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La diacronía en el Diccionario panhispánico de dudas: el género gramatical * CRISTINA BUENAFUENTES DE LA MATA Y CARLOS SÁNCHEZ LANCIS Universidad Autónoma de Barcelona 1. INTRODUCCIÓN En la evolución del latín al español, la pérdida casual y la desgramaticalización del género neutro provocaron una profunda reestructuración del sistema del género gramatical (Menéndez Pidal 1940, Alvar y Pottier 1983, Lloyd 1987/1993, Urrutia y Álvarez 1988, Penny 1991/1993, Rodríguez Díez 2005, entre otros), que conllevó una serie de cambios en su deter- minación en muchas voces. Aunque existió una tendencia más o menos generalizada que asig- naba el género en función de la terminación (-a para el femenino y -o para el masculino), lo cierto es que existían muchas palabras cuya parte final no se correspondía con ninguno de estos dos morfemas y en las que, por lo tanto, se producía el mayor número de vacilaciones. Aunque podría pensarse que esta indeterminación sólo pertenece a las primeras etapas his- tóricas del español, los problemas en la asignación de género en la actualidad también son de gran importancia, por lo que en estos casos es la norma la encargada de solventar las dudas del hablante al respecto. Así, aunque a partir del Diccionario de la lengua española (2001) de la Real Academia Española se pueden solucionar algunos de estos problemas (véase Buenafuentes y Sánchez Lancis 2006), gracias a la publicación en 2005 del Diccionario panhispánico de dudas [DPD], también de la RAE, por fin el usuario dispone de una herramienta normativa imprescindi- ble para resolver tanto las dudas relativas al género en concreto, como otras cuestiones derivadas del uso (véase Velando 2006, Azofra 2007, Buenafuentes y Sánchez Lancis 2008). Como es bien sabido, cualquier diccionario de dudas debe basar sus decisiones en el uso actual de la lengua y el DPD no es ajeno a esta cuestión. De hecho, así lo señala en su prólogo: El Diccionario panhispánico de dudas, teniendo muy presente la realidad del cambio lingüístico [...], basa sus juicios y valoraciones en la norma efectivamente vigente en el español actual, consi- derado este como la lengua que emplean las generaciones vivas de habla española. En ningún caso se ha conformado con repetir juicios heredados de la tradición normativa, sino que [...] ha podido analizar la pervivencia y extensión real de los usos comentados y ofrecer, por tanto, soluciones y recomendaciones fundadas en la realidad lingüística presente (DPD: XIV). CRISTINA BUENAFUENTES DE LA MATA Y CARLOS SÁNCHEZ LANCIS, «La diacronía en el Diccionario panhispánico de dudas: el género gramatical», Revista de Lexicografía, XIV (2008) pp. 27-41 * La presente investigación, versión muy ampliada y revisada de un trabajo presentado en el XXV Congrès Inter- national de Linguistique et de Philologie Romanes, ha sido parcialmente financiada con una ayuda del MEC y FEDER (nº de ref. HUM2005-08149-C02-01/FILO y HUM2006-13295-C02-02) y de la CIRIT del Comissionat per Universitats i Recerca de la Generalitat de Catalunya (nº de ref. 2005SGR 00568).

Mata y Sanchez Lancis - Diacronia en El DPDD

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Diacronia

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  • La diacrona en el Diccionario panhispnico de dudas:el gnero gramatical*

    CRISTINA BUENAFUENTES DE LA MATA Y CARLOS SNCHEZ LANCIS Universidad Autnoma de Barcelona

    1. INTRODUCCIN

    En la evolucin del latn al espaol, la prdida casual y la desgramaticalizacin del gnero neutro provocaron una profunda reestructuracin del sistema del gnero gramatical (Menndez Pidal 1940, Alvar y Pottier 1983, Lloyd 1987/1993, Urrutia y lvarez 1988, Penny 1991/1993, Rodrguez Dez 2005, entre otros), que conllev una serie de cambios en su deter-minacin en muchas voces. Aunque existi una tendencia ms o menos generalizada que asig-naba el gnero en funcin de la terminacin (-a para el femenino y -o para el masculino), lo cierto es que existan muchas palabras cuya parte final no se corresponda con ninguno de estos dos morfemas y en las que, por lo tanto, se produca el mayor nmero de vacilaciones.

    Aunque podra pensarse que esta indeterminacin slo pertenece a las primeras etapas his-tricas del espaol, los problemas en la asignacin de gnero en la actualidad tambin son de gran importancia, por lo que en estos casos es la norma la encargada de solventar las dudas del hablante al respecto. As, aunque a partir del Diccionario de la lengua espaola (2001) de la Real Academia Espaola se pueden solucionar algunos de estos problemas (vase Buenafuentes y Snchez Lancis 2006), gracias a la publicacin en 2005 del Diccionario panhispnico de dudas [DPD], tambin de la RAE, por fin el usuario dispone de una herramienta normativa imprescindi-ble para resolver tanto las dudas relativas al gnero en concreto, como otras cuestiones derivadas del uso (vase Velando 2006, Azofra 2007, Buenafuentes y Snchez Lancis 2008).

    Como es bien sabido, cualquier diccionario de dudas debe basar sus decisiones en el uso actual de la lengua y el DPD no es ajeno a esta cuestin. De hecho, as lo seala en su prlogo:

    El Diccionario panhispnico de dudas, teniendo muy presente la realidad del cambio lingstico [...], basa sus juicios y valoraciones en la norma efectivamente vigente en el espaol actual, consi-derado este como la lengua que emplean las generaciones vivas de habla espaola. En ningn caso se ha conformado con repetir juicios heredados de la tradicin normativa, sino que [...] ha podido analizar la pervivencia y extensin real de los usos comentados y ofrecer, por tanto, soluciones y

    recomendaciones fundadas en la realidad lingstica presente (DPD: XIV).

    CRISTINA BUENAFUENTES DE LA MATA Y CARLOS SNCHEZ LANCIS, La diacrona en el Diccionario panhispnico de dudas: el gnero gramatical, Revista de Lexicografa, XIV (2008) pp. 27-41

    * La presente investigacin, versin muy ampliada y revisada de un trabajo presentado en el XXV Congrs Inter-national de Linguistique et de Philologie Romanes, ha sido parcialmente financiada con una ayuda del MEC y FEDER (n de ref. HUM2005-08149-C02-01/FILO y HUM2006-13295-C02-02) y de la CIRIT del Comissionat per Universitats i Recerca de la Generalitat de Catalunya (n de ref. 2005SGR 00568).

