Material de Lectura _Historia_Diplomado Gerens_CSoldi

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    DE RE METALLICA

    Georgius Agricola

    Georg Bauer es ms conocido por la versin latina de su apellido (Agricola), ya que se trataba de una costumbre bastante frecuente en el Renacimiento. Naci en 1494 en Glauchau, Alemania, y muri en Chemnitz el ao 1555. Recibi su formacin primaria y secundaria en varias escuelas de Glauchau, Zwickau y Magdeburgo. Tras sus estudios en la Universidad de Leipzig obtuvo el ttulo de Bachiller en Artes y comenz su actividad profesional enseando griego y latn. En su primera obra, Deprima ac simplici institutione gramtica (1520), describe sus experiencias como docente. En 1523 inicia sus estudios de medicina en la Universidad de Leipzig para continuarlos luego en Bolonia y Venecia. Sus profundos conocimientos del griego y latn le permitieron colaborar en las ediciones de las obras de Hipcrates y Galeno. Conseguido el doctorado en Medicina, se instal como mdico y farmacutico en Joachimsthal (Chequia), el centro de minera ms importante de Europa. Aqu continu sus investigaciones sobre las aplicaciones farmacuticas de los minerales y sobre las enfermedades profesionales que afectaban a los mineros y fundidores. Como resultado de sus frecuentes visitas a las minas y fundiciones, adquiere un conocimiento profundo sobre geologa, minera y metalurgia. Su obra, Bermannus sive de re metallica dialogus (1530), es la primera edicin moderna sobre mineraloga. Agricola vuelve como mdico a Chemnitz, donde desempea importantes cargos relacionados con la poltica y la administracin: Alcalde, Consejero de la Corte de Sajonia y mediador, en el proceso de la Reforma Protestante, entre los poderes locales y el Emperador Carlos V. En Chemnitz exista entonces una fundicin de cobre y Agricola aprovecha para armonizar sus tareas polticas con sus investigaciones sobre geologa y metalurgia. En 1549 publica De animantibus subterraneis. Agricola lleg a ser uno de los hombres ms ricos de Chemnitz y una alta inversin llevada a cabo para localizar nuevos yacimientos de minerales en Joachimsthal se vio coronada por el xito. Durante los aos 1552 y 1553 la peste negra asol Sajonia y Agricola, en su condicin de mdico, trabaj intensamente curando y aliviando a los contagiados, publicando en 1554 De peste libri III, una sntesis de sus observaciones y estudios sobre la peste. Muere en 1555 y cuatro meses despus de su muerte se public obra ms conocida hoy: De re metallica libri XII. Se trata de la obra sobre ingeniera ms representativa del Renacimiento. Su contenido, claro, preciso y novedoso en muchos aspectos, ha ayudado a gelogos, mineros y fundidores durante siglos.

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    Felipe II tena un ejemplar de De re metallica en su austera habitacin del Monasterio de El Escorial y Juan de Herrera construy, cerca del molino de la Casa de Campaa de El Monasterio de El Escorial, una mquina para cortar hierros como las que se ven en el libro de Agricola. El inmejorable estado en el que se encuentra la obra es un claro testimonio de que los bibliotecarios Jernimos y Agustinos, a lo largo de cinco siglos, han sabido realizar, siguiendo la peticin expresa de Felipe II, una buena guardia y fiel custodia de los incontables tesoros, tanto impresos como manuscritos que se pueden encontrar hoy en la Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial. Herbert Hoover, gelogo, ingeniero de minas e incansable investigador del mundo mineral, quien en 1932 llegara a ser presidente de los Estados Unidos, tradujo en 1912 De re metallica del latn al ingls. Gran admirador de Agricola, Hoover sostuvo que "fue el primero en basar las ciencias naturales en la investigacin y la experiencia como opuestas a todas las ftiles especulaciones previas". El gran humanista Erasmo de Rotterdam era tambin un ferviente admirador de los innovadores trabajos de Agricola. Erasmo, tal como se puede leer en Bermannus sive de re metallica dialogus, proclama la singularidad de los escritos de Agricola: "una mente tan lcida no poda producir nada mediocre". Agricola dedic los veinte aos ms fecundos de su vida a escribir De re metallica. Su conocimiento de los clsicos, su condicin de mdico y boticario ennoblecen los estudios de la geologa y minera, alejados durante siglos de los intereses primordiales de los telogos y de los filsofos de la naturaleza. Por otra parte, los delicados dibujos de Basilius Weffring, a los que dedic tres aos, convierten a la obra de Agrcola en un tesoro artstico capaz de seducir a los espritus ms sensibles y exigentes. De re metallica est dividida en doce libros, en los que se narra: Las razones por las cuales es interesante el estudio de la geologa, minera y metalurgia. Las cualidades que debe poseer un minero. La varilla para localizar los puntos singulares de la tierra donde se concentran los minerales. Las vetas y depsitos. Los oficiales de las minas y las condiciones de trabajo. La agrimensura, el entibado, la construccin de galeras y la bsqueda de minerales. Las herramientas, bombas, desages, maquinaria y enfermedades de los mineros. Mtodos de ensayo de minerales en copelas de ceniza de madera y hueso. Los hornos de mufla y la escorificacin de las menas de pirita, el uso de la piedra de toque y las agujas para ensayos construidas con la aleacin de oro, plata y cobre. La preparacin de los minerales: seleccin, trituracin, molienda, lavado, tostado, y el proceso de amalgamacin para el oro. Trata tambin sobre los hornos de fusin y la preparacin del mercurio por descenso y describe en detalle la separacin del oro y la plata por cementacin, por fusin con azufre o antimonio y por la disolucin de la plata en cido ntrico. Describe la separacin de la plata del cobre y la construccin de hornos. Habla tambin de los mtodos utilizados para el laminado de metales y para la fabricacin de piezas. Describe la obtencin de la sal comn a partir tanto de sus soluciones naturales como del agua del mar. La obtencin de sustancias alcalinas de las cenizas de plantas y los mtodos de extraccin y purificacin del salitre, alumbre y vitriolo, as como la fabricacin de objetos de vidrio.

  • Bartolom de Medina (1497-1585)

    Bartolom de Medina naci en Sevilla, Espaa, hacia 1497.

    De oficio comerciante, contrajo nupcias con Leonor de Morales, con la que tuvo cinco hijos. Tras un revs de fortuna, decidi probar suerte como minero, empeado en buscar un mtodo rpido y barato en la Nueva Espaa para beneficiar los minerales.

    Por azares del destino conoci a un metalurgista alemn que hoy se conoce como el Maestro Lorenzo, con quien realiz experimentos exitosos para separar la plata del oro amonedado y luego de las piedras argentferas.

    Con el deseo de practicar tal procedimiento en los minerales americanos, Medina viaj a Nueva Espaa en 1553. Contando ya con 50 aos de edad, vivi en la ciudad de Mxico y a mediados de 1554, se traslad a Pachuca (Hidalgo), cuya riqueza en minas de plata haba sido denunciada apenas un ao antes, establecindose en un sitio que llamara de la Pursima Concepcin, situado en las faldas del cerro de la Magdalena y a orillas del ro de las Avenidas, donde despus de varios intentos o ensayos entre noviembre de 1554 y los primeros meses de 1555, logr descubrir un sistema basado en la afinidad que tiene el mercurio para amalgamarse con la plata. As naci el mtodo de amalgamacin, tambin conocido como "de beneficio de patio", que pronto se hizo popular en todas las minas de Mxico y an en las de Sudamrica y Europa.

    Este mtodo era menos costoso que el de fundicin, pues se trabajaba en grandes patios donde el mineral una vez molido se extenda en esos patios enlosados para mezclarlo con sal y azogue (mercurio), para luego lavarlo en grandes tinas para separar la amalgama de los elementos no metlicos y finalmente, por medios fsicos y por calor, aislar la plata del azogue. Para el proceso de lavado dentro de las tinas los indgenas apisonaban el mineral con sus propios pies, sin proteccin alguna para el menaje de los materiales, lo que les ocasionaba serias enfermedades cutneas y pulmonares. Este mtodo obtuvo muy pronto gran popularidad no solamente en Mxico, sino tambin en Europa y en Sudamrica.

    El Virrey Luis de Velasco le otorg la patente de descubridor y lo facult para cobrar regalas a quienes se beneficiaran con su invento, cobrando desde 100 hasta 500 pesos.

    En un principio, los propietarios de las minas se negaron a pagarle, pero luego de muchos aos logr reunir una considerable fortuna, haciendo contratos con 17 dueos de fundos mineros de Pachuca y con otros 107 de diferentes regiones del pas, logrando as financiar el viaje de su familia para que se reuniera con l.

    El mercurio que empleaban los mineros adquiri gran importancia para la economa de la corona y fue objeto de monopolio por parte del gobierno espaol.

    Durante el periodo colonial, ste se obtena de las minas de Almadn, en la pennsula Ibrica, hasta que se descubrieron las minas de Huancavelica en el Per (1563), lo que llev a la ruina a las minas de Almadn.

    El beneficio de patio se aplic durante ms de 300 aos y de una manera similar a la establecida por Bartolom de Medina, introducindole reformas a lo largo del tiempo pero que no fueron significativas.

    Bartolom de Medina vivi sus ltimos aos en la comarca minera de Pachuca, donde falleci en el ao 1585.

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    lvaro Alonso Barba (1561 1653) Metalurgista espaol, naci en Lepe (Huelva) en 1561.

    De carcter reposado y con especiales aptitudes para el estudio, decidi abrazar el estado religioso. Se desconocen sus primeras tareas sacerdotales, pero se sabe que, tras ejercer por algn tiempo stas en Espaa, march a Amrica alrededor de 1590.

    En el ao 1615 estaba en el Per, donde pas gran parte de su vida, dedicado a misiones espirituales, regentando sucesivamente las parroquias de Tihuanaco y S. Cristbal y luego la de S. Bernardo, en Potos.

    Atento e infatigable observador de las actividades laborales de sus feligreses, lleg a conocer perfectamente todas las operaciones de la minera y del beneficio de metales, completando esos conocimientos con los adquiridos al consultar las obras alqumicas procedentes de la escuela aristotlica, los libros de Dioscrides, la Historia Natural de Plinio, as como textos bblicos y medievales que recogieran algn informe sobre los metales utilizados en la antigedad.

    Se afirma que permaneci al margen del movimiento cientfico prximo a su poca, pero ello no parece probable y sin duda conoci los trabajos de Bartolom de Medina, Pedro F. de Velasco, del portugus Acosta y de otros metalurgista implicados en el beneficio de las menas americanas, as como las obras de Agricola y de Biringuccio, fundamentales en aquel tiempo.

    Esa informacin sirvi de base al mtodo llamado del cazo y cocimiento propuesto por Alvaro Alonso Barba para el beneficio de la plata en los yacimientos peruanos, donde se utiliz hasta 1790, derivando del mismo el que ide luego el Barn de Born.

    Barba reuni sus excepcionales conocimientos metalrgicos en el libro Arte de los metales cuyas primeras ediciones aparecieron en Madrid (1640) y Crdoba (1674).

    De este libro, calificado por un qumico contemporneo como la ms acabada de las obras que se han escrito sobre tan importante asunto, se hicieron posteriormente diez ediciones espaolas o hispano-americanas, seis en ingls, cinco alemanas, cuatro francesas, tres holandesas y una italiana.

    lvaro Alonso Barba falleci en fecha desconocida, alrededor del ao 1653.

