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KBRONES Mucho más que una cooperativa Año 5 Nº 32 - Septiembre 2016 Cooperativa Ex Trabajadores de Crítica Ltda. [email protected] www.revistacitrica.com Distribución Gratuita - 2000 ejemplares Callao 360, CABA - Tel: 4562-6241 ISSN: 2525-1260 RNPI: 5190147 Madre de todas las batallas 2 MINUTOS Punk que no envejece Federico Imas Maru Cofre Logkopag pág 3 pág 4 pág 6 Fotomontaje: Nair Carolina

Madre de todas las batallas

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Page 1: Madre de todas las batallas

Kbrones

Mucho másque unacooperativa

Año 5 Nº 32 - Septiembre 2016Cooperativa Ex Trabajadores de Crítica Ltda.

[email protected]

Distribución Gratuita - 2000 ejemplaresCallao 360, CABA - Tel: 4562-6241

ISSN: 2525-1260RNPI: 5190147

Madre de todaslas batallas

2 minutos

Punk queno envejece

Federico Imas Maru Cofre Logkopag

pág 3

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uando a un preso se le acerca la hora de salir de la cárcel, suele preguntar-se cómo hacer para “no

bardearla más”. Y piensa si allá afuera habrá alguien capaz de darle una mano. Una segunda oportunidad. A veces estar adentro es más seguro que salir al mundo y recibir la cachetada. “Cruzás el portón y estás solo en la calle, sin una moneda ni para el bondi que te lleve a tu casa.Vas a buscar laburo y no tenés expe-riencia, solo antecedentes. La sociedad muchas veces te da la espalda”, narra Marcelo Vargas, uno de los socios funda-dores de Kbrones, la primera experiencia cooperativa en contexto de encierro.

El proyecto asociativo que fue impulsado en 2009 por Marcelo y otras personas privadas de su libertad, que cumplían la última etapa de sus conde-nas en la Unidad 12 de Gorina (La Plata-Buenos Aires), hoy genera 15 puestos de trabajo genuino en sus talleres del barrio de Barracas, produce indumentaria de trabajo para diferentes empresas y brinda capacitaciones para otros presos. Ellos se organizaron para cambiar prejui-cios por trabajo, y hacerse unos mangos dignamente.

Lo que en la actualidad es una fábrica que no deja de producir fue posible por el coraje de un grupo de personas que

C

cooperativas

aceptaron estar privados de su libertad, pero no de su derecho a tener una vida mejor. “Cada uno de nosotros estaba buscando un cambio profundo. Nadie puede ser feliz delinquiendo, ese mundo es feo y oscuro, nunca tenés paz. Cuando estás afuera siempre estás escapando de algo y adentro todo se vuelve más horrible todavía. El sistema penitenciario genera más desigualdad y rencores, y sin embargo nosotros transformamos lo negativo en trabajo”, asegura Marcelo.

Cuando tenían sus primeras pro-ducciones de marroquinería (estuches para anteojos, portatermos y carteras) solicitaron autorización para comercia-lizar afuera del penal. Julio Fuque, otro de los fundadores, fue el primero en salir, y poco tiempo después Marcelo. Ya en libertad, patearon la calle desde otro lugar. Kbrones hoy confecciona camisas, chalecos, camperas y diferentes artículos de cuero: bolsos, carteras y cinturones.

A los Kbrones también los acom-pañaron sus familias, orgullosas de la cooperativa. “Duele ver a un hijo preso y saber que la sociedad lo va a discrimi-nar de por vida. Julio además tenía una familia que sostener. Fue muy difícil todo pero nunca dejé de creer en él. Hoy soy la mamá más feliz del mundo”, dice Sara Cardozo, desde siempre, la mamá de Ju-lio y, desde hace 7 años, su compañera de

trabajo. Creyó en el proyecto y se sumó a la cooperativa desde el día cero. Para eso tuvo que dejar su trabajo de empleada doméstica con cama adentro y apren-der a coser.

“El amor hacia las personas que amás, a tu familia y tus hijos, te puede dar fortaleza para cambiar. Eso es lo que les pasó a estos chicos. Se me infla el pecho de orgullo cuando pienso en todo lo que lograron, en lo que logra-mos juntos. Ahora las vueltas de la vida me llevan a ser dueña de una empresa, soy una kbrona más”, dice Sara.

