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MARXISMO & REVOLUCIÓN MARXISMOYREVOLUCION.ORG 1 EL PENSAMIENTO REVOLUCIONARIO DE LUIS EMILIO RECABARREN Por Sebastián Fisher “En vida de los grandes revolucionarios, las clases opresoras les someten a constantes persecuciones, acogen sus doctrinas con la rabia más salvaje, con el odio más furioso, con la campaña más desenfrenada de mentiras y calumnias. Después de su muerte, se intenta convertirlos en iconos inofensivos, canonizarlos, por decirlo así, rodear sus nombres de una cierta aureola de gloria para "consolar" y engañar a las clases oprimidas, castrando el contenido de su doctrina revolucionaria, mellando su filo revolucionario, envileciéndola. En semejante "arreglo" […] se dan la mano actualmente la burguesía y los oportunistas dentro del movimiento obrero”. -Lenin. El Estado y la Revolución. Luis Emilio Recabarren (Valparaíso, 6 de julio de 1876 - Santiago, 19 de diciembre de 1924). Fue un obrero tipógrafo, líder de los trabajadores y organizador del Movimiento Obrero Chileno, además de ser electo diputado en dos periodos. Fundador del Partido Obrero Socialista de Chile (POS) en 1912, posteriormente Partido Comunista de Chile (PCCh) desde el año 1922. Secretario General durante un año del Partido Comunista de Argentina (PCA). Fundador y director de los periódicos obreros El Despertar de los Trabajadores y El Justicialista. En 1901, la primera Mancomunal que fue fundada en Chile, es decir, la de Iquique llevó a cabo una larga huelga que impactó a Luis Emilio Recabarren, por lo que se apresuró a solidarizar con ella en su calidad de secretario general del Partido Democrático (un partido burgués vacilante de la época). Recabarren no era nuevo en política, y desde su posición de clase, tenía plena conciencia de su condición de explotado. Por eso decide escribirle una carta de apoyo a uno de los dirigentes huelguistas, señalando: “¿Por qué existe este anacronismo fenomenal...?: En mi concepto, el obrero que saca tales riquezas debiera poseerlas y no entregarlas a un igual que se hace llamar patrón. Así es, mi amigo, que cuando sé que los trabajadores se levantan, despiertan, abandonan su trabajo unidos, para pedirle al patrón más humanidad, porque es de justicia me siento doblemente entusiasmado y quisiera estar en medio de todos para alentarlos con mis palabras, para ayudarlos con mis esfuerzos. La huelga de Iquique, es para mí, el primer grito de rebelión que lanza el chileno, es el primer grito de protesta arrojado al rostro de los capitalistas, que amparados por el gobierno y sus ejércitos, nos explotan a su inhumano capricho, sin encontrar lícito el que nosotros protestemos de semejantes actos de salvajismo. Allí, donde existen estas riquezas que el pobre roto conquistara, a costa de ríos de sangre, en 1879 para engrandecer la felicidad de los ricos; es donde se ve más pobreza y es donde se los explota más descaradamente (…) El patrón es la hiena sedienta de sangre, que se lanza

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1

EL PENSAMIENTO REVOLUCIONARIO DE LUIS EMILIO RECABARREN

Por Sebastián Fisher

“En vida de los grandes revolucionarios, las clases opresoras les someten a constantes

persecuciones, acogen sus doctrinas con la rabia más salvaje, con el odio más furioso, con

la campaña más desenfrenada de mentiras y calumnias. Después de su muerte, se intenta

convertirlos en iconos inofensivos, canonizarlos, por decirlo así, rodear sus nombres de una

cierta aureola de gloria para "consolar" y engañar a las clases oprimidas, castrando el

contenido de su doctrina revolucionaria, mellando su filo revolucionario, envileciéndola. En

semejante "arreglo" […] se dan la mano actualmente la burguesía y los oportunistas dentro

del movimiento obrero”.

-Lenin. El Estado y la Revolución.

