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EDUCACIÓN Y SOCIEDAD Por José María Mardones http://www.pue.uia.mx/docedu/revista/revistaDOS/estudios.ht ml Índice I. EDUCACIÓN Y SOCIEDAD: SENTIDO MEDIADOR DE LA EDUCACIÓN. 1. Una sociedad necesitada de educación 2. Mediaciones y tareas para la educación 3. Senecesitan maestros II. EDUCAR PARA UNA SOCIEDAD MÁS HUMANA 1. La utopía de lo humano 2. Tareas para humanizar la sociedad económica actual 3. Algunas pistas educativas 4. La humanización de la cultura 5. Una educación para una sociedad más humana o una educación para la fraternidad

Mardones, J.M.-Educación y sociedad

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Estudios y ensayosEl ensayo "Educación y Sociedad", realizado por el Dr. José María Mardones, investigador en el Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid, en las áreas de Filosofía Política y de la Religión.

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EDUCACIÓN Y SOCIEDAD

Por José María Mardones

http://www.pue.uia.mx/docedu/revista/revistaDOS/estudios.ht

ml

Índice

I. EDUCACIÓN Y SOCIEDAD: SENTIDO MEDIADOR DE LA EDUCACIÓN.

1. Una sociedad necesitada de educación

2. Mediaciones y tareas para la educación

3. Senecesitan maestros

II. EDUCAR PARA UNA SOCIEDAD MÁS HUMANA

1. La utopía de lo humano

2. Tareas para humanizar la sociedad económica actual

3. Algunas pistas educativas

4. La humanización de la cultura

5. Una educación para una sociedad más humana o una

educación para la fraternidad

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Bibliografía

I. EDUCACIÓN Y SOCIEDAD: SENTIDO MEDIADOR DE LA EDUCACIÓN.

A la altura del siglo XXI, ¿qué media hoy la educación, o

mejor, qué está llamada a mediar? La cuestión equivale a

plantear los retos y tareas de la educación en la sociedad

que nos toca vivir. Casi es lo mismo que preguntar por el

generalísimo "¿educar para qué en las circunstancia

actuales ".

En una sociedad que semeja una corriente turbulenta no

podemos aspirar más que a visiones o perspectivas

tentativas fruto de la atención a la sociedad y cultura que

nos toca vivir y de las expectativas que despierta la tarea

educativa vista desde este nuestro Occidente desarrollado.

Justamente en momentos como los actuales nos asalta la

paradoja de advertir, por una parte, la incapacidad de la

educación para responder a las demandas de una sociedad y

cultura inciertas y, por otra, la urgencia y necesidad de

una educación para un tiempo de riesgo, incertidumbre y

desorientación pero también de novedad en el horizonte.

Con esperanza y turbación, ánimo y temor, como se enfrentan

todas las tareas realmente humanas, confrontamos algunas de

las características de esta sociedad donde la educación es

más deseada y su tarea presente y futura más necesaria..

1. UNA SOCIEDAD NECESITADA DE EDUCACIÓN.

Vamos a simplificar mucho la cuestión en aras de la

brevedad y el espacio: ¿qué rasgos ofrece la sociedad y la

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cultura actuales que representen una demanda urgente para

la educación?

Nuestra respuesta va a acentuar tres rasgos únicamente de

nuestro momento socio-cultural, aquellos que creemos

presentan un reto y una tarea impostergable para la

educación de hoy y mañana. Aceptamos, pues, a sabiendas, la

simplificación y hasta unilateralidad que significa reducir

la complejidad de nuestra sociedad tardo-moderna,

globalizada, de la exclusión y desigualdad neoliberal, del

riesgo, la incertidumbre, la sociedad digital y un largo

etcétera descriptivo, a una escuálida trinidad de rasgos

generales y pretendidamente constitutivos. La reducción

tiene en este caso una cualidad ejemplar: desde estos

rasgos, con sus desafíos y tareas, barruntamos la

actualidad, necesidad y urgencia de la educación hoy. Es

decir, respondemos a la pretendida primera parte de la

paradoja acerca de la inutilidad e incapacidad de la

educación y ofrecemos alguna respuesta sobre la mediación

de la educación en la sociedad actual.

Sociedad de individuos condenados a la biografía.

Nuestra sociedad actual exalta al individuo hasta el

paroxismo. Vivimos la nietzscheana tarea de tener un mundo

propio, unas creencias propias, un sentido propio, unos

valores propios y hasta un "Dios" propio. Estamos

condenados no sólo a la elección, como ya vio Max Weber, en

una sociedad inevitablemente pluralista, sino a hacer

nuestra propia vida. Ya no se puede vivir de la repetición

o el seguimiento de una tradición, de un estilo de vida y

valores probado; hoy hay que construir la vida personal de

una forma original y única, experimental. A todos,

especialmente a los jóvenes, se les propone la tarea de

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"ser uno mismo" en el sentido propio e irrepetible. Estamos

condenados a la biografía, al peregrinaje de la identidad

personal. Hay que construir un relato biográfico que

responda al querer hacerse de uno mismo.

Tarea ardua. Porque no se nos tiene que ocultar que nuestra

sociedad que exalta la construcción individualista es una

sociedad que dicta, frecuentemente de forma impositiva, es

decir, dictatorial, el camino, y hasta los pasos, por el

que deben andar las personas. El individuo en la sociedad

actual está también "condenado" a unos ritmos de vida,

comportamientos y hasta estilo e indumentaria por la red

institucional que apresa a los individuos como moscas entre

las ruedas de su engranaje. El trabajo, la economía, la

burocracia, el ocio y hasta la misma educación, imponen

unos horarios, unos ritmos "litúrgicos", inexorables y

hasta esclavizantes. Asistimos a la paradójica situación

que el sociólogo alemán Ulrich Beck ha denominado

"individualismo institucional". Un individualismo exultante

que se tiene que realizar en medio de un entramado de

instituciones férreamente diseñado.

La cuestión o cuestiones que despierta esta situación de

nuestra sociedad, donde se anudan una multitud de

dinamismos y contradicciones, es cómo hacerse uno mismo en

esta situación: cómo elegir y cómo lograr ese objetivo de

ser uno, escribir su propia biografía, en medio de la

maraña institucional que condiciona hasta la imposición

unos modos de pensar, comportarse, disfrutar y consumir.

¿La era del individualismo biográfico será también un

tiempo sin maestros ni guías o, más bien, necesitará de un

acompañamiento avezado que ofrezca el ejemplo, el consejo y

hasta la experiencia con la libertad y la persistencia del

buen acompañante? ¿Estamos ante el fin de la educación o

ante el principio de su renovación para responder a la

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necesidad de ayudara formar seres humanos, personas, en

esta situación socio-cultural contradictoria?

Sociedad del giro vertiginoso.

Nuestra sociedad, se repite hasta la saciedad, está

sometida a rápidas transformaciones, a un cambio acelerado.

Semeja un tío vivo girando frenéticamente. Estamos en el

vórtice de un tornado. No hay más que pensar un poco en uno

de sus más poderosos dinamismos: la ciencia actual. Existen

hoy más científicos que en todas las épocas anteriores

juntas. El número de innovaciones o descubrimientos es tal

que no da tiempo a la prueba ni el control social. Cuando

se quieren saber o controlar sus consecuencias no queridas

ya es demasiado tarde: sus efectos están ya actuando. No

hay tiempo de asimilación social. Antaño el ritmo de

innovación permitía su asimilación e integración social y

cultural. Actualmente el ritmo de cambio atropella al

tiempo socialmente necesario para su asunción. Si la

sociedad ya no controla su propia producción científico-

técnica, menos lo puede hacer el individuo que está

expuesto a los efectos sin escudo protector alguno.

