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ACERCA DE LA CAUSA MALVINAS - Estrategia integral o proclama vacía de soberanía - Una oportunidad para la integración regional Claudio Lozano Diputado nacional Bloque Unidad Popular Integrante Comisión Relaciones Exteriores de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina

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ACERCA DE LA CAUSA MALVINAS

- Estrategia integral o proclama vacía de soberanía

- Una oportunidad para la integración regional

Claudio Lozano

Diputado nacional Bloque Unidad Popular Integrante Comisión Relaciones Exteriores de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina

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1. Política integral y sistémica o proclama vacía de soberanía. La cuestión de los recursos naturales Presentamos este documento en el marco de la provocación británica asociada a la discusión de Londres de enviar a las Islas Malvinas un nuevo destructor de última generación (el HMS Dauntless). Lo hacemos compartiendo los reclamos históricos de nuestro país respecto a la reivindicación de nuestra soberanía sobre las Islas, al cuestionamiento al carácter colonialista de la política británica y la necesidad de defender nuestra integridad territorial. Lo hacemos también ratificando la vocación democrática y pacífica de nuestro planteo. Hecha esta aclaración corresponde precisar que dada la situación vigente a nivel mundial, que explica la particular relevancia que cobran hoy las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, parece esencial superar los límites que hasta el momento exhibe nuestra política exterior. Más allá de los logros de consideración que se han alcanzado, el límite es que la estrategia de nuestro país suele desarrollarse en el exclusivo plano del Derecho y los Foros Internacionales. Desde nuestro punto de vista es el momento de pensar las políticas sobre las Malvinas en el marco de una estrategia sistémica e integral que incluya

-­‐ el replanteo de nuestros vínculos con el capital extranjero y trasnacional en general -­‐ el desarrollo de una nueva política en materia de explotación de nuestros recursos naturales

(fundamentalmente pesqueros e hidrocarburíferos) -­‐ la necesidad de una propuesta estratégica en materia de Defensa nacional y desarrollo de la

Industria Naval -­‐ la imperiosa necesidad de entender que la causa Malvinas es una excelente oportunidad para

fortalecer la estrategia de “Integración Latinoamericana”

Dicho de otro modo, si la Argentina frente a Malvinas restringe su accionar al terreno diplomático, al multilateralismo activo y a la persistente invocación al carácter democrático del país y a sus anhelos de paz (todos valores y acciones que deben mantenerse), es posible que nuestra situación respecto a esta cuestión tienda a oscilar entre el excesivo idealismo y la peligrosa frustración. Pretender aislar a Gran Bretaña con declaraciones en diversos foros regionales y mundiales es necesario e importante pero a la vez parcial e incompleto. Una estrategia integral que haga consistente la política que se despliega en el continente argentino con la reivindicación soberana de las Islas, nos permitiría evitar que la causa Malvinas pueda transformarse en una proclama vacía. Al mismo tiempo, dicha estrategia integral y sistémica asociada al despliegue del contenido integrador y latinoamericano de la causa Malvinas nos permitiría avanzar en la construcción de atributos tangibles e intangibles de poder concreto, que son los únicos que pueden abrir una nueva negociación con Gran Bretaña. Un rápido recorrido histórico permite fortalecer la argumentación que exponemos, evidenciando los retrocesos y los límites que la ausencia de una política integral le plantea a la política del Derecho y el reclamo en los Foros Internacionales. Cabe consignar en este sentido, los efectos negativos que sobre la vigencia de la Ley de Soberanía N° 17094 de 1967, han tenido los Acuerdos Pesqueros firmados por Argentina desde 1986 en adelante y que en su momento dieron fundamento a Inglaterra para fijar una Zona de Conservación alrededor de las Islas.