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    Sin embargo, pese a que en el prlogo se afirma que esta obra no repite los juicios here-dados de la tradicin normativa, lo cierto es que el criterio etimolgico (tan habitual en el esta-blecimiento de las normas ortogrficas) est tambin presente en un diccionario tan actual como el DPD. Esto es una muestra ms de lo difcil que resulta separar norma, uso y diacrona.

    Por tanto, el objetivo de la presente investigacin es analizar las informaciones de tipo histrico que aparecen en este diccionario y que hacen referencia al gnero de las voces que en l se recogen, para poder demostrar que la diacrona juega un papel importante en el esta-blecimiento de la norma gramatical. Para ello, se van a tratar los tres criterios que, en nuestra opinin, vertebran el gnero en el DPD. En primer lugar, el criterio etimolgico, que emplea la diacrona para ratificar o rechazar el gnero de una palabra. Por otro lado, se utiliza un segundo criterio, que se basa en la historia de la lengua y que remite a perodos anteriores del espaol (espaol medieval, espaol clsico, etc.) como contraste o apoyo a la solucin normativa pro-puesta. Y, finalmente, el criterio del uso actual, que en teora debera ser el nico y principal hilo conductor del diccionario, pero que, como se demostrar, comparte protagonismo con lo histrico en la asignacin del gnero de las palabras. En definitiva, como se podr comprobar a partir de este estudio, la determinacin de este rasgo morfolgico es el resultado de un largo y complejo camino, que slo la adopcin de una perspectiva histrica puede ayudar a descubrir y comprender.

    2. NORMA Y DIACRONA

    2.1. EL CRITERIO ETIMOLGICO COMO NORMA

    Como se ha sealado en la introduccin, las palabras que aparecen recogidas en el DPD con datos relativos a su gnero presentan, en muchas ocasiones, informaciones de tipo hist-rico. Estas referencias diacrnicas se exponen normalmente de manera explcita mediante el uso de expresiones como en sus orgenes, desde el punto de vista etimolgico o como en latn. Sin embargo, el mecanismo ms empleado por el diccionario en este sentido es la indi-cacin directa del gnero del timo del que procede la voz. Este es el caso de vocablos como alfoz, boa, herpes o testuz, tal y como puede observarse a continuacin:

    alfoz. []. Aunque en sus orgenes se emple en ambos gneros, en el espaol moderno es exclu-sivamente masculino (DPD: s. v. alfoz).boa. Cuando significa serpiente americana de gran tamao, aunque alguna vez se ha usado en masculino, es de gnero femenino, como en latn (DPD: s. v. boa).herpes. []. Procede del latn herpes y hoy se emplea exclusivamente con el gnero masculino etimolgico (DPD: s. v. herpes).testuz. []. Este sustantivo, originariamente masculino, pas a usarse tambin en femenino por influjo de cabeza, y hoy se admiten ambos (DPD: s. v. testuz).

    Como se puede comprobar, la mayor parte de estas indicaciones son breves y ayudan al usuario a comprender la evolucin que ha experimentado una palabra en cuanto a su gnero. Sin embargo, existen casos, como mar o regaliz, en los que el DPD ofrece una completsima historia de la palabra, hecho que reafirma claramente la fuerza explicativa del criterio etimol-gico en el establecimiento de la norma:

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    mar. []. Este sustantivo, neutro en latn, se ha usado en espaol en ambos gneros. En el espa-ol general actual es masculino [...]; pero entre las gentes de mar (marineros, pescadores, etc.) es frecuente su empleo en femenino, que tambin abunda en poesa (DPD: s. v. mar).regaliz. []. El timo latino es femenino y, de hecho, en el espaol primitivo se us en un princi-pio la forma femenina regaliza, que posteriormente perdi la -a por influjo de la terminacin en -z del sinnimo de origen rabe orozuz. La forma regaliz adopt pronto el gnero masculino con el que se usa hoy en la lengua general culta []. Debe evitarse su uso en femenino (la regaliz), achacable hoy, por lo general, al influjo de otras lenguas, como el cataln, donde el equivalente de

    esta voz mantiene el gnero etimolgico (DPD: s. v. regaliz).

    Una vez comprobada la presencia de la diacrona en el DPD, conviene analizar los dife-rentes usos con los que se emplea en el diccionario. As, la etimologa se utiliza muy frecuente-mente para reafirmar o rechazar un determinado gnero. Mediante este criterio justificativo, el DPD seala que voces como clmax, dracma, enfiteusis, ndole o sazn son masculinas o feme-ninas como su timo latino:

    clmax. Con el sentido de punto ms alto o culminacin de un proceso, es masculino []. Pero en el lenguaje cientfico, con el sentido de situacin ptima de un ecosistema dadas las condiciones del medio en el que se desarrolla, se usa con el gnero femenino etimolgico (DPD: s. v. clmax).dracma. []. Se recomienda el gnero femenino, que es el etimolgico (DPD: s. v. dracma).ndole. []. Es voz femenina, como su timo latino (DPD: s. v. ndole).

    Esta informacin etimolgica es muy apropiada sobre todo en aquellos casos en los que no existe una marca morfolgica de gnero (-a para el femenino, -o para el masculino), como en el vocablo haz:

    haz. Cuando significa conjunto homogneo de cosas alargadas atadas por el centro y conjunto de rayos luminosos que emanan de un mismo punto, procede del latn fascis (fajo, manojo) y es, como su timo latino, de gnero masculino [...]. Cuando significa cara de una cosa habitualmente ms visible o destinada a ser vista, procede del latn facies (cara) y es, como su timo, de gne-ro femenino, aunque al comenzar por /a/ tnica, le corresponde en singular la forma el del artculo [...]. Cuando significa tropa formada, procede del latn acies (fila de soldados), que era feme-

    nino, gnero con el que debe usarse tambin en espaol (DPD: s. v. haz).