Luis Emilio Recabarren (Valparaíso, 6 de julio de 1876 - Santiago, 19 de diciembre de

1924). Fue un obrero tipógrafo, líder de los trabajadores y organizador del Movimiento

Obrero Chileno, además de ser electo diputado en dos periodos. Fundador del Partido

Obrero Socialista de Chile (POS) en 1912, posteriormente Partido Comunista de Chile

(PCCh) desde el año 1922. Secretario General durante un año del Partido Comunista de

Argentina (PCA). Fundador y director de los periódicos obreros El Despertar de los

Trabajadores y El Justicialista.

En 1901, la primera Mancomunal que fue fundada en Chile, es decir, la de Iquique llevó a

cabo una larga huelga que impactó a Luis Emilio Recabarren, por lo que se apresuró a

solidarizar con ella en su calidad de secretario general del Partido Democrático (un

partido burgués vacilante de la época). Recabarren no era nuevo en política, y desde su

posición de clase, tenía plena conciencia de su condición de explotado. Por eso decide

escribirle una carta de apoyo a uno de los dirigentes huelguistas, señalando:

“¿Por qué existe este anacronismo fenomenal...?: En mi concepto, el obrero que saca tales

riquezas debiera poseerlas y no entregarlas a un igual que se hace llamar patrón. Así es, mi

amigo, que cuando sé que los trabajadores se levantan, despiertan, abandonan su trabajo

unidos, para pedirle al patrón más humanidad, porque es de justicia me siento doblemente

entusiasmado y quisiera estar en medio de todos para alentarlos con mis palabras, para

ayudarlos con mis esfuerzos. La huelga de Iquique, es para mí, el primer grito de rebelión

que lanza el chileno, es el primer grito de protesta arrojado al rostro de los capitalistas,

que amparados por el gobierno y sus ejércitos, nos explotan a su inhumano capricho, sin

encontrar lícito el que nosotros protestemos de semejantes actos de salvajismo. Allí, donde

existen estas riquezas que el pobre roto conquistara, a costa de ríos de sangre, en 1879

para engrandecer la felicidad de los ricos; es donde se ve más pobreza y es donde se los

explota más descaradamente (…) El patrón es la hiena sedienta de sangre, que se lanza

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sobre nosotros para devorarnos; nuestro deber, si queremos conservar la vida, es

defendernos y darle muerte a la hiena para evitar el peligro”.1

Las Mancomunales eran para Recabarren, a principios del siglo XX, ejemplos brillantes

de organización obrera y de independencia de clase, por eso su ferviente apoyo a éstas.

Claro que éste tipo de organización era más cercana a la tradición anarquista, que aún

era una parte importante del movimiento obrero en Chile y el resto del mundo. Las

Mancomunales fueron muy importantes en el ideario de Luis Emilio, toda vez que

demostraron ser una organización de la clase y para la clase, ayudándole a desarrollar

de a poco un concepto que acompañaría toda la vida y praxis del dirigente: la

independencia de clase. Para él, la liberación de los trabajadores sólo sería fruto de los

combates que libraran ellos mismos. Así pues, en su momento describió las

Mancomunales de la siguiente forma:

“Cuándo un trabajador está enfermo, ¿quiénes están a su lado?, ¿Quiénes le llevan

protección o algún alivio? Únicamente sus compañeros de trabajo, nunca el patrón. En

cualquiera desgracia que le ocurra al trabajador ¿Quiénes están a su lado para ayudarle o

consolarle? Siempre sus mismos compañeros de trabajo, nunca el patrón, nunca el

gobierno. Entonces hay una razón fundada para que el trabajador esté siempre unido y

compacto. Las sociedades de trabajadores, como la “Combinación Mancomunal de

Obreros” han prometido proteger a los compañeros que se incorporen a ella en las diversas

circunstancias de la vida y todas estas promesas se están cumpliendo al pie de la letra.

Escoja entonces el trabajador, entre venirse de nuestro lado, a unirse como hermanos,

como miembros de ésta gran familia; o quedarse aliado de los patrones que lo explotan,

robándole su trabajo y lo insultan sospechando de él.”2

En ésta primera década del siglo XX, Recabarren –militante del Partido Demócrata- creía

que era posible dictar buenas leyes que beneficiaran a los trabajadores y que

transformaran gradualmente al capitalismo en una nueva sociedad que emancipara a la

clase trabajadora. Por esto es que no creía aún en la necesidad de derribar el sistema y

reemplazarlo. Es más, en estos primeros años le parecía posible construir una nueva

vida dentro del sistema actual, por eso es que prefería el asistencialismo de la

Mancomunal que las sociedades de resistencia.

