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Autoconcepto físico y estilos de vida en la adolescencia Physical self-concept and lifestyles in adolescence Arántzazu RODRÍGUEZ* Alfredo GOÑI* Sonia RUIZ DE AZÚA* RESUMEN Los hábitos de vida saludables guardan relación con el autoconcepto físico y también con el bienestar psicológico, al menos durante los años de la adolescencia. Esto es lo que confirman los datos que se presentan en este estudio, cuya muestra la componen 539 estudiantes de entre 12 y 23 años. Los participantes cumplimentaron el Cuestionario de Autoconcepto Físico (CAF), un cuestionario sobre conductas saludables de los escolares y el Cuestionario de Bienestar Psicológico (EBP). Los resultados sugieren diversos flancos por donde orientar una intervención psicosocial que ayude a promover el desarrollo perso- nal y la convivencia social, desde una triple conexión: el estilo de vida, el bienestar psico- lógico y el autoconcepto físico. PALABRAS CLAVE Autoconcepto físico, Bienestar psicológico, Estilos de vida, Adolescencia. ABSTRACT Healthy lifestyles are associated with both physical self-concept and psychological well-being, at least during the adolescence. In this study the results confirm the relation. Intervención Psicosocial, 2006, vol. 15 n.º 1 81 Intervención Psicosocial, 2006, Vol. 15 N.° 1 Págs. 81-94. ISSN: 1132-0559 INVESTIGACIONES APLICADAS * Facultad de Psicología. Universidad del País Vasco. Fecha de Recepción: 15-06-2004 Fecha de Aceptación: 13-02-2006

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Autoconcepto físico y estilos de vida en laadolescencia

Physical self-concept and lifestyles in adolescence

Arántzazu RODRÍGUEZ*Alfredo GOÑI*

Sonia RUIZ DE AZÚA*

RESUMENLos hábitos de vida saludables guardan relación con el autoconcepto físico y también

con el bienestar psicológico, al menos durante los años de la adolescencia. Esto es lo queconfirman los datos que se presentan en este estudio, cuya muestra la componen 539estudiantes de entre 12 y 23 años. Los participantes cumplimentaron el Cuestionario deAutoconcepto Físico (CAF), un cuestionario sobre conductas saludables de los escolares yel Cuestionario de Bienestar Psicológico (EBP). Los resultados sugieren diversos flancospor donde orientar una intervención psicosocial que ayude a promover el desarrollo perso-nal y la convivencia social, desde una triple conexión: el estilo de vida, el bienestar psico-lógico y el autoconcepto físico.

PALABRAS CLAVEAutoconcepto físico, Bienestar psicológico, Estilos de vida, Adolescencia.

ABSTRACTHealthy lifestyles are associated with both physical self-concept and psychological

well-being, at least during the adolescence. In this study the results confirm the relation.

Intervención Psicosocial, 2006, vol. 15 n.º 1 81

Intervención Psicosocial, 2006, Vol. 15 N.° 1 Págs. 81-94. ISSN: 1132-0559

INVESTIGACIONES APLICADAS

* Facultad de Psicología. Universidad del País Vasco.

Fecha de Recepción: 15-06-2004 Fecha de Aceptación: 13-02-2006

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The participants were 539 students between 12 and 23 years old. The instruments usedwere the Physical Self-Concept Questionnaire (CAF), a questionnaire about healthy beha-viors and the Psychological Well-being Questionnaire (EBP). The results suggest differentways of orienting a psychosocial intervention in order to get both personal developmentand social life, from a triple connection of lifestyle, psychological well-being and physicalself-concept.

KEY WORDSPhysical self-concept, Psychological well-being, Lifestyle, Adolescence.

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INTRODUCCION

En esta sociedad nuestra, a la que sedenomina con razón la sociedad de losindividuos, logros como el estar en pazconsigo mismo, la armonía interior, elbienestar psicológico o un autoconceptopositivo son muy apreciados; se trata deobjetivos cargados de valor cuya conse-cución suele justificar esfuerzos y sacrifi-cios (Goñi, 2000).

