Manipular el tiempo del otro es un tipo de dominación política

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SOCIEDAD03 de Noviembre de 2014

Entrevista a Javier Auyero, socilogo, profesor de la Universidad de Austin, Texas

"Manipular el tiempo del otro es un tipo de dominacin poltica"Luego de estudiar el clientelismo poltico, acaba de publicar Pacientes del Estado, un libro que analiza la espera como espacio dedisciplinamiento social.

La pregunta de su libro es tan sencilla como acuciante: porqu los pobres esperan tanto? Por qu son tan pacientescon las postergaciones, las arbitrariedades, lasincertidumbres del Estado, el "venga maana", "le falta unpapel"? Tambin, es el reverso o la continuacin de otrapregunta que se hizo hace ms de 15 aos, cuandocomenz a estudiar el clientelismo poltico: cules son losfundamentos objetivos y los efectos subjetivos de ladominacin poltica en los sectores urbanos pobres? Enmedio de un clima de balances sobre lo que se logr y loque falta en trminos de desigualdad social, el socilogoJavier Auyero acaba de publicar Pacientes del Estado, unlibro que se concentra en la espera como un espaciomundano y pequeo de disciplinamiento social.

Por qu estudiar la espera?Fue hacia el final del proyecto de investigacin sobre Villa Inflamable que empec a pensar ms sostenidamente sobre laespera. Justamente porque lo que estbamos viendo en Inflamable era gente que, entre muchas otras cosas, estaba esperando larelocalizacin, y el otro test que les dijera cun contaminados estaban. Un comentario anecdtico: nosotros empezamos eltrabajo de campo en 2004 y en ese momento, la gente deca que iba a llegar de manera inminente la relocalizacin. Tres aosdespus, segua esperando. Seis aos despus, segua esperando. Esperaban algo que siempre estaba a punto de ocurrir. Y esome hizo pensar en la dimensin temporal de la dominacin: cmo el tiempo es manipulable y manipulado en esta relacin quelos ms excluidos tienen con el Estado. As que dise un proyecto que me llevara a lugares donde se pudiera ver genteesperando en esta interaccin con el Estado y observar qu suceda en ese espera. Contra el sentido comn, que piensa que en laespera no pasa nada, que es tiempo perdido, muerto, quise demostrar en el libro que es ah donde se produce un tipo particularde relacin con el Estado, que la espera tiene efectos positivos, como dira Michel Foucault. En ese "sentate y esper" se estproduciendo un tipo de ciudadana.En el libro hay un mea culpaEs que habiendo estudiado mucho tiempo la pobreza, nunca me haba detenido en la manipulacin del tiempo y la dominacinpoltica del hacer esperar. Yo tambin haba sido culpable de ignorar esa dimensin. Lo cuento un poco: cmo volv a mirar misnotas de campo y encontr que al ms desposedo lo hacan esperar porque es desposedo, al punto de no poder controlar esetiempo. Eso se me haba pasado por alto. Cuando yo estudiaba el clientelismo estaba slo interesado en ver quin aceleraba eltiempo, que era el puntero.Y qu encontr?Lo que define a la espera de los ms desposedos es la arbitrariedad y la incertidumbre, como efectos no intencionales de losactores estatales. Puede haber funcionarios que expresen sexismo, elitismo, racismo, pero hay ms bien una estrategia sinestratega. Lo que define a esa espera es la indiferencia burocrtica. Entonces, en esa espera se genera lo opuesto de laciudadana. En vez de ciudadanos, hay pacientes del Estado, subjetividades que saben que van a recibir algo, un subsidio, unservicio, un derecho, si aprenden a esperar y a no retobarse, a administrar la frustracin del "venga maana, venga pasado". Enesa manipulacin del tiempo del otro lo que se est ejerciendo es un tipo de dominacin poltica. Los sujetos aprenden asubordinarse y lo que termina ocurriendo es que el Estado termina perpetuando el sufrimiento, cuando lo que debera hacer es

