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Filosofía y derechos humanos Mauricio Beuchot )*a siglo veintiuno editores

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  • Filosofa y derechos humanos

    Mauricio Beuchot

    )*a siglo veintiuno editores

  • filosofa

  • FILOSOFA Y DERECHOS HUMANOS

    (Los derechos humanos y su fundamentacin filosfica)

    por Mauricio Beuchot

  • SKI siglo xxi editores, s.a. de c.v. CERRO DEL AGUA 246. ROMERO DE TERREROS. 04310, MXICO, D. F.

    s i g l o x x i e d i t o r e s , s . a . T U C U M A N 1621, 7 N, C1050AAG, BUENOS AIRES, ARGENTINA

    siglo xxi de espaa editores, s.a. M E N N D E Z P I D A L a B I S , 2 8 0 3 6 , M A D R I D . E S P A A

    portada de maria luisa marinez passarge

    primera edicin, 1993 sexta edicin, 2008 siglo xxi editores, s.a. de c.v. isbn 978-968-23-1877-1

    derechos reservados conforme a la ley impreso y hecho en mxico/printed and made in mexico

  • NDICE

    PRESENTACIN 9

    INTRODUCCIN 13

    I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DE LA FUNDAMENTACIN FILOSFICA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LA TRADICIN RECIENTE DE HABLA HISPANA

    1. ALGUNAS LNEAS DE LA FUNDAMENTACIN FILOSFICA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LA FILOSOFA JURDICA ESPAOLA RECIENTE 2 3

    2. ALGUNOS RASGOS DE LA FUNDAMENTACIN FILOSFICA RECIENTE DE LOS DERECHOS HUMANOS EN AMRICA LATINA 3 6

    II. PARTE HISTRICA: LA FILOSOFA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LA TRADICIN CRISTIANA

    3. I A DIGNIDAD HUMANA Y LOS DERECHOS HUMANOS EN SANTO TOMS DE AQUINO 4 9

    4. LOS DERECHOS HUMANOS Y SU FUNDAMENTO SEGN FRANCISCO DE VITORIA 6 1

    5. EL FUNDAMENTO DE LOS DERECHOS HUMANOS EN BARTOLOM DE LAS CASAS 7 0

    6. ESCOLSTICA, HUMANISMO Y DERECHOS HUMANOS EN LA CONQUISTA SEGN FRAY ALONSO DE LA VERA CRUZ 8 0

    7. LA FUNDAMENTACIN FILOSFICA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN JACQUES MARITAIN 9 0

    8. LA FILOSOFA DEL HOMBRE EN LA CONSTITUCIN PASTORAL DE LA IGLESIA CATLICA GAUDIUM ET SPES, FUNDAMENTO PARA LOS DERECHOS HUMANOS 9 9

    9. DIGNIDAD HUMANA Y DERECHOS NATURALES EN OTRAS DECLARACIONES DE LA IGLESIA 111

    [7]

  • 8 NDICE

    III. ABORDAJE FILOSFICO DEL PROBLEMA DE LA FUNDAMENTACIN DE LOS DERECHOS HUMANOS

    10. CLASES NATURALES Y NATURALEZA HUMANA 1 2 3 11. DERECHO NATURAL Y FALACIA NATURALISTA 135 12. NATURALEZA HUMANA Y LEY NATURAL COMO

    FUNDAMENTOS DE LOS DERECHOS HUMANOS 1 4 6 13. LAS OBJECIONES DE NORBERTO BOBEIO A LA

    FUNDAMENTACIN FILOSFICA DE LOS DERECHOS HUMANOS 1 5 4

    CONCLUSIONES 162

    BIBLIOGRAFA 167

  • PRESENTACIN

    A principios del ao de 1992 nos reunimos algunos profesores de la Facultad de Filosofa y Letras y de la de Ciencias Polticas de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico, para dilucidar algunas cuestiones relativas a los llamados Derechos Humanos. En nuestras conversaciones encontramos dos vertientes, que debamos explorar: una de ellas era, precisamente, la de los fundamentos filosficos de tales derechos; esto, debido a que, al examinar sus diversos enunciados, los ya clsicos norteamericano y francs del siglo XVIII y el de la ONU en 1948, encontramos que resultaba necesario distinguir entre esos enunciados y su concrecin en leyes positivas. Tales enunciados no son leyes, no son propiamente derechos; ms bien constituyen una sucinta descripcin de la naturaleza humana y la formulacin de una tica, a la cual debe ajustarse la conducta individual en sus relaciones de coexistencia. Por lo tanto, era factible emprender una investigacin sobre los supuestos filosficos de tales formulaciones.

    La otra vertiente, que agudamente nos seal Jos I ,uis Orozco, fue la de examinar los intereses polticos y econmicos de los cuales surgieron las formulaciones inglesas y norteamericanas. Es decir, consider que el asunto no podra tratarse slo en el nivel muy areo y abstracto de la filosofa, sino tambin en el plano del ser social e histrico que los hizo posibles. Para enfrentar estos dos problemas nos reunimos, pues, Mauricio Beuchot, Jos Luis Orozco, Ignacio Sosa, Ana Luisa Guerrero y yo, bajo los auspicios de la Direccin General del Personal Acadmico de la UNAM, que consider ese tema de investigacin suficientemente importante como para apoyarlo.

    El libro que ahora presento: Filosofa y derechos humanos (Los derechos humanos y su fundamentacin filosfica), de Mauricio Beuchot, es el primer producto de esta investigacin colectiva. Por su formacin acadmica y hasta por las caractersticas de su vida personal, el doctor Beuchot ha sido proclive a examinar la relacin que hay entre la formulacin de los derechos humanos y lo que l considera como sus orgenes medievales en la filosofa de Santo

    P]

  • 10 PRESENTACIN

    Toms de Aquino. Pero no slo eso, sino que tambin ha considerado necesario mostrar cmo esa noble tendencia del tomismo funcion en el siglo xvi para defender los derechos de los indios en pensadores tales como Francisco de Vitoria y fray Bartolom de Las Casas. Esta noticia histrica es, sin duda, una de las partes ms interesantes del libro.

    Pero, como de fundamentacin filosfica se trata, en esta breve presentacin quiero sealar dos o tres goznes conceptuales que considero son el eje del libro. Los que estn familiarizados con la problemtica de la filosofa saben, perfectamente, las dificultades que se han sealado para derivar valores o deberes del ser; o sea, de lo que existe de hecho. Beuchot seala que Santo Toms responde que eso es posible, gracias a la naturaleza misma del entendimiento, que se hace prctico al referir las verdades conocidas al orden del obrar. As, la aprehensin de los primeros principios de todo lo que es se vuelve normativa al aplicarlos a la conducta. Esta idea viene de muy antiguo, porque ya un filsofo tan marxisla y tan freudiano como Herbert Marcuse sealaba que los valores platnicos, que son las esencias de lo existente, tambin constituyen los supremos valores. De este modo, accederemos a la inteleccin de los ms altos valores que rigen los derechos humanos.

    El segundo punto se refiere, tambin, a las relaciones entre el conocimiento y la accin. En este caso, el aquinatense sostiene que el movimiento de la voluntad no puede ser anterior al del conocimiento: "nada se ama si no se conoce antes", como dice el adagio escolstico. Esta idea muy socrtica tambin precedera a la formulacin de los derechos humanos.

    Por ltimo, est la idea de que los "derechos humanos" corresponden al menos en parte a los que anteriormente se llamaron "derechos naturales" del hombre. Segn Beuchot, as los encontramos en Santo Toms. Despus resea una polmica suscitada por tericos como Louis Lachance y Michel Villey, quienes dicen que Santo Toms no pudo tener nocin de derechos humanos, porque no la tuvo de los derechos subjetivos. Santo Toms se plantea una perspectiva comunitarista y no una individualista, que slo puede rastrearse hasta Ockham.

    Es muy interesante ver cmo Mauricio Beuchot media en estas polmicas fundamentales y cmo su argumentacin tambin alcanza a filsofos contemporneos como Norberto Bobbio, G.E. Moo-

  • PRESENTACIN 11

    re, Ulises Moulines.Javier Muguerza, M. Platts, H. Putnam, W.V.O. Quine y otros, pues tambin polemiza con estos representantes de la filosofa analtica. No se trata, por lo tanto, de un pensador puramente tradicionalista, sino de alguien que est al tanto de los movimientos de la filosofa contempornea, pero que los examina en su vinculacin con el resto de la historia de la filosofa.

    Abelardo Villegas

  • INTRODUCCIN

    El presente quiere ser un trabajo de funda mentacin filosfica de los derechos humanos. A veces se les considera como demasiado claros o intuitivos, como no necesitados de funda mentacin de alguna manera; no obstante, eso se ve desmentido por el hecho de que muchos no los reconocen ni respetan. Otras veces se dice que lo urgente es efectuar su positivacn, ms que fundamentarlos; es cierto, pero eso no deja conformes a todos los filsofos, y muchos pugnan por la necesidad de su fundamento terico. Nosotros intentaremos ofrecer una argumentacin filosfica de los mismos, adems de brindar algunos rasgos de la historia de su fundainen-tacin.

    As pues, en este trabajo nos proponemos defender una tesis histrica y otra tesis sistemtica. La tesis histrica es que los ahora llamados "derechos humanos" son los que la tradicin escolstica (principalmente la escuela tomista de Salamanca, en el siglo xvi) llamaba "derechos naturales". Esto no es por supuesto una tesis nueva, pero tampoco es trivial, ya que a muchos les parece discutible y que la discusin es interesante. Ofreceremos, pues, una discusin para apoyar esa tesis histrica propuesta.

    Algunos autores, como Michel Villey, Leo Strauss y Ralph Maclnerny,1 sostienen que los derechos humanos corresponden a los derechos naturales del iusnaturalismo moderno (p. ej. Grocio, Pufendorf y Rousseau), pero no al iusnaturalismo clsico (p. ej. Aristteles, Justiniano y Santo Toms). Lo anterior, ya que la nocin clsica de derecho (tanto en los griegos, como en el derecho romano y en los medievales) es objetiva, es una propiedad del objeto; en cambio, la nocin moderna de derecho es subjetiva, es un derecho del sujeto, una propiedad del individuo. Pero creemos que los derechos humanos s pueden fundamentarse en un derecho

    1 Cf. M. Vley, Qtiestions de Saint Thomas sur le droit et la poHtique, Pars, PUF, 1987; L. Strauss, Natural rigkt and history, Chicago, Iil., The University of Chicago Press, 1959, 2a. reimpr.; R- Mclnerny, "Naiural law and human rights", en The American

    Journal ofjurispnidence, nm. $6, 1991, pp. 1-14.

    [131

  • 14 INTRODUCCIN

    n a t u r a l t o m i s t a , a u n q u e n o d i r e c t a m e n t e , s i n o a t r avs d e la e s c u e l a d e S a l a m a n c a . E n e f e c t o , p a r a los a n t i g u o s , el d e r e c h o es la c o s a , la a c c i n o la r e l a c i n j u s t a , es el obieclum iustitiae, es u n a n o c i n d e d e r e c h o ob je t iva ; p o r e s o se d i f e r e n c i a d e la n o c i n m o d e r n a , q u e e s sub je t iva e i n d i v i d u a l . A d e m s , c o m o lo h a c e n o t a r L e o S t r a u s s , e l d e r e c h o n a t u r a l a n t i g u o n o es i g u a l i t a r i o , e n t a n t o q u e el m o d e r n o s l o e s . S e g n S t r a u s s , e n el d e r e c h o m o d e r n o h a y u n a i n f l uenc i a de l i g u a l i t a r i s m o b b l i co , a d e m s d e la n u e v a c o s m o l o g a , q u e ya n o e r a j e r r q u i c a , c o r n o la a r i s to t l i ca . Es ta l t i m a n o e r a igua l i t a r i a , p o r su d i s t i n c i n e n t r e el m u n d o s u p r a l u n a r y el m u n d o s u b l u n a r ; m i e n t r a s q u e la c o s m o l o g a d e la c i enc ia m o d e r n a t i e n e u n a i d e a d e la ley n a t u r a l i gua l i t a r i a , v a l e d e r a p a r a t o d o s l o s e n t e s y e x t e n d i d a a t o d o s los h o m b r e s .

