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DIPLOMARBEIT Titel der Diplomarbeit La Política Lingüística en Cataluña (1978-2008) Die Sprachpolitik in Katalonien (1978-2008) Verfasser Luis Fernández de la Reguera Villar angestrebter akademischer Grad Magister der Philosophie (Mag.phil.) Wien, März 2009 Studienkennzahl lt. Studienblatt: A 236 352 Studienrichtung lt. Studienblatt: Spanisch (Stzw) Betreuer: Mag. Dr., ao. Univ,-Prof. Peter Cichon

Luis Fernández de la Reguera Villar: La Política Lingüística en Cataluña (1978-2008)

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Luis Fernández de la Reguera Villar: La Política Lingüística en Cataluña (1978-2008). Diplomarbeit, Wien, März 2009

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  • DIPLOMARBEIT

    Titel der Diplomarbeit

    La Poltica Lingstica en Catalua (1978-2008)

    Die Sprachpolitik in Katalonien (1978-2008)

    Verfasser

    Luis Fernndez de la Reguera Villar

    angestrebter akademischer Grad

    Magister der Philosophie (Mag.phil.)

    Wien, Mrz 2009

    Studienkennzahl lt. Studienblatt: A 236 352 Studienrichtung lt. Studienblatt: Spanisch (Stzw) Betreuer: Mag. Dr., ao. Univ,-Prof. Peter Cichon

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    A Uli

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    La lengua tiene una importancia primordial. Si

    la lengua se salva, se salvar todo. (Jordi Pujol)

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    ndice de contenido Introduccin........................................................................................................................... 5 Lengua catalana y nacionalismo poltico. De la Renaixena al final del Franquismo .............. 6

    De los orgenes a la Renaixena ........................................................................................ 8 Los nuevos estados-nacin .............................................................................................. 10 La Renaixena................................................................................................................. 11 Hasta la dictadura de Primo de Ribera ............................................................................. 17 El periodo franquista (1939-1975) ................................................................................... 20

    De la Restauracin democrtica al nuevo Estatut de Autonomia (2006) ............................... 22 Poltica Lingstica.......................................................................................................... 22 La sociolingstica en el mbito cataln........................................................................... 23 Aspectos legislativos. Las referencias a la lengua en la Constitucin y en el Estatut de 197929 El proceso de normalitzaci. Llei de Normalitzaci Llingstica y Llei de Poltica Llingstica ..................................................................................................................... 33 Contextualizacin poltica. Del consenso a la disputa ideolgica ..................................... 38

    La lengua en el Estatut del 2006........................................................................................... 41 Novedades en el nou Estatut ............................................................................................ 41 La dimensin internacional.............................................................................................. 43 Derechos lingsticos de usuarios y consumidores........................................................... 45 El arans ......................................................................................................................... 47

    La enseanza ....................................................................................................................... 48 Los medios de comunicacin ............................................................................................... 57

    Promocin y difusin del cataln..................................................................................... 57 Legislacin sobre medios y lengua .................................................................................. 60

    Los primeros pasos. Llei de Normalitzaci Llingistica y Llei de Poltica Llingstica 60 La Llei de la Cumunicaci Audiovisual de Catalunya ................................................. 64 Informe de la Comunicaci a Catalunya...................................................................... 69 Bienio 2005-2006 ....................................................................................................... 70

    Prensa .................................................................................................................... 71 Televisin .............................................................................................................. 72 Cine ....................................................................................................................... 73 Internet................................................................................................................... 73

    El cataln en los diferentes mbitos pblicos........................................................................ 74 La LNL y la LPL............................................................................................................. 75 Instituciones, organizaciones y administraciones pblicas ............................................... 75

    Administracin de justicia, notariado y registros pblicos ........................................... 77 Entidades, empresas y establecimientos abiertos al pblico en Catalua...................... 79 rganos jurisdiccionales y constitucionales del Estado ............................................... 85

    Conclusiones........................................................................................................................ 87 Bibliografa.......................................................................................................................... 89 Zusammenfassung ............................................................................................................... 93 Curriculum Vitae ................................................................................................................. 97

  • Introduccin En las pginas que siguen se va a analizar la poltica lingustica llevada a cabo en Catalua respecto al cataln en el ltimo periodo democrtico. El cataln, junto con el castellano, es la lengua oficial de las Comunidades Autonmas de Catalua, Valencia y Baleares en el Estado espaol. Se habla en la franja este de Aragn, en la parte sur de Francia (la llamada la Catalunya Nord) y en una pequea ciudad situada en la isla de Cerdea, Alguero. Es, adems, la nica lengua oficial en Andorra. Se estima que unos nueve millones de personas la hablan y que esa cifra se eleva a once millones si sumando a los que la entienden. Es la lengua sin Estado ms importante de la Unin Europea en donde, por cierto, tampoco est reconocida como lengua oficial.

    El cataln es una de las lenguas europeas con mayor crecimiento en las ltimas dcadas en cuanto al nmero de hablantes; la primera dentro de las consideradas como minoritarias. De la misma manera, sus hablantes se cuentan entre los de mayor consciencia idiomtica en el viejo continente. Iniciativas polticas, legislativas y cientficas parecen estar detrs de ese hecho. Circunstancias todas ellas que se dan, de manera especial, en el mbito de la Comunidad Autnoma de Catalua. Este territorio es el nico de los mencionados que, independientemente de la ideologa poltica de su ejecutivo, ha mantenido un consenso social y poltico en favor de la recuperacin de la lengua tras la persecucin a nivel oficial a la que se vio somentida durante la dictadura franquista. Es por esa razn por la que el estudio se circunscribe a esta Comunidad.

    As pues, buscando explicaciones a las anteriores constataciones, el siguiente trabajo pretende ser, ante todo, una descripcin de la poltica lingstica de la Generalitat en apoyo del cataln durante los ltimos treinta aos. No obstante, las primeras pginas del mismo van a tener dos objetivos: de un lado hacer un repaso diacrnico del idioma partiendo del fenmeno (poltico-)cultural de la Renaixena para as conocer mejor el punto de partida de dicha poltica en los albores de la democracia. El segundo objetivo tiene un carcter metodolgico ya que ser preciso acotar tanto conceptos histricos -nacionalismo, liberalismo, Estado- como (socio-)lingusticos -poltica lingstica, normalizacin, diglosia-.

    Solo una vez realizada la contextualizacin histrica y aclaradas las nociones tericas se podr entrar a describir las medidas puestas en marcha. Cuando hablamos de medidas nos referimos ante todo a las de carcter legislativo (las polticas e institucionales tambin tienen su importancia aunque ms en el terreno simblico). En democracia solo las leyes tienen potestad para hacer realidad planteamientos tericos. Es por esa razn por la que los textos normativos encargados de gestionar el mbito lingustico van a tener un especial protagonismo. Sobretodo son dos, por su importancia, las leyes que van a centrar nuestro estudio: la Llei de Poltica Llingstica (1998) y el nuevo Estatut dAutonoma del ao 2006.

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    En un plano ms tangible, se han elegido tres parcelas de la sociedad para hacer un seguimiento de tales iniciativas: la enseanza, los medios de comunicacin y el sector de la adminitracin pblica. El resutado final de una poltica lingustica depende en gran medida de los resutados obtenidos en estos tres grandes apartados.

    Las siguientes pginas no nacen con vocacin de polmica; su intencin es meramente descriptiva. Seguramente esta consideracin sera innecesaria de ser otra la poltica lingstica estudiada; pero no es el caso. A la histrica incompresin del hecho multilnge que existe en el resto del Estado en donde nicamente el castellano es la nica lengua oficial, hay que aadir en los ltimos tiempos peridos de mayor tensin que no siempre han contribuido a una convivencia sosegada. Estos aspectos tambin habrn de ser tratados en las siguientes pginas. Repetimos, no es este el tema a tratar aunque, por su influencia, necesariamente ha de acompaar al conjunto del texto.

    Lengua catalana y nacionalismo poltico. De la Renaixena al final del Franquismo Pretendemos en este primer captulo hacer un repaso por la historia del movimiento nacionalista cataln centrando nuestra atencin en el papel de la lengua, el rol que sta desempea en l y cmo evolucionan juntos. Al respecto es necesario comenzar delimitando conceptos y objetos de estudio.

    Empecemos por el nacionalismo. Al ser un vocablo de uso corriente en nuestros das, pueden darse dos inconvenientes de cierta importancia. A saber: por una parte que, debido precisamete a su reiterado uso, el vocablo vaya perdiendo en nuestra percepcin, poco a poco, su significado original. Es un fenmeno que se da tambin en otros sustantivos abstractos similares y que igualmente tienen una presencia muy importante en los mdios de comunicacin, en la vida acadmica o, incluso, por qu no, en discusiones de caf. Nos referimos a conceptos como democracia, libertad, globalizacin, su uso repetitivo puede hacernos olvidar su significado real. El segundo problema se encuentra ligado a este, o es consecuencia suya: la carga de connotacin poltica de estas voces. Y poltica, no escrita con letras maysculas, no como ciencia humana encargada de velar por la organizacin social, sino entendida como campo de batalla, como enfrentamiento ideolgico, como partida de ajedrez.

    Son estas razones por las que preferimos comenzar nuestras lneas por una definicin de nacionalismo lo ms asptica posible. As, tratndose del nacionalismo cataln, hemos creido conveniente ofrecer tambin una definicin espaola del mismo ya que al tratar este tema se hace imprescindible hacer referencias Espaa (es obvio que el sentimiento nacionalista cataln tiene sus orgenes y su razn de ser en Espaa, de la misma manera que hoy en da parte del mismo sentimiento nacionalista, en este caso espaol, se debe a la existencia del cataln) y as, como decamos, hemos consideradado esas dos definiciones oficiales (si se les puede llamara as), las que nos ofrecen la Real Academia de la Lengua, por medio de la vigsimo segunda edicin de su diccionario, y la del Gran Diccionari de la llegua Catalana

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    que edita la Enciclopdia Catalana. La primera de ellas nos ofrece tres acepciones a la entrada del trmino1:

    1. m Apego de los naturales de una nacin a ella y a cuanto le pertenece.

    2. m. Ideologa que atribuye entidad propia y diferenciada a un territorio y a sus ciudadanos, y en la que se fundan aspiraciones polticas muy diversas.

    3. m. Aspiracin o tendencia de un pueblo o raza a tener una cierta independencia en sus rganos rectores.

    Por su parte, el Gran Diccinari de la Llengua Catalana escribe nicamente dos acepciones, estando dedicada la segunda al movimiento musical del siglo XIX con la incorporacin de elementos folklricos en la msica del que vamos a prescindir. La primera dice:

    m 1 POLT Actitud poltica derivada directament del fet datribuir, en un terreny eticopoltic, un valor altssim al fet nacional o a la naci.