En este sentido plantea que:

“Además, desde el Congreso, se puede obtener el mejoramiento económico por medio de

disposiciones que destinen los dineros públicos a las habitaciones para obreros en

condiciones de repartir el derecho sobre el suelo a todos por parejo; la reglamentación del

salario mínimo sería otra de las medidas, etc. Pero lo principal es quitarle al capital las

1 Carta a Abdón Díaz. Publicada en El Trabajo, Iquique, 23 de febrero de 1902

2 Fernando Ortiz Letelier, “El movimiento Trabajador en Chile 1890-1919”, Ediciones Michay Madrid 1985 pag

191, 192.

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bayonetas de que hoy dispone para oprimir y obligar al trabajador a rendirse a sus

caprichos”3

Y profundizando la idea:

“El Congreso de Senadores y Diputados forman las leyes, es decir crea deberes y derechos al

pueblo, y si el Congreso de Senadores y Diputados fuese compuesto de gente seria y

honrada, salida de las filas proletarias, de la gente de trabajo, haría leyes que fuesen una

garantía para los pobres y mejoraría su triste situación de hoy. Si los diputados y

senadores fueran trabajadores, salidos de las filas de la Democracia, mejoraría muy

rápidamente la situación de los trabajadores, pero como hoy los congresales son de la clase

rica y capitalista sólo trabajan en aumentar más sus fortunas colosales, con perjuicio de la

mayoría que somos los pobres”4.

Posteriormente, cuando en 1907 los trabajadores y sus familias en Iquique declararon la

huelga, exigiendo el pago en monedas de valor más alto, libertad de comercio en las

pulperías, el pago de indemnización por accidentes, aviso de despido y otras garantías

laborales; el Estado capitalista no hizo más que responder con la violencia cobarde que

siempre lo ha caracterizado. Este episodio es ampliamente conocido como la Masacre en

la Santa María. Allí, en la Escuela de Santa María murieron más de dos mil hombres,

mujeres y niños, todos obreros del Norte de Chile. La sangre obrera derramada no

distinguió nacionalidades, y así, los capitalistas asesinaron familias enteras de

trabajadores chilenos, peruanos, argentinos y bolivianos. Famosa se hizo la respuesta de

los obreros bolivianos a su cónsul. Cuando éste les instó a retirarse de la Escuela,

producto de la violencia que se avecinaba, los obreros extranjeros dijeron: “Con los

chilenos vinimos, con los chilenos morimos".

La masacre tuvo como resultado años de desorganización obrera y el declive de las

mancomunales como método de organización de los trabajadores.

Ese mismo año, Recabarren es invitado a Argentina por el Partido Socialista local, desde

donde escribe diversos artículos, entre ellos “Democracia-Socialismo” donde reordena

sus ideas señalando:

“Hasta hace poco tiempo he creído que la Democracia y el Socialismo eran más o menos

una misma idea […] He estudiado de nuevo ambos programas: el demócrata y el socialista,

¡Y cuán enorme es la diferencia! El programa demócrata aparece pálido, insignificante,

probando con sus expresiones la poca capacidad moral e intelectual de los obreros de Chile.

Sólo contiene un programa de reformas por realizar sobre las instituciones existentes,

ampliándolas, suavizándolas, democratizándolas, pero dejándolas siempre lo que son:

instituciones coercitivas de la libertad dominadas por la burguesía. La democracia

proclama reformar instituciones. El socialismo proclama la desaparición de las

3 Luis Emilio Recabarren. “El derecho popular XVIII”. Publicado en La Voz del Obrero. Taltal, 29/Octubre/1904.

4 Luis Emilio Recabarren. “El derecho popular II”. Publicado en La Voz del Obrero. Taltal, 7/julio/1904.

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instituciones inútiles y el reemplazo de algunas por otras completamente distintas,

socializándolas”.5

Hace años que Recabarren era un opositor a la línea oficial del Partido Demócrata (PD),

