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MAAM, la construccion de una barbarie

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Gacetilla periodística crítica sobre la celebración del sexto aniversario del Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM) de la ciudad de Salta, el martes 23 de noviembre 2010, representa la reafirmación de una política cultural que linda con los límites de la democracia y que aísla a Salta de los acuerdos nacionales y universales en materia de derechos humanos y patrimonio cultural. El MAAM se abrió para exponer los cuerpos de los niños encontrados en el enterratorio sagrado en la cima del volcán Llullaillaco.

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e oPensamiento Div rse a bGacetilla d S lta Li re

N ,°0 Año1 - 2010

La celebración del sexto aniversario un descubrimiento, porque quienes del Museo de Arqueología de Alta los realizaron esa expedición sabían Montaña (MAAM) de la ciudad de bien lo que buscaban. Los sacaron Salta, el martes 23 de noviembre de sin autorización del gobierno. Y el 2010, representa la reafirmación de gobierno los rescató y se convirtió una política cultural que linda con en custodio, de lo que otros habían los límites de la democracia y que sacado de las entrañas de nuestra aísla a Salta de los acuerdos nacio- tierra. Respetamos a las comunida-nales y universales en materia de des y justamente por eso, sabemos derechos humanos y patrimonio que devolver a Los Niños al cultural. MAAM se abrió para expo- Llullaillaco puede significar que no ner los cuerpos de los niños encon- duren ahí ni un día trados en el enterratorio sagrado en (http://www.culturasalta.gov.ar/content/view/7840/320/).

la cima del volcán Llullaillaco. El relato conmueve por la ingenui-Desde el hallazgo en 1999 de los dad de un gobierno que tiene que Niños del Llullaillaco, voces de la salir al rescate del patrimonio de los comunidad científica y de los pue- pueblos. Pero olvida la narradora blos originarios vienen reclamando que la expedición liderada por John un tratamiento respetuoso, que Reinhard, fue declarada de Interés implique el reconocimiento de de- Provincial, y que contó con el apoyo rechos de las culturas originarias de del Gobierno de la Provincia de Sal-la región sobre el conjunto sagrado ta y que involucró a la institución y la no exhibición de los cuerpos de que ella dirige. Aún si aceptáramos los niños. esa historia, la heroicidad del

MAAM no alcanza para justificar la Sin embargo, el discurso de la direc-exposición de los cuerpos humanos, tora general de Patrimonio, Carmen o que se cobre una entrada que ni Martorell, en la reciente celebra-siquiera estipula beneficios para los ción del sexto aniversario del pueblos originarios.MAAM, otorga un halo mítico a la

conformación del museo. Para Por último, el relato heroico de Martorell significa un sacrificio que Martorell conlleva a una pregunta tiene que hacer el Gobierno para no menor en materia de conserva-proteger a las momias del saqueo, y ción de patrimonio cultural, ¿si el así ensaya una historia de héroes y gobierno tuvo que salir a rescatar villanos: un edificio en la plaza 9 de Julio,

centro urbano y turístico de la Este museo no nació por voluntad ciudad de Salta, por qué no realizó gubernamental, sino por obligación esa inversión en el lugar del hallaz-gubernamental. Hubo que rescatar go para resguardar el conjunto este edificio para dar albergue a Los sagrado en su contexto original?Niños del Llullaillaco. No se trató de

MAAMEL

LA CONSTRUCCIÓNDE UNA BARBARIE>Editorial

Idangel Betancourt

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En principio, son tres momias: una de Expediciones de la National nena de seis años, un nene de siete Geographic Society de Washington, y una adolescente de 15. Los tres Estados Unidos.están expuestos en el Museo de Ar- Uno de ellos es Christian Vitri, licen-queología de Alta Montaña ciado en Antropología con especia-(MAAM), en la provincia de Salta, y lidad en Arqueología, egresado de la fueron encontrados intactos en la Universidad Nacional de Salta, hoy a cima del volcán Llullaillaco, a 6.730 cargo del área de investigación del metros de altura, en marzo de MAAM. "Cuando fui invitado pensé 1999. Los hallaron en el mismo lu- que se trataba de un proyecto de gar en que fueron sacrificados, ro- investigación científica al que apor-deados de 146 objetos que compo- taría mi especialidad: el estudio de nían su ajuar, todos enterrados en los caminos ceremoniales y la ar-las tumbas más altas que el hombre queología de montaña. Al poco haya construido en el mundo. tiempo me di cuenta que no había Los niños y sus objetos existieron un objetivo integral.hace más de 500 años, durante el “Creo que finalmente les salió bien, apogeo del estado inca, poco antes encontraron lo que buscaban y más. de la llegada de los españoles. Es Antes de que se armara la expedi-posible que la procedencia de los ción, yo colaboraba con el arquitecto niños haya sido la capital del Impe- Mario Lazarovich, director de Patri-rio Inca en el Perú. Es posible que monio Cultural, en todo lo que tenía hayan caminado desde su lugar de que ver con la arqueología. Además, origen hacia el Cusco para celebrar lo conocía a John Reinhard, por eso, la Capacocha y que hayan regresa- una vez que contó el proyecto, per-do para ser sacrificados en la cima mitió que hiciéramos algunos cam-del volcán, aunque no existen pren- bios. Luego la provincia le otorgó el das ni objetos de culturas locales permiso y declaró a la expedición de que apoyen esa hipótesis. Interés Provincial. Mi tarea, en pri-Lo cierto es que después del sacrifi- mera instancia, tenía que ver con la cio, descansaron en paz durante logística pero, además, estaba invita-cinco siglos en el silencio de la cum- do por Reinhard a participar como bre del Llullaillaco que se llenó de referente local. Cabe aclarar que no voces cuando los condenaron a las fui contratado, sino que fui invitado vitrinas del Museo de Arqueología colaborador. Así, con Lazarovich de Alta Montaña. empezamos a armar el equipo".