    B l a n d i n e B a r r e t - K r i e g e l c o n o c e las tesis d e los a u t o r e s a n t e s m e n c i o n a d o s y, s in e m b a r g o , q u i e r e i r e n c o n t r a d e la tes is d e m a s i a d o a c e p t a d a d e q u e los d e r e c h o s h u m a n o s t i e n e n c o m o f u e n t e el d e r e c h o n a t u r a l m o d e r n o s in m s ; ella e n c u e n t r a u n a v i n c u l a c i n c o n el d e r e c h o n a t u r a l t o m i s t a m e d i a n t e la E s c u e l a T o m i s t a d e S a l a m a n c a , c o n la cua l se d a e s e c a m b i o d e la n o c i n d e d e r e c h o o b j e t i v o a la d e d e r e c h o i n d i v i d u a l : c a m b i a la i d e a d e ley ( a n t e s , i n c l u s o , q u e la i d e a d e n a t u r a l e z a ) :

    Resurgido en el siglo xvi con la segunda escolstica espaola, fuer temente marrantzada, y marcada po r las obras d e Vitoria, De Soto, Las Casas, Surcz, etc., el de recho natural m o d e r n o sufre, a travs de la reflexin teolgica, la influencia directa de las Escrituras. Francisco d e Vitoria, c reador del de recho internacional m o d e r n o , lector y a d m i r a d o r d e Eras-mo , r ecuerda q u e la sociedad civil est fundada en la naturaleza, q u e la ley h u m a n a d e b e respetar la ley divina, q u e es su zcalo. En 1539, en su libro De Indis, e x p o n e q u e los indios t ienen de recho , con el mismo t tulo q u e todos los o t ros seres humanos , a la libertad y a la propiedad y que u n cierto n m e r o de derechos se deducen lgicamente de la naturaleza humana . Un poco ms tarde, Surez, en su De legibus ac Deo legislatore, inscribe el de recho en la ley, una ley de moral idad, el mandamien to d e tina autor idad super ior que el telogo es capaz de interpretar . Remit indose m u c h o ms directamen te a la Biblia que a los preceptos del de recho r o m a n o , al p r o p o n e r explci tamente la idea d e derechos humanos , los tericos d e la Escuela d e Salamanca, han traicionado, corno lo piensa Michel Villey, la concepc in d e Santo Toms? N o zanjaremos aqu ese debate .

    2 B. Barret-Kricgel, Les drois de l'komme et ledroit naturel, Pars, PUF, 1989, p. 47.

  • INTRODUCCIN 15

    La tesis ms fuerte de Barret-Kriegel se encuentra en el captulo ra, al que da el ttulo de "La filosofa del sujeto no es la fuente de los derechos del hombre". En efecto, la autora muestra que la nocin de derecho del hombre es la de un derecho subjetivo, en el sentido de individual; sin embargo, no es producto del subjetivismo jurdico moderno. Claro que la opinin ms extendida y trillada los fundamenta en el subjetivismo racionalista y sus herederos: los iusnaturalistas del siglo xvm y los idealistas del xix. Se ha credo que los derechos humanos tienen corno bandera el descubrimiento mctafsico del sujeto, del cual resulta la idea de derecho como atributo del individuo.

    En suma, uno se convence demasiado pronto de que la nocin de derecho del hombre depende de la subjetivizacin del derecho. Pero, si esto fue verdad, habra que explicar entonces por qu las sociedades europeas que han adoptado el idealismo subjetivo han sido tan reticentes frente a los derechos del hombre, y tan retardatarias a inscribirlos en sus textos, a dar una respuesta a la objecin formulada por Hannah Arendt cuando subraya que los estados-naciones europeos han sido incapaces en el siglo xrx de defender y garantizar los derechos del hombre para los individuos que no sean sujurisdiccin directa, de suerte que los derechos del hombre no han sido respetados casi ms que para los ciudadanos.3

    Convincentemente, la autora hace ver que, ms que a la teora del sujeto o de la voluntad del individuo, los derechos humanos estn asociados a la idea de especie, al hombre como miembro de una especie.

    Precisamente los laicizadores de los derechos naturales, Pufcndorf, Wolf, Althusius, dejan caer esta idea capital de la escuela de Salamanca retomada por Loclce y Spinoza, segn la cual el derecho natural es el derecho de la especie humana. Por sus referencias bblicas, el derecho de la escuela de Salamanca contemplaba al gnero humano. Pues la Escritura no pone de ninguna manera en primer plano a la sociedad o al individuo, sino que ella trata primero de la especie humana, al principio con Adn, padre de todos los hombres, y al final, con la redencin de la especie humana. De esta manera, el fundamento del derecho natural debe estar menos inscrito en la sociedad o en el sujeto que en la humanidad. La sociedad, para observar la ley natural, debe estar conforme con los fines de la especie.4

    3 Ibid., p . 93 . 4 Ibid., p . 94.

  • 16 INTRODUCCIN

    Segn la autora, el proceso de individuacin, como el que ha tenido el derecho a la vida y a la seguridad, no necesar iamente es un proceso de subjetivizacin. Ix> mismo sucede con el de recho a la libertad. La conclusin de la obra de Barret-Kriegel es la siguiente:

    De esta rpida investigacin, quisiramos sacar una leccin para el desarrollo mismo de los derechos del hombre. Si ellos no toman de ninguna manera su origen en el idealismo subjelivo y el voluntarismojurdico, sino, como hemos tratado de mostrar, en las obras del derecho moderno que mantienen la referencia a la ley natural, eso significa, entonces, para quien cree y espera en su fnluro y su desarrollo, que la filosofa del derecho debe volver a enraizarse en la idea de ley natural.5

    Es una tesis histrica que se acerca mucho a la nuestra. La tesis sistemtica es que los derechos humanos an pueden

    fundamentarse filosficamente en la idea de una naturaleza humana, como se haca con los derechos naturales. Nuestra argumentacin consistir en mostrar que: a] s es posible y aun necesaria una fundamentad n filosfica de los derechos humanos , aunque se dice que ya han fracasado las empresas fundamentadoras e, incluso, argiremos que debe ser una fundamentacin ontolgica o metafsica; b] la idea de naturaleza h u m a n a es defendible, no slo en la filosofa tomista sino en la filosofa con tempornea , corno lo evidencia la ms reciente filosofa analtica. Con instrumental ofrecido por esa escuela, asentaremos la idea de la naturaleza h u m a n a como clase natural , den t ro del esencialismo analtico anglosajn, representado por Wiggins, Kripke y Putnam, en t re otros .

    En pr imer lugar, para plantear los principales problemas y para tener un cuadro de las corrientes principales, resumidas en el iusnaturalismo y el iusposidvismo posturas antiguas pero que ahora se vuelven a presentar con nuevas tonalidades, a tenderemos a los tericos ms connotados de la ltima filosofa de los derechos humanos en Espaa e Hispanoamrica; tanto a los autores q u e rechazan toda fundamentacin como a los que dicen que basta la positivacin, y como a los que exigen un fundamento ms fuerte, sea o no metafsico. N o nos centraremos en los tericos de otros pases porque nos interesa presentar el trabajo ms cercano a nosotros , es decir, el de habla hispana. Por eso dedicaremos los

    5ftirf.,pp. 98-99.

  • INTRODUCCIN 17

    dos primeros captulos de este libro a la exposicin de la filosofa jurdica de los derechos humanos en lengua espaola; a saber, uno dedicado a la iusfilosofa desarrollada en Espaa en torno de este tema y otro dedicado a la labor ms prxima que sobre este punto se ha realizado en Hispanoamrica.

    En seguida pasaremos, en la parte histrica, a presentar el trabajo de fundaincntacin filosfica que se ha realizado en una tradicin amplia y profunda, como es la de la filosofa de signo crisfiano. Slo podremos destacar algunos rasgos de esta tradicin. As, comenzaremos por la escolstica, con el iniciador del tomismo, Santo Toms de Aquino, quien sent algunos principios que sirvieron de base para fundar ciertos derechos naturales o, como se llamarn despus, derechos humanos. Su labor se centra, sobre todo, en la explicitacin de la dignidad humana; dignidad que no slo ha sido difcil descubrir y respetar en esa poca turbulenta que fue la Edad Media como suele decirse, repitiendo un tpico manido, sino aun en la actualidad. Le seguirn, ya en el Renacimiento, Francisco de Vitoria, Bartolom de Las Casas y Alonso de la Vera Cruz, que desarrollaron -^cada uno de diferente manera y con su sello propio la fu nd amentad n tomista de los derechos humanos, en funcin del acontecimiento de la conquista de Amrica. Fue un campo experimental muy a propsito para concicnti-zarse sobre la violacin de tales derechos y clamar contra esa situacin. A cada uno de esos pensadores dedicaremos su correspondiente captulo. A continuacin vendr un tomista moderno que influy de manera clara y decidida en la ftindamentacin filosfica de los derechos humanos, tal como fueron propuestos y aceptados positivamente en la Declaracin de 1948; se trata de Jacques Maritain, que ocupar otro captulo, dada su importancia. Finalmente, dedicaremos dos captulos al trabajo que ha hecho la propia Iglesia catlica en la fundamentacin de que hablamos; un captulo versar sobre la constitucin Gaudium et Spes, emitida en el Concilio Vaticano II, y el otro captulo versar sobre diversas declaraciones de la misma Iglesia.

    Despus procederemos a presentar la tercera y ltima parte, la ms decisiva filosficamente, pues se trata de la tesis sistemtica; ah intentaremos mostrar que hay una fundamentacin metafsica de los derechos humanos, y que no es otra que la naturaleza humana. Para eso, tendremos que aadir el subargurnento o sub-prueba de que existe una naturaleza humana y que puede servir de

  • 18 INTRODUCCIN

    base ontolgica a los derechos humanos, as como a los deberes que corresponden a ellos. Un captulo ser dedicado, pues, a argumentar en favor de la existencia de la esencia o naturaleza humana, desde la muy reciente teora de las clases naturales, propia de la semntica esencialista de la lgica modal (en la lnea de Sal Kripke, Hilary Putnam, David Wiggins y otros); con la cual se apoyar la idea de que la naturaleza humana surge como una propiedad necesaria de re del homo sapiens. Adems, intentaremos demostrar, en otro captulo, que en esa fundamentadon de los derechos (y deberes) humanos no se incurre en la famosa "falacia naturalista" de inferir el deber ser a partir del ser; lo deontolgico a partir de lo ontolgico; lo moral a partir de lo natural. Por lo menos en la postura derivada de Santo Toms de Aquino no se da ese problema, pues l introduce los derechos "humanos" o naturales a partir de la carga de eticidad contenida en los enunciados tericos de la naturaleza humana; tanto en los enunciados tericos primitivos como en los derivados, y no solamente los principios de la razn prctica, que quieren inferir los derechos humanos con base en las necesidades humanas. Todos esos enunciados tericos a los que aludimos son premisas cargadas de normatividad, que infieren normas a partir de esa normatividad contenida en las premisas o enunciados fcticos, lo cual es vlido y no falaz. Sin embargo, a nosotros nos interesar, adems, en otro captulo que ir a continuacin de ste, mostrar la vinculacin de la razn prctica con la razn terica, que es de fu nd amen tac ion; ya que, la razn prctica busca el bien del hombre de acuerdo con la naturaleza humana y eso slo puede esclarecrselo la razn terica. Terminaremos con una discusin de las objeciones que hace Nor-berto Bobbio a los derechos humanos y a los derechos naturales.

