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UNIVERSIDAD DE COSTA RICA FACULTAD DE DERECHO TESIS DE GRADO PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE LICENCIADAS EN DERECHO “PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR FINAL COSTARRICENSE EN CASO DE INCUMPLIMIENTO EN LA COMPRAVENTA POR INTERNET” NATALIA MAYORGA ANGULO REBECA ULLOA MONTOYA SAN JOSÉ, COSTA RICA, 2011

Mayorga, A. Natalia && Ulloa, m. Rebeca

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UNIVERSIDAD DE COSTA RICA

FACULTAD DE DERECHO

TESIS DE GRADO PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE

LICENCIADAS EN DERECHO

“PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR FINAL COSTARRICENSE EN

CASO DE INCUMPLIMIENTO EN LA COMPRAVENTA POR

INTERNET”

NATALIA MAYORGA ANGULO

REBECA ULLOA MONTOYA

SAN JOSÉ, COSTA RICA, 2011

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Dedicatorias:

A Dios por sus bendiciones y darme la fortaleza para luchar por mis sueños, por

ser mi guía y amigo a lo largo de mi vida.

A mis padres, por sus sacrificios y consejos, por ser quienes me enseñaron que

sin esfuerzo y dedicación no se alcanzan las metas, por ser quienes me alentaron

a seguir mis sueños y me dieron los medios para alcanzarlos.

A mi abuelita por tenerme presente en sus oraciones y con sus palabras darme

las fuerzas para continuar el arduo camino de mi carrera.

A mis hermanos por sus palabras de aliento y apoyo incondicional.

Al Lic. Jorge Ross, mi jefe, por sus importantes aportes para la elaboración de

este proyecto y su preocupación.

A mis amigas, mis hermanas, por ser mi fortaleza, en especial a mi compañera y

amiga Rebeca, por iniciar este camino conmigo y llegar a la meta a mi lado, por

su paciencia y constante apoyo, además, de su amistad incondicional en esta

etapa de mi vida.

A quien tuvo fe en mí y me incentivó a dar más de lo necesario.

Natalia Mayorga Angulo

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iii

Dedico mi trabajo a mis padres porque todo lo que soy se lo debo a ellos, sin su

apoyo, amor y comprensión, nada hubiera sido posible en mi vida.

A mi hermana, mi amiga del alma, que me tolera y me anima a seguir adelante.

A Natalia, mi compañera de tesis y amiga, que fue la que me mantuvo cuerda,

con la que logré llegar al final de esta etapa y con la que seguiré en muchas etapas

más.

A mis amigas y amigos, que me acompañaron en todo este proceso, con palabras

de apoyo y oraciones.

A Dios porque Él me dio la vida, porque sin Él no hubiera tenido la fortaleza

para llegar a este momento.

Rebeca Ulloa Montoya.

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iv

Agradecimientos:

Agradecemos al Lic. Federico Torrealba, al Lic. Carlos Estrada al Dr. Rafael

Sanabria porque desde el inicio del trabajo nos impulsaron a seguir adelante,

porque nos brindaron apoyo incondicional, por los aportes que nos hicieron y

por siempre estar dispuestos a colaborar.

Además, a todas aquellas personas que nos dieron su apoyo y a todos los que

permitieron que se pudiera llevar a cabo la investigación.

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Índice

Dedicatorias: ................................................................................................................... ii

Agradecimientos: .......................................................................................................... iv

Tabla de Abreviaturas.................................................................................................. vii

Resumen: ...................................................................................................................... viii

Ficha Bibliográfica: ........................................................................................................ x

Introducción ................................................................................................................... 1

Título I. Comercio electrónico. .................................................................................... 6

Capítulo I. Nociones Básicas. ................................................................................... 6

Sección I. Definición. ............................................................................................. 6

Sección II. Modelos del comercio electrónico. ................................................. 10

Sección III. Principios del Comercio Electrónico. ........................................... 14

Capítulo II. Compraventa internacional entre sujetos de derecho privado en el

comercio electrónico. ............................................................................................... 16

Sección I. El contrato de compraventa común................................................. 16

Sección II. El contrato de compraventa en el comercio electrónico. ............ 29

Capítulo III. Incumplimiento e implicaciones. ..................................................... 38

Sección I. El incumplimiento. ............................................................................. 38

Sección II. Tipos de incumplimiento y sus soluciones .................................... 46

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Sección III. Principios Unidroit, Incoterms y Compraventa Internacional de

Mercaderías. ........................................................................................................... 71

Capítulo IV. Ley aplicable y jurisdicción competente. ........................................ 80

Sección I. Internacionalidad de los contratos por medios electrónicos. ........ 82

Sección II. Ley aplicable y jurisdicción competente. Normativa costarricense

e internacional. ...................................................................................................... 87

Sección III. Propuestas para solución de conflictos. ...................................... 101

Título II. Derechos del consumidor y comercio electrónico. .............................. 104

Capítulo I. Consumidor final en el comercio electrónico. ................................ 104

Sección I. Nociones del consumidor. ............................................................... 105

Sección II. Papel del consumidor en el Comercio Electrónico. ................... 116

Capítulo II. Protección al consumidor final en Costa Rica. .............................. 123

Sección I. Protección al consumidor en Costa Rica. ...................................... 123

Sección II. Protección del consumidor final costarricense en el comercio

electrónico. .......................................................................................................... 137

Conclusiones .............................................................................................................. 162

Bibliografía .................................................................................................................. 168

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Tabla de Abreviaturas

EDI: Electronic Data Interchange

B2C: Business to Consumer

C2G: Consumer to Government

G2C: Government to Consumer

P2P: Person to Person

C2B: Consumer to Business

G2B: Government to Business

B2B: Business to Business

LPCDEC: Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del

Consumidor.

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Resumen:

La importancia de este tema radica en la posibilidad de aclararlo y brindar

información sobre la doctrina que sobre este existe actualmente, ya que toda

parte que lleva a cabo un contrato tiene el derecho a exigir de la otra el

cumplimiento del mismo, justo a como fue pactado y en caso de incumplimiento

debe conocer los medios con los que cuenta para hacer valer sus derechos.

En los contratos celebrados por Internet, es necesario conocer cuáles son los

medios que tiene el consumidor para hacer valer sus derechos, ya que muchas

veces este no acciona contra el proveedor, que en su mayoría resulta ser una

empresa multinacional, porque se siente en desventaja y desconoce los medios

con los que cuenta.

Por ello, en este trabajo se analizarán los medios con los que cuenta un

consumidor final costarricense para exigir el cumplimiento del proveedor que no

acató lo pactado en el contrato de compraventa por Internet.

Además, en esta investigación se pretende comprobar que Costa Rica no tiene

regulación para la protección al consumidor en el caso del incumplimiento en la

compraventa internacional por Internet.

Esta tesis tiene como objetivo general determinar cuál es la protección

disponible en Costa Rica para el consumidor final en caso de incumplimiento en

la compraventa internacional por Internet.

La metodología que se considera adecuada para desarrollar este proyecto debido

a que es un tema poco estudiado y tratado, es la exploratoria, ya que no hay una

teoría al respecto y solo existen algunas guías o ideas alrededor del tópico.

Además, se utilizará la metodología explicativa, ya que se va a detallar la

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protección que existe actualmente para el consumidor ante el incumplimiento

contractual.

Las principales conclusiones del trabajo son las siguientes:

1. Siempre que haya involucrado un consumidor costarricense, en una

compraventa por Internet, se tiene que acudir a lo que disponga Costa

Rica en cuanto a la protección de este.

2. La regla genérica que aplica para el consumidor, es la que está en el

artículo 43 de la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa efectiva

del Consumidor, la cual remite al artículo 1045 del Código Civil, el cual

dispone que siempre que se ocasione un daño, se estará en el deber de

repararlo, se habla de la responsabilidad civil extracontractual.

3. La vía a la cual puede acudir el consumidor para reparar sus daños y

perjuicios es la sumaria, en cuyo caso solo debe demostrar que es

consumidor, que hay un daño y que se violente un efectivo derecho de

consumidor protegido por la ley. También podría acudir a la vía

administrativa, ante la CNC.

4. Se puede comprobar que existe normativa que lo respalda, además,

aunque no hay jurisprudencia específica sobre el tema, hay claridad en

cuanto a que el consumidor puede acudir a la vía jurisdiccional o

administrativa para proteger sus derechos. Lo que no hay es información

accesible. Además, el sistema disponible es lento y costoso. Las normas

existen pero aplicarlas a la realidad es complicado.

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Ficha Bibliográfica:

Mayorga Angulo, Natalia; Ulloa Montoya, Rebeca. Protección al consumidor

final costarricense en caso de incumplimiento en la compraventa por Internet.

Tesis de Licenciatura en Derecho, Facultad de Derecho. Universidad de Costa

Rica. San José, Costa Rica. 2011. X y 175.

Director: Lic. Federico Torralba Navas

Palabras claves:

Comercio electrónico, Internet, compraventa mercantil, compraventa por

Internet, incumplimiento, Derecho Internacional Privado, consumidor.

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Introducción

Justificación:

No hay información sobre el respaldo que existe para el consumidor final en el

comercio electrónico y esto es lo que se quiere investigar.

Es por ello que resulta importante desarrollar este tema, porque permitirá aclarar

el tópico y brindar respaldo doctrinario a este.

Una parte que vea lesionados sus derechos por otra que incumple con sus

obligaciones, debe tener claro cómo exigir que la parte infractora cumpla con lo

pactado.

En la actualidad el mundo se encuentra totalmente globalizado, el medio más

sencillo para llevar a cabo los negocios jurídicos es Internet. La compraventa

internacional de bienes y servicios se desarrolla principalmente por este medio y

nos encontramos ante el problema de falta de acceso a la información sobre el

respaldo normativo, jurisprudencial y doctrinario con respecto a este tema.

El derecho es dinámico, cambia constantemente, y debe prepararse para las

nuevas figuras que nacen a raíz del avance científico y tecnológico que hacen a

las ya existentes mutar para facilitar el vivir cotidiano. Es por ello que los

derechos del consumidor final costarricense en la compraventa internacional de

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bienes y servicios por Internet debe ser estudiada y tratada, para que en caso de

que se dé un incumplimiento, la parte afectada, en este caso en particular el

consumidor final, pueda conocer sobre cuáles son sus derechos y cómo

protegerlos.

Objetivos

General:

Determinar cuál es la protección disponible en Costa Rica para el consumidor

final en caso de incumplimiento en la compraventa internacional por Internet.

Específicos:

1. Definir qué es el comercio electrónico.

2. Analizar la compraventa internacional entre sujetos de derecho privado

en Internet.

3. Detallar cuándo se da incumplimiento en el contrato de compraventa

internacional entre sujetos de derecho privado en Internet y cuáles son

sus implicaciones.

4. Identificar al consumidor final en el comercio electrónico y determinar

cuál es su papel.

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5. Explicar la normativa y jurisprudencia existente, que ampara al

consumidor final costarricense en la compraventa por Internet.

Hipótesis

Se pretende comprobar que Costa Rica no tiene regulación para la protección al

consumidor en el caso del incumplimiento en la compraventa internacional por

Internet.

Metodología

La metodología que se considera adecuada para desarrollar el proyecto, debido a

que es un tema poco estudiado y tratado, es la exploratoria, ya que no hay una

teoría al respecto y solo existen algunas guías o ideas alrededor del tópico. Con

esta metodología se busca aumentar el grado de familiaridad con el fenómeno

que hasta el momento se encuentra relativamente desconocido. Se desea realizar

una investigación más completa con respecto al tema en estudio, ya que se está

frente una situación nueva en la vida del ser humano, y en el derecho.

Se utilizará también la metodología explicativa, ya que se va a exponer por qué

ocurre este evento y se va buscar una respuesta a las causas de este mismo, es

decir, se va a analizar la protección que existe actualmente para las partes ante el

incumplimiento contractual.

Estructura de los capítulos:

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Esta investigación está conformada por dos títulos, compuestos por capítulos y

estos por secciones; tiene como objetivo determinar cuál es la protección que

tiene a favor el consumidor final costarricense en caso de incumplimiento en la

compraventa por Internet.

El título primero es referente al comercio electrónico, en su capítulo primero se

hacer referencia a las nociones básicas de comercio electrónico; en este se

explicará su definición, esto porque es un concepto muy amplio y es necesario

que quede claro a qué se estará haciendo referencia a lo largo del trabajo cuando

se mencione este tema.

Se enunciarán los principios que rigen la negociación que se da por medios

electrónicos. Siempre es importante analizar las bases por las cuales se

administran las distintas disciplinas y ramas.

En el capítulo segundo se trata el tema de Compraventa Internacional entre

sujetos de derecho privado en el comercio electrónico. Aquí se hace un análisis

del contrato de compraventa común y del que se da por Internet.

En el capítulo tercero se abarca el incumplimiento en la compraventa

internacional por Internet. Se hará un análisis exhaustivo de lo que sucede

cuando hay incumplimiento en la compraventa mercantil y se equiparará con la

compraventa que se da por Internet.

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En el capítulo cuarto, desde la óptica del Derecho Internacional Privado, se

estudiará la ley aplicable y la jurisdicción competente en caso de incumplimiento

por parte de un proveedor en el contrato de compraventa por Internet.

El segundo título está titulado Derechos del consumidor y comercio electrónico.

El en capítulo primero se desarrollan las nociones de consumidor que existen y

su papel en el comercio electrónico.

En el capítulo segundo, se hará un estudio de las opciones que tiene el

consumidor tanto nacional como internacionalmente para defender sus

derechos.

Por último, se hará un análisis de la legislación y jurisprudencia nacional para

comprobar si realmente existen medios que respalden al consumidor

costarricense.

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Título I. Comercio electrónico.

Capítulo I. Nociones Básicas.

Sección I. Definición.

Se pueden encontrar múltiples definiciones de lo que es el comercio

electrónico, por ejemplo, para Gerardo Gariboldi, citado por Anneth Jiménez, es

“Toda transacción comercial (producción, publicidad, distribución y venta de bienes y servicios)

realizada tanto por personas, como por empresas o agentes electrónicos a través de medios

digitales de comunicación, en un mercado virtual que carece de límites geográficos y temporales”

(Jiménez, 1999, p4).

Para Luis Fernando Martins es “Toda forma de oferta y realización de negocios en

ambiente electrónico, con el empleo de una estructura tecnológica que permita el procesamiento y

la transmisión de datos digitalizados, de cualquier género.” (Jiménez, 1999, p4).

En Estados Unidos, se define al comercio electrónico como “cualquier

transacción completada mediante una red de computadoras e incluye la

transferencia de la propiedad o de derechos de bienes y servicios. Las redes de

las computadoras son dispositivos de enlace electrónico que se comunican

interactivamente a través de canales de red (Sarra, 2000, p285).

Existe la tendencia generalizada de pensar que el Comercio Electrónico, o

también llamado E-Business, es el intercambio de transacciones comerciales a

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través de Internet, pero no es solamente por este medio que se desarrolla este

tipo de comercio.

Las operaciones de comercio electrónico pueden llevarse a cabo mediante

la utilización de los medios de comunicación digital, tales como Internet,

Extranets, Intranets y los sistemas de intercambio electrónico de datos (E.D.I), el

cual será explicado más adelante (Jiménez, 1999, p87).

“El comercio electrónico consiste en la utilización de la Informática y las

telecomunicaciones para canalizar los flujos de información y transacciones de negocios existentes

entre una empresa y sus interlocutores de negocio habituales” (Salas, 2003, p192).

Es el intercambio de información mediante tecnologías de comunicación

como el EDI, el facsímil, el correo electrónico. Según La Organización Mundial

de Comercio cabe distinguir entre seis instrumentos principales de comercio

electrónico: el teléfono, el fax, la televisión, los sistemas electrónicos de pagos y

de transferencias monetarias, el intercambio electrónico de datos e Internet.

(Jiménez, 1999, p11).

También existe la percepción de que el Comercio Electrónico solamente

abarca lo que es la compra y venta de bienes y servicios, sin embargo, se ocupa

de muchas etapas previas y posteriores a esto. “El concepto de comercio electrónico no

sólo incluye la compra y venta electrónica de bienes o servicios, que es el concepto común que se

tiene, sino que también incorpora el uso de las redes para actividades anteriores o posteriores a

la venta, como son: la publicidad, la búsqueda de información, el aseguramiento de las posibles

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transacciones, el tratamiento de clientes y proveedores, incluso inversores, trámites ante

autoridades de control y fiscalización, la negociación de condiciones de compra, suministro, etc.,

la prestación de mantenimiento y servicios posventa y colaboración entre empresas”. (Bruce,

2000, p160).

La Organización Mundial de Comercio indica que el comercio electrónico

abarca “… la producción, publicidad, venta y distribución de productos a través

de redes de telecomunicación (Jiménez, 1999, p86).

“El comercio electrónico es el intercambio telemático de información que da lugar a una

relación comercial, consistente en la entrega en línea de bienes intangibles o en un pedido

electrónico de bienes tangibles” (Romero, 2002, p184).

En esta investigación se hará un análisis del incumplimiento en la

compraventa internacional entre sujetos de derecho privado en el comercio

electrónico, principalmente enfocada a la etapa en la que ya el consumidor se

supone que tiene que recibir el producto y este no llega, llega en mal estado, no

llega el correcto, entre otros. Sobre este punto se ampliará más adelante.

Debido a que el enfoque de comercio electrónico que se dará en esta

investigación es al que se da en Internet, a continuación se comentará sobre el

tema.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos de América necesitaba idear

una tecnología que facilitara la comunicación de la fuerza armada, luego de

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arduas investigaciones crearon la primer red de computadoras, la cual

denominaron ARPAnet (Advanced Research Projects Agency); conectaron

inicialmente 4 computadoras de 4 universidades, en 1969. Para 1979 ya habían

logrado conectar 40 computadoras.

Posteriormente, en 1982, se desarrolló el protocolo TCP-IP (Transmition

Control Protocol-Internet Protocol), en el cual se integran las redes que

conforman la Internet, palabra que se empezó a utilizar a partir de este

momento.

En la actualidad Internet funciona como una red de arquitectura abierta,

en la cual pueden entrar a participar redes individuales con su diseño propio. Es

un sistema de comunicación en línea que permite el intercambio de información

desde cualquier parte del mundo mediante redes de telecomunicación y

estándares comunes llamados TCP/IP (Transmisision Control Protocol/Internet

Protocol). “… es además, una red de redes, según la conocida expresión, ya que

posibilita la conexión entre dos o más redes de diferentes tipos y tamaños,

mediante los llamados “backbones”, lo que la vuelve aún más práctica” (Bettoni,

2005, p115). “Dentro de las fortalezas más relevantes de Internet están su cobertura mundial

y su capacidad de permitir la interacción global entre diferentes computadoras a través de un

lenguaje común. Esto permite al interesado establecer contacto con diferentes personas a nivel

mundial, facilitando a los proveedores de información o servicios alcanzar una inmediata

penetración del mercado hacia clientes potenciales y un acceso dinámico y económico a millones

de servidores de información gráficos en todo el mundo. Todo ello en forma dinámica y

económica” (Chen Mok, 2007, p157).

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En Costa Rica, en 1994 se comenzó a explotar de manera comercial

Internet por medio de Radiográfica Costarricense, S.A. (RACSA).

“… la ubicuidad de la Red, las capacidades multimedia de las tecnologías asociadas a

Internet y la facilidad de uso de las mismas, permiten a muchos negocios poder hacer llegar su

oferta a millones de potenciales consumidores, quienes pueden navegar por la red, buscando y

seleccionando los productos o artículos que deseen adquirir de entre los cada vez más frecuentes

centros virtuales de compra” (Salas, 2003, p193).

Para efectos de este trabajo de investigación, comercio electrónico es, en síntesis:

Transacción de bienes y servicios por Internet de una empresa a un consumidor

final.

Sección II. Modelos del comercio electrónico.

Como se indicó anteriormente, en la presente investigación se le dará

énfasis al comercio electrónico que se desarrolla en Internet, principalmente el

que se explicará más adelante, llamado B2C Business to Consumer, es decir, el

que se da entre una empresa y el consumidor final; sin embargo, es importante

dejar claro cuáles son los distintos tipos de comercio electrónico.

EDI: se llama así por sus siglas en inglés “Electronic Data Interchange”.

Consiste en la comunicación que se da entre computadoras que están en red, en

una red privada (Intranet). Esta comunicación se da mediante un formato

estándar que se ha intentado sea el único a nivel internacional.

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El objetivo de utilizar este sistema es ahorrarse dinero y tiempo, puesto

que se evita la impresión y transporte de miles de documentos escritos. Esto

porque lo que se da es un intercambio electrónico de formularios, facturas,

inventarios, entre otros.

Generalmente son las empresas las que utilizan o mejor dicho utilizaban

este sistema. Ha venido sustituyéndose por la comunicación mediante Internet,

porque el equipo, software, protocolos, líneas para poder comunicarse mediante

EDI es más costoso que hacerlo mediante Internet.

B2B (Business to Business): cuando se relacionan comercialmente

solamente empresas.

“El comercio electrónico resulta de la vinculación productiva, financiera y social de dos

o más empresas, ha sido distinguido por sus siglas B2B, las cuales provienen de la traducción

del concepto anglosajón de “Business to Business” (Jiménez, 1999, p89).

Un tipo de B2B es el EDI, explicado anteriormente.

B2C (Business to Consumer): es el comercio electrónico que se da

entre empresas y el consumidor. Aquí entran los “mall” virtuales como por

ejemplo, amazon.com que es una empresa que pone a la venta productos en la

red de distintas empresas del mundo o las ventas que hacen tiendas de ropa,

zapatos, electrodomésticos, entre otros, mediante las páginas Web.

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Es en este tipo de comercio que se centrará la investigación.

P2P (Person to Person): es cuando dos individuos realizan transacciones

entre sí, por ejemplo, entre cuentas bancarias. Aquí podría incluirse, según lo

hacen María de los Ángeles Portela Rojas y Catalina Soto Mora lo que se llama

C2C que es el Comercio Electrónico entre consumidores, tal es el caso de las

páginas de subastas en línea como Ebay.com o mercadolibre.com, en las cuales

los particulares ponen a la venta los bienes que deseen y otros particulares los

compran (Portela, 2002, p21).

C2B (Consumer to Business): se da cuando un consumidor le propone

a una empresa un negocio en el cual la empresa saldría más beneficiada que si no

lo aceptara del todo. Portela y Soto dan el ejemplo de las aerolíneas que aceptan

la oferta de un consumidor que no tiene todo el dinero de los pasajes, pero

prefieren ganar lo que él ofrece que viajar con asientos vacíos.

En algunos países está pasando que el gobierno se está integrando al

comercio electrónico y se dan los siguientes tipos:

G2B (Government to Business): son las relaciones entre el gobierno y

empresas.

G2C (Governemet to Consumer): relación comercial del gobierno con

particulares.

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C2G (Consumer to Government): las personas buscan al gobierno

mediante el comercio electrónico, podría ejemplificarse con el pago de tributos.

Por otro lado, existe la clasificación del comercio electrónico en directo e

indirecto:

El directo es el que se refiere al comercio que se realiza para obtener

bienes intangibles, como lo son archivos musicales, libros digitales, entre otros.

El indirecto se refiere a la obtención de bienes tangibles, para lo cual se

requiere también utilizar medios físicos para la distribución de los mismos.

Esteban Agüero Guier y Leonor Echeverría Hine clasifican al comercio

electrónico en las siguientes clases:

- Entre empresarios y entre consumidores en razón de sus intervinientes.

- Interno e internacional. En razón del ámbito de ejercicio.

- Cerrado y abierto. Cerrado: entre redes privadas. Abierto: mediante

Internet.

- Regulado de manera interna o privada y regulado por ley. (Agüero, 2002,

p15).

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Sección III. Principios del Comercio Electrónico.

Los principios del Comercio Electrónico son reglas básicas y universales que

facilitan su aplicación, ya que intentan romper con las barreras de la

internacionalidad.

Los diferentes autores que han abarcado el tema y ordenamientos jurídicos de

distintos países, leyes como la Ley Modelo sobre Comercio Electrónico creada

por la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil, clasifican de

diferentes maneras estos principios, en síntesis se pueden sustraer los siguientes:

a. Equivalencia funcional de los actos empresariales electrónicos.

Se refiere a que no debe existir diferencia entre los actos que están

documentados por escrito y los que se dan por medios electrónicos. “Los mensajes

de datos no deben ser objeto de un tratamiento diferente de los documentos tradicionales por el

sólo hecho de encontrarse en un soporte informático. Es una regla de no discriminación…”

(Bettoni, 2005, p128).

b. Inalteración del Derecho preexistente de obligaciones y contratos

privados.

Este principio lo que pretende es que no se considere al Comercio

Electrónico como un ámbito que requiera una regulación distinta, sino que se

vea solamente como un nuevo medio a través el cual se realizan las transacciones

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comerciales; por lo tanto, no debería de modificarse el derecho de obligaciones y

contratos existente.

“El reconocimiento de la validez y eficacia de la información almacenada en soportes

electrónicos no debe traducirse en una innecesaria duplicidad normativa” (Bettoni, 2005,

p132).

Sin embargo, puede suceder que no exista correspondencia entre un acto del

mundo electrónico y uno de la realidad legal por lo que ese vacío deberá llenarse

con jurisprudencia o legislación. Eso sí, como último recurso.

c. La neutralidad tecnológica.

Como bien se sabe la tecnología cada vez evoluciona más, por lo que debería

de considerarse apta para el comercio electrónico no sólo la tecnología presente

sino la futura, con el fin de que se eviten constantes modificaciones a la

legislación.

d. Buena fe.

Consiste en un deber de lealtad en las relaciones privadas. Siempre en una

relación contractual existe desigualdad entre las partes, por tal motivo debe

existir algo que respalde a la parte más débil.

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Se debe evitar el abuso de derecho y brindar una información veraz a la otra

parte, tiene que existir la confianza de que la otra parte está actuando de manera

leal.

En Costa Rica este principio se encuentra en los artículos 21 y 22 del Código

Civil.

El comercio electrónico pone aún en mayor desventaja que el comercio

tradicional, al consumidor, por tal motivo este principio es de vital importancia.

e. Libertad contractual.

Las personas tienen el derecho de contratar entre sí y de determinar el

contenido del contrato. Esto, claro está, siempre que se respeten las normas

básicas de la debida contratación. “La inalterabilidad del Derecho preexistente

implica, por tanto, la sumisión, en el ámbito informático, a las normas jurídicas

que regulan el abuso de derecho” (Bettoni, 2055, p142).

Capítulo II. Compraventa internacional entre sujetos de derecho privado

en el comercio electrónico.

Sección I. El contrato de compraventa común.

Resulta elemental comprender mejor cómo funciona el contrato de

compraventa en el comercio electrónico, por lo que es importante hacer un

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estudio previo de la compraventa común, en especial de la mercantil y de esta

forma ver las semejanzas y diferencias con el primer tipo mencionado.

La compraventa por medios electrónicos en este trabajo investigativo, es

clasificada como mercantil por lo que se dirá en la presente sección más adelante.

Según Diego Baudrit, “La compraventa es un contrato por el cual una persona, el

vendedor, transfiere un bien a otra persona, el comprador, el que contrae la obligación de pagar

el precio.” (Baudrit, 2000, p13).

Antes de continuar explicando importantes asuntos de la compraventa

mercantil, es necesario señalar los motivos por los cuales se considera que la que

se da por medios electrónicos es de esta naturaleza.

La compraventa por medios electrónicos, compraventa mercantil.

Cuando en un acto solo una de las partes contratantes sea comerciante o solo

una de las partes tenga la finalidad de lucro, surge la duda de si es civil o

mercantil.

Según Carmen María Herrera Santiesteban, en su tesis de grado señala que

existen actos que son relativamente mercantiles, los cuales serán comerciales si

concurren ciertos requisitos que establece el Código de Comercio. Puede ser

comercial por el sujeto, objeto o finalidad. (Herrera, 1969, pp7-30).

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Por el sujeto: si una o ambas partes son comerciantes. En el inciso primero

del artículo 438 se refiere a “empresa mercantil, individual o colectiva.”

Por el objeto: se califica como mercantil el acto si recae sobre títulos valores.

Establecimientos comerciales. Sobre buques o naves aéreas o marítimas.

Por la finalidad: en el Código de Comercio se toma en cuenta la finalidad

únicamente cuando se trata de bienes inmuebles, esto en el inciso segundo del

artículo 438 al indicar que sean adquiridos para revenderlos, con ánimo de lucro.