Es que el modelo cooperativo sostie-ne fuentes de trabajo y permite pegar el volantazo. “La cooperativa me dio la oportunidad de recuperar todo lo que perdí, recuperar a mi familia. Nosotros

aprendimos mucho de los golpes que nos dimos. Todo eso lo queremos trans-mitir, por eso es que vamos a todas las charlas que nos invitan y capacitamos. De las experiencias negativas también se aprende mucho”, señala Marcelo.

El objetivo hoy es producir y vivir del trabajo textil. Actualmente, Kbro-nes lleva adelante una línea de ropa de trabajo para las cooperativas eléctricas de la provincia de Buenos Aires. Varias empresas asociativas acordaron com-prarle indumentaria. Y también apues-tan a combatir la mano de obra barata y la explotación laboral. Además los Kbrones rescataron a trabajadores en condiciones de esclavitud en talleres clandestinos. Como dicen ellos: “Esto es mucho más que una cooperativa”.

¡ey, cabrón!La Cooperativa Kbrones nació como una

necesidad de inserción laboral de personascon antecedentes penales. Hoy, más de quince asociados/as apuestan al trabajo con dignidad.

por mariana aquinofotos: federico imas

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NOTA DE TAPA

Pg 4

¿Podemos ir a hacérselas personalmente?–Sí, vengan ahora. Los espero.

Salimos corriendo, sin poder creer nues-tra suerte, eludiendo peatones por Callao mientras pensábamos nuevas preguntas. Llegamos a la sede de Madres un poco agi-tados, y enseguida nos hicieron pasar a una oficina. “Hebe ya viene”, nos dijo Sofía, su secretaria. No nos alcanzaban los ojos para ver todas las fotos –con Evo, Chavez, Fidel, Mujica, Néstor, Cristina–, esculturas, adornos, banderas, gorras y decenas de presentes de todo el mundo.

Hebe entró con una sonrisa. La saluda-mos, nos presentamos, le dimos algunas revistas y los teléfonos empezaron a grabar. Bah, uno no.

–Hagamos la nota. Lo único que no

sea mucho rato porque estoy con mucha fatiga. Porque yo soy asmática, y como estos días le di a la máquina tanto...– decía Hebe hasta que, de pronto, se puso muy seria y señaló a uno de nuestros compañeros que luchaba porque el grabador del celular no le funcionaba.

–Si él sigue mirando eso…–No, no, estoy poniendo el grabador- se

puso nervioso nuestro compañero.–Ah, el grabador sí, pero si estás jugando

con el aparatejo ese, me levanto y me voy –avisó.

Hebe es Hebe todo el tiempo. Y así, con una sinceridad brutal, sin diplomacias, si algo no le gusta te lo hace saber al instante. Te mira fijo con esos ojos celestes y te lo dice. Te conozca o no te conozca. Seas juez, go-bernante o periodista. Como nos recibió, de

tra cosa que me desespe-ra: llegan las vacaciones

y las madres no saben qué hacer con los chicos. Y yo me pregunto: “¿Cómo qué van a hacer? Cuidarlos, jugar con ellos sino para qué tenés hijos. todos están como locos pensando en dónde van a meter a los nenes. no es así, a los hijos tenés que cuidarlos, acompañar-los, hablar con ellos. Después te quejás que la droga, que cualquier mierda, que se va con cualquier tipo. ¿Pero por qué pasa eso? La chica de 9 años ya se viste como señorita, se pinta los labios. entonces la adolescencia se ha perdi-do. se apura todo. se corre para todo. Y la niñez es un paso muy importante para el ser humano. Y lo mismo para la adolescencia. tiene un tiempo. no se puede pasar de los 4 a los 20 años”.

Las primeras rondas, la cámara de fotosen la bombacha cada vez que la metían presa, las veces quese jugó la vidapor esconder o sacar pibes del país. Hebe y una charla inolvidable, para entender quesiempre hay otras maneras de encarar la vida y la política.

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“Las madresno saben qué hacer con los chicos”

“los milicos crearon las marchas sin querer”

altaban dos días para el jueves 11 de agosto y buscábamos testimonios de algunas Madres de Plaza de Mayo para una nota

sobre las dos mil marchas. Marcamos el número de la asociación, esperando, como suele ocurrir, hablar con alguien de prensa que nos diera una mano.

–Hola, llamamos de Revista Cítrica. Es-tamos preparando una nota por las dos mil marchas y queríamos hablar con alguna Madre.

–Estás hablando con Hebe –se escuchó del otro lado.