    Tal es, a grandes rasgos, la estrategia de nuestra argumentacin. Y tal creemos que es la funda mentacin metafsica de los derechos humanos: son derechos radicados en la naturaleza humana; por eso fueron preconizados como derechos naturales, como sealando que con arreglo a dicha naturaleza se encuentra el bien de los hombres, y que de acuerdo con ella se establece en derechos y deberes. Como la naturaleza humana est cargada de exigencias ticas, derivar de ella derechos naturales humanos no constituye falacia naturalista; es otro tipo de inferencia. Defendemos, pues, filosficamente el iusnaturalismo; asimismo, combatimos la idea de que en l se encierra ese gran paralogismo consistente en pasar del

  • INTRODUCCIN 19

    ser al deber ser, para lo cual ciertamente no hay reglas lgicas (es decir, rechazamos la acusacin que se le hace de incurrir en la, por otros motivos ya muy desprestigiada y venida a menos, falacia naturalista). En ese sentido, hablamos de los derechos humanos como elementos del derecho natural y hablamos de la naturaleza humana como fundamento metafsico de los mismos. Por ltimo, cerraremos este libro con una bibliografa en la que enlistaremos las obras utilizadas.

  • I. PLAN TEAMIENTO DEL PROBLEMA DE LA FUNDAMENTACIN FILOSFICA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LA TRADICIN RECIENTE DE HABLA HISPANA

  • 1

    ALGUNAS LNEAS DE LA FUNDAMENTACIN FILOSFICA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LA FILOSOFA JURDICA ESPAOIA RECIENTE

    En este captulo se abordarn algunas lneas de la investigacin que se ha hecho sobre la fundamentacin filosfica de los derechos humanos en el mbito de la filosofa de Espaa. Ciertamente, hay quienes dicen que no se debe perder tiempo en fundamentar de manera terica los derechos humanos, y que lo indispensable es proteger su cumplimiento en la prctica. No vamos a cuestionar la primaca de la praxis sobre la teora en el nivel de lo inmediato; pero creemos que siempre, despus de vivir algo en la praxis, lo reflexionamos en la teora, tratando de explicarlo y justificarlo racionalmente. Mucho ms en cuanto a las leyes, los derechos y las obligaciones; no slo establecemos leyes y erigimos derechos sino que tenemos que detenernos a fundamentarlos. En este caso, fundamentar los derechos humanos puede implicar por lo menos contestar dos preguntas: a] por qu los aceptamos para cumplirlos y por qu sos y no otros; b] en qu presupuestos morales o ticos, epistemolgicos y hasta ontolgicos descansa su aceptacin. La segunda pregunta es la ms filosfica y nos serviremos de ella como de gua en este captulo.

    En cuanto a la pregunta por la fundamentacin Filosfica de los derechos humanos, pueden encontrarse dos posturas iniciales. La primera dice que no hay que fundamentar filosficamente tales derechos, porque es imposible una fundamentacin absoluta; todas las fundamentaciones habrn de ser parciales y, por lo mismo, insuficientes para garantizar la universalidad y la necesidad de los derechos humanos. La otra postura bsica es la de que s se pueden fundamentar filosficamente los derechos humanos, ya sea que eso se haga con una fundamentacin ltima o absoluta, o tan slo y al menos con una fundamentacin parcial, o con muchas de stas que actuaran acumulativamente. Esta segunda postura, la que acepta alguna fundamentacin, puede subdividirse en varias clases; pero,

    [23]

  • 24 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

    como no podemos analizarlas todas, slo aludiremos a las principales. Podramos decir que son tres: las ya clsicas fundainentacio-ncs iusnaluralista y iuspositivista y, en tercer lugar, otras como las utilitaristas, etc.; pero , ya que el iusnaturalismo y ef iuspositivismo tradicionalmente han llevado la pauta en la discusin, nos centraremos en esos dos tipos de respuesta, t ra tando de ver cmo se han atacado y defendido una y otra. Desde ahora, p rocuraremos abogar por una postura de t ipo iusnaturalista; p r imero , p rocederemos a hablar de los que niegan la fundamen tadon filosfica de los derechos humanos , luego de los que p roponen una de tipo iuspositivista y, despus, de los que p roponen una de t ipo iusnaturalista; terminaremos con unas consideraciones crticas finales.

    Defensa o no defensa?

    Comencemos , pues, con los que rechazan la funda mentacin filosfica de los derechos humanos .

    Victoria Camps considera que, tratar de fundamentar filosficamente los derechos humanos , no conducira a gran cosa. Es preferible buscar un consenso fclico (no terico o filosfico, sino un acuerdo en la prctica, un contrato internacional). Al respecto, dice:

    cualquier intento de justificadas desde fuera [a las exigencias fundamentales de libertad, igualdad y dignidad, que abren paso a los derechos humanos] desde la naturaleza, desde la razn o desde Dios sera taulolgico o discutible. Insistira en el significado de los mismos conceptos o postulara un punto de apoyo dogmtico. T,a moral, como la vio Kart, es apriori, I .o cual significa que no se Irata de fundamentarla ni de probar su validez, puesto que vale por s misma, sino ms bien de /lesaifmr/si, de darle nombres y contrastarla con realidades que den contenido al deber ser.1

    Por eso p ropone que, en lugar de hablar de fundamentacin de los derechos humanos , se hable de descubrimiento de los mismos.

    Slo quedara como cuestin de fundamentacin el poner en tela de juicio los derechos aceptados, es decir, por qu sos y no otros; asimismo el problema de su jerarquizacin entre ellos y con

    V. Camps, "El descubrimiento de los derechos humanos", en J. Mugiierza y otros, El fundamento de los derechos humanas, Madrid, Dbale, 1989, p. 112-

  • EN LA HLOSOFAJURIOICA ESPAOLA RECIENTE 25

    respecto a otras cosas. Pero eso ya no es la fundamentacin terica y abstracta que se peda, pues aquellos aspectos no se deciden en abstracto. Efectivamente, siguiendo a Gilbert Hottois , dice que es muy difcil sealar qu derecho h u m a n o es el pr imero y cules t ienen prioridad sobre otros. Por encima de todo, niega que la postulacin de esos derechos pueda hacerse como una cuestin de legitimidad tica, independien temente de ciertas bases econmicas y polticas.

    Esto ya no es la tradicional empresa de fundamentacn filosfica de los derechos humanos . Pero Camps termina diciendo: "En definitiva, la fundamentacin de los derechos humanos es su aportacin al intento de enriquecer la idea de dignidad humana ." 2

    A la idea de dignidad, aade la de justicia:

    Donde no habita la justicia, ni siquiera como ideal o como bsqueda, la dignidad de la persona es mera palabrera. A fin de cuentas, la justicia intenta harer realidad esa hipottica igualdad de todos los humanos y la no menos dudosa libertad en tanto derechos fundamentales del individuo. Derechos que son el requisito de una calidad de vida que debe ser objeto luego de conquista individual.3

    Con lo anterior no puede eludir la idea clsica de fundamentacn de tales derechos, ya que enriquecer la nocin de dignidad h u m a n a supone en el fondo algo inherente al hombre , algo connatural a la persona humana y que sirve de fundamento a los derechos; o, al menos , que n o necesariamente est desligado de esto. Por esa razn, parece que no queda invalidada la tentativa de fundamentar en algn sentido los derechos humanos . No queda comple tamente excluida su fundamentac.in filosfica.

    Por su parte, Carlos Thiebaut, Jul io Seoane y ngel Rivero alegan que la crtica a la modernidad {sin caer en posturas tan extremas como las del posmodernismo) ha most rado que han sido y son incumpliles los ideales de fundamentacin en todos los campos. Se ha renunciado a fundamentaciones de la tica, del derecho , etc., po rque se lian mostrado inoperantes e inalcanzables los meladiscursos fundantes como el discurso metafsico, epistemolgico, etc. Lo nico que queda despus de las crisis de la moder-

    2Ibid.,p. 117. 3 V. Camps, Virtudes pblicas, Madrid. Espasa-Calpe, 1990 (2a. cd.), pp. 33-34.

  • 26 PLANTF.AMIF.NTO DEL PROBLEMA

    nidad es un cmulo de discursos atomizados, parciales; porque nunca se iia logrado la universalidad, ni siquiera, el consenso. Hay, slo, polmicas interminables y caos. Esto ha conducido a un cierto ncgativismo y escepticismo, que no deja creer en la posibilidad de una fundamentacin filosfica de los derechos humanos.

    Sin embargo, estos autores se detienen ante la evidente necesidad que tiene, en las democracias, la vigencia de los derechos humanos. Por eso dicen que, aun cuando se debe romper con la modernidad ilustrada y sus proyectos de fundamentacin, no se puede romper con todo; ms an, la misma crisis de la modernidad o el paso a la posmodernidad es lo que, precisamente, puede ayudarnos a comprender nuestro momento y ubicacin en la propia modernidad. Lo nico que niegan son las pretensiones de fundamentacin absoluta o total.

    Pero quedan las fundamentaciones que no procuran ser absolutas y completas, como se quiso hacer en el racionalismo extremo de la Ilustracin moderna. Por eso tienen cabida, al menos, algunos intentos de fundamentacin filosfica de los derechos humanos; a saber, aquellos que, sabedores de sus limitaciones y parcialidad, slo quieren presentar algn fundamento filosfico modesto, pero slido y suficiente. Uno que pueda garantizar racionalmente sin la pretensin de una racionalidad omniamplectente el que tales derechos deban sustentarse y protegerse, promoverse y ampliarse, de modo que valgan para todo hombre y todo hombre los respete. No se trata de obtener un consenso absoluto, sino suficiente (pues el consenso no confiere universalidad a los derechos humanos, ni pueden depender de l; se es otro asunto). Tampoco se busca sustentar esos fundamentos en otros, de modo que haya progresin infinita; necesariamente hay que detenerse en algn punto y si a esto se le llama "dogmatismo", lo que cabe responder entonces es que sta es condicin de todos los principios, a saber, su indemos-trabilidad y su carcter de primeros y ese punto servir para sostener de manera racional y vital los derechos humanos. Menos an, hay que postular los derechos humanos como autoevidentes: no requeriran de fundamentacin; sino que se van a fundamentar en algo distinto de ellos; ya sea en algo natural o en algo positivo, que es el derecho mismo de las sociedades.

    Como hemos dicho, las fundamentaciones filosficas principales son dos: iusposirivista y iusnaturalista. Por otra parte, ya que puede aceptarse que es legtima alguna fundamentacin filosfica de los

  • EN LA FILOSOFA JURDICA ESPAOLA RECIENTE 27

    derechos humanos, veamos cul es la que propone el iuspositivismo y cul el iusnaturalismo; asimismo, evaluemos los elementos que ofrecen para esa argumentacin. Comenzaremos por la que ha recibido menos crticas y que ha tenido ms fortuna en pocas recientes, el iuspositvismo; despus, pasaremos a la que ha suscitado ms objeciones y parece tener ms dificultades: el iusnaturalismo.