Hoy, al reclamo de las comunidades Uno de los convocados fue Antonio collas del departamento de Los Mercado, quien, además, fue llama-Andes y al dilema de la nacionali- do por el Gobierno de la Provincia dad de las momias, se suma la legi- de Salta, para garantizar que la expe-timidad de su exposición pública. dición no se convirtiera en un Así lo manifestaron dos salteños saqueo arqueológico. Fue él, junto al que participaron en el operativo andinista salteño Alejandro Lewis. dirigido por el arqueólogo John Ellos fueron los convocados pero fue Reinhart, financiado por el Consejo con el peruano Ruddy con quien

ELHALLAZGO DELLLULLAILLACO

la otra historia

VOCES DE SALTA

*> Nota y Fotos

Alejandro Ahuerma

*

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halló a la momia bautizada «La una entidad que trabaja en la Doncella». "Hasta que no se les zona. "En Tolar Grande, en Nazare-devuelva lo que les corresponde a no, en Santa Victoria, en Iruya, en las comunidades, este hallazgo la puna de Jujuy también, tratamos seguirá siendo un saqueo cultural de explicar el sentido el significado y arqueológico", sostiene Merca- de lo que estaba sucediendo y de do, quien tuvo que explicar a los poner paños fríos en la cuestión. habitantes de San Antonio de los Es claro que la gente suele vivir es-Cobres de qué se trataba la expe- te tipo de intromisiones como una dición. "El hallazgo de «La Niña del profanación", coinciden Vitri y Rayo» no me hace sentir orgulloso Mercado.pero sí me hace sentir responsa-ble", explica.

Hace unos meses, el pueblo colla que habita en las inmediaciones del Llullaillaco se manifestó frente al MAAM para reclamar el patri-monio que les pertenece. "Con el

Otra de las polémicas que suscita-dinero que se gastó para infraes-ron los Niños de Llullaillaco tiene tructura, ese museo podría haber que ver con el documental que estado en cualquiera de los pue-realizó la National Geographic blos de la comunidad colla: Salar sobre la expedición. Para Vitri hay de Pocitos, Tolar Grande, San Anto-una confusión medular: "se dice nio, Santa Rosa". Vitri agrega que, que las momias son de origen inca si bien las comunidades no esta-y si bien lo inca no existe como en-ban organizadas, "de nuestra parte tidad política, social y cultural, no había una suerte de obligación se puede decir que no existen los moral y una ética laboral del tra-pueblos originarios locales que bajo realizado.asumen como 'propios' los ele-

“En ningún momento imaginamos mentos del pasado. Desde la an-

que esto iba a tener las conse-tropología y desde la historia, a

cuencias que tuvo, que iban a apa-quienes vivan en el lugar y se iden-

recer hallazgos arqueológicos tan tifiquen con el pasado, aunque no

impresionantes, de tanta trascen-tengan una línea genética o cultu-

dencia. Creímos que era una expe-ral directa, corresponde por afini-

dición más, unas cuantas excava-dad, hacer valer sus derechos. Por

ciones más, pero al aparecer los eso, nosotros pensamos que esos

cuerpos de tres niños en la monta-niños pertenecen a las comunida-

ña más alta, justo en la que es un des que hoy los reclaman".

referente para los habitantes del Tony Mercado agrega: "la National lugar, se desató una sospecha so-Geographic dice en el documental bre la posibilidad de que hubiera que los chiquitos caminaron 1.600 más cuerpos. La polémica había kilómetros hasta el lugar en que quedado planteada: ¿se trató de fueron sacrificados. Eso sólo les una profanación?”sirve para negar que pertenezcan a

Fueron los salteños, y no John sus comunidades de origen. Les

Reinhard, quienes trataron de cal-sirve para justificarse. Es una gran

mar los ánimos de la comunidad mentira. Además, el primer anun-

de San Antonio de los Cobres en el cio en relación con el origen lo hi-

momento del hallazgo. Lo hicieron cieron el ex gobernador Juan

a través de la Fundación Vicuñita,

Se dice que las momias son de origen inca y si bien lo inca no existe como entidad política, social y cultural, no se puede decir que no existen los pue-blos originarios locales que asumen como 'propios' los elementos del pasado.

