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MANUSCRITOS DOCUMENTOS COMENTARIOS SOBRE ELLOS Y COMENTARISTAS BIBLICOS Lo orígenes de la Biblia se encuentran en las "tradiciones orales", transmitidas de padres a hijos. Estas, a falta de escritura, tenían antiguamente mucha más vigencia que en la actualidad. Las primeras de esas tradiciones se remontan al tiempo de Moisés, 13 siglos (1,300 años) antes de Cristo. En cuanto a los primeros textos escritos, datan del siglo XI11(1100 a 1001), o sea, de la época del rey David. A partir de entonces, se fue "haciendo" la Biblia. Para los judíos -que sólo tienen lo que nosotros llamamos el Antiguo Testamento- ella quedó terminada dos siglos (200 años) antes de Jesucristo. Para los cristianos, en cambio, a fines del siglo I (año 1 al año 100) de nuestra era, con el último libro del Nuevo Testamento (Apocalipsis). La composición de la Biblia abarca, por lo tanto, nada menos que un milenio (1,000 años), LA SEPTUAGINTA, O ( VERSION DE LOS LXX ) EL ANTIGUO TESTAMENTO DE JUDIOS Y CRISTIANOS.¿QUE ES, Y QUE CONTIENE ? ORIGEN DE LA SEPTUAGINTA

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MANUSCRITOS DOCUMENTOSCOMENTARIOS SOBRE ELLOS YCOMENTARISTAS BIBLICOS

Lo orgenes de la Biblia se encuentran en las "tradiciones orales", transmitidas de padres a hijos. Estas, a falta de escritura, tenan antiguamente mucha ms vigencia que en la actualidad. Las primeras de esas tradiciones se remontan al tiempo de Moiss, 13 siglos (1,300 aos) antes de Cristo. En cuanto a los primeros textos escritos, datan del siglo XI11(1100 a 1001), o sea, de la poca del rey David. A partir de entonces, se fue "haciendo" la Biblia. Para los judos -que slo tienen lo que nosotros llamamos el Antiguo Testamento- ella qued terminada dos siglos (200 aos) antes de Jesucristo. Para los cristianos, en cambio, a fines del siglo I (ao 1 al ao 100) de nuestra era, con el ltimo libro del Nuevo Testamento (Apocalipsis). La composicin de la Biblia abarca, por lo tanto, nada menos que un milenio (1,000 aos),LA SEPTUAGINTA, O ( VERSION DE LOS LXX ) EL ANTIGUO TESTAMENTO DE JUDIOS Y CRISTIANOS.QUE ES, Y QUE CONTIENE?ORIGEN DE LA SEPTUAGINTA1.1. La traduccin ms primitiva del Antiguo Testamento.Algunas de las interrogantes que surgen de la lectura de la Sagrada Escritura y particularmente del Antiguo Testamento versan sobre la antigedad de los textos que poseemos de la Biblia. Cual es la versin ms primitiva conocida de aquellos libros, sagrados para judos y cristianos? Cuales fueron las versiones del Antiguo Testamento empleadas por el Seor Jess y los primeros cristianos? Cual fue la fuente de las referencias del Antiguo Testamento recogidas por el Nuevo Testamento? Cual fue la versin del Antiguo Testamento con mayor difusin entre los primeros cristianos?La versin en griego del Antiguo Testamento llamada "Septuaginta" constituye una de las fuentes ms importantes para adentrarse en la antigedad de los textos de la Sagrada Escritura, tal como los conoci el Seor Jess. Estos escritos fueron fundamentales para los primeros cristianos, tanto de origen hebreo como gentil. La Septuaginta fue reconocida por la naciente Iglesia y leda con la devocin reservada a la Revelacin de Dios.La Septuaginta constituye un testimonio de fundamental importancia para remontarse al pasado ms remoto de los textos del Antiguo Testamento. Es una fuente privilegiada para conocer las llamadas "versiones paleohebreas", o "hebreas antiguas", veneradas por el pueblo de Israel en pocas anteriores al Seor Jess, e incluso ledas, escuchadas de boca de los rabinos y maestros y estudiadas por el mismo entorno del Salvador.La Septuaginta conforma el conjunto de las fuentes veterotestamentarias con otros escritos venerables como los manuscritos bblicos de Qumrn, el "Pentateuco Samaritano" y la "Peshitta", la traduccin del Antiguo Testamento del hebreo al idioma "siriaco", realizada por judeocristianos a finales del siglo I A. de C. La llamada "Biblia Hebrea" o la "versin Masortica" es bastante posterior. La Biblia Masortica fue elaborada a lo largo del primer milenio, ulterior al Seor Jess, publicndose recin en su forma definitiva alrededor del ao 900 de la era cristiana.La Septuaginta o, en diminutivo, los "LXX" (Setenta), constituye la primera traduccin de la Ley Mosaica o "Pentateuco" y de los Profetas, a un idioma distinto al hebreo, lengua considerada "sagrada" por los fieles judos. En los decenios posteriores se sumaron a la Septuaginta el resto de los "otros escritos" en hebreo antiguo o "paleohebreo" de la Biblia.Esta monumental empresa literaria fue iniciada en Alejandra de Egipto durante el reinado de Ptolomeo II Filadelfo (285-247 A. de C.). Como documenta Julio Trebolle, "la traduccin de todo un cuerpo de literatura hebrea a la lengua griega constituye un esfuerzo nico de interpretacin en todos los sentidos: ortografa, morfologa, sintaxis, semntica, teologa, etc." (1).La Iglesia cristiana primitiva adopt la Septuaginta como "escritura sagrada", sin reserva alguna. La mayora de los textos del Antiguo Testamento citados por los Evangelistas y los Apstoles pertenecen a los LXX.Despus de la Septuaginta, la ms antigua e importante traduccin del Antiguo Testamento en otro idioma fue la versin en lengua Siriaca o Aramea, llamada "Peshitta", o "Traduccin Simple". Su origen se vincula a la conversin al judasmo de los monarcas de Adiabene. La hebraizacin de la dinasta gobernante de este reino Sirio-Helnico ocurri alrededor del ao 40 D. de C. El manuscrito de mayor antigedad descubierto de la "Peshitta" data del ao 464 de la era cristiana. Dicho texto contiene parte del Pentateuco, aunque falta el libro de Levtico (2).1.2. Los "Setenta".El Rey Ptolomeo II Filadelfo de Egipto fue un gran admirador de la cultura y las antigedades. A Ptolomeo se atribuye la fundacin del primer "Museo" -casa en honor de las "musas" que inspiraban a los artistas-. Segn una carta atribuida a un judo helenizado llamado Aristeas, dirigida a su hermano Filcrates, Ptolomeo Filadelfo solicit al Sumo Sacerdote Eleazar de Jerusaln la presencia de 72 sabios judos (seis por cada tribu de Israel) con el fin de traducir la Torah (los libros de la Ley hebrea revelada por Yahv) al griego "koin" para enriquecer la biblioteca de Alejandra.El nombre de "Septuaginta" se origina en el nmero "redondeado" de sabios que habran intervenido en la traduccin, o ms bien en la "transposicin", porque no se "tradujeron" solamente palabras y frases de una lengua a otra, sino se expres con lucidez providencial el sentido autntico de la Palabra de Dios.A pesar del recurso a la narrativa empleado por Aristeas en su relato, la carta parece expresar los hechos esenciales que rodearon la traduccin de los textos del Antiguo Testamento, particularmente el carcter sagrado del original hebreo, como de la traduccin de los Setenta.El filsofo judo Aristbulo, que vivi en Alejandra durante el reinado de Tolomeo VI Filometor (181-145 A. d. C.), confirm la existencia de la versin de los Setenta con anterioridad a la carta de Aristeas. Aristbulo atribuy incluso a Platn el conocimiento de la Ley Mosaica. El filsofo judo alejandrino relata en una carta al rey Tolomeo que "la completa traduccin de todos los libros de la Ley (fue hecha) en los tiempos del Rey llamado Filadelfo, vuestro ancestro" (3).1. 3. Un "texto" inspirado para judos y cristianos.Completada la transposicin del Pentateuco al griego, se continu con la traduccin del resto de los libros sagrados. El proceso concluy alrededor del ao 150 A. de C. El texto griego de los "Setenta" fue adoptado por una significativa porcin de judos, tanto en Palestina como en la Dispora. Los judos "dispersos" se contaban en cientos de miles, exilados entre las naciones mediterrneas y del Lejano Oriente, especialmente Mesopotamia y Alejandra. Esta porcin del pueblo hebreo hablaba griego y participaba de la cultura Helnica, extendida en Oriente desde Egipto, Etiopa, Palestina, Arabia, Siria, Asia Menor, Babilonia, Persia, adentrndose incluso hasta la frontera con la India.El Pueblo Judo estim la Septuaginta, desde sus orgenes, como "inspirada", digna de ser leda y estudiada en las sinagogas. Tal opinin fue compartida por la naciente Iglesia cristiana, que asumi la Septuaginta como expresin autntica de la Revelacin divina. Los Evangelistas y los Apstoles acudieron a los "LXX" cuando escrutaron las antiguas escrituras en busca de los anuncios profticos revelados por el Padre sobre la venida redentora del Hijo.Dejando de lado los elementos improbables o legendarios de la citada "Carta de Aristeas" (4), la intencin del Rey Filadelfo estaba de acuerdo con la poltica cultural de los herederos del imperio de Alejandro Magno: emprender la helenizacin de la cuenca Mediterrnea y del Oriente. Con ese propsito se quiso dotar a sus numerosos sbditos judos con una versin de la Biblia en griego. En este sentido coinciden testimonios muy antiguos, como el de Aristbulo (c. 150 A. de C.), de Filn de Alejandra, de Flavio Josefo y de Eusebio de Cesarea.Tanto en Palestina como en la Dispora hebrea la poltica del rey Ptolomeo fue considerada estimable y conveniente por las autoridades. Ellos promovieron la traduccin del resto de los libros bblicos para el uso de los judos "helenizados", escasamente versados en el idioma hebreo de sus antepasados.En el fomento de la versin del Antiguo Testamento en un lenguaje gentil, los lderes judos estaban siguiendo la senda iniciada en la poca de Esdras, quien fue ministro del rey Atajerjes de Persia. Esta asimilacin cultural fue conflictiva, pero contino su flujo, contribuyendo con influencias duraderas. Como explica Abraham Schalit, la promocin de la traduccin de las Escrituras Sagradas judas por Tolomeo y el reconocimiento de la Tor como la "constitucin legal" del Pueblo Hebreo por reyes extranjeros como el selecida Antoco III, trajo consigo la alteracin de valores entre la poblacin de Judea, "transformacin cuya importancia histrica no es posible exagerar. Por vez primera en el perodo del segundo Templo, desde la poca de Esdras y Nehemas, una influyente clase social juda, al mirar ms all de los confines de su propia cultura, descubra un mundo desconocido, y este descubrimiento ejerci en ellos una profunda influencia espiritual y material" (5).Cul fue la influencia espiritual del helenismo sobre los judos? Cuando rige el "Segundo Templo" los nuevos textos recogidos en la Biblia se alejan del estilo rgido y excluyente del judasmo "Pre-Exlico". Por ejemplo, el libro de Jons muestra una inmensa carga humana cuando manifiesta su preocupacin por la miseria del hombre como tal, sin hacer distinciones entre judos y gentiles. En la percepcin de Jons se descubre un enfoque universal hacia la persona y su destino. En pocas anteriores los judos se confirmaban, ms bien, en su "razn de existir", en su identidad como "pueblo elegido" que esperaba su redencin al final de los tiempos. Los llamados gentiles, "el resto" de la humanidad, incircuncisa y marginada de la Ley de Yahv, estaban al margen de la salvacin.Esta preocupacin "humanista" no es excluyente a Jons. Tambin se descubre en el Eclesiasts, cuando su autor se plantea el problema del fin ltimo y sentido de la existencia. Podramos interrogarnos si acaso esta influencia no habra retornado, del judasmo hacia el mundo helnico y posteriormente romano, preparando la conciencia religiosa e intelectual a los grandes temas que sern respondidos con la predicacin de la Buena Nueva del Evangelio?La Septuaginta es un testimonio indispensable de esta "apertura cultural" y una va fundamental para entrar en contacto con la fe del Pueblo Hebreo en la poca del Seor y en los primeros pasos de la Iglesia. En el ao del nacimiento de Jess solamente en Alejandra, Egipto, la poblacin juda sobrepasaba el medio milln de fieles. Los judos alejandrinos residan en sus propios barrios y estaban regidos por Leyes especiales, diversas a las que gobernaban la poblacin local egipcia o "copta".El proceso de traduccin, culminado en Alejandra a finales del siglo II, A de C., incluy libros considerados como sagrados e inspirados, como I Esdras, Sabidura, Eclesistico, Judit, Tobas, Baruc, la "Carta de Jeremas" (contenida en el libro proftico), 1-2 Macabeos y fragmentos de Ester (10, 4-16; 24).Los cuestionamientos a la "Canonicidad" (autoridad y fidelidad de los antiguos libros sagrados) de la Septuaginta aparecieron tardamente, concretamente cuando avanzaba el siglo I de la Era Cristiana (6). Los lderes del llamado "judasmo fariseo" o "rabnico", la tradicin dominante tras la trgica rebelin de los judos de Palestina contra los romanos, entre los aos 68 y 70 D. de C., descartaron estos libros "tardos" despus de la catstrofe que sufrieron bajo las armas romanas.2. La Septuaginta y su importancia para el conocimiento de las versiones primitivas del Antiguo Testamento. 