    Iuspositvismo

    Puede considerarse la postura de Gregorio Peces-Barba como iusposi vista; por lo menos, como muy inclinado al iuspositvismo, si se atiende a que l sostiene el fracaso del modelo ius naturalista en la fundamentacin del derecho.4 Prefiere postular la fundamen-tacin de los derechos humanos en los valores o axiologa, pero nicamente los ve como derechos en sentido propio en vistas a su posiivacin; es decir, en la "insercin de esos valores en normas jurdicas en el Derecho positivo, y la configuracin de los derechos fundamentales como derechos pblicos subjetivos".''

    Quiere, sin embargo, superar la dicotoma entre iusnaturalismo y iuspositivismo en este problema. Por eso fundamenta los derechos humanos en la moral, aunque slo tienen plenitud como derechos cuando se les positiva, cuando acceden al Derecho positivo. Hay valores supremos, como la igualdad, la justicia y el respeto a la dignidad humana, que deben plasmarse positivamente en las constituciones de los pases. Con eso, Peces-Barba se coloca en una postura positivista "corregida". Como el positivismo tradicional, hace a los valores dependientes de la historia, relativos a la cultura y a la poca. Aunque los valores se definen como cualidades de los objetos, esto slo es terica y abstractamente;6 de modo concreto y "material", consisten en su aceptacin positiva por los operadores jurdicos {i.e. legisladores yjucccs). Parte del positivismo formal o formalista de Kelsen, pero lo corrige incorporando elementos materiales a ese convencionalismo o contractualismo; i.e. pide que

    4 Vase G. Peces-Barba, Introduccin a la filosofa del derecho, Madrid, Debate, 1983, p. 319.

    5 G. Peces-Barba, Derechos findamentales, Madrid, latina Universitaria, 1980, p. 27. 6 Vase G. Peces-Barba, Las valores superiores, Madrid, Tecnos, 1982, p, 53.

  • 28 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

    se introduzcan elementos ticos como no rma bsica material (en la positivacin de los valores). Sin embargo, en seguimiento de Kel-sen, distingue en t re derecho y moral.

    Al aplicar esta distincin a los derechos humanos dice que , rechazar el estudio de su fundamen tadon moral, sera vaciarlos de su contenido y convertirlos en mera tcnica de control social. Para l, esta fundamentacin de los derechos humanos :

    est conectada con la dea de que los derechos humanos no se completan hasta su positivacin, y tiene que contar con esa dimensin de la realidad. Fundamentar los derechos humanos es buscar la raz de un fenmeno que se explica slo plenamente cuando esl incorporado en el Derecho positivo, aunque su origen se encuentre en el plano de la Moral.7

    Su fundamentacin racional ha de ser histrica, aunque l no quiere caer en el historicismo; por eso alude, adems, a una reflexin racional en su fundamentacin. De sta, el concepto que le parece clave es el que combina la libertad y la igualdad; a saber, el concepto de libertad igualitaria.8 I.a libertad social, poltica y jur dica es el cauce del desarrollo de la dignidad humana . Asimismo, ha de culminar en la libertad moral que, por limitada que se la conciba, es alcanzable, aun cuando slo es el trmino ideal de un proceso dinmico. De acuerdo con ello, "los derechos humanos [. . .] se fundamentan en su condicin de ins t rumento necesario para la realizacin del dinamismo que conduce desde la libertad de eleccin a la libertad moral, del proceso de emancipacin que es la vocacin de realizacin de la condicin humana". 9 Pero la funda-mentacin de los derechos humanos carecer de efectividad hasta que ellos formen parte del derecho positivo. Por eso concluye que "hablar de derecios humanos supone hablar de una realidad integrable en el Derecho positivo como un derecho subjetivo, una libertad, una potestad o una inmunidad"; 1 0 es decir, la fundamentacin de los derechos humanos est n t imamente vinculada a su positivacin, no slo a la reflexin terica sobre los mismos. Es p o r esa razn que llamamos "positivista" a Peces-Barba, aunque i

    ' G. Peces-Barba, "Sobre el fundamento de los derechos humanos" , f n j . Muguer-za y otros, El fundamento de los derechos humanos, ed. eit., p . 267.

    8 Ibid., p . 270. 9Ibid., p. 276. 10 Ibid., p. 277.

  • EN LA FILOSOFA Jl 'RtniCA KSI'ANOM RECIENTE 29

    aclara que profesa un positivismo "corregido" con respecto a Fiel sen.

    Iusnaturalismo

    El iusnaturalismo ha sido una nocin j abonosa y ambigua; pero , si por "iusnaturalismo" se ent iende aceptar los derechos humanos como previos a su positivacin (alegando que, dado que podemos referirnos a ellos para pedir su positivacin, ello indica que existen independ ien temente de los derechos positivos); esto es, como derechos previos a ellos, con lo cual se acepta que tienen fundamen to extrajurdico o prejurdico, entonces podemos decir q u e se es iusnaturalista al menos en ese sentido. Adems de los autores que abier tamente sostienen serlo, estn oros que dicen no serlo; por ejemplo, Ensebio Fernndez Garca, quien considera los derechos humanos como derechos morales. Hablaremos, por eso, de iusnaturalismo clsico y de iusnaturalismo de los derechos morales.

    Iusnaturalismo clsico

    Explcitamente iusnaturalista es Javier Hervada, s imado en el iusnatural ismo clsico de signo tomista. Fundamenta los derechos h u m a n o s en la naturaleza del hombre y, por lo mismo, en el de recho natural. Para l:

    cuando se habla de derechos humanos, con esta expresin se quiere designar un tipo o clase de derechos, una de cuyas notas esenciales es ser preexistentes (o "anleiiores" segn el lenguaje ms generalizado) a las leyes positivas. Por lo menos a esa conclusin lleva el sentido obvio del lenguaje utilizado, tanto por las declaraciones antiguas y modernas y los pactos internacionales, como por los distintos movimientos en favor de esos derechos o en general por quienes sobre ellos hablan o escriben.11

    Si son derechos anter iores a la positivacin, no pueden tener fundamento en la convencin ni en la mera ley positiva; ms bien, por ser derechos del hombre , tienen fundamento en su naturaleza.

    n J . Hervada, Escritos sobre derecho natural. Pamplona, Eunsa, 1986, pp. 427-428.

  • 30 PLANTEAMIENTO OEI, PROBLEMA

    No son relativos a la cultura, al consenso ni a la autoridad, sino que poseen un fundamento ms ontolgico y natural.

    Pero Hervada Tambin es consciente de que el derecho natural, ha sido relegado y hasta olvidado en muchos contextos de la modernidad. Justamente por eso los derechos humanos han sido puestos en tela de juicio por algunos o, francamente, los han excluido. Por eso, afirma: "Aparte de razones histricas, la raz de este hecho es un interesado olvido: el olvido del verdadero derecho natural. Slo el autntico derecho natural, y no la poltica, es la base inconmovible de los derechos humanos."12 Slo si se acude a ese fundamento realista y iusnaturalista se podr evitar que tales derechos sean manipulados o controlados poltica e ideolgicamente. En la historia se ha visto que eso sucede; que pases cuyas legislaciones en principio favorecen los derechos humanos, en la prctica se dedican a violarlos. Solamente si se les quita ese fundamento tan artificial y se les devuelve su fundamento natural y propio podr hacerse que tengan una base resistente; asimismo, que se les pueda defender de manera apropiada.13

    Iusnatumlismo de los derechos morales

    Ensebio Fernndez sostiene que los derechos humanos poseen un fundamento tico, que son "derechos morales" (expresin que ha sido vista por sus contrincantes como un disfraz de la otra de "derechos naturales")- Define, as, los derechos humanos: "Con el trmino 'derechos humanos' pretendo describir la sntesis entre los derechos humanos entendidos como exigencias ticas o valores y los derechos humanos entendidos paralelamente como derechos."14 El que sean "morales" indica que tienen una fundamen-tacin tica y que son limitados en su nmero y contenido. Llamarlos "derechos" seala que, aun cuando anteceden a los derechos positivos, slo culminan en el momento de su positivacin. Alega que darles una fndamentacin tica no es exactamente lo misino que darles una fndame ntacin iusnaturalista; aunque, tampoco,

    Y2Ibid p. 643. isjbid., p. 648. 14 E. Fernndez, Teora de lajitstia y afrechos humanos, Madrid, Debate, 1984,

    p. 108.

  • EN I-A VI [.OSO FIA JURDICA ESPAOLA RECIENTE 31

    iusposirivista de esta ltima estara ms alejada la que l p r o p o n e Dice:

    los derechos humanos aparecen como derechos morales, es decir, como exigencias ticas y derechos que los seres humanos tienen por el hecho de ser hombres y, por tanto, con un derecho igual a su reconocimiento, proteccin y garanta por parte del poder poltico y el Derecho; derecho igual, obviamente basado en la propiedad comn a todos ellos de ser considerados seres humanos, y derecho igual de humanidad independiente de cualquier contingencia histrica o cultural, caracterstica fsica o intelectual, poder poltico o clase social.15

    Pero sostener que son derechos morales equivale a considerar que hay una tica universal, comn a todos los hombres , capaz de avalar el que , de algunos derechos, se pueda decir q u e son para todos los hombres , i.e. derechos humanos . Por eso debe decirse que, finalmen te y en el fondo, la postura de Fusehio Fernndez a pesar de q u e quiere salirse de la polmica iusnaturalismo-iusposivismo y superarla es iusnaturalista. As se lo han reprochado Javier Mu-guerza y jos Delgado Pinto.1 6

    El iusnaturalismo de Eusebio Fernndez se ve, de algn m o d o , en su pretensin de que sean anteriores al derecho positivo:

    Por mi parte asegura, me mantengo en la opinin de que defender que el enfoque de fundamentacin de los derechos humanos tenga que ser necesariamente iusnaturalista, es una reduccin quiz innecesaria e injustificada, aunque aceptara que hay mucho de verdad en la idea de que "cualquier intento de cifrar la fundamenlarin de los derechos humanos en un orden de valores anterior al Derecho positivo, es decir, preliminar y bsico respecto a ste, se sita, consciente o inconscientemente, en una perspectiva iusnaturalista" [Enrique Prez Limo].17

    O sea que Fernndez acepta que, en algn sentido, su pos tu ra puede recaer en el iusnaturalismo, como tiene trazas de hacerlo. l mismo concede que hay un aspecto en el que su fundamentacin

    l5Ibid.,p, 107. Vase J. Muguerza, "La alternativa del disenso {en torno a la fundamentacin

    tica de los derechos humanos)", en J. Muguerza y otros, El fundamento de los derechos humanos, ed. ct., p. 25; J. Delgado Pinto, "1.a funcin de los derechos humanos en un rgimen democrtico", en ibid., p. 137.

