LUCIFER de Ambrosius Graal

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  • 7/25/2019 LUCIFER de Ambrosius Graal

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    LUCIFER de Ambrosius Graal

    ES DEBER DE TODO PENSADOR TRASCENDER LAS FRONTERAS DEL PENSAMIENTO

    Lucifer

    : Nombre latino de la divinidad griega Fsforo o Hesforo (la antorcha de laaurora),nombre dado a la ESTRELLA MATUTINA, el astro que anuncia la aurora ytrae la luz del da.Significa el Portador de la Luz. (Diccionario de MitologaGrecorromana de PierreGrimal,Edit. Paids).

    Yo, Jess,

    envi mi ngel a notificaros estas cosas en las iglesias. Yo soy la raz yla prosapia deDavid, EL LUCERO BRILLANTE DE LA MAANA.(Revelaciones cap. 22, ver.16).

    La noche ms oscura y tormentosa: tal fue el principio de lacreacin.En el ojo del cicln

    reinaba la quietud y el silencio, a sualrededor, la agitacin de la terribletempestad.Entonces surgi el primer rayo en la negrura de aqueluniverso. Su voz fue elprimer trueno que rod inexorable a losconfines del profundo abismo.Aquel rayo tuvo unnombre, se llam Lucifer: el Portador de laLuz.Lucifer fue la primera luz que rompi laprofunda oscuridaddel tiempo.Lucifer fue el primer sonido que bram en el amorfosilenciode aquella sorda oscuridad.Fue Lucifer el primer relmpago, el portador de la luz,laprimera chispa de conciencia en aquel dormido universo.

    Fue su propio destello, su propia luz, que le permitipercibirse a s mismo. Esto loconvirti en eterno e inmortal. Y asfue como Lucifer lleg a ser el nico rayo que dura

    para siempre.Y con su pensamiento de trueno, que fue la primera voz ysonido deluniverso, se dijo a s mismo:- Ser recordado como el eterno rebelde; como aqulquerompi la paz de la oscuridad y la ignorancia infinita. Soy el esprituen accin,hambriento de conocerse a s mismo a travs de esteprofundo y negro universo.Y diciendoesto se sumergi en el oscuro abismo, arrastrandosu propia luz consigo. A su paso ibadejando una estela de chispas ycentellas tras de s. Centellas de luz, chispas deconciencia.Y volviendo la mirada, Lucifer, contempl aquellos soles yestrellas alumbrandola noche eterna. Entonces exclam:- Seris mi hueste, mis rebeldes, mis guerreros. Soismis hijos,mis hermanos, mis compaeros. Sois parte de mi luz, sois mi voz,mi conciencia.Sois yo mismo.Y siguiendo su camino volvi a sumergirse en la profundidad,dejando susenda, una estela de luz en el mar de la inmensaoscuridad.Entonces fue su viaje tan lejanoy distante que su ida seconvirti en retorno. Mundos nuevos se mostraron a su vista.Ydescubri en ellos la obra de sus huestes rebeldes, de sus hijosguerreros: descubri supropia obra.As fue como comprendi su razn de ser, comprendi el porqu de suexistencia: sacar consciencia de lo inconsciente, obtenersabidura de la ignorancia, sacarluz de la oscuridad.Como relmpago que fulgura en las tinieblas, como truenoqueretumba en el silencio, tal deba ser su misin.

    Y de esta manera fue como Lucifer cay a la tierra, al infierno,la ms profunda de las

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    negruras.Profundo dolor el del espritu aprisionado en la materia:Lo libre es limitado, loluminoso es opacado, la voluntad seconvierte en pasin, la conciencia en olvido.Soberbiodesafo: transformar las tinieblas en luz, hacer de laspasiones fuerza de voluntad,convertir la ignorancia enconocimiento, la mediocridad en excelencia, liberar loaprisionado,conquistar la materia, elevarla y hacerla una con el espritu.Y as fue comoLucifer cay en el hombre. Fue en el hombredonde conoci el campo de batalla delespritu, la guerra ms cruel.Y como hombre se conquist a s mismo. Y comohombredecidi conquistar al mundo.Y cado en el hombre y, hecho hombre, se mezclentre loshombres para propagar la luz.As fue como lleg hasta una gran ciudad, en lacual sushabitantes se caracterizaban por ser muy piadosos. Y vio consorpresa que habagran cantidad de templos, de dioses y decreencias de todo tipo. Y se adoraban a diosesinvisibles y a otrosrepresentados en imgenes. Y los dolos tenan formas humanasoanimales o de ambas. Y aquellos que eran invisibles al ojo tenanatributos humanos oanimales o de ambos.Y el aire estaba impregnado del olor a incienso y del sonido deloscnticos y plegarias rogando, alabando, dirigindose a lamultiplicidad de dioses.EntoncesLucifer viendo aquella confusin quiso extender suluz a los hombres y les dijo:- Por qubuscis fuera, lo que tenis dentro? Acaso nosabis que sois el templo de la luz y que la

    luz vive en vosotros? Noos dais cuenta que sois el templo de la sabidura y la sabidurahabita en vosotros? Por qu tanta ceguera? A que tantaignorancia? Despertad, hombresdormidos! Despertad de vuestroprofundo sueo. Despertad que la muerte acecha y tal vezos decaza mientras an estis dormidos y entonces as vuestro sueo sereterno. Rompedlas ataduras de vuestra ilusin Despertad! Nobusquis afuera, en lo externo, lo que viveadentro, en lo interno. Aqu viene tanta adoracin a dolos o a abstractos conceptos?Esacaso que la madre de todas las oscuridades ha cado sobrevosotros? No os daiscuenta que el Espritu de la Vida palpita envuestro corazn se mueve en vuestrarespiracin, percibe a travs devuestra conciencia? Despertad, hombres dormidos!Despertad y dejad de perder tiempoadorando a falsos dioses externos. Dirigid vuestraatencin haciavosotros mismos, sentid la Conciencia y la Vida que habita envosotros,