La tecno-ciencia es un ejemplo, sin duda muy relevante, del

tipo de sociedad que estamos engendrando: una sociedad

vertiginosa e incontrolada. La ciencia ya no puede preveer

ni siquiera su propio futuro ni las consecuencia de su

desarrollo. El episodio de las "vacas locas" no es, ni

será, un caso único. Parece ser un aviso del futuro que nos

espera. J. Baudrillard diría que la tecno-ciencia ha

alcanzado la velocidad límite como para escaparse al

control de la fuerza de la inercia social; vaga errática

por los espacios socio-culturales.

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¿Necesitamos la educación en estos momentos de vértigo

socio-cultural o la desechamos como pieza de museo

inservible? ¿Cómo nos serviremos de la institución

educativa en un tiempo de aceleración de la innovación

técnica y científica? ¿Quién o cómo proporcionar sentido en

un mundo donde el giro instrumentalista y funcional nos

marea hasta el enloquecimiento? ¿Cómo humanizar esta

tecnociencia en la época de las posthumanidades?

Sociedad necesitada de una elevación moral

Saquemos algunas consecuencias morales de lo entrevisto

hasta ahora y que se puede y debe alargar a otros muchos

procesos de nuestra sociedad y cultura. Quizá terminaremos

denominando a nuestra sociedad y cultura de la

globalización neoliberal, como hace E.Morin , de la

incertidumbre, o diremos que asistimos al redescubrimiento

de la contingencia y el riesgo generalizado, como ha

propalado U.Beck , o pensemos que estamos en una modernidad

licuada, como Z.Bauman , o acabaremos hablando más directa

y expresivamente de una sociedad desbocada e incontrolada

al estilo de I.Ramonet y A.Giddens . Comprendemos

denominaciones y calificaciones que son al mismo tiempo

etiquetas de diagnósticos sociales.

Si miramos esta situación social desde la mirilla moral

muchos coincidirán con C.Offe, Ch. Taylor y otros muchos y

dirán que estamos ante la necesidad de un salto moral.

Precisamos de un cambio de vida para estar a la altura de

las circunstancias. Para integrar los cambios o bien

detenerlos; para ser capaces de tomar la determinación de

un desarrollo sustentable o de una autorrestricción

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inteligente que no ponga en riesgo ni la biosfera ni la

atmósfera cultural, que permita a los individuos ser, tener

memoria y sentido, participar en la asimilación de lo

nuevo, aceptar, sin miedo, al otro diferente, la mezcla

cultural, racial, superar las enormes desigualdades e

injusticias de nuestro mundo del triunfante capitalismo

globalizado neoliberal…Para todo esto, donde se juega el

futuro de la emigración, de la profundización democrática,

de la soledad de muchos seres humanos y también el control

de las finanzas y de la justicia mundial, hasta de una

circulación con menos muertos, necesitamos cambiar de

valores y actitudes: ser más cooperativos, más

responsables, más solidarios, más atentos al bien común,

más austeros, más desprendidos,…

Ahora bien, invocar un cambio de estilo de vida quiere

decir que estamos apelando a una visión diferente de la

vida y el mundo, a unas actitudes y comportamientos

diversos, a unos valores solidarios. ¿Tendrá algo que ver

la educación con este proceso? ¿Quiénes serán los

encargados de ayudar al tránsito de unos valores a otros,

de una cosmovisión a otra, de un proyecto social e

individual a otro? ¿Soñamos utopías como ilusiones o

proyectamos una sociedad con perspectivas más humanas para

un tiempo de grandes desafíos? ¿Quién ayudará o mediará en

este proceso?

2. MEDIACIONES Y TAREAS PARA LA EDUCACIÓN.

Entrevemos ya que la educación y los educadores no se

quedarán sin tarea en la sociedad que avistamos. Al revés,

crecen los desafíos y tareas hasta convertir a la educación

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y los educadores en una esperanza salvadora. Esta es la

cara abultada hasta la hinchazón enfermiza de una sociedad

que deposita y carga sobre la educación una serie de

expectativas imposibles de cumplir. Se echa sobre los

hombros de la educación una responsabilidad que es general

y que, a menudo, la política, la economía, la organización

y hasta los profesionales no quieren apoyar ni con un dedo.

Presentamos, por tanto, unas cuantas demandas a las que la

educación puede y debe responder ante el emplazamiento de

un tiempo social y cultural desafiante y lleno de

interpelaciones. Unas propuestas que quisieran ejemplificar

unas posibilidades y urgencias educativas, anudadas

alrededor de los signos del individualismo

institucionalizado, de la incertidumbre del momento y del

cambio de valores y de estilo de vida que reclaman

Mediar el sentido de la vida

V. Frankl - el fundador de la tercera escuela de

psicoterapia vienesa, la logoterapia- repetía hasta su

muerte que el problema de nuestro tiempo, "la neurosis

colectiva actual", eran "las frustraciones existenciales".

Lo que urge de verdad hoy no es este o aquél problema

sexual, sino el problema del sentido de la vida.

Se comprende que la falta de sentido sea una de las graves

cuestiones para la mayoría de la gente de nuestros días y

de las jóvenes generaciones dado el clima de relativismo

cultural que vivimos y la debilidad cuando no la carencia

de tradiciones que guíen sus actos. La consecuencia de esta

situación es que en la edad de la exaltación individualista

la mayoría sólo desea hacer lo que hacen los demás. El

conformismo, el gregarismo y la imitación masiva se imponen

a través de la publicidad, el consumo y los medios de

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masas, mucho más que la realización de una biografía

personal. Se hace lo que hace la mayoría.

Para resolver, más que la paradoja de nuestro momento que

empuja hacia la realización de la propia vida y que termina

siguiendo los dictámenes de la publicidad y el mercado, el

vacío existencial de la vida, se precisan ayudas y

mediadores. La ciencia no responde al sentido de la vida,

ya que éste no pertenece a los límites del mundo empírico.

Se requieren educadores "parteras" que ayuden a su

manifestación. Se necesita que la vida se manifieste como

pregunta y el ser humano como interrogado. Sin educadores y

sin clima que saque del silencio actual las preguntas que

espoleen al ser humano para ser él mismo y construir una

vida propia, no hay ni vida interior, ni integración

personal ni autorrealización ni relato biográfico digno de

este nombre.

Necesitamos una educación que recupere el "humus" humanista

de las preguntas totalizantes y posibilitantes del sentido

de la vida en un momento "posthumanista" de fragmentación

de sentido y de relativismo valorativo( E.Morin, G.Steiner

). Volver sobre la "sabiduría " de la vida, mediar y

revitalizar lo que ayer ejercitaban casi automáticamente

las tradiciones religiosas y hoy queda al aire sin postor.

Necesitamos una pedagogía del enriquecimiento existencial,

del sentido, de la vida interior de la persona, del cultivo

del humano, del por qué del porqué (M. de Unamuno).

Crecen hasta la inundación el número de publicaciones

dedicadas a los problemas del yo, la autoestima, el respeto

y la confianza hacia sí mismo,...un síntoma claro de las

preocupaciones y enfermedades de nuestro tiempo ¿Quién nos

ayudará o mediará para llegar a ser lo que somos?

Nuestro momento está pidiendo a voces una educación en el

sentido de la vida que proporcione una brújula para

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orientarse y poder ser uno mismo. Una educación que , como

toda formación profunda, será ofrecida en libertad y

mediante el testimonio de vida. Educar en el sentido de la

vida equivale a decir al otro, educando: responde de ti

mismo, con la mente, el corazón y las manos, es decir, con

todo tu ser, a lo que desde el fondo de ti mismo escuchas

que te llaman a ser. Y para ello tienes que prepararte: ser

disciplinado, modesto, persistente, cuidadoso, atento a los

demás y a la voz que resuena en tu corazón,...