    17 E. Fernndez, Teora de la justicia y derechos humanos, ed. cit.. p. 112.

  • 32 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

    de los derechos humanos como derechos morales coincide con, o equivale a, lo que llamamos iusnaturalisrno, a saber:

    Solamente es intercambiable la nocin de derechos morales con la de derechos naturales si stos se ajustan a una serie de requisitos (derechos naturales como pretensin de juridicidad, derechos naturales como control, fundamento y revisin o vigilancia de los derechos jurdico-positivos, etc.) y a un concepto de Derecho natural abierto, no dogmtico, funciona! [el profesor E. Prez Luo se ha referido a l y a nuestras coincidencias en varias ocasiones] v entendido romo tica jurdica, como Derecho justo o Derecho correlo.18

    Tal carcter iusnaturalista al menos en algn sentido, y no dbil se vuelve a mostrar en Eusebio Fernndez en su insistencia de que los derechos humanos no dependen de que sean reconocidos como derechos positivos. Tampoco se basan en ninguna convencin o contraetualismo; ste sera, en todo caso, su origen fctico y gentico o el camino para su positivacin. Los derechos humanos valen independ ien temente del consenso y de la promulgacin; son derechos morales, y esto quiere decir que son derechos en un sendo distinto del jur dico, aunque cercanos y previos a l.

    El fundamento de los derechos humanos dice este autor es previo a lo jurdico y debe ser buscado en los valores morales que los justifican y sirven para reivindicarlos, los cuales responden y son una "abstraccin" (si se rae permite el trmino) de una dimensin antropolgica bsica, constituida por las necesidades humanas ms fundamentales y radicales para una existencia digna.19

    Kl Derecho positivo no los crea como derechos, aunque no estn completos si no se llega a su positivacin; pero son dos cosas muy distintas.

    Es decir, no son derechos desde que se promulgan; lo son, antes e independ ien temente de que sean reconocidos como tales, de manera positiva. Se basan en que lo moral o tico vale indepen-

    .. Fernndez, "Acotaciones de un supuesto iusnaturalista a las hiptesis de Javier Muguerza sobre la fundamentaran tica de los derechos humanos", en J. Muguerza y otros. El fundamento de los derechos humanos, ed. cit., pp. 157-158.

    Jfiid., p. 158. Repite la misma idea en su otro libro La obediencia al derecho, Madrid, Cvitas, 1987, pp. 176-177.

  • EN LA FILOSOFA JURDICA ESPAOLA RECIENTE 33

    dientemente de su estatuto jurdico, aunque lo deseable es que sean llevados al nivel jurdico y a su positivacin. Eso est ms cerca del iusnaturalismo que del iuspositivismo, pues supone que esos derechos morales representan y reflejan una moral o tica vlida para todos los hombres, que es universal. Valen, pues, de una manera que slo podemos llamar "natural"; esto es, con independencia de lo histrico y cultural. Que se atienda a su devenir y que hayan variado en la historia slo explica que han sido captados de manera variable no que existan de manera variable y supeditada a un cierto ' "riisiricism. incluso una" visin'n'istdricst ce ios aerenos mima-

    nos segn Fernndez entorpecera ms que ayudara a defenderlos, pues se tendra que dar cuenta de por qu en determinadas pocas o en ciertas culturas no han sido considerados algunos de ellos, o no con la misma claridad.

    Adems, Eusebio Fernndez basa la validez de los derechos humanos en las necesidades del hombre. Eso supone que son unas necesidades no relativas, no historicistas o culturalistas; ms bien son connaturales y esenciales, como lo es la dignidad humana. Est suponiendo, por lo tanto, una naturaleza humana a la que pertenecen de modo especial esas necesidades; que seran inherentes a ella, sin depender del reconocimiento de las personas ni de los estados. Explica:

    Los derechos morales nacen como respuesta a las necesidades humanas ms importantes, necesidades que son bsicas y se configuran o desarrollan histricamente. [. . .] Existe una explicacin histrica de los derechos humanos, pero no existe una fndamentacin histrica o historicista de los citados derechos. Adems, la variabilidad histrica de los derechos humanos se detiene ante los cltrechos ms bsicos, como los derechos a la vida y a la integridad fsica y moral, pues sin un contenido invariable de las exigencias bsicas que protegen sera superfluo hablar de derechos humanos fundamentales. A partir de ellos comienza a desarrollarse el tema de los derechos morales, antes no.20

    Lo que es histrico es su captacin como fundamentales; pero , su propio ser de tales, no lo es.

    Ibid., p . 159.

  • 34 Pl-ANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

    Reflexiones evaluativas

    Hemos acabado por mencionar a quienes quieren evitar la polmica iusnaturalismo-iuspositivismo, e incurren en alguna de esas dos denominaciones, segn la crtica de otros autores. Peces-Barba quera evitar ese dualismo, pero su postura no puede llamarse sino iusposi ti vista; Eusebio Fernndez ha querido hacer lo mismo, pero su postura ha sido tildada y creemos que con razn de iusnatu-ralista. Por cierto, su fundamentad n de los derechos humanos en la dignidad de la persona y en las necesidades del hombre nos atrae mucho; sin embargo, pensamos que recae en un cierto iusnatura-lismo que no difiere de ste tanto como l cree. Tal vez, todo se reduzca a una cuestin de nombres, pero no carece de importancia: definir bien los nombres es lo que nos ayuda a catalogar, a clasificar, y eso constituye un apoyo necesario del conocer. Asimismo, trabajar por comprender los derechos humanos es tan valioso como trabajar por protegerlos. Buscar fundamentarlos es tratar de evitar que se vuelvan mera ideologa reguladora, sin ninguna razn.

    Se ha dicho, en seguimiento del profesor oxoniensejohn Finnis, que postular necesidades humanas para fundamentar los derechos humanos evita tener que fundamentarlos en una naturaleza humana; adems, impide caer en la falacia naturalista de pasar del ser al deber ser, paso indebido lgicamente. Pero no parece que esto haga ninguna de esas dos cosas.

    En primer lugar, de dnde surgen y en qu se apoyan esas necesidades? No es acaso en el ser intrnseco del hombre, de lo que l uene por naturaleza, i.e. de la naturaleza humana? Con eso se ve que esta postulacin de necesidades humanas, difcilmente puede escapar de estar vinculada y responder a una naturaleza del hombre. Ciertamente, se ha discutido mucho cul es la naturaleza del hombre; pero, en todo caso, la misma discusin se tiene que dar con respecto a las necesidades humanas.

    En segundo lugar, aun cuando se piensa que partir de necesidades para inferir derechos evita la falacia naturalista de pasar del ser al deber ser, no parece tan claro que esto sea as. En efecto, para conocer las necesidades humanas se tiene que acudir implcitamente a la naturaleza humana; esto es, al ser humano, al ser, y pasar finalmente del ser al deber ser. Falla la pirueta, y es intil la artimaa para no basarse en el ser, ya que slo pueden conocerse esas necesidades humanas conociendo el ser del hombre; por lo

  • EN LA FILOSOFA JURDICA ESPAOLA RECIENTE 35

    tanto, en definitiva, se estn basando en el ser para de ah pasar al deber ser. Por otra parte, ya se ha criticado mucho la famosa falacia naturalista; tantas han sido esas crticas, que, en tropel y acumulativamente, han puesto en descrdito a tal falacia. Ya no parece un paso indebido pasar del ser al deber ser, ni se ve tan claro que el ser carezca de una carga de deber ser; por lo mismo, puede apelarse a la carga de etcidad que tiene la naturaleza humana, como haca el iusnaturalismo tradicional, para fundamentar filosficamente los derechos humanos. Aunque, claro, lo ms importante es luchar por defenderlos y hacer que sean cumplidos.

  • 2

    ALGUNOS RASGOS DE LA FUNDAMENTACIN FILOSFICA RECIENTE DE LOS DERECHOS HUMANOS EN AMRICA LATINA

    Despus de haber visto los principales aspectos de la discusin sobre la fundamentacin filosfica en Espaa, ahora veamos cmo se presenta en Hispanoamrica. Eso nos ayudar a percatarnos del estado de la cuestin entre aquellos pensadores que se encuentran ms prximos a nosotros. Llevaremos a cabo nuestra exposicin siguiendo un esquema parecido al del captulo anterior. De entre los tericos de los derechos humanos, como ya hemos visto, algunos piensan que no hace falta fundamentarlos filosficamente; otros adoptan una fundamentacin tal que los dividiremos como lo hicimos en el captulo anterior conforme a dos corrientes (ya tradicionales): la iusnaturalista y la iuspositivista, con diferentes matices. En efecto, de la primera corriente pueden extraerse, a su vez, dos: la iusnaturalista clsica y la que busca fundamentar los derechos humanos concibindolos como derechos morales. Trataremos de reflejar estas tendencias, segn se dan en Amrica Latina, limitndonos solamente a algunos de sus principales exponentes.

    Rechazo de, la necesidad de una fundamentacin filosfica de los derechos humanos

    Entre aquellos que consideran que es ocioso fundamentar filosficamente los derechos humanos, se encuentra Eduardo Rabossi. Se pregunta cul es el papel del filsofo ante el fenmeno de los derechos humanos. Qu es lo que se hace y qu es lo que se debera hacer, filosficamente? Le parece que, a veces, el filsofo se dedica a elucidar conceptos relacionados con los derechos humanos, como violencia, refugiado, etc. Pero, en otras ocasiones, se dedica a {^fundamentacin de los derechos humanos. Esta ltima es

    [36]

  • EN AMRICA LATINA 37

    la d e d i c a c i n m s a m b i c i o s a y e x t e n s a , d e t i p o s i s t e m t i c o . 1

    P a r a m o s t r a r la i n o p e r a n c i a d e esa e m p r e s a fi losfica f u n d a m e n -t a d o r a d e los d e r e c h o s h u m a n o s , R a b o s s i se d e d i c a r a:

    p resen la r varios modelos filosficos propues tos para encarar estas cuestiones. Pe ro dice mi intencin no es meramen te expositiva o, si se quiere , reconstructiva. Mi verdadero props i to es expresar con algn fundamento relevante mi perplejidad ante la manera c o m o se encara filosficamente la l lamada "fundamentacin ' 1 de los derechos humanos . T e n g o la impresin-de que "algo anda mal" (por cierto, no en Dinamarca).2

    R a b o s s i a g r e g a :

    . . . consideremos ahora la siguiente propuesta: N o existe, en realidad, u n autnt ico problema filosfico de fundamentacin d e los derechos h u m a nos . Tal problema, de existir, ha sido cancelado al emitirse la Declaracin Universal de los Derechos Humanos . Esa declaracin expresa, positivamen te , un acuerdo universal acerca de un ideal comn de la human idad . El ideal consiste en visualizar u n m u n d o en el q u e todos y cada u n o d e los seres h u m a n o s logren el gozo d e la plenitud d e sus potencial idades. se ser un m u n d o jus to . l,a forma de ins t rumentar esa situacin es a travs del goce total (de la vigencia total) de las l ibertades civiles polticas, d e los beneficios econmicos, sociales y culturales. Los seres humanos con tamos con medios instrumentales para arr ibar a l y viabilizamos los reclamos a travs d e la terminologa d e los derechos humanos . 3

    A u n q u e R a b o s s i q u i e r e e s t a r m s al l de l i u s n a t u r a l i s m o y el u s p o s i t i v i s n i o , e s iuspos i t iv i s t a . Es d e c i r , e l p r o b l e m a d e la f u n d a -m e n t a c i n d e los d e r e c h o s h u m a n o s n o ex i s t e ; e s t o p o r q u e los d e r e c h o s h u m a n o s h a n s i d o p o s i t i v a d o s , o e s t n e n c a m i n o d e s e r l o e n su t o t a l i d a d y ya a l g u n o s lo h a n s i d o o , p o r l o m e n o s , se h a r e c o n o c i d o su i n t e n c i o n a l i d a d f ron ta l . P a r a l , el n i c o p r o b l e m a , y m s u r g e n t e , e s el d e su efec t iv izacin y su p r o t e c c i n . L a c u e s t i n d e h a c e r l o s c u m p l i r , a s c o m o d e h a c e r q u e n o se s u s p e n d a n , m e n o s c a b e n o a n u l e n . A n t e la p e r e n t o r i e d a d d e e s o , p a l i d e c e el

    Vase E. Rabossi. "La fundamentacin de ios derechos humanos: algunas reflexiones crticas", en L. Valdivia y E. Villanueva (comps.), Filosofa del lenguaje, de la ciencia, de los derechos humanos y problemas de su enseanza, Mxico, UNAM, 1987, p. 148.