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Asimismo, parece razonable recordar los Acuerdos de Madrid de Febrero de 1990, que en el marco de la “estrategia de seducción” del tristemente célebre Guido Di Tella, se transformaron en verdaderos instrumentos de entrega de áreas estratégicas a Gran Bretaña. En el mismo sentido que lo hasta aquí expuesto, respecto a la ineficacia que las políticas planteadas han tenido para el reclamo argentino, corresponden mencionar la Ley Nacional de Espacios Marítimos N° 23968 y la creación en Diciembre de 1991 del GAN (Grupo de Alto Nivel), equipo para la cooperación bilateral sobre materia petrolera, en el marco de aquel eufemismo propio de las políticas de los noventa que fuera el “paraguas de soberanía”. Este acuerdo abrió una etapa de concesiones al gobierno británico (Gran Bretaña otorga licencias de exploración petrolera a partir de 1991) que terminan en el oprobio de la propuesta de soberanía compartida conocida como “tres banderas” (Argentina, Inglaterra y Naciones Unidas) y que fuera rechazada de plano (en el colmo del ridículo) tanto por los isleños como por los británicos. Otro elemento a agregar en término de las inconsistencias históricas que se han dado en torno al tema Malvinas, radica en la lentitud, la fragilidad y los oscuros manejos con los que nuestro país llevara adelante la presentación que a los efectos de consolidar derechos realizara la Argentina ante la Comisión de límites de la Plataforma Continental de las Naciones Unidas. Respecto a la lentitud, es bueno señalar que recién en Mayo del 2008 aparecen referencias por primera vez de trabajos realizados en el área de Malvinas y Georgias que incorporan al relevamiento estos territorios. No se incluía todavía referencia alguna respecto a la plataforma continental antártica y subántártica (2.300.000 km2). Cabe consignar que si bien la información de Naciones Unidas indica que en la presentación final estos territorios habrían sido incorporados, carecemos de elementos para juzgar la seriedad con que esto se realizara. La fragilidad se expresó en la necesidad de compartir con buques extranjeros las tareas de prospección minera y de hidrocarburos poniendo en común de esta manera datos necesariamente confidenciales por su alto valor estratégico y económico. La lentitud y la fragilidad se desarrollaron en un marco de oscuridad que incluyó el ocultamiento por parte del gobierno al Congreso Nacional de acuerdos y entendimientos en reuniones celebradas con los ingleses, que trascendieron públicamente a través de las sesiones del Parlamento Británico. Es así que bajo la presidencia de Kirchner, en junio del 2005, el entonces Canciller Bielsa informó sucintamente que en dichas reuniones, los Estados de Argentina e Inglaterra concluyeron un acuerdo por canjes de información acerca de las actividades preparatorias respectivas ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental Argentina bajo la gestión de Néstor y Cristina Kirchner aceptó el contrato de un buque perforador que busca petróleo frente a Tierra del Fuego, en aguas adyacentes a la zona de exclusión de Malvinas, que opera bajo bandera inglesa, y otro de los buques en la misma cuenca también aparece en registros ligados a empresas con vínculos en Gran Bretaña. También los buques contratados para hacer los estudios batimétricos pertenecientes a organismos estatales extranjeros, están recolectando para sus respectivos países datos de enorme valor estratégico sobre nuestra plataforma continental y sus hidrocarburos. Todos estos buques estuvieron en la plataforma argentina para estos estudios de la COPLA: los buques “Ronald H. Brown”, de la National Oceanic and Athmospheric Administration (NOAA) de los Estados Unidos de América, el “Nathaniel B. Palmer”, buque de investigación polar al servicio de la National Science Foundation de los Estados Unidos de América, y el “Marlon Dufresne”, buque polar de investigación del Institute Polaire Francais Paul Emile Victor (PEV). En su momento también se utilizó el barco Thales Venturer de la empresa Thales –un consorcio integrado por las firmas Thompson y Horizon. Asimismo participó el buque español ESPERIDES que efectuaba detonaciones con su sonar, método cuestionado por la colonia pesquera patagónica ya que provocaba mortandad de peces en la zona. No se pudo explicar desde el gobierno qué hacía este buque en aguas tan cercanas a donde opera la flota local.