    Haban transcurrido unos cuantos aos de la cada de los imperios azteca e inca cuando comenzaron a explotarse en forma sistemtica los yacimientos metalferos que los espaoles haban descubierto pos s mismos o a travs de los informes de los indgenas.

    En Mxico se emplearon, en un principio, los mtodos de explotacin utilizados por los indios, los cuales haban llegado a un grado avanzado de tecnologa. Las operaciones se basaban en la solubilidad de la plata en el plomo fundido y en la progresiva eliminacin de este ltimo metal por oxidacin al entrar en contacto con el aire.

    Toda esta labor se llevaba a cabo en pequeos hornos perforados y calentados con lea o con carbn vegetal. En cuanto al Per, la explotacin de los primeros yacimientos de Porco y Potos se hizo siguiendo el antiguo mtodo autctono de fundicin.

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    Pocos aos despus fue adaptado en ambos virreinatos el viejo mtodo europeo de molienda y fundicin, cuyos rendimientos no eran altos y requera, adems, de volmenes considerables de combustible.

    Este mtodo, que fue el utilizado en el siglo XVI por los principales reales mineros argentferos de la Amrica espaola, consista en un proceso inicial de trituracin del mineral por medio de un molino de pisones hasta obtener fragmentos de tamao reducido. Se introduca entonces en hornos para eliminar el azufre de los sulfuros metlicos y se mezclaba con litargirio, o sea xido de plomo, y diversos tipos de catalizadores minerales. Proceda despus a fundirse en una gran fragua, diseada de acuerdo con las necesidades de cada real minero y el contenido de plata del mineral.

    El proceso duraba unas 24 horas, por lo que se obtena el metal con gran rapidez. En 1802, el metalurgista criollo Jos Garcs y Egua introdujo una variante en el proceso: le aadi el llamado "tequesquite", con lo que el rendimiento suba sensiblemente. Sin embargo, el mtodo de fundicin siempre fue costoso e ineficiente, pues el consumo de combustible vegetal era alto y el rendimiento de plata era reducido. Un real minero que utilizara este procedimiento pronto vea su entorno deforestado, y tena que traer la lea para los hornos a veces desde grandes distancias.

    Muy diferente hubiera sido la historia de la produccin de la explotacin de metales preciosos en el Nuevo Mundo de haberse circunscrito a las tcnicas de produccin a esos rudimentarios mtodos. Pero gracias a uno de los ms afortunados descubrimientos de la historia de la tecnologa fue introducido y adoptado, primero en Mxico en 1556 y despus en otros lugares de la Amrica espaola, el mtodo llamado de amalgamacin descubierto por el sevillano Bartolom de Medina y perfeccionado poco despus por su colaborador Gaspar Loman. Su invento no slo permita beneficiar con buenos rendimientos el metal puro de plata, sino que tambin serva para las combinaciones de esta ltima. Consista fundamentalmente en mezclar la mena molida y hmeda con sal de mercurio en presencia de piritas de cobre calcinadas que actuaban como catalizador, con lo que se obtena una amalgama de plata que se disociaba por calentamiento. El ahorro de combustible era notorio, aunque el proceso duraba de dos semanas a dos meses, segn las condiciones ambientales.

    Este mtodo permaneci vigente hasta mediados del siglo XIX. No obstante, debemos sealar que a principios del siglo XVII el espaol Alonso Barba perfeccion en el Per el procedimiento descubierto por Medina, ya que propuso con xito que se realizara la amalgama en caliente dentro de calderas de cobre, lo que se conoci como mtodo de cazo y cocimiento. El mtodo de amalgamacin o de patio, como tambin se le conoce, fue sujeto, no obstante su rentabilidad, a una serie de crticas a finales del siglo XVIII. En las dos ltimas dcadas la Corona espaola intent cambiar, reformar o mejorar esa tcnica practicada haca ms de dos siglos, para lo cual emiti y propuso diversas medidas.

    Entre todas ellas ocup un lugar relevante el proyecto de enviar cuatro grupos de tcnicos y beneficiadores alemanes a Mxico, Nueva Granada, Per y Chile, con el fin de que introdujeran en esas regiones las nuevas tcnicas europeas de beneficio.

    Finalmente esos cuatro grupos se redujeron a dos: el primero ira a Mxico encabezado por Fausto de Elhyar y el segundo visitara Nueva Granada, Per y Chile dirigido por el Barn Thadeus von Nordenflicht.

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    Adems de introducir las tcnicas qumico-metalrgicas ms avanzadas, esos dos contingentes deberan ayudar a los mineros americanos a explotar sus minas en forma ms apropiada, principalmente en los aspectos de la ingeniera minera en los que se encontraban ms atrasados, es decir, los de la geometra subterrnea y del desage de las minas.

    Sin embargo, era el aspecto qumico-metalrgico el que ms atraa la atencin de los tcnicos que se dirigieron a la Nueva Espaa ya que, a partir de la publicacin en 1785 de la obra metalrgica del barn Inigo von Brn, estos peritos, incluyendo Elhyar, consideraron seriamente la posibilidad de introducir su mtodo de beneficio en las minas argentferas de Mxico. En ese ao Elhyar afirm que los resultados alcanzados por las tcnicas de amalgamacin propuestas por Brn mostraban un considerable ahorro de mercurio a la vez que acortaban notablemente el tiempo del proceso de beneficio empleado en Amrica, todo lo cual reduca sensiblemente los costos de operacin. A todo ello vena a sumarse el hecho de que el mtodo de "patio" era visto como un procedimiento imperfecto de beneficio, ya que se perdan grandes cantidades de plata, lo cual poda impedirse con una tcnica ms moderna y precisa en su operaciones como era la de Brn, que inclusive permita beneficiar menas de baja ley.

    A fin de llevar a efecto ese vasto plan de reformas tcnicas que se conceban como aplicables a toda la produccin de metales preciosos de Hispanoamrica, llegaron a Veracruz en 1788 once tcnicos sajones, entre los que se encontraban los metalurgistas Federico Sonneschmidt, Francisco Fischer y Luis Lindner. De inmediato se trasladaron a la ciudad de Mxico donde Elhyar les asign los distritos mineros en los cuales laboraran, y que eran los de Guanajuato, Zacatecas y Taxco.

    La tcnica de beneficio de Brn que los expertos alemanes iban a tratar de introducir en las minas mexicanas y peruanas haba probado su efectividad en los yacimientos argentferos alemanes. El proceso tena bastantes ventajas sobre el tradicional mtodo de amalgamacin conocido como de "patio", sobre todo en lo referente al tiempo de operacin y al ahorro de mercurio, pues este ltimo procedimiento tomaba de cinco semanas a dos meses, segn las condiciones de humedad y temperatura ambientales, mientras que el de Brn tardaba entre dos horas y media y cuatro horas para la amalgamacin, adems de que renda ms plata y permita recuperar mayor cantidad de azogue.

    En realidad, este mtodo no resultaba tan novedoso como se pretenda ya que, como Elhyar lo haba observado en 1787 y otros autores lo haran despus, no era sino una variante perfeccionada del llamado mtodo de cazo y cocimiento, inventado por lvaro Alonso Barba haca ms de 150 aos y practicado habitualmente en el Per. El procedimiento expuesto por Brn era el siguiente: se tostaba previamente la mena, pulverizada con sal, en horno de reverbero; a continuacin se introduca la masa resultante en un tonel de madera, donde se le aadan el azogue, una gran cantidad de agua y pequeas limaduras de hierro.

    El tonel de madera se haca girar horizontalmente conectado en serie con otros toneles movidos, por lo general, por la fuerza hidrulica. Al finalizar la operacin se separaba la amalgama y se destilaba el azogue para obtener la plata. La sencillez del proceso y su conveniencia desde el punto de vista econmico resultaban obvios, pero los resultados obtenidos en las minas mexicanas por los tcnicos alemanes fueron prcticamente nulos.

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    Varias fueron las causas que concurrieron a hacer que el mtodo de Brn no lograra aclimatarse en tierras americanas, siendo las principales la carencia de combustible suficiente para llevar a cabo la primera fase del proceso, o sea la calcinacin de los minerales pulverizados, y la falta de fuerza motriz efectiva y constante que permitiese mover todos los toneles necesarios para las grandes masas de mineral sacado a la superficie. Humboldt, quien ponder largamente los logros y fracasos de los tcnicos germanos, afirm que el mtodo de Brn, adecuado para los volmenes extrados de las minas de Freiberg, era inoperante en Mxico, donde dichos volmenes eran considerablemente mayores, lo que haca imposible contar con los toneles necesarios para procesarlos y con la fuerza motriz para moverlos.

    A todo ello haba que aadir la tradicional resistencia de los mineros americanos a cualquier tipo de innovacin tecnolgica. Tanto Sonneschmidt como Elhyar, quienes lucharon afanosamente por introducir en Sombrerete el mtodo de Brn, comprendieron que las condiciones de la minera mexicana hacan ms apto para el beneficio el mtodo tradicional de "patio", pues sus costos de operacin eran sustancialmente menores, no requera fuerza hidrulica permanente ni complicada maquinaria, poda prescindir de expertos y tcnicos ya que operaba empricamente segn viejas frmulas y, adems, contra lo que se haba pensado, serva para beneficiar menas con bajo contenido argentfero.

    En suma, como Elhyar afirm en diciembre de 1792 rectificando su anterior parecer, el mtodo tradicional de amalgamacin era el ms apropiado para las minas mexicanas por su "sencillez, economa y exactitud". Por otra parte, en las minas sudamericanas visitadas por la expedicin de Nordenflicht los resultados no fueron mejores. El tradicional mtodo de cazo de Barba sigui utilizndose sin variaciones.

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    LA MINA DE MERCURIO DE HUANCAVELICA : ENTRE LOS INTENTOS DE REFORMA DE ANTONIO DE ULLOA Y EL CONTINUISMO DE

    CARLOS DE BERANGER (1758-1767)

    Mara del Carmen Navarro Abrines "La mina de Guancabelica, no produce Plata, ni Oro; pero produce el Asogue, un ingrediente tan necesario, para el beneficio de todas las de Oro, y Plata del Reyno. Es la unica, que se trabaja en este metal, y es propia, y perteneciente a V.M. Provee al Peru, y ha proveido a Mexico, a donde en muchas ocasiones se han remitido cantidades cresidas de Asogue"(1)

    "pues sin la Real Mina no ay fomento de las demas de este Reyno, por que faltando el Azogue, dever subministrarlos la Espaa, a costa de gastos grandiosos que sufrira a mas de las mermas quantiosas que se experimentar, transportes costosos y retardos indefectibles perjuicios seguros en tantas contingencias;"(2)

    As se expresan - durante los aos 1764 y 1766 respectivamente - en relacin al yacimiento, por un lado, el fiscal de la Real Audiencia de Lima, Diego de Holgado, y, por otro, Carlos de Beranger al referirse a la mina de Huancavelica. Eptetos como "la ms preciosa joya de S.M. en Amrica" o "la alhaja ms preciada" sern constantes cada vez que se mencione la mina en los comunicados e informes de la poca. Y no era para menos, puesto que sin el abastecimiento de mercurio se hubiera visto seriamente comprometida la produccin de plata, uno de los pilares ms slidos de la riqueza de los virreinatos de Nueva Espaa y Per.

