3
E n los meses anteriores a las elecciones del 24 de mayo, había tres grandes interrogan- tes encima de la mesa: ¿Iba la ciudadanía a pasar factura al PP por su política de recortes y por sus prácticas corruptas? ¿El llamado biparti- dismo continuaría su hegemonía o acentuaría el proceso de desgaste iniciado en las elecciones eu- ropeas? ¿Cuál sería el crecimiento de los llamados partidos emergentes? En la noche electoral, salvo UPyD, todos esta- ban contentos, hasta la propia IU, y parecía que las expectativas de cada cual se habían cumplido. Lógicamente era imposible, ya que el éxito de unos solo podía entenderse en función del fracaso de otros. A medida que han ido pasando los días las cosas parecen más complejas. ¿Y cual ha sido la respuesta a esos tres interro- gantes? Como diría un castizo “ni tanto, ni tan calvo”. Resumiendo: el PP no ha sufrido la derrota que hubiera merecido por sus políticas y actitudes; los dos partidos de referencias del bipartidismo han recibido bastantes menos votos que antes pero mantienen más del 50% del apoyo y a dis- tancia de los siguientes; y los llamados emergentes han avanzado mucho aunque no tantísimo como algunas encuestas habían pronosticado. Pero va- yamos por partes. En primer lugar hay que referirse a la absten- ción. Nos estamos acostumbrando a porcentajes elevados de personas que no ejercen el derecho democrático más importante. Es cierto que en comparación con las elecciones europeas, la par- ticipación ha sido mucho mayor, pero en todo caso que más de un@ de cada tres ciudadan@s con derecho a voto se haya abstenido, con la in- tensa polarización política que se estaba produ- ciendo, no es para estar satisfecho. Todavía hay muchas personas que no encuentran una repre- sentación o una motivación política para ir a votar. Y algo que debemos tener muy presente para no perdernos en espejismos sin demasiado funda- mento: esta vez la abstención ha sido más en el ámbito de la derecha (y de la derecha extrema) que en el de la izquierda, por lo que hay un voto potencial al PP que puede ser recuperado, parcial o totalmente, si la derecha hace un esfuerzo al respecto. En segundo lugar tiene una gran importancia que el PP haya sufrido una sensible caída de votos y sobre todo una previsible fuerte perdida de po- der político, lo contrario hubiera sido incompren- sible en el marco de tantas, tan sostenidas en el tiempo y tan generalizadas por toda España, mo- vilizaciones sociales. Pero a pesar de lo que han hecho en el gobierno del Estado, en las Autono- mías, en los Municipios y en el seno de su propio partido, el castigo electoral no es el que muchas personas imaginaban. NÚM: 72 • JUNIO-JULIO 2015 • 52 Héctor Maravall Pactar para cambios progresistas E l PP no ha sufrido la derrota que hubiera merecido por sus políticas y actitudes; los dos partidos de referencias del bipartidismo han recibido bastantes menos votos que antes pero mantienen más del 50% del apoyo y a distancia de los siguientes

Maravall Páginas 52-54

Embed Size (px)

Citation preview

  • E n los meses anteriores a las elecciones del24 de mayo, haba tres grandes interrogan-tes encima de la mesa: Iba la ciudadana apasar factura al PP por su poltica de recortes ypor sus prcticas corruptas? El llamado biparti-dismo continuara su hegemona o acentuara elproceso de desgaste iniciado en las elecciones eu-ropeas? Cul sera el crecimiento de los llamadospartidos emergentes?

    En la noche electoral, salvo UPyD, todos esta-ban contentos, hasta la propia IU, y pareca quelas expectativas de cada cual se haban cumplido.Lgicamente era imposible, ya que el xito deunos solo poda entenderse en funcin del fracasode otros. A medida que han ido pasando los daslas cosas parecen ms complejas.

    Y cual ha sido la respuesta a esos tres interro-gantes? Como dira un castizo ni tanto, ni tancalvo. Resumiendo: el PP no ha sufrido la derrotaque hubiera merecido por sus polticas y actitudes;los dos partidos de referencias del bipartidismohan recibido bastantes menos votos que antespero mantienen ms del 50% del apoyo y a dis-tancia de los siguientes; y los llamados emergenteshan avanzado mucho aunque no tantsimo comoalgunas encuestas haban pronosticado. Pero va-yamos por partes.

    En primer lugar hay que referirse a la absten-cin. Nos estamos acostumbrando a porcentajeselevados de personas que no ejercen el derechodemocrtico ms importante. Es cierto que encomparacin con las elecciones europeas, la par-ticipacin ha sido mucho mayor, pero en todocaso que ms de un@ de cada tres ciudadan@scon derecho a voto se haya abstenido, con la in-tensa polarizacin poltica que se estaba produ-ciendo, no es para estar satisfecho. Todava haymuchas personas que no encuentran una repre-sentacin o una motivacin poltica para ir a votar.Y algo que debemos tener muy presente para noperdernos en espejismos sin demasiado funda-mento: esta vez la abstencin ha sido ms en elmbito de la derecha (y de la derecha extrema)que en el de la izquierda, por lo que hay un voto

    potencial al PP que puede ser recuperado, parcialo totalmente, si la derecha hace un esfuerzo alrespecto.