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Se identificó al buque perforador Setenta Drillmax, que la empresa Repsol-YPF utilizará para la exploración petrolera en la cuenca de Malvinas. El Stena Drillmax, de la compañía Stena Drilling Ltd, con sede en Aberdeen, Escocia. Junto a esta nave, se encuentra el buque de carga Norman Baltic, “operado por la empresa noruega Rov & Dikker” y que según la denuncia, aparece en registros navales como de bandera británica. Este “NORMAN BALTIC” estuvo amarrado también en Mar del Plata avituallándose. Los dos últimos fueron apostados dentro del muelle de la Base naval de Mar del Plata “para descongestionar la zona comercial del puerto”, se informó oportunamente. En el mismo sentido que lo hasta aquí expuesto, no se han precisado públicamente los alcances de la medida tomada por el Canciller Jorge Taiana en el 2007 al considerar perimidos los acuerdos de cooperación bilateral con Gran Bretaña, en la exploración y explotación de hidrocarburos de 1995. Por cierto tampoco se expuso lo ocurrido durante los 12 años ni los pasos a encarar para su revisión. Resultan a la vez discutibles los efectos de los anuncios del año 2010 relativos a la creación del Parque Nacional Oceánico conocido como Banco Burdwood, porque pareciera habilitar la extensión de la zona de protección inglesa en el Mar Argentino, al tiempo que podría resultar funcional a mejorar la captura de la riqueza ictícola por parte de los isleños. Llegando a febrero de este año, debe consignarse que ha trascendido la información respecto a que en los últimos veinte días una plataforma Británica invade aguas de Tierra del Fuego. Se trata de la plataforma petrolera Leiv Eiriksson cuyas naves de companía se movieron más allá y violaron el límite denominado por el país como Zona Exclusiva Económica de la Nación. La plataforma avanzó entre 8 y 10 millas náuticas más allá de lo permitido acercándose a unas 190 millas del continente argentino. Allí llevan dos semanas explorando o realizando tareas exploratorias, lo que abrió las especulaciones de que la compañía estaría realizando un tercer pozo, ubicado en jurisdicción de aguas territoriales argentinas. A fines del mes pasado, ya en momentos de alta tensión diplomática entre Buenos Aires y Londres por la soberanía de las islas, la Leiv Eiriksson se ubicó muy cerca del límite de las 200 millas de la plataforma continental argentina, lo que provocó el estado de alerta entre las autoridades locales. Su misión, según informó oportunamente la petrolera, es hacer dos profundos pozos al sur y sudeste del archipiélago, sobre la cornisa que esgrime la Argentina como zona nacional. Los elementos hasta aquí vertidos permiten resaltar la importancia que para una estrategia seria sobre las Islas Malvinas tienen las políticas de regulación sobre el capital trasnacional, así como el control público sobre la explotación de recursos naturales. En los puntos que siguen a continuación intentaremos mostrar la relevancia que en el nuevo marco geopolítico mundial adquieren para el objetivo de la recuperación de las islas, la política de Defensa Nacional, el desarrollo de la Industria Naval y la Integración Regional 2. El escenario del atlántico Sur. Antecedentes A treinta años de la Guerra de Malvinas, el conflicto con el Reino Unido por la soberanía de las islas del atlántico sur, se reaviva con una fuerte escalada en los ámbitos políticos diplomáticos, domésticos y hasta en el escenario militar. La disputa por las islas, sin dudas, puede ser presentada como la más grave cuestión internacional de nuestro país y quizás de la región; fundamentalmente, cuando los incipientes procesos de integración sudamericana subrayan nuestra característica particular de "región de paz". Pero aunque se trate de un asunto "exterior", presentado pobremente como algo a resolver en foros

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internacionales a miles de kilómetros, en ámbitos de complejo funcionamiento, y en la órbita de un solo ministerio - la Cancillería - nosotros creemos que este conflicto nos plantea la gran oportunidad de construir una mirada estratégica e integral, no ya sobre nuestra política exterior, sino fundamentalmente, sobre las próximas décadas de nuestra existencia como Estado Nacional. Esta estrategia no está referida solo a la elaboración de planes a largo plazo. En este sentido, se suele pensar erróneamente "lo estratégico" como aquello para lo que falta mucho. Sin embargo, a lo que nos estamos refiriendo es a pensar por encima de lo que son las realidades cotidianas y ordinarias de cualquier Estado. Se trata entonces de la elaboración colectiva y coherente de un conjunto de valores y procedimientos que van a regir, por un lado, nuestra organización interna en cuanto a nuestro ordenamiento legal, nuestra estructura social y las reglas de funcionamiento económico que nos lleven hacia el país que deseamos ser. Por otro lado y en tanto está mutuamente determinado lo uno con lo otro, se hace necesaria la elaboración de una concepción integral de nuestro relacionamiento con el exterior que incluya la política diplomática pero también la formulación de políticas serias y eficaces de Defensa. Durante las últimas décadas nuestro país cambió varias veces su política hacia el Atlántico Sur. Las Islas Malvinas, el elemento más valorado por todos los actores presentes en este escenario, son vistas por una abrumadora mayoría de argentinos desde los contradictorios sentimientos que nos dejara la derrota militar de 1982. Esos sentimientos contradictorios hacia la guerra, la dictadura cívico-militar y la actuación de los líderes de las Fuerzas Armadas, entre otras cuestiones, son parte de la memoria histórica popular y su debate debe ser continuamente promovido. Este debate constituye la condición de posibilidad para que, como país, podamos abordar el tema de manera estratégica, para poder avanzar hacia el escenario que deseamos. No creemos que un planteo serio y realista sobre el tema equivalga a una mirada desapasionada. Consideramos que el enorme valor simbólico y emocional de la causa Malvinas es el que nos exige esa mirada realista. A comienzos de la década del 80 las negociaciones con el RU se habían estancado. Todo el avance logrado en la segunda mitad de la década del 60 y la primera de los 70 súbitamente se vió congelado. Un cambio en la visión geopolítica del RU, en el marco de la tensión de la Guerra Fría, revalorizó la posesión de las islas y su ubicación. El creciente intercambio comercial entre la URSS y la Argentina derivó en una presencia inesperada del bloque socialista en una zona antes remota. Al mismo tiempo, la URSS había reiniciado su rearme, poniendo énfasis en las fuerzas navales, motivado por la "sorpresa" que despertó la "apertura china" hacia occidente a partir de los acuerdos Nixon - Mao Zedong. Todo ello hizo necesario un replanteo de la estrategia naval global, tanto para EEUU como para el RU. En el documento “Plan para el Océano Libre” de 1980, elaborado por el Consejo de Seguridad Nacional de los EEUU se detallaba:

“Aún cuando los EE.UU. puedan contar con un apoyo efectivo y duradero de la Unión Sudafricana y de Chile, y eventualmente de la Argentina, que facilite la ejecución de sus planes en el extremo sur de los tres océanos, es indispensable contar con el apoyo de Gran Bretaña [...] quien debe ser nuestra gran aliada en esa área, no sólo porque es nuestra amiga más confiable en el orden internacional, sino porque todavía ocupa diversas islas en el Atlántico Sur que, en caso de necesidad, podrían convertirse en bases aeronavales, de acuerdo con el modelo de Diego García, o como punto de apoyo

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logístico, como la isla Ascensión.[...] Debe persuadirse a Gran Bretaña de que su permanencia en las Falklands será de gran importancia estratégica para la seguridad del mundo libre.”

Claramente, el proyecto de convertir a las Islas Malvinas en la "Fortress Falklands", un importante centro de presencia militar de la OTAN, ya estaba dentro de los planes británicos y estadounidenses de despliegue en el hemisferio sur. Sin embargo, dado al contexto regional, la construcción unilateral de una base militar en un territorio en disputa entre el RU y la Argentina sería muy costosa en términos políticos ya que la Argentina era considerada por EEUU como un aliado muy importante en la lucha "antisubversiva". Este hecho, explicaría el erróneo "optimismo" de la Junta Militar y de Galtieri en particular, en cuanto al apoyo de la administración Reagan. La dictadura argentina pretendía la "comprensión" estadounidense de la ocupación militar del 2 de Abril, mediante el ofrecimiento de la tan deseada instalación la base de la OTAN, bajo absoluto control norteamericano, una vez terminado el conflicto. Se han comentado numerosas reuniones secretas en vísperas de la operación militar argentina de las cuales no se tiene, al día de hoy, registro documental. Por otra parte, se comprende el ánimo "belicista" de la Primer Ministro Thatcher, quien encontró en el hundimiento del crucero General Belgrano, la herramienta contundente para clausurar cualquier negociación con Argentina… y con sus "socios", los EEUU. Paradójicamente, fue finalmente la guerra la principal justificación de la construcción de la inmensa base militar de Mount Pleasant: el viejo proyecto de la Fortress Falklands fue entonces completado. Luego de la finalización del conflicto Este-Oeste por el colapso de la URSS, esta base y todo el despliegue de la OTAN en el hemisferio sur, adquiría otras funciones presentes y potencialidades futuras. 3. La "Fortaleza Malvinas" en la actual política exterior europea En 2009 se termina de ratificar el Tratado de Lisboa abriendo una nueva etapa en la Unión Europea. El tratado extiende las atribuciones del Parlamento Europeo para legislar en temas antes ubicados bajo la órbita de los Estados miembros. El principal elemento introducido en cuanto a la política exterior es la creación del Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, institución que pretende facilitar una mejor y más cohesionada proyección internacional de la Unión Europea. El mismo, preside el Consejo de Ministros de Asuntos exteriores. En cuanto al reclamo diplomático sobre la soberanía de Malvinas, esta cuestión es muy relevante fundamentalmente cuando la estrategia de la Cancillería argentina es llevar el caso de la militarización del Atlántico Sur por parte del Reino Unido al Consejo de Seguridad de la ONU. En este sentido, el tratado dice:

"Cuando la Unión haya definido una posición sobre un tema incluido en el orden del día del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, los Estados miembros que sean miembros de éste pedirán que se invite al Alto Representante a presentar la posición de la Unión. (...) La Organización de las Naciones Unidas puede solicitar la asistencia de

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la Unión para ejecutar con carácter de urgencia misiones emprendidas en virtud de los capítulos VI y VII de la Carta de las Naciones Unidas."

