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Una bella historia fotográfica, una madre leona realiza el rescate de su cría arriesgando su propia vida.
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En el verano del 2011, la experta cámara de Jean-François Largot, captó un suceso extraordinario durante su estancia en la reserva Masái Mara, en Kenia, África.
Masái Mara (o Massai Mara o Maasai Mara) es una reserva natural situada al sudoeste de Kenia en la región del Serengueti, y es en realidad una continuación del parque nacional del Serengueti. Se llama así porque la tribu Masái, habita dicha zona, y por el río Mara que lo cruza. Es famosa por su fauna excepcional donde con frecuencia es posible observar imponentes manadas de leones.
En la siguiente secuencia fotográfica que nos entrega Jean se aprecia la ejecución de un rescate espectacular, se trata de una pequeña leoncilla que cae por la vertical de un acantilado y que aferrándose a la vida, grita lastimosamente pidiendo ayuda.
La reacción de la manada no se hace esperar y se acercan al borde la madre, tres leonas más y un macho que hacen intentos por descender, pero que vuelven atrás intimidados por lo vertical y lo profundo del precipicio.
Finalmente, hay un factor que determina quién arriesgará su vida para salvar al cachorro de león – “El Amor Maternal”.
El drama comienza cuando la madre al borde del precipicio, analiza sus posibilidades y sin dudar inicia el descenso cuando su hija llora nuevamente pidiendo ayuda después de haber quedado atrapada al resbalar de la orilla.
Poco a poco, dolorosamente, la madre recorre el camino hacia la pequeña que se encuentra aterrorizada y utilizando sus poderosas garras se aferra a la superficie que a cada paso se desmorona.
Un descuido de ella y ambos animales podría terminar muertos en el fondo del barranco.
Cuando la cachorra agotada parece estar a punto de caer, la madre llega al rescate, cerrando un círculo debajo de ella y antes de que caiga nuevamente alcanza a atraparla firmemente con sus mandíbulas.
Luego comienza el viaje igualmente peligroso para volver a la cima.
Centímetro a centímetro, la madre sube por la pared del acantilado con el cachorro entre sus mandíbulas, ejecutando cuidadosamente su misión de rescate.
Minutos más tarde, llegan a la cima y la madre, después de depositar en tierra firme a su asustada criatura muestra en su mirada su orgullo y consoladoramente lame el pelaje de su pequeña hija.
Estas imágenes son una muestra de que a pesar de la presencia de vigilantes para impedir a los cazadores furtivos, hoy en día la vida de los leones no está exenta de peligros... Lección que seguramente esta cachorra de león aprendió de la manera difícil.