Diego Baudrit indica que el Código de Comercio en el artículo 438 hace una

deficiente enumeración de los criterios de distinción entre la compraventa civil y

la mercantil. Señala que la Sala Primera ha intentado refinarlos, estableciendo que

el principal elemento distintivo de la compraventa mercantil es el carácter de

empresario del vendedor, cuando el contrato se celebre con el propósito de

explotación de la empresa. (Baudrit, 2000, p92).

Señala el Lic. Baudrit en ese mismo texto, la sentencia 104 de las 14:40 del 3

de julio de 1992 de la Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia y dice lo

siguiente:

“Conviene, para una mejor inteligencia de la presente

consideración, trascribir el susodicho artículo 438 de nuestro Código

de Comercio, el cual reza: "Será compra-venta mercantil: a) La

que realice una empresa mercantil, individual o colectiva en la

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19

explotación normal de su negocio ya sea de objetos comprados para

revenderlos en el mismo estado o después de elaborados. b) La de

inmuebles adquiridos para revenderlos con ánimo de lucro,

transformados o no. También será mercantil la compra-venta de un

inmueble cuando se adquiera con el propósito de arrendarlo, o para

instalar en él un establecimiento mercantil; c) La de naves aéreas y

marítimas, la de efectos de comercio, títulos, valores de cualquier

naturaleza y la de acciones de sociedades mercantiles". De lo

anterior se colige que de acuerdo con el citado artículo la

compraventa mercantil en Costa Rica, puede configurarse a través

de tres vertientes distintas: la primera deriva del sujeto, cual es el

empresario, quien figura como vendedor en el contrato (inciso a); la

segunda se origina en un elemento subjetivo, cual es la idea o el

propósito especulativo, no del vendedor sino del accipiens, sea, el

comprador (inciso b); la tercera, parte de la naturaleza del objeto, la

cual determina la del contrato mismo (inciso c)(…)En el inciso a),

en cambio, se define la compraventa mercantil refiriéndola a uno de

los sujetos (el vendedor) con características particulares, las cuales lo

ubican dentro de una determinada actividad económica la cual se

organiza en aras de la producción o el intercambio de bienes y

servicios: la empresa mercantil. De tal manera, cuanto esta

(concebida como sujeto) o el empresario mercantil, efectúen la venta

de un objeto -entre otros supuestos- después de elaborado, ese

contrato será mercantil. No interesa aquí la calidad, naturaleza o

intención del comprador (lo cual sí ocurre en el evento contemplado

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20

en el inciso b), sino, exclusivamente, que la venta sea realizada por

un empresario mercantil o comerciante, en la explotación normal de

su negocio. En el caso concreto, la demandada, según lo verifican los

autos (ver entre otros, los hechos probados 1, 5, 7 y 8) constituye

una entidad organizada bajo la conjugación coordinada de trabajo y

de bienes materiales e incorpóreos, a fin de ofrecer bienes y servicios

al público, con incentivo de lucro. Uno de esos bienes, elaborado con

tal propósito general, fue vendido concretamente a la actora. En

consecuencia, sin importar en la especie la naturaleza de la

compradora o el propósito con arreglo al cual esta efectuó la

adquisición, el contrato de compraventa de tal forma configurado,

resulta mercantil.” (Sentencia 104 de las 14:40 del 3 de julio

de 1992 de la Sala Primera de la Corte Suprema de

Justicia).

El artículo 1 del Código de Comercio indica que los actos que sólo fueren

mercantiles para una de las partes, se regirán por las disposiciones de ese Código.

Además, el artículo 5 de ese mismo cuerpo normativo en el inciso a, señala que

es comerciante la persona con capacidad jurídica que ejerza en nombre propio

actos de comercio, haciendo de eso su ocupación habitual.

Al respecto señala la Sentencia 214 de las nueve horas del doce de setiembre

del dos mil ocho emitido por el Tribunal Segundo Civil, Sección Primera:

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21

“De conformidad con la doctrina que informa el Código de

Comercio, es aplicable esta normativa de conformidad con tres

criterios: uno subjetivo, otro objetivo y un tercero de habitualidad o

profesionalidad. Los dos primeros está plasmados en el artículo

primero del Código de Comercio, que dispone: "ARTÍCULO 1º.-

Las disposiciones contenidas en el presente Código rigen los actos y

contratos en él determinados, aunque no sean comerciantes las

personas que los ejecuten. Los contratos entre comerciantes se

presumen actos de comercio, salvo prueba en contrario. Los actos

que sólo fueren mercantiles para una de las partes, se regirán por

las disposiciones de este Código." Califica de mercantiles, de acuerdo

con un criterio objetivo, todos los actos y contratos plasmados en esta

normativa, entre los cuales se encuentra la compra venta mercantil,

tal como lo indica el voto de mayoría, pero en este estadio procesal,

en criterio del suscrito, no es posible determinar si el contrato en

tanto compra venta es mercantil o no, pues no hay prueba alguna

que permita determinar si el inmueble traspasado lo fue para

reventa, con ánimo de lucro o para arrendarlo o instalar un

establecimiento mercantil. El otro criterio, subjetivo atribuye la

condición de mercantil a todo acto o contrato en el que intervengan

comerciantes (…) El otro criterio, que no interesa en este asunto,

(pero para la presente investigación sí) es el de la

profesionalidad plasmado en el inciso a) del artículo 5), considera

comerciante a quien ejerza en nombre propio actos de comercio,

haciendo de estos su ocupación habitual. De lo expuesto, debe

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22

deducirse que el contrato objeto de litigio si es mercantil y el término

aplicable, en este asunto específico, es el plazo de cuatro años que

fija el artículo 984 del Código de Comercio.” El texto entre

paréntesis subrayado y en negrita, no pertenece al escrito

original. (Sentencia 214 de las nueve horas del doce de

setiembre del dos mil ocho emitido por el Tribunal

Segundo Civil, Sección Primera).

En conclusión, es mercantil la compraventa que se da por Internet porque es

una empresa mercantil la que vende, con sólo eso, se aplicaría por consiguiente el

Código de Comercio según el artículo 1. Es una persona jurídica con capacidad

adecuada que ejerce actos de comercio en nombre propio de manera habitual.

Además, es una compraventa realizada en la explotación normal de su negocio.

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23

COMPRAVENTA CIVIL

COMPRAVENTA MERCANTIL

Se rige por el Código Civil.

Se rige por el Código de Comercio y

supletoriamente el Civil.

Momento de perfección del contrato.

Declaración. Artículo 1009 del Código Civil.

Se refiere a que la perfección se da cuando

coincide la aceptación de esta, con su emisión.

Declaración o emisión: Artículo 442 del

Código de Comercio. “Cuando las partes

traten a viva voz”.

Recepción: cuando el que emite la oferta

recibe la declaración de voluntad del

aceptante. Artículo 443 del Código de

Comercio.

Transmisión del dominio: Compraventa

consensual traslativa de dominio o régimen

consensual puro. Se considera que se

transmite el dominio en el mismo momento

de perfección del contrato.

Obligacional. Compraventa consensual

productora de obligaciones. Sigue el principio

de la tradición. Separa el momento de la

perfección del contrato del de la transmisión

del dominio.

Teoría del riesgo. En virtud de que la

transmisión del dominio se da en el mismo

momento de la perfección del contrato, los

riesgos antes de la entrega de la cosa pero

después de que se acuerda en cosa y precio, le

corresponden al comprador.

El riesgo, desde que se perfecciona el

contrato hasta la entrega de la cosa, corre por

parte del vendedor.

Todas las compraventas que no son

mercantiles, son civiles.

El artículo 438 del Código de Comercio

indica las tres vertientes en las que se puede

configurar, se refieren al sujeto que las realiza,

al fin con el que se obtiene el bien y al objeto.

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24

Se continúa ahora sí, explicando datos importantes sobre la compraventa

mercantil que ayudan a entender qué regulación se podría aplicar a la que se da

por Internet.

Según Sánchez Román “Se entiende por compraventa un contrato principal, consensual,

bilateral, oneroso, generalmente conmutativo, por el cual una persona se obliga a transferir a

otra el dominio de una cosa, mediante la recíproca obligación de entregar esta a aquella una

cantidad estipulada con el carácter de precio.” (Sánchez, 1912, 551).

Es un contrato principal, pues no depende de otros. Es consensual, esto

porque nace a la vida jurídica cuando se perfecciona, es decir, cuando hay un

acuerdo de voluntades en cosa y precio. Bilateral porque surge reciprocidad de

obligaciones entre las partes. Oneroso porque hay un precio que se paga a

cambio de la cosa. Está regulado por la ley, es decir, es típico y conmutativo

porque permite determinar en el momento del convenio las ventajas y,

correlativamente, el sacrificio para cada una de las partes. Al respecto la

resolución 44 de las catorce horas con treinta minutos del dos de febrero de mil

novecientos noventa y cuatro de la Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia

indica:

“La compraventa comercial presenta características principales

en cuanto a su estructura y su función como un contrato de ejercicio

de empresa. a) Es traslativo: produce la trasferencia de un derecho

con efectos reales como consecuencia del simple convenio; además,

crea efectos obligacionales dando origen a diversos deberes entre

Page 40: Mayorga, A. Natalia && Ulloa, m. Rebeca

25

vendedor y comprador. b) Es a título oneroso: las partes procuran

para sí un beneficio económico o ventaja: para el comprador el

derecho adquirido y para el vendedor la suma de dinero obtenida

como pago del precio. c) Es de prestaciones recíprocas: existe una

relación sinalagmática mediante la cual los contratantes asumen las

obligaciones y cumplen las atribuciones patrimoniales derivadas del

contrato. d) Es conmutativo: permite determinar en el momento del

convenio las ventajas y, correlativamente, el sacrificio para cada una

de las partes. e) Es consensual: su causa está constituida por el

intercambio de la propiedad u otro derecho por una suma de

dinero.”(Resolución 44 de las catorce horas con treinta

minutos del dos de febrero de mil novecientos noventa y

cuatro de la Sala Primera de la Corte Suprema de

Justicia).

Fernando Casafont Odor indica que las fases de un contrato según la

doctrina son las siguientes:

1. Etapa de preparación: es en la que se genera el contrato. Tiene dos sub

etapas, las cuales son las tratativas; es decir; las negociaciones preliminares

y la de la oferta contractual.

2. Perfección del contrato: se refiere al nacimiento de este a la vida jurídica.

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26

3. Ejecución: es el cumplimiento de las prestaciones debidas. (Casafont,

1981, p8).

Previo a la formación del contrato se dan las tratativas, es decir, las

negociaciones anteriores a la oferta; la tesis predominante es que no se genera

responsabilidad por desistimiento de alguna de las partes.

Según Casafont, La oferta: “… para que revista la categoría de verdadera

oferta de contrato debe reunir determinados requisitos como son la que se dirija

a conocimiento de un destinatario, que sea dada con intención de obligarse el

proponente, concreta en sus términos de tal suerte que en la misma se den los

elementos necesarios para que mediante la aceptación pura y simple del

destinatario quede concluido el contrato proyectado, es decir, que se trate de una

oferta en firme y no de una simple o mera proposición dirigida, como se ha

expresado con acierto, a explorar el ánimo del otro contratante.” (Casafont,

1980, p40).

En el Código de Comercio se sigue la teoría de que la oferta no se puede

retractar, esto porque hay un plazo de duración de la misma fijado por la ley.

Perfección del contrato.

Existen varias teorías que indican distintos momentos en los que surge a la

vida el contrato de compraventa. Las principales son:

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27

Emisión o declaración: coincide el momento de aceptación del destinatario

con el de la emisión de la oferta.

Expedición: se perfecciona cuando el aceptante se desprende de su

manifestación de voluntad.

Recepción: cuando quien emite la oferta recibe la declaración de voluntad del

aceptante.

Cognición: cuando el oferente puede hacer de su conocimiento la declaración

de voluntad que recibió del aceptante.

En el Código de Comercio se siguen dos de estas teorías. La primera,

amparada en el artículo 442, la de la emisión. En el 443, referente a la

negociación por correspondencia, se sigue la de la recepción, lo mismo que en

artículo 444.

La compraventa mercantil como tal es un contrato, y requiere de un acuerdo

de voluntades para su perfeccionamiento, este acuerdo puede ser entre presentes

o entre ausentes, dependiendo de si las voluntades se dan en un mismo o en

distintos momentos, y en ambas existen etapas que conducen a que se lleve a

cabo un acuerdo.

Transmisión del dominio.

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28

Una cosa es el perfeccionamiento del contrato, que como se ha mencionado

varias veces, consiste en el acuerdo en cosa y precio entre comprador y

vendedor; y otra cosa diferente es el desplazamiento del dominio.

Existen dos teorías en cuanto a la transmisión del dominio:

La primera, la llamada “compraventa productora de obligaciones” que sigue

el principio de la tradición; la segunda, “compraventa traslativa de dominio” que

se rige por el principio de unidad del contrato y transmisión de la propiedad.

La compraventa productora de obligaciones separa el momento de la

perfección del contrato y el de la transmisión del dominio que se da con la

entrega de la cosa.

En este tipo de compraventa es permitida la venta de cosa ajena porque el

contrato produce la obligación de transferir el dominio al momento de la

entrega, entonces el vendedor tendría la posibilidad de adquirir la cosa para

cumplir o de indemnizar.

Además, como el vendedor es propietario de la cosa hasta que transfiere el

dominio, tiene la posibilidad de disponer de esta hasta ese momento, lo que

incurriría eso sí, en un incumplimiento con el vendedor con responsabilidad de

daños y perjuicios.

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29

Por otro lado, si la cosa perece por caso fortuito o se pierde, el vendedor

debe soportar esos riesgos, porque la cosa perece para su dueño, “res perit

domino”, como consecuencia no tendría derecho de cobrarle el precio al

comprador y si ya lo hizo, debe devolverle este dinero.

Este sistema es el que se sigue en el Código de Comercio, por consiguiente, el

que se aplica a la compraventa mercantil. Esto se deduce del artículo 440, en su

primer enunciado porque permite la venta de cosa ajena.

Por otro lado, la compraventa traslativa de dominio, indica que la perfección

del contrato y la transmisión del dominio, se dan en un mismo momento. Esto

hace que el comprador se haga dueño desde que se acuerda en cosa y precio sin

que se haya pagado el precio ni entregado la cosa.

Como consecuencia de lo dicho la venta de cosa ajena en este sistema no es

posible, esto porque no se puede traspasar el dominio de lo que no pertenece al

enajenante en el momento de celebrarse el contrato. Si la cosa se pierde o se

daña por caso fortuito, estos riesgos corren por cuenta del comprador aunque la

cosa esté en poder del vendedor en virtud del principio “res perit domino”. Este es

el sistema que se sigue en el Código Civil.

Sección II. El contrato de compraventa en el comercio electrónico.

Corresponde ahora explicar un poco el contrato de compraventa que se da

por Internet.

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30

En el ámbito internacional la Organización Mundial de Comercio (OMC),

indica que en la compraventa electrónica se pueden identificar diferentes fases:

- Búsqueda: considerada una etapa previa en la que interactúan vendedor y

consumidor.

- Perfección del contrato: se acuerda la transacción, se envía la orden de

compra y se efectúa el pago.

- Entrega: es la fase ejecutoria, surge el derecho a la resolución y el

arrepentimiento o retracto.

El abogado costarricense, el Licenciado Oswald Bruce Esquivel, en su

artículo “Comercio Electrónico y Derechos del Consumidor”, contempla una

comparación de la contratación electrónica a la luz de la contratación

“tradicional”, donde relata las etapas que tiene el contrato, iniciando con una

etapa de precontrato donde ubica el marketing y la publicidad, los cuales tienen

un rol fundamental para llamar la atención del consumidor, luego continúa

explicando la oferta, la cual tiene importancia independientemente de su

aceptación, ya que tiene efectos jurídicos el plazo en que haya sido hecha, es

decir, que una vez formulada vinculará al emisor, esto porque si el consumidor, o

comprador acepta la oferta el contrato se perfecciona y porque, como se explicó

antes, no es posible retractarse de la oferta en la compraventa mercantil. El

abogado explica otra parte de la contratación, el derecho a la información, que

en el comercio electrónico posee muchas carencias, en el tanto el consumidor

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31

muchas veces desconoce con quién está contratando concretamente, sin

embargo, ese no es el tema que interesa tratar aquí. Posteriormente menciona

brevemente el perfeccionamiento del contrato electrónico, la ejecución del

mismo y el derecho de retracto o arrepentimiento. (Bruce, 2002, p160)

En Costa Rica, como se mencionó en la sección anterior, el contrato de

compraventa se considera perfecto en cuanto existe acuerdo en cosa y precio,

por lo que en aquella realizada por medio de Internet, es importante precisar

cuándo convergen las voluntades de las partes, ya que cuando se trata de una

compraventa por medio de Internet se habla de una realizada entre ausentes, es

decir, que la manifestación del acuerdo se da en distintos momentos. (Baudrit,

2000, p22).

La Directiva Europea sobre Protección de los Consumidores en Ventas a

Distancia aplicables en el contexto europeo a los contratos efectuados por medio

de Internet, al definir un contrato a distancia contempla las transacciones en

línea pues será “todo contrato entre un proveedor y consumidor sobre bienes o servicios

celebrado en el marco de un sistema de ventas o de presentación de servicios a distancia

organizado por el proveedor que (…) utiliza exclusivamente una o más técnicas de

comunicación a distancia hasta la celebración del contrato, incluida la celebración del propio

contrato”; como técnica de comunicación a distancia incluye “todo medio que permita

la celebración del contrato entre un consumidor y un proveedor sin presencia física simultánea

del proveedor o consumidor”, tal y como sucede en la compraventa por Internet.

(Directiva del Parlamento Europeo, 1997, p 20).

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32

Según Simón:

“La formación del consentimiento en todo contrato requiere una oferta y una aceptación, y el

contrato electrónico no es una excepción en la materia. A partir del concurso de ambas

voluntades, el contrato electrónico nace y despliega sus efectos jurídicos (siempre que se trate de

un contrato consensual). En tales contratos, las manifestaciones de la voluntad suelen ser

expresadas por medios digitales entre personas comunicadas por sistemas informáticos

interconectados.” (Simón, 2005, p92)

Este criterio genérico de que la compraventa es perfecta en el momento en

que existe acuerdo entre cosa y precio, presenta cierta uniformidad en los

sistemas normativos existentes. La aceptación es el acto de manifestación de

voluntad, donde el comprador acepta los términos de la oferta del vendedor,

dicha manifestación resulta esencial para la configuración del contrato de

compraventa, donde se da el compromiso entre las partes por el consentimiento

expreso. Este momento es determinante en la compraventa por Internet, en

virtud de que, al ser una compraventa entre ausentes, se requiere conocer el

momento en que el contrato es perfecto.

Según Knorr, la aceptación en Internet puede ser explícita o implícita:

“En general, la persona a quien se hace la oferta no puede quedar obligada por su silencio,

así que si recibe un correo electrónico que le informa que no respondió a la oferta dentro de cierto

período, no está obligada a responder. Puede ser implícita cuando ya existe un flujo regular de

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33

negocios entre partes y estas han celebrado previamente un contrato principal, estipulando esta

forma virtual de realizar negociaciones”. (Knorr, 2001, p25).

Según Heriberto Simón, existen varias teorías sobre el momento en que se

considera formado el consentimiento en la contratación entre ausentes, y las

soluciones varían en los distintos sistemas legales. Las principales teorías

establecidas por el autor son:

- Teoría de la declaración o manifestación: el contrato se perfecciona en el

momento y lugar en que se verifica la exteriorización de la voluntad de

aceptarlo, o sea, cuando se manifiesta la aceptación de conformidad con la

oferta.

- Teoría de la información, conocimiento o cognición: el contrato se

perfecciona cuando la otra parte tiene conocimiento de la aceptación.

- Teoría de la expedición o comunicación: la perfección del contrato se da

cuando el aceptante envía su aceptación al oferente.

- Teoría de la recepción: se da el perfeccionamiento del contrato cuando la

declaración llega a poder del oferente, sin importar que este tome

conocimiento de ella. (Simón, 2005, p92).

Como ya se explicó, se sigue en la compraventa mercantil y por consiguiente

en la que se da por Internet, la teoría de la recepción cuando se da entre

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34

ausentes, se perfecciona la compraventa cuando quien emite la oferta recibe la

declaración de voluntad del aceptante.

Muchos autores consideran que los mismos principios que aplican para el

contrato de compraventa común sirven para los electrónicos, y ese es el caso

para la presente investigación; sin embargo, resulta de suma importancia tomar

en cuenta las divergencias normativas entre los sistemas jurídicos, tomando en

cuenta la elevada posibilidad de la internacionalidad de los contratos por

Internet, además, de considerar los elementos que caracterizan una compraventa

como de contratación electrónica.

Con respecto a este tema, internacionalmente hablando, se puede mencionar

la Convención de Viena sobre Compraventa Internacional de Mercaderías como

la Ley Uniforme de Venta Internacional de bienes Muebles Corporales, aprobada

por la Convención de La Haya, se puede hablar de una cierta regulación

referente a la formación de los contratos a partir de una oferta y una aceptación.

Sin embargo, para el caso de compraventa en el que participa un consumidor

final, no aplica tal Convención. (Simón, 2005, p95).

Compraventa por Internet como contrato de adhesión

Según el Licenciado Oswald Bruce, los contratos de adhesión son aquellos

cuyo clausulado ha sido establecido de manera unilateral por el proveedor de

bienes o servicios, sin que el consumidor pueda discutir, alterar o modificar

sustancialmente su contenido. (Bruce, 2002, p159).

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35

Cuando el consumidor navega por Internet para conseguir un determinado

producto se topa con un contrato que debe aceptar tal y como lo oferta el

vendedor, sin modificaciones o posibles negociaciones, esta figura es la más

utilizada en el comercio electrónico.

Es por eso que se ha tratado de incorporar un mejoramiento en la protección

del consumidor, tanto en las transacciones comunes como en las electrónicas,

esto con el fin de establecer un equilibrio entre las partes contratantes, y así

conseguir una igualdad entre ellas.

Edgar Echegaray menciona el contrato por adhesión (point-and-click

agreements), se da cuando el consumidor final acepta el mismo pulsando en el

botón “Aceptar” sin posibilidad de cambiar las condiciones de la venta; y este

tipo de contratación contempla que los contratos por adhesión son aquellos en

los que el consumidor no puede negociar ni modificar ninguna cláusula, pues

estos se realizan en documentación preestablecida. Al decir, preestablecido se

hace referencia a documentos escritos, impresos o digitales. Son contratos o

cláusulas, generalmente implantadas unilateralmente por el proveedor del

servicio o bien. (Echegaray, 2001, p100).

El contrato de adhesión es el preferido en el comercio electrónico, ya que al

ser servidores los que realizan las transacciones, no puede un servidor negociar

en virtud de que no tiene la voluntad de una persona, por lo que se pone en una

posición de desventaja al consumidor final, ya que o acepta las condiciones del

vendedor, o no se lleva a cabo el contrato. Este tipo de contratación trae mayor

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36

dificultad para proteger al consumidor, pero es un medio idóneo para las

empresas de comercializar sus productos y con ello se logra agilizar los contratos

de compraventa que por este medio resultan ser masivos.

La Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor

respecto a aquellas cláusulas propias del contrato de adhesión, muy común en el

comercio electrónico, establece una protección al consumidor en este tipo de

contratos, en el artículo 42.

El contrato de adhesión, por su naturaleza, tiende a ser un contrato abusivo,

donde la parte imposibilitada para negociar se ve desprotegida y casi obligada a

aceptar las condiciones del vendedor si desea obtener un determinado producto.

Con estos contratos la voluntad del consumidor se limita a un aceptar, no tiene

posibilidad de negociar o modificar el contrato de la forma que mejor le

convenga.

Es importante aclarar que se trata el tema de la compraventa mercantil

porque es la base de la cual surge la relación proveedor-consumidor.

Como ya se dijo, cuando una de las partes en una compraventa es una

empresa, se aplica el Código de Comercio.

La Ley de Protección de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor,

es una ley especial que lo protege; sin embargo, en el caso de que dicha ley no

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37

trate un tema en específico, se puede aplicar supletoriamente el Código de

Comercio.

Como bien se sabe, una ley especial no es amplia, sino que trata un tema

específico; cuando hay un vacío o no trata algún tema, se acude a la ley general.

El derecho es solo uno, cuando hay una laguna en una ley, se debe

complementar con el resto del ordenamiento.

Al respecto señala la Procuraduría General de la República en su dictamen

número 028 del 12 de febrero de 1992:

"...siempre que las consecuencias jurídicas de las normas

jurídicas concurrentes son compatibles entre sí, se trata de si las

consecuencias jurídicas de la norma más especial sólo complementan

-según la intención reguladora de la ley- a la norma más general, la

modifican o, en cambio, deben sustituirla en su ámbito de

aplicación.

Esta es una cuestión de la interpretación (teoleológica y

sistemática). Sólo cuando las consecuencias jurídicas se excluyen, la

relación lógica de especialidad conduce necesariamente al

desplazamiento de la norma más general, ya que, en caso contrario,

la norma más especial no tendría ningún campo de aplicación..."

(K. LARENZ, op cit. p. 261 (El subrayado no es del original).

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38

La especialidad de la norma y su carácter excepcional provoca

así una aplicación restrictiva de la norma general, que cede en

beneficio de la aplicación del precepto especial. Y esa restricción sólo

puede producirse si existe identidad en la materia de regulación. Al

respecto, la Procuraduría ha señalado:

"...la ley especial no queda derogada implícitamente por la ley

general posterior; y la ley especial no deroga implícitamente la

general anterior, sino que esta última deberá aplicarse a los casos

que se encuentran fuera de la materia regulada por la ley especial.

(Dictamen número 02 del 12 de febrero de 1992 de la

Procuraduría General de la República).

Capítulo III. Incumplimiento e implicaciones.

Tal como se analizó en el capítulo anterior, el contrato de compraventa

mercantil, que es el que se equipara al electrónico en esta investigación, tiene

distintas fases, la que se estudiará en este capítulo es la fase de ejecución,

principalmente el incumplimiento que se da en esta.

Sección I. El incumplimiento.

Toda obligación, para llenar su objeto, requiere de modo necesario su

cumplimiento.

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39

“Concebimos a la obligación (…) como una relación jurídica que dota al acreedor de un

derecho subjetivo para exigir del deudor una conducta patrimonialmente valorable. Tendiente a

satisfacer un interés lícito del primero, susceptible de valuación económica, y ante el

incumplimiento, para obtener forzosamente la satisfacción de ese interés, sea en especie o de

manera equivalente” (Agoglia, 2003, p31).

La responsabilidad civil se entiende como la reparación de los daños

ocasionados como consecuencia de la violación a una conducta debida, tutelada

por el Derecho. Esta responsabilidad puede ser contractual, que es aquella en la

que un individuo está obligado a dar, hacer, o no hacer debido a que se

comprometió a tal cosa; o extracontractual que corresponde a la obligación

genérica de no dañar a otras personas. En este estudio la importante es la

contractual.

Se puede dar el incumplimiento, tanto por una acción como por una omisión.

Esa conducta activa u omisiva, debe cumplir ciertos requisitos para que se

considere como imputable a un sujeto y como indemnizable. (Hilje, 1999, p26).

Debe existir un hecho imputable a un sujeto. Debe haber un hecho concreto

imputable a una persona específica, al igual que un daño efectivo, es decir, que

haya una lesión constatable sobre bienes patrimoniales o extrapatrimoniales. Es

importante mencionar aquí que un daño patrimonial es aquel que es susceptible

de apreciación pecuniaria, un daño moral o extrapatrimonial es el que no tiene

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40

consecuencias patrimoniales económicas, tiene relación con el estado de ánimo

del damnificado, con su psique.

Así como debe existir certidumbre del daño, es necesario que haya un

damnificado distinto de la persona que produce el daño y un nexo, unión o

relación entre el que causa el daño y este.

Para que el incumplimiento sea imputable al deudor, este debe darse por dolo

o culpa, es decir, es necesario analizar si existe culpabilidad. Se refiere al grado de

voluntad que tenía el causante del daño al producirlo. Puede ser que haya tenido

la intención de hacerlo, que haya fallado a un deber de cuidado o que el daño

haya sido causado por un caso fortuito, fuerza mayor, a causa del acreedor o por

culpa de un tercero.

El dolo está conformado por dos elementos: el subjetivo y el objetivo. Los

cuales son la intención de incumplir y la definitiva imposibilidad de

cumplimiento de la obligación, respectivamente. Dolo es tener la intención de

producir un daño.