    Como vemos por ambas definiciones, nacionalismo es, ante todo, un sentimiento poltico ligado a un territorio (nacin o Estado) y a su cultura, y de ah que esos tres conceptos (poltica, territorio, cultura) han de estar presentes en cualquier estudio al respecto. Como ya hemos sealado al pricipio, nosotros vamos a centrar nuestra atencin en un mbito de la cultura, en la lengua y en su vnculo con la poltica. En cuanto al tercer componente de la triada, el territorio, nos vamos a concentrar a la regin de Catalua obviando los casos de Baleares y Valencia, territorios que, junto a Catalua, disponen del cataln como lengua oficial junto al espaol.

    Una vez delimitado el significado del trmino es necesario ahora aclarar que nuestra introduccin no va a abarcar la historia del fenmeno nacionalista en su totalidad. A todo es necesario poner lmites y lo nuestros van a estar acotados, en este captulo introductorio, principalmente por dos acontecimientos histricos: uno de carcter esencialmente cultural, la Renaixena y otro poltico, el final de la dictadura de Franco. Decimos que principalmente acotados porque habremos de referir, aunque sea brevemente, a acontecimientos anteriores a la Renaixena persiguiendo un fin contextual y aclarativo: el nacionalismo , al menos en Europa, y sea cual sea el territorio al que se refiera, no busca sus raices nicamente en dos

    1 Prueba de lo dicho anteriormente, sobre connotacin poltica del trmino, es la enmienda a la que se somete la definicin de nacionalismo (redaccin propuesta, no definitiva, hemos de aclarar) en el anticipo de la vigsimo tercera edicin del diccionari de la RAE. En ella leemos:

    1. m. Sentimiento fervoroso de pertenencia a una nacin y de identificacin con su realidad y con su historia.

    2. m. Ideologa de un pueblo que, afirmando su naturaleza de nacin, aspira a constituirse como Estado.

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    siglos de historia (la Renaixena es un fenmeno que se inicia a principios del XIX como veremos), sino que las justificaciones histrico-nacionales son indagadas a lo largo de los siglos y cuanto ms lejanas stas se encuentren, mejor. En el otro extemo la cuestin est ms clara. Nos detendremos en las postrimerias de la dictadura franquista ya que esta tesina se centrar en profindizar en los treinta aos iniciales del gobierno autonmico cataln.

    De los orgenes a la Renaixena

    Como acabamos de decir, todo movimiento nacionalista rastrea sus orgenes en la historia y por esa razn podramos empezar este captulo en pocas muy remotas, en esto el caso cataln no es original, lo mismo ocurrira con cualquier otro2. Pero nosotros no nos vamos a ir demasiado ms all de la Renaixena, apenas retrocederemos un siglo, hasta principios del XVIII con el final de la Guerra de Sucesin al trono de Espaa. Pero antes de eso s nos gustara hacer una breve mencin a un acontecimiento histrico, muy repetido en la historiografa espaola, y catalana en particular, por las repercusiones que ste tuvo para el devenir peninsular: el Compromiso de Caspe.

    Durante los ltimos aos de la Reconquista, la Corona de Castilla ir adquiriendo importancia como consecuencia de ser sta la que llevara la iniciativa militar en la misma. Y as, en 1412, al quedar la Corona de Aragn hurfana de descendencia3, por medio del mencionado Compromiso de Caspe, pasa a manos de la dinasta Trastmara, que es de origen castellano. Este hecho, como hemos sealado unas lneas ms arriba, es contemplado por la historiografa como un importante factor en el camino de la unificacin espaola. Desde la prespectiva catalana el Compromiso de Caspe es visto como el primer episodio de prdida de la propia entidad ya que la entrada en la corte de monarcas de lengua castellana se considera el motivo de la desaparicin del fabla (la lengua aragonesa) y de la expansin del castellano debido a su prestigio por ser sta la lengua de la corte4. Adems, el ltimo monarca de dicha dinasta,

    2 Utilizamos el verbo rastrear en su sentido ms denotativo (4. tr. Inquirir, indagar, averiguar algo, discurriendo por conjeturas o seales. RAE). En la historiografa actual existe consenso en considerar al Romanticismo como el fenmeno cultural y poltico que ms ayud a fomentar el nacionalismo, y no solo europeo como se deduce de la experiencia americana. El Romanticismo foment el sentimiento nacional desde una vertiente cultural para lo que se sirvi de la literaria, de la pintura, de la filosfica, de la pintura y de la historia entre las disciplinas ms importantes. As, los historiadores romnticos se encargaron de cimentar con argumentos histricos las nuevas naciones europeas, sobretodo multiplicando la publicacin de historias nacionales. 3 Recordemos que la Casa condal de Barcelona y la Corona de Aragn haban quedado unidas por el matrimonio de entre Ramn Berenguer IV, conde de Barcerlona, y Petromila, hija de Ramiro II a principios del XII. 4 Sin embargo no es esa la opinin del fillogo valenciano Llus Vallverd. En su opinin la crisis que vivi Catalua fue nicamente poltica ya que si bien es cierto que el cataln como idioma tuvo un estancamiento en el pricipado, tambin lo es que en Valencia goz de un auge muy importante en cuanto a la produccin literaria, el conocido como Siglo de Oro valenciano (solo mencionar autores como Jordi de Sant Jordi, Ausias March, Joan Roi de Corella y Joanot Martorell) . Para Vallverd, al tratarse de un mismo idioma, no puede hablarse de crisis del cataln como lengua. (VALLVERD, Llus El conflicto lingstico en Catalua: historia y presente. ED. Ediciones Pennsula. Barcelona. 1981)

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    Fernndo el Catlico, al contraer nupcias con Isabel de Castilla, pone la primera piedra de lo que prodramos llamar un protoestado espaol5.

    Veamos ahora muy resumidamente el otro acontecimiento que hemos adelantado al pricipio de este apartado: el final de la Guerra que Sucesin al trono espaol y lo que eso represent para Catalua.

    Para ello empezamos por una fecha importante: el 11 de septiembre de 1714 (recordemos, en la actualidad, festividad nacional de Catalua; la Diada). Ese da entran en Barcelona las tropas del rey Felipe V de Borbn y con la capitulacin de de esta ciudad se pone fin a la Guerra de Sucesin que enfrent a los partidarios de la Casa de Austria con los de los borbones. El nuevo rey Borbn espaol, siguiendo la poltica lingstica de carcter centralista de sus parientes franceses (que aos antes, en 1659, y por medio de la paz de los Pirineos, el territorio cataln sufre su primera desintegracin al perder los territorios del Roselln y la Cerdea en provecho de Francia dando lugar a una rpida asimilacin del idioma francs en esas tierras) pone, como decamos, en marcha los Decretos de Nueva Planta (1716) por los que somete a los antiguos reinos de la Corona de Aragn a las misma leyes que regian para Castilla; esto, en la prctica se traduce como el fin de la autonoma poltica y la nica oficialidad del espaol en lo referido a la escritura (primero en el mbito jurdico auque ms tarde se traslada tambin a la educacin). Se trata pues de la primera imposicin lingstica, mediante norma legal, del espaol en tierras catalanas. Hay que decir que nicamente en el campo de la judicatura se pudieron implantar los nuevos decretos al ser ms factible el control de estos por parte de las autoridades; en lo que respecta a la educacin, su establecimiento en el mbito rural fue muy dificultoso debido al alto porcentaje de analfabetizacin. Solo a mediados del XIX, en 1857, se aprueba la conocida como ley Moyano por la que la enseanza pasa a ser obligatoriamente en espaol.

    La mencin a estos dos hechos histricos se debe a la importancia simblica que han tenido en la historiografa de carcter nacionalista para resaltar los aspectos de prdida de identidad nacional que conllevaron6. Es cierto que desde un punto de vista riguroso no los podemos 5 Con la unin de las dos coronas llevada a cabo por los RRCC primero, y despus con los casi dos siglos de reinado de los Autria, el cataln sufre un estancamiento en su funcin comunicativa, sobretodo entre la gente que dabe leer y escribir. Hay que decir, no obstante, que durante estos dos siglos el cataln no ha sufrido restricciones en su uso oficial, no sufre prohibiciones, slo disminuye su frecuencia de uso. Para el profesor Kremnitz:la prdua de la conscincia lingstica i el menysteniment,(...), de la llengua en el seu conjunt predeterminen el comportament lingstic de les generacions futures, sobretot entre les capes que aspiren a lascenci social i per a les quals sembla factible(KREMNITZ, Georg Llengua i societat. Aparecido en: AAVV Segn Congrs Internacional de la Llenga Catalana. Llibre blanc sobre la unitat de la llengua catalana. ED. Barcino. Barcelona 1989. pp. 172-205) 6 La compensacin la encontramos en la historiografa espaola. En la Historia de Espaa de Espasa Calpe se puede leer lo siguiente: As, pese a las consecuencias negativas de la guerra, Catalua reemprendi los cambios iniciados a finales del seglo XVII e inaugur una nueva poca de desarrollo y prosperidad, especialmente perceptible en el crecimiento demogrfico, la modernizacin agrcola y el despegue industrial, que vislumbraron sus grandes posibilidades de impulsar de una forma satisfactoria el desarrollo capitalista que empezaba a configurarse en los pases ms avanzados de Europa (en AAVV Historia de Espaa. La poca

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    incluir en un estudio sobre el nacionalismo. S en cuanto a la repercusin que sobre la lengua tuvieron, sobretodo el segundo de ellos. El nacionalismo, como veremos en las siguientes lneas, es un fenmeno que se comienza a dar con la entrada del siglo XIX.

    Los nuevos estados-nacin

    El origen del nacionalismo tal y como lo entendemos hoy, como lo definen los diccionarios actuales, hay que buscarlo en los albores del XIX, con la crisis del Antguo Rgimen y las consecuencias de la Revolucin Francesa. No vamos a profundizar ahora sobre este tema aunque s es necesario hacer mencin a algunos aspectos sobre el surgimiento del fenmeno a fin de disponer de una base terica que nos pueda ser til en las pginas siguientes.