    Esta justificacin se extiende tambin a aquellas palabras que no proceden del latn, pero en las que el gnero de la lengua de origen es el que marca el de la voz en espaol, como sucede en los ejemplos siguientes:

    boa. []. Cuando significa prenda en forma de serpiente, para adorno o abrigo del cuello, aun-que hace aos se usaba siempre con el gnero masculino que tiene esta voz en francs, hoy es ms frecuente el femenino (DPD: s. v. boa).gripe. [...]. Es voz femenina, como en francs, lengua de donde la hemos tomado (DPD: s. v. gripe).

    Esto implica que, desde la forma etimolgica a la del espaol actual, el vocablo haya experimentado una serie de cambios de gnero con respecto a su timo (pasando, en ocasiones,

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    por etapas previas de vacilacin). Es en estos casos en los que el diccionario realiza explicacio-nes diacrnicas ms extensas y detalladas, pues debe dar cuenta de qu ha ocurrido para que el gnero de la palabra haya cambiado en su evolucin al espaol.

    En otras ocasiones, el gnero etimolgico aparece como contraste a la solucin que se usa en la actualidad. Esto ocurre con palabras como nade, apocalipsis, chinche, crin u hojal-dre, en las que el DPD seala explcitamente que pese a que su gnero etimolgico es uno, en espaol actual se emplea mayoritariamente otro:

    nade. []. Aunque el gnero etimolgico es el femenino, hoy se emplea mayoritariamente en masculino (el nade blanco, los nades blancos) (DPD: s. v. nade).apocalipsis. []. Aunque alguna vez se emplea con el gnero femenino etimolgico, es hoy mayoritario y preferible su uso en masculino (DPD: s. v. apocalipsis).chinche. []. Aunque el timo latino es masculino, cambi de gnero ya en latn vulgar y en espaol ha sido siempre femenino en el uso culto mayoritario de todo el mbito hispnico (DPD: s. v. chinche).crin. []. Aunque en latn clsico era voz masculina, en el espaol general culto, desde la poca medieval, es mayoritario su uso en femenino: la crin, las crines. No obstante, en algunos pases de Amrica y en el habla de algunas regiones espaolas se usa ocasionalmente con el gnero mascu-lino etimolgico (DPD: s. v. crin).hojaldre. []. Aunque en pocas pasadas se us en ambos gneros, en el espaol actual es siem-pre masculino (DPD: s. v. hojaldre).

    A pesar de que podra pensarse que estas referencias etimolgicas son superfluas, en nuestra opinin hacen ms comprensibles las vacilaciones en el gnero y la solucin adopta-da desde el punto de vista normativo. Por ello, consideramos que debera generalizarse este empleo a otras voces que no presentan este tipo de informacin y en las que slo se seala su gnero en el espaol actual. Este es el caso de vocablos como apndice o vinagre, en los que el diccionario slo seala que este sustantivo es masculino en el espaol general culto, sin aportar ningn dato ms que ayude a entender por qu las dos voces son masculinas si, adems, antiguamente fueron empleadas en ambos gneros y en espaol actual no son extraos los usos anmalos y no normativos de las dos palabras en femenino (*la apndice o *la vinagre), como puede comprobarse en el Corpus diacrnico del espaol (CORDE) y en el Corpus de referen-cia del espaol actual (CREA). En nuestra opinin, las informaciones diacrnicas deberan ampliarse a todos los casos en los que puede haber dudas en cuanto al gnero.

    Asimismo, la informacin diacrnica es de gran utilidad sobre todo en aquellas pala-bras que proceden de sustantivos neutros latinos, ya que al desgramaticalizarse el gnero neu-tro sufrieron una reestructuracin (en algunos casos bastante aleatoria) hacia el femenino o el masculino; y tambin en aquellos vocablos que no presentaban una clara marca morfolgica de gnero, por lo que conocerlo resulta ms complicado. Esto ocurre, por ejemplo, con los sustan-tivos en -or o con las palabras terminadas en -umbre:

    calor. []. Es voz masculina en la lengua general culta [...]. Su uso en femenino, normal en el espaol medieval y clsico, se considera hoy vulgar y debe evitarse. El femenino puede aparecer tambin en textos literarios, con finalidad arcaizante (DPD: s. v. calor).vislumbre. []. Aunque en pocas pasadas se us frecuentemente en femenino, en el espaol actual predomina el masculino (DPD: s. v. vislumbre).

  • LA DIACRONA EN EL DICCIONARIO PANHISPNICO DE DUDAS: EL GNERO GRAMATICAL 31

    Adems, la informacin diacrnica se hace ms necesaria cuando la solucin en el gne-ro de algunas voces es doble, es decir, poseen un gnero ambiguo, como sucede con el vocablo mar, visto antes, o acn, entre otros:

    acn. []. En el espaol actual se emplea casi exclusivamente en masculino [...]. Es hoy raro, pero admisible, su uso con el gnero femenino etimolgico (DPD: s. v. acn).

    Por otro lado, las referencias histricas son escasas en otros casos que tambin pueden plantear problemas de gnero al usuario. Esto ocurre, por ejemplo, en las excepciones a la ten-dencia de reasignacin del gnero de las palabras neutras sealada antes. Se trata de vocablos masculinos que terminan en -a en los que, por tanto, no existe la correspondencia entre la ter-minacin y el gnero. Durante su evolucin, estas voces presentaron vacilacin, pero finalmen-te acabaron por adquirir el gnero masculino. En este sentido, debera ampliarse la informacin diacrnica (escasa o inexistente) que se ofrece en palabras de procedencia griega como anate-ma, aneurisma, aroma o cisma.

    Tambin se han hallado casos en los que, pese a que el gnero etimolgico y el gnero del espaol actual no coinciden, el DPD seala que ambos son vlidos (aunque en ocasiones se indique la preferencia por el masculino o el femenino). En estas voces, como, por ejemplo, crepe o slice, la diacrona tambin resulta clarificadora, ya que el usuario puede llegar a com-prender por qu determinadas palabras se pueden usar en ambos gneros:

    crepe. []. Es vlido su uso en ambos gneros, aunque se recomienda mantener el gnero feme-nino etimolgico (DPD: s. v. crepe).slice. []. Ya en latn vacilaba su gnero. En espaol, aunque se documenta ocasionalmente en masculino, ha sido siempre femenino en el uso culto mayoritario (DPD: s. v. slice).