    Huancavelica era uno de los centros mineros de mayor importancia de Hispanoamrica. Enclavado en los Andes, en el cerro llamado de Chacllatana al sureste de Lima, los yacimientos se encontraban a gran altura, entre los 3.800 y 4.400 metros. Se trataba por tanto de una zona montaosa que la nieve cubra durante los largos inviernos. All se elevaba un montculo a cuyos pies corra el arroyo Siquisichaca sobre la llanura de Seccha, donde se asentaba una importante poblacin que se haba desarrollado al amparo de la extraccin de mercurio y, en menor grado, de plata y de plomo(3).

    Como es sabido, el azogue era necesario para obtener plata - mediante el proceso de amalgama - de minerales que no resultaban rentables con los procedimientos de extraccin tradicionales; de ah la especial importancia de estos yacimientos, que suponan el complemento de la riqueza del Potos. No obstante, la produccin de plata haba comenzado a declinar a mediados del siglo XVIII, y una de las causas que estaban provocando el hundimiento del sector se encontraba en la profunda crisis que arrastraba el centro azoguero de Huancavelica(4).

    Este artculo es el resultado de un estudio que, en mayor profundidad, forma parte de la tesis doctoral que present el 27 de febrero de 1997 en la Universidad de Barcelona y que aborda, en uno de sus captulos, el plan del gobierno central para recuperar el control de la produccin de azogue frente al gremio de mineros, haciendo que el gobernador de Huancavelica dependiera directamente de la Corona y no del virrey para, de este modo, poder emprender una poltica de reformas conducente a aumentar la produccin de mercurio y as abastecer, con menor costo, a los centros argentferos de Mxico y Per(5).

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    LA MINERIA AMERICANA EN EL SIGLO XVIII Y LA POLITICA REFORMISTA Como es sabido, la poltica econmica que emprendi la Corona espaola tras la formacin de su imperio colonial se bas en un estricto control de las relaciones comerciales, estableciendo su monopolio sobre la extraccin o el intercambio de ciertas materias primas que, por regla general, adjudicaron a particulares y consorcios contra pago de los correspondientes derechos.

    Los esfuerzos modernizacin de la minera En esta lnea de actuacin, la actividad econmica que ms beneficios report a los monarcas espaoles fue, sin duda, la extraccin e importacin de metales preciosos. La atencin, por tanto, que se dedic siempre a la minera fue prioritaria en detrimento de otros sectores.

    Sin embargo, esta estructura econmica comenz a ser cuestionada y seriamente criticada por los polticos e intelectuales que iniciaron el proceso de reformas a mediados del siglo XVIII. En principio, no consideraron desacertada la produccin de metales preciosos, pero s juzgaron equivocado desatender el gran potencial agrcola y ganadero que ofrecan las tierras americanas(6). Este cambio de planteamiento se vio reflejado en los planes econmicos que emprendieron los Borbones, generndose una mayor preocupacin por modernizar todos los sectores productivos, potencindose una renovacin tecnolgica que se aplic tanto en el sector agrcola como en el industrial(7). Ahora bien, en lo concerniente a las provincias de Ultramar, la minera sigui siendo uno de los sectores ms importantes de la economa colonial.

    As, en el campo de la economa americana las innovaciones se vieron materializadas en la fabricacin de nuevos tipos de hornos, en la utilizacin de nuevas herramientas, en la generalizacin del uso de la plvora y, fundamentalmente, en la aplicacin de los fundamentos de la geografa subterrnea y en el empleo de instrumentos de precisin(8). Durante el siglo XVIII, la industria minera argentfera estaba dominada por el virreinato de Nueva Espaa, pero hay pruebas - segn afirma Fisher(9) - de que en Per, a su vez, tambin se haba experimentado un resurgimiento gradual en este mismo sector durante el periodo de 1700 a 1780.

    El mercurio, entre otros factores, guardaba una estrecha relacin con la mayor o menor produccin de plata. Los suministros de azogue americano procedan del yacimiento de Huancavelica y cuando su explotacin entr en crisis a partir de 1770, se import en mayor cantidad de Almadn e Idrija, de manera que las minas peruanas y de Nueva Espaa no padecieron escaseses(10). La notable actividad minera en ambos virreinatos, podra haberse debido, por tanto, al abastecimiento regular de mercurio, aunque no debiera olvidarse otros aspectos importantes como el incremento de la poblacin, con la consiguiente restriccin de costes de la mano de obra, y el aumento de los aportes de capital conducente, fundamentalmente, a mejorar las explotaciones mineras(11). La poltica reformista en Huancavelica en el siglo XVIII

    La poltica reformista de los Borbones iba a prestar una especial atencin al sector minero y, en consecuencia, Huancavelica iba a ser uno de los primeros yacimientos sobre los que iba a recaer la atencin del gobierno, ya que de l dependa, el fomento y el progreso de la minera peruana adems de la reactivacin del comercio que a su amparo se desarrollaba.

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    Desde que la explotacin de la mina recayera directamente en la Corona en el ltimo cuarto del siglo XVI, en la poca del virrey Toledo, la fuerza de la administracin real nunca result suficiente para controlar todo el proceso de produccin y transporte. Por tanto, a partir de 1579 el gobierno se vio obligado a firmar contratos (asientos) con particulares integrados todos ellos en el gremio de mineros(12). Aunque oficialmente la Corona monopolizaba la distribucin del mercurio y fijaba el precio de venta a los refinadores, en la prctica compraba el mercurio a un precio negociado a los contratistas que eran, de hecho, los que explotaban la mina(13).

    Para defender los intereses de la Monarqua, se haba creado una nutrida plantilla, formada por un superintendente, cuyo cargo ejerca el gobernador, dos veedores adems de otros colaboradores y varios capataces, pero su nivel de eficiencia y honradez era cuestionable, ya que exista un alto grado de corrupcin en el que estaban involucrados la mayora de estos funcionarios desde los niveles superiores a los subalternos(14).

    Uno de los motivos que favoreca esta situacin era el hecho de que desde los comienzos de la explotacin del yacimiento, los gobernadores de Huancavelica dependieran del virrey, siendo uno de los oidores de la Audiencia de Lima el que asuma el cargo durante cinco aos con el ttulo de superintendente(15). Por tanto, una de las primeras acciones que acometi el reformismo borbnico en lo concerniente a Huancavelica fue la de recurrir a una administracin que dependiera directamente de la Corona.

    El primer gobernador de designacin real fue Jernimo de Sola y Fuente (1736-1748), al que se conoce como "restaurador de la mina". Durante su gestin se negoci un nuevo asiento (1744) y se mejor considerablemente la explotacin de la mina, al igual que las condiciones de trabajo.

    Sola fue sustituido por Gaspar de la Cerda y Leyba (1748-1754), que continu con la trayectoria trazada por su antecesor, pero, como en su opinin la mayora de los problemas que existan en Huancavelica eran debidos a la mala organizacin del gremio de mineros, opt por sustituirlo por una compaa que regulara el trabajo de la mina y la distribucin del mercurio. Con ello pretenda facilitar el cobro de las deudas que haban contrado los mineros con la Corona y al mismo tiempo fomentar el aumento de la produccin(16).

    Estas actuaciones provocaron la oposicin de los mineros, que vieron lesionados sus intereses. Sin embargo, y a pesar de los disturbios que se produjeron, la gestin de Jernimo de Sola y de Gaspar de la Cerda dio buenos resultados, aumentando la produccin de 2.757 quintales al ao en el periodo 1724-1736 a 5.454 en 1736-1748(17).

    Al cesar Gaspar de la Cerda, el virrey Superunda nombr como gobernador interino, hasta que la Corona designara al definitivo, a Pablo de la Vega, quien durante los cuatro aos de su gobierno trat de congraciarse con el gremio de mineros, deshaciendo as las reformas de sus antecesores.

    LOS INTENTOS DE REFORMA DE ANTONIO DE ULLOA (1758-1764) En las postrimeras del largo gobierno del virrey Manso de Velasco, conde de Superunda (1745-17619), los logros conseguidos por la administracin real haban sido contrarrestados por el gobierno de Pablo de la Vega, con lo que la mina entr en un nuevo proceso de degradacin y deterioro. Una nueva intervencin en el yacimiento para procurar su restablecimiento, prosiguiendo la lnea emprendida e interrumpida, se convirti en objetivo prioritario de la Corona.

  • 4

    Para esta delicada misin se pens en uno de los ms prestigiosos cientficos del momento: Antonio de Ulloa, que por entonces ya tena una merecida fama como experto en minera(18).

    El 11 de julio de 1754 se expidi el decreto que entregaba el gobierno de Huancavelica a Antonio de Ulloa y en noviembre de 1758 se encontraba ya en su nuevo destino. El cargo que iba a desempear tena como funcin principal hacer frente al gobierno y conservacin de la mina, adems deba presidir las juntas y asambleas del gremio de mineros para velar por el cumplimiento estricto de los asientos. Por otro lado, deba ejercer el control de la caja Real de Huancavelica y de las otras diez donde se distribuan azogues(19). A todo ello hay que aadir el gobierno poltico, civil y econmico de la villa de Huancavelica y de la provincia de Angaraes(20).

    Con Ulloa se pretenda introducir una poltica renovadora acorde con los cambios cientficos y tecnolgicos que se estaban experimentando en Europa. Sin embargo, esta opcin llevar implcito el enfrentamiento con el importante grupo de presin - representado por el gremio de mineros avalado por la alianza de los funcionarios reales - interesado en mantener sus privilegios(21).

    Ulloa emprendi con energa su labor, sin apenas tener en cuenta lo que se haba hecho anteriormente(22). Una vez examinada la mina y tras comprobar por s mismo el lamentable estado en el que se encontraba, se propuso abordar los problemas ms acuciantes. Uno de ellos era confirmar la cantidad de mineral extrado y su calidad; otro, ocuparse de los envos de mercurio, y el ltimo iniciar las labores de reforma y restauracin de la mina, siendo lo ms urgente asegurar las galeras principales. Para ello mand sustituir los pilares, pilones y estribos de cantera o mampostera por unos estemples de hierro trabados con una mezcla de arena y cal, que ms adelante seran objeto de polmica.

    Si en estas empresas Ulloa se encontr con numerosos escollos, stos no seran nada comparados con las dificultades con las que tuvo que enfrentarse para poner un cierto orden en la administracin. Para ello, entre otras medidas, oblig a los funcionarios de las Cajas Reales a dar cuenta detallada, por medio de las llamadas "cartas cuentas", de las partidas de azogue con objeto de evitar, de este modo, la especulacin con el reparto de mercurio.

    Todas las reformas propuestas por Ulloa al virrey Manso de Velasco fueron muy mal acogidas por los funcionarios, que trataron de obstaculizar, con todos los medios a su alcance, cualquier iniciativa que lesionara sus intereses. Pero el hecho que provoc la ms fuerte oposicin contra el gobernador y el que a la larga dara como resultado su sustitucin por Beranger, fue la causa que emprendi contra los veedores Jos Campuzano y Juan de Afino y el sobrestante de materiales Jos Gordillo.

    En octubre de 1760, Ulloa los mand encarcelar a los tres bajo la acusacin de permitir ventas de metales de zonas prohibidas. Los responsabiliz, adems, de los abusos y excesos cometidos en la administracin, consistentes en falsear las memorias de gastos semanales, acrecentndolas de manera fraudulenta, y de apropiarse de partidas que luego no eran empleadas para su cometido.