    En el Antiguo Rgimen ya se dan los primeros pasos en la formacin de una consciencia colectiva con la creacin de unas seas de identidad comunes y que dieron como resultado la formacin de los primeros mapas polticos europeos. Es lo que hoy en da algunos historiadores llaman protonacionalismo, en lo concerniente a los intentos de creacin de esa consciencia colectiva y, protoestados al resultado de dichos esfuerzos. Otra caracterstica comn a todos ellos fue que, dichos esfuerzos, partan de los centros de poder, de las cortes europeas (recurdese el caso de los RRCC en la pennsula). Digamos, para no extendernos, que el afn puesto en ese sentido estaba dando sus frutos y que ya finales del XVII la tarea estaba muy avanzada7. Pero qu ocurre al estallar la Revolucin Francesa? ocurren desde luego muchas cosas, pero una evidente y que concierne a nuestro trabajo de manera especial; hablamos del cambio que se produce en las estructuras de poder: hasta entonces el monarca representa la cabeza del Estado8 y a partir de ese momento sern los liberales los que se

    de los primeros borbones. La nueva monarqua y su postulacin ante Europa. Tomo XXIX (1). A cargo de CNOVAS SNCHEZ, Fancisco. ED. Espasa Calpe. Madrid 1987). Tambin Lapesa Melgar comparte este punto de vista: tan forzada incorporacin a las normas de la administracin central tuvo sus compensaciones: una fue la supresin de las aduanas que antes separaban los territorios pertenecientes a la Corona de Castilla y los de la Corona de Aragn, abriendo as la industria y comercio catalanes un mercado envidiable. Por otra parte, la apertura de la emigracin a Amrica, reservada desde 1492 a la Corona de Castilla y extendida bajo Felipe V al resto de Espaa, permiti a los antes sbditos de la Corona de Aragn no slo atractivas posibilidades econmicas, sino tambin la de participar en la nobilsima empresa colonizadora y evangelizadora; y mallorquines y catalanes se sumaron pronto a ella (LAPESA MELGAR, Rafael Crisis histricas y crisis de la lengua espaola. Discurso leido en la recepcin del da 14 de abril de 1996 . ED. Real Academia de la Historia. Madrid, 1996. pp. 61 y sig. pag. 63) 7 Recordemos, por ejemplo, el trabajo que hicieron los ilustrados con la creacin de las Acacemias (de lengua, historia) durante todo el siglo XVIII 8 Decimos que "representa" porque en los ltimos aos ha aparecido una corriente historiografca que sostiene que el poder del monarca absoluto era de todo menos eso, absoluto. Esa es la tesis que defiende el profesos de historia moderna de la Universidad de Alcal en la introduccin (decicada al poder en la Edad Moderna) en un estudio sobre la fiscalidad castellana. Ruiz Rodrguez, Jos Ignacio Disputa y consenso en la administracin fiscal castellana: Villanueva de los Infantes y el partido del Campo de Montiel c. 1600-c. 1660 Universidad de Alcal de Henares, 2005

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    apropien del mismo. Para la consolidacin de ese hecho son precisas dos cosas, a saber, destromar la monarqua y justificar el cambio de poderes, esto es, legitimar el cambio.

    Vamos a detenernos un momento en este ltimo aspecto y con ello daremos por terminada esta pequea introduccin sobre el fin del Absolutismo y el advenimiento del poder liberal.

    En la Europa de la cristiandad el poder real vena legitimado por la gracia divina. De ah provienen las disputas entre el poder terrenal (el del monarca, el del emperador) y el poder papal: cualquier representante del primer grupo necesitaba la vendicin del Papa, del respaldo de ste para corroborar su posicin dominante (como los papas eran conscientes del poder poltico que eso representaba, los tiras y afloja entre ambas autoridades fueron cosa corriente). Los liberales, en esta nueva poca, van a sustituir esa legitimacin divina por otra de carcter terrenal: la del pueblo; un pueblo entendido como colectividad. A partir de ese momento el poder (tambin si era ejercido por un monarca como fue el caso de Espaa o Inglaterra) deba tener una legitimacin popular9. Esto conlleva la necesidad de que ese pueblo, legitimador del poder, tenga un dominio bien delimitado sobre un territorio dando lugar as a una doctrina cuyo ncleo funadamental consiste en hacer de la nacin el depositario del poder poltico supremo10. Porque hay que recordar que, en las pocas anteriores, los esfuerzos dirigidos a esa concienciacin nacional funcionaron, como acabamos de sealar, pero se quedaron en las esferas altas de la sociedad; el pueblo llano qued al margen. En el Antiguo Rgimen una persona era de una aldea, de un pueblo o, como mucho, de una villa; la consciencia de pertenecer a un grupo humano se limitaba a unos pocos kilmetros cuadrados. La revolucin liberal ser la encargada de expander esos lmites pero sin olvidar que no de forma altruista, sino con el fin de justificar el apropio del poder absolutista. En esta nueva empresa, la cultura, como veremos, va a tener un protagonismo muy importante como cohesionador social.

    La Renaixena

    Con lo dicho hasta ahora nos valdr para enterder mejor el periodo de la Renaixena. Para comenzar a hablar de ella vamos a hechar mano de una definicin tal y como hemos hecho con el nacionalismo. En el Nou diccionari 62 de la literatura catalana podemos leer lo siguiete:

    9 Como todos los procesos histricos este tampoco tuvo una aparicin espontnea. Como ya se seal anteriormente, los ilustrados contribuyeron a abonar el terreno tambin en este sentido. As, lverez Jonco al referirse a este tema dice Ms tarde, este proceso habra de ser elaborado intelectualmente, como hicieron Hobbes o Locke, creadores de la teora del contrato social, que culmin en Jean-Jacques Rousseau, defensor de la existencia de un yo comn, dotado de una voluntad general, diferente a la suma de las voluntades generales que componen una sociedad. El convencimiento de que este ente colectivo era el nico sujeto legtimo de la soberana, en lugar de los monarcas, fue obra del ambiente intelectual ilustrado que prepar las revoluciones de Estados Unidos en 1776 y Francia en 1789. Slo una vez convertido el conjunto en sujeto de derechos polticos se llegara al principio de las nacionalidades, o exigencia de adecuacin de cada unidad estatal a esas unidades tnicas previamente definidas. Esta necesidad no se sinti hasta el siglo XIX (...) (En lvarez Junco, Jos Mater Dolorosa. La idea de Espana en el siglo XIX. ED. Tauros Historia. Madrid 2001. 683 pp. Pag.60) 10 lverez Junco Op. cit. p. 60

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    Nom donat al moviment catal de ressorgiment cultural que s'inici al Principat a la primera meitat del segle XIX i amb el qual s'obre el perode contemporani de la literatura catalana. El nou clima intellectual que es desvetlla amb la Renaixena (i que possibiliten tant les noves opcions socials que s'obren per a la burgesia autctona amb la revoluci industrial, com el moviment romntic que s'aferma per tot Europa) consisteix, sobretot, en una difusi progressiva de la conscincia de cultura autnoma (que s'identifica amb l's de l'idioma) i, en conseqncia, en un increment molt notable de la producci literria en catal (i, en general, de tot el que configura les particularitats culturals catalanes). De fet, els dos grans designis de la Renaixena (la dignificaci de l'idioma i l'edificaci d'una literatura nacional) sorgeixen com a conseqncia d'una voluntat d'afirmar la personalitat autnoma de Catalunya en el terreny de la cultura.(...)

    La Renaixena, como vemos en la primera y ltima frase de este estracto, es un fenmeno eminentemente cultural. De igual manera hemos de fijarnos en la mencin que se hace a la burguesa autctona y a la conscincia de cultura autnoma, conceptos que entroncan con lo dicho ms arriba y que trataremos despus de la contextualizacin histrica. De la vertiente poltica hemos de hablar ms adelante.

    En cuanto a la contextualizin histrica nos ayudar, para empezar, el mismo sustantivo que utilizamos para referirnos a esta poca. As, la Renaixena, evoca a la recuperacin, antetodo, cultural pero sin olvidar la econmica, poltica y social, que vive Catalua en el siglo XIX en comparcin a la crisis, sa s que ms centrada en trminos lingsticos y culturales, que se di en el principado a partir de comienzos del XVIII debido a la aplicacin de los Decretos de Nueva Planta.

    En relacin a esto ltimo, y por las repercusiones que ha tenido siempre en lo cataln lo acontecido en Espaa, es preciso detenerse un momento en la situacin que se viva en la pennsula en los primeros aos de siglo.

    La palabra que describe esa situacn es crisis: Espaa vive la capitulacin de los borbones, la invasin francesa de Napolen y la Guerra de Independencia que le sigue. Al mismo tiempo, como hemos visto, los liberales se hacen con el poder, dbil, por cierto, en las Cortes de Cdiz y elaborarn la primera Constitucin parlamentarista que impondrn a Fernando VII a su regreso del exilio11. La debilidad de ese poder liberal provoca la revelda del monarca y el restablecimiento del absolutismo, aunque tambin inestable. Consecuencia de toda esta endebleza es el comienzo de las Guerras Carlistas (que acrecentaron el sentimiento liberal en Catalua) y el fin del poder de ultramar con la independencia de la mayor parte de las colonias en el Nuevo Continente.

    11 Esa debilidad de los liberales, cuyos orgenes habra que buscarlos, entre otros, en la carencia de un entramado industrial fuerte y, por tanto, en la fragilidad econmica, o en el poder que ejerca la Iglesia, eso, como decimos son las causas que muchos historiadores de hoy (entre ellos el prpio lvarez Junco) aducen para explicar las dificultades que encontraron dichos liberales espaoles a la hora de crear una identidad nacional fuerte. Segn su opinin, de esa flajeza mostrada por el Estado en los primeros pasos de la poca contempornea nacen los primeros movimientos nacionalistas peninsulares y que suponen la antesala de la situacin poltica espaola actual.

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    Esto, de manera muy resumida, es lo que pasaba en Espaa. Ahora, si giramos la cabeza y dirigimos la mirada a Europa, lo que encontramos es la formacin de los grandes Estado-Nacin. Francia e Inglaterra (Inglaterra se une con Escocia en 1707 para formar la Gran Bretaa) ya estaban muy establecidas y ahora le toca el turno a Alemania e Italia. Todo ello en el marco cultural del Romanticismo.

    Hay que resaltar la importancia de este movimiento porque va a ser la utillera cultural de la que se van a servir los liberales en cada territorio poltico para levantar todo el entramando nacional. Recordemos que los rasgos principales (no estticos) que definen este movimiento son el inters histrico (predileccin por la temtica herica y nacional en el marco de la Edad Media), y por todo a lo que concierne a lengua: estudios lingisticos, fomento de las lenguas nacionales o inters por la literatura nacional.