    Aparte de poder conocer cul ha sido la evolucin experimentada por la palabra en este aspecto, el DPD seala tambin a veces la causa por la cual el gnero del vocablo ha cambiado con respecto a su timo. En estas ocasiones, lo ms frecuente es que se indique otra palabra afn semnticamente que influye en el cambio de gnero de otra voz. En algunos casos, el resultado de esta influencia se considera vlido (como en aguatinta, magneto, maratn, prez o pitn); en otros, se censura normativamente (como en avestruz e hidromiel):

    aguatinta. []. Aunque tradicionalmente se ha considerado de gnero femenino, hoy, por influjo de aguafuerte, es frecuente su empleo en masculino. Se admite su uso en ambos gneros (DPD: s. v. aguatinta).avestruz. []. Es voz masculina []. Por influjo del gnero de la palabra ave, se comete a menu-do el error de usarla en femenino: la avestruz (DPD: s. v. avestruz).hidromiel. []. Esta voz, neutra en latn, es masculina en espaol []; a veces, por influjo de miel, se usa indebidamente en femenino: la hidromiel (DPD: s. v. hidromiel).magneto. []. Surge por abreviacin de la expresin mquina magnetoelctrica, lo que explica su inicial uso en femenino, an vigente []. Pero hoy es cada vez ms frecuente su empleo en masculino, influido por la terminacin en -o de este sustantivo (DPD: s. v. magneto).maratn. []. Esta voz comenz a circular en el primer tercio del siglo xx con gnero masculi-no; posteriormente, por influjo del gnero de prueba o carrera, se ha ido extendiendo su uso en femenino, tambin vlido (DPD: s. v. maratn).

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    prez. []. Era en origen un sustantivo masculino, como precio, con el que comparte timo latino. Posteriormente, quiz por influjo de sinnimos como honra o fama, o del sustantivo preces, comenz a emplearse tambin en femenino y hoy se considera vlido su uso en ambos gneros (DPD: s. v. prez).pitn. Este sustantivo es masculino en todas sus acepciones; tambin cuando designa cierta serpiente no venenosa de gran tamao []. Pero hoy es ms frecuente su uso en femenino, por influjo del gnero del sustantivo serpiente, con el que aparece a menudo en aposicin (serpiente pitn) (DPD: s. v. pitn).

    A veces, es la influencia de otra lengua la que favorece el hecho de que el gnero de una determinada palabra cambie. Esto puede llevar a dos soluciones distintas. La primera de ellas con-siste en que el resultado de ese influjo sea rechazado por el DPD por considerarlo incorrecto. Esto ocurre en vocablos como claror o psicoanlisis, tal y como puede observarse a continuacin:

    claror. [...]. Se ha usado en ambos gneros. En el espaol medieval era normalmente femenino, pero hoy es mayoritario su empleo con el gnero masculino etimolgico [...]. En algunos hablan-tes, el uso en femenino (la claror) puede deberse al influjo del cataln (DPD: s. v. claror).psicoanlisis. [...]. Debe usarse siempre en masculino, como mayoritariamente se hace, por ser este el nico gnero vlido en el espaol actual para el sustantivo anlisis [...]. Debe evitarse su uso en femenino (la psicoanlisis), achacable hoy al influjo de otras lenguas como el italiano, el francs o

    el cataln, en las que anlisis y sus compuestos son de gnero femenino (DPD: s. v. psicoanlisis).

    La otra solucin, ms minoritaria, es que el cambio de gnero venga dado por la influen-cia de otra lengua, pero el resultado se adapte a la norma del espaol. Esto se puede observar en palabras como cantatriz o samba:

    cantante. [...]. El femenino cantatriz (que etimolgicamente corresponde al masculino cantador) es desusado en espaol y se desaconseja su empleo. Su uso ocasional hoy, normalmente referido a la cantante de pera o de canto clsico, se debe ms al influjo de otras lenguas, como el italiano o el francs (DPD: s. v. cantante).samba. [...]. Es voz femenina en la mayor parte del mbito hispnico [...]; pero en algunos pases como la Argentina o Cuba se usa normalmente en masculino, que es el gnero que tiene este sus-tantivo en portugus (DPD: s. v. samba).

    Tambin se pueden encontrar casos en los que el cambio de gnero se haya producido a partir de un reanlisis por resegmentacin, de modo que se adecua el gnero a la terminacin. Este es el caso de la palabra miasma o de la voz ratio, que se exponen a continuacin:

    miasma. []. Conserva el gnero masculino que tiene en francs, de donde pas al espaol a finales del siglo XVIII: []. Hoy se est extendiendo, incluso entre hablantes cultos, su uso en femenino, por influjo de la -a final (DPD: s. v. miasma).ratio. [...]. Este latinismo es etimolgicamente femenino, y as se recomienda usarlo en espaol [...]; pero por influjo de la -o final se usa hoy frecuentemente en masculino, especialmente en el mbito de la economa, donde tambin puede haber influido el gnero masculino del sustantivo ndice (DPD: s. v. ratio).

    Finalmente, es posible hallar ejemplos en los que la fuerza analgica ha provocado que se cree una nueva palabra para expresar el gnero. Tal es el caso del vocablo ogra, como puede observarse:

  • LA DIACRONA EN EL DICCIONARIO PANHISPNICO DE DUDAS: EL GNERO GRAMATICAL 33

    ogro -esa. Con el sentido de ser imaginario que se alimenta de carne humana, el femenino eti-molgico y ms usado en la lengua culta es ogresa (del fr. ogre, fem. ogresse) [...]. Pero, por ana-loga con el femenino en -a propio de los sustantivos cuyo masculino acaba en -o, se emplea tam-

    bin el femenino regular ogra (DPD: s. v. ogro -esa).