–¿Hebe?–Sí, decime. ¿Qué me querés preguntar?–Eh... Mire Hebe, nuestra redacción está

en el Bauen, a unas cuadras de Madres...

Fpor revista cítrica

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improviso, para hablar durante más de una hora, también podría habernos despachado en dos segundos. Ella misma cuenta que muchas veces es así.

–Acá vienen muchos boludos. Y yo les digo: “Pregunta boluda, respuesta boluda”. Salí y cuando pensés lo que vas a preguntar, volvé. Y lo saco afuera, al bar, y después cuando piense que vuelva.

Hacía apenas unos días a Hebe la habían querido poner presa y eso generó una movi-lización impresionante.

¿Qué gesto de esas horas te impactó más?Los nenes que me hacían cartas. Y la

gente muy cariñosa, los chicos me acom-pañaron todos hasta mi casa. “¿Vos vas sola, vivís sola?”, me preguntaban. “Sí. Y con las puertas abiertas. Yo nunca cierro una puerta con llave. Jamás”. Lucho por un país en don-de nadie tenga que cerrar la puerta con llave. Ni que pongan cámaras ni todas esas cosas que pone la gente para ver quién está en la puerta, quién toca el timbre, que si suena la alarma o que la reja esto y lo otro. La gente vive emputecida. Locos, locos están. Y gente que no hace un pedo en la vida. ¿Quién va entrar en tu casa? Los ladrones solamente..¿Nunca tuviste miedo, Hebe?

No.Eso no es normal.

Sí, para una madre que defiende a sus hijos es normal. Yo pienso que una madre para sus hijos tiene que dar la vida. Si uno le da la vida al hijo cuando nace, cómo no se la vas a seguir dando después. Depende cuánto conocés a tus hijos, también. La diferencia de las madres está ahí: quiénes laburamos con los hijos, quiénes los acom-pañamos a hacer cosas riesgosas y quiénes se enteraron que el hijo hacía algo cuando se lo llevaron. ¿Siempre fuiste consciente de lo que hacían tus hijos?

Sí, por eso siempre cuando hablo con los pibes les digo que ellos preparen a sus padres para que les den lugar en la casa, para que reciban a sus compañeros, para que la casa sea verdaderamente de todos. Mis hijos siempre me prepararon para eso. Los acompañé un montón. A guardar

pibes, a llevarle la comida a los pibes guar-dados. Avisar a la familia que estaban bien. Muchas cosas. Salir del país con una piba de ocho meses con documentos falsos ella y yo. Y la madre en el mismo micro, pero atrás, en el fondo. Por si le pasaba algo a la madre por lo menos salvábamos a la nena.¿De dónde te viene esa personalidad Hebe? ¿Es de familia?

No sé, mi mamá fue muy miedosa. Y mi papá siempre fue muy combativo pero para cosas del barrio. Pero era muy radical, mi papá. El terreno donde noso-tros vivíamos, la casilla que teníamos, nos la dio Eva Perón. Mi papá como era tan radical me lo dijo cuando yo tenía 21 años. Eva los llamó a las dos de la mañana un día a todos los del barrio y les dio los terrenos. Eran terrenos nacionales, porque estaban en el puerto, y él siempre me decía “me los dieron los del puerto, me lo dio la Nación”. Con mi hermano, que era peronista, se pe-leaban... Madre mía, todos los mediodías.

Iba más de media hora de charla, cuando Hebe interrumpió y dijo: “Ustedes al final no me preguntaron nada de lo que me iban a preguntar. Son unos mentirosos bárbaros”. Nos reímos y ahí sí empezaron las preguntas por las dos mil marchas y la historia de las Madres

Hebe y Fidel “es un compañero del mundo”

¿Cuáles son las marchas que más recordás?Son muchas cosas. No fue una creación

de las Madres. Nosotros íbamos a la Plaza y nos quedábamos ahí. Pero cuando los milicos vinieron en agosto, porque éramos como 70, dijeron que estábamos en estado de sitio y nos empezamos a mover. Crea-ron las marchas ellos sin querer. Al comien-zo nos llevaban presas todos los jueves. Hasta que decidimos ir muchas. Teníamos que ir todas porque cada vez que éramos pocas nos metían en una celda con un muerto. Que era un hijo nuestro pero no sabíamos cuál. Un muerto de varios días, con olor. Los hijos de puta te dejaban salir a las tres de las mañana sola. Por eso no tengo miedo a esto, es una huevada tener miedo de esto.¿Cuántas veces te llevaron presa?