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Carlos Romero, Romero y el doc-tor Johan Reinhard. Ellos dijeron que habían encontrado los descen-dientes de estos niños, en un pre-so en Washington, acusado de abuso de menores.

“Fíjate el subconsciente de ese gringo… ¡Asocia lo más sagrado de nuestra historia con lo más bajo que tiene su sociedad! Encontrar una línea directa de parentesco es como sacarse la quiniela cien veces seguidas y con el mismo número. Y nuestros científicos se hacen los distraídos, miran para otro lado, y siguen como si nada”.

PRIMERA RUPTURA

La expedición tuvo dos momentos de quiebre. El primero estuvo en-cabezado por el arqueólogo Christian Vitri, Mario Lazarovich, Adriana Escobar, Alejandro Lewis y un fotógrafo de la National, quien, una vez en la montaña, co-menzó a presentar síntomas de edema cerebral. "En ese momento, Reinhard minimizó la cuestión, de-cía que era por efecto de la puna, que ya se le iba a pasar. Pero noso-tros, que conocemos la montaña, sabemos que si el tipo se quedaba dos o tres días más, se moría", señala Vitri.

Mercado, en cambio, fue el único de los salteños que quedó en la ex-pedición. "Yo mismo le pedí que no se vuelva para que quedara uno de nosotros y tomara registro. Que se quedara para tener un acto pre-sencial de todo el proceso de exca-vación, de lo que se iba a hacer ahí", sigue Vitri.

Una vez en Salta, Lazarovich reci-bió una comunicación desde el Llullaillaco: "Apareció un cuerpo. Dos. Tres". Enseguida se dispuso a preparar los materiales para el traslado: cajones con hielos para bajar los cuerpos y un espacio en Ciudad del Milagro, con alarma,

freezer y un grupo electrógeno que se le pidió al Ejército por si se cortaba la luz.

EL HALLAZGO

Todo comenzó con «La Niña del Quehuar» -actualmente en el MAAM, preservada para futuros es-tudios- a 6.100 metros de altura, que se rescató en pedazos después de que buscadores de tesoros dinamita-ran el lugar. Unos meses después, se hallaron las momias del Llullaillaco treinta metros más arriba en el vol-cán. Primero apareció «El Niño», el 17 de marzo y ese mismo día unos metros más al norte, Tony Mercado y el peruano Ruddy Perea encontra-ron, por casualidad, a «La Doncella». Dos días después, hallaron a la tercera momia «La Niña del Rayo».

> Christian Vitri

“Podría decir que fue de pura ca-sualidad, pero no, estoy seguro que ese encuentro con «La Doncella» tenía que ser así, que teníamos que ser nosotros quienes la encontrára-mos. Nos habíamos retirado del gru-po. De repente le hice una broma al Ruddy, le amago un martillazo, él se abre de piernas para esquivarlo y el mazazo pasa de largo para el piso provocando un hueco, ahí nos damos cuenta que estábamos sobre un lugar especial.

“Nos miramos y ahí nos quedamos. No dejamos que nadie se acerque. Cavamos hasta los 2,13 metros en total. Yo estaba dentro del pozo y lo

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primero que apareció fue una pe-queña plumita que yo me puse a querer pincelarla porque pensé que había encontrado una de las estatuillas y de golpe se levantó todo eso, el tocado de pluma ese blanco y me cagué de espanto. Hay una parte de mí que debe andar asustada todavía dando vueltas por el cerro ese”, cuenta Mercado.

El tocado estaba puesto en la ca-beza de la doncella. Y el cuerpo estaba asentado arriba de una pie-dra. Pero lo más increíble de todo es que el cuerpo era flexible. “Cuando lo alcé hice presión con los brazos en las piernas de la ne-na y se flexionaron. Por eso no creo que sea como dicen ellos, que se mantuvo por el estado de congelamiento y las bajas tempe-raturas”. Luego, el Gobierno de la Provincia invitó a la doctora Quevedo Kawasaki, una especialis-ta chileno-japonesa que habló de un proceso de liofilización, una especie de cerrado al vacío utiliza-do para la conservación de la niña.

