencia de la universidad fue clave en mi formación, puesto que debía leer,
para responder a mis trabajos y también para compartir experiencias en el aula de
clases, pero fue hasta séptimo semestre que cursé gramática lírica; en esta clase
termine de entender la versificación en todas sus formas, el contenido; fue
abrumador, demasiadas cosas que quería aplicar de inmediato a mis escritos,
versos endecasílabos sinalefa, estrofas triadas, rima asonante, gracias a mis
profesores durante este tiempo, porque me ayudaron a componer mejor mis
escritos y a dar claridad sobre la teoría gramatical. Esto me ayudó a realizar
creaciones métricas; por ejemplo este poema que es un soneto con rima consonante
en versos endecasílabos que se llama “en esta tempestad oscura”
Echo mi vida a la suerte
En esta tempestad oscura.
Bienvenida sea mi muerte
Entrégome a la locura
Echo mi vida a la suerte
En esta tempestad oscura.
Más allá llámame placer
Hoy, y ahora debo morir
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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Bajo la luz del amanecer
Hoy no hay nada ¿qué escribir?
Sólo tal vez que ya no estás
Amado mío, vuelve ahora
Mi alma está llena de tristezas
Tu hermoso perdón, ruego
Mis lentas y absortas horas
Consumidas por el fuego.
A medida que el tiempo pasa empiezo a darme cuenta lo importante de la literatura
en mi vida, la visión del mundo a través del arte, la visión apoteósica de Dios, es
una etapa en la cual me encuentro, la producción escrita está donde quiera que
mire: en la sociedad, en la rebeldía, en la universidad, en la iglesia, en diferentes
ámbitos; la creación de mis poemas llega en una simple línea, como ésta: …quiero
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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tus vocablos desnudos en mi voz… o la composición de un poema por la calle que
se titula “el aliento de dios”
El aliento de Dios
El aliento de Dios
Se ve en las fuentes
Cuando el agua cae
Con gracia sobre el aire.
Se desplaza suavemente
A través del aire
Y el sol lo toca
Húmedo, clandestino, brillante.
El aliento de Dios
Nos hace inmensamente
… humanos.
Los vestigios de tu ausencia
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Y aun así toda su infinita grandeza
Se contempla
En los diminutos detalles.
En este poema trato de entender la belleza divina, cómo los seres humanos la
buscamos en las grandezas y no en las simplicidades de la vida; también aborda la
inmediatez de la que somos objeto, pues nuestra vida pasa tan rápido una y otra
vez que no nos detenemos a ver una fuente; que es la inspiración de Dios sobre las
gotas y el viento fresco que representan el aliento divino, al ser estos dos
elementos fundamentales en la vida del ser humano. Finalizo con esta cita de Jorge
Luis Borges “he encontrado placer en muchas cosas: nadar, escribir, contemplar
un amanecer o un atardecer, estar enamorado. Pero el hecho central de mi vida
ha sido la existencia de las palabras y la posibilidad de entretejer y transformar
esas palabras en poesía”
Este trabajo me llevó a pensar acerca de mi relación con la literatura y más
exactamente en mi relación con la poesía, aunque siempre supe que la poesía
estaba muy ligada a mis experiencias personales, me doy cuenta de que estoy en
una etapa de creación diferente a las anteriores y en la cual espero producir varios
poemas que den cuenta de una relación social y académica mía para con el mundo.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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LOS VESTIGIOS DE TU AUSENCIA
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
22
CONTENIDO
EL HADA DEL LAGO Y SU AMANTE ........................................... 24
LA OSCURA NOCHE ...................................................................... 29
RECORDANDO ................................................................................ 31
ENSEÑAME ..................................................................................... 32
CURIOSIDAD .................................................................................... 33
QUISIERA ....................................................................................... 34
DOLOROSO AMOR ......................................................................... 35
BESAME .......................................................................................... 37
SUEÑO DE UNA FANTÁSTICA LOCURA ..................................... 38
ME GUSTA, ME GUSTARÍA, ME GUSTAS... ............................... 40
ECHO MI VIDA A LA SUERTE ........................................................ 41
EN ESTA TEMPESTAD OSCURA. ................................................. 41
EL VIENTO CRUZA POR EL FUEGO ............................................ 42