2.1. La Septuaginta, fuente de estudio para el Antiguo Testamento.Los LXX tienen un valor especialsimo que no puede relativizarse. Como reconoce F.M. Cross, uno de los eruditos de las investigaciones sobre Qumrn y los manuscritos del Mar Muerto, "los traductores de la Septuaginta reprodujeron con fidelidad y extrema literalidad el 'Vorlage' u 'original' hebreo. Ello significa que la Septuaginta de los libros histricos debe ser asumida como herramienta primaria de la crtica del Antiguo Testamento" (7).Julio Treboll es aun ms enftico:"La versin de los LXX constituye el mayor y ms importante arsenal de datos para el estudio crtico del texto hebreo. Su testimonio es indirecto por cuanto se trata de una obra de traduccin. Sin embargo, las numerosas y significativas coincidencias existentes entre LXX y manuscritos hebreos de Qumrn, han revalorizado el testimonio del texto griego, frente a corrientes imperantes en la poca anterior al descubrimiento (1947), que consideraban el texto griego desprovisto de valor crtico y muy valioso en cambio como testimonio de la exgesis juda contempornea de la poca de la traduccin" (8).Contrariamente algunos autores contemporneos como Paul Kahle tendieron a comparar la Septuaginta con el desarrollo de los "targmenos" arameos, los comentarios libres a los textos hebreos del Antiguo Testamento realizados por los escribas y rabinos en el idioma sirio-arameo hablado corrientemente entre los judos de Palestina en tiempos del Seor Jess.Sin embargo, las evidencias acumuladas por la crtica textual conducen a descartar esta hiptesis. Las nuevas investigaciones de las tcnicas de traduccin empleadas por los sabios hebreos demuestran que los "targmenos" arameos dependen de la Septuaginta, y no al revs (9).2.2. Fines de la traslacin de los "LXX".La traduccin del mensaje salvfico de Dios Padre Misericordioso, recogido primero en hebreo, y ms tarde trasladado a un idioma distinto, el griego koin, constituy una epopeya notable, tanto para la gesta religiosa, como para la historia del pensamiento.El Padre Pierre Benoit, el respetado biblista, director y profesor de la Escuela Bblica de Jerusaln, destac cmo la accin de los sabios traductores israelitas no buscaba solamente hacer ms accesible la Escritura a los judos de la Dispora que conocan mal el hebreo, sino conquistar el pensamiento griego para la sabidura de la revelacin de la Biblia. Con este doble propsito se entregaron a una epopeya indita en la historia antigua (10).Es difcil exagerar el cmulo de problemas lingsticos y teolgicos que debieron enfrentar los traductores alejandrinos. Como observa el Padre Benoit, el resultado obtenido conduce a expresar profunda admiracin por las cualidades humanas y sociales de los traductores hebreos. "Aquellos venerables doctores de Israel -destac Benoit-, eran buenos conocedores de las Escrituras, de la lengua hebrea y tambin de la griega" (11).Al poder tener en sus manos este texto venerable y fiel del Antiguo Testamento, los Padres de la Iglesia opinaron, con la sutileza de los "maestros del espritu", que la mano de Dios haba cuidado cada momento de la transposicin de la Septuaginta.Las posibilidades tcnicas con que cuentan los fillogos y lingistas hodiernos conlleva a la tentacin de desmerecer el trabajo de los antiguos traductores. Cuantos retos debieron haber enfrentado para desentraar el cmulo de problemas que present el lenguaje teolgico plasmado en el hebreo? Benoit ha descrito con lucidez el desafo:"La diferencia entre las lenguas hebrea y griega es el reflejo de una diversidad profunda entre dos mentalidades, entre dos mundos de pensamiento, cuyas categoras no coinciden por completo, si es que se aproximan. Fue todo un drama espiritual pasar de 'kabob' a 'doxa', de 'emeth' a 'apatheia', de 'sadq' a 'dikaios', etc. Se trataba de encontrar en un nuevo horizonte de pensamiento modos de expresin que no traicionaran al antiguo. Y por fuerza que lo modificaban; lo transformaban y, a la postre, lo hacan progresar. La adopcin del mensaje al mundo griego no era un rebajamiento a modo de concesin; era un desarrollo por conquista. Dios utilizaba los tiles mentales y, detrs de ellos, las problemticas, las doctrinas de otra cultura, para perfeccionar y universalizar la comunicacin de su Palabra (.) Esta traduccin posea el sabor fresco de una obra que entraaba nuevos puntos de vista respecto a la historia de la salvacin. La angeologa, la resurreccin corporal, la virginidad de la madre del Mesas, son algunos ejemplos de ello. Cuando se piensa en el alcance capital de esta nueva Escritura en el progreso de la revelacin, no se puede vacilar en reconocer la accin de un carisma no menor, como dicen los Padres, que el de la antigua Escritura" (12).3. La Septuaginta, un texto reconocido por judos y cristianos.La Septuaginta asumi la llamada "divisin tripartita" del Antiguo Testamento, compuesta por la Torah; los Profetas "Anteriores" y "Posteriores" o "nebi'im"; y los "otros escritos" o "ketubi'im".El primer testimonio de esta divisin "tripartita" est contenida en el prlogo al libro del Eclesistico que form parte de los LXX. El Eclesistico fue escrito por Jess Ben Sir, "el Venerable". El nieto de Ben Sir, llamado Jess igual que su abuelo, emprendi en alguna fecha cercana al ao 130 A. de C. la laboriosa empresa de traducir al griego las enseanzas de su abuelo, redactadas en hebreo alrededor del ao 180 A. de C.. Ben Sir "el Joven" inst a los lectores a examinar "con benevolencia y atencin" este libro sobre la Sabidura de la Ley, escrito a semejanza de los Proverbios, para que entrasen "en el conocimiento de estas cosas y se aplicaran ms a vivir segn la Ley" (13).Ambos Ben Sir colocaron el Eclesistico al mismo nivel de inspiracin divina que la Torah y los Profetas. Para ello afirmaban que el espritu de profeca estaba vigente en la tierra de Israel. Ben Sir "el Venerable" atestigu este principio mediante las palabras que Yahv, Dios, le inspir a escribir:"Derramar la doctrina como profeca, la dejar a los que buscan sabidura" (24, 46).El prlogo del Sircida daba a entender que existan "otros libros" que reunan similares caractersticas de "profeca" y, por lo tanto, compartan el carcter sagrado de la Torah y los Profetas. La Septuaginta recogi estos "libros" en su "coleccin", con el carcter de sagrados. Se trataba de Tobas, Judit, Sabidura, Baruch, 1 y 2 Macabeos, conjuntamente con adiciones a Ester (10, 4; 16.24) y a Daniel (3, 24-90).La informacin aportada por la Septuaginta y el Sircida sobre la coleccin de escritos religiosos divinamente inspirados, y por lo tanto, portadores de autoridad normativa y sagrada, integrantes del "Canon" del Antiguo Testamento, es fundamental para inferir que en los das de la redaccin de obras bblicas tardas como Macabeos (14) y el Eclesistico, el proceso de asimilacin y fijacin de los libros sagrados estaba aun vigente.El filsofo judo Filn, quien tambin residi en Alejandra, afirmaba que la inspiracin no deba circunscribirse solamente a las Escrituras (la Torah y los Profetas), porque haban personas autnticamente sabias, virtuosas e inspiradas, capaces de expresar aquellas cosas "ocultas" de Dios (15).4. La Septuaginta, la Biblia para los judos de Palestina y la Dispora.La Septuaginta no solo alcanz amplia difusin entre los hebreos de la Dispora. El fluido intercambio entre Alejandra y Palestina permiti la propagacin de la Septuaginta entre los judos helenizados, emigrados a Palestina desde ciudades griegas de Siria, Babilonia y Asia Menor, conjuntamente con los que habitaban las ciudades helnicas de la "Decpolis" palestina. Estos encontraban mayor familiaridad con el "koin" que con el hebreo. Debe anotarse el papel fundamental que cumplieron los "sabios" de Jerusaln en el proceso de traduccin en Alejandra.Para los judos de habla griega establecidos en Palestina y los habitantes de la Dispora -y ms tarde para los cristianos- la Septuaginta tuvo el carcter de texto inspirado. En este sentido la "Carta de Aristeas" expres que la traduccin fue realizada de forma milagrosa con la intervencin de Dios.Aristeas narr cmo,"tras haber dado lectura a los libros, los sacerdotes y los ancianos traductores y la comunidad juda y los lderes del pueblo se colocaron de pie y manifestaron, que habindose realizado una tan excelente y sagrada y precisa traduccin, era correcto que se conservase como estaba, y ninguna alteracin deba hacrsele. Y cuando toda la comunidad expres su aprobacin, pronunciaron un anatema de acuerdo a sus costumbres, para que nadie se atreva a realizar ninguna alteracin, aadiendo o cambiando de ninguna manera su contenido, y ninguna de las palabras que hayan sido escritas, o cometer ninguna omisin. Esta fue una precaucin muy sabia para asegurar que el libro se preserve inalterado en el tiempo futuro" (16).Este dato es fundamental cuando se considera la lista de libros sagrados que integran la Septuaginta y la compleja conformacin posterior del "Canon Farisaico" o "Rabnico" (surgido entre los siglos II y III D. de C.). Varios de estos libros inspirados fueron retirados posteriormente, por considerarlos de "origen extranjero".A pesar de la accin tarda de los dirigentes del "Judasmo Rabnico", la tradicin que consider la Septuaginta como divinamente inspirada fue reconocida por autores hebreos como Flavio Josefo y Filn, as como por la Patrstica cristiana. Filn afirm, en su "Vida de Moiss", la inspiracin divina de los traductores de la Septuaginta (17).5. Lectura de la Septuaginta por los cristianos.5.1. Opiniones de los Padres.La certeza de la inspiracin divina de la Septuaginta fue decisiva para su adopcin por los primeros cristianos. El que haya sido escrita en griego la transform en un instrumento fundamental para la Evangelizacin del mundo greco-romano. Justino, Ireneo, Tertuliano, Clemente de Alejandra y Eusebio consideraron que Dios haba iluminado cada paso en la elaboracin de su composicin.A mediados del siglo II D. de