    Antes de comenzar a tratar el tema de la lengua, an restara acotar el periodo en el que se lleva a cabo la Renaixena. Hemos leido en la definicin dada que este periodo cultural inaugura la poca contemporanea de la literatura catalana y que comienza en la primera midad de XIX. Como los periodos histricos, no son producto de la generacin expontnea, sino de un proceso que se viene gestando desde los aos anteriores. Igual ocurre en este caso: algunos ilustrados (como Flix Amat, Josep Pau Ballot, Antoni de Capmany o Josep Climent) ya fueron preparando el camino en las postrimeras de XVIII aunque la fecha que se considera tradicionalmente como comienzo del movimiento es 1833 cuando Aribau publica el poema La ptria en donde Catalua y su lengua son los dos temas del mismo. Para ilustrarlo vamos a ver la ltima estrofa de la primera parte:

    En va a mon dol pas en ales jo em transport,

    E veig del Llobregat la platja serpentina,

    Que fora de cantar en llengua llemosina,

    No em queda ms plaer, no tinc altre conhort.12

    El fin del movimiento se da sobre los aos 80 del mismo siglo (1878 vuelve a ser una fecha simblica ya que es cuando aparece el poema pico LAtlntida de Jacint Verdager) aunque el impulso cultural que propici no acab con l y continu en las corrientes posteriores (Modernisme y Noucentisme) en lo concerniente al fomento del idioma y a la calidad de la produccin literaria.

    Entremos ya contemplar los cambios que se dan en la lengua catalana durante este estos aos, comenzando por la influencia romntica en este mbito. De ello acabamos de hablar al referirnos al inters que ponen los romnticos a todo lo relacionado con el fomento de la

    12

    http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/bc/67927399873470562265679/p0000001.htm#I_0_ (consulta: marzo 2008)

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    lengua propia y a la identificacin de sta con un territorio13. En el caso de la Renaixena es evidente ese inters y prueba de ello es un texto que hoy es considerado como uno de los ms importates de esos aos. Nos estamos refiendo al prlogo que hace Joaqum Rubi i Ors en 1841 a una recopilacin de sus poesias. El autor defiende en l el uso del cataln como lengua de uso y, en particular, como literaria ya que No la coneixen fondo (la lengua) los que la troban aspre, pobre y poch apte per la poesia. Lo catal es dols apesar de las paraulas exticas que se han introduit en ll y de lo molt que se ha corromput per nostre deixament y abandono; es rich tant com qualsevol altra de las llenguas fillas de la llatina, entre las quals fou la primognita; y se adapta la versificaci tant mes tal vegada que las altres, exceptuantne la Italiana, perque conserva encara moltas de las trasposicions de la llatina y per lo gran nmero que compta de monossilabos que la fan elstica, concisa, enrgica y armoniosa.14. El estudio y conocimiento del cataln lo justifica de la siguiente manera unas lneas ms arriba: es per ventura tan aspre y pobre nostre idioma que no compense mes que suficientment lo treball que se emplee en estudiarlo? No tenim una collecci de crnicas tan abundant y variada com la puga possehir qualsevol altre poble, y una galeria immensa de trobadors, pares de la poesia vulgar moderna y als quals son deutors de moltas de sas bellesas lo enamorat Petrarca y hasta lo terrible Dante, mes rica que cap altre naci del mon,(...)? y termina concluyendo que Catalunya pot aspirar encara la independencia, no la poltica, puix pesa molt poch en comparaci de las demes nacions, las quals poden posar en lo plat de la balansa mes de lo volmen de sa historia, exrcits de molts mils homens y esquadras de cents navios; pero si la lliteraria, fins la qual no se estent ni se pot estendrer la poltica del equilibri. Catalunya fou per espay de dos seggles (se est refiendo a los siglos XIII y XIV con Raimond Llull y Ausias March) la mestra en lletras dels dems pobles. Para terminar con este texto nicamente aadir que la invitacin de Joaquim Rubi a utilizar el cataln en la literatura fue recogida ampliamente y no solo eso, sino que solo un par de lneas ms abajo de la ltima cita que acabamos de mostrar, podemos leer lo siguiente: Perque no pot restablir (Catalua) sos jochs florals y sa academia del gay saber, y tornar sorprender al mon ab sas tensons, sos cants de amor, sos sirventeses y sas aubadas?. Pues bien, en esto tambin parecen haber sido escuchados los consejos de Rubi puesto que dichos concursos literarios medievales, que se conocian bajo el nombre de Jocs Florals, fueron reinstaurados en 1858 con un xito tan importante que son considerados como la mxima representacin de la Renaixena y su aportacin a la cristalizacin de la consciencia lingstica ya nadie pone en duda.

    13 Referente a esto el profesor Metzentin, en un trabajo sobre identidad y lengua en el caso asturiano, dir lo siguiente: de la antigedad clsica hasta la edad media los grupos se caracterizaban ms bien por su arte militar, desde la edad media hasta es siglo XVIII por su religin, a partir del siglo XIX por su lengua (Metzeltin, Michael Identidad y lengua. El caso de Asturias. Lletres Asturianes 76. Boletn Oficial de lAcademia de la Llingua Asturiana. Principu dAsturies. 2001. p. 3) 14

    http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01715741437816023090035/p0000001.htm#I_2_ (consulta: mayo 2008)

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    Fuera del mbito literario, hay que apuntar la labor que se llev a cabo durante esa poca en pro de dotar al cataln de un status de oficialidad. Fue entonces cuando aparecen los primeros diccionarios y gramticas aunque recordemos que las Normas Ortografiques y la Gramtica Normativa van a aparecer ms tarde, en 1913 y 1918 respectivamente. Ahondando en esta situacin lingstica, Kremnitz seala que la preocupacion general de los ncleos eruditos de esta poca se centra en preguntarse sobre el status del cataln: aquesta gent no posa en dubte que el catal es parli en la vida quotidiana (...) per a ells importa molt ms la qesti de si la llengua es pot utilitzar per a ls literari i cientfic i tcnic del temps nou, si s possible elevar-la al mateix nivell que les altres grans llenges europees. La qesti del status i del prestigi de la llengua (i dels seus parlants) t, doncs, des del primer moment un paper decisiu. Amb aix hi ha naturalment involucrades posicions poltiques en el sentit ms ampli del terme15

    Para buscar los puntos de contacto entre cultura (lengua incluida) y la poltica y sociedad habremos de volver a la definicin que dimos al principio. Recordemos que en ella leamos que el nuevo clima intelectual que tajo consigo la Renaixena era propiciado por la burguesa autctona y la revolucin industrial (junto al Romanticismo). La burguesa a la que se refiere el texto del Diccionari 62 es de carcter conservador lo cual contradice lo que nosotros apuntamos respecto al origen liberal de los movimientos culturales europeos en los finales del XIX. Esa contradiccin no es tal puesto que es cierto que en Catalua la inquietud cultural que desenvoc en la Renaixena fue liberal aunque una segunda jornada de autores consevadores les arrevat el protagonismo (recordemos la debilidad del liberalismo)16. La disputa ideolgica dentro del movimiento cultural cataln no careci de importancia. A efectos practicos, al cataln como idioma, este hecho le benefici puesto que qued amparado por la clase alta adinerada lo que le permiti obtener mayores recursos para su desarrollo.

    Pero hablar de Renaixena es hablar de burguesa catalana y de lo que ella supuso tanto para el idioma como para el nacionalismo poltico que en esos momentos se empezaba a gestar gracias a la iniciativa de sta durante el siglo XVIII. La sociedad catalana llega al XIX en una situacin aventajada para disputar el poder a los liberales. Se lo disputa y se lo arrebata, al menos en el mbito cataln. Estamos tambin ante una burguesa que, por una parte, se siente muy arraigada a la tierra que sidentificar amb una peculiar cultura provincial: la defensa de lhistoricisme, del catolicisme i del catal com a llengua culta, com tamb la recreaci dun mn rural idealitzat forem alguns dels pricipipals components17, pero que, por otra parte, no siente desapego por Espaa, al menos durante los aos centrales del siglo del que

    15 Kremnitz Op. cit. pg. 187 16 El historador Manel Risques al comenzar un captulo titulado El combat intel.lectual pel domini cultural, 1844-1874 La configuraci duna cultura burguesa dice: Des del 1844 van consolidar-se els elemets duna cultura cultural burguesa, patrcia, a Catalunya, a partir de la ruptura amb la cultura liberal del periode anterior. Y un poco ms adelante: Fou un projecte cultural ambicis que va lliscar cap a la recreaci de la personalitat histrica de Catalunya com a nou objecte histric i, en conseqncia,va tenir a lafaionament dun cadi distintiu (...). En VVAA Histria de la Catalunya contempornea. De la guerra del Francs al nou Estatut. Manuel Risques (dir.) ED. Prtic. Biblioteca Universitria 1999 (Segona edici 2006) 574 pp. Pag. 153 17 Risques Op. cit. p. 153

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    hablamos18. Es ms, la actividad poltica catalana en Madrid siempre fue importante contribuyendo al gobierno de Espaa. Ms tarde, a comienzos del XX, las reivindicaciones nacionalistas irn en aumeto.

    Pero antes de llegar a esto hay que detenerse en la concepcin que tena dicha burguesa de la lengua catalana. De acuerdo con su carcter conservador, la clase dirigente catalana, al hacerse con las riendas culturales del pas, apuesta por un proyecto lingstico diferenciado de las clases populares y esto se traduce en el rechazo de dichas formas centrando su inters en el nivel culto de la lengua, arcaizante, i amb unes formes lingistiques legitimades per les arrels medievalitzants, no contaminades per la parla popular.19 A esta concepcin del idioma intent satisfacer la recuperacin del Jocs Florals aunque su xito inesperado en todas las capas de la sociedad propici que estos se utilizasen como plataforma articuladora i multiplicadora de les propostes lingstiques i literries del vint anys posteriors20lo cual di como resultado la crtica y la discusin entre las distintas percepciones a cerca del idioma y sus usos. Prueba de esta visin arcaizante del cataln la tenemos en que el gnero de la novela no dispuso de representacin culta hasta el ao 1862 con la publicacin de Lorfeoneta de Menargues de Antoni de Bofarull. As fue como, casi sin querer, se foment la difusin y uso del cataln. No hay que olvidar que igualmente, como consecuencia del xito de pblico que arrastraron los Jocs Floras, la actividad literaria aument considerablemente su volumen como tambin le ocurri a la prensa.

    Antes de dar por finalizada esta parte del resumen nos gustara hacer un apunte sobre un tema que ms adelante va a tener mucha relevancia en nuestro estudio. Se trata del fenmeno de la inmigracin. El auge econmico que vive Catalua a partir del XVIII y que se manifiesta de forma clara en el XIX y prinipios del XX trae consigo esta corriente migratoria que se asentar en las zonas industriales del principado. Al ser esta una inmigracin provinente del resto del Estado y al darse en las circunstancias que acabamos de ver (auge del prestigio y de la consciencia lingstica del cataln junto con las primeras inquietudes nacionlistas) da como resultado el primer contacto importante entre las dos lenguas vecinas. Recordemos que el bilingismo era un fenmeno que hasta entonces lo encontrbamos en las capas dirigentes de la sociedad, aquellas que precisaban del castellano para establecer vnculos de contacto con el centro de poder poltico peninsular.

