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javiercanoramos
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2 parte de j ramoneda, babelia, 2008
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La dimensión universal
Aquella efervescencia revolucionaria mundial tenía obviamente peculiaridades
específicas en cada lugar. En plena guerra fría, con el mundo dividido en dos
bloques, la gran contestación se enfrentaba a dos formas de poder, el
imperialismo americano y el imperialismo soviético. De modo que distintas
eran las formas de opresión contra las que se movilizaban unos y otros y
distintas eran las condiciones en que la agitación se producía. El periodista
polaco Adam Michnick, en una entrevista en Le Monde, lo explicaba así: Los
eslóganes que se gritaban en La Sorbona o en Berlín oeste estaban dirigidos
contra el capitalismo, la sociedad de consumo, la democracia burguesa y
también contra Estados Unidos y la guerra de Vietnam. Para nosotros era una
lucha por la libertad en la cultura, en las ciencias, en la memoria histórica, por
la democracia parlamentaria y, en fin, especialmente visible en
Checoslovaquia, contra el imperialismo soviético, no el americano.
Muchas de aquellas movidas tuvieron su origen en el mundo universitario. Así
fue en Berlín, donde desde el año anterior se habían producido múltiples
acciones estudiantiles por la reforma de la Universidad, contra la gran coalición
que gobernaba Alemania y contra la guerra de Vietnam. Un grave incidente, la
muerte de Benno Ohnesorg a tiros de un policía, durante una manifestación, el
2 de junio de 1967, radicalizó el proceso. Los estudiantes lanzaron una dura
campaña contra los medios de comunicación del grupo Springer a los que
acusaron de manipular los hechos: la prensa entraba en el campo de visión de
los contestatarios. Un año más tarde, en abril de 1968, el principal líder del
movimiento, Rudi Dutschke, sufrió un atentado perpetrado por un joven
ultraderechista, Josef Bachman.
En México, también fueron los estudiantes con voluntad de liberalizar el
mundo universitario los que protagonizaron las movilizaciones que acabarían
trágicamente el 2 de octubre del 68 con la matanza de la plaza de Tlatelolco, en
vigilias de los Juegos Olímpicos. Nunca se ha sabido el número de personas
que murieron allí, cuando un Batallón Olimpia progubernamental empezó a
disparar contra la multitud. También en Estados Unidos, los estudiantes del
campus de Berkeley tuvieron un protagonismo destacado en una movida de
carácter contracultural. Pero la guerra de Vietnam y la cuestión de los derechos
civiles desbordaron en mucho el ámbito universitario. En 1964, bajo la
presidencia de Lyndon Jonson, se aprobó la Civil Rights Act, que reconocía a
los negros los derechos de los que estaban desposeídos. Fueron años en que las
organizaciones proderechos civiles adquirieron mucha fuerza en la lucha por
los derechos de las minorías. Pero el 4 de abril de 1968, Martin Luther King
fue asesinado por James Earl Ray en Memphis, un atentado que nunca ha
quedado plenamente esclarecido. El 17 de octubre, en los Juegos Olímpicos de
México, los atletas americanos Tommie Smith y John Carlos, medallas de oro
y bronce en doscientos metros lisos, al subir al podio levantaron el puño con un
guante negro, mientras sonaba el himno americano para manifestar su
pertinencia al Black Power.