    Adems, la diacrona tambin es de gran importancia en relacin a las especializaciones del gnero en funcin del significado de la palabra. Es decir, como es bien sabido, determina-das voces que se empleaban en ambos gneros acaban por usarse con un gnero determinado en funcin de su significado. Este es el caso del vocablo cometa que es femenino cuando hace referencia al juego infantil, pero masculino cuando designa el astro. Este hecho se refleja tam-bin en palabras como canal o dote (adems de en crisma o margen):

    canal. Aunque en el espaol antiguo, al igual que en latn, se documenta su uso indistinto en ambos gneros, en el espaol actual es voz masculina o femenina dependiendo de sus acepciones: a) Es masculina cuando significa cauce artificial para la conduccin de agua o cauce natural de poca anchura [...]. b) Se usa mayoritariamente en femenino cuando significa res abierta en canal [...]. c) Se usa en ambos gneros cuando significa parte ms profunda y limpia de la entrada de un puerto (DPD: s. v. canal).dote. Cuando significa conjunto de bienes aportados por la mujer al matrimonio o por la religio-sa al convento, es vlido su uso en ambos gneros, aunque hoy predomina claramente el femeni-no, que es, adems, el gnero etimolgico []. Cuando significa cualidad personal es siempre

    femenino y se emplea normalmente en plural (DPD: s. v. dote).

    Por ltimo, el DPD tambin pone de manifiesto los cambios en la expresin del gnero de algunas palabras no slo con respecto a su timo, sino tambin en relacin a otras etapas anteriores del espaol, aspecto que se trata pormenorizadamente en el siguiente apartado. Esto se produce, sobre todo, en la designacin de nombres sexuados como, por ejemplo, husped, poeta, sacerdote o sastre. En estas voces se indica que, aunque en pocas anteriores del espaol tenan o bien un femenino etimolgico (como poetisa para poeta o sacerdotisa para sacerdote) o bien generado a partir de un proceso de hipercaracterizacin1 (como huspeda para husped o sastra para sastre), en la actualidad todas estas voces tambin se emplean como comunes en cuanto al gnero, es decir, la husped, la poeta, la sacerdote o la sastre:

    husped. []. Su femenino tradicional es huspeda, que an se documenta en la actualidad []; pero hoy parece preferirse su uso como comn (el/la husped) (DPD: s. v. husped).poeta -tisa. []. El femenino tradicional y ms usado es poetisa []. Modernamente se utiliza tambin la forma poeta como comn en cuanto al gnero (el/la poeta) (DPD: s. v. poeta -tisa).sacerdote -tisa. [...]. El femenino etimolgico y tradicional es sacerdotisa, usado especialmente en referencia a religiones antiguas o no cristianas [...]; pero para referirse hoy a las mujeres que ejercen el sacerdocio en las Iglesias cristianas que lo permiten, se prefiere el uso de la forma sacerdote, que funciona en ese caso como comn (el/la sacerdote) (DPD: s. v. sacerdote -tisa).sastre -tra. []. Aunque por su terminacin sera normal su uso como sustantivo comn en cuan-to al gnero (el/la sastre), el nico femenino documentado para esta voz es sastra, registrado ya en

    1 Denominamos hipercaracterizacin al proceso de asignacin de una clara marca de gnero (-a para femenino; -o para masculino) al sustantivo o adjetivo (vase Penny 1991/1993).

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    el diccionario de Nebrija (1495) []. No es normal, y debe evitarse, el femenino sastresa (DPD:

    s. v. sastre -tra).

    En definitiva, el criterio etimolgico ayuda a clarificar el gnero que en la actualidad tienen determinados vocablos y a comprender mejor la solucin sealada por la norma. Por eso, consideramos que debera extenderse a otros casos que no presentan esta informacin en los que sera igualmente explicativa.

    2.2. LA HISTORIA DE LA LENGUA COMO NORMA

    En otros casos, el DPD no recurre a la etimologa de la palabra para refutar, reafirmar o clarificar su gnero, sino que se apoya en la historia de la lengua, es decir, seala la existencia de un cambio de gnero en una determinada voz en contraste con pocas anteriores del espaol.

    Los perodos temporales ms empleados en este sentido son el espaol medieval y el espaol clsico tomados como referencia por separado2 (como en bachiller, cicern, hiprbole u olor) o conjuntamente (como en cabro, fantasma, hermafrodita o puente). Vanse ejemplos de ambos usos:

    olor. [...]. Como se ve en los ejemplos, es un sustantivo de gnero masculino. Debe evitarse su uso en femenino, frecuente en el espaol medieval, pero relegado hoy al habla popular y ajeno, por tanto, a la norma culta (DPD: s. v. olor).bachiller. [...]. En el espaol clsico se us el femenino bachillera, casi siempre con intencin humorstica o despectiva, forma que an pervive y se usa, en algunas zonas, sin connotaciones negativas (DPD: s. v. bachiller).fantasma. [...]. Aunque en el espaol medieval y clsico se us mayoritariamente en femenino de lo que an quedan vestigios en el habla popular y, a veces, literaria, en el espaol general actual es de gnero masculino (DPD: s. v. fantasma).

    En todos estos ejemplos, la informacin histrica que hace referencia a estos perodos concretos del espaol puede presentar tres usos. En primer lugar, se emplea para justificar la existencia o conservacin de una determinada forma (como en el caso de cabro); en segundo lugar, para rebatir o rechazar su uso en la actualidad (como en la voz hermafrodito); y, final-mente, para dar informacin adicional, sin intencin normativa (como en la tigre o la viga). Vanse los siguientes ejemplos:

    cabra. [...]. Para designar especficamente al macho se usan, en la lengua general, las expresiones macho cabro, cabrn o chivo; no obstante, en algunos pases americanos y algunas regiones de Espaa

    se emplea tambin el masculino cabro, normal en el espaol medieval y clsico (DPD: s. v. cabra).hermafrodita. [...]. El masculino hermafrodito, documentado en el espaol medieval y clsico, es hoy inusitado y, por ello, desaconsejable, salvo cuando, como nombre propio y escrito, por tanto, con mayscula inicial, se refiere al hijo de Hermes y Afrodita, origen etimolgico de esta voz (DPD: s. v. hermafrodita).

    2 Aparte de olor, el nico vocablo al que se hace una referencia histrica slo sobre el espaol medieval es azcar. Sin embargo, el comentario trata en este caso sobre la pervivencia del alomorfo femenino del artculo el ante sustantivos tambin femeninos que empezaban por vocal, construccin propia y exclusiva de este perodo (cfr. el azcar molida).