EL ALIENTO DE DIOS .................................................................... 43
SUEÑAS ......................................................................................... 44
TRISTEZA ...................................................................................... 45
TU MIRADA ..................................................................................... 46
QUIZÁS .......................................................................................... 47
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
23
SIENTES .......................................................................................... 48
LENTAMENTE ................................................................................. 49
HAY DÍAS ......................................................................................... 50
CORAZÓN ....................................................................................... 51
SÓLO SUEÑOS ............................................................................... 52
OTOÑO ............................................................................................. 53
LUNES ............................................................................................ 54
MI CORAZÓN .................................................................................. 55
TIEMPO ............................................................................................. 56
LIBERTAD ........................................................................................ 58
EL ESCULTOR DE SU ALMA ......................................................... 60
SOLEDAD ......................................................................................... 62
Y AHORA DEBO .............................................................................. 63
SI FUESE......................................................................................... 64
SI HUBIERA ALGO ......................................................................... 65
NADA IMPORTA ............................................................................. 66
MIEDO .............................................................................................. 67
JAMÁS .............................................................................................. 68
DILEMA ............................................................................................ 69
SOLO TÚ .......................................................................................... 70
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
24
I
EL HADA DEL LAGO Y SU AMANTE
Creada con el frenesí
Fantástico del amante
Dueño de su vida y
Sin control de su fantasía.
Juguete del destino
Presa de una pasión
Descorazonada
Espera la suntuosa
Aparición de ella
Su amante bella
Cada noche cuando
El último rayo de sol
Efímero y fugaz
Se extingue entre las aguas
Entre sombras claras
Como desdibujadas por los fulgores de la tarde
Enredada entre las aguas su figura permanece,
Aparece y junto con ella.
En él brota una mirada
Que enciende en su pecho
Un deseo absurdo e irrealizable
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
25
Aparece llena de vida.
Toda tal cual era,
Incorpórea como el aire
Volátil como el fuego
Nítida como la luz de luna
Serena en un cielo azul
Luminoso y trasparente
Como si no fuese
Atravesada por los hilos
De luz en la suave
Luna en apogeo
El misterioso silencio
Que la envuelve, la
Hace más intangible.
Y brilla el agua
Con los rayos
De la luna exigua
Ella interesante hada,
Su mirada zafirina
No comunica nada;
Como una estatua permanece ante sus miradas
El amante intentaba
Arrancar de sus labios
El secreto de su existencia
El profundo secreto
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
26
Que le da la dulce razón
De su propia existencia
Sobre un lago flota ella,
Su vestido, sus pliegues,
Se enredan suavemente
Con el aire, se deslizan
En el agua y
Se pierden de repente.
Con la sutil canción que
Entona el viento.
Fascinado por el brillo
De su mirada fugaz,
Trasparente, llena de luz
Y su belleza extraordinaria.
Sus cabellos de plata
Permanecen flotando en el aire,
Su pálida piel asemeja el gris de las cenizas
De algo que fue hermoso,
Sus ojos azules dos zafiros a la luz de la luna llena,
Brillan en todo su esplendor.
Ella había sido creada
Para soñar el amor
No para vivirlo.
Y hay quienes se preguntan…
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
27
¿Y cómo es el amor de un sueño efímero?
¿Dónde una quimera termina?
¿Dónde una fantasía acaba?
Es un amor momentáneo,
Un destello de luz
En una noche vacía sin fondo y oscura
¡Le vio!
Y...
Expiró su sueño
Cuando ella le decía en versos
Envueltos en música
Que le amaba
Le amaba más
De lo que él
Jamás podría amarla.