La culpa es el incumplimiento del contrato, pero no con la intención de

incumplir, sino que el mismo se debe a falta de diligencia del deudor, este es el

elemento subjetivo y el objetivo se configura cuando hace imposible el

cumplimiento definitivo (Martínez, 1982, p41).

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41

Culpa es una falta del deber de cuidado y puede presentarse como una

inobservancia al deber hacer (negligencia), un exceso en lo que se hace, sin tomar

en cuenta las consecuencias (imprudencia), o como una falta en el procedimiento

que se debe seguir para alcanzar un resultado (impericia).

“La negligencia, caracterizada por la omisión de los cuidados debidos. La imprudencia,

definida como una conducta temeraria e irreflexiva, de la que el agente debía abstenerse. La

impericia, consistente en la ausencia de un saber teórico o práctico de las reglas del arte, oficio o

profesión por parte de quien la ejerce, lo que en sí constituye una actitud potencialmente

generadora de daños” (Agoglia, 2003, p78).

De haber actuado diferente, la persona no hubiera llegado a los efectos

obtenidos. “… Para medir hasta qué punto es imputable por culpa un hecho dañoso a una

persona, se haya en analizar si en las mismas circunstancias del caso, la conducta de un hombre

promedio habría sido igual o distinta. Dicho promedio está referido a la generalidad de las

personas, cuando sea un hecho común, o a la generalidad de los especialistas, cuando se enjuicie

un experto en alguna materia, por mala praxis de su profesión u oficio” (Hilje, 1999, p197).

Un último punto debe tomarse en cuenta, si existe culpa del acreedor, o de

un tercero, caso fortuito o fuerza mayor, no se configura el incumplimiento.

I. a. Eximentes de responsabilidad ante el incumplimiento

Eximentes de la responsabilidad del deudor son: Que no esté vencido el

plazo, incumplimiento del acreedor, perecimiento de la cosa sin culpa del

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42

deudor, que el deudor ejerza su derecho de retención, que la cosa esté fuera del

mercado de los hombres. Son hechos ajenos a la voluntad del deudor (Brenes,

2006, p96).

Para poder comprender mejor este apartado, es necesario tener claros los

conceptos de caso fortuito, fuerza mayor, culpa del acreedor y hecho de un

tercero.

Fuerza mayor: se relaciona con hechos de la naturaleza o acontecimientos a

los que el deudor no se puede resistir. La fuerza mayor es imprevisible e

irresistible.

Caso fortuito: Acontecimiento inesperado, independiente a la voluntad del

deudor. Algo imprevisible e inevitable.

Culpa del acreedor: Es cuando el acreedor no colabora con el deudor para

que cumpla con la obligación.

Requisitos para que se le atribuya al acreedor la culpa son: que la obligación

esté vencida y se necesite de la cooperación del acreedor para que se pueda

cumplir, que el deudor haya efectuado actos necesarios para llegar a cumplir la

obligación, debe ser un ofrecimiento de pago real y efectivo. Que el acreedor se

niegue a recibir la cosa.

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43

Hecho de un tercero: no está expresamente regulado en el ordenamiento

costarricense, sin embargo, se podría tomar como un caso fortuito.

El tema de los eximentes de la responsabilidad del deudor usualmente se trata

desde dos ópticas: desde las obligaciones de dar o entregar y de las de hacer.

Obligaciones de dar: La obligación se extingue cuando perece la cosa cierta y

determinada. También cuando existe una imposibilidad física o legal. La

imposibilidad física es cuando se da caso fortuito y es eximente de

responsabilidad si se comprueba que por ese suceso se originó el daño. El

deudor es responsable por la pérdida si se comprometió a responder cuando se

da caso fortuito.

Se da imposibilidad legal cuando la cosa queda fuera del comercio de los

hombres.

Obligaciones de hacer: se excusa al deudor de una obligación de hacer por

una imposibilidad física o legal. Hay imposibilidad física cuando sobreviene

fuerza mayor o caso fortuito.

En las obligaciones de hacer no se puede obligar a la persona a cumplir

porque se estaría violentando su libertad individual, por lo que lo único que

procede es la indemnización de daños y perjuicios.

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44

Cuando hay una obligación de no hacer dictada por una sentencia y la

persona incumple, el juez a instancia de la parte puede ordenar que se destruya lo

que se hizo en el acto de desobediencia.

Si se trata de la constitución, modificación o cancelación de un derecho real,

el juez puede otorgar la escritura cuando el deudor no haya practicado la

diligencia.

En caso de que lo que se entregue sea mejor de lo que se pactó al inicio o sea

diferente o con condiciones inferiores, el acreedor puede en el primer caso no

pagar lo que hay de más y no se pactó, en el segundo puede no recibir la obra, o

pedir la destrucción de lo que se hizo y no debía hacerse (Brenes, 2006, p97).

Cuando hay incumplimiento, la parte no incumpliente tiene el derecho de que

se le cumpla lo que se pactó en un inicio. Puede pedir la resolución contractual o

el cumplimiento forzoso así como la indemnización de daños y perjuicios.

Además, existe la posibilidad de alegar la excepción de contrato no cumplido

cuando una parte incumpliente reclama el cumplimiento de la otra parte, por

último se puede acudir a la cláusula penal cuando corresponda.

“Por eso si el deudor no la satisface voluntariamente hay derecho para compelerlo a que lo

verifique, haciendo uso de los medios coercitivos que la ley tenga determinados al efecto”.

(Brenes, 2006, p95).

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45

“Todo acreedor, pues, tiene derecho para exigir del deudor usando las formas legales

establecidas al intento, el cumplimiento de la prestación de que responde. Este puede

considerarse como atributo principal de la obligación. Hay otro accesorio que confiere la facultad

de demandar daños y perjuicios por incumplimiento total o parcial, o por retardo en el pago”.

(Brenes, 2006, p96).

Los contratos generan obligaciones, estas deben ser cumplidas, ese es el

objetivo principal. Puede suceder que este contrato no se cumpla de la manera

en la que se pactó, cuando esto sucede, debe determinarse el grado de

incumplimiento, puede suceder que se incumpla del todo, que se dé un

incumplimiento parcial, inexacto o que se trate de un retraso en el cumplimiento.

El objetivo de un contrato es que se realice la prestación debida, que consiste

en un dar, hacer o no hacer, cuando existe ausencia de esa ejecución, se da el

incumplimiento.

“La prestación puede ser exigida por el acreedor de forma mediata, sea, a determinado

plazo, o de forma inmediata, pero, desde el momento mismo en que esta se lleve a efecto, la

obligación se extingue, porque la misma lleva implícita su aspecto extintivo.” (Martínez,

1982, p5).

Al cumplimiento de la obligación se le denomina pago, en sentido amplio.

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46

Sección II. Tipos de incumplimiento y sus soluciones

II. a. Incumplimiento en la fase precontractual

Es importante mencionar cómo funciona la responsabilidad civil

precontractual, es decir, la que se genera cuando hay incumplimiento en la fase

de formación del contrato, para dar una idea completa de cómo se abarca la

responsabilidad en general. Existen dos teorías, la contractualista y la

extracontractualista o aquiliana. (Hilje, 1999, p210).

El primer jurista que desarrolló la discusión sobre la responsabilidad en la

fase precontractual fue Jhering, que habló sobre la culpa in contrahendo, con base

en la cual el interés negativo es indemnizable, contrapuesto al interés positivo

que se refiere a los beneficios que hubiera obtenido la parte que no rompe el

contrato, de haberse concretado; es decir, los gastos con miras a la celebración

del contrato fallido. Asimismo es indemnizable el lucro cesante que como se dirá

se refiere a los beneficios no percibidos por la no celebración del contrato. Este

tipo de responsabilidad se da cuando ya se formuló la oferta del contrato,

dejando por fuera las meras tratativas negociales, que son las declaraciones que

no se configuran como oferta del contrato. (Hilje, 1999, p227).

Gabriel Faggela, por otro lado, indica que no es necesario que se dé dolo o

culpa sino que se da responsabilidad por el retiro repentino de las tratativas,

indica que son indemnizables únicamente los daños y no el lucro cesante.

Además, señala que existe responsabilidad tanto en la fase de las tratativas como

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47

en la que se da a partir de la formulación de la oferta en cuanto a los daños en

los que incurre la parte que no interrumpe las negociaciones.

Por último, está la teoría de Saleilles, comparte la idea de que existe

responsabilidad cuando hay un retiro intempestivo de las tratativas, lo que se

traduce en una violación al pacto implícito entre las partes. Agrega que si las

partes se ponen de acuerdo en concluir un contrato, debe actuarse conforme a la

equidad comercial y a la buena fe. Solamente deben ser resarcidos los gastos en

que se incurrió como consecuencia de las tratativas y agrega que en algunos

casos, una vez que se emitió la oferta como la sujeta a plazo, si se revoca, cabe la

posibilidad de solicitar el cumplimiento forzoso.

Las tesis extracontractuales o aquilianas indican que no se puede hablar de

que exista un contrato en la fase precontractual sino que se trata de una ficción

legal y que se debe abarcar el tema de los daños indemnizables como un tema de

responsabilidad extracontractual.

Hasta aquí se desarrollará el tema de la responsabilidad civil en la fase

precontractual, esto porque no es un tema que corresponda ampliar en este

proyecto, ya que el incumplimiento que se analizará a fondo es el que se da en la

fase de ejecución del contrato, sin embargo, como se dijo antes es importante

dar una idea clara y completa de la responsabilidad en general.

II. b. Incumplimiento total e incumplimiento parcial. La mora.

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48

Como se indicó, se analiza el incumplimiento que se da una vez que se realizó

la oferta que es una “manifestación que es declarada, precisa, completa y determinada o

determinable.” (Hilje, 1999, p232).

Existen grados o tipos de incumplimiento, como se señaló anteriormente,

esto porque no siempre se incumple del todo con la obligación. El

incumplimiento parcial es aquel en el que no se cumple de manera exacta lo que

se pactó en el contrato. Es la ejecución de la prestación en forma imperfecta.

Puede ser en cuanto a tiempo, objeto, modo y lugar, así como en cuanto a sujeto.

II. c. Incumplimiento temporal o tardío.

Da lugar a la figura de la mora que es la falta de cumplimiento de la

obligación en el momento oportuno. Tiene que ser sobre una obligación

positiva, no puede haber retraso en una obligación de no hacer. La obligación

tiene que ser exigible, es decir, con plazo vencido.

Una vez que se le hace el requerimiento al deudor para que pague, sea judicial

o extrajudicialmente, se constituye la mora. Esta intimación debe solicitar que se

ejecute el negocio.

Cuando existe una fecha de vencimiento establecida en el contrato, el

requerimiento no es necesario sino que empieza la mora automáticamente.

Efectos

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49

El principal efecto es la indemnización por los inconvenientes en los que

incurre el deudor. Por los perjuicios que le causa la espera, ventajas que hubiera

obtenido de haber llegado la cosa a tiempo, gastos en sustitución de lo adeudado,

así como los daños que sufrió la cosa durante el retraso. Cesa la mora cuando se

indemniza a quien sufrió daños y perjuicios, cuando se cumple la prestación.

“La situación del retardo supone, por lo tanto: a) que la prestación es todavía posible; b)

que si hay un obstáculo al incumplimiento, este solo es pasajero y no ha extinguido el interés de

las partes en la prestación, pues en caso contrario debería hablarse ya de imposibilidad; c) que el

deudor continúa obligado a cumplir en especie, solo que además, por expresa disposición de la

ley, deberá reparar el daño que ha causado al acreedor su retardo, si este le es imputable y d)

salvo que la acción sea para pedir el interés sacrificado por el retraso, la acción que tiene el

acreedor es la de cumplimiento en especie.”(…) “Hay todavía obligaciones respecto a las cuales

no puede concebirse una situación de retardo y por ende cumplimiento retardado (…) Tal

ocurre con las obligaciones que están sujetas a un término esencial (…) lo mismo cabe decir en

las obligaciones negativas, en las cuales el deudor está sujeto a abstenerse de cumplir cierta

actividad determinada, por la cual, si contraviniendo a este deber él cumpliere dicha actividad

prohibida, nos hallaríamos en realidad ante una situación de incumplimiento definitivo.”

(Mélich, 1982, p155).

Por otro lado existe lo que es el “incumplimiento parcial cualitativo: En este

caso el acreedor podría rechazar la prestación que se le ofrece y si se trata de un

contrato bilateral, al rehusar la prestación puede todavía optar, por la resolución

del contrato, siempre que la inexactitud tenga la entidad suficiente” (Melich,

1982, p201).

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50

Si los vicios o defectos son ocultos, hay cierto plazo para denunciarlos y

rechazar la cosa.

El Tribunal Segundo Civil, Sección Primera, en su voto número 331 de las

once horas con cuarenta minutos del treinta y uno de agosto del 2004, con

respecto a los vicios ocultos indica:

“IX.- Aunque históricamente están diferenciadas, la

responsabilidad por vicio oculto de la cosa vendida y la que proviene

de incumplimiento grave de un convenio, responden a un mismo

principio básico, consistente en sancionar al contratante que, por

haber dejado de cumplir lo suyo, deja sin el necesario sustento el

cumplimiento recíproco del otro contratante. La responsabilidad por

vicio oculto tuvo su origen en la Antigua Roma a propósito de la

venta de animales y aperos de labranza que, después de ser

adquiridos en la feria, no era sino más tarde y cuando se les sometía

a las labores habituales para las que se habían comprado y

destinado, que sorpresivamente se notaban defectos que los hacían

inútiles para el fin propuesto, sin que el comprador hubiera podido

notarlos a tiempo, es decir, antes de cerrar el trato para adquirirlos.

De haber podido percibir tales defectos ocultos, muy probablemente

el comprador no habría adquirido el bien o habría pagado un precio

menor por él. En ese orden de ideas, entonces, si los vicios ocultos

son conocidos del vendedor y los oculta al posible comprador a fin de

no malograr el negocio, en rigor se da lugar a un dolo por reticencia

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51

como vicio del consentimiento, que también es causal de nulidad de

los convenios, al tenor del artículo 1020 del Código de cita, porque

la Moral manda castigar a los contratantes desleales. Si, por el

contrario, el vendedor desconocía la existencia de tales vicios y fue

después, ya transmitida la propiedad y con el bien en poder del

comprador, que se descubren, de todos modos habría

responsabilidad del vendedor, pero en aplicación de los principios de

la que hoy llaman “responsabilidad objetiva”. Véase, entre otros,

ARIAS, J.L., La Redhibición en la Compraventa, Tesis,

Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica, 1967. Con

todo, debe recordarse que en el Derecho Costarricense, la disciplina

general de los vicios del consentimiento en los convenios quedó

profundamente reformada por la “Ley de Promoción de la

Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor”, No. 7472, de

20 de diciembre de 1994.” (Tribunal Segundo Civil, Sección

Primera, Voto N° 331, once horas con cuarenta minutos

del treinta y uno de agosto del 2004).

Los vicios de consentimiento referidos al consumidor, se tratarán más

adelante en el trabajo.

II. d. Resolución contractual

El artículo 692 del Código Civil indica:

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52

“En los contratos bilaterales va siempre implícita la condición resolutoria por falta de

cumplimiento. En este caso la parte que ha cumplido puede exigir el cumplimiento del convenio

o pedir se resuelva con daños y perjuicios.”

Definición:

Es el derecho que tiene el acreedor de pedir que se elimine el contrato que

incumplió el deudor; ese incumplimiento debe ser lo suficientemente grave. La

resolución del contrato hace que las cosas retornen a su estado a como era antes

de que se diera este.

Al respecto el voto 080 de las quince horas con treinta minutos del 30 de

noviembre de 1993 de la Sala Primera indica:

“Tratándose de contratos bilaterales y ante su incumplimiento,

el artículo 692 del Código Civil establece la posibilidad de

demandar su ejecución forzosa o su resolución. Es la consecuencia

prevista por el ordenamiento jurídico por transgredir un vínculo

obligacional con fuerza normativa para las partes. Es decir, se

trata de acciones otorgadas a la parte cumpliente en razón del

incumplimiento de la otra parte, precisamente porque los contratos

tienen fuerza de ley entre las partes, según los estatuido por el

artículo 1022 ibídem. Pero es claro, en todo caso, que las acciones

derivadas del precitado artículo 692 son otorgadas a la parte que

ha cumplido. Quien incumple no puede exigir el cumplimiento

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53

forzoso ni la resolución contractual. Sin embargo, dos aspectos han

de tenerse presentes (…) En segundo lugar, la doctrina -y la

jurisprudencia- ha matizado el tipo de incumplimiento del cual se

derivan la resolución contractual. En tal sentido, esta Sala

reiteradamente ha sostenido que no es cualquier incumplimiento el

que autoriza la resolución de un contrato, pues esta solo puede ser el

resultado de un incumplimiento grave, no siendo procedente

la resolución, aún demostrado el incumplimiento, si carece de la

importancia necesaria para aplicar la sanción más grave

contemplada por el ordenamiento civil, sea la terminación de una

relación contractual nacida válida y eficaz, con los efectos

retroactivos y la lógica consecuencia restitutorias y resarcitorias. En

tales casos, es más conveniente exigir la ejecución forzosa del

contrato y no su resolución, pues carecería de sentido dar por

terminada una relación contractual ante el incumplimiento de

aspectos que siendo secundarios no pueda considerarse como grave."

(Voto 080 de las quince horas con treinta minutos del 30

de noviembre de 1993 de la Sala Primera).

Es importante no confundir la resolución con la nulidad, porque aunque

tiene efectos parecidos, son distintas. Al respecto el voto Nº 331 del Tribunal

Segundo Civil, Sección Primera de las once horas cuarenta minutos del treinta y

uno de agosto de dos mil cuatro indica:

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54

“X.- La resolución de los convenios, que en definitiva es volver

al mismo estado en que se hallarían las partes como si nunca

hubiera habido contrato entre ellas, tiene similitudes con la nulidad,

pero sólo en sus efectos porque su origen histórico y conceptual es

diferente. En la resolución, no hay falta o vicio esencial en los

elementos constitutivos del negocio, que es lo propio de la nulidad,

sino que, por el contrario, todos los elementos originarios existen y

son válidos y no es sino después, en la etapa de ejecución de las

prestaciones, que el incumplimiento de una de las partes deja sin el

necesario sustento el cumplimiento del otro contratante. O sea, el

incumplimiento de uno de los contratantes produce una “falta

sobrevenida de causa funcional” que bloquea el cumplimiento de la

otra, y es por ello que esta última puede pedir desligarse del vínculo,

lo que sería “resolución”, o, por el contrario, que se obligue a la

otra a cumplir forzosamente lo convenido, en ambos casos con daños

y perjuicios. Véase, entre otros, CASAFONT ROMERO, P.,

“La Acción Resolutoria y la Excepción de Contrato no Cumplido

en la Legislación Costarricense”, en Ensayos de Derecho

Contractual, Colegio de Abogados, San José, 1968, páginas 11 y

ss.” (Voto Nº 331 del Tribunal Segundo Civil, Sección

Primera de las once horas cuarenta minutos del treinta y

uno de agosto de dos mil cuatro).

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55

“Nulidad es el estado o condición de un acto jurídico o de un convenio que por contener

algún vicio en su esencia o en su forma, no es apto para producir en derecho los efectos que

produciría al no existir el vicio de que adolece.” (Brenes, 2006, p249).

Cuando hay nulidad, las cosas retornan al mismo estado en el que estaban

antes de que se diera el acto inválido; se declara cuando el defecto que la produce

es sancionado con nulidad expresa o tácita. Puede ser absoluta que es la que se

describió anteriormente, o relativa, que es la que se produce por errores que son

subsanables.

Por otro lado, la rescisión no es más que el medio legal, la acción que se

franquea al perjudicado con motivo de algún acto o contrato celebrado

imperfectamente, nulo por nulidad relativa, para ser restituido a la posición que

tenía antes de celebrarse. “Rescindir” es deshacer, “rasgar” (…) la cosa

defectuosamente formada, para que el objeto que constituía la prestación, torne

al poder de su dueño.”. Rescisión también es la disolución de un contrato por

acuerdo entre partes. (Brenes, 2006, p257).

II. e. Excepción de contrato no cumplido

Existe lo que se denomina excepción de contrato no cumplido, esta es la

opción que tiene una parte al ser compelida para que cumpla su obligación en un

contrato bilateral pero la parte que se lo está exigiendo, no ha cumplido la suya.

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56

Al respecto la Sentencia 080 de las quince horas con treinta

minutos del 30 de noviembre de 1993 Sala Primera de la Corte

Suprema de Justicia dice: ”…En primer lugar, la parte que viene

cumpliendo el contrato no está obligada a cumplir si la otra parte

incumple. Es decir, si en la ejecución recíproca de las prestaciones

una de las partes incumple, la otra no tiene por qué cumplir con la

prestación correlativa y puede excepcionarse de dicho cumplimiento

mediante la conocida excepción de non adimpleti contractus. En tal

caso, quien puede eximirse del cumplimiento sobre la base de la

excepción de contrato no cumplido, puede ejercer las acciones

derivadas del artículo 692 precitado, pues tal incumplimiento se

reputa como justificado en el incumplimiento previo de la otra parte.

En este mismo sentido, y discutiendo acerca de un contrato de

suministro, esta Sala dijo en sentencia número 365 de las 14 horas

con 20 minutos del 26 de diciembre de 1990, que: "V.- el

recurrente alega además, que la propia parte actora ha confesado su

incumplimiento al haber dejado de realizar las entregas a partir del

mes de setiembre de 1979. Al respecto cabe indicar que, según se

desprende de autos, tal conducta es atribuible al incumplimiento de

la empresa receptora, principalmente por su negativa a recibir el

producto. La actora, al ser reconvenida, interpuso entre otras la

excepción de contrato no cumplido, "Exceptio Non Adimpleti

Contractus". Esta excepción es una defensa que asiste al

contratante al cual se le exige el cumplimiento de una obligación, sin

que la otra parte haya cumplido la obligación correlativa que le

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57

incumbe. Cuando, en un contrato bilateral, una de las partes no ha

ejecutado la obligación que le corresponde, la otra está

facultada para retener el incumplimiento de la suya hasta que el

primero realice la prestación debida. Se trata pues de un

incumplimiento autorizado por el incumplimiento de la obligación

correlativa, cuyo fundamento se encuentra en una protección que da

el ordenamiento jurídico a la parte no incumplidora para evitarle

mayores daños. Este principio, no sólo está contenido en la regla

general del artículo 692 del Código Civil, sino también se encuentra

expresamente dispuesto en los artículos 1072 y 1089 ibídem en

materia de compraventa." (Sentencia 080 de las quince horas

con treinta minutos del 30 de noviembre de 1993 Sala

Primera de la Corte Suprema de Justicia).

II. f. Indemnización de daños y perjuicios

“Con el nombre de “daños y perjuicios” se designa la indemnización pecuniaria que el

deudor está obligado a satisfacer al acreedor, a causa de la falta de cumplimiento total o parcial

de la prestación, o de la ejecución tardía o defectuosa de la misma.”(Brenes, 2006, p99).

El objetivo del resarcimiento es intentar nivelar la situación del acreedor de

manera que su situación sea equivalente a la cual se encontraría de haberse

cumplido la obligación por parte del deudor.

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58

La indemnización se compone por el daño emergente y el lucro cesante. El

daño emergente es el daño propiamente dicho, por ejemplo, el no recibir el

arreglo de flores que iba a ser un regalo para un día específico. El lucro cesante

es el beneficio o utilidad que el acreedor deja de recibir como consecuencia del

incumplimiento del deudor.

“El daño consiste en la pérdida sufrida; el perjuicio, en la ganancia que deja de

realizarse. Esto es lo que en derecho romano se llamaba “daño emergente” y

“lucro cesante”, o sea lucro frustrado.” (Brenes, 2006, p99).

Existen los daños previsibles e imprevisibles. Los previsibles son los que

cualquier persona con sentido común puede imaginar como consecuencia de sus

actos. Contario sensu los imprevisibles son los que ni imaginando todas las

posibles consecuencias, hubiera sido viable suponer que iban a suceder.

Los daños sufridos deben ser probados por parte del acreedor.

“… Perjuicio los gastos extra y demás desembolsos que el acreedor se haya

visto obligado a hacer a causa del incumplimiento de la prestación…” (Brenes,

2006, p99).

Si se debe dinero, los perjuicios son los intereses moratorios según lo

estipulado o según lo que pague el Banco Nacional de Costa Rica por los

certificados de depósito a seis meses plazo, desde que venza el plazo convenido

o desde que sea exigible la obligación.

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59

Para que el deudor sea responsable de los daños y perjuicios ocasionados se

necesita que le sean imputables al deudor.

Los daños y perjuicios reclamables son aquellos que fueron previstos o que

pudieron serlo al tiempo de contraerse la obligación, cuando hay intención de

perjudicar se responde por todas las pérdidas que se dan por el incumplimiento

sean previsibles o no.

Existen los daños y perjuicios directos e inmediatos y los indirectos y

mediatos. Solamente los primeros son los exigibles.

Los daños y perjuicios que se indemnizan son los que son consecuencia

directa e inmediata del incumplimiento de la obligación.

II. g. Ejecución forzosa

Consiste en obligar a la parte incumpliente a que cumpla la prestación debida

(ejecución en natura) o entregue una compensación económica equivalente.

Ejecución en natura. Se divide en obligaciones de dar, hacer o no hacer. Las

de dar consisten en entregar una cosa o constituir un derecho. En las de hacer se

requiere que el cumplimiento sea efectuado por la persona obligada, por lo tanto,

resulta imposible el cumplimiento forzoso de esta. En las de no hacer la persona

deudora está obligada a no ejecutar alguna acción, por lo tanto, si la hace el

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60

acreedor está facultado para pedir la destrucción de lo hecho, además, el

resarcimiento de daños y perjuicios.

II. h. Cláusula penal

Por último, existe la sustitución de la ejecución forzosa por la cláusula penal.

Esta es un acuerdo entre las partes en el cual se fijan los daños y perjuicios en

caso de incumplimiento de la obligación principal.

“Se conoce con el nombre de cláusula penal un convenio en cuya virtud el deudor se

compromete a una prestación cualquiera accesoria, consistente por lo común en el pago de una

suma de dinero, para el caso en que no satisfaga su deuda de la manera convenida o que fuere

constituido en mora.” (Brenes, 2006, p110).

“Cuando en un contrato exista dicha cláusula penal, no podrá exigirse un monto mayor al

estipulado, excepto cuando el deudor haya obrado dolosamente, pudiéndose pedir en este caso,

una cantidad superior a lo estipulado por concepto de pena, debiendo probar el acreedor que los

daños y perjuicios exceden al monto de la pena.” (Brenes, 2006, p177).

Es en síntesis una pena o multa que se pacta para que el deudor esté en cierta

forma obligado a cumplir y que indemnice al acreedor en caso de

incumplimiento o mora.

La cláusula penal se ejecuta solamente cuando se den las circunstancias en las

que hubiera sido exigible la indemnización de daños y perjuicios. Cuando existe

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61

la cláusula solamente es exigible lo que en ella se pactó, a menos que el acreedor

demuestre que el deudor actuó con dolo y que los daños y perjuicios fueron

mayores de los que fueron pactados; por otro lado podría reclamar fuera del

monto convenido las costas que devengue el procedimiento judicial que se

siguiere para obtener el pago de la cláusula, así como los intereses moratorios.

No se puede reclamar la pena y a la vez el cumplimiento forzoso de la

obligación a menos que eso haya sido así pactado, o que con la pena se

indemnice la mora y no el incumplimiento.

En materia de transacciones, cuando se incumple con la misma, cabe

imponer la cláusula penal, no obstante puede exigirse que se lleve a cabo la

transacción salvo pacto en contrario.

“Con arreglo a nuestro derecho positivo, en la hipótesis de que sean reclamables a un tiempo

lo principal y la pena, esta no debe pasar de la cuarta parte de aquél; y cuando solo se reclame

la pena, ella no puede exceder a la obligación principal: limitaciones que tienen por objeto

impedir siquiera en cierta medida, la opresión del deudor.”(Brenes, 2006, p112).

La pena es exigible sin necesidad de comprobar el daño.

Si desparece la obligación principal por nulidad desaparece la cláusula penal al

ser accesoria de la misma.

II. i. El incumplimiento en la compraventa

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62

“Por el contrato de compraventa uno de los contratantes se obliga a entregar una cosa

determinada, y el otro, a pagar por ella un precio cierto en dinero o signo que lo represente”.

(Diez, 1978, p129).

Es un contrato bilateral, es decir, hay una reciprocidad de obligaciones. Tanto

el deudor como el acreedor conforman la calidad de sujeto activo y sujeto pasivo

de la relación contractual.