    Los acusados encargaron su defensa a Juan Jos de Aguirre, cura de la iglesia de San Sebastin y nico abogado de Huancavelica. Tena este sacerdote muy buenas influencias y relaciones entre el gremio de mineros y los funcionarios de la villa, adems de gozar de cierto prestigio entre la sociedad limea, puesto que haba sido preceptor de Jos Perfecto de Salas, que sera asesor del siguiente virrey, Manuel de Amat(23).

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    Aguirre, con gran habilidad, supo aprovechar el descontento que haba suscitado la poltica del gobernador entre el gremio de mineros. El gremio posea una serie de privilegios concedidos desde el asiento de Sola de 1744 que privaban de una parte de sus beneficios a la Corona, lo que, desde la ptica de un funcionario que velaba por los intereses reales, haca necesaria una reforma. Hubiera podido llevarse adelante en 1759 transformando el gremio en una compaa, pero Ulloa opt por establecer la "Minera del Rey", que funcionaba como una compaa - sin serlo - sostenida por el gremio de mineros y bajo la direccin del mismo gobernador. Su objetivo principal consista en beneficiar los minerales de los estribos naturales que se extraan por estar supuestamente en mal estado - pero que contenan minerales de alta ley - y de ese modo conseguir los niveles de produccin exigidos por la Corte para abastecer urgentemente a Mxico con 5.000 quintales de mercurio(24).

    Sin embargo, por su irregular creacin, sin permiso explcito de la Corona, ser uno de los puntos ms controvertidos del gobierno de Ulloa ya que los mineros vieron en esta compaa el propsito del gobierno de controlar la explotacin minera.

    El gremio, segn Ulloa, se compona en su mayor parte de "sugetos que se les da poco o nada de lo que no es su propio interes: este lugar se sugeta tan mal a la razon y a lo que es la Justicia, que cada uno hace lo que se le antoja, y con decir que hay apelacion a la Audiencia, a V.E. y a los demas tribunales no reconocen sugecion"(25). Precisamente a solicitud de los mineros, Aguirre consigui que se firmara un escrito en el que se defenda a los encausados y en contrapartida se presentaba como responsable de la ruina de Huancavelica al mismo Ulloa.

    La situacin lleg a tal extremo que el virrey Superunda nombr un juez extraordinario para que investigara el caso: Diego de Holgado, fiscal de la sala del Crimen de la Audiencia de Lima(26).

    Este proceso se inici ya con Amat, que en 1761 haba reemplazado a Manso de Velasco en el gobierno del virreinato(27).

    El pleito de Ulloa En 1761, Amat a su llegada tuvo que hacer frente al pleito desatado ya con su antecesor. Su trayectoria explica el contexto en que se produce el relevo de Ulloa por Beranger, por lo que es fundamental para juzgar la obra de gobierno de este ltimo.

    Iniciado el proceso, el propio Ulloa inst, para apoyar sus argumentos, a realizar dos visitas de inspeccin para comprobar el estado de la mina y averiguar si eran ciertas las acusaciones contra los funcionarios reales. La primera estuvo a cargo de Carlos Batemburg y Plazaert, corregidor de Huamanga, pero fue invalidada por el juez Holgado, que la descalific por la presencia del gobernador, que a su juicio habra privado de libertad de movimientos al corregidor(28). Tras unas tensas entrevistas personales de Ulloa con Amat en Lima, el gobernador consigui del virrey que nombrara un nuevo representante de la Audiencia para que realizara una segunda y definitiva visita a la mina antes de que se dictara sentencia. El nombramiento recay despus de varias propuestas en el oidor Cristbal Mesa y Munive(29).

    Los informes de Mesa fueron en conjunto favorables a Ulloa, a pesar de que ste mostrara su disconformidad con algunas actuaciones del oidor durante la visita. Sin embargo, la acusacin - representada por el fiscal Diego de Holgado - iba a mostrar serias reticencias respecto a las conclusiones del oidor antes de pronunciar sentencia.

  • 6

    En su informe, el fiscal se decanta clarsimamente por los veedores, tratando de encontrar sucesivas contradicciones en la actitud de Ulloa. En concreto hace hincapi en destacar que lo que ms interesaba al gobernador era acusar a los veedores del fraude de materiales, en lugar de insistir en el destrozo de la mina, que era lo fundamental. Lo primero perjudicaba al gremio de mineros - puesto que ellos eran los que deban costear los gastos de mantenimiento -; lo segundo, al rey. Segn Holgado, "no puede haver comparacion, y cotexo, entre cargar a los mineros 30 pesos mas cada semana, o arruinarle al rey la mina"(30). Para Holgado, y esa ser la base de su acusacin, la mina estaba arruinada por haberse quitado, de orden del gobernador y para la Minera del Rey, los estribos y pilares que la sostenan.

    Ulloa no supo llevar la cuestin con la precisin requerida, llegando a proceder con mtodos inadecuados y en ocasiones contradictorios. Falta de habilidad poltica que supo aprovechar Holgado, una vez realizada la visita del oidor Mesa, a la hora de revisar el caso y proceder al dictamen en relacin a los autos presentados por las partes en litigio: los veedores y el gobernador.

    Aunque el fiscal Holgado se declaraba imparcial y hace una declaracin de principios de su absoluta neutralidad, no es del todo ajeno a los intereses de los funcionarios reales. Sus argumentos, contrastados con los de Ulloa, carecen de solidez y de poder de conviccin. Ulloa sirve a los intereses de la Corona, Holgado representa la defensa de unos beneficios adquiridos mediante una administracin corrupta mantenida fuera del control del Estado por medio de sus propios funcionarios.

    Sin embargo, a pesar de la manifiesta oposicin de los miembros del Cabildo hacia la labor de Ulloa, el dictamen del Real Acuerdo se resolvi, el 21 de febrero de 1764, a favor del gobernador, no obstante, se reiter la prohibicin de quitar ms estribos y se decret se extinguiera definitivamente la Minera del Rey(31).

    Al poco tiempo de hacerse pblico el fallo del Real Acuerdo, Antonio de Ulloa envi un comunicado dirigido al rey, quejndose de la demora en la sentencia, producto, segn l, de la conspiracin de la que era objeto. Hizo responsable a Holgado de haber atentado contra su honor y manifest lealtad a la Corona, al igual que al virrey Amat. No obstante a ste le acus de flaquedad y debilidad, puesto que haba obstaculizado durante ms de tres aos su labor de gobierno. Y no le faltaba razn a Ulloa en sus duras afirmaciones, ya que las contemporizaciones y la lentitud del proceso haban atrasado y de hecho impedido su proyecto de saneamiento y reforma tanto en la administracin de la mina como en su ms racional explotacin(32).

    A pesar de que la resolucin del Real Acuerdo dejaba clara la culpabilidad de los funcionarios reales y dems enemigos de Ulloa, el virrey Amat era de la opinin - en un extenso informe dirigido a Arriaga - de que los problemas generados durante la gestin del gobernador no acabaran con la sentencia. A su juicio, e incluso en el de los que ms se inclinaban y defendan a Ulloa, la corrupcin en la administracin estaba enraizada de tal manera que era difcil erradicarla. Aunque esta situacin de desgobierno vena de tiempo atrs, los distintos estamentos de la ciudad de Huancavelica haban elevado numerosas peticiones al virrey para que cesara al gobernador, responsabilizndole de ella.

    No hay duda de que Amat era un poltico hbil, por lo que su informe optaba por la solucin ms cmoda.

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    Teniendo en cuenta que las cajas del reino estaban suficientemente abastecidas de azogue y que habindose cumplido los cinco aos de gobierno de Ulloa se acercaba el momento de plantear su reemplazo, el virrey aconsejaba al monarca que el cargo recayera en una persona "de la ms juiciosa conducta que es la prenda dominante, que se requiere en aquel Gobierno, de una villa agitada de turbulencias"(33). El mismo Ulloa era consciente de su fracaso, no debido slo a su gestin, sino a la falta de apoyo por parte de las autoridades reales. Su desaliento ante los primeros tropiezos le haba hecho solicitar su sustitucin en varias ocasiones. Finalmente el 13 de julio de 1764 acusaba recibo de la real orden de 4 de enero del mismo ao por la que se le enviaba a La Habana, donde deba esperar el nuevo nombramiento para su prximo destino, que iba a ser el gobierno de La Luisiana(34).

    Valoracin del gobierno de Antonio de Ulloa Reducir a una sola causa el fracaso de la gestin de Ulloa en Huancavelica sera caer en un anlisis limitado. En todo caso este fracaso, como tambin sostienen Whitaker, Fisher y Molina(35), fue el resultado de una autntica maraa de intereses compartidos entre los mineros, los funcionarios reales, los oficiales del ejrcito y el mismo clero, que formaron un frente comn para protegerlos ante cualquier intento de reforma que les pudiera lesionar.

    Ahora bien, a pesar del fracaso de la administracin de Ulloa, el gobernador apunt los males que aquejaban a la mina y que en un futuro no muy lejano sus sucesores tratarn de resolver.

    En primer lugar, era necesaria una administracin honesta, aunque incluso as poda resultar totalmente ineficaz si no contaba con el apoyo y el respaldo de la Corte.

    Segundo, aunque era notorio que se haba producido un declive en la obtencin de azogue, el gobernador se vea obligado a mantener una produccin determinada para abastecer las necesidades del Reino. Sin embargo, el proceso de produccin estaba en manos del gremio de mineros y el gobernador slo jugaba un papel de mero supervisor. Adems, el gremio pagaba a los veedores, que eran los encargados de controlar el trabajo de los mineros y por tanto estaban supeditados a aqul en lugar de mantenerse leales al gobernador. Es cierto, por otro lado, que el gobernador tena potestad para nombrar a nuevos miembros en el gremio, pero no tena poder para responsabilizarlos si stos no cumplan con los niveles de produccin exigidos. Era imprescindible, por tanto una reforma.

    Tercero, aunque la produccin de azogue durante la administracin de Ulloa haba sido superior en valores absolutos a la de los seis aos precedentes, sta no haba llegado a alcanzar los niveles del siglo anterior, puesto que los filones ms ricos estaban totalmente agotados y era muy baja la ley de los metales que se extraan, fracasando la bsqueda de nuevos yacimientos. La nica alternativa era mejorar el proceso de amalgama, pero esto supona una inversin de carcter tcnico que en estos momentos no estaba al alcance de la Corona.

    Finalmente, a pesar de su oposicin contra el gobierno de Ulloa, el propio virrey Amat haba reconocido que el nudo de corrupcin y los intereses de los mineros, avalados por la alianza de los funcionarios, hacan imposible cualquier intento de reforma de la administracin de la mina(36).

  • 8

    EL GREMIO DE MINEROS SE IMPONE: EL GOBIERNO DE CARLOS DE BERANGER El conflicto con Ulloa Tras recibirse la Real Orden que transfera a Ulloa a La Habana, se le comunic a Amat otra disposicin urgindole al nombramiento interino de una persona adecuada para el gobierno de Huancavelica, hasta que recayera la designacin real en un gobernador definitivo.