    18 La continuacin de la nota 17 de Risques dice: (...) que, als anys centrals del segle XIX, va fer-se amb plena avinena a la intregraci a Espanya Risques Op. cit. p. 153. Vallverd incluso va ms lejos y afirma que la burguesa catalana fracasa en su intento de hacerse con el poder econmico en el conjunto de Espaa y de ah que se repliege en actitudes nacionalistas. Como cita de autoridad Vallverd recurre al historiador francs Pierre Vilar: la fase 1885-1916 tiene bien merecido el nombre de nacionalista-burguesa. Vallverd Op. cit. Por ltimo recoger una tercera opinin en este sentido. La del historiador Joan B. Culla i Clar que en un artculo sobre el nacionalismo cataln viene a corraborar la opinin de Vallverd: Fueron las frustaciones de un proyecto nacional espaol atractivo las que conviertieron el renacimiento literario en el despertar de una conciencia nacional catalana. Slo despus de comprobar que Madrid permaneca sordo a las demandas de Cantalua la recuperacin cultural se transform, y a finales del siglo XIX, en un instrumento de lucha poltica por la autonoma 19 Risques Op. cit. p. 154 20 Risques Op. cit. p. 154

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    A grandes rasgos, porque estos fenmenos de contacto lingstico no son sencillos de describir, se puede decir que a partir de, sobretodo de finales del XIX, dicho contacto se va a dar primordialmente entre los miembros de la clase trabajadora. Para el profesor Kremnitz este hecho, la inmigracin proletaria, ser utilizado por los gobiernos estatales para neutralizar el cataln y, por otra parte, marcar un antes y un despus en la apreciacin de la lengua como sea de identidad ya que se comenzar a apreciar una cierta cohesin lingstica en las capas trabajadoras de catalanohablantes al recurrir stas a la lengua como un factor diferenciador de aquellas clases, an ms pobres, que provienen del resto del Estado: la llengua, ms enll de la seva valor comunicativa, va adquirint improtncia com a smbol de la catalanitat21. Un punto culminante de esta identificacin es, sin duda, el Primer Congrs de la Llengua Catalana que se celebra en Barcelona en 1906.

    Hemos centrado nuestra atencin en la Renaixena por lo que signific culturalmente, porque en ella se dieron los primeros pasos de manera lcida en crear el cataln moderno y porque tambin fueron los aos en los que el nacionalismo poltico ech a andar. Es cierto que la primera razn expuesta es la ms importante; hoy en da la Renaixena evoca cultura ante todo, pero tambin un punto de inicio general para Catalua. Ya hemos apuntado antes que el movimiento en s, el cultural-literario, tiene su fin hacia inicios de los ochenta con el poema pico de Verdaguer. El modernismo llama a la puerta para poner fin al siglo. Pero en cuanto a lo que a nosotros nos incumbe, este hecho tiene poca relevancia debido a que no es este un estudio sobre literatura y en el campo de la sociolingstica el cataln contina su proceso de estandarizacin y el nacionalismo sigue ganando peso poltico.

    Hasta la dictadura de Primo de Ribera

    Los ltimos veinte aos del siglo XIX se caracterizan, como acabamos de comentar por el auge del catalanismo, siempre de tendencia conservadora. Y aqu abra que nombrar a Valent Almirall que desde posturas federalistas emprendi varias iniciativas como la creacin del primer peridico en cataln en 1879, el Diari Catal o la organizacin, en 1880 del Primer Congrs Catalanista o el Centre Catal (1882). En 1886 Almirall se encuentra en el punto lgido del catalanismo con la publicacin de Lo catalanisme. Motius que el legitimen, fonaments cientfics i solucions prctiques22.

    El relevo de Almirall lo recoge a partir de 1891, y tras una escisin de la Lliga de Catalunya (la primera organizacin que lleg a plantear a la Reina Regente por primera vez un programa claramente nacionalista tanto a niver poltico como lingstico) una plataforma que unificaba a diversos centros catalanistas: la Uni Catalanista, con nombres tan importantes como ngel Guimer, Domnech i Montaner, Puig i Cadafalch o Camb que dieron como resultado una doctrina catalanista que se dio a conocer como Bases per a la Constituci Regional Catalana (Manresa, 1892), esto es, las Bases de Manresa. La importancia de este documento radica en que fue el primero en proclamar el cataln como nica lengua oficial de Catalua: la lengua

    21 Kremnitz Op. cit. p. 189 22 El resumen poltico de esta poca est recopilado de Risques. Pg. 182 y ss.

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    catalana ser la nica que, con carcter oficial, podr usarse en Catalua y en las relaciones de esta regin con el poder central23.

    Despus, en 1906, hubo de venir un movimiento surgido como reaccin al asalto, y cierre, por parte del ejrcito del semanario barcerlons el Cu-cut! a causa de la publicacin de un chiste en alusin al ejrcito espaol24. A esto le sigui la Ley de Jurisdicciones que inclua en la jurisdiccin del ejrcito cualquier ofensa a ste o a los smbolos nacionales. La reaccin catalana, como decimos, fue la fundacin de Solidaritat Catalana que aglutin a todas las fuerzas catalanas a escepcin del partido de Lerroux y la derecha monrquica. Su lder fue Francesc Camb y su objetivo original fue convatir la Ley de Jurisdicciones aunque fundamentalmete signific un movimiento aglutinador de partidos polticos y sectores sociales en torno a un sentimiento nacionalista. A pesar de unos buenos resultados electorales iciales, la aventura dur poco como consecuencia de la poca cohesin en su seno. En las elecciones municipales de 1909 ya se presentaban por separado.

    Mayor significado poltico tuvo la Mancomunitat (1914-1924) que naci como un proyecto con cierto aire descentralizador para todo el Estado pero que nicamente Catalua se aprovech de l. Las competencias eran de carcter administrativo, no poltico, pero como apunta ngel Duarte25 s la primera vegada, malgrat totes les limitacions, que existia una instituci nica a tot Catalunya amb un projecte coherent. Importantes fueron los trabajos que se desempearon durante esta poca en lo concerniente a la estandarizacin de la lengua ya que es cuando se publican las Normas Ortogrfiques (1913) y la Gramtica Normativa (1918). El mismo Duarte opina que per primera vegada, amb la Mancomunitat, la cultura catalana es va poder desenvolupar no contra o al marge del poder, sin reconeguda i potenciada per les institucions y ms concretamente en el mbito de la lengua se propone la recuperacin y normalizacin com a elemente propi, vertebrador de la indentitad i de la cultura catalana. (...). En un principi, normalizaci lingstica volia dir implantaci dunes normes ortogrfiques, configuraci duna certa homogenetat ortogrfica i lxica i acceptaci, per una mplia majoria, de la nova normativa.26. Con la gramtica y las normas ortigrficas ya solo restaba la creacin de un diccionario aglutinador. ste ve la luz en 1932 bajo el nombre de Diccionari general de la llengua catalana ya en el marco del gobierno de la Generalitat durante la Repblica.

    Antes de llegar a los tiempos de la Generalitat, hay que pararse un momento en el ao 1923 ya que fue entonces cuando da comienzo la dictadura de Miguel Primo de Rivera y que durar hasta principios del ao 30. 23 As reza el primer apartado del Poder Regional. El texto ntegro de las Bases de Manresa se encuentra en http://www.paraprofesores.com/Historia%20segundo%20bachillerato/Textos/2003%202004/Bases%20de%20Manresa.pdf (consulta: mayo 2008) 24 El Cu-cut! haba publicado dicho chiste refirindose a los escasos xitos del ejrcito espaol. Pero de hecho eso fue la gota que colm el vaso ya que desde haca tiempo se vea con preocupacin desde las filas de ejrcito el ascenso del catalanismo. 25 ngnel Duarte es historiador docente en la Universitat de Girona. En Hisria de la Catalunya Contempornea. Op. cit. pg. 253. 26 ngel Duarte Op. Cit. pg. 257

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    Ni que decir tiene que esta dictadura supone un parntesis en los esfuerzos hechos hasta entonces en cuanto a la poltica lingstica. Primo de Ribera persigui la cultura y, sobretodo, la lengua, justificndolo como la mejor manera de perseguir al separatismo. De esta manera el cataln fue apartado de la vida pblica mediante la publicacin de leyes y decretos27. Caso a parte fue la prensa. A sta se la someti a censura aunque en este caso no afect a la lengua. Los efectos de tales medidas asimilistas fueron los contrarios a los perseguidos ya que durante los aos de dictadura se radicalizaron las posturas nacionlistas y aparecieron los primeros movimientos verdaderamente independentistas, encabezados estos por Francesc Maci. De todas maneras, la represin lingstica no fue lo suficientemente importante y duraredera como para que despus de sta, y durante el periodo de gobierno de la Generalitat, el cataln volviese sin problemas a su status anterior.

    Derrotados los partidos monrquicos en las famosas elecciones municipales del 12 de abril del 31 se da inicio a la II Repblica en Espaa y con ella al gobierno de la Generalitat en Catalua del que Maci fue su primer presidente.

    Aunque militar en su juventud, Maci fue el fundador de Esquerra Republicana de Catalunya. Con esto, lo que pretendemos sealar es que el nacionalismo cataln ha dado un giro a la izquierda o, al menos, ya no es exclusivo de la burguesa acomodada. Culla lo expresa de la forma que sigue28: En efecto, Si en 1900 las ideas catalanistas aparecan casadas con los intereses burgueses, con las convicciones catlicas, con las actitudes bienpensantes, a lo largo de los veinte aos siguientes ese nacionalismo diversific sus apoyos sociales y ampli sus horizontes doctrinales hasta convertirse en un rasgo comn a casi todos los partidos polticos catalanes, fueran monrquicos o republicanos, catlicos o anticlericales, conservadores o socializantes. Hacemos esta apreciacin porque, como veremos, es un fenmeno que se repite en nuestros das. Pero eso lo habremos de ver ms adelante. Ahora nos interesa ms apuntar que el gobierno de la Generalitat, con la aprobacin del estatuto de autonoma, alcanz las cuotas ms importantes de autogobierno hasta entonces.

    En el mbito de la lengua se hizo un esfuerzo presupuestario importante (como por ejemplo en el sector de la enseanza) a pesar de que las competencias no fueron muy elevadas: se desarrollaron cursos de promocin dirigidos a profesores, funcionarios y poblacin en general, todos organizados por el Comit de la Llengua.

