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Bol. San. Veg. Plagas, 20: 187-197, 1994 Mayetiola destructor Say. (I) Estudio sobre una plaga del insecto en trigales de Badajoz (España) J. DEL MORAL, M. GALLEGO, D. CASADO y V. CHICA La Campiña Sur de Extremadura (España) puede ser considerada, por la orientación de su agricultura, como el granero de esta comunidad. Las características edafológicas de dicha comarca y las técnicas de cultivo empleadas han favorecido, en los últimos años, el desarrollo de una plaga de Mayetiola destructor Say sobre cultivos de trigo. En la campaña cerealista 1989-90 los agricultores de la comarca denunciaron pérdidas va- loradas en 2.000 millones de pesetas. En este estudio, realizado para determinar objeti- vamente las consecuencias económicas de la plaga, hemos concluido que el parásito ha destruido el 35 % de la cosecha; también se concluye que la pérdida de peso en las es- pigas de tallos parasitados oscila entre un 12 % y un 35 %. J. DEL MORAL, M. GALLEGO, D. CASADO y V. CHICA. SIA. Junta de Extremadura. Apdo. 22, 06080 Badajoz. Palabras clave: Mayetiola destructor Say, trigo, pérdidas, Extremadura (España) INTRODUCCIÓN Los agricultores de amplias zonas de la Campiña Sur extremeña vienen denuncian- do, más o menos contundentemente según los años, y desde hace diez, la plaga del Mosquito del trigo. Aunque este insecto no es nuevo como plaga, ni en España ni en Extremadura, es evidente que la política agraria desarrollada en esta región durante los últimos cuarenta años ha tenido que ver, y mucho, con la im- plantación del parásito, con la persistencia del mismo y consecuentemente con la justi- ficación de nuestra dedicación a él. La Campiña Sur extremeña estaba ocupada en una gran parte de su superficie, hasta los años cuarenta, por dehesas arboladas con aprovechamiento ganadero de cerdos y ove- jas. A partir de esos años se puso en marcha una política de autarquía con la que se pre- tendía la independencia del exterior en pro- ductos alimenticios. Para conseguir el autoa- bastecimiento se desmontaron grandes super- ficies de arbolado que se destinaron al cultivo de granos, principalmente cereales. Ese fenó- meno se exacerbó con el abandono de las nu- merosas explotaciones mineras existentes en esos momentos en la zona de Azuaga, activi- dad que se sustituyó por una agricultura más intensiva y especializada en la producción de cereales. Ayudó a dicho cambio la mecaniza- ción de las explotaciones (tractores y cose- chadoras principalmente), las nuevas varieda- des, el uso de abonos de síntesis y finalmente el empleo de herbicidas. El referido modelo de explotación produ- jo, inexorablemente, un aumento de la inten- sidad de cultivo (se acorta o anula la hoja de barbecho en la rotación) y una paulatina dis- minución del número de las especies de ve- getales cultivados en la alternativa -al desa- parecer el ganado pierden su importancia las leguminosas-. Ese fenómeno ha venido

Mayetiola destructor Say. (I) Estudio sobre una plaga del insecto en trigales de ... · 2006-09-02 · • Cuantificación de la importancia de di-versos parasitoides de Mayetiola

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Bol. San. Veg. Plagas, 20: 187-197, 1994

Mayetiola destructor Say. (I) Estudio sobre una plaga del insecto en trigales de Badajoz (España) J. DEL MORAL, M. GALLEGO, D. CASADO y V. CHICA

La Campiña Sur de Extremadura (España) puede ser considerada, por la orientación de su agricultura, como el granero de esta comunidad. Las características edafológicas de dicha comarca y las técnicas de cultivo empleadas han favorecido, en los últimos años, el desarrollo de una plaga de Mayetiola destructor Say sobre cultivos de trigo. En la campaña cerealista 1989-90 los agricultores de la comarca denunciaron pérdidas va­loradas en 2.000 millones de pesetas. En este estudio, realizado para determinar objeti­vamente las consecuencias económicas de la plaga, hemos concluido que el parásito ha destruido el 35 % de la cosecha; también se concluye que la pérdida de peso en las es­pigas de tallos parasitados oscila entre un 12 % y un 35 %.