La Unión Europa tiene a Francia y el Reino Unido como miembros permanentes y a Alemania y Portugal con mandato no permanente. Estos serían los encargados de convocar al ARAEPS para que presente la posición de la UE si la hubiere, la cual requiere unanimidad. Los capítulos de la Carta de las Naciones Unidas en los que se puede fundamentar el pedido de asistencia a la Unión Europea son: VI - "Arreglo Pacifico de Controversias" y "VII - Acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión". Fueron Estados miembros de la UE los que intervinieron en Libia con casi 4 meses de bombardeos continuados, en respuesta de las resoluciones de la ONU relacionadas con el conflicto de ese país. Por otra parte, el cargo de Alto Representante lo ejerce desde 2009 hasta la actualidad Catherine Ashton, ex Líder de la Cámara de los Lores Británica durante el gobierno de Gordon Brown. Es decir, lo único que puede esperarse de la presentación argentina en el Consejo de Seguridad, atendiendo el peso de la UE en ese ámbito y la representación del RU en la UE, es una resolución contraria a los intereses argentinos y regionales. Por otro lado, el hecho mas alarmante respecto a nuestros intereses - entendidos desde una perspectiva regional - es la publicación del documento "The Status and Location of the Military Installations of the Member States of the European Union and their Potencial Role for European Security and Defence Policy". En criollo: "El Estatus y la Ubicación de las Instalaciones Militares de los Estados Miembros de la Unión Europea y su Rol Potencial para la Política de Seguridad y Defensa." Este documento, encargado por el Parlamento Europeo advierte sobre el abandono de una estrategia oceánica por parte de los Estados miembros de la Unión. Describe el ascenso de China, India y Corea en términos de potencial marítimo y aumento de despliegue de bases navales más allá de sus territorios. Este ascenso coincidiría con la declinación de la proyección europea en la mayoría de los casos por recortes presupuestarios de las principales potencias con bases en el mundo: Francia y el Reino Unido. El documento adjunta un mapa que aquí copiamos donde se pueden ver la ubicación de las bases y las zonas de posible "proyección de poder".

En una ampliación de la región sudamericana podemos observar mejor desde qué bases se piensa hipotéticamente esa "proyección".

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Ante la "declinación" europea y el costo financiero creciente para el Reino Unido y Francia para sostener su despliegue de ultramar, la propuesta es compartir el financiamiento entre los Estados miembros, "europeizando" su utilización bajo la administración de un organismo creado en el marco de la Unión Europea. Este organismo también tendrá la función de extender y aumentar lo que el documento llama "Forward Presence" (Presencia de Avanzada). ¿Qué hacemos los argentinos? Por lo que hemos expuesto mas arriba, consideramos equivocado llevar el caso de la militarización por parte del Reino Unido (¿y Europa?) del Atlántico Sur al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Por lo demás, la estrategia de política exterior que logró el apoyo de toda la región al reclamo de soberanía argentino nos parece un logro destacable. Justamente este apoyo nos obliga, en tanto oportunidad histórica, a elaborar estrategias realistas y eficaces para no dilapidarlo. Por otro lado, reiteramos nuestra posición a favor del desarrollo de una estrategia de Defensa disuasiva que nos dé más herramientas (al fin y al cabo, tan solo es eso) de negociación a partir de una presencia concreta en el escenario del Atlántico Sur. A continuación desarrollamos algunos temas relacionados al aspecto puramente estratégico - militar del tema. 4. La relevancia de la Defensa Nacional Más allá de la obviedad de su importancia, pocos temas tienen tantas connotaciones como el de la Defensa Nacional en nuestro país. A pesar de ser un elemento constituyente del concepto de Estado Nación, el rol histórico que han cumplido hasta hace poco unas FFAA pensadas y entrenadas para objetivos de control social y político interno, empaña cualquier análisis sobre su rol actual. Concretamente, consideramos ineludible resituar la Defensa Nacional como un tema de importancia estructural en el debate político. Para ello es necesario resignificar este tema desde una visión que sepa reconstruirse desde la tradición nacional y popular y al mismo tiempo renovar concepciones

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claves como son la construcción de la identidad nacional, y una pertenencia mayor, más profunda y complementaria: la sudamericana. ¿De qué estamos hablando en cuanto a despliegue militar británico? En la base de Mount Pleasent (construida después de la guerra) habitan permanentemente de 1000 a 2000 "Royal Marines" (tropas con el mejor desempeño en 1982). La base cuenta también con varios helicópteros, un avión Hércules de transporte (iguales a los 4 argentinos de los que solo uno estaría plenamente operativo en la base de Morón) y varias instalaciones de misiles antiaéreos "Rapier" de ultima generación.

Cazas Typhoon: El Reino Unido envió 4 el último año. Son aviones caza denominados de 5ta generación contra los cuales Argentina no tiene respuesta equivalente (poseemos aviones y tecnología aérea de 2da y 3era generación). Están estacionados en hangares en la base de Mount Pleasent. Desde su traslado, se han denunciado violaciones al espacio aéreo argentino en la zona de Santa Cruz. Estos vuelos se infieren a partir de escuchas de radio ya que, salvo Bariloche, toda la zona patagónica se encuentra sin radarización, lo cual sería el único medio fehaciente para confirmarlos. El Plan Nacional de Radarización, que utiliza los prototipos (bastante existosos) de radar militar 3D desarrollados por la empresa provincial neuquina INVAP, ha privilegiado la colocación de los primeros aparatos en la denominada "Operación Escudo Norte" donde estos radares, operados por Fuerza Aérea, brindan apoyo a la Gendarmería Nacional en la detección de aeronaves utilizadas para el narcotráfico.