“En algún momento, quizás, los niños del Llullaillaco van a crear conciencia

SEGUNDA RUPTURA

Luego de los hallazgos, el Gobier-no Provincial dispuso que un escri-bano se trasladara al pie del vol-cán para hacer un registro general de todo lo que se bajaba de la montaña. El escribano llegó a la hora indicada pero la expedición ya había partido hacia San Antonio de los Cobres. "Reinhard iba en un vehículo mucho más rápido y no esperaba al resto, se iba y se iba. Es muy natural que cuando al-guien se traslada en grupo, más en lugares donde podés quedar

varado, hay que hacerlo juntos, al menos al alcance de la vista de los que vienen detrás. Son códigos que hay que respetar", sostiene Vitri.

Finalmente, cuando todos se encon-traron, el director de Patrimonio, Lazarovich, mantuvo con Reinhard una fuerte discusión fuerte y le co-municó que viajaría delante del grupo hasta un lugar asignado para colocar los cuerpos de los niños.

Pero Reinhard ya había hecho un arreglo con Colombo Murúa, el rector de la Universidad Católica de Salta, quien le había preparado un camión frigorífico. "Soy el dueño de la expedición, yo encontré las piezas y voy a hacer lo que quiera", dijo el arqueólogo. Ese fue el segundo quie-bre: el funcionario pidió a la Gendar-mería que los detenga hasta que lle-gue el resto del grupo.

Reinhard se ofendió.

Finalmente, los Niños de Llullaillaco pasaron tres semanas en la Ciudad el Milagro, freezados y protegidos por un sistema de alarma. El gobernador Juan Carlos Romero autorizó el últi-mo traslado. "Los llevaron en ese tráiler de Gendarmería y los tuvieron dentro de un freezer común varios meses hasta que se acondicionó dentro de la Universidad Católica un lugar parecido al que existía en Ciu-dad del Milagro. Allí los tuvieron desde el '99 hasta el 2004. Fue en-tonces cuando se creó el museo y pasaron allí", cierra el arqueólogo.

A QUIEN PERTENECEN LAS MOMIAS

En algún momento, quizás, los niños del Llullaillaco van a crear concien-cia. La historia tiene muchas versio-nes, tantas como miradas haya habi-do en el momento de la expedición y como anhelos, deseos y motivacio-nes de quienes participaron en ese momento. “No se sabe ni cómo ni

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cuándo, pero sé que pronto, que estamos cerquita”, dice Antonio Mercado. Y se explaya: “La ar-queóloga argentina Constanza Ceruti -convocada por el Consejo de Expediciones de la National Geographic Society de Washington- tenía una motivación en la participación.

“Ella era codirectora del proyecto y gracias a ello, la Universidad Ca-tólica de Salta, que ni tiene una carrera de antropología, tiene un departamento de Arqueología de Alta Montaña. Pienso que es una ridiculez que la Universidad Cató-lica, la Iglesia, el Opus Dei, estén manejando lo que no tienen que manejar y que nuestros arqueó-logos de la Universidad Pública sigan callándose la boca. Los aca-démicos se tienen que dar cuenta que esas culturas son culturas que todavía están vivas, que existen que no son 'cosa' del pasado”.

Vitri comparte esa visión: “La arqueología trabaja con esto, es el objeto de estudio. Cuando

aparecen huesos, cráneos o un esqueleto, es como una 'cosa' un 'objeto'. Pero cuando aparecieron estos niños, que no es lo más común, porque uno los ve y parecen dormidos, la gente se pone más su-sceptible. Sin embargo, no hay técnicamente diferencias entre un hueso y esto.

“Lo único que media es el estado de conservación. Cuando se hace un trabajo científico, se registra, se documenta y se conserva todo lo que aparece. En este caso se siguie-ron todos los métodos que se podrían haber seguido a 6.700 metros.

“Con todas las fallas que pudo haber tenido, pero hay un registro, está documentado, está fotografiado, hay testigos presenciales, como en el ca-so de Tony que estuvo hasta el final. Sólo que en este caso, y volvemos al tema de la profanación, la gente ve que les sacaron de su lugar algo que les pertenecía y que están haciendo dinero en otro lugar que no es el suyo. Y, además, que no tienen

> Estatuilla de Oro, parte del Ajuar de los Niños

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ninguna participación. Ellos reclaman esa participación y me parece justo”.

En este sentido, el Museo de Arqueología de Alta Montaña se propuso seguir de cerca el impacto en las comunidades de la exhibi-ción de los niños momia, a través de charlas con sus caciques. Por ejemplo, dos días antes de la inauguración oficial, el museo abrió sus puertas para la comuni-dad del Chujcha, ya que la primera momia que se exhibió pertenecía a ella. Lo mismo ocurrió con los Niños del Llullaillaco, antes de la apertura oficial, se hizo una previa con los pueblos de esa región.