Para el presente trabajo de investigación, es el incumplimiento del vendedor

el que tiene mayor interés, puesto que ese es el tema que se intenta analizar; sin

embargo, es importante explicar las obligaciones de ambas partes del contrato

para que exista un panorama más claro de lo que le corresponde hacer a cada

parte. Se explican a continuación:

Obligaciones del vendedor:

Entrega de la cosa: a cambio del precio, el vendedor debe entregar la cosa,

es la principal obligación.

Lugar de entrega: En los artículos 419 y 451 del Código de Comercio está

establecido que las obligaciones mercantiles se deben cumplir en el lugar fijado

en el contrato. En caso de que no haya lugar definido, se debe cumplir en donde

la naturaleza del negocio, la ley o la costumbre indiquen, en orden. Si se trata de

obligaciones pagaderas en dinero, efectos de comercio u otros valores, debe

entregarse, de no haberse especificado en el contrato, en el establecimiento del

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63

deudor o en el domicilio de este. Si se trata de una cosa vendida, el asunto se

maneja de la misma manera, si no está dicho en el contrato el lugar de entrega, es

en el establecimiento del vendedor o en su domicilio. Las opciones se deben ir

descartando en orden.

Tiempo de entrega: debe entregarse el objeto vendido en el tiempo fijado en

el contrato, de no haberse estipulado, el plazo de entrega es veinticuatro horas

después de la formación del contrato.

Forma de entrega: Según lo explica Carmen María Herrera, la entrega puede

ser real, jurídica o virtual. La real es la que se da cuando se traspasa

materialmente el bien, la jurídica es la que tiene lugar cuando la ley considera que

el comprador recibe la cosa, tal como está establecido en los artículos 466 y 472

del Código de Comercio y la virtual es cuando el comprador acepta que la

mercadería vendida quede a disposición suya, el vendedor conserva en calidad de

depositario, está establecida en el artículo 646 del Código de Comercio. (Herrera,

1969, pp31-43).

Herrera cita a Joaquín Rodríguez e indica lo siguiente: “ Si el vendedor debe

remitir la cosa, la entrega se efectúa al poner la cosa en poder del primer porteador o agente

encargado del transporte; si este es marítimo, la entrega se hace cuando la cosa es puesta a bordo

y se envían al comprador los documentos necesarios para recogerla; finalmente si por pacto o

usos, el vendedor puede entregar la cosa mediante la transmisión de títulos representativos, basta

el endoso o la transmisión de estos para que quede realizada la entrega”. (Herrera, 1969,

p33)

Page 79: Mayorga, A. Natalia && Ulloa, m. Rebeca

64

Otra de las obligaciones que tiene el vendedor es conservar el bien vendido.

“Esta misma obligación se encuentra en el Código de Comercio en su artículo 430: “La

obligación de dar, lleva consigo la de conservar la cosa hasta la entrega y el deudor, asume en tal

caso la responsabilidad de un depositario”.

Si el vendedor no cumple con la entrega de la cosa, en el Código de

Comercio se establecen dos soluciones: La primera en el artículo 470, e indica

que una vez que se perfecciona la venta si el vendedor enajena, consume o

deteriora la cosa sin dolo de su parte, debe darle al comprador otra equivalente.

La segunda, en el artículo 471, establece que si la entrega no se da por pérdida

causada por caso fortuito, el vendedor debe devolver el precio y el contrato

queda resuelto.

Lo dicho obedece a la teoría de los riesgos que se explicará más adelante.

Obligación de garantía: “La obligación de garantía es la que contrae el vendedor de

procurar al comprador la posesión pacífica y útil de la cosa, e indemnizarle de los daños y

perjuicios en el caso de que aquel compromiso no contenga cumplimiento”. (Artavia, 1984,

p29).

Por un lado está la garantía por vicios ocultos o redhibitorios, surge cuando

existen vicios en la cosa objeto del contrato que imposibilitan que se cumpla su

finalidad, estos vicios no fueron de conocimiento del comprador a la hora en que

se realizó la compra.

Page 80: Mayorga, A. Natalia && Ulloa, m. Rebeca

65

Acción redhibitoria y quantiminora. La primera se puede interponer cuando el

vicio hace imposible del todo que se utilice normalmente y de acuerdo con el fin

previsto en el contrato el bien vendido. La segunda se puede interponer cuando

el defecto provoque una disminución en el uso normal de la cosa y la finalidad es

conseguir una disminución en el precio de la cosa, pero aplica solamente para

bienes inmuebles. En Costa Rica la acción redhibitoria o por vicios ocultos solo

se puede ejercitar si se ha pactado en el contrato o si los vicios conllevan a error

que vicien el consentimiento. Su finalidad es la resolución de la compraventa

entendida como la devolución del pago. En la compraventa mercantil se rige por

el artículo 467 del Código de Comercio, en el cual se especifica que existe la

obligación de saneamiento.

“Cuando el comprador prueba la cosa y la examina al recibirla y da muestra de

satisfacción, no tendrá derecho para repetir contra el vendedor alegando vicio o defecto de calidad

o cantidad”. (Artavia, 1984, p48).

Cuando el vicio es manifiesto, el vendedor exige al comprador que la revise,

si no demuestra disconformidad, luego no tiene oportunidad de reclamarle. De

igual manera si el vendedor no exige nada al comprador, pero este de todas

maneras acepta y si ninguno de los dos toma la iniciativa se equipara la situación

a si la mercancía estuviera embalada o enfardada con lo que el comprador tendría

cinco días luego de recibidas las cosas para indicar por escrito al vendedor el

vicio que debe proceder de caso fortuito, fuerza mayor o deterioro por la

naturaleza de la cosa. En estos casos lo que procede es la repetición. Cuando es

por culpa o dolo del vendedor procede además, el pago de daños y perjuicios.

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66

“… En presencia de vicios ocultos de la cosa vendida, el comprador debe dentro del plazo

de diez días a partir de la entrega denunciarlos por escrito al vendedor o su representante; y una

vez realizado este requisito manteniéndose la situación, puede el comprador dirigirse a la vía

judicial para el reclamo de esos vicios. (Artavia, 1984, p51).

Los vicios deben ser ocultos, anteriores a la venta y graves.

Por otro lado existe la garantía de evicción: “esta garantía es la obligación

establecida a cargo de uno de los contratantes (el vendedor) destinada a asegurar el goce pacífico

de hecho y de derecho de la cosa o del derecho transmitido a la otra parte…” (Artavia, 1984,

p53).

“Hay evicción cuando se pierde el derecho transmitido, total o parcialmente, después de que

un tercero haya mostrado mejor derecho”. Se necesita entonces que haya una

declaratoria judicial. El transmitente debe indemnizar los daños y perjuicios al

adquirente de manera proporcional a la evicción que exista, esto porque puede

ser total o parcial. (Artavia, 1984, p54).

Si la evicción es parcial, el deudor puede pedir la resolución contractual o una

indemnización.

En caso de vicios ocultos o redhibitorios, en Costa Rica no se aplica la

resolución contractual sino que se debe recurrir a la acción de nulidad según el

artículo 1082 del Código Civil.

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67

Es importante mencionar que específicamente hablando del consumidor, la

resolución 999 de las catorce horas con cincuenta y cinco minutos del veintiuno

de diciembre del 2005 de la Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia indica:

“…Cierra la Ley de la Promoción de la Competencia y

Defensa Efectiva del Consumidor. En ella se estableció que los

consumidores, tratándose de vicios ocultos, cuentan con treinta días

para acudir a la sede administrativa establecida al efecto a formular

sus reclamos, plazo que comenzará a correr a partir del momento

en que se conocieron los daños, no así, de la entrega, como ocurre en

el Código de Comercio. Por otro lado, la garantía de

funcionamiento tiene como base el mismo presupuesto objetivo que el

de los vicios ocultos, esto es, que la cosa presenta defectos que

comprometen su uso, pero a diferencia de aquellos, se manifiestan en

el bien en forma posterior a su entrega, es decir, no la acompañaban

al momento en que el comprador podía o debía revisarla, sino que

se suscitan luego, como resultado de su uso normal (…) La figura

también se encuentra regulada en materia de consumidor, en el

ordinal 43 del cuerpo normativo correspondiente, según el cual la

garantía de funcionamiento acompaña de modo implícito a todo

bien o servicio que se venda o preste, por lo que debe reunir los

estándares de calidad y requerimientos técnicos que por razones de

salud, medio ambiente y seguridad, estén fijados por el

Ordenamiento. Según la norma de comentario, tratándose de bienes

muebles duraderos, tales como equipos, aparatos, maquinaria o

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68

vehículos, entre otros, ha de indicarse el alcance, duración, sus

condiciones y personas físicas o jurídicas responsables, así como los

mecanismos para hacerlas efectivas, datos que deben entregársele por

escrito al consumidor”. (Resolución 999 de las catorce horas

con cincuenta y cinco minutos del veintiuno de

diciembre del 2005 de la Sala Primera de la Corte

Suprema de Justicia).

Sin embargo, como se dijo antes, toda la materia referente al consumidor, se

abarcará ampliamente más adelante en la investigación.

Obligaciones del comprador:

Pago del precio: Es la principal obligación del comprador, a cambio de la

cosa debe entregar el pago del precio.

Recibo de la cosa: El comprador debe colaborar con el vendedor, así como

él recibe colaboración del segundo. Como se explicó antes, hay reciprocidad de

obligaciones en un contrato de compraventa. Si el adquirente no recibe la cosa, el

vendedor puede pedir la resolución contractual o el cumplimiento forzoso más la

indemnización de daños y perjuicios. (477 Código de Comercio).

Los gastos de retiro corren por cuenta del comprador salvo pacto en

contrario. Además, en el caso de la compraventa de un bien inmueble, el

comprador debe cubrir los gastos de traspaso.

Page 84: Mayorga, A. Natalia && Ulloa, m. Rebeca

69

En caso de que el comprador no reciba la cosa, si se trata de un bien mueble,

el precio no ha sido pagado, ya corrió el plazo que tenía el comprador para

retirar la cosa, procede la resolución de pleno derecho. Procede incluso si la falta

de recibo fue por caso fortuito o fuerza mayor, lo que no correspondería es la

indemnización de daños y perjuicios. También existe la opción del pago por

consignación. 477 C de C. (Artavia, 1984, pp238-329).

En caso de que alguna de las partes se constituya en mora, se puede recurrir a

la resolución contractual si la obligación tenía un plazo fijo, si no lo hay entonces

procede la interpelación establecida en el artículo 418 del Código Civil.

Procede la indemnización de daños y perjuicios cuando se solicita el

cumplimiento forzoso y la resolución contractual esto fundado en el artículo 463

del mismo cuerpo normativo.

Además, hay ciertos casos específicos en los cuales está establecido que

procede la indemnización de daños y perjuicios en la compraventa mercantil. A

continuación se explican:

Si el vendedor vende una cosa ajena y el comprador no tiene conocimiento

de esto (artículo 440).

Cuando hay una venta de cosa futura, pero la cosa no llega a existir por culpa,

dolo o negligencia del vendedor y el precio ya fue pagado, este debe devolver la

cantidad pagada, además de indemnizar los daños y perjuicios (artículo 441).

Page 85: Mayorga, A. Natalia && Ulloa, m. Rebeca

70

Por último, el artículo 452 habla de que cuando la cosa tiene algún defecto y

el comprador hace uso de la garantía mediante la autoridad judicial, tiene el

deber, el vendedor de reparar el daño o sustituir la cosa e indemnizar daños y

perjuicios.

II. j. Teoría del riesgo.

“Los romanos decían “res perit domino”, sea las cosas perecen para su dueño. Partiendo

de esta máxima nos encontramos soluciones diversas en lo que se refiere a los riesgos en la

compraventa, según se siga el sistema traslativo, o el productor de obligaciones. De conformidad

con el primero de los sistemas dichos, desde que el contrato se perfecciona se transmite el dominio

(…) entonces desde ese momento el comprador es el dueño de las cosa y por consiguiente, debe él

soportar los riesgos aunque la misma no le haya sido entregada, sino que esté en manos del

vendedor. Conforme el sistema productor de obligaciones, la transmisión del dominio no tiene

lugar sino hasta el momento de la entrega; si ocurriere pérdida o daños a la cosa por caso

fortuito antes de la entrega, los riesgos los soportará el vendedor que continúa siendo el dueño del

bien objeto del contrato”. (Herrera, 1069, p53).

El artículo 461 del Código de Comercio permite deducir que se perfecciona el

contrato cuando se da la entrega real, jurídica o virtual y es su dueño el que

soporta las pérdidas, daños y menoscabos.

Dos supuestos deben darse, que la cosa se pierda o deteriore por caso

fortuito y que se dé este daño entre el perfeccionamiento del contrato y la

entrega de la cosa. Entonces queda la tarea de ver si es imputable al vendedor ese

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71

daño, en caso de que lo sea, no tendrá derecho a recibir el pago o si es imputable

al comprador en cuyo caso tendrá que pagar el precio aunque no reciba la cosa.

Todas las consecuencias explicadas a lo largo de este capítulo, se pueden

generar también al existir el incumplimiento en el contrato de compraventa por

Internet. En capítulos posteriores, se le dará un enfoque más preciso en cuanto

al consumidor final.

Sección III. Principios Unidroit, Incoterms y Compraventa Internacional

de Mercaderías.

Existen dos temas que se van a tratar someramente en la siguiente sección,

que podrían llevar a confusión, ya que a simple vista podrían ser una útil

solución a los problemas que se presentan en cuanto al incumplimiento y a quién

debe asumir el daño frente al consumidor final en la compraventa por Internet;

los cuales son los Incoterms y los principios Unidroit.

Además, se tratará sintéticamente el tema del Contrato de Transporte

Internacional Aéreo, para que exista una idea clara de lo que este consiste; sin

embargo, es un tema que es bastante extenso que requeriría toda una

investigación aparte para abarcarlo de manera completa.

III. a. Incoterms.

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72

La Cámara de Comercio Internacional, ICC por sus siglas en inglés

(International Chamber of Commerce) es una organización con personalidad

propia, que protege los intereses de las empresas a nivel internacional, fue creada

en 1919 y su sede social es en Francia.

El origen de los Incoterms radica en el interés de la Cámara de Comercio

Internacional, de proveer a los importadores y exportadores de mercaderías a

nivel mundial, un instrumento que les permita solucionar los problemas que

surjan entre ellos. (Nanne, 1993, p3).

“Son un grupo de reglas internacionales para la interpretación de los términos más

importantes utilizados dentro del comercio internacional de mercancías, para el uso opcional del

comerciante, por medio de los cuales este adquiere certeza sobre el desarrollo de las transacciones.

Estas reglas se han fundamentado en el desarrollo y ejecución de millones de contratos de

compraventa internacional de mercancías, estableciéndose responsabilidades e interpretaciones

uniformes a nivel mundial”. (Nanne, 1993, pp4-5).

Son normas que regulan las condiciones de entrega de las mercancías. Tratan

de solucionar los principales conflictos que surgen en cuanto a los riesgos en el

transporte y la distribución de los gastos en la compraventa internacional.

Resulta importante destacar que estos son de carácter voluntario y que

regulan la transmisión de riesgos, entrega de mercancías, distribución de gastos y

trámites aduaneros. Son los términos que determinan las obligaciones recíprocas

entre un vendedor (exportador) y un comprador (importador) en una operación

Page 88: Mayorga, A. Natalia && Ulloa, m. Rebeca

73

comercial internacional. (Tomado del boletín digital elaborado por Quintela,

2000, p2).

Por ser las normas de los distintos países intervinientes en el comercio,

diferentes entre sí, es que se hace necesario aplicar términos que resuelvan

cualquier duda que se pueda presentar, de manera uniforme.

Es claro que la idea es regular el contrato de compraventa internacional de

mercaderías y no el que se refiere a compraventa internacional entre particulares,

o entre una empresa y un consumidor final.

Se agrupan en cuatro categorías:

E: el vendedor pone a disposición del comprador la mercancía, los gastos

corren a cargo del comprador a partir de este momento.

F: el vendedor lleva la mercancía hasta el punto de embarque, el comprador

selecciona y paga el transporte y corre con todos los riesgos.

C: se entrega en el punto acordado, el vendedor elige y paga el transporte, el

comprador asume los riesgos del transporte principal.

D: se entrega en el punto de destino, el vendedor elige y paga el transporte,

además, asume los riesgos.

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74

III. b. Principios Unidroit.

El objetivo de los Principios Unidroit es establecer un conjunto equilibrado

de reglas destinadas a ser utilizadas en todo el mundo, independientemente de las

específicas tradiciones jurídicas y condiciones económicas y políticas de los

países en que vengan aplicados. A la vez, este objetivo se refleja en su

presentación formal y en la política general que los inspira.

Los Principios Unidroit buscan evitar el uso de una terminología propia de

un sistema jurídico determinado. El carácter internacional de los Principios se

denota principalmente porque los comentarios que acompañan cada disposición

para explicar el motivo y el origen de cada solución se abstienen de hacer

referencia a los derechos nacionales. Solamente cuando la regla ha sido tomada

de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Venta

Internacional de Mercaderías (CISG), universalmente aceptada, viene

mencionada la fuente.

Cuando se trata de cuestiones de fondo, los Principio Unidroit son

suficientemente adaptables a los cambios provocados por el desarrollo

tecnológico y económico en la práctica comercial internacional.

Se busca establecer el deber de las partes de actuar de buena fe y de acuerdo

con criterios de comportamiento razonable, y de esta forma tratar de asegurar la

equidad en el comercio internacional.

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75

En algunos ordenamientos jurídicos, existe una protección especial al

consumidor mediante normas especiales, que en su mayoría son de carácter

imperativo, por lo que se excluye del ámbito de los principios las operaciones de

consumo, en las que una de las partes celebra el contrato sin llevar a cabo un

acto de comercio. (Instituto Internacional para la Unificación del Derecho

Privado. Unidroit 2007)

Los principios Unidroit no son parte de un Tratado o Convención, son una

recopilación de prácticas comerciales. Sus posibles usos son como “Lex

contractus”, es decir, que las partes acuerdan utilizar estos principios en los

eventuales conflictos que se den.

Como medio para complementar las normas internacionales o como medio

para complementar las normas nacionales (McLaren, 2003, pp12-13).

“Algunos académicos consideran que los Principios Unidroit constituyen la

piedra angular de la “Lex Mercatoria”, pero a la vez no pueden ser equivalentes.

Otros consideran que este instrumento es una codificación de los principios

generales y de la “Lex mercatoria”. (McLaren, 2003, pp12-13). Esto quiere decir

que algunos creen que es la parte principal de la Lex Mercatoria, sin embargo, no

son lo mismo, otros indican que los principios Unidroit son conformados por

principios generales y la “Lex mercatoria”.

“1. Los Principios son una recopilación hecha por expertos internacionales procedentes de

todas partes del planeta, sin intervención de los estados o gobiernos, lo cual redunda en su alto

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76

grado de neutralidad y calidad y en su habilidad para reflejar el estado actual del consenso en la

materia. 2. Al mismo tiempo, los Principios Unidroit están ampliamente inspirados por el

Derecho Internacional uniforme, particularmente la Convención de Viena de 1980 sobre la

compraventa internacional de mercancías. 3. Los Principios Unidroit son particularmente aptos

para ser aplicados a los contratos internacionales y 4. Más que vagos principios, ellos

proporcionan reglas específicas y útiles” (McLaren, 2003, p 39).

McLaren en su tesis de grado señala los principios más utilizados en la

jurisprudencia arbitral, tanto procesales como de fondo.

Los procesales son la cláusula compromisoria, la cual se refiere a que aunque

sea nulo el contrato principal, el pacto de resolver en la vía arbitral se conserva

válido. (McLaren, 2003, p42).

Además, el principio “Kompetenz kompetenz” que se refiere a que es el

árbitro quien decide si es competente o no para ver un asunto. (McLaren, 2003,

p45).

Por otro lado, se refiere a los principios de fondo:

a. Relevancia de los usos y costumbres del comercio internacional.

b. Buena fe.

c. Fuerza mayor.

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77

d. Deber de indemnizar pérdidas.

e. Principio de pacta sunt servanda o modificación de las circunstancias.

f. Vicios del consentimiento.

g. Pérdida de expectativa, oportunidades o chance. (McLaren, 2003, p51).

III. c. Contrato de Transporte Internacional Aéreo de Mercancías.

En el presente trabajo lo que se trata principalmente son las posibilidades que

tiene el consumidor final costarricense para defenderse ante cualquier

incumplimiento que se suscite en una compra que realice por Internet; en el caso

se analiza la situación ante el comerciante inicial, ante la empresa a la cual le

compra directamente el consumidor, y no ante los demás intervinientes en el

largo camino que recorre el producto comprado.

Analizar el contrato de Transporte Internacional Aéreo de Mercancías, la

responsabilidad que tiene el transportista, es un tema amplio que no se va a tratar

en este estudio; sin embargo, se considera de importancia al menos dejar claro

cómo funciona la responsabilidad en estos casos.

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78

Es un contrato oneroso, bilateral, consensual y principal. Es en el cual un

transportista se compromete a trasladar por vía aérea mercancías a solicitud de

un cargador para entregar a un destinatario (Guevara, 2006, pp. 104-113).

Según el artículo 188 de la Ley General de Aviación Civil, “por contrato de

transporte aéreo el porteador se obliga, por cierto precio, a conducir de un lugar a otro, por vía

aérea, pasajeros o cosas y entregar estas al consignatario”.

Las principales prestaciones de este contrato son la obligación del

transportista de trasladarlas y entregarlas al destinatario, a cambio del pago que

este último debe entregarle. (Guevara, 2006, p 105).

Según la Convención de Varsovia de 1929 y el Convenio de Montreal de

1999, los sujetos del contrato en cuestión son los siguientes (Guevara, 2006, pp.

106-108):

1. Cargador: es la persona que celebra el contrato de transporte de

mercadería con el transportista. También se le llama expedidor.

Actúa en nombre propio, tiene el derecho de disponer de las mercancías

2. Destinatario: es a quien el transportista debe entregarle las mercancías.

3. Transportista: es el sujeto obligado a entregar las mercancías que recibió,

en el mismo estado y condición en que fueron puestas bajo su custodia.

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79

Existe la figura en el Derecho aeronáutico del transportista aéreo

operador, que requiere de ciertos requisitos para poder ser considerado

como tal: “i) obtener un provecho o beneficio de la operación de transporte que realice;

ii) ser el titular del uso legítimo de la aeronave; iii) emplear la aeronave para el

transporte aéreo; iv) utilizar la aeronave por cuenta propia; tener la facultad de

dirección técnica y económica de la aeronave” (Guevara, 2006, p108).

El principal elemento objetivo son las mercancías. Otro elemento objetivo es

la aeronave.

El contrato dura desde que se hace entrega efectiva al transportista de la

mercadería, hasta que este la entrega al destinatario.

Se tiene por celebrado el contrato cuando el destinatario recibe la carta de

porte.

En Costa Rica, la materia de la responsabilidad del transportista aéreo se

regula en la Ley General de Aviación Civil, que indica que la destrucción, pérdida

o avería de equipajes o mercancía genera responsabilidad civil del transportista,

Código Civil, Convenio de Varsovia de 1929 modificado por el Protocolo de La

Haya del año 1971 o Protocolo de Guatemala y recientemente se constituyó en

signataria del Convenio Montreal mediante decreto ejecutivo N° 36543 del 29 de

marzo del 2011. En dicha normativa indicada, se regula la responsabilidad por

daños y perjuicios, los eximentes de esta.

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80

“Respecto a la cuestiones jurisdiccionales los instrumentos establecen que los damnificados

podrán establecer su reclamo por vía judicial en los siguientes lugares: i) tribunal del domicilio

del porteador; ii) tribunal del domicilio donde el porteador realiza su actividad comercial

principal, si es diferente a la de su residencia; iii) tribunal del lugar donde el porteador posee

una sucursal; iv) tribunal del lugar donde las mercancías debieron ser entregadas” (Guevara,

2006, p113).

El transporte aéreo no solo incluye el movimiento de la aeronave sino

también las operaciones de embarque y desembarque. Debe hacerse responsable

por los daños, pero luego puede reclamarle el pago a quien fue el verdadero

responsable. (González, 2003, p56)

Capítulo IV. Ley aplicable y jurisdicción competente.

El contrato por medios electrónicos, debido a que su internacionalidad se

lleva a cabo con gran facilidad, es decir, se puede realizar en un determinado

lugar del orbe y ejecutarlo en uno distinto, es considerado en su mayoría de

Derecho Internacional Privado, ya que las partes contratantes pueden estar

negociando en distintos lugares del mundo, y cuando hay controversias surge la

pregunta de cuál es la ley aplicable y la jurisdicción competente para resolver los

posibles conflictos que puedan suscitarse en caso de incumplimiento de una de

ellas.

De acuerdo con Ballestra, “… el Derecho Internacional Privado es aquella rama del

derecho privado cuyo objeto es el estudio y regulación de las relaciones jurídicas, en las que

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81

participan uno o más elementos ajenos a la soberanía legislativa local. Esta definición, a la vez

que circunscribe el objeto de la disciplina, importa una toma de posición respecto a su

vinculación con otras ramas del derecho” (Ballestra, 1993, p 11).

Asimismo, Arellano menciona la definición de Luis Pérez Verdía, que

describe Derecho Internacional Privado como “una modalidad del Derecho Privado

que tiene por objeto someter las relaciones sociales entre individuos, a las reglas jurídicas que

convengan a su naturaleza, o el conjunto de principios que definen los derechos de los

extranjeros y la competencia respectiva de las diversas legislaciones en lo que concierne a las

relaciones internacionales de orden privado” (Arellano, 1992, p 23). Para este autor el

Derecho Internacional Privado es una rama del Derecho Privado, la cual se

deriva de la clásica categorización de Derecho Público y Privado; tiene como

objeto asegurar a las leyes nacionales de cada Estado su aplicación en las

relaciones internacionales.

Para el autor del Código de Bustamante, se define como “el conjunto de

principios que determinan los límites en el espacio de la competencia legislativa de los Estados,

cuando ha de aplicarse a relaciones jurídicas que pueden estar sometidas a mas de una

legislación”

(Sánchez de Bustamante, 1943, p 11). Este autor resta importancia a la

competencia jurisdiccional, ya que considera que las facultades del juez no son

obra del Derecho Internacional Privado, mas sí lo es la ley aplicable.

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82

Finalmente, Arellano propone el siguiente concepto: “el Derecho Internacional

Privado es el conjunto de normas jurídicas de Derecho Público que tiene por objeto determinar

la norma jurídica aplicable en los casos de vigencia simultánea de normas jurídicas de más de

un Estado que pretenden regir una situación concreta”(Arellano, 1992, p 29).

Con la compraventa por medios electrónicos se cumplen con varios de los

elementos de la definición de Derecho Internacional Privado, ya que es un

contrato que se lleva a cabo por sujetos de distintos países, y cada uno de esos

Estados tiene una norma distinta para regular una situación jurídica determinada

de esa relación, por lo que debe existir una forma de resolver el problema sobre

la determinación de la jurisdicción competente y la ley a aplicar.

Cuando se trata de contratos por medios electrónicos, existe una gran

posibilidad de que las partes contratantes se encuentren en países distintos, si el

contrato resulta tal y como las partes lo querían, no existe conflicto alguno, pero

si en la contratación surgen problemas se tendría que analizar cuál es la ley

aplicable y la jurisdicción competente para dirimir ese conflicto, además, de

analizar la protección que tiene el consumidor final en estos casos en Costa Rica.

Sección I. Internacionalidad de los contratos por medios electrónicos.

Cuando los contratos son por medios electrónicos, existe el problema de la

determinación de la jurisdicción internacional competente para conocer el

asunto, por lo que existen las normas internas, tales como las leyes y la

jurisprudencia, o normas internacionales como tratados.

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83

En la mayoría de los casos se da la posibilidad de prorrogar voluntariamente

la jurisdicción internacional a favor de los jueces extranjeros, o bien de árbitros,

por ejemplo, cuando las partes pactan en ir a un arbitraje en caso de

controversia.

Simón indica que “el comercio electrónico y los contratos celebrados por medios

electrónicos o informáticos suelen poner en contacto distintos ordenamientos jurídicos, originando

situaciones jurídicas subjetivas con elementos extranjeros (ya sea en los sujetos, objeto o forma),

también llamados “casos iusprivatistas multinacionales”, dado que los enlaces que se realizan

por la red hacen que la información pase por distintos países antes de llegar a su destino.” Por

lo que “el sistema actual de derecho internacional privado presenta dificultades para ser

aplicado al comercio electrónico, debido a la complejidad que presentan las comunicaciones y los

negocios jurídicos electrónicos” (Simón, 2005, p 12).