al punto de haber creado su propia fracción interna conocida como el “Partido

Demócrata Doctrinario”, pero no fue hasta 1912 que se genera el quiebre definitivo

cuando el PD apoya en el Congreso a un gobierno conservador a cambio de algunos

puestos (conocida maniobra de “real politik” que caracteriza a los políticos burgueses y

al reformismo). Recabarren quiebra con el partido acusando a sus dirigentes de

corruptos y vendidos, además de denunciar que no trabajaban por organizar a la clase

obrera. Es entonces que traslada su imprenta y funda el periódico “El despertar de los

trabajadores” que sería el diario oficial del futuro Partido Obrero Socialista, primer

partido de los trabajadores, fundado en Chile el año 1912 por Recabarren y sus

compañeros trabajadores, generando un hito sin precedentes en la historia del mundo

popular. Finalmente el pueblo tenía una herramienta propia de lucha.

Recabarren nunca fue un dogmático. Producto de su carácter autodidacta, su educación

política y teórica se cimentó en un principio en base a su experiencia práctica y los libros

que llegaban a sus manos. Lo que lo llevaba a volver una y otra vez sobre sus ideas,

poniendo en duda algunas, desechando otras y avanzando en la construcción teórica de

su pensamiento. En estos años, Luis Emilio, que seguía cuestionándose constantemente

sus propias posturas, todavía creía en la efectividad de la lucha parlamentaria como

proceso gradual para progresar en leyes que beneficiaran al pueblo, pero ahora ponía su

mirada en el desarrollo de las cooperativas, las que creía que al desarrollarse vencerían

al sistema capitalista. Así entonces decía:

“Cuando el progreso de las cooperativas llegue al mayor grado de riqueza y poder, irá

motivando la clausura de las industrias y del comercio burgués por el régimen industrial

socialista, el cual progresando también por grados, irá desapareciendo toda forma o

vestigio de explotación hasta que llegue el momento en que cada trabajador reciba el fruto

íntegro de su trabajo”6

Desde que en 1909 se fundara, la Gran Federación Obrera de Chile (GFOCH), ésta había

estado bajo una dirigencia conservadora que promovía el asistencialismo, buscando

principalmente apoyar a los socios en la superación de sus vicios, y entregar espacios de

educación a los trabajadores. Fueron las grandes huelgas de 1918 y 1919 las que

permitieron que el Partido Obrero Socialista (POS) se hiciera con el control de la

Federación, transformándola en una organización de lucha y agitación contra el sistema

capitalista. Así, Recabarren es elegido como su nuevo presidente en 1919. Una de las

cosas que más destacan de ésta victoria es la nueva declaración de principios de la

FOCH, la cual proclama:

5 Luis Emilio Recabarren “Democracia-Socialismo”, La Reforma, 22/diciembre/1907.

6 Luis Emilio Recabarren. “El Socialismo ¿qué es y cómo se realizará? Publicado en el diario “El despertar de los

trabajadores” 1912.

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“Abolido el sistema capitalista, será reemplazado por la Federación Obrera, que se haría

cargo de la administración de la producción industrial y sus consecuencias. Estas

aspiraciones serán sustentadas en la realidad cuando la Federación Obrera de Chile por

medio de todas sus secciones tenga la potencia suficiente para realizarlas. […] Por lo tanto,

la Federación Obrera de Chile, levanta su bandera, inspirada en estas dos profundas

sanciones internacionales: “la unión hace la fuerza” y “la emancipación de la clase

trabajadora debe ser la obra de los trabajadores mismos”

Así, el carácter de la Federación pasó de ser una Sociedad Mutualista a una organización

obrera de combate. Importante es ver que ahora Recabarren plantea que una vez

abolido el sistema, serán los propios obreros, los que organizados en la FOCH, se harán

cargo de la producción. Esto último es uno de los puntos más originales en su

pensamiento, proponiendo un método para que justamente sea la clase organizada

quien se haga cargo de la producción, sin intermediarios, no tomando en consideración

al Partido para hacerse cargo del Estado. Esto no se explica porque poseyera una

postura anti-partido, sino que debido a la relevancia que le otorgaba al hecho de que

fuera la clase trabajadora libremente organizada, quien efectivamente gobernara,

administrara y desarrollara la construcción del socialismo.