C., Justino, el filsofo cristiano, describi cmo se reverenciaban copias de la Septuaginta en algunas sinagogas judas, aun cuando un influyente nmero de rabinos haba renegado de su empleo por considerar que el Cristianismo las haba hecho suyas[18].Ireneo de Lyon se refiri a la Septuaginta como autnticamente divina. Las Escrituras fueron interpretadas con tal fidelidad y por la gracia de Dios, y de la misma forma en que Dios prepar y form nuestra fe hacia su Hijo, ha preservado inadulteradas las Escrituras en Egipto, sentenci Ireneo [19].En el siglo IV D. de C., Eusebio, obispo de Cesrea e historiador de la Iglesia, desarroll con amplitud el camino seguido para la realizacin de la Septuaginta y su carcter inspirado:Antes que los romanos establecieran su gobierno, cuando aun los Macedonios posean Asia, Ptolomeo, hijo de Lago, muy ansioso por adornar su biblioteca, que haba fundado en Alejandra, con las mejores obras de todos los hombres, requiri de los habitantes de Jerusaln obtener una traduccin de sus Escrituras al griego. En ese tiempo estaban sujetos a los Macedonios. Por lo que enviaron a Ptolomeo setenta sabios, los ms experimentados en las Sagradas Escrituras y en ambos lenguajes (hebreo y griego), deseando Dios que se laborase. Pero Ptolomeo, queriendo probarlos a su manera, y temiendo que hayan hecho algn acuerdo previo para esconder las verdaderas Escrituras mediante su traduccin, los separ uno del otro, y les mand escribir la misma traduccin. Y esto hizo en el caso de todos los libros. Pero, cuando fueron reunidos por Ptolomeo, y compararon cada uno sus traducciones, Dios fue glorificado y las Escrituras fueron reconocidas como divinas, porque todos presentaron las mismas cosas en las mismas palabras y en los mismos nombres, de principio a fin, as que incluso los paganos que estaban presentes supieron que las Escrituras fueron traducidas por la inspiracin de Dios [20].5.2. Opinin de Jernimo.Jernimo estuvo en principio de acuerdo con la opinin de judos y cristianos sobre la inspiracin de la Septuaginta. Ms tarde entr en contacto con el texto de la Biblia Hebrea difundida por los rabinos de Judea. Las aparentes diferencias aportadas por el texto originado en los llamados acuerdos de Jamnia a finales del siglo I D. de C., adoptado como oficial por el judasmo rabnico, le hicieron cambiar de parecer.Escribiendo a su amigo Pamaquio[21] (c. 400-5 D. de C.) Jernimo se quej de las dificultades con que se haba encontrado para traducir directamente del hebreo al griego. Segn Jernimo solamente poda realizarse una traduccin sentido por sentido, ms que palabra por palabra, de estos idiomas. Ello le condujo a dudar de la literalidad de los LXX con respecto al texto que consideraba como original hebreo. Pero el problema estaba en que estos llamados originales eran en realidad los Proto-Masorticos, los textos oficializados de las sinagogas. All radica el error de apreciacin de Jernimo.Ampliando el concepto, Jernimo afirm inexactamente que la Septuaginta haba hecho grandes adiciones y omisiones. Cita como ejemplo el pasaje de Isaas 31, 9, que el consideraba equvoco en la versin de los LXX [22]. Cmo deberemos enfrentar los originales en hebreo en donde estos pasajes y otros como ellos son omitidos, pasajes tan numerosos que para reproducirlos se requeriran libros sin nmero?, se quej Jernimo. Pero, a pesar de su incomodidad, Jernimo admiti el valor de la Septuaginta empleada por la Iglesia. Se trataba de un texto antiguo, anterior a la venida del Seor, utilizado por los Apstoles y los cristianos primitivos.La actitud de Jernimo puede explicarse a partir del texto hebreo difundido en su poca, particularmente el llamado Proto-Masortico. El autor cristiano no tuvo a su disposicin los antiguos manuscritos paleohebreos de Egipto y Palestina, que hubieran iluminado su comprensin de la traduccin griega. Ms bien Jernimo compar la Septuaginta con los manuscritos hebreos de uso corriente que, segn Justino, les habran sido completamente cancelados diversos pasajes que expresaban sentido mesinico, anunciando la Encarnacin del Seor Jess [23].5.3. Posiciones iluminativas de Justino, Agustn y Orgenes.El problema de la adecuacin de los textos bblicos a las enseanzas rabnico-farisaicas fue confrontado tempranamente por Padres de la Iglesia como Justino. En su discusin con el filsofo judo Trifn, Justino le manifiesta que no puede apoyarse en los maestros hebreos porque rehusaban admitir que la interpretacin realizada por los setenta ancianos que estaban con Ptolomeo, (rey) de Egipto, fue correcta; intentando ensamblar una nueva...(ellos) han extrado muchos pasajes de la Escritura de la traduccin de los setenta ancianos (...), por las cuales este mismo hombre que fue crucificado, es probado de haber sido establecido expresamente como Dios y como hombre y como siendo crucificado y como muriendo; pero dado que yo soy consciente que esto es negado por todos en tu nacin (juda), no me apoyo en estos puntos, sino que procedo a avanzar en mi discusin por medio de aquellos pasajes que son todava admitidos por ustedes[24].Agustn ofreci una meditada opinin sobre la Septuaginta. sta se alejaba de toda pasin, caracterstica de su amigo Jernimo, concentrndose en la reflexin teolgica del texto. Para el obispo de Hipona, tanto el texto hebreo como el griego eran verdaderos e inspirados. El tiempo y el lenguaje en que fueron escritos constituyen como dos etapas deseadas por Dios en el progreso de la Revelacin al Pueblo Hebreo.Otro Padre, Orgenes de Alejandra, valor la versin en griego ofrecida por la Septuaginta, que consider superior y ms antigua que la hebrea. Aunque escribiendo en un siglo anterior, Orgenes difera de Jernimo quien consider la versin hebrea Pre-Masortica como nica fiel. Agustn mir el panorama amplio y retuvo ambas versiones, hebrea y griega, como expresin de la Palabra divina. Se trataba de relatos que se diferenciaban en ciertos aspectos, pero que eran complementarios y queridos por el mismo Espritu que las inspir [25].6. Opiniones hodiernas sobre la inspiracin de la Septuaginta.El Padre Pierre Benoit ha sostenido el carcter inspirado de la Septuaginta. Benoit argument que el extenso uso de los LXX, realizado por los autores sagrados del Nuevo Testamento se deba a que los Evangelistas la consideraron como fidelsima traduccin del original hebreo. Por lo tanto, asumieron que sus palabras reunan las mismas condiciones de inspiracin debida a la Biblia juda. Esta inspiracin se haba hecho extensiva a los traductores [26]. En este sentido Benoit y quienes se adhirieron a esta enseanza repetan las enseanzas antiguas de los Padres, particularmente de Justino, a quien se le atribuye haber afirmado en la Exhortacin a los Griegos, Cohortatio ad Graecos::Ptolomeo, rey de Egipto, cuando hizo construir una biblioteca en Alejandra y la hizo llenar recopilando libros de todos los lugares, supo despus que antiguas historias escritas en caracteres hebreos haban sido cuidadosamente conservadas. Deseoso de conocer estos escritos, mand traer setenta sabios de Jerusaln que saban tanto el griego como el hebreo y les encomend traducir los libros (...) Les proporcion sirvientes que atendieran a todas sus necesidades y que evitaran la comunicacin de los sabios entre s, de modo que pudiera conocerse la precisin de la traduccin por la concordancia de uno con otro. Cuando descubri que los setenta hombres haban dado no solo el mismo significado, sino con las mismas palabras, y no haban discrepado entre s ni en una sola palabra, sino que haban escrito las mismas cosas acerca de las mismas cosas, qued fuertemente asombrado y crey en que la traduccin haba sido escrito con autoridad divina[27].El P. Benoit emple una referencia penetrante de Juan Crisstomo para ilustrar su tesis: el Espritu Santo habra inspirado a Moiss la composicin de las Escrituras; inspir a Esdras su restitucin en Jud, cuando concluy el destierro de Babilonia; envi a los Profetas y, finalmente, dispuso a los Setenta para traducir [28].Muy claramente Benoit afirm que podra hablarse de inspiracin para todo ese impulso que suscit y llev a cabo la transposicin del mensaje bblico en pensamiento griego, y de revelacin para todas las verdades nuevas que los traductores recibieron antes de su trabajo o en el curso del mismo y que han enseado en nombre de Dios a travs de su obra [29]. La Iglesia -escribi Benoit-, ha admitido ciertamente la inspiracin de los Sesenta en los primeros siglos (...) esta creencia es al mismo tiempo convincente y posible [30].7. Porqu el Judasmo Rabnico posterior a la destruccin de Jerusaln el ao 70 D. deC. abandon la Septuaginta? 7.1. La confrontacin con el Cristianismo y el abandono de la Septuaginta.El empleo que hicieron los cristianos de la Septuaginta, sobre todo en lo referente a los pasajes que mostraban el cumplimiento en el Seor Jess de las profecas mesinicas, determin que a finales del siglo I de la era cristiana los rabinos reaccionasen contra el antiguo texto. A partir del siglo II D. de C. intervinieron para que se proscribiese su empleo.Los rabinos y los hebreos en general comenzaron a considerar errneamente a la Septuaginta como la Biblia de los Cristianos. Este criterio est equivocado porque al mismo tiempo que los primeros cristianos, la Septuaginta fue venerada y empleada por las comunidades de judos helenizados.Sin embargo cerca del ochenta por ciento de las citas del Antiguo Testamento contenidas en el Nuevo Testamento pertenecen a la versin de los LXX. Como evidencia Trifn, los judos se vieron en la disyuntiva de negar el valor textual de los Setenta. Tampoco aceptaron como inspirados ciertos libros Septuagintos (Tobas, Judit, Baruc, Eclesistico, 1 y 2 Macabeos y Sabidura), que segn las enseanzas rabnicas, databan de una poca posterior a Esdras y Nehemas, cuando ya habra culminado la poca de los Profetas.En realidad la exclusin de la Septuaginta y los siete libros errneamente llamados en la poca contempornea Deuterocannicos, se produjo de forma gradual [31]. El proceso culmin bien entrado el siglo III D. de C., definitivamente con posterioridad a la supuesta definicin de los libros inspirados en las deliberaciones que los rabinos sostuvieron en Jamnia (aprox. ao 90 D. de C.).Los descubrimientos de manuscritos bblicos y extrablbicos en las cuevas de Qumrn han demostrado que los judos en Palestina conocan y empleaban los libros Santos o Hagigrafos. En grutas y cuevas del Mar Muerto se hallaron fragmentos de tres textos: del Eclesistico (cueva n. 3); de Tobas (cueva n. 4) y Baruc (cueva n. 7).Tras de la destruccin de Jerusaln en el ao 70 D. de C. ocurri un cambio radical en la actitud de aquellos judos que aceptaron el liderazgo de los rabinos fariseos. Como expone Lee Martin McDonald, los lmites finales que se le sealan al Canon hebreo del Antiguo Testamento parecen haber sido determinados en el contexto de los conflictos judeocristianos, cuando los judos intentaron apartar a su pueblo de la lectura de los libros considerados como cristianos [32].Ese nimo explica el violento y apasionado abandono de la Septuaginta ocurrido entre las comunidades hebreas. En lugar de la fiesta que se celebraba en tiempos de Filn (m. 42 D. de C.), para solemnizar la traduccin griega de los LXX, se mand observar un da de ayuno para llorar el da en que la Ley fue traducida a una lengua profana [33].7.2. El abandono de la Septuaginta y los conflictos