El autor muestra que el hecho de que los proveedores se encuentren en un

país diferente al de los consumidores, y los distintos ordenamientos jurídicos y

principios utilizados para regular todas las transacciones que dan como resultado

un contrato electrónico, por ejemplo, la seguridad de dicho trato, hacen que sea

complejo determinar el lugar de celebración y ejecución de los acuerdos tomados

por la red, asimismo, resulta difícil establecer cuál es la ley que se debe aplicar

cuando haya incumplimiento de lo pactado por las partes del negocio. En el caso

de las negociaciones por Internet no existe una ubicación espacial, ya que las

partes contratan en un espacio virtual, no físico.

Page 99: Mayorga, A. Natalia && Ulloa, m. Rebeca

84

Para Kohl, “la localización geográfica pierde su significado cuando la tecnología le permite

a un individuo mantener casi todas las facetas de su vida en otra jurisdicción sin tener que dejar

actual y físicamente su destino geográfico, tan siquiera por un solo día” (Knorr, 2001, p

176).

Sin embargo, Oyarzabal, refuta lo dicho por estos autores, considerando esta

corriente como “anarquista” y explica que “no hay ciberespacio sin espacio real, en lo

que al derecho internacional privado concierne. Los actos se realizan siempre en algún lugar, y

sus efectos se producen también en un lugar en el espacio real. Y no hay ningún acto o efecto, sea

que ocurra en alta mar, sobre territorios nullis, los espacios cósmicos o aún en el ciberespacio,

que no pueda ser conectado con algún derecho estatal. Sólo que ahora es más difícil” (Simón,

2005, p 14).

A pesar de que el bien objeto del contrato no sea tangible, se puede decir que

las partes se encuentran ubicadas en algún lugar, y que el contrato se lleva a cabo

en un espacio físico, y tiene efectos en cualquier sitio, por lo que siempre existirá

un punto de conexión posible para poder resolver un conflicto que se pueda

suscitar entre las partes de un contrato electrónico. Al respecto Biocca indica que

“el vocablo “conexión”, que admite entre sus significados enlace, unión, correspondencia,

vínculo, encadenamiento, punto común, no invalida que esta sea consecuencia jurídica. (…) el

punto de conexión es consecuencia jurídica puesto que en la norma indirecta coexisten dos

consecuencias jurídicas: una inmediata, cierta y determinada -dada por el punto de conexión- y

otra mediata, incierta e indeterminada -derecho aplicable-” (Biocca, 1990, p 62). La

definición concreta de punto de conexión se estudiará más adelante.

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85

Cuando se habla de las relaciones contractuales por medios electrónicos,

existe la enorme posibilidad de que el contrato sea de naturaleza internacional

privada, y al respecto son las partes las que determinan la ley aplicable y la

jurisdicción competente, pero esta autonomía de la voluntad de las partes no es

absoluta, ya que para ello debe contar con elementos extranjeros objetivamente

relevantes y además, de tener ciertas restricciones, tales como el orden público

internacional y fraude a la ley.

El fraude a la ley consiste en la realización de uno o más actos lícitos con la

finalidad de eludir leyes imperativas, a cuyo efecto se modifica el punto de

conexión que conduciría al sistema legal aplicable. Es bastante difícil detectar

cuándo se está ante esta restricción para la aplicación del derecho extranjero, ya

que no se está ante una norma ilegal, simplemente se cambia uno o varios puntos

de conexión para aplicar una ley más beneficiosa, para una o ambas partes del

contrato, por ejemplo, en materia fiscal, para evadir impuestos.

Cuando se lleva a cabo una compraventa por Internet, en su mayoría, la

empresa vendedora le solicita al consumidor indicar un domicilio en el país de

esta para realizar la entrega. Las empresas de transporte son un medio para

facilitar las compras por Internet.

Por ejemplo, si la empresa vendedora se encuentra en Estados Unidos, se le

indica al comprador que debe forma obligatoria señalar un domicilio en dicho

país, por lo que se incorpora en la relación contractual a la empresa transportista,

como Aerocasillas, Liberty Express, Credomatic, Banca Promérica, estas

empresas funcionan dando en alquiler un apartado, en Miami generalmente, y

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86

esa es la dirección que se indica en el formulario de compra de la página

electrónica de la empresa vendedora.

Una vez que los bienes comprados llegan a ese apartado, la empresa de

transporte se encarga de traerlos a Costa Rica, ya sea a la agencia o al domicilio u

oficina del comprador.

Se podría pensar que con este tipo de estrategia lo que se busca es excluir la

legislación costarricense, por cuanto al poner el consumidor un domicilio en

Estados Unidos, u otro país, la ley aplicable sería la de ese país, y con esto

cometer fraude a la ley, debido a que la empresa vendedora podría alegar que la

compraventa fue realizada en Estados Unidos o el país que sea, porque el

domicilio al cual se envían los bienes sería en el mismo país y que, en virtud de

que llega a Costa Rica por medios ajenos al proveedor, la responsabilidad por los

daños sería de la empresa transportista y no la vendedora, en caso de que el

objeto se encuentre dañado, cuando el defecto pudiese ser de fábrica.

Sin embargo, no existe manera de que la empresa vendedora pueda librarse

de responsabilidad en caso de algún defecto en el bien, ni alegar que no aplica la

ley de Costa Rica, ya que si es un costarricense el que compra y paga, y si es en

Costa Rica en donde está el comprador, hecho que se comprueba por la

ubicación del servidor, entonces es la ley del consumidor costarricense la que se

aplica.

Es en estos casos que la normativa costarricense trata de evitar que las

grandes empresas cometan fraude a la ley, y busquen menoscabar la protección

existente para el consumidor final costarricense, por lo que sin importar la

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87

dirección que se ponga en el formulario, el comprador tiene su domicilio real en

Costa Rica, y es un punto de conexión que se debe tomar en cuenta para

determinar la ley aplicable y la jurisdicción competente.

Por otra parte, el orden público limita la autonomía de la voluntad y la

aplicación del derecho extranjero en determinadas situaciones, cuando la

aplicación de determinadas leyes que las partes han pactado afectan principios o

preceptos básicos de un Estado, por ejemplo, cuando se haga una negociación

de una droga ilícita en determinado país, y las partes pretendan utilizar una

normativa que la avale, cuando la ley del foro que entiende el caso lo prohíbe.

Para resolver conflictos de leyes, el derecho internacional privado tiende a

atribuir cierta preferencia a una legislación determinada, y en materia contractual

es la voluntad de las partes la que determina la ley aplicable cuando surge una

controversia, siempre y cuando sea posible. La autonomía de la voluntad permite

a las partes contratantes señalar la ley que va a regir el acto jurídico que realicen.

Sección II. Ley aplicable y jurisdicción competente. Normativa

costarricense e internacional.

II. a. Ley aplicable y jurisdicción competente.

Continúa Simón explicando que “el sistema iusprivatista internacional cuenta con

una metodología” (Simón, 2005, p12). Existe un método tradicional, el cual consiste

en determinar en primera instancia la jurisdicción competente, para que una vez

que se determine se apliquen las normas indirectas de derecho internacional

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88

privado de la lex fori y se pueda establecer la ley aplicable a una determinada

situación jurídica. Sin embargo, dicha circunstancia está regida por normas de

policía o normas directas aplicables, o existen impedimentos de usar el

ordenamiento jurídico extranjero porque, por ejemplo, va en contra del orden

público del Estado que pretende aplicarlas. Para efectos de lograr una armonía

internacional, y que los fallos judiciales de un país sean reconocidos por otros

Estados, se cuenta con dos caminos, por un lado la armonía legislativa de

normas indirectas, y por otro el de la uniformidad de las normas directas, ya sea

por tratados internacionales con normas operativas como por medio de tratados

con normas programáticas, para las cuales los Estados asumen el compromiso de

incorporarlas en su propia legislación.

Es importante dejar en claro la distinción entre normas directas e indirectas

en este proyecto; según Ballestra “en el derecho internacional privado existen dos tipos de

normas, directas e indirectas. Las primeras vinculan directamente una relación jurídica al

derecho que le es aplicable. Las segundas o reglas indirectas, lo hacen a través de un medio

técnico o punto de conexión que constituye el asiento o sede de la relación jurídica” (Ballestra,

1993, p 97).

Las normas directas son aquellas que en su consecuencia jurídica regulan

directamente la cuestión descrita en la norma, tiene como característica particular

no regular la relación jurídica, sino indicar el ordenamiento que lo hará y que

puede ser un derecho extranjero. A contrario sensu, las normas indirectas, no

contienen en sí mismas el derecho aplicable al caso iusprivatista internacional, sino

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89

que señala tal derecho a través de un medio técnico idóneo: el punto de

conexión o asiento de la relación jurídica.

De acuerdo con Biocca, “la norma indirecta consta de:

a) Una descripción, normalmente genérica, de categorías o conceptos jurídicos, por ejemplo:

la forma, la capacidad, la sucesión;

b) El punto de conexión, que es el medio técnico que se utiliza para indicar la ley aplicable

o la jurisdicción competente (por ejemplo: último domicilio del causante o lugar de

comisión de un delito);

c) Solución legal o consecuencia jurídica que determina el derecho aplicable o la jurisdicción

competente” (Biocca, 1990, p 61).

Asimismo, por punto de conexión se entiende como “elementos, factores o

circunstancias con los que se “conecta” la solución, y por lo tanto, el derecho aplicable”

(Guzmán, 1989. p 5). De acuerdo con Maris Biocca, “es el elemento técnico de que se

vale la norma indirecta para indicar el ordenamiento jurídico que nos dará la solución. Es

decir, localiza la situación jurídica en un espacio legislativo determinado” (Biocca, 1990, p

61).

Los puntos de conexión se clasifican en:

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90

a) Personales: referidos a las personas físicas o jurídicas y sus calidades

(domicilio, nacionalidad, residencia, entre otros).

b) Reales: respecto a los bienes ya sean muebles e inmuebles, y la situación

de los mismos.

c) Relativos a los actos: celebración, ejecución o perpetración del mismo.

Además, de esta clasificación, se estudia otra de acuerdo con la mutabilidad

de los mismos: fijos cuando se refieren a actos ya pasados, y mutables cuando

admiten posibilidad de cambio.

Es importante ahora, explicar cuál es el papel del consumidor final, sujeto

primordial en esta investigación, en el Derecho Internacional Privado.

II. b. Consumidor en el Derecho Internacional Privado.

Explica Tomassetti (Knorr, 2001, p 177), que el Estado tiene por deber

jurídico la protección del consumidor por intermedio de la actuación espontánea

o provocada de sus órganos públicos, legislativos, judiciales y administrativos

ante el orden económico. El Estado debe procurar el equilibrio del mercado, a

razón de la buena marcha del Orden Público Económico en general. En el

ámbito internacional, es fundamental para la estabilidad de la economía, la

satisfacción de los intereses de los consumidores, inclusive económicos.

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91

Stiglitz (Knorr, 2001, p 177), plantea con respecto a esto que las directrices de

las Naciones Unidas para la Protección de los Consumidores, se encuentran

centradas en que todas las empresas que compitieran a nivel internacional debían

respetar las leyes y reglamentos en los países en que realizaran sus operaciones,

así como las normas internacionales para la protección del consumidor, al mismo

tiempo, los gobiernos deben esforzarse porque la aplicación de dichas normas

no se convierta en una barrera al comercio internacional.

Asimismo, Knorr (Knorr, 2001, p 182) plantea que cuando aparece la figura

del consumidor, el análisis transfronterizo cambia, ya que el reconocimiento de la

autonomía de la voluntad es un principio en Derecho Internacional Privado.

Esta autora contempla que cada país sopesa los intereses de los consumidores de

su territorio con los del sector productivo y comercial, y que la misma presencia

de un consumidor en la relación contractual, incorpora la participación de un

tercero que sería el propio Estado, lo que provoca que el Tribunal o Juez que

conoce el caso deba determinar cuál ley aplicar y si es competente o no para

conocer dicho asunto. Plantea que para solucionar dicha incongruencia entre los

cuerpos normativos de todos los países, que un órgano supranacional elabore

principios y normas uniformes para todo el mundo que desee incorporarse al

comercio por medios electrónicos, para lo cual dice: “El objetivo del Derecho

Uniforme, es el de crear un marco común de las políticas legislativas de los Estados y cuyo

objetivo es precisamente resolver los problemas de determinación de la normativa por aplicar en

las relaciones internacionales entre todos los países que la han adoptado” (Knorr, 2001, p

187).

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92

Sin embargo, un Derecho Uniforme resulta ser un tanto utópico en el sentido

de que al tener el Estado que ponderar los intereses de los consumidores con los

del sector productivo y económico, no podría adherirse a dicho sistema sin tener

que sacrificar a alguno de los sectores, lo cual podría provocar que un Estado no

ratifique y de esta forma no se llegaría a obtener el resultado esperado, problema

que ha sido constante en el Derecho Internacional Privado. Por ejemplo la Ley

Modelo de Comercio Electrónico de la UNCITRAL (United Nations

Commission on International Trade Law), la cual tiene como objetivo armonizar

las relaciones comerciales producto de las transacciones electrónicas, la cual es

bastante general, y no trata el tema que acá interesa: protección del consumidor,

mas nos sirve de ejemplo de que han existido intentos de crear un Derecho

Uniforme para todos los Estados que desean formar parte del comercio

electrónico.

Simón explica que “estos antecedentes (…) tienen fundamental importancia en

transacciones vinculadas al comercio electrónico, pues la gran mayoría de los contratos

electrónicos se celebran entre empresas ubicadas en cualquier país del mundo, que ofrecen sus

bienes y servicios, y consumidores domiciliados en otro país, conteniendo cláusulas de prórroga de

jurisdicción a favor de tribunales judiciales ubicados en los países de la empresa predisponente o

de los tribunales arbitrales institucionalizados”(Simón, 2005, p ).

Para el caso en que las partes no hayan acordado cuál es la jurisdicción

competente y la ley aplicable, el ordenamiento jurídico de cada país cuenta con

normas que resuelven dicha situación, las cuales son de aplicación subsidiaria. Lo

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93

que se busca con estas normas es rellenar las lagunas dejadas por las partes a la

hora de llevar a cabo un contrato.

Costa Rica

Respecto a la jurisdicción competente, según Arguedas (Arguedas, 1995, p

48), existen dos criterios importantes, los subjetivos y los objetivos, donde los

primeros se refieren a las partes y a determinadas situaciones en que estas se

encuentran, tales como la ciudadanía y residencia del Estado, domicilio; y son

objetivos en las que se prescinde de toda consideración de las partes y de la

posición que las mismas ocupan dentro del proceso, se otorga el derecho de

acción a cada una de ellas, y en su mayoría consisten en criterios que no varían

en el tiempo.

Un ejemplo del criterio objetivo sería el caso de que se trate de bienes

inmuebles situados en Costa Rica, la jurisdicción costarricense existe sin

posibilidad de que se extinga por desaparición al criterio en que se funda, cosa

que no sucede en el caso de un bien mueble, que es el que interesa.

En Costa Rica, en cuanto a la jurisdicción competente, se aplica el Código de

Bustamante, de acuerdo con el artículo 324, que en caso de bienes muebles, que

es el que interesa en este estudio, establece que el juez competente es el de la

situación de dicho bien, y si esta no fuera conocida del demandante, el del

domicilio, y en su defecto, de la residencia del demandado.

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94

Este mismo código además, en su artículo 318, abre la posibilidad de la

llamada “sumisión”, la cual deja a los contratantes elegir la jurisdicción

competente, y esta puede ser expresa o tácita, dependiendo de la actuación de las

partes, en el entendido que la sumisión expresa es aquella que se hace clara y

terminantemente renunciando al fuero propio y sometiéndose con toda precisión

a otro juez (artículo 321), y la tácita es aquella en la cual el actor comparece ante

el juez extraño interponiendo la demanda y cuando el demandado gestiona

siempre que no sea para proponer la declinatoria, por lo que esta sumisión no

existe cuando el proceso se lleva en rebeldía (artículo 322). Asimismo, en el

artículo 323, se establece que en salvedad de ambos casos de sumisión y del

derecho local contrario, tratándose de acciones personales será competente el

juez del lugar de cumplimiento de la obligación y en su defecto el del domicilio

de los demandados y subsidiariamente el de su residencia.

Sin embargo, en el caso del consumidor costarricense, la situación es distinta.

El Código Civil costarricense en su artículo 27 establece que “se recurrirá a

las leyes del lugar donde se hubiere celebrado el contrato”, pero en los contratos

electrónicos no puede definirse con exactitud dónde se celebra el contrato, ya

que las partes se pueden encontrar en países distintos cuando aceptan las

condiciones del otro, por lo que existen diversas formas en el mundo de

solucionar este vacío legal por distintos cuerpos normativos, en las cuales se

deben analizar los puntos de conexión existentes.

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95

Asimismo, se debe tomar en cuenta que en la compraventa que aquí interesa

media un consumidor, el cual puede ver seriamente afectados sus intereses y

encontrarse en un estado grave de indefensión, ya que según Knorr (Knorr,

2001, p 201), el lugar de la celebración, según la ley costarricense, será el lugar en

el que se recibió la aceptación, que de igual forma, si se atiene a la Teoría de la

Recepción del artículo 444 del Código de Comercio, la ley del oferente es la que

se aplica, el cual puede ser un comerciante ubicado en cualquier país del mundo,

dejando al consumidor totalmente desprotegido.

Sin embargo, el artículo 26 del Código Civil, dice textualmente: “(…) todo lo

que concierna al modo de cumplir o extinguir las obligaciones que resulten de cualquier acto

jurídico o contrato que haya de ejecutarse en Costa Rica, se regirá por las leyes costarricenses,

aunque los otorgantes sean extranjeros, y aunque el acto o contrato no se haya ejecutado o

celebrado en la República.” Por lo que según Rodríguez (Knorr, 2001, p 202), se

refiere al modo de cumplir o extinguir judicialmente las obligaciones, siendo

además, la ley aplicable la costarricense por ser la ley territorial la que rige la

organización y funcionamiento de los tribunales de justicia y las reglas del

procedimiento.

Lo anterior, mejora la situación del consumidor costarricense, en el tanto le

otorga la posibilidad de utilizar la ley costarricense si requiere entablar una acción

judicial. No se encuentra ningún inconveniente si se concluye que la ejecución

consiste en la entrega de un bien comprado por Internet al consumidor en Costa

Rica, pero cuando la ejecución no es la mera entrega, surgen dudas sobre esta

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96

aplicación de la ley costarricense, y el consumidor se vería afectado de igual

forma.

Existen además, aquellos contratos de adhesión ya mencionados

anteriormente, donde el consumidor acepta una cláusula que lo obliga a

someterse a la legislación extranjera, los cuales violentan lo establecido en el

artículo 1023 del Código Civil costarricense, específicamente los incisos d) y e),

que califican como absolutamente nulas las cláusulas contractuales de reenvío a

una ley extranjera para aplicarla a la ejecución o interpretación del contrato, con

el fin de impedir que rijan los preceptos nacionales que protegen al consumidor,

y las cláusulas contractuales que excluyen o restringen el derecho del comprador

o adherente para recurrir a los tribunales comunes.

Estos contratos de adhesión, son típicos en los convenios por Internet, y la

parte débil siempre resulta ser el consumidor, el cual, con tal de llevar a cabo la

compra de un bien o servicio acepta las condiciones del contrato, el que lo

despoja de todos sus derechos y de la protección que le ofrece la legislación de

su país.

Entonces, al aceptar un consumidor las condiciones de un contrato de

adhesión que establece que la jurisdicción competente y la ley aplicable son

distintas a la de su país, tornaría ilusoria su protección, por lo que se ha

considerado pertinente, en Costa Rica, restringir la voluntad de las partes en

contratos en los cuales una de las partes sea un consumidor final.

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97

Por lo que, no puede el consumidor costarricense renunciar a la protección

que el Estado le otorga, aspecto que deberá ser tomado en cuenta por las

empresas que ofrecen bienes y servicios por Internet.

El artículo 29, inciso f) de la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa

Efectiva del Consumidor, otorga a este el derecho del acceso a la justicia, por lo

que el Estado se encuentra obligado a protegerlo cuando surjan problemas

relativos a publicidad engañosa, cláusulas abusivas, entre otros.

Legislación Internacional

Se podrán encontrar a través de la historia, diversos sistemas para proteger el

comercio entre diversos Estados en la comunidad internacional, tales como las

Convenciones de la Haya, Convención de Viena, Comunidad Económica

Europea (Convención de Roma, Convención de Bruselas y Convención de

Lugano), Código de Bustamante y Mercosur.

- Convenciones de la Haya

Concluidas en las Conferencias de La Haya de Derecho Internacional

Privado, tendientes a resolver conflictos producto del flujo mercantil y de esta

forma agilizar el tráfico, el cual se podría ver obstaculizado por los choques

normativos entre uno o más Estados contratantes, como también surge la Ley de

Comercio Electrónico de la Comisión Nacional de las Naciones Unidas para el

Derecho Mercantil Internacional, donde las relaciones comerciales adquieren un

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98

matiz internacional por la naturaleza de las transacciones mercantiles por medios

electrónicos.

- Convención de Viena

Sin embargo, con respecto a la protección del consumidor propiamente no

existe una convención que la regule en sí misma. Tal como es el caso de la

Convención de Viena, la cual tal y como lo explica Knorr (Knorr, 2001, p186)

“se refieren a las ventas internacionales de bienes muebles que serán trasladadas de un Estado

a otro, cuando tanto la oferta y la aceptación se han efectuado en diferentes Estados o cuando

las mercancías serán entregadas en un Estado diferente del que tuvo lugar la oferta y la

aceptación”. Esta Convención de Viena “no es de aplicación a las ventas de bienes

para uso personal, familiar o del hogar, a menos que el vendedor supiera o

pudiera haber sabido que los bienes eran para tales usos.” Según Pinichet

(Knorr, 2001, p187), citado por esta autora, el motivo por el cual se excluyen es

por “las interferencias de las leyes de los países referidas a la protección del

consumidor”.

- Comunidad Económica Europea (uno de los pilares de la actual Unión

Europea).

Vale la pena acotar las tres Convenciones aplicables a los contratos de

consumo en la Comunidad Económica Europea:

Convención de Roma

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99

Tiene como función resolver los contratos de carácter internacional privado

en los cuales las partes no pactaron la ley aplicable en caso de conflicto. En el

artículo 3 le otorga libertad a las partes para elegir la ley aplicable, y en el artículo

5 se contemplan los contratos llevados a cabo por un consumidor, y estipula que

en ausencia de elección de la ley aplicable no puede privarse a este de la

protección que el Estado donde reside le otorga, siempre y cuando se cumpla

con una serie de requisitos tales como que la oferta y publicidad del producto

esté dirigida a un consumidor en su país de residencia o si en dicho lugar se

hayan llevado a cabo los actos contractuales, o que el negociante haya recibido la

aceptación en el país de residencia del consumidor.

Esta convención establece que para el consumidor pasivo, el contrato se

regirá por las leyes del país de su residencia habitual. Cabe aclarar que

consumidor activo es aquel que adquiere bienes o servicios fuera de su país o

residencia habitual, a contrario sensu, el consumidor pasivo es aquel que es

contactado por un proveedor extranjero para que adquiera un bien o servicio.

Sin embargo, esta convención posee sus deficiencias, ya que si bien da

espacio a las partes para elegir la ley aplicable, les limita su voluntad cuando

exista una ley de policía o normas imperativas, por ejemplo, las de protección al

consumidor.

Convención de Bruselas

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100

Forma parte del Derecho Comunitario europeo, por lo que los países

miembros deben ratificarla como parte de sus obligaciones comunitarias.

Tiene como objetivo armonizar las legislaciones de los distintos países en lo

que respecta a la jurisdicción y ejecución de los fallos judiciales tanto en materia

civil como comercial, aplicable en contratos donde figura un consumidor.

Al igual que en la convención de Roma, se protege al consumidor pasivo.

Convención de Lugano

Versa sobre la competencia judicial internacional en materia civil o mercantil,

y se aplican los mismos principios que la Convención de Roma con respecto a

los contratos celebrados por un consumidor.

- Código de Bustamante

Se encuentra en Iberoamérica el ya mencionado Código de Bustamante,

ratificado por Costa Rica (con reservas), el cual tiene como principio general,

cuando las partes no indiquen la ley aplicable para resolver los posibles conflictos

que puedan surgir por falta de una de ellas en el contrato, es la ley del lugar de

celebración, pero no abarca los contratos en los que participa un consumidor

final. Por otra parte se encuentra la V Conferencia Especializada Interamericana

de Derecho Internacional Privado sobre la Ley Aplicable a los Contratos

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101

Internacionales, la cual igualmente excluye materia referente a la protección al

consumidor.

- Mercosur

Resulta ser un órgano supranacional, a nivel latinoamericano, lo que ocasiona

un incremento de las relaciones internacionales entre particulares, de las

negociaciones transfronterizas y ha provocado que se preste atención a las

relaciones de consumo, considerándose como uno de los objetivos básicos del

MERCOSUR.

El Protocolo de Santa María, se creó en 1996 para llenar un vacío legal con

respecto al Derecho Internacional Privado, no se regulaban las relaciones de

consumo en otros cuerpos normativos. En ella la regla general para las relaciones

de consumo es con respecto a la jurisdicción competente, la del domicilio del

consumidor; el cual podrá elegir su propio domicilio para demandar, y el

proveedor en caso de presentar demanda contra el consumidor deberá hacerlo

ante el Juez de su domicilio.

Sección III. Propuestas para solución de conflictos.

Uno de los principales problemas que presenta el comercio electrónico, es

cuando los conflictos son por montos pequeños, ya que resulta más costosa la

utilización de la jurisdicción estatal o acudir a un tribunal arbitral

institucionalizado en el extranjero, que el daño material causado en realidad.

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102

Es por ello que se ha acudido a medidas alternas para dirimir los conflictos

que surgen en el ciberespacio, tales como el arbitraje, la mediación o la

conciliación, inclusive métodos dentro del mismo escenario virtual.

Arbitraje de consumo

De acuerdo con la Ley de Promoción y Defensa Efectiva del Consumidor, en

su artículo 55 reconoce la posibilidad de ir a un arbitraje de consumo, el cual

según Knorr, “es un sistema de adhesión voluntaria por el que tanto empresas como

consumidores o asociaciones de estos acuden a manifestar su voluntad de dirimir cualquier

conflicto que pudiera surgir entre ellos de una manera rápida, barata y vinculante, por medio de

sus procedimientos” (Knorr, 2001, p).

Por ejemplo, en España, se les otorga un distintivo a las empresas que

forman parte del arbitraje de reclamación de consumo.

Arbitraje en línea

Simón indica con respecto al ciberarbitraje, que “la idea de este método de solución

de conflictos es la prórroga de jurisdicción, en las materias permitidas por el Estado, a favor de

árbitros que actúan por Internet” (Simón, 2005, p35). El ciberarbitraje, no implica

entonces, que las partes necesiten reunirse en un espacio físico determinado, ya

que son notificados por correo electrónico, las audiencias son por

videoconferencias, y las resoluciones se informan por medio de la red, lo cual

resulta ideal para ahorrar costos, pero se ve obstaculizado por la falta de

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103

reconocimiento de los Estados y conflictos a la hora de ejecutar los laudos

originados en estos procesos virtuales.

De acuerdo con Pérez (Pérez, 2003, p177), el arbitraje en línea es una

realidad, por ejemplo, la implementación de Centro de Arbitraje y Mediación de

la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual), con sede en

Ginebra, creado en 1994, con el fin de ofrecer servicios de arbitraje y mediación

con respecto a controversias internacionales comerciales entre sujetos privados.

Continúa Simón (Simón, 2005, p35) explicando que se ofrecen dos

alternativas de soluciones en línea: unas para el manejo de conflictos comerciales

y otras para el manejo de conflictos sobre nombres de dominio. En este

proyecto las que interesan son las primeras, las cuales presentan tres procesos,

primero el de negociación avanzada, le permite a las partes intercambiar

opiniones y documentos, es un tipo de foro en línea, es completamente

confidencial y voluntario; segundo el proceso de conciliación en línea, donde las

partes negocian con asistencia de un profesional especializado, también es

confidencial y voluntario; y finalmente el proceso de arbitraje, en el cual se

obtiene una decisión obligatoria y ejecutable en los países que hayan ratificado la

Convención de Nueva York sobre reconocimiento y Ejecución de Laudos

Arbitrales Extranjeros de 1958.