Yo tengo fotos locas de casi todas las comisarías donde estuve. Me llevaba la cámara en la bombacha y como no podía decir que estuvimos presas, no teníamos pruebas. Sacaba fotos, tengo fotos de los inodoros de todas las comisarías. Hay que ser un poco loco para pelear, un grado de locura tenés que tener. A una no le tiene que parecer loco lo que hace, eso es lo que resuena después.¿Quiénes fueron tus referentes políticos?

Primero mis hijos. Vi la lucha y la entrega en ellos. Nunca nada para ellos, todo para la lucha. Cuando entré a la casa de mi hijo había tres frasquitos de dulce que decían: viajes, morfi e imprevistos. En todos había monedas. Ellos trabajan y ganaban plata pero todo lo entregaban. Me enseñaron mucho. Un día mi hijo me pide que lleve a la estación de Tolosa a una piba que estaba siendo perseguida. Voy con la camioneta y la busco. La piba era una piba muy joven, asustadísima. Tenía puesto un gamulán y ni ropa interior de lo rápido que tuvo que salir. Sola en tren se iba. Esa piba estaba dando la vida por la patria, por nosotros. Y la gente dice que es terrorista. Cómo puedo pensar que tengo que hablar más de mi hijo que de esa chica, que no sé ni cómo se llama.Con lo de Etchecolatz y compañía volvieron los beneficios para los represores, la prisión domiciliaria...

Macri fue siempre un enemigo, trabajó siempre para el enemigo; antes, no solo ahora. Sabía que iba a pasar esto, que iba a parar los juicios, que iba a poner a todos en la casa, que va a traer a la Marina de vuelta al Ecunhi, que la va a poner a la Pando en la ESMA. De un enemigo todo se puede esperar. Para mí es tan enemigo como los milicos, porque los milicos mataron a mis hijos y él va a matar a la gente de hambre, que es una manera de matar.En 12 años económicamente buenos para el país y donde se adquirieron nuevos derechos, no hubo un cambio estructural de las condiciones de vida de los sectores más postergados. Las villas están ahí, igual que siempre.

Por eso digo que faltó lucha de clases. Faltó hablar, proponer, explicar, decir y sentir. La gente se desclasa rápidamente, lo primero que te ponen es el supermercado.

En el supermercado te ponen adelante todo lo que no necesitás para que cuando llegues al azúcar y a la yerba ya no te quede más plata. Te viene la mujer de Obama y te trae barbies para las nenas, para que salgan modelos. Las regalaban en La Boca y las madres estaban locas para que sus hijas tuvieran las barbies flaquitas, rubias, sin tetas y sin culo. Después esas chicas crecen y no comen, y son bulímicas y anoréxicas porque quieren ser como las barbies: sin tetas y sin culo. Y vienen los médicos de allá que hacen las cirugías y se ponen plástico. Eso es el capitalismo. Y la gente más pobre ya no festeja los 15, las chicas quieren ir a Miami. Ahora con los Pokemon, no tiene un pedo que hacer en la vida y la gente se cree que es la novedad. El otro día le digo a una persona: ¿Cómo le vas a comprar eso a tu hija? “Es que todos tienen”, me contestó. ¿Por qué vas al Mc Donalds? Si sabés que no es comida, que es basura y que no le pagan a la gente que trabaja. Le dan al nene una cajita de reyes y a las nenas, de prince-sa. Y la gente sale contenta. La ves. Yo he ido a sentarme enfrente y veo cómo las mamás más pobres salen contentas con su hijo y su cajita de rey. No saben si hay monarquía o si el rey es malo, o si nos invadió. Hablan de alinearlos con el marxismo. No, primero hay que alinearlos con cosas más sencillas, las que nos pasan a todos. Por eso digo que la culpa es nuestra.

ui muchas veces a Cuba. La primera vez fue en el 86, vi-nieron del diario Juventud

Rebelde y me preguntaron sobre qué le diría a Fidel si me recibía. Les contesté: 'Le preguntaría porqué le dio la mano a Alfonsín, que con esa mano firmó la obediencia de Vida y el Punto Final'. Y no me recibió. Después pasó el tiempo y Fidel me recibió en otra oportunidad y nos reíamos de esa anécdota. nos hi-cimos amigos. Fidel es un compañero del mundo. es un divino, un cariñoso. Y te pregunta de todo. te pregunta por tu mamá, por tus hijos, por lo que comés, todo. una vez que vino a buenos Aires yo tenía puesto un poncho rojo. me dice: '¿Por qué nunca llevaste este vestido a Cuba?', '¿Cómo voy a llevarlo si allá hace 40 grados? esto es un poncho', le dije. se moría de la risa. tiene un gran senti-do del humor. una de las últimas veces que nos vimos, hablando de lo que co-míamos, me dice: 'A mí me sacaron los habanos y el whisky. Ahora me dan té. es un asco el té'”.