Destructor tipo 45: Su envío fue anunciado oficialmente. Son naves de ultima tecnología (El Reino Unido tiene 5 operativos) cuya construcción aplica todo lo "aprendido" en cuanto a guerra naval en

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el conflicto de 1982. Poseen varios misiles crucero "Tomahawk" (misiles que penetran en territorio enemigo volando bajo y pueden entrar "por una ventana" como pudimos ver en videos de su utilización por parte de EEUU en Irak). Este misil tiene un alcance de 1700 a 2500 km. según la versión. Pero el arma mas desafiante son los misiles antiaéreos Sea Viper, capaces de ser lanzados de a 8 o 10 simultáneamente y guiados por su radar (el "globo" en lo alto de esa llamativa torre en el centro de la nave). "Los aviones argentinos ahora serían derribados apenas despeguen de sus bases" declaró un militar Ingles. Párrafo aparte merecería la cuestión de las armas atómicas tácticas que cualquier destructor ingles puede transportar. La polémica sobre si el destructor tipo 42 Sheffield, hundido por un misil Exocet argentino en 1982, aun contiene en su interior armas atómicas, nos hace considerar esa posibilidad.

Submarino tipo Trafalgar: Submarino de ataque (no de misiles nucleares) que contiene 12 torpedos antibuque, 12 misiles tomahawk para ataque terrestre y 6 misiles Harpoon antibuque.

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5. Los medios para la estrategia Existe una máxima en estrategia que reza: "Si no se tienen los medios para la estrategia, se debe adoptar la estrategia de los medios". Como planteáramos más arriba, el gobierno argentino - más allá de las poco claras declaraciones del Ministro de Defensa Puricelli - no está planteando medidas en el área de la Defensa que acompañen las declaraciones de orden político. Por lo menos, no de forma coordinada y coherente. De todas formas hay algunos procesos en marcha, quizá aislados y descoordinados, que tienen relevancia para la elaboración de una estrategia disuasoria que fortalezca nuestra posición en el Atlántico Sur, ya sea por la disputa territorial con El Reino Unido como así también para proteger nuestros derechos sobre las riquezas de todo el sector austral incluyendo la Antártida. Dada la supuesta "sobreactuación" inglesa, no resulta difícil pensar cómo la inteligencia inglesa puede haber tomado estos anuncios del gobierno argentino en los últimos años: - Decreto de promulgación de la Ley de Defensa Nacional de 1988 (año 2006) - Comienza un proceso de reforma y reestructuración de las FFAA (Gestión Garré) - Reestatización de la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba (Actual FADEA) - Reestatización del astillero TANDANOR y la reactivación de las instalaciones para montaje de submarinos Ministro Manuel Domecq García (Actual complejo CINAR) - Reapertura de las instalaciones subterráneas de Falda del Carmen en Córdoba donde hace más de 20 años se fabricó el misil Cóndor, desactivado por el gobierno de Menem por pedido de EEUU. En esta planta, ahora reconvertida para desarrollos espaciales de índole civil, se está construyendo el cohete Tronador II, vehículo de más de 30 metros que nos permitiría poner nuestros propios satélites en órbita. - Desarrollo de radares 3D militares por parte de la empresa provincial INVAP, junto con otros desarrollos tecnológicos para la defensa. - Reactivación de la base de ensayos espaciales de El Chamical, en La Rioja, donde el CITEDEF (Centro de Investigaciones Tecnológicas para la Defensa) ensaya con los cohetes de dos etapas GRADICOM II. - Programación para 2012 de 3 POM (Patrulleros Oceánicos Multipropósito) con opción a otros 3 más. La construcción, luego de varios conflictos incomprensibles, se hará en colaboración entre Astilleros Río Santiago (todavía el astillero mas grande de Latinoamérica) y Tandanor. La reactivación de la fabricación de naves militares es muy importante en el caso de Río Santiago, ya que está en capacidad de construir los destructores misilísticos tipo 42 (gemelos del Sheffield británico hundido por aviones navales en 1982). - Anuncio por parte de la Ministra Garré de la directiva a la empresa INVAP para que realice pruebas sobre el reactor nuclear de diseño nacional CAREM, para su instalación en la planta motriz de "alguna nave" de guerra argentina. Se supone que se trataría del submarino Santa Fé, suspendida su fabricación en un 75% hace 20 años, el cual se transformaría de convencional a nuclear extendiendo su capacidad de navegación sumergida, a prácticamente ilimitada.

