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Mi propósito semanal
¡Puedes ser extraordinario!
CICLO C - 7º Domingo Ordinario (verde) . 24 febrero
Mi propósito semanalMi propósito semanal
Lucas 6, 27-38
Mi propósito semanalMe acercaré a alguien con quien no convivo mucho, para platicar o jugar, y recordaré que Dios nos ama a todos por igual.
“Amen a sus enemigos, hagan el bien a los
que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por los que los difamen. Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse
también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleva lo tuyo, no se lo reclames”.
Jesús es el mejor ejemplo de respeto y amor, debemos seguir su ejemplo.
Dibuja una en las acciones que ya haces, y una en aquellas que debes esforzarte más para cumplir.
Amo a todos.
Hago el bien sin importar de quién se trate.
Hablo bien de todos, incluso de aquellos que hablan mal de mí.
Rezo por todas las personas, sobre todo por aquellos que están alejados de Jesús.
Si alguien me ofende, no guardo rencor.
Cuando alguien me pide algo y se lo puedo dar, no se lo niego.
Comparto mis cosas con los demás.
Si alguien me quita algo, no me enojo.
Trato a los demás como quiero que me traten a mí.
Soy bueno como mi Padre Dios es bueno.
En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos:
Traten a los demás como quieren que los
traten a ustedes; porque si aman sólo a los que los aman, ¿qué hacen
de extraordinario? también los pecadores aman a quien los ama. Si hacen el bien sólo a los
que les hacen el bien ¿Qué tiene de extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores.
Si prestan solamente cuando esperan cobrar, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores prestan a otros pecadores, con la
intención de cobrárselo después.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den y se
les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los
pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que
midan, serán medidos
Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar
recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno hasta con los
malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padre
es misericordioso.