Mediar la libertad en la maraña institucional.

Hemos visto que la amenaza real al proyecto propalado en

nuestra sociedad de autorrealización personal y de vida

propia yace en los férreos condicionantes institucionales

de nuestra sociedad. Todo el discurso individualista puede

quedar en mera redundancia ante la dictadura institucional

que sólo deja las migajas de la "vida privada" a la libre

decisión del individuo. Urge descubrir la libertad en medio

de la maraña institucional. Ser libre en el "campo

concentracionario" (G.Agamben) de nuestra sociedad que

conduce prácticamente al totalitario "hacer lo que los

demás desean".

La tarea educativa actual está llamada a aportar ayuda al

ser humano en este proceso de ejercitar la cacareada y

exaltada decisión propia. Una libertad para poder construir

la propia biografía, el relato propio y auténtico de una

vida. Una tarea nada fácil, en ningún tiempo, pero

particularmente urgente en un momento de condicionamientos

tan plurales y sofisticados que envuelven al individuo y lo

amarran al suelo de lo que tenemos.

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La educación y los educadores tienen hoy la tarea de seguir

apostando por la libertad y su ejercicio. Y están

desafiados a confrontarse con las amenazas del conformismo

institucionalizado. Formar individuos que realmente sean

ellos, sepan para qué pueden vivir y no acepten plegarse a

lo que hay. Educar en una clara rebeldía frente a lo dado

para poder ser verdaderamente uno mismo. Imaginar salidas

por los pliegues y los resquebrajamientos institucionales,

incluso saber aprovechar su mismo dinamismo, para poder

ejercitar la libertad. Idear una didáctica de la formación

en el espíritu crítico para desvelar la asechanzas de la

publicidad y de las presiones de la masa, de los medios de

comunicación y de las modas, de las ideas preconcebidas o

del silencio de las ideologías y hasta del pensar.

Mediar una identidad abierta en un momento multicultural.

El pluralismo cultural y cosmovisional es una realidad de

la vida actual ¿Cómo ser uno mismo en la pluralidad de

visiones, ofertas de sentido, comportamientos y valores? La

educación hoy tiene que colaborar a formar individuos

capaces de vivir en la pluralidad, respetar las diferencias

de los otros pero no diluirse en una suerte de identidad

difusa y de adaptación líquida.

Hablamos de identidades abiertas con irisaciones plurales y

capacidad permanente de aprendizaje y autocorrección. Tarea

bien humana de construcción propia. El desafío y tarea

educativo visto desde esta perspectiva se puede denominar

cooperar en la formación de identidades abiertas pero bien

estructuradas; ayudar a tener señas de identidad claras y

visibles y , al mismo tiempo, apertura para enriquecerse

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con las aportaciones de los otros; ser inclusivos pero con

discernimiento.

En el fondo estamos avistando una educación en la verdadera

tolerancia: el tomar en serio al otro y tomarme en serio yo

mismo; ser capaz de cuestionar mi sentido y orientación y

la del vecino, sin por eso cerrarme en banda ni plegarme a

cada requerimiento.

Mediar la formación de individuos responsables.

Nuestro mundo no sanará de sus infecciones sólo mediante

procesos de curación social No hay que olvidar éstos pero

no debemos desconocer que incluso muchos problemas

estructurales demandan hoy un cambio de estilo de vida., es

decir, un cambio de valores y de actitud moral en las

personas. Sin esta revolución personal no hay futuro para

un cambio social. Ch.Taylor repetía recientemente que los

problemas de nuestro tiempo son prácticos. No se juegan

tanto en el terreno de las discusiones argumentales cuanto

en el terreno de los comportamientos y actitudes, del

estilo de vida. De ahí que considere que un tema urgente de

la moral actual sea la cuestión de la motivación. ¿Cómo

estimulamos para que se cambie el estilo de vida, es decir,

de valores y comportamiento?

La educación actual que sea consciente de esta situación

tiene que esforzarse por motivar un cambio sustancial en el

estilo de vida: de actitudes consumistas a austeras, de

despreocupadas con lo que me rodea a interesadas, del

escapismo evasivo a la implicación, de la indiferencia a la

participación,...

Podemos decir resumiendo que la tarea actual de la

educación sería formar individuos responsables y

cooperativos que ayuden a una profundización democrática y

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un cambio de estilo de vida. La necesitada formación del

ciudadano transita hoy por esta tarea educativa de sentar

las bases de unas actitudes y comportamientos que son los

cimientos de cualquier pensable cambio social en

profundidad. Para ello el educador deberá plantearse cómo

educa los ojos, la mirada, del educando y su sensibilidad

para ver el rostro doliente de los otros, el sufrimiento de

los débiles y excluidos de esta sociedad y moverle el

corazón para participar responsablemente en la superación

de estas lacras humanas. Al fondo late una concepción del

ser humano: somos seres por y con los demás. Al principio

está la solidaridad y la responsabilidad.

Mediar la colaboración solidaria.

La conciencia de nuestro ser persona acentúa el ser-con-

otros. La socialidad es una dimensión del individuo; el yo

no se configura sin el tú; incluso la primacía está en el

otro y no en el yo (Levinas). Hay que recordarle al

individualismo desaforado de nuestro tiempo estas verdades

elementales. Y hay que ponerlas en acción si queremos tener

verdaderos individuos, personas ( E.Mounier ).

La educación está siempre instada a esta tarea de formar

verdaderas personas, individuos realmente tales. Hoy

necesitamos, si cabe, una conciencia suplementaria para

hacer frente a las necesidades de un mundo en transición .

Sin sensibilidad solidaria, que es mucho más que mero

movimiento emocional compasivo, no habrá salida par los

problemas de nuestro mundo, para las tremendas

desigualdades Norte/ Sur, como para las injusticias y

sufrimientos que acarrean el trato del día a día, del

volver la cabeza ante el desconocido, del olvido de la

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exclusión de los que viven al lado, de la soledad del

vecino de enfrente,...

Sin duda el educador deberá apoyarse en la sensibilidad y

la actual proclividad al asistencialismo movido por las

razones del corazón, pero debe tratar de insertar la

solidaridad en las raíces sociales constitutivas de la

hermandad radical humana y de la constitución del ser

persona. Sin el otro no somos ni hay realización propia, ni

democracia, ni felicidad, ni vida social humana.

Un logro extraordinario de la educación en este tiempo de

la ansiedad mercantilista sería el ayudar a formar niños y

jóvenes con menor ansiedad compulsiva. Menos ansia de

tener, poseer, consumir, exhibir,...Trasladar a educandos y

a padres que con menos se puede ser más feliz. La

solidaridad comienza necesitando menos cosas para vivir.

Haremos frente así a esta generación de seres ansiosos y

deseantes que solo pueden ser consumiendo más y más. La

educación en la solidaridad tiene que plantear un proyecto

de vida humana donde la cultura de la moderación y la

austeridad-como proclamaba I.Ellacuría- sea una utopía

civilizatoria realizable.

Mediar la tolerancia

Nuestro mundo multicultural todavía tiene muchas nostalgias

de uniformismos religiosos, morales, ideológicos, etc. Se

habla de respeto al otro y hasta de enriquecimiento con sus

propuestas pero, finalmente, todos queremos quedarnos con

nuestro estilo de vida e imponerlo a los demás.

El desafío que viene tiene el nombre de la inmigración

indetenible y de la contaminación imparable. Y no estamos

preparados para hacer frente a una sana integración de este

pluralismo cultural, religioso, ...Hay que disponer las

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mentes y los corazones. Los educadores tienen tarea: tanto

para ayudar a los pobres que llegan como para abrir los

ojos y la sensibilidad de los autosuficientes que los

reciben a regañadientes o con rechazo manifiesto. La

educación está ante el desafío que en abstracto denominamos

de la aceptación del otro y que en concreto tiene la tarea

de ayudar a la convivencia con rostros, color y hasta olor

bien definidos.