    Dada la situacin comprometida y delicada en la que se encontraba la villa de Huancavelica, Amat necesitaba un hombre de su entera confianza. Porque si bien es cierto que el virrey haba querido doblegar a Ulloa - por una cuestin posiblemente de competencias - no por ello pretenda obstaculizar la poltica de reformas iniciada por l y segn el deseo expreso de la Corona. Para ello no bastaba con la lealtad y la incondicionalidad; el cargo requera adems unos conocimientos de carcter tcnico que permitiera al nuevo gobernador la eficacia y competencia en su gestin. De no ser as podra abrirse un nuevo parntesis en el que se impusiera una accin indiscriminada en la explotacin de la mina, como haba ocurrido en tiempos del predecesor de Ulloa, el gobernador interino Pablo de la Vega. Ahora bien, era necesario, por otra parte, que el candidato contara con la habilidad necesaria para no lesionar en demasa los mltiples intereses que existan en la sociedad minera, lo que poda generar un clima de tensin y violencia, como haba sucedido con Ulloa.

    La persona que en aquel momento, a juicio de Amat, reuna las condiciones ms adecuadas para hacerse cargo interinamente de un gobierno tan comprometido como el de Huancavelica era Carlos de Beranger y Renau, del que saba que tena una slida formacin como ingeniero que le facultaba para ponerse al da en poco tiempo en asuntos de minera(37). As, el 9 de julio de 1764, el virrey nombr a Carlos de Beranger Gobernador y Superintendente general de la villa y mina de Huancavelica y Corregidor de la provincia de Angaraes. El ingeniero pag por dicho ttulo - como era obligado - el derecho de media annata y jur su nuevo cargo el 6 de agosto del mismo ao, presentndose ante el Cabildo de la villa de Huancavelica, presidido por Antonio de Ulloa, quien le hizo entrega del bastn de mando(38).

    Tras la toma de posesin y despus de un gobierno tan accidentado como el de su predecesor, Beranger quiso cerciorarse en primer lugar del estado en el que se encontraba la mina, tomando nota especialmente de los puntos que haban sido ms conflictivos. Sobre todo se detuvo en los estribos donde se haban realizado reparaciones de cantera y en los que se encontraban rajados y cuarteados. Comprob que estas zonas estaban en un estado de deterioro tal que, al finalizar la inspeccin, se vio abocado a declarar por escrito que no se haca responsable de lo actuado previamente en el caso de que se sobreviniera algn accidente. Este hecho provocar un fuerte enfrentamiento entre el gobernador saliente y el entrante.

    Enterado de la negativa de Beranger a responsabilizarse del estado en el que haba recibido la mina, Ulloa le dirigi una "consulta" instndole a asumir lo que era de obligado cumplimiento de los gobernadores en la ceremonia de toma de posesin. Las razones que daba para ello se centraban en los siguientes puntos:

    1. La postura de Beranger poda alentar a los mineros a aprovecharse de los metales de mayor ley, que se encontraban precisamente en los lugares cubiertos por los pilarones.

  • 9

    2. El deterioro de las zonas castigadas se deba a los continuos trabajos que haban soportado desde los mismos comienzos de la explotacin de la mina y no al descuido que se le atribua, puesto que los pilarones que haba mandado construir se mantenan todava con regular fortaleza.

    3. Los destrozos que se haban ocasionado durante su gobierno eran imputables a la mala actuacin de los veedores y del gremio de mineros, tal como haba quedado patente en la sentencia del real Acuerdo.

    4 Una de las misiones del gobernador era la de poner especial cuidado en conservar y proteger las zonas ms ruinosas, prohibiendo el trabajo en ellas y realizando las reparaciones necesarias(39).

    No satisfizo a Beranger las explicaciones de su predecesor y le contest con otra "consulta", argumentando primeramente que l no poda hacerse responsable de lo que no poda ver, ya que los enormes pilares que Ulloa haba mandado levantar se lo impedan, y procediendo, a rengln seguido, a la crtica de las reparaciones de cantera que haba observado durante su visita.

    En segundo lugar, Beranger afirm que para conservar la mina no bastaba con asumir la responsabilidad y s proceder a la vigilancia, las reparaciones y los cuidados que se haba comprometido a realizar.

    Por ltimo, Beranger reproch a Ulloa que le hubiese entregado la mina sin el repuesto necesario de cal, material imprescindible para las reparaciones(40).

    Por otro lado, para Carlos de Beranger, el mal estado de la mina era debido a la extraccin indiscriminada de estribos prohibidos para fundir sus ricos metales en beneficio de la llamada "Minera del Rey". Si admita la entrega de la mina en semejante estado, arga finalmente Beranger, corra el riesgo de que se le atribuyeran todos los males ocasionados. Por esa razn se neg a asumir tal responsabilidad.

    Tras este primer enfrentamiento, el nuevo gobernador se va a encontrar con la hostilidad y la falta de cooperacin por parte de su predecesor. As, Ulloa se negar a entregar a Beranger las cdulas, reales rdenes e instrucciones recibidas durante su gobierno, alegando que todo ello era de carcter reservado. Igualmente se opondr rotundamente a dar cuentas a su sucesor de la Minera del Rey hasta que el propio monarca se lo demandara en el juicio de Residencia(41).

    La labor de gobierno La escasa colaboracin que Beranger obtuvo de Ulloa le oblig a buscar informacin en otros gobiernos precedentes. Esta informacin la encontr en los informes de los dos primeros gobernadores que dependieron directamente de la Corona, Jernimo de Sola y Gaspar de la Cerda, a los que tanto l como Ulloa coincidan en reconocer su buena gestin y labor en la Real Mina.

    Por otra parte, aunque el nuevo gobernador tena buena preparacin como ingeniero, no posea, sin embargo, experiencia en mineraloga, ciencia que, como l mismo reconoca, era necesaria para desempear con eficacia el cargo. Para compensar esta carencia de conocimientos, se empe en estudiar y ponerse a un nivel que le permitiera hacer frente a una empresa tan compleja y tan alejada de sus misiones anteriores.

  • 10

    El gobernador era consciente del enorme peso que tena todava la mina de Huancavelica en la economa de la Monarqua. No poda, sin embargo, el sustituto de Ulloa emprender una poltica excesivamente innovadora, puesto que su permanencia en Huancavelica deba ser necesariamente provisional hasta la llegada del gobernador definitivo nombrado por la Corona y tambin porque estaba avisado de la nefasta experiencia de su rgido antecesor. As pues, se declar partidario de respetar y hacer cumplir las ordenanzas del Real Asiento y se propuso ser sumamente escrupuloso para evitar que se trabajara en los arcos, puentes y estribos de las zonas prohibidas, puesto que eran los que proporcionaban la solidez y seguridad de la Real Mina(42).

    Era evidente que mantener un equilibrio entre los intereses de los mineros y los de la Corona resultaba una empresa muy difcil de acometer, por lo que uno de los primeros objetivos que se propuso Beranger fue el de apaciguar los crispados nimos de la ciudad minera y tratar de encontrar una solucin de compromiso que resolviera el descontento surgido en torno a la Minera del Rey. Como sta fue abolida por el Real Acuerdo, Beranger dispuso que el trabajo de la mina se realizara por medio de una mancomunidad integrada por el gremio y el Estado. De este modo los dos socios contratantes recibiran beneficios sin sufrir gravmenes y la intervencin del gobernador se reducira slo a distribuir entre los mineros los trabajos en partes iguales y en los lugares no prohibidos por el Real Asiento. El gremio consider equitativo el reparto y se mostr satisfecho con su actuacin(43).

    Por ltimo, Beranger trat de establecer un mnimo control y orden en la contabilidad del gremio de mineros, que era donde se producan mayores irregularidades, en particular en sus cuentas anuales de Mitas. Dispuso para ello un libro nuevo donde se indicaran la entrada y salida de Mitas, incluyndose los gastos de pensin y su reparto. Hay que sealar, al paso, que si bien el sistema de Mitas segua siendo muy discutido porque contradeca el principio de libertad de los indios, en Huancavelica se mantuvo hasta el final del periodo colonial, a partir del argumento - compartido por el mismo Beranger - de potenciar el bien pblico por encima del particular(44).

    En otro orden de cosas, ms tcnico, Beranger dispuso la reparacin de la mina, poniendo especial atencin en los lugares donde haba observado ms deterioro. En concreto, se centr en las zonas que haba sealado en sus visitas de inspeccin. As, mand reconstruir los estribos a base de cal y canto en las zonas que deban soportar el peso de las galeras superiores. En algunas, como en el llamado paraje de Santo Domingo, fue necesario destruir lo que se haba reparado anteriormente, por haberse realizado con piedra suelta sin mezclarla con cal, y volverlo a construir de nuevo(45).

    El objetivo de estas obras haba sido el de asegurar los lugares ms deteriorados y evitar posibles accidentes. Tambin haba mandado construir tres canales para el desage general de la mina, dejando las galeras libres de obstculos para as facilitar el trnsito por ellas. Una de las obras a las que haba dedicado especial cuidado haba sido la de la mquina del Brocal, principal va de respiracin. All se macizaron dos grandes oquedades que haban quedado al descubierto por falta de estribos.

    Es evidente, y as lo reconoce el mismo Beranger, que la mina no qued del todo reparada - en tan solo tres aos era imposible acabar con obras de tal envergadura -, pero s que la dej fuera de peligro inminente, sobre todo en los lugares que presentaban mayor riesgo(46).

  • 11

    En los tres aos que permaneci Beranger en el gobierno de Huancavelica, se obtuvieron 17.723 qq. 1 libra 8 onzas de azogue, que junto a la existencia que se le entregaron de 2.457 qq. 32 libras 9 onzas sumaron un total de 20.180 qq. 32 libras 7 onzas. Esta cantidad fue ms que suficiente para abastecer las necesidades de los centros mineros de Per y Nueva Espaa(47).

    El nivel de produccin se mantuvo prcticamente en los mismos niveles del periodo anterior - en los seis aos de gobierno de Ulloa se haban extrado 389.810 qq. -(48). Tales cifras, ante las expectativas pesimistas que se haban anunciado, fueron reconocidas como un excelente resultado por el contador real Toms Ortiz de Landzuri(49).

    Tambin puede considerarse un xito si juzgamos por la imposibilidad de mantener posteriormente este ritmo, hasta el punto de considerarse la eventualidad de cerrar la mina de Huancavelica y garantizar el abastecimiento de mercurio exclusivamente con partidas procedentes de Almadn. No obstante, dadas las necesidades de mineral, hubo de optarse por mantener la mina peruana a pesar de los elevados costos que supona su modernizacin(50).

    Adems de velar por los intereses del Estado en la explotacin de la mina y atender a su mantenimiento, los gobernadores deban promover obras pblicas en la villa y en el departamento. En primer lugar, no hay que olvidar que esta zona viva bsicamente de la exportacin del mercurio, por lo que era necesario mantener en buen estado las vas de comunicacin. As Beranger mand reparar los puentes que cruzaban los distintos brazos y arroyos, como el puente de Santa Ana y el del Lacho y, sobre todo, el puente principal que cruzaba el ro Siquisichaca. Por otro lado, mantuvo limpia y expedita la acequia que corra al pie de los cerros y que proporcionaba agua a la pila de la plaza de la villa, de modo que no provocase inundaciones con los consiguientes destrozos en la poca de lluvias.