Que lo amaría
Sin contemplaciones
Sin los años que acaban con nuestros cuerpos
Sin caricias tentadoras
Sin los besos que acaparan nuestro aliento
Ni límites racionales
Con un cariño extraño y misterioso
Para siempre
Subrepticio aunque fugaz e incorpóreo.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
29
II
LA OSCURA NOCHE
Fue una oscura noche, en la que el error tocó a mi puerta; sin quererlo abrí.
Su viejo rostro me recordó el olor macilento y marchito del ayer,
Pude haberlo evitado, pero tal vez no quise.
Pude haberlo evitado, pero el universo entero conspiraba contra mí,
¿A quién engaño? No pude evitarlo.
Las estrellas brillaban con toda lucidez,
Tan hermosas y lejanas como la tristeza.
¡Sí! Porque la tristeza es hermosa, tan hermosa...
Pero hermosa y todo duele.
La luna, la serena y brillante luna en perigeo,
Qué bella resultaba ser,
Cuando él besaba todo lo que soy,
Todo lo que un día fui
Y todo lo que hubiese podido ser.
El error se sentó a mi lado,
Conversó un rato y luego se marchó con él...
Ya sabía que no tenía caso,
¿Para qué luchar una guerra ya perdida?
No había batalla, no había nada.
El perdedor ya estaba designado y era yo.
Qué engañosa es la distancia
Por que cuando creí ser feliz
De repente estaba triste.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
30
Él ya no estaba conmigo,
El error lo arrastro, lejos de mí,
Lejos de mi daño,
Lejos de mi amor.
Y cuando creí poder morir porque estaba sin él,
Aún faltaba lo peor,
Él me lo había advertido...
Llegaría el horror a mi vida,
Luego del error
Y ahí fallé de nuevo.
¿Pero yo, solamente humana, qué hubiese podido ganar en aquel juego?
Ahora como desde hace muchas lunas ya no me altero tanto, cuando la puerta se
desliza sobre la alfombra
Y el horror con su sombra lánguida, sombría y taciturna,
Ve mi alma destrozada,
Llena de melancolía y de tristeza,
De estar sin su presencia, sin él y sin su amor.
Cuando el horror conversa de temas sacros y siento la pesadez de su silencio
Y su mirada absurda cargada de sonrisas
Y fulminantes dudas congeladas en el frágil tiempo, pienso,
¿Me habrá amado?
El error y el horror ríen, pues vengaron a su progenitora utilizándome como su
escudo.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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III
RECORDANDO
Ya ni siquiera lo recuerdo
Pero retengo sus besos en mi cuerpo
Es como un dócil recuerdo
Que mi memoria no logra descifrar
Y recordando...
No puedo sostener el llanto,
Que trato de ahogar en mi garganta
Mas el aire se me cuela
Y de nuevo brotan las lágrimas
Él se ha ido...
Se fue sin ni siquiera despedirse
¿Tan grata fue mi ausencia?
Y ahora pido su amor
Como enfermiza de su falta;
Que me llena el corazón y la mente
Mientras mi alma repite:
"ayúdame a tapizar de tu ausencia todo"
Para que la calma perdure
Hasta no tenerte nuevamente
Como te tuve desde el primer día que te conocí
Y quizá desde aquel momento estuve enamorada
De tu voz absurda y tu risa extraña...
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
32
IV
ENSEÑAME
A tocarte
Y a quererte
A amarte
Y a besarte
A adorarte
Y a acariciarte
A escribirte
Y a mirarte
A soñarte
Y a descubrirte
A recorrerte
Y deleitarte
Prometo no defraudarte
Como tu amante
Quiero agradecerte
Por amarme.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
33
V
CURIOSIDAD
Curioso es curioso lo que curioseo en sus ojos,
Es curioso lo que curioseo en sus labios.
Curiosos son los besos que regala.
Curiosamente la curiosidad alberga
Un extraño sentido curioso
De tener curiosidad.