La educación tiene en nuestro país y en Europa el reto y la

gran tarea de sentar las bases de una sociedad y de una

cultura multicultural, mestiza, en la cual las personas se

encuentren y acepten como tales y colaboren en la creación

de una convivencia social más humana por universalista,

respetuosa con el diferente y , por tanto, verdaderamente

tolerante .

Mediar la esperanza para sobrevivir.

La educación siempre media esperanzas para vivir. Y estamos

en un momento donde la incertidumbre y el riesgo nos rodean

de tal manera que expresamos mínimos de esperanza de

sobrevivencia. Sin esta base de fe confiada en el ser

humano no hay posibilidad de mirada hacia el futuro; sin un

mínimo de sentido compartido y de voluntad de realización

no tendremos ni horizonte ni ganas para seguir adelante.

Porque sólo desde la esperanza en un sentido mayor y mejor

en el futuro se puede vivir humanamente.

La esperanza tiene que engendrar esperanzas concretas y

planteamientos de vida.humana. A estas esperanzas se agarra

la libertad y la responsabilidad para hacerse proyecto

práctico y caminar humanizante.

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La educación está desafiada a proporcionar este sentido

esperanzado en el ser humano y la vida. Y depositar las

semillas en las mentes y corazones para que se traduzcan en

expectativas y actitudes, comportamientos y líneas de vida

que proporcionen un futuro mejor a todos y cada uno. La

educación es hoy ese recurso humano para transmitir y

comunicar a los otros, y a nosotros mismos, que merece la

pena vivir, ser hombre, abrirse a los otros y lo Otro.

La educación que media la esperanza radical que permite

vivir al ser humano es la condición de supervivencia de la

humanidad y de un camino de enriquecimiento interior que

desvele la Esperanza que habita en las entrañas del ser

humano.

3. SE NECESITAN MAESTROS.

Al final de cualquier proyecto educativo se tiene que

terminar apelando a los que lo van a llevar a cabo. Ninguna

reforma educativa bastará por sí sola para proporcionarnos

lo más necesario: los educadores adecuados. Por esta razón,

no está demás que terminemos solicitando lo obvio:

necesitamos maestros. Tenemos muchos y buenos profesores de

diversas materias. No son superfluos, pero no bastan. Hoy

necesitamos, para hacer frente a los desafíos de la

sociedad y cultura, maestros. Es decir, hombres y mujeres

que encarnen estilos de vida, ideales, modos de realización

humana, es decir, relatos biográficos en carne y hueso.

Sabemos que todo profesor, y no profesor, dice más que lo

que literalmente verbaliza. Ese plus de significatividad es

captado a través de la manifestación de la persona en la

comunicación más trivial. Siempre hay testimonio en la

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comunicación humana; siempre expresamos más que lo que

decimos. De ahí la importancia de quien está expuesto todo

el día ante el niño y el joven: finalmente transmite algo

de lo que es.

Necesitamos maestros que encarnen de alguna manera el tipo

de hombre que perfilamos en nuestro breve diseño educativo.

Sin educadores que posean orientación y sentido, esperanza

en el ser humano, actitud abierta y solidaria, compasión

efectiva, sentido crítico frente a lo dado y búsqueda de un

ejercicio de la libertad responsable, no hay esperanza para

la educación ni mediación social alguna. La mera ingeniería

educativa no basta. El diseño educativo por más sofisticado

y de interiores que sea termina en la bancarrota sin la

presencia del maestro, del ser humano que encarne y ofrezca

al otro gratuita, libre y confiadamente, con el cuidado del

acompañamiento amistoso, el crecimiento y la realización de

la propia vida con los demás.

II. EDUCAR PARA UNA SOCIEDAD MÁS HUMANA.

1. La utopía de lo humano.

1. Entiendo lo que se me ha pedido como un ejercicio de

interpelación y utopía. De interpelación de la realidad a

la educación y educadores hoy y de utopía en cuanto se mira

la educación como elemento no sólo de adaptación a lo que

hay sino de transformación de esta sociedad en una sociedad

mejor o más humana. Estamos ante la llamada de una

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educación para ser más humanos y para hacer de la educación

una tarea de humanización.

2. No desconozco que cuando ponemos el punto de mira en una

"sociedad más humana" inmediatamente se puede disparar la

discusión acerca de qué es lo humano. Y eso puede depender

de posicionamientos ideológicos, de visiones del mundo y

del hombre. Pero podemos obviar la disputa apelando a lo

que podemos llamar el "consenso implícito" alcanzado ya

acerca de lo humano. Es decir, a las aspiraciones

generalizadas en nuestra sociedad acerca de qué es lo

humano y qué se desea que cambiara o mejorara. Me parece

que con diferencias de diagnóstico en cada caso, pero a la

altura del tiempo que vivimos, ya no podemos por menos que

desear que una sociedad más humana sea una sociedad que

avance en la dirección de la libertad, la justicia, la

igualdad, la solidaridad, la fraternidad, la tolerancia y

la felicidad generalizadas. Hoy cuando pensamos en

conceptos o ideas como humanidad, pensamos en todo el

género humano, en una mejora que afecte no sólo a unos

pocos , sino a los más, a todos, los de este mundo nuestro.

Es decir, pensamos globalmente, aunque tengamos que actuar

localmente, según el adagio actual al uso.

3. El problema que se nos plantea proviene de la realidad

misma. ¿Es posible hoy pensar en una educación para una

sociedad más humana?

Hay quienes quisieran quitarnos la funesta manía de pensar,

porque ya no tendríamos que ocuparnos de tan odiosos

menesteres. Sencillamente avistamos en breve la realización

de la utopía por obra y gracia de la denominada

globalización del mercado neoliberal. Son los que cantan

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todavía "el fin de la historia", una suerte de utopía

hegeliana pero en versión neoliberal.

Para otros , sin embargo, sería inútil todo esfuerzo de

pensar en mejorar lo que hay, porque la corriente que nos

arrastra es tanta y tan fuerte que no hay esperanza de

torcer la dinámica de los hechos. Sólo cabe en todo caso

atrincherarse y resistir; o adaptarse a vivir lo menos

desesperanzadamente estos últimos tiempos de residuos

utópicos.

Contra unos y contra otros, persistimos en el intento de

pensar y de recibir interpelaciones y de no clausurar la

historia antes de tiempo. Podemos y debemos pensar en otra

sociedad y aunque el cambio de sistema o la alternativa sea

larga, sin embargo, tenemos ya que pensar, al menos, en

cómo hacer más humano el vivir de la mayoría de los seres

humanos. Si además, somos educadores y de la raza utópica

de Vds la necesidad se debe convertir en virtud.

4. En mi análisis voy a destacar dos aspectos únicamente:

echaré una mirada a la dimensión económica y a la cultural

de nuestra sociedad. Mirando ambas realidades nos damos

cuenta de los enormes desafíos que afronta una educación

que no quiera ser un simple acompañante del mundo y la

sociedad que tenemos.

2. TAREAS PARA HUMANIZAR LA SOCIEDAD ECONÓMICA ACTUAL

Debemos tener una cosa clara desde el principio, si en todo

cambio de la sociedad todo el mundo tiene tarea, los

educadores la tiene sobrada. Me parece que esta afirmación

que hago ahora va a quedar bien corroborada en la mirada a

la sociedad que vamos a efectuar. Sólo un dato estadístico

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ya nos lo dice de una forma más plástica que muchas

palabras: la mitad de la humanidad tiene menos de 20 años.