entre griegos y judos.El abandono de la antigua Septuaginta, alentada por crculos rabnicos de Palestina, fue facilitado por la precaria situacin por la que atravesaba la influyente comunidad judeo-helnica de Alejandra. El texto de los LXX, venerado como exponente fiel de las Escrituras Sagradas, conform el ncleo del culto y del estudio de la Ley en las sinagogas Alejandrinas.A principios del siglo I D. de C. una serie de prejuicios religiosos, raciales, econmicos y sociales enfrentaron a judos y griegos. La marginacin ritual practicada por la mayora de los judos, separndose de sus vecinos gentiles, tampoco contribuy a mejorar las cosas. El conflicto fue acusado por la colaboracin que la comunidad hebrea prestaba a los romanos.Los griegos, desilusionados tras medio siglo de gobierno imperial romano, favorecieron un partido de nacionalistas antirromanos extremistas. Al alinearse contra Roma [34], asumieron una postura antijuda militante. En el ao 38 de la era cristiana la comunidad juda solicit al emperador Calgula la concesin de la ciudadana alejandrina, privilegio reservado solamente a los griegos.La mayora griega consider la solicitud como una grave usurpacin. La reaccin violenta no se hizo esperar. Hordas helnicas descontentas y vengativas invadieron los barrios hebreos, entregndose al pillaje y la matanza. Las sinagogas fueron saqueadas. Las viviendas, los comercios y los talleres artesanales fueron arrasados. La violencia oblig a la poblacin hebrea a emigrar a una estrecha localidad en el delta del Nilo. Este barrio sobrepoblado, asediado por la enfermedad y el hambre, se transform en el primer ghetto de refugiados judos en el mundo romano.La antigua comunidad juda de Alejandra, otrora la ms rica y poderosa del Imperio, cay en una situacin de pobreza y destitucin de la que nunca se recuper. Estos enfrentamientos se multiplicaron en otras localidades donde convivan judos y griegos. Los griegos fueron quienes llevaron la peor parte en Cesrea de Filipo, Gaza y Jamnia,.La revisin de la Septuaginta coincidi con el clima de rencor generalizado contra toda expresin de Helenismo. El antiguo texto hebreo perdi a sus abogados y difusores ms calificados entre los judos. Al debilitarse la cultura judeo-helnica en Alejandra, el venerable texto de los Setenta solamente tuvo defensores entre los cristianos.Como explic el historiador Michael Grant, el judasmo helenizado desapareci sin dejar rastro alguno, sustituido por la tradicin rabnica [35]. Filn, el principal exponente del helenismo judo, se transform en anatema para los autores rabnicos. Su nombre nunca fue mencionado en el Talmud o en otros libros religiosos. El Farisesmo fue promovido al rango de forma normal del judasmo, expone Schalit [36].Al rechazar la antigua Septuaginta, los hebreos intentaron reemplazarla con otras versiones en griego, ms ajustadas al texto llamado Proto-Masortico. El reto de preparar una nueva traduccin fue asumido por un proslito judo del Ponto, llamado Aquila. La versin de Aquila (c. 128 D. de C.) fue tan textual y similar al texto judo, que solamente poda ser comprendida por quien supiese leer hebreo. 8. La Biblia Hebrea y el Farisesmo. 8.1. Adopcin de una nica versin bblica.La segunda destruccin del Templo de Jerusaln [37] por las Legiones romanas en el ao 70 de la era cristiana trajo consigo cambios radicales para la historia social y religiosa de Israel. Mientras los refugiados judos abandonaban la desbastada ciudad de David, las autoridades religiosas rabnicas establecieron una realidad cultual nueva, centrada en la Palabra recogida en la Biblia y la sinagoga, en reemplazo de los sacrificios en el Templo. A partir de aquel momento de prueba, la corriente exegtica [38] que predomin en el judasmo fue la postulada por el Farisesmo, una de las principales sectas hebreas, surgidas en los pasados doscientos aos.Conjuntamente con su interpretacin bblica los rabinos fariseos impusieron aquellos textos de la Sagrada Escritura empleados por su escuela. Estas versiones de la Biblia reemplazaron la pluralidad de textos que haba existido anteriormente.Los manuscritos hallados en la comunidad de Qumrn reflejan la diversidad de documentos hebreos antiguos (paleo-hebreos [39]) al alcance de los fieles judos con anterioridad a la conflagracin del ao 70 D. de C. Los manuscritos contenidos en la biblioteca de la comunidad Esenia, la secta que construy y habit Qumrn, aport luces fundamentales para comprender el judasmo antiguo. Al tomar contacto con manuscritos bblicos anteriores en un milenio a los conocidos, los investigadores comprobaron que no se poda hablar de una tradicin juda unificada.Ms bien, como destac el eminente semitista W.F. Albright, haba que referirse a distintas familias textuales, originadas en diversas localidades geogrficas donde florecieron comunidades judas [40]. A estos manuscritos deben aadirse las Escrituras empleadas desde pocas muy remotas por la secta de los Samaritanos, el Pentateuco Samaritano[41], y la Biblia de los judos de habla griega, la Septuaginta.La traumtica conclusin del culto sacrificial en el Templo de Jerusaln, destruido en el ao 70 por los romanos, trajo consecuencias determinantes y duraderas para el Judasmo. Las sectas hebreas, salvo la Farisea, se desvanecieron de la historia de Israel. Los lderes religiosos fariseos configuraron el judasmo segn la teologa y las prcticas culturales que les fueron propias.El desplazamiento de las versiones de las Escrituras Sagradas que no eran aceptadas por los escribas fariseos, constituy otra de las etapas fundamentales del cambio acaecido en la religin hebrea. Esta tendencia hacia la unificacin unilateral estaba ya presente entre los Fariseos.Hillel (c. 60 A. de C.- 20 D. de C.), un escriba o sferim, establecido en Jerusaln a finales del siglo I A. de C., fue su principal proponente. Se puede considerar a los soferim como los predecesores de los masoretas. A su vez los soferim son los herederos de los Escribas que copiaron los rollos bblicos en la poca del exilio y el postexilio. Durante quinientos aos los soferim fueron colocando las bases para la futura vocalizacin y el establecimiento de una interpretacin autorizada rabnica. Correspondi a la escuela de Hillel iniciar el proceso para oficializar, en el seno del judasmo, un grupo de textos de la Biblia hebrea empleados en su nativa Babilonia.Tras la derrota hebrea en la Primera Guerra Juda (66-72 D. de C.) y la consecuente ocupacin y vasallaje de Palestina por las legiones de Vespasiano y Tito, el Farisesmo se instituy en judasmo rector. Contribuy su prestigio popular y su organizacin socio-religiosa. Los escribas y rabinos fariseos se inclinaron por la tradicin textual difundida durante siglos entre los judos establecidos en Mesopotamia.Como explica F.M. Cross, los eruditos rabnicos y los escribas no procedieron a una revisin integral (de textos bblicos conocidos), ni a enmiendas, ni a procedimientos recensionales eclcticos, ni a combinaciones. Ellos seleccionaron una sola tradicin textual, que puede ser llamada Proto-Masortica (anterior a los textos masorticos); un texto que ya llevaba existiendo homogneamente algn tiempo[42].A partir de aquel momento existi una fuerte tendencia entre los rabinos y escribas paro no permitir que se reprodujesen otros textos, salvo los Proto-Masorticos. En este sentido opina Julio Treboll: (las) otras lneas de tradicin textual (de las Escrituras Hebreas)...fueron borradas a finales del siglo I D. de C. y comienzos del siglo siguiente. Tan slo quedaron reflejos de estos textos, conservados en los LXX, el Pentateuco Samaritano y en citas de escritos apcrifos o del Nuevo Testamento [43]. Los textos bblicos hallados en las cuevas de Murabbaat, pertenecientes a la poca de la rebelin juda de Bar Kokhba (aos 132-35 de la era cristiana) confirman esta tendencia de unificacin en torno a los Proto-Masorticos y el esfuerzo para difundirlos.El trmino masoretas puede traducirse literalmente por el de transmisores. A partir del siglo VI los masoretas toman el lugar de los sferim, los antiguos Escribas, a cuyo cargo estuvo el cuidado y transmisin del texto bblico. Adems de la labor de copiado, los masoretas introdujeron un aparato textual a cuya luz se interpret la Sagrada Escritura. Los eruditos hebreos se dedicaron a incorporar y unificar las tradiciones de puntuacin, vocalizacin, acentuacin y divisin de los textos en hebreo, hasta ese momento de estructura consonntica.Existieron tres tradiciones o escuelas de masoretas: una en Babilonia, otra en Palestina y otra en Tiberiades (Galilea). Con el pasar de los siglos fue imponindose la tradicin tiberiense. En Tiberiades convivieron a su vez dos corrientes, la de la familia de los Ben Aser, y la de los Ben Neftal. Cada una representaba ciertos rasgos propios.Pese a la campaa en la direccin de un texto nico, subsistieron otras tradiciones textuales de la Biblia hebrea, aunque su impacto no fue tan significativo. La actividad de las Escuelas Masorticas comenz solamente a partir de los siglos V y VI de la era cristiana. La sola existencia de diversas escuelas de masoretas evidencia que, ya avanzado el primer milenio, no se poda hablar de un nico texto establecido de la Biblia (hebrea)[44].La adopcin de una familia textual -en este caso la babilnica-, en poca de Hillel y sus sucesores inmediatos en el siglo I D. de C., permiti que las escuelas rabnicas fariseas difundiesen una creencia que no parecera reflejar la realidad de la historia textual: que para el siglo I de la era cristiana ya exista un texto oficial de la Biblia hebrea, una Hebraica veritas junto a otros textos menos favorecidos y que estaban caminando a la extincin. Esta versin fue alentada por afirmaciones de fariseos prominentes, como el historiador judo Flavio Josefo, que escribi a finales de aquel siglo:Hemos dado pruebas prcticas de nuestra reverencia por la Escritura. A pesar de haber transcurrido largos aos, nadie se ha aventurado a aadir o remover, o alterar alguna slaba; es un instinto en cada judo, desde el da de su nacimiento, a considerar las Escrituras como decreto de Dios, a vivir por ellas, y si es necesario, a morir con alegra por ellas[45].Flavio Josefo consideraba la versin de la Biblia hebrea difundida en su tiempo como un texto inmutable, nunca alterado en lo accidental o substancial por accin de los escribas y los sabios. Los escritos bblicos y las recensiones [46] que dieron origen a los textos masorticos se habran originado de este texto nico. Los descubrimientos en Qumrn, a partir de 1947 y la crtica literaria moderna de la Biblia, muestran que esta posicin es insostenible.La historia del texto de la Biblia hebrea constituye una senda de unificacin y depuracin de diversas tradiciones anteriores, en un intento de preservar la narracin recibida. A esta empresa se deben aadir los difciles factores idiolgico-religiosos e histricos que rodearon el devenir del judasmo entre los siglos V A. de C. y III D. de C. No debe descontarse que los Escribas hayan introducido matices y cambios voluntarios con el fin de conformar el texto a sus ideas o las de su escuela exegtica [47]. Sin duda stos ejercieron influencia decisiva cuando se adopt una familia determinada de escritos - las evidencias textuales indican que fue la Babilnica- para la lectura de los fieles judos [48].El biblista Jos Salguero sostienen que en el segundo perodo de la historia del