Curioso es amar a alguien
Tan curioso como tú.
En definitiva es curioso ser curioso
Y ser curioso es demasiada curiosidad para alguien curioso.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
34
VI
QUISIERA
No sabes cuánto quisiera encontrar el color de tu mirada,
Hacerte sonreír en la mañana...
O poder describir en tan solo una frase lo que siento.
Algún día podré hacerlo
Y ese día seré la poseedora de tus besos
Y me pertenecerán todos tus sueños
Y la inspiración de tus versos.
¡Oh! dulce miel que atraviesa los sentidos
Maravilla del cielo,
Que los sentidos embriagan...
Y sé que no encontraré a nadie como tu
Tal vez será por ello que quisiera estar contigo.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
35
VII
DOLOROSO AMOR
Doloroso amor
Amor doloroso,
Que se adentra en el pecho,
Como el aire
Suave y profundo.
Doloroso amor
Amor doloroso,
Que es fuerte
Más sólido
Que una roca al mar.
Doloroso amor
Amor doloroso,
Fuerte como una roca
Que resiste
El duro golpe
Del oleaje
En un acantilado.
Doloroso amor
Amor doloroso,
Amor poséeme ahora
Que cuando muera
Ya no habrá nada
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
36
Doloroso amor
Amor doloroso,
Que me arranca el alma
Y deshace de mi boca los sabores
Llena el mundo
Con tus pérfidos colores.
Ámame ahora
Llévame al umbral de la vida
Rompe en mil pedazos la esperanza
Y llena con tus espinas mi dolor.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
37
VIII
BESAME
Bésame un día en un rincón
Y no me digas la razón
Bésame una tarde de primavera
Y diré que dulce vida era
Bésame una noche estrellada
Y una maravilla será hallada
Bésame muchas veces donde quieras
Como quieras, cuando quieras
Bésame que yo responderé a tus dulces besos.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
38
IX
SUEÑO DE UNA FANTÁSTICA LOCURA
Cuando caiga la negra noche y la reina Mab
Se pose en tus sueños.
Esparciendo en el aire una estela de hielo escarchado,
Paciente entre los olores de la fría noche,
Colándose en su pequeño carruaje
A hurtadillas en tu sueño:
De repente estarás en un bosque encantado.
Con negras flores sin colores y el frio césped
El resplandor de la luna se posará
Sobre la copas de los árboles frutales.
Y en medio de la fascinación y la locura
Aparecerá la ninfa del bosque,
Con galas blancas y sueltas como el aire.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
39
El esperado sol de media noche
Sobre el oscuro y espeso bosque
Un bello y apasionado beso te dará
Despierta...
Amor, despierta...
Que sonreías extasiado mientras dormías
Ella te dirá
Era sólo un sueño y nada más,
Un bello sueño que no volverás a ver jamás.
Pero esta noche tú sabes que vendrá…
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
40
X
ME GUSTA, ME GUSTARÍA, ME GUSTAS...
Me gusta que estés conmigo,
Me gustaría contigo amanecer,
Me gustas cuando sonríes.
Me gusta que digas te quiero,
Me gustaría acariciarte lento,
Me gustas cuando eres detallista.
Me gusta cuando me miras fijamente,
Me gustaría que me mires profundamente,
Me gustas cuando me tomas por almohada.
Me gusta cuando buscas respuestas en mi mirada
Me gustaría ser tuya para siempre
Me gustas más cuando estás peligrosamente cerca.
Me gusta amarte
Me gustaría amarte
Me gustas amándome.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
41
XI
ECHO MI VIDA A LA SUERTE
EN ESTA TEMPESTAD OSCURA.
Bienvenida sea mi muerte
Entregome a la locura
Echo mi vida a la suerte
En esta tempestad oscura.
Más allá llámame placer
Hoy, y ahora debo morir
Bajo la luz del amanecer
Hoy no hay nada
¿qué escribir?