Porque lo que tenemos que hacer para pensar en una

educación para una sociedad más humana es analizar algunos

de los problemas que tiene nuestra sociedad actual ¿Cuáles

son los desafíos que presenta nuestra sociedad para una

humanización? Es decir, ¿dónde están hoy los retos

fundamentales que nos presenta nuestro mundo y nuestra

sociedad a los educadores?

Nadie negará que lo primero que tenemos que hacer en

nuestra labor de diagnóstico es mirar hacia el lado

deshumanizador. Seguimos las indicaciones de los pensadores

críticos que ya hace mucho tiempo nos advertían que para

avanzar en el cambio de una sociedad se puede proceder

crítico-negativamente: detectar lo que no debe continuar y

que hay que cambiar cuanto antes. A menudo se está, además,

más de acuerdo en lo negativo a erradicar que en las

propuestas positivas a implementar. Avancemos, al menos

critico-negativamente.

2.1. La educación contra la exclusión social.

1.El problema de nuestro tiempo es la dictadura del

mercado. Estamos ante un nuevo feudalismo que en algunos

ideólogos quiere ofrecer las perspectivas más halagüeñas

para el futuro, pero que mientras tanto va generando una

gran desigualdad e injusticia en nuestro mundo. Se ha dado

en llamar al problema social actual la exclusión social.

Una educación para una sociedad más humana tiene que

enfrentarse a este problema.

2. No os quiero abrumar con datos, por otra parte bastante

manidos. Pero no viene mal recordar de vez en cuando la

llamada "ley del 80/20", es decir: el 20% de la población

Page 21: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

mundial , de los países del balneario noratlántico,

especialmente, tenemos o disponemos del 80% de los recursos

y el 80% del resto del mundo sólo dispone del 20%. (En

realidad los anteúltimos datos hablan de una relación 20/86

y el 20% más pobre se reparte el 1% de los recursos

mundiales) Las cien mayores fortunas del mundo tienen como

mil millones de desheredados . Y las 230 mayores fortunas

el equivalente a la mitad de la humanidad (el 47%).

Estamos ante una verdadera explosión de la pobreza en

nuestro mundo:

.El foso entre ricos y pobres se acentúa no sólo entre

Norte y sur, como hemos visto.

. El foso se abre dentro de las mismas naciones incluso las

más ricas: en Estados Unidos dos millones de ricos posee el

equivalente al 40% de la riqueza nacional (hace 25 años

sólo poseía el 13%). A este ritmo se calcula que a mediados

de siglo dos mil personas poseerán la mitad de los

recursos.

La concentración de riqueza es un hecho. En los últimos 15

años el 40% se siente perjudicados sociales, según la

expresión de J.O.Wilson

. El foso entre géneros: como se sabe la mayoría de los

pobres de solemnidad de este mundo son mujeres solas con

niños a su cargo. Y en conjunto se calcula que los 2/3 del

trabajo mundial lo realizan las mujeres y que sólo reciben

el 10% de la renta mundial.

Las consecuencias perversas de esta situación de

desigualdad son muchísimas. Voy a indicar únicamente dos

datos:

Page 22: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

.La atracción de los cerebros de los países pobres por los

ricos: 30.000 doctores africanos viven fuera de su

continente. el 93% de los usuarios de Internet están entre

la quinta parte de este mundo. En el Africa subsahariana

tiene acceso el 0´1% y en USA el 50%.

.Sabemos que la pobreza golpea fuertemente a los niños en

las paises pobres. Esta desigualdad se traduce en términos

de liquidación de la edad infantil: decenas de millones de

niños en los paises del Sur terminan su infancia y

preparación a los 10 años. La UNICEF ha denunciado hace

poco (El Pais, 8-3-01, 34) el aumento millonario de bodas

forzadas de niñas sobre todo en el sur de Asia y el Africa

subsahariana. Esto significa que a los 13 años están

trayendo bebés al mundo. El algunos países la mitad de la

mitad de las chicas entre 15-19 años están casadas.

(R.D.Congo 74%, Níger, 70%, Afganistán, 54%, Bangladesh,

51%).

2.2. Algunas consecuencias perversas.

1. La educación se debe plantear las consecuencias

perversas que trae la dictadura del mercado. En nuestra

sociedad son bien visibles: provoca la ya citada

dualización o tripartición de nuestra sociedad : 1) nómadas

de lujo; 2) clase media de la cultura de la satisfacción

(Galbraith) o precaria, obsesionada por el consumo o la

imitación virtual de los ricos; 3) los nómadas miserables o

marginados sociales.

2. Recordar los eufemismos con los que el mercado incide en

la vida del trabajo especialmente juvenil: flexibilización,

trabajo temporal, etc. que reduce a una gran parte de

nuestros jóvenes a un trabajo temporal muy precario. Más

Page 23: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

del 90% del empleo que se crea es de estas características.

Esto supone no sólo una precarización del trabajo, sino de

la vida entera. Los jóvenes actuales son dependientes de

sus padres por necesidad entre otras cosas. Y tienen un

futuro difícil:

. En un mundo organizado todavía alrededor del trabajo

asalariado, no tienen sitio social ni futuro.

. La preparación para una profesión o trabajo se ha

cuestionado radicalmente. más hay que prepararse para el

cambio, la adaptación, el reciclaje perpetuo. Muy creativo

para algunos y muy amenazador para la mayoría.

. La domesticación social está a la orden del día: el 90%

de los jóvenes españoles acepta condiciones de

contratación, trabajo, horarios, etc. ilegales con tal de

tener un trabajo.

. La ruptura de la empresa como creador de lazos sociales

por una "economía de la desocialización" (A.Touraine).

. El impacto sobre las estructuras familiares: el aumento

de la desestrucutración familiar, especialmente matrimonial

por cambio de residencia, trabajo, etc. En USA los

matrimonios duran una media de 7 años.

. El efecto socializador, educador, de una sociedad montada

sobre los valores del individualismo, la competitividad y

el consumismo. La llamada "modernidad líquida" (Z.Bauman)

de un vaciamiento de la esfera pública y consiguientemente

de la democracia , crece junto con una privatización

generalizada de la vida: yo y mis intereses se constituye

en el gran motivo de la vida personal y colectiva.

2.3 Desafíos para la educación y los educadores.

Page 24: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

1. Una sociedad que quiera humanizarse un poco no puede

caminar por esta senda del ahondamiento de desigualdades y

de la injusticia social de la exclusión. Y una educación

que quiera aportar algo a la humanización no puede por

menos que mirar hacia esta situación y experimentar el

tremendo reto que desde ahí nos llega.

Me parece que fácilmente aquí se enciende la utopía al

menos como postulación. Frente a esta sociedad de la

tiranía del mercado es preciso oponer la sociedad

enormemente utópica hoy día de "mínimos para todos"

(C.Offe). Tenemos que aspirar a que la educación aporte un

poco de conciencia para que las diferencias de esta

humanidad se recorten en vez de agrandarse. ¿Es esto

posible?

2.A.Touraine es un prestigioso sociólogo francés que repite

hasta la sociedad que los datos ya muestran suficientemente

la mentira de la utopía neoliberal. El mercado no produce

igualdad, ni reparto justo ni justicia ni democracia. Hay

que embridar al mercado. Y lo que se necesita es que los

ciudadanos, dice este autor, tomen más conciencia de que

ellos deben imponerse al mercado y no al revés. La

supeditación de la política a la economía, que es la

situación actual, no cambiará mientras no cambie la

conciencia de los ciudadanos. Muchos de los problemas

estrucurales no se resolverán de la mañan a la noche pero

tendrían una tonalidad diversa si hubiera una conciencia

ciudadana mayor. Urge formar ciudadanos conscientes de que

las cosas pueden ser de otra manera. No estamos bajo la

necesidad de unas leyes naturales que se nos imponen con la

contundencia de la ley gravitatoria. Esta "falacia

naturalista" de las leyes del mercado ha sido denunciada

hasta por empresarios tan poco sospechosos como G.Soros.