“Todavía estamos lejos de decir que el museo está en una situa-ción de reciprocidad o de devolu-ción con lo que las comunidades que se sientan tocadas. Y esto tie-ne una doble lectura: una política y otra económica.

“La decisión política tiene que ver con que se liberen a las comunida-des los fondos que se recaudan en el museo, así de simple. Sabemos que ellos no tienen problemas con la ex-hibición en sí, pero lo tienen con la participación de lo que se recauda. El Estado Provincial está lucrando, saca un beneficio y a ellos no les queda nada”, explica Christian Vitri.

El arqueólogo asegura que el Go-bierno prometió a los habitantes de las comunidades una capacita-ción para formarlos como guías para que ellos puedan trabajar en el museo o un espacio para que vendan sus artesanías. Sin embar-go, no se hizo nada. “El museo genera dinero que va para el Esta-do. A veces, la gente de las comu-nidades nos increpa, nos pide que le demos dinero de las entradas. Ojalá un día todo se convierta en un sistema equitativo que le de-vuelva a los pueblos todo lo que los pueblos le dieron”, confiesa.

No se sabe todavía en qué circuns-tancias fueron sacrificados los ni-ños. Sí, que cuando los especialis-tas hablan de sacrificio se refieren al acto de “enterrar a alguien vivo”. También que el lugar donde se rea-liza el entierro suele ser lo alto de una montaña, en señal de ofrenda al Sol Inca. Los sacrificados, en ge-neral, eran seres “elegidos” para satisfacer a los dioses. O eran men-sajeros que, ajuar mediante, podían viajar al más allá.

Quizás los tres niños de Llullaillaco no habían completado su viaje. Quizás se enojen los dioses porque ahora están encerrados en la vitri-na de un museo.

Quizás nada de eso ocurra y la gen-te siga pagando para ver a «La Niña del rayo», o al «Niño» o a «La Doncella». Y sus pueblos de origen, reclamando.

Este artículo se publicó originalmente en la revista Crítica el 6 de diciembre de 2009, bajo el título "La otra historia de las momias de Salta".

*

Protesta teatral frente al MAAM el 12 de Octubre de 2010. Grupo Espacio In-Verso

En quechua Qhapaq hucha, uno de los rituales más importantes de los incas, a veces incluía el sacrificio humano; tenía una fuerte connota-ción política dentro del imperio, aunque el ritual parece preexistente al periodo incaico.

*

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MUSEOPARA EL CADÁVERde la ética> Por:

Idangel Betancourt

Lo indio en el ámbito de la visión del mundo occidental no tiene ninguna validez política, social o artística; es decir que no entra vital-mente a formar parte de di-cho ámbito. En este sentido lo indio es considerado estrictamente lo muerto, y por lo tanto es relegado al museo como lo monstruoso y aberrado.

La estrecha relación entre el inte-rés científico y el respeto por lo humano, es vulnerada cada día, cada hora de exposición de los cuerpos de los tres niños encon-trados en la cima del Llullaillaco.

El martes 23 de noviembre, a la 19.30 horas, en la sede del Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM), Mitre 77, la Secretaría de Cultura de la Provincia celebró un nuevo aniversario de la apertura del museo, promocionando la acti-vidad como un espectáculo circen-se donde el visitante podrá perci-bir en la exposición aniversario “niveles de detalle simplemente asombrosos”

(www.culturasalta.gov.ar).

Conviene a los “guardianes oficia-les” promover el asombro sobre las culturas originarias como si fuese un hecho acabado aquel mundo del que provienen los Niños del Llullaillaco. Conviene ex-poner todo como una maravilla le-jana, porque mientras más lejana, maravillosa y única, más invisble se tornan las culturas originarias que viven en la provincia de Salta.

Muchos de estos pueblos no tienen tiempo para el asombro, se

acomodan históricamente a la re-presión de los empresarios y políti-cos, trabajando en forma precaria en lugares donde el turista llega, se asombra y deja beneficios que nun-ca llegan a sus comunidades.

Así lo expresó a este medio Carlos Vara, un delegado de la comunidad Suri-diaguita-calchaquí; en referen-cia a la exposición de los cuerpos en el MAAM, “no solo violaron la tumba de nuestros ancestros, sino que no vemos ningún beneficio, porque ellos cobran entradas”.

No debe entenderse la reflexión de este delegado como un reclamo económico específico sobre el MAAM, pero sí expone el tamaño del atropello que pesa sobre estas culturas que constantemente son sometidas a operaciones de silen-ciamiento, en nombre del progreso turístico o de la ciencia. En el caso del MAAM, se juntan ambas causas civilizatorias: turismo y ciencia a favor de una cultura que deglute a las minorías.