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- Finalización del submarino San Juan y botadura en marzo de 2012, llevando nuestra dotación de submarinos operativos a 3. En ocasión de este anunció CFK afirmó que el próximo anuncio en la materia sería la finalización del Santa Fé "pero con alguna sorpresita más". - Anuncio de la construcción de 40 aviones Pampa II en la Fábrica de Aviones de Córdoba, incluyendo una versión para uso naval. 6. Algunas cuestiones a proponer Con lo que describimos anteriormente, es decir acciones aisladas, tenemos la posibilidad de avanzar hacia una coordinación en este terreno: - Reactivación seria y coherente de la industria naval que no puede ser impulsada de otra manera que con una fuerte inversión estatal. El Astillero Río Santiago tiene estatus de Dirección Provincial, creándole muchos inconvenientes en cuanto a compra de insumos, etc. Se debe proponer la reactivación de la construcción de grandes barcos para la reconstrucción de una flota mercante (grandes graneleros) y naves militares utilizando la capacidad ociosa que tiene el astillero. Ej: CREACIÓN DEL FONDO PARA EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA NAVAL. Proyecto del Dip. C. Lozano. - Debemos asumir una mirada estratégica de la industria de defensa. El "modelo de negocios" tanto del CINAR como FADEA (símbolos del relanzamiento de la producción para la defensa) sigue una línea privatista, privilegiando contratos y operadores privados de sus instalaciones para lograr la "autosustentabilidad" de esas empresas en lugar de asumir el Estado su rol estratégico. - Acelerar la producción de los proyectos militares cuyas capacidades sean relevantes para el escenario del Atlántico Sur (Submarinos, POMs). - Urgente radarización de la Patagonia, acelerando la construcción de los radares del INVAP. En modo alguno proponemos un enfoque belicista del conflicto. La idea central es que un aumento de las capacidades defensivas y disuasivas de Argentina constituye un desafío económico al Reino Unido, con crecientes problemas financieros, en cuanto encarece el proyecto de convertir a las Islas Malvinas en una base de proyección de explotaciones minerales y pesqueras en su litoral y la Antártida. ¿Qué hacemos los Latinoamericanos? El proceso de integración sudamericana sin duda ha dado grandes pasos en los últimos años. Por primera vez, se han superado las declaraciones "bolivarianas" o "sanmartinianas" y se ha avanzado hacia hechos concretos. Se han creado y consolidado la UNASUR, con un conjunto de instituciones permanentes que están dando sus primero pasos. Pero hasta el momento, poco se ha avanzado en desarrollar un funcionamiento regular que vaya mas allá de sostener la voluntad de progresiva integración hacia el terreno del planteo estratégico de problemas comunes a los Estados miembros. En el ámbito del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de UNASUR se han logrado los últimos apoyos a la posición argentina que han sido nuestro gran activo para revivir el reclamo en otros foros internacionales.

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Pero por otro lado, no se ha hecho mucho en el Consejo de Defensa Sudamericano (CDS). Este organismo, que tiene por objetivos afianzar la región como "zona de paz", crear una identidad sudamericana en materia de Defensa y crear los consensos y mecanismos que fortalezcan la cooperación entre las naciones miembro, tiene la facultad de crear "grupos de trabajo" multilaterales, que desarrollen temas específicos a nuestro continente. En ese sentido, el documento ya citado sobre las instalaciones militares europeas de ultramar, recomendaba al Parlamento Europeo instituir bajo su órbita un "Special Representative for Geostrategy" (Representante Especial para Geoestrategia o Geopolítica) para que, bajo el mandato del Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, sirva de guía en la formulación de una estrategia de la UE en cuanto a despliegue global. Como dijimos, la emergencia de China, India y otras incipientes potencias navales, lo hacen necesario. En Sudamérica no podemos perder más tiempo y debemos poner manos a la obra en la definición de una política que desarrolle una respuesta a los futuros cambios económicos, geopolíticos y hasta ambientales para los cuales el resto del mundo, a escala nacional y regional, ya se está preparando. Por citar algunos casos, tanto Brasil, por su reciente descubrimiento de petróleo off-shore y Chile, por su reclamo de soberanía sobre la Antártida, deberían tener el mismo interés en sumar esfuerzos donde sea posible para defender intereses cada vez mas complementarios. En ese sentido, es ya innegable que se acerca el tiempo en que los países firmantes comiencen a denunciar el Tratado Antártico que suspendió los reclamos de soberanía, así como también la explotación de recursos y presencia militar de cualquier país en la Antártida. Una estrategia conjunta de Chile con Argentina, mas allá de viejas disputas, parece lo más recomendable. Nuestra posición es que Argentina, dada su situación de conflicto en el Atlántico Sur, debe ser quien promueva estos estudios regionales. El Instituto Sudamericano de Estudios para la Defensa, que depende del Consejo de Defensa Sudamericano tiene Sede en Buenos Aires y hay que aprovechar esa oportunidad. 7. Nuestra propuesta: "Sudamericanizar" el Atlántico Sur Los desafíos del mundo por venir son cada vez más tangibles. El futuro llegó hace rato. El posicionamiento de las potencias mundiales alrededor de zonas ricas en recursos, ya es un hecho. Las "agendas" de las potencias centrales se parecen cada vez más entre sí. Los EEUU y sus contrapartes Europeos han planteado como sus principales problemas globales de "seguridad y defensa", el terrorismo, el crimen organizado, los desastres naturales y los estados fallidos, entre otros. Detrás de los mismos eufemismos se esconden también los mismos intereses. Una era donde el viejo colonialismo se reformula y toma nuevas formas parece estar iniciándose y el rol de los enclaves del hemisferio norte en el hemisferio sur, cumplen la función de "presencia avanzada". Se suele citar, para denunciar la falsedad del argumento británico sobre la "autodeterminación" de los pueblos, el caso de la Isla Diego García. Esta isla, situada en el Océano Indico y bajo control británico, es arrendada por los EEUU, quien para construir una imponente base militar, donde incluso pueden llegar a aterrizar transbordadores espaciales, expulsaron en la década del 60 a los 2000 pobladores descendientes de las viejas plantaciones británicas. La comparación es acertada en cuanto desnuda que la fuerza es la única razón de la política imperial. Pero algo aún mas grave caracteriza a estas bases de "presencia avanzada". La base de