Sólo tal vez que ya no estás
Amado mío vuelve ahora
Mi alma está llena de tristezas
Tu hermoso perdón, ruego
Mis lentas y absortas horas
Consumidas por el fuego.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
42
XII
EL VIENTO CRUZA POR EL FUEGO
Leer a Baudelaire de repente entre las tinieblas,
Socavando el alma con sonidos oscuros
Que entiende mi alma
Y se sufren en el silencio de las horas nocturnas,
Nada más, nada
Se compara con extrañarte a ti sol,
Y el mar se oculta bajo mi alma
Trayendo melancolía pura ahora.
Ah… el dolor me estruja el corazón
Las lágrimas escapan, se deslizan
Si, han recorrido un largo camino
Un tortuoso sendero de fuego.
En la planicie de mis mejillas.
El tiempo me recorre, lentamente
Soñando, recordando días pasados
Y la tristeza parece ahondarse.
Rápido el viento cruza por el fuego
A través de mis pensamientos y soy
Sólo alguien en tu pasado que te amó.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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XIII
EL ALIENTO DE DIOS
El aliento de Dios
Se ve en las fuentes
Cuando el agua cae
Con gracia sobre el aire.
Se desplaza suavemente
A través del aire
Y el sol lo toca
Húmedo, clandestino, brillante.
El aliento de Dios
Nos hace inmensamente
… humanos.
El aliento de Dios gira la moneda
Del lado correcto
Cuando los dedos humanos
La lanzan al aire.
Y aun así toda su infinita grandeza
El aliento de Dios
Se contempla
En los diminutos detalles.
En los tréboles de cuatro hojas,
En el éxtasis contenido en el olor del fruto de un eucalipto,
En el sonido de la lluvia cuando cae sobre los pinos frescos del bosque,
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
44
He ahí el Aliento de Dios…
XIV
SUEÑAS
Sueñas que algún día te dirá te amo,
Pero no sabes si está enamorado.
Sueñas fantasías de colores infinitas,
Con unicornios alados,
Pero no sabes si aun está enamorado.
Sueñas cantos fantasmales:
Que jamás vendrán a tu lado
Tormentosos que detienen tu sueño
Y dan origen en tus ideas irreales
.
Sabes que está profundamente enamorado
Pero no justamente de ti.
Un haz de dolor atraviesa tu corazón
Cuando descubres que ella es igual a ti
No sueñes la vida, ¡vívela!
Pero sabes que algún día vendrá será un gran amor.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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XV
TRISTEZA
Una tristeza inmensa invade mi corazón
Cuando siento que tus ojos me atraviesan
Y siento que mi vida ya no está.
Ya sé que no me amas.
Ya lo sé…
Eres la luz de mi alma
Ya lo sé…
Eres la alegría de mi ilusión.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
46
XVI
TU MIRADA
Tú mirada era tan llena, tan fría,
Y yo que te obsequiaba mi amor
Tan cálido, tan dulce
Como el néctar de una flor
Una azucena y una orquídea blanca
Eran el color de mi amor.
El necio Cupido
Que clavó aquella flecha
Tan doliente,
De tan dulce y amargo amor,
Que día a día consume mi alma.
Una lágrima de ternura derramada en un mar de amargura
El gran sol que nunca había visto.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
47
XVII
QUIZÁS
Me enseñaste a pedir demasiado
Quizás pase del otro lado
Me enseñaste un cielo más profundo
Me enseñaste a ahogar las penas en mi llanto.