Ningún ensayo científico justifica el desprecio a otras culturas o a la propia. La humanidad no es mejor desde 1999 gracias al análisis cien-tífico a que se sometieron los cuer-pos del Llullaillaco. Pero sí junto a los datos recolectados de ese estu-dio, se apuntó una humillación más sobre los pueblos que se sienten parte de esa cultura.

no sólo VIOLARON ANCESTROSsino que

no vemos ningún beneficio

la tumba de nuestros

ENTRADASPORQUE ELLOS COBRAN

*

(Rodolfo Kusch)

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En tanto, desde que abruptamente a finales de 2008, el Ejecutivo deci-dió subordinar el área de Cultura al Ministerio de Turismo, las actuales autoridades se niegan a fomentar un debate abierto sobre la relación entre turismo y cultura. Se frena de este modo en los hechos el recono-cimiento a la diversidad cultural.

En el caso específico del MAAM y su relación con el turismo, Américo Castilla (director Nacional de Patri-monio y Museos 2003-2007), advir-tió en su momento: “Se debe tener especial cuidado en no oponer a la ciencia con la sacralidad y sobre todo no hacer uso de la sacralidad para satisfacer la curiosidad de los turistas que visitan los museos”.

Representaría un hecho saludable que los pueblos originarios y la so-ciedad salteña puedan debatir sin presiones el significado del MAAM para las culturas. La profanación ya fue consumada, el museo ya existe, pero seguramente son posibles alternativas que reparen tales he-chos y que permitan a los pueblos originarios tener incidencia en la suerte del MAAM y en la represen-tación de hechos culturales de los cuales fueron y son protagonistas.

Sobre el respeto a los criterios de las diversas culturas, el Código de Ética Profesional de Consejo Inter-nacional de Museos (ICOM), es claro cuando expresa en el punto titulado “Responsabilidades profe-sionales respecto de las coleccio-nes”, que “el museo tendrá que res-ponder con diligencia, respeto y sensibilidad a las peticiones de que se retiren de la exposición al públi-co restos humanos o piezas con un carácter sagrado. También se res-ponderá de la misma manera a las peticiones de devolución de dichos

objetos. En la política de los museos se debe establecer clara-mente el procedimiento para

responder a esas peticiones”.

Mientras esto no suceda, el MAAM será la memoria de una humillación en nombre de un supuesto cienti-ficismo que responde a intereses hegemónicos, tal como el Galileo Galilei de Bertold Bretch, quien te-niendo la oportunidad de poner la ciencia en manos de todos, calla pa-ra sobrevivir y deja así el saber en manos de los poderosos. Tal como la tierra se mueve, las culturas origina-rias perviven. El Museo de Arqueo-logía de Alta Montaña, al igual que Galileo, silencia de algún modo esta verdad.

Las autoridades, la sociedad salteña, los turistas argentinos que son parte del “asombro”, deben recordar que este museo es un desafío a la Cons-titución Nacional donde se estable-ce que el Congreso de la Nación reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, garantizando -concu-rrentemente con las provincias- el respeto a su identidad y “aseguran-do su participación en la gestión de los intereses que los afecten”.

Del mismo modo, la revista argenti-na Ciencia Hoy (Nº 51, 1999) estimó en su editorial titulado: “Ética, Cien-cia y Divulgación”, que la exhibición de los restos de las momias de Llullaillaco, provincia de Salta, constituyen: “...falta de considera-ción, rayana con el desprecio por la humanidad de los integrantes de una antigua cultura indígena”.

Desde esta perspectiva, el MAAM deja a los salteños poco que celebrar y mucho por reflexionar.

Mientras más lejana, maravillosa yúnica, más invisible se tornan las culturas originarias que viven en la provincia de Salta.

* Publicado en Calchaquimix, noviembre de 2010.

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CRITICASRECIENTES EN ELÁMBITO NACIONAL

Mientras el Ministerio de Turismo y Cultura de Salta, preparaba los festejos por el sexto aniversario de la apertura del MAAM, anunciando la presenta-ción de un calendario 2011, el sábado 20 de noviembre la revista Ñ, publicaba una entrevista al consultor en museos y especialista en gestión cultural, Américo Castilla, donde critica “el tratamiento de los derechos hu-manos” en relación con la exposición de los Niños del Llullaillaco.

Reproducimos aquí un fragmento de esa entrevista realizada por Mercedes Pérez Bergliaffa.

(…)

¿Cuál es para usted la importancia de que los objetos con algún valor simbólico estén en su contexto original?