Pero, de otro lado y simultáneamen-te, vivimos en una cultura hedonistaque transmite mensajes a favor de lasatisfacción inmediata de los impulsos yapetencias. Muy en especial durante elperiodo de la adolescencia, las personasse enfrentan de continuo a nuevassituaciones que les ofrecen la posibili-dad de consumir bebidas alcohólicas, defumar o de adoptar otras muchas con-ductas de riesgo. La adolescencia esuna etapa de la vida en la que hay queir decidiendo, quizás con menor lucidezque en otras, qué ritmo de trabajo y dedescanso merece la pena adoptar, cuán-tas horas dedicar al tiempo libre, a verla televisión, a estar con los amigos...(Pastor, Balaguer y García-Merita, enprensa). También durante este periodolos hábitos relacionados con la alimen-tación y la actividad física pueden expe-rimentar cambios importantes ejercien-do un considerable efecto los modelosestéticos imperantes que en la actuali-dad proponen la delgadez como prototi-po de belleza (Vandereycken y Meerman,1984).

Este trabajo trata de comprobar cómoperciben los adolescentes este tipo dedemandas a veces contradictorias. Laintervención educativa y psicosocial seve facilitada cuando es posible disponerde una visión de conjunto de percepcio-nes como las que aquí se plantean (elautoconcepto, los hábitos saludables, elbienestar personal) lo que permite identi-

ficar diferentes flancos por donde poderincidir en el mantenimiento u optimiza-ción de los estilos de vida saludables yen la modificación o erradicación deaquellos otros que resultan perjudicialespara los individuos y para la comunidad.

EL AUTOCONCEPTO FÍSICO

Una variable muy relacionada con laadopción de conductas saludables omenos saludables es el autoconcepto. Elautoconcepto siempre ha merecido unaatención privilegiada por parte de la psi-cología como componente central delcomportamiento humano pero, en surelación con la salud, los estudios ini-ciales se deben a Fitts (1972) y a Burns(1979). Los resultados obtenidos resul-taron, en un principio, contradictoriosdebido en buena parte a que asumíanuna concepción unidimensional y globaldel autoconcepto que en nuestros díasno se considera adecuada. En efecto,desde mediados de los años setenta(Shavelson, Hubner y Stanton, 1976), seadopta de forma generalizada una con-cepción jerárquica y multidimensionaldel autoconcepto en la que se prestaatención particularizada a dimensionescomo la social, la académica, la perso-nal o la física, que es la que ahora nosocupa.

El autoconcepto físico experimenta uncurso propio de desarrollo evolutivointernamente diferenciado en variosdominios (Goñi, Rodríguez y Ruiz deAzúa, 2004), guarda relación con losriesgos de padecer trastornos de conduc-ta alimentaria (Goñi y Rodríguez, 2004) ymuestra sensibilidad para captar dife-rencias asociadas a variables como elgénero, la edad, la frecuencia y el tipo deactividad deportiva o el índice de masacorporal (Goñi, Ruiz de Azúa y Rodrí-guez, 2004). Pero probablemente sonmuchas más las variables con las que

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guarda estrecha relación el autoconceptofísico entre las que cabe citar los estilosde vida saludable o el bienestar psicoló-gico. Y esto es precisamente lo que sesomete a revisión en este trabajo.

Aun cuando apenas existen estudiosempíricos que la confirmen, es razonablela siguiente presunción que relaciona losestilos de vida con el autoconcepto físico:las personas están motivadas paraactuar en las áreas en las que experi-mentan sentimientos positivos de com-petencia y estima, siendo también ciertolo contrario, es decir, que se muestrabaja motivación hacia actividades pro-pias de las áreas en las que la personano se siente competente.

ESTILOS DE VIDA SALUDABLES

Por estilo de vida saludable se entien-de el patrón de comportamientos relati-vamente estable de los individuos o gru-pos que guardan una estrecha relacióncon la salud (Nutbeam, Aaro y Catford,1989). Un patrón conductual es el modohabitual de respuesta a diferentes situa-ciones; el consumo de cigarrillos y alco-hol, las dietas ricas en grasas y abun-dantes o la falta de ejercicio constituyenalgunos ejemplos de comportamientospoco saludables o de riesgo. Entre lasvariables más clásicas a considerar den-tro de un estilo de vida saludable figuranla práctica deportiva, los hábitos de ali-mentación, el consumo del alcohol y detabaco y también las percepciones desalud que experimentan los sujetos(Balaguer, 2002).