Luca Alvarez



dar alivio.Es siempre un problema de los ms desposedos? No hay una relacin ntima entre espera y burocracia?Es cierto que la indiferencia burocrtica y el tiempo burocrtico es uno, y uno podra decir que hay un universal generalizable atodos los estratos. Al mismo tiempo, uno sabe que el tiempo est estratificado. No es lo mismo esperar en un hospital pblicoque en uno privado; no es lo mismo esperar por un trmite si uno tiene un gestor que si no lo tiene. As como hay diferencias deingresos, de niveles educativos, tambin hay diferencia en la administracin del tiempo. En la relacin con el Estado uno podramedir, si ese fuese el objeto, quines esperan ms y quines menos. A m no me interesaba tanto esa comparacin, sino cmoviven y experimentan la espera quienes sabemos que esperan ms. Quise ser modesto en el tipo de relacin que estudiaba ydnde situarla, pero el libro es una invitacin a hacer trabajos de investigacin en otros espacios: hospitales pblicos,investigaciones judiciales. Lo que hice ms bien fue descubrir un rea de investigacin muy frtil.En estos aos se habl mucho de "recuperacin del Estado". Los pobres cambiaron su idea sobre el Estado y su relacin con l?Una de las cosas que quise mostrar es que el Estado es, entre otras cosas, lo que le parece a la gente que es. Hay una idea delEstado en clave medio fenomenolgica. Estamos acostumbrados a verlo como una macroestructura, una serie de programas, lafuerza de la ley, y dejamos de ver que el Estado es tambin un sistema de prcticas, sujetos que van y esperan en el Ministerio deDesarrollo Social. En esas interacciones, se juega algo de la ciudadana. Una de las ventajas de la distancia es que uno noconstruye objetos a travs de los relatos, ni del sentido comn, sea progresista o no. El diseo tiene un eco de esa discusin,porque quise mirar lo que hacen los tres estados, el federal, el provincial y la Ciudad de Buenos Aires. Y lo que ves es que esarelacin es bastante parecida en las tres instancias estatales, a cargo de oficialismos muy distintos.Cmo se combina la espera con la Argentina "contestataria"?Varias de las observaciones ocurran en el mismo momento en que haba movimientos piqueteros reclamando afuera. Duranteel anlisis, en ningn momento presento a la gente como sujetos pasivos. Parafraseando a Marx, podemos decir que la gentehace su historia, pero no en las condiciones elegidas por ellos mismos. Eso es cierto para los que estn adentro y para los quereclaman afuera y actan colectivamente. Las dos cosas coexisten. Esa tradicin sigue existiendo, pero es una parte, y no esbueno desconocer lo que pasa cuando la gente no est en la calle cortando la avenida, o protestando; desconocer qu ocurrecuando la gente est sentada ms o menos tranquilamente, no pasivamente, frente a un funcionario que la maltrata. En esecontexto, hay lo que uno podra llamar "resistencias ocultas", que te llamen al mostrador y vayas caminando despacio, pero noacumulan una resistencia ms abierta porque terminan pagando un precio: volver al final de la fila. En ese ambiente, se generauna doxa, un saber. El esperante sabe lo que se espera de l: esperar bien. La resistencia es esperar mal.La etnografa muestra a otras personas que abusan de los esperantes, por ejemplo, un vendedor que los engaa diciendo quepara el trmite necesitan una foto, cuando no es ciertoAgustn Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social, explica esto muy bien. Muchas veces se habla de los sectorespopulares como mbitos de solidaridad, de horizontalidad. Pero en esos mbitos, al menos los que yo conozco ms de cerca, yfrente a esa serie de carencias, tambin aparecen las explotaciones, los abusos, las avivadas. Eso tambin define la vida de esossectores. Esos hombres que ofrecen fotos cuando saben que no se necesita estn tratando de generar una oportunidad. Y en eseintento, generan oportunismo. Una cosa no excluye a la otra. Hay organismos ms vinculados a la espera que otros?Sera interesante estudiar no slo organismos que hagan esperar ms al mismo grupo, sino lugares en donde la espera puedatener un significado distinto. No es lo mismo esperar en una guardia que hacer un trmite en la municipalidad. La angustiaexistencial que se genera cuando una mujer tiene un hijo con una herida y el hospital no tiene aguja para coser es distinta a la dela persona que est esperando para que le den un plan alimentario. Es algo que se podra investigar con cierto esfuerzo. Hayprogramas del mismo Estado federal que tienen distintas relaciones con la espera. La tarjeta del Plan Jefes y Jefas de Hogarborr cierta incertidumbre y no dio lugar al peloteo. Pero hay otros planes, como Argentina Trabaja, que dan lugar a laincertidumbre y la arbitrariedad. El mismo Estado, por programa, puede generar situaciones y experiencias muy distintas, que lapropia gente sabe distinguir.El tema de la violencia, su libro anterior, surgi un poco de imprevisto. La espera tambin?La reflexividad sobre el trabajo de uno y sobre la propia posicin que uno ocupa frente a los fenmenos sociales que unoestudia es central para entender el objeto, para explicarlo y para entenderse uno. Parte de lo que me llev a escribir La violenciaen los mrgenes tiene que ver con mi relacin con el objeto. Es distinta la persona que vio por primera vez ese barrio hace 25aos que la que lo ve ahora. La reflexividad me parece central. Pero tampoco hay que sobreestimar esta idea de ir al campo ydejarse sorprender. En esto quiero ser muy enftico: la pregunta siempre va de lo terico a lo real y no al revs. En Pacientes delEstado fui a estudiar la espera. En la construccin del objetivo sociolgico, la pregunta siempre empieza por una discusinterica, por una herramienta analtica. Porque los cientficos sociales no somos como Funes el memorioso, que podemosabsorber todo y despus escribir algo que demuestre que hemos observado todo. En las investigaciones, uno siempre construyeun objeto en particular.