“F

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“Hay que trabajar mucho sobre la lealtad, la solidaridad y el compromiso. La política no es un camino para ser gobernador o diputado, sino un camino de lucha”.

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s un niño jugando y un hombre que hace su trabajo. Todo al mismo tiem-po. Ed Motta es jazz, es funk, es el rock

y el pop de su adolescencia, y también es los 3.000 vinilos que tiene en su casa y lo nutren día a día con distintos tipos de música. “Solo me ocupo de lo que sé, mi mundo es no errar una nota, buscar la cadencia perfecta, sonar perfecto, o escuchar música de otros y ver que voy a tomar y comer con mi esposa”. Ese es Ed Motta, el brasileño que vino a Ar-gentina para presentar Perpetual Gateway, su disco número doce como solista. La pre-

Ed Mottay el placerpor lo nuestro

E

por nicolás peralta

sentación fue la excusa que tuvo para venir a Buenos Aires a degustar nuestras delicias, las carnes y vinos. Y a Córdoba, de donde se llevó unos cuantos chacinados en su valija.

Sus shows fueron íntimos. “Como si estu-viera en el living de mi casa, para que vean cómo surgen las canciones”, los definió. Y lo del escenario como su casa se lo toma en for-ma muy literal: entre tema y tema conversa y cuenta anécdotas. “Eso de estar junto a un montón de gente escuchando a una banda no es natural. Todo el discurso de las bandas en vivo se basa en tres frases, que son ‘¿están listos?’, ‘¿están bien?’ y ‘los amo’. Ese es el dis-curso que domina”, agrega sobre lo que a él no le interesa hacer.

A Motta le gusta la Argentina, aunque por eso lo acusen de antipatriota: “La música argentina tiene una particular sonoridad, es una pena que sea prácticamente desco-nocida para el público brasileño. A mí siem-pre me acusan de que elogio mucho a los argentinos sólo para hacer la contra a los brasileños, pero no es así. Eso pasa porque hay una gran rivalidad por culpa del fútbol. Es una pena que por esas cosas, a la mayoría

de los brasileños no les interese lo que pasa culturalmente en Argentina. Por suerte, a mí no me gusta el fútbol ni ningún otro deporte. Una vez, cuando vine a un Lollapalooza me preguntaron si prefería a Pelé o a Maradona, y yo contesté que prefería a Luis Alberto Spi-netta”, apuntó Motta, quien concluyó este co-mentario con una sonora carcajada. Además de a los músicos argentinos, también admira a los historietistas de nuestro país. Es faná-tico de Horacio Altuna y Alberto Brescia. Su esposa, Edna Lopes, es dibujante de cómics. “Para mí, Corto Maltés es tan importante como James Joyce”, asegura.

Vive en la zona del Jardín Botánico de Rio de Janeiro, que es el barrio carioca más fres-co por estar rodeado de vegetación. Ed casi no sale de su casa. Trabaja ahí. “Tengo mi estudio. Me da pavor de salir. Salgo a comer a un restaurante pero una vez por semana. Pero no más”, comenta con una sonrisa.

¿Cuál es tu récord sin salir?Estuve tres meses y medio sin salir del

apartamento. Tengo fobia social. No reci-bo muchos amigos o hago fiestas; no me

gustan las fiestas. Es algo rarísimo porque mi música parece de fiesta, pero no las fre-cuento. De hecho no me puedo sentar a la mesa si hay más de cuatro o cinco perso-nas, me siento estúpido. Siento que estoy perdiendo el tiempo. Prefiero ver una pelí-cula, o escuchar, o estudiar. Si son muchos en una conversación de alguna manera hay que estar concordando con todos. Eso no es natural. Tiene que haber en un punto algo de cinismo, para componer una men-tira tal como es que en una mesa de veinte personas estén todos en paz y de acuerdo. ¿No? Prefiero mantenerme en mi forma: ser más bien solitario.en Asia, tus discos son muy bien recibidos. ¿A qué se lo atribuís? ¿será porque brasil tiene musicalidad propia?