J. DEL MORAL, M. GALLEGO, D. CASADO y V. CHICA. SIA. Junta de Extremadura. Apdo. 22, 06080 Badajoz.

Palabras clave: Mayetiola destructor Say, trigo, pérdidas, Extremadura (España)

INTRODUCCIÓN

Los agricultores de amplias zonas de la Campiña Sur extremeña vienen denuncian­do, más o menos contundentemente según los años, y desde hace diez, la plaga del Mosquito del trigo.

Aunque este insecto no es nuevo como plaga, ni en España ni en Extremadura, es evidente que la política agraria desarrollada en esta región durante los últimos cuarenta años ha tenido que ver, y mucho, con la im­plantación del parásito, con la persistencia del mismo y consecuentemente con la justi­ficación de nuestra dedicación a él.

La Campiña Sur extremeña estaba ocupada en una gran parte de su superficie, hasta los años cuarenta, por dehesas arboladas con aprovechamiento ganadero de cerdos y ove­jas. A partir de esos años se puso en marcha una política de autarquía con la que se pre­tendía la independencia del exterior en pro­

ductos alimenticios. Para conseguir el autoa-bastecimiento se desmontaron grandes super­ficies de arbolado que se destinaron al cultivo de granos, principalmente cereales. Ese fenó­meno se exacerbó con el abandono de las nu­merosas explotaciones mineras existentes en esos momentos en la zona de Azuaga, activi­dad que se sustituyó por una agricultura más intensiva y especializada en la producción de cereales. Ayudó a dicho cambio la mecaniza­ción de las explotaciones (tractores y cose­chadoras principalmente), las nuevas varieda­des, el uso de abonos de síntesis y finalmente el empleo de herbicidas.

El referido modelo de explotación produ­jo, inexorablemente, un aumento de la inten­sidad de cultivo (se acorta o anula la hoja de barbecho en la rotación) y una paulatina dis­minución del número de las especies de ve­getales cultivados en la alternativa -al desa­parecer el ganado pierden su importancia las leguminosas-. Ese fenómeno ha venido

acentuándose al paso del tiempo y actual-mente la Campiña Sur produce casi exclusi-vamente cereal y girasol, ha disminuido sig-nificativamente el uso del barbecho y el cul-tivo de leguminosas no es más que unaanécdota o un buen recuerdo.

El anterior modelo agrícola es malo, peroen nuestro caso hay añadido un factor que loempeora (tierras con una capa caliza bastan-te superficial y mala regulación hídrica),provocando ello siembras muy tempranas,(antes de las lluvias generalizadas delotoño), razón por la cual los cereales coinci-den en su fenología más joven con los pri-meros vuelos de Mayetiola spp. (Figura 1).

En resumen, la comarca extremeña dondeaparece la plaga endémicamente queda defi-nida de la siguiente manera: alternativa ce-real-girasol y siembras del cereal muy ade-lantadas.

El patosistema provocado por el desarro-llo de Mayetiola spp. en la Campiña Sur ex-tremeña era tal, en la primavera de 1990,que los agricultores denunciaron publica-mente en la prensa local (Diario HOY, 1990)pérdidas superiores a los 2.000 millones depesetas en dicha campaña. Este hecho pare-cía justificar que dedicáramos una buenaparte de nuestra actividad investigadora acomprender el fenómeno parasitario y a tra-tar de solucionarlo después.

Aunque los agricultores de la CampiñaSur habían denunciado públicamente losdaños provocados por el insecto en sus cerea-les, lo cierto era que la valoración de laspérdidas se había hecho sin aplicar un pro-cedimiento adecuado, desconociendo, portanto, una cifra real sobre las mismas.

La disminución de cosecha debida alMosquito del trigo puede producirse por lamuerte de tallos parasitados en un estado ju-venil, (Figura 2), o por el debilitamiento deéstos al ser invadidos en una fase más avan-zada de su desarrollo. Los estudios realiza-dos para valorar dichas pérdidas, y queconstituyen el interés de este artículo, hanservido para conocer la influencia que tuvoen la cosecha (campaña 1989-90) la muertede plantas por acción del insecto, así como

averiguar la disminución del peso de la espi-ga provocado por el Mosquito del trigo(campaña 1991-92) en aquellos tallos dondeéste se asienta, pero que consiguen darfruto.

Una vez convencidos de la importancia yextensión de la plaga, tal y como se verá eneste trabajo, había que tratar de averiguarqué medidas servirían para atajar, en lo su-cesivo, al parásito.