Siguiendo la misma idea, el año 1921 señala:

“El gremio tiene por misión, después de cumplir su programa de labor presente, preparar

la capacidad de todos sus asociados para verificar la expropiación capitalista,

reemplazándola en sus funciones directoras de reproducción y del consumo”7

Estas ideas eran inspiradas en los ideales de los primeros años de la Revolución Rusa,

donde el Soviet (la asamblea de obreros, campesinos y soldados) ejercía el gobierno.

Claro que, tal como sabemos, eso duró poco en el caso Ruso.

De todas formas, al referirse a su visión sobre lo que debiese ser el futuro gobierno

socialista en Chile, expresa que:

“En cada industria, faena u ocupación donde haya más de diez personas mayores de 18

años ocupadas, estas mismas, reunidas en asamblea, elegirán a sus jefes administradores y

encargados o capataces para la dirección y administración en cada sección de trabajo y de

toda la industria. Los administradores o capataces estarán bajo el control de sus

respectivas asambleas y le deben cuentas de sus actos. Las asambleas fijarán salarios,

horarios, condiciones de trabajo, precios de venta de los productos y de todo lo que fuera

necesario determinar”.8

Lejos queda el antiguo Recabarren que buscaba simplemente perfeccionar y

democratizar las instituciones existentes, pero en su pensamiento aún no hay mención

sobre el papel de la Revolución.

7 Luis Emilio Recabarren: Lo que dará la Federación Obrera de Chile. Antofagasta, 1921.

8 Luis Emilio Recabarren: ¿Qué es lo que queremos en federados y socialistas? Antofagasta, 1921

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Consolidada la Revolución Rusa, Recabarren comienza a ser fuertemente influenciado

por ésta experiencia. Así, en los años posteriores a este acontecimiento, escribió

diferentes folletos defendiendo la revolución, y posteriormente formó parte de la

afiliación de la FOCH a la Internacional Sindical Roja. Sin embargo no fue hasta 1922, a

raíz del Cuarto Congreso del POS, que el Partido Obrero Socialista decide integrarse a la

Tercera Internacional (conocida como la Internacional Comunista, levantada y dirigida

por los revolucionarios rusos en el poder). De ésta forma el POS acepta todas las 21

condiciones que se les imponen y cambia su nombre al de Partido Comunista de Chile,

siendo aceptado en la Internacional bajo el rango de “simpatizante”. Eso sí, sin realizar

grandes cambios en su orgánica y lineamientos, al menos hasta ese momento.

Como ya señalamos, para Recabarren la revolución rusa se había transformado en un

referente y, junto a su contacto con la Internacional Comunista, es que comienza a

escribir textos más duros, con un carácter cada vez más revolucionario, alejándose de su

tradición anterior, la que podríamos calificar como socialista-utópica. Por ejemplo

cuando señala:

“¿Qué es el Partido Comunista?

En primer lugar no es ni será jamás un partido político, puesto que no admitirá nunca

relaciones políticas con los partidos de la clase capitalista. La acción electoral sólo la

admitimos como un instrumento de lucha y con carácter revolucionario, nunca con

carácter político. El Partido Comunista tiene por objeto inmediato, capacitar, orientar y

disciplinar científicamente a sus adherentes, para que constituyan la vanguardia

revolucionaria del pueblo y desparramados sus miembros en todos los sindicatos, ayuden a

dirigir la marcha del proletariado hacia el triunfo final de nuestras aspiraciones de abolir

el sistema capitalista con todas sus injusticias y miserias”. 9

Su visión se había radicalizado por la fuerza de la experiencia y el contexto

internacional, dejando atrás sus ilusiones de avances progresivos dentro de la legalidad.

Muy lejos de las posturas que caracterizan hoy en día a lo que ha devenido el Partido

Comunista de Chile. Durante esta última época de su vida, Luis Emilio continúa

postulando la necesidad de dar la lucha parlamentaria, pero es muy claro en señalar que

ésta debe plantearse desde una nueva concepción antiparlamentarista.