Como ejemplo de países que utilizan el arbitraje en línea se encuentra Perú, y

existe una posibilidad de implementarlo en Colombia (Pérez, 2003, p177). El

cibertribunal peruano (Knorr, 2001, p248), cuyos estatutos fueron aprobados en

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104

1999, se creó con la finalidad de prestar servicios adecuados a los consumidores,

cuando surge una controversia en el ciberespacio. Consiste en otorgar a las

empresas que funcionen mediante comercio electrónico el logo del Cibertribunal

en sus páginas Web, previo compromiso de que cualquier conflicto será resuelto

por este. Existen varias etapas, primero una de conciliación y mediación, de no

existir, se continúa con una segunda etapa de arbitraje propiamente dicho, y estas

etapas se llevan a cabo mediante correo electrónico, y se utilizan sistemas de

encriptación para asegurar la confidencialidad; se reducen costos y tiempo.

La razón de ser de esta idea del ciberarbitraje es por la enorme cantidad de

conflictos interjurisdiccionales que presentan los contratos por medios

electrónicos, además, de los costos y dificultades que estos implican cuando

existen controversias, más cuando la parte perjudicada es un consumidor final.

Título II. Derechos del consumidor y comercio electrónico.

Capítulo I. Consumidor final en el comercio electrónico.

Es determinante para este proyecto, definir quién es el consumidor y el papel

que juega en el comercio electrónico, ya que como se explicó anteriormente el

consumidor tiene un tratamiento especial en cuanto a la voluntad y la aplicación

de la normativa en cada Estado.

Es por ello, que se debe estudiar la figura del consumidor y la protección que

le da Costa Rica a este, para así encontrar soluciones satisfactorias para evitar que

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105

se lesionen sus derechos, por ser la parte más débil de la contratación por

medios electrónicos.

Sección I. Nociones del consumidor.

El expresidente norteamericano John F. Kennedy, en su discurso “Special

message on protecting the consumer interest” de marzo de 1962, dijo:

“Consumidores, por definición, nos incluye a todos, es el grupo más grande de la economía, que

afecta y que está afectado por casi todas las decisiones públicas y privadas, (…) es el único

grupo importante en la economía que no está organizado de manera efectiva, y cuyos intereses

muy a menudo no son escuchados” (Bulgarelli, 1994, p 58).

Para definir quién es el consumidor, Vega contempla que es aquel que es

siempre destinatario del servicio, pero no todo destinatario necesariamente es

consumidor, por lo que para este autor la definición de consumidor es un tanto

ambigua, ya que no existe unanimidad doctrinal ni legal para concretar la noción

de consumidor. (Vega, 2005, p93).

Para Vega, dicha noción se puede dar desde distintas ópticas, y explica que

desde la perspectiva de la actividad económica, el consumidor es “el sujeto de

mercado que adquiere bienes o usa servicios, como destinatario final, para satisfacer sus propias

necesidades, personales o familiares”. (Vega, 2005, p94)

Además, contempla que de la noción económica se encuentra la concepción

subjetiva y objetiva, siendo la objetiva la que define consumidor como el sujeto

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106

final de los bienes y servicios ofertados por los sectores productivos. (Vega,

2005, p95) En este punto de vista objetivo se encuentra una noción abstracta y

otra concreta.

Desde la noción abstracta de consumidor, se tiene que este es, de forma

amplia, todos los ciudadanos, los cuales el Estado debe proteger de forma

idónea. Esta noción de consumidor sirve al poder público para diseñar la forma

de protección al consumidor, a la hora de atribuir derechos individuales.

La noción concreta, por su parte, tiene dos concepciones una amplia y otra

estricta; la primera entiende al consumidor como el cliente de productos y/o

servicios, es decir, una parte de la relación de consumo; y la estricta que alude a

la concepción de consumidor final, el cual es cualquier persona física o jurídica,

que haya adquirido un producto o servicio o lo use, siempre y cuando haya sido

adquirido para satisfacer sus necesidades personales, y nunca para el comercio, es

decir, para las actividades de un negocio o empresa.

Asimismo, la distinción entre la perspectiva abstracta y concreta acarrea a otra

clasificación de consumidor: el jurídico y material. El primero se refiere a aquel

consumidor “que contrata la adquisición del producto o del servicio”. (Vega, 2005, p96) Y

el consumidor material es “aquel que, sin haber realizado dicho contrato, puede utilizar el

bien o servicio”. Vega establece que la protección para ambos debe ser la misma, y

que se fundamentará en la realización del acto de consumo, el cual es el acto

jurídico que le permite al consumidor estar en posesión del producto o disfrute

del servicio.

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107

Ahora bien, desde el punto de vista subjetivo tampoco se encuentra una

concepción unitaria, y hay algunas en las que se identifica al consumidor con el

cliente, contratante, comprador o demandante directo, es decir, aquel que se

encuentra en posición contraria al empresario u oferente; y otras en las que se

tiene una visión más amplia, que concibe al consumidor con el destinatario final

o afectado, directa o indirectamente por el acto de consumo.

En el derecho comunitario por su parte, se reconoce únicamente a las

personas físicas como consumidores, por lo que excluye a las personas jurídicas,

por ello se puede encontrar la concepción de consumidor en las Directivas

comunitarias, tales como la Directiva 85/577/CEE, del Consejo, del 20 de

diciembre del 1985, que trata sobre la protección de los consumidores cuando las

negociaciones sean fuera del establecimiento comercial, considera al consumidor

como “toda persona física que, para las transacciones amparadas por la presente Directiva,

actúe para un uso que pueda considerarse ajeno a su actividad profesional”. Por su parte la

Directiva 87/102/CEE, del 22 de diciembre de 1986, relativa a la aproximación

de las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas de los Estados

miembros en materia de créditos al consumo, establece que se entenderá por

consumidor a “la persona física que, en las operaciones reguladas por la presente Directiva,

actúa con fines que puedan considerarse al margen de su oficio o profesión”. La Directiva

93/13/CEE, del 5 de abril de 1993, sobre las cláusulas abusivas en los contratos

celebrados con un consumidor, da una definición similar a la anterior, la cual

dice que se entiende como consumidor a “toda persona física que, en los contratos

regulados por aquella [la Directiva], actúe con un propósito ajeno a su actividad profesional”.

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108

De igual forma, la Directiva 97/7/CE del Parlamento Europeo y del

Consejo, del 20 de mayo de 1997, referente a la protección del consumidor en

los contratos a distancia, define consumidor como “toda persona física que actúe con

un propósito ajeno a su actividad profesional”. Sigue este mismo criterio la Directiva

98/6/CE, también del Parlamento Europeo y el Consejo, del 16 de febrero de

1998, versa sobre la protección al consumidor cuando se indica el precio de un

producto ofrecido, y dice que el consumidor es “cualquier persona física que compre

un producto con fines ajenos a su actividad comercial o profesional”.

Entonces se puede concluir que para el derecho comunitario, el consumidor

posee dos características fundamentales a saber, en primer lugar que sea una

persona física, es decir, descarta la posibilidad de que el consumidor pueda ser

una persona jurídica; y en segundo lugar que adquiera el producto o servicio para

fines ajenos a su actividad comercial o profesional, es decir, que esté destinado a

un uso privado.

Por su parte, Bermejo, menciona el famoso Final Report of the Committe on

Consumer Protection, también llamado “Molony Report”, muy utilizado en Gran

Bretaña, hace referencia al hombre como consumidor, es decir, que “el consumidor

es todo el mundo todo el tiempo”, lo cual elimina la posibilidad de cualquier

construcción jurídica con respecto al consumidor, ya que incluye a todos los

seres humanos, y no requeriría protección especial. (Bermejo, 1979, p258)

Además, menciona Bermejo, a Dennise Baumann, quién en su obra “Droit de

la Consummation”, dice que no existe “un sujeto de Derecho que se denomine consumidor”,

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109

por lo que cualquier persona, ya sea un comprador, arrendatario, usuario o

turista, puede considerarse un consumidor. Por ello, se dice que el consumidor

es “cualquier persona que interviene en relaciones jurídicas situado en la posición de demanda

en un hipotético y convencional vínculo con el titular de la oferta”.

Sin embargo, esta inexistencia del concepto de consumidor, no es motivo

suficiente para no protegerlo, es por ello que existen normativas destinadas a su

defensa, ya que este se encuentra en desventaja en las relaciones que lleva a cabo

con las grandes empresas, por lo que los Estados responden a su deber de

proteger a esta parte más vulnerable de esta relación comercial.

Asimismo, con la formulación del llamado “Programa Preliminar de la Comunidad

Económica Europea para una política de protección e información al consumidor”, adoptado

el 14 de abril de 1975, en el cual se sientan las bases para crear una política

normativa al respecto, se realiza una clase de propuesta que fue presentada al

Consejo de Ministros de la Comunidad Económica Europea en 1977, y esta hace

referencia específicamente a los contratos negociados fuera de los locales

comerciales, y define al consumidor como “la persona física que para las transacciones

comerciales comprendidas en la presente directiva no obra en el ámbito de una actividad

comercial o profesional”.

En Costa Rica, por su parte, la Ley de Promoción de la Competencia y

Defensa Efectiva del Consumidor (Ley 7472), en su artículo 2 define

consumidor como “Toda persona física o entidad de hecho o de derecho, que, como

destinatario final, adquiere, disfruta o utiliza los bienes o los servicios, o bien, recibe

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110

información o propuestas para ello. También se considera consumidor al pequeño industrial o al

artesano -en los términos definidos en el Reglamento de esta Ley- que adquiera productos

terminados o insumos para integrarlos en los procesos para producir, transformar, comercializar

o prestar servicios a terceros”.

La legislación costarricense, aparte de incluir a las personas jurídicas, hace una

división entre consumidor comercial y consumidor final, donde el primero

corresponde a aquel pequeño industrial o artesano que adquiere los insumos para

producir una producto destinado a terceros, es decir, es aquel que compra la

materia prima para elaborar un objeto para el comercio. Y el consumidor final, se

refiere a aquel sujeto que adquiere un producto para su uso personal y no para

comercializarlo, es decir, el ciclo comercial del bien termina cuando este lo

adquiere y utiliza para su uso personal y no para una actividad comercial. El

consumidor que interesa en este proyecto, es el consumidor final.

Bulgarelli menciona el artículo 5 del Reglamento a la Ley de Protección al

Consumidor, Decreto número 5000-MEIC, del 2 de julio de 1975, que definió

consumidor final como “toda persona física o jurídica que compra bienes o servicios con el

fin de consumirlos sin ninguna pretensión de lucrar o comerciar con los mismos” (Bulgarelli,

1994, p 57).

Este artículo se refiere únicamente al consumidor final, el cual, puede ser

persona física o jurídica, siempre y cuando no vaya a comercializar el producto;

este consumidor resulta importante distinguirlo, ya que su protección se excluye

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111

de la comercial, es decir, requiere una protección especial, porque resulta ser

muchas veces más vulnerable que el comercial.

Asimismo menciona a Stiglitz, que define consumidor como “la persona

individual o jurídica ubicada al concluir el circuito económico, ya que pone fin a la vida

económica del bien o servicio (…) el consumidor que requiere protección es aquel que carece de

intenciones que apunten a que el bien o el servicio continúen su vida económica en actividades de

fabricación, producción, distribución o prestación, de manera que quedan excluidos del concepto,

el consumidor industrial o revendedor, ya que se hallan en el mercado en un nivel similar o

próximo al del fabricante y compiten entre sí” (Bulgarelli, 1994, p 58).

Bulgarelli define consumidor como “aquella persona física o jurídica que dentro del

marco de las relaciones comerciales pone fin a las mismas al adquirir para su uso y disfrute de

bienes, o bien, servicios, lo cual lo convierte en un agente económico determinante del sistema;

pues es él quien decide comprar o no ciertos bienes, decide en qué forma programa sus compras y

decide qué cantidad de su ingreso destina a ahorrar en lugar de consumir. Todas estas decisiones

que toma el consumidor influyen directamente en la economía…” (Bulgarelli, 1994, p 59).

Al hablar del consumidor es importante mencionar su racionalidad, ya que la

conducta racional significa que concuerda con un orden sistémico de

preferencias, esto porque un individuo adquiere un bien sólo si lo quiere o

necesita para un determinado fin, por lo que la demanda de un bien existe

porque proporciona una satisfacción o utilidad y esta dependerá de cinco puntos:

la calidad, el precio, el servicio, la moda y el aspecto. (Bado y otros, 1992, p 6)

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112

Una definición de consumidor final más general resulta ser que este es una

persona natural que compra bienes y servicios con propósitos personales,

familiares o del hogar. (Bado y otros, 1992, p 6)

Es este consumidor final el que pone fin al ciclo comercial de un producto, y

es el que más indefenso se encuentra en el comercio electrónico, ya que crece

vertiginosamente y la legislación actual puede no estar preparada para afrontar lo

que las nuevas tecnologías traen consigo.

I.a. Derechos del consumidor costarricense.

El consumidor, cuenta con una serie de derechos, contemplados en el

artículo 32 de la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del

Consumidor (Ley 7472), que establece que son derechos fundamentales e

irrenunciables, y estos son:

Derecho a la salud

Es aquel que contempla que un determinado producto no comprometa la

salud e integridad física del consumidor, este se encuentra en el inciso a) del

artículo mencionado.

Derecho a la información

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113

Contemplada en el inciso c), y se define como la necesidad del consumidor de

que le sea informado todo lo que requiera saber de un determinado producto o

servicio, antes de adquirirlo y no después. Este derecho busca el adecuado

conocimiento de las condiciones de la negociación y las características de los

productos comercializados, y el deber de información recae sobre el empresario

en todas las etapas de la negociación.

Derecho a la educación

En el inciso d) se habla de este derecho formativo, que consiste en la

concientización de la colectividad, sobre la importancia de su rol en las

relaciones comerciales de una empresa. Se trata de adoptar conocimientos para

actuar de forma segura en su calidad de sujeto primordial del mercado. Se busca

educar al consumidor para que sea más crítico y menos compulsivo.

Derecho a la protección de los intereses económicos

Este derecho, que resulta ser de suma importancia en esta investigación, se

refiere a la protección patrimonial del consumidor, se ve afectado en su mayoría

por la publicidad engañosa y las cláusulas abusivas; este derecho lo contempla el

inciso e).

De acuerdo con Bulgarelli, “las garantías clásicas que rodean la celebración del

contrato, por estar sustentadas en principios meramente individualistas, carecen de eficacia para

la tutela del consumidor que opera en un mercado que difunde prestaciones en masa donde

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114

muchas veces se ve obligado a aceptar cláusulas que le son netamente desfavorables”.

(Bulgarelli, 1994, p 73)

En el comercio electrónico, la aplicación de los contratos de adhesión se ha

convertido en una práctica muy común, y por ello es necesario que el Estado

otorgue al consumidor una adecuada protección ante esta situación. Si bien,

resguardar los derechos del consumidor resulta importante, lo es también lograr

un equilibrio entre estos y los intereses de los empresarios.

Derecho al resarcimiento

Este derecho surge por el comportamiento publicitario incorrecto, y se

encuentra regulado en el inciso f). Es el derecho del consumidor de exigir el

resarcimiento de los daños causados por un producto defectuoso, y debe contar

con los medios efectivos para hacer valer sus derechos de forma pronta y

cumplida.

Derecho de acceso a la justicia

En el inciso f) se protege el derecho de acceso a la justicia, el cual se ve

afectado por el costo que implica accionar contra la empresa incumplidora, por

lo que contempla la posibilidad de crear agrupaciones de consumidores, y de esta

forma no dejar al consumidor solo, y así velar por los derechos del consumidor

aislado.

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115

Derecho a formar asociaciones y organizaciones

Corresponde al inciso g), y como se mencionó anteriormente, las

asociaciones permiten al consumidor hacer valer sus derechos, constituyéndose

como el principal medio de protección del consumidor. Con ella se busca evitar

el abuso y el perjuicio a los consumidores.

Vásquez, mencionado por Crespo en su tesis, menciona otros derechos que

se deben proteger en el medio informático, tales como el derecho a un tiempo de

reflexión para tomar la decisión de adquirir el bien, a la seguridad y libre

elección, que juega un papel trascendental en los contratos electrónicos, ya que

incorpora dos condiciones, “la primera es la claridad, el asesoramiento al consumidor debe

ser expresado en lenguaje inteligible y comprensible, para evitar que entienda mal, ya que se

trata de un área en la cual los proveedores o vendedores utilizan en general un lenguaje esotérico

y de difícil comprensión para el adquirente, quien termina comprando en forma inadecuada.

Otra condición es la de la simplicidad: el consumidor necesita suprimir los tecnicismos, fuente de

errores y confusiones”. (Crespo, 2002, p 107)

Incorpora el autor el derecho a retracto de la compra y devolución del

producto, esto cuando el producto no corresponde a lo ofrecido por el

proveedor, el cual resulta de suma importancia en las relaciones comerciales por

Internet. Además, menciona la protección de los derechos de la intimidad e

identidad, lo cuales protegen la tranquilidad en las transacciones realizadas por el

consumidor por medios electrónicos.

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116

Sección II. Papel del consumidor en el Comercio Electrónico.

Vega comenta que “el desarrollo del comercio electrónico transfronterizo ha incrementado

las posibilidades de infracciones de derechos de los consumidores en el ámbito internacional”.

Por lo que desarrolla el tema acerca del conocido Libro Verde sobre Asistencia

jurídica en Litigios Civiles: Problemas para el Litigante Transfronterizo, donde

enfatiza los problemas existentes respecto al acceso a la asistencia jurídica de las

personas parte de un litigio en un Estado ajeno al suyo. (Vega, 2005, p447)

En virtud de lo anterior se hace la propuesta de tomar ciertas medidas para

tratar de eliminar la discriminación para el litigante transfronterizo, entre ellas se

propone el derecho a la asistencia jurídica, también requisitos sustantivos, como

los medios económicos y sostenibilidad de la pretensión, como por ejemplo,

tener en cuenta las divergencias entre el costo de la vida en los países

involucrados; además, costos adicionales, aquellos que se derivan del hecho de

litigar en otro país; acceso a abogado debidamente calificado, lo que implica que

el Estado tenga abogados capacitados para dirigir el caso transfronterizo, si fuese

posible de forma gratuita y procedimientos técnicos, sería lo ideal. Establece un

sistema por el que las solicitudes pueden realizarse en un país y enviarse al

Estado donde se solicita la asistencia jurídica. Esto por dar un ejemplo al

respecto.

Stiglitz, plantea que el acceso a la justicia resulta un tanto difícil para el

consumidor, ya que “es un hecho que los consumidores, asediados por las prácticas

mercantiles ilegales o irregulares, no concretan, sin embargo, en líneas generales, sus reclamos

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117

individuales contra la empresa. No acuden a los tribunales”. Y explica que este

comportamiento se debe a dos razones, en primer lugar por la soledad del

consumidor, ya que se le considera un ser desarmado, que le quita las agallas para

enfrentarse a la empresa responsable del daño ocasionado. (Stiglitz, 1985, p251)

En segundo lugar, por los obstáculos de naturaleza psicológica, referente a la

falta de conciencia del propio consumidor de sus derechos, y sobre las

posibilidades que existen de acudir a mecanismos legales para defenderlos, esto

resulta del sentimiento de inferioridad del consumidor, y el temor de perder más

tiempo y dinero, que el daño ocasionado en sí mismo, ya que se encuentra frente

a un adversario dotado de una considerable fuerza política, técnica, jurídica y

económica.

La tercera razón corresponde a la exigüidad de la lesión, la cual requiere una

ponderación entre el daño causado y el costo de demandar a la empresa que lo

ocasiona, ya que el consumidor considera que es una reacción exagerada si se

toma en cuenta al daño patrimonial causado, es decir, debido a la poca

importancia económica que implicó el daño ocasionado, el hecho de acudir a la

justicia parece ser ridículo.

El carácter misterioso de la justicia, como cuarto motivo para desalentar al

consumidor para defender sus derechos, implica un desconocimiento de la jerga

que se utiliza en el proceso, además, de un desconocimiento de las formalidades

que trae consigo, logran desmotivar al consumidor de accionar contra la empresa

que causó el daño patrimonial.

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118

En quinto lugar se encuentra en la lentitud de la justicia, ya que tal y como

Stiglitz lo manifiesta “en la mayor parte de los casos, una justicia lenta, aunque esté bien

administrada, es una justicia ineficaz”, el cual es el caso de Costa Rica, en donde la

justicia resulta ser tan lenta que el consumidor llega a considerar que no vale la

pena interponer una demanda contra una empresa que lesionó sus derechos, ya

que no tendrá una respuesta pronta y satisfactoria, lo que afecta

considerablemente la eficacia del proceso. (Stiglitz, 1985, p252)

Como sexta y última razón, y no por ello menos importante, el costo de la

justicia, lo que corresponde a los gastos que acudir a ella implica, ya que ante la

escasez de recursos económicos, el consumidor se da por vencido, y decide no

acudir a los órganos jurisdiccionales, ya que los gastos en los que debe incurrir

para accionar contra la empresa que incumple, son completamente

desproporcionados al daño ocasionado, por lo que no tendría ningún sentido

invertir tiempo y dinero en reparar un daño que resulta menos costoso que el

acudir a la justicia.

Los Estados tienen la responsabilidad de tomar medidas con respecto a la

incorporación del consumidor en el comercio electrónico, en virtud de que las

nuevas tecnologías cambian la forma en que se llevan a cabo los negocios, por

ello se debe actuar al respecto para evitar que el consumidor se vea perjudicado.

Por ejemplo, la Resolución del Consejo del 19 de enero de 1999, sobre la

dimensión relativa a los consumidores en la sociedad de la información

(Pinochet, 2001, p107), es prácticamente la fundadora del estatuto jurídico de

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119

protección al consumidor europeo en el ámbito de las nuevas tecnologías, y en

los contenidos de sus Considerandos invita:

1. Examinar la legislación relativa a los consumidores vigente en la

Comunidad Europea, con el fin de determinar las posibles lagunas en

relación con la sociedad de la información y también aquellos aspectos

que requieran mayor regulación.

2. Adoptar las medidas necesarias para velar por los intereses de los

consumidores en la sociedad de la información.

3. Hacer todo lo posible para, de conformidad con el Derecho Comunitario

y las obligaciones internacionales, velar porque los consumidores puedan

acogerse a la Convención de Roma y de Bruselas, con respecto al fácil

acceso a su jurisdicción.

4. Animar a las organizaciones de consumidores a impulsar la utilización de

nuevas tecnologías como medio de ampliar sus servicios a los

consumidores.

5. Presentar un informe sobre las acciones emprendidas para alcanzar estos

objetivos, y además, las propuestas pertinentes.

El consumidor se enfrenta a diversas dificultades en el comercio electrónico,

ya que según Crespo, se deben tener consideraciones, tales como la globalidad de

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120

Internet, ya que no se trata de un mercado tradicional, sino que se eliminan las

fronteras y la cantidad de personas y empresas con las que se puede negociar es

inimaginable; la inseguridad que sufre el consumidor al no conocer la empresa

con la que contrata, ya que el consumidor se siente seguro si conoce bien la

empresa con la que negocia; los modos de pago porque el consumidor teme

tener que dar los datos de sus tarjetas, ya que puede ser víctima de una estafa por

Internet a la hora de introducir los datos confidenciales de su tarjeta; las garantías

en caso de reclamos y la tecnología la cual debe ser dominada por el consumidor

para sentirse cómodo negociando de esta manera y poder sacarle

provecho.(Crespo, 2002, p100)

Crespo menciona que “los derechos del consumidor merecen una consideración especial

como un derecho social. Es el derecho de la colectividad a exigir calidad y satisfacción de los

bienes y servicios disponibles en el mercado. Se trata de un derecho universal del ser humano en

una sociedad cada vez más dominada por la masificación del comercio y del consumismo cuyo

fundamento radica en la protección del consumidor individualizado frente al poder económico

que detentan las grandes corporaciones comerciales” (Crespo, 2002, p 104).

De acuerdo con Crespo, “se hace notorio que uno de los factores importantes en el

futuro del Comercio Electrónico entre consumidores y servicios localizados en distintos países,

depende principalmente, de la confianza que los consumidores y los distintos proveedores de

servicios puedan desarrollar al saber que sus intereses estarán suficientemente protegidos en caso

de conflictos” (Crespo, 2002, p 105).

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121

De acuerdo con Bado, el comportamiento del consumidor es “un término que

se refiere a las actividades o reacciones que tiene una persona ante diversos estímulos, que en el

proceso de intercambio se traducen en la adquisición y el uso de bienes o servicios” (Bado y

otros, 1992, p 13). Dicha conducta se divide en tres elementos: la conducta de

comprar, la que nos interesa en este proyecto, que consiste en el intercambio de

dinero por bienes o servicios, y resulta necesario para realizar la conducta de

consumo, que es el segundo elemento, que consiste en el disfrute, empleo o el

simple uso del bien o servicio adquirido, y como tercer elemento la conducta

post-consumo, que se refiere a las consecuencias que trae consigo las dos

conductas anteriores.

Existen diversos factores que influyen en la conducta del consumidor, los

cuales son psicológicos, sociales y culturales, familiares y personales (Bado y

otros, 1992, p 16).

Los psicológicos, son aquellos que influyen en las preferencias del

consumidor, como la motivación que es una necesidad que presiona al

consumidor a actuar, la percepción, el aprendizaje, que incorpora un cambio

relativamente permanente en la conducta del consumidor, actitudes y criterios de

evaluación.

Por otra parte los sociales y culturales, que incorporan la cultura como la

causa principal de los deseos y conducta humana, que pasan de generación en

generación; la subcultura haciendo referencia a los grupos más pequeños de

personas, las cuales presentan patrones de consumo distintos; las clases sociales,

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122

por lo que la diferencia de clases afecta la conducta de compra del consumidor,

ya que crea preferencia a determinados productos; los grupos afectan la conducta

del consumidor en cuanto en ellos muchos patrones de consumo son aprendidos

por la opinión de los miembros de estos grupos a los que el individuo pertenece.

Los factores familiares son los que ejercen mayor influencia en el

consumidor, ya que la familia es la organización de compra y consumo más

importante en la sociedad, esto porque tiene a cargo enseñarle a sus miembros

las normas que van a seguir para consumir, y cada miembro de la familia juega

un rol importante para definir esas reglas.

Por último, los factores personales, que son aquellos que influyen la conducta

del consumidor por su propia situación, tales como edad, profesión, estilo de

vida, ingresos, personalidad y concepto de sí mismo. Son aquellos que, a pesar de

que el individuo pertenezca a una determinada cultura o clase social, puede tener

preferencias muy diferentes a estos.

Menciona Bado, que “después de que ha comprado un producto, el consumidor puede

detectar defectos en el mismo. Algunos compradores, no querrán el producto defectuoso, otros se

mostrarán indiferentes ante el defecto, y algunos verán el defecto como un aumento del valor del

mismo. Algunas veces los errores pueden ser dañinos para el consumidor” (Bado y otros,

1992, p 26).

Esto quiere decir, que la satisfacción del consumidor está sujeta a que lo

recibido coincida con las expectativas que se tenían con respecto al objeto, para

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123

que el adquirente esté satisfecho, el producto debe igualar lo esperado, y

dependiendo de si estas eran menores o demasiadas, se da satisfacción o no del

consumidor, expectativas que fueron creadas por la publicidad que el proveedor

presentó al consumidor referente al producto, por lo que el vendedor debe

limitarse a los beneficios reales del objeto que desea promocionar, ya que

dependiendo qué tan fiel sea esta publicidad a la realidad, así será la satisfacción

del adquirente del bien o servicio, y dependiendo de ello surge la responsabilidad

del vendedor.

Capítulo II. Protección al consumidor final en Costa Rica.

Sección I. Protección al consumidor en Costa Rica.

De acuerdo con Crespo, “en nuestro país se sigue un modelo de protección en el que el

consumidor será el actor principal en la defensa de sus propios intereses y el Estado actuará con

carácter subsidiario, facilitando sus iniciativas, y dotando al consumidor de un marco legal

adecuado que le sirva como herramienta frente a la agresión de sus derechos”. (Crespo, 2002,

p 109)

Cuando el consumidor final ve lesionados sus derechos, la normativa civil no

resulta suficiente, en el sentido de que se da una protección del afectado cuando

el daño ya fue ocasionado, tal y como lo señala el artículo 1045 del Código Civil,

que protege el derecho de una parte que se ve perturbado a causa de un daño

ocasionado por otro, y obliga a quien incumple a resarcir los daños y perjuicios.