Nuestra experiencia en trabajos de sani-dad vegetal nos indica que los problemasparasitarios, abordados sólo en lo que res-pecta a pocas variables del patosistema noquedan, generalmente, bien resueltos.

Puesto que la cuantía económica de esteproblema fitopatológico estaba muy por en-cima de cualquier otro, incluidos los de loscultivos intensivos, decidimos buscar la so-lución a esta plaga estudiándola cuidadosa-mente y con un planteamiento multidisci-plinar.

Tuvimos la suerte, al comenzar nuestrosestudios sobre Mayetiola spp., de encontrartrabajando en diversos aspectos bioquímicosdel problema a un equipo de la ETSIA deMadrid, y desde un punto de vista de mejoragenética a la cátedra de la ETSIA de Lérida.El encuentro cristalizó en un proyecto de in-vestigación aprobado por la CICYT (Comi-sión Interministerial para la Ciencia y laTecnología) todavía en desarrollo. En sínte-sis, los temas que venimos abordando sobreesta plaga están referidos a los siguientes as-pectos:

• Estudio taxonómico de Mayetiola spp.para la definición de las especies presentes.

• Determinación de los biotipos de Maye-tiola destructor existentes en la CampiñaSur.

• Cuantificación de la importancia de di-versos parasitoides de Mayetiola destructor.

• Efecto de diversas operaciones de la fi-totecnia del trigo en el desarrollo del parási-to y parasitoides.

• Comprobación de la resistencia al in-secto en una colección de líneas de trigo yen otra de variedades comerciales.

Fig. l.-Los primeros síntomas de la plaga sobre estados fenológicos muy jóvenes del cerealsuelen pasar desapercibidos o ser atribuidos a marras de nacencia de origen fisiológico.

Fig. 2.-La atribución de rodales de cereales debidos a la acción de Mayetiola spp. hay que hacerla observandocon un cuentahilos la base de los tallos para localizar ahí las larvas o pupas del insecto.

• Trabajo para la obtención de una varie-dad de trigo con una productividad acepta-ble y resistente al parásito.

• Valoración de una colección de insecti-cidas respecto a Mayetiola destructor.

• Determinación del momento idóneo deaplicación de un insecticida para evitar laplaga.

Este artículo, orientado a demostrar la im-portancia de la plaga, es el primero de unaserie donde iremos presentando los resulta-dos obtenidos respecto a los distintos aspec-tos estudiados.

ANTECEDENTES

Distribución geográfica e importanciade la plaga a lo largo del tiempo

Respecto a nuestro país este parásito esidentificado como tal a finales del siglo pa-sado; DEL CAÑIZO (1941) escribe que Ma-yetiola destructor, en 1896, fue reconocidacomo plaga en España por HERRERO. Hastaentonces los síntomas producidos por el in-secto eran atribuidos a la acción de las hela-das. Su presencia, según nos cuenta DELCAÑIZO, no era uniforme sobre toda la su-perficie dedicada al cereal ni tampoco apa-recía de manera continua todos los años; noobstante, y desde la identificación del insec-to como parásito del trigo en nuestro país,hay referencias a daños provocados por eldesarrollo de Mayetiola destructor en Cata-luña, Valencia, Aragón, ambas Castillas,Jaén ... La importancia que adquiere esteproblema durante los años 1943, 44, 51, 52y 53 motiva al ingeniero agrónomo donAgustín Alfaro a realizar un excelente traba-jo que publica en 1954. En un artículo gene-ral sobre plagas de cereales publicado muyposteriormente a los citados CASTAÑERA(1978) afirma que el insecto tiene carácterendémico en muchas áreas de la zona centro.

Desde los años cincuenta y hasta el finalde la década de los ochenta sólo hemos en-contrado en España una publicación con re-

ferencia expresa a este insecto realizada porGARCÍA DE OTAZO (1986), hecho probable-mente debido a la ausencia de la plagacomo tal.