En un estudio que constituye unantecedente directo de esta investigación(Dolcini y Adler, 1994) no se encontrórelación directa entre el consumo de sus-tancias tóxicas legales (tabaco y alcohol)y el autoconcepto físico. En cambio en eltrabajo de Pastor et al. (en prensa), utili-

zando el Perfil de Autopercepciones paraAdolescentes (SPPA) de Harter, se encon-traron correlaciones positivas de la per-cepción (autoconcepto) en competenciafísica con la práctica deportiva y con laalimentación sana, y negativas con elconsumo de alcohol y tabaco; en cambiola dimensión de apariencia física hamostrado relaciones menos claras conlos hábitos de vida saludable. En todocaso, se trata de datos tan sugerentescomo escasos y poco concluyentes por loque nos encontramos ante una temáticatotalmente abierta a la investigación.

BIENESTAR PSICOLÓGICO

Desde mediados de los años setenta(Campbell, Converse y Rodgers, 1976;Andrews y Withey, 1976) el interés por lacalidad de vida fomenta estudios sobre elmodo y la intensidad con que las perso-nas experimentan y valoran sus vidas deforma positiva (Diener, 1994; Veenhoven,1994). Con ello se introducen en psicolo-gía términos relativamente nuevos, comolos de bienestar subjetivo o satisfaccióncon la vida, que sin embargo retomantópicos centrales del comportamientohumano.

Tres factores básicos explican el bien-estar psicológico (Bradburn, 1969;Diener, 1994; Huebner, 1991; Huebner yDew, 1996): a) la satisfacción con la vida,entendida como la evaluación positiva dela vida en su conjunto; b) la frecuenciaindividual de emociones positivas o afec-to positivo; c) la frecuencia individual deemociones negativas a la que se denomi-na afecto negativo. Ambos tipos de afectocorrelacionan negativamente de tal modoque la presencia de uno anula la delotro. Cabe, por tanto, pensar que lavivencia subjetiva con la que el sujetoexperiencia su vida guarda directaconexión con su autoconcepto, con lapercepción/valoración de sí mismo.

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OBJETIVOS

Este trabajo tiene un marcado carác-ter prospectivo siendo su principal obje-tivo el de identificar las eventuales rela-ciones que puedan producirse entre lasrespuestas al CAF (Cuestionario de Auto-concepto Físico) y a la Escala de Bienes-tar Psicológico (EBP), y distintas varia-bles (salud subjetiva, consumo de alco-hol y de tabaco, actividad física...) quepermiten definir un determinado estilode vida de nuestros adolescentes.

La expectativa genérica en cuanto aresultados es que los índices más eleva-dos en el CAF (autoconcepto físico másalto), así como el mayor grado de bienes-tar psicológico, correlacionen con loshábitos de vida más saludables. No setrata, por tanto, de estudiar los estilos devida en la adolescencia (Balaguer, 2002)sino de identificar la relación que losestilos de vida guardan con rasgos psico-lógicos tan significativos como el auto-concepto físico y el bienestar psicológico.

MATERIAL Y METODO

Muestra

Participaron en este estudio un totalde 539 estudiantes con edades compren-didas entre los 12 a 23 años; de ellos181 estudiaban en tres centros de SanSebastián (un centro de EducaciónSecundaria y dos Facultades Universita-rias) y 358 en cinco centros de Vitoria-Gasteiz (cuatro centros de EducaciónSecundaria y una Escuela Universitaria).La muestra dividida en función del géne-ro resultó equilibrada ya que se compo-nía de 284 mujeres con una edad mediade 17,03 años (σ = 3,63) y de 256 hom-bres cuya edad media era de 15,66 años(σ = 3,63).

Para los análisis presentados en este

estudio se considera a esta muestracomo un solo grupo. Indudablemente losresultados que aquí se presentan admi-ten análisis complementarios tomandoen consideración las eventuales diferen-cias asociadas tanto con el género comocon la edad pero su exposición desbor-daría las dimensiones de este artículo.

Procedimiento

La administración de los cuestionariosvino a exigir un tiempo aproximado de45 minutos. Cabe destacar que a todoslos encuestados se les aseguró el anoni-mato con el fin de poder reducir al máxi-mo la probabilidad del efecto de deseabi-lidad social. Se imprimió, por otra parte,cada cuestionario en un color distintopara contribuir a hacer más agradable latarea.