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124

Cuando se cuestiona si esta protección es suficiente, la respuesta es negativa,

ya que la protección al consumidor debe ir más allá, y buscar una protección más

que todo preventiva, donde se busque evitar el daño y no solo repararlo. Para

ello es necesario formar al consumidor para impedir que sea víctima de la

conducta agresiva de las empresas.

Asimismo, es fundamental que el consumidor tenga los medios oportunos

para hacer valer sus derechos, tal y como lo dice Bulgarelli, “hay que trabajar y

moldear primero la persona del consumidor y luego hay que plantear alguna protección

legislativa que prevea las inevitables técnicas agresivas del empresario y la responsabilidad civil

contractual y también extracontractual en la que puede caer aquél por abusos y por perjuicios”.

(Bulgarelli, 1994, p 79)

Para ello es necesario que se regule en Costa Rica la publicidad de los

productos en virtud de tres principios fundamentales: veracidad, autenticidad e

información. (Bulgarelli, 1994, p 80)

La veracidad, se refiere a la licitud o legalidad de la publicidad, el cual exige la

no deformación de los hechos y la no inducción a error. Por su parte la

autenticidad se refiere a la pretensión de que las afirmaciones que se hacen con

respecto a las características de un producto deben ser exactas y apegadas a la

realidad, y puede ser sometido a prueba en cualquier momento. Y por último, la

información que es el principio mediante el cual el consumidor puede saber que

productos encuentra a su disposición en el mercado, por lo que la información

con respecto a estos debe ser la correcta.

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125

I.a. Responsabilidad civil contractual y extracontractual

Es aquella responsabilidad del proveedor frente al consumidor que sufre un

daño o perjuicio por el producto o servicio proporcionado. El artículo 35 de la

Ley de Promoción y Defensa Efectiva del Consumidor establece que:

“El productor, el proveedor y el comerciante deben responder concurrente e

independientemente de la existencia de culpa, si el consumidor resulta perjudicado por razón del

bien o el servicio, de informaciones inadecuadas o insuficientes sobre ellos o de su utilización y

riesgos Sólo se libera quien demuestre que ha sido ajeno al daño. Los representantes legales de

los establecimientos mercantiles o, en su caso, los encargados del negocio son responsables por los

actos o los hechos propios o por los de sus dependientes o auxiliares. Los técnicos, los encargados

de la elaboración y el control responden solidariamente, cuando así corresponda, por las

violaciones a esta Ley en perjuicio del consumidor”.

Muy claramente, incorpora esta norma la responsabilidad solidaria por los

daños que un producto ocasione a un consumidor, cuando el daño sea

ocasionado por técnicos, encargados de elaboración y control del negocio,

además, cuando se trata de un contrato donde una de las partes sea un

consumidor, la carga de la prueba recae sobre el proveedor.

Asimismo, se regula la responsabilidad objetiva, es decir, que los

representantes legales son responsables por los daños causados por un producto

defectuoso, aunque la negociación con el consumidor haya sido realizada por un

dependiente o auxiliar del negocio o establecimiento comercial, por lo que no se

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126

exime de responsabilidad al representante legal de un establecimiento, cuyos

productos sean ofertados por un dependiente o empleado.

Este daño que incorpora la ley vigente, y que genera responsabilidad por

parte del proveedor, puede ser a causa de dos razones, la primera por vicios

ocultos de la cosa a la hora de celebrar el contrato, es decir, el vendedor oculta

los defectos del producto con el fin último de llevar a cabo el contrato, lo cual

configura la responsabilidad civil contractual. La segunda razón, que

corresponde a la responsabilidad civil extracontractual, corresponde a la

negligencia, culpa, dolo o imprudencia del proveedor.

La responsabilidad que destaca en los tribunales y la doctrina, es la del

fabricante frente a las personas dañadas en su integridad, bienes o patrimonio

por los productos defectuosos que ofrezca. (Azofeifa y otros, 1988, p 459)

A continuación se estudiarán por separado.

- Responsabilidad civil contractual

Bulgarelli dice que esta responsabilidad “surge por la presencia de una garantía que

da el vendedor al comprador cuando se efectúa un contrato de compraventa”. (Bulgarelli,

1994, p 84).

En el derecho romano se conocía como “garantía por defectos escondidos”,

la cual sometía al vendedor a una serie de obligaciones cuando la cosa vendida

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127

presentaba un defecto, el cual no era detectado por el comprador en el momento

de la venta. Además, se conoce que la garantía se aplica a aquellos contratos

onerosos que transmiten derechos, los que originan un cambio de titular, por

ejemplo, la venta.

En la Sección cuarta, Capítulo Cuarto del Reglamento de la LPCDEC, habla

específicamente de la garantía, que consiste en asegurar que un producto cumple

con los estándares de calidad y requerimientos de salud, medio ambiente y

seguridad, se dice que esta es implícita, la cual se refiere a la naturaleza,

características, condiciones, calidad y utilidad o finalidad previsible para el cual

normalmente es adquirido. La garantía tiene un plazo mínimo de treinta días,

contados a partir de la entrega del bien, y este plazo puede ser ampliado por el

proveedor si así lo desea; y esta garantía debe constar por escrito aparte, cuando

se trata de bienes muebles duraderos.

Cuando un bien no cumpla con la función o finalidad prevista, se limita la

garantía implícita, para lo cual debe ser previamente informado por el vendedor.

La garantía mientras se encuentre vigente, el consumidor tiene derecho como

mínimo a devolución del dinero, sustitución o reparación del bien o reparación

totalmente gratuita de los defectos o vicios originarios. Si esto se incumpliere, el

consumidor puede presentar la denuncia en la Comisión Nacional del

Consumidor, y como se mencionó anteriormente, la carga de la prueba recae en

el proveedor u oferente.

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128

Para que lo anterior proceda, es necesario que el comprador no haya tenido

oportunidad de probar el producto, ya que en caso contrario no podrá accionar

contra el vendedor, pero si bien la cosa viene sellada y sin posibilidad de

probarla, el consumidor puede alegar que existe un vicio oculto.

Esto de conformidad con el artículo 1082 del Código Civil, que menciona la

acción de nulidad por los llamados vicios ocultos redhibitorios, el cual dice:

“La venta no podrá ser anulada por vicios o defectos ocultos de la cosa de los llamados

redhibitorios, salvo si esos vicios o defectos envuelven error que anule el consentimiento, o si hay

estipulación en contrario”.

Esta norma se refiere a la acción de anulabilidad por un vicio en el

consentimiento del comprador, cuya prescripción es de cuatro años.

Igualmente lo regulado por el artículo 450 del Código de Comercio, se dice

respecto a los vicios ocultos:

“El comprador que al tiempo de recibir la cosa la examina y prueba a satisfacción, no

tendrá derecho para repetir contra el vendedor alegando vicio o defecto de cantidad o calidad.

El comprador tendrá derecho a repetir contra el vendedor por esos motivos, si hubiere

recibido la cosa enfardada o embalada, siempre que dentro de los cinco días siguientes al de su

recibo manifieste por escrito al vendedor o a su representante vicio o defecto que proceda de caso

fortuito o fuerza mayor o deterioro por la naturaleza misma de las cosas. El vendedor podrá

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129

exigir que en el acto de la entrega se haga un reconocimiento en cuanto a calidad y cantidad.

Hecho ese reconocimiento en presencia del comprador o de su encargado de recibir mercadería, si

estos se dan por satisfechos, no cabrá ulterior reclamo.

Si los vicios fueren ocultos, el comprador deberá denunciar por escrito al vendedor o su

representante, dentro de los diez días a partir de la entrega, salvo pacto en contrario. La acción

judicial prescribirá en tres meses contados desde la entrega.”

Para estos efectos esta norma establece una acción redhibitoria en su párrafo

segundo, mediante la acción de repetición. Para poder utilizar esta acción es de

fundamental importancia que el comprador desconozca los vicios al momento

de adquirir la cosa, además, estos vicios no pueden ser por causas posteriores a la

compra. Estos vicios no pueden ser evidentes, ya que el comprador sí puede

probar el objeto antes de realizar la compra, y se tiene por satisfecho, no podrá

posteriormente accionar contra el proveedor.

La garantía del saneamiento funciona para bienes muebles, la cual

comúnmente consiste en la reparación de la cosa. Si no se llegara a un acuerdo, el

Juez decidirá si la cosa se repone o se repara. Tal y como lo contempla el artículo

452 del Código de Comercio:

“Cuando el vendedor garantiza por tiempo determinado el funcionamiento de la cosa

vendida, si se notare con defecto, el comprador, salvo pacto en contrario, deberá informarlo al

vendedor dentro de los treinta días de haberlo descubierto y en tanto no exceda del plazo de

garantía, bajo pena de caducidad.

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130

La autoridad judicial competente, a solicitud de la parte interesada y siguiendo los trámites

establecidos para los actos de jurisdicción voluntaria, podrá fijar un plazo para la reparación de

la cosa, o, si fuere del caso ordenar la sustitución sin perjuicio del resarcimiento de daños y

perjuicios. Si la garantía de buen funcionamiento no tuviere plazo, se entenderá dada por un

año”.

Asimismo, la Ley de Promoción de la Protección y Defensa Efectiva del

Consumidor, al respecto en su artículo 43 párrafo cuarto, dice que:

“(…) Los consumidores tienen hasta treinta días, contados a partir de la entrega del bien o

de la prestación del servicio, para hacer valer la garantía ante la Comisión para promover la

competencia. Si se trata de daños ocultos del bien que no se hayan advertido expresamente, el

plazo comienza a correr a partir del momento en que se conocieron esos daños. Si el contrato

entre las partes establece plazos mayores, estos prevalecen.”

Además, de este mismo cuerpo normativo el artículo 53 inciso e), establece

que:

“La Comisión Nacional del Consumidor tiene las siguientes potestades:

(…)e) Ordenar, cuando proceda, la devolución del dinero o del producto. Puede fijar,

asimismo, un plazo para reparar o sustituir el bien, según corresponda.

(…)La Comisión Nacional del Consumidor no tiene competencia para conocer de la

anulación de cláusulas abusivas en los contratos de adhesión, conforme al artículo 39 de esta

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131

Ley, ni del resarcimiento de daños y perjuicios. Estos casos deben ser conocidos solo por los

órganos jurisdiccionales competentes.”

El saneamiento por los defectos o gravámenes ocultos de la cosa vendida es

una de las vías que el consumidor tiene frente al vendedor. (Bulgarelli, 1994, p

85) Esto porque se presume en virtud de que se cuenta con que el vendedor

garantiza que sus bienes poseen las características que promete, entre ellos que se

encuentre en buen estado.

Azofeifa, citada por Bulgarelli dice que “la garantía legal es dada cuando la cosa

presenta al momento de la venta, un defecto oculto que lo conduce al uso impropio al cual la

destinamos, o que disminuye tanto su uso que el comprador no la habría adquirido, o habría

tenido un mejor precio si él hubiera sabido o conocido el defecto”. (Bulgarelli, 1994, p 86)

Jean Calais, mencionado por Azofeifa, enumera cinco motivos por los cuales

la garantía legal no protege a los consumidores (Azofeifa y otros, 1988, p 474):

1. Por la ignorancia del consumidor de la existencia de esta.

2. Esta garantía protege derechos mal adaptados a sus necesidades.

3. Cuando el comprador recurre a esta garantía, en su mayoría el

vendedor se niega, por lo que debe recurrir a la vía judicial.

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132

4. La acción fundada en esta garantía debe hacerse en un corto plazo, de

acuerdo con el artículo 452 del Código de Comercio, y si se presenta

fuera de este, se declara extemporánea y por lo tanto, se rechaza.

5. La carga de la prueba recae sobre el comprador. Debe probar que el

defecto existía al momento de la venta. Esta última no es el caso de

Costa Rica.

Otra forma de proteger al consumidor, como una de las partes del contrato,

es la “garantía de funcionamiento”, que consiste en “la seguridad que el vendedor le

da al comprador de que la cosa vendida va a funcionar normalmente durante el tiempo

estipulado”. (Azofeifa y otros, 1988, p 476)

Mediante esta protección, el oferente da palabra expresamente al adquirente

final del producto una específica garantía, mediante un certificado, donde se

compromete a que la cosa funcione correctamente durante un plazo establecido,

asumiendo el riesgo si este resultado no se produce. Si la cosa se daña, se asumen

los gastos de reparación, mientras sea en el plazo pactado por las partes, después

de la venta.

- Reponsabilidad civil extracontractual

Es la entendida como “aquella relación jurídica compleja según la cual, una persona o

personas se encuentran en el deber de resarcir a otra u otras los daños y perjuicios que les

hubiera ocasionado antijurídicamente”. (Azofeifa y otros, 1988, p 480).

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133

Es por esta responsabilidad civil extracontractual que el consumidor puede

reclamar los daños ocasionados por un producto defectuoso, ya que legitima al

lesionado a la reparación adecuada del daño causado. En este tipo de

responsabilidad, puede no existir un acuerdo entre las partes, el bien se encuentra

de acuerdo con lo pactado, pero este ocasiona al consumidor un daño que pone

en riesgo su salud e integridad física.

De acuerdo con Azofeifa, “se permite una acción en contra del vendedor cuyos bienes

causaron daño a su cliente, ya sea por una mala presentación o debido a defectos provocados por

su negligencia”. (Azofeifa y otros, 1988, p 481)

Puede el consumidor, mediante esta acción, interponer demandas contra la

fabricación negligente y además, contra las personas que las venden, ya que el

bien fabricado defectuoso legitima al consumidor para exigir la reparación

oportuna del vendedor.

La ilicitud proviene de la negligencia en la fabricación de un producto, en el

deber de seguridad a la hora de introducirlo en el comercio, por lo que el

fabricante responde no sólo por la elaboración defectuosa, sino también por

ponerlo a circular en el tráfico comercial, por lo que “el deber de diligente fabricación

tiene como manifestación principal el control diligente de lo fabricado”. (Azofeifa y otros,

1988, p 483).

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134

Un fabricante se encuentra obligado a producir objetos que no perjudiquen al

consumidor o resulten peligrosos para él, en ese caso, deberá informar dichos

riesgos al consumidor y así exonerarse de responsabilidad alguna.

Es en este tipo de responsabilidad que se menciona la solidaria y objetiva,

tanto del fabricante como del dependiente. Esto quiere decir que el empresario

puede incurrir en responsabilidad civil extracontractual por hechos ajenos, los

criterios objetivos son (Azofeifa y otros, 1988, p 486):

- Criterio del acto anormal: sólo se responde civilmente por daños

producidos a consecuencia de un acto anormal.

- Criterio de la causalidad: basta la imputación causal del daño para atribuir

la responsabilidad civil.

- Criterio de riesgo-provecho: quien desarrolla un peligro de cuya actividad

se lucra debe responder del daño que eventualmente se produzca.

Azofeifa aclara entonces que “la responsabilidad civil del principal depende de que el

empleado cometa infracción criminal en el desempeño de sus obligaciones o servicio”. (Azofeifa

y otros, 1988, p 487)

El principio de la responsabilidad civil extracontractual se recoge en nuestro

ordenamiento jurídico, en el artículo 1045 del Código Civil, que literalmente dice:

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135

“Todo aquel que por dolo, falta, negligencia o imprudencia, causa a otro un daño, está

obligado a repararlo junto con los perjuicios”.

La doctrina coincide en que se debe afirmar la culpa del auxiliar causante del

daño para que el empresario, dueño del establecimiento tenga responsabilidad, y

esté obligado a reparar el daño causado al comprador, y menciona (Azofeifa y

otros, 1988, p 489):

I. Problema del nexo causal: la responsabilidad civil del fabricante

frente al consumidor recae en la premisa de que el consumo, uso o

relación fáctica con el producto, es el único fundamento de la

pretensión del consumidor, o sea, debe existir una relación negocial

entre el fabricante y el dañado, los cuales se relacionarán por el

hecho dañoso y por la acción de reparación. Por lo que la puesta en

el comercio de la cosa defectuosa es la conducta que vincula al

fabricante con el daño.

II. Carga de la prueba de la culpa: si esta responsabilidad recayera en el

consumidor, se le estaría colocando en un estado de indefensión

por los daños ocasionados, pues se hace depender la indemnización

del daño de la prueba de la culpa del agente por parte del dañado, lo

cual es sumamente difícil para la víctima, ya que desconoce los

procesos de fabricación del producto defectuoso, como también los

de distribución o información.

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136

III. El daño y su prueba: el daño es todo detrimento o lesión que sufre

una persona en sus bienes, quien quiera que sea el causante, con o

sin intención. Y existirá siempre que se le cause un perjuicio a otro

en sus derechos, el cual debe ser resarcido por quien lo ocasiona.

Para estos casos existen cláusulas de exclusión de la responsabilidad del

fabricante, en primer lugar cuando el defecto se debe a caso fortuito, y media la

previsibilidad y la inevitabilidad, el fabricante solamente debe probar la

conformidad de su actividad de producción a ese nivel, para así eximirse de la

imputación de responsabilidad, ya que el defecto inevitable no excluye la

obligación de reparar, esto porque en toda producción existe una cuota de riesgo

inevitable. En segundo lugar, el uso negligente o anormal del producto exime de

responsabilidad civil al productor, esto sucede cuando se le da un uso al

producto distinto para el que fue creado, y por último cuando el defecto se deba

a uno o varios sujetos intervinientes en la distribución. (Azofeifa y otros, 1988, p

501)

Se concluye que el fabricante debe asumir la responsabilidad de la

organización de la actividad productiva, es decir, que es responsable de lo que

fabrique y ponga en el comercio, ya que estos bienes no pueden resultar

peligrosos para el consumidor, por lo que debe actuar con el debido cuidado y

diligencia. Además, resulta necesario que el proveedor prevenga a los

consumidores respecto a los defectos que puedan surgir, a pesar de su uso

normal del bien adquirido.

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137

Es importante aclarar que para efectos de la presente investigación, la división

entre responsabilidad civil contractual y extracontractual no es tan tajante, esto

porque es prácticamente lo mismo.

En materia del consumidor se aplica la regla genérica de que los daños y

perjuicios derivados de la defensa de este, tienen como fuente la responsabilidad

civil extracontractual del artículo 1045 del Código Civil, antes citado.

Esta división no es tan definida porque ya sea en virtud de la relación

contractual entre consumidor y proveedor o en virtud de la responsabilidad

extracontractual, siempre se le está causando un daño al consumidor.

Sección II. Protección del consumidor final costarricense en el comercio

electrónico.

II.a. Protección del consumidor en el derecho público. Administración

Pública.

Así como se protege al consumidor común en Costa Rica con los medios que

se explicarán continuación, se protege también al consumidor final costarricense

en el comercio electrónico, esto porque por ser costarricense, le aplican los

mismos medios de protección.

Constitución Política.

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138

El consumidor está amparado en el artículo 46 de la Carta Magna. La parte

que interesa para este caso reza: “los consumidores y usuarios tienen derecho a la

protección de su salud, ambiente, seguridad e intereses económicos; a recibir

información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a un trato equitativo. El

Estado apoyará los organismos que ellos constituyan para la defensa de sus

derechos. La ley regulará esas materias”. (Así reformado por ley No.7607 de 29

de mayo de 1996).

Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del

Consumidor, número 7472 y su reglamento número 25234.

La LPCDEC en Costa Rica, es el principal medio de protección del

consumidor costarricense, ya que de acuerdo con su artículo primero:

“El objetivo de la presente Ley es proteger, efectivamente, los derechos y los intereses

legítimos del consumidor, la tutela y la promoción del proceso de competencia y libre

concurrencia, mediante la prevención, la prohibición de monopolios, las prácticas monopolísticas

y otras restricciones al funcionamiento eficiente del mercado y la eliminación de las regulaciones

innecesarias para las actividades económicas”.

Esta ley resulta ser el instrumento principal de protección al consumidor, ya

que regula varios ámbitos del mercado. Esta surge además, por la necesaria

intervención del Estado para proteger al consumidor.

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139

Existe en Costa Rica, en virtud del Reglamento de la Ley de Promoción de la

Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, la Comisión Nacional del

Consumidor, que tiene a su cargo recibir, tramitar y dar solución a las quejas que

este interponga.

La queja se interpone ante la UTA, Unidad Técnica de Apoyo de la CNC, o

ante cualquier oficina del Ministerio de Economía, Industria y Comercio y este la

remite ante la UTA.

Es un procedimiento administrativo que se rige por lo que dice el

Reglamento, la LGAP y el Código Procesal Contencioso Administrativo.

La denuncia debe ser interpuesta por escrito y debe ir firmada por el

denunciante, no necesita ser autenticada por un abogado; también tiene la

opción de presentarla ante la misma oficina y los funcionarios levantan un acta

que equivale a la denuncia.

La UTA tiene el pazo de 30 días para atender la queja y darle trámite. Debe

procurar la conciliación entre las partes antes de continuar con el procedimiento.

Si la conciliación no rinde frutos o las partes no se presentan, el órgano

director procede a darle trámite al asunto.

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140

Cabe la posibilidad de que se interpongan medidas cautelares, las cuales

pueden ser: congelamiento o decomiso de bienes, suspensión o cese de los

hechos denunciados.

Dicta la resolución y tiene recurso de reconsideración o reposición.

Este órgano no se puede referir a la indemnización de daños y perjuicios,

para esto el afectado debe acudir a la vía judicial.

Las disposiciones que son violentadas y que permiten al consumidor acudir

ante a CNC son las siguientes:

a. Cuando el comerciante irrespeta el contrato y sus condiciones.

b. Cuando el consumidor no es informado correctamente sobre las

condiciones del producto.

c. Si el comerciante no informa sobre el uso adecuado del producto.

d. Si no se le advierte al consumidor que el objeto comprado es reconstruido

o tiene partes usadas.

e. Si no se le avisa al consumidor que lo comprado no tiene repuestos

disponibles.

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141

f. Si no tiene la garantía correspondiente.

g. Si no resuelve el contrato luego de no haber respondido por el daño de lo

comprado en un tiempo razonable.

h. Si los plazos para los reclamos no son prudenciales.

i. Que haya cláusulas abusivas en el contrato, según lo establecido en el

artículo 42 de la Ley.

j. Si no se extiende una factura u orden de compra.

k. Si se incumple alguno de los derechos del consumidor, explicados

anteriormente en el presente trabajo.

Además, existen otros organismos en nuestro país que se encargan de la

protección al consumidor, tales como:

Poder Ejecutivo

De acuerdo con la LPCDEC, en su artículo 33, sus funciones son:

a) Velar porque los bienes y servicios que se vendan y se presten en el

mercado, cumplan con las normas de salud, seguridad, medio ambiente y los

estándares de calidad.

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142

b) Formular programas de educación e información para el consumidor, con

el propósito de capacitarlo para que pueda discernir y tomar decisiones fundadas

acerca del consumo de bienes y servicios, con conocimiento de sus derechos.

c) Fomentar y promover las organizaciones de consumidores y garantizar su

participación en los procesos de decisión y reclamo, en torno a cuestiones que

afectan sus intereses.

d) Garantizar el acceso a mecanismos efectivos y ágiles de tutela

administrativa y judicial, para defender los derechos y los intereses legítimos de

los consumidores.

e) Estructurar una canasta básica que satisfaga, por lo menos, las necesidades

de los costarricenses cuyo ingreso sea igual o inferior al salario mínimo

establecido por ley y regular, cuando lo considere necesario, los bienes y

servicios que la componen.

Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC)

El MEIC, tiene la función de fijar modificar y controlar los precios y

porcentajes de utilidad de bienes y servicios, la cual le fue otorgada por la Ley de

Protección al Consumidor Número 7472. Sus atribuciones se regulan en el

artículo 5 de dicha ley, que dice que los funcionarios del MEIC están facultados

para verificar el cumplimiento correcto de la regulación de precios.

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143

Lo anterior como función genérica, ya que cuenta con atribuciones

potestativas, tales como requerir informes a las empresas, dictar medidas para el

adecuado abastecimiento del consumo interno, velar por el correcto estado de

pesas y medidas, registradoras que puede decomisar cuando estén en mal estado,

decomisar bienes ofrecidos en venta al público a precios o porcentajes de

utilidad mayores a los establecidos, permitir la libre importación o conceder

permisos de importación en condiciones especiales, prohibir la exportación,

establecer cuotas u otros regímenes especiales, regular la distribución de los

artículos para el consumo nacional y fijar cuotas a dichos artículos, evitar

prácticas restrictivas y monopolísticas de la actividad comercial, clasificar los

establecimientos comerciales, dictar medidas para asegurar el cumplimiento de

las normas oficiales de calidad, entre otras.

Las atribuciones obligatorias de este Ministerio son por mencionar algunas

establecer mecanismos para que tanto el consumidor como las organizaciones de

estos, participen en la defensa de sus derechos, revisar la lista oficial de precios

máximos y porcentajes de utilidad, cada primer semestre del año, cuando alguien

requiere que se le fijen precios máximos de sus productos, deben entregar la

documentación respectiva, y este Ministerio está en la obligación de fijar esos

precios en el mes siguiente, la Municipalidad debe enviarle los negocios

patentados en su cantón.

Reglamento a la Ley Orgánica del Ministerio de Economía, Industria y

Comercio, número 32475-MEIC.

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144

Este reglamento habla sobre la Dirección de Apoyo al Consumidor, que tiene

un departamento que se llama Departamento de Apoyo a la CNC, la cual funge

como Unidad Técnica de Apoyo a la CNC (UTA).

Su función principal es tramitar e instruir las denuncias presentadas ante la

CNC por incumplimiento de los derechos del consumidor y deberes de los

comerciantes, señaladas en la Ley 7472, mediante los procedimientos

administrativos ordinarios y sumarios que al efecto se establece.

Ministerio de Salud

Son tres puntos básicos los que les competen a este Ministerio, primero la

regulación de los derechos y deberes concernientes a la salud personal, en

segundo lugar, los deberes y restricciones a que quedan sujetas las personas en

consideración a la salud de terceros, y por último los deberes de las personas

para la conservación y acondicionamiento del ambiente y de las restricciones a

que quedan sujetas en sus actividades en beneficio de su preservación. (Bado y

otros, 1992, p 103)

Ley General de la Salud: en esta ley se abarca la protección a la salud del

consumidor. El encargado de vigilar que las disposiciones de este cuerpo

normativo se cumplan, es el Ministerio de Salud.

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145

De conformidad con el artículo 107 se prohíbe la importación, elaboración,

comercio, distribución o suministro de medicamentos deteriorados, adulterados

o falsificados, ya que pueden poner en peligro la salud del consumidor.

Asimismo en el artículo 121 se establece la obligación por parte de los

mismos sujetos descritos anteriormente, de utilizar envases, materiales de

acondicionamientos y empaques adecuados para impedir el deterioro, alteración

de medicamentos o el desarrollo de condiciones riesgosas para el consumidor.

Lo mismo se establece relacionado con los productos alimenticios, estos

deben cumplir con las normas sanitarias para garantizar la buena calidad de

estos, según el reglamento o las normas sanitarias y de calidad de alimentos

aprobadas por el Ministerio o suscritas por el Gobierno en virtud de

convenciones internacionales. (Artículos 196 y 199 de la Ley General de Salud).

La ley es clara en cuanto a que toda condición del alimento que se vende,

debe estar especificada en el envase, como es el caso de los alimentos artificiales.

II. b. Protección del consumidor en el derecho privado.

Organizaciones de consumidores.

Bulgarelli menciona, las organizaciones de consumidores, las cuales son

“aquellas agrupaciones de sujetos que buscan unirse, para con esa agrupación disminuir el

abuso que de ellos se hace y los perjuicios que les causan los comerciantes o distribuidores de

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146

productos y los prestatarios de servicios con altos precios y mala calidad”. (Bulgarelli, 1994,

p92)

Y entre sus actividades están:

- Dar a conocer al consumidor sus derechos.

- Procurar información a la opinión pública relacionada con el consumo,

calidad y precio.

- Educar al consumidor para evitar los abusos contra este.

- Luchar contra el fraude, así como por la defensa del consumidor y otorgar

la posibilidad de acciones reivindicatorias.

De acuerdo con Bulgarelli, existen varios tipos de organizaciones de

consumidor, las más importantes son:

I. Asociaciones y Cooperativas de Consumidores.

Las asociaciones, surgen como producto de un sindicalismo, donde se

protege al más débil del más fuerte, estas incluyen la formación del consumidor.

La asociación costarricense “considera que debe elevar la calidad de vida de los

costarricenses por medio de la ampliación de la canasta básica de productos”. (Bado y otros,

1992, p 69)

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147

Las asociaciones tienen entre sus funciones el análisis comparativo de

productos o utensilios de uso común, lo cual consiste en someter a un

determinado número de productos del mismo tipo a una serie de pruebas con

cierto rigor científico. Cumplen una función más protectora que informativa.