    2Ibid.,p. 150. 3Ibid.,p. 155.

  • 38 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

    problema de la fndame ntacin. Ni siquiera deberamos perder tiempo en l, porque la cuestin de los derechos humanos se reduce a que tengan vigencia positiva en todas las naciones. La cuestin de los derechos humanos, pues, no es filosfica, sino poltica y jurdica.

    Pero se le puede responder a Rabossi que, aun cuando hayan sido suscritos y decretados esto es, positivados, para algunos no termina all el problema; queda por saber si adems de ese acuerdo nter subjetivo hay algo objetivo que Jos respalda. Ciertamente, la nter subjetividad ayuda a ir a la objetividad, pero no la agota. Algunos pueden pensar que la suma de las subjetividades no da la objetividad y hay que profundizar en el problema. Es la diferencia entre el realista y el pragmtico convenconalista a ultranza. El primero no se contenta con una objetividad o validez o verdad por convencin y busca los fundamentos objetivos metafsicos. Es cierto que hay urgencia de que los derechos humanos se respeten y cumplan; sin embargo, tambin cabe el deseo de estudiarlos as, tan tericamente que se busque su fndame ntacin metafsica, para ver si al menos hay alguna o no. Es, en definitiva, la distincin entre el realista y el idealista, ahora reflejada en la diferencia entre el iusnaturalista y el iuspositivista. Asimismo, ha habido intentos de fundamentacin, unos usnaturaiistas y otros iusposkivistas, que veremos resumidos a continuacin.

    lusposilivismo

    Roberto Vernengo adopta una postura iuspositivista con respecto a la fundamentacin de los derechos humanos. Tcitamente, considera como una postura iusnaturalista la de los que postulan un fundamento mora! para los mencionados derechos; pues dice que, en realidad, es un fundamento metafsico disfrazado. Por eso es una postura iusnaturalista, y la adjudica a quienes, como G. S. Nio y E. Fernndez, sostienen que los derechos humanos son unos derechos morales. Vernengo seala que esa expresin de "derechos morales" tiene poco sentido fuera del idioma ingls, en el que a moral rights se le da un sentido distinto al que los hispanohablantes quieren darle como involucrando a los derechos humanos. A esa justificacin moral de los derechos humanos la considera como

  • EN AMRICA LATINA 39

    la pre tcns in ms fuerte de que ciertos derechos subjetivos cuyo repertor io es variable, p e r o q u e incluye los derechos h u m a n o s hoy consagrados p o r mltiples const i tuciones modernas y po r convenios y declaraciones internacionales n o sean considerados derechos contingentes (subjetivos), reconocidos o garantizados p o r normas jur dicas positivas cont ingentes , s ino principios morales cuya alcurnia y validez no podr an dejar d e ser admit idas por n ingn de recho positivo.4

    V e c o r n o p r o b l e m t i c o q u e los l l a m a d o s d e r e c h o s m o r a l e s n o s o n i n s t i t u c i o n e s , a d i f e r e n c i a d e los d e r e c h o s sub je t ivos j u r d i c o s ; s t o s s lo son y pertenecen a un conjunto normativo que los avala. Al no pertenecer los derechos morales a un conjunto normativo y, en definitiva, al carecer de positivacin, no tienen la aplkabilidad que sera deseable; sus condiciones de aplicacin le parece que a lo sumo seran metafricas. Es como querer dar a los derechos humanos fuerza moral por pensar que no tienen suficiente fuerza jurdica.5 Acepta la tesis de Bobbio de que el problema de la fundamentacion de los derechos humanos tiene la misma respuesta que el de la fundamentacion de la validez de cualquier norma positiva.

    Habla de Nio como de alguien que identifica los derechos humanos con derechos morales, que tiene todo hombre por el hecho de serlo. Parece pensar en l cuando denuncia la intromisin de la metafsica en el derecho, esto es, del iusnaturalismo; en ese decir que un ser humano tiene derechos porque es persona, ya que eso es tanto como afirmar que tiene derechos porque tiene derechos.6

    Le parece que los autores que defienden los derechos humanos como derechos morales deben admitir que "los derechos humanos, existentes previamente como derechos morales, exigencias ticas y valores, necesitan de su incorporacin al ordenamiento jurdico positivo, aunque esa incorporacin nunca pueda ser completa, para realizarse o adquirir efectividad".7 Se enfrenta nuevamente a Nio a quien asocia a Eusebio Fernndez y pregunta:

    4R. J. Vernengo, "Los derechos humanos y sus fundamentos ticos", en J, Mugiierza (comp.), El fundamento de los derechos humanos, Madrid, Debate, 1989, p. 329.

    bIbid., p.337. 6 Cita a Laporta como el origen de esa idea. Ibid., p. 343. 1 Ibid., p. 339.

  • 40 PLANTEAMI F.NTO DEL PROBLEMA

    Pero, json plausibles estas tesis y hay razones para aceptarlas sin ms, u ocultan ciertos presupuestos ideolgicos que no hay razn para asumir tari categricamente? Pues, qu se quiere decir en nuestros das cuando se afirma tan enfticamente que los derechos humanos, en su avatar como moral rights, son previos a lo jurdico y que su fundamento "nunca puede ser jurdico"? Por de pronto, parece una afirmacin falsa, si la tomamos literalmente, la de que los derechos humanos no puedan tener fundamento jurdico, cuando es evidente que muchos de ellos lo tienen de una manera muy precisa.8

    Obviamente , este fundamento jur dico que poseen es el del derecho positivo, es iuspositivisLa. En esa lnea, ataca a los defensores de los derechos morales:

    Suponer que hay normas de derecho positivo que, por constituir el reconocimiento de derechos morales previos, no son derogables o, lo que es lo mismo, que son obligatoriamente aplicables, sin excepciones, en todas las circunstancias posibles, significa convertir un fenmeno social histrico en una entidad ideal metafsica. Pero tal caso es una actitud ideolgica, y no la explicacin terica de un problema social.9

    Despus, pasa a acusar d e platnico este planteamiento tico-me-tasico de los derechos humanos ; asimismo, procede a acusar al platonismo de retrgrado, reaccionario, autoritario y antidemocrtico.

    lusnaturaltsmo clsico

    U n o de los defensores del derecho natural como fundamento de los derechos humanos es Carlos Ignacio Massin, ubicado d e n t r o de una lnea realista y usnaturalista clsica. Le parece, en efecto, que no slo se requiere velar por el cumplimiento de los derechos humanos sino por su fundainentacin filosfica, la cual considera que nicamente puede dar una metafsica realista. Adems, hay que buscar la fundamcnlacin o justificacin filosfica de los derechos humanos y no slo acudir a su positivaciti jurdica en declaraciones y normas; ellas no son fundamento racional suficiente, "ante

    sIbid., pp. 339-340. 9lbid., p. 340.

  • EN AMRTCA LATINA 41

    t odo i) po rque se 'declaran' unos derechos slo si se los considera fundados, y ii) porque es manifiesto que la proliferacin de esos ins t rumentos no ha logrado impedir la generalizada violacin de los derechos que proclaman".1 0 Tal fundamentacin racional, filosfica y metafsica de los derechos humanos es el derecho natural , al que ellos per tenecen. Se trata, pues, de una fundamentacin filosfica iusnaturalista.

    Massini se esfuerza por aclarar el concepto de iusnaturalismo. Considera iusnaturalista

    a toda doctrina o escuela que afirma la insuficiencia del derecho puramente positivo para regular la coexistencia y la prosecucin de los fines humanos que superan las capacidades de los individuos aislados; dicho de otro modo aclara, consideramos iusnaturalistas todas aquellas posiciones iusfilosficas que sostienen la existencia de algn es suficiente que sea uno principio de derecho cuya fuente no es la mera sancin estatal o social.11

    En cambio, para el iuspositivismo no existe ningn principio de derecho que no haya sido creado por el Estado o la sociedad. Aclara, per t inentemente , que hay diversas clases o grados de iusnaturalismo y de iuspositivismo. El se coloca en el usnaluralismo tomista. Entonces se dedica a examinar cmo el iusnaturalismo p u e d e fundamentar los derechos humanos .

    La pr imera fundamentacin que encuentra se basa en el anlisis histrico; es decir, la totalidad de las pr imeras declaraciones de los derechos humanos y la mayora de las posteriores alegaban como apoyo un derecho natural. 1.a segunda fundamentacin est sustentada en el anlisis terico-sistemtico; as, adems de la vinculacin histrica y contingente, se ve una vinculacin terica y necesaria segn la cual nicamente el iusnaturalismo puede justificar los derechos humanos . Massini lo expresa y a rgumenta de este modo :

    Slo a partir de una posicin iusnaturalista es legtimo y coherente hablar de derechos humanos. Ello es as, toda vez que si los derechos humanos pueden reclamarse o esgrimirse contra las legislaciones consideradas

    C. I. Massini, Los derechos humanos, paradoja Ae. nuestro tiempo, Santiago de Chile, Alfabeta, 1989, p. 121.

    " M , p . 122.

  • 42 PLANTEAMIENTO DKI.PROBLEMA

    opresivas o contra los actos de gobierno que se siguen de ellas, resulta evidente q u e han de tener su fundamento en ciertos principios diverso;; de esas legislaciones positivas.12

    El caso es que, verdaderamente, slo si se trata de un principio de fuente no positiva podr afrontar las violaciones de los derechos humanos que cometan una legislacin positiva o una administracin poltica. El nico fundamento que queda, pues, es el derecho natural como sostn de los derechos humanos. Es la dignidad intrnseca (y oncolgica) que caracteriza a cada persona.

    En la lnea de la justificacin iusnaturalista clsica, en Mxico han laborado Virgilio Ruiz y el autor de estas lneas, ambos en la corriente del tomismo; el ltimo, con la modalidad de que intenta utilizar los instrumentos metodolgicos de la filosofa analtica.13

    Los derechos humanos como derechos morales

    Entre los que postulan los derechos humanos no como derechos meramente positivos (pero, supuestamente, tampoco como derechos naturales), se encuentra Carlos Santiago Nio. Este autor desarrolla la fundamentacin de los derechos humanos en tres partes: una de metatica, otra de principios y otra de instituciones que apoyan estos derechos.14 En la parte de la metatica analiza el concepto de derechos humanos, defendindolo del escepticismo tico y replantendolo mediante el construccionismo moral. En cuanto al concepto de derechos humanos, evita el iuspositivismo y algunas versiones del iusnaturalismo, prefiriendo ver los derechos humanos como derechos morales. Es una postura por la cual sentimos simpata, pues nos parece que en el fondo es el iusnaturalismo que sostenemos (aunque Nio rehuye esa clasificacin).