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    tigre -esa. [...]. En el espaol medieval y clsico era normal el uso de la forma tigre como comn en cuanto al gnero (el/la tigre) (DPD: s. v. tigre -esa).viga. []. Cuando significa persona dedicada a vigilar desde una atalaya, es comn en cuanto al gnero (el/la viga) []. En el espaol medieval y clsico se us como epiceno femenino y, por

    tanto, se deca la viga incluso en referencia a un hombre (DPD: s. v. viga).

    Aparte de los casos anteriores, aunque en menor nmero, el DPD realiza una serie de indi-caciones temporales mucho ms concretas en donde toma como punto de referencia el concepto de siglo. De este modo, la indicacin histrica puede servir para sealar la incorporacin al espa-ol de un vocablo con un gnero determinado, como sucede con la palabra supervit, procedente de una forma verbal latina que careca de gnero, la cual se empez a utilizar como sustantivo masculino en el siglo XVIII en el lenguaje econmico. O tambin se puede usar para marcar un momento a partir del cual un vocablo sufre un cambio de gnero, como ocurre con lis, slo feme-nina hasta el siglo XIX, pero tambin masculina a partir del siglo XX. O incluso puede ser empleada para especificar un breve perodo de tiempo durante el cual se produjo la aparicin de una nueva forma, sin que sta llegara a triunfar, como sucedi con confidenta, femenino de confidente:

    confidente. [...]. Por su terminacin, es comn en cuanto al gnero, y as se usa mayoritariamente en el habla culta (el/la confidente) [...]. Se desaconseja el femenino confidenta, que tuvo cierto

    uso en el siglo XIX, pero que no se ha consolidado en el nivel culto (DPD: s. v. confidente).

    As como en los ejemplos anteriores (supervit, lis), la informacin diacrnica era empleada para explicar cundo se produjo un cambio de gnero, en este ltimo caso (confiden-ta) sirve de nuevo para rechazar cualquier empleo actual de una forma determinada de gnero, que slo tuvo un cierto uso en una poca anterior muy concreta.

    Finalmente, y de forma totalmente opuesta a todo lo anterior, el DPD puede utilizar conceptos temporales mucho ms amplios que los vistos hasta ahora para proporcionar infor-macin histrica. En estos casos, la referencia temporal viene dada, en unas ocasiones, por la forma adverbial tradicionalmente, como sucede con los vocablos tema y polizn, en donde se utiliza en ambos para comentar el inicio de un cambio reciente de gnero que se est producien-do en estos momentos en la lengua, en contraste con su uso habitual durante toda su existencia. As, tema mana, adems del gnero femenino tradicional habra pasado a ser usado tam-bin en masculino; y polizn estara incorporando el femenino polizona, como as lo seala el lema de la entrada (polizn, -na):

    tema. []. Con el sentido de mana o idea fija en la que alguien se obstina, se ha usado tradicio-nalmente en femenino []; pero tambin se emplea en masculino, por contagio del gnero propio del resto de las acepciones (DPD: s. v. tema).polizn -na. [...]. Se ha usado tradicionalmente como epiceno masculino [...]. Pero comienza a usarse con normalidad el femenino polizona, morfolgicamente correcto (DPD: s. v. polizn -na).

    En otros casos, la expresin que emplea el DPD es la de ha sido siempre. De este modo, esta referencia temporal se usa, por un lado, para constatar la nica posibilidad de gne-ro que tiene y ha tenido una determinada palabra (hinchazn y tablazn, como femeninas en su uso culto general), sin que se d ms eleccin; o sirve, por otro lado, para escoger una deter-

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    minada opcin de gnero ante la existencia de dos posibilidades de formacin (linde, de uso mayoritario femenino siempre, a pesar de poder ser empleada en ambos gneros; o jefa, como femenino de jefe):

    jefe. []. Por su terminacin, es comn en cuanto al gnero (el/la jefe) [...]; pero cuando el jefe es una mujer ha sido siempre ms frecuente el uso del femenino especfico jefa, registrado en el diccionario acadmico desde 1837 (DPD: s. v. jefe).

    Como se puede comprobar fcilmente, los criterios histricos vuelven a ser utilizados o como corroboracin de la existencia de una determinada realidad morfolgica ante la que no es posible otra opcin (la hinchazn, la tablazn), o como argumento y prueba a la hora de decidir ante dos posibilidades (la linde frente a el linde; la jefa frente a la jefe).

    2.3. EL USO ACTUAL COMO NORMA

    Tal y como se afirma en su prlogo, el DPD se basa en el uso actual y, por tanto, la mayo-ra de las referencias temporales que en l aparecen se refieren al hoy. La lengua actual apa-rece en muchos casos como un criterio de autoridad que permite rechazar o afirmar un gnero o preferir el uso de uno respecto a otro.

    En primer lugar, curiosamente, la expresin temporal puede dar cuenta no del gne-ro de la palabra que aparece en la entrada, sino de la forma de los determinantes que se le anteponen. Se trata de un grupo importante compuesto por aquellos vocablos femeninos que comienzan por /a-/ tnica, como es el caso de acta, agua, guila, alma, alta, ama, rea, arma, arpa, asma, aula, habla o hambre, en donde la anteposicin directa del artculo conlle-va la presencia de la variante morfolgica de femenino el. Sin embargo, cuando el artculo es sustituido por un indefinido, se seala la preferencia mayoritaria hoy de las formas apoco-padas femeninas un, algn, ningn, frente a una, alguna, ninguna, que no son consideradas incorrectas:

    agua. [...]. Este sustantivo es femenino. Al comenzar por /a/ tnica, exige el uso de la forma el del artculo definido si entre ambos elementos no se interpone otra palabra, pero los adjetivos deben ir en forma femenina [...]. En cuanto al artculo indefinido, aunque no se considera inco-rrecto el uso de la forma plena una, hoy es mayoritario y preferible el uso de la forma apocopada un [...]. Lo mismo ocurre con los indefinidos alguno y ninguno: algn agua, ningn agua. El resto de los adjetivos determinativos debe ir en femenino: esta agua, toda el agua, mucha agua, etc. (DPD: s. v. agua).