En el año 1988 ALVARADO et ai, (1992)determinan que M. destructor parásita a un15 % de tallos de trigo en la Sierra Norte deCádiz y a un 44 % en la Sierra Norte deCórdoba; en la Campiña Sur de Sevilla, du-rante 1989, el parasitismo llega aproximada-mente al 15 % de los tallos muestreados.Respecto a las especies vegetales parasita-das los mismos autores, en 1988, afirmabanque en la Sierra de Córdoba la cebada esta-ba tres veces (60 %) más parasitada que eltrigo (20 %) y éste dos veces más que laavena (10 %); en Cádiz el parasitismo eraigual para las tres especies de cereales;mientras que en Sevilla, en una colección devariedades de trigo, cebada y triticale de laCampiña, encuentran un 50 % (cebadas) yun 1 % (triticales). En Aragón, durante lacampaña 1987-88, el periódico EL HERAL-DO (1988) denuncia la presencia del «mos-quito del cereal» en aproximadamente14.000 Ha. En 1990 el diario HOY publicaque en la Campiña Sur de Extremadura losagricultores habían avisado de una plaga de«mosquito» sobre el trigo por la cual esti-maban pérdidas valoradas en más de 2.000millones de pesetas (Figuras 3 y 4). Esasdenuncias de los agricultores en Extrema-dura fueron comprobadas en campo porARIAS y BOTE (1992), quienes concluyenque el insecto se distribuía sobre una super-ficie de 60-70.000 Ha de trigo y cebada, es-timando las pérdidas máximas de trigo enun 24,5-35,1 % de la cosecha. Dichos auto-res obtienen, en un muestreo sobre 17 cam-pos de trigo, una alta correlación (r = 0,83)entre las variables X (porcentaje de tallosatacados) e Y (pérdida de cosecha), rela-ción que definen por la ecuación de la rectaY = 0,33X-0 '80.

Como ha quedado visto este parásito noes un problema nuevo ni, como a continua-ción comprobaremos, tampoco es un proble-ma exclusivo de España, evidencia de elloes que WADE, en el año 1934 en los EE.UU.

hacía una recopilación bibliográfica del in-secto y citaba nada menos que 1.256 artícu-los publicados (DEL CAÑIZO, 1941).

En el Sur de Ucrania la infestación deM. destructor alcanza al 37-52,5 % de trigo(SusiDKO et ai, 1979), afirmación que esconfirmada por SKUHRAVA (1984), quienescribe que el parásito sólo es importante enel sur del antiguo estado de la URSS. EnKazakhstan, con 20 millones de Ha de trigo,este insecto es denunciado como un parásitoque estaba mostrando, en los últimos años,una tendencia a incrementar su protagonis-mo (SHEK y EUDOKIMOV, 1981).

En una encuesta realizada en 1976-78 enel estado de Texas y Oklaoma (sur de losEE.UU.) se demostraba la presencia de Ma-yetiola destructor; concretamente en Oklao-ma se estimaba una infestación sobre másde 800.000 Ha de trigo (HATCHETT et al,1981). Entre 1977-81, en el estado de Was-hington (Noroeste de los EE.UU.), encuen-tran que un 40 % de los campos de trigo dela zona oeste estaban parasitados por M.destructor, mientras que en la zona este ycentro sólo había un 4 y 15 % respectiva-mente; el porcentaje de los tallos parasita-dos en las áreas prospectadas tenía un valormedio de 1,2 a 5,1 %, aún cuando habíacampos con un parasitismo del 96 % (PIKEet al, 1983). En Dakota (Norte de losEE.UU.), Mayetiola destructor es una de lasmás destructivas plagas de Norte América(MCMULLEN, 1986).

Tal y como hemos visto en la anterior lite-ratura y como también se puede comprobaren los mapas de la CAB (1988), este insectoacompaña al cultivo de cereales allí dondeestos se encuentran.

También hemos leído algunos trabajos re-feridos a la relación entre el parásito y laspérdidas ocasionadas. BUNTIN y RAIMER(1989 b) escriben que, durante los años1985 al 1989, en el sur de los EE.UU., en-cuentran una correlación negativa entre co-secha y parasitismo cuando éste alcanza aun 15-20 % de los tallos, pero no había co-rrelación cuando el porcentaje de tallosafectados era inferior al 12 %.

Fig. 3.-Pupas de Mayetiola destructor Sayen la base de un tallo de trigo.

Fig. 4.-Rodal de plantas parasitadas en un sembrado.

En Carolina del Sur (sudeste de losEE.UU.) CHAPÍN et al, (1989) publican queen los años 1984 al 1986 el insecto era de-tectado en el 98 % de los campos muestrea-dos. Establecido por dichos estudiosos queun 20 % de tallos parasitados es un valor su-ficientemente importante encuentran que en1984 había un 65 % de campos con dichonivel, siendo en los dos años siguientes el 36y el 80 %, respectivamente, el porcentaje decampos con el referido nivel de parasitismo.