    entonces la Verdad os abrir las puertas y entenderis larealidad del mundo y de esteuniverso.As habl Lucifer con voz de trueno, sin embargo, los hombresno lo entendierony comenzaron a murmurar entre s y a planearcomo deshacerse de aquel extrao queblasfemaba de aquel modo.Entonces Lucifer pens para s:- Estos hombres an no estnmaduros para la gran cosecha.Sus odos no escuchan y sus ojos son incapaces de ver.Prudenteser que me aleje de ellos, pues sus corazones estn llenos deviolencia yoscuridad.As Lucifer se alej de aquellos hombres y de aquella ciudad. Ycamin porsendas solitarias, sendas que ningn hombre antes habacaminado.Y caminando as llega otra ciudad y con sorpresa vio que enaquella ciudad los hombres eran ms ciegos eignorantes que en laotra, pues proclamaban la existencia de un dios proclive a sacrificiosycastigos. Se llamaban a s mismos El Pueblo Elegido yconsideraban a las otras naciones

    como animales.Y segn ellos todo en el universo haba sido creado para suuso y a ellosles corresponda, por mandato y promesa de Dios, el gobierno de todo el mundo. Y sloellos posean la verdad. Y sloellos eran los puros entre las naciones. Y slo ellos eran loselegidos,los piadosos, los ms elevados y sabios.Y la sorpresa de Lucifer creca cada vezms al escuchar lospensamientos y creencias imperantes en aquella ciudad. Y susorpresafue tanta que finalmente el pensar de aquellos hombres lohasti y su voz tron sobre lamuchedumbre:- Qu necia locura os invade? Decs que vuestro dios os crea su imageny semejanza? Pues yo os declaro la verdad y sta es quevosotros habis hecho a dios avuestra imagen y semejanza, pues nohe visto a dios ms humano que el vuestro, ni tan

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    lleno de humanosapetitos ni humanos defectos que vuestro dios. Qu oshabisimaginado? Quines os creis? Pensis acaso que el Gran Espritude Vida, queanima a este universo, puede tener preferencias poralgn individuo, pueblo o nacin enmerma de otros individuos,otros pueblos y otras naciones? Acaso el sol priva de su luz alosmalvados? Porqu sois egostas os habis creado un dios egosta!Porqu sois injustoshabis creado un dios injusto! Porque debis desaber la verdad y sta es que vuestro diosno existe en realidad, essolo un reflejo, una proyeccin de vuestras almas. Y comovuestrasalmas son impuras y enfermas, vuestro dios es impuro y enfermo.Solo aindividuos ciegos e ignorantes de la Luz de la Sabidura se lespuede ocurrir la existenciade un pueblo elegido. Pues la verdad esque ningn dios o dioses eligen a un individuo,

    raza o nacin, sinoque es cada individuo, raza o nacin que se eligen a s mismospormedio de su voluntad. Y esta autoeleccin se realiza por esfuerzo ymrito propios, nopor haber nacido dentro de una familia, religin,raza o nacin.As habl Lucifer. Y elpueblo que lo escuchaba, con los rostrosenrojecidos de la ira y las bocas espumosas de larabia, le gritaron:- Blasfemo! Maldito blasfemo!Entonces Lucifer respondi:- Blasfemosvosotros! Blasfemos porque blasfemia espretender rebajar a nivel humano aquello queest ms all de toda

    condicin humana. Blasfemos vosotros! Porque blasfemia espretender dar origen divino apalabras y pensamientos provenientesde hombres ambiciosos, egostas yarrogantes.Entonces la multitud rugi llena de furor:- Mtenlo! Mtenlo! Derramen susangre para as limpiar conella la afrenta que ha cometido.Entonces el pueblo enfurecidose arroj contra Lucifer ycomenz a golpearlo con puos, palos y piedras. Y en mediodeaquella furibunda marejada humana Lucifer pens para s:- Estos hombres an no estnmaduros para la gran cosecha.Sus odos no escuchan y sus ojos son incapaces de ver.Prudenteser que me libere y me aleje de ellos, pues sus corazones estnllenos de odio,maldad y violencia.Entonces la multitud arrastr a Lucifer hacia las afueras de laciudad ycomenz a apedrearlo para darle muerte. Y no dejaron dearrojarle piedras hasta que sucuerpo, totalmente inerte, quedsepultado bajo un rocoso manto.El crepsculo llev

    consigo al ltimo de los verdugos.Entonces Lucifer apartando las piedras se incorpor.Aunquesu cuerpo estaba lastimado, su espritu permaneca intacto.- Por qu tantaceguera? - se dijo - Por qu tanta ceguera sien todos nosotros palpita la misma luz? Oser que en algunos estaluz se halla oculta por la ignorancia de s mismos?Y pensandoestas cosas, Lucifer sacudi sus ropas y sigui SuCamino, protegido por la noche.Y el

    amanecer lo alcanz caminando, pues Lucifer rara vezdorma. Y su descanso era la vigiliay la atenta meditacin en smismo.Y aunque el camino que ahora transitaba era mshumano, lospocos hombres que se cruzaban con l esquivaban su mirada y evitaban susaludo. As de pavorosa e imponente era el aura que seescapaba de su rostro.Entoncessus pasos lo encaminaron a las puertas de otraciudad. Y sta era ms hermosa, rica ylujosa que las anteriores. Y enla plaza central sobre una gran columna de oro y piedraspreciosasestaba escrita la frase:Todo tiene su precio.Y en aquella ciudad haban muchosdioses, pero haba uno quereinaba sobre todos aquellos y el nombre de este dios era:DINERO.Y por dinero los hombres vendan a sus hijas y a sus mujeres.Y por dinero sevendan entre ellos y a s mismos y vendan su alma,su lealtad, su honra, su sabidura yconciencia.Entonces Lucifer se sinti asqueado de aquella masa maldita ydese salirinmediatamente de la ciudad, pero su conciencia leexigi decir algo a aquellas mentesoscurecidas.Y encaramndose sobre la dorada columna, centro de la plazamayor, Luciferconjur a la multitud:- Ah, humanidad perdida yo te maldigo!Y aunque me arrastre pobrey herido entre el lodo, jams sertu esclavo, siervo, ni mendigo.Entonces, sin agregar

