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MANIFIESTO A FAVOR DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA – 3N
Los estudiantes y el profesorado abajo firmantes, pertenecientes a la
Facultad de Educación: Centro de formación del profesorado, de la Universidad
Complutense de Madrid. Reunidos en asamblea la noche del 3 de noviembre de
2011, redactamos el siguiente manifiesto con la intención de poner voz al silencio y
a la falta de posicionamiento institucional que se está dando desde el ámbito
universitario ante la situación que está viviendo la educación en la Comunidad de
Madrid.
Denunciamos que la actual crisis económica provocada por los grupos y los
mercados financieros está siendo aprovechada por la Administración Educativa
de la Comunidad de Madrid para aniquilar la educación pública.
Son ya de sobra conocidas las acciones emprendidas por el actual gobierno
de la Comunidad de Madrid, con el único objetivo de conseguir el
desmantelamiento de la escuela pública. Las medidas que desde hace tiempo
vienen tomando en las distintas etapas educativas se sustentan en la línea de
pensamiento neoliberal predominante basado, fundamentalmente, en la
mercantilización de todos los recursos y la privatización de todos los servicios
públicos.
Debemos desmontar el discurso oficial, que trata de situar las protestas
acontecidas en simples reivindicaciones de las condiciones laborales. Sólo es
necesario aproximarse y evidenciar que el ataque a todas las etapas del sistema
educativo lleva tiempo gestándose y materializándose en acciones, tales como:
En Educación Infantil, favoreciendo la cesión de escuelas infantiles
públicas a empresas de carácter privado y de servicios que convierten el
proyecto pedagógico en un proyecto económico.
En Educación Primaria, suprimiendo servicios de apoyo y reduciendo
planes de atención a la diversidad y de educación compensatoria.
En Educación Secundaria, subvencionando programas de refuerzo a cargo
de entidades y ONG provenientes de fundaciones privadas relacionadas con
el poder financiero, la contratación de personal laboral bilingüe como
tutores, o la creación de centros de excelencia y la consiguiente segregación
del alumnado.
Por otra parte, se impide a miles de alumnos y alumnas el poder acceder a
una Formación Profesional por falta de recursos y personal.
En la Universidad se reduce más de un setenta por ciento el presupuesto
en este año y con la consecuencia que supone para la aplicación del Plan
Bolonia junto a la implantación de la Estrategia Universidad 2015 con
subida de tasas y pérdida de poder democrático dentro de la misma.
Y así, un largo etcétera que afecta todos niveles, sin olvidarnos de escuelas
de idiomas, centros de adultos, artes o danza. Sin obviar la escasa importancia que
se está dando a la formación permanente del profesorado, primando cursos de
tecnología e inglés frente a una formación más integral que abarque a la
diversidad de alumnado al que tienen que dar respuesta.
Finalmente, destruyendo puestos de trabajo público, desviando fondos
económicos públicos a la escuela privada y haciendo gala de una doble moral que
defiende la autoridad del profesorado, subiéndolo a una tarima para acto seguido
despedirlo. Consideramos que todas estas medidas son antiéticas y van contra el
derecho a la educación, siendo anticonstitucionales amparándonos en el artículo
27.5 de la Constitución Española: “Los poderes públicos garantizan el derecho de
todos a la educación, mediante una programación general de la enseñanza, con
participación efectiva de todos los sectores afectados y la creación de centros
docentes.”
No son simples medidas presupuestarias como nos hacen creer. Se trata de
la implantación de un modelo educativo dual y excluyente carente de cualquier
base científica y pedagógica.
Reclamamos la escuela pública como espacio de encuentro, creación de
conocimiento compartido y lugar de transformación social, donde la inclusión sea
el referente principal; una escuela pública donde se tenga en cuenta a las personas
como sujetos libres y autónomos. Entendemos la educación como servicio público
y, del mismo modo, lo público como canal para la cohesión social donde la
diversidad da origen al enriquecimiento humano y al desarrollo de las sociedades y no
a la exclusión, porque nunca la exclusión ha sido camino de paz y crecimiento humano, y si
de dolorosos conflictos e involución social, como se expresa en todos los tratados de los
derechos internacionales, empezando por la propia Declaración Universal de los Derechos
Humanos.
Por todo ello, reivindicamos nuestro derecho a una escuela pública,
gratuita, inclusiva, democrática, científica, no sexista y laica, como garantía del
libre pensamiento y de la no discriminación.
Debemos tomar conciencia de la situación que vivimos y recuperar el
dialogo necesario para reflexionar y reencontrarnos profesorado, estudiantes,
familias y toda la comunidad educativa para construir el futuro que queremos. La
educación no es una pieza más en manos del mercado y del poder. Ahora es el
momento de juntarnos y contemplar todo el sistema educativo como una unidad.
La comunidad educativa está hablando y grita con una sola voz:
¡Basta Ya!