No pude detener las alas del viento para que te quedaras a mi lado
Robaste uno a uno mi corazón en mil pedazos
Quizás te entregué demasiado
No quise amarte tanto
Quererte fue mi vida
Mi vida fue la tuya
Y ahora rota porque ya no estás.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
48
XVIII
SIENTES
Cuando sientes que no hay nada porqué ni para qué vivir,
Cuando tu alma se desgarra sin razón
Y queda un zumbido del amor
Sueltas una lágrima y sucesivamente recuerdas
Cada instante vivido junto a él
Y en algunas ocasiones, sonríes y piensas…
Sientes que amar es desgarrar tu alma sin razón
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
49
XIX
LENTAMENTE
Tristemente su vida se iba
Lentamente
Y mi fiel amigo ya no estaba
Mi vida se quería ir con la suya,
Lentamente su enfermedad lo carcomía
Su vida no era suya; era de la cruel muerte
Que decidía si lo dejaba o lo llevaba
Con sus ojos negros me pedía que lo liberara de la cruel muerte
Yo nada podía hacer solo brindarle mi cariño como el primer día.
Batía su cola despacio y me olía saltando aquel día
La muerte lo arranco de mí, y en una ola de llanto se fue…
Atada a tus recuerdos me deje,
Conteniendo el aliento te enterré,
Y mi corazón encerré.
Los vestigios de tu ausencia
Ángela Dayana Pérez Villalobos
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XX
HAY DÍAS
Hermosos por que el sol sale todas la mañanas y estás conmigo
Nublados, porque mis suspiros por ti crean nubes de ilusión
Lluviosos, porque tú no estás conmigo y mis ojos lloran
Ventosos, pues pido a gritos tu amor.
Pero en todos ellos aumentan mi amor por ti
Los vestigios de tu ausencia
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XXI
CORAZÓN
¡Ay corazón que escoge caminos inciertos!
Locos que al azar son realmente solos, desiertos, nublados, oscuros;
¿Porqué escoges siempre retos difíciles
Mientras los otros escogen caminos llevaderos?
Sin descanso vas salvaje, corriendo a toda velocidad por las llanuras
Cuando te atrapan y te capturan fuertemente batallas;
¡Ay corazón! ¿qué voy a hacer?
¡Indómito!
Me niego a pensar que sin hacer nada, logres lo que todos han querido
Doblegues mi corazón como una hoja de papel.
Habrá guerra aquí determinando tu gloriosa batalla y mi más honesta derrota.
Los vestigios de tu ausencia
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52
XXII
SÓLO SUEÑOS
Su voz etérea y palpitante
La hora de un amor
Profundo y sin tiempo.
Sueños que se funden
Con el tiempo
Ya no seré aquella
Soñadora de un momento
Si fuese feliz
Pero conmigo
Esta poesía que sale
De mi corazón herido no tendría sentido.
Camina entre mis sueños
Y hasta me acaricia en ellos
Besa mis tobillos
Y me muero en sus brazos
Un deseo infinito
Que te lleva y te deshace el pensamiento,
Son sueños etéreos que flotan en el viento
Son caricias que se deslizan por tu cuerpo,
Sensaciones profundas que le dan continuidad al tiempo.
Pero nada es cierto
Son sólo sueños.
Los vestigios de tu ausencia
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XXIII
OTOÑO
Hojas de hierba que se esparcen por el mundo,
Bendición etérea de un Dios puro
Así es como la vida te llena, te alcanza.
El aire puro que te envuelve
Y el arte sucede
Los vestigios de tu ausencia
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XXIV
LUNES
Un lunes fatuo
Y sus últimas palabras
Habitaron en un rincón de mi memoria
Y su sonrisa palpitante guardaré en silencio
Y mis ojos claros convertirán a un Dios en un mortal.
Los vestigios de tu ausencia
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XXV
MI CORAZÓN
Mi corazón dice
Lo quiero todo.
Mi razón dice:
Eres feliz déjalo así
Mi corazón dice:
Todo o nada reta al destino.
Mi razón dice:
Es mejor prevenir no lamentar.
Mi corazón dice:
Prueba. Es dulce miel que tus sentidos cegará
Los vestigios de tu ausencia
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56
XXVI
TIEMPO
Son mis segundos
Aquellos consejeros sangrientos
Son mis minutos
Llenos de tus pensamientos
Son mis horas
Llenas de ganas
Es mi tiempo
Vulnerable a tu voz
Es mi corazón traicionero
Que a solas te ama.