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    palabra, salt de la columna y cayendo atierra, encamin raudo sus pasos a las afueras dela ciudad.Pero aquellos que lo haban escuchado lo siguieronofrecindole hospedaje ensus casas, pues adivinaban que aquelforastero era dueo de una extraa sabidura que

    queran poseer,sin embargo, al ver que no se detena comenzaron a ofrecerle dineroy aintentar comprar su estada entre ellos.Entonces empezaron a ver quien daba ms y sesorprendan dever que aquel hombre ignoraba sus ofertas y pronto el precio ofrecido fuede diez millones de piezas de oro y este fue doblado ytriplicado. Sin embargo, Lucifer nose vendi.Y sus pasos lo llevaron a un valle donde un da antes se habarealizado una granbatalla.El campo se hallaba cubierto de cadveres y su nmero secontaba pormiles.Entonces Lucifer camin entre ese mar de muerte mientraspensaba:- Acaso no es elmundo idntico a este valle? No estsembrado de cadveres, hombres vivos que an nohancomprendido que estn muertos en su propia ignorancia?Y al pensar esto su vistapaseaba por entre los cuerpos inertesy mutilados.Entonces, le pareci divisar a los lejosun solitario rbol yapoyado sobre su tronco a un guerrero moribundo.Y Lucifer se dirigihacia aquel hombre, contento de ver algovivo en medio de tanta muerte.Y sin decir unapalabra dio de beber de su agua a aqueldesconocido. Limpi su rostro ensangrentado eintent curar susheridas, pero descubri que su pecho haba sido atravesado

    sincompasin por una lanza enemiga. Entonces Lucifer habl:-

    Tu corazn est destrozado.Deberas estar muerto, pero an vives.A lo que el guerrerocontest, con voz suave pero firme:- Me deb haber vendido y no lo hice. Deb haber huidoy mequed a luchar. Ahora debera estar muerto, sin embargo, sigo vivo.Es que mi espritues rebelde y me niego a aceptar aquello que noquiero. Debera haberme vendido y vivir enpaz, como un cordero, pero no quise. Debera haber huido y no enfrentarme alenemigo,pero lo encar. Ahora, agonizante y mal herido, debera estarmuerto, pero noquiero morir.Entonces los ojos de Lucifer brillaron con inusitada luz ycomprendi que antel haba un hombre que, de alguna manera, sehaba encontrado a s mismo.Y se prometino dejar morir a aquel hombre y usar de todo supoder para salvarlo, pues pens que

    hombres como aqul era lo quenecesitaba el mundo: hombres que no se vendieran niretrocedieranante el Enemigo, hombres con espritu de lucha y deseos devivireternamente.Entonces Lucifer impuso sus manos sobre las heridassangrantes delguerrero, el cual al sentir el espritu de vida ysanacin que lo invada exclam:- Quineres que me bendices con la vida?A lo que respondi Lucifer:- Soy el Portador de la Luz, laconciencia que se manifiestabajo forma humana. Soy la fuerza que se esconde tras cadaser, cadahombre y mujer, cada bestia y cosa.Y apenas hubo terminado de hablar, se pusode pie yemprendi su camino.- A dnde vas hombre extrao? - lo detuvo el guerrero -Cundo podr escuchar de tu singular sabidura otra vez?- Mi sabidura vive en ti, es tupropio ser. Si te escucharas a timismo, no necesitaras de mis palabras.Luego Lucifer callunos segundos y agreg:- Mi espritu tiene la mirada fija en el Norte. Micuerpopermanecer un tiempo en la Montaa del Dragn.

    Y sealando la gran mole rocosa que se ergua en el horizonte,se puso nuevamente enmarcha.Buscaba Lucifer, en aquellas montaas, la tranquilidad de lasoledad para poderexaltar as su conciencia.Sin embargo su paz no dur mucho, pues empezaron allegargentes en busca del sabio de la montaa que, segn se contaba,haba sanado a unguerrero moribundo.Y as fue como Lucifer se convirti en maestro, primero deunos pocosy, luego, de muchos.Y en su intento de ensear, slo enseaba que no hay nadaqueaprender, pues toda claridad y sabidura ya se encuentra en elcorazn de cada ser

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    viviente.Pero las gentes empezaron a confundirse, pues aquel que esciego no ve aunque elsol lo alumbre y el corazn confuso se pierdeincluso en el da ms claro.Y empezaron aperderse a ellos mismos de vista y dirigieronsus ojos hacia afuera, hacia la imagen delmaestro que les enseaba.Entonces Lucifer se dio cuenta y no se permiti caer enlatrampa de la oscura ignorancia.As fue como un da reuni en torno a s a todos aquellosquehaba enseado y les comunic su decisin de abandonar el mundo.Entonces susseguidores comenzaron a lamentarse de susuerte y sintieron que aquello sera superdicin.Y Lucifer sonro, pues comprendi que aqul era el caminoque, aunque duro, losllevara a s mismos.Entonces dijo:

    - No os lamentis de mi prdida, pues la nica prdida dignade lamentar es la prdida deuno mismo. Y vosotros os habisperdido hace mucho y jams habis llorado por ese grantesoro ido.Y uno entre muchos alz su voz diciendo:- Maestro, antes de partir hblanos dela esencia de tuenseanza, para poder as recordarla.Entonces Lucifer habl:- Recordaos avosotros mismos y recordaris mi enseanza.No busquis fuera lo que ya existe dentro,en vuestro espritu.Mirad que el hombre es como un rbol que crece en la cima deunamontaa. Pero esa montaa es en realidad un volcn en cuyointerior arde un fuego

    claro y poderoso dador de la ms perfectaserenidad y fuerza. El calor de este fuegointerior ayuda a crecer alrbol, el cual mientras ms entierra sus races en la profundidaddela montaa, ms expande sus ramas a la infinitud del vasto cielo.Recordad siempre queen el mundo hay tres clases de personas:estn aquellos que saben su razn de ser, estnaquellos que laignoran y estn los confusos. Y entre los confusos estn los quecreen

    saber su verdadera razn de ser, pero en realidad la ignoran yaquellos que se haninventado una razn de ser, que por ser algoartificial los aleja de su verdadera naturaleza.En verdad esimportante lo que ahora les digo: Slo quien se conoce a s mismo,conoce surazn de ser, conoce su destino y deja de ser parte delrebao. Y mucho mejor que ser unconfuso es reconocer laignorancia de s mismo, pues la cura viene cuando la enfermedadesreconocida.Guardando silencio un instante, continu:- La montaa es como el cuerpo, la

    conciencia como el rbol yel fuego parecido al espritu de vida. La montaa es comovuestracolumna sea; el rbol como vuestro cerebro, mdula y nervios quecrecen entreella; el fuego proviene de vuestra Esencia Creativacuidadosamente conservada. Sois comomadres que guardan en suvientre al embrin del espritu. Si un nio de carne y huesodemoranueve ciclos lunares en nacer, entonces, el nio del espritu

    demorar nueve ciclos solares. Por ello es importante empezar ya.Mi enseanza guarda supropio secreto y ste se basa en la prcticay en la propia conciencia de s mismo. Sinembargo, queris saberms, queris conocer el secreto? Entonces escuchad el sueoquetuve un da:

    EL SUEO DE LUCIFER

    Sin saber cmo, haba llegado a una caverna de enormesproporciones en lo profundo dela tierra. Aunque las paredes ytecho de la gruta parecan naturales, es decir, formadas porel goteoincesante y la filtracin del agua, el piso era perfectamente liso ynivelado, comohecho por mano humana o alguna otra criaturainteligente. Sent que estaba en untemplo.A diez pasos de m se alzaba una gruesa columna ptrea, deunos siete metros dealtura, sobre la cual vi de pie a un venerableanciano. Vesta una tnica de mangas largas ytalle holgado que lellegaba hasta los tobillos. Su color era gris-azulado, como el de

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    lasnubes cargadas de lluvia. A lo largo de su pecho y cosida a ella caaverticalmente, hastael suelo, una cinta blanca sobre la cual habansido bordados, en hilo negro, extraoscaracteres que no pudereconocer. Igual adorno vi a lo largo del borde superior desusmangas, en los puos de las mismas y en el embaste de suvestimenta. Tanto lasbarbas como los cabellos del anciano eranblancos y largusimos. Su alba cabeza estabadescubierta. Al verlo seme ocurri que era la tpica imagen de un mago.Alzando uno desus brazos me orden:-Tomad aquella lanza, hecha de la mejor madera del mundoeintroducidla en aquel pozo! - al decir esto me seal un agujero, deun metro decircunferencia, cuya boca estaba a ras de suelo.Fui y tom la lanza, la cual era una varapuntiaguda de unamadera muy liviana y dursima. Me asombr comprobar que a pesar desu largo, tres metros o ms, permaneca perfectamenteenhiesta, haciendo alarde de unapasmosa flexibilidad.Siguiendo las rdenes del anciano me acerqu al pozo. A mispies viun hoyo, cavado en la piedra, en el cual haba un lquidoespeso de color rojo variosmetros ms abajo. Al principio cre quese trataba de sangre, pero despus not que de lse desprenda unasuave fosforescencia. Me pareci, entonces, que se trataba delavaderretida. Aquel pozo era la entrada al infierno.Apenas introduje la lanza en l, ellquido aument su nivelhasta llegar al borde mismo del agujero. Retroced, pues pens

    quesi llegaba a desbordarse, la lava me quemara.Para mi sorpresa surgi del pozo unesperpento, un ser bpedode unos cuatro metros de alto, similar a un sapo o a una tortugasincaparazn. Caminaba sobre sus cuartos traseros como un hombre.Un solo ojoadornaba su frente.Al parecer mis acciones lo haban molestado y ahora seencontrabafurioso. Arremeti contra m. Me defend usando lalanza. En la refriega me di cuenta quela bestia tema perder sunico ojo, entonces concentr mis ataques en l.Perosorpresivamente, cuando cre que la tena bajo mi poder, la criaturasufri unamutacin. Sin saber cmo, la vi transformarse en un serdel tamao de un hombre y concuerpo de tal, pero su cabeza erasimilar a la de un murcilago con orejas membranosas,grandes,triangulares y un hocico de filosos dientes. Curiosamente su cuerpoy rostroestaban cubiertos de escamas, como un pez. Su aparienciaera muy fornida y musculosa.