    En segundo lugar tiene una gran importanciaque el PP haya sufrido una sensible cada de votosy sobre todo una previsible fuerte perdida de po-der poltico, lo contrario hubiera sido incompren-sible en el marco de tantas, tan sostenidas en eltiempo y tan generalizadas por toda Espaa, mo-vilizaciones sociales. Pero a pesar de lo que hanhecho en el gobierno del Estado, en las Autono-mas, en los Municipios y en el seno de su propiopartido, el castigo electoral no es el que muchaspersonas imaginaban.

    NM: 72 JUNIO-JULIO 2015 52

    Hctor Maravall

    Pactar para cambios progresistas

    El PP no ha sufrido la derrota quehubiera merecido por sus polticasy actitudes; los dos partidos dereferencias del bipartidismo han

    recibido bastantes menos votos que antespero mantienen ms del 50% del apoyo y adistancia de los siguientes

  • A veces en la izquierda confundimos nuestrosdeseos con la realidad y pensamos que todo elmundo esta movilizndose y que todo el mundoest en contra de las polticas del PP. Y no. Paselo que pase, hagan lo que hagan, la derecha enEspaa tiene un slido suelo electoral y es previ-sible que recuperen espacio para las eleccionesgenerales a poco que hagan algunos cambios deimagen, de candidatos y que la irregular recupe-racin econmica siga adelante.

    La izquierda en sus diferentes opciones ha re-cuperado terreno en su conjunto, pero el puntode partida era tan bajo, sobre todo tras la debaclede los socialistas en el ao 2011, que tampoco hayque exagerar el avance. Espaa ha girado suave-mente a la izquierda o mejor dicho a la regene-racin democrtica y al avance social.

    Ha habido un notabilsimo xito de PODEMOS,de las diversas formulas unitarias progresistas enel mbito municipal y un sustancial crecimientode COMPROMIS y de alguna otra fuerza nacio-nalista de izquierdas (aunque tambin hay quesealar un ligero retroceso de Bildu y ms fuertedel BNG). Pero esos avances no son en s sufi-cientes, al estar afectados por el desastre de IU yel retroceso en votos del PSOE. Por lo que el giroa la izquierda solo ser tal, si cristaliza en pactosque permitan transformar en accin lo que se halogrado en las urnas. Habr que esperar para versi toda la izquierda se comporta con inteligenciapoltica, para consumar en cambios de gobiernosy de polticas el apoyo electoral recibido.

    Y en ese panorama hay una nefasta realidad: eldesastre de IU. No puede ser un consuelo el ma-nejo de los datos de concejales que hizo Cayo Larala noche del 24 de mayo. Ni son admisibles losataques feroces que diversos sectores de IU se es-tn dirigiendo para explicar la derrota electoral,lo que presagia una mala digestin de la misma.Porque si el desastre se hubiera limitado a Madrid,podra vincularse a la guerra interna o en otrosentido relacionar los resultados de Extremaduracon su inexplicable actitud sosteniendo al PP.Pero la desaparicin en la Comunidad Valencianao en Murcia y la reduccin en otras ComunidadesAutnomas (con la nica resistencia digna en As-turias), reflejan que los problemas de IU son defondo y generales.

    Lo peor del caso es que mucha gente de izquier-das ha dejado de ver a IU como una opcin a con-

    siderar. Es verdad que en la noche del 24 de mayopersonas que votaron a Gabilondo o a PODEMOSse han lamentado de que IU se haya quedadofuera de la Asamblea de Madrid, lo que ha impe-dido que la izquierda logre la mayora absoluta.Pero son ms quienes piensan que votando a IU,han tirado su voto a la papelera. Y a ver quien lesconvence de lo contrario en las elecciones gene-rales. En otras palabras, IU ha dejado de contar

    como una opcin real para buena parte de la ciu-dadana progresista que no entiende y est hartade las guerras fratricidas que parecen ser el sinode la izquierda de tradicin comunista (y no soloen nuestro pas).

    Es cierto que IU aun conserva muchos cargospblicos y cierta presencia institucional, pero larefriega poltica que se avecina puede ser la pun-tilla. Como tambin lo puede ser ese espejismode hacer ahora guios a toda prisa a PODEMOSy a las plataformas unitarias que en mayor o me-nor medida estos han impulsado. O mucho meequivoco o PODEMOS va a decir a IU que si quie-ren pactar con ellos, lo mejor es ir entrando deuno en uno, con el DNI en la boca y ya se vera. Yes lgico. Ellos son los ganadores y no se sueleser generoso con los perdedores.

    IU solo puede recuperar credibilidad y apoyossi logra la paz interna y realiza una profunda re-novacin de formas y de comportamiento internoy externo, sin olvidar que, como ha demostradoManuela Carmena, la renovacin no es una meracuestin de poner jvenes en la direccin o en laslistas sino de cambiar de actitudes.