Page 25: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

3. ALGUNAS PISTAS EDUCATIVAS

Es tarea de los educadores el encontrar los caminos de una

verdadera educación ciudadana en estos tiempos de dictadura

del mercado. Pero, permítanme algunas pistas o indicaciones

de la dirección por donde transitar:

Descubrir a los alumnos los rincones oscuros de la sociedad

Nuestra sociedad ofrece los tremendos desgarros que

señalabamos antes, pero vivimos la paradoja de no verlos.

Hay ojos que miran la realidad y no la ven. Ya sabemos que

para ver hay que mirar y esta mirada se educa. Esta es una

tarea importante en la educación actual. Educar la mirada y

enseñar a ver la realidad. Hay tantas cosas que ver en

nuestro mundo que lo más importante puede pasar

desapercibido.

Y lo que hay que ver es aquello que suele ser lo invisible

o lo que no se quiere ver: lo que B.Brecht llamaba "los

rincones oscuros" de nuestra sociedad. Las desigualdades,

las rupturas, las diferencias insultantes, la necesidad, el

abandono, la marginación, la pobreza, el sufrimiento. Toda

esta realidad de un "mundo roto" no se suele ver. Hay que

educar los ojos, la vista para no pasar de largo o no caer

presa de la venda que teje nuestra sociedad digital

alrededor de la realidad misma, virtualizándola y

haciéndonos ciegos para estas realidades.

Sin esta visión no hay esperanza de humanización. Sin la

conmoción de percibir la diferencia y el dolor no podemos

ni soñar con despertar un espíritu crítico frente a lo que

Page 26: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

tenemos y nos ofrecen. Un ver que palpe de alguna manera

las diferencias insostenibles, un ver que se deje golpear

mínimamente por la situación del otro ennecesidad o en el

sufrimiento. Un ver que no quede anestesaiado por las

imágenes televisivas , cuasi-virtuales, de la realidad de

Africa, sino por la diferencia que atraviesa y rasga

nuestra sociedad.

Se puede y debe comenzar viendo las diferencias dentro de

la propia ciudad o pueblo y luego avanzar en la

consideración de estos rincones oscuros de nuestra

sociedad. Ver para sentir lo que no debe continuar.

Educar en el sentido de lo público o del bien de todos.

Actualmente vivimos un déficit de atención a los aspectos

comunes. Cada cual tiene suficiente atendiendo sus propias

necesidades. Vivimos un individualismo que refuerza hasta

la saciedad los elementos privados, particulares, pero

olvida la atención a lo de todos. Y no hay sociedad sin

esta preocupación por lo común, por el bien común.

¿Cómo se eleva este sentido de la comunitariedad y la

responsabilidad por lo de todos?

Es una tarea educativa lenta. Pero urge el que volvamos a

las atenciones pequeñas desde mantener limpio los lugares

públicos, hasta cuidar las cosas de todos o tener la

preocupación de ceder un asiento a una persona mayor o

necesitada. Educar en el bien común es educar en la

atención al otro que está y vive a mi lado. Algo que la

tendencia de esta sociedad está marginando bastante. Si la

Escuela y los educadores no atienden este aspecto, ¿en

manos de quién quedará la preocupación?

El vaciamiento de lo público a manos de lo privado que

vivimos no podrá afrontarse si la educación no prepara los

Page 27: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

espíritus para una responsabilidad frente a ese espacio

público.

4. LA HUMANIZACIÓN DE LA CULTURA

La cultura actual lanza una gran interpelación a los que

tengan oídos para escuchar.No es menor que la que viene de

la dictadura del mercado neoliberal. Unas pocas reflexiones

nos pueden convencer de ello si lo estamos ya

suficientemente. Abordemos, simplificando mucho, los tres

grandes problemas con los que nos asalta la cultura de

nuestros días.

4.1. Problemas de la cultura actual.

El problema del sentido

Nuestro momento actual es más consciente que nunca de la

diversidad cultural que existe en nuestro mundo. No vivimos

ya aislados en un mundo donde lo propio parecía lo único

existente. El pluralismo es uno de los datos de nuestro

tiempo: somos conscientes de que vivimos al lado de otros

muchos con diferentes visiones del mundo, concepciones de

la vida, comportamientos y orientaciones vitales. De esta

realidad se deduce inmediatamente que nuestra pretendida

verdad u objetividad es puesta en cuestión por el mero

hecho de existir otros con idéntica pretensión.

No es necesario estudiar filosofía para captar la

relatividad de nuestra cultura y tradiciones. El

relativismo hace presa en nosotros como la cosa más

Page 28: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

natural. Qué sea la realidad, la verdadera concepción del

mundo, religión, moral, es algo que queda en suspenso

cuando no se advierte claramente la incertidumbre que nos

rodea. El denominado relativismo postmoderno se agarra a

nuestro espíritu y nuestras entrañas y muchos sienten el

vértigo de la pérdida de seguridad. Es como caminar por la

cuerda floja y sin red protectora. Miramos hacia abajo y

sólo vemos el vacío bajo nuestros pies.

De aquí nace la vivencia de incertidumbre que recorre toda

nuestra época. Las cuestiones de sentido se han vuelto

nebulosas cuando no opacas. No se sabe bien la orientación

que tenemos o cuál tomar. Es como si hubiésemos perdido la

brújula orientador a de la vida y la existencia. Entramos

en la vacilación y la duda cuando no en el franco

escepticismo o la cínica opción pragmática.

Frente a este problema de sentido la estrategia que adopta

predominantemente nuestra sociedad es la ocultación o el

divertimento que pretende desprecocuparnos de este

problema. Se ahogan las preguntas serias y vitales mediante

la inmersión o asfixia en el consumismo desaforado o el la

busqueda de placeres, sensaciones, una degustación

indefinida se sensaciones que reducen nuestro espíritu y

consciencia casi al grado cero, a la in-transcendencia.

El problema de la identidad.

El problema del pluralismo, relativismo y sin-sentido

conduce a plantear la cuestión de la propia identidad. Es,

lo podemos ver, una consecuencia del pluralismo y

relativismo cultural. Incide sobre la sociedad y cultura

propias haciéndolas autoconscientes de su provincianismo y

localismo. Y más allá cuestiona la seguridad de sus

presuntas señas de identidad.

Page 29: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

De esta manera los individuos e incluso las colectividades

sienten flaquear sus referentes y dan muestras de

inseguridad en sus rasgos definitorios. Esta crisis de tipo

cultural y de percepción psico-social desemboca

frecuentemente en una necesidad imperiosa de encontrar

raíces y de asegurar lo que se es. Cuando esta búsqueda se

vuelve compulsiva y colectiva suele agarrarse a lo próximo

y cercano. La propia tierra, lengua, sangre, como modo de

afianzar y dar firmeza a sus rasgos identitarios. O bien

desde el punto de vista de la ideología se precisa obtener

seguridad aunque se al precio de vender la libertad y la

verdad.

Nuestro momento actual conoce estas crisis de identidad de

personas y de colectivos. Sabe también de la búsqueda

compulsiva de seguridad mediante el afianzamiento

exclusivista de lo propio y de un cierre ideológico en

actitudes que en general llamamos fundamentalistas o de

afirmación y defensa de las visiones, confesiones ,

religiones ,...mediante el recurso a una autoridad, una

revelación, o una esencia de pueblo, raza, destino, etc. el

resultado es el cierre sobre la propia tradición y

concepción y la actitud xenófoba frente al otro, al extraño

o el diverso.

La fiebre comunitarista.