    Por otro lado, cuando la lengua actual es la que impone la solucin, el diccionario tam-bin se sirve de referencias cuantitativas que lo apoyan en las soluciones propuestas, de modo que se seala que hoy es mayoritario o preferible el masculino o el femenino, en funcin de la voz. Esto sucede con el adjetivo hugonote, el cual tiende a usarse mayoritariamente en espaol actual con una sola terminacin y como sustantivo comn en cuanto al gnero (el/la hugonote), aunque ha conservado hasta hoy tambin como adjetivo dos terminaciones (hugono-te, -ta); o con antpoda, en donde el argumento temporal tiene que ver con su mayor frecuencia de uso como femenino, a pesar de su empleo indistinto en ambos gneros; o con autodidacta,

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    adjetivo en un principio de dos terminaciones en funcin del gnero del sustantivo al que acom-paa (autodidacto, -ta), pero que se est reduciendo a una sola terminacin:

    autodidacto -ta. [...]. An sigue vigente su uso originario como adjetivo de dos terminaciones, una para cada gnero [...]. Pero hoy es ms frecuente usar la forma autodidacta tambin para el masculino (DPD: s. v. autodidacto -ta).

    La gradualidad temporal, esgrimida como argumento anteriormente, se refuerza en el DPD mediante la expresin hoy predomina, como sucede con la seleccin del gnero de los vocablos autoclave, contraluz y tizne, en donde el valor masculino ha triunfado sobre el femenino; o rompiente, en donde el femenino ha sido el elegido por los hablantes, a pesar de que todos stos se usan en ambos gneros. O tambin con la frase hoy se est extendiendo, como ocurre con miembro y rehn, cuyo empleo como sustantivos epicenos masculinos (ella es un miembro del equipo; ella es un rehn de los atracadores) est siendo sustituido por su utilizacin como comunes en cuanto al gnero (el/la miembro, el/la rehn). Adems, dentro de este gran grupo, se pueden incluir todas aquellas palabras en las que el valor temporal indica claramente una eleccin normativa, ya que, a diferencia de los ejemplos anteriores, slo se considera correcta ms o menos una nica opcin. As tenemos vocablos como alar-ma, en el que hoy solo es normal el valor femenino, a pesar de haber sufrido una vacilacin de gnero en otras pocas; tilde, que con el significado de lo ms mnimo, hoy se usa siempre con gnero femenino; vertiente, el cual hoy se emplea casi exclusivamente como femenino, aunque es vlida su utilizacin en ambos gneros; y aleluya, en el que hoy suele ser ms normal su valor masculino, a pesar de que tambin se permite su uso en ambos gneros. Y tambin podramos aadir el vocablo distole, en donde se combinan perfecta-mente los tres tipos de referencias temporales vistos a lo largo del presente estudio (etimo-loga, historia de la lengua y espaol actual), con el fin de justificar la eleccin normativa realizada en la actualidad:

    distole. []. Los diccionarios de la Academia lo calificaron de masculino hasta fines del XIX, lo que explica su frecuente uso con ese gnero en textos de esa poca. Pero hoy solo se considera correcto el femenino, que es, por otra parte, el gnero etimolgico (DPD: s. v. distole).

    En otros casos, la lengua actual se emplea como argumento negativo, pues sirve para rechazar opciones de gnero que no se consideran vlidas porque carecen de uso en la actua-lidad. Esto ocurre en voces como azuda, cofrada o estratego en las que se seala su escaso empleo en el espaol actual y se indica que debe usarse preferiblemente el azud, la cofrade y el estratega, respectivamente:

    azud. []. Aunque se admite su uso en ambos gneros, es mayoritario y preferible el masculino []. Existe tambin, con este significado, la forma azuda, de gnero femenino y muy escaso uso en la actualidad (DPD: s. v. azud).cofrade. []. Es comn en cuanto al gnero (el/la cofrade) []. El femenino cofrada, docu-mentado en el espaol clsico, carece de uso en la actualidad (DPD: s. v. cofrade).estratega. [...]. Es comn en cuanto al gnero (el/la estratega) [...]. Hoy es raro y, por ello, des-aconsejable el masculino estratego (DPD: s. v. estratega).

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    Finalmente, el argumento temporal utilizado de forma negativa tambin se emplea cuan-do la pervivencia del gnero va unida a un significado determinado (como en el caso de atala-ya) o cuando se seala claramente el valor normativo de una opcin concreta, frente a otra de influencia externa a la lengua espaola de uso desaconsejable (como en padrina):

    atalaya. Cuando significa torre viga y altura desde la que se divisa mucho espacio de tierra o mar, es femenino [...]; as pues, con este sentido no es correcto su uso en masculino. S se usa en masculino con el sentido, poco frecuente hoy, de hombre que vigila desde una atalaya (DPD: s. v. atalaya).madrina. [...]. Es el femenino que corresponde, en el espaol general culto, al masculino pa-drino. Es minoritario y desaconsejable el uso de padrina, que hoy se debe, en muchos casos, al influjo del cataln, lengua en la que es el femenino de padr (padrino) (DPD: s. v. madrina).

    Finalmente, la referencia temporal al espaol actual se emplea en muchos casos de manera neutra, es decir, el diccionario simplemente seala el gnero con el que se usa una determinada palabra hoy. De hecho, esto debera ser lo habitual en un diccionario de uso como el DPD. Es el mtodo empleado en los vocablos almbar, anlisis y zster (adems de en emblema, epifonema, epigrama, ibis, yunque):

    almbar. []. En la lengua culta actual es solo de gnero masculino, por lo que debe evitarse su uso en femenino: el almbar, no la almbar (DPD: s. v. almbar).anlisis. [...]. En el espaol actual es siempre masculino: el anlisis, no la anlisis (DPD: s. v. anlisis).zster. []. En el espaol actual se usa exclusivamente en masculino: el herpes zster, el zster (DPD: s. v. zster).