Puede ser. Pero no hay mucha gente que hace Funk o Soul en Brasil. Por lo que quizás tengo una particularidad. No escucho cosas grabadas después del 85, para atrás todo, lo que vino luego, nada. La cosa postpunk, no me interesa. No me gusta la cosa falsa, la pose, esa actitud moderna. Me gusta los mú-sicos virtuosos.¿Cómo armás tu canciones?

La base es clave. Antes de pensar en la cosa rítmica quiero tener una base que funcione. Voz y piano. Si tiene algo para decir solo con voz y piano, se le pueden agregar cosas. Para mi tiene que tener ese alma, esa elocuencia propia que permite colocar todo tipo de arre-glos. La estética del asunto se arma luego. Toda canción surge de algo absolutamente abstracto, de un mundo desconocido¿Dónde creés que llevás al público con tu música?

A un lugar de bienestar, naturalmente. Tie-ne que ver con el modo de vida hedonista que me gusta, para aprovechar cada segun-do de la vida y de las cosas. Tiene relación con algo que yo preservo en mi vida que es el placer por todo: de las más simples a las más complejas, el placer de vivir. De venir a Argentina a tocar y a comer mollejas, por ejemplo, un manjar de otra galaxia, o milane-sas napolitanas.

El músico brasileño visitó la Argentina para presentar su nuevo disco. Cuenta que le tiene fobia a las fiestas y reuniones sociales, y se reconoce como hedonista. Su amor por los vinilos,las mollejas, las milanesas,y el Flaco Spinetta.

Cultura

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por florencia martín

por maxi goldschmidt

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Entrevista a Milton Rodríguez, el fanático que iba todas las semanas iba ver tocar al Chango Farías Gómez, que un día le invitó un vino y lo desafió a filmar una película.

2 Minutoscuenta cómo sus recitales fueron

cambiando con el tiempo y se asombra

de cómo los temas de sus letras no

envejecen.

U n martes a la noche en Jazz & Pop empezó la película. Ninguno de los dos lo sabía. O quizá el Chango sí, se-

guro que lo intuía. Porque esa es una de sus magias. Abrir puertas desconocidas, explorar caminos ancestrales pero vírgenes para nues-tro folklore, para nuestra música toda. Hoy, a cinco años de su gira definitiva, el Chango si-gue haciendo eso, más allá de la música, en la película dirigida por Milton Rodríguez.

¿Cómo lo conociste al Chango?De fanático. Yo iba a verlo todos los mar-

tes que tenía un ciclo en Jazz y Pop, en un sótano, chiquito, en el centro. A veces eran más músicos que espectadores. Yo iba todas los martes y en un momento empezamos a saludarnos. Un día me dice, vení, tomate un vino después de tocar. Yo con eso ya estaba hecho. Yo estaba con Victoria, que es la fotó-grafa de la película. Y de ahí sale, a qué se de-dican, nos preguntó. Somos del palo del cine. El sábado de esa misma semana terminamos en su casa, su mujer había hecho empana-das, y él contándome que quería hacer una película. La película que quería hacer Chango era de ocho horas sobre los últimos quinien-tos años de la música argentina.¿Y cómo se imaginaba esa película el Chango?

Me la empezó a contar y era una maravi-lla la película que quería hacer. Una especie

esde el regreso a la democracia, en los 80 hasta ahora, es decir, desde sus inicios como grupo mu-

sical denunciante barrial hasta la actuali-dad, la idea de 2 Minutos siempre estuvo en ser “efectivos”: contar lo que pasaba en el conurbano, en el país, con la gente cercana y las emociones cotidianas.