    Seguidamente, atendi a obras de reparacin de los edificios oficiales. As dirigi las obras de restauracin y afianzamiento de las casas capitulares, que ya estaban amenazando ruina, y dentro de ellas especialmente las oficinas de la tesorera de la Caja de Huancavelica.(51)

    Las condiciones de trabajo en la mina eran dursimas, puesto que al enorme esfuerzo fsico que se requera, a los accidentes que continuamente se producan y a los cambios de temperatura a los que estaban sometidos los trabajadores, haba que aadir, en el caso del cinabrio, el polvillo altamente txico que se respiraba en el interior de las galeras y que provocaba el llamado "mal de la mina", que en la mayora de los casos produca la muerte al cabo de cierto tiempo. En consecuencia, las minas de mercurio de Huancavelica eran consideradas las ms peligrosas y las que producan el ndice de mortalidad ms elevado de toda Amrica(52).

    Era responsabilidad del gremio de mineros pagar el salario de un mdico cirujano. En la mayora de los casos, se elegan a personas sin ttulo y por lo tanto sin conocimientos suficientes, lo que haba provocado dejar en manos de aventureros y personas sin escrpulos la salud de los trabajadores de la mina. Por tal motivo, Beranger decidi no proceder a la eleccin de un facultativo hasta que no se encontrara a la persona idnea.

    En el mismo sentido y desde su cargo de superintendente del hospital de San Juan de Dios, se ocup de que mejorara la atencin a los enfermos, la mayor parte de los cuales eran trabajadores de la mina-, dotando al centro de nuevo material(53).

  • 12

    Cese y juicio de residencia Despus de sus tres aos de gobierno, Carlos de Beranger fue sustituido en octubre de 1767 por el gobernador titular, Domingo Antonio de Juregui. Al cesar en su cargo y como era habitual, el ingeniero elabor un informe dirigido a su sucesor y otro dirigido a la Corona(54). En ambos reiteraba la enorme importancia que posea la mina de Huancavelica y daba una serie de recomendaciones y consejos al nuevo gobernador.

    Tambin siguiendo la prctica habitual, el 17 de septiembre de 1767, se form juicio de residencia a Carlos de Beranger. En l se destac su capacidad de trabajo, que le haba llevado a no contentarse con las visitas semanales sino a realizar todas aquellas que haban sido necesarias para mantener un seguimiento continuado de las obras de reparacin en curso. Adems se ponder su estrecha vigilancia de la distribucin de los metales que iban cayendo de los rajados para que se realizara con la mayor equidad y justicia.

    Uno de los aspectos que ms se valoraron fue el gran esfuerzo desplegado en apaciguar los nimos exaltados de los mineros. El clima de irritacin generado por Ulloa en su intento de atajar de un modo drstico la corrupcin crnica en la administracin fue de tal magnitud que pareca imposible establecer el mnimo orden necesario para obtener los resultados y objetivos fijados por la Corona en la produccin de mercurio.

    En el juicio de residencia se valor finalmente la eficacia del gobernador en cobrar los tributos, su competencia en las obras de restauracin de la mina y la abundancia de azogue obtenido para proveer las necesidades del virreinato. Por ltimo, se insisti en su gran prudencia para administrar justicia, de tal manera que se recomendaba a la Corona que "se le honre, premie, y ponga en maiores cargos y puestos en que ciertamente cumplira con sus muchas y grandes obligaciones(55). La Real Audiencia de Lima confirm la sentencia dada por el juez instructor Soldevilla, firmndola Holgado el 19 de diciembre de 1767.

    El fracaso de la poltica reformista: balance de la obra de Beranger Hay que proceder con gran cautela a la hora de hacer un balance de la actuacin de gobierno de Beranger. Si nos ceimos a la documentacin oficial, presentada en el juicio de residencia, extraeramos la conclusin de que su gestin de gobierno no pudo ser ms ejemplar. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la mayora de los testigos eran miembros del gremio de mineros y enemigos declarados de Ulloa. El mismo juez instructor, Jos Francisco Soldevila, era el ayudante mayor del batalln de milicias de la villa de Huancavelica, adems de procurador general. Por ello no debe de extraar el inmenso agradecimiento que todos sintieron por un representante de la Corona que, lejos de continuar con una poltica que obviamente lesionaba sus intereses, trat desde un principio de limar asperezas y crear un clima de consenso que evidentemente les beneficiaba.

    El papel que desempe Carlos de Beranger en el gobierno de Huancavelica fue el de representar la poltica trazada por el virrey Amat que, aunque consciente de los extremos a los que se haba llegado en materia de corrupcin y que l mismo haba denunciado, se inclin ms por contemporizar con los intereses de la sociedad limea que por apoyar un proceso de reformas radicales(56). Sin embargo, Beranger no se limit a ser un simple embajador del virrey, al que en todo caso demostr siempre su lealtad, sino que puso todo su empeo en dejar la mina en buenas condiciones para evitar una ruina que se anunciaba como inevitable tras la visita de Mesa.

  • 13

    Por otro lado, si bien es cierto que busc el apoyo del gremio de mineros e incluso hizo ciertas concesiones, no se dej manipular por ellos, imponindose siempre que lo estim necesario. Ahora bien, Beranger s tuvo el apoyo del virrey, tal como seal Ulloa, quejndose de la diferencia de trato:

    "Hoy sucede otro caso que faborece mucho mi Justicia: y es que habiendose excedido en algunos escritos contra Don Carlos de Beranger sucesor interino mio en Guancavelica, los mismos sujetos que conmigo lo executaron, y de quienes se han servido para que pidan contra mi, fundando en sus recursos las inniquas causas que se han hecho; ocurrio al virrey quien inmediatamente, respondio que habia hecho mui mal de no haberle embiado preso desde Luego a Lima para desterrarle a un Presidio, y que lo executase sin dilacion, haciendo averiguacion de los complises; en lo que se quedaba entendiendo; y en su consequencia Don Miguel Cebrian se hallaba en la carcel: Don Antonio del Castillo fugitivo en Guamanga: y los que habian merecido la confianza de Beranger ceparados de ella, y temerosos de las resultas. No procedio el virrey durante mi gobierno en esa forma, sino mui al contrario; " (57)

    CONCLUSIONES La actuacin de Antonio de Ulloa en Huancavelica fue controvertida. En primer lugar obedeci al proyecto del gobierno central de recuperar el control de la produccin de mercurio frente al gremio de mineros. Sin embargo, Ulloa careci de habilidad poltica para imponerse al gremio, que defenda enconadamente sus intereses y que estaba, a su vez, aliado con los funcionarios reales en una cadena de corrupcin difcil de romper. Ahora bien, tambin es cierto que el gobernador no cont con el respaldo necesario por parte de la metrpoli en los momentos ms crticos de su accin de gobierno.

    En segundo lugar, la ambigedad de competencias de la gobernacin de Huancavelica por designacin directa de la Corona frente a la autoridad del virrey, dio como resultado un duro enfrentamiento entre Ulloa y Amat que deriv en descalificaciones mutuas y en la subsiguiente falta de colaboracin y apoyo por parte de la institucin virreinal, lo que hizo todava ms difcil el gobierno del cientfico sevillano.

    Beranger se hizo cargo del gobierno de Huancavelica interinamente y por decisin de Amat. Como consecuencia, ante los ojos de Ulloa, sus sucesor se convertir inmediatamente en un enemigo que, lejos de continuar su poltica de regeneracin destinada a favorecer los intereses de la Corona frente al gremio de mineros, buscar una alianza con stos ltimos para desprestigiar su gobierno y mantener los privilegios de la sociedad criolla.

    En realidad, y tal como seala Whitaker, ni Beranger ni su sucesor Juregui, se apartaron de la poltica iniciada por los gobernadores nombrados directamente por la Corona, aunque estos dos ltimos escaparon a la profunda controversia suscitada por Ulloa. Sin embargo no fue debido a que stos fueran nativos del Per - como afirma errneamente Whitaker(58) - y por esa razn fueran mejor acogidos, ya que ambos eran tambin peninsulares, por lo que hay que buscar la explicacin en otros motivos. Posiblemente, en el caso de Beranger, su xito se debiera a su poltica de concesiones y ayudas al gremio o a su mayor habilidad conducente a restablecer la tranquilidad y acabar con las fuertes tensiones que se haban producido en el gobierno anterior. Sin embargo, no ataj el mal endmico de la corrupcin ni logr, por falta de tiempo y medios, modernizar la explotacin minera.

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    En lo concerniente a los niveles de produccin de azogue proveniente de Huancavelica, se logr proveer con abundancia a las necesidades de mercurio de la monarqua hispana. Este ritmo se mantuvo e incluso se super durante los dos primeros aos del gobierno de Juregui, pero a partir de 1770, y a pesar de los esfuerzos del sucesor de Beranger por evitarlo, se inicia una cada sistemtica en la produccin, no logrndose ya nunca ni igualar ni superar aquellas cantidades.

    Con Beranger y Juregui se acab el viejo sistema de asiento con el gremio de mineros, que quedara disuelto, y comenzara un nuevo rgimen en la administracin de la mina. Sin embargo las reformas llegaron demasiado tarde, puesto que el yacimiento de mercurio ms importante de Amrica se encontraba en una decadencia prcticamente irreversible(59).