texto hebreo del Antiguo Testamento (s. I D de C. a V D. de C.) se caracteriza por la fijacin definitiva del texto (consonntico). Se elige una recensin y se eliminan las variantes, quedando as fijado un texto uniforme que prevalece sobre los dems y se propaga rpidamente. Ello fue obra de los sferim o escribas, y ser perfeccionado por los masoretas[49].Qu impuls a la secta juda de los fariseos a avanzar en la direccin de un texto nico? Porqu la opinin de Hillel el Sabio y su escuela de Escribas tuvo un peso tan decisorio en la fijacin del texto Proto-Masortico? Para responder a estas interrogantes es necesario adentrarse en la historia y la cosmovisin de los Fariseos, as como la de los Escribas.La naciente Cristiandad y sus complejas relaciones con el judasmo fueron un factor decisivo, aunque relativamente tardo, en la determinacin de los textos de la Biblia hebrea. En repetidas oportunidades el Seor Jess critic speramente a los escribas y fariseos por haber relativizado los mandamientos de Dios (ver por ejemplo Mt 15, 3). En seis oportunidades los calific de hipcritas, porque descuidaron aspectos esenciales de la Ley (Mt 23, 13-33). En el mismo captulo los denunci como guas ciegos de su pueblo (16). Estos reproches del Seor no se hicieron extensivos a todo escriba y fariseo. Un nmero importante busc sinceramente la verdad. Est el caso de aquel escriba que deseaba seguir al Seor a cualquier sitio (Mt 8, 19). No se tratara acaso del mismo al que Marcos describi interrogando al Seor sobre el primero de todos los mandamientos? (Mc 12, 28, ss.) Luego de penetrar en su corazn, el Seor Jess le respondi: No ests lejos del Reino de Dios.Las autoridades del Sanedrn [50] y sus sucesores, el Consejo de Rabinos, rechazaron que el Seor Jess se proclamase Mesas y que postulase una interpretacin de la Ley de Moiss que no estuviera en consonancia con la establecida oficialmente por los Escribas. Como el Hijo de Dios, venido para revelar al Padre, el Seor ejerca una autoridad nica en la interpretacin de la Torah. Era verdadero Maestro (Mt 7, 29), el Ungido, (Mashiah), el Hijo de David escatolgico y salvador. La controversia del Seor Jess con los Escribas se traslad posteriormente a la Iglesia y la sinagoga. Por esta razn los rabinos levantaron una cerca[51] alrededor de la Torah, desestimando la lectura de la Septuaginta, la versin en griego de la Escritura adoptada por la Iglesia.8.2. Los Fariseos: el partido popular.El nombre fariseo viene del hebreo tardo parus o perushim. Hay un equivalente en la palabra griega pharisaos y del arameo pras, que quiere decir separado. De acuerdo a interpretaciones tempranas, fariseo signific examinador, intrprete (de las Sagradas Escrituras). En la literatura rabnica dicho verbo quera decir separarse.El historiador Emil Schrer describe a los Fariseos como aquellos que, de manera seria y consistente, se esforzaban por cumplir en la prctica el ideal de vida legal plasmado por los Escribas (...) la Ley, en la maduracin de complejidad que le fue otorgada por las labores de los Escribas en el transcurso de los siglos, fue la base de sus esfuerzos. Cumplir esta meta constituy principio y fin de sus empeos [52].En el contexto rabnico [53] el nombre parece describir un grupo puritano que, de acuerdo a sus interpretaciones de la Ley, guardaba e impulsaba celosamente la pureza ritual. Entre los judos en la poca del Seor Jess, pertenecer a los fariseos sola interpretarse como uno que se separaba, particularmente de la gente sencilla que se negaba a observar meticulosamente la Ley. Esta separacin tambin parece haber ocurrido con los que observaban la Ley, pero lo hacan de una manera distinta a los preceptos Fariseos. En este orden estaban los Esenios y posiblemente aquellos primeros discpulos de Jess.Es errado asumir que el Fariseo era el disidente o separatista. En ocasiones parus poda simbolizar disidente, pero no se refera a la secta Farisea particularmente. Sorprende el grado de helenizacin que asumieron los fariseos. Algunos consideraron que ciertos aspectos de la cultura helnica no contradecan los preceptos de la Torah, -que para ellos comprenda la Ley escrita, y la Ley oral-.Esta adecuacin se hace ms notable en el pasaje narrado por Lucas (7, 36-50), cuando Simn el Fariseo niega al Seor Jess la hospitalidad tradicional juda, ejemplificada por el lavatorio de los pies, al trasponer el visitante el umbral de la casa. Antes bien, Simn invit a los asistentes a tomar los alimentos a la manera grecorromana, reclinados alrededor de la mesa. Aparentemente ciertas concesiones a las costumbres helenizadas no contradecan la interpretacin farisea de la Ley [54].Tanto en el Nuevo Testamento, como en Flavio Josefo y la literatura rabnica, los fariseos fueron mostrados como lo opuesto a una secta marginada de las mayoras judas. Constituyeron un partido popular, muy arraigado en la sociedad hebrea, tanto de Palestina como de la Dispora. Mantenan una organizacin y estructuras bien definidas. Estos -escribi Flavio Josefo- ejercen un gran poder sobre las multitudes, que cuando dicen algo contra el rey o el sumo sacerdote, es puntualmente aceptado [55].La doctrina de los fariseos estaba centrada en un concepto trascendente de la pureza ritual con la cual nos familiarizan pasajes del Antiguo y el Nuevo Testamento. El concepto bsico de fariseo no era el de separado o apartado del resto de la gente. Se separaban de lo poluto, de lo que consideraban como impureza y abominacin por influencias forneas a la Torah presente en la tierra de Israel y en el resto de naciones. En este sentido puede comprenderse a los fariseos como los modernos puritanos.Esta creencia de los puros - los que eran especialmente exactos y puntillosos en la interpretacin y la observancia de la Ley, hasta el punto de ser rgidamente legalistas[56]- hall expresin en la disciplina ritual extrada de la Torah y aplicada rigurosamente al pueblo, junto a polticas sociales tendientes a concretizar las exigencias de la Alianza. Dios haba revelado normas de pureza a travs de la Escritura, la tradicin y la sabidura de los Escribas. Corresponda a los maestros de la Ley -en su mayora fariseos- interpretarlas y cuidar su aplicacin.Los fariseos se entregaron a difundir la Revelacin como fue entendida por los Escribas, hacindola aplicable a la sociedad para que cada judo pudiese alcanzar el ideal de Pueblo de la Alianza. Los Escribas fariseos se especializaron en interpretar los preceptos de la Ley, aplicando de manera escrupulosa sus criterios, tal como crean entender que mandaba el Pentateuco, restaurado por Esdras y Nehemas en Israel tras el destierro babilnico.8.3. La autoridad de los Escribas.Los Escribas fueron los Maestros de la Ley. La fuente de su influencia resida en el conocimiento de la Torah [57]. Esta erudicin les signific una inmensa autoridad ante el pueblo y las autoridades. La corporacin de Escribas estaba abierta a todos los mbitos sociales del judasmo. Escribas fueron personajes de origen aristocrtico como Ananas, el capitn de la guardia del Templo; Saulo un judo de Tarso, fabricante de tiendas; un comerciante como Johanan ben Zakkai; y un obrero asalariado como Hillel.El origen de los Escribas como grupo selecto de estudiosos de la Sagrada Escritura y la Ley oral debe ubicarse en el segundo exilio -tanto de Babilonia como de Egipto-. En el ao 587 A. de C. el reino de Jud, con Jerusaln, fue destruido por el rey babilnico Nabucodonosor. La accin del monarca fue un acto de venganza por la rebelin de los judos contra la dominacin asirio-babilnica establecida durante la primera conquista del ao 597 A.de C., cuando se deport a Mesopotamia un nmero importante de los dirigentes, junto a los mejores artesanos del pas.Sedecas, gobernante de Jud, estableci una desastrosa alianza con los egipcios, enemigos acrrimos de los babilonios (Jr 41, 10; Ez 21, 23 ss.). La represalia de Nabucodonosor fue inmediata. En el ao 588 puso sitio a la ciudad. El esperado socorro egipcio nunca lleg. En julio del ao 587 los Caldeos y Babilonios lograron abrir una brecha en la muralla, minando la moral de la resistencia. Sedecas intent escapar, pero fue capturado.Temiendo nuevos brotes de resistencia y conociendo que el templo era el centro del nacionalismo hebreo, Nabucodonosor mand a su general Nabuzaradn para que incendie el Templo. El tesoro fue saqueado y los sacerdotes principales ejecutados. Los babilonios capturaron y deportaron a un numeroso grupo de dirigentes. Con la dominacin babilnica dej de existir el reino de Jud. Aparte de los judos conducidos a Babilonia por la fuerza, un gran nmero abandon Jud en busca de seguridad. Muchos se encaminaron a Egipto (Jr 42), distribuyndose por todo el pas. Los egipcios establecieron una guarnicin de judos en Elefantina, Etiopa, cerca a la primera catarata del Nilo [58].Para el pueblo judo fue importantsimo saber cmo poner en prctica los preceptos de la Ley durante la estancia forzada en tierras extranjeras. El reto de la enseanza de la Torah fue asumido por personas piadosas y sabias, que se abocaron a elaborar una tradicin legal.A partir del siglo I D. de C. esta normativa comparti junto a la sinagoga el domin del judasmo. Sinagoga vena del nombre griego synagog y del hebreo bet-knesset. La sinagoga era un lugar de reunin y enseanza de la Sagrada Escritura, particularmente el da sbado. Flavio Josefo relataba que,todas las semanas los hombres dejaban un momento sus ocupaciones para reunirse a escuchar la Ley y para obtener certero conocimiento de ella (Antigedades, 2, 175). Los Escribas instaban a la gente a que escaparan de la ignorancia de la Ley. En este sentido enseaba Filn: El legislador Moiss decret que los judos se instruyan en las Leyes ancestrales; que se renan en el da sptimo para escuchar la lectura de la Ley, para que no haya ningn ignorante (Hipottica, 7, 10-12).Henri Cazelles cree encontrar el origen de la liturgia sinagogal en las reuniones que celebraban el sbado, a orillas de los ros de Babilonia (Sal 137, 1) [59].Los primeros ejemplos de Escribas notables fueron aportados por personajes de la historia de Israel como Baruc, amanuense de Jeremas [60], y Esdras, quien reintrodujo en Jud la prctica de Ley mosaica [61]. De Esdras se dice que era escriba diligente en la Ley de Moiss (Esr 7, 6). Artajerjes, rey de los persas, fue gran admirador suyo. Permiti a Esdras restablecer el culto del templo de Jerusaln: Esdras, sacerdote, escriba entendido en las palabras y preceptos del Seor y en las ceremonias que dio a Israel (...) muy docto en la Ley del Dios del cielo (Esr 7, 11-12).El libro del Sircida, especialmente el captulo 39, ofrece un programa en forma de mximas para el escriba estudioso:El sabio indagar la sabidura de todos los antiguos, estudiar en los profetas. Contemplar atentamente lo que dijeron los hombres ilustres, asimismo penetrar en las sutilezas de las parbolas (39, 1-2).El estudioso, Padre R. de Vaux, asoci el origen de los Escribas a los Levitas, empleados desde antao como escribanos, sferim -que viene de la raz acdica str , escribir-. Actuaban tambin como asesores adjuntos de los jueces. Fuera del culto, estos Levitas tenan una funcin de enseanza. Josafat les encomend la instruccin de la Torah en Jud, donde acudan provistos del libro de la Ley de Yahweh [62]. Los Levitas, sferim, eran los que aportaban la inteligencia, el conocimiento de las cosas de Dios [63].En el perodo Helenista (c. 332 A de C.