    Dice que el derecho natural o iusnaturalismo puede caracterizarse como la defensa de dos tesis:

    l2Ibid.,p. 126. Vase V. Ruiz Rodrguez, "Las filosofas polticas de nuestro tiempo y los

    derechos humanos", en Revista de Filosofa, nm. 21, UIA, 1988, pp. 187-204; M. Beuchot, "Sobre el derecho a la vida, en Revista de InvestigacionesJurdicas, nm. 15, Mxico, Escuela Libre de Derecho, 1991, pp. 349-356.

    Vase C. S. Nio, Etica y derechos humanas. Un ensayo de fundamentacin, Buenos Aires, Paids, 1984.

  • EN AMRICA LATINA 43

    a] que hay principios que de te rminan lajusticia d e las instituciones sociales y establecen parmet ros de virtud personal que son umversalmente vlidos i ndepend ien temen te d e su reconocimiento efectivo p o r ciertos rganos o individuos; b] que u n sistema normativo, aun cuando sea efectivamente reconoc ido po r rganos que t ienen acceso al apara to coercitivo estatal, n o p u e d e ser calificado c o m o derecho si no satisface los principios aludidos en el p u n t o anterior.1 5

    L a m a y o r a d e los iuspos i t iv i s t a s (el p o s i t i v i s m o c o n c e p t u a l s o b r e t o d o ) e s t a r a n e n c o n t r a d e la tesis b ] ; m i e n t r a s q u e s o l a m e n t e los pos i t iv i s t as i d e o l g i c o s e s t a r a n c o n t r a la tes is a ] ,

    N i o p r e t e n d e i r m s all de l i u s p o s i t i v i s m o y de l i u s n a t u r a l i s -m o , r e p l a n t e a n d o los d e r e c h o s h u m a n o s c o m o d e r e c h o s m o r a l e s . D e s p u s d e r ev i sa r a l g u n a s p r o p u e s t a s p a r a el s ign i f i cado d e los d e r e c h o s m o r a l e s , p r o p o n e u n a r e c o n s t r u c c i n , a p a r t i r d e la n o c i n d e ta les d e r e c h o s e x p u e s t a p o r D . N . M a c C o r m i c k . Y a r e c o n s t r u i d a p o r N i o , d i c h a n o c i n q u e d a as:

    Se adscribe a alguien el derecho moral d e acceder a una situacin S (que p u e d e ser la posibilidad de realizar cierta accin o la d e d i sponer d e de te rminados recursos o la d e verse l ibrado d e ciertas contingencias) c u a n d o el individuo en cuest in per tenece a una clase (y se p r e s u p o n e q u e S implica normalmente para cada miembro de C u n bien de tal impor tancia q u e debe facilitarse su acceso a S, y es mora lmen te e r rneo impedi r tal acceso).16

    P u e s b i e n , a l g u n o s d e los d e r e c h o s m o r a l e s s o n a d e m s d e r e c h o s h u m a n o s . S o n los q u e v e r s a n s o b r e b i e n e s , n o r m a l m e n t e , d e i m p o r t a n c i a f u n d a m e n t a l . P e r o lo c a r a c t e r s t i c o d e e l los es q u e l o s o n p a r a todos los h o m b r e s ; i.e. h a y u n i v e r s a l i d a d d e b e n e f i c i o s y d e r e s p o n s a b i l i d a d e s . T a m b i n p o s e e n i n c o n d i c i o n a l i d a d . C l a r o q u e p u e d e o b j e t a r s e su i n c o n d i c i o n a l i d a d , p e r o b a s t a c o n d i s t i n g u i r lo s c a s o s e spec i a l e s en q u e e s o p a r e c e sucede r y la n o r m a l i d a d , y e s t e r e p l a n t e a m i e n t o e v i d e n c i a r q u e t i e n e n a p l i c a c i n i n c o n d i c i o nal en la normalidad.

    Nio se enfrenta al escepticismo tico, que es el subjetivismo o relativismo en la moral . Discute algunas de sus variantes y lo trata de rechazar devolvindole ia carga de la prueba, pues "en la medida

    iSIbid., p. 24. I6/fa"d.,pp. 40-41.

  • 44 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

    en que se muestra que su concepcin deriva claramente de concepciones filosficas generales como el empirismo y que es muy poco satisfactoria desde el punto de vista pragmtico, se obliga a los escpticos a abandonar su cmodo rincn en el ring filosfico y a ofrecer pelea".'7 En todo caso, desde su metaclica los combate, alegando que en realidad son "metaescpticos"; asimismo, que metacamente se puede dar la fundamentad n racional dejuicios acerca de principios morales.

    La nietatica que adopta Nio para fundamentar esos juicios es el constructivismo moral. Segn esta postura nietatica, las normas morales se fundamentan en principios morales, cuya validez o acepta-bilidad no depende de la aceptacin que se les d. Estos principios son construidos por las convenciones conceptuales y metodolgicas del discurso moral, las cuales estn determinadas por las funciones sociales de dicho discurso. Desde esa perspectiva nietatica y con el instrumental del anlisis construc ti vista, Nio establece tres principios que fundamentan los principales derechos humanos: a] el de la inviolabilidad de la persona, el cual "prohibe imponer sacrificios a un individuo slo en razn de que ello beneficia a otros individuos"; b] el de la autonoma de la persona, el cual "asigna un valor intrnseco a la persecucin de planes de vida e ideales de excelencia", y c] el de la dignidad de la persona, el cual "prescribe tratar a los hombres de acuerdo con sus voliciones y no en relacin con otras propiedades sobre las cuales no tiene control".18 En cuanto a la inviolabilidad de la persona, Nio se opone a cualquier colectivismo, dando los derechos a los individuos y no a las agrupaciones.19 En cuanto a la autonoma de la persona, de lo que se trata es de actualizar las potencialidades del individuo, de darle su realizacin o plenitud, segn el criterio de excelencia humana que l seleccione. La sociedad no slo no debe estorbar esa consecucin, sino promover y ayudar al individuo a que la alcance, aportndole las instituciones que lo faciliten.20 Los derechos individuales bsicos, o derechos humanos fundamentales, son: la libertad de hacer cualquier cosa que no perjudique a terceros, la vida consciente que permite llevar a buen trmino esos proyectos de vida, la

    17 Ibid., pp. 75-76. 18VWrf, p. 45. Ibid.,p. 119. cQIbid.,p, 135.

  • EN AMRICA LATINA 45

    integridad fsica y psquica, el desarrollo de las facultades intelectuales, la libertad de expresin, la libertad de conducir la vida privada, la libertad de asociacin, la organizacin y control de ciertos recursos materiales, la libertad de trabajo y ocio, as como la seguridad personal.21 En cuanto al principio de la dignidad de la persona, implica que al hombre se le respeten sus decisiones, intenciones o manifestaciones de consentimiento. Es el respeto por la voluntad del individuo.22

    Nio aplica ia universalidad de los derechos humanos a los titulares de los mismos que seran las personas morales; es decir, conscientes y responsables, al menos en aptitud potencial, con autonoma moral. El problema es delimitar la extensin de este conjunto; pero, al menos, Nio dice que no puede resolverse mediante una pura estipulacin conceptual, no son "portadores convencionales", o por mera convencin, de los derechos humanos.

    Nio entabla algunas discusiones sobre consecuencias que fluyen de esos principios asentados; sobre todo, en lo concerniente a instituciones que garantizan y sirven para consolidar los derechos humanos. Lo primero que analiza es el alcance de tales derechos. Resuelve el problema con un enfoque utilitarista, diciendo que, cuando haya conflicto de derechos, tienen prioridad los que beneficien a ms gente en los intereses ms importantes. Lo segundo es la legitimacin terica de la democracia, a la cual Nno desea fundamentar para que la coaccin que acompaa a la ley sea siempre justificada y no arbitraria. I,e parece que slo el rgimen democrtico podr evitar que las leyes vayan en detrimento de los derechos morales y humanos. Dedica, pues, su esfuerzo a justificar la democracia; lo hace en la lnea de la argumentacin procesal y consensual de Rawls, de manera que la democracia resulte un caso de justicia procesal pura y perfecta.

    En Mxico, la profesora Paulette Dieterlen ha seguido una lnea semejante a la de Nio; en su obra Sobre los derechos humanos^ defiende los principios de autonoma y de inviolabilidad de las personas. Defiende el consejo de Dworkin referente a tomar en serio los derechos humanos desde una perspectiva liberal. En Per

    21ZWd.,p. 151. H Wd. .p . 180. 2 3 Mxico, UNAM, 1985.

  • 46 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

    podemos ubicar en esta lnea a Francisco Mir Quesada, quien, aludiendo al ideal de la razn o de la racionalidad, coloca a los derechos humanos como innegables; sin embargo, su fundamenta-cin filosfica no es absoluta, sino relativa, aunque de manera prxima a la fundamentacin de los mismos como derechos morales y no simplemente positivos.24 En la misma perspectiva parece situarse, en Venezuela, Roque Carrin Wam.25

    Reflexiones evaluativas

    Hemos visto que, a pesar de que algunos pensadores consideran innecesario fundamentar filosficamente los derechos humanos, y que se debe luchar por ellos en la prctica, se ha realizado un gran trabajo terico en Latinoamrica sobre esa fundamentacin; labor que, lejos de resultar estril o intil, es algo que interesa a todos y que asegura la realidad a tan importantes derechos. Por lo dems, aun cuando algunos consideran que lo urgente y vlido es la positivacin de los mismos y por lo tanto se ubican en una postura iuspositivista, tambin ha habido un apreciable y serio trabajo de fundamentacin en una filosofa iusnaturalista. Ms an, nos parece que incluso los pensadores que quieren fundamentar los derechos humanos en unos derechos morales, en el fondo sostienen un iusnaturalismo; lo anterior, ya que esos derechos morales cumplen la definicin iusnaturalista de ser anteriores a, e independientes de, la positivacin jurdica. Creemos que el ahondamiento terico en la tesis iusnaturalista dar una base firme y segura a los derechos humanos, filosficamente hablando (sin negar, de ningn modo, la urgencia de la positivacin de los derechos humanos).

    24 Vase F. Mir Quesada, "Fundamentacin filosfica de los derechos humanos", en Derecho, Revista del Programa Acadmico de Derecho de la Pontificia Universidad Catlica del Per, nm.36,1982, pp. 125 ss, Vase tambin, del mismo, "Los derechos humanos en Amrica Latina", en Varios, Los fundamentos filosficos de los derechos humanos, Barcelona, Serbal-Unesco, 1985, pp. 334-349.

    Vase R. Carrin Wam, "Reconocimiento jurdico y fundamentacin filosfica de los derechos humanos en Amrica Latina", en Los derechos humanos en Latinoam-rica, Anales de la Ctedra Francisco Surez, nm. 26/27, Granada, Espaa, 1986-1987, pp. 13-43,

  • II. PARTE HISTRICA: LA FILOSOFA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN l A TRADICIN CRISTIANA

  • 3

    LA DIGNIDAD HUMANA Y LOS DERECHOS HUMANOS EN SANTO TOMS DE AQUINO

    A continuacin trataremos del trabajo que, en la tradicin cristiana, se ha hecho acerca de la fundamentacin de los derechos humanos. Es un tema poco abordado y que exiga este tratamiento, debido a su importancia. Sin embargo, ya de entrada hemos de aclarar que, por supuesto, el tratamiento que hagamos habr de ser parcial. En primer lugar, nos restringiremos a la tradicin catlica; en segundo lugar, slo hablaremos de una de sus vertientes, la escolstica y, en tercer tugar, fundamentalmente de la filosofa tomista. En ella destacaremos, en primer trmino, al propio Santo Toms de Aqu-no; despus consideraremos a los que teorizaron sobre la conquista de Amrica, como fray Francisco de Vitoria, fray Bartolom de Las Casas y fray Alonso de la Vera Cruz. Adems, intentaremos evidenciar el influjo que recibieron del humanismo renacentista; sin embargo, en todo momento aclaramos que, en contra de la opinin comn y trillada, no fue ese humanismo renacentista el nico (ni a veces el ms importante, sino la antropologa filosfica tomista) que los condujo a esa defensa de los derechos humanos. Tambin atenderemos ajaeques Maritain, uno de los primeros qvie reflexionaron filosficamente sobre la Declaracin de los derechos del hombre de 1948, y a algunos documentos oficiales de la Iglesia catlica. Ciertamente son interesantes otras iglesias cristianas no catlicas, as como otros sectores de la escolstica no tomista; pero, hemos de delimitar el mbito de nuestro discurso, y eso ser lo que abarque.