Instrumentos

El Cuestionario de Autoconcepto Físico(CAF) es un instrumento de medida(Goñi, Ruiz de Azúa y Liberal, 2004) quereúne unas aceptables propiedades psi-cométricas y que confirma la solidez delmodelo hipotetizado en cuanto a laestructura interna (dimensiones) delautoconcepto físico. El cuestionario estáformado por 36 ítems (6 ítems para cadaescala), redactados en términos enuncia-tivos, destinados a medir las siguientesdimensiones del autoconcepto físico:

1. Habilidad física. Percepción de lascualidades y habilidades para lapráctica de los deportes; capacidadde aprender deportes; seguridadpersonal y predisposición ante losdeportes. Ejemplo: “Practicandodeportes soy una persona hábil”.

2. Condición física. Forma física;resistencia y energía; confianza en

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el estado físico. Ejemplo: “Puedocorrer y hacer ejercicio durantemucho tiempo sin cansarme”.

3. Atractivo físico. Percepción de laapariencia física propia: seguridady satisfacción por la imagen propia.Ejemplo: EMe siento contento/acon mi imagen corporal”.

4. Fuerza. Verse y/o sentirse fuerte,con capacidad para levantar peso,con seguridad ante ejercicios queexigen fuerza y con predisposicióna realizar dichos ejercicios. Ejem-plo: “Tengo más fuerza que lamayoría de la gente de mi edad”.

5. Autoconcepto físico general. Opi-nión y sensaciones positivas (felici-dad, satisfacción, orgullo y confian-za) en lo físico. Ejemplo: “Física-mente me siento bien”.

6. Autoconcepto general. Satisfaccióncon uno/a mismo/a y con la vidaen general. Ejemplo: “No tengodemasiadas cualidades como per-sona”.

Como alternativa de respuesta a cadaítem se ofrecen cinco opciones en unaescala tipo Likert donde 1=Falso, 2=Casisiempre falso, 3=A veces verdadero, aveces falso, 4=Casi siempre verdadero, y5= Verdadero, de tal modo que a mayorpuntuación correspondería un mayorautoconcepto físico. Los coeficientes defiabilidad (alfa de Cronbach) de cada unade sus escalas son los siguientes: Habili-dad física α=0.8004; Condición físicaα=0.8446; Atractivo físico α=0.8778;Fuerza α=0.8329; Autoconcepto físicogeneral a=0.8824; y Autoconcepto gener-al α=0.7887. Los cuatro factoresprimeros del cuestionario explican un60% de la varianza del test. Y, de otrolado, el CAF ha mostrado sensibilidadpara discriminar entre las respuestas de

personas de distintas edades así comoentre hombres y mujeres.

Para evaluar el estilo de vida se haredactado un Cuestionario sobre Hábitosde Vida (cf. anexo) a partir del Inventariode Conductas de Salud de Escolares(Wold, 1995). El inventario consta de 84preguntas destinadas a evaluar el estilode vida de los adolescentes, desde la fre-cuencia e intensidad de deporte practica-do a la vida sexual, pasando por el con-sumo de tabaco, alcohol o drogas, el tipode alimentación, la higiene bucal, lasalud o el tiempo dedicado a ver la televi-sión; sus ítems están redactados enforma de pregunta con varias opcionesde respuestas. De los 84 ítems que con-forman el inventario se seleccionaronpara este Cuestionario únicamente 5 conla finalidad de medir algunos de los hábi-tos de vida saludables, los más centrales(actividad física, consumo de alcohol y detabaco, tipo de alimentación y nivel sub-jetivo de salud), sin pretender que lasvariables elegidas agoten todas las ver-tientes de lo que es una vida saludable.Lo que, por el momento, interesa com-probar es si, genéricamente, se producencorrespondencias entre las puntuacionesen el CAF y la mayor o menor realizaciónde conductas saludables. Puede decirseque este conjunto de conductas o dehábitos más o menos saludables vienen aconfigurar un estilo de vida.