BUNTIN y RAYMER (1989 a) valoran enGeorgia (Sudeste de los EE.UU.) el parasi-tismo de M. destructor sobre un trigo blan-do rojo forrajero, determinando que hay unacorrelación negativa entre producción y ta-llos afectados a partir de un 10 %; estimanque las pérdidas van desde el 14 al 46 % dela producción y precisan, en 3 campos expe-rimentales, que el valor de las pérdidas es de60, 106 y 148 dólares/Ha.

En el Norte de África, con grandes necesi-dades de trigo, la plaga también limita seria-mente las cosechas (EL-BOUHSSINI et al,1988).

Además de trigo, cebada y avena hay otrasespecies vegetales parasitadas por este insec-to; así, en cultivos de triticale de Georgia(EE.UU.), BUNTIN y BRUCNER (1990) cons-tatan una presencia del parásito cercana al 30% y sobre Bromus wildenowii cultivado enNueva Zelanda THOMM et al, (1991) apre-cian una disminución de plantas, y densidadde hijos, por la acción de M. destructor, lle-gando a encontrar, en 1988, un 70-88 % detallos muertos por el parásito. Sobre centenola plaga está registrada en la República De-mocrática Alemana por STELTER et al.,(1990).

MATERIAL Y MÉTODOS

En la primavera de 1990, una vez que lasplantas de trigo manifestaban síntomas muyclaros de parasitismo por Mayetiola spp., ycuando además la segunda generación del in-secto había terminado, procedimos a evaluarel porcentaje de hijos muertos que tenían las

plantas de la zona de cultivo más afectadapor el díptero en la Campiña Sur de Extrema-dura, y que suponían, aproximadamente,30.000 Ha de los pueblos de Valverde deLlerena, Azuaga, Berlanga, Granja de Torre-hermosa, Maguilla y Peraleda del Zaucejo.

En cada uno de 40 puntos elegidos al azarse tomaron, en un círculo de 25 metros deradio, 25 muestras al azar, estando cada unade ellas constituida por las plantas que seextraían con un golpe de azadón, valorándo-se los hijos muertos por el parásito y los queestaban vivos. (En total se tomaron y eva-luaron 1.000 muestras elegidas en 40 puntosdel área afectada).

Una vez llegada la madurez de las espigasse escogieron al azar, entre las 40 áreasprospectadas en el invierno, 21 de ellas, enlas cuales se tomó el número de espigas/m2,espigas que fueron desgranadas cuidadosa-mente, pesándose el grano y calculando elpeso final de trigo/m2 en cada una de las 21áreas de prospección.

Los valores del primer conteo (% de hijosmuertos por el parásito) se aparearon consus correspondientes valores del segundoconteo (peso de trigo/m2), estudiándose ma-temáticamente su correlación.

Con los datos apareados de las variablesobservadas en la campaña 1989/90, % dehijos muertos en plantas de trigo por acciónde Mayetiola spp. (X) y peso de trigo/m2

(Y), calculamos el coeficiente de correla-ción lineal de Pearson y la ecuación de larecta de regresión entre dichas variables.

Para averiguar qué influencia poseían laspupas del insecto situadas sobre los tallos enla disminución del peso de la espiga cogi-mos, al azar, 50 lotes de plantas en uncampo de trigo Astral con 10 Ha de superfi-cie y que tenían un nivel de parasitismo ele-vado (43,6 % de los tallos estaban parasita-dos). Las muestras se tomaron en estado fe-nológico de total madurez el 9 de julio de1991, contabilizándose 1.158 tallos, en loscuales de determinó, exactamente, el núme-ro de pupas que cada uno de ellos tenían yel peso de la espiga correspondiente. El nú-mero de puparios encontradas en cada tallo

constituían una variable discreta con los in-tervalos 0 (sano), 1-2, 3-4, 5-6, > 6pupas/tallo; el peso de las espigas de cadatallo era una variable continua con aproxi-mación de centésimas de gramo.

Con el fin de conocer si había diferenciasignificativa entre el peso de las espigas detallos sanos y el de parasitados, elegimos unprocedimiento matemático (Cuadro 1) quenos permitiese saber, con un gran nivel deconfianza (99 %), si existían o no diferen-cias significativas entre los pesos de dichaspoblaciones. El mismo procedimiento fueempleado para comparar las de valor sanocon respecto a las que tenían 1-2 puparios,estas con las de 3-4 ..., y así hasta compararlas penúltimas con las últimas.