    Finalmente cabe sealar que, durante la administracin de Ulloa, Beranger y los dos primeros aos de Juregui, se consigui satisfacer una de las aspiraciones de Amat, es decir la de incrementar la produccin de plata peruana. Despus ya nunca se logr ni superar ni igualar aquellas cantidades a pesar de los esfuerzos que se realizaron. NOTAS 1. A.G.I. Lima 843. Holgado a S.M. Lima, 15 de febrero de 1764. 2. A.G.I. Lima 776. Beranger a Amat. Huancavelica, 30 de abril de 1766. 3. CONTRERAS, C. La ciudad del Mercurio. Huancavelica 1570-1700. Lima: 1982, p. 20; LOHMANN VILLENA, G.: Las minas de Huancavelica en los siglos XVI y XVII. Sevilla: 1949. 4. FISHER, J. Minas y mineros en el Per colonial. 1776-1824, Lima: 1977, cap. I. 5. NAVARRO ABRINES, M C. Carlos de Beranger, un ingeniero militar en el virreinato del Per (1719-1793). Tesis doctoral presentada en la Universidad de Barcelona (Director: Dr. Carlos Martnez Shaw), 1997 ( indita). Vase la resea de esta Tesis doctoral en la revista electrnica Biblio 3W 6. Es interesante la visin que dieron los prestigiosos cientficos y marinos de la Armada espaola Jorge Juan y Antonio de Ulloa, despus del viaje que realizaron a Amrica de 1735 a 1745. Vase en la edicin de RAMOS GOMEZ, L.J. Noticias secretas de Amrica de Jorge Juan y Antonio de Ulloa (1735-1745). Madrid: 1985. 7. PESET, J. L. Ciencia y Libertad. El papel del cientfico ante la independencia americana. Madrid: 1987. PESET, J. L. y LAFUENTE, A. Ciencia e Historia de la Ciencia en la Espaa Ilustrada. Boletn de la Real Academia de la Historia, n 178 (Madrid, 1981) ps. 267-300. 8. FUENTES, M.D. El azogue en las postrimeras del Per colonial. Revista de Indias, n 177 (1986) ps. 75-90. 9. FISHER, J. Minas y mineros, p. 87. 10. FELICIANO RAMOS, H.R. La economa hispanoamericana durante el siglo XVIII, Documentacin indiana en Simancas. Valladolid: 1990, ps. 51-65, p. 59. 11. BAKEWELL, P. La minera en la Hispanoamrica colonial en BETELL, L Historia de Amrica Latina. Barcelona: 1990, t. 3, p. 87. 12. Los asientos funcionaban como verdaderos contratos privados entre la Monarqua y los azogueros, los cuales, reconociendo la propiedad estatal de las minas, procedan a tomarlas en arriendo por un plazo estipulado. Vase BARCELLI, A. Breve historia Econmico-Social del Per. Lima: 1982, p. 287. 13. BAKEWELL, P. La minera. p. 74. 14. FISHER, J. Government and Society in Colonial Peru. The Intendant System: 1784-1814. Londres: 1970, p. 24. 15. ULLOA, A. Viaje a la Amrica meridional. SAUMELL, A. (ed.) Madrid: 1990, libro I, cap. XII, p. 148. 16. WHITAKER, A.P. The Huancavelica Mercury Mine. Cambrige: 1941, ps. 25-30. 17. BARCELLI, A. Breve Historia. p. 289. 18. Para la actuacin de Antonio de Ulloa en el centro minero de Huancavelica vase MOLINA MARTINEZ, M. Antonio de Ulloa en Huancavelica. Granada: 1995. 19. Estas eran las de Lima, Pasco, Jauja, Chucuito, Oruro, Potos, Cilloma, Cuzco, La Paz y Carangas. 20. RODRIGUEZ CASADO, V. Primeros aos de dominacin espaola en la Luisiana. Madrid: 1942, p. 77. 21. MOLINA MARTINEZ, M. Tcnica y laboreo en Huancavelica a mediados del siglo XVIII. IX Congreso Internacional de Historia de Amrica (AHILA). Sevilla: 1992, ps. 395-405. 22. B.P.R.M. (Biblioteca Palacio Real de Madrid) Ms. 2453. Relacin de Gobierno del Capitn de Navo D. Antonio de Ulloa en la villa de Huancavelicay de la provincia de Angaraes. 23. AMAT, M. Memoria de Gobierno. RODRIGUEZ CASADO, V. y PEREZ EMBID, F. (ed.); RODRIGUEZ CASADO, V. Primeros aos, p. 84. 24. WHITAKER, A. The Huancavelica. ps. 39-40. 25. A.G.I. Lima 842. Ulloa al conde de Superunda. Huancavelica, 19 de enero de 1761. 26. En los estudios realizados por Vicente Rodrguez Casado y ya citados anteriormente, se menciona errneamente a Holgado como Hidalgo. Primeros aos. p. 85; Memoria del Virrey Amat. Estudio Preliminar. p. XCVIII. 27. El proceso seguido contra los veedores y Aguirre se encuentra en A.G.I. Lima 846 B. 28. A.G.I. Lima 842. Ulloa a Arriaga. Huancavelica, 24 de junio de 1762.

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    29. RODRIGUEZ CASADO, V. Primeros aos, ps. 89-90 y en Memoria Virrey Amat. Estudio preliminar. ps. CI-CII, menciona errneamente a Mesa como Menca. 30. A.G.I. Lima 824. Memorial del fiscal Holgado revisando el caso Ulloa en Lima, 12 de noviembre de 1763 y certificado por Flix Garca Romero el 9 de abril de 1764. 31. A.G.I. Lima 824. Resolucin del Real Acuerdo sobre el asunto de Huancavelica. Lima, 21 de febrero de 1764. 32. A.G.I. Lima 843. Ulloa a la Corte. Huancavelica, febrero de 1764. 33. A.G.I. Lima 843. Amat a Arriaga. Lima, 23 de febrero de 1764. 34. A.G.I. Lima 842. Indice de todo quanto ha dado cuenta desde que se concedio el Gobierno y Superintendencia de la Mina de Guancavelica Dn. Antonio de Ulloa, como igualmente el Virrey de Lima, Fiscal, y Dn. Carlos de Beranger sobre sus causas. 35. WHITAKER, A.P. The Huancavelica. ps. 46 a 51. FISHER, J. Government and... p. 24; MOLINA MARTINEZ, M., Antonio de Ulloa, p. 186. 36. A.G.I. Lima 843. Amat a Arriaga. Lima, 23 de febrero de 1764; FISHER, J. Government and... p. 24. 37. Carlos de Beranger y Renau haba nacido en Barcelona en 1719 y se haba formado en la Academia Militar de Matemticas de Barcelona. Tras varios destinos, fue finalmente enviado al Virreinato del Per a las rdenes del virrey Amat. NAVARRO ABRINES, M C. Lenginyer militar Carles de Beranger, una aproximaci biogrfica, 3es. Jornades dEstudis Catalano-Americans. Barcelona: 1990, p. 310. 38. A.G.I. Lima 1498. Nombramiento de Beranger como Gobernador de Huancavelica. Huancavelica, 6 de agosto de 1764. 39. A.G.I. Lima 843. Ulloa a Beranger. Huancavelica, 6 de setiembre de 1764. 40. A.G.I. Lima 843. Beranger a Ulloa. Huancavelica, 9 de setiembre de 1764. 41. A.G.I. Lima 843. Ulloa a Arriaga. Bellavista, 8 de octubre de 1764. 42. A.G.I. Lima 840. Beranger a Juregui. Huancavelica, 32 de junio de 1767. 43. A.G.I. Lima 776. Beranger a Amat. Huancavelica, 30 de abril de 1766. 44. BAKEWELL, P. La mineria. p. 70; A.G.I. Lima 840. Beranger a Juregui. Huancavelica, 23 de junio de 1767. 45. A.G.I. Lima 835. Informe de la Contadura General remitidos por el Virrey Amat. Madrid, 12 de diciembre de 1766. 46. A.G.I. Lima 840. Informe de Beranger al cesar en Huancavelica. Lima, 26 de octubre de 1767. 47. B.C. (Biblioteca de Catalua) Ms. 400, n 92. Estado general que demuestra las entradas de Azogue que ha ejecutado el ilustre gremio desde 6 de Agosto de 1764 hasta 30 de Junio de 1767 pertenecientes al gobierno del Capitn de Dragones Dn. Carlos de Beranger; A.G.I. Lima 840. Informe de Beranger al cesar en Huancavelica. Lima, 26 de octubre de 1767; A.G.I. Lima 840. Informe de Landzuri. Madrid, 8 de agosto de 1768. 48. MENDIBURU, M. Diccionario histrico-biogrfico del Per. Lima: 1935-1938, vol. VI, ps. 454-455; RIVERO Y USTARIZ, M. Memoria sobre la mina de Azogue de Huancavelica y de la Chonta. Coleccin de memorias cientficas, agrcolas e industriales. Lima: 1848. 49. A.G.I. Lima 840. Informe de la Contadura General. Toms Ortiz de Landzuri. Madrid: 8 de agosto de 1768. 50. WHITAKER, A. Huancavelica. p. 54. 51. A.G.N.L. (Archivo General de la Nacin de Lima). Cajas Reales de Huancavelica (1763-1766). Carlos de Beranger, Huancavelica, 20 de setiembre de 1764. 52. BAKEWELL, O. La minera. p. 72; LOHMANN VILLENA, G. Las minas de... p. 175. 53. A.G.I. Lima 840. Beranger a Juregui. Huancavelica, 23 de junio de 1767. 54. A.G.I. Lima 840. Informe de Beranger a Juregui. Huancavelica, 23 de junio de 1767; Lima 840. Informe de Beranger al Monarca. Lima, 26 de octubre de 1767. 55. A.G.I. Lima 776. Expediente del juicio de residencia practicado a Carlos de Beranger tras su cese como Gobernador interino de Huancavelica, para el que fue nombrado juez Francisco Soldevila. Lima, 15 de diciembre de 1767. 56. FISHER, J., Government and Society... p. 24. 57. A.G.I. Santo Domingo 2542. Ulloa a Arriaga. Balisay, 18 de diciembre de 1766. 58. WHITAKER, A., Huancavelica. p. 55. 59. BAKEWELL, P. La minera. p. 64. Copyright Mara del Carmen Navarro Abrines Copyright Scripta Nova

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    El Ferrocarril Central del Per Revista Antares Diario La Repblica Sbado, 14 de Noviembre de 1998

    El Ferrocarril Central del Per comprende 61 tneles y 65 puentes a lo largo de sus 300 km de recorrido a travs de la cordillera de los Andes, en la ruta que une Lima y Huancayo. Se trata de una impresionante obra de ingeniera construida en el Siglo XIX por el empresario norteamericano don Enrique Meiggs.

    Cuenta la historia que cuando el presidente Jos Balta le pregunt a Enrique Meiggs si podra colocar rieles en las zonas ms abruptas y escabrosas de los Andes, el gringo le contest - terco como buen californiano - "yo colocar rieles hasta donde pueden caminar las llamas".

    Es as, de una forma algo insensata y con ribetes de epopeya, que se inicia la construccin del ferrocarril ms alto del mundo, que va desde Lima hasta Huancayo. Sin embargo, la historia, que suele ser ingrata, le da todos los mritos a Meiggs. Pero no debemos olvidar que gracias al ingeniero polaco Ernesto Malinowski se pudo ejecutar esta monumental obra, pues fue l quien prepar los planos que luego se convirtieron en una sorprendente -y frrea- realidad.

    Han transcurrido 130 aos desde que se inici la construccin del ferrocarril del Centro. Gobernaba por ese entonces el presidente don Jos Balta y el Per pasaba por una etapa de prosperidad econmica que no se ha vuelto a repetir y que motiv la construccin de un ferrocarril que unira los valles de la costa con el Valle del Mantaro, considerado la despensa de Lima.

    De paso, la ruta beneficiara el transporte de minerales de La Oroya, Cerro de Pasco y Huancavelica. Cronolgicamente, esta colosal obra de ingeniera empez el 1 de enero de 1870. En esta fecha se coloc la primera piedra en la estacin de Monserrate. Fue una ceremonia especial donde el presidente Balta tir palacio por la ventana en un esplndido banquete para ochocientos invitados. Vestido de gala, el mandatario civil utiliz un martillo de plata para romper la botella de champaa francs y hasta se acuaron monedas conmemorativas.

    Los trabajos prosiguieron y meses despus, el retumbar del corcel de hierro despertaba el pueblo de San Bartolom y en septiembre de ese mismo ao, el tren llegaba hasta el soleado pueblo de Matucana.

    Se sabe que cuando Meiggs asume este reto el gobierno peruano contrat a ms de diez mil obreros. Entre ellos cinco mil inmigrantes chinos, conocidos como cooles que fueron transportados desde Macao (siguiendo la experiencia del ferrocarril construido en California) y la otra mitad estaba conformada por peruanos y chilenos. El trabajo en esta zona fue epopyico, todos los puentes - 65 en total - maquinarias y equipos fueron importados de Inglaterra, Francia y Estados Unidos, y armados en talleres peruanos.

    Pero a medida que las rieles del ferrocarril ascendan por la sierra central surgieron los primeros problemas: el soroche o mal de altura, la carencia de alimentos y las enfermedades -como la temible "verruga"- diezm a los obreros. Para superar toda esta

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    serie de inconvenientes, Enrique Meiggs contrat a los nativos del lugar, mejor aclimatados a la altura, logrando el tendido de rieles hasta Matucana.