Asímismo se administró la Escala deBienestar Psicológico (EBP), la cual estádestinada a evaluar el grado de bienestarpsicológico que experimenta el individuo(Sánchez Cánovas, 1998). Para ello lasrespuestas se valoran en una escalaLikert de cinco grados de modo que amayor puntuación mayor índice de bien-estar psicológico. El cuestionario está for-mado por 65 ítems que conforman 4subescalas: Bienestar Psicológico Subjeti-vo; Bienestar material (mide la percepciónsubjetiva que tiene el sujeto de su situa-

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ción económica); Bienestar laboral (anali-za la satisfacción con el trabajo o elempleo); y Relaciones con la Pareja. Loscoeficientes de consistencia interna decada una de las subescalas son lossiguientes: Bienestar Psicológico Subjetivoα= 0,9235; Bienestar Material α=0,907;Bienestar Laboral α=0,873; Relaciones conla Pareja α=0,870. En esta ocasión seaplicó una versión reducida del cuestio-nario EBP que comprendía 40 ítemscorrespondientes únicamente a las subes-calas de Bienestar psicológico subjetivo(los 30 primeros ítems del cuestionario) yde Bienestar material (ítems del 31 al 40).Se seleccionaron únicamente esas dosescalas tras valorar que resultan signifi-cativas también para adolescentes meno-res de 17 años; no se aplicaron, en cam-bio, las otras dos escalas (Bienesta mate-rial y Relaciones con la pareja) porque norespondían a unos referentes comunes atoda la muestra de este estudio.

Estadísticos

Para analizar los datos se realizaroncomparaciones de medias independien-

tes, mediante la prueba T-test (tablas dela I a la IV), así como un análisis de lavarianza (ANOVA) para la variable “Saludsubjetiva” (tabla VI). En el caso de lavariable “Alimentación” (tabla V) seempleó una prueba no paramétrica, con-cretamente la de Kruskal-Wallis, debidoa que el tamaño de la muestra de uno delos subgrupos no superaba los 30 suje-tos. La relación obtenida entre las rep-suestas a los cuestionarios CAF y EBP(tabla VII) se determinó a través de laprueba de correlación de Pearson.

RESULTADOS

La tabla I divide a los partipantes enesta investigación en dos grandes gru-pos: el de quienes practican deporte(N=463; 86%) y el de quienes no lo prac-tican (N=76; 14%), según respondieron ala primera pregunta sobre hábitos devida (cf. Anexo).

Las puntuaciones en las distintassubescalas del CAF siempre son másaltas en los sujetos que realizan activi-dad físico-deportiva, aun cuando en las

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Tabla 1. Puntuaciones en el CAF y actividad física

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dos de orden superior, la de autoconcep-to físico general y la de autoconceptogeneral, dichas diferencias no son signi-ficativas; estos datos se complementancon los de la tabla siguiente.

La tabla II confirma los resultadosanteriores. Ahora la muestra queda divi-dida en el grupo de quienes practicandeporte de forma esporádica (N=212;39%) y el de quienes lo practican deforma regular (N=327; 61%). A tal fin seincluye en la práctica esporádica a quie-nes responden a la pregunta 1 del anexoque “no” hacen deporte o que lo practi-can “de vez en cuando”, mientras que laforma regular supone practicar al menosde 1 a 3 veces por semana o incluso másde 3 veces.

Las diferencias son claras, y ahorasignificativas, en todas las subescalasdel cuestionario en el sentido de quemanifiestan un autoconcepto físico máselevado quienes practican deporte conregularidad.

La tabla III recoge los datos relativosal hábito de fumar. Las categorías de

respuesta a la pregunta 2 sobre hábitosde vida se han reagrupado considerán-dose que “fuma” quien elige las dos pri-meras opciones (a diario; alguna vez a lasemana, pero no todos los días) y que“no fuma” quien elige las restantesopciones.

Los no fumadores (N=307; 57%) ofre-cen mejores índices que los fumadores(N=153; 43%) en todas las subescalasdel CAF resultando significativas lasdiferencias en tres de éllas: habilidadfísica, condicion física y autoconceptogeneral; no alcanzan significatividad,sin embargo, en subescalas como las deatractivo físico y fuerza. Encajan bienestos datos con el modelo teórico delautoconcepto físico.

La tabla IV refleja las diferencias en elautoconcepto de las personas cataloga-das como bebedoras frente a las nobebedoras. Se incluye en la categoría de“bebe” a quien elige las dos primerasopciones de la pregunta 3 del cuestiona-rio y en la de “no bebe” al resto, es decir,a quien bebe menos de una vez a lasemana o no bebe nunca.