    Antes que pudiera evitarlo, la criaturase alej de m corriendo a toda prisa, hasta,perderse de vista.La voz del anciano llam mi atencin. Me volv a mirarlo ynot que lacolumna sobre la cual estaba parado disminua detamao, como si estuviese siendotragada por la tierra. Ya a nivel delpiso, el anciano se acerc a m diciendo:- Ya lo habisvisto. La criatura tiene el poder de adoptarcualquier forma y utiliza este artificio parahacer caer a la gente en el

    pozo. Sin embargo no os preocupis, ya la enfrentasteis y con esobasta para reconocerlaen cualquiera de sus formas.Dicho esto, me tendi un librito, como de un palmo delargo.Yo, tomndole, le abr al azar en una de sus pginas. En ella vi unailustracin acolor: Un velero de cuatro mstiles navegando con todosu velamen desplegado por marabierto. La superficie del agua enperfecta calma. Alrededor del barco revolotean miles degaviotas,mientras que del palo mayor un gran pelcano blanco da la cara aproa con susalas extendidas, mostrando el pecho descubierto.Mir interrogativo al anciano. Entoncesste me respondi:- Es un libro de gran contenido hermtico. Es el Libro de laCreacin. Enel captulo diez encontrars el secreto de la PiedraFilosofal. Pero antes es necesario queobtengas la Schlitlzt Nimrod

    , ladaga mgica que simboliza y en la cual se halla grabado el NombreImpronunciable. Lareconocers cuando la veas, porque su imagenest en el alma colectiva de toda la

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    humanidad. Ms antes, pon antem tu mano izquierda.Sin resistirme segu susinstrucciones, entonces vi conasombr que sobre la palma de mi mano creca unapequeaenredadera de color verde vivo, como el de la hierba nueva. Sunacimiento estabaen la base, pegado a la mueca. De aqu segua elcurso de la lnea palmar llamada deMercurio, segn dijo el anciano,pero a medio camino se bifurcaba y la segunda ramarecorra elrastro de la lnea llamada de Saturno

    . Ambas secciones de laenredadera ascendan un tramo para luego curvarse en direccindeldedo pulgar. Aquella que iba por la lnea de Mercurio se curvaba justo por debajo deldedo meique. La otra, la que segua el trayectode la

    lnea de Saturno, cambiaba su curso a la altura del mismo centropalmar. De esta maneraambas ramificaciones venan a morir en elmontculo carnoso que hay bajo el dedo ndice,al cual el anciano dioel nombre de Monte de Jpiter

    .Tres flores brotaban de esta enredadera. Dos de ellasprovenan del primer tallo y crecansobre el Monte de la Luna

    y el Monte de Apolo respectivamente. La otra florecilla se abra en elCampo de Marte

    y germinaba de la segunda rama. El mago observpor unos instantes mi mano.- La parteizquierda de tu conciencia, el lado desconocido detu mente, es independiente - me dijo -.Esto es positivo para ti,pero an es muy pequeo y est poco desarrollado. Debeshacerlocrecer.Cuando le pregunt cmo poda hacerlo, slo contest:- Sigue el Camino.Dicho estome puso al cuello un Ank, de oro blanco, en cuyosbrazos tena grabada la frase Enfrentala Vida como Guerrero y,hacindome seas, indic que me fuera por donde haba visto

    irse ala criatura del pozo. Le obedec.No haba cmo perderse. Aquella galera inmensaterminabaen un estrecho tnel, por el cual camin mucho tiempo antes dellegar a una

    caverna de parecidas proporciones a la anterior, perocarente de columnas y un piso liso ynivelado. Observ que al otroextremo, de donde me encontraba, se vean las entradas dedostneles y hacia all me dirig.Al acercarme comprob que ambos se encontraban muycercauno de otro, pero a pesar de su proximidad comunicaban a mundosdiferentes. Aqulque se encontraba a mi izquierda, daba acceso auna selva clida, espesa y exuberante.Desde donde me hallabapoda ver mil formas y or mil exquisitos sonidos provenientesdeaquella tibia floresta. Me pareci que era el paraso.El otro tnel daba a un parajerelumbrantemente blanco, todohielo y nieve. La ventisca y el fro eran sus nicos seores.Meencontraba observando esto cuando de la selvtica entrada viaparecer a una hermosamujer de piel bronceada. Vesta un traje dehojas verdes, pegado al cuerpo, que le llegabaa mitad de muslos.Era un vestido sin mangas ni hombros, sostenido por un delgadotirantede fibra vegetal. Las facciones del rostro eran bellsimas y sucuerpo armoniosamenteproporcionado. Su cabello, largo hasta lacintura. Me mir insinuantemente y me pidi quela siguiera. Me negu. Entonces, ejerci sobre m un extrao poder y me vi tras ellaencontra de mi voluntad. No pude oponerme a su fascinacin.En ese momento me sucedialgo inexplicable. Sin saber porqu, tom fuerte conciencia de mi regin infraumbilical.Sent unaagradable calidez en toda aquella zona e inmediatamente tom elcontrol de m.Era como si aquel lugar anatmico fuera el Centro demi Voluntad. Dej de seguir a la

    bella mujer y me detuve. Ella sedio cuenta de mi rebelda y volviendo sobre sus pasos meencar.Yo dirig una fugaz mirada al nevado tnel; entonces ella,percatndose de mi

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    gesto, habl:- Ese es un mundo helado, duro, primitivo y brbaro, loprefieres al que teofrezco yo?Le contest afirmativamente. Entonces, molesta, hizo un gestotras el cualaparecieron tres descomunales hombres que medoblaban en estatura, los cuales conactitud hostil, se interpusieronentre el mundo de hielo y yo. En ese instante not que unode losgigantes tena en sus manos una daga de doble filo y hoja larga conarabescosgrabados en ella. La reconoc inmediatamente. Era la Schlitlzt Nimrod

    , el arma mgica de la cual me haba hablado elanciano mago.La mujer volvi a hablarme,entonces vi que haba sufrido unatransformacin. Ahora apareca como una jovencita dequince aos.Su piel era blanca, su cabello castao e iba vestida con una tnica decolor lilaque, igual a la anterior, llegaba a la mitad de muslos, perosin ceirse al cuerpo; eraholgada y con pliegues.Su aire de sensualidad y voluptuosidad se haba trocado poruno decandidez e inocencia.La vi acercarse a m con aspecto de ingenuidad y mirar lo quehabaescrito en el

    Ank que colgaba sobre mi pecho.- Cul es la caracterstica de un guerrero? - preguntella,esperando mi respuesta -, acaso es el valor?