RESULTADOS

Campaña 1989-90

Los datos obtenidos sobre plantas de trigomuertas por Mayetiola spp. y el peso detrigo/m2 nos permiten conocer que el por-centaje medio de tallos muertos en las 1.000

Cuadro 1 .-Cálculo del intervalo estimadorde la diferencia de medias de dos poblaciones

normales, independientes, con varianzasiguales

Un = media poblacional.X = media muestral.a = nivel de significación (elegimos

0,01); l - a = 0,99.nn = elementos de la muestra.

ta/2 n + n-, - 2 = T de Student con nivel de signifi-cación oc/2 y n[ + n2 - 2 grados delibertad.

muestras observadas es de un 41 %; el coe-ficiente de correlación lineal de Pearsonentre las variables X e Y es r= -0,815;la ecuación de la recta de regresión esY = -4,39X + 506,96, (Figura 5). Con losresultados anteriores se estima que las pér-didas producidas por Mayetiola spp. en laCampiña Sur de Extremadura, en la referidacampaña 89/90, fue un 35 % de la cosechapotencialmente obtenida de no haberse pro-ducido la plaga.

Campaña 1990-91

Los estadígrafos media y varianza mues-tral de los pesos de espigas cogidas en juliode 1991, y correspondientes a tallos con dis-tinto número de puparios, se presenta en elCuadro 2. El procedimiento matemático ele-gido (Cuadro 1) para comparar los pesos delas espigas con distinto número de formasestiantes de Mayetiola spp., después dehaber comprobado estadísticamente la nor-malidad de las poblaciones y la igualdad delas varianzas, nos ha dado el siguiente resul-tado (Cuadro 3):

Existen diferencias altamente significati-vas (99 %) entre los pesos de las espigas detallos sanos y los de las parasitadas.

Existen diferencias altamente significati-vas entre los pesos de espigas de tallos sanosy las de aquéllos con 1-2 pupas/tallo, entrelas de 1-2 pupas/tallo y las 3-4 pupas/tallo.

Cuadro 2.-Estadígrafos media y varianzamuestral de los pesos de espigas

+++ = Diferencias muy significativas.= No hay diferencias.

Fig. 5.-Recta de regresión que relaciona las variables X (7c de hijos muertos en las plantas de trigo)e Y (peso de tiigo/nr).

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

El porcentaje de tallos muertos por la ac-ción del parásito observados en la primaverade 1990 es muy elevado (41 %). -ARIAS yBOTE (1991) estiman, sobre la misma zonay campaña, un 37 %-. Este parasitismo, quefue denunciado por los agricultores comouna plaga de características alarmantes, de-

sapareció aparentemente por las extraordi-narias lluvias de que fue servido el cereal alfinal de la primavera de 1990. Los camposde trigo recobraron un buen aspecto y el la-brador creyó, equivocadamente, que nadahabía pasado, aunque en realidad, sin laexistencia de Mayetiola spp. la cosecha ha-bría sido mucho mayor. Efectivamente, larecta de regresión que liga estrechamente el

nivel de parasitismo y el peso de trigo cose-chado, nos permite conocer que las pérdidashabidas por el mosquito fueron un 35 % dela cosecha que se debió recoger de no ha-berse producido la plaga. -ARIAS y BOTE(1992) afirman que la pérdida máxima decosecha estuvo entre un 24,5 y un 35,1 %-.

Los resultados matemáticamente obteni-dos de comparar el número de puparios exis-tentes en los tallos, con el peso de la espiga,nos indican que el efecto del parásito sobreel peso de la espiga fue, en la campaña1990-91 de la Campiña Sur de Extremadura,negativo. Se demuestra que 1-2 puparios,sobre un tallo, son suficientes para producirpérdidas significativas de cosecha, pérdidasque van aumentando paulatinamente a medi-da que lo hace el de insectos encontrados enla caña del trigo, así hasta llegar a 6 pupa-rios/tallo, número a partir del cual la dismi-nución del peso de la espiga se estabiliza.Esas pérdidas de peso variaron, en la cam-paña analizada, desde un 14 % en el caso de1-2 puparios/tallo hasta un 35 % en el casode 6 o mas puparios/tallo (Figura 6).