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Diego García fue denunciada por organizaciones internacionales de derechos humanos como parte de la red global de centros ilegales de detención que posee la CIA y el MI6 para alojar prisioneros de la "guerra contra el terror". Con el eufemismo de "extraordinary rendition" los "terroristas" capturados son trasladados a bases militares de ultramar o de terceros países para "interrogarlos" donde las leyes británicas o norteamericanas no tienen jurisdicción. La base de Guantánamo y otras bases en Egipto y Europa de Este han constituido los casos más resonantes. Según el ex agente de la CIA y actual columnista de la Revista Time, Bob Baer, “Si usted quiere una interrogación seria, envía el prisionero a Jordania; si usted quiere que sea torturado lo envía a Siria; y si usted quiere que desaparezca y no volverlo a ver, lo envía a Egipto". La pregunta a hacernos todos los sudamericanos familiarizados con nuestras historias recientes debe ser: ¿Queremos seguir teniendo frente a nuestras costas una base con capacidad de constituirse en gigantesco centro clandestino de detención? Que no se hayan transportado prisioneros a Mount Pleasant en las Islas Malvinas obedece solo a una dificultad logística. Por otro lado, Sudamérica debe plantearse a sí misma una estrategia integral de conservación y explotación responsable de sus recursos naturales elaborando normas regionales que puedan hacerse valer en toda su extensión. Incluso en las zonas ocupadas por potencias extranjeras. Argentina debe ser la principal promotora de una verdadera agenda estratégica sudamericana que nos prepare, no solo en el ámbito del derecho internacional, sino también en el desarrollo de un sistema de defensa cooperativo que sea la herramienta para hacerlo cumplir. El noble objetivo de recuperar la soberanía sobre lo que es nuestro, debe ser enfocado desde una mirada superadora. Que cumpla con nuestro anhelo histórico, pero a la vez, que dé cuenta de una realidad geopolítica cada vez más incontrastable. A ningún país sudamericano puede parecerle deseable la presencia, siempre en última instancia militar, de potencias ajenas a la región usurpando nuestro territorio y pretendiendo explotar nuestros recursos. Debemos establecer una nueva dimensión de la soberanía que, a partir de acuerdos y consensos regionales, nos permitan librarnos de esa amenaza extranjera. Siguiendo el ejemplo de actores con intereses enfrentados con los nuestros, debemos "sudamericanizar" regiones y recursos estratégicos como única forma de poder ejercer algún poder concreto que limite y se oponga a los intereses imperiales. Así como la UE dio estatus de "territorios europeos de ultramar" a lo que lisa y llanamente son enclaves coloniales, UNASUR debe construir una institucionalidad nueva para el ejercicio de la soberanía sobre las Islas del Atlántico Sur. Ello implica, como veníamos diciendo, la resignificación del concepto de soberanía que ya no remite solo al concepto clásico de soberanía estatal, sino al derecho de los pueblos de la región de garantizar por un lado la paz frente a la amenaza militar extranjera y, por el otro, los recursos necesarios para el desarrollo común. Planteado de otra manera, las Malvinas volverán a ser argentinas el día que sean también territorio soberano de 400 millones de Sudamericanos.