- 64 A. de C.) fue ocurriendo un cambio substancial en la corporacin de los Escribas. Pasaron de una condicin carismtica[64], donde destacaba el papel fundamental de Dios como dador del espritu de inteligencia, a una posicin eminentemente profesional. Fue precisamente este estilo, caracterizado como un apego a la letra de la Ley, la actitud que el Seor Jess critic speramente en ciertos Escribas [65].Durante los perodos Asmoneo (o Macabeo) y Romano los Escribas conformaron una corporacin reverenciada, dedicada a la instruccin de estudiantes en la Escritura y en la tradicin oral de los maestros anteriores. Entre sus funciones ms importantes estaba la de aconsejar judicialmente al Sanedrn, especialmente en los aspectos intrincados de la interpretacin de la Torah [66].No hubo mayor honra en el Israel post-exlico que estudiar la Ley, meditarla, ensearla y aplicarla en las situaciones de la vida diaria. El Antiguo Testamento ofrece un testimonio fundamental con la literatura sapiencial. Escribas como Tobas y Ben Sir se entregaron a la enseanza de los preceptos prcticos y piadosos de la Ley. El sabio era quien tema a Dios y guardaba sus normas (Esd. 7, 25; Sal 19, 7-14; 119).La educacin del escriba comenzaba desde tierna edad. Flavio Josefo, quien se educ como escriba, afirmaba que para los catorce aos ya dominaba la interpretacin de la Ley[67]. Aquel que postulaba a la corporacin deba estudiar varios aos, culminando con la sancin legal o autoridad reconocida por la comunidad de fieles para ensear. La instruccin era casustica. Implicaba la memorizacin de las Sagradas Escrituras y las sentencias de los sferim, los Escribas anteriores. Se imparta mediante el contacto personal con el maestro.El pupilo (talmid) aprenda el mtodo llamado halquico[68], buscando mostrar competencia para legislar sobre cuestiones religiosas y penales en el contexto de la Ley. Se entenda que la formacin culminaba a los cuarenta aos, cuando el discpulo alcanzaba la edad reglamentaria para el reconocimiento legal como escriba.Esta sancin significaba el ingreso a la orden de los Escribas. La corporacin poda estar compuesta por judos procedentes de la nobleza, del sacerdocio, e incluso de la secta Saducea. Pero el grupo ms nutrido estuvo conformado por Fariseos de toda condicin social. Para la poca del Seor Jess, la totalidad de los Fariseos en el Sanedrn eran Escribas.Joaqun Jeremas los describe como una clase ascendente[69], de enorme prestigio poltico y social, incluso con mayor autoridad que el sacerdocio tradicional. El prestigio del Sumo Sacerdote, cabeza del Sanedrn, haba sufrido notablemente desde la conquista helnica. Las autoridades tolomeas, selecidas, asmoneas, herodianas y romanas convirtieron en prctica comn nombrar y destituir a los sacerdotes del Templo de acuerdo a intereses polticos y econmicos.Al disminuir el prestigio de los sacerdotes, el pueblo comenz a recurrir a quienes tenan por ms cercanos y detentaban sabidura en la Ley. Entre las funciones y responsabilidades fijadas a los Escribas, estaba la administracin de los tribunales de infracciones menores y de la enseanza en las sinagogas.La manera correcta de denominar a un escriba fue rab (mi seor). Otras personas ajenas al ciclo de formacin farisea podan recibir dicho apelativo porque mostraban autoridad sobre la Escritura. Este fue el caso del Seor Jess. Esta situacin fue cambiando en el transcurso del siglo I D. de C. Para esta poca solamente poda detentar el ttulo de rab o rabino aquella persona que culminaba los estudios y reciba la ordenanza de ejercer dicho ministerio. Los Escribas ms notables comenzaron a emplear vestimentas especiales, anteriormente reservadas a la nobleza. Para la poca del Seor el poder real del Sanedrn estaba en manos de los Fariseos. Los sumos sacerdotes de la familia Ananita, de origen saduceo, buscaron la alianza con los Fariseos.El Sanedrn cumpla la funcin de corte superior de justicia. Sus dictmenes se basaban en el dominio de la exgesis escriturstica, en la que destacaban los Escribas fariseos. Junto a esta presencia en la corte juda, los Escribas escalaron importantes posiciones en la administracin del estado sacerdotal judo. La Escritura ha guardado nombres de fariseos notables como Nicodemo y Gamaliel I. Por otras fuentes conocemos a Shemaiah, Simen, hijo de Gamaliel I y Johanan ben Zakkai.Corresponda a Escribas reconocidos legislar y transmitir la tradicin derivada de la interpretacin de la Torah. A partir del ao 70 de la era cristiana la exgesis y la legislacin se realiz de acuerdo a la cosmovicin teolgica y cultual de los rabinos y escribas fariseos.Esta etapa coincide con la transformacin del concepto de escriba al de hakamim, hombre sabio, y, de manera ms popular, rabino. La masa de judos piadosos guardaba en gran estima la opinin de estos rabinos. Sus sentencias fueron vistas como iguales, e incluso superiores a la propia Torah. Para los judos de Palestina y la dispora, las decisiones y opiniones de los rabinos tenan el poder de atar y desatar en cuestiones de la Ley [70].La razn principal del reconocimiento y veneracin de los Escribas y rabinos debe buscarse tambin en su condicin de guardianes de conocimientos secretos, herederos de una tradicin esotrica. Por ejemplo, existan reglas estrictas para la exposicin de ciertos pasajes de la Escritura. La historia de la creacin no debe ser expuesta ante dos personas, ni el captulo de Carro de Fuego ante uno, a no ser que sea un sabio que domina plenamente estos conocimientos, rezaba una de sus reglas [71]. Ellos crean que contenan los secretos ms profundos del Ser Divino.Entre los siglos I antes de la era cristiana y I despus de la era cristiana, la tradicin oral depositada en la Halaka, la legislacin inscrita en el texto bblico, se transform en dominio de este esoterismo, donde solamente tenan acceso los Escribas iniciados.La enseanza en sinagogas y academias no poda ser propagada por la palabra escrita, porque se trataba del secreto de Dios. Solamente poda transmitirse oralmente, de maestro a alumno. Alfred Edersheim expone cmo deleitaba a la mente del judo oriental escribir enigmticamente, esto es, cubriendo con un manto tenue ciertas expresiones que solamente eran familiares para los iniciados. Los textos de los Escribas estaban llenos de palabras misteriosas, marcadas solamente con iniciales [72].Los investigadores de Qumrn encontraron dificultades complejas cuando debieron enfrentarse al estudio de ciertos comentarios a los libros de los Profetas y a los Salmos. Los autores Esenios de estos textos o pesharim, consideraban al Libro Sagrado como poseedor de un misterio que deba permanecer oculto, salvo aquellos iniciados de la secta. Solamente ciertos pesharim accedan al lder sectario, llamado Maestro de Justicia [73].A partir del siglo II de la era cristiana los rabinos cambiaron esta aproximacin. Su accin hizo ms accesible la Torah escrita (texto Proto-Masortico). Su fin fue contrarrestar los textos bblicos empleados por los cristianos, particularmente la Septuaginta. De esta manera existi la tendencia de despojar a la Escritura del carcter esotrico. Incluso, en la etapa rabnica, la Escritura no fue completamente abordable por las masas judas. La Biblia estaba escrita en hebreo, lenguaje considerado sagrado cuando las lenguas de uso comn eran el arameo y el griego.Sorprende, por ejemplo, que entre los textos escritursticos hallados en las grutas de Murabbaat y Nahal Hever, pertenecientes al perodo de 132-135 d e la era cristiana se hubiesen encontrado fragmentos del texto hebreo de los Profetas Menores (Joel y Zacaras). Mientras que en la vecina Hever se hallaron manuscritos de los seis Profetas Menores traducidos al griego. En Hever tambin se encontraron cartas personales escritas en arameo.Durante los siglo I y II D. de C., a pesar del trilinguismo existente en Judea, los Escribas rechazaron la fijacin y difusin de textos de la Escritura en arameo. Se cuenta que al recibir Gamaliel I una copia de un Trgum de Job (una traduccin al arameo), la hizo tapiar en una pared por tratarse de un libro prohibido [74]. Tal autoridad solamente poda emanar de un personaje venerado. El sferim era considerado como heredero y sucesor inmediato de los profetas: sus sentencias eran veneradas como poseedoras de autoridad soberana.Cuando sucumbi Jerusaln bajo las armas romanas en el ao 70 de la era cristiana los Escribas fariseos permanecieron como la nica fuente para comprender la revelacin. El pueblo respondi tributndoles una reverencia reservada a los virtuosos. Las tumbas de escribas y rabinos recibieron la misma veneracin que las de los profetas. Sus vidas fueron recordadas por acontecimientos portentosos. Este prestigio, proyectado en la organizacin cltica y exegtica de las sinagogas y academias rabnicas, reemplaz efectivamente al Templo y los sacrificios en la religin juda [75].Un ejemplo de la narrativa del culto a los Escribas involucra a Shammai y a Hillel. Se cuenta que un gentil le hizo la siguiente pregunta a Shammai: Si el sabio logra ensearme toda la Ley mientras me paro en un pie, entonces me har proslito. Dudando de su sinceridad, Shammai cogi un palo y lo corri. Acudi con la misma pregunta a Hillel, quien le dijo: Aquello que es odioso para ti, no lo hagas a tu vecino; esta es toda la Torah. El resto es comentario [76].8.4. La Escuela de Hillel.El papel de un judo nativo de Babilonia llamado Hillel fue trascendental en el proceso de fijacin del texto bblico. Asimismo sus enseanzas influyeron de manera determinante para fijar una lista de libros Sagrados, aceptados por el judasmo farisaico. Hillel era un escriba fariseo de origen humilde, que se ganaba la vida como jornalero. Su celo por el aprendizaje de la Ley lo hizo recorrer a pie el camino entre Babilonia y Jerusaln con el fin de instruirse en la habura o escuela de los Escribas Shemaiah y Abtalion.A pesar de los largos aos pasados en el exilio a orillas del Efrates, rodeados del ambiente hostil y sugerente del politesmo Oriental, los judos de Babilonia haban conservado la fe en el Dios de la Escritura. Los judos de Jerusaln, ciudad de geografa y proporciones austeras, fueron transportados a una urbe de inslita riqueza. El Templo construido por Salomn, dilapidado por los siglos y el descuido de los gobernantes de Jud, quedaba opacado frente a los magnficos centros de culto dedicados a los dioses paganos.El profeta Isaas dio la voz de alarma frente al riesgo de apostasa cuando los judos exilados en los das de Nabucodonosor (587 A. de C.) cuestionaron el poder de Yahwh para defender a su Pueblo (Ez 18, 2; 25). El libro de Job trasluce con dramatismo el estado de nimo de un pueblo embargado por el torbellino de la tragedia y el desconcierto. El nuevo exilio en tierras extranjeras prob la fe de Israel. Muchos judos se sintieron tentados de abandonar las creencias ancestrales, centradas en la Alianza con Moiss (Jr 44, 15-19; Ez 20, 23).Los Israelitas lograron sobrevivir a esta experiencia formativa, mientras que otros pueblos no tuvieron igual destino. La identidad como nacin se sostuvo sobre dos pilares: la esperanza de la restauracin a la tierra prometida (Ez 37), ofrecida por Yahv a travs de los profetas; y el tremendo empeo en el cuidado de la Ley. Los profetas haban interpretado que el exilio era consecuencia del pecado de un pueblo que le haba dado la espalda a