De los resultados analizados en los años89-90 y 90-91 de la Campiña Sur de Ex-tremadura se deduce la relevancia que esteparásito puede alcanzar; pero hay unhecho que quizá revista mayor importanciay es que, aún produciendo pérdidas, esteparásito puede pasar desapercibido al agri-cultor. Efectivamente, durante la campaña89-90 el labrador detectó el efecto negati-vo de la plaga, no obstante no fue capaz devalorarla realmente al recoger la cosecha,confundido por una mejoría del aspecto delos sembrados al producirse unas lluviastardías en la primavera, -en realidad sehabía perdido más de un tercio del grano-(Figura 7).

Si el efecto de Mayetiola spp. es minusva-lorado en cuanto a su acción letal sobre lostallos, mucho más desapercibido puedepasar su efecto sobre aquellas cañas -gene-ralmente los padres- que aún siendo parasi-tadas llegan a producir espigas y que, tal ycomo hemos podido comprobar estadística-mente, provocan una disminución de la pro-ducción.

Fig. 6.-Diagrama de los pesos de espigas producidas en tallos con distinto número de pupas de Mayetiola destructor Say.

Fig. 7.-Cuando los campos de cereal parasitados por Mayetolia spp. son servidos de abundantes lluvias primaveralesrecuperan parte de la producción disminuida por el parásito; no obstante la presencia de ésta puede ser descubierta

por sembrados con falta de homogeneidad en su masa de vegetación.

Esta característica de ocultación que ma-nifiesta la plaga de Mayetiola spp. creemosque debe ser tenida muy en cuenta, porquees probable que disminuciones de cosecha,producidas por su acción, puedan estar sien-do conferidas a razones climáticas o nutri-cionales, tal y como hemos comprobado ennuestra campiña durante los años de refe-rencia.

En síntesis, los resultados analizados ydiscutidos nos permiten concluir que losdaños de Mayetiola spp. en el sur de Ba-dajoz, durante el año 1989-90, fueron muyimportantes (35 % de la cosecha espera-da), y que las pérdidas provocadas por elinsecto en plantas supervivientes variaron,en la campaña 1990-91, desde un 14 a un35 % (para un 100 % de tallos parasita-dos). Estas cifras confirman el valor de lasreclamaciones y denuncias que los agri-cultores de la Campiña Sur de Extremadu-ra vienen haciendo desde hace muchotiempo.

Si esta zona de producción puede ser con-siderada el granero de Extremadura por laextraordinaria superficie dedicada al cultivode trigo, y si sobre ella existe esta plaga en-démica provocando pérdidas significativas ycuantiosas, es evidente que Mayetiola spp. yel patosistema que genera su anormal desa-rrollo deben ser estudiados rigurosa y pro-fundamente.

AGRADECIMIENTOS

A los agentes de Extensión Agraria deAzuaga, Manuel López-Morillo y DanielAlvarez, por su ayuda en la valoración dedaños. A la ayudante de laboratorio Mila-gros Arenas.

Este artículo ha sido desarrollado dentrodel programa de trabajo del proyecto n.°AGF92-0062-CO4-04 finaciado por la Co-misión Interministerial para la Ciencia y laTecnología (CICYT).

ABSTRACT

DEL MORAL, J.; GALLEGO, M.; CASADO, D. y CHICA, V., 1994: Study on Mayetioladestructor Say, pest on wheat at Badajoz (Spain). Bol. San. Veg. Plagas, 20(1): 187-197.

The Spanish Southwest should be considered for the orientation of its agriculture,the granary of this community. The edaphology caracteristics of this region and thecrop techniques have favoured, in the last years, the development of a pest of Mayetio-la destructor Say over crops of wheat. In the campagne of 1989-90 the agricultors re-port damages valued in 2.000 millions of pesetas. This study concludes that the parasi-tie destroyes the 35 % of the harvest, and that the lost of weight in the ear of sten infec-ted with the parasitie is between 14 % and 35 %.

Key words: Mayetolia destructor Say, wheat, damages, Extremadura (Spain).

REFERENCIAS

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AL VARADO, M.; DURAN, J. M.; SERRANO, A. y DE LAROSA, A., 1992: Contribución al conocimiento delmosquito del trigo, Mayetiola destructor Say, en Anda-lucía Occidental. Bol. San. Veg. Plagas, 18: 175-183.

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