Encuentra una conexin entre todos los temas: violencia, clientelismo, sufrimiento ambiental, relacin con el Estado?Si uno, de manera un poco ambiciosa y arrogante, quisiera ponerle un ttulo, son captulos de una sociologa poltica de lamarginalidad urbana. Si busco una tinta invisible que va de un trabajo al otro, dira eso, pero no es parte de un plan. Algo de estoes lo que estoy escribiendo ahora sobre la violencia en los mrgenes: pensar cmo la sociologa poltica puede dar cuenta de lastransformaciones pero tambin de las permanencias de los sectores populares, una sociologa poltica que tenga en cuentafenmenos formales, pero tambin instituciones informales, materiales y simblicas. Es intentar darle alguna coherencia a lo quehe escrito. Pero no es un plan preconstruido. En muchos casos no me propuse estudiar algunos de los temas que terminestudiando, y ni siquiera estaba preparado para eso.Hay quien sostiene que las polticas de estos aos mejoraron la vida de los pobres puertas adentro, pero puertas afueraencuentran un Estado al que le cuesta administrar derechos como el transporte, el acceso a la vivienda, la calidad educativa.Est de acuerdo?Nunca me atrevo a hacer ese tipo de apreciaciones generales: si estn mejor o peor y en qu dimensin estn mejor o peor lospobres. No s responder a eso porque son preguntas que no me hago. Una opinin basada ms en investigaciones de otros queen las mas, me hace pensar que esa hiptesis no es descabellada, al menos si uno ve los diseos de polticas que intentan losprogramas de transferencia de ingresos, que son creaciones del neoliberalismo, no de gobiernos neodesarrollistas o de lasizquierdas latinoamericanas. Lo que intentan esas polticas es convertir a los nuevos excluidos en consumidores, inyectar un flujode ingresos que se podra invertir en bienes pblicos, hospitales, escuelas, calles. Es plausible pensar que tienen mejores nivelesde consumo, pero que la calidad de vida se ha deteriorado. Pero, otra vez, no me animo a subrayarlo. Hay cosas que s observo enmis trabajos con respecto, por ejemplo, a la escuela pblica, que est cada vez ms reservada para los que estn ms abajo,porque los que tienen un poquito empiezan a pagar una privada, muchas veces, bajo el argumento de que les garantiza los dasde clase. Entonces, hay estratificaciones dentro de la estratificacin, hay situaciones diversas, no slo por ingreso, por niveleducativo. En muchos casos, diversifican la relacin con el Estado.

lejana para investigar

"Creo que, al comienzo, retirarme me ayud a remover obstculos epistemolgicos. La capacidad de ver al peronismo comomquina poltica me lo dio la distancia, y las lecturas que eso implica. Empec a pensar la idea de que el llamado clientelismo,que ni siquiera era una palabra de la poltica en el '95, era una forma de solucionar problemas, porque mi tutor me sugiri quemirara lo que hacan los campesinos de Escocia en el siglo XVII. La idea fue aproximarse al clientelismo no slo como unaestrategia de dominacin poltica sino como una estrategia de los ms desprotegidos para protegerse. Pero con el correr deltiempo, la distancia se volvi ms bien un obstculo. Mi manera de resolverlo es en colaboracin. Pero no dira que es la forma dehacer trabajo etnogrfico. Tambin pasan los aos y hay un montn de cosas que se juegan en ese ir y volver. Estar all, en elcampo, y estar aqu, entre acadmicos."

Anlisis y relatos etnogrficos

sobre la espera

Pacientes de Estado no es un libro clsico. Mezcla obras literarias, anlisis estadstico y relatos etnogrficos en las oficinas delRENAPER, el Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad y Villa Inflamable.

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