    Luego devienen una serie de hechos que estancan los trabajos: primero, el pas ingresa a su primera gran crisis econmica de la repblica, despus vendra la catstrofe de la Guerra del Pacfico en 1879. Pero dos aos antes de estos eventos, el 30 de septiembre de 1877, Enrique Meiggs falleci dejando avanzado el trabajo de las lneas frreas hasta el pueblo de Chicla.

    El 10 de enero de 1893 la lnea lleg hasta La Oroya, pero el grandioso impulso desplegado no deba quedarse all. El 25 de febrero de 1905 el gobierno aprueba su prolongacin hasta Huari, y el 16 de febrero del ao siguiente las lneas continuaron hasta Huancayo.

    El 22 de septiembre de 1908 se convirti en fecha apotesica. Ese da se inauguraba el servicio de pasajeros entre Lima-La Oroya-Huancayo. Fue la histrica locomotora "Roggerse" que desde la estacin de Desamparados arrastr todo el convoy de coches con 150 emocionados huancanos que se dirigan a su tierra. Dos das despus fueron recibidos con gran pompa y festejos, pues el sueo se converta en imponente y mvil realidad.

    Era el transporte anhelado, el esperado contacto con la costa, el humeante vnculo entre los olvidados pueblos de la sierra central esparcidos a lo largo de la ruta de 300 kilmetros, dinamizando la vida de las comunidades a ambos lados de la va.

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    Don Ernesto Malinowski: Ingeniero de los ferrocarriles

    Ernesto Malinowski (1818-1899)

    Ernesto Malinowski naci el 5 de febrero de 1818 en Seweryny, Polonia. El movimiento nacionalista polaco de 1830 lo oblig a emigrar a Francia, establecindose en Pars, lugar donde culmin la secundaria, para luego seguir estudios de ingeniera en la famosa Escuela de Puentes y Caminos de Pars en calidad de alumno libre, obteniendo su grado acadmico en 1838, con lo cual qued habilitado para desarrollar trabajos en ingeniera.

    En 1852 acept una propuesta que le hizo llegar el Gobierno Peruano a travs de su representante en Pars, para trabajar en nuestro pas como ingeniero del Estado.

    Durante el Gobierno del presidente Rufino Echenique (185l-55), Ernesto Malinowski fue uno de los primeros ingenieros del Estado. Desarroll sus servicios primero incorporndose al Cuerpo de Ingenieros del Estado, institucin que reuna a los ingenieros que trabajaban al servicio del Estado peruano y trabajando simultneamente para la empresa privada. Despus de l, llegaron al Per muchos otros ingenieros polacos y franceses, formados todos ellos en la Escuela de Puentes y Caminos en Pars.

    Entre las primeras tareas desempeadas por Malinowski y sus colegas franceses estuvo la conformacin, en diciembre de 1852, de la Comisin Central de Ingenieros Civiles que fuera luego transformada en la junta Central del Cuerpo de Ingenieros y Arquitectos del Estado, entidad que fue responsable de la mayor parte de las obras pblicas (ferrocarriles y caminos, puentes, irrigaciones y obras hidrulicas, edificios pblicos, iglesias, muelles), que se disearon y ejecutaron en la segunda mitad del siglo XIX.

    La historia de los ferrocarriles en el Per, durante la segunda mitad del siglo XIX muestra una voluntad de intercomunicacin que, desgraciadamente para el desarrollo peruano, no lleg a realizarse plenamente.

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    La idea en ese entonces era construir una red ferrocarrilera con dos ejes longitudinales (uno de Puno a Jan, recorriendo toda la Sierra y empalmando con ramales hacia Loja por el norte y hacia La Paz por el sur; y el otro de Arica a Paita, recorriendo toda la Costa) y varios transversales uniendo los dos ejes entre puntos como Tacna La Paz, Mollendo Juliaca, Pisco Ayacucho, Callao La Oroya, Chimbote Huaylas, Trujillo Santiago de Chuco, Pacasmayo Cajamarca.

    Este proyecto se realiz slo en parte, ya que se construyeron slo las lneas que unan algunas ciudades con su entorno, con los puertos en las zonas azucareras y algodoneras y con los centros mineros. De los dos ejes longitudinales y de las lneas transversales no se construyeron sino fragmentos, con lo cual el Per Republicano perdi la primera oportunidad de constituirse en un territorio unificado.

    Malinowski intervino en la construccin del Ferrocarril Pisco - Ica, el Ferrocarril Central Transandino, el Ferrocarril Pacasmayo Cajamarca, Ferrocarril Chimbote Huaraz Recuay, Ferrocarril Arequipa Puno Cusco y el Ferrocarril Lima- Chorrillos.

    La posibilidad de construir un ferrocarril que, atravesando los Andes, uniese Lima con la Sierra central y los valles interandinos, fue una idea que preocup a Malinowski desde su llegada al Per.

    El visionario Manuel Pardo estuvo interesado en este proyecto, interpretndolo en trminos principalmente econmicos y de facilitar el intercambio comercial, dando salida ms fcil a las riquezas que albergaban las entraas de los Andes y los valles de Jauja y del Mantaro.

    Pardo intercedi en favor de Malinowski, quien haba demostrado que se podra hacer el ferrocarril por Jauja. En 1859 Malinowski present al gobierno de Ramn Castilla un primer proyecto del ferrocarril Transandino, pero ste no le dio la importancia esperada.

    Luego de algunos aos, en 1868, Malinowski particip nuevamente en el proyecto del Ferrocarril Transandino. En noviembre de 1868, Enrique Meiggs, el conocido empresario de ferrocarriles haba propuesto al Gobierno peruano hacer a su costo y con la intervencin de un ingeniero del Estado, los estudios para la construccin del mencionado ferrocarril. El gobierno del presidente Balita acept la propuesta de Meiggs y autoriz construir un ferrocarril cuyo objeto sera comunicar la costa con el interior, uniendo la capital del Per con el valle de Jauja, incluyndose en el estudio, las ramificaciones que deban completar dicho ferrocarril.

    Malinowski, seleccionado por Meiggs, para realizar el estudio, hizo un trazo preliminar, propuso la ruta por la quebrada del Rmac, y elabor el presupuesto de la obra. El estudio de Malinowski, dado a conocer a travs de un folleto que se public en 1869 en Lima, fue la base de la propuesta de construccin que fuera presentada luego por Meiggs.

    Para examinar la propuesta, el Gobierno nombr el 17 de julio de 1869 una comisin de ingenieros, la misma que emiti su informe el 9 de agosto de 1869, aprobando el proyecto por considerar que dicho un ferrocarril, adems de constituir una obra importante, de llevarse adelante se constituira en una de la ms notables de ese siglo.

    Finalmente, el 18 de diciembre de 1869, el Gobierno Peruano, analizadas las propuestas de construccin del Ferrocarril Transandino presentadas por varios postores, acept la de Enrique Meiggs. La primera clusula del contrato estableci que don Enrique Meiggs y sus herederos se obligaban a construir la seccin del Ferrocarril Central Transandino comprendida entre el Callao y Lima hasta la Oroya, con sujecin al plano y los trazos hechos por el ingeniero Malinowski .

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    Las obras se iniciaron en febrero de 1870 y trabajaron entonces en ellas, adems de ingenieros y tcnicos, alrededor de diez mil obreros, de los cuales la mitad eran chinos y el resto entre peruanos y chilenos.

    La primera seccin, hasta San Bartolom, se abri al trfico en 1871, pero la construccin sufri luego un notable retraso como consecuencia de la Guerra del Pacfico. El tramo hasta Casapalca, inaugurado en 1892, fue construido posteriormente por el empresario Miguel P. Grace y finalmente, la lnea frrea se extendi hasta La Oroya en 1893.

    Malinowski lleg a ver cumplido su sueo. Entre el Callao y La Oroya se extenda el ferrocarril que l mismo haba trazado: 222 km de longitud, a casi 5000 m de altura sobre el nivel del mar, 61 puentes y 65 tneles.

    La comunicacin entre la Costa y la Sierra qued as abierta. Del Callao a La Oroya el tren tardaba 11h. 45 minutos, y el llamado rpido lo haca en apenas una hora menos. A slo 20 km de La Oroya estaba Huari y enseguida Jauja, Huancayo y el verdor del Mantaro del otro lado, los asientos mineros de Cerro de Pasco y Goyllarisquizga y con unos y otros la posibilidad, tambin soada, de empalmar con un Ferrocarril Panandino que, partiendo de Puno llegase a Jan.

    Adems de intervenir en el trazo, clculo econmico y construccin de ferrocarriles peruanos, Malinowski contribuy igualmente a la expansin de las vas frreas en Ecuador y Chile. En el Ecuador, en donde se refugi durante la ocupacin del Per por el ejrcito chileno, particip en el diseo del ferrocarril Guayaquil Quito y en Chile en el de las Minas Tamayo, que tambin construyera Meiggs.

    La obra de diseo y construccin del ferrocarril, a la que Malinowski entregara lo mejor de sus conocimientos y capacidades, se vio en el Per frecuentemente obstaculizada por accidentes naturales: fuertes lluvias destruyeron buena parte de la lnea Pacasmayo Cajamarca; en 1878 la lnea Chimbote Yuramarca fue destruida en varios puntos debido a las avenidas del ro Santa.

    A Malinowski, sin embargo, no le arredraban estas dificultades. Sigui abriendo caminos y trazando lneas frreas, porque estaba convencido de que las vas de comunicacin constituan una condicin vital e indispensable para el porvenir del Per.

    A pesar de que Ernesto Malinowski no ejerci la docencia en la Escuela de Ingenieros, su relacin con ella fue siempre muy estrecha, ya que particip en la contratacin de don Eduardo de Habich, tambin polaco como l, quien sera luego el fundador de la Escuela de Ingenieros, aportando valiosas ideas durante el proceso de creacin, hizo donaciones para montar mejor los talleres, biblioteca y laboratorios, ayud los alumnos y egresados proporcionndoles trabajo y asumi interinamente la direccin de la Escuela cuando Habich fue enviado a representar al Per en la Exposicin de Pars de 1889.

    La relacin de Malinowski con la Escuela de Ingenieros se remonta a los antecedentes inmediatos de sta. Cuando el ingeniero polaco junto con otros dos ingenieros franceses, llegaron al Per en 1852, quedaron todos adscritos a la Comisin Central de Ingenieros Civiles, institucin que reuna entonces a los ingenieros del Estado que diseaban y conducan todas las obras pblicas.

    Aos ms tarde, en 1869, cuando Malinowski haba forjado ya un reconocido prestigio en el Per por sus trabajos de ingeniera, el Estado Peruano contrat en Pars a don Eduardo J. de Habich, otro ingeniero polaco con una trayectoria similar a la de Malinowski: descendiente de la nobleza polaca, emigrado en Francia, con estudios de ingeniera en la Escuela de Puentes y Caminos de Pars y participacin en el levantamiento nacionalista

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    polaco de 1863-64. Habich se convertiria, por encargo directo del presidente Manuel Pardo, en el fundador del proyecto que se fuera incubando en el seno de la Comisin Central de Ingenieros Civiles, convertida poco despus Junta Central del Cuerpo de Ingenieros y Arquitectos del Estado, institucin para la que trabajaba Malinowski desde 1852. Existe pues, la presencia cercana de Malinowski en el nacimiento mismo de la idea de la Escuela de Ingenieros y en el nombra