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Tabla 2. Medida del autoconcepto físico y frecuencia de lapráctica deportiva

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De nuevo, las diferencias en autocon-cepto favorecen al grupo que “no bebe”(N=291; 54%) frente al grupo que “bebe”(N=248; 46%). Las dimensiones menosasociadas con los hábitos de consumo debebidas alcohólicas son la de fuerza y lade atractivo (como sucedía en relacióncon el tabaco) mientras que en el resto

se trata de diferencias estadísticamentesignificativas.

En la tabla V se cruzan los datos derespuesta al CAF con la percepción de lapropia alimentación para la que la pre-gunta 4 del cuestionario ofrecía cincoopciones que se han agrupado en tres:

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Tabla 3. Autoconcepto físico y consumo de tabaco

Tabla 4. Autoconcepto físico y consumo de alcohol

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grupo que considera que su alimentaciónes menos sana (opciones de “algo menossana” y “bastante menos sana”) y que loconforman 15 personas (un 3%); grupomayoritario (N=434; 80%) que cree ali-mentarse de forma igual de sana que lagente de su edad; y el grupo (N=91; 17%)que cree alimentarse mejor (“más sano” o“un poco más sano”).

Estos datos marcan una direcciónclara ya que, en todos los casos, el auto-concepto decrece del grupo que mejorcree alimentarse al que peor quedandoen una situación intermedia quienescreen que su alimentación viene a serigual de sana que la de los demás. Lasdiferencias son estadísticamente signifi-cativas en todos los casos salvo en ladimensión fuerza del autoconcepto físico;las diferencias más importantes se si-

túan, de todos modos, entre el pequeñogrupo (3%) de los que se alimentan peory el resto.

Las agrupaciones en cuanto a saludsubjetiva (Tabla VI) reflejaron diferenciassignificativas en todas las subescalas delCAF.

El grupo de salud subjetiva “muybuena” (N=115; 21%) ofrece índicessuperiores a los del grupo de salud “bas-tante buena” (N=309; 57%) y éste a suvez índices más altos en autoconceptofísico que el grupo de salud “nadabuena” (N=116; 22%), categoría queincluye tanto a quienes se creen “algosanos” como a los que se ven “nadasanos”. Los resultados se sitúan, en defi-nitiva, en la misma dirección que los delas tablas anteriores.

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Tabla 5. Puntuaciones en el CAF y percepciónde la alimentación propia

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La tabla VII ofrece correlaciones entre el CAF y el EBP.

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Tabla 6. Nivel subjetivo de salud y autoconcepto físico

Tabla 7. Correlaciones entre CAF y EBP

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En todos los casos los índices decorrelación son altamente significativos(p<0,001) entre todas y cada una de lassubescalas del CAF y de las subescalasdel EBP. Quiere esto decir que se corre-ponden las puntuaciones altas y bajasen el autoconcepto físico, medidomediante el CAF, con las puntuacionesaltas y bajas tanto en bienestar psicoló-gico subjetivo como en bienestar psicoló-gico material, tal como mide estasdimensiones la Escala de Bienestar Per-sonal, de Sánchez Cánovas.

DISCUSION

Son muchas y variadas las razonespara llevar un estilo de vida saludable ala vez que son muy fuertes los factoressocioculturales que juegan en contra delos buenos propósitos de hacer más ejer-cicio, de reducir la ingesta de alcohol ode alimentos, de llevar en definitiva unavida más sana. Por eso mismo es rele-vante identificar qué mecanismos psico-lógicos se asocian con el mantenimientode un estilo saludable de vida. Y uno deesos mecanismos es, tal como lo ponende relieve los datos presentados en esteartículo, el autoconcepto físico: una vidapoco saludable conlleva una percepciónnegativa mientras que el autoconceptopositivo va de la mano de los hábitossanos.