    Desde principios de siglo se desarrollaban iniciativas relacionadas con la lengua. As, en 1906 se organiza en Barcelona (recordemos que es el ao que se funda Solidaritat Catalana) el Primer Congrs de la Llengua Catalana. Y al ao siguiente, y en parte gracias a las sugerencias que se hicieron desde el Congrs de la Llengua, se funda una institucin que perdura hasta nuestros das: el Institut dEstudis Catalans cuyos objetivos eran muy claros desde el principio: el restabliment i organitzaci de tot el que es refereix a la cultura

    27 Quizs sea interesante anotar la postura de parte de la Iglesia catalana a favor de la lengua al rechazar el uso obligatorio del castellano. El cardenal Vidarl i Barraquer fue la figura ms representativa de esta postura. 28 Culla i Clar Op. cit.

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    genunament catalana29. Es en esta institucin donde desempear Pompeu Fabra sus trabajos. l fue el responsable de las obras que ya hemos mencionado, la gramtica, la otografa y el diccionario.

    As pues, la Segunda Repblica supuso, tanto para lengua como para el nacinalismo poltico, el alcanzar los niveles ms importantes de su historia ya que el proceso que se haba iniciado a principios del XIX con la Renaixena no haba tendo ningn retroceso si descartamos la dictadura de Primo de Ribera y el bienio del Frente Popular en la Repblica. Con las obras de Pompeu Fabra se dispona de los medios tericos para la estandarizacin del cataln y, adems, se contaba con la voluntad poltica. Por ltimo, sta, la poltica catalanista pareca satisfecha con las cuotas de autogobierno que le fueron ofrecidas por Azaa en el 31. Todo demasiado idlico para soportar las tensiones que se vivan en el resto del Estado. Con el inicio de la Guerra Civil comienza un periodo de retroceso poltico y cultural para Catalua que habra de perdurar hasta la muerte del dictador en 1975.

    El periodo franquista (1939-1975)

    Acabamos de dejar al cataln en una situacin de casi normalizacin en el ao 1936. Al terminar la guerra civil y comenzar la dictadura viviremos una situacin de sustitucin idiomtica mediante la aplicacin de leyes que persiguen este objetivo. Estamos ante la aplicacin de una poltica lingstica asimilista. En cuanto al estatuto de autonoma ni que decir tiene que fue abolido.

    Se pueden distinguir en esta poca dos fases:

    La primera ira desde el final de la guerra hasta el ao 1945. Son los aos de mayor represin en los que incluso el uso pblico del cataln puede llegar a ser peligroso. El espaol es obligatorio en la administracin, en la vida pblica, se prohibe la publicacin de libros en cataln, se cambia la nomenglatura de calles y plazas; por supuesto tambin en la enseanza. El cataln sigue conservando nicamente su status en ncleos familiares, en zonas rurales de difcil acceso o en reuniones clandestinas.

    Un aspecto importante que habra que apuntar de esta primera etapa es el intento que se realiza desde el poder para dialectalizar las lenguas del Estado, es decir, privar al cataln, al euskera y al gallego del status de lengua30.

    29 http://www.iec.cat/gc/ViewPage.action?siteNodeId=926&languageId=1&contentId=3063 (consulta: mayo 2008) 30 Muestra de ello es el siguiente texto del ao 39 : -Por qu decs que la lengua castellana ser la lengua de la civilizacin del futuro? -La lengua castellana ser la lengua de la civilizacin del futuro porque el ingls y el francs, que con ella pudieron compartir esta funcin, son lenguas tan gastadas, que van camino de una disolucin completa. -Se hablan en Espaa otras lenguas ms que la lengua castellana? -Puede decirse que en Espaa se habla slo la lengua castellana, pues, aparte de sta, tan slo se habla el vascuence que, como lengua nica, slo se emplea en algunos caseros vascos y qued reducida a funciones de dialecto por su pobreza lingstica y filolgica.

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    El ao 1945, con el fin de la II Guerra Mundial, Franco se ver obligado a variar su poltica represiva. Se empiezan a tolerar ediciones de algunos textos antiguos catalanes, aunque respetando la grafa original sin autorizar las normas ortogrficas aprobadas en el ao 1913.

    Poco despus, a principios de los cincuenta, se comienza a notar la recuperacin econmica y con ella la aparicin de un fenmeno social que ya habamos visto ms atrs: la inmigracin hacia las grandes urbes. Barcelona era una de ellas por entonces.

    En la periferia de esta ciudad se crean grandes bolsas de trabajadores llegados de toda Espaa que, en medio de una poltica lingstica como la que se estaba aplicando por entonces, da como resultado un aumento del uso del espaol. Aos ms tarde, con la democracia, ser precisamente esta zona de Barcelona (lo que an se conoce como el cinturn rojo) una de las mayores preocupaciones de la administracin catalana en la aplicacin de su poltica lingstica: la normalizacin del cataln. Pero eso lo veremos un poco ms adelante.

    No ser hasta mediados de los sesenta, con la aparicin de otro fenmeno de masas, el turismo, cuando se empiece a notar ya un decaimiento en la poltica represiva. Franco necesita de un turismo que pronto ser la mayor fuente de ingresos para las arcas de Estado, y de ah que de cara al exterior no le interese mostrar una actitud demasiado dura. La ltima dcada de la dictadura (1965-75) es conocida popularmente en Espaa como la dictablanda.

    Esta nueva coyuntura ser aprovechada por el cataln para crear una serie de infraestructuras o empresas que, aunque a veces rudimentarias, garantizarn la publicidad del idioma. Nos referimos a la publicacin de libros, material didctico, creacin de premios literarios,... No obstante, para el profesor Kremnitz, el fenmeno cultural ms importante de ese tiempo fue la aparicin de un grupo de jvenes cantautores que utilizaron nicamente el cataln para sus composiciones: J. Manuel Serrat, Quicu P de la Serra, Mara del Mar Bonet, Llus Llach, Jaume Sisa.... Ellos, con su postura enfrentada al franquismo, consiguieron llegar a los ms jvenes y expandieron la lengua en unos aos an difciles.

    De todas maneras ya eran los ltimos episodios del franquismo y la democracia ser algo muy diferente respecto a la poltica lingsta y a la poltica en general.

    -Y cules son los dialectos principales que se hablan en Espaa? -Los dialectos principales que se hablan en Espaa son cuatro: el cataln, el valenciano, el mallorqun y el gallego En MENNDEZ-REIGADA Catecismo patritico espaol. Salamanca, 1939. Texto extraido de: MOLL, Toni; PALANCA Carles Curs de sociolingstica (1). Ed. Edicions Bromera. 1 ed. 1987, 3 ed. 1989. Alzira. p. 75

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    De la Restauracin democrtica al nuevo Estatut de Autonomia (2006) En el captulo que da comienzo a este trabajo hemos intentado describir el desarrollo de la lengua catalana desde el movimiento cultural de la Ranaixena hasta el final de la dictadura en 1975. No solo eso, hemos visto tambin cmo, sobretodo en el caso de los ltimos aos del siglo XIX y principios del XX, existe una ralacin entre la recuperacin del idioma cataln y el auge del sentimiento poltico nacional.

    Pusimos fin al captulo con el advenimiento de la democracia actual porque sta marca un cambio de paradigma en la historia del idioma y tambin porque es la poca en la que an nos encontramos.

    Decimos que supone un cambio de paradigma porque es a partir de ese momento, o mejor dicho, a partir de la Constitucin de 1978 y del proceso de gobierno autonmico que pone en marcha el Estatut de Autonomia cataln de 1979 cuando, por parte de las instituciones catalanas, se pone en marcha una poltica lingstica encaminada a la recuperacin definitiva del cataln.

    A continuacin nos proponemos aclarar cules van a ser los referentes tericos y legislativos de dicha poltica lingstica. Aunque de manera breve, intentaremos acotar conceptos que nos parecen bsicos para contextuar dicha poltica puesta en marcha por los diferentes gobiernos autonmicos. Para ello comenzaremos por aclarar lo que se entiende por poltica lingstica, sus orgenes, por la aceptacin de sta en el mbito cataln y, por ltimo, habremos de fijar nuestra atencin en la base legislativa en la que se pusieron en prctica esas iniciativas, esto es, la Constitucin espaola de 1978 y el Estatut de autogobierno de 1979. Slo despus nos adentraremos en analizar el proceso de normalizacin iniciado entonces y que aun perdura, centrando nuestra atencin en la ltima etapa de ste, sobretodo a partir de la aprobacin del nuevo Estatut en 2006.

    Poltica Lingstica

    A lo largo de las siguientes lneas la combinacin del sustantivo y del adjetivo que sirven de encabezamiento a este apartado van a ser recurrentes. Por ese motivo cabe hacer un inciso y explicar en qu consiste precisamente eso, la poltica lingstica.

    En un artculo titulado Poltica lingstica: Conceptos y definiciones31 los lexicgrafos daneses Henning Bergenholtz y Sven Tarp aportan, aparte de una definicin del trmino y de un esquema para su estudio, dos ideas que encontramos interesantes a cerca de este tipo de poltica:

    31 El artculo se encuentra en formanto pdf bajo la siguiente direccin: http://www.cttic.org/ACTI/2004/papers/Henning_Bergenholtz_y_Sven_Tarp_Politicalinguistica.pdf (consulta: mayo 2008)

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    La primera de ellas es que la poltica lingstica no es nada nuevo, que existe desde miles de aos. Poltica lingstica fue la llevada a cabo por el Imperio Romano a lo largo y ancho de Europa y lo mismo ocurri en el continente americano con la conquista espaola. Esto es, dependiendo de los grados de intencionalidad, este tipo de poltica tiene ya un largo camino recorrido.

    La segunda idea que llama la atencin es elinters pblico que viene despertando a lo largo de los ltimos tiempos y el creciente papel que ocupa en el mundo acadmico, que se expresa en la publicacin de un gran nmero de artculos y libros dedicados al tema.

    Luego, los autores pasan a proponer una definicin y para ello utilizan dos divisiones del concepto: poltica interlingstica y poltica intralingstica. La primera de ellas, la interlingstica, sera la regulacin de las relaciones entre dos o varias lenguas mientras que la intralingstica la regulacin de las relaciones internas de una misma lengua. A continuacin, y antes de ofrecer una definicin ltima del trmino, se apunta algo obvio pero que consideramos importante sear; para que tenga lugar esta poltica es imprescindible que exista una intencin, o sea una consciencia de que se est implementando tal poltica, lo que significa que los procesos espontneos de evolucin de las relaciones entre las lenguas y dentro de ellas no pueden considerarse como elementos integrantes de la poltica lingstica.32

    As pues, la definicin que aportan los dos autores es la siguiente: La poltica lingstica es la regulacin intencional de las relaciones interlingsticas e intralingsticas.