Si un objeto tiene su contexto a su alrededor tiene todos sus valores próxi-mos, a la vista. Si lo apartás y lo ponés como una obra de arte dentro de algún museo, entonces pasa algo distinto. El objeto tiene su sentido original en su contexto original.

¿Es realmente importante que un determinado objeto se exhiba en su lugar de origen?

Es un tema cuestionable, que está relacionado con la etnografía. Por ejem-plo, los descendientes de los pueblos originarios reclaman los objetos que pertenecieron a sus ancestros. Ahora, hay otro tema: tienen que tener dónde ponerlos.

No puedo dejar de mencionar un caso polémico, que fue la creación del Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM) en Salta, hace algunos años, al descubrirse las famosas momias de los niños del Llullaillaco. Recuerdo que usted se oponía a este museo.

Sí, en esa época yo era director de Patrimonio e hice una declaración* sobre el tratamiento de los derechos humanos en relación a ese tema. Ocurre que ese fue un enterratorio muy muy original de la zona andina del Cono Sur. Fue una ceremonia muy especial, que no sucedía en todos los Andes sino solo allí. Violar ese enterratorio ritual es tremendo, Uno puede decir “se hizo por interés científico”, pero eso ya se había hecho muchas veces, no había necesidad de bajar a los niños de las montañas. Aún cuando los pro-cesos científicos no fueron malos, el resultado final… es un show. Es un negocio. Ahí cobran entradas.

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CRITERIOSSOBRE LAEXHIBICIÓNDE RESTOS HUMANOSLa mayor parte de los restos hu-manos indígenas que se hallan en los museos del mundo fueron colectados en el siglo pasado, cuando aún esas poblaciones no eran consideradas en igualdad de condiciones con el resto de los ciudadanos.

El reconocimiento de los derechos de los pueblos nativos en el mun-do es ahora una realidad recono-cida como un derecho humano básico (Conferencia Mundial de Derechos Humanos, Viena, 1993) y, en la actualidad, algunos países como Australia, Canadá y Estados Unidos estimulan a los pueblos originarios a participar en la ges-tión y control del patrimonio de sus antepasados.

El Acuerdo de Vermillion (1990), alcanzado entre los arqueólogos y los pueblos indígenas en el marco del Congreso Mundial de Arqueo-logía, estableció lineamientos éti-cos con relación al tratamiento de restos humanos indígenas, sirvien-do de antecedente a la reconocida ley de los Estados Unidos: The Native American Grave Protection and Repatriation Act, 1990. Esta norma ordenó a los museos públi-cos poner a disposición de las comunidades indígenas los inven-tarios de colecciones de restos humanos y otros ítems culturales, a efectos de que dichas comunida-des puedan reclamar la repatria-ción de los mismos -una vez probada la filiación cultural- la propiedad o el control de dichas colecciones por parte de las tribus involucradas, contando con amplios medios de prueba para

ello, incluyendo la información cien-tífica y la tradición oral. Cabe desta-car que esta ley si bien obliga sólo a las instituciones que reciben fondos públicos, ha provocado un fuerte impacto y cambio de actitud en los museos e instituciones académicas en general, comparable al generado décadas atrás con el reconocimiento de los derechos civiles de los afroa-mericanos en dicho país.

La normativa de nuestro país tampo-co es ajena a estas cuestiones. En el 2001, se sancionó la ley 25.517 que establece que: “Los restos mortales de aborígenes, cualquiera fuera su característica étnica, que formen parte de museos y/o colecciones pú-blicas o privadas, deberán ser pues-tos a disposición de los pueblos indígenas y/o comunidades de perte-nencia que lo reclamen” (art.1). Y agrega: “Los restos (...) que no fue-ren reclamados por sus comunidades podrán seguir a disposición de las instituciones que los albergan, de-biendo ser tratados con el respeto y la consideración que se brinda a to-dos los cadáveres humanos” (art. 2). El artículo75 inciso17 de la Constitu-ción Nacional establece que el Con-greso de la Nación reconoce la pre-existencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, garan-tizando -concurrentemente con las provincias- el respeto a su identidad y “asegurando su participación en la gestión de los intereses que los afec-ten”. Argentina, además, ratificó por ley 24.071/92, el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y triba-les que establece que los Estados Miembros deben garantizar una amplia participación de las comuni-

> Por:Américo Castilla

*

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dades indígenas en todos los asuntos que los atañe, incluyendo los aspectos culturales y el respeto a sus tradiciones, creencias y cos-tumbres (arts. 2,4,5,6,7, y conc.).