Su mirada distante
En mi ardiente cuerpo
Pero su alma lejana
Como el mar de las montañas
Atardeceres palpitan
Y pasan ante mis ojos
Ni su voz escucho ni su mirada oscura puebla mi ser
Entre los oscuros bosques
De mi tristeza absurda
Busco lo que aún queda
Lo único que queda luego de tener la felicidad absoluta
La bella melancolía
Los vestigios de tu ausencia
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Argentada en las noches largas,
Parece que se alarga
Demasiado como puede
Y me llena hasta que el llanto debilita mi garganta.
De repente,
Solo puedo tragarme el llanto
Y ansiar sus besos
Tanto como puedo
Trato de soltar
Todo lo que siento.
Los vestigios de tu ausencia
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XXVII
LIBERTAD
Es la amante de la fuga
Canta en el viento
A los hombres con grilletes
Los seduce con suaves perfumes
Que envuelve en el aire
Y se disfraza de tristeza
Llueve sobre las fuentes inmóviles
Les obsequia el cielo con estrellas fugaces
Libertad
Es la que arde en el pecho y te da valor,
Es aquello que te regala el universo
Es lo que te da vida y por lo que estás dispuesto a morir
Libertad
Es un beso,
Esos de aquellos que recuerdas revolucionan tu mundo,
Y temes que alguien lo robe de tus recuerdos.
Libertad
Es un crepúsculo que calla y acepta en silencio
Y escucha todo a aquello que tú no escuchas
Parece noche lejana, ausente en este mundo cotidiano
Que te envuelve se adhiere a tus pies
Para llevarte lejos donde habita tu corazón
Los vestigios de tu ausencia
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Pero aquellos que no la sienten jamás la siguen
Donde hubo sangre y muerte
Dispuestos a entregarlo todo
Bajo el cielo azul y pasiones encendidas
Que gritaban desde su alma
¡Libertad!
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XXVIII
EL ESCULTOR DE SU ALMA
Se quedó con su sonrisa mudo y pálido al observar su secreto,
Y fue muriendo poco a poco,
La rabia incendió su pecho demasiado tarde
Todo inútil y vano
No había corazón que alimentar,
La amaba tanto que todo llenaba su ser
Tan callado como pudo arrastró sus despojos
Lejos del olvido, todo podría olvidarlo
Menos su belleza etérea
Y como haría cualquier héroe
Tomó un trozo de mármol
Y con humildad talló
Con paciencia como si la música estuviera al mando de su cincel.
Y golpeaba el mármol.
Y sabía que perdía su alma talló:
Su piel suave
Su humildad pesada
Su bella risa
La sencillez que le daba vida
A sus pasionales besos
Sus airosos labios
Que divulgaban la verdad
Y en el último golpe
Puso su amor, el que le otorgo siempre
Los vestigios de tu ausencia
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Dejó caer una estrella y le regaló la luna
La bruma delineaba la montaña
Parecida a un Dios que le daba esa esperanza
Pero no siendo Dios
Todo tiene un final y en éste
El escultor de su alma
Mató a su amada esculpiendo
Perfectamente su alma
Tan perfecta como él la conocía
Todo se inundó de suave y bella música
Que llenaba el aire y habitaba el pasado
Al terminar su obra, terminó su vida también.
Con el mismo cincel apuntó a su cráneo
Mientras un rojo violento llenó el suelo del taller del escultor,
Corrió por el suelo pintando su mejilla derecha,
Bajó por su cuerpo hasta sus adorables y diestras manos…
Los vestigios de tu ausencia
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XXIX
SOLEDAD
Esta soledad absoluta y etérea que me pregunta
¿Dónde te encuentras?
Y camina en las noches por mi cuarto sombría y taciturna.
Qué divertido suelo hablar con ella,
No responde nada, igual sabe que pretendo matarla,
No me agrada estar con ella.