    IU debe hacer una reflexin, rpida, pero serena,rigurosa y sin orejeras y pensar en la mejor estra-tegia para el triunfo de las fuerzas progresistas enlas elecciones generales, que ni puede ser una copiamimtica de las experiencias municipales unitariasni tampoco un empeo dogmtico en presentarse

    NM: 72 JUNIO-JULIO 2015 53

    El giro a la izquierda solo ser tal,si cristaliza en pactos quepermitan transformar en accinlo que se ha logrado en las urnas.

    Habr que esperar para ver si toda laizquierda se comporta con inteligenciapoltica.

  • en solitario. Pero tambin IU debe mirar mas lejosy asumir que hoy y mas aun en el futuro, la iz-quierda en Espaa va a ser ms plural, en ella IUva a estar en franca minora, y tendr que moverseevitando tanto el autismo dogmtico como el se-guidismo apresurado. Y desde luego la militanciay direccin de IU no debera descartar que en losprximos aos tenga que optar entre ser cabezade ratn o rabo de len.

    En lo que respecta a PODEMOS, aunque es po-sible que se haya quedado lejos de sus expectati-vas, lo importante es que ha conseguido un triunfoincuestionable para una organizacin que hacealgo ms de un ao casi no exista. Ahora tienenuna enorme y difcil responsabilidad ante s. De-ben ser exigentes y firmes en las negociaciones,para no desdibujarse ni perder la confianza desus seguidores, sabiendo muy bien donde est laraya que no pueden cruzar, que es sustituir a losgobiernos del PP y posibilitar alternativas de pro-greso. En ese proceso de negociacin y en el di-seo de su estrategia de cara a las elecciones ge-nerales y mas all hacia el prximo futuro,PODEMOS tiene que conseguir hacer compatiblessus dos almas, implicarse en la gobernabilidady no desligarse de sus bases. En ese sentido quizspodran estudiar que ha pasado con Bildu en SanSebastian y en general en el Pas Vasco, donde laexperiencia de gobierno no les ha dado rditoselectorales. Lo que si parece es que el equipo dePablo Iglesias tiene gran olfato poltico y aprendemuy rpido, no hay ms que ver la sordina quehan puesto con el tema de la casta.

    Para los socialistas, ms all del exagerado op-timismo de su Secretario General y de muchos desus dirigentes, el resultado es agridulce. Han te-nido el peor resultado en muchos aos y perdido700.000 votos, que no es poca cosa, pero segura-mente van a recuperar bastante poder polticoautonmico y en menor medida municipal. Elelectorado les ha dado una nueva oportunidad derecuperarse, pero con unas condiciones muy cla-ras. Salvo excepciones, ese poder poltico ya no loser en exclusiva y tendrn que pactar y ademscumplir lo pactado, algo a lo que no estn muyacostumbrados.

    El PSOE tiene muy importantes agujeros ne-gros, en especial en las grandes ciudades y entreel electorado mas joven y dinmico, es decir entreel futuro. Tienen que asumir otra forma de go-

    bernar, de ser fieles a sus compromisos con susvotantes y a los pactos que puedan alcanzar consus posibles aliados polticos, incluido PODEMOS.Y deben abandonar tics prepotentes que estn ca-racterizando a algunos de sus mximos dirigentesy muy en especial Susana Daz, porque as no fa-cilitarn un clima de negociacin positiva.

    Los socialistas tienen que recordar las expe-

    riencias positivas de los ayuntamientos de iz-quierda formados en 1979 y olvidarse de algunasactitudes prepotentes que en los ltimos aosfrustraron gobiernos de coalicin en Asturias, Ba-leares y sobre todo en Andaluca.

    Por ultimo tenemos a Ciudadanos. Otro indis-cutible xito, que nadie puede minusvalorar.Ahora tienen que montar un partido en toda Es-paa y acertar en sus pactos, donde tendrn quehilar finsimo. Albert Rivera es un poltico muycapaz, a pesar de sus errores y falta de experien-cia, y debera aprender en cabeza ajena, aplicandoen su propia casa las buenas practicas de regene-racin democrtica que defiende, evitando lastentaciones presidencialistas que tan caro le hacostado a Rosa Diez. Que Ciudadanos no son decentroizquierda es evidente, pero tampoco van aser, como dicen algunos, la muleta o marca blancadel PP, porque eso sera suicida y Rivera no tieneprecisamente esa vocacin.

    En definitiva estamos ante un evidente cambiopositivo, que aun debe concretarse en nuevos go-biernos y nuevos programas, que, una vez ms,refleja que la movilizacin social siempre sirve yantes o despus da resultados. Pero en todo caso,no hay que dormirse en los laureles, porque laselecciones generales no estn ni mucho menosdecididas y esperemos que en los prximos meseslas buenas experiencias de gestin en las autono-mas y ayuntamientos que han tenido cambio pro-gresista, ayuden al cambio en el Estado. 3

    Madrid, 3 de junio de 2015

    NM: 72 JUNIO-JULIO 2015 54

    El PSOE tiene muy importantesagujeros negros, en especial enlas grandes ciudades y entre elelectorado mas joven y dinmico,

    es decir entre el futuro.