Si nuestro tiempo experimenta la incertidumbre e

inseguridad del sinsentido o la carencia de identidad,

podemos caracterizar nuestro tiempo como frío y necesitado

de protección. Algún analista social lo ha denominado como

carente de hogar (P.Berger). Hay una necesidad de

protección , acogida, calor y refugio que en conjunto

describe la necesidad de hogar. No es extraño que asistamos

Page 30: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

a manifestaciones bastante claras de necesidad de

comunidad.

Vivimos un momento de fiebre comunitarista. Hay necesidad

de grupos que proporcionen arrope y calor al individuo. De

ahí la tentación que experimentarán muchos de ofrecer

instituciones protectoras a los individuos, en la educación

y fuera de la educación. Crece la posibilidad de que las

personalidades denominadas fuertes ofrezcan su liderazgo

como orientadores y conductores y aumenta junto a la

demanda de hogar, la tentación de las actitudes

paternalistas, de los grupúsculos cálidos pero cerrados,

como también del chantaje afectivio al individuo para que

se deje orientar y conducir en el seno acogedor de un grupo

o institución. En suma se ofrece protección y seguridad al

precio del infantilismo y la minoría de edad; se da hogar

pero se mantiene a sus miembros sin autonomía ni

responsabilidad; se proporciona calor pero se quita la

libertad.

4.2. Los retos a la educación

Si hemos acertado en describir y caracterizar algunos de

los problemas y patologías de nuestro momento cultural,

entonces se comprenderá fácilmente dónde está la tarea que

se le presenta a la educación. Podríamos enunciarla a la

contra mediante la enumeración en positivo de trabajar por

proporcionar sentido personal sin ocultar los problemas de

la existencia , trabajar en la identidad personal y

colectiva de forma abierta y ofrecer calor de hogar sin

falsos proteccionismos que roben la propia responsabilidad.

Page 31: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

Trabajar en proporcionar sentido.

En el momento actual equivale - y he de decirlo sin

justificarlo suficientemente- a enfrentarse con la cultura

del consumo de sensaciones que vive nuestro tiempo y en

especial la juventud actual.

La Escuela y el educador tienen que esforzarse y crear las

condiciones para que el chico y la chica sean capaces de

detenerse y reflexionar ante la corriente de estímulos e

impactos que contínuamente les lleva de uno a otro sin

tiempo más que para paladear brevemente el cambio de sabor,

color, moda, divo, canción, telefilm, espectáculo, etc.

aprender a deternerse y mirar reflexivamente la vida es la

condición para que el torrente social no te lleve y te

maneje. Y esta tarea es hoy especialmente necesaria y, sin

duda, difícil.

En el fondo de esta dificultad late uno de los más graves

problemas de nuestra sociedad y cultura: la ruptura o

escisión entre la dimensión funcional o tecno-económica y

la reflexiva o de sentido. Dicho al modo cultural o de

visión del mundo: choca la visión reductora funcionalista y

pragmática de la vida, necesariamente fragmentaria, con la

totalizante, intuitivo-emocional y de las tradiciones que

proporcionan la "sabiduría de la vida". Alguno como E.Morin

lo ha llamado "el desafío de los desafíos": exige una

reforma del pensamiento; un cambio de paradigma o de manera

de pensar que integre estos dos mundos separados.

Otros avizoradores culturales como G.Steiner, sugieren que

estamos viviendo un tiempo de "posthumanidades o

subhumanidades" donde se vive una general "retirada de la

palabra". Es decir, la civilización occidental que habría

conocido hasta ayer mismo un predominio greco-hebraico del

verbalismo, de la palabra, como vehículo donador de

Page 32: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

sentido,estaría cada día más subordinada a la imagen. Los

lenguajes de los mass-media, de Internet, hasta computación

o la lógica matemática, son modos de comunicación autónomos

que erosionan y deterioran o minusvaloran la palabra.

Asistimos, por tanto, a una transmutación de la

comunicación y la sensibilidad que pasa del discurso a la

imagen pictórica o la música. El problema de fondo que

avistamos es que está cambiando el "espacio de

significación". Actualmente se farfullan, más que se

expresan las cosas. De ahí a una sordera para el sentido

sólo hay un opaso. A no ser que la vía de la música, por

ejemplo, proporcione una salida-solución complementaria al

sentido que hoy sólo, quizá, únicamente podemos intuir.

Si lo traducimos más concretamente a nuestra tarea

educativa, la educación está retada a ser un espacio

significativo: antes que de mera información de

procesamiento de esa información. El educador tiene que ser

alguien que ayude a amueblar el piso mental del educando. Y

no sólo la mente sino el corazón y las opciones

existenciales. Si la educación no consigue esta ayuda el

educando no tendrá estructura mental ni orientación vital

y, lo que es peor, no tendrá capacidad de discernimiento

entre las cosas. Será alguien llevado por la moda de cada

momento. Vivirá el sentido variable que le de el exterior

pero no tendrá contextura interna. Será más un insecto

cambiante que un vertebrado.

En la tarea nada fácil de ayudar al educando a encontrar su

propio sentido en una sociedad muy móvil, plural y con una

gran oferta de incentivos, el educador debe tener paciencia

ante la inmadurez del joven, la prolongación de aspectos

adolescentes y de inseguridad en edades donde parecería que

todo debiera estar más claro. Tiene que ser además de

paciente, un acompañante, que ofrece sus experiencias y

Page 33: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

respuestas pero que deja que el otro haga su propio camino.

Sin este respeto al otro, no exento de corrección, dudamos

que el joven actual acepte nuestra oferta de sentido.

Y, finalmente, más que nunca la educación necesita

educadores, maestros, que encarnen lo que dicen sus

palabras. Sin el testimonio no parece posible otra cosa que

ofrecer mera información para solucionar el problema del

sentido. Predicar sólo para transmitir valores es inútil.

Los valores, el sentido, como las cosas seductoras de la

vida no se demuestran , sólo pueden mostrarse y eso, sin

dar la impresión y ni siquiera tener la intención explícita

de inculcarlos. La mejor manera de convertir algo en

sustancia de la vida es aprenderlo a amar no porque nos

hayan exhortado mucho sino porque alguien nos lo mostró en

el momento y hora oportuno. Como cuando descubrimos el mar,

porque alguien nos llevó a la playa un determinado día y

hora, en un determinado momento y quizá luz del día.

Trabajar por construir identidades abiertas.

No parece muy equivocado afirmar que uno de los grandes

problemas con los que se las va a tener que ver el hombre y

la mujer de este siglo que empieza es con el desafío de lo

que recibe nombres varios y sonoros como multiculturalismo,

pluralismo, mestizaje cultural y el sencillo y simple de

emigración.

Nos las tenemos que ver cada vez más con otros, distintos,

diferentes en su formas linguísticas, de comportamiento,

creencia, etc. Y no parece que sea posible detener esta

oleada de extraños a nuestra cultura. ¿Quién puede detener

la mundialización de los intercambios, el reclamo de los

mass media, de los filmes norteamericanos y europeos, del

atractivo de la vida occidental a los parias de nuestro

Page 34: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

mundo pobre? ¿Quien detendría una presunta "marcha verde"

del Africa subsahariana sobre Europa? Tendríamos que

recurrir al exterminio antes de que pasaran el Estrecho.

No cabe duda que uno de los grandes desafío de hoy y de

mañana a la educación es preparar para vivir y convivir con

los otros. Para superar el miedo que produce siempre lo

distinto. Para educar en la aceptación positiva de lo

diferente. Se precisa de educadores que enseñen a amar las

propias raíces pero que tengan apertura para aceptar que

los otros también tienen riquezas.