“El objeto que nos lleva al Parlamento, a la Cámara de Diputados o al Senado, es única y

exclusivamente conquistar una posición más para nuestra propaganda revolucionaria,

antiparlamentaria, anticapitalista, y de ataque directo al estado burgués y a sus

instituciones decrépitas. Un representante comunista no va al Congreso a hacer política, a

cooperar con los burgueses, a pedir empleos, a mendigar sueldos, o a intrigas entre

pasillos.

[…] El representante comunista en la Cámara, sigue siendo antiparlamentario, sigue

combatiendo el parlamentarismo; y sus ideas en el Congreso, no difieren de las que 9 Luis Emilio Recabarren. Publicado en “La Federación Obrera”, abril de 1922.

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expresara en vísperas de elecciones, y en su vida privada, ante sus electores. Los que

confunden, al Diputado comunista con el Diputado burgués, no saben lo que dicen.”10

Podemos apreciar que en base al análisis político que había realizado tanto de la

situación concreta del proletariado, como del enemigo, Recabarren era cada vez más

libre de las ilusiones que tuviera en otra época respecto al sistema burgués y la

participación en éste. Para él, la acción parlamentaria adquiría un carácter meramente

táctico, no estratégico. Lo que tendría sintonía con lo que plantearía 40 años después el

comandante Che Guevara, cuando advirtiera: “En las fuerzas progresistas de algunos

países de América existe una confusión terrible entre objetivos tácticos y estratégicos; en

pequeñas posiciones tácticas se ha querido ver grandes objetivos estratégicos. Hay que

atribuir a la inteligencia de la reacción el que haya logrado hacer de estas mínimas

posiciones defensivas el objetivo fundamental de su enemigo de clase”.11

En 1922, Recabarren viaja a Rusia para participar del Congreso de la Internacional

Sindical Roja y del Cuarto Congreso de la Internacional Comunista. Lo que vio durante su

viaje le impactó fuertemente como ejemplo o pronóstico de lo que podría ser el porvenir

socialista de Chile. Es así que escribe alegremente cómo pudo observar que los

trabajadores de Rusia tenían en sus manos el poder, construyendo por primera vez el

futuro.

“Pude convencerme que no me habían engañado anteriormente cuando han predicado en

este país que el proletariado de Rusia tiene en sus manos todo el poder para realizar su

felicidad futura y va reuniendo los elementos para construir la sociedad comunista, como

verdadero reinado de justicia social”12

A su regreso a Chile, escribe en marzo de 1923 el folleto “Rusia Obrera y

Campesina”, donde celebra a la revolución y plantea como balance:

“El Partido Comunista tomó el poder por medio de la violencia. No esperó el Partido

Comunista, conquistar el poder por medio del voto electoral, por medio de la legalidad

como nos aconsejan siempre los partidos demócratas, llamados partidos de orden, porque

el Partido Comunista está convencido, por los hechos ya vividos, que por medio del ejercicio

legal del voto, de la elección de parlamentarios, JAMAS conseguirá la clase trabajadora

tener el poder para abolir el sistema de explotación y opresión capitalista, que le permita

vivir en un estado de justicia y libertad.”13

Por primera vez Recabarren adopta explícitamente el elemento estratégico del que antes

había carecido. La idea de la Revolución como presupuesto para llevar a cabo la

emancipación de los trabajadores, la que no surgiría producto de una modificación

10

Idem. 11

Ernesto Guevara. “Táctica y Estrategia de la Revolución Latinoamericana”, Octubre/1962. 12

Luis Emilio Recabarren. “Frutos de la gira de Recabarren”, Federación Obrera, 10/julio/1922. 13

Luis Emilio Recabarren. “La Rusia obrera y campesina”, marzo/1923. Disponible en: http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0000123.pdf

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gradual de las condiciones de vida, sino que a través de los saltos y rupturas necesarios e

inevitables en la dinámica de la lucha de clases.

Ya para el año 1924, el PC llamó a un nuevo Congreso que generó amplias disputas

internas al elegir desde las bases a una nueva dirección que incluía militantes jóvenes

que buscaban izquierdizar al partido y que provenían de las capas medias y no obreras

del partido. En la nueva elección de la dirección partidaria, Recabarren y sus posturas

quedaron en minoría, lo que generó una aguda crisis interna, avivada por un fracaso

electoral reciente y la inestable situación política del país. Eventualmente, para

solucionar los conflictos que se abrieron dentro del partido, se realizó una nueva

votación y los sectores jóvenes quedaron fuera del Comité Central.