Dios y su Torah. La teologa del exilio fue asumiendo la idea que el futuro de Israel iba a depender de un cumplimiento escrupuloso de los preceptos de la Ley. Como explica Bright:El exilio poda ser considerado como un castigo merecido y como una purificacin que preparaba a Israel para un futuro nuevo. Con estas palabras, y con la seguridad dada al pueblo de que Yahv no estaba lejos de ellos ni siquiera en el pas de su destierro, prepararon los profetas el camino para la formacin de una nueva comunidad [77].Desaparecidos el culto del Templo y el reino judo, solamente quedaba a los desperdigados por Mesopotamia y Asia Menor reagruparse en torno a una entidad, en este caso la Ley, y las obligaciones rituales que impona: la importancia del Sbado, la circuncisin y la pureza ritual. La totalidad de la vida del nuevo Israel deba ser regulada y sostenida en la Torah. Con anuencia de los persas, el Profeta Esdras restableci la prctica de la Ley en Jerusaln. Este pacto se hizo extensivo a los judos dispersos por el mundo antiguo. Israel ya no sera una entidad nacional, limitada a las cambiantes fronteras de Palestina. Judo era aquel que asuma la responsabilidad de obedecer la Torah.En ningn lugar fue ms importante guardar y aplicar rectamente la normatividad mosaica que en las comunidades judas inmersas en tierras y costumbres extraas. Particularmente en Babilonia, identificada desde antiguo como un lugar permisivo. En este lugar los Escribas adquirieron una importancia fundamental. Se acudi a ellos en busca de gua para la recta interpretacin y aplicacin de la Ley, especialmente cuando sus textos parecan poco comprensibles.Esdras constituye un importante testimonio de la vida en esta vigorosa comunidad de anawim[78]. Un anaw como Esdras se haba entregado al estudio y a la prctica de la Ley del Seor, ensendola a los israelitas (Es 7, 10). Ellos construyeron un seto protector entre los judos y las costumbres paganas de sus vecinos.Al igual que Esdras, Hillel haba aprendido la Torah en las escuelas de Babilonia, donde se formaron algunos de los ms importantes Escribas [79]. Hillel acudi a Jerusaln porque la ciudad Santa era el principal centro de aprendizaje para la Ley y sus comentarios. En la ciudad santa estableci una escuela que logr un universal respeto entre los judos. Se puede considerar a Hillel como una de las personalidades rectoras y ms creativas del judasmo de su tiempo. Sus descendientes espirituales e intelectuales (Gamaliel I, Akiba, y Gamaliel II) fueron los lderes que condujeron la normatividad de vida entre los judos por varias generaciones.Hillel, nacido alrededor del ao 60 A. de C. y muerto alrededor del ao 20 D. de C. alcanz la categora de Prncipe, Nasi, del consejo rabnico cuando intervino en una disputa sobre la prioridad del sacrificio pascual sobre el descanso del Sbado. Al parecer el Consejo haba olvidado la legislacin. Al emitir su sentencia, Hillel estableci un precedente de procedimiento cuando apel a la tradicin previa: As les escuch ensear a Shamaiah y Abtalion[80].A principios del siglo I D. de C. convivieron en Judea dos escuelas principales de escribas fariseos, la de Shammai y la de Hillel. La de Shammai domin la interpretacin de la Torah hasta la destruccin del Templo en el ao 70 de la era cristiana. Shammai (50 A. de C.-30 D. de C.) se adhera la letra de la Ley mientras que Hillel favoreca una interpretacin ms libre de los textos bblicos.9. Los comentarios exegticos del farisesmo rabnico.Tras la hecatombe del ao 70 D. de C. la escuela de Hillel lider la reorganizacin del judasmo, ganando una ascendencia nica entre los judos de Palestina y la Dispora. Su aproximacin ms indulgente hacia la Ley contribuy a este proceso. El prestigio de la escuela rabnica fue creciendo bajo la autoridad personal de lderes como Gamaliel el Mayor (Ver Hch 22, 3; 5, 34) y el rabino Johanan ben Zakkai, que restableci el Consejo de Ancianos en Jamnia. Esta nueva entidad rectora del judasmo estuvo conformada nicamente por representantes del farisesmo.A pesar de la visin ms atemperada de la Ley y la aproximacin comprensiva de Gamaliel el Mayor ante los Apstoles, correspondi a uno de los lderes posteriores de la escuela, Gamaliel II, excluir formalmente de las sinagogas a los cristianos de origen hebreo. Llamados Judeocristianos, haban conservado ciertas costumbres ancestrales mosaicas.A principios del siglo II D de .C., Gamaliel II, rector de la academia de Tiberiades, concret la expulsin pronunciando la severa sentencia: Dejad que los Nazarenos y los herejes perezcan en un instante. Permite que sean excluidos del libro de los vivos y permite que sean separados de entre los justos[81].La palabra hebrea Midrash significa literalmente investigacin. En el mbito de los rabinos tanaitas (transmisores de tradicin), Midrash expresaba la accin de investigar, escrutar y comentar las Sagradas Escrituras. Los rabinos y los fieles investigaban la Biblia para hallar las normas que deberan regir sus vidas. Esta lectura meditada fue practicada en las sinagogas durante los servicios de los Sbados. El lector proclamaba las Escrituras, para luego explicarlas. Se trataba de desentraar, tanto su significado oculto, como su sentido prctico.Los Evangelios narran como el Seor Jess acuda a las sinagogas a ensear: Vino a su patria (Nazaret) y los instrua en sus sinagogas (Mt 13, 54). El contraste entre las enseanzas midrshicas del Seor y los Apstoles; y las de los Escribas y rabinos, es notoria. El comentario cristiano atribuy mayor importancia al sentido propio de la Escritura. Se evitaban las sutilezas de la Ley tan ajustadas a la casustica de las escuelas rabnicas. Sin descuidar el recurso al Antiguo Testamento, los cristianos solan ensear con ms sencillez el mensaje sagrado. Como marco de fondo estaba presente el anuncio del Seor sobre la revelacin del Reino a los sencillos antes que a los sabios (Mt 11, 25)[82].Las primeras misiones cristianas coinciden con el esfuerzo desplegado por los rabinos para codificar de la Ley oral, que junto al Pentateuco, fue preservada y ampliada por los Maestros de la Ley y los Escribas. Las figuras dominantes del judasmo en esta etapa fueron el rabino Akiba y su discpulo Meir. La tradicin rabnica farisaica distingue entre una Tor Escrita y una Tor oral. La Tora escrita es el Pentateuco, los cinco libros de Moiss; la Tor oral es la elaboracin en la tradicin, de los preceptos legales contenidos en la Tor escrita. Segn la tradicin rabnica, la Tor oral era la heredera legal de la profeca.Las sentencias de Mishn Aboth. 1, 1, decan: Moiss recibi la Tor en el Sina y la entreg a Josu, Josu la dio a los ancianos, los ancianos a los profetas, y los profetas las pasaron a los hombres del Gran Sanedrn. Desde esta perspectiva, los Maestros de la Ley y los Escribas crean firmemente que exista una lnea directa entre Moiss y ellos. Esta concepcin de Tor oral fue el argumento empleado por los rabinos farisaicos para legitimar sus sentencias y enseanzas en los primeros siglos de la Era Cristiana. Bajo esta legitimidad se interviene repetidas veces en el contenido del Canon hebreo.A principios del siglo III (189 D. de C.), un sucesor de Akiba y Meir, el maestro Jud ben Hanasi, concluy en Tiberiades la redaccin del compendio de los comentarios a la Ley. Esta recopilacin de las interpretaciones, sentencias y enseanzas de los Escribas -llamados tanaitas, repetidores o Maestros de la Ley oral-, recibi el nombre de Mishn[83].Mishn significa estudio y repeticin de lo aprendido [84]. Sus alcances abarcan fundamentalmente preceptos legales, en forma de dichos e instrucciones. La Mishn fue redactada en hebreo, pero le fueron aadidas palabras y trminos en otras lenguas vecinas a la regin de Tiberiades, principalmente en griego y arameo[85]. La Mishn rene las opiniones de los sabios sobre tres doctrinas fundamentales del judasmo rabnico: la resurreccin de los muertos, el origen divino de la Torah (sea la de carcter escrito y la de carcter oral) y la intervencin de Dios en la existencia del hombre.Los comentarios a la Mishn conformaron el conjunto llamado Talmud o enseanza. Las escuelas rabnicas de Palestina (Tiberiades) y de Babilonia dieron origen a sus propios talmuds. El Talmud de Babilonia es ms extenso que el de Palestina. Incluso goza de mayor autoridad. El Talmud palestinense fue concluido primero (siglo V de la era cristiana); mientras que el Babilonio fue recibiendo adiciones hasta bien entrado el siglo VII D. de C.10. El problema de la fijacin de una lista de libros de la Sagrada Escritura: el llamado Canon fariseo.A partir de la segunda mitad del siglo I D. de C. se intent concretar una lista oficial de libros de la Sagrada Escritura. Aunque no constituy una tendencia uniforme en el judasmo -como muestra la pluralidad de textos en la biblioteca de Qumrn-, los rabinos fariseos impulsaron un catlogo invariable donde no se podra sumar o restar ningn libro.Flavio Josefo fue explcito al mencionar los libros divinos. Al parecer Josefo estaba siguiendo las enseanzas difundidas por Escribas como Hillel con respecto al Canon de libros que consideraban inspirados. Hillel haba enseado que los libros sagrados comenzaban con el Pentateuco y concluan con Esdras y Nehemas. Flavio Josefo enumer esta lista en su obra llamada Contra Apin, escrita en Roma al finalizar el siglo I D. de C. (aos 97 y 98 de la era cristiana):Nosotros (judos) no poseemos miradas de libros inconsistentes, enfrentados uno a otro. Nuestros libros, aquellos justamente acreditados, son solamente dos y veinte, y contienen la historia de todos los tiempos. De stos, cinco son los libros de Moiss, comprometiendo las Leyes, y la historia tradicional desde el nacimiento del hombre hasta la muerte del gran legislador (...) De la muerte de Moiss hasta Atajerjes, quien sucedi a Jerjes como Rey de Persia, los profetas siguientes a Moiss escribieron la historia de los eventos de su tiempo en trece libros. Los cuatro libros siguientes contienen los himnos de Dios y los preceptos de la conducta humana. Desde Atajerjes hasta el tiempo presente la historia completa ha sido escrita, pero no ha sido digna del mismo crdito como lo fueron anteriores recopilaciones, porque se quebr la exacta sucesin de profetas[86].La lista de Flavio Josefo excluye explcitamente aquellos libros escritos durante la poca Helnica. Ms bien extrajo los nombres, lo mismo que Hillel y Filn, del llamado Canon de Esdras. De los testimonios que aport Esdras no es posible extraer la informacin que determinara la existencia de un catlogo cerrado de los Libros Sagrados. El libro de Esdras relata que el lder hebreo, un escriba muy versado en la Ley de Moiss (Esdras 7, 6), subi a Jerusaln, para cumplir (la Ley de Yahv) y para ensear en Israel las Leyes y los preceptos (7, 10).Siguiendo el criterio del erudito hebraista S.R. Driver, del testimonio escriturstico solamente podemos inferir que Esdras se entreg a la promocin de la observancia de la Ley, olvidada por los israelitas. No as a la redaccin de un Canon que haya contenido los libros profticos y los posteriores (Hagigrafos):(Esdras 7, 6 y 10) no aporta soporte histrico alguno para suponer que Ezra haya tenido alguna parte en la recoleccin o edicin de los libros del Antiguo Testamento, o en completar el Canon del Antiguo Testamento[87].Quien reintrodujo hodiernamente el tema del Canon cerrado de Esdras fue el estudioso judo Elas