(Azofeifa y otros, 1988, p 64)

Las cooperativas, por su parte tienen fines más específicos, se ve como un

mecanismo para prestar servicios a los consumidores, busca una economía más

democrática, de solidaridad y de servicio. Son grupos de consumidores que

buscan beneficiar a los demás, sin fines de lucro.

En principio las cooperativas venden los productos a sus socios a un precio

menor a lo que se encuentra en las tiendas, ya que su fin no es lucrar, sino más

bien beneficiar al consumidor. En algunos países han logrado ser las que fijan los

precios, y de esta forma se da un efecto masivo, no sólo beneficiando a unos

cuantos, sino a una cantidad importante de consumidores

II. Autodefensa del Consumidor.

Mediante esta figura se educa al consumidor para que sean ellos mismos

quienes defiendan sus derechos y puede ser por acción negativa, tales como

huelgas y boicots o bien por una acción de defensa por la información de los

consumidores, como medida preventiva.

III. Federaciones de Consumidores.

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148

Estas se han dado como una necesidad de adoptar nuevos métodos contra

abusos de los grandes monopolios, practican una política de presencia,

haciéndose sentir en los sectores comerciales y los consumidores. (Azofeifa y

otros, 1988, p103).

Se ocupan del comercio al por mayor, hasta se han dedicado a fabricar por su

cuenta artículos de su propio consumo.

II. c. Protección extrajurídica del consumidor.

Corresponde a aquellos mecanismos en los que no forma parte el Estado,

sino que las partes acuden a entes privados para darle una solución más rápida y

satisfactoria a sus controversias, muchas veces la utilización de estos medios de

resolución alterna de conflictos, es pactada por las partes en el contrato, para

evitar dilatar el conflicto.

Entre los mecanismos de protección extrajurídica del consumidor se tienen

los siguientes:

- Conciliación: es previa al planteamiento del conflicto, por lo menos en su

manifestación más aguda y violenta, procura que las partes por sí solas

lleguen a un acuerdo satisfactorio para ambos, y de esta forma evitar que

el conflicto se agrave. Así, se evita acudir a la jurisdicción nacional.

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149

- Arbitraje: especie de juicio o solución conforme a derecho, pero no

participa un Tribunal, con formalismos procesales, se lleva a cabo por el

consentimiento de ambas partes, con el fin de dar por terminado el

conflicto de forma célere.

II.d. Jurisprudencia nacional

No hay un caso específico en la jurisprudencia nacional que trate situaciones

sobre la defensa del consumidor final en la compraventa por Internet.

Sin embargo, la jurisprudencia lo que brinda es soporte en cuanto a la

definición de consumidor, sus derechos, las instancias a las cuales puede acudir y

los artículos más relevantes que lo respaldan.

Se reconoce que el consumidor es una parte débil que necesita especial

protección frente a los proveedores de bienes y servicios. Al respecto en la

Sentencia 03831 de las dieciséis horas del 11 de octubre del 2010 del Tribunal

Contencioso Administrativo Sección VI, se cita una sentencia de la Sala IV que

indica lo siguiente:

“En ese sentido, la Sala Constitucional de la Corte

Suprema de Justicia, ha considerado: “... es notorio que el

consumidor se encuentra en el extremo de la cadena formada por la

producción, distribución y comercialización de los bienes de consumo

que requiere adquirir para su satisfacción personal, y su

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150

participación en ese proceso, no responde a razones técnicas ni

profesionales, sino en la celebración constante de contratos a título

personal. Por ello su relación en ese secuencia comercial es de

inferioridad y requiere de una especial protección frente a los

proveedores de los bienes y servicios, a los efectos de que previo a

externar su consentimiento contractual cuente con todos los

elementos de juicio necesarios, que le permitan expresarlo con toda

libertad y ello implica el conocimiento cabal de los bienes y servicios

ofrecidos. Van incluidos por lo expresado, en una mezcla armónica,

varios principios constitucionales, como la preocupación estatal a

favor de los más amplios sectores de la población cuando actúan

como consumidores, la reafirmación de la libertad individual al

facilitar a los particulares la libre disposición del patrimonio con el

concurso del mayor posible conocimiento del bien o servicio a

adquirir, la protección de la salud cual está involucrada, el

ordenamiento y la sistematización de las relaciones recíprocas entre

los interesados, la homologación de las prácticas comerciales

internacionales al sistema interno y en fin, la mayor protección del

funcionamiento del habitante en los medios de

subsistencia...” (Sentencia número 1996-04463. Véase en

sentido similar, la sentencia número 1992-01441). (Voto

03831 de las dieciséis horas del 11 de octubre del 2010

del Tribunal Contencioso Administrativo Sección VI).

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151

En la Sentencia 088 de las diez horas del 13 de marzo del 2010, emitida por:

Tribunal Segundo Civil Sección I, se hace un análisis del artículo 46 de la

Constitución Política, se explica que mediante ley 7607 del 29 de mayo de 1996,

se introdujo un párrafo que establece:

“Los consumidores y usuarios tienen derecho a la protección de

su salud, ambiente, seguridad e intereses económicos; a recibir

información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a un trato

equitativo. El Estado apoyará los organismos que ellos constituyan

para la defensa de sus derechos. La ley regulará esas materias”.

Continúa diciendo el voto antes descrito que, “Las políticas de los

gobiernos deben tratar de hacer posible que los consumidores

obtengan el máximo beneficio de sus recursos económicos. Los

gobiernos deben elaborar, reforzar o mantener, según proceda,

medidas relativas al control de las prácticas comerciales restrictivas y

otras de tipo ABUSIVO que puedan perjudicar a los

consumidores, así como medios para hacer efectivas esas

medidas”. Continúa diciendo: “En conclusión, específicamente,

en el campo de las relaciones de consumo, el numeral 46 le impone

al Estado una serie de acciones positivas• “para garantizar a la

persona consumidora el acceso a una información adecuada y veraz.

Esas acciones positivas son las que la dan la pauta para la

promulgación de la Ley número 7472 conocida como Ley de

Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del

Consumidor. La norma en cuestión introduce todo un capítulo

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152

relativo a los derechos de las personas consumidoras (Capítulo V°),

que es de obligado acatamiento para los productores y comerciantes

de los sectores público y privado (artículo 28). El numeral 34

establece las obligaciones de las personas comerciantes. El inciso a)

regula la obligación de respetar las condiciones de la contratación; el

b), la de brindar información clara y veraz a la persona

consumidora de los elementos que inciden en la relación de consumo.

Por último, el o) obliga a las empresas a apegarse a la equidad, los

buenos usos comerciales y a la ley, en su relación con el consumidor

o la consumidora y, lo que es trascendental acá, la

circunstancia de que, toda información, publicidad

u oferta al público de bienes ofrecidos o de servicios

por prestar, transmitida por cualquier medio o forma

de comunicación, vincula al productor que la

transmite, la utiliza o la ordena y forma parte del

contrato. De esta manera, la ley número 7472, ofrece toda una

serie de controles para garantizar que, a la persona consumidora, se

le pongan en conocimiento, de forma clara y veraz, las condiciones

generales de la contratación en los convenios predispuestos so pena

de que, si no se le otorga la posibilidad de conocerlas o aún

conocidas no resultan ser claras sino más bien ambiguas, las

cláusulas que reúnan esas características se declaran inválidas e

ineficaces (control de inclusión). Asimismo, aún y cuando se tenga

la posibilidad de conocerlas y su redacción sea clara, es posible

anularlas, cuando ellas sean calificadas como abusivas (control de

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153

contenido). Ambos controles están contenidos en el numeral 42 de

la ley en comentario.” (Sentencia 00088 de las diez horas del

13 de marzo del 2010, emitida por: Tribunal Segundo

Civil Sección I).

También encuentra respaldo lo dicho en el voto anterior, lo que señala la

Sentencia 040, de las siete horas con treinta minutos del doce de enero del dos

mil diez, emitida por el Tribunal Contencioso Administrativo Sección VI:

“Lo anterior significa, que en la relación de consumo entre el

comerciante o proveedor y el consumidor, existe por la dinámica

natural del comercio, una desigualdad entre ambos, y el consumidor

en esta relación natural, es la parte más débil, por lo que nuestra

Constitución Política, viene a equilibrar esa relación de consumo,

otorgándole al consumidor una serie de derechos fundamentales que

lo protegen de su desigualdad natural con el comerciante y proveedor.

Además, nuestro texto constitucional le impone al Estado, la

obligación de apoyar los derechos que defiendan al consumidor, esto

significa que en los procesos en los que se debe resolver un conflicto

producido dentro de una relación de consumo, la interpretación y la

aplicación de las normas, en caso de duda, deben favorecer al más

débil, es decir, al consumidor. Precisamente, en materia de

protección al consumidor, sucede algo similar a lo que ocurre en la

sede laboral con el indubio pro trabajador y en el mismo proceso

penal con el indubio pro reo. En general, son normas

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154

proteccionistas, que defienden a la parte más débil de una relación,

por lo que en caso de conflicto en sede jurisdiccional, el juez debe

interpretar y aplicar la norma jurídica teniendo siempre en cuenta

que el consumidor tiene una serie de derechos fundamentales, por lo

que procesalmente hablando, el comerciante o proveedor, tiene una

obligación mayor que en otras materias, de demostrar que ha

cumplido con sus obligaciones en la relación de consumo y que ha

respetado los derechos fundamentales del consumidor, en caso

contrario, deberá responder por la infracción a estas reglas como lo

determine las normas infraconstitucionales. Ahora, como lo dice el

artículo 46 constitucional, es a la Ley la que le corresponderá

regular esos derechos, y es justamente lo que hace la Ley de

Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor,

número 7472(…) Como se desprende de la simple lectura de los

artículos 32 y 34 de la Ley de Promoción de la Competencia y de

Defensa Efectiva del Consumidor, los derechos fundamentales del

consumidor, son precisados y desarrollados por esos artículos.

Ahora, este Tribunal debe resaltar y precisar los derechos del

consumidor, relevantes para casos como el presente , que se repite

vienen regulados en el texto del párrafo quinto del artículo 46 de la

Constitución Política y principalmente, en los artículos citados, 32 y

34 de la Ley de Promoción de la Competencia y de Defensa

Efectiva del Consumidor, que se resumen de la siguiente

manera: a) El comerciante o proveedor debe dar acceso al

consumidor a la información, veraz y oportuna (preventiva,

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155

completa y cierta), sobre los diferentes bienes o servicios que vaya

adquirir o utilizar el consumidor, por ejemplo, se debe dar

información previa y durante la utilización de un servicio, debe ser

completa y claramente comprensible y correcta, es decir, nunca falsa,

y debe brindarse de manera oportuna a efectos de que el consumidor

pueda tomar sus decisiones de consumo de una manera adecuada y

evitando caer en situaciones dañosas o riesgosas; b) El comerciante

o proveedor, deberá proteger al consumidor contra los riesgos que

puedan afectar la seguridad de los bienes y servicios que este

adquiera o utilice. En palabras sencillas, se le debe garantizar

seguridad al consumidor por parte del comerciante o proveedor,

disminuyendo los riesgos que le puedan generar daños a este

último; c) El comerciante o proveedor debe proteger los intereses

económicos legítimos de sus consumidores; d) A nivel contractual, el

comerciante o proveedor, debe proteger al consumidor de cláusulas

abusivas en los contratos de adhesión; e) El comerciante o

proveedor, debe procurar el darle al consumidor un trato equitativo,

esto significa no solo una igualdad de condiciones, sino el derecho del

consumidor de ser tratado de manera justa, respetuosa, brindando,

lo que en las prácticas usuales, se denomina un buen servicio al

cliente, evitando el trato irrespetuoso, injusto y emitiendo criterios

subjetivos de la forma de actuar de sus clientes. Ahora, considera

este Tribunal, que cuando un comerciante o proveedor incumple

estas obligaciones y de forma correlativa viola los derechos del

consumidor, se transgrede directamente la Constitución Política y la

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156

Ley de Promoción de la Competencia y de Defensa Efectiva del

Consumidor, y surge como efecto necesario y lógico, una

responsabilidad del comerciante o proveedor hacía el consumidor, de

reparar los daños y perjuicios que se le ocasionen este último”.

(Sentencia 00040, de las siete horas con treinta minutos

del doce de enero del dos mil diez, emitida por el

Tribunal Contencioso Administrativo Sección VI).

La sentencia 00783 de las ocho horas con cuarenta minutos del 23 julio del

2003 emitida por el Tribunal Primero Civil señala que para que el consumidor

haga valer sus derecho puede acudir a la vía administrativa o a la judicial. Indica

que de acudirse al procedimiento judicial, debe seguirse un proceso sumario con

base en el artículo 432 y siguientes del Código Procesal Civil y el 46 de la Ley de

Protección del Consumidor en el artículo 43. Para que se acoja la demanda,

deben ser analizados tres supuestos: 1. Que quien reclama sea consumidor, 2.

Que haya violación a uno o varios derechos del consumidor, 3. Que se acrediten

los daños y perjuicios. Indica lo siguiente:

“CONSUMIDOR: Toda persona física o entidad de hecho

o de derecho, que, como destinatario final, adquiere, disfruta o

utiliza los bienes o los servicios, o bien, recibe información o

propuestas para ello. También se considera consumidor al pequeño

industrial o al artesano –en los términos definidos en el Reglamento

de esta Ley – que adquiera productos terminados o insumos para

integrarlos en los procesos para producir, transformar, comercializar

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157

o prestar servicios a terceros”. Se trata de un concepto amplio de

“consumidor”, el cual supera el criterio restringido de la persona

física o jurídica (sociedad anónima) que compra bienes o servicios en

el comercio. Se extiende a las sociedades de hecho o empresas no

inscritas debidamente en el Registro Mercantil, pero operan en el

campo comercial. (…) Por último, consumidor no es únicamente el

que compra bienes, sino el que recibe información o propuestas para

ello; esto es ofertas mediante volantes, correo o por medio de la

informática. La característica es ser destinatario final de bienes o

servicios. (…) Violación de los derechos al

consumidor. La norma que establece los derechos del

consumidor es el artículo 29 de la ley de comentario. (…)

Demostración de los daños y perjuicios. En este punto

concreto lleva razón el Juzgado a-quo. En principio, como regla

general, los daños y perjuicios derivados de defensa al consumidor

tienen como fuente la responsabilidad civil extracontractual del

artículo 1045 del Código Civil. Por su naturaleza, corresponde a

la parte que reclama acreditar la relación de causalidad y la

cuantificación del daño. Reclama el actor daño material y moral por

los problemas derivados de la retención del vehículo por el

Organismo de Investigación Judicial. Además, pretende intereses

sobre esas sumas y lo pagado por alquiler de otro vehículo. Tales

pretensiones son improcedentes al menos en este proceso sumario

porque la responsabilidad sería de carácter contractual y no

extracontractual. De ser así, el fundamento del reclamo sería por

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158

incumplimiento de contrato, pretensión ajena a esta vía limitada a

la violación de los derechos del consumidor. Véase que el párrafo

tercero del artículo 43 autoriza acudir al sumario para la

anulación de contratos de adhesión o el resarcimiento de daños y

perjuicios en virtud de violaciones de esta Ley. Esta demanda no

tiene ninguno de esos dos enfoques, razón por la cual el

incumplimiento es debatible en un proceso declarativo, como en

efecto se procedió. Por último, se carece de prueba para acoger los

montos pedidos a título de daños y gastos, ni siquiera el daño moral

subjetivo porque sería consecuencia de un presunto incumplimiento

contractual y no extracontractual. Para ese efecto, se debió acreditar

la violación de un derecho al consumidor, lo que se echa de menos."

(Sentencia 00783 de las ocho horas con cuarenta minutos

del 23 julio del 2003 emitida por el Tribunal Primero

Civil).

El caso de la sentencia antes citada consiste en que el apelante compró un

vehículo que contenía un número de chasis distinto al inscrito, en virtud de un

accidente de tránsito este fue decomisado por el OIJ. Alegaba la parte actora

haber sufrido un daño patrimonial y moral por ese vicio oculto. Sin embargo, no

le dio razón el Tribunal, por no haber demostrado su condición de consumidor.

Por lo que no corresponde a una responsabilidad extracontractual, regla genérica

que aplica para el consumidor, sino contractual, la cual debe ser ventilada en la

vía ordinaria.

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159

Son tres supuestos que se deben cumplir para que se pueda ver el asunto en

la vía sumaria, como lo señala la Ley 7472:

a. Comprobar la condición de consumidor.

b. Que efectivamente exista una violación a un derecho del consumidor.

c. Que se logren acreditar los daños y perjuicios.

II.e. Derecho comparado.

Como punto de comparación internacional en cuanto a la protección del

consumidor, se utilizará la Unión Europea y Estados Unidos de América.

Unión Europea

La Unión Europea, debido al creciente comercio por el mercado y comercio

único y por el uso de la Internet, auge de comercio electrónico y expansión del

sector servicios, está comprometida a proteger los derechos del consumidor de

una manera amplia y efectiva.

Existe una página oficial, que les permite a los consumidores de la Unión

Europea tener claras sus opciones para defender sus derechos. En esta página se

indica qué se debe hacer en caso de necesitarse reparaciones, cambios,

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160

reembolsos, cuál es la compensación por productos no entregados, negativa de

venta.

El consumidor en la Unión Europea puede acudir al Centro Europeo del

Consumidor del país en el que se encuentre, para defender sus derechos.

El consumidor tiene derecho a recibir información por parte del proveedor

de bienes y servicios, tal como la dirección postal, características de los

productos o servicios, precio con impuestos incluidos, gastos de envío,

modalidades de pago, validez de la oferta, duración del contrato, devolución de

productos no deseados.

Se hace la advertencia de que los derechos se pueden defender solamente en

caso de compras por Internet con comerciantes registrados.

En la UE existe el derecho a anular las compras efectuadas por Internet en

un plazo máximo de siete días hábiles contados a partir del día de la entrega del

artículo. El dinero debe ser reembolsado en 30 días hábiles por parte del

comerciante. Se excluyen algunos productos como alimentos o tiquetes para

espectáculos o medios de transporte.

Las ventas entre particulares están excluidas.

En diciembre de 2006, la UE adoptó un nuevo programa de protección de

los consumidores para el periodo 2007-2013, que tiene como objetivos: Proteger

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161

al consumidor con más información, capacidad de consulta y representación de

sus intereses; aplicación efectiva de la normativa que lo protege.

Ante el auge de los servicios financieros y el comercio electrónico, la

Comisión ha presentado directrices sobre buenas prácticas de comercio

electrónico y normas sobre todo lo relacionado con créditos al consumo y

medios de pago distintos del efectivo.

Con el fin de evitar procesos judiciales como los que se dan otras

jurisdicciones que pueden ser largos y costosos, la Comisión Europea ha

desarrollado mecanismos alternativos de resolución de conflictos que son más

cortos y baratos.

Para defender sus derechos, el consumidor puede acudir a la Red de Centros

Europeos del Consumidor.

La política europea de los consumidores persigue los mismos objetivos de

protección de los intereses, la salud y la seguridad de los consumidores, que están

enunciados en el Artículo 169 del Tratado de Funcionamiento de la Unión

Europea. Esta política promueve el derecho de los consumidores a la

información y a la educación, así como a organizarse para defender sus intereses.

Existe una comunicación sobre el Comercio Electrónico que pretende

clarificar la articulación entre la Directiva sobre comercio electrónico y los otros

aspectos de la legislación sobre servicios financieros, para facilitar la libre

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162

prestación de servicios, reforzando al mismo tiempo la confianza de los

consumidores.

Estados Unidos de América:

David Vladeck, Director del Buró de Protección del Consumidor de la

Comisión Federal de Comercio indica que “el Buró de Protección del

Consumidor trabaja para proteger a los consumidores de las prácticas desleales,

engañosas o fraudulentas que se presentan en el mercado. El Buró realiza

investigaciones, entabla demandas judiciales contra compañías y personas que

violan la ley, desarrolla reglas para proteger a los consumidores y brinda

educación para consumidores y negocios sobre sus derechos y responsabilidades.

Además, el Buró recolecta las quejas de los consumidores sobre el fraude y robo

de identidad y las pone a disposición de las agencias encargadas del

cumplimiento de la ley de todo el país. Tiene ocho divisiones: La División de

Prácticas Publicitarias, La División de Educación de consumidores y negocios,

La División de cumplimiento, La de prácticas financieras, La División

Internacional de Protección al consumidor, la de prácticas de comercialización, la

de planificación e información y la de privacidad y de la identidad.

Conclusiones

1. Comercio electrónico se reduce a aquella transacción comercial llevada a

cabo entre una empresa y un consumidor a través de Internet.

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163

El concepto de comercio electrónico comprende otras tecnologías mediante

las cuales se llevan a cabo las relaciones comerciales, pero en este proyecto las

que interesan son las celebradas por Internet.

En este tipo de contrato, las partes se encuentran en distintos lugares, y en la

mayoría de los casos en diferentes países del orbe, por lo que el momento en el

que convergen las voluntades, resulta de suma importancia para tener como

configurado el contrato, que en el caso de Costa Rica, de acuerdo con el Código

de Comercio, es conforme a la teoría de la recepción.

2. En virtud de los principios de comercio electrónico no debería de

pensarse en una nueva regulación referente a la compraventa que se da por

Internet, sino que se debe adaptar la existente a los cambios tecnológicos que

surgen con el paso del tiempo, esto con el fin de evitar tener que estar

actualizando las normas.

De esta forma, se puede ver el comercio electrónico, Internet, como un

nuevo medio por el que se llevan a cabo las transacciones comerciales, es decir,

una nueva forma de celebrar una compraventa común, la cual se encuentra

ampliamente regulada por nuestra normativa vigente, y que cuyo incumplimiento

se trata de acuerdo con las normas ya existentes al respecto.

3. La compraventa mercantil, se equipara a la que se da por Internet, esto

porque una de las partes es comerciante y la ley costarricense establece que con

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164

solo ese elemento la compraventa es de carácter comercial y se rigen por las

reglas del Código de Comercio y supletoriamente el Civil.

Cuando una de las partes es un consumidor, hace que la compraventa sea una

relación de consumo, por lo que se aplican las normas especiales del

consumidor, y cuando estas no regulen determinada circunstancia se acude a la

normativa comercial.

4. Se da incumplimiento cuando hay vicios ocultos que alteran la voluntad

del consumidor. Cuando la cosa entregada no es la solicitada, cuando hay mora

en la entrega, entre otros.

El consumidor tiene la posibilidad de solicitar el cumplimiento forzoso, la

resolución contractual y la indemnización de daños y perjuicios. El vicio en el

consentimiento surge cuando el bien adquirido no cumple con las expectativas

creadas por el mismo proveedor, ya sea por la publicidad o a la hora de ofertar el

bien; se da principalmente cuando la calidad del producto no es la esperada y no

puede ser utilizada para los fines para el cual fue adquirido.

5. Los tipos más importantes de consumidor son el comercial y el final, el

que interesa en la presente investigación es el final. Este es el que obtiene un

bien o servicio para su uso personal y no para fines comerciales.

El consumidor final es aquel que hace que el ciclo comercial de un bien llegue

a su fin, es decir, una vez que llega a manos de este, el bien sale del comercio

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165

para ser utilizado para fines no lucrativos, para el uso personal de quien los

adquiere. Es este consumidor, el que se encuentra más desprotegido o bien, en

desventaja con respecto a las grandes empresas que ofertan bienes y servicios

por Internet.

6. Siempre que haya involucrado un consumidor costarricense en una

compraventa por Internet, se tiene que acudir a lo que disponga Costa Rica en

cuanto a la protección de este.

En nuestro país se le otorga una protección especial al consumidor, donde se

limita su voluntad y no le permite renunciar a la protección que le confiere, es

decir, que a pesar de que los contratos de adhesión, que son comunes en los

contratos por Internet, lo obliguen a renunciar a la jurisdicción nacional para

poder llevar a cabo el contrato, esta cláusula es absolutamente nula, y el

consumidor a pesar de haberla aceptado podrá accionar contra la empresa

mediante los órganos administrativos y jurisdiccionales costarricenses.

7. La regla genérica que aplica para el consumidor es la que está en el artículo

43 de la Ley 7472, la cual remite al artículo 1045 del Código Civil el cual dispone

que siempre que se ocasione un daño, se está en deber de repararlo, es decir, se

habla de la responsabilidad civil extracontractual.

Siempre se va a utilizar cuando haya un consumidor en el panorama. Por lo

tanto, la diferenciación que existe entre responsabilidad civil contractual y

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166

extracontractual no es relevante, ya que siempre que se ocasione un daño, debe

ser reparado, independientemente de la relación que exista entre las partes.

8. La vía a la cual puede acudir el consumidor para reparar sus daños y

perjuicios es la sumaria, en cuyo caso solo debe demostrar que es consumidor,

que hay un daño y que se violente un efectivo derecho de consumidor protegido

por la ley. También podría acudir a la vía administrativa, ante la CNC.

Ambas vías son factibles y efectivas para hacer valer sus derechos como

consumidor, pero si se van cobrar daños y perjuicios, la única vía es la

jurisdiccional, lo cual está expresamente estipulado en la ley del consumidor.

Además, una vez que se acude a la judicial, se restringe el acceso a la vía

administrativa, más si se acude primero a la administrativa, se puede acudir luego

a la judicial.

9. La hipótesis del presente trabajo de investigación consistía en comprobar

que en Costa Rica no hay protección en el caso de incumplimiento en la

compraventa internacional por Internet; sin embargo, se puede comprobar que

existe normativa que lo respalda, además, aunque no hay jurisprudencia

específica sobre el tema, hay claridad en cuanto a que el consumidor puede

acudir a la vía jurisdiccional o administrativa para proteger sus derechos.

El problema no es la falta de respaldo normativo ni jurisprudencial, el asunto

está en que no hay información disponible para que cualquier persona sepa qué

es lo que lo respalda. Hay protección en el Derecho Público y Privado. Varios

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167

cuerpos normativos van dedicados a la protección del consumidor. Existen

Asociaciones de Protección al consumidor que buscan la protección no

reparativa sino preventiva. El consumidor, se supone, tiene las herramientas

para hacer valer sus derechos, sin embargo, este no cuenta con información clara

de cuáles son los medios que puede utilizar para accionar contra la empresa que

ocasiona el daño.

Por otro lado, a pesar de que existen las soluciones, estas son lentas y

costosas.

En teoría un proceso sumario es una vía rápida, sin embargo en la realidad el

proceso es largo y costoso. Una vez que exista sentencia, también existe el

problema de cómo hace el consumidor para ejecutarla.

La resolución de la CNC no tiene fuerza de título ejecutivo. Surge la duda de

cómo podría hacer el consumidor para que la empresa extranjera obedezca a esa

resolución.

Poder ubicar la empresa responsable para notificarla podría ser también un

problema de importancia.

En fin, a pesar de que no se logró comprobar la hipótesis, por cuanto sí hay

protección que ampara al consumidor final costarricense en caso de

incumplimiento en la compraventa por Internet, se puede constatar que no son

efectivas las soluciones que las normas establecen.

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Jurisprudencia

Resolución 214 de las nueve horas del doce de setiembre del dos mil

ocho. Tribunal Segundo Civil, Sección Primera.

Resolución 44 de las catorce horas con treinta minutos del dos de febrero

de mil novecientos noventa y cuatro. Sala Primera de la Corte Suprema de

Justicia

Resolución 331 de las once horas con cuarenta minutos del treinta y uno

de agosto del 2004. Tribunal Segundo Civil, Sección Primera.

Resolución 080 de las quince horas con treinta minutos del 30 de

noviembre de 1993. Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia.

Resolución 999 de las catorce horas con cincuenta y cinco minutos del

veintiuno de diciembre del 2005. Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia.

Resolución 03831 de las dieciséis horas del 11 de octubre del 2010.

Tribunal Contencioso Administrativo Sección VI.

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Resolución 088 de las diez horas del 13 de marzo del 2010. Tribunal

Segundo Civil Sección I.

Resolución 040 de las siete horas con treinta minutos del doce de enero

del dos mil diez. Tribunal Contencioso Administrativo, Sección VI.

Resolución 00783 de las ocho horas con cuarenta minutos del 23 julio del

2003. Tribunal Primero Civil.

Dictámenes

Dictamen número 02 del 12 de febrero de 1992 de la Procuraduría General

de la República.

Códigos y leyes

Ley Modelo de la CNUDMI sobre Comercio Electrónico.

Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor

y su reglamento

Ley Ministerio de Economía, Industria y Comercio y se reglamento

Ley de la Salud

Código Civil

Código de Comercio