    La definicin aportada por los dos autores se acomoda muy bien al caso del cataln ya que desde un pricipio los responsables de llevar a cabo dicha poltica tuvieron en cuenta esos dos aspectos; por un lado se trataba de fomentar el cataln en relacin con el castellano, de recuperarlo tras la subordinacin a la que fue somentido durante la dictadura y, por otra parte, de el llevar a cabo un proceso de estandarizacin esto es, homogenearizar el idioma de manera prescriptiva. Todas estas medidas las veremos ms adelante.

    An antes de eso hemos de detenernos en otro aspecto que nos parece imprescindible para entender y contextualizar todo este proceso llevado a cabo en Catalua durante las ltimas dcadas. Nos estamos refiriendo a la aparicin, all por las dcadas de los cincuenta o sesenta del siglo anterior, de una nueva disciplina, la sociolingistica.

    La sociolingstica en el mbito cataln

    Trminos como diglosia, conflicto lingstico, normalizacin o bilingsmo que tanto se han utilizado a lo largo de estos aos en la poltica lingstica catalana se los debemos a las

    32 Esto ltimo referido a los procesos de cambio nos ha parecido interesante insertarlo porque, como veremos ms adelante, el incremento importante, y en un corto periodo de tiempo, de la inmigracin llegada a Catalua en los ltimos aos hace variar la poltica lingstica del gobierno cataln pero, por supuesto, no es este fenmeno parte de dicha poltica.

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    investigaciones iniciadas en algunas universidades norteamericanas por aquellos aos ya mencionados.

    En un momento dado, los estudios provinentes del campo social hacen que la lingstica se preocupe del uso que se da al lenguaje. El desarrollo industrial de la sociedad occidental, la norteamericana en este caso, plantea nuevas incognitas que afectan al estudio de la lingstica tradicional, la cual, se preocupar a partir de entonces por las relaciones que existen entre lenguaje y pobreza, el lenguaje y las minoras raciales (guetos), el uso de ste en las minoras lingsticas y en las nacionales, etc. En definitiva, la interaccin entre lengua y sociedad se convertir en el motivo central de anlisis de esta nueva ciencia.

    Hacer un estudio detallado de los primeros aos de esta ciencia es algo que sera largo y trabajoso, aparte de desviarnos de nuestro tema. Sin embargo, creemos importante hacer mencin, aunque slo sea de manera breve, al desarrollo e importancia que coge esta ciencia a su llegada a tierras del levante espaol y a su influencia posterior sobre el idioma cataln.

    Como hemos visto hasta ahora, no es de extraar que una nueva disciplina, que tiene como objeto de estudio los usos y cambios que se aprecian en un idioma en el mbito social tenga, como decimos, una rpida y buena acogida en Catalua33.

    Unos de los libros que inaugura la nueva disciplina fue pubicado en 1953 y lleva un ttulo del todo sugerente para un catalanoparlante que no compartiera la poltica lingstica espaola de esos aos: Languages in Contact. Uriel Weinreich, el autor, realiza un trabajo sobre bilingismo y multilingismo siendo el primero en desarrollar el concepto de interferencia lingstica definido como la influencia de una lengua sobre otra34. Como decimos, la sociolingstica adquire un rpido reconocimiento en Catalua debido, casi con seguridad, a la situacin lingstica vivida en ese momento. As, un manual introductorio a esta ciencia, publicado esta vez en Valencia, y que nos muestra su desarrollo por diferentes paises o regiones, al llegar al Estado espaol dice lo siguiente: Dins la nostra rea peninsular, han estat les comunutats lingstiques perifriques, les que han aportat estudis i iniciatives ms valuoses en el camp de la teoria i la prctica de la sociolingstica. La comunitat lingstica castellana, installada en una situaci de privilegi lingstic a lEstat espanyol, no ha necessitat desmerar gaires esforos en lanlisi de ls lingstic35. Luego se nos habla del caso de Euskadi, de Galicia y de los Paises Catalanes pero no se hace mencin al resto del Estado. Insistiendo en esa idea, el mismo manual distingue entre dos tendencias diferenciadas dentro de sta nueva ciencia: la norteamericana y la europea.

    33 Aunque nuestro objeto de estudio sea el mbito de Catalua es de justicia apuntar que es en la regin valenciana en donde se incian primeras las investigaciones sociolingsticas en las que la lengua catalana es objeto de estudio. Autores como Aracil o Ninyoles, que veremos ms adelante en este mismo captulo, son de origen valenciano. 34 LORENZO SUREZ, Anxo M. en Manual de ciencias da linguaxe VVAA (F. Ramallo, G. Rei-Doval & X.P. Rodrguez Yez editores) Edicins Xerais de Galicia, 2000, pp.343-408. El artculo se encuentra en internet bajo http://webs.uvigo.es/alorenzo/Docs/Anxo_SocioManual_2000.pdf (consulta: mayo 2008) 35 MOLL, Toni; PALANCA Carles; Curs de sociolingstica (1). Ed. Edicions Bromera. 1 ed. 1987, 3 ed. Alzira 1989. pp. 25-26

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    La primera sera la tecnocrtica basada en el avance conceptual, la experimentacin, los tecnicismos, la supuesta neutralidad,... s, per dir-ho respectuosament, una sociolingstica interessada en la simptomatologia ms que no pas en la patologia o la fisiologia: sectorial, pretesament asptica36.

    La segunda de ellas es el modelo que se sigue en Europa al ser la realidad del viejo continente distinta a la americana. sta neix de la voluntat de solucionar problemes concrets i reals. Arrelada en el monent histric que la provoca, no intenta presentar-se com a un gent mgic, sin com a instrument per a la reflexi i lacci social37. Se manifiesta la simpata que profesan los autores del area catalana por este segundo modelo que, partiendo de un corpus conceptual y terico, intenta entender y transformar la sociedad.

    El contrapunto a la falta de inters de la sociolingstica espaola -o al simple desinters- segn Moll y Planca lo encontramos en un artculo de relativa acutalidad publicado por una revista de la Universidad de Barcelona. Nos referimos a La diversidad de lenguas en Espaa en los ltimos 25 aos. Prespectivas desde territorio monolinge38 de Andrs Barrera Gonzlez.

    En dicho artculo el autor trata de estas dos prespectivas que se dan en la pennsula respecto a la sociolingstica y de las que venimos hablando39. Para ello se vale de dos estudios aparecidos en la mitad de los setenta: el primero es el del socilogo Juan Jos Linz que en 1975, y residiendo en los EEUU, publica Politics in a multilingual society with a dominant wold language: the case of Spain mientras que el segundo de ellos es el aparecido dos aos ms tarde titulado Cuatro idiomas para un estado del valenciano Rafael Llus Ninyoles.

    Veamos ahora lo expuesto por Barrera sobre estos dos textos.

    Del primero dice que se trata de un ponderado anlisis sobre la cuestin de la diversidad lingstica en Espaa y sus implicaciones polticas y acto seguido pasa a sealar, en 14 puntos, las conclusiones de Linz en su estudio. No vamos aqu a apuntar todas ellas aunque s es necesario nombrar las recomendaciones que hace el autor madrileo respecto a la poltica lingstica a seguir en el caso peninsular (el texto original de Linz figura en cursiva):

    l Las dos primeras no son recomendaciones, si no constataciones: el carcter multilinge de Espaa es un hecho irreversible. Cualquier intento de asimilar a todos

    36 MOLL, Toni; PALANCA Carles Op. cit. p. 18 37 MOLL, Toni; PALANCA Carles Op. cit. p. 19 38 Andrs Barrera Gonzlez es profesor en el Departamento de Antropologa social en la Universidad Complutense de Madrid. El artculo del que hacemos mencin fue publicado en el nmero dos de la revista Llengua, Societat i Comunicaci titulado 25 anys de Constituci Espanyola: un model lingstic per avaluar (noviembre de 2004 pp. 10-21) publicada por el Centre Universitari de Sociolingstica i Comunicaci de la Universitat de Barcelona. El artculo est disponible en internet bajo la direccin: http://www.ub.es/cusc/LSC/hemeroteca/numero2/articles/Barrera.pdf (consulta: mayo 2008) 39 En sus prpias palabras al principio del texto:con el nico y especfico propsito de ofrecer algunasprespectivas desde territorio monolinge sobre la cuestin tremenda de la diversidad de lenguas en Espaa

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    los espaoles a la lengua castellana (...) est condenado al fracaso. Esto es, la vuelta al monolingismo es imposible.

    l La imposibilidad del monolingismo, incluso dentro de regiones delimitadas lingsticamente, har necesarias poilticas dirigidas a alcanzar diversos niveles de bilingismo.

    l Cualquier esfuerzo dirigido a solucionar la cuestin lingstica requiere prestar una atencin considerble al derecho de las minoras castellano-hablantes, tanto las autctonas como las inmigrantes, en tales regiones.

    l Como consecuencia del punto anterior: un principio de libre eleccin, combinado con la promocin del vernacular y el mantenimiento del castellano como lengua en igualdad de condiciones, parece ofrecer las mejores posibilidades para un acuerdo viable.

    La conclusin a la que se llega es la preferencia que muestra el autor por el bilingismo y as es como lo refleja Barrera cuando en sus coclusiones afirma: Las posiciones de Linz parecen estar influidas, ms all de su formacin acadmica como socilogo y politlogo, por un cierto hispanocentrismo de raigambre liberal, que entronca con las ideas de intelectuales como J. Ortega y Gasset; si bien enmascarado por la aplicacin de criterios metodolgicos rigurosos que mitigan el sesgo ideolgico de tales posiciones. No obstante, el autor es receptivo a los hechos diferenciales y el carcter plural de Espaa, aceptando en consecuencia lo que esto implica desde una prespectiva poltica e institucional, si bien dentro de ciertos lmites y con un cierto sesgo a favor del status quo lingstico. Esto ltimo se hace patente en su evidente preferencia por un bilingismo asimtrico que favorece la persistencia de la posicin deminante del castellano.

    La respuesta a Linz apareci dos aos depus, en 1977, en el libro de Ninyoles. De ste, de Ninyoles, Berrera dice que es socilogo tambin, si bien instalado en la periferia levantina bilinge en vez del interior monolinge. De su escrito Barrera seala que tuvo un gran impacto en crculos acadmicos y polticos, especialmente en reas de habla catalana pero que sobretodo es un libro escrito desde una instalacin personal, poltica y acadmica muy diferente. (...) con un tono ms apasionado propio de quien se siente personalmente implicado en las situaciones que analiza, y desde una instalacin en la periferia que le hace tener una perspectiva muy distinta sobre los hechos de la diversidad lingstica.