“Por eso para mí el punk es lo más lin-do que hay”, reflexiona el cantante Walter Mosca Velázquez, que si bien escucha otros géneros, sigue en su apuesta estilística de donde, asegura, no se va a correr “ni a palos”.

de gran material de referencia para seguir construyendo desde ahí. Enorme, inabarca-ble. Me moría de ganas de ver esa película, de verla todas las semanas pero no puede ser mi primera película, tengo 22 años, le dije. Pero no me aceptaba un no como respuesta. El Chango no le tenía miedo a las cosas gran-des. De hecho me dijo: yo llegué a los setenta años y a todo esto porque nunca arrugué, no me digas que vas a arrugar vos, que sos un pendejo y tenés todo por ganar. No, yo qué sé, pero buscá un director groso, una película de ocho horas sale una fortuna, ni sé cuánto. Empezó toda una discusión y él me seguía contando ideas para la película. Terminamos en una especie de arreglo, que era hacer una película más normal, de una hora y media, so-bre los últimos cincuenta años de la música. Y a partir de ahí viendo qué podíamos seguir haciendo. Si nos iba bien con esa, hacíamos otras. Empezamos armar el guión de la pri-mera y a tratar de conseguir fondos, y ahí se complica todo. Ahí se nos va el Chango y se va todo a la mierda.Y ahí se terminó la película.

Yo al Chango siempre lo había querido como músico, pero en el camino ya lo amaba como persona. Teníamos discusiones y todo, pero el viejo se hacía amar. Fue un golpe muy duro en lo personal, yo justo también había tenido una pérdida personal y estaba en un momento muy feo. Entonces vino todo un

Mosca y el guitarrista Pablo Blinsky Coll Velmondo no son ajenos al cambio gene-racional de sus espectadores y la cercanía con la música punk en vivo, así como las movidas nocturnas que se vieron modifica-das a lo largo de los años.

Los primeros shows de la banda eran descontrolados, violencia pura y nunca los podían terminar porque el público en el boliche terminaba cagándose a trompadas. “Después de la tragedia de Cromañón y sus restricciones en consecuencia hubo que cambiar. Ya no da tocar como lo hacíamos, hay que perfeccionarse y estar a la altura”, razona Pablo y agrega que ya no se puede hacer quilombo, al menos no cómo ellos lo concebían, y así como otras bandas de rock nacional también debieron ajustarse.

“Hoy en día los festivales contribuyeron a eso pero además, a que haya más respe-to entre las diferentes tribus urbanas. Que puedan convivir en un mismo escenario bandas como Illya Kuryaki & The Valderra-mas y nosotros que nada tenemos que ver”, define el guitarrista.

Y con respecto a la situación social y políti-ca de aquellos primeros años de 2 minutos, ¿existe una diferencia con el presente actual?

período de volver a ponerse de pie y ahí lo que pasaba es que, desde el velorio, como todo el mundo sabía que estábamos con este proyecto, venían y te decían, che, pero la película la tienen que hacer igual, cuándo va a estar la película del Chango. Un montón de gente que yo admiraba y tenía como refe-rentes nos fogoneaban para filmar. El Mono, Jaime Torres, Rita Cortese. Y bueno, se le fue encontrando la forma a hacer esta película.

La del Chango es un viaje a ese mundo de mil puertas que fue (y sigue) construyendo el Chango Farías Gómez. Antes que nada un artista, pero también un explorador, un alqui-mista, un inventor a partir de la intuición, del riesgo. El Chango es de esos tipos inquietos que buscando los límites del mundo crean otros. O al menos llegan a mundos que, de otra manera, hubieran sido siempre ajenos para nosotros. A lo largo de la película, eso explican Jaime Torres, Oscar Alem, Peteco Carabajal, Antonio Tarragó Ros, Verónica Condomí y otros artistas y conocidos del Chango, que también repasan las formas que incorporó a la música nativa: la polifonía, los arreglos solo para voces, los sintetizadores, las guitarras de nylon y eléctricas, las bate-rías y múltiples bombos, las reminiscencias africanas y españolas, la complejidad rítmica, armonizaciones libres, la improvisación y la orquestación.

¿Qué te diría el Chango de La del Chango?Por un lado me diría que le gustó. Y por otro lado me criticaría veintisiete millones de co-sas porque no se guardaba una. Después de un tiempo ya lo conocía. Cuando el Chango no te decía nada, estabas meando afuera del tarro. Cuando él te decía bueno, sí, pero esto no es así, es que ahí la habías pegado. Al Chango vos le tiraban una idea que era un diez, y te la transformaba en un 29. Eso tam-bién se ve en la película, partiendo de la base humana que tenía enfrente, de la idea del otro, siempre le daba una vuelta más. Está la anécdota con Jaime (Torres), que le muestra una cosa que hace con el charango, y el viejo sin saber tocar el charango, se pone a investi-gar y le dice, tenés que tocar esto. El Chango era un músico del carajo pero de oreja pura. Venía con una teoría enorme, pero no por los libros sino por lo que él iba descubriendo, ha-ciendo su propia historia. Así llega a eso que es fundamental: la influencia afrohispana en la música argentina. El Chango llegó ahí escu-chando. Al Chango cuando le toca exiliarse, va a Francia y se pone a escuchar a los ne-gros. Y va a España, y se pone a escuchar el flamenco. Ahí se da cuenta, escuchando, en la práctica. Esa magia de darse cuenta, de re-descrubir la historia desde hacer La manija; no desde un libro.