    Los que ahora llamamos "derechos humanos" corresponden al menos en parte a los que, anteriormente, se llamaron "derechos naturales" del hombre. As los encontramos en Santo Toms. Todava en la Declaracin de derechos del pueblo de Virginia, de 1776, se dice que todos los hombres "tienen ciertos derechos innatos", esto es, connaturales, nsitos en su propia naturaleza, derechos naturales por lo tanto. Asimismo, en la Declaracin de los derechos del

    [49]

  • 50 LOS DERECHOS HUMANOS EN LA TRADICIN CRISTIANA

    hombre y del ciudadano, en la Revolucin francesa de 1789, se habla de "los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre".

    Ciertamente, algunos tericos del derecho como Louis Lachan-ce y Mchel Villey dicen que Santo Toms no pudo tener nocin de derechos humanos, porque tampoco la tena de los derechos subjetivos. Lachance dice que Toms se plantea en una perspectiva comunitarista, y no en la de los subjetivistas posteriores; con stos ya nace el derecho subjetivo, como algo que favorece el bien del individuo y que el individuo puede reclamar.1 Segn Villey, la idea de derecho subjetivo puede rastrearse hacia atrs en la historia slo hasta Ockham, no hasta Santo Toms; adems, fue en esa atmsfera de nominalismo, de laicismo y de modernidad donde nacieron los llamados "derechos humanos" que, por lo dems, rompen con la nocin clsica de "derecho" y no pueden llamarse propiamente tales.2 Sin embargo, connotados tomistas han encontrado que es posible hacer equivalente la nocin de derechos naturales del hombre, de Santo Toms, con la de derechos humanos de la modernidad. Tanto C. I. Massini como el iusflsofo franco-polacp G. Kalinowski consideran que, aun cuando en Santo Toms no haya existido la expresin "derecho humano", p. ej. a la vida, le resulta semnticamente coextensiva la nocin del "derecho natural" a la misma; as, se puede decir lo mismo de los dems derechos humanos: aunque no llevan ese nombre, sino el de derechos naturales del hombre, en Santo Toms tienen un campo semntico incluso ms rico que aqullos.8 Por lo tanto, en la actualidad es fructfero examinar los supuestos y fundamentos filosficos que aduce Santo Toms para esos derechos naturales humanos; derechos que, como su nombre mismo lo indica, tienen su fundamento principal en la dignidad que resulta de la propia naturaleza humana.

    Santo Toms considera que la nocin de dignidad humana est vinculada a la nocin misma de persona. La nocin de persona implica de suyo una gran dignidad, inviolable e inalienable. En efecto, si por una parte reflexiona sobre la nocin de persona guiado por la definicin que de la misma da Boecio; a saber,

    1 Vase L. Lachance, Le droit et les droits de i'homme, Pars, PUF, 1959, p. 164. Vase M. Viliey, "La gense du droit subjectif chez Guillaume d'Occam", en

    Seize essats dephilosophie du droit, Pars, Dalloz, 1969, pp. 140 ss.; y Qimtions de Saint Tilomas. .., op. cit, citados por C. I. Massini, "Realismo y derechos humanos", en Revista de la Universidad de Mendoza, nm. 6/7, 1987-1988, p. 53.

    3 Vase C. I. Massini, art. cit., pp. 68-69.

  • SANTO TOMAS DE AQ_t UNO 51

    "sustancia individual de naturaleza racional",4 Toms le aade una nota o atributo que parece derivar de ella misma: "la persona es lo ms digno de toda la naturaleza".5 Entre los griegos, "proso-pon"', y entre los romanos, "persona", signific primero la mscara teatral; despus pas a significar al personaje y, tras de eso, el :._ J:_j j . . _ i- _i --J-*:lnnviuu0:-5E]rHi dTsiiSnftif^'pTVhiehr'st^,,!^^

  • 52 LOS DERECHOS HUMANOS EN LA TRADICIN CRISTIANA

    cosa por causa de s misma".11 La dignidad humana fue considerada, en la Antigedad, como un modo accidental derivado de la sustancialidad o esencia del hombre. En la modernidad, al revs, la dignidad concedida da origen al ser de hombre. De ser accidente pasa a ser la sustancia. Creemos que la postura de Santo Toms evita los inconvenientes de esas otras dos; a saber, se sita en un puesto intermedio. A su juicio, del ser del hombre, que es persona, surge la dignidad humara; asimismo la dignidad humana, sobre todo en el mbito de la tica y la poltica, en el cual se ejercen las virtudes, hace que el hombre accidentalmente manifieste su dignidad. Por el vicio y el pecado, en cambio, cae en la indignidad (pero no pierde su dignidad sustancial o esencial). Toms da a la dignidad tico-poltica una raigambre ontolgica o metafsica. Por eso Abelardo Lobato dice:

    Hay una laguna irremediable en todo lo humano cuando se prescinde de la metafsica. Si no hay fundacin en el ser, mal se puede dignificar la accin. La pretendida tica se convierte en poltica. La libertad de mera indiferencia, o de mera eleccin entre opuestos, no basta para dignificar al hombre que de suyo est orientado a un fin y debe someterse a l para ser en verdad hombre en plenitud. La libertad humana es ambivalente de suyo. El fin debe decidir de todo el proceso de los actos humanos. Toms de Aquino no ha separado naturaleza y libertad, sino que ha dado la razn desde el ser de naturalezas libres y necesarias en su obrar.12

    Santo Toms supera la consideracin de los antiguos de que la dignidad es slo un accidente del hombre, resultado de ciertas operaciones o actos suyos. No puede depender nicamente de la actuacin o conducta humana. Est ms all de la conducta, en algo que es su fundamento ontolgico; a saber, en el ser mismo del hombre como persona. Por eso no se ve claro que haya sido superado por lo que, despus de l, se dara en la modernidad como concepcin de la dignidad humana; es decir, algo que se basaba en aspectos ticos o polticos, concedidos por la sociedad al hombre, con lo cual era considerado como persona. Segn eso, es persona aquel a quien se lo conceda el Estado o la colectividad. Santo

    "'Dignitas' significat bonitatem alicuius propter seipsum" (dem, In III Senten-tiarum, d. 35, q. 1, a. 4, ad 1).

    A. Lobato, "La dignidad del hombre en Santo Toms de Aquino", en Cartha-ginemia, vr/9, 1990, p. 145.

  • SANTO TOMAS DE AQUINO 53

    Toms, en cambio, adopta una va metafsica; asegura, desde la ontologa, la dignidad q u e el hombre ha d e ostenLar en la tica y la poltica. Esa dignidad h u m a n a se basa en el ser personal del hombre .

    Esto se ve ms claro si consideramos que, para Santo Toms, la persona no slo es una sustancia; es decir, un ente perfecto y unitario de suyo, autnomo; con independencia y suficiencia ontolgicas para ser. Es, adems y sobre todo, de naturaleza espiritual: racional y volitivo; esto es, consciente y libre y, por lo mismo, responsable. Es por el espritu que, en definitiva, le vendr su dignidad; pues, para Toms el ser espiritual es el de mayor dignidad. En esto sigue la tradicin griega, con Platn y Aristteles, as como la tradicin judeo-cristiana. Mientras ms apegado a la materia, el ser es menos digno; mientras ms va ascendiendo en espiritualidad, mayor dignidad tiene. Depender de la materia es tener ms de potencia que de acto, y el acto es ms perfecto que la potencia. Pues bien, estar atado a la materia es tener una forma menos actual, menos perfecta. As, Dios es el ser que en nada depende de la materia; es el que es, el acto puro, el ser ms digno. En el otro extremo est la materia prima, que es potencia pura, pero que no puede ni subsistir por s misma; por eso ms bien se habla de los seres materiales, cuyas formas estn radicadas en la materia. En el caso del hombre, se trata de algo intermedio, confn entre ambos mundos: el de lo espiritual, con Dios y los ngeles (espritus puros pero limitados, mientras que Dios es espritu puro e infinito), y el de lo material. Es un confn u horizonte entre ambos mundos, es el microcosmos.13 El hombre tiene la gran dignidad que le da el espritu.

    De hecho, en la filosofa cristiana de Santo Toms, Dios es el acto p u r o y el espritu de perfeccin infinita, el que posee la mayor dignidad; de l la recibe el hombre , por participacin. Todas las cosas participan del ser de Dios, segn grados d e perfeccin, que equivalen a grados de dignidad. El concepto de persona se aplica a Dios, segn el misterio de la Santsima Trinidad, que dice que hay tres personas en la naturaleza divina. En Dios, pues, se cumple de la manera ms perfecta la nocin de persona. Por participacin suya, dice Santo Toms que la persona h u m a n a es lo ms digno en toda la naturaleza. El hombre participa de Dios su ser, su ser espiritual y su ser personal , que va impregnado de la dignidad altsima que Dios le confiere.

    Santo Toms , Summa Contra Gentiles, I. II, c. 61 .

  • >4 LOS DERECHOS HUMANOS EN LA TRADICIN CRISTIANA

    sa es la dignidad del hombre en la perspectiva metafsica: su participacin en el ser espiritual. Este modo de ser del hombre, por un lado realidad consistente en s misma, por otro en lo ms alto de la realidad csmica, participando del espritu y por ello trascendiendo toda materia, hace de l un ser personal. La persona es e! nombre de la dignidad del hombre. El nombre de persona es nombre de dignidad (Santo Toms, In I Sent., 41, 1, 4). La persona incluye dos notas: modo de ser pleno y naturaleza perfecta. El modo de ser pleno es el de la sustancia, la naturaleza perfecta es la espiritual. Y todo ello realizado en singular, en un sujeto que se conoce y se posee en s mismo, que es nico e irrepetible. La dimensin del hombre brota de esta dimensin personal, por la cual est en plena analoga con los ngeles y con Dios, a pesar de la distancia. Esta concepcin de la dignidad personal del hombre se confirma por la revelacin que describe al hombre como "imagen de Dios" {Gen., 1, 26-28).14

    De esta manera , el hombre tiene ms dignidad que los otros seres que no t ienen espritu, por tener ms perfeccin que ellos en su naturaleza y en su fin. Santo Toms dice:

    Las naturalezas intelectuales y racionales son ms excelentes que las otras creaturas por la perfeccin de su naturaleza y por la dignidad de su fin. Primero, por la perfeccin de su naturaleza, ya que slo la naturaleza racional tiene dominio de su acto, movindose libremente a la operacin, mientras las otras creaturas ms bien son movidas que se mueven a sus propios actos. . . Y en segundo lugar por la dignidad de su fin, ya que slo la creatura intelectual