Lamentablemente, a finales de ese año, la vida del dirigente Luis Emilio Recabarren llegó

a su fin. Afectado por su quiebre amoroso con su compañera de años, y afligido por la

mala salud que llevaba arrastrando el último tiempo, decidió quitarse la vida en

diciembre del 24. Mismo año en que el líder ruso conocido como Lenin, también perdió

la vida producto de una enfermedad.

Tras su muerte, la conducción de Recabarren fue duramente criticada por algunos de sus

ex compañeros. Una vez que el PC se encontrara imbuido en la era Stalinista, con su

dogmatismo y visión mecanicista vulgar del marxismo, un militante del partido que

ejercía como delegado del Comité Ejecutivo de la FOCH en 1932 llegó tan lejos como

para decir:

“Recabarren sobreestimó al proletariado del carbón y del salitre, no dándole importancia a

la organización del campo; no combatió el imperialismo, tuvo enormes ilusiones

democrático-burguesas, no armó ideológicamente al proletariado. Nuestro compañero

Recabarren no nos enseñó nada”14

En su libro “Interpretación marxista de la Historia de Chile”, Luis Vitale expresa que a su

parecer este tipo de ataque virulento en contra de Recabarren podrían tener que ver con

la simpatía que éste habría expresado en vida con el dirigente ruso León Trotsky,

enemigo político de Stalin y de sus esbirros. Para ejemplificar ésta simpatía, Vitale

menciona que en la obra titulada “La Rusia obrera y campesina”, Recabarren incluyó

numerosos artículos de Trotsky e incluso se refirió a él como “Generalísimo del Ejército

Rojo de Rusia”.15 Sin embargo, no nos convence dicha afirmación, más parecería que el

desprecio posterior hacia Recabarren tendría que ver con las visiones estrechas y

dogmáticas del Partido Comunista, leal capítulo local de la política stalinista-soviética,

que decididamente debía alejarse de las posturas recabarrenistas, las que siempre se

desarrollaron de manera creativa y libre, sin basarse en ladrillos ideológicos. Hoy su

viejo partido le resalta como figura, como símbolo, como organizador de los

trabajadores, pero no como pensador revolucionario, pues es justamente en ésta

14

Citado por Julio César Jobet. El pensamiento político de Recabarren en Obras Selectas de Recabarren. Página 58 15

Luis Vitale. Interpretación marxista de la Historia de Chile. Tomo V. Página 193.

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dimensión donde podrían desnudarse las contradicciones entre las posturas

socialdemócratas de la dirigencia actual y los planteamientos socialistas con que se

fundó el partido. El problema está en que cercenando el pensamiento de Recabarren no

puede comprenderse su praxis, su acción transformadora, aquella que aglutinó a cientos

de obreros dispuestos a luchar por un futuro socialista donde el hombre y la mujer

pudieran finalmente ser libres de la opresión y poder vivir felizmente sus vidas. La

preocupación humanista de Recabarren siempre fue el motor que impulsó toda su

trayectoria política, el deseo de ver a su gente liberada fue lo que lo llevó al marxismo, y

hoy, cerca de 90 años desde su muerte lo recordamos con orgullo y admiración. El padre

del movimiento obrero no ha muerto para el pueblo y son diversas generaciones las que

se identifican en su legado. Ya lo hiciera el Movimiento de Izquierda Revolucionaria,

MIR, en su fundación en 1965, cuando se proclamaran herederos del legado de

Recabarren16, y ya lo siguen y seguirán haciendo las masas de jóvenes, trabajadores,

pobladores, entre otros, que se aprestan al combate, retomando la causa de la

humanidad contra el capital.

Como sea que haya sido, Recabarren es un referente político, moral y revolucionario

para todos aquellos que forman parte del mundo de los trabajadores y la izquierda que

se plantea la creación de una sociedad nueva. Su aporte y legado no ha sido olvidado y

no lo será tampoco por las grandes huellas que dejó en el movimiento popular.

16

MIR. “Declaración de principios del M.I.R.”. Septiembre 1965.