Pablo: Es muy conformista pensar así pero ni hoy ni antes alguien tuvo esa eufo-ria del estilo “che guevarista” de cambiar el mundo en el que vivimos. Ni el gobierno anterior era así aunque tiraron una onda, un guiño que nos hizo sentir mejor.

Mosca: Hoy estamos en un momento difícil, siento que ya la vivimos y que por eso como banda nos volvimos un poco atemporales. Esto porque a nosotros nos inspiró siempre lo que vivimos y hay que remontarnos al momento en que empezá-bamos que era por la época de los saqueos de supermercados con Raúl Alfonsín como Presidente de la Nación. No estamos muy lejos de eso.

no confían en nadie.M: Como banda, no somos partidarios

políticamente. Es una raza rara la de los fun-cionarios públicos. Siento que podes sentar a cualquiera en el sillón presidencial y va a terminar siendo la misma porquería que el anterior. Sin embargo, puedo decir que éste se pasó –en referencia a Macri-.

P: Nos presentamos como conjunto apolí-tico, no nos ponemos ninguna bandera. Me-terte con eso es algo difícil, delicado, pero sí desde la música siempre podemos dar una opinión.

D

El alquimista de los sonidos

“El punk es lo más lindo que hay”

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Pg 8

El Surque nos guía

contratapaN

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Car

olin

a

por rodolfo mederos

ara los jóvenes no significa mucho. Para los que no es-tán en el tango, no significa nada. Para mí es muy im-portante, es un componente

de mi historia. tiene la importancia que tienen los viejos para cualquier persona. Dicen que murió. Yo no creo. Creo que sal-gán pertenece a los inmortales ¿Qué sig-nifica Don Horacio salgán para la música? esas cosas no se pueden decir. se sienten o se viven. uno puede describir un río o una montaña, pero otra cosa es verlos, sentir-los ¿Cómo se dice una lágrima? no se dice, se vierte. nada más. son cosas muy pro-fundas, muy estructurales en uno. todo lo que uno podría explicar sobre los discos que hizo y con quién tocó, se puede buscar en Google. Pero, ¿cómo se puede explicar un sentimiento?

no recuerdo cuando lo conocí perso-nalmente. Pero no es importante. en al-gún café, en la calle. Pero recordar eso es un botón de la camisa. Lo que importa de la camisa es que te abrigue, que te de ca-lor. Yo lo conocí mucho antes de nacer, lo conozco desde siempre. Antes de que mi vieja me pariera, ya se escuchaba en aque-llos patios donde la gente bailaba tangos. Lamentablemente no lo conocí en profun-didad, como a Pugliese, Piazzola o al gordo troilo. no tuve ocasión de tocar con él. ese hubiera sido uno de los premios de la vida. Aunque he tocado con él todas las veces que toqué su música. Vivimos en un mun-do de cosas suntuarias, y a veces la música se consume como algo suntuario. no ten-go nada que hacer, escucho un poco de música. Pero para mí no es así. Y la música de Don Horacio salgán me penetra, me nu-tre, son cosas muy esenciales.

me resultó siempre una persona muy curiosa, muy particular. Pero no tuve la ocasión de dialogar tanto con él, de ca-fetear. A veces uno conoce la esencia de la persona a través de sus gestos. en este caso, sus gestos musicales. Y con su músi-ca generó en mí una energía, me redirec-cionó la vida. salgán tiene mucho que ver en cómo pienso yo la música. uno a veces mira hacia atrás, después de que vivió unos cuantos años en este puto planeta, y en ese sentido la música de don Horacio salgán me vuelve como un reflujo y cada vez que me siento a escribir, me guía. es como la brújula que usan los marinos, en este puto mar de incertidumbre y sonidos. salgán es la brújula. esas herramientas que a uno lo hacen más o menos redirec-cionar para adonde va. Como un punto cardinal. sin jerarquizar a ninguno de los cuatro puntos. si hay que jerarquizar, elijo el sur. sí, salgán podría ser como el sur que nos guía.

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