Es abundante la doctrina científica sobre el tratamiento ético de los restos humanos. Las asociaciones profesionales de museos comen-zaron a considerar en sus estánda-res éticos a esos restos y a los objetos sagrados como “materia-les sensibles” que merecen un trato cuidadoso y respetuoso si-guiendo el criterio adoptado por el Código de Ética Profesional de ICOM (1986, revisado en 2001 y 2004). Este Código, en el capítulo III titulado “Conducta profesional”, punto 6, titulado “Responsabilida-des profesionales respecto de las colecciones”, contiene un inciso dedicado a “los restos humanos y piezas con carácter sagrado”, en el cual incluye lo siguiente: “Las investigaciones sobre dichos obje-tos, su instalación y conservación, así como cualquier reproducción de ellos, deberán realizarse de forma aceptable, no sólo para los colegas de la profesión, sino tam-bién para todos aquellos que pro-fesen una creencia, en particular los miembros de la comunidad o de grupos étnicos o religiosos inte-resados. Aunque a veces pueda ser necesario utilizar material delicado en exposiciones interpre-tativas, ello deberá realizarse con mucho tacto y respeto hacia los sentimientos de la dignidad huma-na de todos los pueblos. Además, el museo tendrá que responder con diligencia, respeto y sensibili-

““Los restos mortales de aborígenes, cualquiera fuera su característica étnica, que formen parte de museos y/o colecciones públicas o privadas, deberán ser puestos a disposición delos pueblos indígenas y/o comunidades de pertenencia que lo reclamen”

dad a las peticiones de que se retiren de la exposición al público restos humanos o piezas con un carácter sagrado. También se responderá de la misma manera a las peticiones de devolución de dichos objetos. En la política de los museos se debe esta-blecer claramente el procedimiento para responder a esas peticiones”.

Siguiendo los criterios del ICOM, Gran Bretaña creó su propio código en 1997 y la American Association of Museums y sus similares de Canadá y Australia reconocen el genuino inte-rés de las comunidades indígenas respecto de los restos de sus antepa-sados. Estas disposiciones limitan el traslado de los cuerpos y la investiga-ción científica a un acuerdo entre las partes. La revista argentina Ciencia Hoy (Nº 51, 1999) estimó en su edito-rial titulada: “Ética, Ciencia y Divulga-ción”, que la exhibición de los restos de las momias de Llullaillaco, provin-cia de Salta, constituyen: “...falta de consideración, rayana con el despre-cio por la humanidad de los integran-tes de una antigua cultura indígena”.

En nuestro país, el Foro entre arque-ólogos y pueblos originarios, convo-cado en cumplimiento de una resolu-ción adoptada en el Plenario del XV Congreso Nacional de Arqueología Argentina, reunido recientemente en la ciudad de Río Cuarto, recomendó, entre otras disposiciones, lo siguien-te: “Hacer extensivo lo aprobado en el XV Congreso Nacional de Arqueo-logía Argentina con relación a la no-exhibición de los cuerpos de Llullaillaco a todos los restos huma-nos que se encuentren en coleccio-nes de museos del país, tomando como precedente la política desarro-llada por algunos museos, como es el Museo Etnográfico de la Universidad de Buenos Aires. Sensibilizar al públi-co en general acerca de las razones que fundamentan la decisión de no exhibir restos humanos. Respetar la sacralidad ancestral de los restos

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humanos y sitios indígenas, y ade-cuar las técnicas y procedimientos arqueológicos para hacerlas com-patibles con ese respeto.”

Se debe tener especial cuidado en no oponer a la ciencia con la sa-cralidad y sobre todo no hacer uso de la sacralidad para satisfacer la curiosidad de los turistas que visi-tan los museos. En ese sentido, el Código de Ética del ICOM, adopta-do por la República Argentina por resolución de la Secretaría de Cul-tura de la Presidencia de la Na-ción, así como la Carta de Turismo Cultural ICOMOS 1976 son claros indicadores de cuál debe ser la conducta responsable de un museo. Esta última carta limita los alcances del turismo y privilegia el respeto al patrimonio cultural y natural por encima de cualquier otra consideración, “...por muy justificada que ésta se halle desde el punto de vista social, político o económico”.

Se invita a los científicos y técnicos con responsabilidad en el ámbito del patrimonio cultural, a extre-mar su empeño por respetar el cumplimiento de las normas lega-les así como las disposiciones éti-cas recomendadas por las entida-des profesionales.

> Américo Castilla

El autor fue Director Nacional de Patrimonio y Museos (2003-2007). Reproducimos esta declaración tal como aparece hasta el día de hoy en el sitio oficial de la Secretaría de Cultura de la Nación (http://www.cultura.gov.ar/direcciones/?info=detalle&id=50&idd=5).

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Salta Libre (Calchamix) y re-d-acción

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Alejandro Ahuerma (excepto estatuilla de oro y retrato de américo castilla)

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