Pero, una vez identificada la correla-ción, lo que falta por esclarecer es cuáles el sentido de la causalidad entreambos factores: ¿vivir de forma sanaincide en la mejora del autoconcepto físi-co? o, por el contrario, ¿un buen auto-concepto físico resulta un factor moti-vante para adoptar hábitos saludables?Tan verosimil es que un autoconceptobajo en la condición física propia proven-ga de la poca actividad que el sujeto des-pliega como que quien se siente física-mente incompetente tiende a rehuir acti-

vidades físicas saludables. Posiblementeun estido vida poco saludable (sedenta-rismo, consumo de alcohol y/o tabaco,alimentación inadecuada...) derive de unautoconcepto físico negativo pero pudie-ra suceder que sea la conducta pocosaludable la que sostenga el autoconcep-to bajo. No se conoce, en este momento,con precisión cuál es la dirección de lacausalidad aunque es muy probable quelos onflujos se produzcan con carácterbidireccional.

En todo caso, tiene importancia elhaber dejado constancia de la relaciónentre el autoconcepto, el bienestar psico-lógico y la vida saludable así como latiene el proseguir la búsqueda de cone-xiones entre éstas y otras variables tantoindividuales (personalidad, ideas, valo-res, modos de entender la vida...) comocontextuales (familia, grupo de ami-gos...). Y es que, a diferencia de quienesestudian procesos psicológicos o socioló-gicos básicos, a una perspectiva de inter-vención educativa y psicosocial más quelos procesos aislados lo que le interesaes la interrelación de los mimos. Valgancomo muestra las siguientes considera-ciones sobre los factores cuya interrela-ción ha quedado empíricamente consta-tada.

Los programas de intervención debe-rían poner de relieve y ayudar a tomarconciencia de que un esfuerza personalpor mejorar el estilo de vida va a resultarrentable pero no sólo por sus repercusio-nes positivas en la salud física sino tam-bién en la salud psicológica: va a aumen-tar el bienestar psicológico, va a mejorarel autoconcepto. De otro lado, es decisivo,cuando se trata de un programa de inter-vención para la mejora de un determina-do proceso (por ejemplo, los estilos devida), el abordarlo tanto de forma directacomo de manera indirecta, es decir, inci-diendo en los factores asociados (en estecaso, el autoconcepto y el bienestar psico-

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lógico) ya que previsiblemente la mejorade estos repercutirá en la mejora de loshábitos de vida saludables.

Por último, parece oportuno subrayarla necesidad de disponer de instrumen-tos que permitan detectar y diagnosticarde la forma más eficiente, económica yajustada los casos que demandan unaatención preventiva. Los contextos esco-lares, por ejemplo, son especialmenteadecuados para llevar a cabo esta impor-tante tarea de detección precoz y deintervención educativa y en estos contex-tos resulta útil y fácil contar con medi-das del autoconcepto físico del alumna-

do: el CAF se ha mostrado como un ins-trumento con sensibilidad para captardiferencias asociadas no sólo con lasvaribles estudiadas en este artículo(bienestar y estilos de vida) sino conotras variables tan significativas comolos trastornos de conducta alimentaria yel índice de masa corporal (Goñi y Rodrí-guez, 2004). Así mismo ha podido com-probarse (Ruiz de Azúa, Rodríguez yGoñi, en prensa) que una mayor vulne-rabilidad ante las presiones sociocultu-rales en cuanto a la difusión del modeloestético de la delgadez corporal se asociatambién con un autoconcepto físicomenor.

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ANEXOCUESTIONARIO SOBRE HÁBITOS DE VIDA

1. En tu tiempo libre ¿realizas algún tipo de actividad física o deportiva?:no �sí de vez en cuando: �

de 1 a 3 veces por semana: �más de 3 veces por semana: �

2. ¿Con cuánta frecuencia fumas, actualmente?a diario: �alguna vez a la semana, pero no todos los días: �menos de una vez a la semana: �no fumo: ùhe dejado de fumar (por lo menos hace un mes): �

3. ¿Con qué frecuencia consumes bebidas alcohólicas, aunque sólo sea en pequeña cantidad?a diario: �alguna vez a la semana, pero no todos los días: �menos de una vez a la semana: �no bebo: �he dejado de beber alcohol por completo (por lo menos hace un mes): �

4. ¿Cómo crees que es tu tipo de alimentación en comparación con la gente de tu edad?más sano: �un poco más sano: �igual de sano: �algo menos sano: �bastante menos sano: �

5. ¿Cómo crees que estás de sano/a?muy sano/a: �bastante sano/a: �algo sano/a: �nada sano/a: �

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