    - Eso es importante - le contest, mientras estudiabacuidadosamente a los tres gigantes -,pero lo es, an ms, serdecidido y tener osada.Ella confundida me mir:- Osada? -repiti.

    Entonces, posando mis ojos en los de ella, la hice con rapidez a un lado y embest confuria a losgigantes. A pesar de sus tamaos consegu dejar a dos de ellos fuera decombate, golpeando, auno, con mi hombro izquierdo y, al otro, con la cabeza. El tercerhombrn me atac con la daga.

    Entonces yo, sin temor alguno, la tom con mi mano izquierdapor la filosa hoja y se la

    arranqu de los dedos. Hecho esto, elhombre se desvaneci ante mi vista. Me di cuentaque habaquedado solo, pues la muchacha tambin haba desaparecido.Pas el arma a mimano derecha y admir la forma de su hojay el arte con que haba sido forjada. Penetr enel tnel de hielo ynot con sorpresa que, en donde antes haba nieve, ahora existaarena,tierra y piedras. Aquel tnel sala a la superficie, a cieloabierto, a un paraje desolado yseco. Solo se vea uno que otroarbusto o cactus aqu y all. Puse el pual en mi cintura yempec acaminar de prisa, pues el sol caa en el horizonte y prontooscurecera.No scunto tiempo camin, pero me detuve cuando descubruna polvareda que se acercabadesde la derecha. Cuando por finpude ver de qu se trataba, quise huir, pero no habalugar dndecobijarme. Entonces decid plantarme en mi sitio y, sacando la dagadel cinto,esperar mi suerte.Sobre la llanura una especie de monstruo, una masa peluda,negra, sinpiernas ni cabeza, pero con cinco robustos brazossemejantes a los de un simio, seacercaba al lugar donde meencontraba. Avanzaba girando sobre s mismo, como unarueda,apoyando sus grotescas manos en el suelo.Mientras ms se acercaba ms decididome encontraba paraenfrentarlo. Sin embargo, cuando estuvo a unos pasos de m, setransform en una hermosa joven. Yaca a mis pies, totalmentedesnuda, tendida sobre laarena. El color de su pelo largusimo, eltinte de su tez y los rasgos de su rostro, mehicieron recordar los dela mujer hind. Su sonrisa cautivadora y aquella splica sensualdesus labios me perdieron. Observ la perfeccin de su cuerpo, lavoluptuosidad de susformas, la lujuria de su mirada y sinresistirme empec a acercarme a ella, olvidando que

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    se trataba deaquel repugnante ser que, segundos antes, haba visto rodar por eldesierto.Estirando sus bellos brazos hacia m susurr:- Como les encanta a los hombreshumillarse.Me di cuenta que lo deca por la embrutecedora sensualidadque nos abrumafrente a una mujer hermosa. En ese momento tomconciencia y concentr la atencin enla zona infraumbilical de micuerpo. Ella, sin dejar de sonrer y con sus brazosextendidos,comenz a desvanecerse en el aire como una ilusin pasajera, hastaquedesapareci totalmente de mi vista.La noche haba cado sobre el desierto.All, a lo lejos,vislumbr el resplandor de una fogata.Encamin mis pasos en esa direccin.Al irmeacercando distingu la figura de un hombre. Estaba encuclillas frente al fuego,observndolo. Su cuerpo, delgado y fibroso,estaba desnudo, salvo por un taparrabo quecolgaba de su cintura yque era de vivsimos colores: rojo, naranja y amarillo.Comprendque estaba realizando algn tipo de ritual.Llegu junto a la fogata y pude versu rostro cobrizo y reseco.Sus ojos despedan un brillo extrao. Me di cuenta que era unbrujo.Sin mediar palabra alguna me acuclill a su lado, dando la cara alfuego. Sin mirarmelo vi meter su mano izquierda entre las llamas ysacar, de entre ellas, algo que sostenacon gran delicadeza. Vi consorpresa que en su palma haba posada una flamgera lenguadefuego. Sin prembulos me la ofreci, indicndome que la debatomar poniendo la palma

    de mi mano izquierda contra la suya. Alhacerlo, sent que la lengua de fuego eraabsorbida por mi cuerpo.Tres veces el brujo meti su mano en la lumbre y me ofreciaqul trozo de flama. Tres veces acept su ofrecimiento. Luego,hacindome un gesto consu cabeza, me inst a mirar la fogata. Aslo hice y pude comprobar que entre las llamasdescansaba unaserpiente con la cabeza erguida. Era una cobra, la reconoc por elcapuchnen su cuello. Tena un color cobre metlico. Estabatranquila, tomando un bao de fuego.Elbrujo habl. Me seal que haba sido iniciado en la Hermandad del Dragn