    En cuanto al contenido, un aspecto muy destacado, en palabras de Barrera, es la alerta sobre ciertosusos ideolgicos del bilingismo ya que la receta de ste, y ahora quin lo dice es el propio Ninyoles, responde al propsito de imprimir un sentido absoluto al proceso de sustitucin lingstica lo cual da como resultado la asimilacin. Esto es, para el autor valenciano la exalatacin del bilingismo perifrico servir de pretexto e impulso para la sustitucin. El trmino empleado por el autor es el de bilingismo sustitutivo.

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    Como vemos, el bilingismo se convierte en el caballo de batalla de las dos posturas. Y es que para Ninyoles el bilingismo es algo que slo se puede aplicar a la conducta individual y que cuando se aplica para describir realidades colectivas se hace presuponiendo una igualdad, unmismo status de poder o prestigio entre las dos lenguas pero, que esta no es, evidentemente, la caracterstica de las lenguas que coexisten en el Estado espaol. Ninyoles afirma que la situacin que se da entre el castellano y las dems lenguas en los territorios donde conviven es de conflicto y tensin entre una lengua dominante y otras dominadas; lo que l denomina diglosia estructural.

    Para finalizar con las tesis de Ninyoles, diremos que la solucin propuesta para superar esta situacin de conflicto lingstico, para evitar la sustitucin, es la normalizacin. sta, consistira en elevar el status de la lengua subordinada a una relacin de igualdad: slo la normalizacin podr transformar la diglosia en un bilingismo instrumental que represente, de la forma ms genuina, la cristalizacin de un dilogo fecundo y limpia aceptacin de nuestra diversidad cultural.

    Daremos por terminado este apartado dedicado al punto de partida terico de la poltica lingstica y el papel jugado por la sociolingstica en Catalua redundando un poco en lo hasta ahora dicho.

    Vamos a centrar ahora nuestra atencin en otro valenciano, Llus Aracil, que constituye la base de los planteamientos que acabamos de tratar en Ninyoles.

    Unas lneas ms arriba hemos dicho que el manual de Moll y Palanca distingue entre dos clases de sociolingstica. Lo que hacen estos dos autores no es si no resumir un captulo titulado quina sociolingstica? de un estudio de Llus V. Aracil aparecido en el ao 198340.

    El valenciano Aracil, que est considerado como uno de los ms importantes sociolingistas de la lengua catalana, distingue entre dos situaciones diferentes ante las que se enfrenta el investigador en esta materia: una normal y otra anormal. La primera de ellas es la que se da en EEUU. All existen unos temas y problemas que la sociolingstica puede abordar separadamente podem dir que sn llacunes a omplir o detalls a retocar- porque existe un terreno comn no problemtico donde la cohesin est asegurada. Las estructuras ms generales y fundametales de la sociedad se dan por supuestas y no se discuten:Clarament: all que s ms fonamental i general en una societat no s mai el tema de la recerca. Lordre establert t problemes que preocupen alguna gent no s pas ell mateix un problema que afecta tothom41.

    En la situacin anormal Aracil emplea la siguiente metfora para explicarla: en lugar de un continente con lagunas, nos enfrentamos a un archipilago. En este caso la cohesin es problemtica porque no hay mucho terreno comn y porque el orden establecido es incoherente y precario; ese mismo orden es el Gran Problema. En lugar de examinar una

    40 ARACIL, Llus-Vicent Dir la realitat. ED. Edicions Pasos Catalans. Barcelona. 1983 41 ARACIL, Llus-Vicent Op. cit. p. 69

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    lista de pequeos problemas, estamos ante un macroproblema que s un multiproblema difs, omnipresent i multiforme, obsessiu i evasiu.

    Por todo esto, no es casual que unas lneas ms adelante el autor recurra al fenmeno de la inmigracin para ejemplificar su tesis: que en una sociedad, los inmigrantes tengan ciertos problemas de adaptacin es una cosa; y una sociedad en que la lengua misma en general es problemtica, es otra cosa bien distinta.

    En concordancia con estos planteamiento, el autor valenciano iba a ser el primero en presentar una teora sobre el mito del bilingismo y en abandonar el trmino diglosia segn la definicin de Fishman. Como no le hemos dedicado atencin a este tema al hablar de Ninyoles, es obligatorio hacerlo ahora. Vamos a ver, adems, como los planteamientos de estos dos autores valencianos son muy similares.

    Para Aracil, la vertiente social del bilingismo, es decir, la diglosia segn la entiende Fishman, no es nunca una situacin estable. Que dos lenguas en contacto se disputen un territorio comn desemboca a una situacin de conflicto (uno de los mritos de este investigador es que fue el primero en acuar ese trmino: conflicto lingstico. En 1965 publica Conflit lingistique et normalisation linguistique dans lEurope norvelle). La idea final que se impone es la de establecer un principio territorial parecido al modelo belga o suizo para evitar as esa situacin conflictiva. Llegado a este punto, algunos autores posteriores prefieren utilizar el trmino glotofagia (a l se refiere por primera vez en 1981 el lingista de origen argelino Louis-Jean Calvet) para referirse al caso del cataln en donde no se da esta divisin territorial. Esto es as porque, argumentan, en realidad no existe una resistencia de la lengua B y, por tanto, no se podra hablar de conflicto sino de sustitucin, de glotofagia.

    As es como los dos autores hacen uso del trmino sustitucin para referirse a la situacin del cataln respecto al espaol. Para evitar ese fenmeno, Aracil tambin ser el primero en hablar de normalizacin del idioma descrito como un proceso consciente, creando las condiciones polticas y sociales nesesarias, para hacer que una lengua oprimida recupere es estatus que le corresponde haciendo recular a la lengua A.

    Con lo expuesto hasta ahora hemos intentado sentar las bases para una mayor comprensin de la poltica lingstica -cuyo concepto primordial va a ser la normalizaci- llevada a cabo en Catalua a partir de la reinstauracin de la democracia. No queremos finalizar esta concisa intoduccin sin dejar de recordar la importancia del poder legislativo a la hora de llevar a concrecin los planteamientos tericos que acabamos de referir. Sin esta funcin legislativa, tal como apuntaban los dos lexicgrafos daneses, no es posible la poltica lingstica.

    De la relacin entre poder poltico y lengua hemos hablado en la introduccin cuando echamos una mirada a la historia, ahora solo resta apuntar que desde la vuelta del presidente de la Generalitat en el exilio en octubre de 1977 hasta nuestros das el gobierno atonmico cataln ha estado regido exclusivamente por fuerzas nacionalistas. De hecho, esto no podra ser de otra manera ya que el espectro parlamentario cataln ha estado siempre compuesto mayoritariamente por partidos que defienden estas propuestas. De esta manera se

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    comprender la predileccin por los planteamientos tericos aportados por autores como Ninyoles o Aracil por parte de los responsables de llevar a cabo la poltica lingstica catalana. No es nuestra intencin hacer un juicio de valores, nicamente constatar un hecho42.

    Una vez concluido el anlisis de la parte terica, ahora hemos de fijar nuestra atencin el aspecto legislativo. Para ello es preciso comenzar analizando el estatus del idioma dentro de la Constitucin redactada en 1978 y del primer Estatut cataln de un ao ms tarde. Estos dos textos fundametales nos proporcionan la base para un estudio de la poltica lingstica ulterior.

    Aspectos legislativos. Las referencias a la lengua en la Constitucin y en el Estatut de 1979

    Si hay un sustantivo que caracteriza al periodo de transicin en Espaa, se es consenso. Dicho consenso fue fundamental para lograr la reconciliacin debido a la manera por cmo haba concluido el rgimen anterior: con el jefe de Estado muriendose de anciano y nombrando a su sucesor.

    Para las voces crticas con ese periodo de nuestra historia, las circunstancias del taraspaso de poderes determinaron el resultado poltico final, esto es, que una parte, los perdedores de la guerra civil en este caso, se vieron obligados a ceder ms en el camino a la democracia. Es algo de lo que an hoy se discute en Espaa pero ahora no vamos a entrar en ello; solo indicar que producto de esa circunstancia, de la bsqueda constante de consenso, del cuidado que se puso para no herir la sensibilidad de ninguno de los actores de la transicin, los temas crticos que se haban de abordar en la carta magna se dejaron aplazados para posteriores concreciones en Leyes Orgnicas o a resolver por el Tribunal Constitucional. El tema de la lengua fue uno de ellos.

    As, si fijamos nuestra atencin en el artculo tercero de la Constitucin, el dedicado a tratar la custin lingstica, leemos:

    1. El castellano es la lengua espaola oficial del Estado. Todos los espaoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.

    2. Las dems lenguas espaolas sern tambin oficiales en las respectivas Comunidades Autnomas de acuerdo con sus Estatutos.

    3. La riqueza de las distintas modalidades lingsticas de Espaa es un patrimonio cultural que ser objeto de especial respeto y proteccin. 42 Prueba de esto que decimos es la constante polmica, desatada sobretodo en el resto del Estado espaol, que en mayor o menor medida siempre ha acompaado, y acompaa, a la poltica lingstica catalana. Apenas hay das en los que no encontremos artculos defendiendo posiciones diametralmente opuestas sobre este tema en las secciones de opinin de los medios de comunicacin. Uno de los conceptos que ms aparecen en las argumentaciones de las personas que se oponen a la poltica lingstica catalana es precisamente el que ya vimos utilizar a los tericos de las tesis pro-normalitzaci; la sustitucin. Ahora empleado, claro est, en sentido contrario: se denuncia que el fin ltimo de tal poltica es la sustitucin del espaol por el cataln.

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    Como se aprecia, el nico punto que no ofrece ninguna ambigedad es el primero. El punto dos, por su parte, habla de lenguas espaolas; bien es cierto que definir lo que es una lengua no es tarea de una constitucin, es, adems, un tema en el que a menudo ni los propios especialistas se ponen de acuerdo. Lo que a nosotros nos interesa de este segundo punto es el hecho de que se deje el tema en manos de los respectivos Estatutos. Esta circunstancia fue motivo de recursos ante el Tribunal Constucional.

    Es, sin embargo, el tercer punto el que mayor ambigedad presenta ya que si ya es difcil describir una lengua, todava lo es ms el hacerlo con una modalidad lingstica. La explicacin bien puede venir por lo dicho respecto al consenso. Con todo, nos quedamos con el reconocimiento que hace el texto a la variedad lingstica del Estado ya que supone una gran diferencia con el rgimen anterior. En verdad es sta la primera Carta Magna espaola en tratar tan especificamente el tema de la lengua.

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