Levita (m. 1549), autor de una obra dedicada al origen y naturaleza de los textos masorticos llamada Massoreth ha-Massoreth. Las opiniones de Elas Levita fueron asumidas por diversas autoridades protestantes para apoyar la exclusin del Canon de los Libros Hagigrafos, aceptados por la tradicin catlica.Sin embargo los libros de Esdras y Nehemas constituyen ricos depsitos de informacin histrica. Tanto Esdras como Nehemas ejercieron una labor providencial en la reconstruccin del judasmo en Palestina en poca del rey persa Artajerjes I Longimano (465-425 A. de C.). Lo que parece incierto es que Esdras y Nehemas[88] hayan determinado un nmero exacto de textos bblicos inspirados, en este caso, los veintids citados por Flavio Josefo.Las observaciones que pueden realizarse a esta teora son diversas. Si ya exista un Canon para el ao 444 A. de C. cuando Esdras restableci la Ley en Jud[89], cabe preguntarse porqu continuaron en el seno de la religin hebrea los debates sobre la Canonicidad de ciertos libros del Antiguo Testamento.La presunta fuente del Pseudo Canon Esdrino, los dos libros de las Crnicas y los de Esdras y Nehemas, fueron compuestos en su forma definitiva, en poca muy posterior a la muerte de los estos profetas, concretamente durante el perodo helenista y romano. Esdras y Nehemas solamente pudieron ser conocidos en esta etapa, porque se hace mencin de acontecimientos posteriores. Por ejemplo, se cita a un cierto Sumo Sacerdote llamado Yadua[90], que segn fuentes exteriores fue contemporneo de Alejandro Magno. Desde su redaccin entre los siglo IV-III A. de C., Esdras y Nehemas formaron parte de los libros sagrados de los hebreos. Por lo tanto el catlogo debi ser cerrado con bastante posterioridad a Esdras y Nehemas.Lo ms probable es que en tiempos de Esdras se hayan recopilado los libros sagrados, que ya eran reconocidos como inspirados desde la poca ante-exlica cuando el rey Josas (640-608 A. de C.) unific el culto segn la Torah, y reconoci la autoridad de los textos bblicos existentes en su poca.El argumento de Josefo tropieza con diversas dificultades. No existe evidencia suficientemente clara que con anterioridad al ao 70 D de C. haya existido un Canon o texto fijado. Los Esenios de Qumrn no exhibieron semejante Canon hebreo. Lo mismo ocurre con la comunidad juda de Alejandra, o las comunidades primitivas de la Iglesia en la poca apostlica, llamadas judeo-cristianas.Hasta aos recientes se habl de un concilio judo en Jamnia (Yabneh) llevado a cabo a finales del I siglo D. de C... El llamado Concilio de Jamnia constituye una designacin inexacta de una sesin particular de la academia rabnica o corte farisea en dicha localidad.Difcilmente los rabinos fijaron el Canon hebreo durante los procedimientos celebrados en Jamnia alrededor del ao 90 D. de C. Evidencias histricas demuestran que, a lo ms, discutieron sobre determinados libros. Los rabinos afirmaron que el Eclesiasts y el Cantar de los Cantares desafiaban las manos. Por lo tanto, eran libros inspirados y les corresponda formar parte la Escritura hebrea.Se debe insistir que los procedimientos de Jamnia no constituyeron un concilio, menos an en el sentido eclesistico. Las decisiones de Jamnia fueron tomadas en base a opiniones anteriores. Una vez sancionado el tema, los desacuerdos sobre la inclusin de estos libros en la Biblia continuaron.La academia de Jamnia fue fundada por Yohanan ben Zakkai, discpulo de Hillel. Un descendiente de Hillel, llamado Gamaliel II, fue quien la dirigi entre los aos 80 D. de C. hasta el siglo siguiente. Tras la destruccin de Jerusaln en el ao 70, los maestros Escribas de la academia hicieron las veces de sanedrn, ejerciendo autoridad normativa en materia religiosa.La lista publicada por Flavio Josefo deja entrever los prejuicios de los fariseos hacia ciertos libros designados peyorativamente, a partir del siglo XVI por Sixto de Siena, Deuterocannicos. El nombre empleado por Sixto fue inexacto. Los textos del Antiguo Testamento en cuestin son: Tobas, Judit, Baruc, Sabidura, Eclesistico (Ben Sir), y 1 y 2 Macabeos.Es muy probable que la fijacin de una lista oficial haya comenzado con la oficializacin del Texto Rabnico en el seno de la escuela de Hillel. Estas unificaciones concurren con la imposicin de reglas en materias como la sistematizacin de principios hermenuticos y de la dialctica halaquiica -el modo de razonamiento legal por medio del cual se deducen Leyes religiosas en la Escritura-. La autoridad de Hillel y su escuela fueron fundamentales para establecer un manto protector hacia el Pentateuco Babilnico y la llamada lista corta de 22 libros inspirados. El empleo continuo de un nmero de libros condujo, a travs de los aos, a considerar que desafiaban las manos (inspirados).La Septuaginta, cuya traduccin se inici en medios judos alejandrinos alrededor del ao 280 A. de C., refleja la existencia de un criterio cannico muy antiguo, diverso al planteado por el farisesmo babilnico y jerosolimitano.Los LXX son la versin del Antiguo Testamento ms mencionada en los Evangelios. A la lista alejandrina de libros sagrados se le opuso una de ms reciente factura (de finales del siglo II D. de C.), que reflejaba el proceso iniciado en crculos rabnicos en el contexto de los conflictos entre las sectas judas de la poca de Hillel. Con la difusin del cristianismo, el judasmo rabnico descart la versin antigua de los Setenta (LXX), y el Canon que sustentaba.Los descubrimientos de Qumrn han confirmado el valor del texto bblico de la Septuaginta. Los manuscritos en hebreo, arameo y griego confirman la fidelidad de la traduccin con respecto a las versiones antiguas o paleo-hebreas en uso en Palestina durante la poca ante-cristiana. Ha quedado completamente descartada la postura de que la Septuaginta era una versin parafrstica semejante a un Targum o comentario.Los principios que guiaron la exclusin de ciertos libros del llamado Canon rabnico-farisaico, realidad que refleja el escrito de Josefo, estuvieron orientados a eliminar aquellos escritos que resultaban extraos a Hillel y su escuela. Estos tenan la caracterstica de haber sido redactados en poca tarda, durante el perodo de dominacin Helenstica.En Qumrn se ve claramente la existencia de diversos libros que desafan la existencia de un Canon temprano, anterior al ao 70 D. de C. No ocurre as con obras antiguas y veneradas por el judasmo, como Ezequiel, el Cantar de los Cantares y el Eclesiasts, e incluso con Baruch y la Carta de Jeremas, aadida al libro del profeta. Al parecer el criterio seguido por los rabinos fue aceptar aquellos escritos que ya estaban fijados cuando finalizaba el perodo Persa (siglo IV A. de C.). Esta lista que expresaba las opiniones de Hillel y su escuela no hall aceptacin inmediata, incluso en crculos fariseos. El proceso por el cual fueron imponindose los libros del texto de Hillel, ocurri durante el intervalo entre las dos rebeliones judas (70-132 D. de C.).11. Intentos tempranos de reemplazar la Septuaginta: la traduccin del Proto-Teodocin.En aos recientes salieron a la luz fragmentos de una traduccin desconocida del hebreo al griego. Se trataba de una sorprendente revisin temprana de la Septuaginta (c. 50 D. de C.) para conformarla con los Proto-Masorticos cuando se hallaban en plena formacin.Segn Dominique Barthlemy, autor del primer estudio de los textos llamados del Proto-Teodocin, los escribas y rabinos hicieron una serie de intentos de alinear la Biblia griega con la cambiante tradicin textual inspirada por la autoridad religiosa de los lderes fariseos. Barthlemy estableci slidamente que el Proto-Teodocin sirvi como base comn para otras traducciones de la Biblia griega (p. ej. Teodocin y Smaco), y ante todo, la de Aquila [91].Sorprende que el judasmo rabnico haya emprendido, en una etapa tan temprana, la empresa de distanciar sus Escrituras Sagradas de los cristianos. Ello testimonia el intenso empleo que hizo la Iglesia cristiana apostlica del Antiguo Testamento para evidenciar el cumplimiento de los anuncios profticos en el Seor Jess. Acaso en esta fecha temprana no circulaban ya los Evangelios con citas veterotestamentarias extradas de la Septuaginta?12. Los Textos Masorticos.12.1. La existencia de diversas tradiciones.Entre las sinagogas del siglo II D. de .C. se difundi la costumbre de excluir aquellos libros de la Sagrada Escritura que no estuviesen comprendidos en la lista rabnica. Este criterio abarc los textos empleados por los cristianos, principalmente la Septuaginta. Aquel perodo coincidi con el inicio de la compilacin de las tradiciones jurdicas y exegticas, tanto legales (Misnah), como de exgesis escriturstica (la literatura midrsica). Este esfuerzo estuvo orientado a reconstruir el judasmo sobre la base de la Tanak, la Biblia de Moiss y los Profetas.La ingerencia del judasmo rabnico fue trascendental. En los dominios romanos, especialmente en Oriente, convivan cuatro millones de judos, representando el siete por ciento de la poblacin del Imperio. El personaje representativo del perodo posterior a la destruccin del Templo de Jerusaln fue el rabino Akiba. Su mayor esfuerzo estuvo orientado a fijar el texto consonntico de la Biblia hebrea. Akiba fue heredero del proceso iniciado en la poca de Hillel. Akiba, al igual que sus antecesores, mantuvo la preocupacin por la pureza textual, concretamente la conservacin del texto heredado de las escuelas rabnicas (el texto Proto-Masortico) y la lista difundida por crculos fariseos (como los de Hillel).La tendencia de clarificar la Ley demand la fijacin del texto bblico. Para esta fijacin textual los rabinos se inclinaron por un texto, descartando completamente los otros conocidos. Se intent obtener artificialmente la uniformidad, eligiendo un determinado texto, el Consonntico Rabnico, tambin llamado Texto Proto Masortico. Aquel texto fue protegido, encerrndolo dentro de un muro impenetrable. Para asegurar el predominio exclusivo de los Proto Masorticos se dictaron Leyes estrictsimas para su copiado. Tambin se procedi a la destruccin minuciosa de manuscritos antiguos, ajenos a la tradicin rabnica seleccionada.El movimiento orientado hacia la pureza del texto floreci en la segunda parte del siglo II D. de C. bajo el liderazgo de Akiba. Pero sus antecedentes pueden trazarse hasta el siglo I A. de C. con las discusiones legalistas entre las escuelas de Hillel y Shammai. La tradicin de Zechariah ben ha-Kazzav establece la costumbre de interpretar la Torah y sus comentarios hasta en sus ms mnimos detalles con el fin de clarificar su interpretacin. El mentor de Akiba, Nahum ben Gimzo, dirigi sus esfuerzos para lograr un texto fijado hasta en sus ms mnimos detalles. Para Akiba cada letra, slaba y palabra de la Torah era importante y santa. Incluso el ttulo: Torah, inspir diversas interpretaciones sujetas a reglas estrictas.Un criterio tan escrupuloso ante el texto y su interpretacin no poda tolerar la existencia de manuscritos bblicos con otras interpretaciones o textos divergentes. Akiba advirti contra las enseanzas contenidas en los libros incorrectos. Insisti en establecer la tapia de la Tradicin alrededor de la Torah. Otro maestro contemporneo llamado Ishmael urga a los Escribas extremo cuidado, no vaya a ser que omitieran o aadieran una sola letra, porque al hacerlo destruiran la Palabra.A pesar de sus esfuerzos los rabinos nunca consiguieron uniformar totalmente el texto bblic