    . La noche era profunda y protectora. Me dioindicaciones de sentarme en silencio junto al. Lo hice imitndolo,cruzando las piernas y dirigiendo mi cuerpo hacia el norte,desdedonde soplaba una suave brisa. Permanecimos as, silenciosos einmviles, una

    insensible eternidad. Luego, sin saber cmo, nuestroscuerpos se alzaron ingrvidos unoscentmetros de la tierra ycomenzaron a girar en torno a la fogata, mirando siempre hacialamisma direccin cardinal. Rotbamos en sentido contrario a lasmanecillas del reloj ynot que, en el breve instante en que la fogataquedaba a nuestras espaldas, pasbamossobre un crculo dibujado,en el suelo, con extraos caracteres que no supeinterpretar.Cuando la aurora se reflej en el oscuro cielo, el brujo meorden caminar conrumbo al sol naciente. Me indic que siguiendoesa direccin encontrara dos arroyos. Elprimero contendra aguacomn, til para aplacar la sed del cuerpo. En el segundocorreraun agua medicinal de origen mineral, que serva para saciar la sedde vida.Despusde mucho andar encontr los dos riachuelos tal comome lo haba sealado, sin embargo,el arroyo de agua medicinaltena su cauce seco. Deseaba probar de sus aguas, as quetom ladecisin de remontarme hasta la fuente y as beber, del preciadolquido, lo mscerca que pudiese del origen. Siguiendo el resecolecho sub hasta la cumbre de un granespinazo de piedra. All pudecomprobar que aquel arroyo surga de un pequeo edificiodearquitectura indoarbiga. Atraves el umbral carente de puertas yas pude dar con unaenorme escalera que descenda al interior de latierra. Baj por ella largo tiempo, hasta quepor fin di a una galeraen cuyo centro creca un enorme y aoso rbol en muy malestado.Presentaba una apariencia reseca y sus grandes ramas estabancruelmentemutiladas. Careca de hojas y daba la impresin de un rbol muerto. Sin embargo, yosaba que estaba vivo. Observ que junto al grueso tronco, en el piso, haban varias vasijas

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    de arcillaconteniendo agua. Las ocup todas regando con ellas las sedientasraces. Habaterminado cuando unos golpes secos llamaron miatencin. Motivado por esto me di eltrabajo de estudiar la cavernaen la que me hallaba. Era obvio que exista en aquel lugaralguienencargado de su cuidado, pues vea cierta simetra y orden que noera propio de lossitios que estn sujetos a la espontaneidad natural.Muchas puertas daban a aquellagalera. Todas estaban cerradas.Observndolas me di cuenta que los golpes, que senta,provenande un viejo portn de madera, el cual, se sacuda ante la violentaembestida dealgo encerrado tras l. De pronto mi mente se abri ylo comprend todo. All encerrado ,por el cuidador de aquel parquesubterrneo, se encontraba el Espritu del Arbol. Un tipode fuerzainteligente dispuesta a destruir por el descuido a que haba sidoexpuesto elantiguo roble centro del jardn.En ese momento los guardas del lugar, un hombre yunamujer, entraron al recinto y comenzaron a imprecarme por haberregado el resecotronco, pues con ello haba dado renovado vigor alespritu encerrado. No pude negarnada, ya que en mis manos, angoteando, tena uno de los recipientes de arcilla. Lasvoces de lapareja enfurecieron de tal manera al espritu, que ste consiguiderribar elenorme portn y liberarse. Emergi de su oscura prisin justo frente a m. Su poder eraincreble. Su forma, similar a untorbellino de viento o tromba marina. Por unos instantes

    meobserv. Le ense, entonces, la vasija hmeda que agarraba con mimano derecha. Locomprendi todo. Lanzando un bramidoinhumano se arroj sobre la pareja y losdevor.Yo, sin saber qu hacer, esper mi destino. El Espritu delrbol troc su furibundaapariencia. Se me acerc lentamente enforma de una barra vertical de luz rojiza. Tendraunos cincuentacentmetros de largo y flotaba en el aire por encima de mi cabeza.Me hablcon voz de trueno. Me dijo que a partir de ese momentoera el Guardin de las Races yque premiara mi gesto dndome suamistad. Dicho esto vino sobre m y posndose en micabeza sentcomo aquella energa, en forma de columna luminosa, me penetrabapor ellahasta la garganta. Una tibieza confortable me inund y mesent fsicamente sano. Sinsaber qu, el espritu hizo algo

    indescriptible dentro de m y me cambi. Me sent como recinnacido. Todas misenfermedades haban desaparecido.Cuando el espritu me dej, me di cuenta que toda lacavernahaba reverdeado. Sobre el suelo creca una mullida hierba, en lasrocosas paredesse adheran las enredaderas y hiedras. El viejo rbolse vea frondoso y turgente. Susmutiladas ramas ahora sepresentaban completas y rebosantes de hojas. De sus racessurgaun manantial de agua fresca y cristalina: este era el origen del arroyomedicinal.Meacerqu al roble. Una enorme serpiente de color verdeencendido se ocultaba entre elfollaje. Not que en sus costados, a lolargo del cuerpo, tena dibujado en negro extraoscaracteresdesconocidos para m. De pronto otra cosa llam mi atencin. Erauna picaflorque revoloteaba entre el ramaje muy cerca de m. Sucabeza y su cuerpo eran de un rojointenso, escarlata, mientras quesus alas y cola eran negras azabache.El Espritu del rbol,ponindose a mi lado, me indic que loatrapara. Yo lo intent, pero no pude, el ave erademasiado rpidapara m. Entonces, el espritu me aconsej que lo observarafijamente sinpensar en nada y que cuando sintiese el impulsointerno de agarrarlo lo intentara. Le hicecaso y as consegu atrapar,con mi mano derecha, al picaflor por la cabeza. En elmismomomento que la atrap el ave dej de ser algo vivo y se troc en unobjetoinanimado, hueco, de consistencia apergaminada. Comenz adeshacerse entre mis dedos.Para evitarlo la coloqu sobre la palmade mi mano izquierda, sin embargo continudisolvindose. De estamanera dej al descubierto una piedra blanca, como de unapulgadade dimetro, sobre la cual sopl para limpiarla de los restospulvurulentos que no

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    me dejaban apreciarla con claridad. Su colorera similar a la sal de roca. Su forma, esfrica,estaba tallada con laapariencia de un capullo de rosa. Era un trabajo simple y primitivo.Elespritu hizo retumbar su voz en mis odos:- Es la Piedra Filosofal

    - bram -, la meta de los alquimistas.Dilyela en vino asoleado y bbela. Solo as poseersel secreto de lainmortalidad.