El desafío educativo corre a lo largo de una educación en

la verdadera tolerancia, que no es pasar de largo ante el

otro o autosatisfacerse en lo que se posee y ser liberal

con lo distinto, sino adoptar una postura receptiva y

positiva ante lo distinto. El futuro nos está llamando a

convivir con el otro diferente a integrarlo positivamente

en nuestra sociedad y cultura; de lo contrario, nos las

tendremos que ver con las reacciones xenófobas y violentas

que engendrarán violencia racial, cultural, nacional y

enclaustramiento en la propia estrechez mental y

tradicional. La emigración está llamando a la integración.

El próximo futuro nos desafía a aceptar como un componente

nuevo de la identidad los elementos multiétnicos y

multiraciales, a construir identidades abiertas. Algunos ,

como J.Attali, hablan ya de "repúblicas plurales" y de

"fraternidad geopolítica", sin llegar a tanto, empecemos

por crear desde la Escuela y la educación redes de

aceptación e integración de los diferentes.

Necesitamos un educador que pueda propiciar este cambio

positivo hacia el otro. Se requiere educadores amantes de

lo suyo y al mismo tiempo abierto a lo de los demás.

Educadores con raíces bien profundas en su suelo y

cosmopolitismo de mente y corazón. Maestros que encarnen,

Page 35: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

una vez más, estas polaridades de amor a su tierra y

apertura a lo diferente, de integración de una pluralidad

de facetas en la identidad personal: la nacional y la

estatal, la europea y la simplemente humana.

Proporcionar protección y hogar sin chantaje

infantilizador.

Ante la necesidad de hogar de nuestro tiempo, la educación

está tentada, ya lo dijimos, de seguir la corriente

protectora y ejercer un paternalismo infantilizador. Habrá

grupos y personas que solicitarán refugio y surgirá la

tentación de ofrecer orientaciónes, valores, caminos ya

demasiado hechos. El peligro estará en no dejar que el

educando haga sus propias opciones y que afronte el riesgo

de su propia libertad.

El desafío, por tanto, está en aprender algo de esta fiebre

comunitarista que recorre nuestro tiempo y del

fundamentalismo que engendra: la necesidad de ofrecer

cierta seguridad para el ejercicio mismo de la libertad. Me

parece que esta es la lección del fundamentalismo y del

comunitarismo. No creer simplemente que la libertad se

ejerce sin más, desprovista de cierta protección y

seguridad. Hasta la duda metódica cartesiana, fue un poner

entre paréntesis mental, pero no vitalmente, las propias

convicciones y seguridades. La crítica vive de ciertos

fundamentos. En el cuestionamiento universal de todo no

crece nada realmente creativo.

Se precisa una educación protectora pero sin chantaje. No

ofrecer tanta seguridad que infantilicemos, ni tanto calor

que asfixiemos, ni tanta orientación que robemos la

responsabilidad. De nuevo surge la necesidad de maestros

que sepan unir y sostener a la debida distancia las

Page 36: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

tensiones polares .La educación es el ejercicio del arte de

mantener la debida distancia frente al educando.

5. UNA EDUCACIÓN PARA UNA SOCIEDAD MÁS HUMANA O UNA

EDUCACIÓN PARA LA FRATERNIDAD

1. Permitidme antes de acabar volver con algunas

reflexiones sobre la tarea propuesta: una educación para

una sociedad más humana.

Me he centrado en sólo dos aspectos de una posible

humanización de nuestra sociedad y cultura a través de la

tarea educativa. Hemos visto que no nos falta tarea. La

educación y los educadores no perecerán por falta de

objetivos y tareas, sino por pusilanimidad o incapacidad

ante ellos.

En este breve recorrido creo haber avistado una llamada

utópica en el fondo de las propuestas: la hemos denominado

una educación para ser más humanos. Quisiera ser una utopía

a la altura de nuestro momento. Es decir, una propuesta que

mira críticamente nuestra sociedad -como lo han hecho todas

las utopías- y que, como toda "verdad del mañana" (Victor

Hugo) quiere encontrar caminos de realización.

2. En la reflexión sobre la utopía, en un momento de

desfallecimiento ideológico y utópico como el que vivimos

actualmente, vamos llegando a la conclusión que la utopía

para este milenio que estrenamos tiene que llevar

incorporado el desencanto: tenemos que encarnar, como nos

dice Claudio Magris, la figura de Moisés que no alcanzó la

Tierra Prometida, aunque nunca dejo de caminar hacia ella.

Podemos pensar que esta parece ser la condición y destino

humano y , por tanto, del educador y la educación. Y máxime

Page 37: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

de una educación que pretenda ser humanizante o

constructora de una sociedad más humana

La educación para una sociedad más humana tiene que ser

consciente de su dimensión utópica y esto quiere decir, que

no se rinde ante las cosas como son y que lucha por las

cosas tal como debieran ser. Bertolt Brecht decía -y esta

es una tarea política, estética y educativa,- que al mundo

le hace buena falta que le rediman y le cambien. La

educación por una sociedad más humana tiene mucho de

intento salvador y por ello de utópico.

3. Y llegados a este punto permitidme ya decirlo con toda

claridad, la educación y el educador para una sociedad más

humana tiene que tener un gran aliento moral y humano: la

utopía, aún la que integra, se sostiene y corrige con el

desencanto, nace de una actitud compasiva y solidaria. Es

la compasión solidaria con las víctimas de hoy y de ayer la

que mueve y conmueve a no olvidarlas ni dejarlas sepultadas

en el anonimato de la Historia. Lo que late en el talante

utópico es el grito de las víctimas que piden otra

sociedad, otra Historia y otro Futuro. Y esto es lo que

quiere una educación para una sociedad más humana.

4. Desde Tomás Moro ya sabemos que la utopía es la lógica

de los vencidos, la razón de los oprimidos, la de aquellos

que protestan contra la miseria de la realidad presente y

quieren instaurar una sociedad nueva, distinta.

Apostar por una educación por una sociedad más humana

quiere decir, que apostamos por una sociedad mejor para los

más débiles y para aquellos que experimentan más la

opresión de los poderes deshumanizantes de esta sociedad.

Page 38: Mardones, J.M.-Educación y sociedad

5. He presentado algunas de las miserias e interpelaciones

o clamores de nuestra sociedad. He tratado de mostrar que

si la educación, evidentemente no puede cargar con toda la

responsabilidad de enderezar esta sociedad, sí puede

contribuir a ello. La educación puede trabajar en pro de un

mayor sentido, igualdad y libertad humanas. Y en el momento

presente tiene que completar esta triple utopía con el

laboreo en pro de la fraternidad. Esta es , según,

J.Attali, la utopía de hoy. Creo que tiene razón en tanto

en cuanto el desafío del otro, ya lo hemos dicho,

representa para hoy y mañana, para siempre, el gran

objetivo de la convivencia y relación humanas.

6. Permitirme concluir diciendo, o mejor recordando, que

una tarea, una educación, de este género es una tarea

profética y esperanzada. Pero hemos de saber que

normalmente nos encontramos con un profetismo en debilidad

que no tiene asegurado el éxito, sino sólo la persistencia

frente al poder. Es decir, que le guía y anima una

confianza esperanzada o una esperanza confiada . Un

"esperanza jornalera" (A. Álvarez Bolado), es decir, una

esperanza lúcida, paciente, persistente y perseverante.

BIBLIOGRAFIA BÁSICA.

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E.Morin (2000). La mente bien ordenada. Barcelona:Seix

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G.Steiner (1998). En el castillo de Barba Azul.

Aproximación a un nuevo concepto de cultura. Barcelona:

Gedisa.

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Investigaciones Sobre Educación. Revista Electrónica del

Doctorado en Educación , No. 2

Enero 2002, UIA, Puebla. Derechos en trámite. Puebla,

México.