Me mira de vez en cuando como reprochando el que quiera olvidarte,
Tan rápido como sea posible,
Pero quizás me demore un poco.
Pues es divertido que no sepa cuándo va a morir,
Y quizás mi poesía no advierta sus pasos etéreos
Es hora de desvanecer…
Los vestigios de tu ausencia
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63
XXX
Y AHORA DEBO
Y ahora debo decir que curioseo en tus ojos
O tal vez que espero de ti
Flamante ironía
De tan cruel sentimiento soy dueña
¿Le amo?
Y eso no afecta
¿Le reconozco?
Y a eso respondo no me reconozco ni a mí misma.
Soy la poseedora de mi vida y esto implica:
Hacer sufrir al compañero de mi vida.
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64
XXXI
SI FUESE
Si entregaras
Mi cuerpo en la profunda oscuridad
Si fuese tuya y aún más allá
El oleaje romperá la arena
Poco a poco llegarás
Pero aún no lo entiendo.
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65
XXXII
SI HUBIERA ALGO
Cómo si hubiera algo sensato por lo cuál vivir,
Cómo si hubiera algo feliz por lo cuál vivir
Cómo si hubiera algo extraordinario por lo cuál vivir
Cómo si hubiera algo medianamente bueno por lo cuál vivir
No, no hay nada.
En cambio el horror y la humillación valen la pena ser vividos
La derrota, el afán, la inusual distorsión de lo perverso, de lo absurdo.
Lo demencial la verídica pornografía aterradora, la demencial idea de morir
Quizás solo por ello valga la pena vivir.
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XXXIII
NADA IMPORTA
Nada importa ya, si su voz es escuchada, si sus labios pudiesen besar,
Tan sólo una vez más…
Nada importa ya,
Si sus ojos color ébano destellan miradas llenas de pasión
Y se encuentran lejos con los ojos claros como el sol.
Termina la mirada profunda
Y nada importa.
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67
XXXIV
MIEDO
Miedo tengo de no verte
Miedo de perderte,
De no volver a acariciarte.
Y ahora tengo miedo;
De que te vayas de mi vida
Cuando ya me había acostumbrado tanto a ti.
Tengo miedo de manchar tu intachable vida,
De que caigas y no estar allí para ayudarte;
Vida mía el miedo se apodera
Hasta de mis blancos huesos.
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68
XXXV
JAMÁS
Jamás permitas que el amor no se consuma
Que el que amas se vaya de tu vida
Besar lo labios del que amas sin un abrazo.
Jamás dejes que alguien ponga precio a tu amor,
Jamás dejes que pase un día sin que él sepa que lo amas
Jamás dejes de amar a una persona por otra,
Y si sufres aun hay tiempo.
Jamás hay tiempo para llorar lo hay para reír y para amar.
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69
XXXVI
DILEMA
Dulce como la miel
Salado como el mar;
Así está mi alma cual furioso vendaval,
Hay en mi mente un caos
Cuando mi corazón fue robado tan cruelmente.
La asertiva fiera de la razón me indica
Que debo arrancar con ira este amor que te profeso.
Pero mi corazón capturado
Desea quedarse a tu lado, ya para siempre;
Así es un dilema,
Si derramar la miel en mis labios
O destrozarlos con torrentes de sal…
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70
XXXVII
SOLO TÚ
Solo tú
Solo tú inspiras donde exhalo
Amas donde yo amo
Sueñas donde yo duermo.
Sólo tu razón de mis ironías largas
Sueño desaparecer en ti,
Y un solo toque a mi vida
Da fuerzas suficientes
Sólo tú mis pensamientos arrebatas
Solo tú vida en mi vida,
Sólo en ti muere mi oscuridad absoluta
Solo tú mueves el cielo de mi universo entero
Y sólo tú,
Eres lo que amo
Sólo tú,
Bella e inusual…
¡ Literatura!