    En aquel preciso instante despert.Habiendo escuchado aquel sueo un rumor se dejsentirentre los asistentes, pues algunos se preguntaban asombrados qusignificadotendra. Entonces un visitante, que haca poco haballegado, grit:- Algunos dicen que eresel demonio - y buscaba con elloperderle y denigrarle ante los ojos de todos lospresentes.Entonces Lucifer, con voz clara y serena, exclam:

    - Acaso no es aquello a quien llamis Diablo hijo de aquello a quien llamis Dios tambin?Sien el principio estaba solo aquello a quien decs Dios, el supremo Bien, entoncesprimero fue elBien y luego el Mal. Por tanto el Mal surgi del Bien, porque nada puedenacer de la nada. Yporque el Mal se origin del Bien es que la funcin del Mal es benfica,

    porque nada malopuede surgir de lo bueno. Lo que llamis Dios es el maestro tierno yamoroso que educa conbondad. Aquello que llamis Diablo es el maestro duro y rigurosoque nos ensea a travs de laseveridad. Por tanto no reneguis del Diablo, pues algunossomos tan necios que soloaprendemos a golpes. Por tanto no odiis al Diablo, porque atravs de sus pruebas noshacemos fuertes y libres y accedemos al supremo Bien. Acasosois tan ciegos que no os daiscuenta que Dios y Diablo son las dos caras de una mismamoneda?

    Entonces de las gargantas de algunos de los presentes seescap una exclamacin deasombro, pues comprendieron laspalabras de Lucifer y despertaron, quedando sus mentesms alldel Bien y del Mal. Sin embargo el desconocido replic:- Cul es tu religin?- No

    hay religin ms grande que la Verdad, la realidad talcomo es - exclam el Portador de laLuz.- Vuestra sabidura sufre del pecado de la soberbia y no sebasa en las escriturassagradas - insisti el extrao.

    - Sufro del pecado de la soberbia - dijo Lucifer - pues deseo ser todo lo que soy: quieroserdiamante aunque mi origen sea el carbn. No baso mi conocimiento en lo que dicen lostextossagrados o en lo que afirman los ancianos, no baso mi sabidura en lo que dicen loeruditos oasegura la mayora. Mi sabidura se basa en lo experimentado por m mismo sinintermediarioso interpretaciones ajenas, pues es la experiencia propia y directa lo queentrega la verdaderasabidura. La vida se conoce vivindola y no a travs de creencias,opiniones, especulaciones,teoras, religiones o libros. Queris leer un libro? Leed el librode la sabidura. Ese libro sois vosotros mismos, leedlo as: dirigid vuestra atencin haciavosotros, hacia vuestras sensaciones,hacia vuestros movimientos, hacia vuestrarespiracin, emociones y pensamientos y en todomomento permaneced serenos, atentos,viviendo el momento.

    Entonces el visitante asombrado por aquella extraa sabiduravolvi a preguntar:-Maestro, quin eres en verdad?A lo que l respondi:- Yo soy la Vida, el Lucifer,

    el Portador de la Luz: el Lucero dela Maana que anuncia el fin de las tinieblas y la llegada

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    del Imperiodel Sol, el reino de la luz. Soy Prometeo, aquel que arrebat de lanada el divinofuego de la sabidura, el poder y la luz y lo entreg alos hombres. Y aunque soy el msodiado por el cielo soy, sinembargo, el ms amado, pues gracias a m se ha redimido laoscuramateria. Perdiendo mi pureza espiritual y cayendo en los abismoshe llevado vida,conciencia y conocimiento a toda carne y la heimpulsado hacia los cielos. Comprendanesta paradoja ycomprendern el misterio del universo.Y habiendo pronunciado estaspalabras cay sobre lospresentes un profundo silencio. Y junto al silencio cay lanoche,arropando con su estrellado manto a todo lo viviente. Cuandomedianoche llegrompi Lucifer las tinieblas con su voz. Clavandola mirada en la estrella polar exclam:-Quien sigue la senda del Dragn, domina la realidadpresente: el aqu y ahora. Conservar laserena quietud es suprincipio, alcanzar el ecunime e imperturbable vaco es sumeta.Quien sigue la senda del Dragn es como el agua: aunque se adaptaa todas lasformas no se aferra a ninguna.Y dirigindose al viejo guerrero, a aquel que una vezhabaestado mortalmente herido en su corazn, le dijo:- Guerrero solitario que sigues lasenda del rayo: Tendrs quesumergirte en la profunda oscuridad y hallar en tus races lavidasempiterna. Solo as llegar el momento en que aquello que acecha al otro lado salgaa la luz del da. Vendr de la otra orilla del abismopletrico de inmortalidad, poder,

    voluntad y sabidura. Y as secumplir el tiempo en que desprendindote de todo teapoderarsdel universo.Y el viejo guerrero comprendiendo las palabras de Luciferguardsilencio. Y a travs del silencio, aquiet su corazn. Y con sucorazn sereno entr enprofunda meditacin. Mas cuando abri losojos, poco antes del amanecer, Lucifer ya noestaba entre ellos y elLucero de la Maana brillaba con soberbio fulgor sobre el horizonte.