    Adems, encontramos tambin un grupo variado de vocablos en los que la informacin temporal simplemente expresa el hecho, por un lado, de que es hoy una opcin de gnero determinada, como se puede ver en las palabras espada matador de toros, comn en cuanto al gnero (el/la espada), y trpode, masculina; o, por otro, de que hoy sigue vivo en algunos dialectos, como ocurre con la forma adjetiva de dos terminaciones torcazo, -za:

    espada. Con los sentidos de matador de toros y persona diestra en el manejo de la espada, es hoy comn en cuanto al gnero (el/la espada) (DPD: s. v. espada).trpode. Soporte con tres pies y banquillo o taburete de tres pies. Aunque con el segundo sentido indicado se us en ambos gneros en pocas pasadas, hoy es voz masculina en todas sus acepciones (DPD: s. v. trpode).torcaz. []. Se usa como adjetivo de una sola terminacin (paloma torcaz, palomo torcaz) y como sustantivo comn en cuanto al gnero (el/la torcaz) []. La forma torcaz es la usada en la lengua general, aunque en determinadas zonas de Espaa y de Amrica sigue vivo el antiguo adjetivo de dos terminaciones torcazo, -za, usado tambin como sustantivo (DPD: s. v. torcaz).

    En este sentido, son un caso especial los sustantivos que se refieren a oficios, ocupacio-nes o cargos, etc. Los cambios en la sociedad han provocado que ocupaciones que antes eran desarrolladas por hombres en la actualidad tambin sean desempeadas por mujeres y vicever-sa, lo que plantea numerosas dudas e indeterminaciones en el gnero. Por ello, la descripcin

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    histrica que hace el DPD en estos casos es muy valiosa, ya que ayuda al usuario a conocer cul es la forma correcta o a elegir la ms apropiada normativamente. Vase el caso de azafato, donde aparece una extensa y clarificadora justificacin temporal:

    azafato -ta. [...]. Al ser labores tradicionalmente desempeadas por mujeres, hasta no hace mu-cho solo exista la forma femenina azafata; dado que hoy tambin las realizan hombres, se ha creado, y es plenamente vlido, el masculino azafato (DPD: s. v. azafato -ta).

    Por ltimo, la solucin no es nica, por lo que el hablante puede utilizar la que prefiera en cada caso. As ocurre en voces como alguacil, diabla o endocrino, como se puede ver a continuacin:

    alguacil. []. Por su terminacin, es comn en cuanto al gnero (el/la alguacil) []. Existe tambin, aunque se usa menos, el femenino especfico alguacila, que en pocas pasadas desig-naba a la mujer del alguacil, pero que hoy designa tambin a la mujer que ocupa este cargo. Se desaconseja, por desusado, el femenino alguacilesa (DPD: s. v. alguacil).diablo, -a. [...]. El femenino es diabla [...]. Con posterioridad a diabla, se cre el femenino dia-blesa, menos usado pero tambin vlido (DPD: s. v. diablo -a).endocrino -na. []. La forma endocrino se usa tambin, por acortamiento de endocrinlogo, para designar al mdico especialista en endocrinologa. Puede funcionar como comn en cuanto al gnero, como es normal en los acortamientos: el/la endocrino; pero la influencia de la forma femenina del adjetivo hace que hoy sea normal llamar endocrina a la mdica que ejerce esta es-pecialidad (DPD: s. v. endocrino -na).

    En estos casos, el gnero tradicional y el moderno resultan ser igualmente vlidos en el espaol actual.

    3. CONCLUSIONES

    En la actualidad, el Diccionario panhispnico de dudas se ha convertido en la obra nor-mativa por excelencia donde el usuario puede encontrar las respuestas a sus preguntas en rela-cin a la correccin lingstica. Aunque no se puede poner en duda que el uso es la base de este diccionario, la diacrona, como se ha podido comprobar, tambin adquiere protagonismo, sobre todo en las informaciones que hacen referencia al gnero gramatical. As, uno de los criterios ms importantes a la hora de sealar el gnero de una determinada voz es el etimolgico. Esto significa que el gnero del timo se utiliza para ratificar o desechar el que tiene la palabra en el espaol actual. Con todo, pese a que la mayora de estas referencias diacrnicas son breves, en ocasiones se realiza una completa historia de la evolucin experimentada por el gnero de una palabra e incluso se seala, a veces, la causa que ha podido provocar que la voz haya cambiado el gnero con respecto a su timo o a pocas pasadas. Sin embargo, este empleo de lo etimol-gico como apoyo a lo normativo, a pesar de que pudiera pensarse que resulta superfluo por ser el DPD un diccionario de dudas, en nuestra opinin, es totalmente necesario y debera generali-zarse, pues ayuda a clarificar y comprender la decisin normativa tomada en esta obra.

    Por otra parte, tambin se ha observado cmo el DPD se apoya en la historia de la len-gua para reafirmar o refutar el gnero de una palabra del espaol actual. En este caso, las refe-rencias al espaol medieval, al espaol clsico o a ambos perodos se utilizan, principalmente,

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    tanto para justificar la existencia o conservacin de una determinada forma como para rechazar su uso o expresar simplemente el momento en que se produjo un cambio de gnero.

    En contraposicin a lo visto antes, el DPD emplea tambin la lengua actual como criterio de autoridad para afirmar o rebatir, en un vocablo, un gnero determinado o mostrar preferen-cia por el uso de uno en concreto. Para ello, se basa ante todo en la frecuencia de utilizacin, el predominio o la extensin de una forma gramatical, as como en su escaso empleo si se trata de justificar su no aceptacin. Sin embargo, en algunas ocasiones, la referencia al espaol actual se convierte en un simple dato objetivo para sealar el gnero asignado actualmente a una pala-bra, informacin que cobra una gran importancia en el caso de los sustantivos que se refieren a oficios, ocupaciones o cargos, como se ha podido observar.

    En definitiva, la informacin diacrnica es un elemento lingstico de gran importancia a la hora de establecer la norma gramatical en relacin al gnero. Ello no significa en absolu-to que los datos proporcionados por la historia de la lengua sean la nica informacin vlida en estos casos, sino que la norma puede ser explicada y, sobre todo, justificada, con mayor o menor acierto, gracias al hecho de tener en cuenta la diacrona, es decir, el cambio lingstico. De ah que, en determinadas ocasiones, sean la etimologa, los distintos perodos de la historia de la lengua o el simple uso en espaol actual, de manera independiente o complementaria, los elementos que ayuden a fijar la norma del gnero gramatical.

    Finalmente, la informacin histrica nos permite comprobar y contrastar los aciertos y errores, si es que as pueden llamarse, cometidos al haber adoptado una serie de soluciones, sin olvidar que, a pesar de la norma, y ya desde los orgenes de la propia lengua, volver a ser el hablante, en definitiva, el que tenga la ltima palabra.

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